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Adela Montesinos, mujer

de versos y de luchas


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Hoy en Arequipa presentarán libro que rescata su vida y obra. Fue la primera
que defendió que los hijos de las madres solteras también eran hijos legítimos.

Pedro Escribano

Después de más de 30 años de su muerte, hoy se cuenta con mayor


información para conocer la vida y obra de Adela Montesinos, mujer ejemplar,
poeta, periodista, luchadora por los derechos de la mujer (soltera) y de los
discriminados de nuestra sociedad.

Más oportuno no ha podido ser. Este año se conmemora el centenario de su


nacimiento y la Región de Arequipa ha publicado la recopilación de todos sus
textos, tanto en prosa como en verso con el título Adela Montesinos. Vida y
obra.

El arduo trabajo de recopilación y ordenamiento de los artículos periodísticos,


reflexiones, libro, poemas inéditos, cartas y fotografías recayó en Dunia
Espinoza, hija y heredera, así como de Lady Rojas Benavente, estudiosa y
profesora de Concordia University, Montreal, Canadá.

El libro se presenta hoy en Arequipa, ciudad donde no nació, pero en el que


inició una larga lucha social y trabajo intelectual.

Mujer de batallas
Adela Montesinos nació en Lima el 12 de setiembre de 1910, de manera
circunstancial, puesto que su familia solo había llegado por una temporada a la
capital.

Creció en un hogar en el que se leía, hecho que influenció en su vida y en su


visión del mundo en equidad.

Valiente, fue la primera mujer que en los años 30 levantó su voz a través de un
artículo periodístico en favor de los hijos de las madres solteras, a quienes la
sociedad consideraba “ilegítimos”. Esta posición generó polémica y no pocos
detractores. Adela Montesinos quebró todas las lanzas y siempre se mantuvo
de pie defendiendo sus razones. Ese fue su peregrinaje, defender a los
desvalidos no sin dejar de lado su creación intelectual en el verso y prosa.

Libro de rescate

El libro que se presenta hoy en Arequipa contiene su vida y también la


valoración de la misma y su obra. Lady Rojas se aproxima a la dimensión de su
producción social y literaria. Destaca como en ella la sensibilidad poética que
juega unida con lo social.
Su hija Dunia Espinoza escribe una semblanza con la que retrata en cuerpo y
alma la valía de esta mujer hasta hoy no muy conocida, pero que se debe
presentar a todos.

Debemos mencionar que el Preámbulo que firma la historiadora María Emma


Mannarelli analiza las ideas feministas de Montesinos.

El libro, como se ha dicho, recoge sus artículos periodísticos, algunos firmados


con nombre propio o con seudónimos. También su poemario Arcos hondos, y
poemas inéditos con el título Mi árbol de versos. Finalmente, textos alusivos en
su memoria. Adela Montesinos murió el 2 de abril de 1976.

Pablo

A la muerte de Pablo Neruda

Esta vez la primavera


fue rota y torturada
antes de llegar a tu vera,
principio del verbo poético.
Querías vanamente que el pan
fuera de mano en mano,
querías que la cuchara
no durmiera en su sitio.

Ojalá pudiera conservarse


un poco de tu luz.

A 104 años del nacimiento de la primera mujer comunista de Arequipa

Adela Montesinos
© ENVIADO POR TEOFILO BELLIDO

ADELA MONTESINOS (1910 – 1976), LA PRIMERA


FEMINISTA DE AREQUIPA

Escrito por: César Rommel Arce. Publicado en


el diario de Arequipa “El Pueblo” 29/09/09
Luchó por cambiar la condición de la mujer en el Perú. En esta línea fue
opuesta a la marginación social de la mujer soltera. Así como también
abogó por una familia horizontal donde ambos esposos tengan igualdad
de oportunidades laborales y de realización profesional.

Adela Montesinos destaca hoy como la primera mujer feminista en


Arequipa. Nació el 12 de setiembre de 1910 en el seno de una familia
con mucho prestigio social e intelectual. Ella en particular mostró desde
niña mucha emoción social. Tampoco fue ajena a las preocupaciones
sociales del momento.

Desde muy joven vio con pesar las condiciones de los trabajadores,
sobre todo del trabajo femenino, y en muchos casos del maltrato de que
eran objeto por parte de sus patrones. También percibió que la condición
de la mujer se encontraba en franco desequilibrio con relación al
hombre. Vió allí la frustración de un proyecto de vida. El carácter
patriarcal de la sociedad peruana condicionaba a la mujer a una situación
de dependencia que fue rechazada por el movimiento feminista de fines
del siglo XIX y comienzos del XX. Su lucha no fue por un predominio de
la mujer, sino por la igualdad de género que reconozca la igualdad ante
la ley, donde todos tengan las mismas oportunidades de desarrollo
personal, profesional y familiar.

Adela Montesinos, no obstante su extracción social, estuvo muy


identificada con la causa obrera local y a la temprana edad de 19 años
comenzó a publicar en el diario “Noticias” varios artículos con el
seudónimo de Alma Moreva. Su inquietud intelectual evidenció desde
entonces un marcado compromiso social con la mujer de su tiempo.

Su hija, Dunia Espinoza Montesinos recuerda que fue Juan Manuel Polar
Vargas, el más querido maestro de todos los tiempos, quien sirvió de
intermediario entre ella y el periódico. No era raro pero si extraño que
una joven de sociedad escriba sobre temas tan sensibles para el espíritu
más conservador del momento. Por eso, quizá, el maestro Polar protegió
la identidad de la joven. Sin embargo, la respuesta a sus artículos no
tardó en aparecer. Desde el periodismo, la escritora y poetisa Hortensia
Málaga de Cornejo Bouroncle polemizó con ella a nivel ideológico.
Recordemos que el rol de la mujer por mucho tiempo estuvo limitado al
trabajo doméstico. El predominio del varón hizo que ésta dependiera de
aquel en todo. Los esquemas sociales de la época impidieron que la
mujer por si misma pueda desarrollarse.

Contra todo esto escribe Alma Moreva, en un intento por crear


conciencia entre las mujeres de su tiempo para que sean ellas las dueñas
de su destino. En un artículo suyo, titulado “Feminismo”, Adela denuncia
la condición de la mujer y rechaza su dependencia económica. En su
opinión, la mujer debe prepararse para conseguir su propio dinero que le
permita lograr su desarrollo personal. También fue opuesta a la
marginación social de la mujer soltera. Igualmente consideró que no
debía existir diferencia entre los hijos legítimos e ilegítimos. Así como
también abogó por la familia horizontal, donde ambos esposos tengan
igualdad de oportunidades laborales y de realización profesional.

En respuesta a sus planteamientos recibió el apoyo de muchas mujeres


que escribieron a la redacción del periódico identificadas con sus ideas.
No fue, por cierto, la única en el país que luchó por la causa de la
redención de la mujer. Y si bien parecían esfuerzos aislados, condenados
a la mayoritaria crítica social, el ambiente de cambios que vivió el mundo
con motivo de la llegada del siglo XX abrió la posibilidad de un cambio de
actitud en relación a ellas. Así fueron incorporadas progresivamente a la
actividad laboral y también, a los centros de enseñanza superior. Su rol
comienza a partir de entonces a cobrar más protagonismo en la
sociedad.
Aunque tampoco se puede desconocer que en el siglo XIX hubo mujeres
dedicadas a la enseñanza y a ejercer el periodismo como escritoras. En
los colegios para mujeres fueron ejemplares profesoras y allí mismo las
educandas fueron preparadas para el hogar cuando fueran esposas, pero
también en caso de necesidad, para poder defenderse en la vida con un
oficio.

Sin embargo, el camino hacia la igualdad de derechos entre el varón y la


mujer no estaba lejos de concretarse. La acción que en ese sentido
desplegaron los grupos feministas de la época fue muy valiosa. De ahí la
importancia de Adela Montesinos.

La lucha que libró a favor de la mujer, propuso, además, conseguir el


voto universal, que les permita elegir y ser elegidas, coincidiendo en ello
con María Jesús Alvarado y Zoila Aurora Cáceres quienes desde la
década del veinte pusieron en debate dicho tema. Por esa razón no fue
extraño que en los debates del Congreso Constituyente de 1931, el voto
de la mujer fuera materia de ardua polémica. Y finalmente, en 1955 se
lograra el reconocimiento del voto femenino para las elecciones
generales de 1956.

Adela se trasladó a Lima y allí se vinculó con el movimiento “progresista”


que integraron Angela Ramos, Zoila Aurora Cáceres, las hermanas
Bustamante, Carmen Saco y otras mujeres cercanas a José Carlos
Mariátegui.

Para entonces Adela comparte el ideario del Partido Comunista de


reciente fundación en el país. En las actividades de militancia política que
desarrolló, conoce a Pompeyo Herrera quien será su esposo. El era un
joven activista político en la Universidad de San Marcos y, por lo mismo,
el gobierno de Sánchez Cerro ordenó su prisión en El Frontón. Mientras
tanto, Adela fue la primera mujer que habló en un mitin organizado por
el Partido Comunista Peruano en la Plaza San Martín.

Poco tiempo después acompañó a su esposo en el exilio a Chile. Allí viajó


también con su pequeño hijo Guillermo. Sólo que al poco tiempo murió
Pompeyo Herrera y Adela enviudó con la responsabilidad ahora de
sostener a su hijo. Nada la arredró y, por el contrario, aprovechó la
oportunidad de estar en Chile para entrar en contacto con el Movimiento
por la Emancipación de la Mujer Chilena (MEMCH) al cual se adhirió por
compartir los mismos ideales de lucha. Trabajó junto a Elena Caffarena y
Martha Vergara para unificar a las mujeres. Con el seudónimo de
Fernanda Martínez escribió numerosos artículos periodísticos: “Las
mujeres contra el fascismo”, “Por qué las mujeres queremos la paz”,
“Levántate y anda”, “Los hijos legítimos e ilegítimos son todos iguales,
hijos de la vida”, etc.
Regresó al Perú y se casó nuevamente. Establecida temporalmente en
Arequipa tuvo dos hijos de su segundo matrimonio: Dunia y Gustavo
Espinoza Montesinos. Radicada en Lima a partir de 1955, participó en la
fundación de la ANEA, donde trabajó también como bibliotecaria.
Transmitía por Radio Nacional del Perú el “Boletín Cultural de la
Semana”. Fue de las primeras mujeres en enrolarse para atender la
distribución del vaso de leche en los colegios.

Debido a un enfisema pulmonar producto de fumar dos cajetillas de


cigarros “Inca” por día, permaneció guardando reposo en su casa, a
donde iban para conversar con ella Magda Portal, Catalina Recavarren,
Carmen Luz Bejarano, Emilio Adolfo Westphalen, Ernesto More y muchos
otros.

Sus últimos años de vida fueron dedicados a la meditación y a la


producción poética, que también fue su pasión. Si vida se extingue el 2
de abril de 1976, pero no así su pensamiento y la trascendencia de su
obra, que últimamente está siendo difundida por su hija Dunia, quien
prepara una obra sobre su madre

NOTA: Con motivo del año del centenario de su nacimiento el 2010,


la Comisión Nacional de la Mujer del Partido Comunista Peruano,
editó el Boletín “Adela” con Violeta Tello como Responsable del
Comité de Redacción, e integrado por Isabel Flores, Mirtha Ramos,
María Yoseli Puerta. En el mes de octubre de ese mismo año, la hija
de Adela, Dunia Espinoza Montesinos, publicó el libro “Adela
Montesinos Vida y Obra”, editado por Biblioteca Arequipa
Contemporáneos - Gobierno Regional de Arequipa. Difundido
porTeófilo Bellido

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