Principales normas de seguridad e higiene en soldadura
Comprobar que el tipo de soldadura que vamos a emplear se adecua a las
características de los materiales, ambientales y de seguridad (soldadura en espacios confinados, condiciones de humedad y soldadura eléctrica…) Orden y limpieza: fundamental como siempre, vigilar que las chispas no puedan causar incendios en nuestro entorno de trabajo, retirando trapos, cartones, sustancias inflamables, que nuestro mono de trabajo no esté manchado de sustancias inflamables que puedan prenderse fuego. Mucho cuidado con la presencia de disolventes en botellas plásticas que quedan de operaciones de pintura anteriores y que si no son retiradas podrían soltar vapores que exploten o incluso que por despiste alguien, pensando que es agua, se la pueda beber. No sobrecargar el cableado de la soldadura y revisar que no tiene zonas peladas y que los bornes y la puesta a tierra están en condiciones, evitando por ejemplo, usar la plataforma elevadora de personal como puesta a tierra. Usar botas aislantes en la soldadura eléctrica evitando trabajar en condiciones ambientales de humedad elevada o bajo la lluvia. Apagar la máquina de soldadura antes de hacer cualquier reparación o ajuste para evitar riesgos eléctricos, siguiendo las instrucciones del fabricante en todo momento Acotar la zona de trabajo por la seguridad del resto de trabajadores Usar los EPI´s necesarios. No enrollar los cables eléctricos alrededor de nuestro cuerpo y evitar que estén en las zonas de paso bajo riesgo de deteriorarse o causar caídas y tropiezos de compañeros. Al manipular los electrodos en la pinza de soldadura llevar puestos los guantes y que estos no estén mojados La toma de tierra no debe de ir a tuberías, depósitos y otros aparatos electrónicos. Disponer de una superficie de trabajo sólida y estable Picar las escorias de soldadura con las herramientas adecuadas y con protección facial y del cuerpo para evitar proyecciones. Inspeccionar el equipo de trabajo al menos una vez a la semana, y lo ideal sería una breve revisión de los puntos más importantes al empezar y al acabar la jornada. En la soldadura con gases mantener en las condiciones y en la posición adecuada las botellas, conociendo los colores y etiquetas de identificación de cada gas, protegiéndolas de temperaturas extremas y separándolas adecuadamente en los lugares de almacenamiento. Comprobar los manómetros: presión y funcionamiento adecuado, así como los grifos que no se deben forzar y se tendrán que abrir con suavidad Comprobar el correcto funcionamiento de las válvulas antirretorno y la integridad de las mangueras de los gases: para comprobar fugas no usar un mechero, sino una solución de agua jabonosa para detectar burbujas del gas que se escapa. Mantener los grifos y los manorreductores de las bombonas de oxígeno limpios de grasas ya que estas pueden empezar a arder con el aporte de oxígeno y la temperatura. Mantener las botellas alejadas de la zona de trabajo para evitar chispas y aumento de la temperatura de las mismas y cerrar sus grifos al terminar el trabajo. Colocar las mangueras de los gases de manera que no causen riesgos de tropiezos, no enrollarlas alrededor del cuerpo, evitar que puedan sufrir daños por el paso de máquinas o materiales por encima o por temperaturas extremas y caída de chispas del trabajo de soldadura, revisar su estado y fecha de caducidad. No usar el soplete como martillo para eliminar escorias y nunca dejarlo en funcionamiento agarrado a una estructura como barandilla, pared, las propias botellas o los andamios. Mantener el soplete limpio para evitar el retorno de llama, ya que la acumulación de suciedad en su boquilla puede favorecer que esto ocurra. En caso de incendio usar el agente extintor adecuado para extinguir el fuego, enfriando las botellas y evacuando la zona