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CAMARERO, Hernán, “Comunismo y cultura obrera”, A la conquista

de la clase obrera, Siglo XXI Iberoamericana, Buenos Aires, 2007.


rv. COMUNISMO Y CULTURA OBRERA

1.0 "La Internacional" (coro);


2.° Conferencia del compañero Edo. Ghitor sobre "Cultura obrera";
3. 0 "I-Iijos del pueblo", drama en un acto;
4. 0 "Proletarios somos", ronda infantil con música y trajes simbólicos;
5. 0 Declamaciones y monólogos, por varias compañeritas;
6. 0 "El Puente de Avignon", ronda infantil.
(Programa de un festival de la Biblioteca Obrera Renovación,
Villa Crespo, La Internacional, X, 3157,9/10/26, p. 2).

Contra los que pintan, itodavía! cuadros para los burgueses,


contra los que escriben, itodavía! libros para los burgueses [ ... ].
Nosotros estamos de vuelta al pueblo,
hartos de la cultura burguesa,
ávidos de la dialéctica materialista
(Raúl González Tuñón, "Las brigadas de choque",
Contra. La revista de los franco-tiradores, 1, 4, agosto de 1933).

Además de los analizados en las páginas anteriores, hubo otros cami-


nos a través de los cuales el PC se insertó en el mundo del trabajol
durante los años veinte y los treinta. Fueron sus intervenciones en un
conjunto heterogéneo de ámbitos en el que los obreros, y los comu-
nistas como parte de ellos, desarrollaron diversas experiencias cultu-
rales. Se trataba de prácticas y formas de agregación, que respondían a
motivaciones e intereses que aludían a otras facetas de la vida cotidia-
na y la sociabilidad proletarias, distintas de las del tránsito diario en el
establecimiento industrial y en el mercado (en tanto productores y.
consumidores) o en las luchas y organizaciones gremiales (en tanto.
militantes). Estas iniciativas se relacionaban con el uso del tiempo':-
libre. Nos alejamos de lo atinente al "tiempo laboral" en sentido es-
tricto, para dirigirnos ahora al "tiempo del ocio". Empleamos las ex-~
presiones "tiempo libre" y "tiempo del ocio" en sentido amplio, ya
que existe una distinción entre el tiempo libre, entendido como el
lapso que no se consume en el trabajo dedicado a ganarse la vida, Y el
Cornu nisrno y mltu ra obrera 219
218 Hemán Camarero
que los comunistas nunca dejaron de emplear para dar cuenta de
tiempo del ocio, interpretado como las horas dedicadas a las activida-
sus iniciativas. En este libro, se la considera una categoría que per-=' e>Jt.:fl:
des recreativas, particularmente culturales y deportivas.!
mite englobar el entramado de prácticas y agencias político-cultu- o~

l
Es posible que las diferentes formas de "ocio alienado" generadas
rales que tenían como protagonistas principales a colectividades ~""
e~ la et:ltura de masas2 no hubieran alcanzado, hasta los primeros
de trabajadores; también incluye un conjunto de actitudes, creen-
anos tremta, una hegemonía total en el imaginario de las clases subal- 5
cias, patrones de comportamiento, imaginarios y rituales , articu-
te~nas y, más específicamente, en el de la clase obrera, aunque era
lados en torno a una identidad obrera, que traslucen una concien-
_ ev1dent~ ~1 enorme espacio que iban adquiriendo. Sus expresiones
cia de clase proletaria. 6 De todos los posibles sentidos implicados
e~an mult1ples, entre otras, :!._creciente impacto de la radio __gue inva;.
en la categoría cultura obrera, aquí se privilegia el que se refiere al
d1a los hogares y permitía modos nuevos de comunicación y propa-
desarrollo de formas asociativas y hábitos ligados a la instrucción
} ganda; la apari~ión del cine _sonor~ la ~ultiplicación de las reviili!s
y a la recreación de los trabajadores.
J ~?PEla~es y !ah~eratpr~~_: ki~sco gene~adas .Por_una nueva y pujante Estos fenómenos se situaron sobre un camino abierto por el anar-~' <.:.
mdu-:~tri-ª.~dt~or_!!!l; la progresiva profesiOnahzaciÓn del fút1_ml; la su-
1 quismo y el socialismo. Se ha afirmado que esa senda había permitidoj ·A~;
(Pe~encia del circo, el vodevil y las formas de teatro menor.3 Sin
constituir una "cultura alternativa", en donde" ... los trabajadores crea- <;..<;)(
embargo~sistier"~cada vez con mayor dificultad, prácticas gene- han sus espacios de sociabilidad: efectuaban representaciones teatra-
rada~ por sectores proletarios, que intentaban competir con estas di-
les, bailaban, cantaban, se educaban, entonaban sus himnos, desple-
1' vers~ficadas ofertas de distracción. El PC participó en ellas y recorda-
gaban sus símbolos".? En aquellos tiempos, mantuvo su vitalidad el
~a s1emp~e a sus adherentes el esmero con el que debían asumir su
mtervenc1ón en el campo: "Las fracciones comunistas deberán crear-
se en otras instituciones que también tengan influencia sobre las ma-
sas ~abajadoras, por ejemplo, en las Bibliotecas culturales, clubes de- 5 Sobre la discusión acerca del empleo del término ~'é~n relación con
portivos de barrio, sociedades de fomento, etc., en donde existe un este conjunto de factores, y el modo en que pueden ser · · ·dos como propios
amplio campo de acción, si se sabe aprovechar inteligentemente".4 de las clases subalternas, remitimos, entre otros, a Cario Ginzbur El queso y los
~ Esto remite a la existencia de una "cultura obrera", un término gusanos. El cosmos, según un molinero del siglo XVI, Barcelona, Muchni 1996, pp. 10 y ss.
6 Sobre la categoría "cultura obrera" en sentido amplio, remitimos a tres auto-
res ingleses. El primero es~ggart;)on su clásico estudio escrito en 1957 y
traducido al castellano como La cultura obrera en la sociedad de masas, op. cit., forjado
sobre expe.riencias personales:-precisamente, de las décadas de 1920-1930. En esa
1
Para :~~a ampliac_ió,? del, tema, Norbert Elias y Eric Dunning, "La búsqueda obra, el aufor entiende que el proletariado británico había logrado constituir, antes
de la emoc10n en el OCIO , en 1dem, Deporte y ocio en el proceso de la civilización, Méxi- y durante ese ~no, una ''v~¿r;..ultw~.Elt -posteriormente erosi~_:¡ada r_c:H
co, FCE, 1995, pp. 83-115. 1~ instrumentgs de la cultura urbana_~t:__ma~~s-, que se expresaba e~
tumbres, esflos...¡;l_~ hahl;l y hábi o un ca ácter di,~t\J2~ble e in~ ~El
2
El análisis clásico sobre la alienación en el tiempo libre que hemos contem-
pla,d~ es el de Max Horkheimer y Theodor W Adorno, Dialéctica del Iluminismo, ;:gundo es: . obs awm, on sus artículos tdicados al reíñ:a~comO''Llforma­
Mex1co, Sudamericana, 1997, pp. 146-200. ción de la cu r era oritánica" (en El mundo del trabajo. Estudios histórÍco~-~obré la
.
3
~n-a reflexi_ón t~,mprana acerca de este asunto, en J. J. Sebreli, Buenos Aires, formación y evo t!!ión de la clase obrera. Barcelona, Crítica, 1987, pp. 216-237). El ter-
vtda cottdwna y ~lt~nacton, Buenos Aires, Siglo Veinte, 1965, pp. 170-179. Sobre el cero es 0t~dman Jones, especialmente por su "Cul~~_y política obreras_g¡
avance de las d1stmtas expresiones mencionadas, además de los textos aludidos en Londres, 1871J.:T9'00:ñ0tas sobre la reconstrucción de una obrera" (en Len-
,.....---:- --- ·-clase
----·-·--
e~ resto_ del capítulo, Beatriz Sarlo, "La radio, el cine, la televisión: comunicación a guajes de clase. Estudios sobre la historia de la clase obrera inglesa. Madrid, Siglo XXI,
dJ.stanc¡a", en La imaginación técnica. Sueños modernos de la cultura argentina Buenos
1989, pp. 175-235).
Aires, Nueva Visión, 1992, pp. 109-134. ' 7 Mirta Z. Lobato y Juan Suriano, La protesta social erz /a Argentina. Buenos Aires,
"': t~~as las células, comités de barrio y delegados a la segunda conferencia de
4
FCE, 2003, p. 33.
la Capital , CL del PC, Capital Federal, 17/8/26, p. 5.
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despliegue cultural del PS en el seno de la clase trabajadora: centena- mostraba una confianza ciega en la asociación entre la ciencia y el
res de bibliotecas obreras, centros de estudios, escuelas libres y ate- progreso. De estas fuentes provinieron los c~munistas, quienes se] ~t!;
neos de divulgación; una universidad popular, la Sociedad Luz, fun- habían escindido del PS en un período demasiado cercano. D(.~
dada en 1899, que desde 1922 dispuso de un espléndido edificio Aunque no alcanzó ni la envergadura ni el carácter . sistemátic~ E..5CJ
propio en Barracas, en el que impulsó cursos de los más variados que presentó la del PS, la empresa cultural com~msta en el ~undo ~
temas; c;oros, conjuntos teatrales y musicales; miles de conferen- del trabajo también fue relevante durante este pe;.mdo y lo sufic~en~~- ·~
mente densa como para convertir al PC en una\ escuela de sociabih-
cias y visitas a museos; proyecciones cinematográficas; editoriales . . b 11 F .
que encaraban una intensa obra difusora; un despliegue perma- dad" para ciertos sectores d e1 movimiento ~ rero. , ueron ~us m~
trumentos las bibliotecas, los clubes deportivos, los crrculos mfanti-
nente de campañas sanitarias, higienistas, antialcohólicas y de pro-
les, entre otros. Ciertamente, muchas de estas organizaciones apar~­
filaxis sexual. Angel M. Giménez, el orientador de la política cul-
tural del PS, estipulaba hacia 1926: "Todo centro socialista debe cían vinculadas y paralelas, ~ se sostenían ~ partir de _la perten6:tc;:Ia
tener: a) Una biblioteca pública, bien organizada, la que deberá múltipk.de-lQS..: ismos mil~tantes a las mism~s asoci~s. ~­
s~o Pizzorno enominó~formas de incrustaczones asocz~ttvas~ ~,este
ser complementada con lecturas comentadas y conferencias; b) Una
fen-ómen ecurrente en el que los partidos, por su predisposicion Y
sección coral y cuadro artístico y musical; e) Una biblioteca y re- 12
creo infantil; d) Una sección de propaganda antialcohólica, de hi- capacidad, logran capturar la iniciativa colectiva. En las páginas que
siguen, se reconstruye esta apuesta cultural del_PC y se recorren sus
giene. social y de excursiones; e) Una sección deportiva". 8 Todos
distintos emprendimientos. Asimismo, se anahzan algunas car_acte-
estos emprendimientos revelan la presencia de una verdadera es-
rísticas del discurso, de los valores y del sistema de representaCiones
trategia del PS en el tema, ambiciosa, coherente y sist.emática, aun-
que a~ec_tada, re~~no~ía ~po: un "carácter abstr~_cta~:E-Je simbólicas que se hallaban detrás de ellos.
pedagogic~ p vilegiador de la divulgación científica". 9 Como
afirmaba ortantiero acerca de estas redes de socialización: "De-
trás de una csmceEción ostensiblemente iluminista -educar al tra-
bajador como parte de la formación de una cultura política demo-
crática- se advierte la preocupación, a la manera de la socialdemo- 11 "École de sociabilisation", en el marco de una "culture ouvriere", es el térmi-
cracia europea, por constituir una suerte de 'sociedad separada' no utilizado en un texto sobre el PC francés, que ana _· el mismo tipo de prácticas
que abarcaba desde recreos infantiles hasta tiendas cooperativas, a las que nos referiremos en este capítulo · aymond~;~üer "Fragments_d'une /
pasando por escuelas de oficios y ateneos de divulgación científi- culture de bastion", en A Spire (ed.): La wture es camqrad.:!:_Que rest.~:!.-Jl de la~
culture communiste?, op. cit., pp. 143-145. La definición del PC arg:ntino com~ so-
c~".10 Era la propuesta del que aparecía concebido como un "par-
ciabilidad particular es señalada en un escrito que atiende a un penod_o. poste;1~r al
~ tido de la modernidad", influido por un legado positivista,_ que nuestr . ~ PasÓ~ omunistas argentinos. Identidades polmcas, top1c~s
ideológicos y v1 a privada, 1950-1970", en M.E. Spinelli, A Sevetto, ~- Ferra~1 Y
G. Closa (comps.), La conformación dé las idmtidades políticas en la Ar~:ntwa del stglo
XX, Córdoba, UNC/UNCPBA/UNMdP, 2000, pp. 281 y ss. "Iamb¡en_se ha e_s~u­
8 diado la experiencia del comunismo británico como un submundo soc1al, pohtiCO
Á M. Giménez, "Treinta años de acción cultural", en Páginas de historia del
y cultu do en tradiciones, reglas y prácticas de sociabilidad propias, enb-
movimiento social erz la República Argentina, Buenos Aires, Sociedad Luz, Imprenta La
Vanguardia, 1927, p. 86. /phael Samuel ' he Lost World of British Communis~ New Lejt Review, 154,
9
José Aricó, La hipótesis deJusto. Escritos sobre el socialismo en América Latina Bue- ~ml)'éT-december 1985. . . ., ,. , W.
nos Aires, Sudamericana, 1999, p. 144. '
12 A Pizzorno "Introducción al estudio de la part¡c¡pac¡on poht1ca , en M ·•
' . bl ' . ' B nos Aires Siap-Pian-
10 Juan Carlos Portantiero, "Nación y democracia en la Argentina del nove- Participación y cambio socwl en la pro ematua contemporanea, ue •
cientos", Punto de Vista, 1\T, 14, marzo/julio de 1982, p. 6. teos, 1975, pp. 78-79.
222 Hemán Camarero Comunismo y culttlra obrera 223
1. LAS POLÍTICAS PARA UNA INSTRUCCIÓN OBRERA las implantadas en otras regiones del país, especialmente en La
Plata-Berisso y Zárate, y las provincias de Córdoba, Santa Fe y
\ Comencemos con las iniciativas desplegadas en el campo de la ins- Tucumán).
VJ trucción. Uno de los instrumentos privilegiados para el desarrollo Las bibliotecas obreras comunistas estaban sostenidas por los
~· de las experiencias de formación cultural comunista fue la I?_~Jig.­ ~ros y al~_e_~adosal partido, y¡Püsfülaoáñu-natoi~l.~~Ú~nomfa- ·
~Ll~"Y'"t.~ca~a, que casi siempre ostentaba también el título de Cen- frente aT''esiad.o...hm~. Precisamente, encontraban alh el ele-
·v~$ tro de Cultura o Asociación Cultural. En las décadas de los veinte mento de distinción con las llamadas "bibliotecas populares", lo
y los treinta, aún se mantenía esa larga tradición existente en el que puede advertirse en las palabras con las que un dirigente sin-
país, particularmente en Buenos Aires, con respecto a este tipo de dical cordobés del partido saludaba la inauguración de una de es- \
instituciones. 13 Desde las últimas décadas del siglo XIX y, por lo tas instituciones:" ... habló sobre el tema 'Labor de las bibliotecas~:
menos, hasta la aparición del peronismo, una de las primeras ta- obreras', explicó el significado de las mismas, señalando la dife~
reas que encaraba todo nuevo sindicato o federación gremial era rencia que hay con las bibliotecas que se dicen 'populares'' que n o
constituir su propia biblioteca. Los anarquistas, los sindicalistas y, son otra cosa que bibliotecas subvencionadas ?o: la burguesía". 15 ~\o­
especialmente, los socialistas conformaron centenares de ellas en Sin embargo, el PC también apoyó algunas b1bhotecas populares .Jo;-\
sus locales y centros. Para ilustrar con algunas cifras la permanen- ubicadas en barriadas obreras, parcialmente financiadas con fon-
cia de este fenómeno, señalemos que, hacia marzo de 1932, exis- dos públicos. Un ejemplo en este sentido fue la Biblioteca Ve-
tían unas 400 Bibliotecas Obreras creadas por el PS, con un pro- ladas de Estudio después del Trabajo, ubicada en Avellaneda
medio de 3.000 a 6.000 volúmenes cada una, repartidas por casi (Galicia 667). 16
todas las provincias y territorios nacionales (entre ellas, 56 en Ca- Los nombres de las bibliotecas y centros de cultura comunistas
pital Federal y 180 en la provincia de Buenos Aires); el Vigésimo (Cuadro 4) remiten a un conjunto heterogéneo de próceres (militan-
segundo Congreso Ordinario del PS, de mayo de 1934, calculaba tes, pensadores, científicos y escritores) provenientes de las tradicio-
que esa cifra se había elevado a 772 (además de 19 centros cultura- nes marxista o "progresista", y también a una serie de valores y sím-
les).14 El emprendimiento comunista que ahora exhibiremos fue bolos ligados a ellas (en los que se observan improntas iluministas y
más acotado, pero no resultó insignificante. En CaEi.~al-GBA, he- románticas). El recurso a figuras argentinas sólo alcanzó a dos casos:
mos podido reconstruir la existencia de casi (una rreinteñihle estas el paleontólogo y naturalista Florentino Ameghino y el intelectual
instituciones impulsadas por los comunistas (a lar, que se sumaban romántico Esteban Echeverría.
't/1
\?:>t p¡;_Q~$ f(
Gb4
13
L. H. Gutiérrez y L. A. Romero, "Sociedades barriales y bibliotecas·po- 15 "Inauguración de la Biblioteca del bloque obrero y campesino de Oliva", Ll,
pulares", en L. H. Gutiérrez y L. A. Romero, op. cit., pp. 69-105. Pero aquí el XI, 3309, 7/9/29, p. 3.
fenómeno de las bibliotecas obreras es englobado y subsumido en el de las 16 Fundada por anarquistas, en 1926 contaba con unos 200 socios y 1.500 libros.
"bibliotecas populares", como instrumentos de la cultura barrial. Un estudio En esa época, el PC denunciaba que tanto el intendente Barceló como el goberna-
local sobre las bibliotecas impulsadas por socialistas, anarquistas y comunistas: dor Can tilo habían dejado de aportar los fondos que aseguraban su funcionamien-
Elisa Pasto riza, Los trabajadores de Mar del Plata en vísperas del peronismo, Buenos to: "Biblioteca Popular 'Veladas de Estudio después del Trabajo"', Ll, IX, 1237,4/4/
Aires, CEAL, 1993, pp. 107-140. 26, p. 3.la biblioteca pudo sobrevivir (incluso hasta hoy, bajo control municipal) y,
14
Á M. Giménez, Nuestras bibliotecas obreras, Buenos Aires, Sociedad Luz, 1932. en los años siguientes, experimentó aún más la influencia comunista. Fue allí don-
]. Godio, El movimiento obrero argentino (1930-1943), op. cit., p. 118. E. J. Corbiere, de, en 1934, el pintor Juan Carlos Castagnino, escapando de la persecución políti-
"la cultura obrera argentina como base de la transformación social (1890-1940)", ca, vivió oculto unos meses y pintó un mural en agradecimiento a los obreros que
Herramienta, V, 12, otoño de 2000, pp. 91-104. le habían dado cobijo.
Comunismo y cultura obrera 225
224 1-Iernán Camarero
Algunas de estas bibliotecas tenían cierta tradición y enverga-
Cuadro 4. "Bibliotecas Obreral'rCentros de Cultura" del PC dura. Era el caso de la Esteban Echeverría, que actuaba en el barrio
Capital y Gran Buenos Aires, 1925-1930 ' porteño de Flores desde la primera década del siglo (aún en el
Nombre Áreas de influencia y domicilios seno del PS), y, hacia fines de 1926, contaba con casi tres mil li-
Flores- Helguera 874, Argerich 778 bros; o el de la que llevaba el nombre de Engels (inicialmente ubi-
Esteban Echeverría
Germinal Villa Crespo- Padilla 794 cada en Avellaneda y luego mudada a Barracas), con más de dos
mil volúmenes de carácter social, literario e infantil hacia media-
Renovación Villa Crespo - Canning 871, luego Vera 587 y
Camargo930 dos de 1927. Cada biblioteca tenía su correspondiente Comisión .1::::-
Sol de la humanidad Nueva Pompeya- Fournier 3086 Adminisg..ativa, en la que, generalmente, actuaban un secretario
Emilio Zola Piñeyro/GerliMlla Porvenir (Avellaneda) - general, un secretario de actas, un tesorero, cuatro vocales, dos
Galicia 215 revisores de cuentas y seis bibliotecarios (uno por cada día de aten-
Federico Engels Villa Garbarino (Avellaneda)- s/d luego ción, de lunes a sábado, siempre por la noche). Los informes in-
Patricios 1689 (Barracas) ' ternos del PC destacaban la importancia que revistaban estas enti-
Rosa Luxemburgo V. Domínico/Sarandí/Dock Sud (Avellaneda) - dades y recordaban el modo en que debían ser financiadas: "Será
Mitre 2219, Mitre 2108, Belgrano 742 (espectafcuidado ae los Comité de B<!i-r@_el de ponerlas en fun- ~
Knrl Liebknecht Lanús- s/d cionamiento regular, permitiendo así que se acerquen a nuestra
Día a día más luz Villa Industriales (Lanús oeste)- Groenlandia organización una cantidad apreciable de obreros. No olvidar que
3694 dichas bibliotecas no tienen que ser una carga para el partido, sino
Unión Obrera Ciudadela- Luchter 42 que deben ser sostenidas económicamente por los lectores que a
Florentino Ameghino Ramos Mejía- s/d ellas concurran"Y En los periódicos obreros impulsados por el
Renovación Haedo - Cosmopolita 1725 PC, se instaba a los trabajadores a asociarse a estos centros y, en los
Florentino Ameghino Quilmes - s/d órganos de carácter interno, se planteaba esta tarea como una obli-
Albino Argüelles -: Nueva Pompeya Guaraní 149 gación para todo adepto. 18 Algunos tenían su propio periódico, en ~
Renovación Adrogué - s/d los que comentaban las obras que iban ingresando al catálogo y las
Arn~os del Comunismo La Boca - Suárez 282 actividades realizadas por la institución; ocasionalmente, ftiaban
Anatole France Almagro - Bulnes 755 posiciones sobre problemas del barrio, como la inseguridad, los
León Tolstoi Boedo- Garay 3746 servicios públicos, entre otros.
Enrique G. Miiller Balvanera- Castelli 123 Larrea 278 Viamonte La literatura que circulaba en las bibliotecas comunistas pro-<-"
2999 ' '
cedía, en buena medida, de La Internacional, la editorial del PC,
Voltaire Villa Luro Gaona 6409, Gaona 6461 cuyo catálogo se reproducía diariamente en el órgano oficial del
La Comuna Balvanera- Moreno 3281 partido. Hasta fines de los años veinte, esta editorial funcionaba
Trabajo Boedo- Garay 3746
Antorcha de la Verdad La Paternal - Nicasio Oroño 2211
Florentino Ameghino Villa Devoto- Pedro Lozano 4047
Máximo Gorki Villa Domínico (Avellaneda) s/d
Carlos Marx Piñeyro (Avellaneda) -Río Cuarto 600 t7 "A todas las células, comités de barrio y delegados a la segunda conferencia
de la Capital", Comité Local del PC de la Capital Federal, 17/8/26, p. 4.
Julio Antonio Mella La Boca- Lamadrid 658
18 "Los afiliados deben intervenir en las comisiones, bibliotecas y sindicatos",

Fuente: ~laboración propia basada en los periódicos de las bibliotecas y en La iAlerta! ("Comité de Barrio de Avellaneda"), I, 1, noviembre de 1927, p. 1.
InternaCional (1925-1930).
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en Independencia 4168/70, local central que operaba como li- yecto de "revolución democrática". 20 Así, y como parte de cierta di-
brería y sede de La Impresora, donde se confeccionaban los námica antiintelectual de la que el estalinismo haría gala en todo el
materiales partidarios. Sólo una parte de catálogo era impreso mundo, muchos de los autores mencionados desaparecieron de los
por LI; la mayoría eran libros que el sello sólo se dedicaba a estantes de las bibliotecas comunistas, que acabaron privilegiando
- comercializar. Ya desde 1925, en el listado se ofrecían más de aquellas obras que encajaban mejor en la ideología "marxista-leninis-
S un centenar de obras, cifra que se duplicó y triplicó en los años ta" o que reproducían las resoluciones de los organismos partidarios
(siguientes. La mayoría de los títulos se inscribía en una literatura y de la IC. Precisamente, desde 1929 el PC impulsó, junto al SSA del
socialista y anticapitalista: obras de Marx, Engels, Lenin, Rosa la IC, una nueva editorial, llamada Sudam (acompañada de algunas
Luxemburgo, Paul Lafargue, Clara Zetkin, Radek, Bujarin, Ko- otras de efímera existencia), que constituyó una expresión clara del
llontay, Lunacharsky, Stalin y Trotsky (por razones obvias, sólo hasta cambio. Con la adopción delfrente popular en 1935, otras casas edito-
mediados de 1928), entremezcladas con algunas de los anarquistas ras y publicaciones suplantarán, a su vez, este catálogo. El nuevo dará

r Kropotkin y Elíseo Reclus. En segundo lugar, una selección de


obras de la "cultura universal", especialmente aquellas pertene-
cuenta de un viraje radical respecto de las anteriores concepciones
historiográficas y políticas, porque contendrá una recuperación de la
cientes a la narrativa decimonónica, que evidenciaban un conteni- tradición intelectual liberal iniciada con la Revolución de Mayo y con-
do social, humanista, romántico o naturalista moralizante (buena tinuada por la generación del37 (reivindicará abiertamente los nom-
parte de la obra de Víctor Hugo, Zola, Gorki, Tolstoi, Dostoievski bres de Moreno, Alberdi y Sarmiento). 21
e Ibsen). También, varios textos de escritores contemporáneos en El momento de mayor desarrollo y apertura de las bibliotecas co-n
los que se filtraba un espíritu antiburgués, antimilitarista o solida- munistas transcurrió durante la mayor parte de los años veinte. En U
rio con la Revolución Rusa: los integrantes del grupo francés Cla- aquella época, y como también era frecuente en las que animaron las
ridad Romain Rolland y Henri Barbusse, el norteamericano Up- otras tendencias de izquierda, estas instituciones, además de las tareas
ton B. Sinclair, el francés Ana tole France, el británico H. G. Wells formalmente asignadas (la promoción de la lectura. y el almacena-
"" y otros. No faltaban obras clásicas de representantes de la ilustra- miento de libros), realizaron múltiples experiencias de instrucción y
ción (Rousseau, Voltaire y Diderot). Entre los nombres locales, se sociabilidad cultural: cursos, lecturas comentadas, conferencias, obras
destacaban Echeverría, Ingenieros, algunos intelectuales de la Aso- de teatro, concursos de poesía, veladas literarias y musicales, entre
-ciación Amigos de Rusia y los escritores libertarios Alberto Ghi- otras, siempre con el objetivo de que los obreros se ilustrasen en los
raldo y Julio R. Barcos. Este bricolage de autores y títulos estaba
presente en todas las instituciones culturales de la clase obrera desde
su momento formativo. 19
Sin embargo, cuando el PC se embarcó en la estrategia del tercer
20 Por ejemplo, R. Ghioldi, "Juan B. Alberdi", Soviet, Il, 7, julio de 1934, pp.

1 período, especialmente a partir de los años treinta, la visión sobre mu-


chos de estas figuras se alteró, y comenzaron a ser tachadas de varian-
tes de la cultura y el pensamiento burgueses. Desde entonces, toda la
tradición de mayo y la historia nacional liberal fueron juzgadas reac-
21-24, en donde se ataca a aquella figura y a las de Sarmiento, Mitre, Ingenieros y
otras, y se intenta mostrar su contenido "de clase".
21 El abrupto cambio político-intelectual del PC de 1928, cuando se imponen
las visiones de !tercer pe nodo, y .el modo en que desde 1935 fue reemplazado por otro
cionarias, proimperialistas y antipopulares, extrañas a cualquier pro- en donde se habría descubierto la "cuestión nacional", la "historicidad" de la socie-
dad argentina y lo progresivo de la tradición liberal, en]. Aricó, La cola del diablo.
Itinerario de Gramsci en América Latina, Buenos Aires, Puntosur, 1988, pp. 181-185;
María Caldelari, "De la secta a la política", La Ciudad Futura, 4, marzo de 1987, PP· . ,
19
Juan Carlos Torre, ·~cerca de los estudios sobre la historia de los trabajado- 17-18; y D. Lvovich y M. Fonticelli, "Clase contra clase. Política e historia en el(!J
res en Argentina",Anuario del IEHS, V, Tandil, 1990, p. 219. Partido Comunista argentino (1928-1935)", art. cit., pp. 199-221.
228 Hernán Camarero Comunismo y cultura obrera 229
valores anticapitalistas. Es decir, fueron, al mismo tiempo, ámbitos &fdanzante familia;kmenizado por orquestas. 23 Otro tanto hacía, en
de erudición y de entretenimiento. Veamos algunos ejemplos para la Villa Crespo, la Biblioteca Germinal (en el Teatro Gral. Mitre) y, en
primera de estas funciones. Uno de los centros, hacia mediados de La Paternal, la Biblioteca Antorcha de la Verdad (en el Cine Oeste) ..t:-
1926, prometía para todos los lunes el ejercicio de "... lecturas co- La Biblioteca Emilio Zola, de Avellaneda, montaba funciones en el
mentadas, empezando por el 'Libro de la Revolución' de Upton Sin- Salón Cosmopolita, de Villa Alsina. La Biblioteca Obrera Renova-
clair; y todos los jueves a la misma hora, habrá clases de cantos revo- ción, de Haedo, organizaba comedias, lecturas de poesía, números de
lucionarios a cargo del compañero M. Sciancolépore. Ningún obrero canto y guitarra, y bailes familiares en el Teatro Rivadavia de esa zona.
simpatizante con los principios de la Internacional Comunista y que Varias de estas entidades también preparaban§Iícfas campe~tres ~=-­
viva en la Boca debe estar ausente los lunes y jueves de estos actos miliares: los picnics en el balneario de Punta Chica o en aigún recreo
educativos". 22 En varias de estas bibliotecas, se impartíanjt:la~es gra- de la Isla Maciel, y las excursiones en vapor al Delta del Paraná, pare-
tuitas nocturnasJde las distintas asignaturas escolares. En ocasiones, cían ser las preferidas. -e:.s~c.i.?
~esos c;ntros se promovían visitas guiadas a ámbitos específicos ¿cuál era la especificidad comunista en cuanto a las bibliotecas f'C
de la cultura, por ejemplo, al Museo Nacional de Bellas Artes, para obreras? us ro uestas Científicas y_eru itas ae6ían su'fi'ÜrdinarseaT
estudiar las obras pictóricas y escuchar luego las reflexiones de algún o e IVO e a uc a e clases es décir éfeE1an ser un mstrumento ara'la
conferencista del partido o vinculado a éste. Las conferencias aborda- ~ll~cleüñacuncierrcirüf6letan.;l revolucionaria Este argumento
ban temáticas no muy variadas y se privilegiaban las que señalaban la aparece desplegado por un dirigente partidario, M. Punyet Alberti:
existencia de una cultura de los trabajadores, lo que queda evidencia-
do por sus recurrentes títulos: "Misión de las bibliotecas y cultura Es común caer en el error de pensar que una biblioteca
obrera" o "La revolución proletaria y la cultura". mantenida por trabajadores debe preocuparse ante todo
Detrás de la actividad de estas instituciones, se percibe un eco, de los grandes problemas de la ciencia y de las creacio-
pero atemperado y rriuchd-~~~tzada de aquel propósito que nes de la literatura [... ] tal criterio no responde a la ver-
defmían a· D'S cen os e PS: co~portarse como faros para la "eleva- dadera función de las bibliotecas obreras [... ] . Si las bi-
ción cultural y mora " de la clase obrera. Ciertamente, en estas bi- bliotecas organizadas y mantenidas por obreros alimen-
bliotecas comunistas se advierte el intento porc§:_aa1ar una culturl_ tan la ilusión de que con una labor cultural pura se con-
erudita basada en modelos letrados clásicos, pero, al mfsmo tíempo, tribuye con mayor eficacia que con la acción a la eman-
en ellas se encuentra una creciente tendencia (mayor aún que la que cipación del proletariado, repetimos que errarían el ca-
aparecía en el caso socialista) a realizar concesiones o adaptaciones mino [... ] . Se trata de adquirir mediante estas bibliote-
con respecto a sus fines originarios de ilustración popular, evidencia- cas, la cultura indispensable para mantener una lucha
da en actividades sociales más prof.·mas. Señalemos algunos ejemplos. tenaz contra la minoría que se ha adueñado del mundo. 24
La Biblioteca Esteban Echeverría de Flores organizaba festivales ar-
En la historia de estas bibliotecas y centros, debe establecerse un
~ tísticos y cinematmrráficos y conferencias sobre asuntos políticos na-
corte en 1930. A partir del golpe militar ocurrido ese año, la persecu-
cionales e internacionales, en el Teatro Boedo, en el Qine Ideal Palag;
y en el~ (ubicados a pocas cuadras), alternados con algún
23 Una interesante foto del festival de la biblioteca en el Teatro Boedo en Revista
de Oriente. Órgano de la Asociación 'J'lmigos de Rusia", I, 3, agosto de 1925, p. 19. Ade-
22 "Centro Boquense de Cultura y Propaganda", LJ, IX, 1281,28/5/26, p. 3. Un
más: "Nuestros actos: la conferencia sobre China", Boletín de la Biblioteca "Esteban
análisis de este tipo de prácticas, limitado al caso anarquista, en Dora Barrancos,
Echeverría", I, 4, mayo de 1927, p. 2.
"Las lecturas 'comentadas': un dispositivo para la formación de la conciencia con- 24
"Los trabajadores y las bibliotecas. Conferencia en Biblioteca Florentino
testataria entre 1914-1930", Boletín CEIL, X, 16, diciembre de 1987, pp. 1-8.
Ameghino", Ll, XI, 3216, 10/12/27, p. 4.
230 Hernán Camarero Comunismo y cultura obrera 231

--:7'ción policial que sufrió el PC obligó al cierre fo~, al menos en su de enseñanza "proletarios" aparecen reflejados en la propaganda coti-
carácter público, de la casi totalidad de estas entidades, que funciona- diana del PC. Decía La Internacional a fmes de 1925: "iPor la creación
ban, en general, dentro o al lado de los locales del partido o de los de escuelas obreras! iPor nuestros niños, que son carne de explota-
sindicatos hegemonizados por éste. Desde principios de 1932 y hasta ción en las escuelas del Estado y del Clero". 27 El éxito, sin embargo,~
mediados de ese año, cuando el PC pudo salir del estado de clandes- se logró limitadamente, pues sólo pudieron constituirse escuelas en ·~:
tinidad casi absoluta y varios de sus locales e instituciones recupera- una comunidad étnico-lingüística en la que el PC actuaba con espe- r,~

f ron carácter público, emergió una nueva camada de bibliotecas y cen-


tros culturales comunistas. Una de las más activas fue la Asociación
Cultural Anatole France, que disponía de un salón de actos en Bel-
cial fuerza: la judía (lo que se analiza en el próximo capítulo).
Al mismo tiempo, el PC propugnaba transformaciones en la edu-
cación estataJ.28 Los socialistas defendían la pedaaoaía
o o
sarmientina ' },a
/

grano 1732 y solía realizar diversas conferencias y veladas artísticas. escuela pública como espacio de socialización infantil para todas las
La Biblioteca Obrera Gutenberg (Gorriti 4912), dentro de sus múlti- clases sociales y la escolarización de la niñez obrera. La posición de
ples tareas, organizó cursos de economía e iniciación marxista. 25 Otras los comunistas, en cambio, hizo hincapié en el combate a la enseñan-
bibliotecas, que ya existían antes, como Renovación, realizaron una za "burguesa, patriótica o religiosa" dentro de la educación pública ..
----:)- intensa labor en este período, por ejemploLfestivales cinemato~fi­ En los programas del partido, además, se exigía que el Estado garanti-
~La represión que volvió a golpear al PC desde fmes de 1932 des- zase el acceso al estudio a todos los hijos de obreros (con entrega
hizo la acción de muchas de estas instituciones. gratuita de útiles, merienda y vestimenta), el derecho de alumnos y

*
~\"'. \ Examinemos ahora la estrategia comunista vinculada a la in~ maestros a expresar sus opiniones y que se democratizaran los Con-
'-H>l ·r ción formal y sistemática en el mundo del trabajo. En este terreno, el sejos de Educación (propiciaba su elección por parte de alumnos,
PC navegó entre dos aguas. Por un lado, buscó desar ar-?n · cio- maestros y padres). 29
nes educativas propias, independientes del Estado: la ."escuelas obr - Por otra parte, el PC tuvo una posición heterogénea frente al lla-
ras". Se retomaba aquí la vasta experiencia que el PS ha la clesaftcrlÍ.1- mado Movimiento de la Escuela Nueva, en apogeo durante las tres
do desde fmes del siglo XIX con la creación de decenas de "escuelas primeras décadas del siglo XX, caracterizado por ideas democratiza-
libres". 26 Pero es evidente que, para los años veinte y los treinta, estos doras y progresistas, a(J.I?._~s-~ una disc~ió~-~ de la
esfuerzos comunistas resultaban vanos frente al peso, prestigio y re- J::!l'áCíO)l entre~~ J<liliertad infantºde las modali-
cursos con que contaba el sistema de educación pública. De modo dacres--y didácticas de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Por un
que aquel intento "autonomista" se vio acompañado por propuestas lado, desde la provincia de Mendoza (escenario de una particular
de cambio radical del sistema, para hacerlo más propicio, útil y acce- mezcla de gremialismo docente combativo, feminismo y pedagogía
sible a los hijos de los trabajadores. Los esfuerzos por formar centros nueva), se destacó la experiencia de la gran maestra y pedagoga Flo-
rencia Fossatti (1888-1978). Con una formación en la Universidad
de La Plata, Fossatti se desempeñaba como inspectora de Bibliotecas
25 En ella Bartolomé Bosio dictaba cursos sobre "Materialismo histórico" y
Pedro Milesi sobre "Organización sindical y política de 1 proletariado". "Biblioteca
27
Cultural Obrera Gutenberg", BR, I, 53, 24/5/32, p. 2. "Escuelas proletarias", Ll, VIII, 1144, 26/9/25, p. 2.
26 Sobre las experiencias educativas del PS: D. Barrancos, Educación, cultura y 28 Aquí nos apoyamos en: Sandra Carli, Niñez, pedagogía y política. Traniformacio-
trabajadores (1890-1930), Buenos Aires, CEAL, 1991; ídem, La escena iluminada. Cien- nes de los discursos acerca de la irifancia en la historia de la educación argentina entre 1880 y
cias para Trabajadores, 1890-1930, Buenos Aires, Plus Ultra, 1996; Marina Becerra, 1955, Buenos Aires, Miño y Dávila-UBA, 2002.
29
"¿Fiestas patrias o fiestas socialistas? Rituales escolares e identidad socialista a prin- "Proyecto de Programa del Partido Comunista de la Argentina", LI, VIll,
cipios del siglo XX", en H. Camarero y C. M. Herrera (eds.), El Partido Socialista en 1168,29/10/25, p. 7; "las reivindicaciones de las masas explotadas en la plataforma
Argentina.. , op. cit., pp. 97-119. electoral del PC", LI, XVI, 3424,20/2/34, p. 4.
')~
232 Hernán Camarero Comunismo y cultura obrera 233

lares y de Escuelas. Luego, fue una de las líderes de la::-:-e~ alternativa que ofrecía el sistema soviético de instrucción, en donde sí
1919, n la que se conquistó el primer escalafón docente. Des e la se construía un "nuevo tipo de niño". En este sentido, Ponce se mos-
mon Gremial del Magisterio y la Asociación de Maestros de Men- traba enemigo acérrimo de la "neutralidad escolar":
doza, se enfrentó duramente a la Federación de Maestros Católicos.
En 1921 fue destituida de su cargo docente, por discriminación ideo- Y mientras hasta en el más escondido rincón de la socie-
lógica,junto a Angélica Mendoza, la destacada integrante del PC que dad capitalista todo está construido y calculado para ser-
emigró con la fracción de los chispistas en 1925. Como presidenta vir a los intereses de la burguesía, el pedagogo pequeño
del gmpo Maestros Unidos, Fossatti participó del Movimiento de la burgués cree que pone a salvo el alma de los niños por-
Escuela Nueva, que enfrentaba a los sectores conservadores e impug- que en las horas que pasa por la escuela se esfuerza en
naba la formación dada en las Escuelas Normales. En ese contexto, ocultarle ese mundo tras de una espesa cortina de humo.
orga~iz~;~fce;:;~Estt~?e;:§a:lque elaboró una serie de ¿No están, sin embargo, los intereses de la burguesía en
publicaciOnes y creó dos escuelas experimentales, en donde se pro- los textos que el niño estudia, en la moral que se le inculca,
movió el autogobierne inf.·mtil, dentro y fuera de las aulas, a través de en la historia que se le enseña? La llamada "neutralidad es-~
centros de alumnos, y de tribunales y cooperativas de los niños. La colar" sólo tiene por objeto substraer al niño de la verdade-
experiencia fue arrasada por la represión conservadora y Fossatti, en- ra realidad social: la realidad de las luchas de clase y de la
tre 1936 y 1958, estuvo expulsada del magisterio público. Si bien su explotación capitalista; capciosa "neutralidad escolar" que
vinculación con el PC era muy anterior, en 1938 la pedagoga se afilió durante mucho tiempo sirvió a la burguesía para disimular
al partido y militó en él hasta su muerte.30 mejor sus fundamentos y cief~.:nder así sus intereses.31
En la vereda opuesta, se encontraba íbal Norberto Ponce\ un Detrás de esta problemática en torno a la educación, se hallaba la
intelectual indisolublement~ ligado al PC, que cnt1co a experi:._ncia cuestión de las políticas frente a la niñez proletaria. Como veremos,
de la Escuela Nueva y los prmcipios de autonomía del discurso peda- el PC dedicó gran atención a este tema, como parte de sus preocupa-
gógico experimental. En 1934 dictó unas lecciones en el Colegio Li- ciones por el proceso de transmisión intergeneracional del proyecto
bre de Estttdios Superiores, luego editadas bajo el título de Educación comunista. Esto nos conduce a analizar la política que el partido adoptó
y lucha de clases. Se presentaban como un intento, desde el "materialis- hacia la minoridad.
mo dialéctico", de reconstrucción del condicionamiento que el me-
dio social imponía a las formas de la instrucción y la adquisición de
conocimientos. A tono con el espíritu del tercer período, allí, la historia 2. LOS COMPAÑERITOS Y LA INFANCIA PROLETARIA
de la educación era auscultada en función del choque de intereses de
la burguesía y el proletariado. Por ello, el movimiento escolanovista Los comunistas quisieron reclutar e incidir en las cepas mismas del
de renovación pedagógica era reputado como una iniciativa reformis- proletariado, es decir, entre los niños. En este campo, tampoco fue-
1 ta y pequeñoburguesa, que ignoraba la educación de las masas e in- ron precursores; el socialismo y el anarquismo desarrollaban desde
f comprendía la verdadera realidad educativa. Todavía más, se lo defi- siempre tJn activo proselitismo: se preocupaban por las condiciones
> nía como un esfuerzo vano por ubicarse "entre el fascismo de la bur- escolares de los hijos de los obreros y denunciaban las monstruosida-
guesía y el socialismo del proletariado", que quedaba superado por la des del trabajo y la desnutrición infantil. El PS había creado un organis-

31
30
Un perfil de Fossatti en: Benito Marianetti, Semblanzas y narraciones, op. cit., Aníbal Ponce (1937), Educación y lucha de clases, Buenos Aires, Cartago, 1975,
pp. 76-79. pp. 183-184.
234 1-Iernán Camarero Comunismo y cultura obrera 235
mo para realiz.:·u con los chicos más humildes una "sana recreación". En rista. 34 La imposición de una dura normatividad se deja traslucir en
efecto, en 1913, por iniciativa de Fenia Chertkoff de Repetto y su hija las cinco reglas que debía seguir un "buen niño comunista":
Victoria Gucovsky, entre otras, se había constituido la Asociación Biblio-
tecas y Recreos Infantiles. La entidad creció durante las dos décadas si- 1) Un joven pioner debe ser siempre leal a la causa de la
guientes y se abrieron decenas de filiales en los Centros Socialistas. Era clase trabajadora. 2) Un joven pioner debe ser un buen
una alternativa frente a los jardines de infantes escasos, reservados a los camarada de todos los pioners y de todos los hijos de los
ricos. Allí se atendía a los menores en sus juegos, lecturas y ejercicios de obreros y campesinos de todo el mundo. 3) Un joven
cuentas matemáticas, en las labores femeninas ·de costuras y bordados, y pioner debe organizar a los niños que lo rodean. Debe
en la enseñanza de buenos modales. Los objetivos de la Asociación eran: tomar parte en la vida e intereses de los niños y atraerlos
"Sustraer a los niños de los barrios populosos de la capital a la calle y sus a las agrupaciones inf.1ntiles comunistas. Debe ser un
peligros físicos y morales, ofreciéndoles, en cambio, bajo la dirección de modelo para todos los hijos de los obreros y campesi-
una persona competente, una ocupación inteligentemente escogida, por nos. 4) Un joven pioner debe estar siempre capacitán-
medio de libros, láminas,juguetes,juegos racionales y ejercicios físicos, dose. El conocimiento es poder en la lucha de la clase
cantos, paseos de estudio y labores manuales".32 Pero el PS nunca le trabajadora. 5) Un joven pioner debe ser disciplinado y
otorgó a la niñez una dimensión claramente política. aceptar las decisiones de su agrupación, de la Federación
· 1-. / El PC, en cambio, abordó esta cuestión con un contenido más Juvenil Comunista. Sólo la disciplina puede formar un
. :.iJ.J/1 .1 militante y distante de la mirada médico-higienista y positivista, en Partido como lo quería Lenin.35
J un ámbito que, por lo demás, siempre definió "inf.1ncia proletaria".
Desde los primeros años veinte, se conformaron las Agrupaciones Las agrupaciones infantiles comunistas tenían un programa polí- '---:
Infantiles Comunistas, que procuraban reunir a los hijos de obreros tico. Hacia fmes de 1929, así resumían sus reivindicaciones funda- (
(del propio partido, en su gran mayoría), con fmes educativos, cultu- mentales: visitas médicas gratuitas a ~os niños de trabajadores; crea-(
rales y propagandísticos, y que, al mismo tiempo, buscaban impactar ción de terrenos de juegos, de piscinas, de sanatorios y de campos de
sobre sus progenitores. Desde 1927 actuaba la Comisión Central de niños a costa del Estado; prohibición de emplear los recreos infanti-"'
Grupos Infantiles, que reunía a las distintas agrupaciones de niños. les para la instntcción militar; no utilización de libros chauvinistas y'-.
Sus nombres, nuevamente, remiten al panteón y a las efemérides de religiosos; supresión de la enseñanza religiosa en todas las escuelas; ..._
la tradición marxista: en la Capital, la más antigua y dinámica era la prohibición del trabajo asalariado hasta los 14 años; enseñanza y nu-,
Carlos Liebknecht (que editaba un periódico mensual, iSiernpre lis- trición gratuita a los niños en las escuelas; supresión de los conventi-.
tos!); también actuaban otras, como Nicolás Lenin, Rosa Luxembur- llos; subvención de parte del Gobierno a los padFes desocupados; apli-·
go y Alba Roja; en Avellaneda, estaba la 7 de Noviembre. Como con- cación de la Ley N. 0 11317 de protección a los menores de 16 años. 36 --:
tinuación de estas experiencias, en los años treinta, el PC formó la También las labores de carácter recreativo ocuparon un lugar cen-
Federación Infantil de Pioners.33 Se presentaba como rival de las "or- tral en las agrupaciones infantiles del PC. Una de ellas era la organi-
ganizaciones burguesas infantiles", en especial, de la que aparecía como zación de los "domingos comunistas",jornadas al aire libre en donde los
la más activa, la de los Boys Scouts, tachada de reaccionaria y milita- menores practicaban deportes y juegos, alternados con la entonación de

34
"Contra las organizaciones de Boys Scouts, contra la militarización en la
32
Á. M. Giménez, "Treinta años ... "; o p. cit., p. 73. escuela, contra la enseñanza patriotera y religiosa ... ", LJ, XI, 3307, '23/8/29, p. 7.
33 La palabra pionero se escribe en inglés pioneer. Los comunistas la escribie- 35
"Reglas para los jóvenes pioners que desean seguir la línea de Lenin",Juventud
ron, indistintamente, de ese último modo o con una sola e. Nosotros respetamos la Comunista (Órgano de la Federación juvenil Comunista), Vil, 48, febrero de 1928, p. 7
forma con la que fue escrita en cada caso. 36
"Rincón infantil. Programa de reivindicaciones", LJ, XI, 3324, 21/12/29, p. 8.
236 1-Iernán Camarero Comunismo y cultura obrera 237

himnos proletarios (como "La Internacional" o "Hijos del Pueblo"). Por vista biológico, en la mayoría de los casos, aún no habían alcanzado la
otra parte, si desde principios del siglo XX, como afmna Barrancos, " ... pubertad. Por ejemplo, hacia 1927, en el órgano oficial del PC, se
entre los socialistas hubo una determinación muy clara en volcar el traba- relataba la visita al local de la calle Vera 587, donde se encontró una
jo escénico de los niños al servicio de la causa proletaria"37 , advertimos cantidad de niños "discutiendo con toda seriedad". Se trataba de una
que los comunistas potenciaron esta experiencia. Esto ocurría con las comisión que tenía reunión esa noche. Al fmalizar, el reportero enta-
grandes "matinées infantiles" en las que los camaraditas njos, acompaña- bló este diálogo con su secretaria:
dos por sus madres, se entretenían con cantos, danzas, obras de teatro,
¿cómo te llamas?, le preguntamos. Clara Levin, nos res-
números de declamación e himnos. Todos los años, en el mes de junio,
ponde amablemente. ¿Qué edad tienes? Trece años.
transcurría la "Semana internacional de los niños proletarios". En esa
¿Cómo se llama la agrupación infantil? Carlos Liebkne-
oportunidad, a pesar ele que la convocatoria aparecía regida por un obje-
cht, responde. ¿Por qué le han puesto ese nombre? Por-
tivo político (" ... que los hijos de los obreros puedan expresar intensa-
que él fue uno de los grandes jefes de la juventud revo-
mente todo el dolor de la explotación despiadada del capitalismo, a la par
lucionaria, dedicó todas sus fuerzas y energías en prove-
que el deseo ele colaborar eficazmente con los adultos en la lucha por la
cho de la clase trabajadora, y es por ello que se lo eliminó,
emancipación"), la actividad giraba en tomo a un gran festival. 38
asesinándolo cobardemente por los agentes del capitalismo
Los "compañeritos" eran sometidos a un extremo grado de poEti-
[ ... ] . ¿Con cuántos militantes cuentan? Ciento treinta. Ade-
zación: "Un número que gustó con delirio fue la ronda adaptada 'En
más, hemos dado el pase correspondiente a la Federación
el puente de Avignon'. Un grupo de pibes de las Aoorupaciones Infan-
Juvenil Comunista a doce compañeritos. ¿Cuánto hace que
tiles la realizaron con mucha gracia, ridiculizando con acierto al capi-
militas en la agrupación? Dos años. ¿Es de responsabilidad
talismo, a los radicales, a los socialistas, al fascismo y entonando loas
el cargo que ocupas? Ya lo creo, nos responde apresurada,
al proletariado y al Partido Comunista". Y luego continuaba: ''Ya el
por cuanto este cargo requiere llevar el contralor de to-
salón desierto y triste por la falta ele sus pequeños animadores, al salir
dos los militantes y además ... mucha seriedad. ¿Tiene
el cronista a la calle, escuchaba aún a lo lejos a un grupo de compañe-
algunas secciones la agrupación? Tenemos la sección ar-
ritos que cantaban el motivo ele la ronda: 'A un Centro Comunista
tística, oratoria, redacción, deportiva, y además la escue-
van mis padres, van mis padres. A un Centro Comunista van mis
la comunista interna de la agrupación, que la forman 30
padres y yo también"'. 39 Si los "niños obreros" eran entretenidos por
compañeritos de los más destacados, y está dirigida por
el PC en clave lúdico-pedagógica, éstos nunca dejaban de ser emplea-
nuestro encargado, quién nos dicta cursos clasistas. 40
dos, al mismo tiempo, como precoces propagandistas del ideal comu-
nista; de esta manera, se los subordinaba a la lógica del compromiso Si bien es sabido que la infancia'es un tiempo histórico-cultural
doctrinario. Aquí hubo una gran similitud con el anarquismo, que construido por los adultos (y la relación entre ambos es siempre asi-
desarrolló una concepción integral del niño militante. Sin duda, re- métrica), estos menores quedaban incorporados en el mundo de la
sulta dificultoso concebir a esta politicidad como enteramente genui- política, es decir, de los adultos, y elaboraban discursos y acciones con
na en quienes, desde el punto de vista psicológico, estaban en pleno valores propios de sus mayores ("responsabilidad", "seriedad", "con-
proceso de estructuración del aparato psíquico y, desde el punto de

40 "Rincón de los niños", U, XI, 3199, 6/8/27, p. 6. Es difícil saber cuántos de


37
D. Barrancos, Los nitios proselitistas de las vanguardias obreras, Buenos Aires, estos niños prosiguieron su militancia. El caso más destacado fue el de Jacobo Co-
DT/CEIL, 24, mayo de 1987, p. 5. sin, organizador de los "pioneros" desde 1923, cuando tenía once años; posterior-
38
"La Semana internacional de los niños proletarios", U, IX, 1303, 23/6/26, p. 1. mente, con el pseudónimo de "César", fue secretario general de la FJCy miembro
del ce partidario.
39
"El festival infantil del29", U, IX, 1310, 1/7/26, p. 1.
Hemán Camarero Comunismo y cultura obrera 239
238
por la. .Federación
, Inf.·mtil
. de Pioners". La publicact.o'n se ad.~u d'tea ba
trol" sobre otros, lucha "a muerte" contra el capitalismo). Asimismo,
1a mtston
. de
. constrmr, en los menores proletarios ' valores
' opuestos a
los himnos del pioneer apuntaban a reforzar el orgullo por su carácter
los ~parttdos por _el E_s;ado, el sistema e?ucativo, la Iglesia y algunos
proletario y comunista, lo que prueba el éxito de un claro modelo de
med10s de comumcacton. Desde sus pnmeros números, los objeti-
identificación en los niños. En los informes presentados al Congreso de
vos quedaron expuestos: "Para luchar contra la explotación de los ni-
la Nación por el senador Sánchez Sorondo, se reprodujo una de las can-
ñ~s ~n las fábricas, contr_a las mentiras de las escuelas, contra el pa-
ciones en idisch encontradas en un cuaderno secuestrado por la policía
trtotlsmo que en ellas se mculca, contra el pulpo religioso".
en una escuela obrera judía del PC, a mediados de los años treinta. El
En ~n formato pequeño y con un diseño ágil -textos cortos y
',- 1· mensaje era inequívoco: si el niño comunista prefiguraba una nueva éti- ~uchas tlustr~c~ones-, Compañerito recorría un espectro temático que
- ca, encarnaba la superación de la sociedad caduca y portaba la llave del
tba desde la retvmdicación inmediata de ciertos derechos hasta el dis-
futuro, lo era por su naturaleza inquebrantable, probada ante la adversi-
curs? más utópico de transformación social. En el primero de los
dad, y porque representaba la continuidad de la lucha de sus padres:
senttdos, los planteos eran recurrentes: se privilegiaban las denuncias
Mi padre crea en la fábrica, en la ciudad, en la aldea. sobre las condiciones del trabajo inf.1ntil, que, aunque había dismi-
Jamás se cansa. En la escuela, en un banco duro, iapren- nuido en términos absolutos y relativos, todavía subsistía -muchas
do yo su canto! Cuando vosotros huelgan y pasan nece- veces, de modo "invisible" e informal- en ciertas ocupaciones de
sidades, por mí no se preocupan más, estoy con voso- Buenos _Aires (sobre todo, en los sectores textil, químico, gráfico y
tros a cada paso, soy pioneer. Unidos todos y filas sóli- del vesttdo). Una consigna global resumía los reclamos levantados
das, con vosotros estamos listos, pues aprendemos a es- por el PC: " ... contra la explotación de la niñez, por pan, ropa y dere-
tar siempre listos, desde la niñez. Soy joven y fuerte, cho de estudiar para todos los niños obreros". 43 En el segundo senti-
animado y erguido, el trabajo para mí no es pesado. Mi do, se encuentra una saturación de textos e ilustraciones que proyec-
padre es comunista y yo soy pioneer. 41 tan imágenes de la sociedad futura, en clave de mística doctrinaria: en
un número, un dibujo muestra a chicos de distintos lugares del mun-
Para promover la acción de estos grupos infantiles proletarios del do, entrelazados, haciendo una ronda alrededor de una bandera roja, con
PC, existía un órgano de prensa específico: Compañerito. 42 Tuvo dos una frase que reza "Pronto llegará el día en que los niños de todos los
etapas: la primera, en la que el PC declaró una tirada de unos 25.000 pueblos de la tierra podrán estrechar sus manos en tomo de la única
ejemplares, se extendió entre mayo de 1923 y el golpe militar de 1930, bandera de fraternidad"; en otro, tras la consigna "Niños proletarios con-
y se editó como "Periódico mensual para los niños"; desde julio de templando ansiosos la salida del nuevo sol, la Sociedad Comunista", se
1932, reapareció como "Periódico de los niños explotados. Editado observa a una madre abrazada a sus hijos, que asisten alborozados al ama-
necer resplandeciente de una hoz y un martillo. 44 Ese futuro parecía
próximo con las constantes notas referentes a 11 niñez en Rusia, retratada
41 Matías G. Sánchez Sorondo, Represión del comunismo. Proyecto de ley, Íliforme y ante- plena de una felicidad ilimitada, garantizada por el Estado soviético.
cedentes. Tomo JI, Buenos Aires, Imprenta del Congreso Nacional, 1940, pp. 419-420. Compañerito se posicionaba como rival de las revistas inf.1ntiles
42 Varias secciones de laiC impulsaron agrupaciones y periódicos infantiles en "burguesas", como Billiken, a la que llamaba a boicotear, tanto por su
los años veinte y treinta. En Chile, el PC inició estas experiencias hacia 1923 y, tres
años después, editó para ese sector la revista El Pionero (Hernán Ramírez Neco-
chea, Origen y formación del Partido Comunista de Chile: ensayo de historia del Rlrtido, San- 43
"Iniciemos una gran campaña de organización", Compañerilo [2! etapa], I, 1,
tiago de Chile, Austral, 1965, pp. 140y ss.;Jorge Rojas Flores, Moral y prácticas cívicas en
julio de 1932, p. 1.
los niñoschilerzos, 1880-1950, Santiago de Chile, Ariadna, 2004, pp. 262-282. 1-Iacia 1928, 44
.. Comparierito [1! etapa), I, 2,junio de 1923, p.l; Compmierito [1! etapa], I, 3,
Pioneros Rojos, la organización infantil del PC mexicano también tenía un periódico
JUho de 1923, p. 1.
propio (B. Carr, La izquierda mexicana a través del siglo XX, o p. cit., p. 51).
Hernán Camarero Comunismo y cultura obrera 241
240
plic~r,
contenido como por sus manejos empresarios. Esta publicació~, y_la dibujos y chistes. En cada material, se filtraba un lenguaje 0
45

deportiva El Gr4fico, aparecieron en 19_19, im~ulsa~~s por la Editonal


sentido común de clase y una pedagogía proselitista.
En síntesis, continuando una tradición de las corrientes contesta-
Atlántida de Constancia C. Vigil, con cierta onentacion conservadora Y
t~ri_as, ~a retórica y la práctica comunistas asociaron la infancia a prin-
católica. Compañerito, en oposición, convocaba a n_egar los valore~ patrió-
CipiOS mmaculados de pureza e inocencia, amenazados por la miseria,
ticos y a reemplazarlos por los del internacionahsmo proletano, _Y ~e­
la cultura represiva, la moral hipócrita o los valores perversos del ca-
cardaba que si la enseña azul y blanca era empuñada por los capitahs-
tas y militares represores en la Semana Trágica o en las huelgas ~e
pitalismo. Era una construcción discursiva y material que entrelazaba
el estatuto etario y el clasista: sobre el niño obrero, recaía una doble
Santa Cruz, no podía ser igualmente venerada por los obreros y sus hi-
indefensión biológico-social, en tanto infante y en tanto proletario; al
jos: "¿Cómo es posible que la bandera que protege a los explotadores del
mis~o- tiempo, en ambas "identidades" se verificaba una misma po-
pueblo sea el símbolo de los pobres tambié~? El símbolo de los pobres :s
tenciahdad, la de estar libre e incontaminado de ciertos temores, ata-
la bandera roja, emblema de libertad y de Igualdad[ ... ]. Y ~u~s?"o dta,
el1 de mayo o el7 de noviembre".46 Se denunciaban los preJUICIOS que duras y conservadurismo del mundo de los mayores, y de no tener
casi nada material que perder. Dado que a los niños se les adjudicaban
impedirían la adquisición de una "auténtica" conciencia pr?letaria: "La
burguesía trata con sus revistas y periódicos, como el_ Btlhken, el P~­ las esperanzas de la regeneración social en un tiempo imaginario pro-
yectado hacia el futuro, aquí el discurso del PC adquirió resonancias
rrete, etc., embaucar a la niñez trabajadora por medio de sus· menti-
especialmente utópicas, moralistas y revolucionarias, que remitían a
ras como la patria, la reliaión, las novelas fantásticas, pero no le habla
' o "~ un mundo de ensoñación. La convocatoria no se dirigía sólo hacia
del hambre y la miseria que sufrimos y cómo acabar con esto .
En esta batalla por rescatar y relanzar los "genuinos" valores pro- reivindicaciones parciales, sino que frecuentemente se presentaba
como la propaganda de una solución onírica: la implantación inme-
letarios, se hallaba un oponente central: la supuesta pedagogía pro
capitalista impuesta desde las escuelas, que ~e basaba, en la _visi~n del
diata de la sociedad comunista.
PC, en el puro engaño. "iAbajo la educaciÓn burguesa! !AbaJO los
mentirosos bárbaros!", eran las consignas de orden, las que podían 3. CONTRA EL DEPORTE BURGUÉS
sugerirse en tiras cómicas, como la que mostraba a un maestro pre-
!!untando a un alumno la causa de su llegada tarde a clase y a éste El terreno deportivo, especialmente el futbolístico, constituyó otro
~ltimo contestándole: "Porque me quedé escuchando una conferen- modo de inserción que el PC buscó construir sobre las posibilidades
cia de la Federación Infantil de Pioners, que es mucho más interesan- de tiempo libre de los trabajadores. En esta sección, se exploran las
te que oír sus macanas" .48 Compañerito también incorporaba motivos formas de organización que rigieron una actividad social que recorta
profanos: reproducía cuentos y poemas inf.·mtiles, cartas enviadas p~r un solo espacio: el de la juventud obrera masculina. Por aquellos años,
escolares, juegos de ingenio, ejercicios para repasar la tabla de multi- el PC impulsó la formación de decenas de clubes obreros, por su-
puesto, de tipo amateur. 49 Esto continuaba una tradición asociativa
que, desde principios del siglo XX, había forjado una serie de institu-
45 "Ningún niño proletario debe comprar ni leer Billiken", Compmierito ¡1.• ciones deportivas promovidas por sindicatos, sociedades mutuales y
etapa), U, 4, julio de 1924, p. 6. , comunidades vecinales. Varios de estos clubes fueron creados por
46 Compañerito [1" etapa], I, 2,junio de 1923, p.2; iSiempre listos! ("Organo de la

Agrupación infantil comunista Carlos Liebknecht"), I, 4,julio de 1928, p. 4.


47 "Nuestra reaparición", Compañerito [2." etapa], I, 1,julio de 1932, p. 1.
49Un adelanto del tema en: H. Camarero, "Una desconocida expresión de la
48 "Como mienten los maestros", Compañerito [2." etapa], 1, 1, julio de 1932,
cultura obrera del 20: los clubes deportivos comunistas", Todo es Historia, XXXVII,
pp. 5-6. Otro ejemplo: "Un compañerito desenmascara a un maestro reacciona-
448, noviembre de 2004, pp. 16-25.
rio", Mundo Obrero, 1, 17, 12/9/32, p. 2.
242
H ernán Camarero Comunismo y cultura obrera 243

anarquistas (el caso de Argentino Juniors, surgido en 1904 c_on el n~m­ Cuadro 5. Clubes deportivos obreros, Capital y Gran Buenos Aires
bre de Mártires de Chicago) y socialistas (como Chacanta Jumors, influenciados o dirigidos por los comuuistas e integrantes de la FDO'
1923-1930 J
fundado el1.0 de mayo de 1906).
Los clubes obreros promovidos por el PC surgieron a partir de Nombre del Club Ubicación de su secretaría
1923 y, para 1926, alcanzaban el medio centenar en el ámbito_ de_ la La Chispa . Constitución/Barracas- Estados Unidos
Capital y del GBA; otra veintena se desparramaba en otras provmctas 1056, Rocha 1599
del pafs (especialmente en las de Santa Fe, Córdo~a y Tucumán). Es- Juventud Obrera de V. Castellino Avellaneda- Paso de la Patria 1899,
taban mayoritariamente dedicados al fútbol y, ocas10nalm~nte, a! ~tle­ Pilcornayo 1937, Pozos 1241
tismo, el basketball y el ajedrez. En muchos casos, propoman acttvtda- La Internacional Avellaneda -Asunción 434
des culturales y tenían sus propias bibliotecas. También era frecuente Gennínal (luego Renovación) Villa Crespo - Padilla 794
que organizaran festivales y conferencias sobre las virtudes del de- Alba Roja N. Pompeya- Grito de Asencio 3777, C.
porte obrero en teatros públicos barriales. Pagola 3748, Almafuerte 630
Como tantos otros de esa época, y con rasgos comunes a los so- Estrella Roja Almagro - Billinghurst 139
cialistas los clubes comunistas apenas contaban con recursos mate- Deportivo Rojo Ramos Mejía- Brasil 736
riales y fmancieros propios, y su vida resultó effmera (no más d~ cin- Juventud Obrera de Piñeyro Avellaneda- Aldecoa 838
co a siete años), pero realizaron una labor casi constante y parec~eron Industria del Mueble Almagro- Billinghurst 139, Castelli 123
poder construir ciertos lazos identitarios. Tenfan un p:omedto de Unión y Trabajo Parque Chacabuco/Boedo- Saraza 927,
medio centenar de socios, de dos categorías: cadetes o acttvos (ambos Garay3746
con voz y voto en las asambleas del club); a ellos podfan agregarse Unión y Libertad ' Parque Chacabuco- Saraza 661
simpatizantes, en número variable, y ocasionales espectadores. La Rosa Luxemburgo Avellaneda - Mitre 2219
mayoría alcanzó a conformar varios teams, pero algunos no superaron B. Senra Pacheco San Cristóbal- Independencia 2282
la categoría de "clubes-equipos". Sus canchas nunca abandona:on s~ J0 de Mayo Parque Chacabuco - Santander 956
estado de precariedad y se ubicaron en esos terrenos urbanos sm edi- Salud y Fuerza Villa Devoto- Santo Tomé 3911
ficar que los porteños, durante las primeras décadas del siglo XX, re- El Porvenir Villa Crespo- Serrano 851
50
clamaron y usaron como espacios verdes para la recreación. Estos Obreros Biselado res y Anexos Balvanera - México 2070
campos baldfos, en general, se encontraban en barrios alejados de sus Palestra Caballito- Craig 730
secretarías, como Villa Soldati o Liniers. La distancia entre el lugar de El Martillo y la Hoz Constitución - Estados Unidos 1056
juego y la sede sugiere que, aunque eran expresión de la vida del ve- Unión y Fuerza Haedo-s/d
cindario en donde estaban insertas estas últimas, estos clubes traspa- La Antorcha Sáenz Peña- Caseros 15
saban los Hmites barriales y se constitufan esencialmente a partir del Sportivo Lenin Vélez Sarsfield- Belén 30
gremio (de hecho, algunas instituciones deportivas eran específica- Justicia Constitución- Estados Unidos 1056
mente de los sindicatos ·dirigidos por los comunistas o en los que J0 de Mayo de 1886 VIlla Crespo - Padilla 546
éstos ejercfan una influencia importante) o el grupo de fábricas a las Obreros Gorreros Balvanera- Boulogne Sur Mer 693
que pertenecían sus miembros. El Cuadro 5 contiene el listado de Nicolás Lenin Avellaneda- Galicia 215
clubes, a partir de un cruce de diversas fuentes. Aurora Roja Gerli- Caracas 2239
Unión Obrera Liniers - Bynón 6965
so Diego Armus, "La idea del verde en la ciudad moderna. Buenos Aires 1870- Deportivo Metalúrgico Balvanera - México 2070
1940", Entrepasados, V, 10, comienzos de 1996, pp. 14-17.
Continúa en la página siguiente
Hernán Camarero Comunismo y cultura obrera 245
244

Continuación de la página anterior Si se analizan los nombres de estos clubes, es posible distinguir su
singularidad frente a los otros centenares de carácter popular surgi-
Nombre del Club Ubicación de su secretaría dos durante las primeras décadas del siglo XX, que mayoritariamente
recurrieron a denominaciones como Argentino (para diferenciarse de
Válor y Verdad , Parque Chacabuco- Cachimayo 1463
las primeras instituciones inglesas); Unidos o Defensores (que aludía
Deportivo Luz Villa Industriales (Lanús oeste)
Groenlandia 3694 a un agrupamiento y representación territorial); Estudiantes,Juniors
Sol de Mayo , Boedo- Garay 3746 o Juventud (que realizaba un recorte generacional); y un conjunto
heterogéneo en donde se encuentran algunos nombres ingleses, otros
Elíseo Reclus Flores-s/d
que surgen del ambiente simbólico religioso, muchos asociados a las
Hijos del Pueblo Avellaneda- s/d
fechas patrias o a próceres de la historia argentina y una gran cantidad
Juventud Obrera deAdrogué Adrogué- Turdera 747
vinculados a los vecindarios o localidades de origen. 51 Los clubes del
Oaridad ~:..-- Flores - Helguera 447
NewAlumni ..
PC, en cambio, prefirieron otros apelativos, propios de la liturgia an-
Nueva Pompeya- Fournier 3086
ticapitalista: un panteón en el que aparecen líderes marxistas (Rosa
A Urovsky (luego ReMvación) Villa Crespo - Padilla 794
Luxemburgo, Lenin) o figuras ajenas a él (como el dirigente de pro-
Boquense Rojo .. la Boca- Martín Rodríguez 910, Suárez 282
cedencia anarquista Bartolomé Senra Pacheco, subsecretario de la
Renovación Villa Crespo-Vera 587 (luego Camargo 930)
FORA muerto en 1921 como producto de un encarcelamiento poli-
Unión Obrera Ciudadela- Luchter 42
cial, el geógrafo anarquista Elisée Reclus, el escritor E. Zola o el crea-
EmilioZola Avellaneda- Galicía 215
dor de la imprenta Gutenberg); la iconografía del socialismo y la clase
Juventud Obrera de V. Domínico Avellaneda- Belgrano 4202 obrera mundial (Hoz y Martillo, 1° de Mayo, Sol de Mayo, Hijos del
El Pioneer ' Villa Crespo Míriñay 1779 Pueblo, La Internacional, La Antorcha y todas las conjugaciones posi-
Compañerito la Paternal- Nicasio Oroño 2211 bles de "rojo"); y una serie de valores universales de redención (J usti-
Enrique G. Müller · ,~ Constitución- Estados Unidos 1525 cia, Salud y Fuerza, Unión y Trabajo, Valor y Verdad, Luz). Aquí hubo
Hijos del Pueblo J San Cristóbal- Danel1455 un campo común con el PS, quien, para denominar a esa veintena de
José E. Rodó Mataderos-]. E. Rodó 7181 clubes que había montado por aquella época en sus comités barriales
Luis Recabarren Almagro- Castelli 123 (con acción fundamental en el Parque Avellaneda), también recurrió
Gutenberg : Boedo - Independencia 4168 a personajes marxistas o del progresismo laico, y a imágenes proleta-
Sol de.la Humanidad ' Nueva Pompeya- Foumier 3086, Esquiu 1015 rias emblemáticas (Marx, Engels, Bebel,Jaures, Pablo Iglesias, Inge-
J;I.{¡nders · !. Villa Crespo- Huaura 1407 nieros, Del Valle Iberlucea, Darwin, Ameghino, 1° de Mayo, entre
Spartacus " Villa Crespo- Carnargo 918, Murillo 978 otros). 52 Acompañando una tendencia general, tampoco hubo clubes
Defensores de Miró ! Parque Chacabuco -Miró 1350 comunistas que aludieran a una identidad étnica, nacional o idiomá-
Ferroviarios del Sud · Barracas - Salta 2119 tica, que en el fútbol argentino se hicieron más comunes luego de
Avangard CaballitoNilla Crespo - Acevedo 659, 1930. De este modo, los numerosos obreros inmigrantes comunistas
Gurruchaga 770
Unidos de Flores .. Flores -lautaro 1670
Fuente: Elaboración propia basada en La Internacional y en el Boletín de la Federación 51
Deportiva Obrera. Sección Argentina de la Internacional Roja del Deporte y la Gimnasia
Julio D. Frydenberg, "Los nombres de los clubes de fútboL Buenos Aires,
1880-1930", Educación Física y deportes (Revista Digital), I, 2, Buenos Aires, sep-
(1925).
tiembre de 1996, pp. 3-9.
52
D. Barrancos, Educación ... , op. cit., p. 116.
Hemán Camarero Comunismo y cultura obrera 247
246

se enrolaron en clubes o equipos cuyo principio articulador fue sie~­ "deporte obrero" y también constituyó una entidad similar a la FDO,
pre el lugar donde se ubicaba el sitio ~e tr:~ajo, el sin~~cato o la VI- en 1926. Se trató de la Confederación Socialista Deportiva (CSD)
vienda. El horizonte clasista aparece nnphctto o exphctto en todos -originariamente pensada bajo el nombre de Federación Obrero-de-
estos clubes; así, hasta los que usaron el término juventud, lo acompa- portiva de la Capital-, que existió hasta 1930, cuyo inspirador fue el
ñaron del adjetivo obrera. concejal Manuel T. López. 55 En la óptica del PC, aquella confedera-
Desde julio de 1924, estos clubes se agruparon, o sumaron luego, ción sólo había surgido para rivalizar con la FDO y operaba como
en una institución madre: la Federación Deportiva Obrera (FDO), mero apéndice del partido de Justo y Repetto. Los comunistas cues-
que se comportaba como Sección Argentina. de la Internacional Roja tionaban a la CSD en algo más esencial: "No tiene un carácter de
del Deporte y la Gimnasia. Sus sedes estuvteron en locales del PC: clase. Se fundó con el propósito de practicar un 'deporte sano, eleva-
primero, en Estados Unidos 1056 (hasta mayo de 1926) y, luego, en do, libre de normas perniciosas y de la acción de camarillas'. En fin,
Garay 3746 (hasta enero de 1928). A los pocos.m:ses de c~earse en es una institución deportiva como cualquier otra". 56
Capital-GBA, también se fundó la FDO Provmctal de Cordoba. Y, La FDO mostró un desarrollo más vasto que su símil socialista.
más adelante, las de Santa Fe y Tucumán. La FDO buscaba convertir- Organizaba un campeonato de fútbol de cinco divisiones, en el que
se en una entidad "... que permita la práctica libre del deporte a ~a intervenían los equipos nombrados. Tenía su propio reglamento de
juventud obrera, que oprimida en los talleres es explot~da po~ el capi- disciplina, que ftiaba las reglas del juego y definía la organización in-
talismo en todos los órdenes de la actividad humana, mclustve en el terna de los clubes y su relación con la Federación. 57 También poseía
deportivo. Organismo encargado, por otra parte, de apartar a las ma- una agrupación de n':forees (encargada del seguimiento de las pautas de
sas juveniles del deporte burgués, demostrándol: que ~~be l~ch~r comportamiento) y un boletín en donde se resumían sus actividades;
Por su emancipación desde todos los lugares: parttdo. pohtiCO, "53
smdt- periódicamente, realizaba congresos nacionales. La Internacional tuvo
cato, organizaciones deportivas, culturales, cooperativas . desde mayo de 1925 una sección deportiva diaria en sus páginas; allí
No todas las corrientes anticapitalistas eran partidarias del "de- se informaba acerca de los eventos realizados por cada club, se pre-
porte obrero". Los sindicalistas de la USA, por ejemplo, consideraban sentaba elfixture de encuentros, se comentaban los matchs y se ofrecía
que, detrás de estas iniciativas," ... se disimula una política de grupos. la tabla de posiciones de los campeonatos.
El llamado deporte obrero es uno de los tantos recursos pa~a atra~r Los dirigentes más importantes de la FDO fueron Orestes Ghiol-
diversiones que la seducen y poder catequizarla para el propio parti- di, José Penelón y Enrique Chiarante. La mayoría de los clubes y la
do", y concluían que " ... los revolucionarios deben enseñar otra cosa propia federación estaban controlados por el PC, y funcionaban al
a la juventud que dar patadas -o coces- a una pelota. Ahí están los lado o en los comités barriales del partido. Pero había algunos inde-
libros, los folletos, la necesidad de cultura y educación, de capacita- pendientes, que tenían una tradición propia; ése era el caso, por ejem-
ción intelectual y moral [ ... ].El deporte servirá para alargar los pies o plo, del Club Juventud Obrera de Villa Castellino, fundado en 1914
robustecer los puños, pero jamás hará más grande la inteligencia, ni por un grupo de operarios de la vidriería Papini. En casi todos estos
más buenos los corazones". 54 El PS, en cambio, fue partidario del clubes, su composición comunista distaba de ser absoluta (en la Co-
misión Directiva de cada uno de ellos, había individuos sin filiación

53 "El deporte obrero. En el 11° aniversario de la FDO", Ll, IX, 3117,9/7/26, P·


2. Un análisis de los primeros años de la FDO, en: Cristina Mate u, "Política e ideolo- 55
D. Barrancos, Educación ... , op. cit., pp. 115-118.
gía de la Federación Deportiva Obrera, 1924-1929", en P. Alabarces, R. Di Giano YJ. 56
"El deporte obrero. En el ll0 aniversario de la FDO", Ll, IX, 3117, 9/7/26, p. 2.
Flydenberg (comps.), Deporte y sociedad, Buenos Aires, Eudeba, 1998, pp. 67-86. 57
"Reglamento de disciplina de Federación Deportiva Obrera",Juventud Co-
54 "El 'deporte obrero"', BP, V, 279, 14/8/26, p. 1. mzmísta, III, 29, noviembre de 1924, p. 8.
248 Hemán Camarero Comunismo y cultura obrera 249
política alguna). De hecho, la FDO procuraba desp~;nderse de la escisión en aquella última entidad, con la aparición de la Federación
imagen de pura colateral del PC, con la que solía asoCiarsela. Argentina de Football y de la Asociación Argentina de Football. En
De lo que sí se jactaban los integrantes de la FDO era d~ ser los 1914 ambas instituciones se unificaron bajo la última sigla, pero vol-
únicos propulsores del " ... deporte colectivo, de las masas, altmpreg- vió a escindirse en 1919, al emerger la Asociación Amateur de Football.
narle el espíritu vivificador de las luchas obreras. "58 . H ab'. ta a~tll, un Las gestiones del presidente Alvear permitieron, en 1926, la unión de
discurso específico: se reivindicaba un deporte roJO y proletarw, Y_ se ambas entidades en la Asociación Amateur Argentina de Football. Los
contraponía a la mercantilización y a la corrupci~n que hab~ía sufn~o dirigentes de todas estas asociaciones provenían de la clase alta: eran
bajo el régimen capitalista, en donde e_l amateunsmo perdt~ espaciOs terratenientes, empresarios, políticos o periodistas. Lo que en verdad
frente al avance de la práctica profesional, en la que los Jugadores existía era el "amateurismo marrón", una suerte de profesionalismo
encontraban un medio para obtener réditos económicos. El PC se escondido: cada día eran más los jugadores rentados, con salarios en-
enfrentaba a esta perspectiva, levantando la consigna de "iContra los cubiertos. A favor de esta tendencia, operaba la consolidación de una
59
clubes empresas! iPor el deporte popular y obrero!". Claro que esta serie de clubes de mayor envergadura e inserción social (como los
defensa del amateurismo tenía razones bien diferentes de la que sos- "Cinco grandes" -River Plate, Boca Juniors, San Lorenzo, Indepen-
tenían los sectores aristocratizantes. Éstos, en la visión del PC, que- diente y Racing Club-, que contaban para 1930 con más de 50.000
rían salvaO'uardar el carácter aficionado de la actividad para mantener- socios). Así, en 1931 surgió la primera organización profesional, la
la bajo el dominio de los ricos, los únicos que podrían disponer libre- Liga Argentina de Football (LAF), presidida por Adrián Beccar Vare-
mente del tiempo de ocio necesario para desarrollarla. la. El argumento a favor de la profesionalización había tenido un ori-
La profesionalización avanzó inexorablemente, fr~t~trand.o la~ e:- gen democratizan te: si se rentaba a los jugadores, se lograría que los
pectativas comunistas. Resulta útil realizar un breve ttmerano htSto- pobres se pudieran dedicar por entero a la práctica futbolística y así
rico. Las primeras organizaciones_ creadas para r~gular l_o~ c_ampeona- igualar sus oportunidades con los ricos. Pero esta concepción abrió
tos de fútbol reflejaron la presencta de la comumdad bn_t~mca, el peso paso a los mecanismos de mercado. Junto a ello, al poco tiempo, las
de selectos clubes f01jados por ciertas empresas o famthas acaudala- instituciones del fútbol acabaron por entronizar a ciertas élites que
das y la influencia de un amate·urismo aristocrático. En este contexto, pudieron obtener buenos ingresos lucrativos y construir estrechas
en 1893 surgió la Argentine Association Football League (lue~o ~­ vinculaciones con el poder político y económico. Finalmente, en 1934, ·
O'entine Football Association). En los años siguientes, se multtphca- todas las entidades, encabez.1das por la LAF, constituyeron la Asocia-
;on los clubes y equipos (más de 300 hacia 1907), expresión de una ción del Fútbol Argentino (AFA). Se imponían defmitivamente la profe-
popularización de la práctica futbolística, transformad~ en una mo_da sionalización y masificación del fútbol, cuyas evidencias eran el aumento
creciente para la sociedad juvenil y masculina de la cmdad p~rtena, de espectadores en las canchas y de lectores de la revista El Gnffico. 61
ajena a la colonia inglesa y a la élite criolla. 60 En 1912 se prodUJO una Desde los años veinte, los comunistas impugnaron esta orienta-
ción profesional y atacaron a las instituciones recién mencionadas.

Boletín de la Federación Deportiva Obrera, I, 1, 24/10/25, p. 1.


58
"Las giras comerciales de los fotballers sudamericanos. Bajo la caret~ ~el
59
amateurismo viven profesionales y se cultiva el más asqueroso de los chauvmis- 61 Sobre el tema: Ariel Scher y Héctor Palomino, Fútbol: pasión de multitudes y de
mos",Ll, VIII, 1018,1/5/25, p. 6. En 1925 BocaJuniors fue el primer equipo argen- elites. Un estudio de la Asociación del Fútbol Argentino (1934-1986), Buenos Aires, CI-
tino en emprender una gira al exterior, y visitó Europa, en donde disputó una vein- SEA, 1988, pp. 19-28; Eduardo Archetti, "Fútbol: imágenes y estereotipos", en F.
tena de partidos. . ., , Devoto y M. Madero (comps.), Historia de la vida privada en la Argentina. Tomo 111,
60 J. Frydenberg, "Prácticas y valores en el proceso de populanzac1on del fut- Buenos Aires, Taurus, 1999, pp. 227-253; Pablo Alabarces, Ftítbol y patria. Elfiítbol y las
bol. Buenos Aires, 1900-1910", Entrepasados, VI, 12, principios de 1997, pp. 7-29. narrativas de la nación en/a Argentina, Buenos Aires, Prometeo Libros, 2002, pp. 48-52.
Comunismo y cultura obrera 251
250 1-Iemán Camarero
rrió, por. ejemplo, en octubre ele 1925, cuando se disputó un partido
En especial, el PC cuestionó la aparición de los "clubes empresas", en
internaciOnal ele revancha entre la FDO y la Federación Roja del De-
donde los dirigentes comenzaban a vivir a expensas del deporte, lu-
porte del Uruguay. La ceremonia que rodeó a ese encuentro, al que
crando con el bolsillo de los aficionados, al tiempo que azuzaban el
asistieron unos dos mil espectadores, ofrece una imagen cargada de
odio entre trabajadores:
mensajes culturales y procedimientos rituales: en los descansos re-
El deporte en las ligas burguesas es, en primer término, glamentarios, una banda de música ejecutaba himnos obreros y coros
un negocio [... ] . En segundo lugar, tiende a desarrollar de trabajadores yugoslavos animaban la "jornada proletaria", mien-
los sentimientos nacionalistas patrioteros del pueblo [... ] . tras los dos equipos rioplatenses intercambiaban como obsequio una
Además, el deporte burgués es esencialmente individua- estrella de cristal biselado que llevaba grabado la hoz y el martillo. 64
lista; no tiende a formar una raza fuerte, sino a formar Solidaridad proletaria, espíritu internacionalista y códigos clasistas
hombres que sobresalgan de los demás. Un Dempsey, aparecían sostenidos como principios cuya ratificación importaba tanto
un Firpo, son los ideales del deporte burgués, aunque como el evento deportivo.
en las fábricas de embutidos de Chicago o en los yerba- Por otra parte, en lo que hacía específicamente a estos "matchs
les de Misiones, o en el feudo de Vasena, el proletariado obreros", los comunistas siempre destacaban su carácter fraternal y
cansado y dolorido, muera de anemia. Crea ídolos. Tam- festivo, en oposición a los que se hacían en las ligas "burguesas", cada
bién es egoísta: no crea la mentalidad sana por la que se vez más desnaturalizados por la rivalidad/enemistad. Así contrasta-
practique el deporte en sí, sino desarrolla una mentalidad ban aquel partido argentino-uruguayo con los que, ese mismo do-
enfermiza, por la que se practica el deporte por el trofeo. 62 mingo, habían protagonizado Boca Juniors-Nueva Chicago e Incle-
pendiente-Velez Sarfield, que habían culminado con escenas de pugi-
El deporte rqjo era visto como la contracara, por ser " ... esencial- lato entre jugadores, árbitros y público: "Todo esto por un lado. El
mente internacionalista, puesto que desarrolla los sentimientos de lado nauseabundo del deporte burgués, que en realidad encanalla al
confraternidad proletaria entre todos los explotados del mundo y de- deporte. Por otro, el partido de la Federación Obrera, lleno de noble-
clara que únicamente después de haberse hecho la revolución social, za, de caballerosidad deportiva, de corrección y de limpieza. ¿será
el deporte será universalizado. Es profundamente colectivista, por- necesario más para decidir a los obreros deportistas para que ingresen
que poco le interesa que sobresalga nadie, tener muchos campeones, en el sano terreno del deporte proletario?". 65 Para el PC, el único
sino fortalecer al conjunto del proletariado. Crea vínculos de camara-
dería entre todos los jugadores y no ofrece espectáculos repudiables". 63
Los clubes comunistas tuvieron vinculaciones con otros clubes
porteños con impronta proletaria, aunque mayor tradición, como el 64 "El gran match internacional proletario del domingo", Boletín de la Federación

Club Atlético Barracas Central y el Club Atlético Colegiales (funda- Deportiva Obrera, 1, 1, 24/10/25, pp. 1-2. Para la comprensión de éstas y de otras
dos en 1904 y 1908, respectivamente). Cuando debió organizar algún prácticas proletarias comunistas como rituales, en donde es posible detectar forma-
match importante, la FDO utilizó las instalaciones del Club Atlético / lidades específicas en las ceremonias de iniciación, presentación pública y reunión,
en los juramentos, en los simbolismos y en las iconografías, nos hemos apoyado en
Atlanta, ubicado en Villa Crespo (también creado en 1904). Esto ocu-
E. J. Hobsbawm, "La transformación de los rituales obreros", en ídem, El mundo del
trabajo ... , op. cit., pp. 93-116. Sobre la federación uruguaya (fundada en 1921, es
62
decir, antes que en la Argentina), ver: Yamandú González Sierra, "Domingos obre-
"Nuestro concepto del deporte",Bo/etín de la Federación Deportiva Obrera, 1, 1,
ros en los albores del siglo XX. Itinerarios del tiempo libre", en J. P. Barrán, G.
24/10/25, p. 3.
63 Ídem. También, de Héctor P. Agosti, "Nuestra posición ante el deporte", LI,
Caetano y T. Porzecanski (dirs.), Historias de la vida privada en el Uruguay 2, Monte-
video, laurus, 1998,pp.222-223.
XI, 3261, 13/10/28, p. 7. Este es uno de los primeros escritos de Agosti, en ese 65 "El gran match deportivo del domingo", LI, VIII, 1169, 30/10/25, p. 3.
entonces, un joven dirigente de la f"]C de diecisiete años.
r<\,0:::1
252 Hernán Camarero Comunismo y cultura obrera 253
ámbito deportivo en donde existía el verdadero juego limpio, soste- De~ensores del Plata (en Be~múdez 854), Naivelt, Discóbolo y
nido en normativas éticas, era. el de la FDO. RoJOS de Pompeya. Entre abnl y mayo, se fijó la sede de la FDO
Desde fmes de los años veinte, los comunistas experimentaron en la del Club-Biblioteca Gutenberg, mientras una reunión de
grandes dificultades en esta experiencia deportiva obrera. La activi- delegados dejó formado un Consejo Directivo de la Federación
dad se resintió debido a la propia crisis interna que afectó al partido reconstituida. También, se empezó a preparar un campeonato de
hacia diciembre de 1927, cuando tuvo lugar la ruptura del penelonis- fútbol. Hasta agosto de 1932, pudieron mantenerse estas iniciati-
mo. La división se reprodujo en el propio seno de los clubes y de la vas, pero, en los meses siguientes, languidecieron en medio de la
FDO de la Capital. Durante 1928 varios de aquellos se disolvieron o persecución policial, las torturas y las deportaciones que volvie-
se alinearon en el PCRA. En enero, la propia sede de la FDO porteña ron a afectar a la militancia comunista.
se mudó a un local de los pendonistas (Chiclana 3371) y su tercer
congreso, ocurrido en junio, mostró que, en la nueva conducción de
la federación, había una mayoría de seguidores del concejal porte- 4. LAS PRÁCTICAS RITUALES: CELEBRACIONES
'
ño.66 Desde entonces, las FDO del interior del país siguieron en FESTIVALES Y MANIFESTACIONES
manos del PC, pero, en la más fuerte, la de Buenos Aires, los clubes
comunistas quedaron en minoría y en incómoda convivencia, como Consideremos ahora el desarrollo de las reuniones sociales promovi-
"fracción roja". 67 Lo que siguió fue peor: como tantas otras institu- das por los comunistas en el mundo de los trabajadores. Aquí reapa-
ciones socioculturales y órganos de prensa asociados al PC, la FDO rece una combinación entre funciones de instrucción/elevación cul-
fue formalmente disuelta por el gobierno de facto a fmes de 1930. tural y de corte más sociaVrecreativas, antes observada para el caso de
Tiempo después el PC hacía un balance sobre los avatares soportados las bibliotecas. Eran permanentes las funciones artísticas dirigidas "a]
por la FDO, que había sido" ... encarnizadamente perseguida durante los obreros", organizadas por el PC de manera central, local o por sus
la dictadura fascista de Uribunt, a causa de su carácter clasista obrero organismos socioculturales. Es ilustrativo citar ejemplos de ellas a tra-
y por combatir en el terreno deportivo la influencia burguesa", seña- vés de los a~ os. Como la velada cinematogr~'fi organizada en un~
laba que" ... numerosos clubs fueron deshechos por la reacción, entre salón de erisso a noche del 1° de mayo d 1925, cuyo programa
ellos 1° de Mayo, Renovación y Mariátegui. Otros sufrieron infini- contenja: "1. n glorioso ~arteto', cómica en res actos, por Chiri-
dad de allanamientos y atropellos policiales, consiguiendo sólo a base pa. 2. 0 El XV preludio de Cho in'; 7 actos e Russ Fi . 3.° Confe-
de sacrificios y espíritu de lucha evitar la liquidación completa". 68 rencia por a compañera Mica Feldman. 4. 0 'Fuera de combate', có-
Hacia marzo de 1932, al recuperar márgenes de legalidad, el par- mica en tres.__;_¡~tos, orlos ibes. 5. 0 fEl adre Sergio o La tentación
tido pudo volver a poner en marcha la FDO. Se reorganizaron y fun- del pecado', 7 actos de la Russ Film. 6. 0 'Dibujo animado', en un
daron nuevos clubes, que durante algunos meses tuvieron un intenso á'c~ la fiestl central del PC hecha la noche an ter;or al! 0 de mayo
despliegue social, cultural y político: Sol Naciente (en Grivero 3758, de 92 en un salón porteño, cuyo programa prometía: "1) 'La Inter-
Villa Devoto), Gutenberg (en Gorriti 4912, donde también funcio- naciona ',por la orquesta. 2) La agntpación artística 'La Lucha' pon-
naba una biblioteca), Amanecer (La Paternal), Aurora (Almagro), drá en escena el juguete cómico 'El Carpintero', interpretado por la
actriz E. Martín y el actor P. Laforgia. 3) Conferencia a cargo de Ro-
dolfo J. Ghioldi [ ... ]. 4) 'Hijos del Pueblo', por la orquesta. 5) La
66
"El congreso de la FDO", Ll, XI, 3245, 23/6/28, p. 5. misma agrupación artística pondrá en escena la comedia dramáti-
67
"El sectarismo penelonista en la FDO", Ll, XI, 3294,25/5/29, p. 7. "La Fede- ca en dos actos de Armando Discépolo, titulada 'Patria Nueva' [ ... ] .
ración Deportiva Obrera es empleada por el penelonismo para la lucha contrarre- 6) 'Himno de los trabajadores', EO·!" a orquesta. 7) Gran baile f~­
volucionaria", LJ, XI, 3305, 10/8/29, p. 7. miliar". O el festival realizado e 1929, ue ofrecía:" ... la~Q.:
68 "Se organiza la Fed. Dep. Obrera", BR, I, 4, 4/4/32, p. 4.
s~~UQ__cl¿lJ.Q,tv_an',_~omedia basada
254 1-Iemán Camarero Comtmismo y cultura obrera 255
en un argumento de León Tolstoi y IaíntormaÚ;,;a 'Cómase edu- Las reuniones se realizaban en salones teatros comerciales o vin-TI
can los niñoseñJ~üS'la:. Habrá una conferencia a cargo del com_pa- culadas al movimiento social y colectividades de extranjeros. Entre
~ro Romo. El baile familiar será amenizado por la reputada los porteños, los usualmente alquilados eran los siguientes: XX de
orquesta 'Red Star' ('Estrella Roja')". 69 Septiembre (Alsina al 2800), Giuseppe Garibaldi (Sarmiento al 2400),
Sin duda,Óa- preclilec-ci6n era m-o~~espectáciilos-mJ.ltip@, en Unione e Benevolenza (Cangalla al 1300), Casa Suiza (Rodríguez

li donde se comhin-afian· éí1st!ñtás expresiones artísticas. En el formato


de este tipo de eventos, es posible reconocer ciertos elementos ruti-
' l! narios. Se empezaba entonando el himno "La Internacional". Seguía
la puesta en escena de alguna obra teatral, de carácter dramático o una
Peña al 200), Mandolinístico (Corrientes al 2300), Augusteo (Sar-
miento al1300), Ideal (Paraná al400), renfants de Beranger (Tucu-
mán al1400), Italia Unita (Cangalla al2500) y Círculo Gallego (Bar-
tolomé Mitre 1281); en Avellaneda, el Roma (Sarmiento al1 00). Desde
comedia. La otra alternativa era la exhibición de una película cinema- enero de 1929, cuando el PC inauguró en la Capital la Casa del Pro-
tográfica soviética de la Russ Film. Las más requeridas eran las que letariado, un gran salón ubicado en Independencia 3054, la mayoría
había realizado el joven director Serguei Eisenstein como parte de la de los eventos recreativos comunistas se realizaron en ese lugar.
Proletkult: "Huelga" (1924), "El acorazado Potemkin" (1925), "Oc- En todos estos encuentros, se exponen varios de los símbolos y
' tubre" (1927) y "Lo viejo y lo nuevo. La Línea General" (1929), films signos de la cultura obrera de la época. Por un lado, la presencia de
en los que, respectivamente, se mostraba la explotación y lucha de la formas artísticas tradicionale~~o el teatro, la poesía y los himnos,
clase obrera, se conmemoraban las revoluciones de 1905 y 1917, y se · junto a otras nuevas, como e~, esarrolladas por aficionados, qu
narraba la vida de una campesina koljoziana en lucha contra los ku- buscaban exponer mensajes so a es y políticos explícitos. Por otro~
' Jaks. Continuaban unas recitaciones poéticas. Luego la orquesta toca- persistieron las expresiones internacionalistas, que reflejaban la pre~
ba varias piezas musicales, en algunas ocasiones, de carácter clásico o sencia inmigratoria. Al mismo t~' rp.~e advierte una explícita valo~
erudito, en otras, de tipo popular criollo o provenientes de las comu- rización de la participación de J.al familia,_5¡ue, en la experiencia comu...,
nidades de inmigrantes, alternadas con algún número cómico. Se ce- nista, como ha sido señalado para tr5SÍ>aíses, quedaba enteramente
rraba con un baile familiar. En el medio, sin excepción, una confe- subordinada a las exigencias del com}lromiso revolucionario, como
rencia fúaba la posición comunista frente a algún tema. 70 parte de un proceso en el cual la frontera entre vida privada y vida
militante se diluía.71 ~
Las jornadas de divertimento tenían un límite que no debía tras-
69
Las actividades aludidas en este párrafo en: '~ctos organizados por el P. Co- ponerse: el carnaval, la antigua celebración inspirada en el Rey Momo
munista",LJ, Vlll, 1018, 1/5/25, p. 1; "Festivai",LJ,X, 3185,30/4/27, p. 8; "Festival (aquel dios de la burla, expulsado del Olimpo por sus bromas sarcás- .
cinematográfico y baile", LI, XI, 3281, 16/3/29, p. 1. ticas), que estaba instalada en la cultura popular. Para los comunistas,)
70
La organización de conferencias era una obsesión para el PC, como ocurría el carnaval implicaba el embrutecimiento de las masas y un ataque a >
con las demás corrientes obreras. Hasta el golpe de Uriburu, el partido convocaba
los principios de la lucha de clases. Si sus seguidores no entendían
a estas actividades en las calles y en los ámbitos cerrados de las instituciones en las
que actuaban. Existía un grupo de unos cuarenta oradores que se fueron alterando /
estas verdades, el partido no dudaba en amonestarlos:
con el transcurso de los años. Leandro Gutiérrez y Mirta Z. Lobato (en "Memorias
La Biblioteca Obrera de Villa Industriales (Lanús) "Día
militantes: un lugar y un pasado para los trabajadores argentinos", art. cit., pp. 32-
33) señalan la importancia que tenían estas prácticas hasta los años treinta, particu-
a día más luz", juntamente con los círculos Zepelín y
larmente para el caso de los anarquistas: ámbitos privilegiados para la formación Los Rojos del Diamante, organizó varios bailes carnava-
del militante y la difusión del ideario; canal para el debate con otras tendencias;
instancias donde se tejen redes de significación claves de la vida colectiva del mili-
tante, que legitiman/invalidan, justifican/acusan o incluyen/excluyen; instrumentos 71 G. Vincent, "¿Ser comunista? Una manera de ser", en P. Aries y G. Duby:
de inculcación de valores y creencias. Todo esto también se expresaba en el caso del PC. Historia ... , o p. cit., pp. 58 y ss.
Comunismo y cultura obrera 257
256 Hernán Camarero
ba el PC en las calles, atendiendo en este caso no tanto a su aspecto
lescos. Con tal motivo dirigió un llamado a los trabaja-
político, sino como fenómeno sociocultural en el mundo proletario.
dores. Si resulta repudiable que una biblioteca de carác-
Los dos eventos claves eran las marchas y actos que anualmente reali-
ter proletario se complique en las fiestas de carnestolen-
zaba el PC el1 ° de mayo (declarado desde 1899 Día Internacional de
das, secundando así a los comités vecinales y demás or-
los Trabajadores y feriado nacional a partir de 1925f6 y el 7 de no-
ganismos políticos, llegando a unirse a sociedades de
viembre (aniversario de la revolución bolchevique). Allí los comu-
marcado tinte carnavalesco, es aún mucho más censura-
nistas concentraban todos sus esfuerzos y, por lo menos durante el
ble que para el éxito de la fiesta de Momo llegue a que-
período analizado, en Buenos Aires se jactaban de reunir regularmente
rerse explotar el sentimiento clasista de los obreros.72
entre 10.000 y 20.000 simpatizantes en cada una de esas fechas (a
Un año después, otro centro cultural del PC, de Avellaneda, asu- veces, incluso, superaban esas cifras). Esas actividades tenían un peri-
me esta lucha anticarnavalesca: "La CA de la Biblioteca Emilio Zola, plo recurrente, en el que se combinaban actos con múltiples tribunos y
con el objeto de aumentar el número de sus afiliados y aprovechando desftles entre la Plaza Once, la Plaza de los dos Congresos y los bordes de
los días de carnaval, para combatirlo, realizará dos bailes familiares la Plaza de Mayo (la Diagonal Sur), acompañados por cánticos, bandas
los días 27 del corriente y 6 de marzo, a los cuales no se permitirá la musicales y carteles que identificaban cada una de las columnas?7
entrada a ningún disfrazado"?3 En 1929 una obrera comunista aler- El carácter festivo de estas movilizaciones pudo mantenerse hasta
taba: "Nosotros no podemos divertirnos en esta fiesta. No es ésta una el golpe de 1930. Después, la represión impidió su realización o las
fiesta nuestra [ ... ] [pues] muestra la comtpción de la sociedad bur- inundó de violencia. Todavía en 1934, los distintos actos comunistas
guesa [ ... ]. ¿Podemos acaso tener una fiesta común con la clase que por el1 ° de mayo eran prohibidos y reprimidos. Con toda naturali-
nos explota? Yo creo que no. Son los patrones los que organizan los dad, el PC describía así el acto organizado en esa oportunidad en Be-
corsos. Es el gobierno el que tiene interés en que se realicen [ .. .].Así, risso, que mutó en una batalla campal entre militantes y fuerzas poli-
con esas diversiones ~rtificiales, la burguesía intenta engañar aún más ciales: "El lunes 30, a las 19 horas, más de 800 obreros rodearon la
a la clase trabajadora e impedir que despierte a la reflexión". Y termi- tribuna levantada por el Partido Comunista y las organizaciones cla-
naba convocando a" ... luchar contra todos los parásitos y crear una
sociedad de alegría sana, de fiestas sinceras y agradables, de felicidad 76 Se ha señalado esta declaración de feriado como el inicio de una etapa de
para todos".74 El sermoneo contra el carnaval no era originario del
cooptación, por parte del Estado, del significado de este evento (Aníbal Viguera,
{ PC. Tenía una larga tradición entre los socialistas y los anarquistas,
'f'El primero de mayo en Buenos Aires, 1890-1950: evolución y usos de una tradi-
quienes lo entendían como un festejo irracional, atávico y regresivo ción", Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana "Dr. E. Ravignani", Tercera
que desenfrenaba los sentidos, atentaba contra la facultad reflexiva, Serie, 3, UBNFCE, primer semestre de 1991, pp. 68-71). El PC y el anarquismo
introducía prácticas lascivas y horadaba el comportamiento moral.75 resistieron esta tentativa integradonista.
77 "Más de 10.000 trabajadores testimoniaron el 7 de noviembre su adhesión
Lo que evidencia la lucha antii::arnavalesca de los comunistas es el
incondicional a la revolución rusa", Ll, X, 3161, 13/11/26, p. 1. "Fue grandiosa la
modo en que éstos concebían el espacio de la "cultura obrera": autó-
manifestación conmemorativa del X aniversario de la Revolución Rusa", LI, XI,
nomo y diferenciado del de la "cultura popular".
3213, 12/11!27, p. 1. "Diez mil personas desfilaron en la manifestación con que el
Por último, de2._emos mencionar las concentraciones que realiza-
tuL\\1M (){!}~«.A r ~'5V~ fofUt..AL
Partido Comunista conmemoró la Revolución Rusa", Ll, XII, 3266, 17/11/28, p. 1.
"La gran demostración comunista del7 de noviembre", Ll, XII, 3319, 16/11/29, p.
1. "El 1.0 de Mayo en América Latina. Balance de esta jornada", E7LA, II, 31,
' 72 Montevideo, mayo de 1930, p. 13-14 (el PC y el CUSC declarabaJ.! haber re~ .i ;,
"Un mal paso", Ll, lX, 1238, 28/2/26, p. 1. ·•
73 en esta última fecha unas 30.000 personas en Buenos Aires, 2.000~-n-RQ;ario ,~, ,· ·
"Biblioteca 'Emilio Zola' de Barrio Piñeyro", Ll, X, 3175, 19/2/27, p. 4.
74
"Una obrera escribe sobre el carnaval", Ll, XI, 3280, 16/2/29, p. 7. 7.000 en Córdoba). Algunas referencias a los actos del PC durante os 1° de mayo, en
75
Juan Suriano,Anarquistas... , op. cit., pp. 153-156. Rubens Iscaro, Breve historia del1.0 de mayo, Buenos Aires, Anteo, 1961, pp. 87-94.
258 Hemán Camarero Comunismo y cultura obrera 259

sistas. La policía intervino rápidamente y los discursos tuvieron que rrer la influencia del clero y la ideología católica. Esta lucha se desa-
ser reemplazados para iniciar una lucha contra la perrada, que duró rrolló en varios planos. Comenzó en el más vulnerable: el mundo de
más de media hora [ ... ]. Viendo las de perder, la policía hizo uso de los niños. Hemos señalado que el partido bregaba por la supresión de
sus armas contra un grupo que protegía al orador, agresión que fue la enseñanza religiosa en todo el sistema de la educación pública y de
contestada y terminó por poner en fuga a la cosacada".78 los manuales escolares. En el aspecto recreativo, las agrupaciones in-
Cuando podían librarse de la represión, tanto la manifestación fantiles del PC organizaban jornadas de esparcimiento en oposición a
dell 0 de Mayo como la del 7 de noviembre, en las que confluían las las que promovía la Iglesia y eventos de repudio a las festividades
reivindicaciones P.roletarias y los planteamientos y consignas del ideario religiosas vinculadas a los chicos, en especial, a la que en el mes de
comunista, eran prácticas rituales dotadas de una fuerte carga simbó- enero conmemoraba la "llegada de los Reyes Magos". 81
lica, en las que se destacaban determinados valores: masividad, disci- En la puja que libraron el comunismo y el catolicismo durante
plina, carácter proletario y familiar, voluntad por ocupar el espacio estos años, ambos compartieron métodos de "catequización", si uno
público de la ciudad. Así, el1° de mayo de 1932, los infantes comu- observa el uso dado a sus órganos de prensa, a su manera de practicar
nistas se exhibieron en la conmemoración del Día Internacional de la sociabilidad barrial o familiar o a su intento por conquistar el espa-
los Trabajadores y un emocionado obrero relataba la experiencia de la cio público. ¿Cómo no identificar, tanto en los "domingos comunis-
jornada: "Vestidos con guardapolvos y pañuelos rojos, llevando sus tas", en las iniciativas de la Federación Infantil de Pioners o en las
estandartes, y con las caras radiantes de alegría salieron de sus respec- ediciones de Compañerito, como en los oratorios festivos, la actividad
tivos barrios lós pioners [ ... ].Centenares y centenares de obreros se recreativa de las entidades católicas o, en las páginas infantiles del
fueron a sus casas admirados por la fuerte organización de la niñez diario El Pueblo y en las revistas parroquiales, la misma vocación por
trabajadora".7 9 atraer a la niñez hacia sus respectivas esferas? 82
El apego a estas celebraciones y manifestaciones constituía una En el mundo de los adultos, el combate del comunismo contra la
vieja tradición obrera europea. Operaban como una autopresentación Iglesia tuvo un alcance específico en el territorio laboral. El PC de-
regular y pública, una exhibición de autodominio, una invasión del nunciaba las maniobras intentadas por las instituciones eclesiásticas
espacio social burgúés y una conquista simbólica, en las que se procu- para atemperar la protesta social y fomentar los Círculos de Obreros
raba "demostrar el poder ante todos". 80 Uno de los enemigos, a los Católicos. Por ejemplo, el periódico comunista de una gran fábrica
que había que enfrentar de modo especial, era la Iglesia. textil del GBA sostenía: "Parece que el 'cura párroco' de V.1.lentín Al-
sina, con el af.in de aparecer como preocupándose de los obreros, ha
convocado a estos a una reunión con el propósito de fundar en esta
5. EL COMBATE A LA IGLESIA Y AL CATOLICISMO
localidad 'el círculo de obreros'. Felizmente, los trabajadores de esta
Desde la perspectiva comunista, durante los años veinte y los treinta, f.ibrica sabemos a qué atenemos, puesto que no ignoramos la misión
una de las condiciones para constituir una cultura y una política de de estos círculos, que predican la mansedumbre de los que sufren en
los trabajadores, de carácter independiente y revolucionario, era ha-
~ .
81
"¿Por qué los reyes magos se olvidan de los niños pobres?", LJ, IX, 1198, 12/
1/26, p. 2.
78 82
"Los obreros de los frigoríficos de Berisso lucharon valientemente el 1° de Sobre el tema: Hernán Camarero, "Jugar con banderas rojas. La izquierda y
mayo", Ll, XVI, 3430, 21/5/34, p. 2. sus prácticas de entretenimiento hacia los niños durante los años 1920-1930" y
79
"El desfile del1. 0 de mayb", Cornpañerilo [2." etapa], I, 1, julio de 1932, p. 4. Miranda Lida, "Catecismo, cine y golosinas. La Iglesia Católica y la infancia a co-
80
E. J. Hobsbawm, "La transformación de los rituales obreros", o p. cit., pp. mienzos del siglo XX", ambos en Todo es Historia, XXXVIll, 457, agosto de 2005,
104 y 109. pp. 18-28y 30-37.
260 Hernán Camarero
Comunismo y cultura obrera 261
esta tierra, que somos siempre los trabajadores, para 'ir al paraíso'
cionales y universitarios. Todo ello forma un conjunto
cuando muramos. Esta equivocado 'querido papá'; lo que nosotros
realmente asombroso [ ... ]. Por nuestra parte, nos pro-
queremos es vivir como humanos en esta vida y para ello le recorda-
ponemos seguir cuidadosamente esta propaganda. De-
mos al señor Campomar, que en vez de mantener a parásitos como
bemos perseguirla y combatirla con frrmeza ... 85
usted, nos dé a nosotros algo más del salario de hambre que nos
paga ... ". 83 También se verificó esa prédica en el ámbito barrial. El Iniciados los años treinta, con la orientación del tercer período, el
periódico del PC de Ciudadela respondía a la inauguración de un discurso comunista contra la institución eclesiástica se hizo aún más
templo en la zona: "Nada podemos los trabajadores esperar de la igle- agresivo. Sostenía que, en todas las esferas donde actuaba, la Iglesia
sia a no ser más sumisión, para entregarnos en manos de sus protegi- era "la avanzada ideológica de la lucha contra el proletariado y contra
dos, los burgueses [... ] . Nosotros los trabajadores, que somos las víc- la URSS". La impugnación descansaba sobre caracterizaciones esen-
timas de todos sus males y que sólo esperamos la fuerza de nuestros cialistas. Las más tradicionales aludían al papel ideológico que cum-
brazos e inteligencia, nada tenemos que hacer en la iglesia", y encabe- pliría la institución: " ... la Iglesia recomienda a las masas la sumisión
zaba la nota con una cita de Víctor Hugo: "En cada pueblo hay una y el desprecio de los bienes materiales, la colaboración de clases, la
luz que se enciende: la escuela. Y un soplo que la apaga: el cura". 84 sustitución de los derechos de las capas laboriosas por el 'derecho' a la
Enfrente, los órganos próximos a la Iglesia manifestaban la misma caridad"; pero otras señalaban al enorme poder económico que ha-
preocupación, pero con un carácter invertido. En 1928, la revista ca- bría estado acumulando: " ... yerbales, campos, propiedades, etc., for-
tólica Criterio, fundada ese año por Atilio Dell' Oro Maini, se mostra- man la base material de su influencia, muy difícil, por no decir impo-
ba alerta ante el avance de la propaganda comunista: sible, de establecer con certeza, pues se valen de miles de subterfu-
gios para esconder el verdadero monto de las riquezas". 86 Al mismo
No es nuestro propósito en estas líneas, hacer un análi-
tiempo, durante estos años, aumentaron los ataques cruzados entre
sis de fondo de la doctrina comunista, demostrando como
las prensas comunista y católica. El Pueblo (que integraba la Comisión
es ella incompatible con los ideales de la nacionalidad
Popular Argentina contra el Comunismo) y Criterio (especialmente,
argentina [ ... ] . Pero nos parece necesario señalar, una
desde 1932, cuando su dirección cayó en manos del monseñor Gus-
vez más, la intensidad y persistencia con que, en nuestro
tavo Franceschi), dedicaron cada vez más páginas a alertar sobre el
país, se realiza la mencionada propaganda comunista, sin
"peligro rojo" y cómo se fmanciaba con el "oro de Moscú", lo que era
que se advierta la contra réplica eficaz, la oposición fuer-
contestado con virulencia por el PC. 87
te y digna a una actividad que puede terminar por minar
Por otra parte, la izquierda, desde siempre, se opuso a todo au-
los resortes al parecer más inconmovibles. Es verdade-
mento del presupuesto estatal dedicado al culto. El PC también lo
ramente extraordinario el número de publicaciones -dia-
hizo. Por ejemplo, cuando el presidente Justo envió al Senado de la
rios, revistas y periódicos- que se editan en la república,
Nación, en agosto de 1932, un proyecto para crear nuevas diócesis y
con el propósito exclusivo de realizar propaganda por el
arquidiócesis, la reacción del PC fue inmediata y denunció que el
comunismo. Diarios para obreros, publicaciones para
intelectuales, revistas difundidas en los medios educa-

85 "la propaganda comunista", Criterio, I, 15, 14/6/28.


83 "Círculo de 'obreros' católicos", Nuestra Palabra ("Órgano defensor de los 86
"El Congreso Eucarístico Internacional", Soviet, II, 9, septiembre de 1934,
obreros y obreras de la Fábrica de tejidos Campo mar y Soulas-Valentín Alsina"), I,
pp. 29-30.
11, mayo de 1927, p. l.
84 "la iglesia y el pueblo", Emancipación ("Órgano de los trabajadores de Ciuda- 'i!7 Sobre el anticomunismo del director de Criterio desde un totalitarismo cris-
tiano: M. Lida, "La idea de revolución en las reflexiones políticas de monseñor
dela"), I, 1, octubre de 1927, p. 2.
Franceschi, 1930-1943, Taller, VI, 17, diciembre de 2001, pp. 125-145.
262 Hemán Camarero Comunismo y cultura obrera 263

presupuesto parecía alcanzar para "regalarles" más dinero a los frailes, Iglesia en la clase obrera de la Argentina no era tan vasta como L1. existen-
pero no para otorgar un subsidio diario a los millares de desocupados te en otros países del continente, reconocía que crecía aceleradamente.
que se multiplicaban en el paí~. Una vez más, irrumpía la denuncia Todo esto explica la importancia que el PC dio a su campaña
del carácter narcotizan te y adormecedor que cumpliría la influencia contra el Congreso Eucarístico Internacional, que sesionó en Bue-
eclesiástica sobre las aspiraciones revolucionarias del proletariado: "Se nos Aires en octubre de 1934, con la participación, como Legado
pretende aumentar las sotanas para emborrachar 'católicamente' a las Papal, del cardenal Eugenio Pacelli (más tarde, elegido para el tro-
masas, para recomendarles 'resignación y mansedumbre' y contra- no pontificio), con el apoyo entusiasta del presidente Justo y actos
rrestar su descontento y sus anhelos fervientes de lucha". 88 que congregaron a cientos de miles de personas. Para los comu-
Puede afirmarse que el comunismo y el catolicismo se presenta- nistas, se trataba de una iniciativa reaccionaria y peligrosa, pues
ron en los años veinte y los treinta como dos proyectos o culturas que entendían que " ... la fórmula hipócrita de 'intensificación de la
procuraron ganar o acrecentar aún más su espacio en el imaginario, la vida espiritual' significará, en realidad, la intensificación de todas
moral y la sensibilidad de las clases subalternas. Fue la Iglesia la que las medidas de represión contra las libertades obreras", al tiempo
pudo exhibir mayor capacidad para lograr sus objetivos. Lo hizo con que arriesgaban una explicación más general sobre el verdadero
la creación del "mito de la nación católica" (imbricando la catolicidad sentido del cónclave:
con la nacionalidad, y vinculando la confesión religiosa con la ciuda-
La elección de nuestro país para la realización del próxi-
danía) y con una espectacular movilización de sus huestes laicas: en
mo Congreso Eucarístico responde a la necesidad del
abril de 1931, para ese fin, se creó la Acción Católica Argentina y,
Vaticano de consolidar sus posiciones en Argentina [ ... ].
nueve años después, la Juventud Obrera Católica. 89 Por supuesto, el
Toda la campaña de infiltración de la iglesia católica en
interés de la Iglesia, a diferencia del PC, no se limitaba a la clase traba-
las esferas políticas, económicas, educacionales, su ma-
jadora, sino que era parte de un proyecto global de inserción en prác-
yor orientación hacia la conquista ideológica de sectores
ticamente todos los sectores sociales. Pero, en tanto y en cuanto in-
populares (círculos de obreros y empleados católicos),
tentó adoptar una estrategia hacia los obreros, generó la alerta comu-
la gran cantidad de iglesias que se vienen construyendo,
nista. Hacia esa época, el PC comprobaba, con preocupación, que" ...
su mayor tajada en el presupuesto nacional y provincia-
en los últimos años de convulsiones sociales, la iglesia católica ha sa-
les (creación de nuevos obispados y arzobispados, sub-
bido adaptar su lenguaje y sus posturas demagógicas que le permiten
venciones, etc.), todo ello nos da el índice de la partici-
influenciar sectores de la masa laboriosa". 90 Observaba los avances
pación cada vez más activa en la orientación y direc-
que la institución eclesiástica estaba realizando en ese campo, a partir
ción política del país. Su concomitancia abierta con
de las soluciones que proponía el cristianismo social (basadas en la
las organizaciones ultra-conservadoras, nacionalistas-
encíclica Rerurn Novarurn) y el eventual desarrollo de partidos políti-
fascistas, la propaganda por el corporativismo fascis-
cos católicos. Si bien el comunismo evaluaba que la influencia de la
ta, a través de su partido político (P. Popular), de sus
publicaciones (Criterio, El Pueblo), señalan la ofensiva
de la iglesia, ofensiva que culmina con la realización
ss "iMás plata para los frailes! Mientras millares de desocupados se mueren de
del Congreso Eucarístico ... 91
hambre",Mzmdo Obrero, 1, 5, 28/8/32, p. 1.
El PC editó un folleto para combatir al encuentro, que convoca-
s9 Loris Zanatta, Del Estado liberal a la nación católica. Iglesia y Eijército en los orígenes del
peronismo, Berna), UNQ, 1996 y Luis Alberto Romero, "Una Nación Católica: 1880- ba: "Obrero y obrera católicos: tu puesto está aliado de tus hermanos
1946", en C. Altamirano (e d.), La Argentina en el siglo XX, Buenos Aires, Ariel, 1999.
90
"El Congreso Eucarístico Internacional", Soviet, TI, 9, septiembre de 1934, p. 29. 91 Idem, pp. 29-30.
Hemán Camarero Comunismo y cultura obrera
264 265

de clase [ ... ].No permitas que la iglesia católica, utilizando tu creen- Un fenómeno que se verificó en toda Latinoamérica. 94 Como se ana-
cia religiosa, te ponga contra tus hermanos de clase, te lleve a apo- liza en el capítulo 5, el impacto de la Revolución msa en el medio
yar las medidas reaccionarias que van contra ti y contra los tu- intelectual y cultural argentino dibujó una ola de simpatía que fue
yos".92 Durante esos años, el partido consideró que la confisca- más allá del espacio del PC y construyó un momento de identidad
ción de las riquezas de la Iglesia y la separación absoluta de la Igle- específico para una camada de hombres y mujeres: "El encuentro de
sia del Estado eran puntos importantes de la revolución agraria estos jóvenes intelectuales con la Rusia de los soviets es su punto de
antiimperialista por realizar en el país, mientras planteó la necesi- diferenciación respecto del resto del campo cultural; el impacto ideo-
dad de agitar una serie de consignas: "Que el dinero de los obispa- lógico-político de la revolución se convierte en un leit-motiv de dis-
dos y arzobispados sea destinado a los desocupados"; "Fuera los cursos y prácticas artísticas, genera compromisos y articula núcleos
frailes del Ejército y de la Armada"; "Fuera la Iglesia de la escue- intelectuales la mayor parte de las veces apartidarios". 95
la"; "Fuera las monjas de los hospitales"; "Contra la guerra impe- Sin embargo, la incorporación de intelectuales y artistas al PC o,
rialista apoyada por el Vaticano". en algunos casos, que siguieran, al menos, siendo sus "compañeros
de ruta", se veía dificultada por el acérrimo obrerismo que caracteri-
zaba la organización. En general, eran defmidos bajo el peyorativo
6. LA ADHESIÓN AL COMUNISMO DE INTELECTUALES, término de pequeñoburgueses, propensos a todo tipo de desviacio-
ESCRITORES Y ARTISTAS nes. También influía la existencia de una dirección partidaria todavía
débil, cambiante e inexperta, que se mostraba hostil a la independen-
¿cuál fue el lugar de los intelectuales, escritores y artistas en esta re- cia de criterio de la que hacían gala algunos de aquellos individuos. A :
creación comunista de una cultura obrera durante los años veinte y esto se sumó el fuerte sectarismo que defmió al tercer período en todo ~
hasta mediados de los treinta? Aquí el balance se vuelve complejo. el comunismo internacional, que, en el plano artístico y cultural, co- .
Por una parte, experimentaban una atracción hacia el PC debido a incidió con una creciente desconfianza hacia las experimentaciones
una serie de factores: la permanencia del ideal del comunismo y de la de las vanguardias estéticas y científicas, y con una progresiva instau- ·
causa de la Revolución soviética; la creencia en una caída inminente ración de los principios soviéticos del "realismo socialista".
del capitalismo tras la crisis de 1929; la creciente conflictividad social Durante estos años, el PC no pudo acercar a muchos académicos '
que se vivió a partir de este fenómeno; los vínculos orgánicos con la a sus filas. Con la represión anticomunista imperante, la adhesión de
clase trabajadora que demostraba poseer el partido; el compromiso un universitario al PC significaba un infortunio para su futuro acadé-
de lucha que exhibían sus militantes; la búsqueda de una nueva cul- mico o profesional. Ya señalamos el caso de la pedagoga Fossatti en
tura. Como sostiene Osear Terán, " ... los comunistas ganaron una Mendoza. Otro tanto ocurrió con Aníbal N. Pone e (1898-1938), du-
evidente influencia ~n el movimiento obrero. Esta mayor inserción rante estos años, el más importante intelectual vinculado al PC. Huér-
debía sin duda resultar atractiva para algunos intelectuales progresis-
tas, máxime cuando esa situación se iluminaba con el contraste entre la
crisis capitalista mundial por un lado y lo que se percibía como los éxitos
94
de la construcción del socialismo en la Unión Soviética por el otro". 93 "El efecto de la revolución rusa y el indudable heroísmo de muchos de los
primeros comunistas contribuyen a explicar por qué tantos intelectuales llegaron a
identificarse con el comunismo incluso cuando en realidad no eran miembros del
partido", AJan Angell, "la izquierda en América Latina desde c. 1920", en L. Bethe 11
92 Partido Comunista, El Congreso Negro de la reacción y la guerra, Buenos Aires, (ed.), Historia de América Latina, vol. 12: "Política y sociedad desde 1930", Barcelo-
Sudam, 1934, p. 16. na, Crítica, 1997, p. 77.
95
93 Osear Terán, '1\níbal Ponce o el marxismo sin nación", En busca de la ideología Beatriz Sarlo, Una modernidad periférica: Buenos Aires 1920 y 1930, Buenos
argentina, Buenos Aires, Catálogos, 1986, p. 159. Aires, Nueva Visión, 1988, p. 123.
266 Hernán Camarero
Comunismo y cultura obrera 267
fano, egresado con honores del Colegio Nacional d~ ~uenos Aire~,
UBA y exonerado de sus cargos docentes. A comienzos de 1937, de-
Ponce abandonó una carrera de Medicina para espectahzarse en Pst-
cidió irse a México. Allí logró una exitosa inserción intelectual y pt:o-
cología y llegó a dictar cátedra en el Instituto Nacional del Profesora-
fesional, y también encontró la muerte, de forma accidental e inespe-
do Secundario. Desde 1923 participó, aliado de su maestro José In-
rada, en mayo de 1938.
genieros, en la dirección de la Revista de Filoscjía y en la creación de la
Héctor Pablo Agosti (1911-1984) fue otra figura clave, que, con
sección local de la Unión Latinoamericana, mientras comenzaba a
los años, y hasta su muerte, se erigió en el más destacado intelectual
viajar asiduamente a París y a descubrir el psicoanálisis. En mayo de
partidario, con aportes en los campos de la filosofía y los estudios
1930, fue uno de los fundadores, junto a Alejandro Korn, Roberto
culturales. Tuvo un precoz acercamiento a las filas comunistas: en
Giusti y otros, del Colegio Libre de Estudios Superiores, tina entidad
1927 se afilió a la FJC y se convirtió en un cuadro relevante; algunos
de enseñanza pública no estatal, basada en un conjunto de cátedras
años después, se incorporó al CC partidario. Trabajó como secretario
libres, que contenía a aquellos intelectuales laicos y progresistas si-
de Codovilla y redactor de las actas en la Primera Conferencia Co-
tuados fuera del dispositivo institucional oficial. Debe situarse en 1928
munista Latinoamericana en Buenos Aires en 1929. Ese mismo año,
el momento en que Ponce comenzó a alejarse de sus concepciones
ingresó en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, cuyos estudios
originales, propias del liberalismo positivista, y a incorporar ca~ego­
abandonó poco antes de graduarse. Allí se deslumbró con Ponce y se
rías marxistas. A partir de 1933, asumió expresamente el manasmo
convirtió en su discípulo. Como vimos, la vida de Agosti estuvo sig-
(al que entendió como reducto de la racionalidad cientificista) y se
nada por la represión: entre 1931-1937, sufrió tres encarcelamientos,
vinculó al PC, aunque sin afiliarse a él.96 Ponce conquistó un gran
durante los cuales escribió los testimonios y trabajos de crítica litera-
ascendiente sobre las posiciones del partido en el campo ideológico y
ria que configuraron su primer libro, El hombre prisionero, publicado
cultural, que aseguró aún más cuando, en 1936, impulsó su revista
en 1938. Ya era un símbolo del intelectual comunista entregado a la
Dialéctica. Hay quienes sostienen, incluso, que fue él quien, desde la
causa proletaria:
adopción del frente popular, tomó a su cargo la tarea de articular la
visión del país y del mundo del comunismo argentino. 97 En todo El joven dirigente revolucionario Héctor P. Agosti ha
caso, se convirtió en una figura que forjó una identidad para la caído nuevamente en las garras de nuestros enemigos
intelectualidad comunista, además de dejar una producción vasta, [ ... ]. iEs torturado en la Sección Especial, vejado en Vi-
aunque de desigual valor, en cuestiones de psicología, filosofía, lla Devoto y procesado en los Tribunales! Su salud que-
sociología, historia y crítica literaria ..Por asumir sus ideas, el autor brantada, por años de persecución. Pero su dignidad re-
de Humanismo burgués y humanismo proletario fue expulsado de la volucionaria se mantiene flrme, su voluntad de lucha es
insobornable. Desde la misma cárcel trabaja, estudia y
entrega toda su cultura, capacidad y talento al proletaria-
do con quien se ha consustanciado. 98
96 O. Terán, ''Aníbal Ponce ... ", pp. 135y 161. El modo en que Ponce se convir-
tió "en el intelectual orgánico por excelencia" del PC está analizado en Néstor En 1931, antes de iniciar su ciclo de prisiones, Agosti fue el prin-
Kohan, De Ingenieros al Che. Ensayos sobre el marxismo argentino y latinoamericano, Bue-
cipal impulsor de una agrupación de estudiantes universitarios y se-
nos Aires, Biblos, 2000, pp. 64-74. Para su reconstrucción biográfica, hemos segui-
do al libro de H. P. Agosti,Aníbal Ponce. Memoria y presencia, Buenos Aires, Cartago, cundarios promovida por la FJC. Se trataba de Insurrexit, homónima
1974 y a otros dos escritos en el vigésimo aniversario de su muerte: Julio Wosko, de la que había actuado en los primeros años veinte. 99 La organiza-
Aníb~l Ponce, huma~ista de nuestro tiempo, Buenos Aires, Aurora, 1958; Á Yunque,
Aníbal Ponce o los deberes de la inteligencia, Buenos Aires, Futuro, 1958.
9
97 Tulio Halperin Donghi, La Argentina y la tormenta del mundo. Ideas e ideologías entre
8 "Héctor P. Agosti",juventud Obrera, III, 42, 4/3/35, p. 5.
99
1930 y 1945, Buenos Aires, Siglo veintiuno editores Argentina, 2003, pp. 127 Y ss. B. Kleiner, 20 años de movimiento eswdiantil reformista, 1943-1963, Buenos Ai-
res, Platina, 1964, pp. 17-27.
Hemán Camarero Comunismo y cultura obrera 269
268
sual de. estudios
. . sociales.
l Puiggrós, quien deió incompleta una carre _
ción existió hasta 1935, cuando fue disuelta con la estrategia delfrente ;.¡
ra umversttana en a Facultad de Ciencias Económicas (UBA) fi-
popular. Tenía un comité nacional, que funcionaba en el local capitali- .' 1 ·d . , se a 1
110 a partt o e~ R~sano d_urante 1~2.8, tr~s un viaje a Europa y la
no de México 2070, y filiales en La Plata, Córdoba, Rosario y Santa
URSS. En los stgmentes anos, su mthtancta tuvo altibajos y alternó
Fe, en cuyas unidades académicas actuó. 100 En agosto de 1932, reali-
entr~_un empleo c~mercial, la lab?r en el periodismo gráfico y la di-
zó en Buenos Aires su primera asamblea nacional. Insurrexit, se mo-
recetan de una revtsta de artes e tdeas, Brújula, que editó con inde-
vilizó contra la intervención de las universidades y el proceso "contra-
pendencia del partido en 1930-1931.103
rreformista" abierto en septiembre de 1930, al que reputó oligárquico,
Donde el PC tuvo mayores posibilidades, desde los años veinte,
reaccionario y fascista. Sin embargo, a ton'o con la línea del tercer período,
fue entre los escritores y ensayistas de la nueva generación, muchos
desarrolló una visión muy crítica de la Reforma Universitaria de 1918,
de los cuales abrazaron la utopía revolucionaria. Varios novelistas,
subordinada a una mirada de clase que alertaba sobre la inconsecuencia
poetas, cuentistas y dramaturgos del Grupo Boedo, que retrataron al
pequeño burguesa de dicho proyecto y que insistía en la necesidad de la
hombre de abajo, plantearon el compromiso social como forma de
fusión del estudiantado con la clase obrera. Si el punto central era la lucha
expresión y a crearon una literatura de denuncia, adhirieron al parti-
por las reivindicaciones inmediatas de los estudiantes pobres, alertaba
do o fueron sus "compañeros de ruta", al menos durante un tiempo.
que éstas sólo serían conquistadas, " ... cuando las masas laboriosas y
La mayoría tenía origen humilde, surgido en el suburbio, el conven-
estudiantiles -bajo la dirección del proletariado- expulsen del país al
tillo y la fa~.ilia de inmigrantes. Habían animado la revista Los pensa-
imperialismo y den la solución revolucionaria de la crisis".101
dores, admmtstrada por Antonio Zamora, y luego dieron vida a Clari-
Como referentes de Insurrexit, además de Agosti y Paulina Gon-
dad (la gran publicación pluralista de las izquierdas durante los años
zález Alberdi (este último, en la Facultad de Ciencias Económicas de
treinta y los cuarenta) y a la colección de libros Los nuevos. Debe des-
la UBA), se destacaron Carlos Moglia, quien tuvo una intensa actua-
tacarse aquí a Leónidas Barletta, cofundador, en 1928, de la Sociedad
ción en la dirección de la FUA, y el futuro político desarrollista Roge-
Ar.gentin~ de Escritores (SADE). Barletta fue, en 1930, el creador y
lío J. Frigerio. Alcira de la Peña también militó allí y, por ello, fue
p:tmer dtrector del Teatro del Pueblo, que, al poco tiempo, pudo fun-
expulsada de la Facultad de Medicina (UBA). Asimismo, el estudian-
ciOnar en un pequeño local ubicado en el465 de la Corrientes todavía
te platense, y posteriormente "escritor, Ernesto Sábato fue dirio-ente
de esa agrupación y de la FJC. Incluso, en agosto de 1934,ju~to al
a~gosta y erigirse, en los años siguientes, en una alternativa indepen-
dtente a la escena comercial, a partir de representar obras clásicas y de
pintor Castagnino, integró como candidato la lista que el PC presen-
nuevos dramaturgos. Otros fueron los narradores Elías Castelnuovo
tó, sin ser aceptada, para las elecciones de convencionales constitu-
YÁlvaro Yunque (en 1935 dirigió Rumbo, una revista literario-política
yen tes en la Provincia de Buenos Aires.1°2
cercana al PC), y el poeta, dramaturgo y secretario de SADE, César
En el campo de la elaboración ensayística e historiográfica comen-
Tiempo. Varios de estos escritores reemplazaron allumpen y al paria
zaba a esbozarse la figura de Rodolfo Puiggrós (1906-1980), si bien
como actor principal de sus obras por el obrero sano y optimista, ca-
su papel como intelectual del PC fue destacado luego de 1935, espe-
paz de participar en una revolución socialista. 104
cialmente a partir de 1938, cuando lanzóArgumentos, una revista m en-

103 Ornar Acha, La nación futura. Rodoifo Puiggrós en las encrucijadas argentinas del

100 "1 nsurrex1t


. rea 1'Izara, su asam bl ea nacional", BR, I, 74, 15/6/32, p. 2. siglo XX, Buenos Aires, Eudeba, 2006, p. 15 y ss.
104 María Minellono, "Los obreros en el período de entre guerras en Argentina:
101 "R e u m.ose
' 1a 1" asa m bl ea naCJona
. 1d e 'Insurrex!t"',
· Mzmdo Obrero, I, 2, 25/8/
s_us forma~ de representación literario-discursivas", en]. Panettieri (comp.),Argen-
32, p. 4.
102 "El 19 de agosto en la prov. de Buenos Aires: por la Lista obrera y campesi- llna: traba;adores entre dos guerras, op. cit., pp. 204 y ss. Ver: E. Castelnuovo, Vidas
Proletarias. Escenas de la lucha obrera, Buenos Aires, Victoria, 1934.
na", Ll, XVII, 3433, 11/8/34, p. 5.
270 Hemán Camarero Comunismo y cultura obrera 271

A estos cánones no se adaptó Roberto Arlt: ni en los avatares an- si~d~calistas) pareció m~s eficaz para la óptica comunista: publicó en el
gustiosos y sórdidos de personajes más bien desclasados o amorales, d1ano_ ext~nsos ~ ~log1osos artículos sobre la URSS a partir de sus
como Silvio Astier y Remo Erdosain, de sus novelas El juguete rabioso expenenc1as _de VISita~ te en 1931, que le sirvieron al autor para editar,
y Los siete locos, ni en una trama como la de este último libro, que gira en 1933, su hbro Yo vz en Rusia. Impresiones de un vicije a través de la tierra
en torno a una pandilla de intelectuales frustrados que pretende fi- de los trabajadores. Pero hasta estos relatos resultaban heterodoxos para
nanciar un indeterminado plan revolucionario con la explotación de el estilo partidario.
prostíbulos ... Sin embargo, el gran novelista tampoco escapó a la in- En cuanto a Arlt, puede afirmarse que ya colaboraba con el parti-
fluencia del comunismo. Pero el "caso Arlt" sirve para entender los do: en abril puso a disposición su obra Los humillados para que el Tea-
límites y dificultades en la posibilidad de acercamiento de hombres tro del Pueblo la representara en el marco de un festival y baile fami-
de la cultura al PC. Castelnuovo recordaba sobre Arlt: "Cuando or- liar que hizo la FJC con el objetivo de recaudar fondos. 107 Por esos
ganizamos la Unión de Escritores Proletarios, firmamos juntos los días, también juventud Obrera, el periódico de la FJC, en su segundo
términos de la convocatoria que se dio a publicidad. Entonces, estuvo número, publicó un texto entregado por Arlt, dedicado a criticar a
a punto de ingresar al Partido Comunista". 105 Eso ocurría hacia co- Manuel Gálvez. Los dos primeros textos del autor de Los lanzallamas
mienzos de 1932. Efectivamente, aunque, poco después del golpe de escritos para Bandera Roja lo mostraron alineado con las posiciones
Estado perpetrado por Uriburu, Arlt había tenido alguna participa- sectarias del PC: eran críticas a Antonio Zamora, al ministro de Agri-
ción en la Liga Antiimperialista, una organización fomentada por el cultura Antonio de Tomaso y a los socialistas, desde posiciones de
PC, fue en aquel año cuando el escritor protagonizó un acercamiento izquierda. 108 La tercera intervención de Arlt derivó en polémica. En
directo al partido. Bandera Roja, el fugaz diario comunista, lo atesti- su nota "El bacilo de Carlos Marx", trazaba el objetivo de" ... hacer
gua. Para ese entonces,Arltya era muy conocido: había publicado sus comprender a todo tibio simpatizante con la causa de Rusia que su
novelas, había escritos dos obras de teatro, se había desempeñado como deber, su único, su exclusivo deber, es estudiar de continuo. Un pro-
cronista policial en el diario Crítica y, luego, como redactor del diario pagandista preparado es un arma de combate terrible. Una especie de
El Mundo (allí editaba una sección con firma, sus famosas '1\guafuer- cultivo de bacilo elevado al máximum de su poder tóxico". 109 Era un
tes porteñas"). Por eso, sus artículos en el diario del PC aparecieron planteo herético para un partido intelectualmente tan tosco y dogmá-
con un inhabitual "Roberto Arlt escribe". Se ha afirmado que, a prin- tico, narcotizado por las caracterizaciones del tercer período. La res-
cipios de 1932, fue R. Ghioldi, quien solía tratar con intelectuales, el puesta fue inmediata. Primero, un ignoto Artero retrató a Arlt como
encargado de reunirse, en el Teatro del Pueblo, con Arlt y Castelnuo- un intelectual pequeñoburgués, amigo de Rusia, pero inconsecuente
vo para invitarlos a colaborar con Bandera Roja, en cuyas páginas había con las tareas y necesidades de la hora, pues no comprendía que un
lugar para expresiones artísticas y culturales. 106 La participación de revolucionario no se podía formar sólo en el estudio: "No. Ese pro-
Castelnuovo (quien venía de participar en periódicos anarquistas y pagandista debe hacerse en la lucha, debe morder las necesidades del
proletariado, debe ir a los sindicatos, a las reuniones de obreros, a sus '·
clubs, sentir en carne propia el desprecio a la burguesía dominante... ,
y también estudiar. He aquí al revolucionario. No basta la intención, )
105
Elías Castelnuovo, Memorias Buenos Aires, Ediciones Culturales Argenti-
nas, 1974, p. 138.
106 Raúl Larra, Roberto Arlt, el torturado. Una apasionada biogrcifía, Buenos Aires,
107
Ameghino, 1998, p. 148. En Bandera Roja, por ejemplo, había ilustraciones de plás- "Intervendrá el Teatro del Pueblo", BR, I, 12, 12/4/32, p. 4.
108
ticos locales (Guillermo Facio Hebequer, entre otros) y extranjeros. Las más emplea- "Roberto Arlt escribe: Zamora y el gran inquisidor", BR, I, 4, 4/4/32, p. 2;
das fueron las caricaturas y dibujos de crítica social del comunista alemán George Grosz, "Roberto Arlt escribe: De Tomaso y Zamora", BR, I, 11, 11/4/32, p. 2.
109
referenciado por el PC local como representación prístina del "artista revolucionario". "Roberto Arlt escribe: El bacilo de Carlos Marx", BR, I, 18, 18/4/32, p. 2.
272 1-Iernán Camarero Comunismo y cultura obrera 273
la simpatía ni el entusiasmo". 110 Luego, la propia pluma de Ghioldi miento revolucionario 113
salió al medo con un artículo que, si bien reconocía la utilidad de . ni al .marxismo · Meses desp ues, , en uno d e
sus cuentos, Arlt le htzo deCir a uno de sus personaJ· es lo que parecta
,
"estudiar al marxismo", impugnaba directamente la ocurrencia arltia- ser un balance de esta experiencia:
na: "En 'El bacilo de Carlos Marx' observamos que el punto de parti-
da es el individualismo más apretado y las conclusiones, individualis- Como otros de mis compañeros, me quise acercar a la
tas también [ ... J. La revolución no es el producto de tales minorías, cL1se trabajadora [ ... ].A las primeras de cambio algunos
sino el movimiento revolucionario de masas. Inocularse el 'bacilo de obreros fantásticamente instruidos, ayudados por su te-
Marx' para crear la casta de la minoría selecta, es directamente anti- rrible dialéctica marxista (que aún no la entiendo clara-
marxista".111 En ese mismo texto, Ghioldi colocaba a Arlt entre una mente por ser tan complicada) trituraron nuestros con-
serie de intelectuales Uulio R. Barcos, Arturo Orzábal Quintana y ceptos y mi literatura, y sin pelos en la lengua nos tildaron
otros), con los cuales el propio PC acababa de compartir acciones en de ignorantes, vanidosos y oportunistas y chiflados.l14
común en la lucha contra el imperialismo, la guerra y el apoyo a la
URSS. Para él no eran más que intelectuales pequeño burgueses con- Todo esto, sin embargo, no impidió que Arlt continuara siendo
fundidos, a los que se les debían señalar sus límites. La conclusión del durante algún tiempo un escritor cercano al PC y partidario de inicia-
virtual secretario general del PC era inevitable: "El pequeño burgués, tivas militantes. Por ejemplo, junto a Castelnuovo (al que Ghioldi
pedante de su sabiduría muchas veces discutible, piensa que someterse también había defmido como "literato pequeño burgués"), fue funda-
a la-dirección del proletariado sería indigno de su suficiencia; en realidad dor, en mayo de 1932, de un efímero intento de rivalizar con la SADE:
la dignidad revolucionaria de la pequeño-burguesía sólo puede existir en la Unión de Escritores Proletarios, que se pronunció a favor de la
la medida en que trabaje con el proletariado y bajo su dirección". URSS y de la lucha contra la guerra imperialista, el :G1scismo y el so-
La respuesta de Arlt giró sobre esta última observación, cuya uni- cialfascismo. Al fm y al cabo, Castelnuovo aseguraba respecto de él y
versalidad cuestionó, ya que sólo tendría vigencia " ... siempre que el de Arlt, que sólo "por un mal entendido no ino-resamos los dos al
proletariado del país donde actúa el intelectual pequeñoburgués sea Partido Comunista Argentino". 115 Ambos colab~raron con la revista
marxista. Ahora, si el proletariado y la gran masa mral no es comunis- Actualidad artística - económica - social, una publicación orgánica del
ta, ¿qué camino debe seguir el intelectual?". Para el escritor, Ghioldi PC que salió entre 1932-1936. En su comité editor, figuró el propio
entraba en una "demagogia desenfrenada, con principios autoritarios; Castelnuovo,junto a Manuel Punyet Alberti y Horacio Treja, entre
el proletariado es todo. Sí, el proletariado será todo, cuando su dic- otros. Arlt escribió allí artículos sobre los desocupados y las huelgas
tadura (vehículo para la desaparición del estado capitalista) haya de los obreros de la carne que dirigió el PC en Avellaneda durante
absorbido todas las clases destruidas en su concepto de clase".112 1932. Desde la revista, se entablaron relaciones con los escritores
A los pocos días, Bandera Roja cerró el debate, planteando que ya artistas e intelectuales próximos al partido. No pocos de ellos fuero~
Ghioldi no intervendría más debido a sus "múltiples ocupacio-
nes", pero se dejaba constancia de que Arlt no entendía ni al moví-
113
"la cuestión Arlt", BR, I, 39, 10/5/32, p. 2.
114
R. _Arlt, "Escritor fracasado", en ídem, El jorobadito y otros wentos (1933),
110 Artero,"Contestando a Roberto Arlt", BR, I, 21, 21/4/32, p. 2. Buenos Aires, losada, 2004, p. 63.
115
111
R. Ghioldi, "Sobre el bacilo de Marx",BR, I, 24,24/4/32, p. 2y BR, I, 25,25/ E. Castelnuovo,Memorias, o p. cit., p. 199. David Viñas, en un artículo publi-
4/32, p. 2. Un análisis del tema en: J. Aricó, "La polémica Arlt-Ghioldi. fult y los cado bajo el seudónimo de Juan José Gorini ("Roberto Arlt y los comunistas",
comunistas", La Ciudad Futura, 3, diciembre de 1986, pp. 22-26. Contorno, 2, mayo de 1954, p. 8), argumentó que la aproximación de Arlt al PC fue
112 "Escribe Roberto Arlt: Ghioldi y el bacilo de Marx", BR, I, 33, 4/5/32, p. 2. ocasional, subestimando, a nuestro entender, la relación intensa y conflictiva que
existió entre ambos.
274 Hemán Camarero Comunismo y cultura obrera
275

sometidos a las mismas críticas que Ghioldi antes había desarrollado r~portar, por el moment,o, a un: orgánica partidaria, entre abril y sep-
respecto de Arlt, Castelnuovo y otros. En Actualidad, en directa polé- ttembre de 1933,. Gonzalez Tunón fundó y diriaió
o Contva,, . L a revzs
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mica con ideas que había expresado Barletta, se presentaba así el dile- de los fran_co-tzra~ores, una singular experiencia de vinculación entre
ma de todo pensador y artista: "O son revolucionarios desembozada- vanguardta estéttca y vanguardia política. 118 En el primer número de-
mente, y todas sus ideas, todos sus actos, toda su propaganda pertene- Contra, se reproducía en la tapa una litografía de Guillermo Faci \
ce por entero al bloque proletario que enfrente al bloque burgués, o Hebequer Gunto a los pintores y grabadores José Arato, Adolfo Be~ /
bien integran, consciente o inconscientemente, este último, partici- llocq YAbraham Vigo, y al escultor Agustín Riganelli, había formado <1
pando así del papel conservador y obstructivo de servir y defender el grupo Artistas del Pueblo, ~e '::laro_ contenido social), en la que un ?
todo lo viejo y consagrado que tiene el mismo". 116 obrero alza desafiante su puno tzqmerdo. La revista propugnaba el <
La crítica a Barletta, fue más allá. Entre 1933 y 1935, integrantes "arte revoluciona~io" y negaba la idea del "arte puro", bajo la creencia
del partido impulsaron, frente a la institución creada por él y para de que su neutralidad era imposible mientras subsistiera la sociedad
darle verdadera batalla al "teatro burgués", el Teatro de Arte Proleta- d,e clases. E~ s_us pá~inas, se dejaba sentir una admiración por la poe-
rio, dirigido por Ricardo Passano, y cuya secretaría se ubicaba en Bar- sta de Vla~tmrr Matakovsky y Louis Aragón, por los representantes
tolomé Mitre 1281. Se defmía como un conjunto antiindividualista, del surrealtsmo francés y por los nuevos novelistas norteamericanos,
que rechazaba la idea de primeras figuras, de maestros y directores, y como John Dos Passos y Upton Sinclair. Allí escribieron varios de los
represen taba obras para distraer y, a la vez, elevar " ... el nivel cultural intelectuales cercanos al PC, con algunos de los cuales González Tu-
de las masas trabajadoras, ayudarlas en su emancipación dentro de la ñón había compartido la experiencia de Martín Fierro y Crítica. Incor-
actual sociedad [ ... ]. Es decir lo contrario de lo que ocurre en los porando modelos literarios experimentales, Contra tradujo la mayor
teatros burgueses, mercantilizados, cuyo público sólo reacciona en parte de las políticas que impulsaba el partido en plena estrategia del
forma visible ante las más gruesas chabacanerías o ante las imbéciles y tercer período, lo que se demuestra, por ejemplo, en el denuesto total al
torpes alusiones o procacidades de los cómicos en boga, que no tra- radicalismo y al PS. Es cierto que la publicación intentó preservar su
ducen ninguna inquietud, ninguna sensibilidad artística, ninguna pre- autonomía del PC y un carácter más pluralista, pero su director for-
ocupación de un orden superior y más digno, que no van más allá de muló def~iciones contundentes: " ... el único camino posible es el
lo superficial" .117 del c?mu~tsmo. Hay proletarios y burgueses, y yo estoy con los pro-
También un integrante del Grupo Florida confluyó hacia el PC: el l~~anos, st_no po~ mi cul~ura y mi condición de periodista, por, en-
poeta, escritor y periodista Raúl González Tuñón (1905-1974). Su ttendase bten, mt mentalidad revolucionaria". 119 Un militante cen-
acercamiento a la clase obrera y a la izquierda fue gradual desde la suró el "confusionismo pequeño burgués" que advertía en Contra, cre-
segunda mitad de los años veinte, mientras concluía su participación en yendo necesario reafirmar que la conciencia revolucionaria no podía
la revista Martín Fierro, escribía en el diario Crítica (al cual había ingresado ser creada por los intelectuales y sus instrumentos, sino por los obre-
siete años antes como columnista y corresponsal viajero) y publicaba ros en la lucha de clases y guiados por el PC; González Tuñón (a
sus libros de poesía El violín del diablo, Miércoles de ceniza y La calle del
agujero en la media. Ya habiéndose declarado comunista, pero sin
118
Sylvia Saítta, "Polémicas ideológicas, debates literarios en Co/1/ra. La revista
de los franco-tiradores", en S. Saítta (coord.), Contra. La revista de los franco-tiradores,
Bern~l, UNQ, 2005, p. 13. Los datos biográficos del poeta en: Horacio Salas, Con-
116 Carlos E. Moog, "El arte y nuestras ideas sociales",Actualidad artística- eco- versaciOnes con Raúl González Ttuión, Buenos Aires, L1 Bastilla, 1975; Pedro Orgambi-
nómica- social, I, 3, junio de 1932. de, El hombre de la rosa blindcda, Rosario, Arneghino, 1998.
117 Julio Valdez, "El Teatro de Art'e Proletario de la Argentina", Contra, I, 5, 119RGo '1 ..,..,_,,.A, ..
· nza ez 1unon, nJgunas opm1ones que explican algunas actitudes",
septiembre de 1933, p. 10. Contra, I, 2, mayo de 1933, p. 6.
276 Hernán Camarero Comunismo y wltura obrera 277

diferencia de lo que Arlt había hecho con Ghioldi antes), evitó una dos por la po~icía, qu_e también entorpeció las tareas de distribución y
respuesta clara a esta crítica. 120 venta. Ese m1smo numero fue secuestrado por las fuerzas de seguri-
En el cuarto número de Contra, González Tuñón publicó su poe- dad, lo que puso punto final a la publicación. González Tuñón se
ma "Las brigadas de choque", en el que postuló la adhesión al prole- convirtió en otra víctima de la Sección Especial: fue encarcelado y,
tariado, la revolución y el comunismo. 121 Encabezado por una frase debido al citado poema, procesado por incitación a la rebelión, pero
de Aragón, "por el aniquilamiento total de esta burguesía", convoca- logró la libertad bajo "caución juratoria". En contra de la sentencia, se
ba a sus "camaradas poetas" al compromiso urgente: "Pero reclamo pronunciaron Federico García Lorca, Pablo Neruda, León Felipe y
de cada uno la actitud revolucionaria 1 frente a la vida./ Pero reclamo Miguel Hemández, entre otros. Finalmente, en 1934 González Tu-
el puño cerrado 1 frente a la burguesía", y afrrmaba luego "Formemos ñón dio un paso más y se afilió al PC, y lo mismo hizo su hermano
nosotros, cerca ya del alba motinera, 1 las brigadas de choque de la Enrique. Tras su viaje a España en 1936, publicó su famoso libro de
Poesía. 1 Demos a la dialéctica materialista el vuelo lírico/ de nuestra clara impronta militante, en homenaje al levantamiento asturiano y
fantasía". A partir de allí, seguía una metralla de oraciones provocati- en apoyo a la República: La rosa blindada.
vas: "... y nosotros, únicamente nosotros los comunistas, auténtica, j Por otra parte, durante los primeros años treinta, el PC contó en
legítimamente nos reímos de esa constitución burguesa/ y de la de- sus filas, o tuvo como frrmes simpatizantes, a destacados represen-
mocracia burguesa 1 pero no de la democracia que proclamamos / tantes de la plástica argentina. Por ejemplo, Antonio Bemi (1905-
porque nosotros queremos la dictadura/ pero la dictadura que asegu- 1981 ). Luego de su estadía en Europa, en donde absorbió la experien-
rará la verdadera libertad 1 de mañana". El poema continuaba con cia del surrealismo, una vez reinstalado en su ciudad natal, Rosario,
ataques al orden burgués en todas sus expresiones y bramaba contra en 1931 el pintor ingresó al PC (y R. Puiggrós tuvo mucha incidencia
los fascistas, los radicales y, además, "los social-demócratas, los católi- en ello). 122 y;, distanciado de la dimensión inconsciente y fantástica
cos, los nacionalistas", a quienes, como a los cuervos, "hay que des- del surrealismo, Bemi postuló la necesidad del compromiso del ar-
trozarlos con un tiro de escopeta". También "contra las putas espías tista con los procesos históricos y los desheredados, y una impugna-
de Orden Político", "el anarquismo sen timen tal y claudicador" y "toda ción a la estética sostenida en una pura especulación sobre las formas
la roña burguesa" (abogados, jueces, intelectuales, vedettes, mesías). y los materiales del arte. En 1934 Bemi organizó en Rosario la Mu-
Finalmente, el texto llamaba al combate "Contra los museos, las uni- tualidad Popular de Estudiantes y Artistas Plásticos, una escuela-ta-
versidades, 1 la prensa paquidermo, 1 la radiotelefonía, / la academia, ller que formó a varios jóvenes, y realizó muestras de murales y cua-
el teatro y el deporte burgués. 1 iPreparémonos para tirar 1 y acertar dros de gran tamaño, dirigidos a un amplio público. 123 El objetivo de
esta vez!", y concluía, de manera contundente "Yo arrojo este poema este nuevo espacio, en donde la influencia del PC era muy grande, se
violento y quebrado 1 contra el rostro de la burguesía". encuentra en el manifiesto que emitió la Unión de Escritores y Artis-
Los efectos del escrito fueron inmediatos. En el quinto y último tas Revolucionarios creada hacia esa época en la ciudad santafecina,
número de Contra, aparecido en septiembre, se denunciaba que algu- en el que el principio de identidad aparecía inequívoco: "Nosotros,
nos de sus lectores, obreros del Frigorífico Anglo, habían sido deteni-

122 Guillermo Fantoni, "Vanguardia artística y política radicalizada en los años


12
°C. Moog, "Contra Contra", Contra, I, 3, julio de 1933, p. 12. González Tu- '30: Berni, el nuevo realismo y las estrategias de la Mutualidad", Causas y Azares, N,
ñón, en "Los sucesos, los hombres", Contra, I, 5, septiembre de 1933, p. 2, dijo,
5, otoño de 1997, pp. 131-141; Fernando García, Los ojos. Vida y pasión de Antonio
respecto del artículo de Moog: "nosotros no discutimos y aceptamos alguna gran
Bemi, Buenos Aires, Planeta, 2005, p. 105.
verdad que nos dice". 123 Rafael Sendra, El joven Bemi y la Mutualidad Popular de Estudiantes y Artistas
121 R. González Tuñón, "Las brigadas de choque", Contra, I, 4, agosto de 1933,
Plásticos delRosario, Rosario, UNR Editora, 1993.
pp. 8-9.
278 Hernán Camarero Comunismo y cultura obrera 279
intelectuales revolucionarios, enarbolamos valientemente la bandera l> Hacia 1933 también ingresó al PC quien se convirtió en un pio-
de la lucha común con el proletariado. Y en el orden de la cultura, nero de la pintura concreta rioplatense: Raúl Lozza. Participó de las
nosotros propugnamos la creación de una literatura y un arte proleta- campañas partidarias a favor de los presos políticos y contra las gue-
rio de masas que capten y expresen los anhelos de las clases oprimi- rras imperialistas, a través de pintadas callejeras. Ese mismo año, fue
das, que eleven el destino de la literatura y el arte prostituidos por la alcanzado por la Sección Especial y fue detenido en dos oportunida-
burguesía y utilizados por ésta para cretinizar a los intelectuales y para des (en la segunda, durante seis meses). Lozza habría sido uno de los
oprimir ideológicamente a las masas trabajadoras". A continuación, que bautizó el método de tortura de "la picana". Precisamente, bajo
sostenía: "Nosotros reivindicamos la creación de un arte y una litera- . ese título, realizó un dibujo a lápiz que representaba una escena de
tura de combate que contribuyan a educar revolucionariamente a los tormento sobre un prisionero con la aplicación de descargas eléctri-
trabajadores, intelectuales, estudiantes y artistas en general, que des- cas. En el periódico Socorro Rojo, que editaba el SRI, aparecieron va-
pierten en ellos la pasión generosa de la lucha por la revolución, que rios escritos e ilustraciones del artista, que denunciaban la tortura y la
exalten la grandeza del movimiento emancipador y del heroísmo del · ' de 1a Seccton
accton . ' Especta
. 1.127
proletariado ... ". 124 Berni apostaba a una renovación del arte, con una Todos estos intelectuales, escritores y plásticos fueron convirtién-
estética vanguardista que abrazaba la utopía revolucionaria y temati- dose en miembros o "compañeros de ruta" del PC, con el que desa-
zaba el mundo obrero, el drama del desempleo y las expresiones de la rrollaron relaciones muchas veces tensas y sometidas a una perma-
protesta, y exaltaba su potencial contestatario. Testimonian estas pre- nente inspección ideológica. Una tarea en la que el partido n~ d:jó de
ocupaciones sus cuadros "Manifestación" y "Desocupados", de 1934, sancionar actitudes o planteas "inadecuados". No obstante, st bten se
que fueron calificados en la perspectiva comunista como expresión intentó imponer, cada vez más, el canon soviético del realismo socia-
de una plástica revolucionaria. 125 lista, en la práctica, esta operación fue sobre todo discursiva, sin po-
Compartían algunas de las experiencias de BerniJuan Carlos Cas- der materializarse en expresiones significativas en este período. Se ha
tagnino y su amigo Lino Enea Spilimbergo (1896-1964), quien dedi- señalado que varios de estos intelectuales chocaron con el PC pues
có a las temáticas sociales varios óleos con figuras monumentales, procuraban jerarquizar su lugar y dar una fu~cionalidad aut~~oma a
cercanos a la estética muralista, y fue fundador, en mayo de 1933, del sus apuestas teóricas y culturales. 128 Esto es cterto, ~e~? tambte~ lo es
Sindicato de Artistas Plásticos (SAP). 126 Berni, Spilimbergo y Cas- que, para ellos, acercarse al PC constituía una postbtltdad de vmcu-
tamino
o estuvieron directamente vinculados a la visita, en 1933, del larse a la lucha obrera y a una causa, la del comunismo, que todavía
comunista mexicano David Alfaro Siqueiros, quien dictó una serie de despertaba una profunda atracción en ciertos estratos: Por eso, ~ama­
conferencias y realizó el célebre "Ejercicio Plástico" en el subsuelo de yoría de estos intelectuales, escritores y artistas siguteron orbttando
una residencia bonaerense del periodista Na talio Botana. Los tres fue- en torno al partido (muchos, incluso, se incorporaron a sus filas), un
ron parte del Equipo Poligráfico Ejecutor de la obra, que inauguró el proceso que aparece difuminado en las visiones mencionadas. ¿Cómo
muralismo sudamericano, fenómeno que tuvo un más bien débil de-
sarrollo en el país.

~ "Manifiesto de la Unión de Escritores y Artistas Revolucionarios", Coutra, I,


1 4
127 Adriana lamia, "Cronología biográfica y artística", en Raúl Lozza. Retrospec-
5, septiembre de 1933, p. 12. tiva, 1939-1997, Buenos Aires, Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, agosto-
1 5
~ C. Córdova Iturburu, "Hacia una plástica revolucionaria", Unidad. Por la
septiembre de 1997, p. 18.
defensa de la cultura, I, 1, enero de 1936. 128 J. Aricó, "la polémica Arlt-Ghioldi", art. cit.; Sylvia Saí~ta, "En.t~e la c~lt~ra
1 6
~ María Cristina Rossi, "En el fuego cruzado entre el realismo y la abstrac- y la política: los escritores de izquierda", en A Cattaruzza (d1r.), Cn~ts e~onomua,
ción", en AA. VV.,Arte argentino y latinoamericano del siglo XX. Sus interrelaciones, Bue- avance del Estado e incertidwnbre política (1930-1943), t. VII de la Nueva HtstonaArgeu-
nos Aires, Fundación Espigas, 2004, p. 87 y ss. tina, Buenos Aires, Sudamericana, 2001, pp. 383-428.
280 Hemán Camarero Comunismo y cultura obrera 281

entender, acaso, que, a partir de la aplicación de la estrategia del tos, Cayetano Córdova Iturbum y Nydia Lamarque (quiene h b'
.. d d l sa1an
frente popular, prácticamente todos ellos confluyeran en la Asocia- participa o e a experiencia de la revista Contra), Gerardo Pisarello
ción de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores (AIAPE), Raúl Larra, Alfredo Varela, Gregario Bermann, Bernardo Edelman'
motorizada por el PC? Juan Carlos Vedoya y Ernesto Giudici, un heredero del movimient~
La AIAPE fue fundada hacia junio de 1935 y tuvo una vastísima de la Reforma Universitaria, quien ingresó al PC en 1934, tras una
actividad hasta su clausura con el golpe militar de 1943. Su modelo midosa expulsión de la UBA y una emigración desde las filas de la
era el Comité de Vigilance des Intellectuels Antifascistes, creado en izquierda del PS.
París en 1934, y las figuras progresistas de Henri Barbusse y Romain En síntesis, durante los años veinte y los treinta, el PC aparecía
Rolland. La AIAPE reunió a distintas expresiones de la izquierda, pero como un partido de obreros inserto en un campo cultural a través de
el predominio'comunista fue innegable. Estmcturó filiales en todo el una red de prácticas e instituciones, que se alimentó con la acción de
país, articuló ramas, departamentos y comisiones (de plásticos, médi- intelectuales, artistas y escritores. Ellos desarrollaron con el partido
cos, abogados, periodistas, pedagogos), editó órganos de prensa (Uni- relaciones poco apacibles, a veces contradictorias, guiados por las an-
dad. Por la defensa de la cultura fue el primero de ellos), montó una sias de conocimiento científico, de una literatura de compromiso so-
editorial y organizó cursos y seminarios a cargo de especialistas. 129 cial o de un arte revolucionario. A su modo, de la mano del PC o en
Ponce fue el primer presidente, reemplazado un año después por el un camino convergente, ellos fueron a la búsqueda de la clase obrera.
Dr. Emilio Troise, quien se acercó al PC desde aquellos años.
Hacia esa época, con el despliegue de una cultura antifascista (que ***
pugnaba por defender las libertades democráticas, cuestionar las polí- En este capítulo, se ha examinado el modo en el que, desde los
ticas inmigratorias restrictivas y el antisemitismo, y sostener a la URSS años veinte, la clase trabajadora fue interpelada por el comunismo
como modelo de desarrollo social) y con las tareas de solidaridad a la desde una variedad de ofertas socioculturales. Los adeptos al PC de-
República española frente a la guerra civil, comenzaron a agruparse bieron abrirse un espacio allí donde los socialistas llevaban una venta-
bajo la égida del PC una verdadera pléyade de ensayistas, artistas, in- ja evidente, ya que habían logrado montar una empresa educativa y
telectuales o dirigentes políticos con formación teórico-cultural. En recreativa sólida en los sectores populares. Pero el PC manifestó mu-
la AIAPE, que ya para 1937 agmpaba a unos dos mil asociados, ade- cho más explícitamente que el PS una vocación por crear un ámbito
más de los mencionados Ponce, Agosti, Troise, Yunque, Tiempo, Pui- de socialización cultural proletaria diferenciado de los impulsados por
ggrós, Spilimbergo, Barletta y los hermanos González Tuñón, actua- las clases dominantes. Al mismo tiempo, los comunistas expresaron
ron otros intelectuales y artistas del PC o vinculados a él: entre tan- otro matiz: la renuncia a asignarle aquel lugar central que le otorga-
ban los socialistas a su propuesta pedagógica, emdita y cientificista,
clave para su objetivo de incorporar a los trabajadores a la vida cívica y
aljuego electoral. Esta era una operación que el PC reputaba como
129
James Cane, "'Unity for the Defense of Culture': The AIAP.E. and the reformista: la liberación de la clase obrera no surgiría de la pura edu-
Cultural Politics of Argentine Antifascism, 1935-1943", HispcmicAmerican Historical cación en ciertos valores de una cultura universal progresista ni de la
Review, l.XXVII, 3, Duke University Press, 1997, pp. 443-482; R. Pasolini, "Inte- obsesión por crear ciudadanos virtuosos, sino de la lucha de clases
lectuales antifascistas y comunismo durante la década de 1930. Un recorrido posi- extraparlamentaria y antisistémica. Es decir, las prácticas culturales
ble: entre Buenos Aires y 'Thndil, Estudios sociales, XIv, 26, 1. 0 semestre de 2004,
sólo debían servir para alimentar ese proceso de emancipación, que
Santa Fe, pp. 81-116; ídem, "El nacimiento de una sensibilidad política. Cultura
antifascista, comunismo y nación en la Argentina: entre la AIAPE y el Congreso siempre se resolvía en la lucha política revolucionaria. Desde comien-
Argentino de la Cultura, 1935-1955", Desarrollo Económico, XL, 179, octubre/di- zos de los años treinta, cuando el PC profundizó la desafiante estrate-
ciembre de 2005, pp. 403-433. gia del tercer período y debió volver clandestina buena parte de su labor
282 Hernán Camarero Comunismo y cultura obrera 283
ante los embates represivos del Estado, la acción cultural comunista el caso anarquis~: el proyect~ d~l PC. estuvo ~ruzad.o por contradic-J
fue perdiendo impulso y riqueza frente a las urgencias políticas más ciones y contammado por multtples mfluenctas raciOnalistas, ilumi-\
inmediatas que presentaba la hora, pero nunca desapareció y, desde la nistas y románticas, heredadas de su pasado socialista, lo que puede!
segunda mitad de aquella década, recuperó espacio. En todo caso, advertirse al explorar su almacén iconográfico, sus apuestas estéticas\
pueden servir algunas apreciaciones realizadas para Francia: si los co- y sus enunciaciones discursivas. En .defmitiva, como ~puntó Hobs-L
munistas tendieron a configurar hasta el tercer período una "gran fami- bawm, " ... el socialismo (o el anarqmsmo, o el comumsmo, que per-
lia" o "subsociedad", con la aplicación de esa orientación conforma- tenecen ambos a la misma familia) es el último y el más extremado de
ron una "microsociedad" o "secta", que quedó reducida a un gue- los descendientes del racionalismo y de la ilustración del siglo
to.130 Esta fue una derivación bastante lógica en un partido que, como XVIII".t34
ya hemos apuntado, tuvo tendencia a convertirse en una "institución Así como Hoggart sugirió que las variaciones estructurales, geo-
total". · gráficas, ambientales o étnicas complejiza.~an y hete~ogene~zaba~ las
Las experi~ncias aquí reseñadas pueden defmirse como tributa-. experiencias de una cultura obrera, tambten se alerto que es:a stem-
rías de una cultura obrera, a la que, al mismo tiempo, el PC coadyuvó pre nacía en ambientes específicos (barrio, fáb~ica o co~u~tdad lo-
a constituir. No forzamos la utilización del concepto, pues fueron los cal) y, por tanto, era una cultura de núcleos soctales re~trmgtdos, que
propios actores los que, en todo momento, aludieron a él para expli- vivían en su comunidad. 135 Precisamente, es necesano explorar as-
citar el contenido de sus prácticas. El término se había convertido en pectos de este último factor para analizar ~ómo incidieron las caracte-
un objeto de significación social. Pero no es recomendable formular rísticas de cada colectividad laboral de Capttal-GBA en la cultura obrera
defmiciones demasiado generales u ontológicas sobre la categoría cul- comunista. En una clase trabajadora multinacional y plurilingüística
tura obrera. Los investigadores germanos enrolados en la corriente como la que surgió en esta región, eso exige indagar en el ~odo en
de la "historia de la vida cotidiana", quienes encararon diversos estu- que el PC se insertó en los ámbitos proletarios de las comumdades de
dios sobre el mundo del trabajo en la Alemania prenazi, tendieron a inmigrantes. Hacia ese tema nos conduce el próximo capítulo.
concebir la historia de la clase trabajadora como la de un entramado
.- de subculturas. 131 Siguiendo esta senda interpretativa, entendemos
. que la comunista pudo haber representado, en los años veinte y los
treinta, una variante dentro de la cultura obrera, es decir, una "sub-
cultura" en el mundo proletario, inclinada a conformar sus propias
normas y valores, proclive a recrear rasgos particulares y localizada en
ámbitos específicos. 132 Tal como se caracterizó a la cultura anarquista
de principios del siglo XX, también es posible decir que la experien-
cia comunista se aproximó más a una cultura alternativa antes que a
una contracultura. 133 Y por las mismas razones que se esgrimen para

130
G. Vincent, op. cit., p. 65.
131
Sergio Bologna,Nazismo y clase obrera (1933-1993), Madrid, Akal, 1999, p. 59.
132 Sobre el concepto de "subcultura": Alessandro Pizzorno, Le radici del/a polí-
134 E. Hobsbawm, "las sectas obreras", en Rebeldes primitivos. Estudio sobre lasformas
tica assoluta e altri saggi, Milano, Feltrinelli, 1993, pp. 120-124. arcaicas de Jos movimientos sociales er~los siglos XIX y XX, Barcelona, Ariel, 1974, P· 191.
133 ]. Suriano:Anarquistas ... , op. cit, pp. 25-28.
135 R. Hoggart: La cultura obrera ... , op. cit., pp. 29-37; S. Bologna, op. cit., P· 59.

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