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ALEFATO: El alefato hebreo deriva del fenicio y consta de 22 letras consonantes, como
es habitual en las lenguas semíticas. Puesto que en esta familia lingüística priman los
fonemas consonánticos sobre los vocálicos, al contrario de lo que sucede, por ejemplo, en
las lenguas románicas, resulta asequible para sus hablantes la lectura de textos sin
necesidad de escribir vocales, siempre y cuando se puedan identificar las raíces básicas de
las palabras, tradicionalmente entendidas como raíces vebales y por lo general trilíteras. «El
significado de una palabra, y consiguientemente su pronunciación, se revelan rápidamente,
al que conoce la raíz, por su colocación en la frase y por el contexto. El fenómeno viene a
ser algo similar a la concordancia de género, número y persona o a la correspondencia de
los tiempos en español». Con el tiempo, cuatro de las consonantes áleph א, he ה, waw וy
yod יempezaron a emplearse en la escritura a guisa de vocales a fin de servir de guía en la
lectura. Cerca del s. VIII d.C. se fija el sistema de vocalización masorética de la escuela de
Tiberíades con una serie de signos diacríticos, 14 en total, que se emplean dentro, debajo o
encima de la letras, tanto para distinguir las vocales como para diferenciar las consonantes
dobles. Hoy en día la lengua hebrea actual o ibrit emplea la ortografía con puntuación
masorética exclusivamente en la Torah, en poesía, literatura infantil, libros de oraciones y
textos de hebreo simplificado para los nuevos inmigrantes a Israel, especialmente anuncios
publicitarios. Al igual que la lengua del AT, escribe de derecha a izquierda, al revés de
cómo hacemos nosotros en nuestras lenguas occidentales. Existen dos tipos de letra en la
actualidad: la llamada «letra cuadrada» o rectangular, las clásicas «letras hebreas» que
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ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 1493.
todos conocemos, y la letra cursiva. La primera, que hoy se emplea en textos impresos, se
tomó del arameo hacia el siglo II a.C.; hasta ese momento se había empleado el alefato
fenicio o cananeo, del que son exponentes clásicos la estela del rey Mesa de Moab
(exhibida hoy en el Louvre), de alrededor del año 850 a.C., y la inscripción de Siloé, del
750 a.C.. La segunda, de imitación gótica, data de la Edad Media, y es de amplio uso en el
día de hoy. El orden de las letras (atestiguado ya desde muy antiguo por los poemas
acrósticos: Sal.111; 112; 119; Pr.31:10-31; Lm.1; 2; 3; 4; etc.), se ha mantenido inalterable
hasta el día de hoy.2
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ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, pp. 80-81.
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ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 1103.
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ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 1103.
emparentados, como el «hebreo» propiamente dicho, el fenicio, el moabita, el ammonita y
el edomita.5
De toda esta amplia familia lingüística sobreviven hoy como lenguas vivas el árabe, el
etíope, el siríaco (lengua de los cristianos de Siria, la mayoría de los cuales residen
actualmente en los EE.UU.), el «hebreo» y restos del antiguo fenicio (que sobreviven en el
maltés, la lengua oficial de la República de Malta).7
Hebreo medio o mishnaico: Abarca el período que va desde el siglo I a.C. hasta el siglo
XIII d.C. Se refugia en las escuelas rabínicas y se simplifica enormemente debido a su uso
restringido y a la cantidad de arameísmos que asimila. Se trata en realidad de una lingua
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ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 1103.
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ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 1103.
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ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 1103.
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ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 1103.
scholastica sin apoyo popular, cuyas fuentes son para nosotros la Mishnah, la Tosefta y los
midrashim sobre los textos sagrados. En esta etapa, más concretamente en el siglo VII d.C.,
ve la luz el sistema vocálico masorético de nuestras biblias hebreas impresas actuales. En el
siglo XIII, con la decadencia del judaísmo y de sus escuelas, el hebreo deja de ser una
lengua viva.9
Neohebreo o ibrit: Recibe este nombre la lengua oficial del actual Estado de Israel, que es
un hebreo reconstruido a partir del hebreo mishnaico de forma artificial por los sionistas de
finales del siglo XIX. En la actualidad cuenta con poco más de cinco millones de hablantes,
el 95% de los cuales reside en Israel y el resto se halla repartido por las diferentes
comunidades judías del mundo. Los programas sionistas han pretendido desde sus
comienzos hacer que el hebreo vuelva a ser una lengua viva y floreciente, la lengua propia
del pueblo judío. Parecería que, al menos en Israel, se ha conseguido. Ni que decir tiene que
este neohebreo no es el hebreo del Antiguo Testamento: su gramática se halla
completamente simplificada y adaptada a la estructura de las lenguas occidentales, algo que
es especialmente evidente en el sistema de la conjugación verbal—, y su vocabulario
registra toda una serie de tecnicismos y conceptos propios de nuestro mundo moderno. No
hay que olvidar que, durante siglos, los judíos han vivido (y siguen viviendo en una buena
mayoría) en países occidentales, por lo que sus lenguas maternas no son ya ningún idioma
semítico, sino los propios de Occidente.10
ALEFATO HEBREO: La escritura del hebreo es, como todo el mundo sabe, alfabética y
se realiza de derecha a izquierda, en sentido contrario a la nuestra. El alefato hebreo
actualmente en uso, así designado por el nombre de su primera letra, áleph, es el que
conocemos por lo común como alefato cuadrado o alefato arameo. Se emplea desde por lo
menos el siglo I a.C. y es el que aparece en los textos bíblicos al uso y en el ibrit actual en
textos impresos. Contiene 22 signos exclusivamente consonánticos, sin distinciones de
mayúsculas y minúsculas, y que pueden también emplearse como signos numéricos…
Hasta finales del siglo II a.C. los judíos utilizaron el alefato llamado tradicionalmente
fenicio, atestiguado en Palestina a partir del siglo IX a.C. Los autógrafos bíblicos debieron
ser redactados, por lo tanto, en este alefato arcaico. En la actualidad, el ibrit emplea además
un alefato cursivo para la escritura manual que difiere un tanto del cuadrado, y que es el
que se utiliza por lo general en las escuelas judías a través del mundo.11
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ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, pp. 1103-
1104.
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ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 1104.
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ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 1104.
hablada del pueblo judío, sustituido por el arameo, y se refugió en las escuelas rabínicas.
De ahí la necesidad de un sistema vocálico escrito que ayudase a la lectura correcta de los
Textos Sagrados. Los masoretas fueron los encargados de desarrollarlo intentando
reproducir lo más exactamente posible las distintas vocales del hebreo antiguo que la
tradición oral había conservado. Puesto que el alefato consonántico se consideraba sagrado
e inalterable, fue necesario que las vocales se redujeran a puntos y rayas colocados encima,
debajo o dentro de las consonantes. Es el sistema que hallamos en nuestras biblias hebreas
impresas actuales. Algunos de esos puntos masoréticos no son vocales, sino equivalentes a
nuestros signos de puntuación, y otros son notas musicales para el canto litúrgico en las
sinagogas.12
La lengua acadia adaptó el sistema sumerio de escritura cuneiforme. Las primeras tablillas
escritas enteramente en acadio y con sistema cuneiforme datan del 2400 a.C… El acadio
fue la lengua dominante en Mesopotamia por espacio de 1000 años, hasta ser reemplazado
por el babilonio y el asirio, que algunos consideran dialectos suyos. En algún momento de
la primera mitad del primer milenio fue sustituido por el arameo en amplias regiones
occidentales que otrora habían formado parte del Imperio acadio. A pesar de todo, en el
siglo IV a.C., en tiempos de Alejandro Magno, aún se redactaban textos en acadio, si bien
se piensa que para entonces sería una lengua muerta.14
12
ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, pp. 1104-
1105.
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ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 33.
14
ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 33.
aquel lugar más de 25.000 tablillas, muchas de las cuales eran descritas por los antiguos
escribas como copias de “textos de antaño”.15
15
ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 33.
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ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 2295.
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ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 2402.
enfermedades, un almanaque de agricultura y las primeras fábulas conocidas con
intervención de animales, antiquísimas precursoras de las de Esopo.18
18
ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 2402.
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ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 783
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ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 542.
letras de escritos en los que figuraban el nombre del rey Darío y de su padre, Histaspes, que
los griegos escribían de diversas formas, de acuerdo con la fonética persa de su época.21
JEROGLÍFICOS: Con este término se designan los caracteres usados en los monumentos
y documentos egipcios. El nombre procede del griego hieroglyphiká, y lit. significa «letra
sagrada tallada», de hierós, «sagrado» y glyphein, «grabar»; mientras que para los propios
egipcios significa «palabras divinas» (necher medu) o «palabras de los dioses», medu-
neceru, representados por un bastón y un tela que ondea al viento. La escritura jeroglífica
estaba ligada a la religión y no hay duda de que se consideraba como el «bastón de dios»
sobre el que se apoyarse; de ahí que se les atribuyese poder mágico y cubrieran por
completo los sarcófagos y las paredes de las cámaras sepulcrales de las pirámides para
garantizar la inmortalidad. A los ojos de los egipcios, cada imagen era un ser vivo, una
realidad que actuaba con eficacia propia. Estaban tan convencidos del poder y eficacia de
los signos jeroglíficos, que en determinados textos tenían la precaución de cortar en dos los
signos que emplean figuras de leones y serpientes para que no hiciesen daño, o de clavar en
el suelo con cuchillos los que utilizan reptiles peligrosos.23
En su forma arcaica la escritura jeroglífica consistía en una serie de pictogramas en los que
la mayor parte de los caracteres representan animales, aves, plantas, la figura humana, u
objetos familiares, que al principio representaban los objetos dibujados, y a los cuales más
tarde se asignaron ideas y sonidos.24
Los jeroglíficos nacieron en los albores de la época faraónica. Antes de la unificación del
Doble País, en lo que hoy se llama Período Protodinástico (3200-3065 a.C.), aparecen los
signos que serán la génesis de la escritura jeroglífica. A diferencia de las tablillas sumerias,
los textos egipcios de esta época, si bien arcaicos y rudimentarios, presentan ya todas las
características distintivas del sistema jeroglífico maduro. Cada jeroglífico es una pequeña
obra maestra realizada por las manos de consumados artesanos. En un principio, este tipo
de escritura se compuso exclusivamente de ideogramas, dibujos que representaban
21
ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 542.
22
ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 783.
23
ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 1319.
24
ROPERO, Alfonso. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona: Editorial CLIE, 2014, p. 1319.
únicamente lo figurado. Ello permitía distinguir una vaca de un asno, pero poco más; para
escribir ciertos conceptos, sentimientos, emociones o nombres propios hacía falta un
sistema complementario. Así nacieron los fonogramas, que permitieron reproducir en
signos-letras la lengua hablada.25
El “alfabeto” primitivo: En Canaán apareció otro sistema a principios del II milenio que
todavía era más sencillo. Este protosinaítico o sistema de escritura lineal cananeo
comprendía únicamente unos treinta signos. Los ejemplos que han sobrevivido están
dañados o son muy breves, y la mayoría de ellos se han encontrado en la zona de las minas
egipcias de turquesa de Serabit el- Khadem, en el Sinaí occidental, unos pocos en Canaán y
dos en Egipto Medio. Las pocas palabras que se han podido leer son suficientes para
demostrar que el lenguaje era “cananeo” (e.g., b‘lt, “señora”). La escritura continuó siendo
utilizada durante ese milenio, los signos se fueron simplificando gradualmente hasta
convertirse claramente en los antecesores de las letras fenicias del I milenio. Originalmente
es probable que representaran sílabas sencillas, una consonante más cualquier vocal (e.g., b
+ a, i o u), y esta es, básicamente, la estructura de los sistemas de escritura árabe y hebrea
de hoy en día, donde se pueden añadir marcas a las letras para hacer notar las vocales. Por
consiguiente, estas escrituras son, estrictamente hablando, silabarios y no alfabetos. Para
escribir las lenguas semíticas no es esencial señalar las vocales. (Cuando los griegos
adoptaron los signos fenicios alrededor del 800 a.C., la naturaleza de su lengua les obligó a
crear signos independientes para las vocales, cosa que hicieron en parte asignándole nuevos
valores a los signos fenicios para aquellos sonidos que el griego no poseía, como la
oclusiva glotal semítica ’aleph. Así es como crearon el primer verdadero alfabeto, con un
signo para cada sonido).
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ALEXANDER, Desmond T. y BAKER, David W. Diccionario del Antiguo Testamento: Pentateuco. Barcelona:
Editorial CLIE, 2012, p. 298.
La escritura lineal cananea ganó en popularidad en el Levante. Cuando los escribas de la
ciudad septentrional de Ugarit, educados en el cuneiforme babilonio, vieron las ventajas de
este sistema, más sencillo, para registrar sus propio idioma semítico occidental, imitaron la
nueva escritura con un “alfabeto” de veintisiete signos cuneiformes (a los que se añadieron
tres signos adicionales para facilitar la escritura del hurrita, que luego se usaron también
para el ugarítico). El consustancial conservadurismo de los escribas, su necesidad de
continuar escribiendo en babilonio por motivos diplomáticos y, casi con total seguridad, el
coste de importar papiro de Egipto impidió que adoptaran la escritura cananea propiamente
dicha. Las tablas de arcilla inscritas con su idioma ugarítico muestran todos los tipos de uso
que pueden encontrarse en la escritura babilónica y egipcia, desde relatos y contratos
legales, censos, tratados internacionales y cartas hasta rituales y extensas epopeyas. Los
nombres propios se grababan en sellos de piedra y herramientas de metal y,
ocasionalmente, se escribían en vasijas de cerámica antes de cocerlas; también hay dos
estelas de piedra con breves textos funerarios. Es significativo que, si se exceptúan las
tablas de arcilla, los pocos textos cuneiformes ugaríticos que quedan son muy parecidos a
los textos escritos con la escritura lineal cananea, lo que permite deducir que se escribieron
muchas cosas más con esa escritura sobre papiro, piel o tablas cubiertas de cera y que se
han perdido.
Al estar más cerca de Egipto, y frecuentemente bajo soberanía egipcia, los escribas de
Canaán siguieron las prácticas de escritura egipcias (e.g., escribiendo de derecha a
izquierda) y utilizaron materiales egipcios, papiros y tablas de madera. Así que las tablas de
Ugarit sugieren lo que pudo haberse escrito más al sur, pero que ya no se encuentra
disponible. Además de su testimonio habría que poner la versión egipcia de un mito
cananeo, Astarté y el Mar, y un cuento hitita, Elkunirsha y Ashertu, que conocemos por
copias fragmentarias de finales del II milenio (ANET, 17–18, 519–20; COS 1.23:35–36,
1.55:149) y ecos de historias fenicias en fuentes clásicas. No existe razón alguna para dudar
que la literatura escrita ya existiera en el Canaán de la edad del Bronce Reciente. En Ugarit,
a los documentos, listas, cartas, etc. se les llamaba spr (= heb. sēper), y la persona que los
escribía recibía el título de “escriba” (spr = heb. sōpēr), un término encontrado como
préstamo del cananeo en los textos egipcios contemporáneos (Hoch, n° 540). Las tablas de
arcilla se describían con la palabra “tableta” (lḥt = heb. lûaḥ), algunas veces definidas por
el contenido. Esta palabra básicamente significaba una tabla o trozo de cualquier material.
En Babilonia, desde principios del II milenio, la palabra acadia lē’u se aplicaba
especialmente a las tablas de madera, a menudo cubiertas con cera, sobre las que se
escribían notas, relatos y otras obras, como ocurriría más tarde en hebreo (Is.30:8;
Hab.2:2)29.
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ALEXANDER, Desmond T. y BAKER, David W. Diccionario del Antiguo Testamento: Pentateuco. Barcelona:
Editorial CLIE, 2012, pp. 298-299.
Escritura en la Edad de Hierro: El desmoronamiento de las ciudades-estado del Levante a
finales del II milenio a.C. trajo consigo la desaparición de las escrituras cuneiforme y
egipcia de la región; a partir de entonces solamente están presentes como objetos
importados o cuando Asiria tomó el control. El alfabeto fenicio, la forma convencional de
la escritura lineal cananea, se convirtió en el sistema de escritura habitual, así como otras
escrituras locales desarrolladas a partir de él en los nuevos estados de los arameos,
israelitas, amonitas, edomitas y moabitas (Naveh). Las inscripciones continuas más
antiguas aparecen grabadas en un sarcófago de piedra y en bloques de cimientos
descubiertos en Biblos, pertenecientes al siglo X. Monumentos reales del siglo IX muestran
la escritura que era habitual desde Moab hasta la Gozán de los arameos, en el río Jabor, y
hay más de los siguientes dos siglos. Puesto que la mayor parte de la escritura se realizaba
sobre papiro, piel o madera, se ha perdido.
Una impresionante cantidad de sellos y otros objetos inscritos demuestra que se utilizaba de
una forma muy parecida a la descrita en el caso de la escritura lineal cananea: para indicar
propiedad, donaciones y cosas semejantes. Sin embargo, también hay un creciente número
de bullae, pequeños pedazos de arcilla con los que se sellaban documentos y contenedores,
muchos de los cuales llevan en una cara la marca de un sello y en la otra las marcas dejadas
por las fibras de los documentos de papiro que una vez sirvieron para cerrar. Cientos de
ellos procedentes de Judá prueban que allí existieron este tipo de documentos en los siglos
VIII y VII a.C. No obstante, los registros menos importantes no se escribían sobre el
costoso papiro, sino que se garabateaban sobre pedazos de cerámica rota. Estos trozos de
cerámica (óstraca) eran el papel de borrador de la antigüedad y muchas veces han
sobrevivido allí donde los documentos más extensos, escritos en materiales perecederos, se
han podrido. Entre doscientos y trescientos óstraca de Israel y Judá demuestran la vigencia
de la escritura en la vida cotidiana de aquellos lugares durante los siglos VIII y VII (véase
Renz y Röllig). Si bien no tenemos disponible ninguna copia de composiciones literarias
contemporáneas escritas en papiro o piel, su existencia y aspecto se sugieren en un texto
arameo pintado sobre una pared en Tell Deir‘Alla donde se imita la columna de un rollo en
el que se cuentan las visiones que tuvo Balaam, hijo de Beor. La pared enlucida data de
poco antes del 800 a.C. Los grafiti garabateados sobre paredes revocadas y en dos vasijas
de piedra de Kuntillet Ajrud, una estación del desierto del Neguev en el siglo IX, y sobre
las paredes de tumbas cerca de Hebrón un siglo más tarde también denotan una disposición
a escribir textos conectados de naturaleza religiosa (Renz y Röllig: 47–64, 199–211).30
¿QUÉ TIPO DE ESCRITURA USO MOISÉS?: No hay nada que indique con qué tipo
de escritura pudo haber escrito Moisés. El cuneiforme es poco probable debido a que no era
la escritura habitual en Egipto, donde solamente se conocía para la correspondencia
internacional; el hierático egipcio habitual es ciertamente posible, si bien en el desierto se
30
ALEXANDER, Desmond T. y BAKER, David W. Diccionario del Antiguo Testamento: Pentateuco. Barcelona:
Editorial CLIE, 2012, p. 299.
escribiría sobre pieles de animales más que sobre papiro. Cualquiera de estas escrituras
probablemente le hubiera exigido componer en el idioma adecuado, siendo necesarios la
traducción y su traslado a caracteres hebreos en su momento. (Ambas escrituras se podían
utilizar para escribir en cananeo o alguna lengua similar, pero los ejemplos son bastante
raros, y los resultados no del todo satisfactorios). El sistema de escritura más probable que
pudo haber utilizado Moisés era el de la relativamente nueva escritura lineal cananea. Era
sencilla, había alcanzado una forma cursiva ya en el 1300 a.C. y no requería ser transferida
una vez que su descendiente, el sistema hebreo, se estableció. Si Moisés usó esa escritura,
entonces podría haber escrito en una forma arcaica de hebreo.31
Es posible que algunos testimonios del idioma semítico occidental sean anteriores al II
milenio a.C. Las excavaciones en otro yacimiento del noroeste de Siria, Tell Mardikh, han
sacado a la luz miles de tablillas de la antigua ciudad de Ebla. Estos textos describen
acontecimientos sucedidos en la ciudad en el siglo XXIV a.C. Muchas parecen haber sido
escritas en una lengua que ha sido identificada como eblaíta y clasificada como semítica
31
ALEXANDER, Desmond T. y BAKER, David W. Diccionario del Antiguo Testamento: Pentateuco. Barcelona:
Editorial CLIE, 2012, p. 301.
32
ALEXANDER, Desmond T. y BAKER, David W. Diccionario del Antiguo Testamento: Pentateuco. Barcelona:
Editorial CLIE, 2012, pp. 651-652.
occidental sobre la base de algunas raíces y elementos morfológicos, así como la ubicación
del lugar en la región de archivos semíticos occidentales posteriores. Más de dos décadas
después de su descubrimiento inicial, el estilo del cuneiforme y la ausencia de paralelos
continúan haciendo de la traducción de estos textos un auténtico desafío. Así pues, hay
poca información disponible sobre la lengua eblaíta o el semítico occidental en el III
milenio a.C.
33
ALEXANDER, Desmond T. y BAKER, David W. Diccionario del Antiguo Testamento: Pentateuco. Barcelona:
Editorial CLIE, 2012, p. 652.
34
ARNOLD, Bill T. y WILLIAMSOM, H. T. M. Diccionario del Antiguo Testamento: Históricos. Barcelona:
Editorial CLIE, 2014, p. 508.
semítico noroccidental (integrado por el ugarítico, el fenicio púnico, el amonita, el edomita,
el moabita, el arameo y el hebreo). Estos diversos grupos de lenguas semíticas comparten
muchos rasgos gramaticales y raíces léxicas.
El hebreo como lengua diferenciada probablemente tuvo su origen en la última parte del II
milenio a.C. La inscripción hebrea extra bíblica más antigua que podemos datar es el
calendario de Gezer, que se suele asignar al siglo X a.C. Se han descubierto varias
colecciones de inscripciones hebreas que datan a partir del siglo VIII a.C.: las inscripciones
en pithoi (tinajas) procedentes de Kuntillet- Ajrud, la inscripción funeraria de Khirbet el-
Qom, los óstraca de Samaria y la inscripción del túnel de Siloé. Asimismo, en el siglo VI
a.C. se produjeron varias colecciones que han sido encontradas, siendo las más importantes
las cartas de Arad y de Laquis. Estos escritos son importantes porque muestran el carácter
del idioma hebreo en la primera mitad del I milenio a.C. (véase Inscripciones hebreas). Por
ese motivo se han utilizado recientemente como evidencia para datar diversos escritos
bíblicos (Davies; Ehrensvärd; Hurvitz 2001).35
Matres Lectionis: Muy pronto en el desarrollo de la lengua tres de los signos consonánticos
comenzaron a representar sonidos vocálicos largos básicos, además de sus habituales
sonidos consonánticos. A estas consonantes se las denomina matres lectionis, o “madres de
lectura”. Las letras yod, vav y he a menudo representan, respectivamente, sonidos vocálicos
de tipo i (producidos en la parte intermedia de la boca), sonidos vocálicos de tipo u
(producidos en la parte frontal de la boca, cerca de los labios) y sonidos vocálicos de tipo a
(producidos en la parte trasera de la boca y en la garganta). Dado que los sonidos
consonánticos representados por estas tres consonantes rara vez aparecen al final de palabra
en hebreo, estos signos se utilizaban para representar los sonidos finales largos /i/, /u/ o /a/,
35
ARNOLD, Bill T. y WILLIAMSOM, H. T. M. Diccionario del Antiguo Testamento: Históricos. Barcelona:
Editorial CLIE, 2014, pp. 508-509.
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ARNOLD, Bill T. y WILLIAMSOM, H. T. M. Diccionario del Antiguo Testamento: Históricos. Barcelona:
Editorial CLIE, 2014, p. 509.
sin que en ningún caso se prestaran a confusión. Cuando estos sonidos vocálicos se añadían
al final de una palabra, la consonante correspondiente representaba los sonidos. Así, la vav
final en la palabra escrita ymšlw representa claramente el sonido /u/: yimšĕlû, “ellos
gobernarán”. Si no se representaran los sonidos vocálicos en absoluto, uno no podría
distinguir, por ejemplo, entre yimšĕlû,“ellos gobernarán”, y yimšōl, “él gobernará”, ambos
se escribirían ymšl. Alrededor de principios del siglo VIII a.C. la vav y la yod también
comenzaron a representar de vez en cuando sonidos vocálicos largos en mitad de las
palabras. Sin embargo, las matres lectionis mediales no aparecen de manera sistemática,
incluso dentro del mismo texto. Dentro del corpus de la Biblia Hebrea la misma palabra
puede aparecer con o sin una mater interna incluso dentro de un versículo. En Jeremías
3:12, por ejemplo, la negación lōʼ, “no”, aparece tanto con la vav mater interna como sin
ella: lwʼ ʼpyl pny, “no miraré”, y lʼ ʼṭwr, “no me enfadaré”.37
Puntos de vocalización masoréticos: Entre los años 600 y 1000 de nuestra era se
organizaron varias escuelas en Babilonia y en Palestina, siendo la más conocida de ellas la
que se encontraba en Tiberíades, en el Mar de Galilea. La intención de estos centros
académicos incluía la protección del texto bíblico y la representación, mediante el uso de
marcas diacríticas, de su pronunciación, haciendo notar especialmente los sonidos vocálicos
que debían pronunciarse al leer el texto consonántico en voz alta. Aunque la vocalización
del texto consonántico hebreo se llevó a cabo más de mil años después de escribirse los
textos definitivos del AT, hay pruebas relevantes de que la labor de los masoretas
representa una lectura del texto que data de al menos los primeros siglos de nuestra era
(Waltke y O’Connor, 22-28).38
Escritura y lengua: El arameo posee una escritura alfabética, lo que lo llevó a usarse junto
con el acadio como lengua de comunicación en los imperios neoasirio y neobabilónico. El
37
ARNOLD, Bill T. y WILLIAMSOM, H. T. M. Diccionario del Antiguo Testamento: Históricos. Barcelona:
Editorial CLIE, 2014, p. 509.
38
ARNOLD, Bill T. y WILLIAMSOM, H. T. M. Diccionario del Antiguo Testamento: Históricos. Barcelona:
Editorial CLIE, 2014, p. 509.
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ARNOLD, Bill T. y WILLIAMSOM, H. T. M. Diccionario del Antiguo Testamento: Históricos. Barcelona:
Editorial CLIE, 2014, p. 44.
Imperio persa adoptó el arameo como lengua oficial de comunicación del imperio tras la
conquista de Babilonia. Mucho después de que los arameos se asimilaran a las culturas que
los rodeaban, su lengua pervivió. El arameo pertenece al subgrupo de lenguas semíticas
llamado semítico noroccidental. En sus versiones más antiguas, el arameo se parece al
hebreo. Esto resulta evidente por el waw-consecutivo (wʼšʼydy, “y alcé mis manos [en
oración]” [Zakir A.11]; wyškb ʼby, “y mi padre yacía [muerto]” [estela de Tel Dan, línea 3])
y en el uso del infinitivo absoluto (rqh trqhm, “tienes de hecho que aplacarlos” [Sefire
III.6]; nkh tkwh, “tienes de hecho que golpearlo” [Sefire III.12-13]). Aunque los dialectos
arameos posteriores continúan utilizando el infinitivo absoluto, no prosiguen con el waw-
consecutivo. El tiempo narrativo en los dialectos subsecuentes es, bien el participio activo,
bien el perfecto (conjugación sufijal).40
Historia del arameo. El arameo posee una historia fechable de casi tres mil años, cuyos
textos más antiguos datan de mediados del siglo IX a.C. y con dialectos que se hablan aún
hoy. S. A. Kaufman (1997) divide la historia del arameo en períodos: arameo antiguo (c.
850–612 a.C., esto es, a finales del Imperio neoasirio), arameo imperial u oficial (c. 600–
200 a.C., usado por todo el Imperio neobabilonio y el Imperio persa), arameo medio (c. 200
a.C.–250 d.C., durante los períodos helenístico y romano), arameo clásico (c. 200-1200
a.D.), y arameo moderno.
El arameo de Esdras pertenece al arameo oficial. Según Kaufman (1997, 115), el arameo
oficial engendró al arameo literario estándar, que continuó en uso por todo el antiguo
Oriente Próximo tras la conquista griega. Los textos literarios producidos en las épocas
griega y romana, por tanto, se escribían en dialecto literario, ya que cualquier texto se
hallaba bajo la influencia de las lenguas locales o el color local. Por consiguiente, los textos
arameos de Qumrán estaban escritos en una forma judía de este estándar literario, llamado
40
ARNOLD, Bill T. y WILLIAMSOM, H. T. M. Diccionario del Antiguo Testamento: Históricos. Barcelona:
Editorial CLIE, 2014, p. 53.
41
ARNOLD, Bill T. y WILLIAMSOM, H. T. M. Diccionario del Antiguo Testamento: Históricos. Barcelona:
Editorial CLIE, 2014, p. 54.
arameo literario judío, y no en el habla dialectal judía palestinense, aunque pueden contener
hebraísmos.42
El Imperio neoasirio (746–609 a.C.): La expansión del Imperio asirio hacia el oeste supuso
la expansión del uso del arameo como lengua de correspondencia y comunicación
diplomática. Desde tiempos de Tiglat-pileser III (746–727 a.C.), el fundador del Imperio
neoasirio, los escribas arameos se mencionan en textos y se describen en el arte junto con
los escribas asirios. Durante una campaña de Senaquerib (705–681 a.C.) contra Judá en 701
a.C., la Biblia registra el uso diplomático del arameo (2 Re 18:26).43
Imperio neobabilonio (625–539 a.C.). En 625 a.C. el príncipe caldeo Nabopolasar fundó el
Imperio neobabilonio, que continuó con el uso del arameo como lingua franca. Para
entonces, el arameo había reemplazado al babilonio como la lengua más hablada en la
propia Babilonia. Nabucodonosor II (605–562 a.C.), cuando todavía era un general,
sometió a Judá tras derrotar al faraón Necao II de Egipto en la batalla de Carquemis en 605
a.C. (Jer.46:2; 2 Rey.24:1). El mismo año, se llevó a los miembros de la familia real y a la
nobleza de Jerusalén, incluyendo a Daniel, Ananías, Misael y Azarías, a Babilonia (Dn.1:1-
3-6). Después de que Judá se rebelara, Nabucodonosor asedió Jerusalén, la conquistó en
597 a.C., y se llevó a Joaquín y a otros jerusalemitas importantes, incluyendo al profeta
Ezequiel (Ez.1:1-2), mientras instauraba el reinado de Sedequías (2 Rey.24:10-17). Cuando
Sedequías se rebeló, Nabucodonosor una vez más marchó contra Jerusalén, destruyéndola
en 586 a.C. Este hito marca el principio del exilio babilónico (2 Rey.25:11-21), durante el
cual los exiliados de Judá aparentemente adoptaron el arameo como su lengua de uso
cotidiano.44
Imperio persa (539–330 a.C.). El Imperio persa también adoptó el arameo como su legua
“oficial” de comunicación de un extremo del imperio al otro. En 538 a.C. Ciro el Grande
dictó un decreto para reconstruir el templo de Jerusalén (Esd.1:1–4). En un año, los de Judá
comenzaron a reconstruir el templo, pero pronto pararon. Este es el escenario del libro de
Esdras. La forma asiria egurru, “templo” aparece en textos del período aqueménida (persa)
encontrados en Egipto, escrito ʼgwrʼ, y no la forma babilónica ekurru. Esto sugiere que los
42
ARNOLD, Bill T. y WILLIAMSOM, H. T. M. Diccionario del Antiguo Testamento: Históricos. Barcelona:
Editorial CLIE, 2014, p. 54.
43
ARNOLD, Bill T. y WILLIAMSOM, H. T. M. Diccionario del Antiguo Testamento: Históricos. Barcelona:
Editorial CLIE, 2014, p. 56.
44
ARNOLD, Bill T. y WILLIAMSOM, H. T. M. Diccionario del Antiguo Testamento: Históricos. Barcelona:
Editorial CLIE, 2014, p. 56.
neobabilonios, y subsecuentemente los persas, absorbieron sin grandes cambios a los
neoasirios, los escribas arameos y las escuelas de escribas.45
Las inscripciones reales y los avisos destinados a durar se tallaban en piedra. En los lugares
en los que se enterraron intactos, a menudo sobreviven en buenas condiciones, pero donde
han sido expuestos a las interferencias meteorológica o humana, pueden hallarse en peores
condiciones: pueden haberse roto al ser usados como bloques para la construcción o
aplastados por conquistadores. Una práctica común en Egipto era encalar las superficies de
las piedras y escribir en ellas con tinta, y según Deuteronomio 27:4-8, así era cómo las
45
ARNOLD, Bill T. y WILLIAMSOM, H. T. M. Diccionario del Antiguo Testamento: Históricos. Barcelona:
Editorial CLIE, 2014, p. 56.
piedras que Josué colocó en Siquem debían tratarse (Jos.8:32), aunque cuando se dejaban a
la intemperie la cal no duraba mucho (cf. la inscripción encalada de Tell Deir ῾Alla [véase
3.2.3]). De manera ocasional, se grababan nombres de propietarios o dedicaciones en metal
y otros materiales.
Asiria, Babilonia y Egipto tenían sistemas de escritura de dos mil años de edad que los
escribas utilizaban para cualquier forma de registro, desde poner nombres de personas en
posesiones hasta proclamar triunfos de la realeza en monumentos de piedra, pasando por
muchas tareas administrativas cotidianas. Estos dos alfabetos se habían usado durante el II
milenio a.C. en el Levante, siendo la escritura y la lengua babilonias el medio internacional,
como puede observarse en las cartas de Amarna. La escritura cuneiforme se adaptó
inmediatamente para escribir en varios idiomas, por ejemplo, hurrita e hitita. El egipcio, sin
embargo, permaneció vinculado a su propia lengua, pero los oficiales egipcios lo escribían
en Canaán y a veces para príncipes locales, especialmente en Biblos a principios del
milenio. Con el final de la Edad del Bronce Reciente, estas dos escrituras antiguas cayeron
en desuso en el Levante, junto con otros sistemas menos extendidos como el alfabeto
cuneiforme de Ugarit, que reaparecería solo en la época de dominación egipcia o asirio-
babilónica (e.g., estela de Sisac en Meguido; estelas asirias y tablillas cuneiformes en
Samaria y otros lugares). Durante la Edad del Bronce Reciente, el alfabeto linear cananeo
se desarrolló y arraigó, obsequiando a los reinos tribales recién establecidos de la Edad del
Hierro con un sistema de escritura sencillo de veintidós letras, de modo que no tuvieron que
crear nuevos sistemas. Aunque han sobrevivido pocos ejemplos de ese alfabeto de la Edad
del Bronce Reciente, pues la mayoría de los escritos se realizaron en materiales
perecederos, son suficientes para deducir que se escribía con muchos propósitos,
incluyendo la escritura de literatura (Millard 1998).47
46
ARNOLD, Bill T. y WILLIAMSOM, H. T. M. Diccionario del Antiguo Testamento: Históricos. Barcelona:
Editorial CLIE, 2014, p. 328.
47
ARNOLD, Bill T. y WILLIAMSOM, H. T. M. Diccionario del Antiguo Testamento: Históricos. Barcelona:
Editorial CLIE, 2014, p. 329.
Tanto en la Mesopotamia como en Egipto se habían desarrollado sistemas de escritura más
de un milenio antes de los tiempos de Abraham. En los días de Moisés, en Canaán ya se
había logrado un alto grado de refinamiento, tal como lo sugiere la literatura ugarítica de la
costa siria. Los tratados hititas, que acusan cierta semejanza formal con los acuerdos
pactados del Antiguo Testamento, preveían la conservación del documento por si surgiesen
disputas entre las partes.48
LAS LENGUAS: Las dos lenguas del Antiguo Testamento, hebreo y arameo, pertenecen a
la familia de lenguas semíticas, palabra derivada del nombre Sem, uno de los hijos de Noé.
No todos los descendientes de Sem hablaban lenguas semíticas. Por ejemplo, Elam y Lud
hablaban lenguas no semíticas (Gn.10:22), mientras que algunos descendientes de Cam
(p.ej., Canaán, v. 6, y los hijos de Cus mencionados en el v. 7) hablaban lenguas semíticas,
y no camíticas. Al parecer los semitas originalmente provenían de la península de Arabia.
Las innumerables migraciones hacia Mesopotamia, Siria, Palestina y algunas regiones del
África dieron como resultado cambios graduales en el lenguaje y, por consiguiente, el
desarrollo de lenguas distintas aunque relacionadas entre si. Si bien toda clasificación trae
aparejada alguna dificultad, puede resultar útil una agrupación geográfica como la
representada en la siguiente lista:
EL IDIOMA HEBREO: Las afinidades entre el hebreo y las demás lenguas cananeas se
reconocen en el Antiguo Testamento mismo, pues uno de los nombres que se le da a este
idioma es literalmente labio de Canaán (Is.19:18). Las narraciones de los patriarcas de
Génesis sugieren que la familia de Abraham hablaba en arameo y que los patriarcas y sus
descendientes aprendieron un dialecto cananeo al establecerse en Canaán. Los manuscritos
más antiguos constaban solo de consonantes: el lector debía añadir la pronunciación
vocálica. En el hebreo posbíblico, las vocales se escriben encima de las consonantes o
debajo de ellas, mediante un sistema de puntos y guiones. 50
Las vocales escritas (o puntos vocálicos) que aparecen en la Biblia hebrea impresa se
añadieron algún tiempo después del año 500 d.C. por los masoretas, un grupo de eruditos
48
SANFORD, William. ALLAN, David. WILLIAM, Frederick. Panorama del Antiguo Testamento. Grand Rapids
Miami: Libros Desafío, 2014, p.17.
49
SANFORD, William. ALLAN, David. WILLIAM, Frederick. Panorama del Antiguo Testamento. Grand Rapids
Miami: Libros Desafío, 2014, pp. 25-26.
50
SANFORD, William. ALLAN, David. WILLIAM, Frederick. Panorama del Antiguo Testamento. Grand Rapids
Miami: Libros Desafío, 2014, p. 26.
judíos que fijo la pronunciación del hebreo bíblico de acuerdo con su propia comprensión.
Sin embargo, las traducciones más antiguas del Antiguo Testamento y la evidencia extra
bíblica, tal como ciertas palabras de las cartas de Amarna, sugieren que la pronunciación
tradicional de los masoretas en muchos casos difiere de la lengua bíblica original. En
efecto, es probable que originalmente el hebreo bíblico presentara variaciones dialécticas,
luego oscurecidas por los esfuerzos masoretas de unificación.51
La relación entre la lengua hebrea y las formas de pensamiento distintivas del hebreo es un
asunto problemático. Los lingüistas no están de acuerdo sobre la relación entre el idioma de
un pueblo determinado y su visión de la realidad. ¿Podrían haberse expresado las
verdades bíblicas con igual precisión en algún otro idioma? Una negación demasiado
rotunda podría sugerir que solo el conocimiento del hebreo garantiza precisión en la
comprensión del significado del Antiguo Testamento. Una afirmación demasiado enfática
podría minimizar el hecho de que Dios escogió registrar su revelación en esta lengua, y el
Dios de la Biblia no hace nada por casualidad.52
Si bien el predominio del arameo fue relativamente tardío, tenía ya una larga historia antes
de convertirse en lengua franca del Medio Oriente. Por esta razón, los eruditos han optado
por una actitud más cuidadosa antes de rotular de tardío a un pasaje de la Biblia hebrea
sobre la base de las palabras arameas que allí aparecen.54
Si bien los funcionarios de la corte de Judá conocían el arameo mucho antes del exilio
(nótese la conversación entre la delegación de Ezequías y el Rabsaces de Asiria, ca. 701; 2
51
SANFORD, William. ALLAN, David. WILLIAM, Frederick. Panorama del Antiguo Testamento. Grand Rapids
Miami: Libros Desafío, 2014, p. 27.
52
SANFORD, William. ALLAN, David. WILLIAM, Frederick. Panorama del Antiguo Testamento. Grand Rapids
Miami: Libros Desafío, 2014, p. 27.
53
SANFORD, William. ALLAN, David. WILLIAM, Frederick. Panorama del Antiguo Testamento. Grand Rapids
Miami: Libros Desafío, 2014, p. 27.
54
SANFORD, William. ALLAN, David. WILLIAM, Frederick. Panorama del Antiguo Testamento. Grand Rapids
Miami: Libros Desafío, 2014, p. 29.
Rey.18:17-37), muchas personas del común del pueblo lo adoptaron como lengua materna
durante el cautiverio y después. De allí que los autores de Esdras y Daniel no consideraran
necesario ofrecer una traducción de los largos pasajes en arameo de sus escritos.55
La escritura del idioma hebreo tuvo tres periodos importantes de desarrollo. El primer
período, y el más rígido, se relaciona con el uso de los caracteres fenicios; posteriormente
se transliteraron al hebreo con las consonantes arameas; y al final del proceso redaccional,
en el Mediovo, se incorporaron las vocales y los demás signos diacríticos, junto a las
observaciones textuales hechas por los eruditos masoretas.56
Los materiales que se utilizaban para escribir los textos hebreos eran variados. Por ejemplo,
desde piedras razas (Ex.24:12; 31:18: 34:1) o cubiertas de cal (Dt.27:2), hasta tablillas de
barro cocido. Desde tablas de plomo, bronce, plata u oro (Job.19:24; Is.8:1; I Mac.8:22;
14:18-26), hasta tablas de arcilla (Ez.4:1). Además, se escribía en cuero, papiros y
pergaminos. El instrumento de escribir era el estilete de hierro con punta de diamante, o la
caña para escribir en materiales más suave, como los pairos (Jer.17:1; Job 19:24; III
Jn.1:13).57
55
SANFORD, William. ALLAN, David. WILLIAM, Frederick. Panorama del Antiguo Testamento. Grand Rapids
Miami: Libros Desafío, 2014, p. 29.
56
PAGÁN, Samuel. Introducción a la Biblia hebrea. Viladecavalls (Barcelona): Editorial CLIE, 2012, p. 51.
57
PAGÁN, Samuel. Introducción a la Biblia hebrea. Viladecavalls (Barcelona): Editorial CLIE, 2012, p. 52.
58
PACKER, J.I. y TENNEY, M.C. Usos y costumbres de la Biblia. Manual Ilustrado. Nashville: Grupo Nelson, Inc,
2014, p.383.
golpeado». Aunque esta sería una forma pobre del español moderno, en hebreo sería una
buena sintaxis y retórica.59
El orden de palabras en la oración hebrea típica es muy diferente del español. El escritor
hebreo colocaba usualmente el verbo primero y ponía luego en orden el pronombre y
complementos (directo e indirecto), sujeto nominal, y complemento nominal… El lenguaje
hebreo se escribía con unas 22 consonantes y sin vocales (excepto las que se añadieron a las
consonantes siglos más tarde).60
Con el transcurso de los siglos hubo diferentes dialectos del hebreo, y todos ellos afectaron
la forma en que se copiaron los manuscritos del Antiguo Testamento. Por ejemplo, el libro
de Génesis contiene muchas expresiones egipcias tanto como algunos acadianismos
antiguos. Números, Josué, Jueces y Rut contienen palabras y expresiones cananeas muy
primitivas, así como algunas de las más antiguas del Antiguo Testamento, tales como el
canto de Débora en Jueces 9. Los primeros profetas (1 Samuel hasta 2 Reyes) registran algo
del hebreo hablado por la monarquía. Los profetas posteriores (Isaías a Malaquías) tienen
su propio vocabulario, con influencias arameas y babilónicas. Los libros del periodo persa
(Esdras a Daniel) muestran una considerable influencia aramea. Además, algunos libros
tienen patrones lingüísticos completamente fuera de lo ordinario, tales como Job y Cantar
de los Cantares.61
Pocas frases del Antiguo Testamento pueden traducirse palabra por palabra al español.
Sencillamente no hay manera de trasmitir todos los matices del hebreo. El hebreo no tiene
estructura de tiempo para el verbo, así que los tiempos familiares de pasado, presente y
futuro (por ej.: «yo fui, había ido; voy, estoy yendo, iré») sencillamente no existen en el
hebreo. Por esto los aspectos de tiempo en el verbo hebreo no aparecen claramente.62
59
PACKER, J.I. y TENNEY, M.C. Usos y costumbres de la Biblia. Manual Ilustrado. Nashville: Grupo Nelson, Inc,
2014, p.383.
60
PACKER, J.I. y TENNEY, M.C. Usos y costumbres de la Biblia. Manual Ilustrado. Nashville: Grupo Nelson, Inc,
2014, p.385.
61
PACKER, J.I. y TENNEY, M.C. Usos y costumbres de la Biblia. Manual Ilustrado. Nashville: Grupo Nelson, Inc,
2014, p.385.
62
PACKER, J.I. y TENNEY, M.C. Usos y costumbres de la Biblia. Manual Ilustrado. Nashville: Grupo Nelson, Inc,
2014, p.386.
63
PACKER, J.I. y TENNEY, M.C. Usos y costumbres de la Biblia. Manual Ilustrado. Nashville: Grupo Nelson, Inc,
2014, p.386.
Los eruditos judíos han tenido al arameo en más alta estima que al hebreo, sencillamente
porque las obras principales de la tradición judía (el Talmud y sus materiales subsecuentes)
fueron escritas en un dialecto arameo. Sin duda el imperio persa usaba el arameo como su
principal lengua semítica, y llegó a ser la lengua común de los judíos después del exilio.
Desde entonces empezaron a traducir el Antiguo Testamento al arameo. Estas traducciones
al arameo, como nosotros las conocemos, se llamaban targúmenes.64
El Nuevo Testamento indica que el arameo era el lenguaje de Jesús y sus discípulos.
Hallamos varias de las expresiones que pronunció Jesús transliteradas al griego. La más
común es la frase: «Amén, amén» (traducida por «De cierto, de cierto» en la versión Reina
Valera). Otras son: Talita cumi («Niña, a ti te digo, levántate»; Mr.5:41); Efata, («Sé
abierto»; Mr.7:34); y el grito desde la cruz: Eli, Eli, lama sabactani («Dios mío, Dios mío,
¿por qué me has desamparado?»; Mt.27:46; Mr.15:34). En las epístolas del Nuevo
Testamento hay varias palabras arameas, tales como Abba («¡Padre!»; Ro.8:15; Gá.5:6) y
maranatha («El Señor viene»; I Co.16:22)… La mayor contribución del arameo al hebreo
parece haber sido su escritura. Ya en 200 a.C. el hebreo se escribía probablemente en letras
cuadradas introducidas por el arameo.65
EL SIRÍACO: El siríaco fue un dialecto tardío del arameo, escrito en caligrafía corrida.
Fue el lenguaje de una versión bíblica usaba en muchas iglesias orientales; versión
conocida como la Peshita (literalmente versión «sencilla» o «básica»). Esta versión fue
producida en el siglo cuarto d.C. El siríaco fue el lenguaje literario principal de una
comunidad cristiana numerosa que se extendió hacia el este desde Edesa, entre el siglo
tercero y el siglo trece de nuestra era. Era muy similar al arameo en gramática, estructura y
vocabulario, pero también tomó palabras prestadas del árabe. Con el tiempo el siríaco fue
absorbido totalmente por el árabe.66
EL SUMERIO: Los eruditos que examinaban los idiomas acadio, babilónico y asirio,
sospechaban que el sistema de escritura cuneiforme había sido diseñado originalmente para
otro lenguaje. Se ajustaba muy pobremente a los lenguajes semíticos y contenía muchos
símbolos pictóricos que se basaban en algún lenguaje no semita. Henry Rawlinson propuso
el término «escita» para la lengua desconocida. Entonces los arqueólogos descubrieron
tablillas con este lenguaje en la antigua ciudad de Sumer, y Jules Opert, un erudito francés,
sugirió que al lenguaje se le llamara «sumerio». El lenguaje sumerio, como algunos de los
64
PACKER, J.I. y TENNEY, M.C. Usos y costumbres de la Biblia. Manual Ilustrado. Nashville: Grupo Nelson, Inc,
2014, p.386.
65
PACKER, J.I. y TENNEY, M.C. Usos y costumbres de la Biblia. Manual Ilustrado. Nashville: Grupo Nelson, Inc,
2014, p.386.
66
PACKER, J.I. y TENNEY, M.C. Usos y costumbres de la Biblia. Manual Ilustrado. Nashville: Grupo Nelson, Inc,
2014, p.386.
idiomas asiáticos modernos, era tonal; es decir, palabras de sonido similar se distinguían
por el tono de la voz en que se pronunciaban.67
ACADIO: El lenguaje semítico oriental más antiguo se llama acadio. La primera evidencia
de este lenguaje se halló en las ruinas de Agade (Acad) en Mesopotamia. Textos acadios de
2300 a.C. contienen muchas palabras y formas sumerias… Usaba formas gramaticales muy
precisas y el sistema fonético más completo de todos los dialectos semíticos orientales. El
lenguaje acadio ha ayudado a los eruditos bíblicos a comprender la estructura básica y
cambios históricos en los otros lenguajes semíticos.68
BABILONIO Y ASIRIO: Estos eran dos dialectos del acadio, escritos en escritura más
simplificada. Son de vasta importancia histórica, puesto que los anales de muchos reyes
mencionados en el Antiguo Testamento fueron escritos en estos lenguajes. También fueron
preservados los textos filosóficos, religiosos e históricos de estas culturas antiguas. Por
siglos los eruditos han debatido los orígenes de los componentes semíticos orientales del
discurso bíblico. Muchos pensaban que era arameo. Pero ahora hay evidencia sólida de que
muchos de estos elementos extranjeros (como en la profecía de Ezequiel) son de origen
babilónico o asirio.69
ABLAITA Y AMORREO: Hasta aquí los investigadores saben muy poco respecto a estos
lenguajes, que se hallan en línea directa detrás del hebreo bíblico. No obstante, los
arqueólogos han descubierto miles de tablillas que contienen material en ambos lenguajes.
Muchos años pasarán antes de que todo ese material esté disponible y se pueda estudiar con
precisión. Informes preliminares indican que muchos de los nombres de lugares del Génesis
aparecen en esos textos. Están escritos en cuneiforme.70
GRIEGO: El griego ha sido escrito en un dialecto u otro por casi 3600 años, y sin duda se
hablaba mucho antes que eso. El primer griego escrito fue la muy antigua lengua de los
micenas. Derivaron su lenguaje escrito de los jeroglíficos heteos. Pero ya para el año 1000
67
PACKER, J.I. y TENNEY, M.C. Usos y costumbres de la Biblia. Manual Ilustrado. Nashville: Grupo Nelson, Inc,
2014, p.382.
68
PACKER, J.I. y TENNEY, M.C. Usos y costumbres de la Biblia. Manual Ilustrado. Nashville: Grupo Nelson, Inc,
2014, p.382.
69
PACKER, J.I. y TENNEY, M.C. Usos y costumbres de la Biblia. Manual Ilustrado. Nashville: Grupo Nelson, Inc,
2014, p.383.
70
PACKER, J.I. y TENNEY, M.C. Usos y costumbres de la Biblia. Manual Ilustrado. Nashville: Grupo Nelson, Inc,
2014, p.383.
71
PACKER, J.I. y TENNEY, M.C. Usos y costumbres de la Biblia. Manual Ilustrado. Nashville: Grupo Nelson, Inc,
2014, p.383.
a.C. los griegos habían adaptado a su lenguaje la escritura semítica occidental más sencilla,
y le habían añadido el tan importante componente de las vocales, que no había
desarrollado ninguna de las escrituras semíticas. Así los griegos fueron los primeros en
tener un sistema completamente alfabético. Era fácil de aprender y mejoró grandemente el
esparcimiento del griego como lenguaje del comercio. Es más, muchas culturas que podían
escribir su lenguaje solo con mucha dificultad, adoptaron el griego para su comunicación
escrita.72
El griego era fácil de leer y llegó a ser el vehículo para algunas de las más grandes obras
literarias de la civilización occidental… Los griegos usaron el dialecto clásico de Homero
desde 1050 hasta alrededor de 700 a.C. Dos dialectos: el jónico (o griego oriental) y el ático
(dialecto de Atenas), se usaron desde finales del periodo homérico hasta la era romana.
Esos dialectos se combinaron en una versión simplificada del lenguaje que se esparció por
todas las naciones conquistadas por Alejandro Magno a finales del siglo IV A.C. El nuevo
dialecto se llamaba griego koiné (común). Este fue el lenguaje del Antiguo Testamento en
griego (la Septuaginta) y del Nuevo Testamento en griego… El enorme vocabulario griego
y el sistema completo y preciso de gramática lo hizo el lenguaje primordial de la filosofía…
El sistema tonal del griego lo hacía especialmente apropiado para la poesía… el koiné del
Nuevo Testamento se eleva a niveles de expresión que desafían toda traducción. Los
detalles de la teología cristiana en el Nuevo Testamento fueron mejorados grandemente por
los matices de significado disponibles en el lenguaje griego.73
LATÍN: Para el año 50 a.C. el latín se hablaba, escribía y comprendía desde la costa
atlántica de Inglaterra hasta las orillas del Mar Báltico. Influyó profundamente en todo
lenguaje europeo, tanto medieval como moderno… Era el lenguaje internacional usado por
los reformadores del siglo XVI y sus predecesores. Hus, Lutero, Wycliffe y Calvino
72
PACKER, J.I. y TENNEY, M.C. Usos y costumbres de la Biblia. Manual Ilustrado. Nashville: Grupo Nelson, Inc,
2014, p.387.
73
PACKER, J.I. y TENNEY, M.C. Usos y costumbres de la Biblia. Manual Ilustrado. Nashville: Grupo Nelson, Inc,
2014, p.387.
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PACKER, J.I. y TENNEY, M.C. Usos y costumbres de la Biblia. Manual Ilustrado. Nashville: Grupo Nelson, Inc,
2014, p.388.
escribieron y publicaron sus obras en latín. Todos los comentarios bíblicos de los
reformadores fueron escritos en latín.75
En los tiempos bíblicos se utilizaban diversos medios para escribir: por ejemplo, tablas de
piedra (Ex.1:4-5), madera y barro. La arqueología ha descubierto, además, que se escribía
en vasijas, piezas de cerámica y en rollos de cobre. Sin embargo, estos materiales eran
útiles para escribir sólo textos breves. Para la escritura de documentos extensos se
necesitaban papiros o cueros. (Un magnífico ejemplo de escritura sobre cuero es el
manuscrito de Isaías descubierto en las cuevas del Qumrán, a orillas del Mar Muerto; tiene
una longitud de 7, 34 m.). Entre las ventajas del cuero sobre el papiro se pueden identificar
la durabilidad y la facilidad de uso.77
El papiro, que se conocía en Egipto desde el tercer milenio a. de J.C., se fabricaba de una
especie de caña que crecía antiguamente en el Nilo. Se conservaba muy mal: en ambientes
secos era muy frágil, y si se humedecía, se deterioraba con rapidez. En un clima desértico,
como el de Egipto, se preservaba por muchos años.78
75
PACKER, J.I. y TENNEY, M.C. Usos y costumbres de la Biblia. Manual Ilustrado. Nashville: Grupo Nelson, Inc,
2014, p.388.
76
CARRO, Daniel y CAVALLOS, Juan C. (edit) Comentario Mundo Hispano. Tomo 6. El Paso, Texas: Editorial
Mundo Hispano, 2000, p. 9.
77
CARRO, Daniel y CAVALLOS, Juan C. (edit) Comentario Mundo Hispano. Tomo 6. El Paso, Texas: Editorial
Mundo Hispano, 2000, p. 9.
78
CARRO, Daniel.y CAVALLOS, Juan C. (edit) Comentario Mundo Hispano. Tomo 6. El Paso, Texas: Editorial
Mundo Hispano, 2000, p. 9.
preferiblemente muertos al nacer. A partir del siglo XIII d. de J.C., se utilizó mayormente
para manuscritos de lujo.]79
Los instrumentos que se utilizaban para escribir eran variados. Para grabar en piedra se
usaba un punzón o cincel de hierro con punta de diamante (Jer.17:1) o de plomo (Job
19:24). Sobre papiros y pergaminos se utilizaban los “cálamos” o las plumas, que se
elaboraban de cañas con la punta afilada y cortada. La tinta se preparaba del hollín de las
lámparas de aceite o de hojas de roble.81
Por lo general, todo pueblo que desarrolla contactos comerciales y culturales con sus
vecinos, también va incorporando elementos de otros idiomas al suyo, ya sean palabras,
conceptos nuevos o bien formas literarias. Por esta razón es que vale la pena preguntarse
cómo eran los idiomas de los pueblos que tuvieron contacto con Israel, ya que
indudablemente pueden ser de ayuda para entender el contexto cultural y lingüístico de la
Biblia. Muchos de los idiomas de los vecinos de Israel se fueron perdiendo, pero en siglos
recientes se han redescubierto y descifrado algunos de ellos, con la ayuda de la arqueología;
esto ha significado un gran avance y logro para el estudio de la Biblia.82
El sumerio fue el idioma de Sumer, un reino que existió hace 3000 años a. de J.C.;
comprendió la región al sur del actual Irak. A fines del siglo XIX y principios del XX se
descubrieron en las excavaciones de Girsu-Lagash y Nipur, muchos textos en sumerio (hay
unos 500.000 distribuidos en museos alrededor de todo el mundo); entre estos encontramos
documentos administrativos legales y económicos, algunos textos científicos y materiales
religiosos. Estaban escritos en tablas de arcilla con símbolos cuneiformes, es decir
marcados en la arcilla mojada con un instrumento de metal. Se utilizaban como unos 500
79
CARRO, Daniel y CAVALLOS, Juan C. (edit) Comentario Mundo Hispano. Tomo 6. El Paso, Texas: Editorial
Mundo Hispano, 2000, p. 9.
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CARRO, Daniel y CAVALLOS, Juan C. (edit) Comentario Mundo Hispano. Tomo 6. El Paso, Texas: Editorial
Mundo Hispano, 2000, p. 9.
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CARRO, Daniel y CAVALLOS, Juan C. (edit) Comentario Mundo Hispano. Tomo 6. El Paso, Texas: Editorial
Mundo Hispano, 2000, p. 10.
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CEVALLOS, Juan C. y ZORZOLI, Rubén O. (edit) Comentario Mundo Hispano. Tomo 7. El Paso, Texas:
Editorial Mundo Hispano, 2005, p. 7.
símbolos, los mismos que podían corresponder a una palabra entera, o a una sílaba, y
también servían para indicar la pronunciación o de qué clase de palabra se trataba. Por ser
este un sistema de escritura tan complejo, solamente un reducido número de escribas
lograba aprenderlo.
Los dos dialectos más importantes del acadio son el asirio en el norte y el babilonio en el
sur. Estos dialectos son importantes para el estudio del Antiguo Testamento, por el contacto
que tuvo Israel con los ejércitos sirios y babilónicos, y con los emigrantes, mercaderes,
83
CEVALLOS, Juan C. y ZORZOLI, Rubén O. (edit) Comentario Mundo Hispano. Tomo 7. El Paso, Texas:
Editorial Mundo Hispano, 2005, p. 7.
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CEVALLOS, Juan C. y ZORZOLI, Rubén O. (edit) Comentario Mundo Hispano. Tomo 7. El Paso, Texas:
Editorial Mundo Hispano, 2005, p. 8.
diplomáticos y artistas mesopotámicos; pero también por el exilio, del cual muchos hebreos
nunca volvieron.85
Uno de los textos más interesantes es el Ciclo de Baal, también llamado el Mito de las
estaciones. Probablemente data del tercer milenio a. de J.C. y relata las disputas entre Baal,
dios de la fertilidad y la tormenta, contra sus dos principales adversarios: Yam, el dios del
mar y Mot o muerte, el dios de la aridez y la esterilidad… Esta pieza literaria ilustra la
religión de los baales, tantas veces condenada en el Antiguo Testamento.87
La influencia religiosa y cultural de Egipto sobre Israel fue mucho menor que la de los
pueblos de la Mesopotamia, a pesar de que fue Egipto quien dominó la tierra de Canaán la
mayor parte del segundo milenio a. de J.C. Sí se menciona a Israel por ejemplo en la
inscripción de Mernepta (probablemente del año 1219 a. de J.C.), lo cual ayuda a los
estudiosos del Antiguo Testamento cuando intentan establecer las fechas de algunos
acontecimientos registrados en la Biblia, como el Éxodo… Ya en la era cristiana, el arte
85
CEVALLOS, Juan C. y ZORZOLI, Rubén O. (edit) Comentario Mundo Hispano. Tomo 7. El Paso, Texas:
Editorial Mundo Hispano, 2005, p. 8.
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Editorial Mundo Hispano, 2005, p. 9.
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Editorial Mundo Hispano, 2005, p. 9.
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Editorial Mundo Hispano, 2005, p. 9.
clásico de la escritura egipcia se perdió, y a partir del siglo III se empezó a escribir la
lengua egipcia con caracteres griegos. La lengua oral tampoco se parecía mucho a la que se
había escrito con caracteres demóticos; del tercer siglo en adelante la lengua egipcia se
llamó por lo tanto cóptico. Este fue el idioma de la iglesia cristiana en Egipto.89
HEBREO: Ha sido motivo de debate si el pueblo de Israel trajo consigo el idioma hebreo o
lo aprendió después de la conquista de Canaán. Algunos estudiosos piensan que el lenguaje
usado en la época de los patriarcas fue el arameo, puesto que Abraham provenía de Harán,
y que a Jacob se lo llama “arameo” (Deut.26:5).90
Se conocen dos formas de escritura: la hebrea antigua y la cuadrada, así llamada por la
forma de sus letras. Un ejemplo de la escritura antigua se encuentra en los rollos del mar
Muerto, donde se usa para escribir el nombre de Dios (YHWH) y en los escritos de los
samaritanos. La escritura cuadrada se desarrolló después del exilio bajo la influencia del
arameo. Aunque probablemente se haya usado ya en el siglo II o III a. de J.C., como lo
ilustran los materiales de Qumrán, las letras cuadradas recibieron su forma actual recién en
el siglo IX de nuestra era.92
ARAMEO: Quizás lo más interesante de este idioma, para un cristiano, es que fue una de
las lenguas predominantes en Palestina “cuando vino el cumplimiento del tiempo” (Gál.4:4)
y nació el Mesías. La lengua de Jesús fue el arameo, aunque posiblemente haya hablado
también griego y hebreo (la palabra Corbán en Mr.7:11, por ejemplo, es hebrea, y en la
zona de Galilea y sus alrededores, donde Jesús se crió, se escuchaba a menudo el griego.93
En los Evangelios se citan varias frases de Jesús directamente en arameo: talita cumi, luego
de haber sanado a la hija de Jairo (Mar.5:41); efata cuando sanó al sordomudo en Decápolis
89
CEVALLOS, Juan C. y ZORZOLI, Rubén O. (edit) Comentario Mundo Hispano. Tomo 7. El Paso, Texas:
Editorial Mundo Hispano, 2005, p. 10.
90
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Editorial Mundo Hispano, 2005, p. 11.
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Editorial Mundo Hispano, 2005, p. 11.
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Editorial Mundo Hispano, 2005, p. 11.
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Editorial Mundo Hispano, 2005, p. 12.
(Mar.7:34); raca, necio (Mat.5:22) y Abba como nombre para Dios Padre (Mar.14:36;
también Pablo la usa en Ro.8:15 y Gál.4:6). Los títulos rabón y rabí, maestro (Mr.10:51;
Jn.20:16) y la palabra bar, hijo, (Mat. 16:17) también son de origen arameo. Las palabras
de Jesús en la cruz: ¡Elí, Elí! ¿Lama sabactani? (Mt.27:46) reflejan el Salmo 22:1, pero de
un modo “arameizado”.94
La variante del arameo, que se usó en la diplomacia y en el comercio a partir del 700 a. de
J.C., y que floreció especialmente en el período persa (segunda mitad del siglo V a. de
J.C.), se denomina a veces “arameo oficial”. El lenguaje usado en los citados pasajes del
Antiguo Testamento es muy parecido al que se usaba en los documentos oficiales persas,
pero también existieron muchas otras variantes y dialectos del arameo en el mundo
antiguo.95
Originalmente existió un sistema de letras cursivas para escribir el arameo, pero en las
ediciones modernas de la Biblia se usan las mismas letras cuadradas para escribir el arameo
que para el hebreo. En cuanto al vocabulario arameo en el Antiguo Testamento contiene
muchas palabras de origen acadio, persa y también griego, como se puede ver en los
nombres de tres de los instrumentos musicales mencionados en Daniel 3, de etimología
griega. A su vez, sin embargo, el arameo ha tenido muchísima influencia en el griego del
Nuevo Testamento, especialmente en el área de la sintaxis. El Nuevo Testamento está
escrito en griego koiné, pero de un modo que a menudo refleja que la lengua principal de
muchos de sus autores, por más que fueran políglotas, era el arameo.96
EL GRIEGO: La presencia del idioma griego en Palestina y en Asia Menor tiene raíces
históricas. Cuando Alejandro Magno rey macedonio y no griego, conquistó el inmenso
imperio persa en el siglo IV a. de J.C., llevó consigo el idioma griego y una cultura basada
en modelos griegos, que se llamó helenística97… En la época de los macabeos se incorporó
el hebreo como segundo idioma oficial, pero se siguió usando el griego. Cuando los
romanos y sus aliados los herodianos llegaron al poder, empezó a usarse el latín, pero el
griego siguió cumpliendo una función oficial importante. Un ejemplo de esto es la
inscripción que Poncio Pilato hizo poner en la cruz de Jesús: “... y el letrero estaba escrito
en hebreo, en latín y en griego” (Jn.19:19-20). El griego servía muchas veces como el
idioma común entre judíos y no judíos, tanto en instancias personales (Mr.7:26) como en
públicas o jurídicas (Hech.21:37-39).98
94
CEVALLOS, Juan C. y ZORZOLI, Rubén O. (edit) Comentario Mundo Hispano. Tomo 7. El Paso, Texas:
Editorial Mundo Hispano, 2005, p. 12.
95
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96
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Editorial Mundo Hispano, 2005, p. 12.
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98
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Editorial Mundo Hispano, 2005, p. 13.
Muchos judíos, especialmente los de la diáspora, como por ejemplo los que vivían en
Alejandría (Egipto), hablaban griego. Pronto surgieron traducciones del Antiguo
Testamento al griego, como por ejemplo la Septuaginta, o versión “de los setenta”. Antes
del nacimiento de Jesús circulaban escritos religiosos judíos en griego, como por ejemplo
Judit, 1 Macabeos, los Testamentos de los Doce Patriarcas y el Testamento de Job…
También la biblioteca de Qumrán contiene fragmentos de la Septuaginta, lo que nos indica
que en toda clase de círculo o secta judía había personas que hablaban griego y no
solamente aquellos nacidos afuera de Palestina.99
No todos los judíos que vivían en la Diáspora conservaban la habilidad de hablar hebreo o
arameo, pues habían vivido ya por varias generaciones afuera de Palestina (ver Juan 12:20,
Hech. 6:1). Filón de Alejandría (siglo I a. de J.C.), el gran filósofo helenístico judío,
estudioso e intérprete del Antiguo Testamento, parece no haber podido leer la Biblia
hebrea, pues en sus obras siempre cita la Septuaginta. No es sorprendente, por lo tanto, que
epístolas como la de Santiago, dirigida a aquellos “en la dispersión” (Stgo.1:1), se hayan
redactado en griego. Tampoco es extraño que Pablo haya escrito en griego a
congregaciones fuera de Palestina, como Roma, Éfeso o Tesalónica. Los Evangelios,
documentos que testifican de la vida de Jesucristo, también se escribieron en el idioma más
universal y conocido de su época, justamente porque los autores reconocieron que el
mensaje del evangelio era para todo el mundo (Mat.28:18), y no solamente para una
minoría judía residente en Palestina.100.
El estilo del griego del Nuevo Testamento no se ajusta a los cánones estéticos reinantes en
la época en que fueron escritos sus libros. Salvo algunas excepciones (como pasajes en
Lucas, Hebreos y Santiago) se trata de un griego muy semita, es decir cargado de
expresiones traducidas literalmente del hebreo o del arameo. Esto se debe en parte a la
influencia de la Septuaginta, que traduce también muchos hebraísmos literalmente… Un
libro neotestamentario como por ejemplo el Evangelio de Marcos no es un ejemplo de
griego elegante, pero la influencia de la mente semita, de pensamiento tan concreto, le da
una frescura y un dinamismo especial.101
Durante el segundo milenio a.C. y gran parte del primero, la escritura era un arte al que solo
tenían acceso algunos privilegiados. Muy pocos sabían leer y escribir. No obstante, en los
palacios y centros administrativos de importancia se conservaban archivos de textos
escritos. Los había de trámite comercial, como contratos, facturas o listas de productos.
También había escritos legales, como códigos o pactos de alianza, textos míticos o
religiosos, y actas reales, de ordinario para expresar hazañas y logros del gobernador o
monarca reinante que justificasen el poder del que estaba revestido.104
Las sucesivas mejoras en los soportes y técnicas de escritura que tuvieron lugar a lo largo
de los siglos propiciaron impulsos decisivos en la transmisión de los textos escritos más
antiguos. Fabricar una copia de un documento para reemplazar a otra que se estaba
deteriorando, o para disponer de algún ejemplar más, era caro. Suponía comprar el nuevo
soporte (papiro, tablillas u objetos de barro cocido) y pagar al copista que lo escribiese.
Esta tarea a veces obligaba incluso a reescribirlo por completo usando un nuevo alfabeto,
como sucede por ejemplo al pasar de las tablillas de arcilla, con escritura cuneiforme, al
papiro, donde no se puede utilizar ese sistema y se requiere un alfabeto de otro tipo. Se
trataba, pues, de un trabajo especializado y costoso.105
102
VARO, Francisco. Moisés y Elías hablan con Jesús. Estella (Navarra): Editorial Verbo Divino, 2016, p. 107.
103
VARO, Francisco. Moisés y Elías hablan con Jesús. Estella (Navarra): Editorial Verbo Divino, 2016, p. 107.
104
VARO, Francisco. Moisés y Elías hablan con Jesús. Estella (Navarra): Editorial Verbo Divino, 2016, pp. 107-
108.
105
VARO, Francisco. Moisés y Elías hablan con Jesús. Estella (Navarra): Editorial Verbo Divino, 2016, p. 108.
palabra final de una tablilla se volvía a escribir al principio de la siguiente, indicando así en
qué orden deberían leerse.106
Las inscripciones sobre piedra, los textos escritos sobre trozos de cerámica (óstraka), y las
tablillas cuneiformes que se han conservado hasta hoy y se han podido encontrar, es lo que
proporciona la mayor parte de los datos que conocemos actualmente acerca de la historia de
las relaciones entre Egipto y Mesopotamia, o de lo que sucedía con el Imperio asirio, el
babilónico e incluso con los orígenes del persa.107
En Samaría y Jerusalén, y tal vez en algún lugar más de Israel o Judá, se conservarían
colecciones de tablillas, prismas o cilindros de barro con escritura cuneiforme, con textos
escritos análogos a los de otras cortes o centros administrativos. No sabemos en qué
momento preciso se pasó allí del uso prioritario de la tablilla al empleo del papiro. En
cualquier caso, los ejemplares existentes de cada libro habrían de ser muy pocos, tal vez
solo uno o dos o, a lo sumo tres o cuatro, que cuando fuera necesario, al cabo de los años,
décadas, o siglos, serían copiados de nuevo, introduciendo en la nueva versión las
actualizaciones pertinentes.108
Según parece, la transición del papiro al cuero tuvo lugar durante el período persa, al ir
introduciéndose en la provincia de Judá los usos de la cancillería imperial. A la vez se fue
generalizando el uso del arameo como lengua oficial y comercial, en detrimento del hebreo
hablado hasta entonces; e incluso se fue imponiendo el alfabeto cuadrado arameo para
escribir los textos hebreos, mientras se dejaba de usar el alfabeto hebreo primitivo.109
El estudio científico de la Biblia requiere un conocimiento previo de las lenguas en las que
fueron escritos los libros bíblicos: el hebreo, el arameo y el griego de la versión de los LXX
y del NT. Para un determinado tipo de estudios es preciso también el conocimiento de las
lenguas a las que fue traducida la Biblia en los primeros siglos del cristianismo (latín,
siríaco, copto, armenio, etc.). Por otra parte, los descubrimientos modernos han rescatado
del olvido otras lenguas semíticas, con las que el hebreo está emparentado (acadio,
ugarítico, fenicio, etc.), así como lenguas no semíticas, que de un modo u otro influyeron en
el hebreo y en el arameo.110
106
VARO, Francisco. Moisés y Elías hablan con Jesús. Estella (Navarra): Editorial Verbo Divino, 2016, p. 108.
107
VARO, Francisco. Moisés y Elías hablan con Jesús. Estella (Navarra): Editorial Verbo Divino, 2016, p. 108.
108
VARO, Francisco. Moisés y Elías hablan con Jesús. Estella (Navarra): Editorial Verbo Divino, 2016, p. 108-
109.
109
VARO, Francisco. Moisés y Elías hablan con Jesús. Estella (Navarra): Editorial Verbo Divino, 2016, p. 109.
110
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.61.
Las lenguas de la Biblia (AT) son el hebreo, el arameo y el griego. El hebreo y el arameo
pertenecen a la familia de las lenguas semíticas. Estas se dividen en cuatro grupos: semítico
del Sur, del Noroeste, del Norte y del Este. El semítico del Noroeste es el cananeo en sus
distintas formas: hebreo, moabita y edomita por una parte, y ugarítico, fenicio y púnico por
otra. El semítico del Norte es básicamente el arameo, subdividido en dos grupos. El grupo
occidental incluye el arameo de la Biblia, el de los targumim y el de la Gemará del Talmud
palestino, así como el samaritano y el nabateo. El grupo oriental lo forman el arameo del
Talmud babilónico y el siríaco de las traducciones bíblicas y de escritos cristianos y
mándeos. El semítico del Este comprende el acadio y sus lenguas filiales, asirlo y
babilónico. El semítico del Sur incluye el árabe y el etiópico. En épocas pasadas el árabe
era prácticamente el único cauce de aproximación al estudio del semitismo antiguo. Hoy se
puede decir que el acadio ha reemplazado al árabe en esta función. Sin embargo, los
comentarios actuales a los libros bíblicos ignoran muchas referencias útiles al árabe, que
llenaban los comentarios de la primera mitad de siglo. Caben otras clasificaciones de las
lenguas semíticas como las que distinguen solamente dos grandes grupos de lenguas
semíticas, uno septentrional y otro meridional, o tres, noroccidental, nororiental y
suroccidental (Sáenz Badillos).111
En un primer período, durante los años 900-600 a.C., la ortografía hebrea, al igual que la
fenicia, tendía a representar gráficamente sólo las consonantes. A lo largo del s. XI a.C., los
arameos desarrollaron un sistema rudimentario de notación vocálica mediante las llamadas
matres lectionis. Este sistema fue utilizado también por los israelitas a partir de comienzos
del s. IX a.C.… En el período entre los años 600 y 300 a.C. comenzaron a utilizarse las
matres lectionis para indicar la presencia de una vocal larga, sobre todo en fin de palabra.
En los óstraca de Lakis, de comienzos del s. VI a.C., aparecen indicadas ya las vocales
111
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.62.
112
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.63.
largas en medio de palabra. Con el paso del tiempo se desarrolló la tendencia a representar
incluso las vocales breves.113
Hasta los siglos V-VI d.C., el hebreo no comenzó a disponer de un sistema de escritura
dotado de vocales. El progresivo abandono de la lengua hebrea en beneficio del árabe
ocasionaba un olvido creciente de la pronunciación exacta del texto bíblico. Para evitar esta
pérdida se hizo necesario dotar a la escritura consonántica de un sistema de acentos y de
vocales. Éstas no se indican mediante letras como en las lenguas occidentales, sino a través
de puntos y de trazos diversos, situados encima o debajo de la consonante, tras la cual se
pronuncian. Es fácil imaginar la dificultad que para una correcta transmisión del texto
bíblico representa la copia de manuscritos sin escritura vocálica.114
113
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.63.
114
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, pp.63-64.
115
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, pp.64-65.
116
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.66.
«tirano», que los griegos adoptaron probablemente de una lengua del Asia Menor, tal vez
del frigio o del lidio. Igualmente el término hebreo lappid, «antorcha», es un préstamo
filisteo, emparentado con el griego lampásl-ádos.117
El hebreo tomó prestados del semítico oriental numerosos términos, en especial aquéllos
pertenecientes a los campos semánticos que hacen referencia a la administración de justicia,
a las instituciones de gobierno y al ejército. En muchos de los casos es ya imposible
comprobar si se trata de verdaderos préstamos. Siempre cabe la posibilidad de que no se
trate sino de términos pertenecientes al patrimonio común de las lenguas semíticas.118
Los préstamos procedentes de lenguas no semíticas ofrecen un interés particular. Del persa
procede el término pardés, que a través del griego de los LXX (parádeisos) y del latín de la
Vulgata (paradisum), dio origen a los vocablos «paraíso», «paradiso», «paradis», etc., de
las lenguas romances. La distancia que separa las lenguas hebrea y persa podía ocasionar
una tal deformación del término prestado, que en ocasiones se hace muy difícil reconocer
cuál era el término persa que dio origen al correspondiente hebreo. El libro de Ester
menciona al rey persa «Asuero», mejor y más conocido con el nombre de «Jerjes».119
El desarrollo en el lenguaje escriturial en los textos bíblicos: Los textos bíblicos reflejan
todo un milenio de desarrollo lingüístico, por lo que no pueden menos de reflejar hebreos
diferentes y de haber incorporado dialectos diversos. Las diferencias dialectales entre el
hebreo de Judá en el Sur y el de Israel en el Norte se remontan a dialectos cananeos del
segundo milenio a.C. Los cambios producidos en el vocabulario o en otros aspectos de la
lengua podían dar ocasión a numerosos malentendidos. Así, p. ej., tras haber asesinado a su
hermano Abel, Caín se queja ante Dios diciendo: «Mi castigo es insoportable» (Gn.4:13).
La palabra «castigo» ('áwón) vino a significar más tarde «crimen» o «pecado». Este cambio
de significado dio pie a los exegetas judíos para convertir la figura del Caín asesino en la de
un pecador arrepentido, traduciendo la frase del Génesis en estos términos: «Mi pecado es
demasiado grande para olvidarlo». Esta interpretación puede estar motivada por una
tendencia teológica, pero no deja de tener un apoyo en la ambigüedad que ofrecía el propio
texto bíblico.120
117
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, pp..66-67.
118
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.67.
119
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.67.
120
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.68.
arameo… Ejemplo de préstamo persa es el término dát («decreto»). El influjo del griego en
el hebreo de los libros canónicos es casi nulo.121
Durante las épocas helenística y romana el hebreo bíblico o clásico sobrevivió no sólo
como lengua hablada sino también como lengua escrita, incluso fuera del ámbito de la
sinagoga. La mayor parte de los manuscritos no-bíblicos encontrados en las cuevas de
Qumrán están escritos en el hebreo postbíblico de esta época. El Rollo de Cobre y las cartas
de Bar Kokba' constituyen el primer testimonio del tipo de hebreo característico de la época
misnaica posterior.122
EL ARAMEO: A partir de la época del exilio en Babilonia (s. VI a.C.) el arameo, que era
ya por entonces la lengua internacional de las cancillerías, comenzó a suplantar al hebreo
como lengua de uso corriente entre los judíos. Las inscripciones arameas más antiguas que
se conocen proceden del siglo IX a.C. El arameo se convirtió más tarde en la lengua oficial
de los imperios asirio, neobabilónico y persa. Tras la conquista de Alejandro Magno,
cuando el griego comenzó a desplazar a su vez al arameo, esta lengua siguió siendo, sin
embargo, la de mayor difusión en el Oriente.123
La Historia de la lengua aramea conoció tres períodos sucesivos: antiguo, medio y reciente.
Al período antiguo corresponden las inscripciones de Zinjirli (Sam'al), escritas en un
dialecto arcaico con características occidentales, así como las de Sefire (ca. 740), en las que
se encuentran expresiones propias también del hebreo bíblico. El arameo oficial o imperial
era el utilizado por las poblaciones de las regiones occidentales, que fueron absorbidas por
el imperio asirio. Gran parte de la documentación conservada, procedente de la época del
imperio persa, está escrita en este arameo oficial, relativamente homogéneo, aunque
algunas obras, como los proverbios de Ahiqar, están escritas en dialecto asirio.124
Las breves secciones del texto bíblico escritas en arameo corresponden al arameo imperial.
La ortografía aparece, sin embargo, modernizada. El pasaje de Esd.7:12-26, que transcribe
un decreto del rey persa, así como Esd.4:8-6:18, que recoge igualmente correspondencia
oficial, reproducen el arameo imperial, característico de este tipo de escritos. No resulta
fácil explicar, en cambio, por qué razones otros pasajes del AT (Jer.10:11 y Dn.2:4b-7:28)
aparecen también escritos en arameo.125
El arameo medio corresponde al período comprendido entre el 300 a.C. y el 200 d.C. Tras
la caída del imperio persa, el griego desplazó progresivamente al arameo como lengua
franca. El arameo oficial comenzó entonces un proceso de fragmentación en dialectos
locales. Pervivió, sin embargo, como lengua literaria y de uso en documentos oficiales e
121
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.68.
122
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.68.
123
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.71.
124
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.71.
125
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, pp.71-72.
inscripciones. En esta lengua literaria están redactados los capítulos en arameo del libro de
Dn (ca. 168 a.C), así como algunos textos hallados en Qumrán: Tobías, Sueño de
Nabonida, fragmentos de Enoc y Melquisedec, Pseudo-Daniel, Génesis Apócrifo,
Testamento de Leví, Targum de Levítico y Targum de Job. En esta lengua literaria se
escribieron también en Palestina el targum Onqelos del Pentateuco y el targum Jonatán
(ben 'Uzzi'el) de los Profetas.126
Las características del arameo occidental son hoy mejor conocidas gracias al creciente
número de inscripciones encontradas en Jerusalén, en tumbas, sarcófagos, osarios y otros
objetos. El NT conserva expresiones arameas como Talitha koum (Mc.5:41), Maraña tha (1
Cor.16:22), Effatha (Mc.7:34) y Elbi elbi lema sabakhthani (Me 15,34), así como nombres
propios y topónimos tales como Acéldama, Gólgota, Getsemaní y Betesda. Jesús y sus
discípulos hablaban el dialecto galileo, diferente del hablado en Judá (Mt.26:73). Las cartas
de Bar Kokba' (132 d.C), junto con la literatura en arameo y las inscripciones en osarios y
tumbas antes citadas, constituyen una fuente importante para el conocimiento del dialecto
judeo (Kutscher).127
Así, pues, a partir del arameo imperial esta lengua sigue una línea evolutiva, que pasa
sucesivamente por el arameo de los libros Esdras y Daniel, del targum de Job (segunda
mitad del siglo II a.C.), del Génesis Apócrifo y, finalmente, de las cartas de Bar Kokba'
(Kutscher, Fitzmyer). Esta evolución se manifiesta en determinadas características, como
son las formas del relativo-demostrativo: zy en el arameo imperial, di en el Génesis
Apócrifo y cartas de Bar Kokba' y, finalmente, dé en el targum Onqelos.128
GRIEGO: Los libros deuterocanónicos del AT están escritos en griego, aunque el original
de algunos de ellos, como el de Ben Sira, fue escrito en hebreo o arameo. La lengua
original del NT fue el griego, aunque los logia o dichos de Jesús y otras partes del NT se
transmitieron con anterioridad por algún tiempo en arameo (o hebreo).130
El estudio de los papiros hallados en Egipto (Deissman) permitió determinar que la lengua
de LXX y la del NT son reflejo de la lengua koiné o común, hablada en la época helenística
desde Alejandro Magno hasta finales de la edad antigua en tiempos de Justiniano (s. VI).131
126
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.72.
127
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.72.
128
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, pp.72-73.
129
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.73.
130
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.74.
131
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.75.
Los sistemas de escritura, desde el jeroglífico y el cuneiforme hasta los alfabetos fenicio,
griego o latino, hubieron de formarse, perfeccionarse y difundirse muy lenta y
trabajosamente. Algunos materiales de escritura, como los objetos en arcilla, piedra o
metal, utilizados para las inscripciones, eran excesivamente rígidos; otros, como el papiro o
el pergamino, utilizados para la escritura con tinta, eran poco duraderos y se deterioraban
con facilidad, lo que redundaba en una casi inevitable corrupción del texto.132
Hoy se conoce con gran detalle la evolución de la escritura en los diversos alfabetos de la
región siropalestina y, en concreto, la evolución de la escritura en alfabeto hebreo. Es
posible seguir también con detalle la evolución de la escritura judía (formal, semicursiva o
cursiva) en las épocas más antiguas de transmisión textual de la Biblia: arcaica, asmonea y
herodiana.133
En la correcta transmisión escrita del texto bíblico inciden diversos factores: el tipo de
escritura utilizado (cuneiforme, paleo-hebrea, uncial griega, etc.), el material sobre el que
se escribía (piedra, papiro, pergamino, etc.), y la forma de encuadernación (en rollo o en
códice), en la que se transmitían los libros bíblicos.134
132
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.85.
133
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.85.
134
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.86.
135
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.86.
la idea de «día» y de «luz». Este sistema logográfico se perfeccionó hasta convertirse en
sistema fonético.136
Los signos se trazaban mediante incisiones con un estilete sobre una tablilla de arcilla
blanda… El uso del estilete sobre arcilla admite mejor el trazo recto que el curvo; ello
motivó la estilización de las incisiones en forma de cuñas.137
Durante la primera mitad del tercer milenio a.C. los acadios adoptaron este sistema de
escritura «cuneiforme». Para representar los sonidos de una lengua semítica hubieron de
incorporar signos y valores nuevos… El sistema cuneiforme, al contrario del jeroglífico
egipcio, tenía una gran versatilidad y fue adaptado como medio de expresión gráfica para
diferentes lenguas. Influyó también en el desarrollo de otros dos sistemas cuneiformes: la
escritura alfabética de Ugarit y el sistema silábico del persa antiguo, compuesto de 51
signos.138
En Persia, entre los años 3100 y 2700 a.C. se utilizó una escritura proto-elamita, que
todavía no ha sido descifrada. A finales del tercer milenio a.C. se impuso la escritura lineal
elamita, pero los escribas de Susa habían adoptado ya por esta época los caracteres
cuneiformes mesopotámicos. La escritura cuneiforme se extendió por Anatolia en el
período de implantación de las colonias comerciales asirías en esta región (2000-1800 a.C).
Los hititas adaptaron este sistema para escribir en su lengua y en las lenguas vecinas. Los
hurritas y los pueblos de Urartu adoptaron también la escritura cuneiforme en el segundo
milenio.139
Egipto: la escritura jeroglífica. La escritura jeroglífica surgió en Egipto a finales del tercer
milenio a.C. Nació, se puede decir, plenamente desarrollada y sin huellas de una evolución
previa, al contrario de lo que sucedió con la escritura cuneiforme en Mesopotamia. Cabe
suponer, sin embargo, que los egipcios tomaron de Sumer algunos elementos básicos de la
escritura, a los que imprimieron un carácter nuevo. Tal es el caso, p. ej., del uso de
logogramas y de complementos fonéticos y determinativos.140
136
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.86.
137
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.87.
138
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.87.
139
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.87.
140
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.87.
decadencia y hacia el siglo III d.C. se adoptó el alfabeto griego para escribir el egipcio,
dando paso de esta manera al copto.141
F. M. Cross clasifica los textos alfabéticos más antiguos en dos clases. La primera está
formada por los textos proto-cananeos: palestinos antiguos (siglos XVII-XII a.C.) y proto-
sinaíticos (siglo XV). La segunda la forman los textos cuneiformes cananeos: ugaríticos
(siglos XIV-XIII) y palestinos (siglos XIII-XII).144
La escritura proto-cananea fue inventada hacia el 1700 a.C. por semitas cananeos que
tenían un cierto conocimiento de la escritura egipcia. Los signos están diseñados para
escritura con pluma y tinta, no al modo de las incisiones cuneiformes. Este dato sitúa el
origen del alfabeto en el área de influjo egipcio, dado que sólo la escritura egipcia utilizaba
estos materiales de escritura. No cabe relacionar el alfabeto fenicio con los 30 signos en
escritura cuneiforme utilizados por los escribas de Ugarit. Las letras del sistema
consonántico eran en un principio 27, pero hacia el siglo XIII había quedado reducido a 22.
Los signos eran pictográficos y en su mayor parte tenían valor acrofónico, evolucionando
progresivamente hasta convertirse en caracteres lineales.145
141
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.88.
142
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.88.
143
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.88.
144
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.89.
145
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.89.
escritura proto-cananea, sino que se ha de hablar de escritura fenicia. La transición de una a
otra había concluido hacia mediados del siglo XII a.C.146
Desde el s. x a.C. hasta el s. n d.C. el hebreo se escribía en una forma de escritura fenicia o
paleo-hebrea, que aparece todavía en uso en algunos mss. del Mar Muerto (HQPaleoLeva)
y en monedas judías de época asmonea. Sin embargo, en el s. m a.C. los judíos ya habían
adoptado los caracteres de la escritura aramea o «cuadrada», que había tenido un
desarrollo independiente respecto a la escritura fenicia. El dicho de Jesús, «no pasará una
iota de la Ley», en el que alude a la más pequeña de las letras hebreas, la yod, sólo tiene
sentido en referencia a este tipo de escritura cuadrada utilizado en su época. Esta forma de
escritura cuadrada o aramea ha permanecido en uso hasta la época actual y es la utilizada en
las ediciones modernas de la Biblia hebrea… Se distinguen tres fases en la evolución de la
escritura judeoaramea: judía antigua (250-150 a.C.), asmonea (150-30 a.C.) y herodiana
(30 a.C. - 70 d.C.) (F. M. Cross).149
Grecia: Adopción del alfabeto cananeo. Hacia el 2000 a.C. la cultura minoica desarrolló
en la isla de Creta un sistema de escritura jeroglífica, que no ha sido descifrado todavía. Se
lee de izquierda a derecha o por el sistema de bustrófedon, es decir, de izquierda a derecha
en una línea y de derecha a izquierda en la siguiente. En los siglos XVII-XVI este sistema
fue sustituido por un tipo de escritura cursiva conocido como lineal A, también apenas
descifrado. Estos sistemas se componen de algo menos de 100 signos; las lenguas de tales
146
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.89.
147
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, pp.89-90.
148
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.90.
149
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.90.
escrituras no han sido identificadas… La adopción de la escritura consonántica fenicia
para escribir el griego se produjo hacia el año 1100.150
La Piedra: En Egipto son muy numerosas las inscripciones en piedra en muros de templos
y tumbas o en estelas y paredes rocosas. Por el contrario, la piedra es relativamente escasa
en Mesopotamia. Por ello las inscripciones cuneiformes en piedra se reducen casi sólo a
textos oficiales o a estelas públicas, como la del famoso Código de Hammurabi. En la
región siropalestina se han encontrado algunas inscripciones públicas en piedra. Sobresalen
entre ellas la estela de Mesa, la inscripción del Túnel de Siloé y la de una piedra tumbal del
rey Ozías. Las inscripciones en griego con la prohibición a los gentiles de entrar en el
Templo estaban escritas en mármol. El AT contiene varias referencias a la escritura en
piedra; la más significativa es la referente a las tablas de la Ley (Ex.24:12; 34:1;
Dt.4:13).152
150
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.91.
151
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, pp.91-92.
152
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.92.
153
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.92.
extendido por todo el Oriente el uso de la tablilla, ésta se convirtió en instrumento de correo
internacional, como muestran las cartas de Tell el- Amarna.154
A los textos hallados en Ugarit y en las cuevas del Mar Muerto, han venido a sumarse
numerosas inscripciones encontradas en los lugares más variados y provenientes de las
épocas más diversas. Las inscripciones constituyen una fuente muy importante de datos
para conocer el mundo lingüístico y cultural en el que nació la Biblia. Así, p. ej., los
dialectos y la ortografía del hebreo preexílico dieron paso en el siglo VI a nuevas formas
dialectales y a diferentes usos ortográficos; el descubrimiento de inscripciones procedentes
de los siglos anteriores al Exilio permite un conocimiento mucho más seguro y preciso de
las formas arcaicas de la lengua.156
La Epigrafía: La epigrafía nos remonta a formas del texto consonántico muy anteriores a
las atestiguadas por los manuscritos bíblicos y nos permite conocer las formas de
pronunciación correspondientes a aquellas épocas… El estudio de las fuentes epigráficas
permite conocer los paralelos lingüísticos y estilísticos existentes entre un determinado
texto de la Biblia y una inscripción de fecha conocida. No es menos importante su
contribución al estudio de la historia, religión y cultura del Israel antiguo.157
La epigrafía distingue una escritura formal o de cancillería y otra cursiva, con escritura
intermedia, semiformal, semicursiva y vulgar. Los «errores de escriba» en textos
154
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, pp.92-93.
155
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.93.
156
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.93.
157
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.93.
epigráficos son raros, pero tampoco faltan ejemplos, como la omisión de una palabra, yn, en
un óstracon de Samaría (1,2-3) (Naveh).158
El Papiro: El papiro se elabora a partir de los tallos de la planta de la que toma su nombre,
muy común en el antiguo Egipto. Se cortaba en tiras finas y se sobreponían unas a las otras
en capas cruzadas hasta formar largas tiras, que se enrollaban formando lo que en latín se
llamaba un volumen («enrollado»). Se escribía generalmente por un solo lado, en columnas
separadas por espacios, que formaban los márgenes. Se escribía sobre las fibras
horizontales («recto»); al enrollarse el volumen éstas quedaban por la parte interior del
rollo; en caso necesario se escribía también por el «verso». Hasta la invención del papel en
China y su difusión por Siria y Egipto durante los siglos VII-VIII d.C., el papiro fue el
material de escritura más corriente en el mundo antiguo.159
Se utilizaba el papiro para todo tipo de textos. Se escribía con pluma y tinta, en caracteres
hieráticos y demóticos, como también en caracteres coptos, arameos y griegos. El papiro
egipcio dio lugar al desarrollo de una verdadera industria de exportación, pero las
condiciones de humedad de los demás países hacían imposible la conservación por largo
tiempo de papiros escritos, salvo en la región, también muy seca, del Mar Muerto, donde se
han encontrados importantes papiros bíblicos… El contrato de compra firmado por el
profeta Jeremías (Jer.32:10-14) hubo de ser escrito sin duda en un papiro doblado y sellado,
como los encontrados en Elefantina en el Alto Egipto. Las cartas de Pablo y otros textos del
NT también se escribieron en papiro.160
El Cuero (pergamino): El uso del cuero para la escritura se remonta a los comienzos del
tercer milenio a.C. El ejemplar más antiguo conservado corresponde a la época de la XIIa
dinastía (ca. 2000). Durante el siglo II a.C., la técnica de preparación del pergamino
adquirió gran perfección en la ciudad de Pérgamo, de la que tomó su nombre. El fragmento
más antiguo conservado de una obra cristiana escrita en pergamino corresponde al
Diatéssaron de Dura-Europos, de la primera mitad del siglo II d.C. Del NT no se han
conservado manuscritos en pergamino anteriores al siglo IV.161
Evolución de la escritura.
El estudio paleográfico establece una doble tipología de escritura, formal y cursiva, con
formas de transición entre una y otra. Cuando la escritura formal comienza a relajarse y
deriva hacia la cursiva se podrá hablar de una escritura protocursiva. La escritura
semicursiva corresponde al espacio de transición entre la formal y la cursiva; en la
158
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.94.
159
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.95.
160
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.95.
161
TREBOLLE, Julio. La Biblia judía y la Biblia cristiana. Madrid: Editorial Trotta, 1993, p.95.
semiformal predominan todavía las características de la escritura formal. Escritura vulgar
es la realizada por no profesionales.162
La epigrafía nos remonta a formas del texto consonántico muy anteriores a las atestiguadas
por los manuscritos bíblicos y nos permite conocer las formas de pronunciación
correspondientes. El sistema de pronunciación conocido por los masoretas del Medievo
puede ser fruto de una evolución natural (Gibson) a partir de aquellas formas antiguas de
pronunciación, o tratarse, por el contrario, de una reconstrucción artificial (K. Beyer). El
estudio de las fuentes epigráficas permite conocer los paralelos lingliísticos y estilísticos
existentes entre un determinado texto de la Biblia y una determinada inscripción cuya fecha
aproximada puede ser establecida con mayor o menor precisión. No es menos importante la
contribución de este material epigráfico para el estudio de la historia, religión y cultura del
antiguo Israel.163
Los más antiguos sistemas de escritura, que aparecieron probablemente con independencia
unos de otros, deben su origen a la posibilidad de representar un objeto concreto
pictóricamente, en detalle o en sus rasgos esenciales, mediante una técnica determinada; de
este modo, a través de la imagen, pudo «escribirse» la palabra mediante la cual se
designaba el objeto correspondiente. Esto implica que lo primero que se «escribió» no
fueron los sonidos, sino las palabras. Pero una vez que una determinada combinación
silábica quedó asociada a una imagen dada pudo «escribirse» con la misma imagen la
misma sílaba que aparecía en una palabra diferente o en una parte de la palabra. Con esto se
había dado un paso decisivo.164
A partir de este momento existía la posibilidad de expresar una sílaba determinada con un
signo concreto en cualquier parte del discurso donde apareciera. Este avance supuso la
transición de una escritura puramente pictográfica o ideográfica a una mezcla de escritura
pictográfica y de escritura fonética.165
De la dificultad que comportaba este sistema de escritura se infiere que el leer y escribir era
un arte que sólo poseían unos pocos «escribas» y que la profesión de letrado o escriba
constituía una casta privilegiada, puesto que incluso los reyes y los grandes dependían de la
habilidad y probidad de los letrados para la confección y lectura de los documentos
oficiales.167
Una parte muy importante de los textos la constituyen las inscripciones funerarias, ya sean
los antiguos textos de las pirámides, las inscripciones en las paredes de las cámaras
sepulcrales y de los sarcófagos o los rollos de papiro que se colocaban en el ataúd del
difunto (el material que aparece en el llamando Libro de los Muertos). Se trata de textos
funerarios propiamente dichos, es decir, varias informaciones sobre el más allá, fórmulas de
encantamiento, que se consideraban importantes para iluminar el camino al otro mundo, y
otros elementos similares, o textos mitológicos de con tenido más general y anotaciones
explicativas de muchas representaciones mitológicas; también himnos a los dioses, etc.170
Los egipcios poseían además una literatura en sentido estricto; la conocemos por los
numerosos hallazgos de papiros. Constaba de himnos de diversos tipos; relatos de
esparcimiento, instructivos o de edificación; una literatura sapiencial, cultivada y ampliada
desde la Antigüedad, que transmitía las normas probadas que regían la vida; también listas
de los fenómenos del mundo conocido por los egipcios, ordenadas por temas; finalmente,
toda suerte de profecías, que siguen el esquema del cambio de tiempos de adversidad a
tiempos de prosperidad.171
Entre los escritos que se refieren a la vida práctica hay documentos judiciales, cuentas,
listas, etc. Los textos históricos son también numerosos. Junto a los relatos sobre la vida de
altos funcionarios y oficiales del reino, en cuyos monumentos funerarios encontramos en
primer lugar extractos de los anales de los faraones, en las construcciones monumentales,
especialmente templos, existen representaciones figuradas de sus hazañas guerreras con
inscripciones explicativas.172
169
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 215.
170
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, pp. 215-216.
171
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 216.
172
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 216.
hecho de que cada signo individual del texto consta de uno o más trazos en forma de cuña,
es decir, una cabeza amplia y un trazo cada vez más afinado hasta terminar en punta; su
origen ha de buscarse en el empleo normal, después de las sencillas grabaciones primitivas
en piedra o arcilla, de las tabletas de arcilla como material de inscripción para el
cuneiforme ya completamente desarrollado. Los signos de la escritura se imprimían en un
trozo de arcilla todavía blanda con la punta de una varilla o buril; la punta del buril
producía naturalmente una impresión más honda y por ello una cabeza más ancha de la
cuña. Esta forma cuneiforme de los signos, que nació en las tabletas de arcilla, pasó
posteriormente a las numerosas inscripciones en piedra y a las inscripciones ocasionales
sobre placas o láminas de metal.173
Las tablillas de el-Amarna son parte de la correspondencia que mantenían los reyes del
Asia sudoccidental y los reyezuelos de las ciudades de Siria y Palestina con el faraón
egipcio; incluso los mensajes que se enviaban desde Egipto a los mismos destinatarios,
cuya copia en algunos casos se ha encontrado en el tell el-amárna, estaban escritos en
cuneiforme. Por tanto, el cuneiforme se empleó en las relaciones internacionales al menos
durante ciertos períodos; de ahí que incluso en Egipto, pese a su escritura jeroglífica, hubo
173
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 217.
174
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 217.
175
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, pp. 217-218.
de haber letrados que dominaran esta escritura internacional. Finalmente, el uso del
cuneiforme se extendió también por el antiguo Irán.176
Los documentos epigráficos cuneiformes que conservamos son ante todo tablillas de arcilla
de muy diferentes tamaños; después de su inscripción se cocían al fuego para asegurar su
duración. Para los documentos de erección de edificios, que se depositaban en los
cimientos, se empleaban con frecuencia hermosos prismas de arcillas hexagonales u
octogonales, escritas por ambos lados. Para fines monumentales se empleaba la escritura
cuneiforme sobre piedra. Se conservan placas de piedra con inscripciones cuneiformes; en
las estelas de piedra se ponían debajo de las figuras inscripciones cuneiformes; las placas en
relieve recibían frecuentemente sobre las figuras unas líneas de escritura cuneiforme.
También se encuentra el cuneiforme sobre metal. Para los documentos de erección de
edificios se empleaban pequeñas láminas de metales preciosos con los signos cuneiformes
impresos. Tanto las estatuas o relieves de bronce como los sellos cilíndricos de diverso
material se dotaban de algunas líneas en escritura cuneiforme.177
Los textos de contenido religioso son muy numerosos; conservamos mitos y epopeyas,
himnos a los dioses y lamentaciones, rituales muy variados con indicaciones sobre el modo
de realizar diversas acciones cúlticas; a éstas hay que añadir una extensa literatura de
presagios con colecciones de textos de encantamiento o conjuro para todos los posibles
casos de enfermedad o adversidad. También existía una literatura científica: en primer
lugar, textos para instrucción de los letrados, es decir, listas para ayudar a aprender la difícil
escritura cuneiforme y listas enumerativas de conceptos y cosas, además de textos
astrológico-astronómicos y matemáticos.178
Buena parte de estos textos los conocemos por el hallazgo de la grande y bien ordenada
biblioteca que había fundado en su palacio de Nínive a mediados del siglo VII a.C., el rey
asirio Asurbanipal.179
Escritura Jeroglífica Hitita: Los llamados «jeroglíficos hititas» son una escritura
pictográfica que se ha encontrado sobre todo en el norte de Siria y en el Asia Menor
sudoriental; se encuentran grabados en monumentos de piedra o en placas del mismo
material en relieve. También se han encontrado grabados en pequeñas láminas de bronce
que, al parecer, servían de cartas. Los jeroglíficos hititas representan una mezcla de la
antigua escritura ideográfica (logogramas) con la escritura silábica fonética.180
176
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 218.
177
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 218.
178
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 219.
179
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, pp. 219-220.
180
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 221.
El mundo debe agradecer al Oriente Antiguo la invención de la escritura alfabética: una
escritura que reproduce los sonidos individuales y concibe y escribe cada una de las
palabras como la suma de sonidos individuales. Esto implica, frente a los antiguos sistemas
de escritura ideográfica o silábica, una gran reducción del número de signos, pues para
reflejar los diversos sonidos del lenguaje humano basta por lo general con una veintena de
signos distintos. Esta fuerte reducción de los signos hizo posible la extensión general de
la capacidad de leer y escribir, que ya no sería una ciencia reservada a unos cuantos
eruditos; ahora podían acceder a ella sin graves dificultades extensos sectores de la
población.181
Todas las escrituras alfabéticas del mundo derivan directa o indirectamente del sistema
alfabético de escritura que acabó por imponerse en el Próximo Oriente Antiguo.
Naturalmente, estas escrituras alfabéticas del Oriente Antiguo eran aún imperfectas;
indicaban las consonantes de las palabras, pero no las vocales, con lo cual resultaban
frecuentes casos de equivocidad en las palabras.182
181
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 222.
182
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 222.
183
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 222.
184
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, pp. 222-223.
únicamente las consonantes, pero hay tres alef distintas para cuando esta letra acompaña a
los tres sonidos (a, i, u). Los textos datan todos del período del Bronce Reciente.185
Del siglo XI a.C., tenemos aún pequeñas inscripciones grabadas en puntas de flechas que
aparecieron en el-hadr, junto a Belén; del siglo X-IX a.C., son la inscripción grabada en el
borde de una vasija de arcilla de Biblos, la inscripción de un cuchillo de bronce de Biblos y
una inscripción sobre una punta de flecha encontrada en ruwése, en el Líbano. Con ellas se
puede trazar una línea sencilla y clara que lleva a los testimonios de la historia de la
escritura alfabética del I milenio.187
Palestina sudoccidental nos ha conservado algunas inscripciones del Bronce Reciente que,
si bien no coinciden plenamente en la forma, parecen representar un eslabón intermedio
entre las inscripciones pictográficas del Bronce Medio y la escritura alfabética posterior.
Son grupos de signos grabados o escritos con tinta sobre un óstracon de Bet-Semes, sobre
un cascote de tell el-hesi, sobre una olla de tell 'aggu, diversos fragmentos de Lakis, en el
revés de una tosca cazuela, en un cascote, en el saliente de una jarra, y, por fin, en el revés
de la cobertera de una escudilla para fumigaciones.189
Lo que de momento podemos afirmar es que durante el milenio II a.C., en Siria y Palestina,
se llevó a cabo toda una serie de ensayos para elaborar una escritura alfabética y que en
185
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 223.
186
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 224.
187
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 225.
188
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 225.
189
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, pp. 225-226.
especial algunos del Bronce Reciente son realmente los precursores de la posterior escritura
alfabética.190
Nueva luz sobre el problema de una relación más estrecha entre el sistema alfabético
cuneiforme de ras es-samra y la escritura alfabética lineal ha venido del hallazgo ocurrido
en noviembre de 1949. En esta fecha se descubrió en ras es-samra una pequeña tablilla de
arcilla que contenía una lista de signos del sistema de escritura cuneiforme, que
probablemente sirvió para uso escolar. El orden fundamental de esta lista coincide
plenamente con el de los signos del alfabeto de la escritura lineal. Y el orden de los signos
de este último alfabeto está ya probado para el siglo VII a.C. Nos lo demuestran los
garabatos de una piedra encontrada en Lakis, que presenta las primeras cinco letras del
alfabeto en el orden en que se encuentran en el alfabeto hebreo. Este debía de ser ya el
orden aceptado hacia el 900 a.C., puesto que el orden alfabético fue tomado por los griegos
por este tiempo junto con el alfabeto lineal.191
Es posible que la escritura jeroglífica egipcia haya sido la inspiradora de todo este proceso;
en su favor habla, además de la mencionada semejanza de varios signos de la escritura
«pseudojeroglífica» con los jeroglíficos egipcios, cierto parecido de los posteriores de la
escritura alfabética con los mismos. Naturalmente se trata de una vaga dependencia y de la
adopción de sólo algunos signos frente a una mayoría de nueva invención.192
190
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 226.
191
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 226.
192
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 228.
193
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 228.
194
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 230.
La escritura posee ahora una forma muy elegante, con líneas redondeadas y trazos
primorosamente rasgueados que sobrepasan frecuentemente el renglón de la escritura. El
más importante y amplio hallazgo de este tipo lo constituyen los llamados «papiros de
Elefantina», descubiertos en 1906-07 en el Alto Egipto, en la isla nilótica de Elefantina,
situada debajo de la primera catarata del Nilo, muy cerca de Asuán; el hallazgo consta de
documentos legales, documentos oficiales y listas de los soldados de la colonia fronteriza
israelita allí establecida.195
La llamada escritura cuadrada se hizo común en el uso de la comunidad judía en los últimos
siglos anteriores a la era cristiana; es un tipo particular de esta escritura, de uso muy
extendido… La forma de las letras de las inscripciones en piedra más recientes tendía a
aproximarse a los diversos tipos de esta escritura cursiva de los últimos siglos antes de
Cristo… La escritura cuadrada aparece por primera vez en piedra en el siglo III a.C., en la
breve inscripción de araq el-emir, al este de la extremidad septentrional del mar Muerto;
más tarde, en la llamada «tumba de Santiago», en el valle del Cedrón, y en un mojón de
Guézer; igualmente, en numerosos osarios y en las primitivas sinagogas judías, en cuyos
pavimentos de mosaico se encuentra frecuentemente.196
LENGUAS SEMÍTICAS.
Asia sudoccidental es el espacio en que, tanto en los tiempos antiguos como en los
modernos, tuvo su hogar la familia de lenguas que, basados en el catálogo de las naciones
de Gn 10, se suelen llamar semíticas. Científicamente, el término «semítico» se aplica en
sentido estricto sólo a este grupo de lenguas. Aun cuando no se dio ninguna época en el
Próximo Oriente en la cual se hablarán sólo las lenguas semíticas, estas lenguas, desde
tiempos remotísimos, tuvieron la preponderancia al menos entre la población autóctona, y
la mayoría de los restos lingüísticos del Antiguo Oriente pertenecen a este grupo. Existía
además, desde tiempos antiguos, un gran número de dialectos de las diversas lenguas.197
195
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 232.
196
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 233.
197
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 235.
198
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 235.
Los documentos de esta lengua están escritos casi únicamente en escritura cuneiforme; por
ello el acádico se sometió al estudio científico sólo a partir del desciframiento de la
escritura cuneiforme. Se distinguen dos dialectos principales: el babilónico, originario del
sur de Mesopotamia, y el asirio, que se desarrolló más al norte, a orillas del Tigris. Cada
uno de estos dialectos tiene su propia historia y se diferenciaba también localmente.199
El «cananeo» incluye sobre todo el hebreo, que era la lengua nativa de Palestina; los
israelitas la adoptaron después de la ocupación del país, incorporando al hebreo bastantes
elementos de su lengua anterior; pertenece igualmente al «cananeo» el dialecto «moabita»
de la estela de Mesa', muy próximo al hebreo.201
Arameo: Incluimos en el término «arameo» los dialectos de las tribus que, a comienzos de
la Edad del Hierro, penetraron en los territorios de Siria y Palestina desde las estepas
orientales, formando allí, en el curso milenio I a. C, un mosaico de Estados; por otra parte,
estas tribus y los Estados se llamaban a sí mismos «árameos». A estas tribus pertenecían,
además de Israel, Ammón, Moab y Edom, que, por su parte, adoptaron los dialectos
cananeos de las regiones que ocuparon. Más al norte, en la Siria interior central y
septentrional, estas tribus conservaron sus antiguos dialectos… La gran mayoría de los
textos árameos están escritos en escritura alfabética; sólo unos pocos se escribieron en
cuneiforme.202
199
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 236.
200
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 236.
201
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 237.
202
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 238.
203
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 238.
El arameo tiene en común con el cananeo un número muy crecido de características; esto
quiere decir que en su origen estuvo en relación muy estrecha con el cananeo. Por ello se
designan a menudo ambos grupos de dialectos con el nombre de «semítico occidental» K.
El arameo comparte con el cananeo de su tiempo el número de laringales empleadas y la
caída de las desinencias vocálicas breves. Al mismo tiempo, el arameo tuvo ya en la forma
más primitiva que conocemos características peculiares en lo que se refiere al vocabulario,
a la construcción de las formas y a la sintaxis.204
Árabe: El idioma árabe no llegó a ser una lengua literaria en el período del Oriente
Antiguo, puesto que quienes la hablaban eran las tribus de beduinos de la península
Arábiga. Su precursor fue el árabe meridional de las inscripciones pertenecientes al ámbito
cultural de la extremidad meridional de la península de Arabia… El árabe, con sus
modernos dialectos en los diversos países, es la lengua que se habla hoy en la mayor parte
del Próximo Oriente; no sólo es la lengua de los musulmanes, sino también la de los
cristianos orientales que, en el decurso del tiempo, abandonaron sus antiguas lenguas en
favor del árabe.205
LENGUAS INDOEUROPEAS.
204
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 239.
205
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 240.
206
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 241.
207
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 242.
familia de las indoeuropeas, y que, por lo general, tampoco son relacionables entre sí con
seguridad.208
Elamita: En el territorio situado al este del curso inferior del Tigris y en la extermidad norte
del golfo Pérsico se hablaba una lengua que, debido al nombre de la región, Elam, que
aparece también con frecuencia en el Antiguo Testamento, se llama elamita. Se escribió
(aparte algunos textos en una escritura silábica propia del país) en la antigua escritura
cuneiforme y aparece en los textos de las inscripciones cuneiformes trilingües de los
aqueménidas, de un período relativamente tardío, y en diversos documentos lingüísticos
cuneiformes (inscripciones, cartas, documentos legales) aun de tiempos muy antiguos.210
Casita: Por una lista de palabras transmitidas en el cuneiforme antiguo, y a través de las
explicaciones acádicas de los nombres de reyes, conocemos algo sobre la lengua de las
tribus llamadas en acádico Kassu. Procedían de los montes del noroeste del Trigis inferior,
y durante cierto período representaron un papel en la historia de Mesopotamia.212
208
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 243.
209
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 243.
210
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 243.
211
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 243.
212
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 244.
milenio I a.C., escritas con el antiguo cuneiforme en la lengua del país. Al parecer, existen
ciertas relaciones lingüísticas entre el urarteo y el hurrita.213
Protohitita: Entre los textos de Bogazkoy se ha descubierto una serie de documentos en una
lengua que pertenece sin duda a un estadio anterior al del «hitita» en la historia lingüística
de Asia Menor; es posible que fuera la lengua nativa de la población aborigen del interior
de Asia Menor; en los textos de Bogazkoy se llama «jática».214
La escritura aparece en el Oriente Próximo con gran anticipación respecto a los otros
núcleos de civilización. Mientras la escritura china sólo está documentada, a lo que parece,
desde fines del segundo milenio, si bien su origen es seguramente más antiguo, Egipto y
Sumer tienen una escritura constituida ya 3000 años a.C.; la Creta minoica, por lo menos a
fines del tercer milenio. Pero, por más que actualmente estén descifradas (Sumer y Egipto),
estas primeras escrituras aparecen todavía pesadas y difíciles de manejar; comprenden
numerosos signos, signos palabras, en su origen ideogramas, luego de valor silábico,
generalmente polivalentes: por esta razón se ven reservadas a una casta de escribas
profesionales. 215
El progreso decisivo viene de los semitas del oeste que, en la encrucijada de tres grandes
culturas, inventan el alfabeto a mediados del segundo milenio. Los primeros vestigios que
de ello poseemos son las inscripciones en piedra grabadas en caracteres arcaicos, que se
suponen alfabéticos, por trabajadores de lengua semítica empleados en las minas egipcias
del Sinaí. La fecha de estas inscripciones protosinaíticas parece poderse situar entre 1850 y
1500. En pleno siglo XIV, los reyes de las ciudades cananeas recurren todavía al silabario
cuneiforme en su correspondencia con el faraón, su soberano feudal (tabletas de El-
Amarna). Pero esto es debido a tradiciones diplomáticas persistentes, puesto que es casi
cierto que a partir del siglo XV se utilizaba ya en la costa fenicia un alfabeto derivado del
precedente y del que provienen todas nuestras escrituras occidentales e hindúes; la escritura
griega parece haberse independizado de ella hacia el siglo IX.216
De una treintena de signos consonánticos que permiten notar todos los sonidos en que se
podían descomponer las sílabas, el sistema fenicio conservó 22; estaba ya propagado en el
sur de Canaán en el siglo XI (flechas de El-Hadr, cerca de Belén). Paralelamente a él, otra
escritura derivada de los signos protosinaíticos, pero más rica en signos que el alfabeto
fenicio, era propagada hacia la misma época en la Arabia del sur por los traficantes del
desierto. Finalmente, en Ugarit, los escribas locales acostumbrados a escribir en tabletas de
213
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 244.
214
NOTH, Martín. El mundo del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976, p. 244.
215
ROBERT, A. y FEUILLET, A. Introducción a la Biblia. Tomo I. Barcelona: Editorial Herder, 1967. p.96.
216
ROBERT, A. y FEUILLET, A. Introducción a la Biblia. Tomo I. Barcelona: Editorial Herder, 1967. p.97.
arcilla, adaptaban a este material el principio del alfabeto, a imitación del sistema fenicio
(siglos XV-XIV); una tableta encontrada allí anota ya las letras en el orden en que las
conocemos ahora, aun cuando contiene también signos suplementarios.217
La casi totalidad de los textos escritos en Canaán antes de la monarquía israelita estaba
redactada en materiales deleznables; así se comprende que haya desaparecido. Por lo
demás, muchos de ellos se transmitían todavía sólo oralmente: así los poemas guerreros de
la conquista, de los que la Biblia ha conservado algunos vestigios. Sin embargo, las tabletas
de Ras Samra (Ugarit) y algunas inscripciones fenicias (como la de Ahiram) nos dan una
idea de la ortografía de los textos en esta lejana época, de la disposición material de algunos
de ellos (como las listas: cf. Jue.8:14), e incluso del tenor de algunas obras destinadas a ser
grabadas.218
Hacia el siglo II se produjo una nueva transformación. La escritura aramea utilizada por los
judíos se convierte en lo que se ha llamado el hebreo cuadrado, efectivamente, muy
cuadrado si se considera la escritura grabada en piedra (así el nombre de Tobías que figura
en su castillo de Araq-el-Emir, en TransJordania) o si nos atenemos al hebreo impreso de
nuestras Biblias; mucho menos cuadrado si se examinan los manuscritos descubiertos a
partir de 1947 cerca del mar Muerto (Qumrán), el más antiguo de los cuales parece datar
del siglo III, o algunos fragmentos antiguos, como el papiro Nash (decálogo).219
Los masoretas del este probaron diversos sistemas. El primero es un sistema «simple», que
depende del siríaco nestoriano; comporta 6 vocales, escritas encima de la línea
(supralineares), y las consonantes están separadas entre sí por un espacio. En el siglo VIII,
bajo el influjo de los trabajos de los qaraítas (secta judía que sólo reconoce la Escritura,
pero no las tradiciones talmúdicas), surge un nuevo sistema, más complicado. Es todavía
217
ROBERT, A. y FEUILLET, A. Introducción a la Biblia. Tomo I. Barcelona: Editorial Herder, 1967. p.97.
218
ROBERT, A. y FEUILLET, A. Introducción a la Biblia. Tomo I. Barcelona: Editorial Herder, 1967. p.97.
219
ROBERT, A. y FEUILLET, A. Introducción a la Biblia. Tomo I. Barcelona: Editorial Herder, 1967. pp.98-99.
220
ROBERT, A. y FEUILLET, A. Introducción a la Biblia. Tomo I. Barcelona: Editorial Herder, 1967. p.102.
una vocalización supralinear, pero que utiliza como vocales algunos signos
consonánticos.221
Consignaron, en fin, al margen del texto toda una serie de observaciones. En los márgenes
interiores de las biblias, a la derecha de cada columna, se encuentra la masora pequeña; ésta
indica que determinada palabra no se halla en la Biblia más que en este pasaje, que está
escrita o no con una mater lectionis, eventualmente el número de veces que se encuentra
semejante principio de versículo en la Biblia... En los márgenes exteriores está redactada la
masora grande; señala ésta las parejas de palabras, los pasajes paralelos, las variantes de
acentuación... Al fin del libro, la masora final da cuenta del número de versículos.223
221
ROBERT, A. y FEUILLET, A. Introducción a la Biblia. Tomo I. Barcelona: Editorial Herder, 1967. p.103.
222
ROBERT, A. y FEUILLET, A. Introducción a la Biblia. Tomo I. Barcelona: Editorial Herder, 1967. pp.103-104.
223
ROBERT, A. y FEUILLET, A. Introducción a la Biblia. Tomo I. Barcelona: Editorial Herder, 1967. p.104.
224
SÁNCHEZ, Edesio. Descubra la Biblia II: Su formación, sus contextos y su interpretación. Miami, Florida:
Sociedades Bíblicas Unidas, 2006, p. 17.
Ptolomaico en el siglo III a.C. Este tipo de escritura que aparece en la mayoría de los
manuscritos del Mar Muerto (Qumrán).225
El hebreo pertenece a la rama cananea de los idiomas semíticos. Todos estos idiomas
comparten las mismas peculiaridades lingüísticas: preferencia de las raíces triliterarles,
dominio de las consonantes en su escritura, muy poca aglutinación en la formación de
palabras y simpleza en la estructura de la oración.226
Jesús y sus discípulos, de acuerdo con los relatos de los evangelios, hablaron arameo.
Partes de los libros más tardíos de la Biblia hebrea, así como algunas porciones de los
evangelios y del libro de Hechos son, de acuerdo con algunos investigadores, traducciones
de documentos arameos originales; y aún si no fueran traducciones, la influencia aramea en
esos textos griegos no se puede poner en duda. El hebreo bíblico tardío y el hebreo rabínico
225
SÁNCHEZ, Edesio. Descubra la Biblia II: Su formación, sus contextos y su interpretación. Miami, Florida:
Sociedades Bíblicas Unidas, 2006, p. 18.
226
SÁNCHEZ, Edesio. Descubra la Biblia II: Su formación, sus contextos y su interpretación. Miami, Florida:
Sociedades Bíblicas Unidas, 2006, p. 20.
227
SÁNCHEZ, Edesio. Descubra la Biblia II: Su formación, sus contextos y su interpretación. Miami, Florida:
Sociedades Bíblicas Unidas, 2006, p. 21.
228
SÁNCHEZ, Edesio. Descubra la Biblia II: Su formación, sus contextos y su interpretación. Miami, Florida:
Sociedades Bíblicas Unidas, 2006, p. 29.
manifiestan una profunda influencia aramea tanto en su vocabulario como en su
gramática.229
Dos de las traducciones más importantes de la Biblia hebrea, la Peshita siríaca y los
Targumes judíos, son arameas; lo mismo se puede decir de una importante porción de la
literatura rabínica. En arameo están, también, todo el cuerpo literario del cristianismo
siríaco y la literatura de los Mandeanos (una secta gnóstica no cristiana del sur de
Mesopotamia). El árabe gradualmente ocupó el lugar que antes ocupaba el arameo después
de la conquista musulmana por el año 700 d.C.230
Para un estudio más expedito del arameo, el conocimiento del hebreo es esencial, debido a
la cercanía lingüística de ambos. Prácticamente en todas partes de la gramática (fonética,
morfología y sintaxis) existen semejanzas en ambos idiomas, sin embargo existen
diferencias notorias.231
229
SÁNCHEZ, Edesio. Descubra la Biblia II: Su formación, sus contextos y su interpretación. Miami, Florida:
Sociedades Bíblicas Unidas, 2006, p. 29.
230
SÁNCHEZ, Edesio. Descubra la Biblia II: Su formación, sus contextos y su interpretación. Miami, Florida:
Sociedades Bíblicas Unidas, 2006, p. 29.
231
SÁNCHEZ, Edesio. Descubra la Biblia II: Su formación, sus contextos y su interpretación. Miami, Florida:
Sociedades Bíblicas Unidas, 2006, p. 30.
232
SÁNCHEZ, Edesio. Descubra la Biblia II: Su formación, sus contextos y su interpretación. Miami, Florida:
Sociedades Bíblicas Unidas, 2006, p. 34.
Los mismos escritos sagrados del AT no eran accesibles directamente a la gente, ya que
estaban redactados en la «lengua sagrada», el hebreo, mientras que la lengua popular era el
arameo. Aún en el Siglo I de nuestra Era los doctores dirigentes combatieron la difusión de
AT en arameo233.
233
JEREMÍAS, Joachim. Jerusalén en tiempos de Jesús. Madrid: Ediciones Cristiandad. 1980, p. 257.