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© SIRIC
Casilla 2015, Cochabamba
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Presentación 5
1. Contexto de la lucha por la igualdad de género 7
2. Ámbitos de incidencia entre riego y género 9
3. Normativa sobre propiedad y tenencia de tierra y usufructo de agua 11
3.1 Diagnóstico de género con relación al ámbito normativo 11
3.2 Medidas para promover igualdad de género en el ámbito normativo 13
4. Diseño de la infraestructura 15
4.1 Diagnóstico de género con relación a la infraestructura 15
4.2 Medidas para promover igualdad de género en el diseño de la
infraestructura “Obras para todos” 16
5. Funcionamiento del sistema de riego 17
5.1 Diagnóstico de género con relación al funcionamiento del sistema 17
5.2 Medidas para promover igualdad de género en el funcionamiento del
sistema “Demandas diferenciadas y acciones afirmativas” 17
6. Organización de regantes y representación 18
6.1 Diagnóstico de género con relación a la organización de regantes 18
6.2 Medidas para promover igualdad de género en el ámbito organizativo
“Plena participación paritaria” 18
7. Agricultura regada 19
7.1 Diagnóstico de género con relación a la agricultura regada 19
7.2 Medidas para promover igualdad de género en la agricultura regada
“Información y capacitación universal” 20
8. Sugerencias metodológicas para incorporar aspectos de género en los proyectos 20
9. Avances en la estrategia de género en los proyectos SIRIC I 22
10. Términos de Referencia para promover la igualdad de género en las distintas fases 23
10.1 Fase de preinversión 23
10.2 Fase de diseño final 23
10.3 Fase de construcción y diseño del funcionamiento del sistema 24
10.4 Puesta en marcha 25
11. Marco lógico para evaluar el grado de cumplimiento de las medidas de género 26
Bibliografía 28
Lista de abreviaciones 31
Estrategia de género del KfW 32
Presentación
Desde la mitad de los años ochenta, la Cooperación Financiera Bilateral entre Bolivia y Alemania
procura integrar el objetivo de igualdad de género en sus proyectos. Actualmente, mediante la
transversalización de género en todas sus actividades, exigiendo una visión diferenciada de género
como tarea trasversal y característica de calidad en la preparación e implementación de sus
programas y procedimientos internos. Para ello, deben considerarse las particulares condiciones
de vida, necesidades y metas de hombres y mujeres en todos los procesos de desarrollo y en todas
las fases de proyectos.
Esta transversalización de género y la visión crítica sobre impactos diferenciados para hombres
y mujeres se aplican también a los proyectos de riego. Si bien sus objetivos principales son otros
(en este caso económico-productivos), en su implementación tienen la posibilidad y el deber de
promover la igualdad de género en áreas particulares. Esto debe lograrse mediante acciones
particularmente elaboradas para este fin, cuyos resultados serán monitoreados en base a
indicadores específicos.
Para lograr este objetivo, ante todo se requiere un sólido análisis de género en el sector. Es
necesario saber cómo y en qué aspectos los proyectos pueden afectar las condiciones de mujeres
y hombres y las relaciones entre ellos, para poder definir las acciones que ayuden a generar una
mayor igualdad de oportunidades e impactos para ambos y que impidan que los proyectos
ocasionen desventajas para un grupo o sector en específico.
Este documento presenta los resultados de este estudio. Tres aspectos son dignos de resaltar.
Primero, que explica la poca atención a demandas específicas de mujeres en el riego como
resultado del contexto histórico de la lucha de género en el país y en el área rural. Segundo, que
sistematiza las particularidades de las relaciones entre hombres y mujeres para los distintos
ámbitos del funcionamiento de un proyecto de riego. Tercero, que no queda en sólo constatar
desigualdades, sino que formula recomendaciones concretas para prevenir o resolverlas, basadas
en el concepto fundamental de igualdad de oportunidades de mujeres y hombres para tener
derecho y acceso a tierra, agua y representación.
Por parte del KfW tenemos la firme esperanza que la aplicación de estas recomendaciones:
• Promueva el acceso seguro al agua y sus productos, para hombres y para mujeres, y en especial
para los grupos más desaventajados de la población.
• Impulse la participación de mujeres y hombres como iguales en los procesos de diálogo y toma
de decisiones.
• Genere una distribución equitativa de responsabilidades, cargas y beneficios entre mujeres y
hombres, como base sólida para la gestión sostenible del agua.
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• Incremente la efectividad y eficiencia de las inversiones en el riego y evite la duplicación de
esfuerzos por no tomar en cuenta las demandas particulares de mujeres desde el inicio.
Desde esta perspectiva, se encomienda la aplicación de las recomendaciones dadas en todas las
fases de proyectos por efectuarse y el seguimiento preciso a sus efectos con fines de corregir y
perfeccionarlas para futuros emprendimientos.
Por otra parte esperamos que las mismas recomendaciones puedan ser fuente de inspiración para
otras instituciones, programas y proyectos que comparten el objetivo de impulsar la igualdad de
género en sus acciones de promoción de riego en Bolivia y otros países de la región Andina.
Rüdiger Hartmann
Director en el KfW
America Latina y el Caribe
Frankfurt, julio del 2010
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1. Contexto de la lucha por la igualdad de género
Los movimientos de mujeres en Bolivia son de reciente data. El del derecho al sufragio, el gran
tema movilizador de las mujeres en el hemisferio norte en los inicios del siglo XX, no interpeló
de forma específica a las mujeres bolivianas ni se constituyó en su elemento organizador. El
derecho al sufragio universal, que incluyó no sólo el voto de las mujeres sino de la mayoría de
los bolivianos, vino como parte de un conjunto de medidas democratizadoras con la revolución
nacional de 1952.
De hecho, el activismo más o menos político, más o menos elitista, rondaba en torno a conseguir
otras igualdades. El tema aglutinador de las organizaciones sociales fue, y en gran medida lo
sigue siendo, esencialmente clasista. De ahí que el primer gran movimiento organizado de mujeres
fue el que se gestó en las minas a través de los denominados ‘Comités de Amas de Casa Mineras’
a partir de los años 60. Estos comités eran la versión femenina del sindicalismo minero en su
versión no asalariada.
Similar hecho se dio casi veinte años después con la conformación de la Federación Nacional de
Mujeres Campesinas ‘Bartolina Sisa’, movimiento de mujeres campesinas paralelo a la
Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia. Si bien en la teoría clásica
marxista el campesinado propietario de su parcela no es proletariado, el campesinado en Bolivia
se ve a sí mismo como trabajador agrícola y adopta la forma y la ideología sindical en su
organización.
A mediados de la década de los 70, finales de la dictadura del General Banzer, se reactivó la
Unión de Mujeres de Bolivia UMBO y se conformó la Federación Democrática de Mujeres de
Bolivia FEDEMBOL. Ambas organizaciones tenían como objetivo incorporar a las mujeres a la
lucha anti-dictadura y una vez consolidada la democracia electoral dejaron de funcionar en los
hechos.
Es comprensible que los movimientos de mujeres en Bolivia en un pasado reciente hayan estado
alejados del discurso de la igualdad de género. Las prioridades en la lucha por reivindicaciones
sociales son otras. Básicamente la pobreza y la exclusión étnica/racial definieron el horizonte de
las luchas sociales bajo la impronta político sindical de la lucha por el poder.
Esta es una de las principales razones por la que, en una primera instancia, el género como
categoría de análisis fue negado militantemente por los movimientos de mujeres así como por
las demás organizaciones sociales y catalogado como una concepción distractiva de los intereses
nacionales y clasistas, bajo el prejuicio de que el feminismo es igual a mujer versus hombre.
Una decisiva aproximación y una apertura al tema se dieron en la Tercera Conferencia Mundial
sobre la Mujer en Nairobi en 1985, a la que asistieron delegadas de los movimientos de mujeres
como la FEDEMBOL, UMBO y la Federación Bartolina Sisa. La propuesta boliviana
reivindicaba la igualdad de género como consecuencia de una distribución igualitaria de las
riquezas y de la inclusión social de los campesinos e indígenas originarios.
Superado el tiempo de las dictaduras y los golpes de Estado y con un nuevo panorama político,
las agendas internacionales sobre la igualdad de género fueron ganando terreno. Esta escalada
del tema se dio básicamente por el activismo de las ONGs de mujeres y su trabajo de cabildeo en
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las estructuras estatales, y por las exigencias de las entidades financieras internacionales a la hora
de aprobar financiamientos para programas de apoyo.
La primera norma jurídica que inauguró oficialmente la inclusión como país a la discusión y
gestión de políticas sobre igualdad de género fue el ‘Convenio sobre la eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer’ (CEDAW) en el año 1989. De ahí en adelante se fueron
promulgando leyes a favor de la igualdad de género desde diversos ángulos como el educativo,
el de la violencia de género, la salud y el político representativo. Paralelamente, se institucionalizó
la política de la igualdad de género con la creación de instancias específicas en el aparato estatal.
Sin embargo, y a pesar de ello, el tema género es aún marginal en las agendas de los movimientos
sociales y se encuentra atrincherado en las elites dirigenciales de las organizaciones sociales de
mujeres, en las ONGs y en la denominada “tecnocracia del género”. De igual manera no ha
logrado cuajar en las políticas públicas y la corriente de la transversalización aún se da de forma
asistemática y parcial.
Posiblemente los sectores en los que más se han invertido esfuerzos en la gestión de políticas de
igualdad de género hayan sido el sector salud y el de la representación política, éste último con
el ejercicio de la representación paritaria electoral.
En el sector agrícola, que es el que para el caso nos importa, una de las medidas con mayor
repercusión ha sido la de impulsar la igualdad de género en el acceso al derecho propietario de
la tierra en el proceso de saneamiento. El saneamiento es un procedimiento que regulariza el
derecho propietario y una de sus tareas es la de una nueva titulación de la propiedad de la tierra
dotada por la reforma agraria de 1953, de las subdivisiones de las parcelas y de los nuevos
asentamientos.
Los resultados de esta medida recién serán aquilatados en un futuro inmediato, aunque ya existen
estudios preliminares en los que la titulación conjunta, mujer/hombre, y la titulación individual,
solo mujer, tiene menor resultado del esperado.
De data reciente es la protección jurídica del derecho de aprovechamiento de agua para riego.
Tal como sucedió con la Ley de Reforma Agraria y la titulación de la tierra, el procedimiento de
acceso al agua por parte de los propietarios de parcelas al interior de un sistema de riego colectivo
otorga, por la fuerza de la ahora legalizada normativa de la distribución de acuerdo a “usos y
costumbres”, la titulación del derecho de aprovechamiento a nombre del varón, en el mejor de
los casos con el manido argumento de la representación familiar.
Bajo estas circunstancias las opiniones y/o las decisiones de las mujeres se encuentran
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intermediadas o negadas por los varones. Además, esta titularización masculina tiene como
consecuencia un casi monopolio del acceso a la información y a la capacitación en caso de
proyectos de inversión en su sistema de riego.
A pesar de esta constatación evidente, las entidades estatales responsables de la promoción del
riego, en el marco de las políticas públicas de transversalización de la igualdad de género, no
desarrollaron iniciativas para superar las posibles desigualdades en el acceso al agua al interior
de los sistemas de riego, ni realizaron los esfuerzos necesarios para analizar las igualdades y/o
desigualdades de género en la implementación de proyectos de riego con financiamiento público.
Claro está que las políticas de igualdad de género en el sector agrícola deben ser abordadas por
el conjunto de las instancias estatales. Es poco probable que desde una instancia sectorial del
aparato gubernamental, como es el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, se aborden con éxito
un conjunto sustancial de medidas igualitarias sobre el tema.
Esta realidad plantea una situación compleja. Si partimos de la tesis de que el derecho de agua se
encuentra vinculado al derecho propietario de la tierra (y/o a su posesión), por el hecho de que el
riego es la aplicación del agua a la parcela, la titulación del derecho de agua del cónyuge sin tierra
queda sin sustento material en caso de extinción del vínculo conyugal.
De ahí que el acceso patrilineal al recurso tierra determina en última instancia la inexistencia de
una base real del derecho de aprovechamiento de agua de una gran mayoría de mujeres. Igual
situación se plantea para los varones sin tierra.
A nuestro entender, estos son los puntos identificados más importantes de las relaciones sociales
que determinan desigualdades de género en el marco de la implementación de un proyecto de
riego, en el que el acceso al agua es el sustento material de su gestión. Junto a estos, se encuentra
el limitado acceso de mujeres a la participación y representación en las organizaciones de riego
relacionado con un menor acceso a la educación, a la división sexual del trabajo y a creencias y
prejuicios sociales.
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para los proyectos que son muy genéricas y más formales que sustanciales, así como en las
capacitaciones en el tema de género y riego que mayoritariamente enfocan otros ámbitos de la
producción agropecuaria que los específicamente relevantes para el riego.
Las experiencias documentadas apuntan a que los principales ámbitos de incidencia son los
siguientes:
En las siguientes secciones se dan breves referencias sobre las influencias de proyectos en las
relaciones de género en cada ámbito, extraídas de la literatura sobre el tema y experiencias propias.
Estas referencias demuestran que es común que en el diseño y la construcción de los sistemas y
en su posterior funcionamiento las mujeres, en comparación con los hombres, están en una
posición de desventaja para acceder al agua, participar en las decisiones colectivas y practicar
una agricultura bajo riego.
En respuesta a las constataciones presentadas proponemos una serie de medidas concretas que
buscan promover la igualdad de género. Como basamento ideológico para plantear la igualdad
como objetivo guía para las acciones relacionadas con género, citamos el siguiente texto de
Evangelina García, 2008:
Para lograr igualdad en condiciones de desigualdad existentes, se precisa una estrategia basada
en la equidad de género. Según García, “La equidad se logra gracias al trato justo, de acuerdo
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con las necesidades e intereses diferentes. Esto exige la aplicación de acciones deliberadas que
corrijan las desventajas y eliminen las desigualdades originadas en diferencias, sean estas
diferencias de género, de edad, de origen étnico o por cualquier otro factor que produzca efectos
discriminatorios en derechos, beneficios, obligaciones y oportunidades, en hombres y mujeres.”
(García, 2008).
Dentro de este contexto conceptual, las medidas propuestas en este trabajo corresponden a una
estrategia de género con las siguientes características:
• Tiene el objetivo de generar igualdad en oportunidades, en trato y en resultados.
• Incorpora aspectos de equidad para eliminar las desventajas de mujeres para lograr un beneficio
pleno de los proyectos de riego.
• Satisface intereses prácticos de mujeres y hombres.
Estas características guian la definición de las medidas prácticas para promover la igualdad de
género en los cinco ámbitos identificados.
Es sabido que la propiedad de la tierra tiene una fuerte dimensión de género, lo que se demuestra
en que la mayoría de los terrenos están registrados a nombre de los hombres.
Esta situación es el resultado del concepto ideológico cultural de “jefe de familia”, del que se
deriva el supuesto de representante de los intereses familiares. Bajo ese entendido es que la
titulación de los derechos propietarios se han dado a favor de los hombres desde las primeras
titulaciones de tierra de la colonia española y, por inercia, en las titulaciones hechas por la Reforma
Agraria a partir de 1953.
Otra institución colonial aún vigente es la de la herencia con la figura del mayorazgo de agnación
rigurosa, es decir herencia patrilineal, propia del modo de producción feudal. En el caso de la
sociedad agrícola en los Andes bolivianos, la herencia se da de varón a varón por varias razones:
la primera la persistencia del uso de la antigua norma colonial del mayorazgo (denominada ahora
“usos y costumbres”); la segunda, la naturaleza de la explotación de la tierra basada en la fuerza
física realizada básicamente por hombres; y por último y en razón al creciente minifundio, el
tamaño reducido de la parcela a ser transferida cuya rentabilidad limita su división.
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La institución de la herencia patrilineal ha quedado atrás en el moderno derecho vigente pero
subsiste en las sociedades agrícolas, excluyendo sistemáticamente a las mujeres al acceso por
este mecanismo a la propiedad de la tierra, lo que al momento de emparejarse redunda en
matrimonios virilocales. Los patrones virilocales de residencia conllevan a que las mujeres pierden
su derecho de agua cuando se rompe el vínculo conyugal.
La pérdida del derecho de agua por desvinculación conyugal se da también, pero en menor
medida, en hombres no propietarios de tierras. En razón al fenómeno de migración, sobre todo
por parte de varones jóvenes, la transferencia hereditaria de la propiedad de la tierra se está
empezando a dar a favor de las mujeres sobre todo en zonas expulsoras de población, en las que
las condiciones de la agricultura no son económicamente atrayentes.
Es evidente que los proyectos de riego tienen una influencia reducida sobre la normativa local de
propiedad y tenencia de tierra, pero esto no quita la obligación de diagnosticarla y evaluar sus
consecuencias para la distribución genérica de los beneficios de la inversión pública.
La adquisición de derechos de agua está íntimamente relacionada con los aportes o contribuciones
del grupo de familias beneficiarias para la implementación de los proyectos de riego. Estos aportes
pueden solicitarse en mano de obra, en efectivo o ambos. En muchos proyectos, la distribución
interna de los aportes es proporcional al reparto de los futuros beneficios. En otros, la proporción
de aporte de cada familia se supedita a la contribución colectiva y no guarda relación proporcional
con el beneficio.
Las experiencias demuestran que en casi todos los lugares hay familias beneficiarias con
dificultades para efectuar los aportes por escasez de recursos (mano de obra y/o dinero). En casos
extremos, las familias pobres son excluidas del grupo de beneficiarios por su falta de capacidad
de contraparte. Entre estas suelen encontrarse las lideradas por mujeres o personas con
impedimentos físicos ya sea por razones de edad u otras, que tienen menor fuerza de trabajo para
las labores de la construcción o, en su caso, limitaciones para poder contratar trabajadores
sustitutos.
Sumada a estas razones de orden físico o económico hay otra de orden cultural, la concepción
socialmente aceptada de la división de trabajo por género, basada en ideas sobre habilidades de
mujeres y hombres junto a nociones acerca de lo inapropiado de que ciertas tareas sean realizadas
por mujeres.
Ambos fenómenos reducen las posibilidades de las mujeres de adquirir derechos de agua, lo que
afecta principalmente a familias lideradas por mujeres sin pareja permanente, o eventualmente
debido a la migración masculina.
Existen descripciones de casos en los que la colectividad de regantes buscó soluciones para los
problemas señalados, por ejemplo, asignando tareas sustitutivas a las mujeres o permitiendo la
participación de hijos adolescentes en su lugar. Sin embargo, es habitual que la desigualdad de
oportunidades no sea resuelta y que las mujeres afectadas tengan que buscar un arreglo personal
o resignar su participación en las tareas de aporte para el nuevo proyecto, quedando excluidas de
los beneficios.
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A pesar de que se trata de un tema central en todos los proyectos de riego, ya que la adquisición
de derechos se convierte en el fundamento constitucional de la futura autogestión, rara vez se
problematiza la desigualdad de género en la adquisición de éstos. Más bien pasa desapercibida o
es aceptada como parte de la normativa local acerca del reparto de los derechos de agua.
En la mayoría de las situaciones conocidas, los derechos de agua se registran casi exclusivamente
a nombre de los hombres, aún cuando fuesen adquiridos dentro del matrimonio. En algunos
sistemas de riego, la titularidad a nombre de hombres tiene notables consecuencias negativas para
las mujeres en cuanto a su capacidad de reclamar sus turnos de agua, su participación en reuniones
y su asunción a cargos, y por tanto su participación e influencia en el funcionamiento del sistema
y organización de usuarios.
Aunque se dieran casos en los que el registro masculino no significase un mayor control individual
del hombre sobre el recurso, por lo menos en el usufructo cotidiano, ni influyese negativamente
en las capacidades de otros miembros de la familia para ejercer los derechos, aún así puede
cuestionarse la lógica de que la representación formal de la familia sea la masculina y debatir sus
consecuencias con relación a la auto-valoración de mujeres en los espacios colectivos.
Los proyectos suelen dar poca importancia a la preferencia masculina en el registro de los
derechos, ni son conscientes de que son partícipes en formalizar y explicitarla. Parece que la falta
de atención a la desigualdad de género en el registro persiste porque, por una parte, el tema en sí
no está en la agenda de los proyectos y apenas es disputado por las mismas mujeres y, por otra,
sus eventuales consecuencias negativas se manifiestan más allá del horizonte temporal del
proyecto, por lo que difícilmente se convierte en una preocupación tangible.
• En cuanto al acceso al recurso la “Ley de promoción y apoyo al sector riego para la producción
agropecuaria y forestal” en una disposición transitoria establece que el Estado reconoce y
otorga mediante el procedimiento administrativo denominado “Registro” el derecho de uso y
aprovechamiento de las fuentes de agua para riego a pueblos indígenas y originarios,
asociaciones, organizaciones y sindicatos campesinos según usos y costumbres.
• Aclarando la autonomía de gestión del derecho otorgado bajo la denominación de “Registro”,
la reglamentación que trata sobre de la Gestión de sistemas de riego, Proyectos y Servidumbres
indica en su artículo 4, que las formas de organización y distribución del agua para riego son
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de exclusiva competencia y responsabilidad de las organizaciones de usuarios y no serán
modificadas o intervenidas sin su consentimiento. En clara alusión a los “usos y costumbres”
refrendados por la ley.
• La reglamentación del marco institucional tiene dos disposiciones declarativas sobre igualdad
de género cuando define las políticas públicas de riego. La primera indica que “el Estado
boliviano promueve la participación…; promoviendo y fortaleciendo las formas comunitarias
de participación de la población y particularmente de las mujeres en los procesos de toma
de decisiones y de gestión de riego” (Art. 5 inc. i). La segunda norma establece que “el Estado
boliviano promueve la equidad… para que los beneficios de la gestión del riego incidan de
manera positiva en el mejoramiento de condiciones de vida de hombres y mujeres…” (Art. 5
inc. j).
Con el objetivo de asegurar el acceso igualitario al recurso por parte de las mujeres acudimos a
las normas que de acuerdo a prelación jerárquica suplan esta falencia de concreción. De acuerdo
a lo establecido por la Constitución Política del Estado Plurinacional el orden de prelación de las
normas indica que la Constitución se halla por encima de los Tratados Internacionales, estos de
las Leyes Nacionales y éstas de los Decretos emitidos por el Órgano Ejecutivo, tal es el caso de
las normas reglamentarias. Por tanto:
• La Constitución Política del Estado en su artículo 14 establece que el Estado prohíbe y sanciona
toda forma de discriminación que tenga por objeto o resultado menoscabar el goce o ejercicio
de los derechos de toda persona.
• Este derecho fundamental es reforzado por la Ley del “Convenio sobre la eliminación de todas
las formas de discriminación contra la mujer” que en su artículo 2 establece el mismo principio
de no discriminación.
3.2.2 Medidas relacionadas con la tenencia del agua “Acceso forzoso – Doble titulación”
• Con relación a la adquisición de derechos de agua, se define como principio básico que en los
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proyectos financiados por el KfW se encuentra fuera de toda posibilidad excluir a familias del
beneficio de la inversión por incapacidad de aporte. La adquisición de derechos de agua por
parte del universo de beneficiarios de un sistema de riego es de naturaleza forzosa en razón a
que es política pública velar por la equidad en el goce de los beneficios de las inversiones
estatales.
• En caso de que alguna familia liderada por mujer, anciano o discapacitado tuviera problemas
en cumplir con las condiciones para acceder al derecho de agua, sea en su aporte en mano de
obra, en efectivo o ambos, se deben definir procedimientos de asignación solidaria del derecho.
Estos procedimientos pueden incluir la asignación gratuita (sin aporte propio), la identificación
de tareas sustitutivas, periodos de gracias en su cumplimiento, etc.
• Los arreglos de asignación solidaria deben ser consensuados con la organización de
beneficiaros y ser avalados por ella. El no llegar a un acuerdo solidario con el grupo de
beneficiarios, puede ser razón para no ejecutar el proyecto.
• El principio de asignación solidaria debe extenderse a las normas para la manutención de los
derechos de agua, como por ejemplo con relación a trabajos de mantenimiento, aportes
monetarios y cumplimiento de cargos.
• En analogía con la normativa del INRA con relación a tierra, en caso de parejas se deben
registrar los derechos de agua a nombre de ambos cónyuges, consignando el nombre de la
mujer en primer lugar.
4. Diseño de la infraestructura
4.1 Diagnóstico de género con relación a la infraestructura
Con relación al diseño de la infraestructura de riego, dos tópicos tienen una clara dimensión de
género: la posibilidad de usar la infraestructura para otros fines que riego (4.1.1) y la adaptación
de las obras a las capacidades de operación de todos sus usuarios (4.1.2).
En razón a la división sexual del trabajo las mujeres suelen tener especial interés en poder utilizar
la infraestructura hidráulica del riego para riego de huertos caseros y otros usos de agua como el
doméstico y de abrevadero. Ya que las mujeres suelen ser las responsables de realizar estas tareas,
son ellas las que más a menudo plantean estas necesidades como parte de sus intereses prácticos.
De hecho, en las discusiones preparatorias de los proyectos, los hombres rara vez mencionan los
otros usos de agua y por tanto estos no son tomados en cuenta.
Habilitar la infraestructura para estos usos requiere ajustes menores en el diseño de las obras y
en el funcionamiento del sistema. El hecho que casi nunca se consideran esos ajustes, por más
mínimos que sean, demuestra la invisibilidad de las demandas diferenciadas por género y el sesgo
masculino hacia el riego.
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instalados y las posibilidades genéricas de su uso. Sin embargo, la práctica demuestra que algunas
de las instalaciones mayores son difícilmente operables para personas con menor fuerza física
(principalmente compuertas mayores) o sin capacitación para el caso. El hecho que hasta el
momento no se problematiza el tema puede ser muestra de que en general no existen
impedimentos relacionados con la operación, que los eventuales problemas sean fácilmente
resueltos por las personas involucradas o que aún falta visibilizarlos.
Está comprobado que en los sistemas existentes, la operación de la infraestructura mayor (manejo
de presa, operación de toma principal, etc.) es una responsabilidad exclusiva de hombres. El
conocimiento que tienen las mujeres de la infraestructura de riego suele reducirse a la zona
aledaña a sus parcelas. Esta desigualdad parece fundamentarse en los espacios de vida de hombres
y mujeres, fortalecida por el hecho de que principalmente son los hombres quienes trabajan en la
construcción de las obras mayores y participan en las capacitaciones acerca de su manejo.
Estas medidas se introducen en la fase de diseño y sobre todo en la de construcción, porque recién
en esa fase las y los usuarios visualizan y concretan sus requerimientos específicos. Por tanto, se
tiene que asegurar la participación de las mujeres en las reuniones durante la fase de diseño y en
las inspecciones de obras durante la ejecución.
• Inventariar la demanda diferenciada por género con relación al uso de la infraestructura por
construirse y, en su caso, proponer artefactos y arreglos operativos particulares para satisfacer
el aprovechamiento de agua para otros usos.
• Efectuar un análisis con enfoque de género de los requerimientos de operación de las
instalaciones diseñadas, con miras a evitar la incorporación de elementos cuya operación pueda
ser restrictiva a familias específicas por razones de capacidad física de sus operarios.
• Compatibilizar la complejidad de la operación de la infraestructura con las capacidades de
gestión de sus usuarios (conocimiento, habilidades, fuerza física, etc.), tomando en cuenta
capacidades diferenciadas entre hombres y mujeres.
• Exigir participación paritaria de hombres y mujeres en las inspecciones de obras en
construcción, con motivo de conocer los componentes de la infraestructura y en su caso corregir
o adecuarlas a demandas diferenciadas.
• En las inspecciones de campo, capacitar a hombres y mujeres en asuntos básicos de
construcción, operación de artefactos y tareas de mantenimiento. Explicar las necesidades de
inspección y vigilancia para el control de estabilidad y mantenimiento preventivo.
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5. Funcionamiento del sistema de riego
5.1 Diagnóstico de género con relación al funcionamiento del sistema
Las experiencias documentadas muestran una menor participación de las mujeres en las
organizaciones de riego y por tanto en la definición de las reglas operativas de los sistemas. Esto
reduce su oportunidad de expresar opiniones sobre estas reglas, así como de discutir arreglos
específicos que ayuden a las mujeres a materializar sus derechos.
Los estudios sobre relaciones de género en el funcionamiento de los sistemas de riego señalan
como principales temas de preocupación por parte de las mujeres:
Es evidente que estos temas no se presentan en todos los sistemas, y además, no todos los
problemas se presentan de la misma manera para las distintas categorías de mujeres involucradas,
porque son matizados por características de etnia o clase o cuando se encuentran solas
eventualmente por la migración temporal del cónyuge.
Además, en varios sistemas se han observado medidas de acción afirmativa que los resuelven.
Estas pueden ser fuente de inspiración para prevenir similares problemas en los proyectos del
Programa SIRIC.
En general, los proyectos no prestan atención específica a las condiciones de las mujeres en el
funcionamiento cotidiano del sistema, sino asumen una población homogénea de beneficiarios
con capacidad de cumplir con las obligaciones impuestas por su propia organización. Tampoco
generan espacios adecuados para que las mujeres puedan expresar sus reclamos y propuestas al
respecto.
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• Inventariar demandas diferenciadas por género acerca de las reglas operativas del
funcionamiento del sistema (modalidades de distribución de agua, tiempos y horarios de riego,
caudales, tareas de vigilancia, operación y mantenimiento de artefactos, aportes, etc.). En este
tema hay que tomar en cuenta que el funcionamiento de un sistema de riego depende en gran
medida de las cédulas de cultivos por implementarse y que en su definición también hay que
asegurar la debida perspectiva de género.
• Proponer soluciones para las demandas diferenciadas y resolver problemas en las reglas
operativas que afectan a la igualdad de oportunidades por condiciones de género o generación,
por ejemplo en términos de planificación de turnos (turnos nocturnos), responsabilidades de
vigilancia y actividades de mantenimiento.
• Promover espacios de reclamo para mujeres sobre abuso de poder (masculino) que impide
materializar su derecho de agua.
Las experiencias documentadas dan distintas explicaciones para la reducida participación de las
mujeres. En algunos casos la organización de regantes sólo permite la participación de titulares,
en su mayoría hombres. Influye también el menor nivel de instrucción de las mujeres, su menor
experiencia en desenvolverse en espacios públicos, menor conocimiento del idioma español, la
visión de las reuniones públicas como espacios masculinos y la incompatibilidad horaria de las
reuniones con sus actividades domésticas.
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• Promover la asistencia y participación de las mujeres en todas las actividades de la organización
de riego: reuniones, inspecciones, cursos y talleres.
• Generar las condiciones prácticas para la plena participación de mujeres, levantándose
eventuales obstáculos como horarios inadecuados, transporte, cuidado de niños, tareas
domésticas.
• Asegurar que las mujeres puedan participar en igualdad de condiciones en las deliberaciones
de la organización, por ejemplo en lo que se refiere a idioma, acceso a información,
reconocimiento público, etc.
• Insistir en la participación paritaria de mujeres en las directivas de las organizaciones de riego.
• Definir mecanismos de control social de mujeres en la toma de decisiones, obligando a que
decisiones sobre temas cardinales no puedan tomarse sin el consentimiento explícito de un
alto porcentaje de mujeres socias.
7. Agricultura regada
7.1 Diagnóstico de género con relación a la agricultura regada
En general, los proyectos no tienen influencia directa en el destino del agua en la producción:
tipos de cultivos y su proporción en la cédula. Es decisión familiar definir la estrategia y los
objetivos particulares de la misma producción, del consumo y la venta al mercado.
Los proyectos pueden tener influencia en los regantes en cuanto al manejo del agua, del suelo y
de los cultivos, por ser un tema de su competencia aunque rara vez de su interés. Usualmente se
maneja el supuesto que los agricultores tienen plena competencia en estos temas. Sin embargo,
hay amplia evidencia de que éste es un supuesto falso, sobre todo cuando se transita de agricultura
a secano a una agricultura regada. Por ello es necesario implementar medidas simples y
capacitaciones dirigidas para incrementar la productividad de los cultivos y del agua, reducir la
erosión hídrica e incrementar la fertilidad de los suelos.
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7.2 Medidas para promover igualdad de género en la agricultura regada
“Información y capacitación universal”
Con relación al ámbito de la agricultura regada, las medidas propuestas tienen el objetivo de
promover la igualdad de género en todos los aspectos relacionados con la producción bajo riego
y la distribución de su producto, lo que incluye la preparación de las parcelas, la definición de
cultivos, las tareas en su producción, el manejo del agua en la parcela, la cosecha y su cuidado
posterior, la definición del destino del producto y el aprovechamiento de los ingresos.
Los proyectos SIRIC juegan un papel limitado en la planificación de las actividades productivas,
ya que estas son tomadas dentro del ámbito de las familias. Aún así, se propone por lo menos las
siguientes medidas concretas:
• Asegurar la participación de las mujeres en todos los eventos de capacitación acerca del manejo
de suelos, agua y plantas.
• Efectuar análisis participativos con mujeres acerca de la conveniencia de cultivos particulares
en la cédula familiar como de costo beneficio, carga de trabajo y tipo de actividades,
requerimientos de insumo, regularidad de cosecha, seguridad de mercado / precio / ingreso y
aportes para seguridad alimentaria.
• Garantizar la divulgación generalizada de información acerca de cultivos, su manejo, insumos,
precios, y otros.
Es común asumir que cualquier decisión tomada por los órganos representativos de la
organización de regantes representa el consenso entre todos los beneficiarios. El análisis desde
la perspectiva de género demostró que no necesariamente es el caso. Existe suficiente evidencia
de que en general no se escuchan las opiniones de las mujeres sobre las propuestas generales ni
sobre las demandas diferenciadas, ni se reconocen sus desventajas en los varios ámbitos de la
gestión de su sistema.
Entonces, como primera medida para que las mujeres efectivamente puedan participar en las
reflexiones y toma de decisiones de la organización de riego se tienen que generar condiciones
de igualdad de oportunidades y de trato. Para ello, hay que identificar los obstáculos para su
participación activa y definir acciones para superarlos.
• En cada fase del proyecto: preinversión, diseño final, construcción y puesta en marcha, se
organizarán por lo menos dos reuniones sólo para mujeres, en las que se analizarán los temas
cruciales de cada fase desde su perspectiva.
20
En la fase de preinversión se analizará la futura producción agrícola bajo riego, la adquisición
de derechos de agua y su participación en el Directorio impulsor y la futura organización de
riego. Como en está fase no se trabaja con reuniones masivas, la información sobre estos temas
puede recolectarse también a través de entrevistas a mujeres informantes clave.
En la fase de diseño final, las reuniones versarán sobre los eventuales obstáculos de mujeres
o mayores para cumplir con los aportes para la adquisición de derechos de agua, la definición
de tareas sustitutivas o asignación solidaria y las demandas diferenciadas para el diseño de la
infraestructura.
En la fase de construcción y diseño de la gestión, las reuniones de mujeres tratarán por lo
menos temas como el cumplimiento de los aportes para la adquisición de derechos de agua,
las preferencias de mujeres para ciertos cultivos y sus demandas diferenciadas con relación a
la distribución del agua.
En la puesta en marcha, las reuniones tendrán como objetivo evaluar el funcionamiento del
sistema desde su óptica y definir ajustes requeridos.
• Para todas las reuniones y eventos de capacitación se deben cursar invitaciones explícitas a
mujeres, explicando la importancia de su presencia.
Sólo mediante invitaciones explícitas se puede convencer a las mujeres para participar de las
reuniones y eventos de capacitación en lugares donde éstos normalmente están reservados para
los hombres de la familia.
• Todos los eventos del proyecto, y los de la organización de regantes, deberán organizarse de
tal forma que no discrimen la asistencia ni la participación de las mujeres.
Para las mujeres es particularmente importante que los eventos se organicen en horarios
compatibles con sus otras actividades, que haya transporte para eventos a distancias mayores,
que exista cuidado para los niños menores que no pueden dejar en su casa, que estén
informadas sobre los temas por discutirse, que en las reuniones se hable el idioma local y que
se respeten las opiniones de personas con menos experiencia y preparación.
En algunos temas de interés, el proyecto puede incluir sesiones adicionales a las reuniones de
decisión, para que las personas menos informadas (entre ellas mujeres) puedan interiorizarse
sobre los temas en discusión. Estas sesiones explicativas son particularmente importantes
cuando se trate sobre la construcción de obras, ya que las mujeres suelen tener menos
información sobre el tema.
• Medidas para promover la participación activa de mujeres en reuniones y otros eventos
públicos.
La participación activa de las mujeres en las reuniones pasa por el reconocimiento del valor
de sus opiniones e intervenciones. Para tal efecto, se pueden organizar eventos de
concienciación con participación mixta para demostrar la importancia de las opiniones de las
mujeres, y cursos de formación de habilidades para hablar en público y sobre el manejo de las
normas implícitas de la participación en reuniones.
• En los equipos técnicos de apoyo, incluir a profesionales mujeres.
Está comprobado que el acercamiento a las mujeres beneficiarias es facilitada cuando en el
equipo técnico se cuenta con profesionales mujeres encargadas de la comunicación con ellas.
21
9. Avances en la estrategia de género en los proyectos SIRIC I
Desde el año 2009 el Programa SIRIC implementa en sus proyectos una estrategia de género
basada en las medidas propuestas en las secciones anteriores. En los proyectos ya se tienen
primeros avances en la aplicación de estas medidas, como ser:
• Todos los derechos de agua de parejas se inscriben bajo doble titulación, a nombre de la mujer
y el hombre.
• Existe la decisión institucional que los temas cardinales no pueden definirse sin conocer la
opinión explícita de las mujeres. Esto se aplica en temas como: asignación solidaria de derechos
de agua y definición de tareas sustitutivas para mujeres, valoración de trabajo de mujeres,
aprobación del diseño de la infraestructura, futuras cédulas de cultivos y modalidades de
distribución.
• Se organizan reuniones específicas de mujeres para inventariar y discutir:
• Sus opiniones acerca de las posibilidades de cumplir con los aportes propios en la
construcción, la necesidad de contar con medidas de asignación solidaria y la definición de
tareas sustitutivas para mujeres cabezas de hogar.
• Los requerimientos diferenciados de las mujeres en cuanto al uso de la infraestructura de
riego para otros fines.
• Su evaluación de los requerimientos de operación de las principales obras de riego.
• Sus opiniones acerca de las ventajas y desventajas de distintos cultivos (seguridad alimentaria
y/o ingresos; carga de trabajo y cuidado; periodicidad de ingresos, etc.) y definición de
futuras cédulas de cultivos con riego.
• Inventario de demandas de capacitación de las mujeres acerca de distribución de agua,
manejo de agua y suelo, manejo de cultivos y actividades poscosecha.
• Se cursan invitaciones explícitas a las mujeres para asistir a todas las reuniones, talleres,
inspecciones y capacitaciones de la organización de regantes.
• Se promociona la participación de mujeres en los Comités impulsores locales de los proyectos
y en la organización de regantes.
Donde es relevante se aplica el principio del acceso forzoso al derecho de agua también en
relación con familias sin tierra. Por ejemplo en el proyecto Mairana, donde un importante
porcentaje de la producción agrícola se realiza bajo contratos de arrendamiento o “al partir”, se
abrió la posibilidad de que familias sin tierra adquieran derecho de agua. Este recurso les asegura
acceso al agua para riego para cultivos de invierno y mejora su posición de negociación en el
acceso a la tierra.
22
10. Términos de Referencia para promover la igualdad de género en las
distintas fases
Para asegurar la transversalización del tema de género en las distintas fases de los proyectos es
necesario que se incluyan las medidas propuestas en los Términos de Referencia de
acompañamiento de los proyectos, obligando así a sus responsables a prestar atención a los temas
discutidos.
A modo de ejemplo, en los siguientes párrafos se presentan las actividades específicas para cada
fase del desarrollo de los proyectos. Estas son adicionales a los Términos de Referencia generales
descritos en la Guía de cada fase.
• Elaborar una línea base sobre la situación de género con relación a tenencia de tierra y agua,
acceso a ingresos, actividades en la producción agropecuaria y preferencias de cultivos de
mujeres.
• Determinar si existen diferencias importantes en cuanto a poder de decisión al interior de los
hogares con relación a tipo de cultivos, destino de la producción y administración de productos
y/o ingresos.
• Identificar si existen reivindicaciones específicas de mujeres acerca de la producción agrícola
y, en caso de ampliación de un sistema de riego, al funcionamiento del sistema o la
organización de usuarios.
• Hacer un diagnóstico de la demanda de agua insatisfecha para usos distintos al riego y prever
las medidas requeridas para responder a esas demandas.
• Promocionar la participación de mujeres en el Directorio local impulsor de obra.
La fase de diseño final requiere una participación activa de todos los que desean formar parte del
grupo de beneficiarios. Conjuntamente revisan la conveniencia del diseño infraestructural y
establecen los arreglos de participación en el futuro sistema.
Durante esta fase, las principales actividades con relación a género suponen:
23
• Registrar las familias interesadas en adquirir derechos de agua aplicando la doble titulación.
• Identificar eventuales problemas de familias lideradas por mujeres en la adquisición de
derechos de agua y consensuar acuerdos acerca de la asignación solidaria (gratuita, tareas
especificas de mujeres en la construcción, tareas sustitutivas u otros).
• Evaluar la infraestructura diseñada con relación a 1) la posibilidad de satisfacer usos múltiples
de agua, y 2) la compatibilidad de los requerimientos de operación con las capacidades y
habilidades de los usuarios, especialmente las mujeres.
Con relación a los beneficiarios, en esta fase se desarrollan como actividades clave: 1) la
realización de los aportes destinados a la generación de los derechos de agua y 2) el diseño de la
distribución de agua y operación del sistema de riego.
La realización de los aportes sigue los acuerdos establecidos en la fase de diseño final. En caso
de aportes en trabajo se requiere la definición en campo de las tareas asignadas a cada familia y
un control y registro de su cumplimiento.
• Efectuar un seguimiento crítico al cumplimiento de los aportes propios con miras a detectar
eventuales problemas en el cumplimiento, específicamente por parte de hogares liderados por
mujeres y, en su caso, introducir ajustes en los acuerdos establecidos.
• Involucrar a las mujeres en el Comité de fiscalización de obras que representa a los usuarios
en las revisiones regulares de avance de obras e inspecciones para la entrega definitiva.
• Inventariar opiniones de mujeres con relación al futuro patrón de cultivos y comparar y
consensuarlas con las propuestas de los hombres.
• Inventariar criterios de mujeres acerca de la futura distribución de agua y comparar y
consensuarlas con las propuestas de los hombres, hasta llegar a definir una propuesta de
distribución equitativa.
• Garantizar la participación de las mujeres en los eventos de capacitación acerca de operación
y mantenimiento de obras, de fortalecimiento de la organización de regantes, de administración
de aportes, etc.
• Asegurar la participación activa de las mujeres en las reuniones de la organización de riego y
conseguir una participación paritaria en los cargos directivos.
24
10.4 Puesta en marcha
En la fase de puesta en marcha, se dará apoyo a los usuarios para poner en funcionamiento la
infraestructura y el sistema de distribución. Mediante evaluaciones periódicas se analizará la
conveniencia de los arreglos determinados y, en caso sea necesario, se introducirán ajustes.
Por otra parte, se capacitará a los agricultores en las actividades de preparación y manejo de suelo,
aplicación de riego y manejo de los cultivos.
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11. Marco lógico para evaluar el grado de cumplimiento de las medidas de
género
Marco nor- Resultado 1a: Existe No hay familias que La organización de re- Normas internas de la
mativo sobre igualdad de género y por su condición de gé- gantes acepta la doble organización (Estatutos
tenencia de generacional en la ad- nero o generación fue- titulación de agua y reglamentos)
tierra y agua quisición y titulación ran excluidas de los
de derechos de agua beneficios del proyecto
La aplicación de la ley En caso de conflicto,
prevalece sobre usos y VRHyR y SENARI im-
costumbres que contra- ponen aplicación de la
dicen el principio de ley
igualdad
Resultado 1b: En casos La titulación de tierras El proyecto de riego in-
en los que el proyecto fue ejecutada según la cluye un proceso de sa-
tuviera un componente Ley de Reconducción neamiento y/o redistri-
de redistribución de tie- Comunitaria de la Re- bución de tierra
rra, existe igualdad de forma Agraria
género en su titulación No hay cambios en la Está vigente la Ley de
legislación acerca del Reconducción Comuni-
saneamiento de tierras taria de la Reforma
Agraria
Infraestruc- Resultado 2: La in- Donde sea necesario, la Las mujeres expresan Conclusiones de reu-
tura hidráu- fraestructura de riego infraestructura está demandas para usar la niones de mujeres
lica se adapta a los intereses adaptada para habilitar infraestructura de riego
prácticos y capacidades usos distintos que riego para otros usos
de mujeres y personas
mayores Las obras pueden ser
manejadas y operadas
por todas las personas
sin excepción por gé-
nero o generación
Funciona- Resultado 3: Las re- Los arreglos operativos Las mujeres expresan Conclusiones de reu-
miento del glas operativas del sis- responden a las deman- demandas diferencia- niones de mujeres
sistema tema de riego toman en das específicas de mu- das en cuanto a la dis-
cuenta las demandas jeres acerca de la tribución del agua o
diferenciadas de muje- distribución de agua y mantenimiento
res mantenimiento
Organiza- Resultado 4: Existe No hay familias que La organización acepta Normas internas de la
ción de re- igualdad de género en por su condición de gé- la participación de mu- organización (Estatutos
gantes la participación y re- nero o generación fue- jeres socias en la orga- y reglamentos)
presentación de todas ran excluidas de nización
las familias socias participación activa en
la organización
Mujeres participan acti- Las mujeres consideran Conclusiones de reu-
vamente en la organiza- como interés suyo par- niones de mujeres
ción (reuniones) y su ticipar en la organiza-
directiva ción de riego
Agricultura Resultado 5: Existe Mujeres y hombres El proyecto tiene in- Existe un paquete de
regada igualdad de género en consideran que la pro- fluencia en las decisio- actividades acerca de
las decisiones y activi- ducción regada favo- nes familiares acerca producción agrícola
dades de la producción rece a la familia y ellas de la selección de culti- bajo riego
bajo riego mismas vos y su destino
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MeDIDAS INDICADOReS SuPueSTOS INDICADOReS
Con relación al resultado 1a:
Generar condiciones de igualdad Existen acciones afirmativas Las organizaciones secto- Apoyo decidido de
para la adquisición de agua para para garantizar la adquisi- riales apoyan la política de VRHyR y SENARI
todas las familias sin distinción ción de agua por parte de fa- asignación solidaria y la en defensa de asig-
de género, generación o clase milias con desventajas por promueven en los proyec- nación solidaria
género, generación o clase tos de inversión pública
Existen acuerdos sobre asig-
nación solidaria para la ma-
nutención de los derechos de
agua
Registrar los derechos de agua Proporción de registros de
bajo doble titularidad, con pri- derechos de agua de doble ti-
mera consignación para la mujer tularidad
Con relación al resultado 1b:
En procesos de saneamiento o re- Terrenos en procesos de re- La redistribución es un
distribución de tierra promover la distribución cuentan con proceso formal efectuada
aplicación estricta de la norma- doble titulación por las instancias pertinen-
tiva del INRA referente a doble tes
titularidad y primera titularidad
para mujeres
Con relación al resultado 2:
Hacer un inventario participativo Análisis de satisfacción de Las mujeres (y/o hombres) Conclusiones de reu-
de los distintos usos de agua que demanda de agua para dis- expresan demandas para niones de mujeres y
debe satisfacer la infraestructura tintos usos usar la infraestructura de reuniones generales
por construirse Inclusión de obras específi- riego para otros usos
cas para otros usos
Diseñar la infraestructura con Los artefactos infraestructu- Mujeres participan en la Análisis de división
miras a iguales posibilidades de rales son manejados por operación del sistema de sexual de trabajo
hombres y mujeres en su manejo hombres y mujeres riego
y operación
Capacitar a mujeres y hombres Mujeres y hombres tienen Aplica a las obras que no Manual de operación
en el manejo y la operación de las habilidades para manejar requieren especialización y mantenimiento,
las obras (mayores) las obras en su manejo u operación con descripción de
funciones
Con relación al resultado 3:
Hacer inventario de demandas Análisis de condiciones es- Las mujeres expresan de- Conclusiones de reu-
diferenciadas de mujeres acerca pecíficas de mujeres en la mandas especificas acerca niones de mujeres
de las reglas de funcionamiento distribución del agua, mante- de las reglas de funciona-
del sistema nimiento, etc. miento
Incorporar soluciones para de- Arreglos específicos para re- La organización suscribe el Normas internas de
mandas diferenciadas de mujeres solver desigualdades en ma- principio de no-discrimina- la organización (Es-
acerca del funcionamiento del terialización del derecho de ción tatutos y reglamen-
sistema agua tos)
Arreglos específicos con rela-
ción a mantenimiento y aportes
Con relación al resultado 4:
Promover la asistencia y partici- Organización de eventos no Mujeres participan en la Análisis de división
pación de mujeres en los eventos presenta obstáculos para producción agrícola bajo sexual de trabajo
del proyecto y de la organización asistencia y participación de riego
de regantes mujeres
Condicionar decisiones sobre Acta de decisiones sobre
temas cardinales al consenti- temas cardinales
miento de las mujeres
Promover participación de muje- Mujeres asumen cargos en la Las mujeres consideran Conclusiones de reu-
res en la organización Directiva de la organización como interés suyo participar niones de mujeres
en la organización de riego
Con relación al resultado 5:
Asegurar participación de muje- Listas de participantes Mujeres participan en la Análisis de división
res en eventos de capacitación y producción agrícola bajo sexual de trabajo
análisis Nombres de promotores riego
27
Bibliografía
Principales libros y artículos
Beccar, Lily, Rutgerd Boelens y Paul Hoogendam
2001 “Derechos de agua y acción colectiva en el riego comunitario”, en: Rutgerd Boelens y
Paul Hoogendam (eds.), Derechos de agua y acción colectiva, Instituto de Estudios
Peruanos, Lima, pp. 21 – 46.
Breiter, Ina
2004 Género y medio ambiente en proyectos de riego; experiencias en el sur de Bolivia,
Programa Nacional de Riego, GTZ, DED, 33 pp.
Vera, Juana
2006 “Derechos de agua, etnicidad y sesgos de género; un estudio comparativo de las
legislaciones hídricas”, en: WALIR, Rutgerd Boelens, David Getches y Armando Gil
(eds.), Agua y derecho; políticas hídricas, derechos consuetudinarios e identidades locales,
Instituto de Estudios Peruanos, pp. 389 – 409.
28
Documentos de internet
Estadísticas e informaciones respecto al género y agricultura, manejo de los recursos naturales y
economía forestal
http://www.fao.org/Gender/gender.htm
Normas jurídicas
Constitución Política del Estado 7 Febrero 2009
Ley 1100 Convenio sobre la eliminación de todas las formas de 15 Septiembre 1989
discriminación contra la mujer
Ley 1715 Ley del Servicio Nacional de Reforma Agraria 18 Octubre 1996
Ley 2878 Ley de Promoción y Apoyo al Sector Riego para la 8 Octubre 2004
producción Agropecuaria y Forestal
29
D.S 28818 Reglamento a la Ley 2878. Reconocimiento y Otorgación 2 Agosto 2006
de Derechos de Uso y Aprovechamiento de Recursos
Hídricos para el Riego
30
Lista de abreviaciones
BMZ Ministerio de Cooperación de la República de Alemania
31
estrategia de género del KfW
El resumen de la estrategia del KfW respecto a género dice que:
“El concepto género describe los roles sociales de hombres y mujeres, no así sus diferencias
biológicas. El énfasis está en entender los roles de hombres y mujeres en su contexto sociocultural
y económica, y en identificar y eliminar las razones por las que las mujeres o hombres encuentran
desventajas. Una de los elementos clave del enfoque de género es la búsqueda de mayor igualdad
de oportunidades en las condiciones de vida e intereses estratégicos de hombres y mujeres en
concordancia con los derechos humanos. Como las nuevas estrategias de reducción de pobreza,
el concepto de género se fundamenta en el objetivo sistemático de cambios estructurales. Por
ende, el enfoque de género es más integral que el concepto de promoción de mujeres de los
proyectos de mujeres en desarrollo de la década de los ochenta.
Desde la mitad de los ochenta, el KfW trabaja en transversalizar más efectivamente el objetivo
de igualdad de género en la Cooperación financiera. Un enfoque diferenciado por género
incrementa la calidad de desarrollo de los proyectos de la cooperación financiera. Como otras
agencias de desarrollo, el KfW decidió elaborar una estrategia de género. Esta estrategia fue
diseñada para integrar el tema más sistemáticamente e incorporarlo en los procedimientos e
instrumentos de la cooperación financiera. Al planificar proyectos, género debe ser considerado
desde sus inicios.
[Traducción de la principal página web del KfW sobre su estrategia de género, http://www.kfw-
entwicklungsbank.de/EN_Home/Development_policy_positions/Gender/Positions_adopted_by
_br_ KfW_Entwicklungsbank/KfW_Entwicklungsbanks_gender_strategy.jsp].
32