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Una visión microeconómica y clásica del mercado de trabajo lo considera sujeto a equilibrio
automático, tal como se muestra en el gráfico a continuación:
wf
f
ff
f Oferta
p
f g
wf
f
ff
f
p
0
Demanda
N0 N
En la intersección de oferta y demanda de trabajo se establece el valor de equilibrio de pleno empleo,
N0, y el valor del salario real de equilibrio, (w/p)0. Es de hacer notar que, imperando un supuesto de
plena flexibilidad de salarios y precios, este mercado se halla en equilibrio automático y permanente.
La curvatura hacia atrás de la oferta de trabajo responde al probable efecto del ocio en los salarios
altos, consistente en que los trabajadores con mayores salarios valoran con mayor intensidad
disponer de tiempo libre, y esto ocasiona una retracción de la oferta laboral.
Una visión macroeconómica del mercado de trabajo permite una mirada más abarcativa a los
fenómenos de entrada y salida de oferentes al mercado laboral. Para comprender mejor estos
hechos corresponde definir los siguientes términos:
• Población civil. Número de personas potencialmente disponibles para ocupar un empleo privado
(en edad laboral de trabajar).
• Población activa. Número de personas dentro de la población civil que están trabajando o
buscando trabajo.
• Población inactiva. Número de personas de la población civil que no trabajan y tampoco buscan
un trabajo (trabajo doméstico). Incluye a los trabajadores desanimados o cansados de buscar
trabajo activamente y que han desistido temporalmente de esa búsqueda.
• Población empleada. Número de personas dentro de la población activa que están trabajando.
• Población desempleada. Número de personas dentro de la población activa que no están
trabajando.
• Población subempleada. Número de personas dentro de la población activa que están
trabajando una cantidad menor de horas a las que desearían en condiciones normales.
•
Activos Inactivos
Tasa de actividad = f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
Tasa de inactividad = ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
Civiles Civiles
• Tasa de empleo. Cociente entre la población empleada y la población activa.
Empleados Desempleados
Tasa de empleo = f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
Tasa de desempleo = f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
Activos Activos
Subempleados
Tasa de subempleo = ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
Activos
• Tasa de desocupación. Cociente entre la diferencia entre población civil y población empleada y
la población civil. Equivalentemente, cociente entre desempleados más inactivos sobre población
civil Obviamente, esta tasa es mayor a la tasa de desempleo, dado que incluye personas que no
están buscando trabajo pero podrían hacerlo.
Empleados
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f Civiles
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
@f
f
ff
f
fEmpleados
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
Tasa de Ocupación = Tasa de desocupación =
Civiles Civiles
Desempleados
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
f+f
f
ff
ff
f
fInactivos
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
Tasa de desocupación =
Civiles
Inactivos
(fuera del
mercado
laboral)
Subempleados Empleados
A la inversa, se aprecia que cuando ingresan personas al mercado laboral, por búsqueda de trabajo,
si ésta es infructuosa durante un período relativamente prolongado, se verifica un incremento en la
tasa de actividad, pero una baja en la tasa de empleo. Esta aparente contradicción se explica por el
hecho de que los ingresantes al mercado laboral ensanchan la base de población activa, pero no
consiguen trabajo.
A la inversa, el abandono del mercado laboral por parte de personas que, desanimadas luego de
buscar, se retiran del mismo, genera una baja de la tasa de actividad, y paradójicamente, podría
generar un aumento en la tasa de empleo, dado que se reduce la población activa.
Activos Abandono de
búsqueda
Despidos y laboral
Renuncias Búsqueda
Desempleados
El sencillo cuadro precedente muestra en forma clara los movimientos de ingreso y egreso del
mercado laboral, simbolizado por el recuadro rectangular. La búsqueda de primer empleo y el
abandono del mercado laboral o jubilación suelen ser las principales causales de ingresos y egresos
al mercado laboral.
A su vez los costos de las empresas dependen de las características que tenga la función de
producción; es decir, de la relación entre los factores utilizados y la cantidad de producción.
Estas dos simplificaciones pueden ser asumidas, puesto que utilizamos este modelo para explicar el
funcionamiento de una economía en el corto plazo. En el largo plazo, habrá que considerar tanto
variaciones de la productividad, como variaciones en el factor capital.
Y
Y = AN
N (empleo)
44.2. La ecuación de precios
Conocida la función de producción, estamos en condiciones de conocer los costos de las empresas,
los que dependerán del salario pagado a los trabajadores, y la productividad del trabajo.
Supongamos una empresa que fabrica sillas, y donde el salario nominal pagado a cada trabajador
es de $ 1500.- mensuales. La productividad del trabajo es de 30 sillas al mes. O sea, cada
trabajador monta 30 sillas al mes.
W = $ 1500 / mes
A = 30 sillas / mes
El costo laboral unitario será W/A = 1500/30 = $ 50.- por unidad producida.
En un entorno de competencia perfecta, el precio fijado por las empresas sería el Costo Marginal
(CMg) de producción, es decir, W/A, y los beneficios serían nulos. Sin embargo, dado que muchos
mercados de bienes no son competitivos, las empresas buscarán obtener un beneficio, por tanto el
precio deberá ser tal que permita cubrir los costos y proporcionar dicho beneficio. Es decir:
Ecuación de Precios
∆A, ∆P ó ∇z
W0 W= P · A/(1+z)
∇A, ∇P ó ∆z
u0 u1 u2 u (desempleo)
El gráfico que se presenta en esta página muestra el salario nominal pagado por las empresas.
Como puede apreciarse, el mismo es independiente de la tasa de desempleo, ya que depende más
bien de la productividad del trabajo y la tasa de beneficios esperados por las empresas.
Siguiendo el ejemplo anterior, si el empresario desea obtener un margen del 20% (z = 0.2), el precio
de cada silla deberá ser: P = 50 · (1.2) = $ 60.- De esta ecuación de precios se deduce que un
incremento en el salario nominal (W) o en el margen (z) que aplica el empresario produce un
incremento en el precio. Del mismo modo, un incremento en la productividad del trabajo (dados el
salario nominal y el margen), disminuye el precio.
Por ejemplo, una innovación técnica que permita una duplicación en la producción de sillas por
empleado, hasta 60 sillas al mes, permitiría, ceteris paribus, reducir el costo de las sillas a $ 30.-
por unidad producida. Este hecho (el abaratamiento sistemático de los bienes producidos) es
bastante más frecuente de lo que aparenta en la economía mundial.
Por el momento sólo sabemos cómo fijan los precios las empresas y de qué factores depende la
fijación de dichos precios (W, A, z). Sin embargo, todavía no sabemos nada sobre cómo se
determinan los salarios.
La primera característica a conocer en relación con los salarios nominales es que éstos son mayores
que el salario de reserva (Wr), que puede ser definido como el salario por el cual a los trabajadores
les resulta indiferente trabajar o no trabajar. Por lo general, se cumple que W > Wr, debido a:
El poder de negociación de los trabajadores. Los trabajadores tienen cierto poder de negociación
para conseguir que W sea mayor que Wr. Este poder de negociación de los trabajadores está
relacionado con dos aspectos:
• La capacidad de la empresa para contratar a otro trabajador similar (relacionado con el nivel
de calificación). Cuanto más calificado sea el trabajador, más difícil le resultará a la empresa
reemplazarlo y por tanto aumenta la capacidad de negociación del trabajador para imponer un
salario más alto.
• La capacidad del trabajador para encontrar otro empleo (relacionado con la situación del
mercado de trabajo). Si la economía se encuentra en una fase recesiva con una elevada tasa de
desempleo, con independencia del nivel de calificación, será más difícil encontrar otro puesto
de trabajo de similares o mejores características.
El interés empresarial. El salario W será mayor al salario de reserva Wr, también porque a las
empresas les interesa retener a sus trabajadores; si sus trabajadores se encuentran a gusto en la
empresa, no tendrán incentivos para abandonarla, y su productividad y eficiencia crecerán, como
consecuencia de la menor rotación.
Cuando la situación económica es favorable y la tasa de desempleo es baja, la probabilidad de que
un trabajador pueda encontrar otro trabajo rápido y mejor aumenta. Si una empresa quiere evitar
que sus trabajadores se vayan, intentará motivarlos mediante salarios más elevados, para impedir
una rotación excesiva que disminuya su productividad y eficiencia.
Tasa de desempleo. Como puede observarse, el denominador común de los dos factores
considerados (poder de negociación y salarios de eficiencia) es la tasa de desempleo. Cuando la
tasa de desempleo es reducida, los salarios nominales serán elevados (porque se incrementa el
poder de negociación de los trabajadores y también porque las empresas estarán dispuestas a pagar
salarios mayores para impedir que disminuya su eficiencia como consecuencia de la mayor
rotación); del mismo modo, cuando la tasa de desempleo es elevada, los salarios nominales serán
bajos.
Poder de negociación de los trabajadores. Además de la situación del mercado de trabajo
(medida por la tasa de desempleo), existen otros factores que influyen en la determinación de los
salarios por su incidencia sobre el poder de negociación de los trabajadores. A mayor poder de
negociación, mayor salario nominal. Entre estos factores incluimos por ejemplo:
• La duración y monto del seguro de desempleo. La existencia de un seguro de desempleo
aumenta el poder de negociación de los trabajadores, que no estarán dispuestos a trabajar
por un salario inferior al seguro.
• La existencia de sindicatos fuertes también aumenta el poder de negociación de los
trabajadores.
• Flexibilidad o rigideces estructurales que incidan sobre el mercado de trabajo. A mayor
flexibilidad laboral, se crearán y destruirán más empleos. Esto disminuye el poder de
negociación de los trabajadores, y por tanto disminuye el salario monetario.
• Establecimiento de salarios mínimos. Cuanto mayor sea éste, mayor es el poder de
negociación de los trabajadores, puesto que dado un nivel de desempleo, un incremento del
salario mínimo supondrá que los trabajadores exijan un mayor salario monetario.
• Cualquier otra variable diferente a la tasa de desempleo que modifique el poder de
negociación de los trabajadores.
Todo este conjunto de variables vamos a representarlo mediante una variable que denominamos
“n”, de tal modo que por definición, “n” recogerá el efecto de cualquier variable que modifique el
poder de negociación de los trabajadores. El signo de dicha variable será positivo indicando que un
aumento en “n” (por cualquiera de los motivos señalados anteriormente) incrementa el poder de
negociación de los trabajadores y por tanto el salario monetario que exigirán los trabajadores para
cada nivel de desempleo. Gráficamente, un incremento del poder de negociación de los trabajadores
(∆n) podrá representarse por un desplazamiento de la función de salarios hacia la derecha.
Nivel de precios esperado. Finalmente, queda por incluir una última variable en la ecuación de
salarios. Dicha variable es el nivel de precios esperado por los trabajadores (Pe). Esto es porque los
trabajadores negocian el salario nominal en función de los bienes y servicios que van a poder
comprar con dicho salario. Cuanto mayor sea el nivel de precios, mayor será el salario nominal
necesario para poder comprar la misma canasta de bienes y servicios.
Decimos precios esperados y no efectivos, porque los salarios se negocian generalmente en los
primeros meses del año, y en esos momentos se desconoce cuál será el nivel de precios efectivo. Por
lo tanto, la negociación de salarios se realizará en función de las expectativas de precios de los
trabajadores.
Uniendo los tres factores antedichos, podemos explicitar la función de salarios como sigue:
e ` a
W = P F u,n
Donde:
• Pe = Nivel de precios esperado. Su incidencia es positiva y actúa como factor de escala.
• u = tasa de desempleo. Se supone que su incidencia será negativa.
• n = Poder de negociación de los trabajadores.
W
Función de salarios
W0
W1
W = Pe F(u,n)
0 u0 u1 u (Desempleo)
W
Efectos de un incremento en el
W’0 poder de negociación sindical
W0
W’1
W = Pe F(u,n1)
W1
W = Pe F(u,n0)
Del mismo modo, una disminución en el poder negociador de los trabajadores, o una revisión a la
baja en las expectativas de precios implicará un desplazamiento hacia abajo de la función de
salarios.
Este movimiento ascendente determinará que para estas tasas de desempleo los salarios nominales
resulten más altos. O a la inversa, para los mismos salarios nominales, la tasa de desempleo
resultará superior.
Dadas las ecuaciones de precios y salarios anteriores, podemos deducir el salario real que desean
obtener los trabajadores (W/Pe) y el salario real pagado por las empresas (W/P):
W
ff
f
fff `
f
f a
e = F u,n
P
W
ff
f
fff
f ffA
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
=
P 1+z
Ambos salarios reales sólo pueden coincidir cuando el nivel de precios efectivo y el nivel de precios
esperado sean iguales ( P = Pe ). En esta situación, el mercado de trabajo estará en equilibrio y dicho
equilibrio sólo puede estar asociado a una tasa de desempleo determinada. Dicha tasa se denomina
Tasa natural de desempleo (uN).
Gráficamente, se muestra que cuando los trabajadores perciben un salario real mayor del que
realmente están pagando los empresarios (W/Pe > W/P), habrá más trabajadores dispuestos a
trabajar al salario real de mercado (que está dado por las empresas) y por tanto la tasa de
desempleo se situará por debajo de la tasa natural (u1 < uN). Esto sólo puede ocurrir si las
expectativas de precios son incorrectas, y en concreto, si Pe < P.
Del mismo modo, cuando el salario real percibido por los trabajadores es menor que el salario real
que están dispuestos a pagar las empresas (W/Pe < W/P), habrá menos trabajadores dispuestos a
trabajar a ese salario, y por tanto la tasa de desempleo se situará por encima de la tasa natural de
desempleo (u2 > uN). Esto sólo ocurre cuando Pe > P.
Resumiendo, si los precios esperados están por debajo de los efectivos, la tasa de desempleo estará
por debajo de la natural. Por el contrario, si los precios esperados están por encima de los efectivos
la tasa de desempleo estará por encima de la natural.
W/P
Salario real Tasa “natural” de desempleo
W/P1
0 u1 uN u2 u (Desempleo)
El término “natural” hace referencia a que se trata de la tasa de desempleo en torno a la cual se
sitúa la tasa de desempleo efectiva. Es decir, dadas las características estructurales (legislación,
capacitación de la población, etc.) del mercado de trabajo de un país concreto, la tasa de desempleo
natural sería la tasa de desempleo en torno a la cual se mueve a corto plazo la tasa de desempleo
efectiva. De hecho, una sencilla forma de aproximar el valor de la tasa natural de desempleo es
calcular la media de las tasas de desempleo registradas durante un periodo de tiempo lo
suficientemente amplio, por ejemplo entre 5 y 10 años, según el caso.
Por lo tanto, la economía tenderá hacia una tasa de desempleo mayor o menor en función de las
características estructurales del mercado de trabajo. Por eso, aunque la terminología habitual para
definir la tasa de desempleo de equilibrio es “tasa natural de desempleo” algunos economistas
consideran más apropiado el término “tasa estructural de desempleo”.
No es posible que la tasa natural de desempleo de una economía sea cero, aún en una economía
con un mercado de trabajo muy dinámico y en el que resulte fácil encontrar un empleo, ya que
siempre existirá un cierto volumen de desempleo. Este volumen de desempleo se denomina
desempleo friccional, y está relacionado con los flujos del mercado de trabajo. Es decir, cuando un
estudiante termina sus estudios y comienza a buscar un empleo deja de ser población inactiva para
convertirse en población activa. Mientras busca su primer empleo dicha persona es un
desempleado. Del mismo modo, cuando una persona deja su trabajo para trabajar en otra empresa
necesariamente debe pasar por la situación de desempleado (tardará un tiempo en encontrar el
empleo que mejor se ajusta a su calificación y gustos).
Por tanto, el desempleo friccional es el desempleo transitorio o coyuntural que se deriva de los flujos
del mercado de trabajo. Por ello, siempre existirá una tasa de desempleo mínima, pero mayor que
cero, derivada de los cambios transitorios del mercado de trabajo (inactivo → activo y ocupado en
empresa A → desempleado → ocupado en empresa B).
Con todo, la tasa natural de desempleo no será constante, y variará en función de los cambios
estructurales que se produzcan en el mercado de de trabajo.
W/P
Efectos de un aumento en el
poder sindical
W/Pe = F(u,n1)
W/Pe = F(u,n0)
0 uN u’N u (Desempleo)
Del mismo modo, un incremento en el margen empresarial (z) muestra que se produce el mismo
efecto; esto es, incrementar la tasa natural de desempleo. Este efecto se produce porque disminuye
el valor del salario real que los empresarios están dispuestos a abonar, a menos que sea
contrarrestado por un incremento de productividad laboral.
W/P
Efectos de un aumento en el
margen empresarial
0 uN u’N u (Desempleo)
En los dos gráficos, el anterior y el que sigue, puede observarse cómo cambios en z, n ó A modifican
la tasa natural de desempleo. Sin embargo, existe una diferencia importante entre ambos. Mientras
que los cambios institucionales que afectan al poder de negociación de los trabajadores sólo
modifican la tasa natural de desempleo, los cambios relativos a la oferta (n, A), en el gráfico de la
página siguiente, afectan tanto a la tasa natural como al salario real de equilibrio que, en este caso
concreto, se ve afectado.
En los dos gráficos anteriores puede observarse cómo cambios en z, n ó A modifican la tasa natural
de desempleo. Sin embargo, existe una diferencia importante entre ambos. Mientras que los
cambios institucionales que afectan al poder de negociación de los trabajadores sólo modifican la
tasa natural de desempleo, los cambios relativos a la oferta (n, A), en el gráfico de la página
siguiente, afectan tanto a la tasa natural como al salario real de equilibrio que, en este caso
concreto, se ve afectado.
Esta diferencia se debe a que la tasa natural de desempleo depende tanto del salario real que
desean los trabajadores, como del salario real que pagan las empresas. El salario real pagado por
las empresas depende únicamente de factores de oferta, es decir, de todas aquellas variables que
afecten a los precios fijados por las empresas.
Es importante razonar que la tasa natural de desempleo (uN) disminuirá, si:
a) Disminuye el poder de negociación de los trabajadores (↓n), debido a una disminución de las
prestaciones por desempleo, disminución del salario mínimo, legislación que limite el poder
sindical, incremento de la flexibilidad del mercado de trabajo, etcétera.
b) Disminuye el margen empresarial z por cualquier factor que sea posible: aumento del grado de
competencia, disminución de los costos no salariales o aumentos de la productividad del trabajo
(↑A) (siempre y cuando los trabajadores no negocien sus salarios basados en productividad).
El salario real aumentará si:
a) Disminuye el margen empresarial (z)
b) Aumenta la productividad del trabajo (A).
W/P
Efectos de un aumento en la
relación producto/empleo (A=Y/N)
W1/P W/ P = A1/(1+z)
W0/P W/ P = A0/(1+z)
W = Pe F(u,n)
0 u’N uN u (Desempleo)
Puede cotejarse esta expresión con la obtenida en el apéndice matemático al final de este capítulo.
Supongamos la existencia de una oferta laboral dinámica o móvil, sensible a la discrepancia entre el
nivel de empleo “pleno” y el actual:
h i
Nf N ` a
W t =W t @ 1j1 @ ε f
f
ff
f
0f
f
ff
f
f
@f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ftf
f
f
k =W t @ 1 1 @ εu
N0
donde “u”, tasa de desempleo, es igual a:
Nf
f
ff
f
f0f
f
ff
f
f
@f
f
fN
f
f
ff
f
ff
f
ftf
f
f
u=
N0
De acuerdo con lo antedicho, los salarios que se ofrecerán en el período “t” serán superiores a los
ofrecidos en el período “t - 1”, si es que se ha verificado un exceso de ocupación (demanda excedente
de trabajo) en el sector industrial en tal período. De modo contrario, si durante el período “t + 1”
1
Blanchard – Pérez Enrri, “Macroeconomía”, Prentice Hall
2
Dornbusch – Fischer, op. cit.
existió oferta excedente de trabajo y muchos trabajadores no encontraron empleo pleno, los salarios
que se ofrecerán en “t” serán inferiores.
W
Wt+1
Wt
Wt-1
Nd
N0 N
1f+f zf A
P t =W t ff
fff
ff
f
f f
ff
QW t = P t f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
A 1+z
Insertando esta expresión en la anterior, resulta:
h i
Yf
f
ff
0f
f
ff Yf f
ff
tf
f
ff
f
fA
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff f
fA
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
fl
f f
f
fff
f
@
f
ff
ff
ff
ff
ff
fff
fm
f
f
l m
Pt = Pt @ 1 l1 @ ε A A m
1+z 1+z j Yf
f
ff
0f
f
ff k
A
Simplificando la expresión anterior, es: h i
Yf
f
ff
f
ff
f
f
@f
f
ff
fY
f
ff
f
ff
tf
f
f
P t = P t @ 1j1 @ ε 0 k
Y0
b c
P t = P t @ 1 1 @ εµ
Lo antedicho representa una oferta agregada móvil, que genera oferta a un precio más alto si el
desempleo del período corriente fue mayor al anterior.
P
Pt+1
Pt
Pt-1
DA
Y0 Y
Idénticas consideraciones caben a las formuladas oportunamente para el mercado de trabajo. Los
precios a los cuales el sector productivo ofreció bienes y servicios a la economía en el período “t”
serán superiores a los ofrecidos en el período “t - 1”, si es que se ha verificado un exceso de
demanda agregada en ese período. De modo contrario, si durante el período “t + 1” existió oferta
agregada excedente de trabajo y muchos productos no encontraron ubicación en el mercado, los
precios que se ofrecerán en “t” serán inferiores.
Pf b c
f
f
ff
ff
f
tf
f
ff
f
ff
= 1 @ εµ t
Pt @ 1
f
fPf
f f
f
ff
tf
f
ff
f
ff
@ 1 = @ εµ t
Pt @ 1
Pf
fff
tf
f
ff
@f
f
ff
f
fP
f
f
ff
f
ftf
f
ff
f
ff
1f
f
ff
@
= @ εµ t
Pt @ 1
π t = @ εµ t
La verdadera curva de Phillips lleva el apellido de su descubridor original, A.W. Phillips, quien
investiga el mercado laboral británico desde fines del siglo XIX hasta la posguerra, y descubre la
existencia de una relación de intercambio (trade-off) entre la tasa de crecimiento anual de los
salarios nominales y la tasa de desempleo efectiva.
Phillips aprecia, entre otras cosas, el hecho de que disminuciones en la tasa de desempleo
ocasionaban tasas de crecimiento mayores en los salarios nominales al año siguiente, y a la inversa,
cuando se acentuaban las condiciones de desempleo, los salarios frenaban su crecimiento con
respecto al período anterior.
dW/dt
Curva original de Phillips
0 uN = 5,5% u (Desempleo)
Descubre asimismo que para el mercado laboral británico, una tasa de desempleo del 5,5% era
compatible con un estancamiento completo de los salarios nominales; o sea, una tasa nula de
crecimiento de los mismos.
Esta relación original entre tasa de crecimiento de salarios y desempleo, en mérito a desarrollos
posteriores (el « exceso de demanda » de Lipsey, y la « variación Samuelson-Solow », entre otros),
migró hacia la relación entre inflación y desempleo, tal como se la conoce hoy.
La Curva de Phillips materializa el conflicto entre objetivos que implica la imposibilidad de poder
acceder simultáneamente a una situación de pleno empleo y estabilidad de precios. En todo caso,
podrá aceptarse estabilidad de precios coexistente con cierto desempleo, o en cambio, reducir a
mínimo el desempleo, pero aceptando la existencia de una tasa de inflación moderada.
Cierto es que las condiciones de regulación laboral en los diferentes países pueden determinar
diferentes posiciones y pendientes de esta curva en diferentes países. Es posible pensar que países
con mayor poder de negociación sindical o mayores regulaciones laborales experimenten una curva
de Phillips más desplazada hacia la derecha que aquellos países con mercados más desregulados o
con menos poder sindical3.
3
Véase apéndice al final de este capítulo sobre la Curva de Phillips.
Friedman define la NUR (Natural Unemployment Rate) como aquella tasa de desempleo a la que los
flujos desde y hacia el fondo de desempleados (ver gráfico anterior) se compensan exactamente.
Justo la tasa que Phillips estimó en alrededor del 5.5%, con variaciones entre países.
Nótese que esta tasa “natural” de desempleo es equivalente a la vista en el capítulo 43, aunque su
método de obtención difiere de aquél, obtenido por Blanchard.
Inflación
(π)
Curva de Phillips
de Largo Plazo
π4
d'
π3 c’ d
π2 b’ c CP4
π1 a’ b CP3
a CP2
NUR Desempleo (µ)
CP1
De acuerdo a la hipótesis de Friedman-Phelps, los sucesivos intentos de los gobiernos por reducir el
desempleo ocasionan incrementos en la tasa de inflación. Estos son los pasajes de los puntos a a a’,
b a b’, y así sucesivamente.
Una vez que la tasa de inflación aumentó, las expectativas de los agentes económicos se adecúan a
la nueva situación y el desempleo lentamente vuelve a su tasa natural. Esto está representado por
el pasaje de los puntos a’ a b; b’ a c, y así sucesivamente.
La insistencia de los gobiernos en reducir el desempleo sólo logra estabilizar la tasa natural a tasas
de inflación crecientes. Por ello lleva el nombre de “hipótesis aceleracionista” de la inflación. Esto
implica que existen infinitas curvas de Phillips de corto plazo, cada una de ellas compatible con una
cierta tasa de inflación esperada. Y todas ellas se mueven a lo largo de una imaginaria línea vertical,
que constituye la curva de Phillips de largo plazo.
Romper este círculo vicioso implicaría, para los autores, en lugar de desarrollar políticas activas de
reducción de desempleo, disminuir aquellas regulaciones laborales o rigideces del mercado de
trabajo que impiden reducir la NUR, con lo cual la recta de largo plazo se desplazaría hacia la
izquierda.
Podemos pensar que la población estima la tasa de inflación en “t” como igual a la tasa de inflación
del período anterior, y como reacción a las variaciones del desempleo. Esto genera una expresión
diferente de la curva de Phillips:
π te = π t @ 1
b c
π t @ π t @ 1 = @ ε µt @ µt @ 1
En segundo lugar, tenemos la Ley de Okun, que nos indica que por cada 2.5% de aumento en la
tasa de crecimiento del PBN por encima de la tasa natural de crecimiento de esa economia, se
generará un punto porcentual de reducción del desempleo. Esta relación se puede expresar de la
siguiente manera: b c
` a
µ t @ µ t @ 1 = 0.4 g t @ g n = 0.4 g t @ 0.03
De esta forma, puede verse que los excesos de crecimiento por sobre la tasa normal de crecimiento
de la economía (en este caso estadístico, un 3%) obtienen una reducción en el desempleo
equivalente a 0,4 veces ese valor. Este valor antiguamente estaba en torno a 3.0, hoy es 2.5 y tiende
a decrecer. Esto implica, invirtiendo el argumento, que para lograr una reducción de 1% en la tasa
de desocupación deberemos gestar un aumento de un 2,5% en la tasa de crecimiento de la
economía respecto de su tasa de crecimiento normal.
La evidencia empírica indica que en Estados Unidos este coeficiente es 0.47; en Alemania 0.42,
Gran Bretaña 0.49, Japón 0.43. Todo indica que este coeficiente va aumentando, lo que implica que
el valor establecido de 2.5 continúa descendiendo en los países.
Si agregamos una expresión que defina el crecimiento económico como el crecimiento de la oferta
monetaria por encima de la tasa de inflación, definimos la hipotesis aceleracionista:
dY
ff
fff
f
ff dM
f f
ff
ff
f
fff
f
ff dP
ff
f
ff
ff
f
f
= @
dt dt dt
g t = mt @ π t
Nos dice que la tasa de crecimiento de la economía es igual al diferencial entre la tasa de
crecimiento de la creación de dinero y la tasa de inflación. O sea, el crecimiento de la economía es la
diferencia entre la expansión de la oferta monetaria y la expansión habida en los precios.
Esto implica que hay una tasa de inflación compatible con la tasa de desempleo natural, con un
crecimiento neutral de la cantidad de dinero y con una tasa de crecimiento “normal” de la
economía.
@
π =m
@
@ @g
Esto es conocido como la política de “metas de inflación”.
El empleo asalariado registrado crece a tasas elevadas, pero insuficientes frente a los severos
problemas laborales que sufre la Argentina. Esto demuestra que no se está aprovechando la
bonanza económica para avanzar hacia una sociedad más equilibrada. El próximo gobierno no sólo
deberá corregir las distorsiones macroeconómicas, sino también impulsar un ambicioso proceso de
mejora en la calidad institucional que incluya la modernización de las regulaciones laborales.
El nivel de actividad económica ha crecido en los primeros 3 meses de 2011 un 9,9%. Desde el
primer trimestre del 2004 -cuando el PBI aumentó un 11,4%- que no se observa en un primer
trimestre una tasa de crecimiento de la actividad económica tan alta. Entre los años 2005 y 2008
las tasas de crecimiento en los primeros trimestres de cada año rondaron el 8,3%, y en los años
2009 y 2010 se observaron crecimientos relativamente bajos.
Más allá de las incertidumbres del sistema estadístico oficial, la producción muestra un crecimiento
vertiginoso. En materia laboral, según los registros del sistema de jubilaciones (SIPA), el 1°
trimestre del 2011 arrojó un crecimiento del 4,4% anual en el empleo asalariado registrado. Es una
variación no tan alta como la observada entre los años 2004 y 2008 -cuando crecía al 9,3%- pero
bastante más elevada que la registrada en los primeros trimestres de los años 2009 y 2010 cuando
aumentaba al 1,8% anual.
¿Se puede considerar que éstas son condiciones para iniciar un proceso de reversión de los agudos
problemas laborales que sufre gran parte de la población? Para echar luz sobre este interrogante, es
pertinente complementar la información con la provista por la Encuesta Permanente de Hogares
(EPH) del INDEC, que si bien cubre sólo a los 31 grandes aglomerados urbanos, mide a todos los
trabajadores (formales e informales).
En esta línea, según la EPH para el 1° trimestre del 2011, se observa que:
• El empleo total creció un 1,3%.
• El empleo asalariado registrado, que abarca al 50% del empleo total, crece al 3,2% (este es el dato
asimilable al 4,4% que el SIPA informa para todo el país).
• El empleo informal, que representa al otro 50% del empleo total, se mantiene prácticamente
estable con una pequeña variación del -0,5%.
Los datos muestran que la Argentina tiene un mercado laboral fuertemente segmentado. La
bonanza económica tiene impactos positivos sobre el empleo registrado, pero no alcanza para
revertir la masiva presencia de la informalidad. La segmentación del mercado laboral tiene
profundas implicancias sociales.
Las diferentes oportunidades laborales de la población activa están fuertemente correlacionadas con
la persistencia de la inequidad social. Las personas que acceden a empleos registrados no tienen las
mismas características de los relegados a la informalidad, el desempleo o la inactivad laboral. Los
puestos de trabajo formales son creados mayoritariamente por empresas medianas y grandes, y son
ocupados generalmente por personas con niveles medios y altos de educación y vasta experiencia
laboral.
El 74% de los asalariados registrados tiene secundaria completa o más y el 76% trabaja en
empresas con más de 10 trabajadores. En cambio, el empleo informal, representado mayormente
por el empleo no asalariado y asalariado no registrado (“en negro”), es generado por
microemprendimientos y son empleos para personas con bajos niveles de educación y poca
experiencia laboral. El 53% tiene educación inferior a secundaria completa y el 74% trabaja en
empresas con menos de 10 trabajadores.
El análisis histórico de la evolución del empleo en Argentina está indisolublemente ligado al análisis
de la inmigración. Fue muy importante en Argentina, aunque varió a lo largo del tiempo. Se deben
distinguir tres períodos inmigratorios:
• Desde 1870 hasta 1914;
• Desde 1914 hasta 1935;
• Desde 1935 hasta la actualidad4.
Según Elizaga (1973), los efectos de la inmigración fueron muy importantes en décadas alternas:
1881-1990, 1901-1910, 1921-1930 y 1951-1960.
Cualquiera sea la clasificación que se haga del fenómeno migratorio, resulta indudable que:
• entre 1870 y 1913 ésta explicó por sí sola el 53% del crecimiento de la población total;
• entre 1919 y 1938 explicó solamente un 23% del crecimiento de la población total.
Cabe destacar también que, debido a crisis de coyuntura, 1891 y 1915-1916 fueron años de
emigración neta, lo que prueba también la volatilidad del fenómeno migratorio.
La inmigración es “cosa de hombres”. Al inicio ingresaban más hombres que mujeres: había 2,5
extranjeros varones por cada extranjera mujer; esta proporción fue descendiendo a 1,7 en 1895 y a
1,4 en 1947.
Si bien no hay grandes estadísticas fiables, salvo durante las etapas recesivas de los ciclos
económicos, ha de suponerse que durante los períodos de fuerte inmigración hubo prácticamente
pleno empleo de mano de obra. Esto tiene una implicancia importante; si para los inmigrantes el
empleo estaba asegurado, la defensa de los intereses de los trabajadores debía concentrarse en el
poder adquisitivo del salario.
Esa puede ser la razón por la cual los socialistas y otros partidos pro-trabajadores estaban en
contra de las devaluaciones de la moneda y a favor del libre comercio, dado que se importaban
bienes que primordialmente compraban los asalariados (Díaz Alejandro, 1967). Una política
proteccionista difícilmente habría sido popular en esos días. Sólo se interesaban por ella algunos
productores, unos pocos escritores y los funcionarios interesados en el aumento de los ingresos
fiscales. Entre 1905 y 1909 los ingresos públicos eran, en un 53%, debidos a los derechos de
importación.
4
De acuerdo a la clasificación de Di Tella y Zymelman,1967.
5
Hacia esa época en Buenos Aires se editaban diarios en 14 idiomas, prueba de su cosmopolitismo.
48.2 La aparición de la desocupación
24% 48%
20% 40%
18%
16% 32%
12%
10%
8%
6%
4%
2%
0%
1964 1970 1976 1982 1988 1994 2000 2006
Desocupación y actividad
En cuanto a la tasa de actividad (proporción de la población total que desea trabajar, esté ocupada
o no), que se mide en el mismo gráfico a diferente escala en el eje de la derecha, la misma arranca
sus mediciones en 1975, con valores del 40%, desciende al 36% hacia 1984, y luego una
recuperación gradual hasta valores del 46% en el momento actual.
Analizar simultáneamente las tasas de actividad y desocupación permite clarificar en qué medida
un aumento de la última se debió a un aumento en la oferta de trabajo, y en qué medida se debió a
la destrucción de puestos de trabajo. Si bien los efectos para el trabajador son igualmente
problemáticos, ambos reconocen diferentes orígenes.
¿Qué sucedió en el período? Una explicación posible para el fuerte aumento en la tasa de actividad
es la irrupción de la mujer en el mercado laboral argentino. Un fenómeno que se dio en todos los
países, pero en Argentina se produjo en forma explosiva o de burbuja.
Más curioso aún. Entre 1980 y 2000, la población creció a un 2% anual acumulativo, pero la PEA
creció al 2,1% entre 1980 y 1990, y al 2,8% entre 1990 y 2000. Por lo que si bien es cierto que la
desocupación aumentó en los ’90, el empleo creció a mayor ritmo que durante los ’80.
Hace ya cierto tiempo que el mercado laboral ha cambiado, empezando a caracterizarse por la
precariedad en los empleos, y la informalidad laboral.
Precariedad. Por precariedad entendemos que el empleo, si bien puede ser formal, está sujeto a
vicisitudes propias de las variaciones y oscilaciones en el mercado en que se desenvuelve, con lo
que puede aparecer y desaparecer súbitamente. Si la demanda de trabajo depende de la demanda
de bienes, y ésta es precaria, el empleo estable es una ficción inalcanzable, al menos en el sector
privado, no en el público, que en general tiene estabilidad laboral garantizada por las normas.
Todo indica que, en las condiciones actuales y de no mediar una desregulación normativa, la
precariedad y la informalidad laborales han llegado para quedarse.
No resulta fácil hacer comparaciones entre niveles de empleo y desempleo antes y después de 2003,
dado que se cambió la metodología de cálculo. Se pasó de una estimación puntual, que era una
suerte de “fotografía” tomada dos veces por año (abril y octubre) a una estimación continua, que se
parece más a una “película” que se promedia trimestralmente. Por ese motivo, los datos no son
estrictamente comparables.
Pero la información complementaria, los trabajos de investigación y la evidencia empírica indican
que, congruentemente con el proceso de reactivación experimentado en 2003-20086, la tasa de
desocupación disminuyó, pero sin reducción de la tasa de actividad. O sea, que fue fruto de un
aumento en la demanda de trabajo.
Desde 2002 existen los denominados “planes sociales”, que a lo sumo explican entre un 1% y un
2% de la tasa de desocupación, de modo tal que no puede explicar el grueso de la caída de esa tasa.
La disminución de la tasa de desocupación (desocupados más inactivos) sin reducción de los
impuestos al trabajo no invalida el hecho de que hay una relación claramente inversa entre costo
laboral y nivel de empleo.
b bP
Sea una oferta de trabajo con reacción positiva al salario real:
cW
N = ff
f
ff
f
ff
f
ff
s
P
La igualación de ambas nos proporcionará el salario real de equilibrio y el empleo de equilibrio:
af
ff W
f f cW
@ ff
ff
ff
f
f
= f f
ff
f
ff
f
ff
f
b bP P
W
f
ff
f
ff
f
ff aff cW
= @ f
f
f f
ff
f
ff
f
ff
f
bP b P
Wf
ff
f
ff
f W
= a @ cb f ff
f
ff
f
P P
Wf
ff
f
ff
f f a
= fff
f
ff
ff
ff
f
ff
f
ff
f
f
P 1 + cb
Puede apreciarse que “cb” equivale al término “z” establecido en la teoría de mark-up. Y
demostrarse de esta forma que no es necesario el supuesto restrictivo de la linealidad de la función
de producción en un entorno local (lo que equivale a la constancia del coeficiente “a”, de
producto/empleo).
6
Véase la definición al respecto en el Apunte 14, “Crecimiento”.
ca
N= f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
1 + cb
Reemplazando en la función de producción original, es:
d e2 2 ` a 2 2
f
f
fca
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff f
f
fca
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff ca
ff
f
ff
ff
fff
f
f1f
f
ff
f+
f
ff
f
ff
f
fcb
f
ff
f
ff
ff
f
f+
f
f
ff
ff
fbc
f
ff
f
ff
f
ff
f
faf
f
ff
ff
ff
ff 1f
f
ff
f
f+
f
f
ff
f2cb
f
f
ff
f
ff
f
ff
ff
ff
ff
Y=a +b = ` a2 = ca 2 ` a2
1 + cb 1 + cb 1 + cb 1 + cb
Esta es la expresión de oferta agregada en función de los precios, dada una expresión cuadrática de
la función de producción.
N 1 2 3 4 5 6
Y 9,5 18 25,5 32 37,5 42
P
W/P 1,5 2 2,5 3 3,5
Nd 7 6 5 4 3
P
La igualación de ambas nos proporcionará el salario real de equilibrio y el empleo de equilibrio:
W
f
ff
f
ff W
f f
ff
f
ff
f
10 @ 2 =2
P P
Wf
ff
f
ff
f
4 = 10
P
W
f
ff
f
ff
f
= 2,5
P
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
f5f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
2,5 =
1 + 2 A 0,5
Obteniendo el nivel de empleo N, reemplazando en la oferta de trabajo, es:
f
f
fca
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
f 10
f f
f
ff
f
ff
f
ff
f
fAf
f
f0,5
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff 10
f f
f
ff
f
ff
N= = = =5
1 + cb 1 + 2 A 0,5 2
Por lo que en el punto de equilibrio, será:
N Y W/P
5 37,5 2,5
Si deseamos verificar el efecto de la política fiscal, debemos adaptar el modelo para lograr que dM=0
y dG sea
` no nulo.
a Siguiendo lo antedicho, aquí mostramos la modificación de la función IS:
dY = c 1 @ t dY @ bdi + dG [22]
Y en consecuencia, LM será:
M
@ f
f
ff
f
2
f
ff
dP = kdY @ hdi [23]
P
Con esta modificación, la expresión [7] se reexpresa:
M
@ f
f
ff
f
2
f
ff
δdY = kdY @ hdi [24]
P
Despejamos en [24] el valor de di:
1f
ff
ff
f
fF
f
f M
f
f
ff
ff
f
f G
di = kPdY + δdY [25]
hP P
A continuación procedemos a su reemplazo en la función IS modificada obtenida de [22]:
` a bf
f
ff
ff
f
fF
f M
f
f
ff
ff
f
f G
dY = c 1 @ t dY + dG @ kPdY + δdY [26]
hP P
Despejamos dY:
` a bf
f
ff
ff
f
fF
f M
f
f
ff
ff
f
f G
dY @ c 1 @ t dY + kPdY + δdY = dG [27]
hP P
Agrupamos términos:
F ` a bk
ff
f
ff
f
ff bf
f
ffM
f
f
ff
f
ffG
f
dY 1 @ c 1 @ t + + δ = dG [28]
h h P2
Por último, establecemos el multiplicador de la política fiscal:
dY
ff
f
ff
f
ff
f
f ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
fff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
fff
f1f
f
ff
f
ff
f
ff
fff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
fff
ff
ff fff fff
f
ff
ff ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
f1f
f
ff
ff
f
ff
f
ff
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
= ` a = d e [29]
dG 1 @ c 1 @ t + fffffffff+ ffffffffffffffδ
bk b M ` a bf
f
ff
f f
f
f
Mf
f
ff
f
f
h h 2 1@c 1@t + k+ 2δ
P h P
Del análisis de los multiplicadores expuestos puede apreciarse que el efecto de la política fiscal
sobre la renta es inmediato, dado que el numerador de la expresión [29] es unitario. En cambio la
política monetaria, de acuerdo con lo expuesto en la expresión [21] debe atravesar tres filtros, dado
que el numerador de la expresión es igual a b/hP:
• La elasticidad de la inversión, b. Si la inversión fuera perfectamente inelástica, entonces b
sería igual a cero y el efecto sería nulo. Es el caso de una IS vertical.
• La elasticidad de la demanda especulativa de dinero, h. Si esta elasticidad fuera infinita, en
ese caso el efecto también sería nulo. Sería el caso de una LM horizontal.
• Los precios disminuyen la efectividad de la política monetaria. Cuanto más alto sea el valor
de P, más ineficaz será la política monetaria.
De todos modos, la política fiscal requiere igualmente, para ser más efectiva, de bajos valores de b
y/o altos valores de h, los que disminuirán el valor del denominador del multiplicador expresado en
[29].
La última teoría, también conocida como la de tasa natural de desempleo distinguía entre una
Curva de Phillips (CP) a corto plazo y otra a largo plazo. La CP a corto plazo sería como una CP
normal pero desplazada según las expectativas cambian.
A largo plazo, sólo una tasa de desempleo (la NAIRU o tasa natural) es coherente con una tasa de
inflación estable. La CP a largo plazo, por lo tanto, sería vertical, así que no habría relación entre la
inflación y el desempleo.
En el ámbito de esta relación expresada por la curva de Phillips cabe mencionar el término "tasa de
sacrificio" que pone de manifiesto la cantidad de puntos porcentuales de producción anual perdida
en el proceso de reducir la inflación en un punto porcentual.
Su aplicación en el mundo real se llevó a cabo por los Estados Unidos en 1979 tras las
perturbaciones negativas en la oferta debidas a la política seguida por la OPEP. Paul Volcker,
presidente de la Reserva Federal en la época citada, decidió aminorar la tasa de inflación sufrida
(10%) en detrimento del crecimiento de la economía del país, lo cual resultó en la mayor crisis
económica sufrida por EE.UU. desde la Gran Depresión, si bien, la inflación se redujo como fue
previsto.
Cabe mencionar que la disyuntiva o “trade-off” entre inflación y desempleo explicada por la curva de
Phillips sucede de forma natural en la economía. En el caso de que los gobiernos intenten explotarla
mediante su política económica tal relación desaparece. Dicha evidencia fue contrastada
involuntariamente por la economía estadounidense, al incrementarse su gasto público con motivo
de la guerra de Vietnam. La hasta entonces "curva" de Phillips pasó a ser un conglomerado de datos
aleatorios (periodo de 1969-1973) donde no se aprecia ninguna tendencia o relación entre las
variables de inflación y desempleo.
Bibliografía básica
Blanchard, Olivier y Perez Enrri – Macroeconomía, Prentice Hall
Dornbusch y Fischer – Macroeconomía, McGraw Hill (varias ediciones)
7
Véase Argandoña, Mochon y Gámez, “Macroeconomía Avanzada”, Tomo I, Modelos Dinámicos; o en Apuntes de
Macroeconomía II, “Modelo Dinámico de Economía Cerrada”.
Bibliografía adicional
Friedman, Milton – A Theoretical Framework for Monetary Analysis, Journal of Political Económics
Frisch, Helmut – Theories of Inflation – A Second Generation Survey, Longmans