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1.- CONTAMINACION
En los ganglios linfáticos de los animales de carne roja se han aislado estafilococos,
estreptococos, y especies bacterianas pertenecientes a los géneros Clostridium y
Salmonella.
Lo mismo que ocurre con los métodos de sacrificio antiguos que emplean el cuchillo
para sacrificar los cerdos y las aves de corral, cualquier bacteria que contamine el
cuchillo pronto se encontrará en la carne de las distintas partes de la canal, siendo
vehiculada hasta allí por la sangre y por la linfa. La superficie externa del animal
contiene una gran cantidad y varias especies de microorganismos procedentes del
suelo, del agua, de los piensos y del estiércol, así como su propia flora superficial,
mientras que en el contenido intestinal se encuentran los microorganismos propios de
la flora intestinal.
Los cuchillos, los paños, el aire, así como las manos y la ropa de los operarios pueden
actuar como fuentes intermedias de contaminación. Durante las operaciones
posteriores de manipulación de la carne, la contaminación puede tener su origen en
las carretillas, en las cajas y en otros recipientes que se utilizan para el transporte de
la carne; en otra carne contaminada; en el aire; y en el personal.
2.- CONSERVACION
A no ser que una vez sacrificado el animal la carne se refrigere inmediatamente y con
rapidez, es posible que experimente modificaciones perjudiciales en cuanto a su
aspecto y sabor y que, antes de ser sometida a algún tipo de tratamiento para
conseguir su conservación, en ella crezcan algunos microorganismos. Su
almacenamiento prolongado a temperaturas de refrigeración puede permitir cierto
aumento del número de microorganismos.
2.1.- ASEPSIA
La asepsia empieza por evitar, en cuanto sea posible, la contaminación desde fuera
del animal. Se ha recomendado la ducha del animal antes de proceder a su sacrificio
con el fin de eliminar la mayor cantidad posible de la suciedad existente en el pelo y en
la piel, pudiéndose utilizar un lavado de las extremidades con el fin de eliminar la
suciedad de las pezuñas. Aun así, tanto la piel como el pelo del animal son
importantes fuentes de contaminación de la superficie de la canal durante las
operaciones del desuello. El cuchillo que se emplea para degollar a los animales tras
su sacrificio, puede aportar microorganismos a la corriente sanguínea que todavía está
circulando y también puede añadir microorganismos a la carne al atravesar la piel.
La velocidad con que penetra el calor oscila desde una velocidad bastante rápida en
los extractos de carne para sopas hasta una velocidad muy lenta en las carnes y
pastas de carne enlatadas herméticamente.
Los productos químicos que se añaden a las carnes en los distintos sistemas de
curación, como por ejemplo las especias, la sal, o los nitratos y los nitritos, también
influyen en el tratamiento térmico, generalmente haciéndolo más eficaz.
Según el tratamiento térmico a que han sido sometidas, las carnes enlatadas
existentes en el comercio se pueden dividir en dos grupos: carnes que han sido
sometidas a tratamiento térmico con el fin de convertir en estéril, o por lo menos en
comercialmente estéril, el contenido de la lata, como es el caso de las carnes
enlatadas para ser almacenadas en estanterías en las tiendas de venta al por menor, y
carnes que se someten a un tratamiento térmico de intensidad suficiente para destruir
parte de los microorganismos capaces de alterarlas, pero que se deben guardar bajo
refrigeración para evitar que se alteren. Los distintos tipos de jamón enlatado y las
barras de fiambres de carne enlatados se tratan de esta manera.
A las carnes que se incluyen en el grupo se les conoce con la denominación de carnes
enlatadas con estabilidad de estantería', mientras que a las que se incluyen se les
conoce como carnes enlatadas sin estabilidad de estantería, o de (conservación bajo
refrigeración.
Las carnes curadas enlatadas sin estabilidad de estantería se suelen enlatar en
envases de un formato que puede ser incluso de 22 libras' y se someten a un
tratamiento térmico de 65°C aproximadamente.
Refrigeración
Se han empleado con buenos resultados barcos provistos de cámaras frigoríficas para
almacenar la carne en una atmósfera controlada de dióxido de carbono. El aumento de
la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera de la cámara de refrigeración
inhibe a los microorganismos, pero también acelera la formación de metahemoglobina
y, por consiguiente, la carne también pierde antes su efrescuran o color natural.
La mayor parte de la carne que se vende al por menor no ha sido congelada, aunque
la congelación se emplea para conservar las carnes que se envían a grandes
distancias, o para almacenarla hasta que lleguen épocas de escasez, y, naturalmente,
en la actualidad se congelan considerables cantidades de carne en los congeladores
domésticos. Las piezas de carne de gran tamaño, como son las medias canales o los
cuartos, se congelan por congelación lenta, mientras que las hamburguesas y los
trozos más pequeños se pueden someter a congelación rápida debidamente
envueltos.
Las carnes que se congelan están expuestas a los mismos riesgos de contaminación
y multiplicación de microorganismos que las demás carnes. La congelación destruye
aproximadamente la mitad de las bacterias, cuyo número decrece posteriormente de
forma lenta durante el período de almacenamiento. Si la descongelación de la carne
transcurre de forma lenta, durante la misma son capaces de reanudar su multiplicación
las bacterias que sem ultiplican a temperaturas bajas durante la refrigeración, como
son las especies de los géneros Pseudomonas, Acinetobacter, Moraxella, Alcaligenes,
Micrococcus, Lactobacillus, Flavobacterium, y Proteus. Si se siguen las instrucciones
recomendadas, en las carnes envaqadas que han sido congeladas por el
procedimiento de congelación rápida, la descongelación es demasiado rápida como
para que en las mismas tenga lugar una abundante multiplicación de microorganismo.
EMPLEO DE RADIACIONES
Para prolongar el pérfido de conservación de las carnes se han empleado los rayos
ultravioleta junto con el almacenamiento bajo refrigeración. Este procedimiento de
conservación se ha empleado principalmente en las piezas de gran tamaño colgadas
en las cámaras de almacenamiento de la planta industrial. Los rayos ultravioleta
reducen el número de microorganismos del aire e inhiben o destruyen a los existentes
en la superficie de la carne a la que llegan directamente.
Se han empleado las radiaciones para la maduración rápida de carnes que están
colgadas,)' utilizando temperaturas más elevarlas que las temperaturas normales de
refrigeración con el fin de reducir en su superficie la multiplicación microbiana, sobre
todo la de las levaduras y la de los mohos. La maduración, o colgamiento, ablanda la
carne gracias a sus propios enzimas proteolíticos, utilizándose principalmente para
obtener filetes tiernos y otros tajos especiales.
Los productos cárnicos tales como los embutidos secos, los salamis secos, se
conservan principalmente por su bajo porcentaje de humedad, ya que algunas
variedades no se ahúman.
La liofilización se emplea cada vez más para conservar carnes, obteniéndose mejores
resultados cuando se emplea este procedimiento de conservación en productos chicos
elaborados, como por ejemplo en las empanadas de carne, en las albóndigas o en los
estofados de carne, que cuando se emplea para conservar carnes frescas.
La carne que se destina a ser desecada debe tener una buena calidad bacteriológica,
sin que en la misma se haya multiplicado anteriormente un importante número de
microorganismos ni hayan aparecido sabores desagradables.
EMPLEO DE CONSERVADORES
Curado
En un principio el curado de las carnes tenía por objeto conservarlas mediante salazón
sin emplear refrigeración, aunque en la actualidad a la mayoría de las carnes curadas
se les añade otros ingredientes y se someten a refrigeración y algunas también se
ahuman, tratándose por consiguiente, en cierto modo, de carnes desecadas. Los
agentes autorizados para curar las carnes son el cloruros , el azúcar, el nitrato sódico,
el nitrito sódico y el vinagre, aunque por lo general sólo se suelen emplear los tres
primeros. Las funciones respectivas de estos agentes son las siguientes:
El nitrito sódico es la fuente de óxido nítrico, que es el verdadero fijador del color y
tiene al mismo tiempo una cierta acción bacteriostática cuando se encuentra en
solución ácida.
Por consiguiente, la mayor parte del efecto conservador de los agentes que se
emplean en el curado de carnes se atribuye al cloruro sódico, teniendo cierta acción
bacteriostática el nitrato sódico y escasa el nitrito sódico. Las sales, el azúcar y las
proteínas de la carne contribuyen a disminuir el valor de las carnes curadas, por
ejemplo en los jamones, hasta valores de 0,95 a 0,97 aproximadamente.
Otros factores de conservación son las bajas temperaturas que se emplean tanto en el
curado como en el ahumado.
El nitrato sódico también interviene en el color que presentan las carnes curadas. El
color rojo-moraduzco de las carnes, por ejemplo, sedebe a la hemoglobina de la
sangre y a lam ioglobina del músculo; la oxidación de estas sustancias da lugar a
oxihemoglobina y oximioglobina, cuyo color es rojo vivo. En un medio ácido reductor y
en presencia de nitritos, se originan nítricohemoglobina y nitrosohemoglobina a partir
de la mioglobina y de la hemoglobina, respectivamente.
La acidez es originada por la propia came, el estado reductor del medio se debe a las
bacterias, y el óxido nítrico necesario para que tenga lugar la reacción se origina por la
reducción del nitrito.
Existen cuatro procedimientos para añadir los agentes de curado a la carne: el curado
en seco, en el cual los ingredientes secos se frotan contra la carne, como se hace, por
ejemplo, en el curado de la panceta, el curado en adobo, en cuela las carnes se
sumergen en una solución de los ingredientes, el curado por inyección, en elc ual por
medio de una aguja se inyecta una solución concentrada de los ingredientes en las
arterias y venas de la carne a través de una arteria o en el tejido muscular en varios
puntos de la came, procedimiento que se emplea en el curado de los jamones de
cerdo, el procedimiento de adición directa, en el cual los agentes que se emplean en el
curado se añaden directamente a la came picada finamente, como ocurre en los
embutidos, y contribuyen a su conservación.
Una vez curadas, la mayoría de las carnes se ahuman con el fin de facilitar su
conservación; otras carnes, como por ejemplo la cecina, no se ahuman, pero deben
ser refrigeradas.
Los procedimientos que se emplean en otros países para curar la panceta suponen el
empleo de salmueras bastante concentradas en las cuales se mantiene sumergido
este producto cárnico durante mucho tiempo. Parece ser que en las salmueras,
además de los micrococos, crece una flora microbiana mixta especializada formada
por cocos y, en su mayor parte, por bacilos, tanto grampositivos como gramnegativos,
que producen colonias minúsculas en los medios de agar.
Se trata de bacterias que son de desde halotolerantes a halófilas y que reducen los
nitratos a nitritos. Cuando las piezas de panceta se tratan en seco con la mezcla
para curado en seco y se prensan en cajas, se permite el crecimiento de bacterias
psicrótrofas halotolerantes que reducen los nitratos a nitritos. En algunas salmueras
empleadas para curar carne de vacuno se han encontrado micrococos, lactobacilos,
estreptococos, especies del género Achromobacrer, vibrios, y tal vez pediococos,
además de un reducido número de otra? bacterias. Las especies del gCnero
Micrococcus son activas en muchas soluciones de adobado, habiéndose
encontrado principalmente en las que contienen elevada? concentraciones de sal
que se emplean para curar la panceta en las islas Británicas y en Canadá.
Ahumado
Especias
Las especias y los condimentos que se añaden a productos cárnicos tales como los
fiambres y embutidos, no se encuentran en los mismos en concentraciones
suficientemente elevadas como para que se comporten como conservadores, aunque
es posible que refuercen el efecto conservador de otros factores.
Antibióticos
ALTERACION
Para ablandar la carne de vacuno o las piezas de caza es deseable un cierto grado de
autólisis, cosa que se consigue colgándolas o dejándolas madurar, aunque en las
demás carnes fresca$ no se suele estimular el proceso autolítico. Las modificaciones
autolíticas incluyen cierta acción proteolítica sobre los tejidos muscular y conjuntivo y
una ligera hidrólisis de las grasas. AI defecto ocasionado por la excesiva autólisis se le
ha denominado ccagriadon, término inexacto que se ha aplicado a diversos tipos de
alteraciones de los alimentos y, de hecho, a casi todos los tipos de alteraciones que
desprenden un olor ácido. El agriado debido a la autólisis resulta difícil separarlo o
diferenciarlo de los defectos ocasionados por la actividad microbiana, sobre todo de
los debidos a la proteolisis simple. Sin embargo, esta hidrcilisis previa de l a s
proteínas por los enzimas de la carne sin duda facilita el crecimiento inicial de los
microorganismos en la misma, por suministrar a algunos microorganismos, incapaces
de desdoblar las proteínas originarias completas, los compuestos nitrogenados mhs
sencillos que necesitan.
Tras la muerte del animal, tiene lugar la invasión de los tejidos por microorganismos
contaminantes. Los factores que intervienen en esta invasión son los siguientes:
1.- Carga microbiana existente en el intestino del animal. Cuanto mayor es esta
carga microbiana, tanto mayor es la invasión en los tejidos. Por esta razón se ha
recomendado someter a ayuno a los animales durante las 24 horas anteriores a su
sacrificio.
1.- Mucílago superficial, que puede ser producido por especies de los géneros
Pseudomonas, Acinetobacter, MoraxelIa, Alcaligenes, Streptococcus, Leuconostoc,
Bacilhrs y Micrococcrrs. Algunas especies de Lactobacillus son capaces de producir
mucílago. La temperatura y la existencia de humedad influyen en el tipo de
microorganismos que producen mucílago superficial.
A temperaturas de refrigeración, el elevado porcentaje de humedad favorecerá el
crecimiento de l a s bacterias del grupo Pseudomonas-Alcaligenes; cuando el
porcentaje de humedad es menor, como es el caso de las salchichas de Frankfurt,
será estimulado el crecimiento de micrococos y levaduras; y cuando el porcentaje de
humedad es todavía menor, es posible
que crezcan mohos. A temperaturas más elevadas, incluso a la temperatura ambiente,
los micrococos y otras bacterias mesófilas compiten favorablemente con las
pseudomonas y bacterias emparentadas con ellas.
3.- Modificaciones de las grasas. La oxidación química de las grasas nos aturadas
de las carnes tiene lugar cuando están expuestas al aire, pudiendo ser catalizada por
la luz y por el cobre. Es posible que las bacterias lipolíticas produzcan un cierto grado
de lipolisis y que aceleren la oxidación de las grasas. Es posible que algunas grasas,
como por ejemplo la grasa de la mantequilla, por oxidación, adquieran un aspecto
parecido al del sebo y se enrancien tras ser hidroladas aunque en la mayoría de las
grasas animales, al ser oxidadas, aparece un enranciamiento de tipo oxidativo, con
desprendimiento de un olor desagradable debido a los aldehídos y ácidos resultantes
de su oxidación. Además, la hidrolisis de l a s grasas comunica a las
Carnes el sabor de los ácidos grasos liberados. El enranciamiento de las grasas puede
ser causado por especies lipolíticas de los géneros Pseudomonas y Aclrromobacter* o
por levaduras.
6.- Olores y sabores extraños. Los olores y sabores extraños, que aparecen en la
carne como consecuencia de la multiplicación de bacterias en su superficie, con
frecuencia suelen manifestarse antes de que aparezcan otros síntomas de alteración.
Este crecimiento blanco y velloso puede ser debido a numerosos mohos, entre los que
se incluyen Thamnidium chaetocladioides o T. elegam; Mucor mucedo, M. lusitanicrrs o
M. racemosus; Rhizopus; y otros. Para mejorar el sabor de la carne de vacuno durante
su maduración se ha recomendado el crecimiento controlado de una determinada
especie de Thumnidirrm.
3.- Moteado negro. Esta alteración suele ser producida por Cladosporium herharrrm,
aunque puede ser debida a otros mohos que elaboran pigmentos de
color negro.
4.- Moteado blanco. El agente causal que con mayor frecuencia produce esta
alteración de la carne es la especie Sporofrickurn carnis, aunque puede ser debida a
cualquier moho que produzca colonias húmedas parecidas a las colonias de ías
levaduras, por ejemplo la5 especies del género Geotrichum.
5.- Zonas verdes. Son debidas casi siempre a l a s esporas verdes de especies de
Penicillium, como por ejemplo P. expansum, P. asperulum y P. oxalicum
ALTERACIONES EN ANAEROBIOSIS
Tanto las bacterias facultativas como las anaerobias son capaces de crecer en
anaerobiosis en el interior de la carne y alterarla. La terminología que se emplea en
relación con esta alteración es inexacta. Los más empleados son los términos
degradación, putrefacción, y (chusmon, aunque parece ser que tienen un significado
diferente para cada persona.
1.- Agriado. Este término supone que la carne desprende un olor agrio, y a veces
tiene sabor agrio, que podría ser debido a los ácidos fórmico, acético, butírico,
propiónico, y a ácidos grasos de un mayor número de átomos de
carbono, o a otros ácidos orgánicos, como por ejemplo los ácidos láctico y succínico.
El agriado puede ser consecuencia (u) de la actividad de los
enzimas propios de la carne durante el envejecimiento o durante la maduración, (6) de
la producción en anaerobiosis de ácidos grasos o de ácido láctico por la actividad de
bacterias, o de la proteolisis sin putrefacción, llevada a cabo por bacterias facultativas
o anaerobias y a veces denominada fermentación agria maloliente. La producción de
ácido y de gas acompañan a la actividad de las especies de Clostridium y a la de las
bacterias coliformes sobre los hidratos de carbono. En las carnes envasadas al vacío,
sobre todo en l a s que se envasan con materiales impermeables a los gases,
suelen crecer bacterias Iácticas.
3.- Husmo. El término husmo es un término todavía más impreciso que se aplica para
designar a cualquier olor o sabor anormales. El término chusmo del hueson de las
carnes se refiere tanto al agriado como a la putrefacción que tienen lugar en las
proximidades del huesos obre todo en los jamones. Suele ser sinónimo de
putrefacción.
No sólo la presencia de aire, sino que también la temperatura tiene una importante
influencia en el tipo de alteración que es de esperar tenga lugar en la carne. Cuando la
carne se mantiene a temperaturas próximas a los O 'C, tal como se recomienda, la
multiplicación de los microorganismos se limita a la de los mohos, levaduras y
bacterias capaces de multiplicarse a temperaturas bajas.
Los distintos tratamientos a los que se someten las carnes, como son el curado, el
ahumado, la desecación o el enlatado, suelen introducir cambios en las mismas y
modificar lo suficiente su flora microbiana como para que en las mismas aparezcan
tipos de alteración que no suelen experimentar las carnes
frescas.
No obstante, las bacterias lácticas pueden ser las causantes de tres tipos de
alteración:
La mayoría de las carnes curadas son de cerdo, aunque es posible que se curen
ciertas piezas de carne de vacuno. Ya se ha citado anteriormente el efecto inhibidor de
los nitritos frente a los microorganismos anaerobios. Se ha afirmado que el nitrito
sódico estimula la multiplicación de las bacterias lácticas en embutidos tales como los
de Turingia y Essex, que experimentan una fermentación ácida.
Las sales que se emplean en el curado favorecen más el crecimiento de las bacterias
gram positivas, de las levaduras y de los mohos, que el de las bacterias gram
negativas que suelen producir la alteración de las carnes. Estas sales también
reducen el tratamiento térmico necesario para producir productos cárnicos estables,
como por ejemplo los fiambres de carne de cerdo para bocadillos.
Algunas carnes, como por ejemplo la carne picada de vacuno a granel, se conservan
gracias a la elevada cantidad de cloruro sódico que se les añade.