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- Breve reseña del autor.

Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 10 de mayo de 1843 – Madrid, 4 de enero
de 1920). Escritor español, representante de la novela realista española del siglo XIX.
Académico de la Real Academia desde 1897 y nominado al Premio Nobel en 1912.

En 1870 apareció su primera novela, La sombra, de factura romántica, a


la que siguió ese mismo año La fontana de oro, que parece preludiar
los Episodios Nacionales. Mientras trabajaba como articulista para La
Nación emprendió la redacción de los Episodios Nacionales. Durante este
período también escribió novelas como Doña Perfecta (1876) o La
familia de León Roch (1878).
Según confesión del propio escritor, con la lectura de La taberna,
de Zola, descubrió el naturalismo, lo cual cambió la manière de sus
novelas, que incorporarán a partir de entonces métodos propios del
naturalismo, como es la observación científica de la realidad a través,
sobre todo, del análisis psicológico, aunque matizado siempre por el
sentido del humor.

Bajo esta nueva manière escribió alguna de sus obras más importantes,
como Fortunata y Jacinta (1886-1887), Miau (1888) y Tristana (1892).
Todas ellas forman un conjunto homogéneo en cuanto a identidad de
personajes y recreación de un determinado ambiente: el Madrid de
Isabel II y la Restauración, en el que Galdós era una personalidad
importante, respetada tanto literaria como políticamente.
- Argumento.

La historia se desarrolla en Madrid a finales del XIX y gira en torno al enamoramiento


que experimentan dos mujeres pertenecientes a diferentes clases sociales hacia
un mismo hombre: Juan Santa Cruz. Éste era un integrante de la burguesía
madrileña dedicada al comercio de telas que, a pesar de estar casado con su
prima Jacinta (quien descubre que no puede concebir hijos de forma natural)
seduce a la ingenua y apasionada Fortunata. Junto a esta mujer de clase baja
que casi no posee cultura y terminará casándose con un hombre que ella no
ama, Santa Cruz se convierte en padre de un niño al que Jacinta desea adoptar
como propio.
La obra reconstruye la sociedad española de su época, donde convivían las
clases marginadas con la acomodada burguesía. Combinando algunos hechos
históricos con realidades y también tratando temas como la concepción del
matrimonio, el adulterio, los amores prohibidos, la maternidad y el papel de la
mujer en la época.
- Personajes.
Los personajes que aparecen son personas mezquinas, bondadosos,
burgueses adinerados, nobles arruinados, desheredados... Los
personajes de la trama no forman un mundo idílico, sino que se
mueven por intereses materiales u honoríficos.
Las dos grandes protagonistas de esta obra son Fortunata y Jacinta, y
esto se mantiene a lo largo de toda la novela.
Jacinta es una mujer bonita, con buena educación y, a su modo, sufrida y paciente. La falta de
hijos y las infidelidades continuadas de su marido le hacen sufrir; lo palía con una religiosidad
encaminada a la caridad con los pobres; finalmente, al conocer a Fortunata, robustece su
carácter y encuentra más sentido a su atribulada vida.

Fortunata es una mujer muy bella y muy pobre que Juanito conoció al visitar en su casa a don
Gumersindo Estupiñá. Su enamoramiento de Juanito le dará la felicidad en un primer momento
y el sufrimiento después. Se casa sin amor, lo que pagará muy caro. Está convencida de la
omnipotencia del amor y no da la menor importancia a convencionalismos, leyes, ritos o
ceremonias, usos sociales en general.

Los personajes masculinos, sin embargo, van adquiriendo mayor o


menor protagonismo en cada una de las distintas partes. En este
sentido, el protagonista masculino que se nos presenta en la primera
parte es Juanito Santa Cruz, mientras que, en la segunda, el
personaje principal es Maximiliano Rubín. En la tercera parte
tenemos a don Evaristo González Feijoo, personaje que es
considerado como un doble del propio Benito Pérez Galdos por los
grandes paralelismos hay entre ambos. Y en la última y cuarta parte
encontramos a un nuevo hombre: Segismundo Ballester, el licenciado
en Farmacia que se encarga de la botica de Samaniego, donde entra
a trabajar Maximiliano Rubín.
Además de estos personajes, también encontramos otros de gran
importancia, como por ejemplo Guadalupe Rubín, más conocida
como Doña Lupe la de los pavos, también llamada la viuda de
Jáuregui. Doña Lupe es la tía de Maximiliano Rubín, así como de sus
dos hermanos, Nicolás y Juan Pablo. Se hace cargo de todos ellos al
quedarse huérfanos. Es doña Lupe una mujer de carácter fuerte a la
que le gusta tener el control, tanto en las cosas de la casa como en
los aspectos económicos. De entre sus tres sobrinos, siente
predilección por Maxi debido al carácter débil e inocente del joven y
a los continuos achaques físicos que siempre ha padecido.

- Tiempo y espacio.
El tiempo de la narración es lineal, cronológico, con viajes al pasado para introducir a
los personajes, contar sus antecedentes y explicar situaciones.La historia narrada
transcurre entre 1868 y 1876 en una sociedad en la que, en aquel tiempo, la
burguesía española se vuelve conservadora y se retrae, en vez de seguir avanzando por el
camino de las reformas.

La acción discurre básicamente en Madrid, en concreto en el Madrid histórico (calle Toledo,


Plaza Mayor, etc.; la misma familia Santa Cruz vive en un gran piso de la calle de Pontejos, del
Madrid más castizo, no el campo, como era el barrio de Salamanca. El tiempo en el
que transcurre la acción está muy delimitado: final de año de 1869 y primavera de 1876. Fue
un momento de fuertes convulsiones políticas y sociales en España: desde las consecuencias
de la revolución de La Gloriosa (1868), por sus páginas pasan la monarquía de Amadeo I de
Saboya, la Primera República con sus cuatro presidentes en algo más de un año, el golpe de
estado del general Pavía y el siguiente de Martínez Campos, a finales de 1874, que dio paso
a la restauración borbónica en la persona de Alfonso XII y el bipartidismo de Cánovas (Partido
Conservador) y Sagasta (Partido Liberal), con una nueva constitución en 1876.

Los escenarios que conforman la novela son todo Madrid. Desde los Depósitos de
Lozoya, el Paseo de Santa Engracia, hasta la Inclusa; desde el puente de Segovia,
hasta las Ventas del Espíritu Santo…Más de cien nombres comprende el callejero de
“Fortunata y Jacinta”. Es una novela madrileña, castiza desde el principio hasta el final.
De hecho, podríamos pasear por los innumerables lugares de esta ciudad que son
citados en el libro, para recorrer la ruta de esta novela

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