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Importancia de la medición de la radiación solar

Actualmente, todos estamos expuestos a la radiación UV cualquiera que fuera


su procedencia, la cual está dividida en tres grandes grupos: UV-A (315–400
nm), UV-B (280–315 nm) y UV-C (100–280 nm). Cuando la radiación incidente
atraviesa la atmósfera, los diferentes gases que conforman la atmósfera
absorben en su totalidad la radiación UV-C y casi la totalidad de la UV-B. Por lo
tanto, la radiación UV-A ingresa directamente a la superficie terrestre; no
obstante, es la UV-B la que genera los diversos problemas a la salud como el
cáncer de piel y las quemaduras por insolación.
La conducta de las personas ante la radiación solar es la principal fuente de
incidencia ante este problema. Las actividades al aire libre y las nuevas formas
de pasatiempo aumentan el contacto con la radiación UV. Para evitar estos
problemas, existe el IUV (Intensidad de la radiación ultravioleta), una escala con
valores superiores a cero que cuantifican la intensidad de lesiones por exposición
a rayos UV-A y UV-B. Existen dispositivos electrónicos que miden la intensidad
de radiación UV mediante un análisis de datos en un software convencional.
Además, la información puede ser enviada por radiofrecuencia a una pantalla
que proyecta en tiempo real los niveles de radiación captados a fin de que el
público en general pueda informarse. (Díaz, et al.,2017)
Desde el año pasado, este dispositivo se ha puesto en marcha la adaptación de
un radiómetro: “Instrumento pasivo que provee mediciones continuas de
temperatura, vapor de agua y agua líquida en la atmósfera. La señal de la
atmósfera recibida en el rango de las microondas se convierte en perfiles en
altura de temperatura, humedad y agua líquida”. (CTCN, s.f.)
Este instrumento está compuesto de cinco sensores que captan rayos UV
integrando fecha y hora de captación; un receptor de transmisión inalámbrica
que almacena información para luego ser enviada gracias a los
microcontroladores que satisfacen las funciones lógicas. Estos a su vez, emiten
señales a los diferentes órganos del sistema, decodifica la información
algorítmica y la convierte en los parámetros establecidos para la IVU; además,
descarta mediciones fallidas que emiten los sensores para obtener resultados
precisos.
Luego que los datos llegan al receptor, los microcontroladores dan lectura de los
datos útiles para la IVU, y los guardan cuando reciban señales estimulantes.
Posteriormente, se decodifican y se despliegan por acción de un transistor
Darlington: “Consiste en dos transistores conectados juntos de tal forma que la
corriente amplificada por el primero es amplificada de nuevo por el segundo
transistor. Esto da al par Darlington una ganancia de corriente muy alta”. (INTEF,
s.f.). Al saturarse las ondas, son proyectadas en un monitor las cuales encienden
o se apagan de acuerdo el número que representará al nivel de radiación.
Ilustración 1. Diagrama de flujo del emisor.

Una de las ventajas más importantes de esta propuesta, es que el nivel de


precisión es cercano a radiómetros profesionales, pero costando una pequeña
fracción en comparación.

Ilustración 2. Radiómetro UV-BIOMETER.


Nuevas tecnologías para la cuantificación de los rayos UV
La atmósfera terrestre actúa como una gran capa protectora que evita durante el
día que incida sobre el suelo la intensidad de la radiación solar que perjudicaría
a los seres vivos y, durante la noche, la pérdida excesiva de calor. La Tierra ha
perdido probablemente su atmósfera original, compuesta sobre todo por
hidrógeno, pero produjo la que se respira ahora como consecuencia de la
actividad volcánica, de desgasificación, de fijación geológica y de fenómenos
biológicos.
A medida que los sistemas biológicos fueron evolucionando se pasó de una
atmósfera de química anaeróbica a una aeróbica. Una vez que se formó una
cantidad suficiente de oxígeno gaseoso, la interacción de este con la radiación
solar ultravioleta dio lugar a la aparición del ozono.
Los materiales o aparatos que emiten o pueden emitir las radiaciones ionizantes
se denominan fuentes de radiación. Si una fuente de radiación no ha sido
originada a causa de alguna actividad humana, diremos que es una fuente de
radiación artificial.
La radiación cósmica y la radiación de algunos de los radionúclidos primordiales
y de los cosmogénicos tienen en común el hecho de actuar sobre el cuerpo
humano de una manera permanente y continuada.
“Los ICN se forman en materiales geológicos mediante la interacción de rayos
cósmicos con los núcleos de ciertos átomos de destino dentro de sus redes
minerales Las reacciones típicamente involucran neutrones captura, las
espalaciones de alta energía (la emisión de fragmentos como partículas alfa,
protones y neutrones) y descomposiciones nucleares inducidas por muones”.
(Manz, 1995).
La radiación cósmica consiste fundamentalmente en un bombardeo de protones,
o núcleos de Hidrógeno, de alta energía, procedentes del espacio exterior. En
ella se encuentra también una cierta proporción de electrones y núcleos más
pesados, como Helio, e incluso se han llegado a detectar núcleos con número
másico superior a 100. Su origen es exterior al sistema solar y en su mayor parte
proceden del centro de nuestra galaxia, aunque algunos pueden ser de origen
extragaláctico. Se conoce poco sobre el origen de esta radiación y los
mecanismos que pueden acelerar las partículas a velocidades próximas a la de
la luz.
Aproximadamente el 75% de las partículas de la Radiación Cósmica a nivel del
mar son penetrantes y en su mayoría son muones, de ambos signos, que
constituyen la parte fundamental de la llamada componente dura.
Por otro lado, existen nuevas tecnologías de innovación que cuantifican la
intensidad de la radiación, especialmente la UV, y la convierte en energía
acumulada en celdas fotovoltaicas. Según García (2011), es la adaptación de un
piranómetro, un instrumento formado de una pila termoeléctrica y un conjunto de
piezas termosensible de color negro para absorber la radiación. El flujo de calor
se transmite a la pila los rayos UV-A incidentes en la superficie horizontal.
Existe otro piranómetro (YES), que cuantifica la radiación UV-B, este instrumento
es similar al otro anteriormente mencionado, siendo la plaza de vidrio
contenedora de fósforo lo que los diferencia. A través de la cual la luz incidente
se disipa y separa los colores a diferentes longitudes de onda, siendo la de color
verde la que estimula la lectura del espectro.
A su vez, los dos instrumentos están diseñados para poder trabajar sin
necesidad de monitoreo y durante largos periodos de exposición. Luego de
calibrarse e incorporarse estas nuevas tecnologías a la estructura sensor-
receptor de IVU, se podrán decodificar medidas para ser tratadas a posteriori.

Ilustración 3. Piranómetro Kipp & Zonen Modelo CM-21 para la


medida de la radiación global
Ilustración 4. Piranómetro Yankee UVB-1 instalado en la
estación BSRN de Izaña

Bibliografía:
1. Díaz Rangel, I. and Escoto, C. (2017). Sistema para la medición,
visualización y registro de la radiación solar. [online] Reseachgate.
Available at:
https://www.researchgate.net/publication/323845495_Sistema_para_la_
medicion_visualizacion_y_registro_de_la_radiacion_solar [Accessed 8
Sep. 2018].
2. Climate Technology Centre and Network CTCN (s.f.). Radiómetro de
microondas multiespectral.
3. Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del
Profesorado INTEF. (s.f.) El transistor.
4. Manz L. A. (1995) In-situ cosmogenic nuclides*: Their role in studying the
age and evolution of landscapes, or what As Old as the hills really means.
NDGS Newsletter. Vol. 29, No. 1. p.2
5. García R. (2011). Aplicación de modelos de transferencia radiativa para
el control operativo del programa BSRN (Baseline Surface Radiation
Network) del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña. [online]
Agencia Estatal de Meteorología. Available at:
http://www.aemet.es/documentos/es/conocermas/recursos_en_linea/pub
licaciones_y_estudios/publicaciones/NT_8_AEMET/NT_8_AEMET.pdf

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