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3.

LA FILOSOFÍA PARACELSIANA
y LA MEDICINA MAGNÉTICA

A mediados del siglo xv, Cosme de Médicis promovió en Flo­


rencia la creación de una Academia Platónica a cuyo frente puso
a Marsilio Ficino, quien tradujo los diálogos de Platón (1484) y
los escritos de Plotino (1492). Desde el siglo XIII, la escolástica
tomista había cristianizado el aristotelismo y dominado la filo­
sofía de la naturaleza, la filosofía moral y la teología, reinando
casi sin oposición en el mundo académico cuyo curriculum
llenaba sobradamente. Pero se había convertido en una herra­
mienta más sistematizadora que heurística, tornándose en una
filosofía extraordinariamente técnica, cuando no pedante, poco
adecuada para enfrentarse al desarrollo cultural profano de las
cortes renacentistas y a las novedades de los nuevos mundos
que literal y metafóricamente se estaban descubriendo.
Sin embargo, al poco tiempo de la formación de la aca­
demia en 1459, Cosme le pidió a Ficino que postergara su
trabajo sobre los diálogos platónicos para traducir al latín los
textos de Hermes Trimegisto, más antiguos que aquéllos y
que contenían una sabiduría prístina de la que Platón habría
bebido. Hermes Trimegisto era el nombre que los griegos
habían dado al Toth egipcio y se suponía que los tratados
del Corpus hermeticum recogían la sabiduría y teología pri­
mitivas objeto de una revelación primigenia, anterior a la de
Moisés y por tanto a las corrupciones subsiguientes. En esta
época dominaba aún un esquema antropológico de naturaleza

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104 LA MEDICINA MAGNÉTICA
LA FILOSOFíA PARACELSIANA y LA MEDICINA MAGNÉTICA 105

\ caída, según la cual la humanidad había degenerado desde la religiosas extremadas, el viejo Aristóteles aparecía como un
perdida del paraíso adámico en el que se tenía acceso al cono­ filósofo pagano y materialista frente a la presencia de prin­
cimiento de la verdadera estructura y economía del universo.
cipios inmateriales en la filosofía platónica, lo que la hacían
Por tanto todo rastro de saber antiguo era una oportunidad más adecuada para el espiritualismo cristiano.
de vislumbrar la primitiva teología y filosofía natural. Dado'
Los tratados del Corpus hermeticum no enseñaban gran
que Platón había tenido acceso a este saber en sus viajes a cosa, pero prometían mucho. Frente a la pasividad contem­
Egipto, nada más lógico que traducir antes a Hermes Trime­ plativa escolástica, ofrecían una actitud activa por su conexión
gisto. En 1471 Ficino acabó de traducir del griego al latín .~~
con las artes de la magia, más conformes con el espíritu fáus­
catorce tratados del Corpus, a los que más tarde se aua.u.",.
tico y emprendedor de los nuevos tiempos. Algunos de los
otros tres y el Asclepio que sólo había sobrevivido en latín. tratados herméticos, como la Tabla esmeralda o el Picatrix,
Aunque estos textos se citaban desde los primeros .
se ocupaban de las ciencias ocultas aplicadas, por así decir,
de nuestra era, fueron ahora recuperados y editados, F,v¿,a.....r." como la astrología, la alquimia o la magia de los talismanes
de siglo y medio de gloria hasta que en 1614 Isaac que encierran en pequeños objetos manipulables las fuerzas
mostró que se trataba de textos griegos y no egipcios, cósmicas de las estrellas. Pero otros exponían una teología
tados además entre los siglos 1 y III de nuestra era, siendo
filosófica y celestial más conforme con la religión cristiana que
ello posteriores no sólo a la Biblia, sino al propio Platón el viejo aristotelismo racionalista, en el que las formas espiri­
en parte los inspiraba. Pero para entonces ya habían
tuales separadas de la materia no aparecen casi nunca, siendo
su efecto, promocionado las ciencias ocultas y colabol<luV1
sus dioses, los motores inmóviles, expedientes filosóficos
minar la autoridad del aristotelismo.
poco aptos para el culto y la comunicación o religión personal.
Estos tratados no presentan mayor unidad, pero poseen un aire
gnóstico según el cual, mediante cierta iniciación intelectual, el
UN COSMOS VIVIENTE
alma humana puede escapar de la cárcel material para ascender
fundirse con el Pleroma o la Unidad espiritual. Ciertamente
En Padua, el aristotelismo se renovó notablemente se trata de una filosofía racionalista y comedida, pero al
el siglo XVI como filosofía al servicio de la medicina
el cosmos de principios espirituales emanados del Uno
ciencias de la naturaleza más bien que de la teología, encargados de regir el mundo material, podía ser muy bien
dose además en manos de seglares como Agostino ~aptada a las necesidades de quienes precisaban proponer
Pietro Pomponazzi y Jacopo Zabarella, en lugar de
naturales para dar cuenta de las propiedades activas
a los intereses gremiales de franciscanos y dominicos. las nuevas drogas o las acciones a distancia de la gravedad
entonces era ya demasiado tarde para poner coto a la magnetismo. Estas interacciones cósmicas inmateriales
de novedades tanto en el campo de las ciencias ma.",...-,
imprescindibles para explicar las conexiones a distancia
la cosmología y la astronomía, como en las naturales, la
los cuerpos celestes, una vez que las observaciones de
nica, la zoología y las más radicales artes del fuego, la astrónomos sobre los cometas habían eliminado las esferas
y la farmacia. Además, en una época de revueltas y
. que, desde Aristóteles, se suponía que arrastraban
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consigo a los astros. Los matemáticos en especial, como Kepler agentes naturales, inmateriales y activos que, debidamente
y Newton, encontraron en estas filosofías un modo de tener manejados por medios simpáticos o simbólicos, nos permiten
las manos libres para proponer cualesquiera fuerzas a distan­ actuar a distancia sin necesidad de un nexo material.
cia, con tal de que fuesen formulables con leyes matemáticas, Estas filosofías herméticas dieron alas al gusto renacentista
sin necesidad de inventar conexiones y mecanismos materia­ por lo maravilloso y arcano en la naturaleza. Otro tanto cabe
les, que era a lo que aludía Newton cuando decía "hypotheses decir del neoplatonismo, una mezcla sincrética del genuino
non fingo". Si a las estrecheces escolásticas que negaban la Platón con elementos místicos y pitagóricos, estoicos e incluso
posibilidad de las acciones a distancia, exigiendo un contacto aristotélicos. Durante los siglos III y IV, algunos pensadores
permanente entre causa y efecto, unimos el conservadurismo como Plotino, Porfirio, Jámblico o Proclo desarrollaron una
de la Iglesia católica, empeñada en condenar toda novedad, visión espiritual del cosmos que emana sucesivamente del
desde el movimiento de la Tierra de Galileo a la nueva química Uno formando una cadena de perfección descendente, desde
médica de Paracelso y Van Helmont, se entenderá el carácter la inteligencia y el alma, hasta llegar a la materia pasiva y bruta.
revolucionario y liberador de la filosofía hermética. El alma espiritual puede retornar a su origen divino mediante
Con todo, esta filosofía sincrética y dogmática no era el esfuerzo intelectual, esto es, el estudio de la filosofía, las
ningún dechado de racionalidad, pues el adepto debía contar matemáticas y las ciencias, sin olvidar naturalmente las ciencias
con la iluminación divina para elevarse sobre su condición ocultas de la magia que Proclo llamaba teurgia (obra divina),
material. El primero de los tratados, el Poímandres, l no por siendo este autor muy apreciado por Marsilio Ficino, Nicholas
breve deja de reflejar muy bien la totalidad de lo que nos de Cusa y Johannes Kepler. Así pues, el universo inteligente es
cabe esperar de la lectura del Corpus. El ser infinito andrógi­ un organismo animado que no precisa memoria ni sensación,
no, que viene a ser el Nous o Entendimiento, guía al pobre pues la simpatía entre las partes presentes le da un conoci­
mortal y le revela que de Él emanan seres intermedios, como miento inmediato de sí mismo. Lo importante en el cosmos
el demiurgo. Éste fabrica mediante el verbo los siete goberna­ es de naturaleza espiritual, frente al materialismo epicureísta
dores que rigen los siete círculos. Proceden luego los elemen­ y aristotélico. Para éste, por ejemplo, el alma es un mero ani­
tos y de ellos, las bestias: las aves del aire, los cuadrúpedos de mador de la materia, inseparable del cuerpo con el que muere.
la tierra y los peces del agua. El hombre, empero, es creado El espiritualismo, el esquema de naturaleza caída y degrada­
por el Nous a su imagen, por lo que si logramos zafarnos de . ción, la regeneración del alma y la tendencia a las tríadas del
la materia mortal, nuestra alma inmortal podrá ascender y neoplatonismo encajaron bien con el cristianismo al que dotó
fundirse en Él. Mientras tanto, los gobernadores nos permi­ de musculatura teológico-filosófica para dar cuenta de su caí­
ten participar de sus poderes sobre el cosmos, de manera que da original, sus almas inmortales, trinidades, coros angélicos,2
la magia nos hace posible obligar a la realidad a someterse desprecio de la carne o la materia y salvaciones ascéticas.
por necesidad si sabemos manejar las palabras, símbolos o
2. Los coros angélicos forman una procesión o emanación de perfección des­
sortilegios adecuados. En realidad el mundo está transido cendiente en tres grupos: serafines-querubines-tronos, dominaciones-virwdes­
potestades y principados-ángel es-arcángeles. Véase DlONISIO el Areopagita,
1. Cf. HERMES TRIMEGISTO (2000), pp. 111 Y ss. Jerarquía celeste, en (2007).
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cosmos viviente lleno de agentes activos de los herméticos


fpUll/ullIAltif7!lf imd,&O,
y neoplatónicos abrió las mentes de los intelectuales renacen­
IíIt~rlt'
tistas a lo maravilloso y mágico que hasta entonces había per­
manecido casi siempre entre las clases populares, dando como
resultado desarrollos que hoy celebramos, como las filosofías
de Kepler y Newton, y otros que hoy despreciamos, como la
magia, la astrología y la alquimia. Sin embargo, todos son hijos
de la misma inspiración y no debemos proyectar sobre ellos
distinciones que se tardaron siglos en establecer. Para las per­
sonas cultas del siglo XVI y parte del XVII, las curas magnéticas
a distancia no eran menos creíbles y sorprendentes que la idea
de que la Tierra fuese un gran imán o que el Sol provocase el
movimiento de los planetas con sus rayos inmateriales. Si hoy
aceptamos la gravedad universal entre cualesquiera trozos de
materia y no la fascinación o el mal de ojo no es porque haya
algo claro y distinto en la primera que falte en los otros.
Para mediados del siglo XVII, el resurgimiento del atomis­
mo dio lugar a las filosofías mecanicistas y corpusculares, un
invento de los franceses René Descartes, Pierre Gassendi y
Marin Mersenne, seguidos con mayor o menor radicalidad
por los ingleses Thomas Hobbes, Robert Hooke y Robert
Boyle. La idea básica de que en el mundo natural no hay
principios activos ni espíritus, sino tan sólo materia inerte
en movimiento, representó una alternativa radical al mundo
vivo neoplatónico. A pesar de ello, como veremos, los hechos
Grabado de/libro de Robert Fludd Utriusque cosmi maioris scilicct et

minoris (1617), en el que se ve la conexión entre el macrocosmos y el


básicos a explicar (incluida la magia y el ungüento arma­
microcosmos mediante cadenas magnéticas. Una de ellas sale de la mano
rio) siguieron aceptándose. Las sociedades científicas tanto
de Yahveh, en la nube de la parte superior, y liga a la naturaleza
nacionales como particulares aumentaron la comunicación
macrocósmica (la chica), la cual a su vez controla el mundo microcósmico
entre expertos y aficionados, sometiendo a un escrutinio más
del hombre (el mono). En el centro se encuentra la Tierra con los
estrecho las pretensiones maravillosas de los teóricos. Paula­
elementos y los seres de los tres reinos mineral, vegetal y animal.

Siguen luego las esferas de los astros limitadas por las de las estrellas fijas, .

tinamente, muy paulatinamente, comenzaron a separarse los


fuera de las cuales se hallan los tres órdenes de coros angélicos
efectos pretendidos de los reales, hasta llegar a la Ilustración.
y por sobre ellos, Dios.
Mientras tanto, la apertura mental propiciada por estas filo­
sofías animistas desaforadas incitaron a desarrollar las nuevas
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ciencias de la mecánica celeste, la cosmología matemática, la se organizaba en torno a este tipo de criterios que relaciona­
astronomía, no menos que la química, la farmacología y las ban los cuatro elementos con los cuatro humores del cuerpo
artes relacionadas con el fuego, la pólvora y las drogas. (sangre, flema, bilis y bilis negra), definiéndose todos ellos
U n ejemplo del rendimiento teórico del hermetismo y en función de las cuatro cualidades primarias perceptibles y
neoplatonismo es la facilidad con que acomodaron y trataron manifiestas. Frente a ello, la propiedad de la aguja magnética
las cualidades ocultas. El concepto de cualidad oculta no es de apuntar al polo de la esfera de las estrellas se hurtaba a cual­
muy preciso, pero mientras que la cualidad cortante de un quier consideración de las cualidades primarias, sugiriendo
cuchillo es mecánicamente manifiesta por la sección en cuña más bien cierta simpatía entre el cosmos y nuestro mundo.
de la hoja, la cualidad antipsicótica del litio es opaca para Pero, además de no derivar de las cualidades elementales,
todos. En la época que nos ocupa, el carácter oculto o esas cualidades ocultas resultaban problemáticas por ser insen­
fiesta de una cualidad estaba ligado a la teoría de la materia sibles. Para el aristotelismo, no existen ni las ideas innatas ni
aristotélica. Para los escolásticos, las cualidades ocultas eran los susurros divinos, sino que el conocimiento es un proceso
las propiedades. de los cuerpos que no resultaban perceptibles empírico que comienza necesariamente con los datos de los
ni derivables de características perceptibles de los mismos, por sentidos. De ahí el dicho escolástico de que ce nada hay en el
más que existiesen, como la típica atracción del hierro por el entendimiento que no estuviese antes en los sentidos". Así
imán. Esas propiedades eran doblemente ocultas, pues ni se pues, el conocimiento es una transferencia del objeto al sujeto
veían (las propiedades, no los efectos) ni eran racionales o que comienza en los sentidos. Éstos forman una imagen en la
comprensibles.'tas cualidades_ocultas no podían derivarse de memoria, de la cual el entendimiento agente extrae lo sensible
las cualidades primeras de los cuatro elementos. Estas cualida­ dejando una especie impresa que es una forma general, la cual
des, las primeras que podía recibir la materia prima, eran frío­ puede ser recibida por el entendimiento paciente que capta así
caliente y húmedo-seco, de manera que, como ya indicamos, la idea o especie expresa. De este modo, la insensibilidad de
la tierra era fría y seca, el agua fría y húmeda, el aire caliente y cualidades ocultas les impide entrar en este proceso psicoló­
húmedo y el fuego caliente y seco. Todos los cuerpos mixtos gico-epistemológico y resultan incognoscibles. La escolástica
o compuestos eran una mezcla en diversas proporciones de tomista se desarrolló para resolver problemas teológico-filosó­
estos cuatro elementos, de modo que las propiedades quími­ ficos más bien que matemáticos y científicos, por lo que dejó
cas (por así decir) de las cosas derivaban de las proporciones en suspenso el problema de estas cualidades ocultas o específi­
de sequedad, humedad, calor y frío, que son obviamente cas, atribuyéndolas para salir del paso a una forma substancial
cualidades perceptibles y manifiestas. Según esta doctrina, las inmaterial. Tomás de Aquino confesaba que las acciones como
propiedades medicinales de las plantas, por ejemplo, podrían las del magnetismo se debían a virtudes ocultas inexplicables,
derivarse de la observación de tales cualidades. Con un poco advirtiendo que otras similares, en apariencia naturales, debe­
de buena voluntad podemos aceptar que si la resina de esca­ rían atribuirse más bien a ángeles o demonios. 3
monea (extraída de la raíz de Convulvulus escamonía) sirve
3. CL Ron MILLEN (1985), p. 189. Como veremos, el escolasticismo de los
para purgar la bilis, ello se debe a su carácter seco y cálido. los llevó a decantarse por la atribución demoníaca de los fenómenos de
Por impreciso que hoy pueda parecer, la farmacopea galénica y las curaciones
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Las dificultades escolásticas para tratar con este tipo de una finalidad teonca y contemplativa, sino que aspiraban
cualidades se agudizó con la proliferación en el Renacimiento fundamentalmente a transformar la realidad y a actuar sobre
de nuevas medicinas y drogas procedentes de las Indias tanto la naturaleza. Esta filosofía espiritual promovió la actitud
Orientales como Occidentales, así como de los fármacos activa y exploratoria típica del alquimista en su laboratorio o
químicos ensayados para enfermedades nuevas como la sífilis del paracelsiano recorriendo los caminos en busca de meta­
(tratada con guayaco y mercurio). Asimismo el auge de la les, plantas y conocimientos populares desconocidos en los
magia, la astrología y otras ciencias ocultas convirtieron en libros clásicos. Ilustraremos esta actitud teórico-práctica con
moneda común lo que antes era una anomalía: las cualidades tres casos muy diversos pero todos ellos muy influyentes
ocultas. Entonces, frente a las dificultades teóricas escolásticas, durante los siglos XVI y XVII: Paracelso, Giambattista della
las nuevas filosofías se movían como pez en el agua entre los Porta y Francis Bacon. En la primera mitad del siglo XVI,
influjos invisibles y las simpatías cósmicas que el adepto ilumi­ Paracelso desarrolló de manera original y propia una versión
nado puede controlar sin necesidad de pasar por los sentidos de la filosofía espiritual. Pero su influencia se ejerció sobre
vulgares. En el siglo XVI, el aristotelismo de Pietro Pompona­ todo en la segunda mitad, cuando se publicaron sus obras.
zzi y Girolamo Fracastoro, asociados con Padua, reaccionó A finales de siglo, DelIa Porta popularizó los fenómenos y
aceptando las fuerzas inmateriales y simpatías macro-micro­ recetas de la magia natural, mientras que para comienzos del
cósmicas típicas del neoplatonismo. Fracastoro publicó un XVII, Francis Bacon expresó en sus obras una visión vitalista
elegante poema sobre la sífilis, que aquejaba al pastor Sifilo, y y animada de la naturaleza, pero insistió sobre todo en la
que trataba con lignum vitae o palo santo de Indias (Guaya­ aplicación práctica del saber para beneficio caritativo de la
cum officinale) y con mercurio, un fármaco inorgánico inusual humanidad. Hablaremos brevemente de ellos para conocer
en medicina. Los galenistas, menos atados a los principios filo­ el medio intelectual en el que se planteó la discusión sobre la
sóficos que los frailes, ya se habían acostumbrado a introducir cura magnética del ungüento armario.
virtudes específicas en la materia médica, por lo que las nuevas Paracelso (1493-1554) fue un personaje un tanto estram­
filosofías de corte neoplatónico vinieron a sancionar lo que los bótico de ideas extremistas. Según su ayudante, el impresor
científicos naturales venían precisando para su trabajo. Johannes Oporinus, no rezaba nunca y criticaba a los teólo­
gos porque no habían entendido nada de las Escrituras. Bebía
en las tabernas con los campesinos hasta dejarlos tumbados y
UNA l'ILOSOFÍA ESPIRiTUAL
luego pasaba la noche borracho dictando con pleno sentido
PARA LA CIENCIA EXPERIMENTAL
(al menos eso pretendía Oporinus), mientras que durante
el día trabajaba incansablemente en sus hornos haciéndole
Así pues, gracias a Marsilio Ficino, el siglo XVI se inició con probar las exhalaciones producidas con riesgo para su salud.
la propagación de las ideas del hermetismo y el Aunque vivía con desahogo y vestía trajes caros, nunca
nismo. El gran animal cósmico con sus partes ínlulldlHO;;;U se quitaba ni la ropa ni la espada que le había regalado un
cohesionadas se compadecía bien con el auge de la magia verdugo. Incluso dormía con ellos, de manera que cuando
las ciencias ocultas de lo maravilloso, ciencias que no finalmente se los quitaba, ni los más necesitados los querían
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carácter divino de las fuerzas de la naturaleza, la investigación


científica es una actividad religiosa.
En nuestro mundo, los cuerpos materiales son matrices en
las que se insertan almas eternas o astra que se corresponden
con las fuerzas de las estrellas del macrocosmos. El hombre se
compone asimismo de dos partes, el ens spirituale, que es un
alma o cuerpo astral, y el ens naturale o parte corpórea que es
un instrumento del espíritu, aunque también tiene su propia
participación en el magnale de los astros, como por lo demás
todos los cuerpos materiales. Con todo ello la distinción entre
materia y espíritu queda un tanto desdibujada porque todo
está animado. Así, la fuerza espiritual de la materia orgánica
es la momia, presente sobre todo en la sangre y en los huesos.
Por eso se usa para preparar medicinas, para transplantar una
Tbeopbrastus Pbilippus Aureolus Bombastus von Hobenbeím,
enfermedad de un órgano a un árbol, para insuflar momia sana
alias Paracelso (e. 1493-1541), medico, químico,filósofo natural,

mediante imposición de manos o para curar a distancia con el


cosmólogo y teólogo.

ungüento armario gracias a la comunicación de las momias del


aprovechar. No sólo rechazaba someter a sus pacientes a ungüento y de la herida. Esta conexión simpática se da entre
dieta, sino que se entregaba con ellos a grandes comilonas y todas las partes del universo, ya que éste es un organismo
no tenía interés en las mujeres. único que se ha diversificado por emanación, separación y
La mayoría de sus obras poseen un carácter moral y religio­ condensación de la divinidad.
so radical. Acusaba a Lutero de alinearse con los poderosos y La comunión de todas las entidades espirituales que ani­
la injusticia, mientras que él se ponía de parte de los campesi­ man el cosmos justifica las interacciones de la magia, como
nos pobres, de cuyas revueltas era partidario y cuya compañía la influencia de la imaginación y los efectos de los símbolos,
prefería a la de los nobles y acomodados. Al parecer era un los talismanes y los conjuros sobre la naturaleza. Dado que
médico excelente, capaz de curas asombrosas (y de envenenar el conocimiento es un proceso intuitivo, no discursivo, por el
a muchos, según sus adversarios) merced a su espíritu abierto, que se revelan los magnalia en el cuerpo astral, la experiencia
exploratorio y experimental, libre de los dogmas de la tradi­ es una interacción por simpatía entre las partes espirituales del
ción. Esta disposición empírica se combinaba con una filoso­ sujeto y el objeto, pues un peral sabe de manera innata cómo
fía espiritualista derivada de Ficino, en la que el cosmos estaba hacer peras y un purgante, cómo purgar, lo que explica que no
transido de diversos principios activos inmateriales a los que se pueda aprender de los libros, sino viajando y experimentan­
daba nombres exóticos. En el universo hay cuerpos materiales do las cosas. Este empirismo se justifica porque las virtudes
creados, gobernados por espíritus emanados de Dios desde la divinas de los cuerpos dejan en ellos signaturas o signos visibles
eternidad, a la espera de retornar a su seno. Así pues, dado el de su presencia. Ahora bien, las criaturas intermedias, como
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los silfos, las ninfas del agua, los lemures del aire o los gnomos equilibrios globales entre los humores de la medicina hipocráti­
de la tierra no tienen alma y el conocimiento que poseen de ca tradicional, sino entidades específicas con una causa particu­
su materia es innato; pero el alma del hombre, al ser libre e lar y una localización precisa. Por tanto la cura consistirá en la
independiente de la materia, debe adquirir el conocimiento por. aplicación de substancias químicas que neutralicen las semillas
simpatía y comunión. De ahí la necesidad de experimentar. astrales causantes del mal, merced a que contienen un arcanum
Según su teoría de la materia, hay un mysterium magnum, o principio espiritual que pone las cosas en su sitio. Los fárma­
una creación de una especie de materia prima sin cualida­ cos galénicos a base de mezclas de diversas substancias vegetales
des, de la que fueron formados todos los cuerpos materiales no son efectivos, pues lo que se precisa es un principio enérgico
a la vez mediante la adición de un astrum, dando lugar al específico. Para ello se impone no mezclar, sino separar y aislar
yliastrum (probablemente de hylé, materia y astrum, astro o los principios específicos necesarios mediante destilaciones a
principio activo). De ahí derivan por una primera separación altas temperaturas, por ejemplo. Tal vez la mayor virtud de
los cuatro elementos y, merced a una segunda separación, del Paracelso haya sido la de enriquecer la farmacopea moderna
fuego surgen los astros, del aire los espíritus y los sueños, con substancias inorgánicas como el mercurio, arsénico y anti­
del agua los espíritus marinos, los corales y las ninfas, y de monio, así como con extractos vegetales. Los beneficios de las
la tierra los metales, las gemas, los animales, los trasgos, los nuevas drogas propiciadas por su enfoque químico hicieron
gnomos y los gigantes. En el caso concreto de la química, en que las universidades europeas introdujesen cursos de química.
los elementos matriciales de la tierra, el agua y el aire operan Inevitablemente, junto con las medicinas útiles se produjeron
los principios del mercurio, el azufre y la sal para engendrar envenenamientos y fármacos imposibles como el oro potable o
las diversas especies de reactivos. Esos principios, la tria el ungüento armario; pero como Paracelso había predicado, la
prima, no eran las substancias materiales que designamos con única manera de comprobar el valor de las medicinas era por
esos nombres, sino fuerzas que explican respectivamente la ensayo y error más que por la sola guía de las doctrinas.
combustibilidad, la fluidez y la solidez Sin embargo, el influjo de Paracelso superó al ámbito de
No es fácil saber cómo se conectan estas mitologías con la la medicina, pues su filosofía inspiró una visión química o
práctica empírica de la medicina y la farmacia, pero fue en este alquimista del cosmos cuando algunos paracelsianos nota­
marco en el que Paracelso elaboró las doctrinas que transfor­ bles como Petrus Severinus, Oswald Crollius, Robert Fludd
maron la medicina. Según sus ideas fisiológicas, en cada órgano y Joseph Duchesne (Quercetanus), explicaron en términos
hay principios o agentes que producen las transformaciones alquimistas el relato de la creación expuesto en el Génesis.
propias de la digestión, la nutrición y demás operaciones Según Quercetanus, por ejemplo, Dios, cuyo espíritu aleteaba
del cuerpo. Las enfermedades están producidas por semillas sobre las aguas del caos, es el gran alquimista que crea el mundo
inmateriales específicas, sean exógenas como las de la peste, la mediante sucesivas destilaciones o separaciones. En efecto, en
pleuresía y las fiebres o endógenas por mal funcionamiento de primer lugar, separó de las aguas el pneuma, la materia espiri­
los agentes, con lo que se acumula el vitriolo que produce las tual celeste; en segundo lugar, destiló de las aguas el espíritu
erisipelas, el colcotar causante de los cánceres o el alumbre que sutil y aéreo mercurial, dejando detrás el grosero, aceitoso y
produce el lupus. Así pues, las enfermedades no son los des- sulfúreo; y de éste separó en tercer lugar el residuo seco salino.
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Con estos tres principios encerrados en las matrices materiales Porta llevaba a cabo en Nápoles, en su Academia Secretorum
de los elementos aire, agua y tierra, formó nuestro mundo. El Naturae o de los Otiosi (ociosos). Como se habrá colegido,
fuego pertenece sólo a los ciclos pneumáticos, siendo formado Della Porta adoptó explícitamente una filosofía neoplatónica
por el azufre en la matriz celeste o cuartaesencia, mientras que con su insistencia en las correspondencias entre las diversas
la sal formó allí las esferas cristalinas que transportan a los partes del universo, que es un organismo vivo dotado de
astros, y el mercurio, los influjos astrales de la astrología. Este alma. Según cuenta en el capítulo 9 del libro 1:
tipo de cosmologías hicieron que el paracelsismo invadiera
todos los campos y constituyera una ciencia total. Los platónicos llamaron magia a la atracción de una cosa por
Otra fuente de la filosofía magnética fue la Magia naturalis otra mediante cierta afinidad natural, pues las partes de este
de Giambatista della Porta (1535-1615). A mediados de siglo, inmenso mundo, a modo de miembros de una criatura viva,
cuando tenía quince años, empezó a coleccionar "secretos de dependen todas de un agente y se hallan estrechamente ligadas
la naturaleza", esto es, recetas curiosas y efectos asombrosos. por los lazos de la naturaleza. Así pues, del mismo modo que
La magia natural se define como el arte de conseguir efectos en nosotros el cerebro, los pulmones, el corazón, el hígado y
notables con causas pequeñas, lo que incluye desde los poli­ otras partes nuestras reciben y obtienen beneficio mutuo, de
pastos y palancas, hasta las lentes de aumento, los tintes para modo que cuando una sufre el resto sufre con ella, así las partes
el pelo y el ungüento armario. La primera edición de 1558 y miembros de esta inmensa criatura que es el mundo, esto es,
constaba sólo de cuatro libros que se ampliaron a veinte en todos los cuerpos que hay en él, con buena vecindad por así
la edición de 1589. Ya en el siglo XVI se tradujo al francés, al decir, prestan y toman la naturaleza de las otras y, debido a
italiano y al holandés, y en el XVII, al alemán y al inglés. este nexo común, aman en común y por este amor común hay
El libro incluye una variedad exorbitante de maravillas entre ellas una común atracción. Esto ciertamente es la magia.
curiosas, sobre todo de tipo químico, como la alteración y
transmutación de metales, la falsificación de piedras precio­ Francis Bacon (1561-1626) se vio asimismo inilUIdo por
sas, la preparación y conserva de alimentos, la fabricación los temas de la magia. Pasó en Inglaterra por ser el instaura­
de fármacos, somníferos, antídotos, cosméticos, perfumes y dor de la filosofía experimental y utilitaria frente a los inútiles
fuegos artificiales. También se trataban procesos biológicos conocimientos librescos, una actitud activa de intervención
como la generación espontánea o la producción de híbridos, en la naturaleza que es típica, aunque no exclusiva, del pen­
razas especiales y monstruos. Otras curiosidades incluían la samiento mágico. Pero también sus teorías acusan dicha
escritura invisible o la comunicación a distancia, no menos influencia. 4 Sus partículas no son las piezas mecánicas del
que temas matemáticos clásicos relativos a la óptica, la estáti­ atomismo epicureísta, sino pequeños animálculos dotados
ca, la hidrostática y la pneumática (los fenómenos debidos a de deseos, apetitos e incluso percepción. Según cuenta en
la presión atmosférica). el Novum organum (libro II, aforismo XL), hay procesos
Todas estas maravillas eran el campo propio del filósofo
natural o mago que recibe la inspiración superior . 4. eL El 2 del cap. 1 de Paolo Rossl (1974), traducción españo­
la de Susana (1990), pp. 57-76; Graham REES (1984) y Francis BA­
a su entrega al trabajo práctico de laboratorio que CON
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imperceptibles que se explican porque los cuerpos contienen les. Por su parte, los espíritus libres pueden ser sublunares,
espíritus sin peso o tal vez incluso con peso negativo, el fuego terrestre del grupo del azufre y el aire del grupo del
mercurio, o sidéreos, el fuego sideral (los planetas) del grupo
pues todo lo tangible a nuestro alrededor contiene un espíritu del azufre y el éter del grupo del mercurio, en el que se mue­
invisible e intangible al cual esconde como bajo un vestido ... ven los astros. Hay también intermedios pneumáticos del
La cantidad de materia [del espíritu) no se puede computar grupo de la sal, como los espíritus ligados de los cuerpos tan­
mediante el peso, pues más bien aligera el cuerpo en vez de gibles en el mundo sublunar y las estrellas fijas en el cielo.
aumentar su peso. s
1
Tales espíritus son cuerpos tenues (un aura compuesta de Cuarteto Cuarteto Cuarteto I
1

substancias aéreas y flamígeras), los cuales constituyen prin­ del azufre de la sal del mercurio
cipios de actividad que rigen los cuerpos ordinarios. Por más subterráneas azufre . sales mercurio
que se declaren cuerpos sutiles, se comportan como los espí­
ritus vivos renacentistas, pues tienen tres apetitos: moverse,
Substancias terrestres
tangibles i
I aceite y
¡inflamables
substancias
fluidos
animales
agua
y substancias I
multiplicarse a costa de los cuerpos ordinarios y salir de ellos y vegetales no inflamables
para unirse a los semejantes,6 lo que constituye un modo de ! fuego espíritus azre
sublunares
simpatía cósmica perfectamente aplicable a la operación del I
I terrestre ¡ligados
polvo simpático de Digby, como veremos. I I animados e
Substancias I
Según su teoría de la materia, que recuerda a Quercetanus, inanimados
pneumáticas I
en el universo hay una substancia pneumática activa y sin celestes fuego cielo de las éter
peso, propia de la región celeste, y otra densa y pasiva propia interplanetario
de la Tierra que se halla situada en el centro del cosmos. La
.­ .­
substancia pneumática puede hallarse en estado puro (espí­
(Según Graham REES, 1996)
ritu libre) o estar mezclada con la materia tangible (espíritu
ligado). El núcleo de la Tierra está formado exclusivamente
por materia tangible, pero en la corteza y en la atmósfera se Aunque inspirado por la tria prima y la cosmología quí­
mezcla con la substancia pneumática (espíritus ligados). Con mica, Bacon no es un seguidor de Paracelso, pues rechaza
el principio del azufre da lugar al azufre subterráneo y al la correspondencia macrocosmos-microcosmos unidos por
aceite o los cuerpos inflamables terrestres; con el principi simpatías y antipatías, las cuales trata de explicar en términos
del mercurio, da lugar al mercurio subterráneo y al agua O más bien naturalistas que espiritualistas, remitiéndolas a la
substancias no-inflamables terrestres; y ambos principios simetría de las formas y esquematismos (la estructura atómi­
lugar a las sales subterráneas y los fluidos animales y ""..,.,,1""'_ ca) de los cuerpos.? Pero, en cualquier caso, los contenidos

5. Francis BACON (1985), pp. 295 Y 298.


6. De vijs mortis, fol. 18r, 14-15; en Francis BACON (1996), p. 322. 7. Francis BACON (1985), libro n, aforismo L, p. 358.
122 LA MEDICINA MAGNÉTICA LA FILOSOFíA PARACELSIANA y LA MEDICINA MAGNÉTICA 123

paracelsianos de sus doctrinas y la aceptación, siquiera sea


cautelosa, de los fenómenos mágicos que trataban de explicar
son innegables. Esta perspectiva vitalista y paracelsiana fue
postergada a favor del mecanicismo cuando, en la segunda
mitad del siglo XVII, Bacon fue celebrado como el padre de la
filosofía experimental mecánico-corpuscular por parte de los
fundadores de la Royal Society. Pero a pesar de su gran origi­
nalidad, la filosofía de Bacon daba cabida a la visión mágica
del Renacimiento, recomendando desestimar las obras escri­
tas y fijarse más en las obras de la naturaleza.
Durante el último lustro de su vida recopiló la Sylva
sylvarum, oy, Natural History in ten centuries (1626), una
extensa colección de maravillas (que llamaba «experimen­
tos") publicada por su secretario William Rawley a los pocos
meses de su muerte. Se tradujo al latín y se reeditó durante el
siglo XVII más que cualquier otra de sus obras, por lo que fue
la más leída y citada. Constaba de mil "experimentos" agru­
pados en diez centurias. A pesar de sus protestas en contra de
la cultura libresca y a favor de la observación y la experimen­
tación, cerca de la mitad de los hechos de la naturaleza que
recoge resulta ser una recopilación bastante crédula de noti­
cias sacadas de libros de Aristóteles, el pseudo-Aristóteles,
Hipócrates, Plutarco, Galeno, Plinio, DeHa Porta, Cardano,
Scaligero y otros. 8
La última parte de la Sylva (la centuria X) está dedicada a
los fenómenos de la magia. El aire escéptico no puede ocul­
tar la fascinación por unos hechos que no se pueden negar,
dado que tantas autoridades los dan por buenos. La filosofía
mágica se atribuye a una "invención monstruosa" de Pitá­
goras y Platón, según la cual el universo es una criatura viva
que respira y tiene alma, lo que justifica del modo usual las
conexiones simpáticas entre las partes: el espíritu del hom­
Frontispicio de/libro de Robert Fludd Utriusque cosmi maioris scilícet
et mínorís (1617), sobre el macrocosmos y el microcosmos. 8. Muchos de esos autores se citan en el manuscrito, aunque han sido elimi­
nados en la obra publicada. Cf. Graham RilES (1981).
124 LA MEDICINA MAGNÉTICA LA FILOSOFíA PARACELSIANA y LA MEDICINA MAGNÉTICA 125

bre O microcosmos, en contacto con el espíritu del mundo y principios del XVII, aparentemente esos procesos podían
o macrocosmos, puede mandar en la naturaleza mediante la producirse a distancia. La pólvora podía inflamarse sin con­
imaginación. Por más que Bacon estime una locura esta idea tacto con una llama, el hierro se veía atraído por el imán sin
atribuida a Paracelso, no por ello deja de examinar cientos hilos ni fluidos perceptibles, la pleamar se producía con el
de fenómenos de este jaez, como la transmisión e influjo a paso meridiano de la Luna a muchos kilómetros de distan­
distancia de las fuerzas procedentes de la mente y los secretos cia, la peste se transmitía sin gérmenes detectables, la fasci­
de la simpatía y la antipatía, encabezamientos bajo los cuales nación, la sugestión ... por no hablar de los escapularios, las
recoge todo tipo de historietas curiosas, como el influjo de reliquias, los conjuros, las oraciones, las hostias y la gracia
la imaginación de las embarazadas sobre los estigmas plas­ santificante, todo ello actuaba eficazmente a distancia. Por
mados en el feto, los poderes médicos y hemostáticos de la tanto, ¿por qué no el ungüento armario, ya fuese por causas
momia y el musgo de las calaveras, la transmisión de espíritus naturales o sobrenaturales?
por obra de la imaginación o de los astros, las virtudes de las La invención del ungüento armario se difundió en la
gemas, la mejora de la memoria bebiendo cerebros disueltos Archidoxis magica, una recopilación espuria de siete libros
en vino o la clarividencia de los sueños premonitorios. Esto atribuidos a Paracelso, los cuatro primeros de los cuales se
es que, a pesar del despego con que habla de Platón y Para­ publicaron en 1570, casi treinta años después de su muerte,
celso, no descarta examinar los fenómenos que parecen exigir con el título De summis naturae mysterijs. La autenticidad de
las acciones espirituales a distancia de la tradición mágic~ la obra fue puesta en entredicho ya en el siglo XVI por Johan­
entre ellos, por supuesto, el ungüento armario del que no~ nes Huser, el editor de las primeras obras completas de Para­
ocuparemos enseguida. 9 celso (1589-1591), pues contenía un conjunto de amuletos,
encantamientos, medicinas y otras recetas de magia práctica
que se compadecía mal con el aliento teórico del resto de las
EL UNGÜENTO ARMARIO obras. No obstante, se ha señalado, podría derivar de unas
conferencias dadas en Basilea en su juventud, hacia 1527. 10
Contra el trasfondo de las visiones renacentistas de una. En cualquier caso, auténticos o no, esos tratados ejercieron
naturaleza animada y la extendida aceptación de su fascinación e influencia sobre los que los leyeron bajo la
de los efectos asombrosos asociados a la magia . autoridad de Paracelso.
tal vez no resulte tan extraño que se tomase en cuenta En uno de los tratados de la Archidoxis, titulado De
posibilidad de las curas a distancia. Hoy sabemos que la coelesti medicina se da la receta del "ungüento admirable
comunicación entre espíritus inteligentes exige un medio para las heridas";
material en el que se codifique el mensaje y que los efectos
de las medicinas, las drogas o las feromonas exigen un trans~ musgo que ha crecido en el cráneo o huesos humanos expues­
porte de materia al organismo afectado. Pero en el siglo XVI tos a la intemperie, 2 onzas; grasa humana, 2 onzas; momia y
9. Sobre la "lógica de la magia» exhibida por Bacon en la Sylva, véase Lynn 10. Sobre la autoría de la Archidoxis magica, véase Wolfgang SCHNEIDER
THORNDIKE (1958), VII: 75-79. (1982).
LA FILOSOFÍA PARACELSIANA y LA MEDICINA MAGNÉTICA 127
126 LA MEDICINA MAGNÉTICA

sangre humana, 1/2 onza de cada; aceite de linaza, 2 dracmas;


cuyos cortesanos se lo pasó a él. Sin embargo Paracelso murió
en 1541, casi un cuarto de siglo antes de que Maximiliano
aceite de rosas y bol armenio, lanza de cada.
fuese emperador. 11 En aquella época Maximiliano se educaba
con su tío Carlos V, con cuya hija María se casó en Madrid
Ya explicamos más arriba (p. 27) los ingredientes más exó­
en 1548, ejerciendo durante un par de años el gobierno por
ticos. Teniendo en cuenta que la onza son unos 31 gramos y
ausencia de Carlos y su hijo Felipe. Según las malas lenguas,
la dracma, unos 3,9 gramos, el lector podrá empezar a ensayar
aprendió allí algo de ocultismo, pues su tío había tenido a su
la medicina. Como se recordará, para preparar el ungüento,
servicio al famoso mago Cornelius Agrippa de Nettesheim.
se maja todo bien en el mortero y se guarda en un bote. Para
Más tarde, el matemático y astrólogo John Dee, a quien el
usarlo, se moja una astilla en sangre de la herida y, una vez
primo de Maximiliano, Felipe H (también aficionado a las
seca, se mete en el bote y se deja allí. Mientras tanto, se tapa
ciencias ocultas) había conocido en Inglaterra, le dedicó el
la herida con una venda empapada en orina del paciente, y
mismo año de su nombramiento como emperador de Sacro
por grave que sea la herida, sanará sin ningún otro emplasto,
Imperio la Monas Hieroglyfica (1564), un tratado sobre un
aunque el enfermo esté a 10 o 20 millas de distancia. También
jeroglífico astrológico que reúne los planetas, el zodíaco y
sirve para el dolor de muelas o para curar a un caballo al
la unidad mística del cosmos. Así que, aunque espuria, la
que se le haya metido un clavo profundamente en la pezuña.
conexión de Maximiliano con el ungüento de Paracelso no
"Estos son los admirables dones concedidos por Dios a los
deja de ser plausible. Según Walter Charleton en el suple­
hombres para su uso y salud", termina. A continuación se mento a la traducción del primero de los tres tratados de A
explica cómo preparar el "ungüento armario" que se aplica Ternary of Paradoxes (1650, pp. 101-103 Y 105) el ungüento
al arma. Es como el anterior, pero añadiendo una onz~ de fue una invención de Bartholomeus Corrichterus, médico de
miel y una dracma de grasa de buey. El inconveniente de este Maximiliano II, "en cuya corte se divulgó y usó por vez pri­
remedio es que el agresor suele escapar con la espada o puñal; mera". La receta que da DeHa Porta es básicamente como la
por lo que la astilla es más fácil de usar. anterior, con trementina en vez de aceite de rosas, pero veinte
Con lapsos de unos veinte años, la receta se publicó años más tarde mejoró notablemente gracias a Crollius.
otras dos obras de enorme difusión: la segunda edición de Oswald Crollius fue un médico paracelsiano y neopla­
Magia natural (1589) de Giambattista della Porta y la BasiltC¡jl tónico, consultor del emperador Rodolfo II que era hijo y
chymica (1609) de Oswald Crollius. La primera obra sucesor de Maximiliano II. Rodolfo también se formó en
más de cincuenta ediciones hasta finales del siglo XVII, Madrid y se volvió un gran aficionado a las ciencias ocultas y
tas que la segunda tuvo dieciocho ediciones en varios imomaS! a la alquimia, como su tío segundo, el rey prudente Felipe H.
hasta 1658, reeditándose incluso hasta el siglo XVIII. Todo Al final de su Basilica chymica, da la receta del "ungüento
aseguró al ungüento una gran difusión durante el siglo XVII. simpático o estrellado de Paracelso" con añadidos notables,
el capítulo 14 del libro VIII de la Magia natural, titulado
los experimentos médicos", DeHa Porta cuenta una 11. Walter CHARLETON (1650), p. 103, critica la relación anacrónica que ha­
inexacta del origen del ungüento, según la cual Paracelso se bían establecido DeHa Porta y luego Crollius entre Paracelso y Maximiliano n,
basándose en Andreas LIBAVIUS (1615).
dio al emperador del Sacro Imperio, Maximiliano II, uno
128 LA MEDICINA MAGNÉTICA LA FILOSOFÍA PARACELSIANA y LA MEDICINA MAGNÉTICA 129

como indicamos más arriba. Así, ahora el liquen o musgo (1622), Daniel Beckher explicaba que los espíritus animales y
debe crecer en el cráneo de alguien muerto violentamente. vitales del ahorcado son violentamente lanzados a la cabeza
También se precisa grasa de jabalí y de oso, cuanto más viejos por la presión de la soga, con lo que el musgo se nutre de
mejor, que se ha de cocer en vino tinto. También hacen falta ellos. Unidos después a los espíritus salinos de la sangre aña­
lombrices del vino (tal vez Anguillula aceti, un nemátodo que dida al ungüento, se juntan con el espíritu del mundo y se
se alimenta de los organismos que causan la fermentación comunican por simpatía al espíritu emparentado de la sangre
del vinagre) cocidas en una olla cerrada sin que se peguen y del herido. Quizá hoy no resulte muy convincente esta expli­
luego pulverizadas, a las que se debe añadir cerebro de jabalí, cación, pero en el siglo XVII (y mucho después) casi ninguna
sándalo rojo, momia y hematites. Se incorpora el musgo, se explicación del funcionamiento de las medicinas lo era. Los
prepara un ungüento al modo usual y se guarda en un frasco, paracelsianos, corno Van Helmont, empezaban entonces a
añadiendo de vez en cuando algo de grasa o miel para que no explicar algunos efectos químicamente, como la eficacia de
se seque. los álcalis contra el ardor o acidez de estómago, pero eran
Otra novedad son los elementos astrológicos. El musgo una minoría.
de la calavera debe recogerse con luna creciente y con deter­ La explicación neoplatónica era plausible a comienzos del
minados aspectos de los astros, mientras que la mezcla de siglo XVII, pero incluso aquellos que no comulgaban con tales
los ingredientes debe hacerse con el Sol en Libra. Ello es ideas por su posición escolástica, no ponían en tela de juicio
así porque "la acción magnética atractiva" del ungüento se el fenómeno de la cura magnética, sino tan sólo su causa,
debe a los astros, que son los que lanzan su virtud curativ~i atribuyéndola al diablo. A pesar del rechazo que expresaban
a la herida a través del aire, a la que se aplica realizando una los innovadores por la cultura libresca y su apelación a la
acción espiritual, razón por la cual la mera aplicación tópica experiencia y aun a la experimentación, en realidad ladiscu­
del ungüento no sirve para nada. Sólo la conjunción de los sión del ungüento fue filosófica, dialéctica, erudita y plagada
astros con los elementos excita la simpatía de la naturaleza, el de citas, sin que nadie publicase un ensayo experimental para
influjo astral y el bálsamo sanatorio del que está dotado por apoyar o criticar la cura. Como veremos, hasta la segunda
naturaleza el ser humano. Por eso funciona el ungüento. mitad del siglo XVII no se encuentran evaluaciones en las que
La aplicación del ungüento se carga también de exigen­ se apele a la experiencia médica y en el caso de un experimen­
cias mágico-rituales, pues hay que abstenerse de copular el to recogido en las actas de la Royal Society, el resultado fue
día en que se emplea en el arma y la aplicación debe hacerse positivo.
siguiendo pautas fijas según la herida sea o no punzante. Así pues, las críticas a la cura misma fueron escasas.
También se puede averiguar si el paciente morirá, pues al Andreas Libavius (1560-1616) fue un iatroquímico notable
calentar el arma con un poco de sándalo rojo o hematites, si por sus análisis químicos, con afinidades aristotélicas y
aparecen gotas de sangre, no hay nada que hacer. oposición al misticismo paracelsiano, al espíritu del mundo
los elementos astrológicos y rituales, la receta y la ya las fuerzas ocultas que justificaban la acción a distancia
de su eficacia se mantuvieron sin mayores del ungüento. En sus Tractatus duo physici (1594) objetaba
Por ejemplo, trece años más tarde, en M edicus que no se había podido aislar químicamente el principio
LA MEDICINA MAGNÉTICA LA FILOSOFÍA PARACELSIANA y LA MEDICINA MAGNÉTICA 131
130

activo del musgo o la momia, por lo que no existía, con lo general, los paracelsianos y neoplatónicos aceptaban con
que la cura se producía alentando la fe del paciente (una normalidad las cualidades ocultas y las acciones a distancia,
especie de efecto placebo), por azar o por obra del diablo. mientras que los escolásticos pensaban con Aristóteles que
Daniel Sennert (1572-1637) era un iatroquímico que inten­ en la naturaleza es preciso que la causa esté en contacto con
taba reconciliar a Aristóteles, Galeno y Paracelso, para lo el cuerpo afectado, y que las acciones a distancia son siem­
que negaba los influjos ocultos y afirmaba que los cuerpos pre asunto sobrenatural. La manera más radical de atacar
naturales se componen de aquellas substancias en las que el naturalismo renacentista y sus secuelas paracelsianas era
los resuelve el análisis químico y a partir de las cuales pue­ separar tajantemente el ámbito material del espiritual, como
den recomponerse. En su libro Practicae medicinae (1628­ haría justamente Descartes en el segundo tercio del siglo.
1636), incluyó un apartado sobre "La deficiencia de los Para él, en la naturaleza sólo los cuerpos actúan sobre otros
ungüentos armarios o una declaración de su insuficiencia cuerpos, lo que entrañaba dejar en el misterio cómo puede
para realizar lo que se les atribuye" que se tradujo separa­ actuar el alma sobre el cuerpo. Más de medio siglo antes, el
damente al inglés en 1637. Afirma allí que las curas se pro­ médico y teólogo Thomas Erastus escribió un tratado contra
ducen solas por obra de la naturaleza con tal de mantener la Paracelso, Disputationes de medicina nova Philippi Paracelsí
herida limpia, pues el pretendido magnetismo no existe, ya (1572-73), en el que se oponía a Paracelso, la iatroquímica y
que el que conocemos experimentalmente por los imanes la magia por "la falacia neoplatónica" de aceptar el influjo
actúa a distancias muy cortas, en línea recta y sin obstáculos natural del espíritu sobre la materia. Como es usual, no se
interpuestos. niega que el ungüento cure, sino que lo haga por medios
Pero en general casi nadie dudaba de las curas y las esca­ naturales. Lo hace por acción sobrenatural del diablo, pues
sas excepciones lo hacían apoyándose en la autoridad de en la naturaleza no hay espíritus innatos que la muevan. Los
Aristóteles. Ahora bien, lo normal era que los aristotélicos espíritus son cosa sobrenatural; no de la ciencia, sino de la
negasen el carácter natural de la cura, no el hecho de la religión.
misma, recurriendo para ello al diablo. Hubo dos p .. . Los jesuitas habían adoptado el arisootelismo escolástico
notorias entre paracelsianos y aristotélicos. La del primet como arma apologética en las luchas de religión, presentando
cuarto del siglo XVII implicó a los jesuitas contra Gndeni el frente sólido y unido de una compañía militar bien disci­
y Van Helmont; la segunda al cura anglicano y plinada. 13 En los primeros años del siglo XVII se produjo la
William Foster contra el paracelsiano Robert Fludd. 12 polémica entre el jesuita Jean Roberti y el médico y mate­
mático calvinista Rudolf Goclenio el Joven, quien publicó en
12. La oposición de los frailes a la operación natural del polvo simpáticq 1608 un Tratado sobre el ungüento. Explicaba su acción por
afectó indirectamente a Digby. Jean Albert BELIN escribió La poudre de
thie justifiée el mismo año que el Discurso de DIGBY (1658), basándose en
la intervención del espíritu del mundo que conecta el micro
yen Nicolas PAPIN (1644), Y haciendo mucho hincapié en el espíritu univers~
Según el estudioso ocultista Robert AMADou (1957) fue atacado violentament1 13. Claudio Acquaviva, quinto general de la compañía de 1581 a 1615, de­
por el jesuita Fran«ois PLACET en La superstition du temps (1668), pero en cretó en 1613 una Ordinatio pro soliditate et uniformitate doctrinae que pro­
lidad no era jesuita, como pretende Amadou, sino un monje blanco de la hibía a sus profesores separarse de Aristóteles e instauró la censura de libros y
opiniones a fin de presentar un frente único tomista. Cf. Ugo BALDINI (1992).
premostratense.
132 LA MEDICINA MAGNÉTICA LA FILOSOFíA PARACELSIANA y LA MEDICINA MAGNÉTICA 133

y el macrocosmos, como se ve en la brújula o el girasol. Su orden y que se puede observar también en la polémica que
versión calvinista de la teoría consistía en impregnar la natu­ mantuvieron los jesuitas con Galileo acerca de los cometas y
raleza de Dios ("en Él vivimos, nos movemos y existimos", el copernicanismo. Pero en el terreno religioso, la polémica
decía san Pablo, Hechos, 17: 28), quien se sirve de espíritus no tenía solución, pues el calvinista estaba lejos del brazo de
intermedios para gobernar el mundo. Quienes exigen que la Inquisición y podía contraatacar diciendo que "idolatría es
toda acción sea por contacto físico son mentes cortas, par­ justamente lo que hacen el Dr. Roberti y sus colegas cuando
tidarias de "esa filosofía vulgar que lo juzga todo según los veneran a los Santos, los relicarios, las imágenes, las cosas
sentidos, la materia y las cualidades manifiestas". Los jesuitas consagradas, etc."15
no podían permitir tal ataque a su autoridad que según ellos Roberti había criticado asimismo a Goclenio porque, por
se identificaba con la verdadera religión. Roberti escribió más que reiterase que la curación era magnética, no explica­
una disertación (1616) tildándolo de idólatra, por su creencia ba en concreto cuál era la conexión entre las causas ocultas y
en amuletos y sellos mágicos, lo que no deja de ser curioso los efectos, por qué la medicina va a la herida adecuada y no
viniendo de un miembro de la Iglesia católica que venía lle­ a la de otra persona y por qué medios cura. La crítica de que
nando el mundo de escapularios, medallas y estampas con no hay una explicación efectiva de la cura puede parecer más
invocaciones rituales de pretendida eficacia. La diferencia, moderna e ilustrada de lo que en realidad es. No sólo porque
una vez más, es que Goclenio era un blasfemo por confundir las explicaciones escolásticas a base de las cualidades mani­
dos reinos: los influjos mágicos naturales con la gracia divina fiestas de los elementos (frío-cálido, seco-húmedo) no eran
sobrenaturaL 14 La versión ortodoxa consideraba que la omni­ más efectivas, sino sobre todo porque la farmacia era enton­
potencia divina, que de suyo es absoluta, se halla subordinada ces y fue durante mucho tiempo más empírica que teórica.
(ordenada) a las leyes de la naturaleza que Él ha tenido a bien Es bien sabido que la aspirina fue comercializada por Bayer
dictar, por lo que el mundo natural se rige autónomamente en 1899 por sus efectos manifiestos antipiréticos, analgésicos
sin la intervención divina, salvo en los casos excepcionales y antiinflamatorios, sin que nadie supiese la razón de ello.
de los milagros sobrenaturales. Las curaciones magnéticas No fue hasta 1971 cuando John Robert Vane descubrió que
son en realidad "milagros calvinistas" operados por el diablo el ácido acetilsalicílico actuaba inhibiendo irreversiblemen­
y atribuidos por ellos a un espíritu panteísta. Poco a poco, te el enzima ciclogenasa que regula la producción de las
el jesuita fue conduciendo la polémica de la medicina a la prostaglandinas y tromboxanos que se forman en las zonas
teología, una actitud inevitable dadas las prioridades de la lesionadas, provocando esos síntomas. Por ello le dieron
el premio Nobel. Precisamente entonces la aspirina estaba
14. Esta misma oposición entre la mezcla de espíritu y materia en la natu­ cediendo terreno ante el paracetamol (1956) y el ibuprofeno
raleza, típica del neoplatonismo, y la separación radical de ambos reinos re­ (1969), pero se recuperó de nuevo cuando otros estudios
suena aún en la polémica mantenida a principios del siglo XVIlI entre Newton
y Leibniz sobre las acciones a distancia, como la gravedad. Newton la atribuía
mostraron que de hecho también actuaba como anticoagu­
a la acción de Dios (o algún espíritu intermedio), lo que Leibniz considera­
ba que era convertir la naturaleza en un milagro perpetuo. Cf. Eloy RADA 15. Sobre los jesuitas y el ungüento armario es recomendable leer el artículo
(1980). de Carlos Ziller CAMINIETZKI (2001).
134 LA MEDICINA MAGNÉTICA LA FILOSOFÍA PARACELSIANA y LA MEDICINA MAGNÉTICA 135

lante. 16 Si en la edad de la ciencia es tan frecuente que los siones, el primero diciendo que "los teólogos deben ocuparse
efectos de las drogas se descubran empíricamente, incluso de Dios y los naturalistas de la naturaleza" (Ortus, p. 750) Y
por casualidad, y no derivándolos de consideraciones teóri­ el segundo que las Escrituras "dicen cómo se va al ciclo, no
cas, en la época que nos ocupa eso era prácticamente siempre cómo van los cielos" (Opere, V: 319). En 1623 fue denun­
normal. ciado y dos años más tarde la Inquisición española condenó
Tras la polémica con Goclenio, Roberti dirigió sus armas por heréticas 27 proposiciones suyas. En 1627 el libro fue
contra el más accesible Joan Baptista van Helmont (1579­ prohibido por Sebastián Huerta en Madrid y, a pesar de sus
1644) que, al vivir en Bruselas bajo control español e inqui­ retractaciones, lo condenó en 1633-1634 la facultad de teolo­
sitorial, era una presa más fácil. Van Helmont fue un notable gía de Lovaina por filosofar pirotécnicamente ("pyrotechnice
químico, médico y místico paracelsiano, justamente famoso philosophando") y propagar las tinieblas cimerias. Los cime­
por su recurso a los experimentos cuantitativos con ayuda de rios eran bárbaros del norte, según Heródoto, mientras que la
la balanza y por descubrir e investigar sobre gases (el térmi­ filosofía pirotécnica era la filosofía química de Paracelso. Fue
no es suyo). Su animadversión a la escolástica y los jesuitas condenado a prisión y luego a arresto domiciliario hasta 1636,
que traían los invasores españoles fue su perdición, razón no siendo exculpado del todo hasta 1644, dos años antes de su
por la cual se le ha considerado como el Galileo del norte, muerte. Durante este tiempo, se abstuvo de publicar.
dada la persecución que sufrió en la misma época por parte Tras señalar que las diferencias entre paracelsianos yesco­
de la Iglesia católica y la Inquisición jaleadas por los jesuitas. lásticos conciernen a la causa natural o diabólica de las curas,
Walter Pagel (1982) insinúa que el Padre Roberti compró y cuya realidad no se discute, Van Helmont se explaya sobre el
vez publicó en París un escrito de Van Helmont sobre magnetismo espiritual al modo acostumbrado. Aunque dice
el ungüento (De magnetica vulnerum curatione, 1621) para con frecuencia que ha experimentado y hecho observaciones
tener un cuerpo del delito con que perseguirlo. En él se cri­ sobre esto o lo otro, nunca es preciso sobre los detalles expe­
ticaba a Goclenio por no tener en cuenta la necesidad de que rimentales, mientras que se muestra prolijo y crédulo con
hubiese sangre del herido en el arma y se reprochaba al jesuita todo tipo de historias mágicas, desde el cadáver que sangra
recurrir al demonio y a la teología para solventar cuestiones en presencia del asesino, hasta una planta que, frotada en la
científicas. Esto era algo que los jesuitas no podían tolerar, mano, provoca el amor de quien tomamos de la mano (curio­
acostumbrados desde los tiempos de Roberto Belarmino a samente para el gusto actual, probó la receta con un cachorro
decirles a los científicos qué teorías podían o no considerar. y no con su dueña; Ortus, p. 753). Otra de las anécdotas que
Tanto Van Helmont como Galileo se oponían a tales preten­ cuenta sobre unos duelistas recuerda las repetidas por otros,
entre ellos Kenelm Digby. Un soldado de noble cuna llevaba
16. Se podrían multiplicar los hasta el tedio. La tristemente céle­
bre talidomida se comercializó para el la tos, el dolor de cabeza, el
un poco de usnea metida bajo la piel de la cabeza. En una
catarro y los vómitos matutinos, pero nacimientos monstruosos (foco­ ocasión en que se interpuso entre dos hermanos que estaban
y ahora se ensaya para algunos de lepra y cáncer e incluso para las enzarzados en un duelo a muerte, recibió tamaña estocada en
hemorragias nasaleS'. Viagra a usarse para la hipertensión y la angina de
pecho, descubriéndose luego casualmente que provocaba erecciones robustas. la cabeza que le traspasó el sombrero y el pelo sin afectar a la
Ahora parece también ser útil para el edema pulmonar de los escaladores. propia cabeza (ibid., p. 757).
136 LA MEDICINA MAGNÉTICA LA FILOSOFíA PARACELSIANA y LA MEDICINA MAGNÉTICA 137

No ayudaron nada a Van Helmont sus chanzas contra los así como de reducir la materia a extensión espacial, con lo
jesuitas, señalando que la usnea crecida sobre el cráneo de que la geometría sería la clave del mundo físico. Pues bien,
un jesuita estrangulado es tan buena como la de la calavera en este nuevo escenario sin misterios, los fenómenos de los
de un ladrón, o poniendo al mismo nivel a san Ignacio y a que se ocupaba la magia seguían sin negarse. El magnetismo,
Paracelso (pp. 756, 758 Y ss.). De manera similar, la oposición modelo de las acciones inmateriales a distancia, se explica­
de Galileo al jesuita Scheiner y la befa a la que sometió al ba en los Principios de la filosofía (1644) suponiendo una
padre Grassi hicieron que esta milicia se movilizara contra él corriente de partículas en forma de rosca que penetran en
y maniobrara para perderlo. los poros de los cuerpos magnéticos con rosca de la misma
Sería, no obstante, anacrónico concluir que los jesuitas mano, dando así cuenta de la polaridad del fenómeno, según
eran completamente estólidos y los paracelsianos incapaces la rosca sea a derechas o a izquierdas (parte IV, § 145-183).
de realizar investigaciones empíricas. Las noticias de curas A continuación se daba cuenta de manera similar de las
magnéticas estaban tan extendidas entre las elites culturales atracciones del ámbar o el vidrio por cuerpos pequeños,
que a nadie se le ocurría negar el hecho ni perder el tiempo recurriendo a partículas largas en forma de cinta que son
comprobándolo, especialmente si había que ir al campo a únicas capaces de encajar en los poros de los cuerpos impli­
buscar cráneos con musgo y osos viejos; después de todo, cados (ibid., IV, § 186). Con este tipo de teoría se pueden
lo que hoy creemos fiándonos de la física cuántica es mucho explicar también "los efectos admirables que acontecen sobre
más fantástico. 17 Si las mayores lumbreras de la época se la Tierra" como las acciones a distancia prácticamente instan­
creían estos "hechos", no podemos reprochar a nadie que lo táneas, sin que ningún cuerpo interpuesto pueda detenerlas
hiciera. Ya mencionamos que Francis Bacon prestó atención o desviarlas, dando lugar a efectos maravillosos, como el de
en la Sylva sylvarum (1626) a estos fenómenos. René Descar­ una pequeña chispa sobre una gran cantidad de pólvora, un
tes, que pasa con justicia por ser un racionalista y el máximo ejemplo típico de lo que puede hacer la magia natural. En
exponente del mecanicismo de la historia, tampoco los negó. realidad "no existen cualidades que sean tan ocultas ni efec­
tos de la Simpatía y Antipatía tan maravillosos y tan extraños
Descartes barrió de la filosofía natural los principios activos,
ni, en fin, alguna otra cosa tan rara en la naturaleza [ ...] que
las fuerzas y las cualidades ocultas mediante el expediente de
no se pueda dar razón de ellos mediante estos mismos princi­
decretar que la cantidad total de movimiento en el universo se
pios". Entre los fenómenos explicables de esta forma se cita:
conserva, redistribuyéndose entre los cuerpos por impactos,
"hacer sangrar las heridas del muerto cuando se aproxima el
que lo ha matado, mover la imaginación de los que duermen
17. El famoso gato de Edwin Schrodinger se halla encerrado en una caja con
una fuente débil de fotones y un espejo divisor que los envía a dos detectores, o incluso de los que permanecen despiertos, provocándoles
uno de los cuales activa un sistema que mata al gato y otro lo anula. Dependien­ pensamientos que les adviertan de las cosas que acontecen
do de cuál de ellos se active primero, el gato morirá o no. Activamos la fuente lejos de ellos". Es una lástima que no nos deleitara con
desde fuera y entonces nos preguntamos si <:;1 gato estará vivo o muerto. Ningu­
na de las dos cosas: mientras no midamos y localicemos el fotón, éste y el gato
explicaciones de las hemorragias del cadáver"sin deducirlas
estarán en una superposición de ambos estados y así seguirá el animal hasta que de otros principios que no sean aquellos conocidos y acep­

abramos la caía. miremos y hagamos colapsar el paquete de ondas.


tados por todo el mundo: de la dimensión, la figura, la situa­
138 LA MEDICINA MAGNÉTICA LA FILOSOFíA PARACELSIANA y LA MEDICINA MAGNÉTICA 139

ción y el movimiento de las diversas partes de la materia" Aunque no trató sobre las curas magnetlCas, su filoso­
(ibid., IV, § 187).18 fía magnética fue usada en tal sentido por Robert Fludd
En resumidas cuentas, ni la actitud experimental y práctica (1574-1637), ya que justificaba la acción a distancia entre las
de los paracelsianos, ni la ortodoxia escolástica de los jesuitas, partes del cosmos. 20 La influencia de Paracelso fue asimismo
ni el empirismo y crítica a las filosofías tradicionales de Bacon, notable, ofreciendo una alternativa al aristotelismo hasta el
ni la revolucionaria e ilustrada filosofía mecánica de Descartes advenimiento de la filosofía corpuscular, si bien despertó
permitieron superar las tradiciones verbales para atestiguar la más interés por las técnicas analíticas en farmacología que
veracidad y exactitud de los informes sobre efectos maravillo­ por la cosmología mística. 21 Entre los partidarios de esta
sos que constituían el terreno propio de la magia. última destacó Robert Fludd quien mantuvo una polémica
En Inglaterra, país en el que nos centraremos en adelante, con el párroco William Foster similar a la que mantuvo Van
la filosofía magnética de William Gilbert (1544-1603) ejerció Helmont con el jesuita Roberti, aunque sin represión inquisi­
gran influencia no sólo por teorizar que el magnetismo era torial de por medio. Bacon no era ni un buen experimentador
una fuerza inmaterial y cósmica, extendida por el espacio, como Gilbert ni un buen mecanicista como Descartes, pero
sino por hacerlo experimentalmente mediante modelos de pasó por ser el padre de ambas actitudes. Con todo, se fiaba
laboratorio que extrapolaba luego a la Tierra. Fue él, más de los omnipresentes informes de la época sobre fenómenos
que Bacon, el padre de la ciencia experimental en Inglaterra. mágicos. En la Sylva sylvarum dice tomar en consideración
Pero como hijo del siglo XVI, formulaba su ciencia original las curas simpáticas porque le han informado de ellas "per­
en la matriz del naturalismo renacentista. "El imán es algo . sonas de crédito", si bien "por mi parte aún no me siento
maravilloso en muchos experimentos y es como una criatu­ plenamente inclinado a creerlo". No obstante da cuenta de
ra viva"; los antiguos caldeos, egipcios y griegos, así como la receta de Crollius a la que se añaden nuevos elementos
Hermes, Zoroastro y Orfeo creían que el universo tenía un pintorescos, como la exigencia de que la grasa de jabalí y
alma y estaba vivo, hasta que Aristóteles, confiriendo vida a oso deban proceder de animales abatidos durante el coito
los cuerpos celestes, se la negó a la Tierra; "nosotros, empero, (del animal, no del cazador). Esto, sugiere Bacon, sirve para
consideramos que el universo en su conjunto está animado justificar el fallo de la medicina aduciendo que no fueron
y que todos los globos, todas las estrellas, así como la noble abatidos en el momento álgido.
Tierra, han estado regidos desde el principio por las propias Hay en Francis Bacon dos detalles dignos de mención por
almas asignadas a ellos ... " poseyendo órganos para su activi­ sus posibilidades experimentales. El primero es la observa­
dad, aunque no sean materiales y perceptibles. 19 ción de que "se ha experimentado" (así, en impersonal) que
si se retira el ungüento del arma sin que se entere el paciente
18. No obstante, el ungüento armario le parecía poco creíble: "No doy fe que se halla a distancia, éste notará inmediatamente un dolor,
alguna -escribía a Mersenne el9 de febrero de 1639- a los ung\ientos simpáticOS
de Crollius ni de otros, sino que creo que la mayoría de las heridas se pueden el cual remitirá si se aplica de nuevo el remedio al arma. No
curar en un cuerpo que por otro lado se halle bien dispuesto, sólo con tenerlas .
limpias cubriéndolas con una venda". Como es usual en la época, no explica 20. Cf. Allen G. DEBus, "Robert Fludd and the Use of Gilbert's De Magne­
por qué lo cree asÍ. te in the Weapon-Salve Controversy" (1964).
19. William GILBERT, De magnete (1600), cap. 12 del libro V. 21. Cf. Allen G. DEBus, The English Paracelsians (1965).
140 LA MEDICINA MAGNÉTICA LA FILOSOFÍA PARACELSIANA y LA MEDICINA MAGNÉTICA 141

Definitivamente, el problema del ungüento armario no pare­


cía ser un problema empírico sobre los hechos, sino tan sólo
teórico relativo a su explicación. Durante el Renacimiento y
paulatinamente menos a partir de la fundación de sociedades
científicas en la segunda mitad del siglo XVII, descubierto un
fenómeno (real o imaginario), el problema era encontrar las
causas y no comprobar su exactitud y alcance. La incapaci­
dad de las teorías de la materia para prohibir casi cualquier
estado de hecho explica la gran credulidad de la época y la
universalidad con que se apela a la nobleza o integridad de los
testigos para inducir la aceptación de los lectores quienes, en
general, carecen de laboratorios o acceso a las complejidades
de los reactivos. De ahí que unos apelen a cualidades ocultas
específicas, otros a espíritus mundanos neoplatónicos, otros a
espíritus sobrenaturales y aún otros, como Digby, a procesos
mecánicos más o menos mezclados con los anteriores, como
veremos en el capítulo siguiente.

Robert Fludd (1574-1637), médico, alquimista, hermético, defensor de los


rosa cruces y de la armonía entre el macrocosmos y el microcosmos.

precisa las circunstancias ni los resultados del experimento,


por lo que parece ser un efecto predicho teóricamente más
que comprobado, pues no se usa el resultado para corrobo­
rar o refutar la acción del ungüento. Que yo sepa, hubieron
de pasar más de treinta años antes de que, como veremos,
Kenelm Digby y Christopher Wren dijeran haber realizado
el experimento con resultados positivos. El segundo detalle
es que Bacon señala que el hecho de que el ungüento funcione
también con las bestias es algo "que me gusta más que todo
lo demás, pues somete el asunto a un fácil ensayo". Desgra­
ciadamente no sabemos si se hicieron tales experimentos con
animales, pero ciertamente nadie los mencionó ni los publicó.
1,1:
I !'I
I

4. ÁTOMOS Y POLVO SIMPÁTICO


l'1:
I '
1

"

Durante el medio siglo del reinado de Isabel I (1558-1603), ,1

Inglaterra se mantuvo en paz mientras en el continente 1

europeo se sucedían las guerras religiosas y dinásticas, con


la consabida destrucción de bienes. Gracias a ello Inglaterra
experimentó un desarrollo económico e intelectual interesan­
te. Florecieron toda suerte de matemáticos prácticos capaces,
por ejemplo, de desarrollar los estudios sobre el magnetismo
terrestre y la construcción naval, así como de poner a punto y
divulgar técnicas astronómicas utilizables para la navegación.
Personas como Robert Recorde, John Dee, Thomas Digges o
el mentor de Digby, Thomas Allen aunaban los conocimien­
tos matemáticos con la concepción mágica de la naturaleza,
la otra gran esfera de actuación de las matemáticas aplicadas
aparte de las artes de la mecánica. Los instrumentos de medi­
ción, las máquinas, las tablas solares y los horóscopos caían
todos dentro de su provincia. A principios del siglo XvII algu­
nos matemáticos se reunieron en la Torre de Londres en torno
a Henry Percy, noveno conde de Northumberland (1564­
1632). Su implicación en el Motín de la Pólvora dio con sus
huesos en la Torre, donde se instaló cómodamente durante
casi diecisiete años, formando una de las mejores bibliotecas
de Londres y dedicándose a la literatura y al estudio, sobre
todo con Thomas Harriot, instructor naval del corsario Wal­
ter Raleigh y sus capitanes, Robert Hues, autor de un famoso
Tractatus de globis coelesti et terrestri et eorum usu (1594) y

143
LA MEDICINA MAGNÉTICA ÁTOMOS Y POLVO SIMPÁTICO 145
144

Walter Warner, ayudante del conde en experimentos alquí­ puritana, las ideas utoplcas de Campanella y de diversos
micos. Los tres eran conocidos como los tres magos y Henry tipos de milenarismo extendidos por reformistas alemanes.
Percy como el conde brujo. Introdujeron el atomismo en Uno de ellos fue Johann Valentin Andreae, conocido por
Inglaterra, aunque no se trataba del atomismo de Demócrito y ser autor de los tres tratados fundacionales de los rosacru­
Epicuro que se pondría de moda hacia mediados del siglo XVII, ces 3 y por promover la formación de sociedades cristianas
sino de otro de raíz neoplatónica, inspirado en el matemático, utópicas, con educación para todos (incluidas las chicas) en
empirista y ocultista del siglo XIII, Roger Bacon. Los átomos las ciencias de la naturaleza y las artes prácticas. Estas ideas
de estos magos, sin ser unidades vitalistas al estilo de las de influyeron en el famoso pedagogo Jan Amos Comensky
Francis Bacon, tampoco eran puramente mecánicos, sino que (Comenio) y fueron difundidas en Inglaterra por el emigran­
estaban envueltos en fuerzas inspiradas en la metafísica de la te alemán Samuel Hartlib, con cuyo "laboratorio universal"
luz neoplatónica y en el naturalismo italiano. 1 colaboró Digby. Hartlib también promovió la traducción al
Asimismo antes de la República, el paracelsismo ejerció inglés de Campanella y Andreae. Otro de ellos fue Johann
gran influencia en Inglaterra, como muestra la figura más Heinrich Alsted y su enciclopedismo que incluía la filosofía
visible de Robert Fludd y las de tantos otros médicos y far­ mosaica, aristotélica, cabalística, química y casi de cualquier
macéuticos, como el médico de Jacobo 1, Theodore Turquet otro cuño. Fue maestro de Comensky, el cual fue invitado al
de Mayerne, difusor según Digby de su polvo simpático por Parlamento inglés a través de los oficios del citado Samuel
Europa. Durante la República, muchos ingleses como Hartlib. La ebullición reformista, pedagógica y asociativa
Digby emigraron a Francia, donde se familiarizaron con la promovió la creación de sociedades para el fomento del saber,
filosofía mecánico-corpuscular de Gassendi, Mersenne y cuya máxima expresión acabó siendo la Royal Society ya
Descartes. Entonces aparecieron entre los ingleses los pri­ durante la Restauración monárquica. 4 Otros emigrantes ale­
meros desarrollos del corpuscularismo materialista más o manes que desempeñaron una función destacada en la orga­
menos combinado con algunos principios activos. La más nización institucional de la ciencia inglesa fueron Theodore
epicureísta fue Margaret Cavendish, duquesa de Newcastle, Haak y Henry Oldenburg, secretario de la Royal Society y
conocida como "la duquesa loca", seguida por el materialista editor de sus Philosophical Transactions, quienes aseguraron
Thomas Hobbes y el mecanicista Robert Hooke, mientras
que otros corpuscularistas eran comedidos y menos radica­ 3. La fraternidad de los rosacruces no existió, pero se
captar la intención presuntamente satírica de la Fama fratemitatis
les, como Robert Boyle, o más aristotélicos y herméticos, Confessio (1615) y la Chymische Hochzeit Christiani Rosencreutz
como Kenelm Digby.2 que Andrcae sólo reconoció la última como propia, las otras dos son segura­
Durante la guerra civil y el Interregno (1641-1660) tam­ mente también suyas. Predicaban la armonía del mundo, el dominio de la magia
y la cábala y ponían de ejemplo a Paracelso. Finalmente en Turris Babel sive Ju­
bién se dejaron sentir en Inglaterra, al calor de la revolución diciorum de fratemitate rosaceae crucis chaos (1619) explicó que eran un chiste
que no se había entendido bien, pero la fascinación de los conocimientos secre­
1. Cf. Matter in the Northumber­ tos hizo que muchos no se convencieran de ello. En febrero de 1623 Descartes,
recién llegado a París, fue sospechoso de ser uno de ellos.
2. Véase el cap. III: «Atomism in England: 1600 to 1660" en Antonio CLE­ 4. Cf. Piyo M. RATTANSI "The Intellcctual Origins of the Royal Society",
RICUZIO (2000): pp. 75-101.
ÁTOMOS Y POLVO SIMPÁTICO 147
146 LA MEDICINA MAGNÉ'nCA

la conexión con investigadores continentales movidos por partículas atómicas de diferentes formas, tamaños y movi­
el espíritu reformista y organizativo predicado por Francis mientos, pero sin espíritus, magnales, mysteria, arcana ni
Bacon en la Nueva Atlántida. 5 principios activos espirituales, exceptuando algunas fuerzas
triviales y familiares, necesarias para mantener la agitación,
como el peso y poco más. Dios colocó un número finito de
LA FILOSOFÍA MECÁNICA CONTRA LA FILOSOFÍA átomos de diversas formas y tamaños en el espacio, que es
PIROTÉCNICA una extensión incorpórea, y les añadió el movimiento sujeto
a las leyes de intercambio que plugo a su soberana voluntad.
el segundo tercio del siglo XVII recorrió Europa el fantas­ Los choques entre esos átomos produjeron aglomeraciones
ma del atomismo mecanicista que contribuyó si no a barrer, con diversas texturas que constituyen las substancias ordina­
al menos sí a podar drásticamente la floración renacentista rias, cuyas cualidades son los efectos provocados en nosotros
de entidades espirituales, astrales y ocultas difíciles de com­ por esas texturas y agitaciones. Incluso las cualidades ocultas
prender y controlar. Brillantemente iniciado por Galileo en podrían reducirse a las estructuras atómicas de los cuerpos y
El ensayador (1623), el mecanicismo entrañaba reducir las sus movimientos.
cualidades sensibles y las propiedades disposicionales de los Descartes llevó al extremo esta filosofía ilustrada y des­
cuerpos al mero movimiento de partículas dotadas tan sólo provista de todo misterio. Las fuerzas, como entidades onto­
de propiedades geométricas de forma y tamaño. Los fran­ lógicas distintas de la materia, no existen. Lo único que hay
ceses vieron en esta filosofía un excelente antídoto contra es materia en movimiento. Lo que se nos antojan fuerzas no
la heterodoxia y el descontrol del naturalismo mágico que son más que empujes de cuerpos e intercambios de cantidad
borraba las distinciones entre lo espiritual y lo natural, entre de movimiento entre partículas. La gravedad, por ejemplo,
sacerdotes y creyentes, asegurando el monopolio de los se produce porque estamos inmersos en un inmenso vórtice
espíritus para la Iglesia y el del poder para el Estado. Ahora de éter circulante, cuyas partículas poseen una velocidad, y
bien, a fin de utilizar el atomismo para estas tareas era preciso por tanto una tendencia centrífuga derivada de su inercia,
cristianizado previamente, empresa a la que se entregó Pierre superior a la de los cuerpos terrestres, con lo que éstos se
GassenJi desde los años treinta, eliminando la eternidad del ven desplazados y empujados hacia el centro. Y así todas las
mundo de los viejos atomistas, no menos que la infinitud de demás fuerzas. En sus Principios de la filosofía (1644) pre­
los átomos, la pluralidad de los mundos infinitos y la mor­ sentó un panorama completo de cómo explicarlo todo a base
talidad del alma corpora1. 6 Realizada la poda de entidades de materia y movimiento sin recurso a fuerza ni a principio
neoplatónicas, el mundo quedó reducido a un conjunto de alguno generador de movimiento. Sólo Dios creó al principio
una cantidad de materia indestructible (aunque divisible al
5. Dorothy STIMSON, "Hartlib, Haak and Oldenburg: Intelligencers",
(1940).
infinito, como exigen las magnitudes continuas de la geome­
6. Las Animadversiones in decimum librum Diogenis Lai!rtii se publicaron tría, ya que la materia no es sino extensión espacial pura y
en 1649 con un apéndice sobre Epicurií philosophiae syntagma (tratado sobre la simple) y creó asimismo una cantidad de movimiento fija e
filosofa de Epicuro), que creció notablemente hasta convertirse en el Syntagma
Philosophicum, publicado póstumamente en 1658. indestructible (aunque divisible entre diversos cuerpos según
148
LA MEDICINA MAGNÉTICA
ATOMOS y POLVO SIMPATICO 149

las leyes de impacto). Con eso basta para dar cuenta de todo
"sístole y diástole" como el de nuestro corazón, fuente de la
cuanto ocurre en la naturaleza. POl' supuesto, aparte de la luz, el calor y la vida.
materia extensa hay cosas espirituales inextensas que piensan: En cualquier caso, como decíamos, la guerra civil llevó
son Dios y nuestras almas racionales. El resto, incluidos los . a París a muchos ingleses que formaron con los franceses
animales, no son más que máquinas.
Gassendi, Mersenne, Descartes o Roberval una escuela
La claridad e inteligibilidad de esta filosofía atrajo y fasci­ informal en la que aprendieron los miembros del círculo de
nó a media Europa, hasta que Newton demostró que con ella Newcastle, formado en torno a William Cavendish, marqués
los planetas se paraban y que hacía falta el vacío y una fuerza de Newcastle y duque tras la Restauración, del que Hobbes
espiritual a distancia para mover el mundo; pero eso ocurriría había sido tutor y luego secretario. Participaban en dicho
casi medio siglo más tarde, en 1687, después del periodo que círculo Charles, hermano de William, la mujer de éste, Mar­
nos ocupa. Más que las explicaciones concretas de Descar­ garet Lucas, y muchos otros como John Pell, William Petty y
tes y compañía (imaginarias y novelescas, como señalaría el nuestro Kenelm Digby.7 El atomismo gassendista de William
mentado Newton), lo interesante era la eliminación epis­ Petty, por ejemplo, concebía a sus átomos como pequeños
temológica de las entidades y procesos misteriosos, pues imanes que los hacían rotar y girar como los planetas gra­
lo que se postulaba en el mundo microscópico (oculto por cias a dicha fuerza básica. Por su parte Digby adoptaba un
pequeño, no por mágico) eran choques y rebotes mecánicos atomismo menos mecánico que químico, pues sus partículas
tan claros y distintos como los martillazos del herrero o las eran más bien los mínima naturalia del aristotelismo ave­
voleas de los tenistas. Pero la claridad tenía un precio, pues rroísta, esto es, las partículas mínimas de los cuerpos que
es obvio para el sentido común cotidiano que el movimiento tienen sus mismas cualidades y propiedades químicas.
tiende a perderse continua y espontáneamente: los péndulos
El mecanicismo fue sustituyendo progresivamente al para­
se paran y las pelotas se detienen, lo que exige dar cuerda a
celsismo. Así, Robert Boyle, que empezó su carrera estudian­
los relojes y practicar el drive. Los choque inelásticos ahogan
do a Van Helmont, al que nunca dejó de apreciar, trató de dar
el movimiento que se pierde y no se recupera, por lo que
respetabilidad a la química explicando sus operaciones mecá­
sin principios que recluten y generen nuevo movimiento,
nicamente, procedimiento por el que creía poder llegar muy
este mundo sé pararía. De ahí que muchos mecanicistas
lejos, aunque no hasta la fuente misma de la actividad. Pero
(la mayoría) aceptasen en última instancia y no siempre de
no siendo un teórico (un"dogmático", como diría él), no afir­
manera explícita la existencia de ciertos cuerpos o substan­
maba explícitamente doctrinas generales, limitándose a reali­
cias activas, capaces de movilizar el resto de la materia bruta, zar experimentos que pusiesen de manifiesto las operaciones
inerte y pasiva. Se podía explicar mucho mecánicamente, mecánicas de la naturaleza, cosa que no siempre era posible.
pero no siempre se podía llegar hasta el final. Especialmente Ahora bien, como el antidogmatismo da en el escepticismo
en Inglaterra, el mecanicismo se vino a combinar con algún y éste, por paradójico que parezca, en la credulidad, vemos
que otro principio activo. Por ejemplo Thomas Hobbes, el con frecuencia que Boyle toma en serio las afirmaciones de
más materialista y mecanicista de la isla, consideraba que la
luz era una pulsación creada por el Sol mediante un latido, o 7. Véase el cap. VII de Robert Hugh KARGON, Atomism in England from
flanot to Newton (1966).
ATOMOS y POLVO SIMPATICO
151
150 LA MEDICINA MAGNÉTICA

alquimistas y paracelsianos sin llegar nunca a afirmar nada siderar el uso de un saco con polvo de sapo colgado al cuello
ni a negar nada tajantemente. 8 Así pues, el mecanicismo no contra la incontinencia de orina, remedio que muchos (inclui­
acabó del todo con el ocultismo, pues Boyle mismo atestigua do él mismo) usaron con éxito. Aunque a un médico amigo
el valor del musgo crecido en una calavera para detener las suyo le falló dos o tres veces, en otros casos tuvo éxito, por lo
hemorragias nasales, aunque no alude a motivos simpáticos, que no hay que desanimarse por los fracasosY Además Boyle
sino a ciertos efluvios que atraviesan los poros de la piel, 10 tenía preparada una explicación mecanicista para los fenóme­
que quizá pueda verse como un avance. Pero lo que resulta nos simpáticos, pues señalaba que no es improbable que las
un tanto inquietante es que su acción se ejerza a cierta dis­ estructuras corpusculares (texturas) de algunos cuerpos los
tancia, pues basta sostenerlo en la mano para que detenga la tornen aptos para interactuar con alguno de esos "efluvios
hemorragia. Yeso 10 sabe bien por experiencia propia, pues exóticos" emitidos por cuerpos desconocidos de debajo de la
un verano en que le sangraba a menudo la nariz, su hermana, tierra o procedentes de algún astro. Lo que llamamos simpatía
lady Ranelagh, buena conocedora de la iatroquímica, le envió y antipatía, señala, depende de la textura de los cuerpos entre
un poco de ese musgo de Irlanda donde ya sabemos que los que se da la amistad o enemistad.u
abundaba. Pues bien, nuestro mecanicista tomó un poco en Aunque se aleje un tanto del asunto médico que nos
la mano un día que sangraba y, antes de poder cerrar el puño ocupa, la siguiente actitud de Boyle hacia los fantasmas y las
para calentarlo, cesó la hemorragia.9 Dado que Boyle era un brujas puede darnos una idea de lo que las personas sobrias
virtuoso cristiano y no mentía, podemos estar seguros de que podían creer en medio de la Revolución científica. El 18 de
10 que cuenta es verdad, 10 cual muestra la escasa fiabilidad del septiembre de 1677, le escribía a Joseph Glanvill,B teólogo,
propagador de la nueva filosofía y miembro de la Royal
empirismo mondo y lirondo si no va acompañado y sustentado
Society, sobre la necesidad de hacer informes fidedignos
por cierta carga de teoría. IO Tanto es así, que su empirismo no
sobre historias de brujas,14 necesidad tanto más acuciante
dogmático no le obligaba a rechazar las medicinas magnéticas
por cuanto en aquellos días muchos eruditos tenían dichas
a pesar de sus fracasos; en efecto, "que a veces no tengan éxito
historias por sospechosas e incluso risibles. Tal vez muchas
no es causa suficiente para abandonar su uso", pues todas las
lo sean, condesciende Boyle, pero no todas, "pues conceder
medicinas unas veces funcionan y otras no. De manera que si
o negar que haya seres inteligentes que ordinariamente no
Boyle acepta cautelosamente las curas magnéticas, debemos
son visibles es muy importante para refutar o confirmar a los
estar preparados para cualquier cosa. Por ejemplo, para con­
ateos". De ahí que seleccionar buenas historias espiritistas
8. Tras su muerte a finales de 1691, Baruch Spinoza le escribía a Christiaan
11. Cf. El cap. XI de The Usefulness of Natural Philosophy, donde mencio­
Huygens el8 de enero de 1692 que le asombraba que, a pesar de tantos experi­
mentos, Boyle sólo concluyera lo que ya sabemos, que todo se hace mecánica­ na el ungüento armario, el polvo simpático y las autoridades de Van Helmont y
mente, a lo que Huygens respondió el 4 de febrero diciendo que Boyle carecía Francis Bacon entre otras.
12. Tracts Containing: 1. Suspicions about some Hídden Qualities of the
de la "aplicación" necesaria para sacar alguna ley de tantas experiencias. Véase
Christiaan HUYGENS, Oeuvres Completes (1889), vol. X: pp. 239, 263. Air... (1674-75), en The Works, vol. VIII, p. 135.
9. The Works of Robert Boyle, III: pp. 447-48 Y X: pp. 118,400. 13. Correspondence of Robert Boyle, vol. 4: pp. 455-457.
14. Glanvill había propuesto a la Royal Society elaborar una historia natural
10. Cf. Carlos SOLÍS, "Hechos y palabras. El control empirista de la
información "(2006). de los espíritus en A Blow at Modern Saducismus (1668).
152 LA MEDICINA MAGNÉTICA ATOMOS Y POLVO SIMPATICO 153

verdaderas sea "un buen servicio a la religión", ya que los mundo, sino de los espíritus sobrenaturalesY De ahí que el
ateos tratan de descalificar todas las historias como fruto de reconocimiento de esta clase de espíritus sea una excelente base
la ignorancia. Lo mismo puede decirse de las transmutaciones empírica para elevarse al espíritu sumo trascendente al mundo.
de que le informó una persona notable, el conde Karl Fer­ El teólogo neoplatónico Henry More se interesaba por el
dinand Waldstein, enviado por el emperador Leopoldo I a
Inglaterra tres meses antes. Esas transmutaciones habían sido
realizadas por un fraile delante del emperador, de nobles y de
químicos, siendo el informe de dichos testigos de tal calidad
que vale más que cientos de historias dudosas. 15
La defensa de los estudios espiritistas no es una mera anéc­
dota, sino que resulta importante por ser una reacción moder­
na e ilustrada contra la confusión hermética y neoplatónica
entre materia y espíritu, así como contra el uso de espíritus
naturales ad hoc para explicar los fenómenos.1 6 La influencia
cartesiana, con su separación tajante entre las cosas materiales
o extensas de la naturaleza y las cosas pensantes y espirituales
ajenas al mundo natural, inducía a pensar que toda explicación
científica debía ser materialista y mecánica, sin intervención de
espíritus ínsitos a la naturaleza, algo que los ingleses más pia­
dosos, como Newton, consideraban la antesala del ateísmo. De
ahí la insistencia en la presencia en la naturaleza de la acción
de los espíritus, pero no de los espíritus naturales del herme­
tismo que acaban reduciendo a Dios a una panteísta alma del
15. El fraile artista era Wenzel Seyler y entre los presentes estaban los con­
des Waldstcin y Franz Josef Lamberg y el famoso químico Joachim Becher. Cf. Grabado del libro de joseph Glanvill-Henry More, Saducismus

Lawrence M. PRINCIPE, The Aspiring Adept Robert Boyle & his Alchemical Triumphatus; or, Full and Plain Evidence Concerning Witches and

Quest (1998), apéndice 2, p. 296. Una buena parte de las "transmutaciones" de


Apparítions. The Fírst Treatíse of their Possibility. The Second of their

las que quedan restos materiales (medallas y similares) se debían a que había oro
entre los reactivos usados, no siempre de manera fraudulenta, pues la plata mal Real Existence (1681), donde se pueden ver demonios, brujas, aquelarres,

refinada solía presentar alguna parte de oro. levitaciones y abducciones, no menos que el tamborilero diabólico

16. El otro extremo del peligro de negar la distinción entre materia y espí­ de john Mompesson.

ritu, entre cuerpo y alma venía del radicalismo político. Richard Overton, uno
de los dirigentes del partido de los levellers, negaba en Mans Mortalitie (Ams­ 17. John WEBSTER, filósofo pirotécnico, defendía que los espíritus son natu­
terdam, 1643) la inmaterialidad e inmortalidad del alma, que no sería sino una rales y que las historias de brujería son producto del engaño y la melancolía, por
expresión del cuerpo con el que perece. Desencadenó innumerables respuestas, lo que pedía a la Royal Society, al contrario que Glanvill, que desacreditara la
como el segundo de los Two Treatises (1644) de Digby o el Antidote against demonología. Su libro Displaying ofSupposed Witchcraft (1677) se dirige contra
Atheism (1653) de Henry More. El asunto era entonces de gran importancia. Isaac Casaubon, Joseph Glanvill y Henry More.
154 LA MEDICINA MAGNÉTICA ATOMOS y POLVO SIMPATIeo 155

programa de Glanvill a fin de probar la existencia de Dios a dimientos de discusión racional y empírica que se empezaron
partir de las apariciones. Por ese piadoso motivo editó póstu­ a desarrollar entonces son los que nos han llevado a nuestros
mamente el libro inacabado de Glanvill, aumentándolo con sus conocimientos superiores, pues como decía Bernardo de
propias aportaciones, bajo el título Saducismus Triumphatus. Chartres, aunque pigmeos, estamos subidos sobre hombros
Un ejemplo de las historias de brujas que aparecen en el de gigantes, por lo que vemos más que los propios gigantes.
libro ayudará a calibrar qué cosas podían creer los intelectua­
les de la Royal Socíety, a la que pertenecían Glanvill y More,
al lado de las cuales el polvo simpático no parece nada del ÁTOMOS, VAPORES Y VITRIOLO ROMANO EN INGLATERRA
otro mundo. En 1661, la bruja Florence Newton (sin relación
con sir Isaac Newton) se acercó a la puerta de servicio de una Kenelm Digby fue el primer inglés que habló del polvo
casa y le pidió a la criada Mary Langdon que le diera una simpático en los Two Treatises, publicados en París en 1644,
pieza de buey, a lo que la fiel sirvienta se negó. A la semana, pero escritos durante el lustro anterior, tras haber conoci­
cuando Mary se encaminaba a por agua con un caldero en la do en la segunda mitad de los treinta a Hobbes, Gassendi
cabeza, Florence se lo tiró al suelo y, tras besarla, le dijo que y otros representantes de la nueva filosofía corpuscular. El
quería que fuesen amigas. Apenas transcurrido un mes, Mary capítulo 18 del primer tratado versa sobre las atracciones y
se puso malísima con ataques, vómitos y trances repentinos, las operaciones mágicas que intenta explicar mediante pro­
tan violentos que tres o cuatro hombres no eran capaces de cesos ordinarios e inteligibles, como la emisión de partículas
sujetarla. Arrestada e interrogada, Florence confesó que no invisibles o átomos (así llamados aunque fuesen infinitamen­
la había embrujado, sino tan sólo echado el mal de ojo. No te divisibles) que al circular pueden dar cuenta de lo que
explica la diferencia, pero se sugiere que para esto hacía falta el aparentemente es una acción a distancia. Pero, como ocurre
contacto físico y de ahí el beso. No eran cosa baladí los besos frecuentemente con sus compatriotas, sus explicaciones
de Florence, pues al cabo de un mes besó la mano de David mecánicas no son plenamente efectivas.
Jones que una noche hacía guardia en la prisión donde estaba Digby menciona como cosa similar el viejo ungüento
arrestada. Según la deposición judicial de la mujer de David, armario del que ya había dado cuenta Bacon en 1626 y el
éste llegó por la mañana con fuertes dolores en el brazo, lo que recién aparecido polvo simpático. 18 Digby no explica que se
atribuyó al beso y embrujamiento de la prisionera. Tras una trata de vitriolo romano y sólo da a entender que se aplica
semana de inquietud, el dolor pasó del brazo al corazón y a los a las vendas ensangrentadas y no al arma, por 10 que da por
quince días falleció. En realidad las brujas son espíritus malig­ supuesto que se conoce la composición y uso del medica­
nos vestidos con cuerpos materiales, como muy bien prueba mento. Asimismo, da a entender con claridad que él no ha
san Pablo en el caso del brujo de Chipre (Hechos, XIII: 10). preparado ni ensayado el producto, pues las cosas son como
Todo esto no era incompatible, sino todo lo contrario, con él cuenta «si los informes son ciertos" (p. 164). Negar las
la ilustración, el cartesianismo y la actitud experimentalista de curas, añade más abajo, es renunciar a la fe en los hombres,
la Royal Society. Aunque el contenido de estas creencias esté
18. Usado a mediados de los años cuarenta en la guerra civíl inglesa y algo
hoy tan superado como para antojársenos risible, los proce- antes en las guerras de Flandes y del Rosellón. Vid. infra, pp. 188-192.
ATOMOS y POLVO SIMPATICO 157
156 LA MEDICINA MAGNÉTICA

pues muchos observadores "prudentes y veraces" coinciden se los ponen a los pacientes sobre el cuerpo. Finalmente, en
en lo mismo, y todo ello "se remite a la autoridad de los tercer lugar, si los vapores atraídos se mezclan con otros, los
testimonios", entre los que cita la curación de las patas de las arrastran consigo, a la manera en que el aire de una sala succio­
vacas poniendo al aire el césped que han pisado o la irritación nado por la chimenea arrastra con él otros átomos de polvo u
de las ubres si se derrama la leche en el fuego. 19 olor que en él flotan. De ese modo, la sangre que retorna a su
Así pues, tras hablar de oídas del nuevo remedio, ofrece fuente, arrastra con ella átomos de polvo simpático.
Se trata de una explicación bienintencionada que intenta
una explicación más o menos inteligible de su modo de operar.
no recurrir a la magia y a la acción a distancia sin conseguir­
En primer lugar, todo cuerpo emite vapores, especialmente los
lo del todo. Aunque pretende explicar las interacciones a
calientes como la sangre o la leche. En segundo lugar, el calor
distancia como un efecto aparente que en realidad se debe
atrae, especialmente si el cuerpo caliente tiene "la naturaleza
al transporte de materia mediante "lluvias o corrientes de
de una fuente" de vapores del mismo tipo. Esto parece más
átomos", el motor de dicho viaje sigue siendo un tanto sim­
simpático que mecánico, pero antes (§ 7) había explicado la
pático y a distancia, pues no se explica de manera efectiva
atracción del aire de una estancia por parte del fuego de la cómo encuentran su diana los efluvios sanguíneos si no es
chimenea. Las llamas calientan el aire y lo expulsan por el tiro, por la simpatía entre la sangre extravenada y la corporal. Los
con lo que se succiona el aire frío circundante para ocupar su ejemplos y experiencias aportadas por Digby son casuales y
lugar. La explicación de la atracción del fuego es así mecánica, anecdóticos. Nunca se realizan ex profeso controlando los
aunque no muy efectiva en el caso de los problemas mencio­ factores relevantes, sino que son historietas traídas al caso
nados de las vacas o de la sangre de las vendas, pues no se ve de manera fortuita, por asociación libre. Pero eso es algo
muy bien por qué ésta se ve atraída por la herida original y no corriente en la época, en la que los casos aportados tienden a
por cualquiera otra fuente de calor. Por más que se conceda ser ilustraciones de lo dicho por motivos filosóficos o teóri­
que la inflamación de una herida emita vapores cálidos y tien­ cos y no elementos de juicio empíricos para probarlo.
da a crear un vacío para prevenir al cual acudan otros efluvios, Exceptuando en las ciencias matemáticas, en las que la
no está nada claro por qué no se succionan vapores próximos, geometría indica claramente qué factores tener en cuenta,
sino tan sólo los lejanos de la sangre del mismo sujeto. Lo en los demás campos las experiencias tienden a ser ejempli­
único que se nos dice (§ 8) es que los vapores se adhieren a los ficaciones vagas. Pero aún así, los matemáticos tampoco se
sólidos calientes (que atraen por esa especie de convección) tomaban el trabajo de explicar los detalles y los resultados
y secos (lo seco pega), aunque la adhesión es especialmente experimentales de sus ensayos, aunque los hicieran. Galileo
buena si los vapores y el sólido son de "naturaleza semejante". realizó experimentos precisos con planos inclinados y expu­
Los ejemplos no aclaran qué es la semejanza: los panes recién so en la primera jornada de sus Discorsi una gran cantidad de
hechos, las cebollas, los pichones y los conejos atraen las experiencias hechas por él, pero sólo ofrecía las conclusiones
infecciones del aire por su calor, razón por la cual los médicos y no le parecía adecuado presentar las tablas de los resultados
experimentales siempre aproximados. Lo mismo ocurría con
19. Casos que se repiten en el Discurso; véase más abajo. pp. 312-313 Y
305-308. los experimentos efectivos de hidrostática realizados por Pas­
158 LA MEDICINA MAGNETICA
ÁTOMOS Y POLVO SIMPÁTICO 159

cal. Aún se tardaría un tiempo en forjar el estilo experimental licas" de las partículas, aunque en la práctica debía recurrir a
preciso, en el que se extraen matemáticamente las consecuen­ conglomerados de ellas que presentaban ya (no se sabe muy
cias de las teorías en determinadas condiciones iniciales, se bien cómo) propiedades no estrictamente mecánicas, sino
producen éstas experimentalmente y se miden los resultados. específicas de los reactivos, sin las que no se puede trabajar
El primer ejemplo cabal y bien conocido del estilo experi­ en química. Para explicar el origen del movimiento en la
mental fue el escrito de Newton sobre la descomposición materia pasiva, recurría a unas partículas complejas con capa­
prismática de la luz blanca de febrero de 1672.20 cidad "seminal" u organizativa, susceptibles de dar cuenta de
En las ciencias naturales, como la química o la farmacia, las la generación, la cristalización y la actividad, cuya formación
cosas eran mucho más vagas, y aunque muy pronto se empe­ atribuía a Dios en la creación, pues la materia bruta es incapaz
zaría a usar la filosofía mecánico-corpuscular para poner cierto de organizarse: "el omnisapiente creador implantó un prin­
orden inteligible en los fenómenos conocidos (Digby fue un cipio plástico en ciertas parcelas de la materia"21 gracias a 10
pionero), la efectividad de las explicaciones aún era francamen­ cual continúa la actividad en el mundo. Desde los años 1650,
te pobre. En los años 1650 se reunían en Oxford los miembros Boyle empezó a desarrollar un estilo experimental minucioso
de un "club filosófico" dedicado a la experimentación, entre (y premioso) en el que los procedimientos y resultados expe­
los que estaban Robert Boyle, inventor del estilo experimenta­ rimentales apenas se veían entorpecidos por teorías, dogmas
lista, Robert Hooke, descubridor de la ley de Hooke y demos­ o "anticipaciones de la naturaleza".
trador de la llamada ley de Boyle, Christopher Wren, mate­ Ciñéndonos de momento a Inglaterra, en los tres lustros
mático y arquitecto de la catedral de San Pablo, John Wilkins, que median entre la publicación de los Two Treatises (1644) y
John Wallis, Thomas Willis y otros que formarían el núcleo de la del Discurso sobre el polvo simpático (1658) pasaron muchas
la Royal Society tras la Restauración monárquica. Pues bien, cosas, entre ellas la aparición de dos aportaciones notables
por ejemplo, Willis escribió unos excelentes tratados sobre la sobre el polvo, una debida a Walter Charleton (1650) y otra,
fiebre y la orina, Diatribae duae medico-phílosophicae (1659), a Nathaniel Highmore (1651); pero lo más importante es que
en los que trataba de llegar lo más lejos posible con explica­ para 1649 Digby ya había decidido convertirse en el introduc­
ciones en términos de la forma y tamaño de los átomos, pero tor del polvo en Europa y en el primer ensayador de su efica­
resultaban demasiado especulativas e ineficaces, por lo que se cia. Veamos primero los trabajos de Charleton y Highmore.
veía obligado a utilizar partículas no mecánicas sino químicas Walter Charleton, nombrado médico de Carlos I en 1643
de la tradición helmontiana como la sal, el azufre, el mercurio cuando tenía sólo 23 años, era uno de los estudiosos del círculo
y el agua, porque consideraba que sus propiedades específicas de Newcastle interesado por el atomismo y la nueva filosofía
podrían reducirse eventualmente a las propiedades geométri­ mecánica francesa. Como médico, había recibido la influencia
cas de forma y tamaño. También Robert Boyle trataba de ir de Paracelso y de Van Helmont, tres de cuyos escritos (entre
lo más lejos posible con las propiedades mecánicas o "cató­ ellos el De magnetica vulnerum curatione) tradujo en 1650
20. "A New Theory about Light and Colours", leída en la Royal Societ]
21. Véase Usefulness of Natural Philosophy 1 (1663), ensayo IV, en The
el 8 de febrero de 1672 y publicada en las Philosophical Transactions, 80 (19 de Works of Robert Boyle (1999), vol. 3, pp. 245 Y SS., 254, 259; , , : CLERI­
febrero de 1672): pp. 3075-3087.
CUZIO (2000), cap. IV sobre "La filosofía corpuscular de Bo Te~/{\Y~~~i'()'

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160 LA MEDICINA MAGNÉTICA ÁTOMOS Y POLVO SIMPÁTICO 161

bajo el título A Ternary of Paradoxes. La traducción es un


tanto libre y, aunque en la introducción ("pro lego mena") se
muestra partidario de la filosofía paracelsiana, introduce aquí
y allá en el texto de Van Hclmont expresiones atomistas de su
cosecha. Por ejemplo, cuando Van Helmont habla de que el
hombre posee un imán que "en tiempo de peste absorbe el
veneno de las personas contaminadas", Charleton traduce
que lo que absorbe son «los átomos pestilentes que exhalan
los infectados" .22 Cuando más adelante Van Helmont habla
del magnetismo ordinario, Charleton no pierde ocasión de
añadir que el fenómeno se debe a una emisión de átomos
C<

magnéticos".23 Así pues, en este momento Charleton es uno


de esos atomistas emergentes que no son en absoluto mecani­
cistas, sino que expresan con átomos las doctrinas herméticas
usuales. En otro opúsculo publicado el mismo año, Spiri­
tus Gorgonicus, Charleton se muestra como un alquimista
estándar. En la introducción de A Ternary, se utilizan áto­
mos, pero están movidos por principios activos inmateriales
y acciones a distancia, "pues en el infinito Almacén de la
Naturaleza hay diversos Agentes que no se ven constreñidos
a las romas condiciones del Contacto Corporal inmediato,
sino que están dotados de una rica actividad Influyente o
Radiante", ejercida mediante «Emisiones imperceptibles que
fluyen en una sarta de Átomos semi-inmateriales".24 En el
caso del polvo simpático, la acción a distancia se mitiga un
tanto mediante «una corriente sutil de átomos de momia"
Jlllkr,¡ (;'1. }'ld1 li'ulp,f,r¡:r
lile "",~, fII dJi !dJl'I:~'. Au',,1' )/11." .• capaces de transportar consigo las partículas balsámicas del
(él'p<t,¡' Jlk~ .1¡U7 {!Onr. dL:ph'l'fo' medicamento hasta la herida, pero el viaje de la momia de
lit" lic r·J I :;A{r lid' ,§. JíUlUS' lt fII U
la sangre extravenada hasta la herida de que manó se explica

22. Ortus, p. 756 Y A Ternary, p. 22.


23. Ortus, p. 762 Y A Ternary, pp. 41 Y ss.
Walter Charleton (1620-1707) médico paracelsiano y luego epicureísta. 24. A Ternary, prolegomena, § 21 (pp. 12 Y 13, aunque no está paginado).
Grabado de P. Lombart en 1657, cuando escribió The Immortality Cita en su apoyo el cap. 6 sobre Pan del De sapientia veterum de Francis
of the Human Soul. Bacon.
162 LA MEDICINA MAGNÉTICA ÁTOMOS Y POLVO SIMPÁTICO 163

por un principio simpático que se ofrece en latín para impre­ La segunda de las pruebas es la famosa cura del escritor
sionar más: «Principium Actionis Sympatheticae, est Facultas James Howell realizada por Digby y que éste relata en el Dis­
influentiis affinis, agens per irradiationem in objectum sibi curso (más abajo, pp. 231-237). En la introducción de Charle­
appropriatum. "25 U na vez transportado hasta la herida, el ton (fechada el2 de noviembre de 1649), se cita por vez pri­
vitriolo neutraliza la acidez putrefactora, pues como enseña la mera a Kenelm Digby, "la flor más selecta de nuestro jardín",
filosofía pirotécnica, todo ácido es neutralizado por un álcali, como quien ha experimentado y explicado la acción curativa
y aunque el vitriolo no sea exactamente una sal alcalina, posee del polvo simpático. También es la primera vez que se informa
una "fuerza balsámica o mómica incomparable", como muy de que sir Gilbert Talbot había usado el polvo simpático en
bien descubrió Van Helmont. la campaña del oeste, durante la guerra civil (1645).26 Digby
La explicación tiene partes más ocultas (la transmisión no había escrito aún nada al respecto y, como señala Charle­
simpática de la momia) y más manifiestas (la acción química ton, la comunicación fue personal y se produjo "poco antes
por contacto del vitriolo). Las pruebas de la acción curativa de su último exilio". Digby fue exiliado el 30 de julio de 1643,
aparecen, sin embargo, como algo contundente. Aparte de las pero volvió a Inglaterra en la primavera de 1649, antes de ser
historias tradicionales (al menos desde el tratado de Van Hel­ proscrito el 31 de agosto de ese año, fecha a la que probable­
mont) sobre la quemadura de las tetas de las vacas cuando se mente alude Charleton y que daría a Digby tiempo de ente­
derrama su leche sobre el fuego, Charleton ofrece dos prue­ rarse de las curas realizadas por Talbot y de inspirarse en ellas,
bas que a sus lectores debieron de parecer sólidas. La prime­ ya que en 1644 aún no pretendía haber preparado ni utilizado
ra, relativa a una de las curaciones realizadas por él mismo, el polvo. Así pues, Kenelm Digby le había dicho a Charle­
resulta impresionante. Discutiendo al acaso con un teólogo ton hacia mediados del año 1649 que había curado a Howell
que atribuía al diablo la cura simpática, Charleton propuso "pocos años" antes, digamos, a principios de los cuarenta.
un ensayo clínico simplemente ciego. Se le suministró al teó­ La narración de Charleton difiere algo de la de Digby, pues
logo un poco de polvo y una venda manchada con la sangre señala que la curación se produjo "no hace muchos años",
de un caballero recién herido y aún no curado por cirujano mientras que en el Discurso se retrotrae a un cuarto de siglo
alguno, instruyéndole acerca de cómo usar la medicina, ope­ antes (1624). La novedad del caso de Howell es el doble expe­
raciones que realizó sin que lo supiera el paciente, a la vez rimento positivo y negativo que entraña. Primero se aplica el
que rechazaba tajantemente cualquier pacto con Satán. A las polvo sin saberlo el sujeto, con lo que se produce la mejoría, y
pocas horas, el herido inadvertido observó cómo la sangre luego se retira el remedio y se hacen retornar los dolores. Para
retornaba a los cauces habituales, mientras que los labios de ello, según la versión comunicada a Charleton, se metió la
su gran herida se sellaban. El teólogo se convirtió, diciendo venda en vinagre, mientras que en el Discurso se puso simple­
en latín para mayor solemnidad: ce creo sin sombra de duda mente a secar, cabe en fuego. Con todo, lo más sorprendente
que la presente curación magnética se ha realizado por causas es la omisión en la relación de Charleton de dos de los testigos
naturales, aunque para nosotros ignotas" (§ 9). mencionados en el Discurso: el buen rey Jacobo I y el duque

25. "El principio de la acción simpática es la facultad de influencia afín que 26. Talbot comenzó a experimentar con el polvo cuando estuvo en Venecia,
actúa por irradiación sobre el objeto apropiado" (§ 26). entre febrero de 1635 y febrero de 1639. Véase más abajo, p. 190.
ÁTOMOS Y POLVO SIMPÁTICO 165
164 LA MEDICINA MAGNÉTICA

de Buckingham, lo que no es de extrañar pues habían muerto La explicación requiere nueve leyes: (1) que toda acción se
en 1625 y 1628 respectivamente, mucho antes de los años realiza mediante átomos con formas y movimientos diversos,
cuarenta en los que Talbot usó el polvo en Inglaterra y en los pero sin cualidades que no son más que especulaciones (notio­
que, según Charleton, se produjo la cura de Howell. Como el nal); (2) que todo cuerpo emite efluvios de átomos que viajan
buen vino, la historia mejoró con el tiempo. hasta toparse con otro cuerpo de naturaleza emparentada
En 1649, año en que Charleton escribió su libro, Gas­ (que se caracteriza en la ley 5), como los efluvios del imán
sendi publicó su Philosophiae Epicuri Syntagma y Carlos I que dice haber observado mediante lentes. Otros ejemplos de
perdió la cabeza. Entonces los participantes del círculo esos efluvios son los que permiten a los perros seguir la pista
de Newcastle que habían estado en París durante la guerra o los que exhalamos durante la noche;27 (3) que los átomos
empezaron a retornar a la patria, trasladando allí la campaña pueden ser de tres tamaños: grandes y perceptibles como el
anti-hermética de los Gassendi y Mersenne apoyada en los vapor o la bruma, medios, pero no tan pequeños como para
descubrimientos de Casaubon y en la filosofía mecánico-cor­ que no los detengan los obstáculos, como los del frío, el calor,
puscular. Como consecuencia, en los años cincuenta muchos el color, o el olor, y finalmente otrOS tan diminutos y sutiles
ingleses adoptaron posiciones mecánicas: en 1652, Isaac que atraviesan los poros de cualquier cuerpo y no se detectan
Barrow y Walter Charleton, al menos para el mundo físico; sino por sus efectos, como los átomos magnéticos o los de la
luego Robert Boyle, tras instalarse en Oxford a la vuelta de peste; (4) que la inercia es una tendencia natural de los cuer­
Irlanda, y más tarde Henry More, quien para 1659 combina­ pos al reposo, lo que explica que tiendan a unirse;28 (5) que los
ba a Descartes con el neoplatonismo. Un año después de A átomos tienen formas que encajan con las de ciertos poros, lo
Temary, el médico Nathaniel Highmore publicó la primera que constituye el parentesco (cognation); (6) que la tendencia
explicación mecánica completa de la acción del polvo sim­ al reposo sólo se satisface en los lugares emparentados; (7) que
pático en un apéndice a su The History of generation (1651), los átomos se mueven a esos lugares naturales para ellos sea
titulado" A Discourse of the Cure of Wounds by Sympathy, cual sea la distancia, siendo expulsados de todos los demás
or, Without any real application of medicines to the part cuerpos por los átomos emparentados con esos cuerpos; (8)
affected; but especially by that Powder known by the name que la resistencia al movimiento disminuye con la distancia
of Sir GILBERT TALBOTS POWDER". En su tratado sobre la a los lugares emparentados con poros semejantes, siendo la
generación, Highmore dedicaba los capítulos 2 y 3 a exponer
27. Santorio SANTORIO, De medicina statica libri octo (1615), tenía una ba­
y criticar las ideas sobre el particular expresadas por Digby en lanza con un platillo tan grande como para contener una silla en la que se sentaba
Two treatises. A continuación intentaba explicar el desarrollo para medir su peso antes y después de comer, de evacuar y de otras actividades.
Gracias a ello descubrió que lo excretado era menos de la mitad de lo ingerido,
orgánico mediante procesos químicos corpusculares, aunque por lo que se exhalaba de forma imperceptible más de un kilogramo al día.
para la generación propiamente dicha tuviera que sacar de 28. La concepción de la inercia como tendencia al reposo era la usual antes
la manga agentes formantes o principios seminales, pues no de Galileo, aunque no se formuló claramente como tendencia a preservar en
su estado hasta Descartes, cuya segunda ley de la naturaleza señala que "todo
parece poderse producir por la mera suma de átomos. Fren­ cuerpo que se mueve tiende a continuar su movimiento en línea recta" Los prin­
te a ello, la explicación de la cura magnética es plenamente cipios de la filosofía (1644), II, 39. La formulación clásica no se produjo hasta los
mecánica, dando por supuesto el movimiento de los átomos. Principia de Newton (1687).
166
LA MEDICINA MAGNÉTICA
ÁTOMOS Y POLVO SIMPÁTICO 167

presión o resistencia creciente en la dirección contraria al


Una vez transponado a la herida a lomos de los átomos
lugar emparentado, con lo que aceleran al aproximarse a él, de sangre, el vitriolo ejerce su efecto por contacto de modo
y (9) que los átomos viajeros pueden arrastrar consigo otros mucho más eficaz que si se aplicase directamente a la herida,
que se les suben al lomo.
ya que al estar en forma de efluvio es más sutil y penetrante,
Highmore deja que el lector entienda que los átomos de alcanzando los rincones más recónditos de la zona dañada.
sangre se pueden dirigir con estas leyes al lugar en que mejor Por otro lado, la acción de la sal (el vitriolo) se explica en tér­
encajan transponando con ellos el bálsamo simpático. La minos iatroquímicos usuales: suelta y diluye las partes fluidas
explicación de la manera de operar del polvo simpático se que obstruyen los poros causando inflamación y dolor, a la
sigue fácilmente de estas leyes, si concedemos que en general vez que la contracción de los poros permite que se unan las
las explicaciones mecanicistas pretenden ofrecer un escenario panes sólidas cerrando la herida.
en el que resulte plausible considerar que los fenómenos se Aunque la explicación de Highmore es mecanicistamente
puedan generar así, más bien que pretender asegurar que consistente, resulta puramente teórica y no apona pruebas
las cosas sean así realmente. En medio de la ignorancia más experimentales ni de las operaciones mecánicas ni de los
envolvente acerca de las operaciones de la física, la química resultados médicos. Sólo menciona dos casos ajenos, uno
y la biología, el mecanicismo pretendería ofrecer un tipo de comunicado por "un informante muy creíble" y el otro, el
salida comprensible y controlable de manera experimental; de Digby y James Howell que parece tomar de Charleton (al
pero no necesariamente la explicación real. De la misma menos incluye el detalle del vinagre que sólo aparece en la
manera que Platón, cuando se enfrentaba a un problema narración de Charleton). Es curioso señalar que Howellleyó
irresoluble en su tiempo, ofrecía un mito inventado, diciendo con atención este Discurso de Highmore, pues en una carta
que si el interlocutor tenía una explicación mejor sería bien a T. Harris 31 lo comenta con cierto detalle y con expresiones
a
recibida (Timeo, 54 ), Descanes pretendía que su construc­ tomadas de él al pie de la letra (las cualidades de los cuerpos,
ción mecanicista del mundo era una fábula, pero una fábula dice, son notional). Sin embargo no dice nada de su presunta
bien pensada y plausible,29 mientras que Boyle consideraba participación en la cura simpática para celebrarla, lo que no
siempre sus explicaciones como una posibilidad que nunca dejaría de ser extraño si fuese cierta. Sólo si fuese una inven­
afirmaba dogmáticamente, recurriendo frecuentemente a dos ción de su amigo Digby parecería tener sentido callar para
o tres distintas igualmente dignas de consideración. 30 no dejarlo en evidencia e insultarlo gravemente tildándolo de
mentiroso.
29. Véanse Los principios de la filosofía, III, §§ 44-47: "No deseo afirmar La moda mecánico-corpuscular y anti-hermética afectó de
que las causas que propongo sean verdaderas; es más, he de suponer que son fal­
sas algunas causas que creo". Tras ofrecer sus suposiciones básicas acerca de una manera distinta a Walter Charleton, quien en 1652 publicó
materia universal con una cantidad total de movimiento que se conserva (§ 46), una obra titulada The Darkness of Atheism dispelled by the
señala en el siguiente apartado que "la falsedad de estas suposiciones no impide Light of Nature en la que atacaba los principios activos a
que lo deducido de ello sea verdadero". Los hechos a explicar son ciertos, pero
las explicaciones son sólo plausibles e inteligibles. favor de lo átomos y la mecánica, por más que en los proce­
30. Véase por ejemplo su explicación de la causa del "resorte" (elasticidad)
del aire en el cap. 3 de BOYLE (1985). 31. La última (sin fecha) del vol. IV de sus Epistolae Ho-Elianae, publicado
en 1655.
ÁTOMOS Y POLVO SIMPÁTICO 169
168 LA MEDICINA MAGNÉTICA

sos biológicos siguiera recurriendo al Spiritus mundi. Enton­ no es razón para rechazar el efecto, tal y como ocurría en
ces apeó del trono a Paracelso y Van Helmont, poniendo en el caso de la antipatía entre lobo y cordero. De modo que
su lugar a William Harvey, William Gilbert, Galileo, Gassen­ cuando afirma que para las curas positivas basta con una dieta
di y Descartes. Pero la conversión plena se produjo dos años sana y la limpieza diaria de la herida con orina, cuya sal es
más tarde en la Physiologia Epicuro-Gassendo-Charletoniana astringente, no sabemos si lo dice porque lo ha ensayado o
(1654), en la que adaptaba al inglés las Animadversiones sencillamente para explicar que a veces el polvo tenga éxito.
in decimum librum Diogenis Laertii (1649) de Gassendi No obstante, en "The Authors Retractation" (pp. 381 Y ss.)
y rechazaba las acciones a distancia. El plan, no obstante, se disculpa por haber defendido la cura magnética, señalan­
no era tanto negar las cualidades ocultas cuanto explicarlas do que desde 1650 ha hecho "frecuentes experimentos de la
mecánicamente. En el capítulo XV del libro III, titulado completa ineficacia del ungüento armario y el polvo simpá­
"The occult qualities made manifest" recurre a tres principios tico en heridas tanto superficiales como graves". Desgracia­
filosóficos: que todo efecto tiene una causa, que toda causa damente no especifica cuáles fueron esos experimentos, con
actúa por el movimiento y que no hay acciones a distancia. lo que nos deja tan perplejos como cuando en 1649 decía que
Pero no se niegan los efectos mágicos, como que el sonido de contaba con indudables experimentos positivos. Tampoco
un tambor hecho con las tripas de un lobo acalle al fabricado nos dice cómo separa la acción del polvo de la de la mera
con las de un cordero, dada la antipatía entre esos animales,32 limpieza con orina, dado que acompaña al tratamiento con
sino que se explican mediante efluvios de partículas. Pero se el polvo. En cualquier caso, no se retracta de la historia que
niega a hacer tal cosa en el caso de la cura magnética pretex­ nos había contado acerca de su experimento con el teólo­
tando el carácter imaginario de la conexión entre la sangre y go ni echa por tierra la de Digby, lo que sería francamente
la herida a través del anima mundi. Como el argumento no es inelegante tratándose de un caballero y claramente peligroso
demasiado sólido teóricamente, dado lo que acepta en otros dada su afición a los duelos. Por todo ello, las razones de su
casos de reducción de cualidades ocultas a base de imaginar retractación se muestran tan verbales y librescas como las de
hipotéticos fluidos atómicos circulantes, parecería que las su adhesión anterior.
razones del rechazo deberían ser más bien empíricas. La siguiente aportación al asunto del polvo simpático en
En efecto, Charleton usa un argumento estadístico, por Inglaterra fue el Discurso de Digby de 1658 incluido más
así decir, cuando señala que aunque las noticias de estas curas abajo, lo que nos eximirá de ser prolijos. El éxito del libro fue
sean innumerables, otras muchas resultan fabulosas, y si se mayor que el de sus antecesores y sucesores, pues dio lugar a
sumasen los éxitos y los fracasos (cosa que él no hace), éstos una obra colectiva presidida por él, el Theatrum Sympathe­
serían más que aquéllos. Como eso no prueba que no se pro­ ticum de 1660 (y ediciones posteriores en 1661, 1662, 1665 ...
duzca la cura en algunos casos, el sesgo teórico es manifiesto. hasta el siglo XVIII), en la que Laurent Strauss le dirigía una
En efecto, aunque los casos positivos fuesen más numerosos, carta laudatoria celebrándolo como el campeón de la explica­
señala, eso no entrañaría una causa magnética. Aun así, ello ción racional: "Pero tú no recurres aquí al alma del Mundo ni
al Magno Magnate ni al espíritu astral o a causas ocultas, sino
32. Este efecto es mencionado por Descartes en el Compendium musicae
(1618). que ofreces causas manifiestas que expones con elegancia"
170 LA MEDICINA MAGNÉTICA ÁTOMOS Y POLVO SIMPÁTICO 171

(p. 136). En efecto, Digby recurre a los efluvios atómicos a la reyes de Inglaterra. Nadie, que yo sepa, puso nunca en duda
manera de Highmore, al que no cita, exponiendo siete leyes por escrito ambas pretensiones, asunto del que nos ocupare­
o principios de la naturaleza, aunque mucho menos claros mos a continuación.
mecánicamente y mucho más pintorescos y ricos en anécdo­
tas y ejemplos curiosos. Como en el caso de Highmore, los
átomos del vitriolo se ven transportados a la herida a lomos
de los átomos de sangre, pero ésta no se mueve de manera tan
claramente mecánica, como en Highmore. La explicación del
vuelo de los átomos de sangre a su fuente en la herida sigue
siendo un tanto misteriosa. Se atribuye al calor, como en los
Two Treatises, añadiendo que si el cuerpo caliente es seme­
jante (en peso, densidad o forma) a los átomos volatilizados,
entonces la atracción es mayor. Aunque la intención pueda
parecer mecánica, los ejemplos aducidos como prueba no lo
son, pues no está nada claro por qué para extraer el veneno
inyectado en la sangre por la mordedura de un escorpión o
una víbora hay que mantener sobre la herida un escorpión
o una cabeza de víbora aplastada (ambos fríos), "medio por
el cual el veneno que avanzaba para alcanzar el corazón, se
vuelve hacia atrás y retorna a su fuente principal donde hay
mayor cantidad». En consecuencia, el retorno de la sangre
a la herida distante original y no a otras halladas de camino
sigue siendo simpática, un caso de atracción de lo semejante
por la fuente original, especialmente cuando se dice que el
vitriolo es un imán o incluso una corporificación del espíri­
tu universal que anima y perfecciona el mundo sublunar. A
pesar de ello, la cantidad de ejemplos traídos a colación de
los principios explicativos son tan peregrinos y maravillosos
que se explica que este tratado de Kenelm Digby eclipsara a
todos los demás que habían tratado el tema, especialmente
dado que ahora Digby se atribuía la introducción del polvo Frontispicio de la edición alemana del Discurso de Digby, Eroffnung
en Inglaterra a principios de los años veinte, antes incluso de unterschiedlicher Heimlichkeiten der Natur, traducido por M. H. Hupka,
que Bacon publicara nada en la Sylva, y ponía por testigo de Frankfurt: Balthasar Christoph Wusten, 1660.
su maravillosa cura de James Howell nada menos que a dos
5. IMPOSTURAS SIMPÁTICAS

En su Discurso sobre el polvo simpático, pronunciado en


Montpellier en 1657 y publicado al año siguiente, sir Kenelm
Digby recabó para sí el honor de haber introducido en Euro­
pa dicho remedio gracias a las confidencias que un carmelita
venido del lejano Oriente le habría hecho en Florencia unos
treinta y seis años antes, hacia 1621. Esa fecha es muy ante­
rior a las demás menciones del polvo simpático que conoce­
mos, todas las cuales son posteriores a 1638.
De este modo, sir Kenelm se aseguraba la primacía en
el conocimiento de las medicinas magnéticas en Inglaterra,
donde Robert Fludd y Francis Bacon habían escrito sobre
el viejo ungüento armario en 1623 y 1626 respectivamente, y
empataba con el tratado sobre el ungüento de Van Helmont
de 1621. También recabó para sí el mérito de haber efectuado
la primera gran cura ante testigos incuestionables. En efecto,
antes del otoño de 1621,1 habría tratado con asombroso éxito
las graves heridas del famoso escritor James Howell, que aún
seguía vivo, bajo el control del rey Jacobo I, de su hijo el
futuro Carlos I y del duque de Buckingham, todos ellos ya
difuntos para entonces.
Con todo, como veremos en lo que sigue, tales afirmacio­
nes resultan dudosas por no decir patentemente falsas, lo que
puede achacarse a diversos factores. El primero es el amor de

1. Véase más abajo, pp. 197 Y SS., la discusión de la posible fecha.

173
174 LA MEDICINA MAGNÉTICA IMPOSTURAS SIMPÁTICAS 175

la época por las historias maravillosas y una cierta tolerancia amigo de Elias Ashmole, anticuario, coleccionista, alquimis­
hacia el embellecimiento y exageración de los hechos que, ta, astrólogo y experimentalista, que fue nombrado miembro
aunque no fuesen estrictamente ciertos en los detalles, bien de la Royal Society quince días después de Digby. Lilly escri­
pudieran haber ocurrido así, dado el general consenso acerca bió para él una biografía, History of My Life and Times,2 en
de su producción. En segundo lugar, no cabe duda de que la que dedicaba un apartado al astrólogo y espiritista John
nuestro hombre era un conversador incansable y ameno, Evans. Según nos cuenta, a principios de 1633 Kenelm y
dotado de inmensa labia, que tendía a hablar más de la cuenta lord Bothwell expresaron a Evans su deseo de que les mos­
y a adornar cuanto narraba. En tercer lugar, en áreas como la trase un espíritu. Iniciada la sesión, se pusieron en círculo y
medicina, la farmacia y las historias naturales en general, no tras unas invocaciones, he aquí que Evans se vio abducido
existía un cuerpo de doctrina capaz de dictar qué era posi­ de la habitación y depositado en un descampado cerca del
ble y qué no. Todo lo contrario de las ciencias matemáticas, T ámesis a cosa de una legua de allí. Kenelm y lord Bothwell
como la astronomía, la estática e hidrostática, la mecánica o se cansaron de esperar y se fueron a casa, pero volvieron al
la óptica geométrica, en las que los datos manejados por las día siguiente para enterarse de qué había pasado con Evans,
teorías eran resultado de mediciones fáciles de controlar. En quien les explicó que los espíritus se habían sentido vejados
la filosofía natural, en cambio, donde la complejidad de la porque no había hecho fumigaciones bastantes, lo que les irri­
realidad estudiada sobrepasaba ampliamente a la capacidad tó sobremanera. Dado que Digby y Bothwell eran personajes
explicativa de las teorías, los criterios para aceptar o no la notorios en Londres y que según estimamos no hay espíritus
plausibilidad de algo eran más filosóficos e ideológicos que sueltos, resulta extraño que estos ocultistas inventasen una
estrictamente científicos. De ahí que las obras médicas, como historia espuria fácil de contrastar con los testigos. Pero en
las de Van Helmont, por no hablar de las de los químicos o estos terrenos era más importante asombrar que aburrir con
alquimistas, estén llenas de exageraciones y alardes más pro­ la gris realidad, y no parece que Evans previese que Digby y
pios de las tertulias de cazadores que de la supuesta sobrie­ lord Bothwell fuesen a sentirse molestos por verse incluidos
dad de la ciencia. En cualquier caso, ya tuvimos ocasión de en esta historia imposible.
mencionar algunas de las cosas a las que prestaban atención Por otro lado, sobran testimonios sobre el gusto de Digby
lumbreras de la ciencia moderna como Bacon o Boyle y que y sus contemporáneos por las historias increíbles, más apre­
hoy se nos antojan estrambóticas. ciadas que la plana realidad. Por ejemplo, hacia las navidades
Un ejemplo de la tolerancia con las historias fantásticas de 1649, lady Ann Fanshawe se encontró en Calais con el
atribuidas con desparpajo a contemporáneos que hubieran conde de Strafford y con sir Kenelm, quienes junto con
podido desmentirlas nos lo ofrece el propio Digby. William otros compatriotas que volvían a casa, fueron invitados a
Lilly era un astrólogo profesional muy capaz, pues hubo cenar en el castillo por el gobernador de la plaza. La conver­
de testificar ante el Parlamento por haber predicho ade­ sación en torno a la mesa fue animada, gracias sobre todo a
cuadamente la peste y el posterior incendio de Londres de
2. Se publicó póstumamentc en 1715, siendo reimpresa en Londres por
1665-1666. La astrología se había convertido en una disci­ Charles Baldwin en 1822 y publicada recientemente por Kessinger Publishing
plina respetable y utilizada desde la guerra civil. Lilly era (Whitefield, MT), 2004.
176 LA MEDICINA MAGNÉTICA IMPOSTURAS SIMPÁTICAS 177

Digby que contó muchas historias extraordinarias a las que del siglo XVI. Después de Digby la historia fue examinada más
era tan aficionado. Como cuenta lady Ann: "La conversa­ concienzudamente por Robert Moray para la Royal Society,
ción fue excelente, pero como era de esperar, la mayor parte publicando una relación en las Philosophical Transactions,
recayó sobre sir Kenelm Digby quien exageró las historias n.O 137 (1677/1678), página 925. La consigna de la Sociedad
extraordinarias un tanto más allá de lo plausible, todas las era "nullius in verba", esto es, no nos fiamos de la palabra de
cuales fueron recibidas con gran aplauso y admiración por nadie, con lo que querían dar a entender que lo comprobaban
los franceses que se hallaban a la mesa. Pero la última de ellas todo experimentalmente. Pues bien, el bueno de sir Robert,
era que las barnaclas, un ave de Jersey, tenían inicialmente el uno de los fundadores de la Royal, viajó a la lejana Escocia
aspecto de un marisco y que, adhiriéndose luego a un trozo y en Vist, en las Hébridas Occidentales, estudió el enigma y
de madera vieja, terminaban convirtiéndose en un ave. Tras examinó algunos percebes fijados a un tronco "del que pare­
considerar un rato la cuestión, rompieron unánimemente a cían sacar la substancia necesaria para el desarrollo de la con­
reír, creyendo que ello era completamente falso, aunque a cha y del pequeño pájaro que albergaban". Disecó algunas
decir verdad fue lo único verdadero de cuanto les contó. Esa conchas y en todas ellas "hallé un ave marina perfecta, con el
era su enfermedad, siendo por otro lado una persona de exce­ pico como el de un ganso, los ojos marcados, el cuello, pecho,
lentes prendas y un caballero de muy buena cuna".3 alas, cola y patas formadas, las plumas en todas partes per­
La historia "verdadera" de la que se rieron los franceses es fectamente formadas y de color negruzco, y las patas como
la vieja historia de las barnaclas (Branta bernicla), un ganso las de las demás aves marinas, si no recuerdo mal". Aunque
que hiberna en Irlanda, las costas del canal de la Mancha, los no vio ningún ave viva, algunas personas de crédito le dijeron
Países Bajos y Dinamarca, aunque cría lejos, en Spitzberg, que habían visto algunas de esas aves del tamaño de un puño.
en el nordeste de Groenlandia o en el norte de Rusia. Tal N ullius in verba.
vez por ello, según una vieja leyenda recogida por Giraldus Los contemporáneos de Digby, amigos o enemigos,
Cambrensis en el siglo XII, se pensaba que ni se apareaban tendían a tomar sus narraciones con cierto distanciamiento
ni ponían huevos, sino que se reproducían a partir de los complaciente. John Evelyn, con quien compartía aficiones
percebes que crecen en los troncos de arribazón, pues con químicas, lo visitó en París el 7 de noviembre de 1651,4 man­
buena voluntad se parecen a los largos cuellos y los picos de teniendo con él grandes conversaciones e intercambiando
los gansos. La leyenda era bien recibida por quienes deseaban recetas. Evelyn le enseñó un método para obtener aceite de
comer ganso en cuaresma pretextando que era pescado. El vitriolo (ácido sulfúrico) a lo que Digby correspondió dán­
naturalista Alberto Magno dijo haber observado el aparea­ dole un polvo alquímico para fijar el mercurio que dijo haber
miento e incubación de los huevos para atacar el fundamen­ probado ante el finado Carlos I, así como un agua de lluvia
to de la excusa, pero una buena historia vale más que una del equinoccio de otoño muy buena para disolver el oro.
verdad vulgar y la invención continuó apareciendo en las En realidad olía a vitriolo y sabía a agua fuerte. La verdad,
historias naturales, como la de Konrad Gesner a mediados comentaba Evelyn, es que Digby es "un bocazas empeder­

3. Memoirs o[ Lady Ann Fanshawe (1830), pp. 83 Y ss. 4. Diary, IlI, 48.
IMPOSTURAS SIMPÁTICAS 179
178 LA MEDICINA MAGNÉTICA

nido". Pero todos los químicos lo eran entonces en alguna alfarero en Arcueil que contiene una sal fija que, expuesta
medida y quienes pretendían no fiarse de nadie, carecían de la al sol, da salitre, vitriolo, plomo, zinc, cobre, plata y final­
capacidad de controlar cuanto leían y terminaban aceptando mente, tras catorce meses, oro, "cosa que aseguró haber
una buena parte de los alardes de los famosos. experimentado él mismo y otro hábil naturalista además de
Poco después de pronunciar el Discurso de Montpellier en Pero he de confesar que preferiría verlo a creerlo, por más
1657, Digby se fue a Alemania. Algernon Sydney que andaba que el autor sea un perfecto caballero".6 Aunque las historias
por Frankfurt, escribía el 8 de septiembre de 1660 a su padre, parezcan fantásticas, jamás se contradice abiertamente a un
el conde de Leicester, que algunos caballeros le habían ·infor­ caballero. El mismo comedido escepticismo se observa en
mado de que Digby había estado por allí haciéndose llamar una carta de Robert Moray (el investigador de los percebes­
"Conde, Almirante de los Mares Británicos y Canciller de ganso) a Christiaan Huygens del 1 de julio de 1661, en la
la Reina", alardeando además de ser el inventor del polvo que habla de la publicación del Discurso sobre la vegetación
simpático y las curas magnéticas. Al pasar luego a Suecia, de las plantas de Digby (que contiene la famosa resucitación
pretendía ser "Embajador de esa Corona en Inglaterra, sien­ de los cangrejos cocidos, destilados y calcinados de la que
do creído hasta que uno de los condes de Lionhead, una de ya hemos hablado más arriba, en la p. 76 Y ss.). Tras alabar la
las principales familias suecas, quien me lo contó, rectificó el ilustración y elocuencia del autor, no menos que sus cono­
error haciendo saber que el rey de Suecia no usaba servirse de cimientos teóricos y químicos, señala que la Royal Society
extranjeros o de papistas en las Embajadas".s Aunque escrita no se compromete con el contenido del escrito, pues aunque
con cierta animadversión, la carta pinta la imagen totalmente "contiene bellas cosas", la sociedad se tomará su tiempo para
creíble de un Digby pretendiendo adornos superiores a los examinar "la verdad de lo que él dice haber experimentado".7
muchos que de por sí tenía. Que sepamos, la Sociedad no comprobaba nada. Con todo,
Algo más tarde, hacia marzo de 1660, Henry Oldenburg en ocasiones el cortés escepticismo deja paso a una incómoda
acudió con Digby a casa de un químico, con toda seguridad· frustración, como cuando Samuel Hartlib se queja a Boyle
Nicaise Le Febvre, donde se discutió sobre la disolución del de que no puede repetir algunos experimentos químicos
oro mediante el "espíritu del mundo". Pero Oldenburg no de Digby, señalando que "desearía que Sir Kenelm hubiera
quedó satisfecho porque allí se recurría más a la autoridad escrito la verdad en lugar de baladronadas".8
que a la razón. Digby actuaba de moderador sin llegar a No desearía insistir más de la cuenta en que, si bien Digby
conclusión alguna, contando a cambio historias que gustaron era un bocazas redomado, los juicios negativos o escépticos
mucho. Según una de ellas, había una casa real en Inglaterra sobre sus historias provienen de personas que están muy
con una cubierta de plomo que cuando se vendió al cabo de
cinco o seis generaciones, se halló que tres cuartas partes del 6. Cartas de Henry Oldenburg a Robert Southwell y a Robert Boyle del 6
plomo se habían tornado en plata (presuntamente por expo­ Y del 10 de marzo de 1660; The Correspondence of Henry Oldenburg (1965­
sición al "espíritu universal"). Según otra, hay una arcilla de 1973), vol. 1, pp. 360, 362 Y ss.
7. Oeuvres completes de Christiaan Huygens (1888-1950), vol. 3, p. 285.
8. Correspondence of Robert Boyle (2001), carta del 29 de noviembre de
5. A. Collins, Letters and M emorials ofState, 1746, voL 11, p. 698;
citado por Vittorio GABRIELI (1957), p. 232. 1659; vol. 1, p. 393.
IMPOSTURAS SIMPÁTICAS 181
180 LA MEDICINA MAGNÉTICA

lejos de hallarse libres del mismo pecado, y nada más fácil realizó su labor en poco tiempo, pues aparecían los herreros
que desenterrar hoy sus errores y credulidades. El proble­ herrando, los guardianes guardando, las mamás amamantan­
ma es que la oleada de informes sobre hechos curiosos de do e incluso comensales en el acto de llevarse el pan a la boca.
la época sobrepasaba con mucho la capacidad individual de La existencia de principios petrificadores constituía un tema
controlarlos, y hasta la segunda mitad del siglo XVII no apa­ de gran interés en la época (y la Royal Society se interesará
recerán las primeras organizaciones colectivas que pudieran mucho por el asunto) debido a la aparición de diversos fósiles
aspirar a ello. En su ausencia, el escepticismo podía ser tan de madera, frutos y animales, por lo que esta narración no
erróneo como la credulidad. Sirva de ejemplo el juicio de contendría más que el colmo de esos procesos.
Henry Stubbe sobre Digby, al que tildó de "Plinio de su La historia tuvo un éxito prolongado, pues Richard Waller,
época por mentir",9 y todo ello por haber informado acerca que había sido secretario de la Royal Society, presentó a
de una ciudad perdida en el desierto libio con sus habitantes ésta una "Relation of the Petrified Bodies of Men" el 12 de
petrificados. Existía una historia similar contada por Martin noviembre de 1713. 11 En ella da cuenta de los informes del
Baumgarten, aunque referida a la Trípoli de Siria y no a la del cónsul inglés en Trípoli, Mr. Baker, quien confirmó la exis­
norte de África. lo En 1656 Digby estuvo en Toulouse donde tencia de Ougila a cuarenta jornadas al sureste de Trípoli y
mantuvo reuniones con eruditos locales dándoles cuenta de a siete al sur de la costa. Cuenta asimismo que hacia 1654 o
la ciudad de Ougila de la que tuvo noticias por una carta del 1655, el almirante Blake acudió a rescatar a unos compatriotas
bibliotecario del gran duque de Toscana, un tal Mr. Fitton, capturados por piratas. Como las noticias de la ciudad eran
con informaciones que el gran duque habría obtenido del recientes, pidió al alcalde de Trípoli una de las figuras petrifi­
bajá de Trípoli al que habría escrito interesándose por el cadas en mármol, pero como eso llevaba su tiempo, retornó a
asunto. Digby envió la carta a un amigo en Inglaterra y con­ Livorno pero envió una fragata a recoger la figura, donde iba
siguió que se publicase en el Mercurius Politicus (n.o 334 del Mr. Hebben, quien la vio y la trasladó a Livorno desde donde
29 de octubre al 6 de noviembre de 1656). El asentimiento se envió a Inglaterra, entregándose al secretario Thurlow.
de Digby a los informes de Fitton dio lugar a las críticas de Baker interrogó a varios turcos que le confirmaron la historia
Stubbe, aunque Robert Hooke, interesado por las noticias y finalmente entró en contacto con el jefe de una guarnición
históricas y arqueológicas de terremotos y fosilizaciones que próxima al sitio quien le prometió un señor petrificado, pero
evidenciasen las transformaciones geológicas de la Tierra, se las arenas movidas por el viento ora tapaban ora descubrían la
mostró más dispuesto a tomar en consideración esta historia. ciudad, y en aquella época tocaba sepultamiento.
El hallazgo de una ciudad de piedra no parece gran maravi­ Algunos años más tarde, en 1728-1729, el embajador de
12
lla, pero lo es que en ésta aparecieran convertidos en piedra Berbería en Londres, Aga Cassem, confirmó la historia.
sus habitantes, animales y plantas. Se supone que un vapor 11. Recogida en Robert HOOKE, Philosophical Experiments (1726),
gorgónico o petrificante salió repentinamente de la tierra y pp. 386-388.
12. Thomas SUAW, Travels, or Observations, relatíng to Several Part; of
9. Henry STUBBE (1670), p. 161. Barbary & The Levant, 3." edición, Edimburgo: J. Ritchie and J. & J. Robert­
10. Peregrinatio in Aegyptum, Palestinam, et Syriam, Nuremberg: P. Kau­ son, 1808; d. "Of Ras Sem, or the Petrified VilIage in the Cyrenaica", pp. 284­
ffmann, 1594. 301. Cassem fue miembro de la Royal Society.
182 LA MEDICINA MAGNÉTICA IMPOSWRAS SIMPÁTICAS 183

Thomas Shaw cuenta que en Saibah, a unos días de las ruinas La Royal Society se instauró en 1660 para promover el
de la ciudad de Ras Sem, se encontró una caravana enterrada conocimiento experimental frente a las ficciones de filósofos
en la arena con hombres y animales momificados, lo que le y teóricos dogmáticos, por lo que insistían en no aceptar
sugiere que la historia podría ser una mezcla de ambas cosas. nada que no se realizase ante sus ojos. Sin embargo, como
En cualquier caso, el "Plinio de la época por mentir" no esta­ señala Sprat, "apenas habrá algún barco de los que suben
ba ciertamente solo ni totalmente errado. por el Támesis que no traiga algunos experimentos además
A finales del siglo XVII, Claude Lemaire, cónsul francés en de mercaderías", por lo que se planteaba el problema del
Trípoli, inquirió sobre el asunto por orden de la corte parisina, control de las relaciones de fenómenos curiosos de luga­
acudiendo a los jenízaros que recorrían todo el país cobrando res remotos. 15 La Sociedad procuraba controlar el alud
impuestos, quienes a cambio de 150 libras prometieron traerle de historias curiosas venidas de ambas Indias y de Africa
una figura petrificada, lo que hicieron de algún modo, pues enviando cuestionarios precisos a marinos, comerciantes o
retornaron con un Cupido encontrado en Leptis Magna, a un funcionarios de confianza.!6 Versaban, por ejemplo, sobre
centenar de kilómetros al este de Trípoli, al que habían roto el las maravillas del pico de Tenerife y sus supuestas minas de
carcaj y otros elementos típicos del dios.!3 En 1678, se llevó oro, las hazañas de los guanches, sus estridentes silbidos, sus
columnas y estatuas procedentes de Leptis para el palacio de saltos con garrocha y sus momias, así como la extraña fauna
Luis XIV en Versalles. 14 La sensibilidad actual tenderá a tomar local. La lectura de estos informes muestra lo difícil que es
la confusión del hallazgo de estatuas clásicas con el de cuerpos separar la verdad de las habladurías y los excesos de la ima­
momificados enterrados en la arena como explicación y punto ginación.!7 Consciente de ello, Sprat comenta que aunque
final de la historia, pues sabemos mucho más sobre petrifica­ las historias maravillosas puedan descarriar al investigador
ción, fosilización y sitios arqueológicos. Yeso no por nuestros sobrio, su examen es interesante, pues" es cierto que muchas
méritos, sino por los esfuerzos de las personas que, aunque con de las cosas que ahora parecen milagrosas, no lo serán cuan­
la torpeza de Robert Moray, empezaron a trabajar en las socie­ do consigamos averiguar completamente su composición y
dades científicas a partir de la segunda mitad del siglo XVII. operaciones", amén de que "hay muchas cualidades, figuras
y fuerzas en las cosas que trasgreden las leyes comunes y las
13. El cónsul le contó este avatar a Thomas Shaw, quien lo tomó no como un reglas vigentes de la naturaleza".!8 Pongamos un ejemplo de
engaño local a un francés rico, sino como un engaño global relativo a "cuanto se
había dicho tan positivamente respecto a los cuerpos petrificados de hombres, esos cuestionarios enviados por la Sociedad a los confines
niños y otros animales"; loco cit., p. 295. BUFFON dio por buena su conclusión en del planeta.
la Historia natural, general y particular, traducida por Joseph Clavijo y Faxar­
do, Madrid: Joachin Ibarra, 1785, pp. 316 Y ss.
15. Thomas SPRAT, The History of the Royal Society of London, for the
14. Cf. Monique LAMONTAGNE (1996), p. 463. Lepcis (la Leptis Magna de improving of Natural Knowledge (1667), Sección XIII: "Their way of Inquiry
los romanos) fue fundada por los fenicios en el siglo VIII a. C. y sus murallas into remote matters", pp. 86-91.
derruidas por los bizantinos en el siglo VI d. c., con lo que las arenas invadie­ 16. Durante el siglo XVII se recibieron informes de casi medio centenar de
ron y sepultaron las ruinas. En el siglo XVI, los otomanos usaron estatuas de diplomáticos, viajeros y residentes británicos en el extranjero. Cf. Susana Gó­
la ciudad para las mezquitas y los europeos, como Lemaire, saquearon lo que MÉZ LÓPEZ (1987).
pudieron. Los arqueólogos italianos comenzaron las excavaciones en el periodo 17. SPRAT, pp. 200-213.

de 1913 a 1939.
1S./bid., p. 214.

184 LA MEDICINA MAGNÉTICA IMPOSTURAS SIMPÁTICAS 185

El 26 de noviembre de 1662, Robert Moray envIO un por un dardo sin emponzoñar, con tal de que la sangre sea
cuestionario preparado por la Sociedad a sir Philiberto Ver­ tocada, siquiera sea del modo más ligero, por un dardo
natti, gobernador de Batavia (Yakarta), al que le llevó casi infectado por el veneno". Esto es, si el veneno aplicado a la
un par de años contestar sólo a algunas de las preguntas.19 sangre ejerce su efecto a distancia como el polvo simpático,
Por ejemplo, si las piedras preciosas crecían de nuevo en los aunque para matar, no para curar. La respuesta es que la
lugares en que habían sido halladas tras tres o cuatro años existencia de tal veneno es muy cierta, aunque ningún cris­
de barbecho. No, no lo hacen. Si acaso hay un río en Java tiano sabe en qué consiste, por más que el bueno del capitán
que convierte la madera en piedra. No, que sepamos, aun­ Arnold de Vlamingh van Oudshoorn procurara averiguarlo
que se dice que hay uno en Pegu que lo hace. Si en la costa torturando a varios nativos hasta la muerte. En la guerra de
de Aceh (en Sumatra) hay mucho oleaje con buen tiempo y Macassar, no se encontró mejor antídoto contra el veneno
mar llana con los chubascos. Pues sí, se trata de la mar de que tomar algo de excremento propio o ajeno. Los nuestros,
fondo formada por los fuertes ponientes que soplan por el tan pronto como caían heridos, tomaban una dosis, lo que
cabo de Buena Esperanza, hacia donde mira la costa, mien­ provocaba vómitos y sudores a los que se atribuía la inac­
tras que los chubascos provienen de las montañas al este, de tivación del veneno supuesto. (Lo que indica que el veneno
tierra, sin espacio para formar oleaje. Si las criaturas engor­ no mataba de forma instantánea y que los heridos tomaban
dan y maduran con la luna llena y merman con la nueva. Así el antídoto sin pararse a averiguar si el dardo estaba empon­
ocurre con las ostras y los cangrejos. Si hay una hierba estu­ zoñado no.) En cualquier caso, comentaba Vernatti: «Que
pefaciente, la Datura, que según se prepare, mata a quien la una herida se pueda infectar por este veneno, aunque haya
toma al cabo de días, meses o años. Los chinos preparaban sido producida por un arma sin envenenar [con tal de que
con ella una bebida enloquecedora que gustaba a marineros caiga una gota de sangre del herido sobre otra arma envene­
y soldados y que ahora está estrictamente prohibida. Si hay nada], no resulta extraño para quienes estudian la simpatía y
árboles que se propagan mediante raíces aéreas, formando creen en el tan renombrado polvo simpático de Sir Kenelme
un bosque. En efecto, y algunas especies alcanzan los quin­ Digby".20
ce metros de diámetro. Si los cuernos enraízan y crecen en En este mundo de novedades difíciles de controlar, la
Goa. No, es una broma de los portugueses por la lubricidad labia de Digby embelleció considerablemente sus historias
de las mujeres de esas partes ... y así otras muchas más, de hasta el extremo de incurrir en la impostura, algo que no
las que sólo una nos entretendrá. Los fellows preguntaban era inusual en las áreas que bordeaban lo oculto, como se
también si existe un veneno para flechas del rey de Macassar ha visto en los casos de la medicina y la química, y que
que mata instantáneamente al herido y que corrompe hasta precisamente entonces se empezaba a combatir en aras de
tal punto la carne que al cabo de media hora se desprende de la repetibilidad experimental. Examinemos ahora las inven­
los huesos como una mucosidad. Y si además «sus efluvios ciones de Digby.
venenosos se transmiten rápidamente a una herida hecha
19. Se leyeron en la sesión del 27 de julio de 1664 y se publicaron en la His­ 20. Loe. cit., pp. 165 Y ss. Sobre las ulteriores indagaciones de la Royal Socie­
tory de SI'RAT (1667), pp. 158-172.
ty acerca de este veneno, véase David D. CAREY (2003).
IMPOSTURAS SIMPÁTICAS 187
186 LA MEDICINA MAGNÉTICA

EL ORIGEN DEL POLVO SIMPÁTICO EN EUROPA

El polvo simpático apareció a finales de los años treinta en el


continente europeo arrasado por las guerras. Estaba asociado
a la medicina militar ejercida por aficionados y no por los
cirujanos profesionales, sin que se sepa cómo se gestó la idea.
Paracelso había ensayado el uso de distintos vitriolos
(sulfatos metálicos que no distinguía bien) como medicinas
ordinarias por sus efectos purgantes y eméticos que podían
llegar a ser peligrosos.21 Pero quien difundió el uso tópico
del vitriolo verde o caparrosa verde (sulfato ferroso) fue el
cirujano paracelsiano inglés John Woodall (1570-1643), que
era cirujano de la Compañía de las Indias Orientales, para
cuyos jóvenes cirujanos embarcados escribió The Surgions
Mate (1617). El libro tuvo mucho éxito y conoció varias
ediciones en vida de Digby.22 En él atribuye a Paracelso el
uso del vitriolo por su capacidad para "mantener la carne
húmeda, evitar la putrefacción y consumir, contraer y purgar
las úlceras". Este vitriolo no actuaba a distancia, sino que
se ponía en la herida. Tras el medio siglo de auge del polvo
simpático, el vitriolo volvió a usarse como medicina tópica,
aunque se mantuviese el nombre de simpático. Por ejemplo,
en Les remedes charitables de madame Fouquet (1681) se
recomienda el polvo simpático como hemostático aplicado Frontispicio de/libro de John Woodall (1570-1643), The Surgions Mate:
directamente a los vasos sanguíneos; George Hartman, el or, A Treatise discovering faithfully and plainely the due contents of the
ayudante de Digby, señalaba en A Choice Collection (1682) Surgions Chest, the uses of the lnstruments, the vertues and operations
que el polvo simpático se aplicaba a veces directamente a la of the Medicines, the cures of the most frequent diseases at Sea: Namely
herida; Nicolas Lemery, en la Pharmacopée (1687) criticaba Wounds [ ...] with the true manner of Amputation, the Cure of the
al polvo simpático, concediendo que podría servir aplica- Scurvie [ ... ],1617. Woodall aparece retratado por George Glover en la
parte inferior, entre Hipócrates a la izquierda y Galeno a la derecha. Los
21. Hugh CRONE (2004), pp. 166 Yss.
otros son, de izquierda a derecha y de arriba a abajo, Esculapio, Podalirio,
22. Quien lo conocía cuando hizo sus primeros trabajos auímicos en el Paracelso, Avicena, Femel y Raimundo Lulio
Gresham College; d. Jo DOBBS (1974), p. 13.
IMPOSTURAS SIMPATICAS 189
188 LA MEDICINA MAGNÉTICA

do directamente a la herida; también George Wilson, en A llermo de Orange para defender la ciudad, pero 10 tomaron
Complete Course of Chemistry (1698) recogía la receta dada los españoles al año siguiente para apoderarse de ella. Medio
por Hartman señalando que era un astringente moderado siglo más tarde, el 14 de junio de 1638, Guillermo de Nassau
aplicable como hemostático a las heridas. n . De ahí pasó al tomó por sorpresa la plaza, pero al cabo de una semana, la
siglo XVIII como un medicamento tópico para diversos usos, noche del 20 a121, fue desalojado con graves pérdidas,26 entre
perdiendo paulatinamente el adjetivo de simpático.24 ellas la del hijo de Guillermo de Nassau, Maurice, por efecto
Las primeras noticias del uso del polvo simpático para de la ira de Dios y del justo castigo del Cielo. En efecto, en
curar a distancia se remontan a la segunda mitad de la década compañía de la soldadesca profanó la iglesia de Kallo y arrojó
de 1630 en Italia, Francia y los Países Bajos, y las cuentan al fuego la estatua de la virgen mientras exclamaba: "Vamos a
Eric Mohy en 1639 y sir Gilbert Talbot en 1661. Mohy era un calentarle el culo a María".
médico militar belga de los tercios de Flandes que escribió en Según Mohy, en el asalto, el duque Fabrizio Doria resultó
1639 un breve opúsculo sobre el polvo simpático dedicado a herido de un balazo en una rodilla. 27 Como es usual en estas
Giovanni Andrea Doria que ostentaba a la sazón, entre otros narraciones, la herida no curaba a pesar de los cuidados de los
títulos, el de virrey de Cerdeña, cargo que ocupó entre 1638 cirujanos entre los que estaba el propio Mohy, hasta que se
y 1640. Su hermano Fabrizio Doria, duque de Avigliano, decidió usar el polvo simpático de Ottavio Guaseo que man­
que mandaba un tercio napolitano, fue herido en la toma de daba una compañía de alemanes y que ya lo había empleado
Kallo en junio de 1638 y curado con el polvo simpático. La en otras batallas, por lo que no era algo nuevo. La eficacia del
asombrosa cura motivó el interés de Mohy por el polvo y la medicamento animó. a Mohy a escribir el tratadillo, no "por
redacción del opúsculo.25 Veamos cómo fue. fasto y ostentación, sino para indagar la verdad". El polvo es
El fuerte de Lefkenshoek, alIado de Kallo y a una docena vitriolo, un medicamento sencillo compuesto por una sola
de kilómetros de Amberes, fue construido en 1583 por Gui­
substancia cuya preparación indica. Se aplica a la sangre o el
23. En las pp. 270-272, Hartman recomienda lavar la nariz con polvos di­ pus de las vendas y no es supersticioso o diabólico, sino que
sueltos en agua para detener las hemorragias nasales.
24. No obstante, entre 1693 y 1710, se defendieron en Harvard media doce­
actúa por las influencias astrales naturales, como el Sol sobre
na de tesis aprobando la legalidad y eficacia de las curas magnéticas y del polvo las criaturas. 28
simpático; cf. WiIliam R. NEWMAN (2003), pp. 35 Y ss.
25. Lynn THORNDIKE (1958), VII, p. 504, dice que el opúsculo es de 1634,
26. Lorenzo de CEVALLOS y ARCE, "Relación del Socorro que ynuió S.M.
antes de la batalla que fue en 1638, y que trata del ungüento armario con otro
desde el puerto de La Coruña a los estados de Flandes, año de 1637", en Varias
nombre. Eso no se compadece con la obra que conocemos y que conoció VAN
Relaciones de los Estados de Flandes, 1631 á 1656 (1880), pp. 131 Y ss. Véanse las
HELMONT, quien en De sympatheticis mediís señala que: "el año 1639 salió un
pp. 179-180, donde se señala que los españoles tuvieron mil bajas y los holande­
panfleto titulado Ericii Mohy Eburonis [belga] pulvis sympatheticus quo vul­
ses, cinco mil, entre muertos, heridos y prisioneros.
nera sanatur" (Ortus medicina e, p. (14). Hubo de salir a principios de año, pues
27. Según CEVALLOS, loco el "duquín Doria [...] quedó estropeado en
para abril de 1639 ya hay una condena del decano de la facultad de medicina
dictaminando que la cura no es natural, sino diabólica. Cf. C. BROECX (1852), ambos muslos".
28. VAN HELMONT indica, loco cit., que la causa no es el influjo de los astros,
pp. 289-291. Por otro lado, Mohy indica que se trata de «Azeg o Dilet", y el
sino la influencia mental del médico, pues tiene éxito si éste se mueve por la
azeg es un tipo de vitriolo, según Luis MARTY CABALLERO, Vocabulario de to­
caridad y el "amoroso deseo", mientras que fracasa si lo hace "descuidadamente
das las voces que faltan a los Diccionarios de la Lengua Castellana, 2' edición,
Madrid: Imprenta de Don Anselmo Sta. Coloma, 1859. o borracho".
191 1,' 1I

190 LA MEDICINA MAGNÉTICA IMPOSTURAS SIMPATICAS


l' , I

Un cuarto de siglo más tarde, en 1661, Gilbert Talbot dio acudió personalmente a darle las gracias. El tercer caso, mejor !I
noticias del uso del polvo durante la segunda mitad de la déca­ datado, fue a principios de 1639 cuando volvía a casa pasando
da de 1630. Sir Gilbert Talbot (1607-1695) era un cortesano y por Saint Malo. Se hospedó allí en casa de una anciana que
11:

diplomático que llegaría a ser jefe de la Oficina de las Joyas de había atravesado la mano con un hierro del diámetro de un
Carlos II y miembro de la Royal Society en 1661, ante la que dedo. Tratada la sangre con el polvo, en poco más de una hora
presentó un informe con sus diversas curas, titulado "Expe­ desapareció el dolor y al día siguiente estaba curada del todo.
riments made of the Sympathetical Powder by Sir Gilbert Los demás casos se produjeron hacia 1645 durante la guerra
Talbot" .29 Los "experimentos" son diez curaciones, las tres civil, y de ellos nos ocuparemos más adelante.
primeras anteriores a 1639. La primera cura la aplicó a la mor­ En el continente, el uso militar del polvo se hizo tan noto­
dedura de un gato salvaje en una fecha inespecificada, pero la rio que en 1643 Corneille escribía en El mentiroso (escena 3
segunda la empleó en Venecia con un marinero inglés. Talbot del acto IV): "Hay actualmente secretos maravillosos. ¿No te
han hablado de una fuente de vida que nuestros soldados lla­
había sido secretario de Basil Fielding, conde de Denbigh,
man polvo de simpatía?" Según el médico lionés Guillaume
embajador extraordinario en Venecia, donde estuvo de febre­
Sauvageon en el Discours de la poudre de sympathie (1644),
ro 1635 a abril de 1639,30 por lo que la cura tuvo que realizarse
"hace dos o tres años, el polvo empezó a extenderse por todo
entre esas fechas. El marinero fue acuchillado y sangró copio­
el reino, aunque se dio a conocer abiertamente en 1642 en
samente durante tres días, hasta el punto de que los cirujanos
el ejército del Rosellón", esto es, en la etapa francesa de la
lo daban por perdido y los compañeros del herido acudieron
guerra de los Treinta Años (1635-1648). Sauvageon era un
a él para pedir justicia, creyéndolo difunto. Ante el fracaso
joven profesional de la medicina y por tanto escéptico acerca
de los cirujanos, Talbot, un no profesional, aplicó el polvo a
de las prácticas de los aficionados militares. Da la receta de la
una muestra de sangre y los despidió con la recomendación
preparación del polvo y señala que la curación es o bien obra
de mantener la herida limpia. Cuando llegaron a la residencia
del diablo o bien es un fraude que, como conjeturara Liba­
del enfermo que se hallaba a menos de una milla, descubrie­
vius, se produce sola con la limpieza de la herida. Añade que
ron que las heridas habían curado. Al tercer día, el marinero
el secreto fue comprado por uno de los generales del ejército
29. Sylvia García Gil llamó mi atención sobre la existencia de una copia del
del Rosellón por cincuenta pistolas de España (doblones),
informe que presentó ante la Royal Society en 14 de junio de 1661, conservado tras lo cual se hizo muy conocido. En la misma fecha Nico­
en los National Archives de Kew, State Paper 9/7/10. SP 9/7 es un volumen las Papin expuso en De Pulvere Sympathetico, Dissertatio
encuadernado en piel sin texto de cubierta, manuscrito por C. Weeks,donde se
copia parte del Register Book de la Royal Society de 1661 a 1663. El escrito de (1644) el procedimiento que cuenta Digby de rectificación
Talbot está en las páginas 56-64. El informe consta de diez casos, tres anteriores del vitriolo por calcinación mediante una larga exposición al
a abril de 1639 y siete ocurridos durante la guerra civil, hacia 1645. No se habla sol, e indicó que operaba a través del anima mundi (como la
de la preparación del medicamento ni del modo de su aplicación, cosas que se
dan por sentadas. posterior referencia de Digby al espíritu universal), tratán­
30. Rawdon BROWN, Calendar of State Papers and Manuscripts, Relating dose de un remedio reciente, de moda en todos los países.
to English Affaires and other Collections, existing in the Archives ofVenice and Al parecer, el mariscal de Francia Jean de Gassion, refor­
other Libraries of Northem Italy. Londres: Longman, Green, Longman, Ro­
berts, and Green, 1864, p. cvlxii. mador de la caballería que trajo de cabeza a los españoles
192 LA MEDICINA MAGNÉTICA IMPOS11JRAS SIMPÁTICAS 193

hasta que acabaron con su vida en el sitio de Lens (1647), llevaran a su presencia. Entonces los cirujanos negaron que
fue gravemente herido en el sitio de Thionville en 1643 de se tratase de la misma persona traída el día anterior, hasta
un mosquetazo en la cabeza del que al parecer salió adelante que Cleveland reconoció que era sin duda su prisionero. Los
gracias al polvo. 3! Al calor del éxito, un médico paracelsiano cirujanos dijeron entonces que la cura era sólo aparente, pero
francés llamado Henry de Rochas recababa poco después en el bueno de Bono se entregó a la causa del rey, cumplió con
La physique reformée (1648) el mérito de haber inventado el honor y ahora (1661) llevaba una casa de huéspedes.
polvo nada menos que en 1602, usándolo entonces en presen­ Las noticias del maravilloso polvo de Talbot se extendieron
cia del duque de Saboya y en 1608 en Montpellier. Digby fue pronto, pues hemos visto que Charleton lo menciona en 1649
exilado a Francia en 1643, donde pasó muchos años, por lo y Highmore en 1651. Pocos años más tarde, en el Discurso
que es plausible que conociese estas obras, siendo como era de 1658, Digby decidió atribuirse la primacía en el uso de un
aficionado a coleccionar libros y recetas. polvo del que lo ignoraba casi todo al comienzo de la guerra
La Revolución parlamentaria y la guerra civil inglesas civil. Inventó entonces la historia de que había conocido la
dieron a este país la ocasión de conocer los estragos de existencia del polvo en 1621 gracias a un carmelita, curando
la guerra y a sir Gilbert Talbot, la de lucirse con el polvo milagrosamente con él a James Howell poco después. La
simpático en la campaña del oeste, en la que participó con historia es sin duda una invención, pues, como señalábamos,
el bando realista hacia 1645. He aquí un caso, "et in unum cuando escribió los Two Treatises mientras estaba preso en
disce omnes". En Buckonock, al oeste de Inglaterra, lord Winchester House, entre enero de 1642 y julio de 1643, aún
Cleveland atravesó del espinazo al ombligo a un tal Bono, no sabía gran cosa del polvo, pues habla del ungüento o polvo
un explorador del conde de Essex. Llevado a presencia del indistintamente y no dice que sea vitriolo ni por tanto cómo
rey Carlos I, éste le preguntó por qué se levantaba contra él, se prepara y aplica a las vendas. Además, lo que cuenta del
a lo que el herido no podía responder porque se desmayaba ungüento o polvo lo dice basándose en informes ajenos y no
de continuo vomitando sangre. Ante ello, el rey ordenó que en experiencias propias. 32 Lo único que hace entonces, y no
lo retiraran, no fuese a morir en su jardín. Entonces Gilbert es poco, es iniciar una explicación natural de las curas a través
Talbot le preguntó si deseaba que viviera, y cuando el rey le de procesos lo más mecánicos posible. Ese era su propósito,
preguntó qué quería decir, le respondió que, si lo deseaba, siendo las curaciones meros ejemplos e ilustraciones de su
podía intentar restablecerlo para el día siguiente, con lo que explicación teórica.
el rey le ordenó que ensayase sus habilidades. Lo llevó a su Como señalamos, durante el exilio parisino, entre 1644
cuartel y aplicó el polvo a una sola gota de sangre (no había y 1649, hizo los deberes, se enteró probablemente de lo que
mucha, pues la hemorragia era interna, de donde los vómi­ decían los Mohy, Sauvageon, Papin, Rochas y de las curas de
tos). De madrugada el herido despertó a Talbot cantando y 32. Como dijimos más arriba, p. 155, lo que cuenta lo sabe por otros, ya que
bailando. El rey, asombrado por la noticia, mandó que lo escribe: "si los informes son ciertos~; "si lo negamos, hemos de renunciar a toda
fe humana"; lo cuentan personas de calidad "muchas de ellas conocidas mías"
31. Les historiettes de Gédéon TALLEMANT DES RÉAUX (1834-1835), pp. 208 que han hecho frecuentes experimentos obteniendo los mismos resultados. Two
y ss. Treastises, pp. 164 Y ss.
IMPOSTURAS SIMPÁTICAS 195
194 LA MEDICINA MAGNÉTICA

Talbot, y se dio cuenta de que un buen tratado teórico sobre de tamaño portento, recurrió a un modelo literario común
el polvo simpático tenía que comenzar con una cura extraor­ en el barroco: una confidencia de un experto en los arcanos
dinaria situada mucho antes que las de los demás. Ya vimos saberes orientales. Según cuenta en el Discurso de 1658 (más
que, según Walter Charleton en A Ternary of Paradoxes abajo, p. 237 Y ss.), cuando estuvo en Florencia conoció a un
(1650), Digby le había dicho hacia 1649 que «no hace muchos carmelita venido del lejano Oriente, Persia, la India e incluso
años" había curado a James Howell (a la sazón en la prisión la China, que realizaba curas maravillosas por la Toscana,
de Fleet, desde 1643 a 1651). La indicación temporal es vaga, sabido lo cual, el gran duque le pidió la receta. Dado que
pero sugiere que hubo de ser en torno a 1640, antes de las Digby llegó a Florencia en noviembre de 1620 y que el gran
curas de Talbot durante la guerra civiL No obstante, tanto en duque Cosme 11 pasó a mejor vida a finales de febrero de
esa obra como en la de Highmore (1651) se habla del polvo 1621, el encuentro con el carmelita hubo de producirse en
simpático como polvo de Talbot, lo que indica que las cura­ torno al comienzo del año 1621. El carmelita negó al gran
ciones de éste eran famosas y las primeras que llegaban a oídos duque su secreto aduciendo el motivo escasamente caritati­
de los ingleses. Eso, y el conocimiento de las curas anteriores vo, sobre todo viniendo de un fraile, de que no quería que se
a 1639 de Mohy pudieron alentar a Digby a adelantar aún divulgase; sin embargo se lo contó al jovencito Digby a quien
más la fecha de su uso del polvo simpático. Sea como fuere, debía cierto misterioso gran favor. Poco después, se perdió
el caso es que para 1656 ya había decidido ser generoso con de nuevo en las brumas del Oriente, dejando a Digby como
el tiempo y asegurarse la primacía absoluta al retrotraer su dueño del remedio para toda Europa.
conocimiento del polvo a 1621, cuando apenas se comenzaba El recurso al saber oriental era común en la época. Quie­
a discutir sobre el viejo ungüento armario y dieciocho años nes querían orlar con un halo misterioso sus presuntas
antes de que se publicase nada sobre él. En efecto, el 26 de habilidades, trasladaban su origen a países lejanos de cultura
enero de 1656 escribía a John Winthrop el Joven: "Yo fui el milenaria. Ya tuvimos ocasión de hablar del prestigio que en
primero que trajo el polvo simpático a Inglaterra y Francia el Renacimiento cobraron los escritos egipcianos del Corpus
hace treinta y cinco años. El rey Jacobo lo usó siguiendo mis hermeticum, atribuidos al dios Toth o Hermes, de acuerdo
instrucciones. Y la cura de James Howell (a quien creo que con la idea de que existía una teología prístina y una reve­
conocéis) fue famosa. Todo el vitriolo es igual, sólo que el lación primitiva antediluviana que había sido patrimonio
mejor opera con más eficacia".33 común de los pueblos del Oriente, origen de la humanidad.
Según esto Kenelm Digby, un mozalbete prometedor de Esa tradición se habría corrompido, pero habría pasado en
diecisiete años, se habría adelantado con el polvo simpático parte de manera hermética a Noé, Moisés, Homero, Pitá­
al ungüento armario de Van Helmont (1621), Robert Fludd goras, Platón, Hermes-Toth y los sacerdotes egipcios. El
(1623) y Francis Bacon (1626), no menos que al polvo sim­ jesuita Athanasius Kircher, por ejemplo, compuso un lujoso
pático de Talbot y Mohy (1639). Dado que incluso a él debía y fascinante Oedipus Aegyptiacus (en 3 volúmenes, Roma,
de parecerle excesivo atribuirse a tan tierna edad la invención 1652-54) lleno de imposturas cabalísticas, pitagóricas y alqui­
mistas sobre los jeroglíficos. Pero a comienzos del siglo XVII
33. Collections of the Massachusetts Historical Society, vol. X, Third Series, la fascinación por el Oriente Próximo comenzó a dejar un
Boston: Published for the Society, 1849, pp. 15-18.
196 LA MEDICINA MAGNÉTICA IMPOSTURAS SIMPÁTICAS 197

hueco al Oriente Lejano, gracias a las misiones jesuíticas ya realidad para embellecerla. 36 Así la angustia y la frustración
las colonias portuguesas en Goa y Macao del siglo anterior. por la noticia del compromiso de Venetia bien puede aliviarse
La fascinación de Leibniz por los saberes chinos es bien un tanto con las reflexiones morales en torno a la armonía e
conocida. 34 influencia cósmica de los astros puestas en boca de un sabio
De modo que cuando alguien quería prestigiar alguna oriental. Además, las memorias son un documento privado
idea, decía que venía del Oriente. El mencionado jesuita cuyo manuscrito deseaba que se destruyese tras su muerte,
Athanasius Kircher, cuando quiso embaucar a sus con­ aunque.de manera ambigua, pues enmascara a los personajes
temporáneos con un reloj vegetal fabricado con una rara y lugares con nombres falsos como si desease ocultar sólo
substancia heliotrópica que seguía al Sol día y noche, dijo parte de la historia (los pecadores, pero no los pecados).
que se la había procurado un misterioso árabe encontrado Sin embargo el Discurso no es sólo un documento públi­
casualmente en el puerto de Marsella (lo que sugiere que co, sino de contenido científico, lo que para nosotros repre­
había arribado de allende los mares presto a fundirse para senta una gran diferencia, aunque no así para Digby. Para él
siempre en sus brumas).35 En el caso de Digby, ya señalamos también es un ejercicio literario para enseñar y deleitar, lo
su tributo al saber oriental en sus Private M emoirs con el que explica su éxito, tarea para la que unas buenas historias
invento del brahmán que, tras una larga charla neoplatónica bien sazonadas son importantes para despertar el interés
y astrológica, hacía aparecer el espectro de Venetia cubierta más bien que para probar la teoría. Carmelitas misteriosos
por transparentes velos. Aunque eso ocurría poco después y duelistas rabiosos son buenos recursos literarios para
del supuesto encuentro con el carmelita, éste ni se mencio­ introducir las doctrinas atomistas que explican las acciones
na, pues cuando redactó las memorias hacia 1628, aún no se mágicas a distancia. Después de todo, la lectura de Paracelso,
había inventado el polvo. Tampoco en el Journal of a Voya­ Van Helmont, Crollius y aun Boyle, por no hablar de los
ge Into the Mediterranean, escrito hacia la misma época, químicos, ofrece historias no menos delirantes. El cambio
aparece ninguna mención de un polvo tan útil en empresas radical en el modo de comunicación científico-experimental
militares. El brahmán y el carmelita son ejemplos de ficciones se estaba produciendo entonces y tardaría aún en cristalizar
literarias comunes en la época. El problema es que si bien al gusto actual.
la del brahmán parece una ficción literaria aceptable, la del
carmelita se nos antoja un fraude. Las memorias, que éllla­
maba fantasías desatadas, son un ejercicio literario en torno EL CASO DE JAMES HOWELL
a sus amores con Venetia, narrados poéticamente siguiendo
los modelos italianos, donde la imaginación interviene en la En el Discurso, Digby introduce el tema del polvo simpático
mediante una cura notable realizada en la persona de James
34. Véase el clásico Joseph NEEDHAM, Science and Civílisation in China, Howell con la garantía de la intervención del rey Jacobo 1, el
Cambridge University Press, 1956, volumen II: p. 492, así como el más reciente
Franklin PERKINS, Leibniz and China, Cambridge University Prcss, 2004. 36. Sobre el género autobiográfico de las memorias de Digby véase Paul
35. Athanasius KIRCHER (1641), pp. 373-379. El reloj vegetal tenía un vulgar DELAY (1969) pp. 128 Y ss. Sobre el brahmán, véase la edición de Virtorio GA­
mecánico oculto en el pedestal; cf. Carlos SOLÍS (2005), p. 130. BRIEL! de las Private Memoirs (Loose Fanrasies) n. 65, pp. 190 Y ss.
198 LA MEDICINA MAGNÉTICA IMPOSTURAS SIMPÁTICAS 199

príncipe y el primer ministro. La historia que según le contó


a Charleton habría ocurrido a principios de los cuarenta,
se retrotrae ahora a principios de los años veinte. Por qué
lo hizo es debatible, pero la invención es clara y está mal
montada.
Según Digby (infra, pp. 231-237), en una ocasión en que
Howell resultó herido por su intervención entre dos duelis­
tas, fue tratado por dos cirujanos, uno de ellos enviado por
el rey Jacobo 1. Pero no tuvieron mucho éxito, por lo que
al cabo de cuatro o cinco días y ante el peligro de gangrena,
Howell acudió a Digby en busca de ayuda. Tras el éxito casi
instantáneo de la aplicación del polvo, el rey acudió a intere­
sarse por la cura que siguió día a día. Luego le pidió la receta
del polvo con el que hizo muchas pruebas bajo la dirección de
Digby. Todo esto hubo de ocurrir antes de finales de marzo
de 1625, cuando murió el rey, y hubo de ser en Inglaterra,
donde moraba el soberano. Ahora bien, Digby estuvo de
viaje por Francia, Italia y España entre abril de 1620 y octu­ James Howell (c. 1595-1666), grabado de Abraham Bosse para ilustrar
bre de 1623, mientras que Howell estuvo asimismo fuera de su libro Dodona's Grove, or the Vocall Forest, 1640.
Inglaterra desde finales de 1622 a finales de 1624. Por consi­
guiente Howell, Digby y el rey sólo coincidieron unos pocos el secreto a su antiguo protector Henri de Lorraine, segundo
meses en Inglaterra, de finales de 1624 a marzo de 1625. La duque de Mayenne, con quien hizo muchos ensayos con el
cura no pudo ser antes, pues Howell salió de Inglaterra en polvo; pero tras la muerte del duque, el secreto se divulgó.
1616 para buscar operarios y materiales para una vidriería y Pues bien, dado que sabemos que Turquet se hizo con el
cuando volvió, Digby ya había partido para su viaje por el señorío de Aubonne en 1621 y que el duque murió de un
continente. De manera que la cura tendría que haberse pro­ tiro en un ojo en el sitio de Montauban el 17 de septiembre
ducido aproximadamente hacia principios de 1625. de 1621, la cura de Howell tuvo que producirse como tarde a
Sin embargo, antes se coge a un mentiroso que a un cojo. principios de ese año, cuando Howell y Digby andaban por
En efecto, Digby sigue contando que después de que el rey el continente, y no en 1625. Sencillamente Digby no echó
Jacobo conociese el secreto del polvo, su médico Theodo­ bien las cuentas.
re Turquet de Mayerne vino a descubrir que se trataba de En la Physiologia de 1654, Walter Charleton se retractó de
vitriolo y le preguntó a Digby por su uso, lo que éste le su creencia entusiasta en el polvo simpático de 1650, sin men­
confió magnánimo. Digby cuenta que Turquet compró el cionar en absoluto la cura de Howell que le había contado
señorío de Aubonne cerca de Lausana, viajó allí y le confió Digby y que él había aducido en apoyo de la medicina mag­
200 LA MEDICINA MAGNÉTICA IMPOSlURAS SIMPATICAS 201

nética. El hecho de que en 1654 Charleton no mencionase ni del ungüento armario con los embarazos de las mujeres
a Howell ni a Digby debió de interpretarse como una crítica de los marineros de la Compañía de las Indias Orientales:
velada e implícita de la honorabilidad de éste. Poco antes, «Aunque sus mujeres estén en Ratcliff y ellos en el Mar
en 1651, Howell había salido de la cárcel, por lo que podría Rojo, en Madagascar, en la corte del Mogol o en el Japón,
haber desmentido privadamente la cura, si bien jamás lo hizo acostumbran a hinchar los vientres de sus mujeres que están
públicamente por escrito. Quizá se debiera a su amistad con aquí en Londres, una extraña virtud a distancia, aunque creo
Digby a quien había conocido en Madrid (y al respeto a su que la parte activa está en las mujeres, siendo los maridos
habilidad con la espada) o tal vez Howell sintiese debilidad puramente pasivos, lo que los hace tornar a casa trayendo
por la filosofía paracelsiana y ello lo llevara a condescender entre otros artículos una suerte de preciosos cuernos ... Esta
con las invenciones de Digby a favor de la medicina magné­ operación de nuestro marinero de Indias a tal distancia es
tica. En efecto, Sidney Lee37 atribuye a Howellla traducción en mi opinión más admirable que la del ungüento armario".
al inglés de Paracelso, Paracelsus his Aurora & Treasure of No parece que estas palabras sean propias de alguien que ha
Philosophers (Londres: Giles Calvet, 1659) y su Archido­ escapado de perder un brazo, cuando no la vida, gracias al
xis (1661), no menos que del Carro triunfal del antimonio polvo simpático.
(1604) de Basilio Valentín, un supuesto monje alquimista del Dos años después del Discurso de Digby, Howell publicó
siglo xv, aunque probablemente era obra de su editor Johann su libro &qpoÁoyta The Parley of Beasts; or, Morphandra
Tolde, un paracelsiano de principios del XVII. (1660), donde en la página 107 aparece una cura con polvo
Así pues, Howell ni negó ni confirmó la historia de simpático con ocasión de un duelo, pero no es la suya. El
Digby. Ya indicamos que en 1655, después de que Charle­ tema del duelo lo habían contado ya con variantes Van Hel­
ton se retractara de su apoyo al polvo y silenciase la cura mont en De magnetíca vulnerum curatione (1621) y Digby
de Howell, éste escribía una carta a T. Harris publicada en en el Discurso. Ahora un capitán cura a dos de sus oficiales
las Epistolae Ho-Elianae (1654-55) en la que parafraseaba heridos en duelo aplicando el polvo a la espada (no a las ven­
fielmente el Discurso (1651) de Highmore sobre el polvo de das ensangrentadas) con lo que en veinticuatro horas queda­
Talbot, donde se mencionaba la cura de Howell. Sin embargo ron prácticamente curados. Ahora bien, como los oficiales
Howell no dice ni una palabra de ella lo que, como en el caso seguían enrabietados el uno con el otro, el capitán les aplicó
de Charleton, bien pudo ser interpretado como una refuta­ el proceso inverso, que fue colgar las espadas al sereno (lo
ción cortés de las pretensiones de Digby. Veinte años antes, que presuntamente anuló el efecto de la medicina). Eso les
en 1635, Howell ignoraba, como todo el mundo, la existencia provocó al día siguiente acervos dolores, condición en la que
del polvo simpático y hablaba exclusivamente del ungüento no le fue difícil arrancarles un apretón de manos y el propó­
armario para hacer una broma un tanto chabacana. En una sito de la enmienda. Aplicado de nuevo el polvo, se curaron
carta a T. Lucy, en Venecia,38 compara la acción a distancia en brevísimo tiempo. El hecho de que Howell se muestre
convencido de la eficacia del polvo, pero cuente la historia
37. Dictionary of National Biography (1888), voL XXVIII, p. 114.
38. Del 15 de enero de 1635; d. Epistolae lfo-Elíanae, (1654-55) pp. 335 de este duelo en el que él no interviene, es una refutación
Y ss. clara, aunque implícita, de la historia contada por Digby.
202 LA MEDICINA MAGNÉTICA

La razón por la que sir Kenelm decidiera inventar una his­


toria que implicaba a una persona viva capaz de desmentirla
o al menos de no corroborarla es un misterio sobre el que
caben conjeturas o bien psicológicas, como la de lady Ann de
que padecía la enfermedad de contar mentiras, o bien políti­
cas. En efecto, con la caída de la República y en las vísperas 6. LA INVISIBILIDAD DE LAS REFUTACIONES
de la Restauración, Digby llegó a estar un tanto mal visto por
prestar pleitesía y servicios a Oliver Cromwell. Así, el cape­
llán de éste, William Hooker, le escribía a John Winthrop en
la primavera de 1658 que Digby no estaba en Inglaterra, que El29 de mayo de 1660 Carlos II volvió a Inglaterra aclamado
no había sabido nada de él en mucho tiempo y que"aunque por las masas con flores y música, mientras las fuentes mana­
es un gran erudito, no oigo hablar nada bien de él a nadie".39 ban vino. Poco después retornó también su madre, Hen­
Se ha especulado con que la redacción del Discurso sería un rietta Maria, y su canciller sir Kenelm Digby. A pesar de los
esfuerzo por parte de Digby para reafirmar lo dicho a Char­ buenos augurios traídos por la Restauración monárquica, las
leton sobre la cura de Howell (a lo que nadie osó rechistar), esperanzas de Digby de retornar a la corte se vieron frustra­
salvando así su honor, a la vez que pondría de relieve su das. En primer lugar estaba su asociación con la reina madre
acendrada fidelidad a la monarquía y su antigua familiaridad que había entrado en Londres organizando misas solemnes,
con Jacobo I, Carlos I y la reina Henrietta Maria. 40 Pudiera lo que incomodó sobremanera a una población con sólidos
ser. En cualquier caso, como veremos a continuación, tras la sentimientos anti papistas. Y, en segundo lugar, su primo
Restauración Digby no fue reconocido como el introductor George, segundo conde Bristol, que había nacido en Madrid
del polvo simpático, si bien la fuerza literaria de su obra le y se había educado allí en el catolicismo, trató de casar al
aseguró verse más firmemente asociado a él que ninguno de monarca con una de las dos princesas de Parma,l enemistán­
los que ostentaban mayores títulos para ello. dose con el rey que los excluyó a él y a Kenelm de la corte.
Por más que Kenelm recabase la intercesión de Henrietta
Maria, tampoco ella era bien vista y al poco tiempo retornó
para siempre a Francia.
A Kenelm le quedaba tan sólo un lustro de vida que
pasó dedicado de nuevo a la vida intelectual y a la ciencia.
Se instaló en Covent Garden, donde montó un laboratorio
1. La única infanta, Margarita María, estaba ya comprometida a pesar de
tener sólo 10 años, por lo que Felipe IV se ofreció a dotar generosamente a la
39. Carta del 30 de marzo de 1659, en Collections ofthe Massachusetts His­ princesa de Parma que más agradase a Carlos II; pero éste optó finalmente por
torical vol. VII, Fourth Series, Boston: Printed for the Society, 1865, Catalina de Braganza que traía en la dote Tánger y Bombay. Aunque Tánger
pp. 588, 593. fue recuperada pronto por los mahometanos, Bombay abrió a Inglaterra las
40. Elisabeth I IEDRICK (2008). pp. 173-78. puertas de la India.

203
204 LA MEDICINA MAGNÉTICA LA INVISIBILIDAD DE LAS REFUTACIONES 205

y abrió un salón al estilo francés, lo que era una novedad en EL POLVO SIMPÁTICO EN LA ROYAL SOCIETY
la isla, donde se reunían intelectuales y aficionados a la filo­
sofía naturaL La Royal Society se fundó a finales de ese año. Kenelm Digby entró a formar parte de la Sociedad entre los
En el concepto de sus fundadores, la ciencia experimental primeros elegidos, el miércoles 12 de diciembre de 16603, tras
coadyuvaba a mantener un espíritu tolerante y cooperativo, la reunión inicial del 28 de noviembre, siendo asimismo uno
olvidando las diferencias políticas, religiosas y filosóficas, de los primeros en contribuir a la vida de la Sociedad con su
que se tenían por dogmas, a favor de las obras de la naturale­ discurso sobre la generación de las plantas del 23 de enero
za, pues los hechos son lo más sólido e indiscutible después siguiente. Sin embargo, la mayoría de los socios no destaca­
de la Revelación y sobre ellos es fácil llegar a un consenso. ban por su capacidad de contribuir ni mucho ni poco al saber
Para dar respetabilidad a la empresa, la Sociedad se llenó de experimental o de otro tipo. Como las sesiones languidecían
cortesanos y nobles, la mayoría de los cuales carecían de cre­ y nadie hacía lo que se pedía, el deseado conocimiento expe­
denciales como científicos. Pero eran necesarios no sólo para rimental no aparecía por ningún lado. De manera que al cabo
dar prestigio social a la nueva empresa, sino también para dar de un par de años, el 5 de noviembre de 1662, Robert Moray
credibilidad a sus trabajos, dado que los nobles estarían por propuso nombrar un encargado o curador de experimentos
encima de cualesquiera intereses y constituirían los mejores "que suministre cada día que se reúnan tres o cuatro experi­
testigos de unos experimentos que el público no podía con­ mentos de consideración", moción que se aprobó a la semana
trolar. Al no existir laboratorios ni gabinetes experimentales siguiente, siendo nombrado Robert Hooke y añadiendo al
en universidades y empresas como ocurre ahora, la palabra requisito de sus tres o cuatro experimentos notables que
era todo cuanto tenían aquellos nobles aficionados para per­ hiciese además cuantos la Sociedad le encargase. 4 Gracias a
mitir al público un acceso virtual a la filosofía experimentaL Hooke la Sociedad empezó a realizar actividades experimen­
De acuerdo con ello, el primer Consejo de la Sociedad tras la tales (el nombre de Hooke aparece en la mitad de las páginas
Carta Patente concedida por Carlos II el 15 de julio de 1662, del Libro de Actas). Junto con Henry Oldenburg, nombra­
incluía a veintiún miembros, entre ellos sir Kenelm Digby y do secretario en julio del mismo año, fueron los dos únicos
sir Gilbert Talbot, la mitad de los cuales eran cortesanos y socios pagados y eficientes.
nobles sin el menor peso científico. 2 Cabría esperar que Digby apareciese en la Sociedad como
el gran experto en polvo simpático dado el éxito y penetra­
ción de su brillante Discurso sobre el tema. Sin embargo, sus
contribuciones eran de sobra conocidas, pues para 1661 el
libro llevaba ya media docena de ediciones en varios idio­
2. Según Susana GÓMEZ (1987), durante el siglo XVII, más del 57% de los mas, por lo que el interés de la Sociedad se centró en las
socios británicos eran de clase alta y casi el 44% no realizaron jamás actividad
alguna. Sólo el 25% tenían alguna formación científica (sobre todo médicos y
matemáticos), siendo el resto fundamentalmente nobles, funcionarios, eruditos 3. En realidad nuestro 22 de diciembre, ya que entonces no se había adopta­
y diplomáticos. Entre los socios extranjeros, el porcentaje de científicos supe­ do aún en Inglatrerra el calendario gregoriano; cf. la n. 5, p. 75.
raba ligeramente el 50%. 4. Thomas BIRCH (1756-1757), vol. 1, pp. 123 Y ss.
206 LA MEDICINA MAGNÉTICA 207
LA INVISIBILIDAD DE LAS REFUTACIONES

aportaciones novedosas de Gilbert Talbot. Por supuesto, no tal, escribió en 1661 el libro The Vanity of Dogmatizing, en
se insinuó la menor censura a Digby por sus invenciones. En el que atacaba el fanatismo desde un moderado escepticismo
la Royal Society, como en todas partes, había una manifiesta típico de la ideología de la Royal Society, a la que dedicaba
separación entre nobles y menestrales. Mientras que a los la obra. Los padres fundadores eran escépticos respecto a las
primeros se les trataba con suma cortesía, se les pedía que teorías generales (los dogmas), mientras que aceptaban sin
hicieran esto o lo otro y cuando alguna vez consentían en escrúpulos los hechos (las obras de la naturaleza). Hacia el
ello, se les agradecía con aspavientos, a los segundos, como final del libro/ Glanvill considera con cierto escepticismo las
a Hooke, se les ordenaba llanamente que realizase cualquier acciones a distancia de la imaginación (como la transmisión
cosa y punto, por más que hiciese él solo más contribuciones del pensamiento) hasta tanto no se complete una historia
científicas que todos los demás juntos. 5 También se observa natural de la magia; pero entre tanto expresa la convicción
una diferencia entre ambos grupos por lo que atañe a las de que, sea cual sea la causa, existen curas magnéticas con
disputas, pues sólo los plebeyos se enzarzaban en polémicas ungüento armario o polvo simpático «cuya existencia afir­
enconadas acerca de la prioridad u otros temas cualesquiera,
ma, con circunstancias que constituyen buena prueba de ello,
que afectaron a Hooke, Oldenburg, Leibniz, Flamsteed,
el noble sir Kenelm Digby en su ingenioso discurso sobre el
Hobbes o Newton, pero no a los patronos. 6 Quizás eso
particular". Aunque Digby aborda la explicación del fenó­
explique que no se exprese la menor crítica a sir Kenelm por
meno con mecanismos por emisión de átomos de las vendas
su pretendida prioridad en el uso del polvo y que sir Gilbert
ensangrentadas a las heridas, Glanvill no quiere entrar en
y él no se enzarzasen en peleas impropias de su condición.
discusiones doctrinales sobre si la explicación mecánica es
También explicaría que la Sociedad no diese publicidad a
peor que la del anima mundi. "Basta que de facto haya inter­
posibles experimentos que mostrasen la ineficacia del polvo
cambio entre el ungüento magnético y el cuerpo herido, y no
con deshonor para ambos. Pero todo ello es especulativo y,
necesito pr~ocuparme por la causa."
como las consideraciones de Boyle citadas más arriba indi­
En esta época, la Royal Society se sintió preocupada por el
can, la cuestión no se aclaró plenamente. Lo más probable
escaso éxito social de su empresa y encargó a Thomas Sprat
es que nunca realizasen pruebas sistemáticas, limitándose
la redacción de una apología. Sprat era un joven plumífero
tan sólo, como veremos, a anécdotas particulares. Lo que
recientemente incorporado a la Sociedad en la primavera de
sí es cierto, en cualquier caso, es que en las sesiones de la
1663 que redactó en un estilo más estirado que claro las ideas
Royal Society no se otorgó a Digby protagonismo por su
de los fundadores. La obra, The History of the Royal Society
experiencia con el polvo, aunque así ocurre en otras obras
emblemáticas de la Sociedad. of London, se publicó en 1667. Ofrecía algunos ejemplos de
los trabajos de la Sociedad, en general más bien pobres, junto
Por ejemplo, Joseph Glanvill, capellán del rey, miembro
de la Royal Society y propagandista de la filosofía experimen­ con una ideología empirista y unos ideales nacionalistas que
prometían grandes beneficios materiales derivados del traba­
5. Véase mi introducción a Robert HOOKE jo cooperativo. Al igual que Glanvill, los fundadores insisten
6. Sobre las polémicas como justas entre menestrales para solaz de nobles,
véase el cap. 3 de Mario BIAGIOLI (1993).
7. Nueva edición de 1665, pp. 178-179.
LA INVISIBILIDAD DE LAS REFUTACIONES 209
208 LA MEDICINA MAGNÉTICA

en una «cauta desconfianza hacia las generalizaciones que a John Evelyn que trajera el de Talbot que tenía en su poder,
algunos observadores denominan escepticismo", aunque es pero no hay noticia alguna de que hicieran nada con él. Ya
un escepticismo limitado a las teorías, por lo que se entre­ señalamos que durante los dos primeros años de la Sociedad
gan sin miedo a "hacer registros fidedignos de las obras de era frecuente que las sesiones fuesen mortecinas y que en
la naturaleza". U na de las magníficas cosas prácticas que ellas se charlara sin que se realizaran experiencias. Finalmen­
puede hacer la ciencia es estudiar el método de hacer vino de te, el 26 de junio Talbot propuso atormentar a una persona
caña de azúcar, ya que últimamente había bajado el precio con polvo simpático, nombrándose un comité de curadores
del azúcar y subido el del vino, pues "se descubre que son en el que no estaban ni Talbot ni Digby que había hecho esa
factibles algunas cosas que poco antes se consideraban ima­ experiencia con Howell, sino los médicos sir George Ent,
ginarias y fantásticas", y "esta es una de las grandes virtudes Timothy Clarke, Jonathan Goddard y Daniel Whistler, prác­
del experimentador verdadero e infatigable, quien a menu­ ticamente todos los médicos activos de la Royal Society con la
do arranca cosas de las fauces de esos temibles monstruos, excepción de Christopher Merret, lo que explica la exclusión
la improbabilidad y la imposibilidad." Animado por ello, de los dos caballeros aficionados. Desgraciadamente, espera­
cita los innumerables informes prometedores que obran en remos en vano por los resultados del experimento.
poder de la institución, como los venenos de Macassar, la Dos años y medio más tarde se registró una nueva y últi­
generación de cangrejos, la resucitación de las golondrinas ma mención del polvo, pero la espera mereció la pena. El
tras congelarse con el mar, las barnaclas-percebe, los moros miércoles 23 de diciembre de 1663,8 sir Christopher Wren,
que se suicidan conteniendo la respiración, las curiosida­ inspirado arquitecto y matemático de relieve, alabado por
des del pico de Tenerife ... o las curas con polvo simpático Newton en los Principia como comparable a John Wallis y
(pp. 193-199), que se añaden a la referencia que ya había Christiaan Huygens, llevó a cabo la experiencia de atormen­
hecho Vernatti al "muy renombrado polvo simpático de Sir tar a una persona con polvo simpático. Hallándose en casa
Kenelme Digby" (p. 165). de un familiar, una sirvienta se cortó un dedo. Tras frotar la
No obstante, como hemos dicho, la voz cantante en las herida con una tira de tela, se trató ésta con vitriolo calci­
sesiones de la Royal Society sobre el polvo simpático corres­ nado y se guardó en el seno de la fámula, supongo que para
pondió a Gilbert Talbot. Éste fue admitido en la Sociedad eL darle un suave calor, ya que en esa época del año podía hacer
22 de mayo de 1661 y cuando quince días más tarde se habló bastante frío en las habitaciones de las casas londinenses. En
de las curas magnéticas estando presente Digby, se le pidió a un tiempo breve, el dedo se curó lo bastante como para que
Talbot que comunicase lo que sabía sobre el asunto. Era sabi­ se retirara la tela del seno y se pusiese a la criada a barrer en
do que Talbot había usado el polvo durante la guerra, pero otra estancia. Entre tanto, el investigador puso la tela cabe
no había publicado nada sobre el particular. También se pidió el fuego y repentinamente la criada tiró la escoba lanzando
a los socios que tuviesen polvo que lo trajesen. A la semana un grito de dolor porque el dedo le ardía. Enfriado el trapo
siguiente, el 14 de junio, nadie trajo nada, pero Talbot leyó y aderezado con más polvo, en uno o dos días se curó por
sus "experimentos" y se ordenó que se registraran. Robert
Moray y William Hammon aportaron sus polvos y se pidió 8. Thomas BIRCH (1756-57), vol. 1, p. 349.
LA INVISIBILIDAD DE LAS REFUTACIONES 211
210 LA MEDICINA MAGNÉTICA
parte de los hombres cultos y expertos [virtuost] de Euro­
completo. Animado por esta narración, Robert Boyle decidió pa". Éste se le quejaba no sólo de las molestias causadas por
repetir el experimento con un perro; pero si lo llevó a cabo,
los cálculos de la vejiga, sino sobre todo por el dolor de una
no dejó constancia del resultado. En la Royal Society , el resto
úlcera que allí tenía, provocada y exacerbada por los medi­
fue silencio.
camentos a que acudía para disolver los cálculos. Un buen
Resulta extraño que no se llevara a cabo un experimento
día, Robert Boyle le recomendó probar la acción del polvo
tan vistoso y fácil de ensayar, sobre todo cuando se podía
simpático sobre la úlcera, aplicándolo a la "materia ulcerosa"
encargar a Hooke que lo hiciera tras su nombramiento como
que expulsaba con la orina. Eso indica que la acción del polvo
curador de experimentos a finales de 1662. Y si se trataba
de perros, Hooke no se detenía ante la tarea de abrirlos en no había sido refutada por la Royal Society para la promoción
canal y mantenerlos indefinidamente vivos insuflando aire del saber experimental. Ni probada, ya que Boyle justifica
a sus paralizados pulmones mediante un fuelle aplicado a la su sugerencia diciendo que en cualquier caso mal no puede
tráquea. 9 Pero el caso es que tras el informe de Wren no se hacer y tal vez lo aliviaría si es que la medicina tiene virtud
volvió a hablar del asunto. magnética. Poco después, Boyle recibió una carta de él y de
Con todo, disponemos del testimonio del miembro fun­ su médico dándole las gracias por el consejo, pues el paciente
dador más experimentalista y prudente, Robert Boyle, que se sintió mejor del dolor tras ensayarlo, durando el efecto al
sugiere que el tema quedó realmente sin decidir. En Some menos un año. Expresa a continuación la inutilidad del polvo
Considerations touching the Usefulness ofNatural Philosophy en algunas aplicaciones que ha hecho, pero no niega que a
(1663),1° se plantea la existencia de medicinas que no actúen veces funcione porque "he visto que algo se sigue del polvo
del modo ordinario, sino por magia, magnetismo o transplan­ simpático", por lo que "me inclino a creer que a veces podría
te (consistente en expulsar la enfermedad del paciente a otro curar".
ser vivo, como un árbol), entre las que menciona el ungüento Esta angustiosa indefinición es incompatible con expe­
armario, el polvo simpático y un remedio que atribuye a rimentos tajantes en uno u otro sentido. El propio Boyle
Paracelso consistente en curar la ictericia haciendo pastelillos explica más adelante por qué los ensayos no son definitivos
con orina del enfermo y corteza de fresno que se entierran y claros en Two Essays, concerning the Unsuccessfulness of
después en estiércol. Señala que todos estos remedios han Experiments (1669).11 Los experimentos físicos son muy
sido empleados y recomendados por médicos eminentes. simples, claros y constantes, como puede ser la proporción
Tiene sus dudas por lo que respecta al polvo simpático, inversa entre presión y volumen del aire; pero en medicina
pero se inclina ante el caso de un caballero que parece ser son muy lábiles. La incertidumbre de los experimentos médi­
Digby, el cual padecía de un mal de piedra que le provoca­ cos se debe a que la misma enfermedad puede ser provocada
ba muchos dolores. Lo describe como "un caballero muy por causas distintas en diferentes personas y a que lo que cura
honesto, al que su pluma ha hecho famoso entre una gran a una puede empeorar a otra, algo que incluso puede ocurrirle
9. Lo hizo una vez, Thomas SPRAT (1667), p. 232, pero se negó a repetirlo 11. Contenidos en Certain Physiological Essays; en Works, vol. 2, pp. 73
para no causar un dolor innecesario
y ss.
10. Parte II, sección 1, cap. en Works, vol. 3, p. 430.
212 LA MEDICINA MAGNÉTICA LA INVISIBILIDAD DE LAS REFUTACIONES 213

a la misma persona en momentos distintos. Otros remedios, de las actividades monárquicas y la posterior amistad con
como el polvo simpático "parecen expuestos a contingencias Cromwell, reproduciendo el párrafo de una carta en la que
de naturaleza peculiar", pues ora tienen éxito, ora no. Por un decía estar dispuesto a dar la vida por éL .. y finalizaba con
lado, no sólo diversos médicos y otras personas sobrias ase­ estas palabras: "Sus aptitudes y erudición fueron muy nota­
guran haber hecho curaciones con éxito, sino que "nosotros bles, pero su valía como filósofo se vio muy mermada por su
mismos pensamos haber sido testigos de su operación"; pero, credulidad o falta de veracidad".u Poner en tela de juicio la
por otro, muchos que lo han ensayado no han encontrado que veracidad de un caballero miembro del Consejo era un insul­
respondiera a las expectativas y "nosotros mismos, al probar to muy grave por parte de la Sociedad. Y también una vileza,
uno de preparación propia, lo hemos hallado inefectivo para pues habían tenido tiempo y ocasión para decírselo a la cara
detener siquiera una hemorragia nasal". Pero ni siquiera este entre 1660 y 1665, lo que sin duda hubiera desencadenado un
ensayo prueba que el polvo sea inútil, pues "al aplicarlo poco reto a un duelo por parte del anciano. Ahora bien, dado que
antes, vimos que detenía inmediatamente la hemorragia vio­ años más tarde Boyle seguía indeciso en sus juicios acerca del
lenta de una persona que estaba tan lejos de contribuir con valor curativo del polvo, la acusación de mentiroso podría
su imaginación al efecto del polvo, que se reía de aquéllos a referirse, más que a la eficacia del remedio, a sus invenciones
quienes veía aplicarlo a algunas gotas de su sangre". sobre la prioridad en la introducción del polvo simpático y
Esta observación muestra la sensibilidad de Boyle al sobre la cura de Howell. Gilbert Talbot que también había
efecto placebo, aunque éste no se tuvo en cuenta realmente inventado lo suyo sobre las curaciones magnéticas, no reci­
hasta siglos más tarde. El refinamiento y puesta a punto de bió reproche alguno y siguió colaborando activamente con la
ensayos clínicos con grupos aleatorios, placebos y proce­ Sociedad hasta que se cansó de pagar las cuotas a finales de
dimientos ciegos no tendría lugar hasta mediados del siglo los sesenta, siendo expulsado en 1685.
pasado. Por tanto, y a la vista de los resultados inconcluyen­
tes, la salida más prudente era el escepticismo mitigado: no
se puede afirmar que nunca tenga efecto, pero tampoco que LA INEFICACIA DE LA EXPERIENCIA
sea siempre eficaz.
Tal vez el escepticismo prudente fuese la actitud más razo­ Se dice a veces que la actitud experimental disolvió las som­
nable por lo que respecta al polvo simpático. Pero no es Rosi­ bras del oscurantismo medieval y las quimeras de Aristóteles
ble abandonar el tema del polvo en la Royal Society sin dejar para inaugurar el conocimiento científico que desde la época
constancia de la inusitada rudeza y falta de honorabilidad con moderna avanzaría imparable. Eso pensaba Bacon y ya vimos
que la institución trató a sir Kenelm. El 11 de abril de 1666, las locuras que creía. Eso pensaban los miembros de la Royal
diez meses después de la muerte de éste, se dio cuenta del Society y ya vimos en qué jardines se perdían. También seña­
fallecimiento y se ofreció una extensa y detallada nota bio­ lamos que la mayor carga de la experimentación caía sobre
gráfica de dos páginas preparada previamente para esa sesión. 12. Thomas BIRCH (1756-57), voL 1, p. 82. También se citaron ocho de sus
En ella se daba cuenta de la traición de su padre, de su for­ entre las que se colaron las Institutionum peripateticarum de Thomas
mación con Thomas Allen, de su expedición al Mediterráneo, White.
LA INVISffiILIDAD DE LAS REFUTACIONES 215
214 LA MEDICINA MAGNÉTICA

los hombros de paracelsianos, alquimistas y otros practican­ ocurría con el pus que quedaba dentro de la herida curada,
tes de la magia natural. Las ciencias emblemáticas de la Revo­ dado que la estrechez de los vasos que van hacia el corazón
lución científica fueron las ciencias matemáticas de la astro­ y lo espeso de la materia purulenta parecían impedir esa vía
nomía, de la mecánica y la óptica newtonianas, en las que las de escape. Prudentemente, el otro contestó que: "hay cosas
observaciones y experimentos se subordinaban rígidamente en la naturaleza para las que no se puede dar razón". Pasaron
a estructuras teóricas audaces que los fundadores de la Royal a otras curaciones que entrañaban la fragmentación y expul­
Society estimaban dogmáticas. El caso del polvo simpático sión de los cálculos, de la que Leeuwenhoek desconfiaba
muestra la debilidad del empirismo desnudo. Difícilmente porque había realizado experimentos tratando de disolver
encontraremos en esta época a matemáticos más sólidos que cálculos in vitro poniéndolos en vinagre más de un año
Christopher Wren, químicos más circunspectos que Robert sin resultado alguno. 14 También lo interrogó sobre las vías
Boyle o biólogos más agudos que Antoni van Leeuwenhoek, por las que pretendía descargar el tumor del pecho de una
paciente a través de otro en el brazo, dada la desconexión
todos los cuales no pudieron refutar experimentalmente
anatómica entre ambos, a lo que el otro respondió asimismo
efectos ciertamente sospechosos en áreas carentes de teorías
con que hay cosas en la naturaleza que no sabemos explicar.
sólidas.
Leeuwenhoek finaliza con la relación de un par de casos en
Para fines del siglo XVII, la creencia en la medicina mag­
los que la cura fraca.só y avisa a los miembros de la Royal
nética había ido decayendo paulatinamente, aunque más por
Society de que el curandero va a viajar a Inglaterra donde
el desánimo que entraña no obtener resultados sostenidos
engañará a otros crédulos. Sencillamente Leeuwenhoek no
que permitan seguir trabajando en un campo, que por cla­
cree en las curas magnéticas y opina que no encontrar una
ros argumentos empíricos en contra. Quienes descreían de
explicación fisiológica es suficiente para rechazarla, pero no
ella, lo hacían más por motivos doctrinales que por pruebas
aporta pruebas de que no funcione. Y es que hacer tal cosa
experimentales. Así le ocurrió a Antoni van Leeuwenhoek
exige procedimientos bien diseñados y técnicas de ensayo
cuando intervino en el control de unas curas magnéticas.
que aún tardarían siglos en ponerse a punto. Y en ausencia
En 1697, Georg Henrik van Rettiwich practicaba esas curas de ellas, el empirismo espontáneo sirve de poco, como ocu­
aplicando en su casa el polvo a la orina que le traían de los rrió con su intento similar de refutar el arte zahorí en el que
pacientes. Uno de ellos, Pieter van der Slaart, sanó de sus fue a por lana y salió trasquilado.
males y le pidió a Leeuwenhoek que examinase las curas Leeuwenhoek, que era funcionario del ayuntamiento de
del artista, cosa que hizo sin arrojar ninguna luz sobre el Delft, tuvo en 1696 una charla con un consejero de la ciudad
asunto. 13 Se reunieron los tres y Leeuwenhoek interrogó de Emmerich sobre el carácter supersticioso o no del arte
al curandero intentando que le explicase la fisiología del de la rabdomancia, tras de lo cual quedaron para hacer una
proceso, algo que difícilmente se podía exigir de la mayoría prueba al día siguiente con dos zahoríes y otros testigos. Los
de las curas. El microscopista le preguntó, por ejemplo, qué zahoríes, padre e hijo, encontraban oro mediante una vara
13. Véase la carta de Leeuwenhoek a la Royal Society del 5 de abril de 1697,
recogida en sus Collected Letters, vol. 12, pp. 137-159. 14. En 1692./bid., VIII, pp. 213-233; Y en 1695, IX, p. 29.
216 LA MEDICINA MAGNÉTICA LA INVISIBILIDAD DE LAS REFUTACIONES 217

de avellano. 15 La cosa consistía en esconder oro que luego el contrario, ni era fácil saber qué ocurría ni frecuentemen­
buscaban los zahoríes con la vara, obteniendo éxito tras te existía la menor idea de qué factores controlar. De ahí la
éxito en las más de veinticinco pruebas realizadas. A conti­ ausencia de refutaciones claras como la de la ley de caída aris­
nuación decidieron probar si acaso alguno de los presentes totélica. Aparte de esas diferencias entre las teorías estructu­
tenía también poderes, pues se suponía que sólo los tenía una radas matemáticamente y las naturalistas, estaba la dificultad
de cada diez personas, descubriendo que los resultados eran de experimentar libremente con la salud humana, razón por
aleatorios excepto en el caso de uno de ellos. Leeuwenhoek la cual algunos expresaron su deseo de hacer experimentos
volvió a casa estupefacto y se dedicó a entrenar todos los días preclínicos con animales. Se recordará que Bacon se felicitaba
con diferentes ramitas, confiando en desarrollar la facultad, en la Sylva Sylvarum de que el ungüento armario funcionase
y sugiriendo, como Highmore y Digby, una explicación de bien con animales para poder ensayarlo sin problemas. Tam­
esta acción aparentemente a distancia a través de emisiones bién Robert Boyle deseaba operar con animales 18 para evitar
de efluvios de partículas al modo de Gassendi y Descartes. dolores humanos al ensayar las curas, pues aunque éstos no
Realizó pruebas en su casa ante testigos y tuvo éxito diez o reaccionen igual que los humanos, algunos de ellos como los
veinte veces con ramas de distintos árboles. 16 perros y los monos lo hacen de manera parecida: pericula
Baste este ejemplo de la conversión de un escéptico median­ faciendum est in viii anima, sentenciaba, por lo que "pode­
te ensayos ingenuos para mostrar la dificultad del experimen­ mos herirlos para ensayar la eficacia del ungüento armario
talismo espontáneo sin técnicas de control refinadas. Los
y del polvo simpático, pues algunos de mis amigos, como
experimentos médicos son mucho más complicados que los
ya he indicado, me aseguran que algunos de ellos han visto
físicos, en los que las condiciones iniciales son más constantes
y otros han realizado, curas de caballos cojos a causa de un
y sencillas de medir, pues se trata de magnitudes como la tem­
clavo, lavando el casco que les dolía con ungüento armario
peratura, el peso, o la altura. Por eso los experimentos nega­
que a ese fin portaban en cajas de plata". Desgraciadamente,
tivos o las refutaciones son más fáciles de establecer, aunque
una vez más, no hay registros de ensayos sistemáticos y con­
ello no siempre sea trivial, como ocurrió con los intentos de
trolados con series de animales heridos ex profeso y someti­
poner a prueba la ley aristotélica de que los tempos de caída
dos aleatoriamente a distintos tipos de cura. Hay que esperar
de los graves son inversamente proporcionales a los pesos en
un medio resistente como es el aireY En la medicina, por 18. En la mentada sesión de la Royal Society en la que Wren expuso su
experimento de atormentar a la criada (23-12-1663) yen The Usefulness ofNa­
15. Carta a Pieter Rabus del 16 de mayo de 1696; ibid., vol. XI, tural Philosophy, n (1663); Works, vol. 3, p. 435. Los primeros ensayos
pp. 259-267. nicos (con animales) controlados se realizaron en conexión con la
16. Carta a Rabus dos semanas más tarde, ell de junio de 1696; ibid., XI, del Cimento de Florencia. En los años setenta del siglo XVII, Francesco Redt
pp. 269-275. No dice si esas diez o veinte veces fueron todas las veces. hirió en el pecho a diez palomas con flechas con veneno de víboras y a cuatro
17. La historia según la cual Galileo refutaba la doctrina de Aristóteles ti­ con flechas limpias, hallando que sólo las diez primeras morían. En 1673, por
rando bolitas desde el campanario torcido de Pisa es espuria. No tienen por qué orden del gran duque Fernando n, puso aprueba las propiedades '<.r; ..."."' ......<
caer a la vez, como exigía la nueva teoría de Galileo, siendo el mérito de éste y hemostáticas de un agua estíptica de Jean
desarrollar una teoría auxiliar para explicar por qué y cómo se diversifican unas dieciocho capones, trató a seis con el
velocidades que en el vaCÍo serían iguales. Véase GALILEO, Discursi (1638), en un pozo ordinario y a seis con nada.
Opere, VIII, pp. 116-121. (2009), pp. 127-129.
LA INVISIBILIDAD DE LAS REFUTACIONES 219
218 LA MEDICINA MAGNÉTICA

al siglo XIX para ver a Marie- Fran~ois- Xavier Bichat realizar mos de los hospitales o de los campos doscientos o quinien­
vivisecciones, expresando las reglas generales del procedi­ tos pobres con fiebres, pleuritis, etc. y dividámoslos a suertes
miento, seguido por Fran~ois Magendie, quien desarrolló en dos grupos, de modo que la mitad de ellos me toquen a mí
realmente los métodos de la farmacología moderna mediante y la otra, a vosotros. Los curaré sin sangrías ni evacuaciones
pruebas con animales. sensibles ... y veamos cuántos funerales tiene cada uno".21
Sin duda se propusieron ideas interesantes con anterio­ Pero era un alarde que nadie aceptó ni él mismo empleó para
ridad, aunque se aplicaron de manera asistemátca y casual. probar su caso. Por lo que respecta a las medicinas magnéti­
Por ejemplo, la eficacia de los placebos era bien conocida cas, Werner Rolfink22 aducía la introducción de un sesgo en
en el siglo XVI, atribuyéndose a la influencia física de la las muestras para explicar el éxito de las curas, señalando que
imaginación. A finales del siglo, por ejemplo, Andreas Liba­ los partidarios de ellas seleccionaban para el tratamiento sim­
vius criticaba el ungüento armario porque las curas podían pático las heridas más fáciles que habrían curado solas con tal
explicarse psico-fisiológicamente, dado que muchas heridas de mantenerlas limpias de pus. Pero tampoco aplicó sus ideas
curan solas, sirviendo las ceremonias mágicas para "animar al a ensayos aleatorizados.
paciente, quien recobra entonces la fe y dirige naturalmente El primer ensayo clínico serio y temprano se debió al
las virtudes al lugar afectado mediante la imaginación".19 A médico y cirujano Bartolomé Hidalgo de Agüero (1530­
principios del siglo XVII, Pietro Piperno usaba deliberada­ 1597), quien lo llevó a cabo en 1583, en el momento en
mente el engaño como forma de terapia. 20 Cuenta el caso de que comenzaban a aparecer las primeras noticias sobre el
un comerciante deprimido por causa de las deudas de juego ungüento armario. Desgraciadamente no tomó en conside­
que creía estar embrujado. Para curarlo usó una medicina ración esa medicina, pues sus investigaciones hubieran sido
23
falsa, escondiendo unos pelos unidos con hilos y brea que muy relevantes para explicar por qué parecía funcionar.
hizo aparecer en el momento apropiado con grandes excla­ Hidalgo de Agüero recurrió al libro de registros del Hospital
maciones, con el resultado de que el comerciante se curó del Cardenal de Sevilla para comparar los resultados de dos
creyendo que le había extraído la causa del mal. Con todo, métodos de curar las heridas incisas y contusas, utilizados
no se incorporó este efecto a los ensayos clínicos hasta tres separadamente en años sucesivos. Los dos métodos eran
siglos más tarde. la vía húmeda tradicional y la vía seca, ya mencionada por
Otro elemento tenido a veces en cuenta, pero no usado Galeno, pero no usada sistemáticamente hasta ahora. La vía
sistemáticamente, fue la distribución aleatoria de casos para húmeda común, del "pus loable", consistía en dejar las heri­
recibir distintos tratamientos. Van Helmont desafiaba a los das abiertas sin suturar para provocar la supuración mediante
médicos galenistas a comparar el método usado por ellos para torundas y drenajes introducidos en ella, mientras que el
curar fiebres mediante sangrías con el suyo diciendo: "coja­ método particular o seco de Hidalgo de Agüero consistía en

19. Tractatus duo physici (1594), pp. 35 Y ss. 21. Ortus medicinae, pp. 526-527.
20. De magicis effectibus (1634), libro IV sobre el poder de la imaginación 22. Chimía in artís formam redacta (1661); d. Lvnn THORNDIKE (1658),
y cómo curar engañando al paciente, p. 127 Y ss; d. Lynn THORNDIKE (1958), vol. VIII, pp. 134 Y ss.
voL VIII, p. 549. 23. Avisos particulares de cirugía contra la común opinión (1584).
LA INVISIBILIDAD DE LAS REFUTAClONES 221
220 LA MEDICINA MAGNÉTICA

dejarlas sangrar para luego limpiar y desecar la herida, unir sus curaciones se debían a la aplicación del método particular,
los bordes y favorecer la cicatrización por primera intención. pues evitaban drenajes y torundas que mantenían la herida
Se evitaba así la pérdida de masa y la dilatación de las heridas, abierta y supurante, limitándose a limpiarla y vendarla, facili­
empleando a cambio desecantes y astringentes, cosiéndolas tando la cicatrización y evitando la infección. Pero entonces,
y poniéndolas a continuación a cubierto del contacto con el amable lector, no tendrías este libro en tus manos.
aire. Antes de la puesta a punto de su método, tanto él mismo Se suele señalar que el primer ensayo clínico planifica­
como su maestro Juan de Cuevas usaron durante veinte años do fue el que hizo James Lind sobre el escorbuto a bordo
el procedimiento tradicional, de manera que consultando el del navío de cuarta clase Salisbury en 1747.26 El escorbuto
libro de registro del hospital se tenían dos grupos amplios, hacía estragos en las tripulaciones de navegaciones de altura.
sin sesgo en la selección, sometidos a diferentes tratamientos. Por ejemplo, en la circunnavegación de lord Anson, poco
Con el primero se morían el 80% de los heridos, mientras tiempo antes, murieron tres cuartas partes de una tripula­
que con el segundo sanaban casi todos (95,6%), de manera ción de 510. Se sabía desde tiempo atrás que algunas plan­
que los barateros y jugadores que recurrían con facilidad a la tas prevenían o curaban la enfermedad, aunque no se sabía
navaja usaban decir: "En Dios me encomiendo / y en manos
de Agüero".24 Dejemos hablar a nuestro médico: «Hice
regular por el libro de dicho Hospital del Cardenal, donde se
asientan los heridos, y se ha visto que el año passado de
y quinientos y ochenta y tres años, entraron quatrocientos
y cincuenta y seys heridos de todas heridas; y salieron sanos
quatrocientos y treynta y seys [95,6%]; y murieron veynte.
y en los dos meses y medio que hize assentar de por sí los
heridos de cabec;a, entraron cinquenta y siete, y salieron sanos
cinquenta [87,7%], y murieron siete. Y en los años en que han
curado mis antecesores, e yo por la común, se halla mayor
número de los muertos que de los vivos. Miren pues los hom­
bres desinteresados, y libres de pass ion, quanta ventaja tiene
la particular e la común y qual es mas prouechosa".25 Si los
sanadores magnéticos hubieran leído al sevillano, sabrían que
24. Anastasia (1845), p. 28.
CHINCHILLA
25. Tesoro de la verdadera cirugíay vía particular contra la común (1604); El médico Bartolomé Hidalgo de Agüero, introductor de la vía seca para
p. 48 de la edición de 1654. En la literatura médica Ambroise Paré suele apa­
el tratamiento de las heridas.
recer como el gran renovador del tratamiento de las heridas, pero las pruebas
sobre su nuevo tratamiento de las quemaduras y heridas de armas de
son anecdóticas y casuales, no sistemáticas como las del español; d. Oeuvres
(1575): pp. 358 Y 359. 26. A Treatise o[ Scurvy (1753), pp. 191-96.
222 LA MEDICINA MAGNÉTICA LA INVISIBILIDAD DE LAS REFUTACIONES 223

exactamente cuáles ni por qué. John Woodall, por ejemplo, respaldados por la teoría cobran la dureza del diamante. Por
había dedicado una parte del Surgions Mate (1617) al asunto, ese motivo, la marina británica tardó cerca de medio siglo
recomendando la coclearia de Dinamarca, llamada hierba del en tomar en cuenta un tratamiento tan esencial para el man­
escorbuto, el berro y la acedera que contienen vitamina C, así tenimiento de su imperio. Para el siglo XIX ya se daba a los
como otras que no son buena fuente de ella, como el ajenjo barcos y marineros británicos el nombre de lim'ey por el uso
o el rábano rusticano. También mencionaba los cítricos. Por de limas a bordo.
su parte Lind, aunque no averiguó las causas del escorbuto, La evolución hacia la estandarización de los ensayos clí­
puso a prueba algunos de los remedios usuales. El 20 de nicos fue lenta y no se consiguió con plenitud hasta media­
mayo de 1747, tras unas diez semanas en el mar, cayó enfer­ dos del siglo pasado, cuando ya el polvo simpático se había
ma cerca de la cuarta parte de la tripulación, 80 hombres de borrado de la memoria médica. Durante la segunda guerra
350. Tomó a doce enfermos en un estado parecido de lasitud, mundial se hicieron ensayos infames a gran escala. No sólo
podredumbre de las encías, etc. y los dividió en seis parejas. los inhumanos de los nazis. También en los Estados Unidos
La alimentación básica era la misma para todos, pero a cada se usaron huérfanos y retrasados mentales institucionaliza­
una le suministró un suplemento distinto: un litro de sidra dos (los "pobres" de Van Helmont) para ensayar una vacuna
diario por cabeza; dos cucharadas de vinagre en ayunas tres contra la disentería que afectaba a los soldados; se emplearon
veces al día; veinticinco gotas de elixir de vitriolo en ayunas enfermos mentales del Hospital del Estado de Illinois para
tres veces al día; un cuarto de litro de agua de mar (a los que ensayar remedios contra la malaria; y se recurrió a presos
estaban peor); dos naranjas y un limón diarios (medicina para ajustar las dosis de la penicilina. Sólo tras la guerra se
que sólo duró seis días, frente a las dos semanas del resto); aprobó el Código de Nuremberg (1947) que exigía el conoci­
y una bola del tamaño de una nuez moscada de una pasta miento, consentimiento e información de los sujetos, aunque
hecha a base de ajo, mostaza, mirra, bálsamo del Perú y otras su aplicación tardó aún en imponerse, como muestra el estu­
delicadezas recomendada por un colega. A pesar de la bre­ dio sobre la sífilis de Tuskegee, Alabama, en el que durante
vedad del tratamiento, la pareja de los cítricos fue la que se cuarenta años, entre 1932 y 1972, se dejó sin tratamiento a
recuperó más rápida y claramente. Uno de ellos fue dado de
399 negros a ver qué pasaba, a pesar de que desde mediados
alta y el otro se ocupó como enfermero del resto que estaba
de siglo se conocía ya la penicilina. El estudio demostró que
mucho peor que él. La pareja de la sidra mostró algunos
morían las tres cuartas partes de los afectados, no sin trans­
signos de mejoría al cabo de quince días, mientras que el
mitir antes el mal a las mujeres quienes a su vez lo pasaban a
resto no mostró cambios significativos. Para el gusto actual
los hijos.27 Finalmente se difundió la idea de que el Código
de quienes saben qué es el escorbuto, qué lo produce y qué
de Nuremberg no era sólo para afear su conducta a los nazis,
lo cura, el ensayo de Lind era definitivo. Pero no lo fue para
sino para todos los países y se empezaron asimismo a usar
sus contemporáneos, dado que había do(:enas de tratados y
sistemáticamente procedimientos aleatorios con grupos de
tratamientos, por lo que unos datos más, sin estar respalda­
control y procedimientos ciegos.
dos por una explicación teórica, no resultan dramáticamente
convincentes: los hechos desnudos son ciegos, mientras que 27. ef. Susan M. REVERBY (2009).
224 LA MEDICINA MAGNÉTICA LA INVISIBILIDAD DE LAS REFUTACIONES 225

Qué hubiera ocurrido, podemos preguntarnos, si se hubie­ A mediados del siglo XIX, Mill citaba la capacidad curativa
ra aplicado este procedimiento a la evaluación del polvo sim­ del polvo simpático de Digby como ejemplo de la "falacia
pático. Si, por ejemplo, se hubiesen elegido al azar tres grupos de la observación", consistente en pasar por alto algunas cir­
de perros, se les hubiera dado una cuchillada semejante en el cunstancias que resultan cruciales, como mantener limpia y
lomo y se hubiese tratando a los de un grupo con polvo sim­ vendada la herida, atribuyendo por el contrario el efecto a una
pático, a los del otro con la vía húmeda usual y a los del otro operación absurda e ineficaz, como untar el arma. 29 Esta últi­
con nada. Por lo que sabemos, los del polvo simpático habrían ma observación muestra que ya se había olvidado la diferencia
curado rápidamente, si no por la acción simpática del vitriolo, entre el ungüento armario y el polvo simpático y que la expe­
sí por mantener la herida limpia, los labios cerrados y bien rimentación no era necesaria, pues se había decidido teórica y
vendados. Seguirían los de control a base de lamerse el lomo no empíricamente cuál habría de ser el resultado. Mill obtiene
y vendría muy detrás los del "pus loable". Los experimentos la información de la Pharmacologia de John Ayrton Paris,
sin teoría son definitivamente ciegos. Como las cosas no se quien a principios del siglo XIX afirmaba que algunas prác­
hicieron bien según los requisitos de los ensayos clínicos, la ticas supersticiosas pueden ser eficaces por accidente, como
medicina magnética murió con los últimos paracelsianos y el polvo simpático de Digby, cuyo discurso no había leído,
para comienzos del siglo XVIII era ya una superchería para la pues también creía que el polvo se ponía en el arma y que el
mayoría, sin necesidad de pruebas experimentales. Todo se carmelita podía venir de América. En cualquier caso, el polvo
resolvió teóricamente. En efecto, para 1710 Joannes Barchu­ era eficaz no por lo que decía Digby, sino por evitar la inter­
sen decía que la combinación de medicina y magia había sido vención nefasta de los cirujanos y por mantener la herida ven­
antaño propia de personas de gran erudición y cultura, mien­ dada, que es lo realmente importante. Pero escribiendo cerca
tras que hogaño esa unión era típica de analfabetos, siendo de medio siglo antes de los trabajos de Louis Pasteur sobre el
supersticiosos los remedios mágicos como el polvo simpático papel de los gérmenes en las enfermedades infecciosas, señala
o el transplante de las enfermedades a bestias o plantas. 2B que «no es necesario observar que la cura depende de la total
Citaba como autores de esa medicina a Paracelso, Crollius y exclusión del aire de la herida", lo que no deja de ser otro caso
Digby y la despachaba diciendo que la práctica había mostra­
de la falacia de la observación, para decirlo con MilI.
do que por ese medio se curaba muy poco y aun ese poco era
Lo más curioso es que París se empeña en decir que el
imputable a la imaginación. Por supuesto, no se cita ningún
error de Digby "suministró sin la menor duda la primera
estudio, sino que todo se remite al sentido común de una
pista que condujo a los cirujanos a mejorar la práctica de
profesión para la que ya no era un signo de sabiduría adoptar
curar heridas mediante lo que técnicamente se denomina pri­
la filosofía neoplatónica que conectaba las diversas partes del
mera intención".30 Nosotros, empero, sabemos que casi un
cosmos mediante el espiritus mundi. Si el polvo cura es por un
efecto placebo (la imaginación) o por otras causas concomi­ 29. System 01 Logic (1843); sexta edición de 1865, vol. Il, p. 346.
tantes, como señalará John Stuart Mill al siglo siguiente. 30. Pharmacologia (1812), edición de 1824, pp. 30 Y ss. La cicatrización
por primera intención se da cuando no habiendo infección y detenida la he­
morragia, se enfrentan los bordes coincidentes y se asegura el ajuste durante
28. Historia Medicinae (1710), pp. 123 Y 488. la sutura.
226 LA MEDICINA MAGNÉTICA

cuarto de milenio antes, Hidalgo de Agüero había ensayado


y probado las ventajas de la vía seca por primera intención
leyendo a Galeno y no a Digby, que aún no había nacido
como tampoco el polvo simpático, mientras que el ungüento
armario apenas estaba empezando a conocerse.
Los filósofos y científicos que comprenden las civilizacio­
nes tratan, como Paris, de hacer encajar los hechos históricos
dentro de sus esquemas y narraciones racionales; pero sólo
en ocasiones las cosas ocurren así. En realidad, la ciencia, en
11. Discurso Pronunciado en una célebre
especial en campos complejos y difíciles como la medicina, Asamblea por el Caballero Digby,
camina a ciegas, aunque acaba llegando a alguna parte como Canciller de la Reina de Gran Bretaña,
decía el finado poeta Wystan Hugh Auden: etc. sobre la curación de las heridas
Confiando en un mapa situado en su cabeza mediante el Polvo Simpático
Nunca alcanzó aquello que buscaba
(su mapa claramente estaba equivocado),
pero se dio de bruces con lo maravilloso.
[ ... ]
Se atreverá a confesar la grave autoridad

Que es posible errar el camino a la opulencia,

Ganar la gloria por error, y sus dones

Por pura obcecación. 3 !

31. El poema, titulado "History of Science" (Collected Shorter Poems,


1927-1957, Londres: Faber & Faber, 1966, p. suena mucho mejor en el
M;",;",I· "Trusting sorne map in his own head/so never reached the goal inten­
of course, was out) but blundered/on a Wondcrful instead" [... ]
confess/ that one may err his way to richcs/win glory
sheer wrong-headedness".

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