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DB
TOiMO SEGUNDO.
VARIS ,
LIBRERIA DE ROSA.
J837
SEMANARIO
POLITICÒ Y LITERARIO.
ii.
INTRODUCCION \
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flIBRE LOS MEDIOS l)B QBE SE VALE LA AMBICION PAIl.l IIESTRI'IR LA LIBERTAD.
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globo; los pueblos se. han conmovido con solo oirla pro
nunciar , y han estendido las manos para abrazar este
genio tutelar de las sociedades, que sus conductores han
hecho desaparecer como un fantasma en el momento
mismo que dejó de ser necesario para la consecución y
feliz éxito de sus miras ambiciosas. En vano los filósofos
amantes de la humanidad han levantado la voz contra
semejante conducta : los pueblos han sido y serán fre
cuentemente engañados si se pagan de, formas de go
bierno, y descuidan de asegurar el punto mas importante
de todo gobierno libre, la libertad civil del ciudadano, O lo
que es lo mismo, la facultad de hacer sin temor de ser
reconvenido ni castigado todo lo que la ley no proibe
espresamente.
El precioso derecho de hacer lo que a otro no perjudica,
por desgracia no puede hacerse efectivo en el estado de
naturaleza en que reducido el hombre a sus fuerzas indi
viduales, seria necesariamente despota o esclavo, según
que estas fuesen bastantes para oprimir a los demas, o
insuficientes para resistir sus agresiones. Los hombres se
han visto pues precisados a crear las sociedades, y a or
ganizar una fuerza publica que siendo superior a la de
cada particular, pudiese reprimirlo y contener los aten
tados del crimen prepotente contra la inocencia desva
lida. Pero muy en breve los gobiernos y la fuerza que se
puso a su disposición, desconociendo su orijen y desen
tendiéndose del objeto y fines con que habían sido insti
tuidos, cometieron por sí mismos aquellos crímenes que
debian evitar o reprimir en los particulares. Entonces
filé necesario poner limites a su poder, pedir y buscar
seguridades de que estos no se traspasarían jamas, y de
que la autoridad se ejercería solamente en ciertos y de
terminados casos, y bajo de reglas o condiciones fijas,
que cuando se han observado bien y relijiosamente, han
formado en los hombres aquella confianza de que pueden
obrar como gusten dentro de los términos legales sin
80 OUSEKVADOR
‘ Art. 211. Habrá en cada cabeza de distrito un juez letrado que conozca en
segunda instancia de las causas que ocurran en el distrito oyendo el dictamen
de los asociados nombrados por cada una de las partes.
Art. 212. lin lugar de la residencia de los supremos poderes habrá un juez
letrado que conozca en tercera Instancia de las causas de todo el Estado, oyendo
el dictamen de los asociados si las parles quieren nombrarlos.
II. 8
114 OBSERVADOR
* Art. I7S. Todo tribunal civil, criminal o eclesiástico que haya de juzgar
a los súbditos del Estado, deberá residir dentro del mismo, para que sus
sentencias tengan efecto en él.
Art. 209. Ningún tribunal del Estado podrá pronunciar sentencia en ma-
8.
11« OBSERVADOR
teria criminal sobre delitos graves sin previa declaración del jurado mayor
de haber lugar a la formación de causa, y sin que certifique el jurado menor
el hecho que ha motivado la acusación.
DE I.A REPUBLICA MEJICANA. 117
La chose du monde la plus inu Lo mas inútil que hay para ei prin
tile au prince a souvent affaibli la cipe, ha debilitado con frecuencia ia
liberté dans les monarchies : les libertad en las monarquías: y consis
commissaires nommes quelquefois te en los comisionados que algunas
pour juger un particulier. veces se nombran para juzgar í un
particular. Montesquieu. Espíritu
de las Leyes, llb. XU, cap. wu.
Sin embargo, estos son los únicos que, por su influjo y re
laciones, pueden emprenderla con alguna esperanza y
probabilidad del éxito: si pues se esta y debe estar segu
ro de estos, ¿qué temor pueden inspirar aquellos que con
nada cuentan y por lo mismo se hallan destituidos de los
medios de obrar? ninguno ciertamente : las clases aco
modadas no deben inspirar recelos y desconfianzas, por
que tienen intereses comunes con la autoridad, tampoco
las indijentes por el conocimiento de su impotencia y nu
lidad política.
De lo espuesto no se deduce la imposibilidad absoluta
de las conspiraciones; ellas, a pesar de las reflexiones
espuestas, existen algunas veces; pero no las hay con la
frecuencia que quiere persuadirse, ni son de tal natura
leza que deban inspirar ese terror pánico a los gobiernos,
tanto o mas perjudicial que ellas mismas. En efecto, cuan
do los ajentes del poder manifiestan cuidado en esta ma
teria, no hacen otra cosa mas que debilitarse, desalentar
a los paciflcos ciudadanos, y fomentar el atrevimiento de
los malvados. Es maxima bien sabida, y confirmada por
la esperiencia, que todo aquel que manifiesta temor, por
el mismo hecho, pierde mucho de su prestijio y de su
fuerza : con solo esto confiesa tacita pero clarisimamente
su propia debilidad, y abre la puerta a que lo insulten los
enemigos de la Nación y de la tranquilidad publica, ofre
ciendo flancos destituidos de fuerza que puedan ser ata
cados con ventaja, infinitos revoltosos que se hallan com
primidos por la fuerza del poder, y en nada menos pien
san que en promover asonadas por la ninguna esperanza
de un éxito favorable, la conciben muy grande desde el
momento que se les asegura por quien no puede ignorarlo
la existencia de vastas y ramificadas conspiraciones; el
ejemplo naturalmente seductor acaba de decidirlos, y de
este modo se multiplican los crímenes por los mismos
medios con que se pretendía sofocarlos.
Este peligro es mucho mayor, y el riesgo que se corre
I7á OBSERVADOR
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al cniiuii ni nonnin.
ViaiCBUI.
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ii. 1«
ATENTADOS
COMETIDOS IR VKBAC1OZ.
16.
ALOCUCION
ENCOMIASTICO DE LA FILOSOFIA.
ESPULSION DE ESPANOLI9.
17.
SOBRE
DI LA BIBLIA.
SEGUNDA EPOCA.
u. 18
ENSAYO
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u. *1
DISCURSO
u. &
DISCURSO
ítlll! US CORSNIACIONU.
hasta aora han sido censurados, no son por eso menos per
judiciales a la popularidad que trae consigo, y es indis
pensable en el sistema representativo especialmente si es
federal como el nuestro.
Como entre nosotros han sido hasta aora desconocidas
semejantes elecciones, parece necesario dar una idea de
ellas antes de ponderar sus ventajas. Elecciones direc
tas son aquellas en las que los ciudadanos elijen por sí
mismos sus diputados, sin delegar en otro el derecho de
hacerlas, y sin juntas intermedias : cuando en cada lugar
o sección del territorio se reúnen los vecinos que tienen
derecho de votar o nombrar por sí mismos su diputado o
representante, entonces las elecciones son directas;
cuando la reunión de los vecinos es solo para nombrar
elector o electores que reunidos con los de los otros pun
tos procedan a nombrar diputados u otros electores, las
elecciones son indirectas : las ultimas están establecidas
por nuestra constitución y por las de todos los estados;
las primeras son las que se piden en la-iniciativa de la le-
jislatura de Méjico y son las que a nuestro juicio deben a-
doptarse si se quieren destruir de un golpe y de raíz los
vicios de este acto importante, único en que las naciones
y los particulares ejercen por sí mismos la soberanía.
Desde luego es necesario convenir en que para que se
mejantes elecciones tengan efecto y puedan hacerse de im
modo ordenado sin tumultos ni confusión, el derecho de
ciudadanía, o, lo que es lo mismo el de votar, sea mucho
menos estenso de lo que es entre nosotros. Si por cada
ochenta mil almas se ha de elejir un diputado como pre
viene la constitución general, aun cuando se rebaje una
mi tad de mujeres y tres cuartas partes de la mitad que resta
de los que por ser muchachos, decrépitos, procesados, sir
vientes, domésticos, en una palabra inabiles para votar;
todavía quedaría una junta de diez mil personas, incapa
ces de uniformarse ni sufrir un reglamento bastante a
producir una elección acertada: así pues, es todavía ne-
DE LA REPUBLICA MEJICANA. Ó65
ii.
DISCURSO
Sesiones estraordinarias.
•• »•
ii. 29
DISCURSO. SOBRE ELECCIONES.
52.
REFLEXIONES
1.1 COMIUCT* DE LOS ESCRITORES RESPECTO IIP. LO» QLE IMPI UNEN SLR
PROMOCIONES.
FUL
INDICE
Páj.
tado al estado de Méjico de las variaciones hechas en sn Constitución,
asi sobre 11 orden de los juicios como el de los tribunales? 412
Discurso sobre los perniciosos efectos de laEmpleo-mania. i22
Discoiso sobre la espulsion de los naturales y ciudadanos de esta repú
blica nacidos en España. 134
Discurso sobre los tribunales militares. 135
Discurso sobre los delitos politicos. 167
Discurso sobre los perniciosos efectos del influjo de los gabinetes estran-
jeros en las naciones que los sufren. 184
Discurso sobre el proyecto de espulsion de los Españoles que se halla a
discusión en las camaras. 198
Sobre espeler a los Españoles del Estado de Oajaca. 214
Discurso sobre la alta política de los gobiernos. 217
Alocución al consejo de gobierno. 230
Censura publica. Veracruz. 254
Cuestión importante. 257
Sobre escritos favorables al ex-emperador. 259
Atentados cometidos en Veracruz. 242
Alocución a S. E. el ministro de guerra y marina D. Manuel Gómez Pc-
draza. 214
Rasgo encomiástico de la filosofía. 248
Necrolojia del doctor Micr. 251
Sobre el decreto que espulsa a los Españoles del Estado de Jalisco. 25í
Sobre espulsion de Españoles. 257
Sobre la demora de las comisiones en dictaminar acerca del decreto que
espulsa a los Españoles de Jalisco. 260
Sociedad de la Biblia. 265
Pdj.
Discurso sobre la necesidad de establecer constitucionalinente el derecho
de hacer gracia y acordarlo esclusivamente al gobierno. 586
Discurso sobre las variaciones constitucionales que pueden hacerse en or
den a la responsabilidad de los funcionarios. 399
Libertad de imprenta. *09
Hacienda publica. 430
Discurso sobre las elecciones. 430
Sobre cambios de Constitución. 476
De los medios de precave r las revoluciones- 494
Reflexiones sobre la situación depiorable del Estado de Méjico, 300
Sobre la conducta de los escritores respecto de los que impugnan sus pro
ducciones. 805
Cesación del Observador. 8®®
II. 55