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TERCER DOMINGO DE ADVIENTO.

Cuando iniciamos el tiempo de adviento, escuchábamos el gran anuncio


de Esperanza: levántense, alcen la cabeza, se acerca ya su liberación.
Hoy en este tercer domingo de Adviento toda la liturgia nos invita a alegrarnos,
a llenar ayer nuestro corazón de felicidad, no podemos vivir la navidad sin
abrirnos a la alegría, está bien la palabra y la liturgia nos recuerden
frecuentemente esta necesidad tan humana y tan cristiana de la alegría.
Ya tendríamos que haber superado la idea de un Dios triste y aburrido, Dios no
es un viejo en decadencia, Dios es la plenitud de la vida, Dios es amor y pasión,
alegría y danza ininterrumpidag: Yahveh tu Dios está en medio de ti, un
poderoso Salvador, el exulta de gozo por ti, te renueva por su amor, danza por
ti con gritos de júbilo como en los días de fiesta. Así nos dice hoy el profeta
Sofonías.
Hagamos un esfuerzo, imaginemos a Dios danzando y dando gritos de júbilo
por ti. Dios danza y comunica su júbilo, Dios danza por ti y desea avanzar
contigo, Dios es el que mueve el mundo de entusiasmo. Nuestro Dios es el de
la alegría perfecta, es el Dios que colma de gozo, que deleita, que entusiasma y
nos inunda de una paz que sobrepasa todo juicio.
Cuando Jerusalén tenía sobradas razones para el miedo y la tristeza, escucha
una palabra profética que le llega al alma y le llena de alegría: no temas, el
señor tu Dios está en medio de ti, es tu Salvador, alégrate y goza de todo
corazón.
Cuando San Pablo estando en la cárcel encadenado con poderosas razones para
sentirse vencido, agobiado y deprimido, lanza este pregón desconcertante: estén
alegres en el señor, el mismo encarcelado en el calabozo y sujeto sus pies con
cadenas, con su espalda sangrante por los azotes que había recibido, se pone a
media noche a cantar himnos a Dios. sus queridos Filipenses habían aprendido
que la fe era una fiesta.
Dicen que los primeros cristianos, se apartaban de las fiestas oficiales y de
espectáculos públicos ¿porque? porque no los necesitaban. porque la fiesta la
llevaban dentro, el Cristiano está Siempre alegre en el señor siempre, la
alegría cristiana viene de señor, es un fruto del espíritu, el Cristiano se alegra
porque se siente intensamente amado porque aunque a veces se sienta solo,
vive luchando por mantener la Comunión con los demás, se alegra el cristiano
porque sabe que está en buenas manos y se siente enteramente y constantemente
protegido, el Cristiano se alegra porque sabe en Quién ha puesto su Esperanza
porque se siente amado, porque está seguro que nada ni sus pecados le apartarán
del amor de Dios. Sólo el que se siente amado y el que ama puede vivir la intensa
y grande alegría.
Adán por ejemplo no se entusiasmó con las maravillas del paraíso terrenal ni
con los bienes que tenía, hasta que no encontró a la mujer y nació en su corazón
el amor. Entonces dio un grito y danzo de entusiasmo.
Cuando amamos una persona ella es la fuente de nuestro gozo, cuando nos
sentimos amados una seguridad y satisfacciones enormes nos invaden. El Amor
Da ritmo y color a la vida.
¿Qué tenemos que hacer? hasta 3 meses se dirige esta pregunta a Juan en el
desierto, en el evangelio que hemos escuchado hoy, se la hace en primer lugar
la gente en general, las personas del pueblo sencillo que se acercaban a recibir
un bautismo de conversión, se la hacen inmediatamente después los dos grupos
sociales más despreciados y odiados por el pueblo judío los publicanos y
militares, no hacen esta pregunta ningún líder religioso ni políticos de Israel.
Son preguntas dirigidas al profeta por personas que vivían en aquel rincón del
pueblo Romano Que prácticamente no tenía repercusión sobre el mundo
conocido.
La liturgia de hoy es una llamada a la alegría, pero una alegría que emana del
corazón porque nos sabemos amados, pese a las contrariedades, pese a nuestros
momentos difíciles este año debemos de llevar en nuestro interior el
convencimiento de estar acompañados por alguien que nunca nos abandona: el
señor es mi Dios y Salvador confiaré y no temer.
¿Qué tenemos que hacer? Concebir a Dios como mi salvador, confiar y no
temer.
Volviendo al mensaje de Sofonías ¿porque danza Dios? porque te ama, porque
él se goza y se complace en ti, ¿pero como me puede amar Dios de manera tan
apasionada? pudiera comprender que me ame pero compasivamente. Que me
ama como la madre que ama al niño débil y enfermo, pero ¿cómo se puede
enamorar Dios de mí? ¿Cómo me puede amar con esa pasión? conoce Dios
mi barro perfectamente, mis caídas, mis Olvidos, mis cansancios y rutinas, mis
traiciones, Si hasta yo muchas veces me avergüenzo de mí mismo.
Lo que pasa es que el amor no busca motivos para amar, el amor de Dios
siempre es gratuito, la belleza y la perfección no son causa del amor de Dios, la
causa es Él mismo él ama porque es bueno y su amor nos crea y nos recrea, nos
deleita y nos santifica, sí Dios te ama y se entusiasma contigo, tú también debes
amarte y alegrarte, Dios no sólo te acepta sino que se maravilla contigo.
Por eso al practicar la misericordia lo primero que debemos de hacer es sentir
es ese amor incondicional de Dios y alegrarnos, le preguntaban artista ¿que
tenemos que hacer? nosotros podemos responder: sentir el amor incondicional
de Dios y alegrarnos.
Debemos mirar y amar a los hermanos de la misma manera como Dios te mira
y te ama, Dios ama al hermano con pasión e ilusión, debemos entonces
entusiasmarnos en la posibilidad que tenemos de amar así como somos amados
por Dios, para esto es este domingo de la alegría.
¿Qué tenemos que hacer? es una pregunta que se escucha mucho para este
domingo y Sofonías nos da esta respuesta. Otra vez pensemos, reflexionemos,
meditemos en lo que dice el profeta: alégrate y gózate corazón. San Pablo nos
dice lo mismo, por dos veces, Pablo encarcelado y Sofonías amenazado por la
proximidad de una guerra.
Pablo y Sofonías en circunstancias adversas, no se dejan vencer por el
pesimismo, por el miedo, por la angustia, la depresión, o la soledad y estando
en esas circunstancias adversas ellos nos dicen: alégrate y goza de corazón-
En este domingo démosle al hermano la alegría de sentirse amado, amando al
hermano gozosa y gratuitamente, te conviertas en un regalo para él y en tu amor
tu hermano vera la presencia y la manifestación del amor de Dios.
Cuando Dios ve a sus hijos unidos y con un amor así de grande, el entusiasmo
de él no tiene límites y en el cielo se inicia una danza sin fin.
Así es este domingo de la alegría, deja que tu corazón palpite y se llene de gozo,
porque la alegría del Señor ha llegado hoy a tu casa, déjalo entrar y que baile de
alegría junto contigo. Así sea

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