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HIGINIO

MARÍN

ESTUDIO HISTÓRICO SISTEMÁTICO


DEL HUMANISMO I

C U A D E R N O S
EMPRESA Y HUMANISMO
I N S T I T U T O

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HIGINIO MARÍN ESTUDIO HISTÓRICO SISTEMÁTICO DEL HUMANISMO I

I Humanismo Aristocrático* Más arduo les debió resultar plantearles a 2


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33

sus conciudadanos la siguiente cuestión: con la


Nuestro punto de partida va a ser ahora la práctica productora se ganan destrezas que
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Grecia ateniense en la que vivieron y reflexio- son una perfección parcial para el que ejecuta
naron Aristóteles y, todavía más sentidamente, la actividad: navegante o constructor. Pero
Platón y su maestro Sócrates; al que su propio todo el conjunto de pericias y habilidades no
discípulo pudo decirle “menos te alejaste de son todavía suficientes para perfeccionar al
Atenas que los cojos, ciegos y demás invá- hombre en tanto que hombre, y no en tanto
lidos”. Como vamos a ver, el Humanismo Aris- que diestro en algunos de los oficios o de las
tocrático bien podría llamarse ateniense, técnicas.
porque en su esencia consiste en pensar que Ahora bien, si el hombre se encuentra res-
cualquier forma de lejanía de la clase de pecto del hecho mismo de ser hombre, de
sociedad humana que se logró en Atenas, es modo semejante quien quiere ser navegante
también alguna forma de invalidez del cuando todavía no ha navegado, y si aquella
hombre. insuficiencia respecto de uno mismo no se
Las ciudades griegas de los siglos V y IV a. de supera por el logro y acumulación de pericias
C. albergaban suficientes artesanos y hombres parciales, entonces ¿mediante qué actividades
diestros en producciones, como para que gana el hombre para sí calificativos que no sig-
aquellos filósofos pudieran hablar a sus con- nifiquen una perfección parcial, sino estricta-
ciudadanos de la práctica y la costumbre como mente humana?
procedimientos de adiestramiento y apren- La cuestión puede plantearse de otro modo
dizaje: el flautista o el citarista se hacen modificando para nuestro interés la fórmula
buenos músicos tocando la flauta o la cítara, el aristotélica: si de la perfección específica del
constructor construyendo y el navegante nave- hombre puede decirse también “lo que
gando. La experiencia es insustituible en el ‘somos’ después de haber aprendido, lo apren-
desarrollo de pericias, de saberes prácticos. demos haciéndolo”, entonces cabe pregun-
Aristóteles lo expresó diciendo “lo que tarse qué cosas son aquellas con las que el
hacemos después de haber aprendido lo hombre se hace humano al hacerlas. Esta es la
aprendemos haciéndolo”1. pregunta que inaugura la cuestión del huma-

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nismo, y, como veremos, las distintas res- Más tarde veremos que ambos ideales 3
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puestas que se le han dado constituyen encontraron categorías en las que encarnarse
ya no meramente poéticas o literarias, sino
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también sus distintas formas epocales.
políticas y filosóficas. Bástenos por el
Obviamente los pensadores griegos no se
momento con nombrar la correlación entre
plantearon la cuestión ex novo. Y como suele
trabajo y poiesis por un lado, y pronunciar
ocurrir en todas las culturas, las preguntas las
palabras y realizar acciones y praxis por el otro.
hacen los filósofos cuando en el seno de ellas
Correlación que aunque no es estricta sí es sufi-
se ha hecho problemático responderlas, es ciente para que la destaquemos, y para que
decir, cuando son varias las respuestas con que señalemos, como hace Alejandro Llano, que
se cuenta, y el sentir común de la comunidad cada una de ellas hace prevalecer esferas dis-
se ha colapsado en la perplejidad. tintas de la vida humana: “La palabra y la
Según Jaeger2 la tradición cultural griega acción -en el sentido de praxis- sitúan al
arcaica (casi exclusivamente de índole poética) hombre en el ámbito público. En cambio, el
ofrecía al menos dos respuestas suficiente- predominio del trabajo productivo -en el
mente diferenciadas: Hesiodo, poeta proce- sentido de poiesis- conduce hacia el repliegue
dente del ámbito rural, representó el ideal de a la esfera de la privaticidad de los inter-
la vida sencilla y atenta a los menesteres coti- cambios mercantiles”3.
dianos que permitía ensalzar el trabajo como Si recordamos ahora los términos en que
justificación libre y responsable de la subsis- habían sido planteadas las diferencias entre las
tencia propia y familiar. Por otra parte el ideal actividades parcialmente perfeccionantes -
heroico, enaltecido y desarrollado por pericias, habilidades y oficios productores-, y
Homero, destacaba las excelencias de orden aquellas otras mediante las que el hombre
social y político, y podría resumirse con las gana para sí mismo, y en cuanto que tal, el per-
palabras que Fénix, viejo preceptor de Aquiles, feccionamiento o deterioro que de ellas se
dirigió a éste en cierta ocasión recordándole deriva, es claro entonces que serán éstas
para lo que había nacido y sido educado: “Para últimas (y por tanto el ideal heroico-homérico)
ambas cosas, para pronunciar palabras y rea- las que prevalecerán, al menos relativamente,
lizar acciones”. en el contenido de la respuesta más caracterís-

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ticamente griega a la cuestión antes plan- aquellas actividades del hombre que perfec- 4
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teada. cionan a lo exterior y distinto, y al hombre en


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Dicha respuesta puede resumirse en los tanto que agente modificador de lo distinto de
siguientes términos: las actividades mediante sí mismo. Dicho de otro modo, como en la pro-
las que el hombre se hace humano son dis- ducción lo sustancial para juzgar la cualidad de
tintas y superiores a aquellas otras que, por la acción es la perfección de lo producido,
decirlo de algún modo, capacitan para el ejer- quien realiza la acción es juzgado bueno o
cicio de un oficio productor o económico. malo en cuanto que productor, es decir, según
Como dice Finley refiriéndose al mundo criterio parcial y pericial.
griego, “En la Antigüedad, sólo la lengua En la parcialidad perfeccionante de esas
recibía la inspiración de los dioses, nunca las actividades y en su condición subordinada (no
manos”4. Es el decir y el hacer emancipado de libre) respecto de la satisfacción de las necesi-
los requerimientos de la utilidad el que deja dades de la vida, se asienta la escasa estima
ver y acrecienta la medida de lo humano; el que por ellas se tuvo en la Edad Clásica: ‘“Los
hacer productivo, en cambio, es la respuesta juicios peyorativos de los escritores antiguos
para su supervivencia de una realidad bio- sobre el trabajo, y especialmente sobre el
lógica desprovista de especialización fun- trabajo artesano, y sobre cualquiera que
cional; esto es, sin garras, pezuñas, cuernos ni
trabaje para otro, son tan continuos, nume-
pieles suficientes por sí solas para aislar y pro-
rosos y unánimes, tan envueltos en todos los
teger de las hostilidades del medio, pero con
manos capaces de hacer y utilizar instru- aspectos de la vida antigua, que no se pueden
mentos. dejar de lado como retórica vacía”5.
En términos generales puede decirse, pues, Muy distinto es el juicio y la estima que
que oficios productores o económicos son las merecen lo que hasta ahora hemos venido refi-
actividades tendentes a la satisfacción de las riendo como ‘palabras y acciones’. Para pre-
necesidades de la vida, y también que se trata cisar un tanto más de qué tipo de palabras y
de actividades que tienen como fin un pro- acciones se trata, es preciso que nos demo-
ducto (cuyo fin no está en sí mismas) y se remos en asistir a la transformación del ideal
juzgan buenas o malas en relación al producto: homérico, (aristocrático-heroico y propio de la

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Grecia arcaica), en el ideal ciudadano, y que En la medida que los ámbitos familiares y 5
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vamos a caracterizar como aristocrático-cívico. aldeanos surgen y operan como niveles de


organización propendentes a la satisfacción de
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Dicha evolución es correlativa al perfila-
las necesidades de la vida, son también
miento filosófico de las nociones de praxis y
ámbitos en los que prevalece la particularidad
poiesis, al surgimiento de la ciudad, y también de los intereses por la subsistencia -la ‘preocu-
a la configuración del Humanismo griego más pación’-, que pueden ajustarse, al menos en
característico. Para poner de manifiesto dichas buena medida, al programa de una vida posi-
correlaciones nos vamos a dejar llevar por el bilitada y justificada por el trabajo.
relato aristotélico de la constitución de las ciu-
dades. Es claro también que se trata de unidades
humanas que caen bajo el campo de las activi-
Para Aristóteles la familia fue la primera dades productoras y poiéticas, y es fácil ima-
forma de unidad organizativa humana, y ginar, por ejemplo, cómo en ellas la pericia
también la agrupación mínima desde la que se para cultivar la tierra y producir los útiles nece-
podía atender la satisfacción de las “necesi- sarios para el cul-tivo o el ornato, pudo dar
dades cotidianas” de la vida. La agrupación de lugar a las primeras formas de división del
varias familias forma la aldea, la segunda de trabajo y de distinción de funciones sociales.
las formas de organización humana en la que Aristóteles lo relata de este modo: “Es
además de las necesidades cotidianas, puede natural que quien en los primeros tiempos
atenderse también la satisfacción de las “no inventara un arte cualquiera, separado de las
cotidianas”. La ciudad -que se forma por la sensaciones comunes, fuese admirado por los
agrupación de varias aldeas- tiene como ideal hombres, no sólo por la utilidad de alguno de
la autarquía, la completa independencia, y sus inventos, sino como sabio y diferente de los
surgió también a causa de las necesidades de otros, y que, al inventarse muchas artes, orien-
la vida -cotidianas y no cotidianas-, para satis- tadas unas a las necesidades de la vida y otras
facerlas mejor y hacerlo con independencia. a lo que la adorna, siempre fueran conside-
Pero una vez logrado eso, dice Aristóteles en rados más sabios los inventores de éstas que
el IV a. de C., la ciudad “ahora existe para vivir los de aquéllas, porque sus ciencias no bus-
bien”. caban utilidad. De ahí que, constituidas ya

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todas las artes, fueran descubiertas las ciencias 6


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guardó Aristóteles para la historia, y suma-
que no se ordenan al placer ni a lo necesario; y mente agradecido al parecer, por haber
lo fueron donde primero tuvieron vagar los inventado el sonajero que tiene quietos y hace
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hombres. Por eso las artes matemáticas callar a los niños).
nacieron en Egipto, pues allí disfrutaba de ocio En cualquier caso es claro que, tal y como
la casta sacerdotal”6. han sido descritas por Aristóteles, ni la familia
Al respecto aquí nos interesa señalar dos ni la aldea son ámbitos vertebrados en torno a
cuestiones bien distintas pero esclarecedoras: aquellas actividades más neta y específica-
el relato de la aparición de las diferentes artes mente humanas; sino que, más bien al con-
y ciencias es estrictamente paralelo al de la trario, se trata de comunidades establecidas en
constitución de las distintas comunidades orden a la subsistencia, y articuladas en torno
humanas, de modo que los distintos estatutos a la destreza pericial, al ejercicio de oficios que
epistemológicos de la técnica, el arte (técnicas dan la medida del hombre según un criterio
no subordinadas a la utilidad) y la ciencia son subordinado a la satisfacción de las necesi-
también correlativos con los estatutos de dades de la vida.
doméstico, aldeano y ciudadano; así, en Que sea por el surgimiento de la ciudad por
efecto, la Metafísica, por ejemplo, resulta ser lo que se hizo posible articular un tipo de
como el ciudadano, la ciencia libre y eman- comunidad humana según relaciones no inme-
cipada por completo de los requerimientos de diata ni exclusivamente subordinadas a la
la utilidad. supervivencia, quiere decir que sólo una vez
Por otra parte, la baja estima que se tiene de que el poblador de la ciudad, el ciudadano,
las técnicas útiles da razón de que, como pudo despreocuparse -al menos relativamente-
también señala Finley, no se conservara de realizar actividades propendentes a la satis-
memoria del nombre de ninguno de sus inven- facción de las necesidades de la vida, sólo
tores, aún cuando tales inventos resultaran de entonces, fue posible que se ocupara en ‘vivir
una importancia crucial para la supervivencia y bien’: en hacer y decir acciones y palabras que
la historia de las técnicas productoras y econó- se midieran por ellas mismas y no por su pro-
micas. (No obstante hay excepciones, desde ducto. Ese es el primer sentido que tiene en
luego, como la de Arquitas, cuyo nombre Grecia ciudadano: ‘hombre libre’, hombre que

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lleva una vida que es progreso hacia sí mismo, acciones no sometidas a las exigencias de la 7
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hombre que se hace humano en y mediante su utilidad para la satisfacción de las necesidades
vivir según la forma de las ciudades estado de una vida corpórea: “la vida es acción, no
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griegas. producción”, dice Aristóteles. No puede dedu-
Ahora bien, el desarrollo técnico alcanzado cirse de ahí que la condición de esclavitud sea
durante los siglos V y IV a. de C., hace impo- sencillamente idéntica a la que hoy desig-
sible la existencia de un nutrido grupo social namos con la expresión proletariado. El prole-
liberado de la ‘preocupación’ por la satis- tario es un medio de producción. Obviamente
facción de las necesidades de la vida, y que no no se trata de un medio de producción maqui-
contara con el suficiente patrimonio material y nario, pero su estatuto funcional no dista
humano (esclavos). mucho de serlo: se trata de un medio de pro-
ducción humano.
Los esclavos no lo son sólo por no ser dueños
de sí y no ser libres -por naturaleza o por acci- Ahora bien, cuando Aristóteles dice que la
dente como los vencidos en guerra-, sino que vida es acción, no producción, dice también, “y
lo son también por ocuparse en actividades por ello el esclavo es un subordinado para la
que, como las de los artesanos y comerciantes, acción”. Obviamente, estar subordinado a la
no propenden a la felicidad, por la sencilla acción no significa que el esclavo no llevara a
razón de que son actividades productoras o sin cabo producciones. Más bien lo implica nece-
fin en sí mismas, en las que el hombre no sariamente: “En la utilidad difieren poco,
puede dar e incrementar la medida de sí tanto los esclavos como los animales domés-
mismo. Resulta, pues, que mientras ciudadano ticos suministran lo necesario para el
significa hombre libre, hombre que se hace cuerpo”7. Lo que más bien quiere decirse, es
humano; esclavo significa justamente hombre que, al menos programáticamente, ser esclavo
que no vive para sí, “hombre no humano”. consiste en llevar a cabo aquellas actividades
Conviene, sin embargo, que precisemos un mediante cuyo ejercicio el amo no podría
tanto más esta cuestión. Si bien es cierto que, atender a los requerimientos de una vida
como hemos venido diciendo, la condición de humana en sentido estricto, es decir, libre,
hombre libre es la de quien puede llevar a política, ciudadana. Forma de vida ésta de la
cabo un programa de vida, en la forma de que en alguno de sus beneficios participa el

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esclavo en la misma medida que funcional- 8


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medios materiales precisos para la despreocu-
mente subordinado. pación por la subsistencia, sino también
porque la libertad significa creciente posesión
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En ese sentido, y aunque el esclavo se
aplicara directamente al cumplimiento de de uno mismo, dominio y subordinación del
aquellas labores útiles -fueran o no produc- propio vivir en orden al crecimiento interior, a
toras-, en último extremo no era un objetivo la excelencia moral. Ese dominio de sí que es la
económico al que se subordinaba, sino a un libertad y que significa que el que vive dispone
objetivo cultural: abrir la posibilidad de una de su propio vivir, y vive, por tanto, más y
vida humana en sentido estricto, esto es, dejar mejor, no es para los filósofos griegos otra cosa
libres las manos de sus dueños para que éstos que las virtudes, la areté, es decir, la excelencia
pudieran con ellas realizar acciones que no se humana.
midieran por su producto. Libertad tiene en Grecia una amplitud que
Ahora bien, dejar libres las manos es recoge unitariamente tanto la tenencia de
también y sobre todo dejar libre el cuerpo y la medios materiales, como la tenencia de vir-
palabra, pero no para que se relajaran sin tudes y de uno mismo, y el reconocimiento
objeto, sino para que, en primer lugar, se colectivo de la propia realidad en cuanto que
tomaran a sí mismos por tarea, es decir, la gim- agente social y político: “¿Cuál es el lugar de la
nasia y la poesía; y pudieran después tomar la libertad dentro de esta estructura metafísica y
ciudad a su cargo. Con la palabra libre se hace social? Es crucial (...) para Aristóteles el que las
la poesía, pero sobre todo la ciencia y la filo- virtudes no estén al alcance de los esclavos o
sofía. Con el cuerpo libre se hacen los juegos de los bárbaros, ni tampoco el bien M hombre.
deportivos y la guerra. (Como más adelante ¿Qué es un bárbaro? No sólo un no griego
veremos, en pocas circunstancias se pensaba (cuyo lenguaje suena a los oídos griegos como
que pudieran las manos libres dar la medida un ‘ba,ba,ba’), sino alguien que carece de
del hombre -en tanto que hombre- que ciudad (...) y muestra por ello que es incapaz
actuaba con ellas como en la guerra). de relaciones políticas. ¿Qué son relaciones
No ser dueño de sí, no vivir para sí y no ser políticas? Las relaciones de los hombres libres
libre significan en Grecia lo mismo, no sólo entre sí (...) Estar incluido en relaciones polí-
porque la libertad implicara la posesión de los ticas conlleva libertad de cualquier posición

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que sea mera sujeción. La libertad es requisito 9


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social por la sumisión a ley, por el reconoci-
para el ejercicio de virtudes y para el logro del miento intersubjetivo de la capacidad de hacer
bien”8. y de sufrir acciones de otros según la forma de
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Resulta, por tanto, que la universalidad de una norma común. En Roma este mismo
la noción metafísica de hombre (elaborada fenómeno podría describirse como “jugar un
precisamente por Aristóteles), no es referida papel” en el medio social, es decir, ser
universal-mente al orden sociopolítico. De “persona” en su primer sentido en la historia
modo que lo que venimos llamando dignidad occidental, el socio-jurídico.
o condición humana no emerge a la vida social La ley en tanto que norma (nomos) es
en Grecia sino con las restricciones que también una cierta forma (morphé) cuyo
imponen las contraposiciones entre pro- efecto es análogo al de la “forma” en los seres
ducción-poiesis y acción-praxis, y su correlación naturales: su acción ‘informante’ es un dotar o
con la distribución del trabajo y la consi- un cobrar realidad de lo que antes era mera
guiente diferenciación de clases que se opera indeterminación en el orden social -caput en
con el surgimiento de la ciudad”9. Roma-, un conformar lo real según su determi-
Repárese ahora en que ser libre no consiste nación que consiste en constituir un agente
en no estar sometido a ley, sino más bien en lo identificable en principio de operaciones
contrario. La ley es norma, medida, regla: socio-políticas. (Como más adelante nos vamos
razón -logos diría un griego-. Estar sometido a a ocupar en explicar, en Grecia la ley, el nomos,
ley es estar salvaguardado de la barbarie, de la en tanto que morphé es también en cierto
falta de norma; barbarie es vivir sin ley, estar modo physis, esto es, naturaleza). El término
sometido a la falta de medida, de logos. El griego que designa la libertad, eleutheria, sig-
esclavo griego (y el romano y el medieval) no nifica precisamente poder vivir de acuerdo con
es el que soporta el peso de la ley, sino el que la costumbre”: se es libre para poder ajustarse
no tiene por morada la medida de lo humano a norma, porque al hacerlo se entra a parti-
que es la ley. La ciudad se salvaguarda de la cipar de la forma de sociabilidad que es especí-
barbarie física con las murallas, de la barbarie ficamente humana, la de aquellos cuya comu-
política por la ley. En Grecia la condición nidad no es un mero instrumento para la satis-
humana del hombre viene dada en el medio facción de necesidades. Ahora bien, esa norma

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no puede ser ninguna de las técnicas útiles, de una cierta aristocracia ciudadana y patri- 10
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porque éstas sólo conforman comunidades res- monial: sólo quienes estuvieran liberados, al
pecto de la provisión de lo necesario para el
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menos en cierto grado, de la ‘preocupación’
cuerpo y el adorno, esto es, casas y aldeas, no podrían ocuparse en aquellas actividades y
ciudades. modos de vida que reportan una ganancia de
Ese es el sentido con el que Aristóteles cita a otra índole, la propia humanización. De ahí la
Homero para indicar que el hombre insocial - condición aristocrática de la primera de las
que no es hombre o es más que hombre (dios)- formas epocales del Humanismo de la que
es el que vive “sin tribu, sin ley, sin hogar”. El estamos tratando.
hombre es libre sometiéndose a ley porque La forma aristocrática del Humanismo
elude la barbarie. Sólo la acción que pugna por griego significa que el patrimonio es a un
medirse de acuerdo con una norma común es tiempo condición de posibilidad socio-eco-
acción reconocible, imputable a un sujeto que nómica de su surgimiento, y un [actor crucial
se constituye en principio de acciones con rele-
en orden a la peculiar configuración que éste
vancia en un medio común; dicho de otro
tomó. El hombre griego y libre es el hombre-
modo, sólo la acción reglada es acción social.
Esto acontece en la ciudad, o más propia- dueño, el que es dueño de bienes y hombres, y
mente, la ciudad existe en tanto que puede por ello afrontar la posesión de sí
ordenada, y su ordenación es la ley. No tener mismo, el dominio de sí en orden a un doble
hogar-casa, ni tribu-aldea, ni ley-ciudad es no sentido de la libertad, el socio-económico y el
poder ser reconocido, quedar excluido de las moral, cuya síntesis -al menos programática-
relaciones regladas por ley, no poder jugar mente- es la libertad política, la condición de
ningún papel y carecer de topos, de lugar. La ciudadano.
polis sólo es ‘hogar’ para quienes ‘proceden de Ahora bien, una condición necesaria de
lo conocido’ y resultan identificables. Por eso índole socio-económica, no es todavía y por sí
Platón llama en el Critón a las leyes “nodrizas”. sola una condición suficiente, y el ideal aristo-
No obstante, el Humanismo griego no sólo crático no se constituye sólo como una deter-
es correlativo al surgimiento de la ciudad, sino minada dotación patrimonial (si así fuera se
también, y muy especialmente, al surgimiento trataría más bien de un ideal oligárquico), sino

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por ocupar su ocio -vida liberada de ‘preocu- traposición a técnicas y producciones), y ejer- 11
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pación’- en forma activamente humanizante. cicio de la función educadora en su doble


dimensión, la de enseñar ciencias y saberes, y
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Que el patrimonio sea condición de posibi-
lidad, significa sólo y justamente que todas la de ejemplificar y encarnar el ideal humano
aquellas otras actividades dedicadas a la gene- en la vida social. Estas son las acciones que se
ración del ocio (y que de modo genérico piensa que son fin en sí mismas y que perfec-
podemos precisamente denominar como la cionan al hombre (praxis), y no tanto a lo que
negación de aquél, es decir, el negocio), le resulta exterior y distinto como ocurre en las
quedan fuera del ámbito de las tenidas por producciones (poiesis).
actividades humanizantes. De ahí textos como Es preciso ahora que nos demoraremos
éste en la Política de Aristóteles: “en la ciudad aunque sea brevemente en algunas preci-
mejor gobernada (...) los ciudadanos no deben siones filosóficas sobre las nociones de praxis y
llevar una vida de obrero ni mercader (porque poiesis. Cuando Aristóteles lleva a cabo la dis-
tal género de vida carece de nobleza y es con- tinción entre esos dos tipos de acciones parece
trario a la virtud), ni tampoco deben ser labra- referirse con toda nitidez a las operaciones
dores los que han de ser ciudadanos (porque intelectuales para la praxis, y a las acciones
tanto para que se origine la virtud como para productoras (construcción, por ejemplo) para
las actividades políticas es indispensable el la poiesis. La posibilidad de la praxis moral
ocio)”. radica en que, como dice el propio Aristóteles,
Responder ahora a la pregunta respecto la acción buena sea ella misma fin. Hay por
cuáles son las actividades mediante las que el tanto, y al menos, dos tipos de praxis, la cog-
hombre se hace humano, o cuáles y de qué noscitiva y la moral.
tipo son las acciones y palabras en las que el Ahora bien, cuando se conoce, el verbo que
hombre da e incrementa la medida de sí se esta ejerciendo es precisamente el de
mismo, es enunciar a un tiempo las funciones y conocer. La praxis cognoscitiva refiere a verbos
misiones aristocráticas, y las actividades y que- cognoscitivos. Pero no ocurre así con la praxis
haceres humanísticos (libres y práxicos): orga- moral: lo que se hace es, por ejemplo, dar
nización y participación en la vida social y dinero, y ésto se hace generosa, magnánima o
política, cultivo de ciencias y saberes (en con- mezquinamente; el que informa dice algo, y es

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ese decir lo que se hace veraz o falsamente; Puede expresarse, quizás, con mayor pre- 12
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quien se abalanza contra los enemigos lo que cisión si se admite que la acción humana es sus-
ceptible de ser considerada bajo la distinción
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hace es luchar, y es el luchar lo que se hace
valiente, temeraria o incluso cobardemente. La forma-materia. En ese caso decir que la praxis
praxis moral, más que una cuestión verbal cognoscitiva tiene verbos propios, significa
como la cognoscitiva, es una cuestión que la noción teórico-objetiva de praxis cog-
adverbial, consiste en un modo de hacer. No noscitiva no es sólo una definición formal sino
hay verbos específicos para la praxis moral, y también material: el verbo-materia ‘conocer’
de ahí que Aristóteles tenga que caracteri- sólo es posible según la ‘forma’ de tener lo
zarlas como “acciones” en oposición a “pro- conocido en el acto mismo de conocer. Ahora
ducciones”. bien, la noción teórico-objetiva de praxis
moral (acción), no es tanto una definición
Ciertamente eso no quiere decir que cual- material, como formal: la cualidad de la praxis
quier acción pueda ser una praxis moral sólo moral, el que la acción sea fin ella misma, está
con hacerla de un determinado modo (matar a en el orden formal. Por supuesto, que como
un inocente, por ejemplo). Pero sí quiere decir toda forma implica también una restricción
que no hay ninguna razón por la que ‘cons- respecto las materias-verbos posibles de ser
truir’, además de ser una producción, no informados; esto es, hay materias capaces y
pueda formar parte también de una praxis otras que no lo son. Pero no hay una coperte-
moral. Y, sin embargo, eso mismo es lo que ni nencia intrínseca entre su definición formal y
Aristóteles ni el mundo clásico parece que el verbo-materia, como la hay en la noción de
estuvieran dispuestos a admitir. He aquí el cri- praxis cognoscitiva. De modo que propia-
terio cultural por el que las misiones aristocrá- mente no hay verbos específicamente práxico-
ticas se convierten en los verbos que el huma- morales. La denominación aristotélica de
nismo griego tuvo por pertinentes para la “acción”, no es ningún verbo concreto, sino
praxis moral, es decir, para las acciones en las una denominación formal en orden a dis-
que el agente progresa hacia sí mismo, en las tinguir un modo del obrar humano. Ese es el
que el vivir es crecimiento y el hombre se hace sentido con el que hemos dicho que la praxis
humano. moral es más bien una cuestión adverbial.

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Una vez hechas tales precisiones, conviene La raíz de la palabra es la misma que la de 13
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reparar en que entre el conjunto de las aristos, el superlativo de distinguido y selecto,


misiones aristocráticas que se asimilan con y que en plural era constantemente utilizado
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cierta exclusividad cultural el carácter práxico para designar a la nobleza”10.
está también la guerra. Como más adelante Dicha concomitancia entre el orden social y
veremos, la misión guerrera desempeñó un el moral (y el metafísico) que estamos explo-
papel central en el sistema socio-cultural del rando, es la que presta sus perfiles caracterís-
mundo antiguo: la pervivencia misma de una ticos al Humanismo Aristocrático, y es también
aristocracia patrimonial (de bienes raíces), y la forma en la que resultan correlativas la dis-
que repudia -programáticamente al menos- las tinción filosófica entre praxis y poiesis, y el sur-
actividades del ámbito del negocio, depende gimiento de las ciudades según una deter-
en buena parte de la funcionalidad social que minada distribución de funciones y de clases.
se te reconozca al hacer guerrero.
Lo dicho hasta ahora se pone de manifiesto
*** en la comprensión y el juicio aristotélico sobre
La condición aristocrática del Humanismo dos realidades heterogéneas pero en las que
griego, y la función del patrimonio, no signi- se deja ver una misma concepción funda-
fican, al menos necesariamente, que el Huma- mental. La noción de economía y el juicio valo-
nismo aristocrático sea una realidad exclusiva- rativo acerca de la conveniencia pedagógica
mente socioeconómica. Más bien al contrario, de la flauta.
su condición aristocrática implica como funda- El término “economía” que hoy se refiere,
mentales otras dimensiones del hacer humano aunque sea de modo genérico, al conjunto de
como son la ética y la estética: encarnar el actividades propendentes a la acumulación de
modelo antropológico que una cultura tiene valores de cambio, Aristóteles lo utilizó sólo
por excelente es a un tiempo, el cumplimiento para designar aquellas actividades propias de
de una exigencia moral y el ejercicio de una la administración doméstica y familiar (en
función estética y educadora, la presenciali- sentido amplio), es decir, las que tienen por
zación del modelo de una vida cumplida. objeto la satisfacción de las necesidades coti-
Como Jaeger señala señorío y areté (virtud en dianas y no cotidianas de la vida. La economía
griego) se hallaban inseparablemente unidos. para Aristóteles hace relación al valor de uso

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de los bienes, pero en ningún caso designa -dice Aristóteles- que reduce al hombre libre, 14
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33

aquellas otras actividades que más propia- excluyéndole del ámbito de acción propio de
mente constituyen el ‘vivir bien’. De modo que
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su libertad, la polis, y de las actividades
no es extraño, dice el filósofo, que quien mediante las que el ciudadano gana para sí
pueda deje la administración a un subalterno una libertad que ya no es un mero título socio-
para poder dedicarse él a la política o a la filo- político. Según el filósofo son tres las formas
sofía. de crematística: el comercio, la usura y los
Las actividades que directa y primariamente oficios asalariados.
se desarrollan en torno al valor de cambio He aquí el testimonio de un historiador para
forman parte del arte adquisitiva que se ocupa
despejar la sospecha de que se tratara sólo de
de la provisión de los bienes necesarios para su
la posición particular de un filósofo: “es
uso. Cuando tal arte de la provisión desborda
la suficiencia de la seguridad y el ornato nece- posible que el ateniense bien situado no
sario para la vida, Aristóteles la tiene por una tuviera dinero. Si era así, tampoco pedía
forma “antinatural” de actividad que se prestado hipotecando su finca para su
origina en el afán de vivir, pero no de ‘vivir expansión económica. Su mentalidad no era
bien’, sino de hacerlo con placer, y como el productiva. Lo que distinguía al plousios del
apetito de esto último no tiene límite, penes era la libertad de no tener que ganarse
tampoco lo tiene el de la acumulación de los la vida; esta antinomia griega tiene, en su sig-
medios para obtenerlo que son las riquezas. nificado, un matiz que difiere notablemente
Dicho arte de la provisión se llama crema- de nuestros ricos y pobres. Para este par de
tística. Si está subordinado a la administración palabras no hay traducción precisa excepto
doméstica y tiene por consiguiente sus límites con un circunloquio. La riqueza era buena y
(satisfacción de necesidades cotidianas y no deseable, en realidad necesaria para la vida del
cotidianas), entonces se trata de un arte nece- buen ciudadano. Pero su función era liberar a
sario y útil, Pero si cobra autonomía de los su poseedor de actividad y preocupaciones de
fines económicos, esto es, domésticos, y en tipo económico, y no proporcionarle una base
tanto que se constituye en la actividad básica para seguir esforzándose en adquirir cada vez
de una forma de vida, es un mal social y moral más” 11.

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Nuestro interés no está tanto en si la menta- mejor lo que conducía y lo que no a la virtud” 15
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33

lidad del ateniense era productora o no, como los griegos prohibieron su uso “a los jóvenes y
en mostrar y hacernos cargo, de que las activi- a los libres”, e hicieron bien, dice Aristóteles,
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dades económicas no se cuentan entre porque la flauta tiene “el inconveniente de
aquellas con las que el mundo griego res- impedir el uso de la palabra”, además de “des-
pondió a la pregunta sobre qué actividades figurar el rostro”, motivo por el que Atena, la
ganan para el hombre una perfección específi- diosa de Atenas y la inventora de la flauta, la
camente humana, y no meramente parcial y rechazó una vez descubierta. Aristóteles jus-
pericial. tifica el repudio de la diosa porque “tocar la
Como ya hemos señalado, en el mundo cul- flauta en nada contribuye al cultivo de la inte-
tural griego, la economía no sólo es una acti- ligencia, y atribuimos a Atenas la ciencia y el
vidad cuyo fin no está en sí misma. Además se arte”12.
trata de un arte doméstico y aldeano, pero no No poder utilizar la palabra es no poder
ciudadano, es decir, en el que no comparece el ejercitar el vínculo más excelente de la sociabi-
hombre en un uso de sus potencias que pueda lidad, no poder aplicarse a cosas distintas de
llamarse libre, sino subordinado y medido por las que impone la subsistencia y acomodo de la
la utilidad en orden a las necesidades de un ser propia condición corpórea. Defraudar la
corpóreo y gregario. propia condición de hombre libre y ciudadano,
La otra cuestión de la que nos vamos a servir destinado a la excelencia en el hacer y en el
es la azarosa historia social de un artefacto decir. Mientras que el rostro desfigurado en la
musical. La flauta fue un instrumento cuya uti- interpretación musical es, como el de los
lización con fines pedagógicos debió estar cómicos, lo contrahecho sin dolor, una mueca
relativamente extendida durante una época y de la condición humana y libre. La flauta
entre los griegos ciudadanos. Sin embargo, su ejercita en acciones menores, tales como las
uso decayó posteriormente, y, al parecer, que representa la comedia, y forma como ésta
perdió también toda la estima de la opinión caracteres poco graves y excelentes,
general. Pues bien, el trabajo, el oficio pericial y pro-
He aquí la explicación que da Aristóteles de ductor, el ámbito de la poiesis, tiene en Grecia
suceso tan común: “cuando se pudo juzgar las características generales de la economía y

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la flauta: instrumentalización para la satis- porque funda una sociedad que es para algo 16
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33

facción de las necesidades de la vida, la imposi- más que para la satisfacción de necesidades: la
bilidad de configurar mediante él un modo de ciudad. La acción libre no es poiesis, como la
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vida propendente a la felicidad, y la desfigu- ciudad no es agrupación crematística. De ahí
ración del rostro con la imposibilidad de la que el trabajo no sea en Grecia una acción
palabra: aunque aquí podría añadirse que de social (libre o ciudadana): el trabajo es tenido
la palabra relevante, la que da e incrementa la como un hacer que no es palabra, y que, como
medida del hombre que la pronuncia. la flauta, impide el hablar; un hacer como
Vamos a verlo con un poco mas de deteni- mera “voz”, el phoné operativo del hombre, el
miento. En tanto que se piensa que el trabajo ruido o sonido consiguiente a la forma cor-
no perfecciona al agente ni le conduce a la póreo- necesitan te del hombre. Los oficios son
virtud, sino que produce un efecto exterior al las “voces”, la expresión, ya no meramente
hombre, el trabajo resulta ser, como la flauta, fónica como en los animales, sino operativa, de
una poiesis. Pero además, y en tanto que las necesidades humanas: de la salud la
subordinado a la satisfacción de necesidades medicina, de la vivienda la construcción, del
resulta ser también crematística. El trabajo es, alimento la agricultura, la pesca, etc.
pues, una poiesis crematística. Un hacer instru- Recolección, caza, pesca (también la agri-
mental respecto de la satisfacción de necesi- cultura y el pastoreo) y construcción son
dades. algunas de las formas ‘naturales’ de esa voz-
En tanto que poiesis crematística el trabajo hacer del hombre, naturales porque no tienen
es un hacer que es expresión de necesidades; valor en virtud de una convención. Su pro-
como la mera “voz” (sonido) que es en el ducto o efecto tiene él mismo un valor de uso
animal expresión de su ser biológico. La que es el satisfacer necesidades. En la reco-
“palabra”, sin embargo, no está restringida a lección y en la caza el fin del hacer es, él
lo biológico; la “palabra” es más que la mismo, provisión de los necesario: disponibi-
expresión de lo biológico, como la acción lidad del fruto o del animal.
(praxis) es más que satisfacción de necesidades. Pero la poiesis puede también ser crema-
La acción libre es, como la palabra, acción tística en virtud del valor de cambio de su pro-
social, humana (“política” se diría en griego), ducto, o del valor de cambio del hacer mismo.

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Pues bien, en Grecia, una actividad humana 17


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33
ninguna de las voces, ni el conjunto de ellas.
que tiene un efecto exterior y que no perfec- La multiplicidad de los oficios es condición de
ciona al agente (poiesis), y que éste utiliza posibilidad de su articulación, pero ésta es sólo
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según su valor de cambio para la provisión de signo de algo distinto de ella: la ciudadanía. La
lo necesario (crematística), es un oficio o pro- ciudad-estado griega es, pues, algo así como la
fesión. Las formas naturales de la voz-hacer del emisión de una palabra que genera una auto-
hombre no pueden estar concertadas en un conciencia concomitante, cuyo contenido es el
sistema social de interdependencias hasta que de ser a un tiempo el ‘nombramiento’ y la ‘rea-
se constituyen en profesión. Entonces cada lización’ de la humanidad misma: el verbo
uno puede pasar a depender del valor de humano -libre- encarnado, socio-cultural-
cambio del propio trabajo o de su producto. mente realizado. He aquí el fundamento del
Las profesiones son respecto del sistema social, criterio lingüístico para discriminar entre
lo que las especializaciones anatómicas res- griegos y bárbaros; estos últimos son los que
pecto del cuerpo animal: una misión se lleva a no hablan griego cuando no hablar griego es
cabo mejor si el órgano, corporal o sociológico, no contar con “palabras”.
del que depende sirve sólo para ejecutar esa Pues bien, en el sistema socio-cultural de la
misión. polis son poiesis todas las crematísticas; la
Del mismo modo que la “palabra” se mera subordinación a la provisión de lo nece-
compone de “voces” articuladas que, en virtud sario para la subsistencia convierte a la acción
de una convención se convierten en el sonido que lo pretende en poiesis. Y como la praxis
o la grafía en la que puede acontecer una sig- moral carece de verbos propios, es decir, sólo
nificación universal e irrestricta, también la acontece en acciones que son en sí mismas con-
ciudad (palabra) compuesta de oficios (voces) y sideradas poiesis (dar, enseñar, hablar, orga-
articulada en la forma del Humanismo Aristo- nizar, etc.), éstas se pueden pensar como
crático se hace el lugar donde acontece lo uni- acciones libres, práxicas, en la misma medida
versal, lo que ya no es oficio-voz de la corpo- que no son crematísticas, esto es, que no están
reidad necesitante, sino especificidad de lo subordinadas a la provisión de lo necesario
humano, libertad. Pero la universalidad de la para la vida, y no constituyen un oficio para
significación en la palabra no es tampoco quien las lleva a cabo. Ese es el criterio griego

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para discriminar cuáles de entre las acciones de la condición ciudadana. Sin embargo, sí 18
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33

poiéticas son aquellas en las que acontece un parece que hubo cierta oposición entre el
perfeccionamiento intrínseco del agente en estatuto de hombre libre y la realización de
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tanto que hombre. En el mundo antiguo sólo algún trabajo u oficio por cuenta ajena. En
hay una poiesis crematística que se cuente cualquier caso, cuando aquí se habla del patri-
entre la acciones libres y aristocráticas: la monio como condición de posibilidad nos refe-
guerra es la única ‘praxis’ crematística’. rimos más bien al ideal de vida, al programa
Recuérdese que el único criterio social que antropológico contenido en dicho estatuto
permitía distinguir a Sócrates de los sofistas, sociopolítico, que al hecho simple de contarse
era precisamente que el maestro de Platón no entre los griegos que no tienen dueño.
reclamaba remuneración alguna por ejercer la La sorprendente historia de la flauta puede
función pedagógica, es decir, ésta no tenía servirnos todavía para adentrarnos un poco
para él finalidad económica, la llevaba a cabo más en el no menos sorprendente mundo cul-
en tanto que hombre libre y la desarrollaba tural griego. Hemos señalado ya que es el decir
libremente, sin subordinación a criterios de y no tanto el hacer, al menos no las manos, lo
utilidad: no como un oficio o labor propen- que según se cree puede recibir la inspiración.
dente a la satisfacción de necesidades. Pero Al respecto la poca relevancia social que
con una ‘utilidad’ que se tenía por superior y tuvieron las artes plásticas puede servir de con-
excelente: dar lugar al hombre y a la sociedad firmación.
política en sentido estricto, esto es, al hombre Por otra parte la justificación que da Aristó-
y a la sociedad libre y griega, siendo ambos teles de la caída en desgracia de la flauta pone
términos indiscernibles, semánticamente uní- suficientemente de manifiesto la función
vocos. pedagógica y subordinada que tuvieron en
Bien es cierto que en Grecia la condición de Grecia, lo que hoy conocemos como artes
ciudadano u hombre libre no excluye de suyo bellas, respecto a la con~ formación de un
la ocupación en oficios que tuvieran por modelo antropológico eminente. Cabe sin
objeto la propia subsistencia. De modo que embargo, hacer dos excepciones, la música y la
una suficiente dotación patrimonial no es en arquitectura. Ambas son tenidas en mayor
rigor condición de posibilidad para la posesión estima que las demás porque, según se

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pensaba, con sus productos el hombre podía, comunidad -la de los hombres libres-, que 19
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33

en la medida que le es posible, representar el tiene en su condición de ser el lugar donde


orden supremo e imperturbable del universo, acontece la verdad, el carácter específico y dis-
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el canon o la cifra de lo real e imperecedero. tintivo del resto de las comunidades gregarias,
Por la misma razón también la escultura ya se compongan de esclavos, bárbaros, o ani-
parece haber merecido mayor atención: es el males.
canon de lo humano, su verdadera medida y Eugenio D’Ors lo expresó con ceñida y
proporción lo que gana la admiración griega. poética precisión: “Tras largo soñar guerras y
La escultura es un hacer que no quiere dar navegaciones, ábrense los ojos a la luz ate-
lugar a una mera “voz”, la escultura es un niense. Allí aprende el hombre la figura del
hacer que quiere hacer una “palabra” de hombre: de su conciencia, en frontis de
piedra, esto es, prestarle a lo universal un templos; de su arquetipo, en estatuas.
asiento que no es fónico sino cincelable; otra También hallará la ciudad su arquetipo; tal,
vez el mismo empeño, encarnar el verbo de lo que para siempre superpondrá en imperio,
humano para hacerlo real, <pronunciar> la urbe y orbe”. La institución de la ciudad en
palabra que es el hombre. La escultura es a la arquetipo civilizador es más bien obra romana
dimensión corpórea humana lo que la filosofía que griega; no obstante, es la peculiar índole
a la íntima constitución del hombre, la de la ciudad griega lo que permitirá más tarde
sociedad y el universo en su conjunto: el su expansión romana: en la ciudad acontece el
intento por aprehender y hacer manifiesta la hombre humano, es decir, emerge al plano
medida o la cifra que permite su inteligibi- socio-político la universalidad de la noción filo-
lidad, su posesión en una forma que ya no es sófica (teórico-objetiva) de hombre, y que -por
la física, sino la propia del animal que tiene mucho que se restrinja a la condición de ciu-
palabra. Es decir, que puede comunicar algo dadano, e incluso a la de griego-, tiene ya
más que dolor, deseo, agrado o desagrado con incoada una dinámica expansiva en el orden
el entorno; que puede referirse a las cosas, al socio-cultural hacia la universalidad que le
mundo, con independencia -libertad- de la resulta propia. Dicha dinámica universalista y
satisfacción de sus necesidades, y darlo a expansiva es la que constituye buena parte del
conocer con la palabra, fundando así una impulso civilizador romano (la idea de imperio

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es una trasposición político militar de dicha clases sociales, y la distribución del trabajo que 20
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33

universalidad), y de la posterior historia del conforman a la ciudad estado griega.


34
occidente europeo. De ahí, por ejemplo, que Utilizando una expresión del profesor Alvira
cuando la urbe romana y la libertad política se puede decirse que en lo que a las nociones de
derrumben como el ámbito y la forma propia praxis (acción) y poiesis (producción) se refiere,
de realización de la esencia de lo humano, el mérito del mundo griego reside en haber
aparecerán movimientos como el estoico que sido capaces de distinguirlas. Mientras que la
desarrollarán una noción de humanitas “cos- inaceptable parcialidad de su sistema socio-
mopolita”, es decir, que tiene al cosmos mismo cultural reside en haber intentado separarlas
como a su polis originaria. adjudicándolas como misiones propias a
Urbe y orbe están trabadas desde su inicio agentes o clases sociales distintas, o, por
griego precisamente porque la esencia uni- decirlo en su forma griega, utilizándolas para
versal del hombre cobra carta de ciudadanía conformar modos de vida, bios, distintos.
en Grecia, allí emerge en el plano socio-cul- Distinguir ‘acciones’ de ‘producciones’ sig-
tural como su fundamento: ser ciudadano nifica reparar en el hecho de que la praxis es
griego es ser ciudadano humano, cuya aspi- irreductible a la poiesis en el plano teórico-
ración última (aunque sólo progresivamente objetivo, esto es, reparar en que no es lo
desvelada) no puede ser otra que habitar el mismo obrar para producir, y tener, por tanto,
orbe entero como su morada propia, como el como fin de la acción algo distinto del hacer-
ámbito propio de su tribu, de su ley y de su productor mismo, lo producido (y de la vida
hogar. que de acuerdo con él se configura); que
Grecia es para los griegos el lugar donde el actuar cuando la acción es ella misma fin, de
hombre se ha hecho posible; el hombre en modo que nada de mejor índole pueda espe-
sentido estricto, el hombre humano. Lo que rarse de ella que el hecho de haberla rea-
ocurre es que ese hombre humano llega a serio lizado. De ahí que la felicidad natural no sea
en y mediante la forma del Humanismo Aristo- nada ulterior y distinto a vivir una vida com-
crático, es decir, según las correlaciones entre pleta y compuesta de acciones que son fin en
la distinción praxis-poiesis, la distinción de sí mismas.

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Hemos dicho que a una acción humana -en ciudad si él consintiera en la huida que le 21
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33

el sentido de praxis- nada puede agregársele propone su amigo Critón: “Nosotras además
de mejor índole que la mejore en tanto que de haberte engendrado, criado y educado, te
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acción humana, pero sí puede, y en cierto hemos dado también participación en todos
modo exige, que se le agreguen, bien acciones cuantos bienes hemos podido, a ti y a todos los
de la misma índole para componer el conjunto demás ciudadanos”.
de una vida lograda -feliz-, bien otro conjunto Tales bienes de los que los ciudadanos han
de vidas logradas. Lo primero es la vida de un gozado por estar sometidos a ley, son lo que
hombre-libre, y lo segundo la vida de una permiten distinguir entre el simple vivir
sociedad de hombres libres, es decir, política. (hombre), y el ‘vivir bien’ (hombre humano),
Ambas se presentan como indisociables para cuando -como ya hemos visto- el vivir bien no
los filósofos griegos; son correlativas en el es mera holgura, y por tanto, su pérdida no se
sentido de que se hacen recíprocamente llama ruina, sino destierro (ostracismo). La
posibles. razón por la que Sócrates puede afirmar que
Esa reciprocidad posibilitante es la que “no se ha de tener en la mayor estima el vivir,
asimila indisociablemente en el ideal griego la sino el vivir bien”, es la misma por la que en el
idea de una vida humana y una vida política “Critón” admite que si escapara de la sen-
según la forma de la ciudad griega. Obvia- tencia de muerte le podrían reprochar así: “te
mente se trata de un programa cuya reali- jactabas de que no te importaba morir, si
zación cultural no se consumó nunca, pero preciso fuera, sino que preferías, así decías, la
cuya sola posibilidad fue suficiente para muerte al destierro”.
animar lo más genuino del espíritu griego. No Preferir la muerte al destierro es proclamar
hay otro modo de explicar la muerte de que la sustancia de lo humano se realiza en el
Sócrates. Su estructura trágica reside en que es orden social sometido a normas. Eludir dicho
la fuerza misma del ideal asimilador entre orden, incluso cuando se sufre injusticia de su
ética y política (humanidad cumplida y ciuda- parte, es “lo que haría el último de los
danía) la que le impide eludir la condena esclavos”, dice Sócrates; a los esclavos las leyes
injusta del tribunal de la ciudad. Así imagina no les han engendrado, no están engendrados
Sócrates que le increparían las Leyes de la y educados según norma, y no son recono-

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cibles sino como lo extraño; no son de la producciones en el plano teórico-objetivo, -y 22


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33

estirpe de los hombres dependientes de ley, y, precisamente por pensarlas como principios
por tanto, son ‘libres’ respecto de ellas en el configuradores de formas de vida distintas-, se
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sentido de que pueden eludirlas sin incurrir en le encontró un correlato político y social, de
impiedad. Pero al precio de ser constitutiva- modo que su distinción teórica se hizo también
mente impíos, es decir, de ser esclavos, de distinción de funciones y clases sociales, una de
carecer de linaje que venerar y de leyes que las cuales, la de los hombres productores y apli-
obedecer, por carecer de la medida de lo cados a oficios y labores útiles, los siervos y
humano, la ciudadanía griega. esclavos, resultaron excluidos de su propia con-
De ahí que pueda decirse con propiedad que dición de hombres, y por el mismo sistema
nada hay tan parecido a una institución peda- socio-cultural que creyó haber encontrado y
gógica como la forma misma de la polis griega. propiciado la medida de lo humano.
Más allá de sus objetivos en orden a la supervi- Ahora bien, para que praxis (acción) y
vencia, el ornato de la vida, la seguridad y la poiesis (producción) pudieran pensarse como
defensa, Grecia es el esfuerzo humano hecho principios configuradores de formas de vida
sistema socio-cultural por dejar acontecer al distintas, es preciso creer que la praxis moral
hombre en su verdadera medida: paideia, edu- tiene unos verbos propios (las acciones y
cación, formación y cultura, pero en la forma misiones aristocrático-ciudadanas), tal y como
del Humanismo Aristocrático. (Como es obvio, tiene un verbo propio la praxis cognoscitiva.
la propia muerte de Sócrates, condenado por Hace falta creer haber encontrado correlatos
la falsa acusación de corromper a los jóvenes sociales para la noción de praxis moral, para
con sus enseñanzas, pone de manifiesto tanto poder sustantivarla en la forma de vida de una
la condición fundante de dicha intención clase social -o de un bios determinado-, exclu-
pedagógica, como su fracaso, pues ella misma yendo a las demás.
es la que le cuesta la muerte al maestro de Cuando eso ocurre la cualidad misma de lo
Platón). moral es negada a quien no forma parte de
Para justificar nuestro reparo es preciso que esa, por así decir, ‘clase social-práxica’. Esta es
recordemos cómo a la distinción le siguió la sin duda la principal penuria de la primera
separación: a la diferenciación entre acciones y forma del humanismo, y la más oscura de las

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características del sistema socio-cultural 23


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33
precario. ¿Qué otra cosa puede significar decir
griego. En términos filosóficos puede decirse que los esclavos son aquellos que, a diferencia
que si la sustancia es el fin del cambio que lla- de los animales, son capaces de reconocer la
34
mamos “generación”, entonces en Grecia, la razón, pero no la poseen, cuando la definición
sustancia individual hombre es fin de una esencial de hombre que se ha dado es precisa-
generación que no es la mera gestación físico- mente la de animal que tiene razón?, ¿o man-
biológica, sino la paideia, la gestación socio- tener que los esclavos carecen en absoluto de
cultural del hombre-libre, del hombre suficien- facultad deliberativa cuando se dice que la
temente conformado como principio de ope- elección, el deseo deliberado o inteligente, es
raciones humanas-libres-práxicas. la clase de principio que el hombre es?
De ahí que las Leyes de Atenas puedan lla- Puede afirmarse como un principio común a
marse “nodrizas”, como la filosofía de Sócrates las filosofías griegas más sobresalientes la tesis
es “mayéutica” (el arte de las comadronas): las de que la virtud no se produce contra natu-
leyes dan a luz al logos en el hombre libre raleza, ni por naturaleza, sino por una
griego, en él la esencia de lo humano acontece “aptitud natural”. Una aptitud no es una mera
suficientemente conformada como principio posibilidad; lo posible es lo no contradictorio,
de operaciones, es decir, como naturaleza. La lo válido o probable, pero eso no basta, para
naturaleza humana es posible, por tanto, en la aptitud hace falta además ‘capacidad’. La
virtud de su gestación socio-cultural; por eso aptitud es una posibilidad capaz de sí misma.
Aristóteles termina admitiendo que hay Ahora bien, la ‘capacidad’ para cumplir tal
esclavos por naturaleza, en ellos la esencia no posibilidad natural no reside en la posibilidad
se ha realizado con suficiencia en tanto que misma, de modo que la aptitud natural no está
principio de operaciones para conformar una propia o suficientemente conformada como
sustancia individual humana: su naturaleza, tal (no es apta) hasta que se ha constituido en
aquella por la que son esclavos, no es la sus- una posibilidad capaz de sí misma. Ahora bien,
tancia humana suficientemente conformada esa capacidad es precisamente lo que resulta
como principio de operaciones, porque en ser el fin de una gestación socio-cultural, el fin
ellos la forma específicamente humana de la mismo de la polis en tanto que sistema socio-
naturaleza, la racionalidad, acontece sólo en cultural: la libertad como punto de partida; el

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hombre como posibilidad-capacidad de lo cación en absoluto”. El ‘hombre’ que se dedica 24


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33

humano, la sustancia humana, no acontece en a lo privado es el idiolés, el que puede reco-


Grecia como el final de un proceso biológico, nocer lo universal subordinándose funcional-
34
sino sociocultural: paideia. mente respecto del politikés, es decir, siendo
Esa es la forma en la que la sociedad es siervo o esclavo del ciudadano que no sólo
physis, naturaleza: haciendo ‘apta’ a la aptitud reconoce lo universal sino que lo posee como
natural en virtud de la cual es posible la virtud; su ejercicio.
la polis presta la capacidad, hace capaces a las Puede todavía decirse de otro modo: la
posibilidades de lo humano que son los ciuda- noción de naturaleza no es suficiente para
danos. De ahí que si el hombre es sólo natu- constituir una sustancia humana si por natu-
raleza, la sociedad sea en último extremo la raleza se entiende lo que acontece como
physis humana en sentido estricto: no hay término de la gestación física; para que la sus-
aptitud natural para la virtud, para la huma- tancia humana sea principio de operaciones
nitas, fuera de la ciudad. suficientemente conformado es preciso incluir
Bien es cierto que aquí sustancia humana la difusa noción aristotélica de naturaleza
significa hombre libre o “político”, y no tanto segunda, es decir, la capacitación de la mera
hombre biológico, y que es a la gestación del posibilidad por medio de incrementos for-
primero (y del segundo sólo en el caso de que males intrínsecos (moral y ciencia) y extrínsecos
se pueda llegar a ser lo primero), a lo que le se (sociedad política); ahora bien, esta segunda
ajusta en último extremo, y en el caso del naturaleza no entra a constituir la sustancia
hombre, la noción de generación sustancial como su perfección teleológica, o como su
Por eso Platón dice en “Las Leyes” no reco- telos cumplido, sino como el punto de partida
nocer como verdadera paideia sino a la que -la naturaleza- suficientemente constituido.
“es educación para la virtud”, “sólo a ella con- Para Platón la paideia tiene por objeto una
sentiría en llamar educación; mientras que a la adecuada disposición de las potencias y ten-
que se endereza a los negocios o a un deter- dencias que se logra mediante la costumbre y
minado vigor físico, o algún conocimiento no antes de que el sujeto pueda acometer por sí
acompañado de razón y justicia, la tendría por mismo su dominio racional, o, como se diría en
artesana y servil e indigna de ser llamada edu- nuestros días, antes de que tenga uso de

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razón. Ciertamente aquí sustancia tampoco prensivas, y en Grecia y en Roma, ciertamente, 25


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33

significa “persona”, sino “naturaleza”, pero es la noción de libertad o de persona tienen una
que, como es bien sabido, la noción de persona índole eminente y casi estrictamente socio-
34
no es aristotélica ni griega. De donde resulta política.
que puede haber ‘hombres’ cuyo estatuto Para los griegos el hombre humano
metafísico es un cierto ser extra muros de la acontece en Grecia porque es allí donde el
sustancia: la barbarie; mientras que otros (los hombre aparece como tal, como una aptitud -
esclavos y los niños, por ejemplo) viviendo natural- que es capaz respecto de sí misma. Ese
intra muros de la sustancia no la habitan en es en tanto que ideal el estatuto de la ciuda-
sentido estricto. La sustancia humana no se danía griega: el hombre libre es el hombre
corresponde con un tipo de vida biológico, apto respecto de sí mismo, respecto de su rea-
sino con un tipo de vida socio-cultural, esto es, lización. Esa ‘aptitud’ no es otra cosa que la
un bios: un tipo ético-sociológico de vida con- libertad corno disposición de sí, primero y
formado según la asimilación entre praxis o como punto de partida en un sentido socio-
acciones morales y las misiones sociales de un económico, el ocio; y después, como per-
conjunto de estirpes, la aristocracia ciudadana, fección última, en un sentido moral, la virtud.
que no se ocupa en poiesis crematísticas
porque cuenta con una dotación patrimonial Claro que sostener que la sustancia humana
es lo que acontece como fin de un proceso de
suficiente.
generación que es socio-cultural (la paideia
Puede objetarse que lo dicho supone la asi- según el nomos o ley de la polis), significa en
milación entre ética y metafísica, o entre meta- este caso y para Aristóteles, por ejemplo, sos-
física y cultura, o la confusión entre el estatuto tener que la sustancia humana acontece según
sociopolítico y el estatuto metafísico. Bien, ésa naturaleza, porque la polis misma es para él
es, en efecto, una buena objeción filosófica; “una de las cosas naturales”. De modo que si
sin embargo, lo que aquí nos hemos propuesto no la Atenas de su tiempo, sí la forma de la
es la descripción de una forma epocal del polis, es para Aristóteles y respecto de las sus-
humanismo, es decir, un ejercicio de com- tancias humanas su lugar propio, su topos
prensión e interpretación cultural cuya legiti- eideon, un “lugar de las ideas” en el que éstas
mación viene dada por sus virtualidades com- pueden acontecer realmente, es decir, en indi-

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viduos singulares. Si la naturaleza de cada cosa su propia condición de posibilidad, y que acon- 26
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33

es ‘lo que una cosa es después de su gene- tecen sólo en virtud de una feliz coyuntura que
ración’, entonces la naturaleza del hombre no puede llamarse con propiedad un destino. De
34
acontece sino en y mediante la ciudad, y por este modo no sólo la naturaleza humana se
eso la definición aristotélica del hombre como asimila con una determinada cultura según
animal social puede traducirse en la forma de cierta indistinción, sino que la sustancia (como
que el hombre es el animal de la polis, del el fin de la generación para ser principio de
mismo modo, aunque en otro orden, que operaciones) se asimila también con un “tipo”
decimos del pez que es un animal acuático: la socio-cultural de hombre 13.
sustancia de lo humano no sobrevive a su
Tal asimilación es también una destinación;
secesión del medio social (y más en concreto de
la sustancia como término de una generación
la sociedad política), del mismo modo que
fuera del agua no existe pez alguno sino como que es un proceso socio-cultural -la educación-
un concepto o como un cadáver es, para cada individuo en el que se realiza, su
destinación como posibilitación incoante de la
El minimum humano es el fin de una ges- plenitud de lo humano. O dicho de otro modo,
tación política, cuando política, moralidad y la libertad es aquello a lo que tinos cuantos
cultura se convierten y confunden en lo que se resultan destinados, pero ese destino parti-
cree la realización natural de la universalidad cular no es otra cosa que la realización de la
esencial del hombre: la ciudadanía griega en esencia universal de lo humano. El hombre
su idealidad programática. La polis hace exis- libre sucede en Grecia en la forma del cumpli-
tente a la esencia de lo humano en la forma de miento de una posibilidad incoada como desti-
aptitudes naturales que son una cierta con- nación. Esa es, además, una posibilidad que se
dición inicial, o un punto de partida (biográfi- piensa abierta por una determinada distri-
camente tardío) para el individuo singular al bución de funciones y distinción de clases que
que la ciudad, la estirpe y la fortuna han hecho permite la configuración de lo que hemos
capaz de sí mismo. llamado una clase social práxica. Pertenecer a
Dicha condición inicial prevalece respecto de ella no sólo exige un reverente agradeci-
la posibilidad del fin, porque éste no es capaz miento (piedad), sino que plantea la existencia
por sí mismo de conjuntar los factores que son como destinación al cumplimiento de una

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posibilidad contenida en el estatuto socio- 27


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33
que se propende a la prevalencia final de la
político del hombre libre: la virtud y su recono- poética (y más en concreto la tragedia) res-
cimiento social, el honor. La libertad es con res- pecto de la ética para la aprensión de la forma
34
pecto a la virtud su punto de partida, su más cabal en la que el espíritu griego se con-
requisito, pero es también el término de un cibió a sí mismo; o, en otro orden, el apunte
proceso previo que es destinación. El honor hacia la final dependencia de la libertad res-
mismo aparece, pues, como el reconocimiento pecto de una cierta determinación o posibili-
de la realización de la esencia de lo humano, y tación previa, el destino. Por supuesto la arti-
es a esto a lo que hemos llamado Humanismo culación entre cada uno de estos binomios es
Aristocrático. muy variable, y a menudo oscila sobre el ele-
Si las acciones libres, las que son comunica- mento opuesto al que hemos destacado, no
tivas en la forma de la palabra y el hacer estric- obstante, algunas de las más características de
tamente humanos, sólo son posibles en poiesis las obras griegas y de sus filosofías contienen,
no crematísticas, entonces el patrimonio es a mi juicio, una innegable querencia a crista-
una cierta condición inicial de posibilidad res- lizar en las formas esquemáticas de lo que
pecto de la gestación socio-cultural de la sus- hemos llamado el Humanismo Aristocrático.
tancia humana; pero esa condición inicial es El primer humanismo, por tanto, el griego y
sólo una posibilidad respecto de la que el aristocrático, se contrapone a producción, eco-
sujeto particular se hace capaz mediante una nomía, oficios y labores útiles, necesidades de
paideia. Patrimonio y paideia son las condi- la vida y negocio. Y se ajusta, por el contrario,
ciones que constituyen el punto de partida, la a la forma de vida ciudadano aristocrática, la
libertad como requisito. Ahora bien esta de los hombres libres que gozan de derechos y
libertad resulta ser el producto de una desti- personalidad jurídico-política, organizan la
nación. vida social, cultivan y enseñan saberes y
La prevalencia de las condiciones iniciales o, ciencias, ejemplifican la excelencia humana, y
lo que es lo mismo, la ‘libertad’ -estatuto socio- hacen la guerra.
cultural- como punto de partida, es la forma La asimilación entre las misiones aristocrá-
en la que el linaje se sobrepone al individuo en ticas y las actividades humanísticas -en Grecia
orden a la identidad social, o la forma en la casi indiscernibles-, y su consiguiente distancia-

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miento del mundo del trabajo humano es un Nos basta con comprobar que, al menos en 28
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33

hito decisivo en la historia del humanismo, sus aspectos más generales, se mantiene la
que, como veremos, ha determinado buena forma y el sentido del Humanismo Aristo-
34
parte de nuestra historia, comprensible en crático griego. Es decir, que el estatuto jurídico
muchos de sus aspectos sólo a partir de dicha social de ciudadano romano se corresponde en
síntesis, admirable en su empeño y trágica en buena medida con el de ciudadano de la polis
su solución, al tiempo que acta de fundación griega. Y que, por tanto significa el reconoci-
del humanismo occidental. “La contraposición miento de la condición de hombre libre -
entre el conocimiento real necesario para los persona- a efectos sociales y políticos: “...en el
oficios y la educación ideal política que afecta terreno del derecho ser persona quiere decir
al hombre entero (...) tiene su sentido más pro- ser reconocido por los demás en cuanto que
fundo en la cultura de la ciudad (...) el estado- constituyen una comunidad social, y es este
ciudad antiguo es el primer estadio después de reconocimiento el que otorga unas capaci-
la educación noble, en el desarrollo del ideal dades de acción respecto los demás. Ser
humanista hacia una educación ético-política, persona es ser ciudadano de Roma, estar
general y humana”14. investido de los derechos que la ley romana
Las distintas formas epocales del humanismo concede” 15.
se constituyen, precisamente, como varia-
Ciertamente la extensión de ese estatuto, y
ciones históricas en orden a determinar cuáles
también el desarrollo de la forma jurídica de
son los correlatos en el plano socio-político de
los modelos antropológicos con vigencia cul- ese reconocimiento, suponen un cierto debili-
tural. tamiento de la interdependencia entre el
impulso formador de un modelo humano emi-
*** nente y la condición jurídica de persona y ciu-
Para nuestro propósito no es necesario que dadano. O, por decirlo de otro modo, en la
nos extendamos en el estudio de la evolución medida que la condición de ciudadano se sus-
del humanismo y sus correlaciones con el tenta por sí sola en la forma de su expresión y
sistema sociopolítico de Roma, mucho más reglamentación jurídica, es más fácil también
complejo, por demás, que el de las ciudades disociarla del contenido pedagógico, moral y
griegas. cultural que tiene en sus primeras etapas. De

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ahí también que la paideia griega sea recibida 29


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33
han aprendido tan bien, que son capaces de
en el mundo romano más como un programa enseñarlas. A vivir en cambio hay que estar
de formación para la eminencia individual, aprendiendo toda la vida”.
34
que como el fin mismo del orden socio- Es, en efecto, la misma contraposición entre
político, que finalmente, cuando entre en el tipo de vida que se configura mediante los
crisis, dejará de ser tenido por el ámbito y la oficios y artes productivas, y el otro programa
forma misma de realización de la excelencia de vida, que se identifica con el vivir mismo, de
humana. quien cuenta con ocio y lo ordena de forma
No obstante, si Roma es más que cualquier activamente humanizante: “Los únicos que
otra la receptora de las inspiraciones culturales disfrutan de su ocio son los que se dedican a la
griegas, no lo es sólo por mantener aunque sabiduría; sólo éstos viven” (Séneca. op. cit.) Y
reformulada la figura jurídico-social de la ciu- es también la misma contraposición entre los
dadanía y su condición personal, sino también, saberes y acciones mediante los que el hombre
y más fundamentalmente, por asumir el ideal se lleva a su forma eminente, y aquellos otros
griego de la formación y educación del que contraen los rostros y evitan la palabra:
hombre hacia su propia humanización, en la “...la vida se desgarra en trabajos y siempre se
forma y con los caracteres generales de lo que anhelará el ocio” (Séneca. op. cit.).
hemos llamado el Humanismo Aristocrático. Ciertamente hay un nuevo sentido el ocio
Sirva para ilustrarlo el siguiente texto en como reclusión o aislamiento respecto de los
“De la brevedad de la vida” de Séneca, que, azares de la vida pública que, como en el caso
aunque lejano, mantiene dichos rasgos gene- de los estoicos, consiste en una cierta indepen-
rales: “todo el mundo está de acuerdo en que dencia moral, un ponerse a salvo del tumulto
el hombre ocupado no puede hacer nada bien, de las pasiones y oscilaciones de la fortuna. No
ni dedicarse a la elocuencia ni a las artes libe- obstante, se pueden seguir rastreando las
rales, (...) De lo que menos se ocupa un formas propias, aunque modificadas, de las
hombre ocupado es de vivir, aunque no exista correlaciones entre excelencia moral y el ocio
Conocimiento más difícil. Los maestros en las como un estatuto socio-político. En esa línea,
demás artes se encuentran en gran número por ejemplo, la ciceroniana contraposición
por doquier, algunas incluso hay niños que las entre el voluptas otiumque (ocio placentero o

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gustoso) emblemático del epicureismo y que En lo que a nosotros nos concierne, hay que 30
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33

consiste también en una cierta secesión del señalar que el Humanismo se confirma en 34
orden social, y el otium cum dignitate (ocio Roma en su forma aristocrática, de modo que
con dignidad) en el que dignitate significa ‘sin el patrimonio sigue manteniendo buena parte
pérdida de la dignitas’, es decir, sin merma de de su vigencia como condición económica. En
la disponibilidad para el ejercicio de funciones Roma, como en Grecia, es en muy buena
públicas si la civitas lo requiriera, mantiene medida una determinada distribución del
todavía la antigua asimilación entre posibi- trabajo y de las funciones sociales articuladas a
lidad-capacidad (dignitas) para misiones partir de las dotaciones patrimoniales de
sociales y excelencia humana moral; máxime bienes raíces, lo que da su cuño característico a
ahora cuando, para Cicerón por lo menos, el un sistema socio-cultural en el que sigue man-
ocio contemplativo no tiene la eminencia que teniendo vigencia el ideal formativo y humano
en el mundo griego, porque la que se tiene griego: “La posición rectora de la nobleza
por más excelente de las actividades humanas senatorial habría sido inconcebible sin la base
posibles es ya otra distinta de la teoría: “no económica en que reposaba su predomino.
hay nada en lo que la capacidad humana se Esta base era como siempre la propiedad de la
acerque más a lo divino que la constitución de tierra”16.
nuevas ciudades y la conservación de las ya En la Roma más temprana además de
constituidas”. expresa, se agudizó la condición del patri-
La complejidad del sistema social romano no monio de bienes raíces como la forma de pro-
es comparable, desde luego, con la relativa- piedad apropiada para la ciudadanía con fun-
mente sencilla forma de las ciudades griegas. ciones políticas. La necesidad de hacerlo vino
No obstante, la sucesión de Grecia por Roma dada posiblemente por la creciente aparición
en esa suerte de magnífica transmisión cultural en la escena pública de individuos que habían
y civilizadora contiene ya los perfiles que ganado una preponderancia económica con
podremos ir reconociendo en los distintos actividades mercantiles y negocios: homo
momentos y formas de nuestra tradición cul- novo, advenedizos a la condición de hombre y
tural. persona con derechos sociales y dispuestos a

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hacer valer su posición económica en la vida 31


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33
El Humanismo Aristocrático no es sólo ni fun-
pública. damentalmente, al menos programática-
mente, una astucia para detentar y conservar
34
Fue entonces cuando el Humanismo Aristo-
crático puso de manifiesto su origen y legiti- el poder en el seno de sistemas socio-culturales
mación como no estrictamente económica. El preindustriales. Más bien al contrario, el
patrimonio es condición de posibilidad sólo en Humanismo Aristocrático es un intento de
cuanto que libera de la exclusiva ocupación en fundar la vida cívica, y la legitimación para el
actividades con fines económicos. Para sancio- desempeño de las funciones políticas, al
narlo, una ley Claudia del año 218 a. de C. margen de las situaciones de poder que se
prohibió a los senadores y a sus descendientes derivan exclusivamente del éxito y la prepon-
participar en las transacciones comerciales con derancia social que es resultado de actividades
el exterior, y poseer barcos mercantes con económicas.
capacidad para más de 300 ánforas. Esa capa- Querer acotar el número de familias y
cidad se estimó suficiente para el transporte de estirpes que tienen acceso a la condición de
los productos agrarios, es decir, para el cuidado nobilitas, es también y al mismo tiempo,
y aprovechamiento de los patrimonios. expresar la convicción cultural en la inaptitud
Mientras que mercantes con mayor capacidad de los oficios y labores útiles para la formación
sólo servirían para el negocio y comercio, acti- del hombre libre, del ciudadano legitimado
vidades éstas que, aunque económicamente por su propia eminencia para la misión de
provechosas, resultaban incompatibles en organizar y regir la vida cívica. De hecho era
tanto ,que formas de vida con el programa posible acceder a ese reducido grupo de
aristocrático-humanista. estirpes aristocráticas hasta cierto punto ex
Puede ahora argumentarse, no sin cierta novo, pero no tanto mediante el negocio,
razón, que con medidas como ésas se pre- como ejerciendo la actividad por la que se
tendía acotar el número de familias y estirpes honra la memoria de las estirpes ilustres, y
con acceso a las funciones sociales y políticas mediante la que se ganan distinciones y patri-
detentadas por la nobilitas. monios: la guerra.
Sin duda así fue, pero resultaría del todo Pero es que incluso Cicerón, que es en muy
anacrónica una interpretación tan unilateral. buena medida contrario al régimen de las dis-

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tintas formas de nobilitas, y que pone su dis- 32


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33
en cuyo programa de vida y formación no
curso sobre la República en boca de Escipión, tuvieran cabida las labores y oficios para otra
simple caballero que alcanzó la más alta utilidad que la del gobierno de la ciudad, ni
34
magistratura romana, le hace decir a éste: tampoco los negocios al menos en tanto que
“...así como un trabajador de cualquier oficio, forma de vida, sólo puede generar su privile-
si es que sobresale en él, advierto que sólo giada dotación patrimonial, en servicio a la
piensa, medita y procura como mejorar en él, comunidad, en su administración o en su
así yo, a quien mis padres y antepasados no me defensa. Dejando ahora de lado el ejercicio de
dejaron más trabajo que gobernar y admi- las potestades civiles, resulta que es mediante
nistrar la república...” Parece claro que, al la guerra como cobran fama los nombres de
margen de las modificaciones importantes que los individuos y de las estirpes. De ahí que
en Roma tuvo el programa del Humanismo durante buena parte de la historia de Roma y
Aristocrático, éste sigue en buena medida Grecia el oficio guerrero, y más tarde algunas
vigente, incluso entre sus detractores. misiones de dicho oficio, fueran exclusivas
El mismo concepto de lo que es la res publica para los hombres libres, los ciudadanos.
17 designa lo que no ha sido privado de su uso El patrimonio en tanto que condición de
común para pasar a formar parte de la posibilidad económica del humanismo es
dotación bajo el dominio y el uso de un parti- correlativo con la función social y política del
cular; lo que no es res publica está in patri- hacer guerrero. La historia y evolución de las
monio, in commercium, es de la domus de un artes guerreras merecería un lugar en la his-
domine, puede ser objeto de transacciones con toria del humanismo. De ella depende en
vistas a fines no públicos, no políticos, es decir, buena medida que la aristocracia pueda dar
domésticos, económicos y destinados a la satis- razón de su propia condición y legitimar así el
facción de las necesidades o a la provisión para ejercicio del resto de sus misiones cívico-polí-
la holgura material de la vida, pero nada de ticas. Aquí no vamos a acometer ese estudio.
esto es público, político, ciudadano, ni libre en Nos basta con dejar reseñada su relevancia
último extremo dentro del Humanismo Aristocrático y en el
Una nobilitas que profesara como programa resto de las formas epocales de las que nos
de vida el Humanismo Aristocrático, es decir, vamos a ocupar.

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NOTA BIOGRAFICA 2. Jaeger, W., “Paideia”, F.C.E. Madrid 1988. 33


CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33

Cap. I.
Higinio Marín es profesor Ayudante del 34
3. Llano, A., “La nueva sensibilidad”. Espasa-
Departamento de Antropología y Psicología
Calpe, Madrid, 1989. Cap. 2.
en la Universidad de Navarra, y miembro del
Departamento de Investigación del Seminario 4. Finley, M. L., “La Grecia antigua. Eco-
Permanente Empresa y Humanismo. nomía y sociedad”. Grijalbo, Barcelona 1984.
5. Idem.
Notas 6. Aristóteles, “Metafísica” Lib. I
* Este trabajo es el primer resultado de una 7. Aristóteles, “Política” Lib. I.
investigación en curso que quiere ser un 8. MacIntyre, A., “Tras la virtud”. Crítica,
estudio histórico-sistemático de las formas Barcelona 1987 (p. 200).
epocales del Humanismo: el análisis de los sis- 9. Choza, J., “La realización del hombre en
temas socio-culturales en tanto que polari- la cultura”. Rialp, Madrid 1990. Cap. X.
zados a la realización de un modelo antropo-
lógico. El Humanismo Aristocrático es, por 10. Jaeger, W., “Paideia”. Cap. I.
tanto, un episodio, el primero, en la sucesión 11. Finley, M.L., Op. cit.
de las formas históricas del humanismo en lo
12. Aristóteles, “Política”
que podemos llamar la tradición occidental.
13. Obviamente la tesis de que la sustancia
1. Aristóteles, “Etica Nicómaco”. Lib VI.
es fin de una gestación socio-cultural, (y que
He preferido no modificar para esta publi- en buena medida tiene la forma de la recí-
cación su forma original con el fin de que su proca complementariedad entre destinación y
carácter parcial en un planteamiento más paideia) contiene en germen una segunda
amplio no quedara disimulado. De ahí la posibilidad del Humanismo Aristocrático -que
brusque-dad con la que se entra en cuestión, y Nietzsche habría llamado dionisíaca- expli-
las frecuentes referencias a partes del trabajo citada y desarrollada por los sofistas y que está
todavía no publicadas. en franca oposición a la que a nosotros nos ha

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ocupado. Lo que aquí nos interesa es sólo des- 15. Choza, J., “Manual de antropología filo- 34
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 33

tacar que aunque el sentido que dicha tesis sófica”. Rialp, Madrid 1988. 34
tiene para los filósofos de la Escuela de Atenas 16. Alfoldy, G., “Historia social de Roma”.
y para los sofistas es muy distinta, ambas son Alianza, Madrid, 1987.
posibilidades peculiarmente griegas -y aristo-
17. Sobre esta cuestión puede consultarse la
cráticas.
obra dirigida por G. Duby y P. Aries, “Historia
14. Jaeger, W., op. cit. de la vida privada”, Taurus, Madrid.

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