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XI – Mercado de trabajo y Curva de Phillips

43. Mercado de trabajo


El mercado de trabajo es aquel en donde oferta y demanda intercambian servicios del factor trabajo.
Quienes demandan estos servicios son las empresas o empleadores de la economía. Estos
configuran la demanda de trabajo. Los que venden servicios de trabajo son los trabajadores y ellos
conforman la oferta de trabajo. La interacción de demanda y oferta de trabajo determina, en un
contexto normal, los salarios que se pagan en la economía, nombre genérico para la retribución del
factor.
Por consiguiente, se define al mercado de trabajo como aquel en donde confluyen la demanda y la
oferta de trabajo. El mercado de trabajo se relaciona con la libertad de los trabajadores y la
necesidad de garantizar las condiciones de contratación, habida cuenta que se suponen ciertas
asimetrías o desigualdades entre demandantes y oferentes. Por eso, el mercado de trabajo suele
estar influido y regulado por el Estado a través del Derecho Laboral y por una modalidad especial
de contratos, los convenios colectivos de trabajo.
Visión microeconómica del mercado de trabajo

Una visión microeconómica y clásica del mercado de trabajo lo considera sujeto a equilibrio
automático, tal como se muestra en el gráfico a continuación:

wf
f
ff
f Oferta
p

f g
wf
f
ff
f
p
0

Demanda

N0 N
En la intersección de oferta y demanda de trabajo se establece el valor de equilibrio de pleno empleo,
N0, y el valor del salario real de equilibrio, (w/p)0. Es de hacer notar que, imperando un supuesto de
plena flexibilidad de salarios y precios, este mercado se halla en equilibrio automático y permanente.

La curvatura hacia atrás de la oferta de trabajo responde al probable efecto del ocio en los salarios
altos, consistente en que los trabajadores con mayores salarios valoran con mayor intensidad
disponer de tiempo libre, y esto ocasiona una retracción de la oferta laboral.

Se atribuye, asimismo, a la demanda de trabajo la característica de constituir el tramo descendente


de la función de productividad marginal (PMgN) del factor, que hace que los empresarios contraten
trabajadores hasta su concurrencia con el salario real efectivamente abonado. Esta condición de
equilibrio hace, en un contexto clásico de flexibilidad plena, que todos los trabajadores encuentren
empleo al salario de subsistencia.

43.1 Indicadores del mercado de trabajo

Una visión macroeconómica del mercado de trabajo permite una mirada más abarcativa a los
fenómenos de entrada y salida de oferentes al mercado laboral. Para comprender mejor estos
hechos corresponde definir los siguientes términos:
• Población civil. Número de personas potencialmente disponibles para ocupar un empleo privado
(en edad laboral de trabajar).
• Población activa. Número de personas dentro de la población civil que están trabajando o
buscando trabajo.
• Población inactiva. Número de personas de la población civil que no trabajan y tampoco buscan
un trabajo (trabajo doméstico). Incluye a los trabajadores desanimados o cansados de buscar
trabajo activamente y que han desistido temporalmente de esa búsqueda.
• Población empleada. Número de personas dentro de la población activa que están trabajando.
• Población desempleada. Número de personas dentro de la población activa que no están
trabajando.
• Población subempleada. Número de personas dentro de la población activa que están
trabajando una cantidad menor de horas a las que desearían en condiciones normales.

Civiles = Activos + Inactivos


Activos = Empleados + Desempleados
• Tasa de actividad. Cociente entre la población activa y la población civil.

Activos Inactivos
Tasa de actividad = f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
Tasa de inactividad = ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
Civiles Civiles
• Tasa de empleo. Cociente entre la población empleada y la población activa.

Empleados Desempleados
Tasa de empleo = f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
Tasa de desempleo = f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
Activos Activos
Subempleados
Tasa de subempleo = ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
Activos
• Tasa de desocupación. Cociente entre la diferencia entre población civil y población empleada y
la población civil. Equivalentemente, cociente entre desempleados más inactivos sobre población
civil Obviamente, esta tasa es mayor a la tasa de desempleo, dado que incluye personas que no
están buscando trabajo pero podrían hacerlo.

Empleados
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f Civiles
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
@f
f
ff
f
fEmpleados
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
Tasa de Ocupación = Tasa de desocupación =
Civiles Civiles
Desempleados
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
f+f
f
ff
ff
f
fInactivos
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
Tasa de desocupación =
Civiles

Inactivos
(fuera del
mercado
laboral)
Subempleados Empleados

Población Activa Desempleados

Población civil total

A la inversa, se aprecia que cuando ingresan personas al mercado laboral, por búsqueda de trabajo,
si ésta es infructuosa durante un período relativamente prolongado, se verifica un incremento en la
tasa de actividad, pero una baja en la tasa de empleo. Esta aparente contradicción se explica por el
hecho de que los ingresantes al mercado laboral ensanchan la base de población activa, pero no
consiguen trabajo.

A la inversa, el abandono del mercado laboral por parte de personas que, desanimadas luego de
buscar, se retiran del mismo, genera una baja de la tasa de actividad, y paradójicamente, podría
generar un aumento en la tasa de empleo, dado que se reduce la población activa.

43.2 Movimientos de entrada y salida de la fuerza laboral

Mercado de Jubilaciones, retiros


trabajo Empleados Inactivos
Primer empleo

Activos Abandono de
búsqueda
Despidos y laboral
Renuncias Búsqueda
Desempleados

El sencillo cuadro precedente muestra en forma clara los movimientos de ingreso y egreso del
mercado laboral, simbolizado por el recuadro rectangular. La búsqueda de primer empleo y el
abandono del mercado laboral o jubilación suelen ser las principales causales de ingresos y egresos
al mercado laboral.

44. Demanda y oferta de trabajo


La demanda de trabajo está representada por las empresas, y nos permite explicar cómo se
determinan el nivel de producción y los precios de los bienes y servicios de toda la economía. El
nivel de precios se determina a partir de la interacción entre Oferta y Demanda Agregadas, pero el
mismo depende, a su vez, de:
• Costos salariales de las empresas;
• Costos de materias primas y otros gastos de producción;
• Nivel de beneficios esperados por el sector empresarial.

A su vez los costos de las empresas dependen de las características que tenga la función de
producción; es decir, de la relación entre los factores utilizados y la cantidad de producción.

44.1 La función de producción

Sea una función de producción: b c


Y = A f K 0 ,N
Supongamos que:
a) Sólo existe un factor de producción variable: el factor trabajo (N). Esto es una simplificación,
puesto que las empresas utilizan más factores además del trabajo: capital (máquinas y plantas
de producción), materias primas, etc. Se asume que el capital (K0) permanece fijo en el corto
plazo.
b) La tecnología aplicada a la productividad del trabajo (A) es constante. Esto también es una
simplificación, dado que existe progreso tecnológico y por tanto la productividad del trabajo
varía con el paso del tiempo.

Estas dos simplificaciones pueden ser asumidas, puesto que utilizamos este modelo para explicar el
funcionamiento de una economía en el corto plazo. En el largo plazo, habrá que considerar tanto
variaciones de la productividad, como variaciones en el factor capital.

Dadas estas simplificaciones podemos explicitar la función de producción a partir de la siguiente


expresión:
Y = AN
Donde Y es el nivel de producción, A es la productividad del trabajo (producción por unidad de
trabajo) y N es el nivel de empleo.

Y
Y = AN

N (empleo)
44.2. La ecuación de precios

Conocida la función de producción, estamos en condiciones de conocer los costos de las empresas,
los que dependerán del salario pagado a los trabajadores, y la productividad del trabajo.
Supongamos una empresa que fabrica sillas, y donde el salario nominal pagado a cada trabajador
es de $ 1500.- mensuales. La productividad del trabajo es de 30 sillas al mes. O sea, cada
trabajador monta 30 sillas al mes.
W = $ 1500 / mes
A = 30 sillas / mes
El costo laboral unitario será W/A = 1500/30 = $ 50.- por unidad producida.

En un entorno de competencia perfecta, el precio fijado por las empresas sería el Costo Marginal
(CMg) de producción, es decir, W/A, y los beneficios serían nulos. Sin embargo, dado que muchos
mercados de bienes no son competitivos, las empresas buscarán obtener un beneficio, por tanto el
precio deberá ser tal que permita cubrir los costos y proporcionar dicho beneficio. Es decir:

Los precios y cantidades equivalen a la nómina salarial


` mása el mark-up.:
PY = WN 1 + z
Nf ` a
P=W f f
ff
f
f
1+z
Y
W ` a
P= f
ff
f
ff
f
1+z
A
Donde “z” representa el margen de beneficios esperado por el empresario. Llamamos a ésta la
ecuación de precios, y expresa cuál será el precio fijado por las empresas dado el salario nominal
pagado por ellas. Reordenando la ecuación de precios, obtenemos el salario nominal pagado por las
empresas:
A
W= f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
P
1+z
Esta relación implica que el salario nominal pagado por las empresas depende de la productividad
del trabajo (A), del margen de beneficio que desean obtener (z) y del nivel de precios efectivo (P).
Aumentos en la productividad o en el nivel de precios, o disminuciones del margen de beneficio
darán lugar a un incremento en el salario nominal pagado por las empresas. Del mismo modo,
disminuciones de A, de P o aumentos en z disminuirán el salario nominal pagado por las empresas.

Ecuación de Precios
∆A, ∆P ó ∇z

W0 W= P · A/(1+z)

∇A, ∇P ó ∆z

u0 u1 u2 u (desempleo)

El gráfico que se presenta en esta página muestra el salario nominal pagado por las empresas.
Como puede apreciarse, el mismo es independiente de la tasa de desempleo, ya que depende más
bien de la productividad del trabajo y la tasa de beneficios esperados por las empresas.

Siguiendo el ejemplo anterior, si el empresario desea obtener un margen del 20% (z = 0.2), el precio
de cada silla deberá ser: P = 50 · (1.2) = $ 60.- De esta ecuación de precios se deduce que un
incremento en el salario nominal (W) o en el margen (z) que aplica el empresario produce un
incremento en el precio. Del mismo modo, un incremento en la productividad del trabajo (dados el
salario nominal y el margen), disminuye el precio.

Por ejemplo, una innovación técnica que permita una duplicación en la producción de sillas por
empleado, hasta 60 sillas al mes, permitiría, ceteris paribus, reducir el costo de las sillas a $ 30.-
por unidad producida. Este hecho (el abaratamiento sistemático de los bienes producidos) es
bastante más frecuente de lo que aparenta en la economía mundial.

Por el momento sólo sabemos cómo fijan los precios las empresas y de qué factores depende la
fijación de dichos precios (W, A, z). Sin embargo, todavía no sabemos nada sobre cómo se
determinan los salarios.

44.3. La ecuación de salarios

Los salarios nominales pueden determinarse:


• En negociación colectiva, entre cámaras o agrupaciones de empresarios y sindicatos.
• En negociación bilateral o individual: Entre empresario y trabajador. La negociación será mayor
y más individualizada, cuanto mayor sea el nivel de calificación del trabajador; en puestos de
baja calificación, el empresario propone y el trabajador acepta o no el salario ofrecido, con
escasa capacidad para “negociar” el mismo.

La primera característica a conocer en relación con los salarios nominales es que éstos son mayores
que el salario de reserva (Wr), que puede ser definido como el salario por el cual a los trabajadores
les resulta indiferente trabajar o no trabajar. Por lo general, se cumple que W > Wr, debido a:

El poder de negociación de los trabajadores. Los trabajadores tienen cierto poder de negociación
para conseguir que W sea mayor que Wr. Este poder de negociación de los trabajadores está
relacionado con dos aspectos:
• La capacidad de la empresa para contratar a otro trabajador similar (relacionado con el nivel
de calificación). Cuanto más calificado sea el trabajador, más difícil le resultará a la empresa
reemplazarlo y por tanto aumenta la capacidad de negociación del trabajador para imponer un
salario más alto.
• La capacidad del trabajador para encontrar otro empleo (relacionado con la situación del
mercado de trabajo). Si la economía se encuentra en una fase recesiva con una elevada tasa de
desempleo, con independencia del nivel de calificación, será más difícil encontrar otro puesto
de trabajo de similares o mejores características.

El interés empresarial. El salario W será mayor al salario de reserva Wr, también porque a las
empresas les interesa retener a sus trabajadores; si sus trabajadores se encuentran a gusto en la
empresa, no tendrán incentivos para abandonarla, y su productividad y eficiencia crecerán, como
consecuencia de la menor rotación.
Cuando la situación económica es favorable y la tasa de desempleo es baja, la probabilidad de que
un trabajador pueda encontrar otro trabajo rápido y mejor aumenta. Si una empresa quiere evitar
que sus trabajadores se vayan, intentará motivarlos mediante salarios más elevados, para impedir
una rotación excesiva que disminuya su productividad y eficiencia.

Determinantes de la función de salarios

Tasa de desempleo. Como puede observarse, el denominador común de los dos factores
considerados (poder de negociación y salarios de eficiencia) es la tasa de desempleo. Cuando la
tasa de desempleo es reducida, los salarios nominales serán elevados (porque se incrementa el
poder de negociación de los trabajadores y también porque las empresas estarán dispuestas a pagar
salarios mayores para impedir que disminuya su eficiencia como consecuencia de la mayor
rotación); del mismo modo, cuando la tasa de desempleo es elevada, los salarios nominales serán
bajos.
Poder de negociación de los trabajadores. Además de la situación del mercado de trabajo
(medida por la tasa de desempleo), existen otros factores que influyen en la determinación de los
salarios por su incidencia sobre el poder de negociación de los trabajadores. A mayor poder de
negociación, mayor salario nominal. Entre estos factores incluimos por ejemplo:
• La duración y monto del seguro de desempleo. La existencia de un seguro de desempleo
aumenta el poder de negociación de los trabajadores, que no estarán dispuestos a trabajar
por un salario inferior al seguro.
• La existencia de sindicatos fuertes también aumenta el poder de negociación de los
trabajadores.
• Flexibilidad o rigideces estructurales que incidan sobre el mercado de trabajo. A mayor
flexibilidad laboral, se crearán y destruirán más empleos. Esto disminuye el poder de
negociación de los trabajadores, y por tanto disminuye el salario monetario.
• Establecimiento de salarios mínimos. Cuanto mayor sea éste, mayor es el poder de
negociación de los trabajadores, puesto que dado un nivel de desempleo, un incremento del
salario mínimo supondrá que los trabajadores exijan un mayor salario monetario.
• Cualquier otra variable diferente a la tasa de desempleo que modifique el poder de
negociación de los trabajadores.

Todo este conjunto de variables vamos a representarlo mediante una variable que denominamos
“n”, de tal modo que por definición, “n” recogerá el efecto de cualquier variable que modifique el
poder de negociación de los trabajadores. El signo de dicha variable será positivo indicando que un
aumento en “n” (por cualquiera de los motivos señalados anteriormente) incrementa el poder de
negociación de los trabajadores y por tanto el salario monetario que exigirán los trabajadores para
cada nivel de desempleo. Gráficamente, un incremento del poder de negociación de los trabajadores
(∆n) podrá representarse por un desplazamiento de la función de salarios hacia la derecha.

Nivel de precios esperado. Finalmente, queda por incluir una última variable en la ecuación de
salarios. Dicha variable es el nivel de precios esperado por los trabajadores (Pe). Esto es porque los
trabajadores negocian el salario nominal en función de los bienes y servicios que van a poder
comprar con dicho salario. Cuanto mayor sea el nivel de precios, mayor será el salario nominal
necesario para poder comprar la misma canasta de bienes y servicios.

Decimos precios esperados y no efectivos, porque los salarios se negocian generalmente en los
primeros meses del año, y en esos momentos se desconoce cuál será el nivel de precios efectivo. Por
lo tanto, la negociación de salarios se realizará en función de las expectativas de precios de los
trabajadores.

Uniendo los tres factores antedichos, podemos explicitar la función de salarios como sigue:
e ` a
W = P F u,n
Donde:
• Pe = Nivel de precios esperado. Su incidencia es positiva y actúa como factor de escala.
• u = tasa de desempleo. Se supone que su incidencia será negativa.
• n = Poder de negociación de los trabajadores.

W
Función de salarios

W0

W1

W = Pe F(u,n)

0 u0 u1 u (Desempleo)

Gráficamente, se muestra a continuación cómo, debido al aumento en el poder de negociación de


los trabajadores (n) o al aumento en las expectativas de precios (Pe), los trabajadores exigen un
salario nominal más alto, dada una tasa de desempleo. Esto implicará un desplazamiento hacia
arriba de la función de salarios.

W
Efectos de un incremento en el
W’0 poder de negociación sindical

W0

W’1

W = Pe F(u,n1)
W1

W = Pe F(u,n0)

0 u0 u’0 u1 u’1 u (Desempleo)

Del mismo modo, una disminución en el poder negociador de los trabajadores, o una revisión a la
baja en las expectativas de precios implicará un desplazamiento hacia abajo de la función de
salarios.

Este movimiento ascendente determinará que para estas tasas de desempleo los salarios nominales
resulten más altos. O a la inversa, para los mismos salarios nominales, la tasa de desempleo
resultará superior.

45. La tasa natural de desempleo


Presentamos a continuación el modelo completo:
Y = AN
W ` a
P= f ff
f
ff
f
1+z
A
e` a
W = P u,n
El mercado de trabajo se encuentra en equilibrio cuando el salario real (W/P) por el que están
dispuestos a ofrecer su fuerza laboral los trabajadores coincide con el salario real que están
dispuestos a pagar los empresarios.

Dadas las ecuaciones de precios y salarios anteriores, podemos deducir el salario real que desean
obtener los trabajadores (W/Pe) y el salario real pagado por las empresas (W/P):
W
ff
f
fff `
f
f a
e = F u,n
P
W
ff
f
fff
f ffA
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
=
P 1+z
Ambos salarios reales sólo pueden coincidir cuando el nivel de precios efectivo y el nivel de precios
esperado sean iguales ( P = Pe ). En esta situación, el mercado de trabajo estará en equilibrio y dicho
equilibrio sólo puede estar asociado a una tasa de desempleo determinada. Dicha tasa se denomina
Tasa natural de desempleo (uN).

Representando gráficamente la ecuación de precios y la ecuación de salarios en función del salario


real, puede observarse que W/Pe y W/P sólo coinciden para un valor de la tasa de desempleo: la
tasa natural. Por tanto, la tasa natural es aquella tasa de desempleo para la que coinciden el salario
real pagado por las empresas con el salario real que desean obtener los trabajadores.

Gráficamente, se muestra que cuando los trabajadores perciben un salario real mayor del que
realmente están pagando los empresarios (W/Pe > W/P), habrá más trabajadores dispuestos a
trabajar al salario real de mercado (que está dado por las empresas) y por tanto la tasa de
desempleo se situará por debajo de la tasa natural (u1 < uN). Esto sólo puede ocurrir si las
expectativas de precios son incorrectas, y en concreto, si Pe < P.

Del mismo modo, cuando el salario real percibido por los trabajadores es menor que el salario real
que están dispuestos a pagar las empresas (W/Pe < W/P), habrá menos trabajadores dispuestos a
trabajar a ese salario, y por tanto la tasa de desempleo se situará por encima de la tasa natural de
desempleo (u2 > uN). Esto sólo ocurre cuando Pe > P.

Resumiendo, si los precios esperados están por debajo de los efectivos, la tasa de desempleo estará
por debajo de la natural. Por el contrario, si los precios esperados están por encima de los efectivos
la tasa de desempleo estará por encima de la natural.

W/P
Salario real Tasa “natural” de desempleo

W/P1

W/P0 W/P = A/(1+z)

W/P2 W/Pe = F(u,n)

0 u1 uN u2 u (Desempleo)
El término “natural” hace referencia a que se trata de la tasa de desempleo en torno a la cual se
sitúa la tasa de desempleo efectiva. Es decir, dadas las características estructurales (legislación,
capacitación de la población, etc.) del mercado de trabajo de un país concreto, la tasa de desempleo
natural sería la tasa de desempleo en torno a la cual se mueve a corto plazo la tasa de desempleo
efectiva. De hecho, una sencilla forma de aproximar el valor de la tasa natural de desempleo es
calcular la media de las tasas de desempleo registradas durante un periodo de tiempo lo
suficientemente amplio, por ejemplo entre 5 y 10 años, según el caso.

Por lo tanto, la economía tenderá hacia una tasa de desempleo mayor o menor en función de las
características estructurales del mercado de trabajo. Por eso, aunque la terminología habitual para
definir la tasa de desempleo de equilibrio es “tasa natural de desempleo” algunos economistas
consideran más apropiado el término “tasa estructural de desempleo”.

No es posible que la tasa natural de desempleo de una economía sea cero, aún en una economía
con un mercado de trabajo muy dinámico y en el que resulte fácil encontrar un empleo, ya que
siempre existirá un cierto volumen de desempleo. Este volumen de desempleo se denomina
desempleo friccional, y está relacionado con los flujos del mercado de trabajo. Es decir, cuando un
estudiante termina sus estudios y comienza a buscar un empleo deja de ser población inactiva para
convertirse en población activa. Mientras busca su primer empleo dicha persona es un
desempleado. Del mismo modo, cuando una persona deja su trabajo para trabajar en otra empresa
necesariamente debe pasar por la situación de desempleado (tardará un tiempo en encontrar el
empleo que mejor se ajusta a su calificación y gustos).

Por tanto, el desempleo friccional es el desempleo transitorio o coyuntural que se deriva de los flujos
del mercado de trabajo. Por ello, siempre existirá una tasa de desempleo mínima, pero mayor que
cero, derivada de los cambios transitorios del mercado de trabajo (inactivo → activo y ocupado en
empresa A → desempleado → ocupado en empresa B).

Con todo, la tasa natural de desempleo no será constante, y variará en función de los cambios
estructurales que se produzcan en el mercado de de trabajo.

En el gráfico siguiente se muestra cómo un incremento en el poder de negociación sindical


ocasiona un desplazamiento hacia la derecha de la función de salarios:

W/P
Efectos de un aumento en el
poder sindical

W/P0 W/P0 = A/(1+z)

W/Pe = F(u,n1)
W/Pe = F(u,n0)

0 uN u’N u (Desempleo)

La tasa natural de desempleo aumentará:


• si se produce un incremento del poder de negociación de los trabajadores (↑n) motivado por
un aumento de las prestaciones por desempleo, un incremento del salario mínimo, una
legislación que incremente el poder sindical, etcétera. Cualquiera de estas situaciones daría
lugar a que los trabajadores exigieran un salario real por encima del salario que están
dispuestas a pagar las empresas y consecuentemente dicha situación se traduciría en una
mayor tasa natural de desempleo. En este caso, aumentaría la tasa natural de desempleo y
el salario real de equilibrio seguiría siendo el mismo.
• si disminuye el grado de competencia empresarial, lo que daría lugar a un incremento del
margen (↑z). Asimismo, la tasa natural de desempleo aumenta si disminuye la
productividad del trabajo (↓A). Esto, bajo el supuesto de que los trabajadores no incorporen
en sus negociaciones la productividad, y sólo negocien sus salarios en función de los
precios. En estos casos, no sólo aumentaría la tasa natural de desempleo sino que además
disminuirá el salario real de equilibrio.

Del mismo modo, un incremento en el margen empresarial (z) muestra que se produce el mismo
efecto; esto es, incrementar la tasa natural de desempleo. Este efecto se produce porque disminuye
el valor del salario real que los empresarios están dispuestos a abonar, a menos que sea
contrarrestado por un incremento de productividad laboral.

En el gráfico a continuación se aprecia que un incremento del margen empresarial de z a z’ implica


un descenso de la función y un consecuente incremento en la tasa de desempleo, de uN a uN’.

W/P
Efectos de un aumento en el
margen empresarial

W0/P W/P = A/(1+z0)

W1/P W/P = A/(1+z1)


W = Pe F(u,n)

0 uN u’N u (Desempleo)

En los dos gráficos, el anterior y el que sigue, puede observarse cómo cambios en z, n ó A modifican
la tasa natural de desempleo. Sin embargo, existe una diferencia importante entre ambos. Mientras
que los cambios institucionales que afectan al poder de negociación de los trabajadores sólo
modifican la tasa natural de desempleo, los cambios relativos a la oferta (n, A), en el gráfico de la
página siguiente, afectan tanto a la tasa natural como al salario real de equilibrio que, en este caso
concreto, se ve afectado.

En los dos gráficos anteriores puede observarse cómo cambios en z, n ó A modifican la tasa natural
de desempleo. Sin embargo, existe una diferencia importante entre ambos. Mientras que los
cambios institucionales que afectan al poder de negociación de los trabajadores sólo modifican la
tasa natural de desempleo, los cambios relativos a la oferta (n, A), en el gráfico de la página
siguiente, afectan tanto a la tasa natural como al salario real de equilibrio que, en este caso
concreto, se ve afectado.

Esta diferencia se debe a que la tasa natural de desempleo depende tanto del salario real que
desean los trabajadores, como del salario real que pagan las empresas. El salario real pagado por
las empresas depende únicamente de factores de oferta, es decir, de todas aquellas variables que
afecten a los precios fijados por las empresas.
Es importante razonar que la tasa natural de desempleo (uN) disminuirá, si:
a) Disminuye el poder de negociación de los trabajadores (↓n), debido a una disminución de las
prestaciones por desempleo, disminución del salario mínimo, legislación que limite el poder
sindical, incremento de la flexibilidad del mercado de trabajo, etcétera.
b) Disminuye el margen empresarial z por cualquier factor que sea posible: aumento del grado de
competencia, disminución de los costos no salariales o aumentos de la productividad del trabajo
(↑A) (siempre y cuando los trabajadores no negocien sus salarios basados en productividad).
El salario real aumentará si:
a) Disminuye el margen empresarial (z)
b) Aumenta la productividad del trabajo (A).

W/P
Efectos de un aumento en la
relación producto/empleo (A=Y/N)

W1/P W/ P = A1/(1+z)

W0/P W/ P = A0/(1+z)

W = Pe F(u,n)

0 u’N uN u (Desempleo)

45.1 Relaciones derivadas de la tasa natural de desempleo

Sea una función de producción:


Y = AN
Y una población activa, dividida entre empleados y desempleados:
L=U + N
Sean la tasa de desempleo y la tasa de empleo:
Uf Nf
u= ff
ff
f
; n= ff
ff
f
f
L L
En situación de tasa natural de desempleo, será:
Uf Nf
un = f
ff
f
nf
f
ff
; nn = ff
ff
f
nf
f
ff
L L
La que puede reexpresarse como:
Nf
un = 1 @ f
ff
f
fnf
f
ff
L
El empleo natural generará el volumen de producción natural:
Yf
Y n = AN n Q N n = f
ff
nf
f
ff
A
Reemplazando en la tasa natural de desempleo, tenemos:
Yf
un = 1 @ ff
ff
nf
f
ff
f
AL
Si los precios efectivos son iguales a los esperados, tendremos que:
a) desde los trabajadores:
f g
W
f
ff
f
ff
f Yf
=F 1@ f
f
ff
nf
f
ff
f
,n
P AL
b) desde los empresarios:
W
f
ff
f
ff
f fA
= f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
P 1+z
Igualando, tenemos, que en el largo plazo, donde los precios efectivos y los esperados son iguales,
es:
f g
Yf
f
ff
f
ff
f
ff f
fA
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
F 1 @ n ,n =
AL 1+z

45.2 Derivación de la oferta agregada a partir de las ecuaciones de salarios y precios

Dadas una función de salarios:


e ` a
W = P F u,n
Y una función de precios:
` aW
P= 1+z f
ff
f
ff
f
A
Reemplazando el salario nominal por su igual, obtenemos una expresión posible de oferta
agregada:
1f+f zffe ` a
P= ff
fff
ff
f
f f
f
P F u,n
A
Esta relación1 nos dice que:
• los precios aumentan si aumenta el margen empresarial, z.
• los precios disminuyen si aumenta la productividad, A.
• los precios aumentan si aumenta la expectativa de precios de los trabajadores, Pe.
• los precios aumentan si disminuye el desempleo, u.
• los precios aumentan si aumenta el poder de negociación sindical, n.
• los precios aumentan si aumenta la producción, dado que a productividad constante, más
producto se obtiene con más trabajadores, y esto se obtiene disminuyendo u.

Puede cotejarse esta expresión con la obtenida en el apéndice matemático al final de este capítulo.

46. Oferta agregada dinámica


Un desarrollo posterior del mercado de trabajo2 atribuye características dinámicas al mercado de
trabajo, consistentes en definir la oferta de trabajo como sensible a los excesos de demanda y oferta
de trabajo habidos en el período anterior.

46.1. La oferta de trabajo dinámica

Supongamos la existencia de una oferta laboral dinámica o móvil, sensible a la discrepancia entre el
nivel de empleo “pleno” y el actual:
h i
Nf N ` a
W t =W t @ 1j1 @ ε f
f
ff
f
0f
f
ff
f
f
@f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ftf
f
f
k =W t @ 1 1 @ εu
N0
donde “u”, tasa de desempleo, es igual a:

Nf
f
ff
f
f0f
f
ff
f
f
@f
f
fN
f
f
ff
f
ff
f
ftf
f
f
u=
N0
De acuerdo con lo antedicho, los salarios que se ofrecerán en el período “t” serán superiores a los
ofrecidos en el período “t - 1”, si es que se ha verificado un exceso de ocupación (demanda excedente
de trabajo) en el sector industrial en tal período. De modo contrario, si durante el período “t + 1”

1
Blanchard – Pérez Enrri, “Macroeconomía”, Prentice Hall
2
Dornbusch – Fischer, op. cit.
existió oferta excedente de trabajo y muchos trabajadores no encontraron empleo pleno, los salarios
que se ofrecerán en “t” serán inferiores.

W
Wt+1

Wt

Wt-1

Nd

N0 N

46.2. La oferta agregada dinámica

La formación de precios en la economía se realiza mediante un procedimiento de mark-up, donde


“z” es el coeficiente de mark-up, y “A” es el coeficiente de producto-empleo.
Yf
Y = AN Q A = ff
ff
f
f
N
En el período “t”, será, atendiendo a la relación de mark-up:
` a
P t Y t =W t N t 1 + z
Nff
ff
ff
f
f`
f a
P t =W t t 1 + z
Yt
1ff
f+f
f
ff
ff
f
fzf
f
ff
P t =W t
A
La ecuación del salario real en “t” resulta ser, tal como viéramos:
Wf
ff
f
ff
tf
f
f fA
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
=
Pt 1 + z
Por lo que el salario real resulta una constante que depende del margen empresarial y el estado de
la tecnología y la productividad, los que se suponen constantes en el corto plazo.

De este modo, podemos reemplazar en la expresión


h anterior Wt por
i Pt y Nt por Yt, quedando así:
Nf N
W t =W t @ 1j1 @ ε ff
ff
f
0f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ftf
f
f
@ k
N0
Yf
Y = NA Q N = ff
ff
h
A i
Yf
f
ff
0f
f
ff Yf f
ff
tf
f
ff
l f
f
fff
f
@
f
ff
f
fff
ff
ff
fff
fm
f
f
W t =W t @ 1l
l1 @ ε A
j
A m
m
Yf
f
ff
0f
f
ff k
A
A continuación, reemplazamos W por su expresión en términos de precios:

1f+f zf A
P t =W t ff
fff
ff
f
f f
ff
QW t = P t f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
A 1+z
Insertando esta expresión en la anterior, resulta:
h i
Yf
f
ff
0f
f
ff Yf f
ff
tf
f
ff
f
fA
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff f
fA
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
fl
f f
f
fff
f
@
f
ff
ff
ff
ff
ff
fff
fm
f
f
l m
Pt = Pt @ 1 l1 @ ε A A m
1+z 1+z j Yf
f
ff
0f
f
ff k
A
Simplificando la expresión anterior, es: h i
Yf
f
ff
f
ff
f
f
@f
f
ff
fY
f
ff
f
ff
tf
f
f
P t = P t @ 1j1 @ ε 0 k
Y0
b c
P t = P t @ 1 1 @ εµ
Lo antedicho representa una oferta agregada móvil, que genera oferta a un precio más alto si el
desempleo del período corriente fue mayor al anterior.

P
Pt+1

Pt

Pt-1

DA

Y0 Y
Idénticas consideraciones caben a las formuladas oportunamente para el mercado de trabajo. Los
precios a los cuales el sector productivo ofreció bienes y servicios a la economía en el período “t”
serán superiores a los ofrecidos en el período “t - 1”, si es que se ha verificado un exceso de
demanda agregada en ese período. De modo contrario, si durante el período “t + 1” existió oferta
agregada excedente de trabajo y muchos productos no encontraron ubicación en el mercado, los
precios que se ofrecerán en “t” serán inferiores.

47. Inflación versus desempleo: La Curva de Phillips


Partiendo de la expresión anterior, tenemos:

Pf b c
f
f
ff
ff
f
tf
f
ff
f
ff
= 1 @ εµ t
Pt @ 1
f
fPf
f f
f
ff
tf
f
ff
f
ff
@ 1 = @ εµ t
Pt @ 1
Pf
fff
tf
f
ff
@f
f
ff
f
fP
f
f
ff
f
ftf
f
ff
f
ff
1f
f
ff
@
= @ εµ t
Pt @ 1
π t = @ εµ t

La expresión anterior es una versión linealizada y simplificada de la Curva de Phillips.

La verdadera curva de Phillips lleva el apellido de su descubridor original, A.W. Phillips, quien
investiga el mercado laboral británico desde fines del siglo XIX hasta la posguerra, y descubre la
existencia de una relación de intercambio (trade-off) entre la tasa de crecimiento anual de los
salarios nominales y la tasa de desempleo efectiva.
Phillips aprecia, entre otras cosas, el hecho de que disminuciones en la tasa de desempleo
ocasionaban tasas de crecimiento mayores en los salarios nominales al año siguiente, y a la inversa,
cuando se acentuaban las condiciones de desempleo, los salarios frenaban su crecimiento con
respecto al período anterior.

dW/dt
Curva original de Phillips

0 uN = 5,5% u (Desempleo)

Descubre asimismo que para el mercado laboral británico, una tasa de desempleo del 5,5% era
compatible con un estancamiento completo de los salarios nominales; o sea, una tasa nula de
crecimiento de los mismos.

Esta relación original entre tasa de crecimiento de salarios y desempleo, en mérito a desarrollos
posteriores (el « exceso de demanda » de Lipsey, y la « variación Samuelson-Solow », entre otros),
migró hacia la relación entre inflación y desempleo, tal como se la conoce hoy.

La Curva de Phillips materializa el conflicto entre objetivos que implica la imposibilidad de poder
acceder simultáneamente a una situación de pleno empleo y estabilidad de precios. En todo caso,
podrá aceptarse estabilidad de precios coexistente con cierto desempleo, o en cambio, reducir a
mínimo el desempleo, pero aceptando la existencia de una tasa de inflación moderada.

Cierto es que las condiciones de regulación laboral en los diferentes países pueden determinar
diferentes posiciones y pendientes de esta curva en diferentes países. Es posible pensar que países
con mayor poder de negociación sindical o mayores regulaciones laborales experimenten una curva
de Phillips más desplazada hacia la derecha que aquellos países con mercados más desregulados o
con menos poder sindical3.

47.1. Curva de Phillips con expectativas

Un desarrollo posterior de Friedman-Phelps complejiza la curva de Phillips, haciendo depender la


discrepancia entre la inflación efectiva y la esperada con la discrepancia entre la tasa efectiva de
desempleo y la natural, tal como se muestra a continuación:
b c
π t @ π te = @ ε µ t @µ n
En el largo plazo, si la inflación real coincide con la esperada, se genera el hecho de que la tasa de
desempleo converge con la natural:
π t = π te [ µ t = µ n
Se mide como discrepancia entre la inflación real y la esperada, y como diferencia entre la tasa de
desempleo real y la Natural (NUR).

3
Véase apéndice al final de este capítulo sobre la Curva de Phillips.
Friedman define la NUR (Natural Unemployment Rate) como aquella tasa de desempleo a la que los
flujos desde y hacia el fondo de desempleados (ver gráfico anterior) se compensan exactamente.
Justo la tasa que Phillips estimó en alrededor del 5.5%, con variaciones entre países.

Nótese que esta tasa “natural” de desempleo es equivalente a la vista en el capítulo 43, aunque su
método de obtención difiere de aquél, obtenido por Blanchard.

Inflación
(π)
Curva de Phillips
de Largo Plazo
π4
d'

π3 c’ d

π2 b’ c CP4

π1 a’ b CP3

a CP2
NUR Desempleo (µ)

CP1

De acuerdo a la hipótesis de Friedman-Phelps, los sucesivos intentos de los gobiernos por reducir el
desempleo ocasionan incrementos en la tasa de inflación. Estos son los pasajes de los puntos a a a’,
b a b’, y así sucesivamente.

Una vez que la tasa de inflación aumentó, las expectativas de los agentes económicos se adecúan a
la nueva situación y el desempleo lentamente vuelve a su tasa natural. Esto está representado por
el pasaje de los puntos a’ a b; b’ a c, y así sucesivamente.

La insistencia de los gobiernos en reducir el desempleo sólo logra estabilizar la tasa natural a tasas
de inflación crecientes. Por ello lleva el nombre de “hipótesis aceleracionista” de la inflación. Esto
implica que existen infinitas curvas de Phillips de corto plazo, cada una de ellas compatible con una
cierta tasa de inflación esperada. Y todas ellas se mueven a lo largo de una imaginaria línea vertical,
que constituye la curva de Phillips de largo plazo.

Romper este círculo vicioso implicaría, para los autores, en lugar de desarrollar políticas activas de
reducción de desempleo, disminuir aquellas regulaciones laborales o rigideces del mercado de
trabajo que impiden reducir la NUR, con lo cual la recta de largo plazo se desplazaría hacia la
izquierda.

47.2. Ley de Okun

Podemos pensar que la población estima la tasa de inflación en “t” como igual a la tasa de inflación
del período anterior, y como reacción a las variaciones del desempleo. Esto genera una expresión
diferente de la curva de Phillips:

π te = π t @ 1
b c
π t @ π t @ 1 = @ ε µt @ µt @ 1
En segundo lugar, tenemos la Ley de Okun, que nos indica que por cada 2.5% de aumento en la
tasa de crecimiento del PBN por encima de la tasa natural de crecimiento de esa economia, se
generará un punto porcentual de reducción del desempleo. Esta relación se puede expresar de la
siguiente manera: b c
` a
µ t @ µ t @ 1 = 0.4 g t @ g n = 0.4 g t @ 0.03

De esta forma, puede verse que los excesos de crecimiento por sobre la tasa normal de crecimiento
de la economía (en este caso estadístico, un 3%) obtienen una reducción en el desempleo
equivalente a 0,4 veces ese valor. Este valor antiguamente estaba en torno a 3.0, hoy es 2.5 y tiende
a decrecer. Esto implica, invirtiendo el argumento, que para lograr una reducción de 1% en la tasa
de desocupación deberemos gestar un aumento de un 2,5% en la tasa de crecimiento de la
economía respecto de su tasa de crecimiento normal.

La evidencia empírica indica que en Estados Unidos este coeficiente es 0.47; en Alemania 0.42,
Gran Bretaña 0.49, Japón 0.43. Todo indica que este coeficiente va aumentando, lo que implica que
el valor establecido de 2.5 continúa descendiendo en los países.

47.3. Política de metas inflacionarias

Si agregamos una expresión que defina el crecimiento económico como el crecimiento de la oferta
monetaria por encima de la tasa de inflación, definimos la hipotesis aceleracionista:

dY
ff
fff
f
ff dM
f f
ff
ff
f
fff
f
ff dP
ff
f
ff
ff
f
f
= @
dt dt dt
g t = mt @ π t
Nos dice que la tasa de crecimiento de la economía es igual al diferencial entre la tasa de
crecimiento de la creación de dinero y la tasa de inflación. O sea, el crecimiento de la economía es la
diferencia entre la expansión de la oferta monetaria y la expansión habida en los precios.

Invirtiendo el argumento, la tasa de inflación es en el largo plazo es igual a la diferencia entre el


crecimiento de la cantidad nominal de dinero y la tasa normal de crecimiento de la producción.
π t = mt @ g t
Si la tasa de inflación es nula, es de suponer que la tasa de crecimiento de la oferta monetaria es
igual a la tasa de crecimiento del producto:
@
π =0Qm
@
= @g
Cualquier aumento en la tasa de crecimiento del dinero ocasionará una tasa de inflación no nula, o
una tasa de crecimiento diferente a la normal:
b c b c
π t = mt @ m
@
@ g t @ @g

Esta tasa de crecimiento hará variar el desempleo respecto


b del
c natural (vía ley de Okun):
µ t @ µ n = @ β g t @ @g

y la tasa de inflación será diferente a la esperada (viabCurva de


c Phillips con expectativas):
π t @ π te = @ ε µ t @µ n
Esta mayor tasa de inflación ocasionará una disminución en la tasa de crecimiento de la economía,
por aplicación de la expresión original:
g t = mt @ π t
El intento de los gobiernos de restablecer la tasa de crecimiento perdida los estimulará a volver a
incrementar la tasa de crecimiento de la cantidad de dinero: esto volverá a hacer variar el
desempleo, la diferencia entre tasa de inflación real y esperada y así se pondrá en marcha el
circuito de realimentación que constituye la llamada “hipótesis aceleracionista”.
Por el contrario, si la cantidad de dinero crece a igual tasa que la tasa de inflación, el crecimiento de
la economía será sólo el correspondiente a la tasa normal de crecimiento de la economía:
mt = π t [ g t @ @g = 0 [ g t = @g
Por aplicación de la Ley de Okun, si la tasa de crecimiento de la economía es la normal, la tasa de
desempleo no será diferente a la natural:
g t = @g [ µ t = µ n

Y si el desempleo es estable en el largo plazo, la inflación también lo será:


@
µt = µn [ π t = π t @ 1 = π

Esto implica que hay una tasa de inflación compatible con la tasa de desempleo natural, con un
crecimiento neutral de la cantidad de dinero y con una tasa de crecimiento “normal” de la
economía.
@
π =m
@
@ @g
Esto es conocido como la política de “metas de inflación”.

48. Empleo en Argentina

El empleo asalariado registrado crece a tasas elevadas, pero insuficientes frente a los severos
problemas laborales que sufre la Argentina. Esto demuestra que no se está aprovechando la
bonanza económica para avanzar hacia una sociedad más equilibrada. El próximo gobierno no sólo
deberá corregir las distorsiones macroeconómicas, sino también impulsar un ambicioso proceso de
mejora en la calidad institucional que incluya la modernización de las regulaciones laborales.

El nivel de actividad económica ha crecido en los primeros 3 meses de 2011 un 9,9%. Desde el
primer trimestre del 2004 -cuando el PBI aumentó un 11,4%- que no se observa en un primer
trimestre una tasa de crecimiento de la actividad económica tan alta. Entre los años 2005 y 2008
las tasas de crecimiento en los primeros trimestres de cada año rondaron el 8,3%, y en los años
2009 y 2010 se observaron crecimientos relativamente bajos.

Más allá de las incertidumbres del sistema estadístico oficial, la producción muestra un crecimiento
vertiginoso. En materia laboral, según los registros del sistema de jubilaciones (SIPA), el 1°
trimestre del 2011 arrojó un crecimiento del 4,4% anual en el empleo asalariado registrado. Es una
variación no tan alta como la observada entre los años 2004 y 2008 -cuando crecía al 9,3%- pero
bastante más elevada que la registrada en los primeros trimestres de los años 2009 y 2010 cuando
aumentaba al 1,8% anual.

¿Se puede considerar que éstas son condiciones para iniciar un proceso de reversión de los agudos
problemas laborales que sufre gran parte de la población? Para echar luz sobre este interrogante, es
pertinente complementar la información con la provista por la Encuesta Permanente de Hogares
(EPH) del INDEC, que si bien cubre sólo a los 31 grandes aglomerados urbanos, mide a todos los
trabajadores (formales e informales).

En esta línea, según la EPH para el 1° trimestre del 2011, se observa que:
• El empleo total creció un 1,3%.
• El empleo asalariado registrado, que abarca al 50% del empleo total, crece al 3,2% (este es el dato
asimilable al 4,4% que el SIPA informa para todo el país).
• El empleo informal, que representa al otro 50% del empleo total, se mantiene prácticamente
estable con una pequeña variación del -0,5%.

Los datos muestran que la Argentina tiene un mercado laboral fuertemente segmentado. La
bonanza económica tiene impactos positivos sobre el empleo registrado, pero no alcanza para
revertir la masiva presencia de la informalidad. La segmentación del mercado laboral tiene
profundas implicancias sociales.

Las diferentes oportunidades laborales de la población activa están fuertemente correlacionadas con
la persistencia de la inequidad social. Las personas que acceden a empleos registrados no tienen las
mismas características de los relegados a la informalidad, el desempleo o la inactivad laboral. Los
puestos de trabajo formales son creados mayoritariamente por empresas medianas y grandes, y son
ocupados generalmente por personas con niveles medios y altos de educación y vasta experiencia
laboral.

El 74% de los asalariados registrados tiene secundaria completa o más y el 76% trabaja en
empresas con más de 10 trabajadores. En cambio, el empleo informal, representado mayormente
por el empleo no asalariado y asalariado no registrado (“en negro”), es generado por
microemprendimientos y son empleos para personas con bajos niveles de educación y poca
experiencia laboral. El 53% tiene educación inferior a secundaria completa y el 74% trabaja en
empresas con menos de 10 trabajadores.

48.1 Inmigración y pleno empleo

El análisis histórico de la evolución del empleo en Argentina está indisolublemente ligado al análisis
de la inmigración. Fue muy importante en Argentina, aunque varió a lo largo del tiempo. Se deben
distinguir tres períodos inmigratorios:
• Desde 1870 hasta 1914;
• Desde 1914 hasta 1935;
• Desde 1935 hasta la actualidad4.
Según Elizaga (1973), los efectos de la inmigración fueron muy importantes en décadas alternas:
1881-1990, 1901-1910, 1921-1930 y 1951-1960.

Cualquiera sea la clasificación que se haga del fenómeno migratorio, resulta indudable que:
• entre 1870 y 1913 ésta explicó por sí sola el 53% del crecimiento de la población total;
• entre 1919 y 1938 explicó solamente un 23% del crecimiento de la población total.
Cabe destacar también que, debido a crisis de coyuntura, 1891 y 1915-1916 fueron años de
emigración neta, lo que prueba también la volatilidad del fenómeno migratorio.

Los inmigrantes en Argentina representaban un 13% de la población total en 1819; un 12% en


1869, y pasan a representar un 25% en 1895, con un asombroso 30% en 1914.5 La inmigración se
concentró en casi un 70% en la ciudad de Buenos Aires y la provincia homónima, y buena parte del
resto en Santa Fe y Entre Ríos.

La inmigración es “cosa de hombres”. Al inicio ingresaban más hombres que mujeres: había 2,5
extranjeros varones por cada extranjera mujer; esta proporción fue descendiendo a 1,7 en 1895 y a
1,4 en 1947.

Además, en un inicio, era “cosa de adultos”, y transformó notablemente la composición de la fuerza


laboral argentina. Hacia 1895 los inmigrantes eran 25% de la población, pero un 44% de la fuerza
laboral; estas proporciones ascendieron en 1914 a 30% y 51% respectivamente. O sea que más de
la mitad de los trabajadores argentinos eran extranjeros.

Si bien no hay grandes estadísticas fiables, salvo durante las etapas recesivas de los ciclos
económicos, ha de suponerse que durante los períodos de fuerte inmigración hubo prácticamente
pleno empleo de mano de obra. Esto tiene una implicancia importante; si para los inmigrantes el
empleo estaba asegurado, la defensa de los intereses de los trabajadores debía concentrarse en el
poder adquisitivo del salario.

Esa puede ser la razón por la cual los socialistas y otros partidos pro-trabajadores estaban en
contra de las devaluaciones de la moneda y a favor del libre comercio, dado que se importaban
bienes que primordialmente compraban los asalariados (Díaz Alejandro, 1967). Una política
proteccionista difícilmente habría sido popular en esos días. Sólo se interesaban por ella algunos
productores, unos pocos escritores y los funcionarios interesados en el aumento de los ingresos
fiscales. Entre 1905 y 1909 los ingresos públicos eran, en un 53%, debidos a los derechos de
importación.

4
De acuerdo a la clasificación de Di Tella y Zymelman,1967.
5
Hacia esa época en Buenos Aires se editaban diarios en 14 idiomas, prueba de su cosmopolitismo.
48.2 La aparición de la desocupación

Argentina cuenta con estimaciones sistemáticas de la tasa de desocupación desde 1963, en


particular a partir de la crisis de marzo de 1962, que termina con el gobierno de Arturo Frondizi.

24% 48%

22% Tasa de actividad

20% 40%

18%

16% 32%

14% Tasa de desocupación

12%

10%

8%

6%

4%

2%

0%
1964 1970 1976 1982 1988 1994 2000 2006
Desocupación y actividad

En el gráfico que antecede se pueden apreciar tres etapas:


• Desde 1964 hasta 1992, durante la cual la tasa osciló entre el 4% y el 6%, con un mínimo
histórico en 1979-1980 de 2,5% en la época de José Alfredo Martínez de Hoz.
• Desde 1993 hasta 2002, donde la tasa de desempleo se dispara y triplica respecto de los
promedios anteriores, con tasas superiores al 20%.
• Desde 2003, en que la tasa vuelve a disminuir fuertemente a promedios del 8%, pero sin
recuperar los promedios anteriores.

En cuanto a la tasa de actividad (proporción de la población total que desea trabajar, esté ocupada
o no), que se mide en el mismo gráfico a diferente escala en el eje de la derecha, la misma arranca
sus mediciones en 1975, con valores del 40%, desciende al 36% hacia 1984, y luego una
recuperación gradual hasta valores del 46% en el momento actual.

48.3 La Hiperdesocupación de los ‘90

Analizar simultáneamente las tasas de actividad y desocupación permite clarificar en qué medida
un aumento de la última se debió a un aumento en la oferta de trabajo, y en qué medida se debió a
la destrucción de puestos de trabajo. Si bien los efectos para el trabajador son igualmente
problemáticos, ambos reconocen diferentes orígenes.

Mientras la tasa de desocupación se mide como un porcentaje respecto de la población


económicamente activa (PEA), la tasa de actividad o empleo se mide en términos de la población
total. Por ese motivo, mientras la tasa de actividad fluctúa poco (entre 36% y 46% como máximo), la
tasa de desocupación fluctúa mucho (entre 2,5% y 23%).

Y en concreto, un aumento de sólo 3% en la tasa de actividad (esto es, que un 3% adicional de


personas salen a buscar trabajo), genera una elevación de 6,3% en la tasa de desocupación. Por
ejemplo, si de 100 personas 40 buscan empleo y 30 lo obtienen, la tasa de actividad es del 40%, y la
tasa de desocupación es del 10%. Si sólo 3 personas adicionales buscan empleo y no lo consiguen
(de 40 a 43), la tasa de actividad aumentó al 43%, pero la tasa de desocupación aumentó al 16,3%
(13 sobre 43).
Esto, analizando el crecimiento sistemático nos induce a pensar que algo diferente sucedió en la
polémica época de los ’90. Entre 1983 y 1995, la tasa de desocupación aumentó 12,7% (de 4,7% a
17,4% de la PEA), y la tasa de actividad aumentó 4,6%, al pasar de 37,4% al 42% de la población
total. Cualquier similitud con el ejemplo anterior es pura coincidencia.

Aplicando el análisis anterior, numéricamente, un 4,6% de aumento en la tasa de actividad


explicaría por sí solo un 11,5% de aumento en la tasa de desocupación. Y resulta que la tasa de
desocupación total aumentó un 12,7%. O sea, que en términos sencillos, el 90% del aumento en la
tasa de desocupación (11,5% sobre 12,7%) se explica por el aumento de la oferta laboral (tasa de
actividad), y sólo el 10% por destrucción de puestos de trabajo durante ese período.

¿Qué sucedió en el período? Una explicación posible para el fuerte aumento en la tasa de actividad
es la irrupción de la mujer en el mercado laboral argentino. Un fenómeno que se dio en todos los
países, pero en Argentina se produjo en forma explosiva o de burbuja.

Más curioso aún. Entre 1980 y 2000, la población creció a un 2% anual acumulativo, pero la PEA
creció al 2,1% entre 1980 y 1990, y al 2,8% entre 1990 y 2000. Por lo que si bien es cierto que la
desocupación aumentó en los ’90, el empleo creció a mayor ritmo que durante los ’80.

Estas conclusiones corrigen la generalizada impresión de que la desocupación en la década de los


’90 se debió a una caída en la demanda de trabajo, fruto de un proceso de privatización,
desindustrialización, desregulación y apertura de la economía. Si bien es cierto que hubo (como en
todas las épocas) creación y destrucción de empleo, estos sólo explican un 10% del aumento de la
desocupación. El grueso del problema se debe al aumento en la tasa de actividad que no pudo ser
absorbido por la economía. Un cambio en la estructura sectorial del empleo, lo que es muy diferente.
Y nunca fue correctamente diagnosticado.

48.4 Precariedad e informalidad laborales

Hace ya cierto tiempo que el mercado laboral ha cambiado, empezando a caracterizarse por la
precariedad en los empleos, y la informalidad laboral.

Precariedad. Por precariedad entendemos que el empleo, si bien puede ser formal, está sujeto a
vicisitudes propias de las variaciones y oscilaciones en el mercado en que se desenvuelve, con lo
que puede aparecer y desaparecer súbitamente. Si la demanda de trabajo depende de la demanda
de bienes, y ésta es precaria, el empleo estable es una ficción inalcanzable, al menos en el sector
privado, no en el público, que en general tiene estabilidad laboral garantizada por las normas.

Informalidad. Los asalariados informales (aquellos que no se hallan contratados en términos


legales sujetos al pago de aportes y contribuciones), pasaron del 20% del total en 1980 al 30% en
1990, y al 40% en 1999. Esta situación no reconoce otra causa que la magnitud de los impuestos al
trabajo (llamados eufemísticamente “contribuciones”) y la rigidez de la contratación laboral y lo poco
amigable de la jurisprudencia para con los empresarios. Este conjunto de factores no permiten
trasladar al mercado laboral la precariedad que existe en el mercado de bienes, y los empleadores
reaccionan con trabajo informal. Nótese que los porcentajes de informalidad guardan una
correlación casi exacta con la tasa de impuestos al trabajo vigentes en cada década.

Todo indica que, en las condiciones actuales y de no mediar una desregulación normativa, la
precariedad y la informalidad laborales han llegado para quedarse.

48.5 A modo de conclusión

No resulta fácil hacer comparaciones entre niveles de empleo y desempleo antes y después de 2003,
dado que se cambió la metodología de cálculo. Se pasó de una estimación puntual, que era una
suerte de “fotografía” tomada dos veces por año (abril y octubre) a una estimación continua, que se
parece más a una “película” que se promedia trimestralmente. Por ese motivo, los datos no son
estrictamente comparables.
Pero la información complementaria, los trabajos de investigación y la evidencia empírica indican
que, congruentemente con el proceso de reactivación experimentado en 2003-20086, la tasa de
desocupación disminuyó, pero sin reducción de la tasa de actividad. O sea, que fue fruto de un
aumento en la demanda de trabajo.

Desde 2002 existen los denominados “planes sociales”, que a lo sumo explican entre un 1% y un
2% de la tasa de desocupación, de modo tal que no puede explicar el grueso de la caída de esa tasa.
La disminución de la tasa de desocupación (desocupados más inactivos) sin reducción de los
impuestos al trabajo no invalida el hecho de que hay una relación claramente inversa entre costo
laboral y nivel de empleo.

El aumento de la actividad económica aumenta la demanda de trabajo. La cuestión se plantea


cuando la recuperación económica se agota, y consecuentemente se pretende continuar
aumentando la cantidad demandada de trabajo, sin que se reduzca su precio (sea éste el salario
propiamente dicho, o los impuestos y contribuciones al trabajo).

Apéndice 1 – Derivación de una función de oferta agregada

Derivación de una función de oferta agregada

Supondremos una función de oferta agregada de pendiente positiva, dependiendo de la función de


producción y el nivel de empleo:

Sea una función de producción:


2
Y = aN @ bN
Su productividad marginal PMgN será, por definición y en equilibrio, igual al salario real:
∂Y
f
ff
f
ff
f
ff
f
f W
= a @ bN = f
ff
f
ff
f
∂N P
Invirtiendo la función anterior, obtenemos la función de demanda de trabajo a partir del salario
real:
af
f W
N = ff
@ f
f
ff
f
ff
f
f
d

b bP
Sea una oferta de trabajo con reacción positiva al salario real:
cW
N = ff
f
ff
f
ff
f
ff
s

P
La igualación de ambas nos proporcionará el salario real de equilibrio y el empleo de equilibrio:
af
ff W
f f cW
@ ff
ff
ff
f
f
= f f
ff
f
ff
f
ff
f
b bP P
W
f
ff
f
ff
f
ff aff cW
= @ f
f
f f
ff
f
ff
f
ff
f
bP b P
Wf
ff
f
ff
f W
= a @ cb f ff
f
ff
f
P P
Wf
ff
f
ff
f f a
= fff
f
ff
ff
ff
f
ff
f
ff
f
f
P 1 + cb
Puede apreciarse que “cb” equivale al término “z” establecido en la teoría de mark-up. Y
demostrarse de esta forma que no es necesario el supuesto restrictivo de la linealidad de la función
de producción en un entorno local (lo que equivale a la constancia del coeficiente “a”, de
producto/empleo).

Obteniendo N por su reemplazo en la oferta de trabajo, es:

6
Véase la definición al respecto en el Apunte 14, “Crecimiento”.
ca
N= f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
1 + cb
Reemplazando en la función de producción original, es:
d e2 2 ` a 2 2
f
f
fca
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff f
f
fca
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff ca
ff
f
ff
ff
fff
f
f1f
f
ff
f+
f
ff
f
ff
f
fcb
f
ff
f
ff
ff
f
f+
f
f
ff
ff
fbc
f
ff
f
ff
f
ff
f
faf
f
ff
ff
ff
ff 1f
f
ff
f
f+
f
f
ff
f2cb
f
f
ff
f
ff
f
ff
ff
ff
ff
Y=a +b = ` a2 = ca 2 ` a2
1 + cb 1 + cb 1 + cb 1 + cb
Esta es la expresión de oferta agregada en función de los precios, dada una expresión cuadrática de
la función de producción.

Sea un ejemplo numérico:


2
Y = 10 N @ 0,5 N
Así, Y asumirá los siguientes valores, dados ciertos valores de empleo (N):

N 1 2 3 4 5 6
Y 9,5 18 25,5 32 37,5 42

La productividad marginal, en equilibrio, deberá igualarse al salario real:


W
10 @ 0,5 N = f
ff
f
ff
f
P
Invirtiendo, obtenemos la función de demanda de trabajo de los empresarios:
W
N = 10 @ 2 f
ff
f
ff
f
d

P
W/P 1,5 2 2,5 3 3,5
Nd 7 6 5 4 3

Sea una oferta de trabajo:


W
N =2 f
ff
f
ff
f
s

P
La igualación de ambas nos proporcionará el salario real de equilibrio y el empleo de equilibrio:
W
f
ff
f
ff W
f f
ff
f
ff
f
10 @ 2 =2
P P
Wf
ff
f
ff
f
4 = 10
P
W
f
ff
f
ff
f
= 2,5
P
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
f5f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
2,5 =
1 + 2 A 0,5
Obteniendo el nivel de empleo N, reemplazando en la oferta de trabajo, es:
f
f
fca
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
f 10
f f
f
ff
f
ff
f
ff
f
fAf
f
f0,5
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff 10
f f
f
ff
f
ff
N= = = =5
1 + cb 1 + 2 A 0,5 2
Por lo que en el punto de equilibrio, será:

N Y W/P
5 37,5 2,5

Reemplazando en la función de producción original, es:


d e2
f
f
fca
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff f
f
fca
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
Y=a +b =
1 + cb 1 + cb
f g2
10
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
fAf
f
f0,5
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f 10
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
fAf
f
f0,5
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
= 10 +2 =
1 + 0,5 A 2 1 + 2 A 0,5
= 10 A 2,5 + 2 A 6,25 =
= 25 + 12,5 = 37,5
Que era el valor obtenido previamente por aplicación de la tabla.

Apéndice 2 – Interacción entre mercados en términos de oferta y demanda agregadas

Interacción entre los mercados en términos de oferta y demanda agregadas.

Sean las siguientes funciones para el mercado de bienes (función IS):


` a ` a
C = C 0 + cY d = C 0 + c Y @ T = C 0 + c 1 @ t Y
`a
I = I0@ b i [1]
G = G0
El mercado de dinero (función LM) se comporta de la siguiente forma:
M
f
f
ff
ff
f
f
= kY @ hi [2]
P
La función de producción se caracteriza por tener un solo insumo variable, el empleo de fuerza de
trabajo,by el capital
c fijo en el corto plazo:
Y = F K 0 ,N [3]
La oferta y demanda de trabajo iguala, dados los precios, la oferta de trabajo que depende de los
precios y el empleo, con la demanda de trabajo, que es igual al ingreso de la productividad marginal
delbempleo:
c ` a
L P,N = P·f N [4]
En principio
` procedemos
a a diferenciar la función IS, teniendo en cuenta en este caso que dG=0:
dY = c 1 @ t dY @ bdi [5]
A continuación diferenciamos la función de producción, dado el stock de capital constante K0:
∂Y
dY = f
ff
f
ff
f
ff
f
f
dN [6]
∂N
En tercer término diferenciamos la función LM:
1f
f
ff
f M
dM @ f
f
ff
f
2
f
ff
dP = kdY @ hdi [7]
P P
Por último, diferenciamos las funciones` dela mercado de trabajo:
∂L
ff
f
ff
f
ff
f ∂L
f
ff
f
ff
f
ff
f
f ` a ∂f
f
f
ff
ff
f
fN
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
f
dP + dN = f N dP + P dN [8]
∂P ∂N ∂N
De esta última expresion
` a despejamos dN:
∂L
f
ff
f
ff
f
ff
f
f ∂f
ff
f
fff
f
fN
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
f ` a ∂L
ff
f
ff
f
ff
f
dN @ P dN = f N dP @ dP [9]
∂N ∂N ∂P
Obteniendo factor común dN y dP, es:
` a
F ∂L
f
ff
f
ff
f
ff
f
f ∂f
f
f
ff
ff
f
fN
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
fG F ` a ∂L
ff
f
ff
f
fG
f
f
@P dN = f N @ dP [10]
∂N ∂N ∂P
A continuación se obtiene la siguiente expresión:
` a ∂L ffffffffff
f
f
ff
ff
ff
f
N
f
ff
ff
f
ff
f
f
@
f
f
ff
f
ff
ff
ff fff fff fff ffff
∂P
dN = ` a dP = ψdP [11]
∂L
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f ∂f N
@ P fffffffffffffffffffff
∂N ∂N
De ella puede extraerse la conclusión de que la relación entre los precios y el empleo dependerá
básicamente de la tensión comparativa entre demanda y oferta de trabajo. Reemplazando esta
expresión simplificada [11] en la función de producción obtenemos:
∂Y
dY = f
ff
f
ff
f
ff
f
f
ψdP [12]
∂N
Invirtiendo la expresión [12] hallamos la pendiente de la oferta agregada. De ahí puede extraerse el
dato de que esta será inversa a la pendiente de la función de la productividad marginal del empleo:
dP
ff
f
ff
f
ff 1
f f
f
ff∂N
f
f f
f
ff
f
ff
f
ff
f ff
f
ff
f
ff
f
f1f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
= = [13]
dY ψ ∂Y ψPMg N
De la expresión [13] puede derivarse la dinámica de los precios, la que estableceremos en forma
simplificada como:
F1
f
ff
ff∂N
fff
f
ff
f
ff
f
fG
f
dP = dY = δdY [14]
ψ ∂Y
Introduciendo esta expresión en el mercado de dinero (función LM), es:
1f
f
ff
f M
dM @ f
f
ff
f
2
f
ff
δdY = kdY @ hdi [15]
P P
Despejando di en esta expresión:
1f M
hdi = kdY @ f f
ff
dM + ff
f
ff
2
f
ff
δdY [16]
P P
f1f
f
ff
f
fF
f
f M
f
f
ff
ff
f
f G
di = kPdY @ dM + δdY [17]
hP P
Insertamos la expresión obtenida en [17] en el modelo IS:
` a bf
f
ff
ff
f
fF
f M
f
f
ff
ff
f
f G
dY = c 1 @ t dY @ kPdY @ dM + δdY [18]
hP P
De la expresión anterior, despejamos dY y tenemos:
` a bf
ff
ff
f
fF
f
f M
f
f
ff
ffG f
f
f bf
f
ff
f
ff
f
dY @ c 1 @ t dY + kPdY + δ = dM [19]
hP P hP
Por último, agrupamos los términos en dY y dM:
F ` a bk
ff
f
ff
f
ff bf
f
ffM
f
f
ff
ff
ffG F f
bf
f
ff
f
fG
f
f
dY 1 @ c 1 @ t + + 2
δ = dM [20]
h hP hP
Y ahora obtenemos la expresión que muestra la relación entre una expansión monetaria y el
aumento del producto:
f
f
bf
f
ff
f
ff
f
f f
fbf
f
ff
f
ff
f
f
dY
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
hPf
f
ff
ff
ff
ff
ff
f
ff
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
ff
ff
f
ff f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
hPf
ff
ff
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ffff
ff
f
ff
ff
f
ff
f
= = d e [21]
dM 1 @ c `1 @ t a + bkff
f
ff
f
ff
f bf
+ f
f
ffM
f
f
ff
f
ff
f
f ` a bf
δ 1 @ c 1 @ t + ffff k + fffff
M fff
f
h h P2 2
δ
h P
Se prueba que el producto tiene relación positiva con los cambios en el dinero, aunque estos efectos
se diluyen a medida que aumentan los precios.

Si deseamos verificar el efecto de la política fiscal, debemos adaptar el modelo para lograr que dM=0
y dG sea
` no nulo.
a Siguiendo lo antedicho, aquí mostramos la modificación de la función IS:
dY = c 1 @ t dY @ bdi + dG [22]
Y en consecuencia, LM será:
M
@ f
f
ff
f
2
f
ff
dP = kdY @ hdi [23]
P
Con esta modificación, la expresión [7] se reexpresa:
M
@ f
f
ff
f
2
f
ff
δdY = kdY @ hdi [24]
P
Despejamos en [24] el valor de di:
1f
ff
ff
f
fF
f
f M
f
f
ff
ff
f
f G
di = kPdY + δdY [25]
hP P
A continuación procedemos a su reemplazo en la función IS modificada obtenida de [22]:
` a bf
f
ff
ff
f
fF
f M
f
f
ff
ff
f
f G
dY = c 1 @ t dY + dG @ kPdY + δdY [26]
hP P
Despejamos dY:
` a bf
f
ff
ff
f
fF
f M
f
f
ff
ff
f
f G
dY @ c 1 @ t dY + kPdY + δdY = dG [27]
hP P
Agrupamos términos:
F ` a bk
ff
f
ff
f
ff bf
f
ffM
f
f
ff
f
ffG
f
dY 1 @ c 1 @ t + + δ = dG [28]
h h P2
Por último, establecemos el multiplicador de la política fiscal:
dY
ff
f
ff
f
ff
f
f ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
fff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
fff
f1f
f
ff
f
ff
f
ff
fff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
fff
ff
ff fff fff
f
ff
ff ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
f1f
f
ff
ff
f
ff
f
ff
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
= ` a = d e [29]
dG 1 @ c 1 @ t + fffffffff+ ffffffffffffffδ
bk b M ` a bf
f
ff
f f
f
f
Mf
f
ff
f
f
h h 2 1@c 1@t + k+ 2δ
P h P

Del análisis de los multiplicadores expuestos puede apreciarse que el efecto de la política fiscal
sobre la renta es inmediato, dado que el numerador de la expresión [29] es unitario. En cambio la
política monetaria, de acuerdo con lo expuesto en la expresión [21] debe atravesar tres filtros, dado
que el numerador de la expresión es igual a b/hP:
• La elasticidad de la inversión, b. Si la inversión fuera perfectamente inelástica, entonces b
sería igual a cero y el efecto sería nulo. Es el caso de una IS vertical.
• La elasticidad de la demanda especulativa de dinero, h. Si esta elasticidad fuera infinita, en
ese caso el efecto también sería nulo. Sería el caso de una LM horizontal.
• Los precios disminuyen la efectividad de la política monetaria. Cuanto más alto sea el valor
de P, más ineficaz será la política monetaria.
De todos modos, la política fiscal requiere igualmente, para ser más efectiva, de bajos valores de b
y/o altos valores de h, los que disminuirán el valor del denominador del multiplicador expresado en
[29].

Nótese asimismo que


ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
f1f
f
fff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
f1f
f
ff
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
` a> d e [30]
1@c 1@t ` a bf f
f
ff Mf
f
ff
f
ff
f
f
1@c 1@t + k+ 2δ
h P
Donde la expresión de la izquierda responde al multiplicador keynesiano simple, y la expresión de la
derecha se debe a la interacción entre oferta y demanda agregadas, apreciándose en la misma la
influencia de:
• b, la elasticidad de la inversión respecto de la tasa de interés;
• h, la elasticidad de la demanda especulativa de dinero respecto de la tasa de interés;
• k, la elasticidad-renta de la demanda de dinero;
• M y P, como aproximación a la oferta real de dinero;
• δ, expresión que recoge la interacción entre demanda y oferta de empleo, y el inverso de la
productividad marginal del empleo (PMgN).

Apéndice 3 – Origen y ocaso de la Curva de Phillips

La curva de Phillips se introdujo a partir de los datos de la economía norteamericana de principios


de la década de 1960. Al colocar en un eje de coordenadas en abscisas la tasa de desempleo y en el
de las ordenadas la tasa de inflación, Phillips obtuvo una curva con pendiente negativa, similar a la
de la demanda. La curva de Phillips relaciona la inflación con el desempleo y sugiere que una
política dirigida a la estabilidad de precios promueve el desempleo, y una política destinada a crear
empleos provoca inflación. Por tanto, cierto nivel de inflación sería necesario a fin de minimizar el
desempleo.
Esta teoría fue utilizada en muchos países para mantener el desempleo en cifras bajas mientras se
toleraba una inflación alta; pero condujo con posterioridad a experiencias de inflación y desempleo
elevados y simultáneos, fenómeno conocido como estanflación7. Esto llevó a que la mayoría de los
economistas gradualmente abandonaran esta
idea.

La curva de Phillips describió acertadamente


la experiencia de los EE. UU. de los años 1960,
donde la política de control de la inflación
originó una contracción en la economía,
incrementando el desempleo. Sin embargo,
esta curva dejó de resultar aplicable al
fenómeno que experimentó dicho país en los
años 1970, de estanflación, donde surgió una
alta inflación junto con un estancamiento
económico.

Nuevas teorías, como la de expectativas


racionales (Robert Lucas, Thomas Sargent y
Robert Barro) y el NAIRU (non-accelerating
inflation rate of unemployment o tasa de
desempleo no aceleradora de la inflación)
surgieron para explicar situaciones como la de
estanflación.

La última teoría, también conocida como la de tasa natural de desempleo distinguía entre una
Curva de Phillips (CP) a corto plazo y otra a largo plazo. La CP a corto plazo sería como una CP
normal pero desplazada según las expectativas cambian.

A largo plazo, sólo una tasa de desempleo (la NAIRU o tasa natural) es coherente con una tasa de
inflación estable. La CP a largo plazo, por lo tanto, sería vertical, así que no habría relación entre la
inflación y el desempleo.

En el ámbito de esta relación expresada por la curva de Phillips cabe mencionar el término "tasa de
sacrificio" que pone de manifiesto la cantidad de puntos porcentuales de producción anual perdida
en el proceso de reducir la inflación en un punto porcentual.

Su aplicación en el mundo real se llevó a cabo por los Estados Unidos en 1979 tras las
perturbaciones negativas en la oferta debidas a la política seguida por la OPEP. Paul Volcker,
presidente de la Reserva Federal en la época citada, decidió aminorar la tasa de inflación sufrida
(10%) en detrimento del crecimiento de la economía del país, lo cual resultó en la mayor crisis
económica sufrida por EE.UU. desde la Gran Depresión, si bien, la inflación se redujo como fue
previsto.

Cabe mencionar que la disyuntiva o “trade-off” entre inflación y desempleo explicada por la curva de
Phillips sucede de forma natural en la economía. En el caso de que los gobiernos intenten explotarla
mediante su política económica tal relación desaparece. Dicha evidencia fue contrastada
involuntariamente por la economía estadounidense, al incrementarse su gasto público con motivo
de la guerra de Vietnam. La hasta entonces "curva" de Phillips pasó a ser un conglomerado de datos
aleatorios (periodo de 1969-1973) donde no se aprecia ninguna tendencia o relación entre las
variables de inflación y desempleo.

Bibliografía básica
Blanchard, Olivier y Perez Enrri – Macroeconomía, Prentice Hall
Dornbusch y Fischer – Macroeconomía, McGraw Hill (varias ediciones)

7
Véase Argandoña, Mochon y Gámez, “Macroeconomía Avanzada”, Tomo I, Modelos Dinámicos; o en Apuntes de
Macroeconomía II, “Modelo Dinámico de Economía Cerrada”.
Bibliografía adicional
Friedman, Milton – A Theoretical Framework for Monetary Analysis, Journal of Political Económics
Frisch, Helmut – Theories of Inflation – A Second Generation Survey, Longmans

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