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PONENCIA DE LA MESA DE DERECHOS HUMANOS EN LAS JORNADAS DE

LA FACULTAD DE PSICOLOGIA DE ROSARIO

Expositor: ALFREDO GRANDE

Interesantísimo todo lo que ha planteado la colega. Yo voy a plantear unas


cuestiones y luego como ella ya lo anticipo, y siguiendo la recomendación de Nora
Cortina de vencer las timideces… Bueno la idea es discutir, intercambiar incluso
entre nosotros, o sea, que esto sea un colectivo de pensamiento crítico. Yo decía
ayer, y lo decía ayer porque lo vengo diciendo hace mucho, soy Psiquiatra,
Psicoanalista, Cooperativista y aprendí mucho del cooperativismo. Hace más de
30 años fundamos una Cooperativa de trabajo de Salud Mental, Ático. Realmente
lo que yo aprendí desde el cooperativismo de trabajo, porque hay
cooperativismos y cooperativismos. La autogestión, que es integral o no es
autogestión. Aprendí muchísimo incluso de la construcción del sujeto. En estos
últimos años, más de siete años ya, estoy como redactor de la agencia de noticias
de la Fundación “Pelota de Trapo” y trabajo con la fundación en la escuela de
educadores de dicha fundación y hago capacitación para docentes en la provincia
de Rio Negro. Digo esto, primero para entender por qué a veces estoy cansado
pero fuera de eso, porque a mí me parece justo que el que escucha sepa más o
menos, ese que está ahí de donde apareció y como surgen las cosas que va a
decir, no?

Primero el tema de lo critico, estamos en un espacio de ciencia. Esto es un


espacio de ciencia, la Facultad de Psicología, la psicología es una ciencia. Es una
ciencia que hoy muchos ven como una ciencia que no lo es tanto como debiera
serlo y entonces, nos explican como debiéramos ser mas científicos. La ciencia es
básicamente teoría y la teoría, son conceptos, y a los conceptos hay que definirlos
porque hay un gran riesgo que es decir: “cosas distintas con las mismas palabras”.
Es un riesgo terrible el que se corre porque la misma palabra en su polisemia
puede llegar a decir cualquier cosa. A 40 años del golpe militar pero, treinta y pico
años de democracia, y hoy decir democracia puede dejar decir cualquier cosa, ese
vaciamiento conceptual es tan brutal que hoy seguimos repitiendo como esos
matrimonios que dicen: -Hola querida.-Chau querida, y se odian. O sea, la palabra
ya ha sido vaciada de contenido, entonces, hablamos de pensamiento crítico por
qué? Porque hay un pensamiento que no es crítico, pero tampoco es
pensamiento, entonces, ¿qué es? Es dogma. Entonces la pelea, que vamos
perdiendo, es entre dogma y crítica. Y los dogmaticos, laicos, no laicos, religiosos,
militares, están a la orden del día y el dogmatismo, que es algo así como la suma
de todos los prejuicios, anida en lo que se llama la idealización. La idealización,
que es lo opuesto al ideal. Se confunde ideal con idealización, la idealización de
todo es letal. Si uno idealiza una persona, idealiza una teoría, incluso si uno
idealiza los derechos humanos. La primera advertencia que me hago: “no
idealizar”. Ni a la revolución ni a nadie. Porque no hay que idealizar porque
cuando uno idealiza deja de pensar porque su pensamiento tiene que agradar al
ideal, eso que Freud llamo en algún momento Superyó. Entonces ahí dejamos de
pensar, repetimos, hacemos así y pensamos así, por el ideal. El pensamiento
crítico, deberíamos decir pensamiento y nada mas pero desde que alguien invento
que hay pensamientos únicos, que son personas que en realidad tienen un único
pensamiento, entonces hay que aclarar que es crítico, no? Y crítico es diverso. El
pensamiento intenta abarcar la diversidad, por eso hay un refrán, la mayoría de los
refranes son represores, hay muy pocos que no. Por ejemplo: “el que mucho
abarca poco aprieta”, en realidad yo digo que para la crítica, hay que abarcar
mucho y apretar mucho, y se puede abarcar mucho y apretar mucho. Eduardo
Cisne por ejemplo, abarco mucho y apretó mucho pero no es un autor que está en
las primeras lecturas de la formación de los estudiantes de psicología, el decía: “el
normal es una persona enferma de realidad”, la realidad lo enfermo pero esta tan
cerca tan pegado a esa realidad que se ve normal, de enfermo que esta se ve
normal. Entonces, cuando hablamos de pensamiento crítico, cuando hablamos de
crítica, criticamos todo o no criticamos nada. Como diría Tejada Gomez,
“cambiamos todo o no cambiamos nada”, es una decisión. Podemos no criticar
nada y seguir haciendo zapping y psicoanalizando por un sueño, o podemos
criticar todo. En el marco de lo que llamo la cultura represora que es un concepto
más abarcativo que capitalismo, porque hay organizaciones incluso
anticapitalistas que en su interioridad son absolutamente represoras y eso ha sido
el martirio de muchos militantes durante décadas y décadas. Tenían que
someterse a leyes superiores que juzgaban sus conductas incluso las más
intimas. Entonces la cultura represora va a establecer que en realidad no es crítica
sino, que entre crítica y reproche hay una relación de exclusión. No es infrecuente
escuchar que alguien interviene y dice: “mira esto no es una crítica” como
disculpándose de criticar, mira no es una crítica es un aporte valioso a tu
extraordinaria… ¿Cuál es el problema de la crítica? Es que la cultura represora no
tolera la crítica porque cuando uno empieza a criticar no puede parar, ni debe
parar, ni quiere parar. Si uno empieza a criticar por que los padres se pelean y no
se separan. Me acuerdo que hace décadas una colega me comento que estaba
escribiendo un trabajo sobre los efectos psicológicos en los niños de los padres
divorciados y yo le dije: te propongo ir más allá, porque no escribís un trabajo
sobre los efectos psicológicos en los niños de los padres no divorciados (yo me
pongo de ejemplo si querés).
Siempre trabajamos sobre aquello que supuestamente está por fuera de la norma,
en todos los órdenes de la vida, no? Si hacemos aquello que sigue un carril,
aquello en lo cual estamos enfermos de realidad, eso no lo criticamos por eso el
pensamiento crítico necesita analizadores. A-na-li-za-do-res. Los analizadores son
teóricos, construidos, históricos, espontáneos; por ejemplo para mí un analizador
privilegiado después de ver la película de anoche es: si esta chica que se inmola
lo hizo por deseo o lo hizo por mandato. Creo que la expresión de Nora Cortina
será de bastante sorpresa y de incredulidad de que los padres estuvieran
sentados en el living mientras la chica se quemaba viva en el dormitorio. Entonces
discutir sobre si eso es deseo, es mandato, es deseo de mandato o, ¿qué es? Me
parece que es necesario porque no es suficiente decir: “no, eso es otra cultura”, en
esa cultura las chicas se queman vivas. No, no se queman vivas nada, muchas no
se quemaron. Creo que es la única, entonces pensemos eso porque muchas
veces la tolerancia a las culturas diversas nos lleva a la impunidad de: “todo es
posible”. Decir: en esos lugares es común el incesto, no? No, no es común el
incesto. Yo creo que plantear derechos humanos es ubicarse en la gran capacidad
de formaciones reactivas que tienen los Estados para negar aquello que
sistemáticamente van a hacer. Creo que las declaraciones de los derechos
humanos, ampulosas en su mayoría, pretenciosas, que a nosotros nos
conmueven porque somos buena gente, pero no hay mayoría de buena gente.
Entonces, son formaciones reactivas porque en realidad la misión de los Estados
es violar los derechos humanos, sistemática y planificadamente, no solamente a
través de la dictadura cívico-militar, religiosa, deportiva.etc. En democracia más de
30 años se levanto y gobernó, resucito, ya había resucitado con Menen, pero
ahora resucito la Derecha de una manera mucho más evidente. Entonces, en
democracia hay violaciones sistemáticas a los derechos humanos. Nora misma
ayer comento el caso de Luciano Arrua un caso paradigmático y tantos otros como
Jorge Julio López y demás. Entonces la polaridad, que en la dictadura se violan
los derechos humanos. ¿Y en democracia? Ah, también se violan derechos
humanos. Entonces esa polaridad democracia o dictadura mmm es encubridora.
Democracia y dictadura son diferentes artefactos por decirlo de alguna manera,
donde se violan derechos humanos en forma sistemática y no me interesa si mas
menos, si el hambre en democracia o en la dictadura. No, no me interesa, lo que si
me interesas es que se violan derechos humanos en forma planificada y
sistemática. Hace décadas, lo sabemos. Ahora, a mi criterio como se construye un
derecho humano? Que yo dije ayer que no es algo que se tiene es algo que se
ejerce, no es una tenencia que yo venga con derechos humanos. Un derecho
humano en realidad, un bebe que nace viene ya sin derechos humanos, si no lo
asisten muere y además sin saber que, encima, está endeudado, o sea que ya
está hipotecado. Nace y ya tiene un debito además de que por ahí, tiene que
pagar la cuenta de la pre-paga.
Hay tres registros que yo creo que tienen que ir juntos y cuando no están juntos la
cosa sale mal:

El 1mer registro: es el registro de la necesidad, básica satisfecha. Eso es un


registro. Bien, lo humano, se construye de una manera muy distinta a lo no
humano. En lo no humano, el registro de la necesidad es necesario y suficiente.
Se satisface la necesidad y ya está. En la sexualidad, en la alimentación, etc; ya
está. Encontró una cueva se mete y ya está. En lo humano, y es el hecho maldito
del país represor, aparece otro registro que como tiempo cronológico por ahí es
posterior, pero no conviene hablar de tiempos cronológicos sino de tiempos
lógicos, como tiempos lógicos simultáneo. En el mismo momento que el bebe, el
infante, satisface las necesidades básicas: aire, contacto corporal, alimentación,
aparece otro registro que se llama el registro del placer y ese registro placentero
es que uno no satisface las necesidades humanas de cualquier manera si no de
una manera cualificada que es el registro placentero de las necesidades. O sea,
tiene que haber placer cuando satisfacemos una necesidad. No es que: “esto te
hace bien aunque tiene feo sabor”. Había una época en la que por ejemplo había
que tomar aceite de resino. Los pediatras siempre inventaban cosas horribles.
Tenias que tomar eso porque te hacia bien aunque era asqueroso. ¿Puede haber
algo que no sea asqueroso y que me haga mejor? No, no, porque lo importante
es que sea asqueroso, digamos. Lo placentero queda ahí como…nos pasa.
Ustedes trabajan en lo que quieren y encima quieren cobrar? No. Vayan a trabajar
a hospitales. No sé, como será a acá pero en la ciudad de Buenos Aires por
ejemplo hay concurrentes que no cobran, visitantes, becarios, etc. Cuando alguien
me dice: _“trabajo pero no cobro”, le digo: _“discúlpame no estás trabajando.

_¿Cómo que no estoy trabajando?

_No, no, nunca te lo dijeron?

_No.

_Bueno, es una actividad la que tenés. Es como un hobby. Sos buena persona,
está bien lo que haces, pero no es trabajo. El trabajo, y hasta un capitalista lo
sabe. El trabajo por lo menos te tiene que dar para reproducir tu miserable forma
de vida. Mínimamente.

Generalmente se pone mal, uno lo contiene pero es así. Llamamos trabajo, por
ejemplo: yo acá no estoy trabajando, estoy contentísimo, agradecido a Alicia, a
toda la Facultad por haberme hecho la invitación. Tengo una actividad. Es distinto
trabajar de tener una actividad. No es exactamente lo mismo. En una época se
llamaba el hobby, o sea, sufría toda la semana y después tenía un hobby. Ahora el
hobby está mezclado porque cuando una persona está trabajando está bajando
jueguitos entonces ya está como incorporado en la semana entonces: necesidad
básica satisfecha, como dije ayer, nunca hablen con siglas, NBI, PPO, TPU, no,
eso es todo encubridor. Toda basura. Necesidad básica satisfecha y
placenteramente satisfecha, que es una cosa tan elemental que jamás lo va a
entender ni un represor, ni un capitalista, ni un funcionario.

Recuerdo cuando Duhalde invento la supersopa. Tiene que ser grato. Hay gente
que plantea que lo pobre tiene que ser feo. Hay una vieja película italiana, “Feos,
sucios y malos”, como que el pobre es feo, malo y antiestético. Todo eso es una
marca de la cultura represora. Más allá del percentil en el que estemos, lo feo, lo
desagradable, lo asqueroso; no nos atrae, lo rechazamos. Eso es lo que la cultura
represora no tolera. No tolera el derecho al placer. Necesidades básicas
satisfechas, placer al satisfacer esas necesidades, y el 3cer registro: y fíjense que
es el último, es el derecho. Entonces, los derechos humanos son humanos en
tanto garanticen placer y necesidades si no, no son derechos es otra cosa.
Podemos llamarlo de otra manera.

Pensemos, los que estamos acá y los que estamos allá, qué grado de satisfacción
tenemos. Vieron que hay encuestas de satisfacción. Por ejemplo ayer tuve un
percance en la ruta entonces, el automóvil club me manda una encuesta de
satisfacción. ¿Está satisfecho de 0 a 9…? Armemos una encuesta, un propio test
de autosatisfacción, que satisfacción tenemos, incluso a veces aquella tarea que
nos gusta terminamos maldiciendo, maldiciendo lo que nos gusta, porque nos
agota, porque estamos cansados. Hoy una compañera me dijo: “che, que mal
estabas ayer”. No, yo me sentía bien, parece que estaba mal. La brújula del placer
es fundante para entender que nos está pasando, lo estamos pasando bien?
Cosas elementales por ejemplo en la sexualidad. Todo cambia pero por lo general
cuando uno está con alguien en la intimidad quiere pasarla bien. Como la estas
pasando? _ Mal _ Qué bueno, sigamos. Uno va a la heladería y el heladero que
pregunta? Y no es psicólogo social, ni leyó a Chomsky, ni a Rozitchner… Que
gusto querés? No es que si a uno no le gusta la vainilla, le dice: “ah! bueno te
preparo dos kilos”. No, no funciona así. A nivel macro la cultura represora si,
funciona así. No puede la cultura represora garantizar los derechos humanos
porque uno de los derechos fundante de lo humano es el derecho de placer.

Nunca escucharon: “si todos hiciéramos lo que quisiéramos esto sería un


despelote”, o como reproche: “mira fulano hace lo que quiere”. Si, hace lo que
quiere. Es un hombre feliz. Esto también pasa con los pacientes. Hago muchas
entrevistas vinculares en el marco de la terapia individual. Viene el marido de una
paciente y me dice: sabe lo que pasa? Lo que pasa es que mis hijos hacen lo que
quieren.
_Y usted que preferiría? Que sus hijos hicieran lo que no quieren? Esto es lo que
le pasa a su mujer, ella está con alguien que no quiere.

Esta idea de que no importa, que lo más importante no es el placer, si no, que lo
más importante es el deber, la satisfacción de haber cumplido, con esas
expresiones terribles: “me la banco”, “yo te banco”, la cosa del sufrimiento, no
banques nada si no te gusta andate, que venga otro que la disfrute. “No, no, yo
estoy casado hace 30, 40, 50 años, vivo mal pero me la banco”. Es masoquismo,
un máster en masoquismo.

Cuando hablamos de derechos humanos creo que la concepción integral de los


derechos humanos no puede omitir el del tema del placer. En la cultura actual esta
omitido. La cultura represora sabe que nadie renuncia al placer pero, también
sabe que lo puede adulterar al placer entonces es ese espacio que llamamos “el
deseo del mandato”. La cultura represora genera muchos mandatos, incluso el
mandato de los derechos humanos. El tema de la discriminación por ejemplo, se
ha llegado a una banalización del tema, lamentable. Una mujer hizo una denuncia
hace poco por discriminación. Su pareja le dijo: “sos una negra de mierda”,
entonces hizo la denuncia por discriminación, supongo que por “de mierda” porque
negra no veo que lo sea, pero se lo dijo mal. Entonces preguntando por qué le dijo
eso cuenta: “bueno, me estaba persiguiendo con un cuchillo y me decía “te voy a
matar negra de mierda””. Hizo la denuncia por discriminación, si le hubiese dicho:
“te voy a matar hermosa rubia”, no lo denuncia. La banalización también es un
recurso de la cultura represora, banaliza, trivializa. Chiquita Legrand puede hablar
de derechos humanos, se indigno hasta lo reto a Macri o no sé a quién. O sea, la
banalización del bien es otro recurso de la cultura represora. Entonces el placer
que consumimos es un placer facturado por la cultura represora, por la publicidad
por ejemplo, entonces, de eso es muy difícil escapar, creo que imposible.

Hice varias campañas fracasadas, una para no comprar Danonino. Por ejemplo,
cuando se habla de las drogas y se dice “consumo problemático de sustancias”,
bueno planteemos el tema de la coca cola que es un veneno. Que prohíban la
coca cola si es en serio, porque hay que incluirla dentro del consumo problemático
entonces. La coca cola que se ufanaba de decir que no se sabía la formula de
este veneno. Si hubiera una mínima coherencia y defendiéramos los derechos
alimentarios, soberanía alimentaria, fuera Monsanto. Mac donals por ejemplo, ahí
se está dando veneno, la cajita feliz es una mina personal. Pueden hacer la
prueba. La comida de Mac donals es incorruptible, no se corrompe porque no es
orgánica. Todo eso que nosotros tomamos como: “todo va mejor con coca cola”,
esos son los que nos permiten desear. La cultura represora nos permite sentir
placer con los mandatos que genera. Eso es un artificio que convendría plantarse
para demolerlo. Si nosotros a penas nos conformamos con el placer de los
mandatos de la cultura represora estamos en un nivel prácticamente de anomia,
donde ya los placeres quedan ligados a un consumismo loco.

El otro día dos mujeres fueron invitadas a retirarse de un boliche de la ciudad de


Buenos Aires, “la biela”, por besarse. Entonces la comunidad gay hizo “el besazo”.
Al placer, se lo mira mal. Si un padre o una madre, le pega un cachetazo a su hijo,
ustedes no pueden intervenir, porque el padre y la madre tienen la potestad. El
niño es una propiedad. Cuando se habla de los derechos humanos, incluimos el
derecho a la propiedad privada o no? Discutámoslo por lo menos porque para
muchos es un derecho humano fundamental, el derecho a la propiedad privada y,
como decían los anarquistas: “toda propiedad privada es un robo”. Nosotros
hablamos de desocupados pero no hablamos de “desterrados”. Todos los que no
tenemos tierra hemos sido desterrados pero no lo vivimos como desterrados, yo
no digo: “Alfredo Grande, encantado desterrado”. Desocupado todavía si, porque
hay un recuerdo de que había algo que se llamaba salario o trabajo a pesar de
que hay varias generaciones que no han tenido trabajo, que no trabajan más.
Porque no existe más la idea de trabajo como medio idóneo para llegar a:
“ganaras el pan con el sudor de tu frente”. Ahora: “no hay sudor si no hay sangre y
además no ganas el pan”. Este formateo que hace la cultura represora que es
entre otras cosa la cultura del mandato es absolutamente “funcional” a: “proclamar
derechos humanos enfáticamente” y, “sistemáticamente violarlos” pero
garantizando la impunidad, el derecho humano de los represores. Nadie va a dar
cuenta de las barbaridades que hace. Cuando fue la masacre de Cromañón, 200
pibes asfixiados a pesar de que el jefe de gobierno Aníbal Ibarra tenía informes a
raudales de que eso había que cerrarlo. Muchos organismos de derechos
humanos le dieron la espalda a familiares y sobrevivientes de Cromañón porque
generaron la destitución de Ibarra que era el niño bien del progresismo en
Argentina. O sea que ni siquiera los organismos de derechos humanos están
exentos de ese atravezamiento partidario que la cultura represora impone: “si es
de los míos me lo banco” tomando esa famosa frase sobre Somoza: “es un hijo de
puta pero es nuestro hijo de puta”. El grado de tolerancia que hay frente a la
violación de los derechos humanos, de los míos, de los nuestros, es realmente
patética. Si los viola el otro sí, ahí le pegas, pero si es el propio, el del palo, el que
está ahí: “ah bueno pero la cuestión de la época, que sé yo”. Y ahí está Menen
vivito y coleando y todavía quiere volver a ser senador. Pero, hubo Menen
después de la dictadura cívico militar. Existió el menemato. Existió la venta del
país, Dromi dijo: “la Argentina está de rodillas”. Metrogas que aumenta las tarifas,
el gas del Estado fue privatizado con un diputado trucho y si lo saben lo
recuerdan, el ciudadano Kenan, que ahora es un ángel trucho porque murió.
Quien lo hizo entrar? Levanto la mano y cuando lo descubrieron no se anulo la
votación, o sea más allá de los tarifazos, gas del Estado fue privatizado en la
época de Menen, en democracia, por un diputado que no existía. Entonces no nos
pongamos tan irascibles frente a cosas que son efecto de cosas que dejamos
pasar. Menen le puso la mortaja a de La Rúa, de La Rúa creía que era la banda
presidencial pero era la mortaja. Resumiendo, la vigencia plena de los derechos
humanos es solamente cosa nuestra. Al Estado hay que pedirle todo pero del
Estado no hay que esperar nada porque el Estado es la organización jurídica de la
clase dominante. Se puede vivir sin Estado, se puede vivir sin Superyó, se puede
vivir sin culpa pero, no se puede vivir sin placer, el que vive sin placer ya está
muerto aunque no se haya enterado.

Viene una pareja, un matrimonio, algunas se hacen llamar matrimonio, otras no, y
yo les dije: bueno yo pensé que esto era una entrevista de pareja o de matrimonio
pero bueno, veo que es una autopsia porque el vinculo está muerto, es decir lo
único que tienen de pareja esta acá.-Si tiene razón doctor, gracias. Porque alguien
les tenía que decir: usted está muerto, señor vinculo, usted murió. Cuando uno
está con vínculos muertos, no puede armar vínculos vivos porque además sigue
habiendo un mandato represor que es el mandato monogámico, que como a mí
me gusta decir es: la continuación de lo endogamia por otros medios. Con lo cual
sigue habiendo toda una vulneración de los derechos humanos que es el derecho
a crear nuevos vínculos. Sigue habiendo palabras así como adulterio, meter los
cuernos, etc; ese folklore que abreva en una concepción monogámica que como el
monoteísmo, solamente es posible de construir destruyendo la diversidad y, si
nosotros destruimos la diversidad no podemos al mismo tiempo decir que
sostenemos los derechos humanos, porque lo humano es la diversidad. Por eso
estamos muy interesados en discutir no el tema de la diversidad sexual que es un
tema importante. Ático se ha ocupado mucho del tema de la nena trans por
ejemplo. Ático tiene un convenio con la Comunidad Homosexual Argentina, nos
interesa ese tema, pero también nos interesa pensar a la sexualidad como
diversidad. Hay una especie de un tal Bazán que anda hablando cualquier cosa,
que sigue diciendo incluso que soy autoritario, lo cual prueba que no me conoce
porque soy muy autoritario; diciendo en un binarismo de género berreta
totalmente, que Lulú la nena trans es esquizofrénica, cosa del Medioevo. Ahí
estamos en las diversidades sexuales pero también nuestra sexualidad es diversa
y la cultura represora también ha moderado la subjetividad de tal modo que sea
una sola manera de ser varón, una sola manera de ser mujer. Recién ahora las
mujeres avanzan mucho más, antes cuando el hombre avanzaba por lo general
las mujeres retrocedían, pero ya los tiempos cambiaron y uno se queda, en el
mejor de los casos, viendo a ver qué pasa.

Para nosotros la subjetividad es el decantado identificatorio de la lucha de clases y


en esa lucha de clases ubicamos dos clases básicamente: deseos y mandatos y
ahí es irreconciliable y hay que saber si uno está operando desde los mandatos o
desde los deseos. Porque si opera desde los mandatos también va a tener el
deseo de mandato, piensen que el deseo y esto es Freud, es lo más propio que
tenemos pero lo vivimos como ajeno, y el mandato es lo más ajeno que tenemos,
y sin embargo, lo vivimos como propio. El nombre del mandato, de todos los
mandatos, es “moral”, y si quieren agregar, buenas costumbres. En realidad lo que
más nos da placer son las malas costumbres. Las buenas costumbres son todas
generalmente represoras, por ejemplo, los edictos policiales que muchos siguen
vigentes. En Córdoba ciudad hace unos años, fui a un encuentro de estudiantes
de psicología y los chicos no podían estar descalzos en el césped, no podían
tomarse de la mano, no podían besarse. Había un gran nivel represor de esos
derechos, que también son humanos. Lo que quería señalar es: “no separar lo que
tiene que estar unido” y “no dejar unido lo que tiene que estar separado”.
Necesidades, deseos y derechos tienen que estar unidos, eso es lo único que a mí
me parece que “garantiza” la vigencia de los derechos humanos. Jamás, de eso
se va a ocupar ningún Estado. Si satisface una cosa te saca otra. Por eso, creo
que es tan grave esta cuestión de penalizar, con este argumento de la defensa
propia, el carnicero que está preso, el médico, ejemplos actuales. Está en debate
un tema muy importante. ¿Hasta dónde, nosotros podemos sostener la idea de
que la justicia por mano propia es peor que la impunidad por mano ajena? La
justicia por mano propia es la única verdadera justicia, se puede llamar a
tribunales populares, lo que sea, todo lo que está mediatizado por el derecho
positivo, incluso por el derecho penal. No sé si están al tanto de lo que es la ley de
flagrancia por ejemplo, que se aprobó en la cámara de senadores. La ley de
flagrancia es absolutamente contraria a los derechos humanos, totalmente
contraria. La del arrepentido también, porque no es un arrepentido es un
alcahuete, acá en este país nadie se arrepiente de nada, entonces no se lo puede
perdonar como bien dice Nora. Pero porque además no lo pide al perdón. Léanla,
la ley de Flagrancia lo que implica a nivel del código de procedimientos en lo
penal. Porque implica la manera casi de “legalizar el linchamiento” y por supuesto
toda forma de discriminación. No va a haber más posibilidad de defensa de un
acusado en un juicio. No va a existir más, lo van a condenar casi en forma exprés
por lo que se llama la ley de flagrancia hace poco aprobada. Por eso digo: “a dios
rogando y con el mazo dando”. Al dios de los derechos humanos rogando pero
con el mazo dando y el mazo, es nada menos que la cultura represora expresada
en los tres poderes: ejecutivo, legislativo y jurídico. Por eso creo que para poder
emplear de aquí en más la vigencia de los derechos humanos hay que sumarse a
una fuerte crítica de lo que son estos treinta y pico años de democracia. Porque
todos estamos de acuerdo, aunque no todos estamos de acuerdo de que tampoco
la dictadura vino de la nada. La dictadura no llegó solo de la mano de: Videla,
Massera y Agosti, incluso la población civil estuvo de acuerdo con la dictadura
militar. En esa época estaba el deme 2, la gente que iba a fuera pedía el 2. El
mundial del 78 y la Guerra de Malvinas. También la dictadura militar tuvo sus
círculos populares. En el mundial del 78 se decía: “la fiesta de todos”, era una
fiesta y “de todos”. Sergio Renan por ejemplo filmó una película que se llamo “La
fiesta de todos”.

Cuanto menos polaricemos dictadura o democracia, nos daremos cuenta de que


la democracia aprendió muchísimo de la dictadura. La dictadura no aprendió nada
de la democracia pero la democracia si, aprendió mucho de la dictadura, por eso,
sigue siendo el hambre un crimen, por eso hay gente que se muere de frio y por
eso: realmente el tema fundante como es el tema de los partidos políticos que ya
realmente no tienen la menor credibilidad. Es decir, no es que la gente no cree en
la política, no cree en los partidos políticos, porque en los partidos políticos no hay
política. Ya está claro que son solamente intereses muy concretos. Barrick tuvo de
nuevo un derrame, cianuro, venimos denunciándolo tanto. Si me preguntan:
¿usted cree en los derechos humanos? Sí, yo creo en tantas cosas. Lo que no
creo, es que los derechos humanos se puedan sostener si nosotros le damos esa
tarea a aquellos que lo vulneran y además cuando incluso, organismos de
derechos humanos pasan a ser funcionarios de un Estado o de un partido político,
ahí si se acabo la historia.

Ayer Nora recordaba: la liga Argentina por los derechos del hombre se fundó en
1937 y venia de lo que se llamo “el socorro rojo”. El socorro rojo llevaba
brigadistas en la mal llamada “guerra civil española” porque tampoco fue una
guerra civil. Fue un ejército invasor fascista contra un pueblo, de ahí viene. Es
bueno saber de dónde vienen las cosas, que no se inventan de un día para otro.
La liga Argentina hereda el socorro rojo que fue realmente el experimento para lo
que vino luego: el nazismo. Que las democracias occidentales lo dejaron avanzar
hasta que empezaron a bombardear Londres, porque el nazismo iba a parar, al
comunismo, entonces fueron cómplices en la violación de los derechos humanos
que fue el nazismo, al que se lo pone como el peor mal. Pero las democracias
occidentales fueron cómplices del nazismo como ahora lo son de la vigencia de
Isis que fue armado por EEUU.

Entonces, eso de que nosotros somos los que defendemos los derechos humanos
y los otros son los malos, los terroristas y demás, salgamos de ese binarismo
político porque nos va la vida en ello.

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