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La importancia del trabajo de la inteligencia emocional en la

escuela
En pleno siglo xxi se la psicología ha avanzado en el estudio de la inteligencia ya a
comienzo del siglo xx los investigadores Binet y Simon aportaron en esta rama su famosa
escala para la medición de esta. Se estudió durante todo el siglo sobre los factores que
inciden sobre ella y si era heredada o se podía modificarla.

Autores como Thorndike y Guilford nos hablan de que la inteligencia se componía de


muchos factores independientes-verbales, espaciales, mecánicas,…- o sea muchas
capacidades interconectadas pero independientes esta teoría se llamó multifactorial.

Uno de los grandes psicólogos contemporáneo Stemberg define la inteligencia como un


conjunto de habilidades de pensamiento y aprendizaje que nos sirven para solucionar
problemas de la vida real y académica y que pueden analizarse por separado. Esta teoría
se denomina “triarquica de la inteligencia”.

La teoría de las inteligencias múltiples hace su irrupción en el año 1987, donde identifica
seis tipos de inteligencias: lingüística, musical, lógico-matemática, espacial, cenestésica.
Personal. Esta última dividida en intrapersonal e interpersonal.

Salovey y Mayer acuñaron a un tipo de inteligencia personal según Stemberg, inteligencia


emocional que la definió como “la capacidad para supervisar los sentimientos y las
emociones de uno mismo y de los demás, de discriminar entre ellos y de usar esta
información para la acción y el pensamiento propios”.

En el año 1995 el psicólogo Goleman conceptualizo la inteligencia emocional y la definió


como:” es una meta-habilidad que determina el grado de destreza que podemos
conseguir en el dominio de nuestras otras facultades”.

La inteligencia emocional según este último autor tiene cinco elementos: La conciencia
emocional, el autocontrol, la motivación, la empatía y la habilidad social. Donde las tres
primeras depende fuertemente de la propia persona, sabiendo controlar los propios
estados de ánimo, y motivarse a sí mismo. Las dos últimas hacen referencia a la relación
con las otras personas, siendo estas la competencia social.

Otros autores como Cooper nos habla de alfabetización emocional como estar conciente
de nuestras emociones, agilidad emocional ofrecimiento de confianza a los demás,
profundidad emocional como la ética y la moral personal y la alquimia personal trabajar
con lucidez y atención..
El psicólogo Gallego nos dice que la inteligencia emocional se puede dividir en tres:
Habilidades emocionales, habilidades cognitivas y habilidades conductuales.

Habilidades emocionales: reconocer los propios sentimientos y controlarlo.

Habilidades cognitivas: comprender los sentimientos de los demás, saber leer e


interpretar los indicadores sociales, asumir toda la responsabilidad de las propias
decisiones y acciones, dividir en fases el proceso de toma de decisiones y de resolución de
problemas, reconocer las propias debilidades y fortaleza.

Habilidades conductuales: Resistir a las influencias negativas, escuchar a los demás,


participar en grupos positivos, responder eficazmente a la crítica, comunicarse con los
demás a través de otros canales verbales.

La escuela como escenario de la educación emocional


En la sociedad actual posmoderna nuestros educando están rodeados de una serie de
necesidades y problemáticas: ansiedad, depresión problemas de disciplina, violencia,
drogadicción etc.,

Por ello la necesidad que la escuela haga parte de la solución de esta problemática y para
que el estudiante no se deje llevar por los impulsos emocionales. Por esto es imperativo
que el estudiante comprenda el desarrollo y comprensión de sus emociones en una forma
continua y gradual. Ya que el ser humano va cambiando las estrategias para poder hacer
frente a las distintas experiencias a través del control de las emociones.

En las instituciones educativas se debe trabajar tópicos de la inteligencia emocional como:

Conciencia emocional ser consiente de uno mismo.

Autocontrol: Saber manejar ampliamente los propios sentimientos, estados de ánimo.

Motivación: Ser aplicado, ser constante, perseverante y tener resistencia ante las
frustraciones.

Empatía: capacidad de ponerse en el lugar de la otra persona

Habilidad social: entenderse con los demás

La educación emocional debe ser considerada en la escuela como el proceso educativo


continuado, tendente al logro de una personalidad rica y equilibrada, que posibilite la
participación activa y efectiva en la sociedad.
En general conseguir una vida emocional positiva, controlar los impulsos y emociones
negativas, capacidad de gestionar sus emociones, desarrollar habilidades sociales,
desarrollar la automotivación, y poder enfocar en una forma correcta los problemas

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