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Catecismo 2514 - 2515 Noveno Mandamiento No consentrás pensamientos ni deseos impuros

Catecismo 2514 - 2515 Noveno Mandamiento


No consentrás pensamientos ni deseos impuros

7-08-2009
Mons. JOSE IGNACIO MUNILLA

Un cordial saludo a todos los oyentes de Radio María. Un dia más, con la gracia del Señor,
proseguimos el comentario del catecismo de nuestra madre la Iglesia.

Este mandamiento está muy relacionado con el sexto. El sexto es un mandamiento de obra: no
cometerás actos impuros, y este noveno es de pensamiento y de deseo. De igual manera que también
están relacionados el séptmo y el décimo mandamiento: no robaras y no codiciaras.

El catecismo introduce este noveno mandamiento con dos textos de la biblia:

(Ex 20, 17).«No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu


prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu
prójimo»

(Mt 5, 28).«El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella
en su corazón»

La formulación del éxodo no coincide con la formulación catequétca que a nosotros se nos ha enseñado
de pequeños.
Los mandamientos vienen en el capítulo 20 del Éxodo, pero también está el decálogo en Deuteronomio
5, con algunas diferencias. Pero sobre todo, la Iglesia ha querido, en su misión pedagógica y catequétca,
formular los mandamientos de tal manera que sean fáciles de comprender y de memorizar, también por
ordenar los contenidos con una visión catequétca y sean fácilmente transmisibles.

Tal y como se enuncia en el Éxodo el mandamiento, la Iglesia la ha distnguido entre el noveno


mandamiento y el décimo mandamiento: no consentrás pensamientos impuros: noveno; no codiciaras:-
decimo.
Otra cosa más:
Estamos en un mandamiento, que a diferencia de otros, la moralidad también implica la persona entera,
y nosotros podemos pecar contra Dios como decimos: "de pensamiento, palabra , obra y omisión".
El hecho de que se especifque en estas cuatro formas de faltar a Dios, da a entender que tenemos una
moralidad que implica al hombre entero. No se trata de guardar las apariencias, sino que es el hombre
entero el que siga a Dios.

1 h.c. sep.-16
Catecismo 2514 - 2515 Noveno Mandamiento No consentrás pensamientos ni deseos impuros

Algunos han querido hacer una caricatura de esto de "pecar de pensamiento palabra obra u omisión",
como si fuese una "moralidad represiva": … no puedes ni pensar.
Lo cierto es que es exactamente todo lo contrario:
La moralidad represora seria aquella que se está limitando a controlar los actos externos, sin que eso se
conjugue con el hombre interior; en una moralidad de "apariencias" donde uno tene que contenerse de
no obrar de una determinada forma, aunque luego en su mundo interior las cosas son totalmente
distntas.
Mientras que el ideal cristano es el de un hombre íntegro, unifcado, donde no se está reprimiendo los
actos, sino que más bien los actos son expresión de la bondad del corazón.
Es muy importante el pensamiento y el deseo, porque del interior del hombre brotan los actos:
"No es lo que entra por la boca lo que hace impuro ala hombre, sino que lo que hace impuro al
hombre es lo que sale del corazón".

Por ejemplo: sabemos que en un matrimonio no basta con que el marido sea fel a su mujer, para que
ese matrimonio sea feliz, es importante que ese marido tenga su corazón y su pensamiento puesto en su
mujer. No se trata de impedir una serie de actos escandalosos, sino que su pensamiento y su corazón
esté enamorado.

Este mandamiento noveno es una manifestación muy clara de que la moralidad de Jesucristo, sobre
todo, lo que pretende es hacer "al hombre bueno". Que tengamos un corazón bueno y del corazón
bueno brotan las obras buenas.
El que tene un corazón bueno – a imagen del de Jesucristo- "piensa bien, desea bien, actúa bien, habla
bien-.

Nos podría parecer que dentro de estas formas de obrar bien u obrar mal en pensamientos, palabra u
omisión, puede parecer que lo importante es la obra, luego la palabra, luego la omisión y al fnal el
pensamiento.
Pero puede ser que las cosas sean al revés de cómo lo vemos nosotros.
En un orden de prioridades, es posible que el pensamiento y el deseo sean lo más determinante para la
palabra y para las obras.
Podemos pensar que los pecados de obra sean los más graves, porque es cuando ya se ha consumado el
grado de maldad del hombre, pero el pecado de violencia nació y fue gestado en el pensamiento y en el
deseo. Es en nuestro mundo interior donde se están gestando todas nuestras obras.

En el contexto de Mateo
Mt 5, 28).«El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su
corazón»
En el sermón de la Montaña, se dice: "se os ha dicho… pero Yo os digo"

Es una moralidad que no se circunscribe a un ritualismo ni en base a una casuístca, sino que es una
moralidad que nace de la trasformación interior, que brota de la Gracia de Dios, por el encuentro
personal con Jesucristo. Esta es la novedad de la moral cristana.

2 h.c. sep.-16
Catecismo 2514 - 2515 Noveno Mandamiento No consentrás pensamientos ni deseos impuros

Punto 2514:
San Juan distingue tres especies de codicia o concupiscencia: la concupiscencia
de la carne, la concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida (cf 1 Jn 2,
16 [Vulgata]). Siguiendo la tradición catequética católica, el noveno mandamiento
prohíbe la concupiscencia de la carne; el décimo prohíbe la codicia del bien
ajeno.

1 Juan 2, 16:
15 No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del
Padre no está en él.
16 Puesto que todo lo que hay en el mundo - la concupiscencia de la carne, la concupiscencia
de los ojos y la jactancia de las riquezas - no viene del Padre, sino del mundo.

Se nos remite al punto 377:


El "dominio" del mundo que Dios había concedido al hombre desde el comienzo, se realizaba
ante todo dentro del hombre mismo como dominio de sí. El hombre estaba íntegro y ordenado
en todo su ser por estar libre de la triple concupiscencia (cf. 1 Jn 2,16), que lo somete a los
placeres de los sentdos, a la apetencia de los bienes terrenos y a la afrmación de sí contra los
imperatvos de la razón.

El contexto de este punto que hemos leído se está hablando de como el hombre, antes del pecado
original tenía una integridad y un dominio de sí que fue fracturado por el pecado original que se
manifesta en esta triple concupiscencia:

-La concupiscencia de los ojos: los placeres de los sentdos: La tendencia que tenemos a buscar
el placer y la comodidad; es el placer por encima de la voluntad y por encima de la razón.

-La concupiscencia de los ojos: La atracción hacia los bienes creados: La tendencia a poseer
irracionalmente, más allá de lo que es bueno para mí.

-La afrmación irracional de sí mismo: la soberbia: Querer quedar siempre por encima de los
demás. Que tengamos esta tendencia en sí mismo no es pecado, pero si denota que es
consecuencia del pecado original

ES la concupiscencia de los ojos, es la que se refere en este noveno mandamiento: no consentrás


pensamientos ni deseos impuros.
La concupiscencia de los ojos se integra en el décimo mandamiento.
Y la afrmación irracional de sí mismo o soberbia, se podría aplicar a todos los mandamientos pero
especialmente al primer mandamiento.
Punto 2515:

3 h.c. sep.-16
Catecismo 2514 - 2515 Noveno Mandamiento No consentrás pensamientos ni deseos impuros

En sentido etimológico, la “concupiscencia” puede designar toda forma vehemente


de deseo humano. La teología cristiana le ha dado el sentido particular de un
movimiento del apetito sensible que contraría la obra de la razón humana. El
apóstol san Pablo la identifica con la lucha que la “carne” sostiene contra el
“espíritu” (cf Ga 5, 16.17.24; Ef 2, 3). Procede de la desobediencia del primer
pecado (Gn 3, 11). Desordena las facultades morales del hombre y, sin ser una
falta en sí misma, le inclina a cometer pecados (cf Concilio de Trento: DS
1515).

Es bueno "desear", es más, un hombre no puede vivir sin deseos. Si no se desea nada no hay esperanzas.
El ideal cristano, no es como el de una antropología de estlo oriental, donde el "hombre feliz" es el que
no tene deseos.
Pero cuando los "deseos vehementes" son fáciles de que estén mal conducidos. Es fácil que esos deseos
no estén conducidos por la razón, sino de estar desbocados.
La vehemencia no está sometda a la razón, nosotros pensamos que es la razón, dentro de una forma
equilibrada y madura de ir creciendo en nuestra vida, la que debe de tener la capacidad de iluminar la
voluntad, y la voluntad es la que tene la capacidad de conducir nuestros deseos y nuestras
concupiscencias.

Uno de los grandes males de nuestra cultura es que suele llamar "espontaneidad" a "dejarse arrastrar
por la concupiscencia". Fácilmente llamamos libertad a lo que realmente es una esclavitud.
Es que esta la opción de conducir las propias pasiones o es arrastrado por ellas: o es libre o es exclavo…
no hay punto intermedio.
Ante este hay una lucha interior en nosotros. Es ingenuo el planteamiento de una pedagogía y una vida
espiritual donde se esté obviando o silenciando, incluso negando, esta batalla interior.

Si queremos que sea la razón y la voluntad las que gobiernen nuestra vida, va ha haber esta batalla;
porque en este mundo interior están esos "deseos vehementes", esa concupiscencia que no se someten
a la razón.

Se nos remite al punto 405:


Aunque propio de cada uno (cf. ibíd., DS 1513), el pecado original no tene, en ningún
descendiente de Adán, un carácter de falta personal. Es la privación de la santdad y de la
justcia originales, pero la naturaleza humana no está totalmente corrompida: está herida en
sus propias fuerzas naturales, sometda a la ignorancia, al sufrimiento y al imperio de la
muerte e inclinada al pecado (esta inclinación al mal es llamada "concupiscencia"). El
Bautsmo, dando la vida de la gracia de Cristo, borra el pecado original y devuelve el hombre a
Dios, pero las consecuencias para la naturaleza, debilitada e inclinada al mal, persisten en el
hombre y lo llaman al combate espiritual.
4 h.c. sep.-16
Catecismo 2514 - 2515 Noveno Mandamiento No consentrás pensamientos ni deseos impuros

Si bien, el bautsmo nos perdona el pecado original, pero no anula las consecuencias que el pecado
original ha producido en nuestra naturaleza, que es precisamente la concupiscencia.
Dicho de otra forma: Que el bautzado va tener las mismas tentaciones que tene el no bautzado; otra
cosa es que este inhabitado por el Espíritu Santo.

En este punto 405, explica el y tpo de heridas que el pecado original nos ha infigido que se traducen en
la con cupiscencia y que tenemos que luchar y convivir con ellas en un "combate espiritual", para irlas
sanando:
Está herida en sus propias fuerzas naturales, sometda a la ignorancia,
Nos tende a confundirnos y que nos cueste más el pensar con clarividencia y recttud. Cuando alguien
está herido por el pecado, tene difcultad de pensar con recttud, es más fácil que se confunda, o que
haga juicios equivocados.

También dice este punto que el "pecado original no ha corrompido totalmente nuestra naturaleza:
Es la privación de la santdad y de la justcia originales, pero la naturaleza humana no está
totalmente corrompida.
La ha debilitado, la ha herido, por eso no es imposible pensar con recttud.

En segundo lugar, han dejado a la naturaleza sometda:


Al sufrimiento y al imperio de la muerte e inclinada al pecado (esta inclinación al mal es
llamada "concupiscencia").

Por eso es más grave el pecado de Adán y Eva, porque ellos pecaron sin haber tenido la concupiscencia
que nosotros tenemos. El pecado de Adán y Eva, y más aún, el pecado de los ángeles, tenía un nivel de
soberbia y de rebelión contra la voluntad de Dios.

En el plan primero de Dios no estaba el "sufrimiento y la muerte". Sin el pecado, el hombre estaría
preservado del sufrimiento y de la muerte.

En el puto que estamos comentando nos remite a unos textos del apóstol San Pablo.
El identfca esta concupiscencia con la "lucha que hay entre la carne y el espíritu:

Gálatas 5, 16 –17 .24. :


16 Por mi parte os digo: Si vivís según el Espíritu, no daréis satisfacción a las apetencias de
la carne.
17 Pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a la carne,
como que son entre sí antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais.
24 Pues los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne con sus pasiones y sus
apetencias
Hay "toda una "tarea espiritual" que el Señor nos pide: crucifcar nuestra carne.
Es posible que no suele bien en nuestra cultura; pero la cruz debe de estar en todos los aspectos de
nuestra vida: no hay nada sin cruz: tenemos que "cristfcarnos", que no es otra cosa que hacer
presente en nuestra vida la Cruz de Cristo.

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Catecismo 2514 - 2515 Noveno Mandamiento No consentrás pensamientos ni deseos impuros

Si no es así, el hombre no es libre: de forma que no hacéis lo que quisierais.

Efesios 2, 3:
1 Y a vosotros que estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
2 en los cuales vivisteis en otro tiempo según el proceder de este mundo, según el Príncipe
del imperio del aire, el Espíritu que actúa en los rebeldes...
3 entre ellos vivíamos también todos nosotros en otro tiempo en medio de las
concupiscencias de nuestra carne, siguiendo las apetencias de la carne y de los malos
pensamientos, destinados por naturaleza, como los demás, a la Cólera...

Esto lo dice San pablo de lo que era nuestra vida "antes de haber sido rescatados por Cristo".
Es que esta batalla la vamos a tener siempre en nuestra vida, va a terminar "un cuarto de hora después
de haber muerto".
Es una batalla que se tene de adolescente como adolescente, de joven como joven, de adulto como
adulto….

Termina este punto diciendo que la concupiscencia:


Desordena las facultades morales del hombre y, sin ser una falta en sí misma,
le inclina a cometer pecados.

Es por esto que a la concupiscencia solo se le puede vencer de una manera: obedeciendo: Si nació de
una rebeldía contra la voluntad de Dios, va a ser con la obediencia a esa misma voluntad como
venceremos en esa batalla interior.
En la sanación, en la mortfcación de nuestras tendencias carnales. Saber decir que no a tantos deseos
vehementes, que son irracionales….El que no sabe decir que no a sus deseos y a sus apettos, no será
nunca libre. Es el precio de la libertad: la negación de nosotros mismos.
Esto es tan básico como escandaloso en esta cultura – una cultura del capricho-.

Lo dejamos aquí.
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Catecismo 2516 - 2518 Noveno Mandamiento La purifcación del corazón

Catecismo 2516 - 2518 Noveno Mandamiento


La purifcación del corazón

10-08-2009
Mons. JOSE IGNACIO MUNILLA

Un cordial saludo a todos los oyentes de Radio María. Un dia más, con la gracia del Señor,
proseguimos el comentario del catecismo de nuestra madre la Iglesia.

Punto 2516:
En el hombre, porque es un ser compuesto de espíritu y cuerpo, existe cierta
tensión, y se desarrolla una lucha de tendencias entre el “espíritu” y la “carne”.
Pero, en realidad, esta lucha pertenece a la herencia del pecado. Es una
consecuencia de él, y, al mismo tiempo, confirma su existencia. Forma parte de
la experiencia cotidiana del combate espiritual:
«Para el apóstol no se trata de discriminar o condenar el cuerpo, que con el
alma espiritual constituye la naturaleza del hombre y su subjetividad personal,
sino que trata de las obras —mejor dicho, de las disposiciones estables—,
virtudes y vicios, moralmente buenas o malas, que son fruto de sumisión (en el
primer caso) o bien de resistencia (en el segundo caso) a la acción salvífica del
Espíritu Santo. Por ello el apóstol escribe: “Si vivimos según el Espíritu,
obremos también según el Espíritu” (Ga 5, 25) (Juan Pablo II, Carta
enc. Dominum et

Para explicar que Dios nos pide una pureza, una moralidad que no solo afecta a nuestros actos, también
afecta a nuestra interioridad.
El catecismo está poniendo las bases, para entender que es en el interior del hombre donde existe ese
desorden. Las moralidad que predico Jesucristo engloba al hombre entero, siendo consciente de que
sería muy "exteriorista" y superfcial si nuestra moral se redujese a ordenar las acciones externas. Como
pueden ser los códigos militares, deportvos… que no pretenden llegar a ordenar la interioridad del
hombre. Pero la moral cristana parte de la unidad entera del ser humano.
Tanto el noveno mandamiento como el décimo hablan de la interioridad del hombre: no consentrás
pensamientos… no codiciaras los bienes…
Este punto nos recuerda cual es la esencia del ser humano y nos remite al punto 362:
La persona humana, creada a imagen de Dios, es un ser a la vez corporal y espiritual. El relato
bíblico expresa esta realidad con un lenguaje simbólico cuando afrma que "Dios formó al

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Catecismo 2516 - 2518 Noveno Mandamiento La purifcación del corazón

hombre con polvo del suelo e insufó en sus narices aliento de vida y resultó el hombre un ser
viviente" (Gn 2,7). Por tanto, el hombre en su totalidad es querido por Dios.

La primera afrmación que hacemos los cristanos es que "no creemos en el dualismo". Que es una
visión antropológica en la que el cuerpo y el alma (lo espiritual y lo carnal) son antagónicos: lo espiritual
es bueno y lo carnal es malo.
El cristanismo nunca ha afrmado esto.
Esas visiones dualistas que vienen a decir que "el hombre es un espíritu encarcelado en un cuerpo".
Nunca ha sido aceptada por la Iglesia.
Este tpo de flosofas dualistas y maniqueas tene su raíz en flosofas orientalistas.

Nosotros creemos que el hombre en su TOTALIDAD ha sido querido por Dio: en su alma y en su cuerpo.
Todo lo que Dios ha creado es bueno: "y vio Dios que era bueno".
El hombre no es divisible: todo el "yo" (cuerpo y alma) está destnado a contemplar a Dios.
Todos los Santos están contemplando a Dios con su alma, pero no con su cuerpo; solo la Virgen María
tene ese privilegio. No podemos decir que los santos estén "sufriendo en el cielo" pero sí que les falta
esa plenitud de la unión sustancial del cuerpo y el alama, como sí que lo tene la Virgen María.

Pero sí que es verdad que hay una "dualidad", aunque no sea un dualismo.
Esta dualidad, una vez que el hombre a pecado y que tene una cierta distorsión, no es fácilmente
integrable. Todos somos conscientes de que tenemos una cierta lucha en nuestro interior.
En este punto se dice que esta lucha que tenemos no viene de la naturaleza en sí misma, sino que esta
lucha pertenece a la herencia del pecado.
Quiere decir que "en sí mismo, el cuerpo y el alma, por naturaleza no son contrapuestos el uno al otro".

El problema está en la herida que ha dejado el pecado.


Se nos remite al punto 407:
La doctrina sobre el pecado original —vinculada a la de la Redención de Cristo— proporciona
una mirada de discernimiento lúcido sobre la situación del hombre y de su obrar en el mundo.
Por el pecado de los primeros padres, el diablo adquirió un cierto dominio sobre el hombre,
aunque éste permanezca libre. El pecado original entraña "la servidumbre bajo el poder del
que poseía el imperio de la muerte, es decir, del diablo" (Concilio de Trento: DS 1511,
cf. Hb 2,14). Ignorar que el hombre posee una naturaleza herida, inclinada al mal, da lugar a
graves errores en el dominio de la educación, de la polítca, de la acción social (cf. CA 25) y de
las costumbres.

Se nos está recordando que la consecuencia del pecado original, al que después se han añadido nuestros
pecados personales, ha supuesto u "Cierto dominio de satanás", sobre nosotros, no un dominio total.
Así lo dice este punto: " el diablo adquirió un cierto dominio sobre el hombre".

La doctrina católica siempre ha dicho: "tres son los enemigos del alma: mundo demonio y carne".
En realidad se puede decir que satanás es el que se sirve de la "carne y del mundo" para intentar tener
ese "dominio sobre nosotros".

2 h.c. sep.-16
Catecismo 2516 - 2518 Noveno Mandamiento La purifcación del corazón

Lo que se deriva del pecado es que satanás tene un cierto "señorío", como una cierta "entrada libre". Es
el pecado el que ha roto esas barreras de protección que Dios había puesto entono a nosotros.
De ahí la importancia de que el cristano, no solo reciba el bautsmo, sino que recurra a todos los medios
de gracia para ser como los polluelos que se refugian bajo las alas de la gallina.

Es muy importante dejarnos iluminar por la revelación. Cuando estas afrmaciones que estamos diciendo
no las acogemos como verdaderas y reveladas, se nos plantea un problema muy serio, y es que satanás
puede actuar a sus anchas. Si al enemigo no lo percibimos como enemigo, se lo estamos poniendo muy
fácil; tene campo libre.
Esta mentalidad secularizada que ha rechazado la luz de la revelación, interpreta que los infujos y las
tentaciones de satanás son "ocurrencias mías": "tendencias de liberación del hombre"; cuando
realmente son tentaciones de satanás.".

Se nos completa este punto con una cita de la encíclica Dominun et vivifcantem, Del papa Juan Pablo II
en el año 1986:
«Para el apóstol no se trata de discriminar o condenar el cuerpo, que con el
alma espiritual constituye la naturaleza del hombre y su subjetividad personal,
sino que trata de las obras —mejor dicho, de las disposiciones estables—,
virtudes y vicios, moralmente buenas o malas, que son fruto de sumisión (en el
primer caso) o bien de resistencia (en el segundo caso) a la acción salvífica del
Espíritu Santo. Por ello el apóstol escribe: “Si vivimos según el Espíritu,
obremos también según el Espíritu” (Ga 5, 25) (Juan Pablo II, Carta
enc. Dominum et

No se trata de que el cuerpo y el alma están enfrentados, sino que los que esta enfrentados son las
"obras carnales y las obras espirituales".
LO que es irreconciliable son los hábitos que hemos ido adquiriendo, fruto de la tentación de satanás,
que se ha servido de la debilidad de nuestra carne, frente a los hábitos buenos –las virtudes- que hemos
podido desarrollar bajo la luz del Espíritu Santo, y ejercitando nuestra voluntad que conduce
correctamente nuestras pasiones.
Lo que está enfrentado son las virtudes frente a los vicios". De tpo corporal, también están los vicios
de tpo espiritual: la soberbia, el orgullo…
Esta es la batalla
Lo que Juan Pablo II insiste en esta encíclica es que seamos dóciles a la acción del Espíritu Santo; para
que el Espíritu Santo vaya integrando nuestro cuerpo y nuestra alma, para la glorifcación de Dios.
Cuando esto no es así es cuando somos manipulados por el infujo de satanás que nos arrastra a
nuestras acciones y vicios carnales.
La conclusión es la docilidad a las "mociones del Espíritu Santo".

Punto 2517:
El corazón es la sede de la personalidad moral: “de dentro del corazón salen las
intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones” (Mt 15, 19). La lucha contra
la concupiscencia de la carne pasa por la purificación del corazón:

3 h.c. sep.-16
Catecismo 2516 - 2518 Noveno Mandamiento La purifcación del corazón

«Mantente en la simplicidad y en la inocencia, y serás como los niños pequeños


que ignoran la perversidad que destruye la vida de los hombres» (Hermas,
Pastor 27, 1 [mandatum 2, 1]).

Se nos remite al punto 368:


La tradición espiritual de la Iglesia también presenta el corazón en su sentdo bíblico de "lo más
profundo del ser" "en sus corazones" (Jr 31,33), donde la persona se decide o no por Dios.

Cuando rezamos y pedimos: "Señor, danos un corazón semejante al tuyo", estamos pidiendo que lo
sustancial de nuestra vida, los sentmientos más profundos sean transformados.

En la tradición de la Iglesia afrmaba que el corazón simboliza, también, ese lugar donde el hombre se
decide, o no, por Dios. Es el lugar donde el hombre hace la opción.

Mateo 6, 21:
21 Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.

Donde pongo mi esperanza?, mi confanza?... en el dinero…? en mis cualidades…?


O por el contrario confo en Dios?. Allí donde está tu tesoro allí está tu corazón.

Es importante entender esto, porque el noveno mandamiento nos habla en este punto de "purifcar el
corazón. No se puede cumplir el noveno mandamiento: no consentrás pensamientos y deseos impuros,
sin purifcar el corazón.
La moralidad cristana es mucho más que poner un dique o una contención a determinados actos malos.
No se trata solo de no hacer cosas malas, es mucho más, se trata de tener un corazón bueno.
Aunque el noveno mandamiento este formulado en negatvo, pero supone una afrmación positva: que
nuestro corazón sea bueno.

Die este punto:


La lucha contra la concupiscencia de la carne pasa por la purificación del corazón.
Esto de la purifcación del corazón nos recuerda que en otro momento del catecismo se nos habló de
una virtud importante: LA TEMPLANZA.
La lucha por la purifcación del corazón es ejercitando la virtud de la templanza; que es una virtud que
modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados ; así se
defnía.
Es la virtud que asegura el dominio de la voluntad sobre los instntos.
Hay muchas cosas que nos atraen, y no es malo que nos atraigan; pero una cosa es que nos atraigan de
una manera en que no perdamos el "señorío", que tengamos nosotros la iniciatva; y otra cosa es que
nos atraigan y que nuestra voluntad no sea dueña, es entonces cuando la templanza ha dejado de
"gobernarnos".
El que no sabe decirse que "no", que no sabe dominarlo, que no sabe ponerse freno, tampoco sabe
elegir lo que quiere. Forma parte de la sicologia y de la experiencia de lo que es la templanza.
Se no ofrece una cita en este punto de uno de los padres de los primeros siglos "el pastor de Hermas":

4 h.c. sep.-16
Catecismo 2516 - 2518 Noveno Mandamiento La purifcación del corazón

«Mantente en la simplicidad y en la inocencia, y serás como los niños pequeños que


ignoran la perversidad que destruye la vida de los hombres»
Seguimos hablando del corazón; cuando un niño no tene el corazón de un niño es presa de los celos –
por ejemplo-. También un niño puede llegar a ser verdaderamente complejo; además es una buena
prueba de que nadie se libra del pecado original.
Pero cuando Jesús dice: "Si no sois como niños no entrareis en el reino de los cielos"; se refere a la
acttud desde el corazón en la simplicidad y en la sencillez y en la inocencia.
Superar toda complicación interior, toda doblez.
¡Cuántos sufrimientos podríamos evitarnos si fuésemos más sencillos! La gran mayoría de nuestros
sufrimientos provienen de la "tortuosidad", la complejidad, el enmarañamiento y dobles intenciones que
podemos llegar a tener dentro de nosotros que hace que no tengamos u corazón puro.
No nos estamos refriendo únicamente a la virtud de la castdad, hay una manera mucho más global en
la vida; además, Satanás se siente muy a gusto en esa complejidad de intenciones, unas escondidas
debajo de las otras.

Mientras que el Espíritu Santo simplifca, todo lo hace sencillo: ¡Señor dame la simplicidad interior, la
gracia de superar mis dobleces!

Punto 2518:
La sexta bienaventuranza proclama: "Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos
verán a Dios" (Mt 5,8). Los "corazones limpios" designan a los que han ajustado su
inteligencia y su voluntad a las exigencias de la santidad de Dios, principalmente en
tres dominios: la caridad (cf 1 Tm 4, 3-9; 2 Tm 2 ,22), la castidad o rectitud sexual
(cf 1 Ts 4, 7;Col 3, 5; Ef 4, 19), el amor de la verdad y la ortodoxia de la fe
(cf Tt 1, 15; 1 Tm 3-4; 2 Tm 2, 23-26). Existe un vínculo entre la pureza del
corazón, la del cuerpo y la de la fe:
Los fieles deben creer los artículos del Símbolo “para que, creyendo, obedezcan
a Dios; obedeciéndole, vivan bien; viviendo bien, purifiquen su corazón; y
purificando su corazón, comprendan lo que creen” (San Agustín, De fide et
Symbolo, 10, 25).

Se nos indica el cómo llevar adelante esta tarea de la purifcación.


Designan a los que han ajustado su inteligencia y su voluntad a las exigencias de
la santidad de Dios, principalmente en tres dominios.
-Caridad
-Castdad
-Amor a la verdad, u ortodoxia.

Puede que parezca que son cosas totalmente distntas; pero el caso es que no podemos pensar que en el
tema de la sexualidad, que está especialmente regulado en el noveno mandamiento; uno lo puede
afrontar –ese tema de la sexualidad- apartado y diferenciado artfcialmente del resto de la vida. Pero
eso no puede ser así, porque en la vida las cosas se dan conjuntamente.

5 h.c. sep.-16
Catecismo 2516 - 2518 Noveno Mandamiento La purifcación del corazón

Es difcil que una persona sea muy casta, en materia de sexualidad, pero en el tema de caridad con el
prójimo sea durísima de corazón, eso es difcil que se dé. O que tenga una adhesión a la verdad y a la
ortodoxia, y que en materia de castdad sea muy desordenado, eso es muy difcil.

Se está hablando de tener "tres frentes al mismo tempo": en la caridad en la castdad y en el amor a la
verdad. Son tres caminos para la purifcación del corazón, porque todo ello anida en el corazón.

-La Caridad:
2ª Timoteo 2, 22:
22 Huye de las pasiones juveniles. Vete al alcance de la justicia, de la fe, de la caridad, de la
paz, en unión de los que invocan al Señor con corazón puro.
23 Evita las discusiones necias y estúpidas; tú sabes bien que engendran altercados.
24 Y a un siervo del Señor no le conviene altercar, sino ser amable, con todos, pronto a
enseñar, sufrido,
25 y que corrija con mansedumbre a los adversarios, por si Dios les otorga la conversión que
les haga conocer plenamente la verdad,

Se caritatvo, no seas agresivo. Esto es muy importante para poder purifcar el corazón.
Ese pronto en el que nos sale una raba, que ante cualquier discusión estamos matando las pugas a
cañonazos. Hay falta la sencillez, cuando alguien ve enemigos en todos los lados no tene el corazón
tranquilo ni sencillo, y así es imposible vivir el noveno mandamiento.
Ejercitar la sumisión de nuestra inteligencia y voluntad a las mociones del Espíritu Santo en materia de
caridad con el prójimo.

-La Castdad:
O de recttud sexual, que es específcamente a lo que se refere el noveno mandamiento.
1ª Tesalonicenses 4, 7:
7 pues no nos llamó Dios a la impureza, sino a la santidad.
8 Así pues, el que esto deprecia, no desprecia a un hombre, sino a Dios, = que os hace don
de su Espíritu = Santo.

Es decir que la pureza es un Don. Cuando vivimos en impureza estamos rechazando el don del Espíritu
Santo.

Colosenses 3, 5:
1 Así pues, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo
sentado a la diestra de Dios.
2 Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra.
3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está oculta con Cristo en Dios.
4 Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos
con él.
5 Por tanto, mortificad vuestros miembros terrenos: fornicación, impureza, pasiones, malos
deseos y la codicia, que es una idolatría,

Puesto que hemos resucitado con Cristo, tomémonos en serio esa mortfcación, por la impureza dentro
de nosotros.
Efesios 4, 19:

6 h.c. sep.-16
Catecismo 2516 - 2518 Noveno Mandamiento La purifcación del corazón

17 Os digo, pues, esto y os conjuro en el Señor, que no viváis ya como viven los gentiles,
según la vaciedad de su mente,
18 sumergido su pensamiento en las tinieblas y excluidos de la vida de Dios por la ignorancia
que hay en ellos, por la dureza de su cabeza
19 los cuales, habiendo perdido el sentido moral, se entregaron al libertinaje, hasta practicar
con desenfreno toda suerte de impurezas.

Se espera de nosotros, los que hemos sido llamados poro Cristo, los que hemos sido bautzados, que
nuestro comportamiento en materia de sexualidad no sea el de los gentles que no han conocido a
Jesucristo. Se tene que notar la redención de Jesucristo en la vivencia de la virtud de la pureza y la
castdad.

-El amor a la verdad u ortodoxia:


También es necesaria una purifcación en amar a la verdad, para no caer en esa tentación de que nos
interese lo falso.

Tito 1, 15:
15 Para los limpios todo es limpio; más para los contaminados e incrédulos nada hay limpio,
pues su mente y conciencia están contaminadas.
La pureza de corazón, supone conocer a Dios, tener únicamente y una conciencia que no esté
contaminada; de lo contrario es imposible tener una pureza de corazón con una mente confusa.
Es verdad que podemos tener una ignorancia inculpatoria, pero eso será algo excepcional; mas allá de
las ignorancias inculpables, es muy importante tener la conciencia bien formada para que el corazón este
limpio.

1ª Timoteo 1, 3-4:
3 Al partir yo para Macedonia te rogué que permanecieras en Éfeso para que mandaras a
algunos que no enseñasen doctrinas extrañas,
4 ni dedicasen su atención a fábulas y genealogías interminables, que son más a propósito
para promover disputas que para realizar el plan de Dios, fundado en la fe
San Pablo ve que en Macedonia hay una gran confusión de ideas.

Existe un vínculo entre caridad, castdad y fe. Son inseparables, son tres dominios en los que hay que
ejercitarse con la virtud de la templanza para llegar a la purifcación.

Termina este punto con una cita de San Agustn:


Los fieles deben creer los artículos del Símbolo “para que, creyendo, obedezcan
a Dios; obedeciéndole, vivan bien; viviendo bien, purifiquen su corazón; y
purificando su corazón, comprendan lo que creen” (San Agustín, De fide et
Symbolo, 10, 25).

Lo dejamos aquí.
7 h.c. sep.-16
26
Catecismo 2519 Noveno Mandamiento La purifcación del corazón - I -

Catecismo 2519 Noveno Mandamiento


La purifcación del corazón - I -

11-08-2009
Mons. JOSE IGNACIO MUNILLA

Un cordial saludo a todos los oyentes de Radio María. Un dia más, con la gracia del Señor,
proseguimos el comentario del catecismo de nuestra madre la Iglesia.

Antes de contnuar con el punto quiero detenerme en la cita del San Agustn del punto anterior:
Los fieles deben creer los artículos del Símbolo “para que, creyendo, obedezcan
a Dios; obedeciéndole, vivan bien; viviendo bien, purifiquen su corazón; y
purificando su corazón, comprendan lo que creen” (San Agustín, De fide et
Symbolo, 10, 25).

San Agustn esta concatenado varias cosas y al fnal, todas ellas se integran:
1º.- la importancia de adherirse a la fe revelada –el Credo y al magisterio-, donde se nos expresa la
revelación del Señor. Esto es importante, porque "de pensar rectamente y distnguir claramente lo que
es verdadero de lo que es falso" se derivara una mayor facilidad de poder obedecer a Dios.

Porque si lo que tengo es una confusión entre lo que es verdad y mentra, todo es relatvo, no hay verdad
absoluta… Frente a esto la vida moral es fácil que esta confundida y que no discierna lo que es bueno de
lo que es malo para él.
Cuando uno conoce que Dios es bueno, que Dios nos quiere, que está enamorado de nosotros es mucho
más fácil el obedecer a Dios.
Precisamente la tentación de Adán y Eva fue hacerles creer que Dios no era bueno para ellos, se estaba
distorsionando el conocimiento que ellos "si, que tenían del amor de Dios".

2º.- Obedeciendo se purifca nuestro corazón: Cuando uno vive rectamente, rechazando el pecado y
viviendo en Gracia, su corazón se va purifcando. Porque una de las característcas de quien vive inmerso
en el pecado es que se va enturbiando y va adquiriendo hábitos en los que le cuesta discernir el bien del
mal.
Porque vivir en Gracia de Dios se desprende que nos vamos purifcando, que el bien para nosotros es
casi connatural, como si nos saliese espontaneo; y no es verdad que nos salga espontaneo, porque es
una Gracia de Dios"
Cuando uno vive en Gracias de Dios, habitualmente, nos va dando una especie de connaturalizad, uno
se siente feliz, las cosas resultan sencillas… el corazón se va purifcando.
3º.- Comprenden lo que creen: adherirse a la fe primera
Es como volviendo al principio: quien tene el corazón sencillo le es mucho más fácil creer. Quien tene
un corazón más complicado le es muy difcil creer.
1 h.c. oct.-16
Catecismo 2519 Noveno Mandamiento La purifcación del corazón - I -

Solamente los sencillos tenen "entrada libre con Dios".

Es por eso que este catecismo le da tanta importancia al proceso de la purifcación del corazón.
Tal vez alguno se sorprenda de que el noveno mandamiento no está explicando lo de "no consentrás
pensamiento ni deseos impuros", de una manera exclusivo y circunscrita exclusivamente al tema de la
sexualidad. Todo está englobado en la complejidad del hombre, y es imposible ser puro en materia de
castdad si al mismo tempo tene una mente soberbia y tene celos con el prójimo…
La purifcación tene que ser global.

Por eso cuando alguien tene difcultades en materia de pureza, y cae y vuelve a caer, y le parece que su
problema es ese; y cuando se confesa recurre solamente ese pecado de pureza, porque es el que le
tene mortfcado.
En esos casos, los confesores tenemos que decirle a una persona así, tendremos que decirle que deje de
obsesionarse con ese pecado tan repetdo, que para poder superar esto hay que "ampliar el zum", coger
distancia y ver la vida moral de una forma más global, y entender que para poder superar estos pecados
contra la pureza, la purifcación tene que ser de una manera más global, por ejemplo superando tus
rencillas y tus rencores, o purifcando tu corazón de celes, o de esas simpatas o antpatas que tenes…
etc.

La batalla de la purifcación está en la integridad del hombre.

Punto 2519:
A los “limpios de corazón” se les promete que verán a Dios cara a cara y que
serán semejantes a Él (cf 1 Co 13, 12, 1 Jn 3, 2). La pureza de corazón es el
preámbulo de la visión. Ya desde ahora esta pureza nos concede ver según Dios,
recibir al otro como un “prójimo”; nos permite considerar el cuerpo humano, el
nuestro y el del prójimo, como un templo del Espíritu Santo, una manifestación
de la belleza divina.

1ª Corintos 13, 12:


12 Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de
un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido.

Entre esta vida y la vida eterna, hay una diferencia muy clara, y es que en la vida eterna hay una visión
de Dios y una inmediatez en el conocimiento de Dios. Aquí, sin embargo conocemos a Dios a través de
la mediación de la carne, de nuestro razonamiento, de la propia fe, que son mediaciones… en el cielo no
habrá fe.
Un ejemplo: entre un cuerpo opaco y un cuerpo transparente, hay una gama intermedia muy amplia de
translucidos. El opaco no deja que pase nada de luz, el transparente ni se ve; pero la gama intermedia va
desde el cristal que deja que pase algo de luz, hasta casi el transparente y se puede llegar a adivinar lo
que hay detrás.
Algo parecido pasa en nuestra vida, dependiendo del grado de purifcación y de pureza interior que
vayamos adquiriendo en nuestro corazón. En la medida que vayamos avanzando en ese proceso de
purifcación, las cosas cada vez las veremos más claras, sin llegar a decir que estamos en la luz, porque
2 h.c. oct.-16
Catecismo 2519 Noveno Mandamiento La purifcación del corazón - I -

eso queda para el cielo; pero sí que podemos ver a la luz de Dios y de los dones del Espíritu Santo las
cosas con mucha mayor claridad, discernir mejor la voluntad de Dios en nuestra vida, podemos llegar a
papal la providencia de Dios, parece que veamos a Dios en todo… Pero esto supone una purifcación del
corazón.

1ª Juan 3, 2.
1 Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!. El
mundo no nos conoce porque no le conoció a él.
2 Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos.
Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual
es.
3 Todo el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.

Impresiona que termine este texto diciendo que ahora tenemos una semejanza con Dios, y en esta
esperanza nos purifcamos; es la adhesión a Dios, que el hombre llegue a ser uno con El; eso supone un
camino intermedio de purifcación, iniciado ya en esta vida.
El cielo comienza en esta vida y se consuma en un estado eterno en el que vemos a Dios cara a cara.
Lo mismo podemos decir del inferno: el inferno comienza ya en esta vida cuando uno se va metendo
más y más en la oscuridad y se consuma en un estado eterno.

El famoso texto del cardenal Newman:


La Gracia de Dios es el cielo en el exilio, y el cielo es la Gracia en casa.
Que hay una contnuidad entre la vida temporal y la vida eterna.
Cuando celebro la eucarista, estoy recibiendo al mismo Cristo que voy a contemplar cara a cara en el
cielo, aunque aquí no tengo la posibilidad de gozarle y unirme a El plenamente como tendré en el cielo,
pero sí que hay una contnuidad muy grande.

Dice este punto:


La pureza de corazón es el preámbulo de la visión. Ya desde ahora esta pureza
nos concede ver según Dios, recibir al otro como un “prójimo”;

Esta primera afrmación: La pureza de corazón es el preámbulo de la visión".


Alguna vez me habéis oído el misterio del purgatorio bajo esta perspectva.
Si hablamos del inferno, cielo y purgatorio, sin integrarlos en lo que es la vida espiritual cristana, de lo
que es el dinamismo de santfcación y de purifcación, no se entende.
Además de que haya toda una tradición y una base bíblica de la existencia del purgatorio, además es
que este misterio del purgatorio tene una lógica grande de coherencia en lo que es el dinamismo de la
vida espiritual
No se trata de entender el misterio del purgatorio como si fuera una decisión d Dios que "te castga al
purgatorio", porque no está "contento" contgo, porque no te has portado como el esperaba…. y por eso
te castga al purgatorio.
El caso es que no es eso: nadie puede ver la luz plena que es Dios, si sus ojos están en tnieblas; es que la
luz de Dios si alguien pasase a verla sin estar purifcado, en vez de disfrutarla sería un motvo de
sufrimiento.

3 h.c. oct.-16
Catecismo 2519 Noveno Mandamiento La purifcación del corazón - I -

Un alma, en el momento que fallecemos, cuando comparece ante Dios, es la propia alma la que sabe
perfectamente cuál es el lugar que le corresponde, dependiendo de su grado de purifcación: si está
preparada para fundirse en la luz de Dios o si necesita una purifcación de sus oscuridades, para poder
llegar a connaturalizarse con la luz que es Dios. Y si el alma esta en oscuridad absoluta y rechazo de la luz
su lugar es el inferno, es la condenación, es un estado de autoexclusión.

Por eso insisto que la pureza de nuestra alma comienza en esta vida; lo ideal es que no sea necesario el
purgatorio, el ideal es que ese proceso de purifcación haya tenido en esta vida.

Se nos remite a una cita del punto 2819, de San Cirilo de Jerusalén:
«Solo un corazón puro puede decir con seguridad: “¡Venga a nosotros tu Reino!” Es necesario
haber estado en la escuela de Pablo para decir: “Que el pecado no reine ya en nuestro cuerpo
mortal” (Rm 6, 12). El que se conserva puro en sus acciones, sus pensamientos y sus palabras,
puede decir a Dios: “¡Venga tu Reino!”» (San Cirilo de Jerusalén, Catecheses mystagogicae 5,
13).

El mejor signo que podemos tener de que vamos en el buen camino de purifcación es que digamos:
"¡que se haga la luz en mi vida!", que se haga la verdad.

Cuando alguien busca limpiamente con un corazón puro a Dios, tene amor a su venida, él no se
esconde. Los turbios se esconden.

Por eso dice San Cirilo: " Solo un corazón puro puede decir con seguridad: “¡Venga a nosotros tu
Reino!”.
Pero el que no tene el corazón puro lo dice pero con la boca pequeña: "que venga tu reino, pero que no
venga deprisa".
Un signo de que vamos por buen camino es que "amemos la verdad, amemos la luz", que no tengamos
miedo de lo que Dios pueda decirnos, y tengamos amor a su llegada fnal.

En este punto se dice: Ya desde ahora esta pureza nos concede ver según Dios, es entender
las cosas según Dios, el don de entender la providencia, entender las cosa y no escandalizarnos, ver los
designios de Dios. Para quien mira así, la vida no le parece una tortura, sino que ve como Dios dirige los
designios: "¡que paciencia ha tenido Dios conmigo…!, como me ha conducido hasta aquí; y la historia de
mi vida en la que ha habido sufrimientos, sin embargo Dios ha llevado a cabo su designio y orifcación".

Esto tene mucho que ver con el don de entendimiento y el don de sabiduría del que hablamos en su
tempo.
Pero el caso es que para ver según Dios hay que tener un corazón purifcado, en esa medida actúa en
nosotros los dones del Espíritu Santo hasta poder llegar a recibir al otro como un “prójimo –dice
este punto-; es decir: es mucho más fácil amar cuando el corazón esta purifcado. Aceptar a las
personas como son y no escandalizarnos de sus defectos, eso es mucho más fácil cuando el corazón esta
purifcado.

Termina este punto diciendo:

4 h.c. oct.-16
Catecismo 2519 Noveno Mandamiento La purifcación del corazón - I -

Nos permite considerar el cuerpo humano, el nuestro y el del prójimo, como un


templo del Espíritu Santo, una manifestación de la belleza divina.
Es difcil que podamos entender el infujo tan grande tene en nosotros todo el bombardeo de erotsmo
dentro del cual estamos inmersos. Basta con ver la moda, o la televisión…
Es una difcultad grande de este mundo para llegar a tener la limpieza de corazón, para ver la
corporalidad del hombre con ojos limpios para ver "el cuerpo como templo del Espíritu Santo".

Fruto de esa distorsión del pecado, muy potenciada por todo este ambiente en el que estamos inmersos,
no percibimos el cuerpo como el "icono o espejo del alma"; sino que le cuerpo lo percibimos como una
especie de incitación de las pasiones, en doble sentdo.
-El que vive con un corazón no purifcado utliza su cuerpo para provocar.
-Y el que tampoco tene su corazón purifcado, cuando se relaciona con el prójimo, está viendo en su
cuerpo un instrumento un "instrumento de usar y trar".

El "eros" en vez de estar integrado y se cómo una encarnación del "ágape", esta como utlizando a la
otra persona como instrumento de placer, el eros es como una forma de "poseer a la otra persona".
El amor es pervertdo, y pasa de ser un vehículo de donación a todo lo contrario: a la búsqueda de mi
propio egoísmo de mi propio placer y servirme del cuerpo de la otra persona o del mío propio.

Esta es la gran importancia de llevar a cabo esta batalla de la purifcación.

Decíamos que cuando estamos purifcados vemos en el cuerpo humano una manifestación de la belleza
divina; mientras que lo que hay aquí es una auténtca obsesión por la "belleza corporal"; hasta qué
punto le puede llevar a un joven o una joven, a frustraciones por el hecho de que tengan un defecto
fsico, o por la obesidad, las operaciones estétcas, "hay que sentrse bien con uno mismo" –dicen-.

Todo esto está escondiendo un corazón que necesita una purifcación evidente, un corazón que no tene
norte, un corazón que no "tene centro de gravedad bien puesto", cuando no hay un discernimiento
estamos mendigando que nos hagan caso: que alguien me mire y me desee, es una pobreza interior
grande.
Nos valoramos a nosotros mismos por una venalidad; es una estétca divorciada del bien y de la verdad.

En puntos anteriores hablábamos sobre la importancia de entender la belleza como una manifestación
de la verdad y como una manifestación del bien.
Sin embargo es un drama cuando, hoy en dia se enfatza el cuerpo en un "bella sin alma".
Es el drama de perseguir esa belleza y cuando la alcanza comprueba que está vacía. Esa belleza erótca
que nos está incitando, nos lanzamos a ella, y en el mismo momento en que se entrega a ella y ve que
no hay nada dentro.
Es la belleza entendida sin la virtud de la castdad.

Lo dejamos aquí.
5 h.c. oct.-16
36
Catecismo 2519 Noveno Mandamiento La purifcación del corazón - I -

Catecismo 2519 Noveno Mandamiento


La purifcación del corazón - I -

11-08-2009
Mons. JOSE IGNACIO MUNILLA

Un cordial saludo a todos los oyentes de Radio María. Un dia más, con la gracia del Señor,
proseguimos el comentario del catecismo de nuestra madre la Iglesia.

Antes de contnuar con el punto quiero detenerme en la cita del San Agustn del punto anterior:
Los fieles deben creer los artículos del Símbolo “para que, creyendo, obedezcan
a Dios; obedeciéndole, vivan bien; viviendo bien, purifiquen su corazón; y
purificando su corazón, comprendan lo que creen” (San Agustín, De fide et
Symbolo, 10, 25).

San Agustn esta concatenado varias cosas y al fnal, todas ellas se integran:
1º.- la importancia de adherirse a la fe revelada –el Credo y al magisterio-, donde se nos expresa la
revelación del Señor. Esto es importante, porque "de pensar rectamente y distnguir claramente lo que
es verdadero de lo que es falso" se derivara una mayor facilidad de poder obedecer a Dios.

Porque si lo que tengo es una confusión entre lo que es verdad y mentra, todo es relatvo, no hay verdad
absoluta… Frente a esto la vida moral es fácil que esta confundida y que no discierna lo que es bueno de
lo que es malo para él.
Cuando uno conoce que Dios es bueno, que Dios nos quiere, que está enamorado de nosotros es mucho
más fácil el obedecer a Dios.
Precisamente la tentación de Adán y Eva fue hacerles creer que Dios no era bueno para ellos, se estaba
distorsionando el conocimiento que ellos "si, que tenían del amor de Dios".

2º.- Obedeciendo se purifca nuestro corazón: Cuando uno vive rectamente, rechazando el pecado y
viviendo en Gracia, su corazón se va purifcando. Porque una de las característcas de quien vive inmerso
en el pecado es que se va enturbiando y va adquiriendo hábitos en los que le cuesta discernir el bien del
mal.
Porque vivir en Gracia de Dios se desprende que nos vamos purifcando, que el bien para nosotros es
casi connatural, como si nos saliese espontaneo; y no es verdad que nos salga espontaneo, porque es
una Gracia de Dios"
Cuando uno vive en Gracias de Dios, habitualmente, nos va dando una especie de connaturalizad, uno
se siente feliz, las cosas resultan sencillas… el corazón se va purifcando.
3º.- Comprenden lo que creen: adherirse a la fe primera
Es como volviendo al principio: quien tene el corazón sencillo le es mucho más fácil creer. Quien tene
un corazón más complicado le es muy difcil creer.
1 h.c. oct.-16
Catecismo 2519 Noveno Mandamiento La purifcación del corazón - I -

Solamente los sencillos tenen "entrada libre con Dios".

Es por eso que este catecismo le da tanta importancia al proceso de la purifcación del corazón.
Tal vez alguno se sorprenda de que el noveno mandamiento no está explicando lo de "no consentrás
pensamiento ni deseos impuros", de una manera exclusivo y circunscrita exclusivamente al tema de la
sexualidad. Todo está englobado en la complejidad del hombre, y es imposible ser puro en materia de
castdad si al mismo tempo tene una mente soberbia y tene celos con el prójimo…
La purifcación tene que ser global.

Por eso cuando alguien tene difcultades en materia de pureza, y cae y vuelve a caer, y le parece que su
problema es ese; y cuando se confesa recurre solamente ese pecado de pureza, porque es el que le
tene mortfcado.
En esos casos, los confesores tenemos que decirle a una persona así, tendremos que decirle que deje de
obsesionarse con ese pecado tan repetdo, que para poder superar esto hay que "ampliar el zum", coger
distancia y ver la vida moral de una forma más global, y entender que para poder superar estos pecados
contra la pureza, la purifcación tene que ser de una manera más global, por ejemplo superando tus
rencillas y tus rencores, o purifcando tu corazón de celes, o de esas simpatas o antpatas que tenes…
etc.

La batalla de la purifcación está en la integridad del hombre.

Punto 2519:
A los “limpios de corazón” se les promete que verán a Dios cara a cara y que
serán semejantes a Él (cf 1 Co 13, 12, 1 Jn 3, 2). La pureza de corazón es el
preámbulo de la visión. Ya desde ahora esta pureza nos concede ver según Dios,
recibir al otro como un “prójimo”; nos permite considerar el cuerpo humano, el
nuestro y el del prójimo, como un templo del Espíritu Santo, una manifestación
de la belleza divina.

1ª Corintos 13, 12:


12 Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de
un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido.

Entre esta vida y la vida eterna, hay una diferencia muy clara, y es que en la vida eterna hay una visión
de Dios y una inmediatez en el conocimiento de Dios. Aquí, sin embargo conocemos a Dios a través de
la mediación de la carne, de nuestro razonamiento, de la propia fe, que son mediaciones… en el cielo no
habrá fe.
Un ejemplo: entre un cuerpo opaco y un cuerpo transparente, hay una gama intermedia muy amplia de
translucidos. El opaco no deja que pase nada de luz, el transparente ni se ve; pero la gama intermedia va
desde el cristal que deja que pase algo de luz, hasta casi el transparente y se puede llegar a adivinar lo
que hay detrás.
Algo parecido pasa en nuestra vida, dependiendo del grado de purifcación y de pureza interior que
vayamos adquiriendo en nuestro corazón. En la medida que vayamos avanzando en ese proceso de
purifcación, las cosas cada vez las veremos más claras, sin llegar a decir que estamos en la luz, porque
2 h.c. oct.-16
Catecismo 2519 Noveno Mandamiento La purifcación del corazón - I -

eso queda para el cielo; pero sí que podemos ver a la luz de Dios y de los dones del Espíritu Santo las
cosas con mucha mayor claridad, discernir mejor la voluntad de Dios en nuestra vida, podemos llegar a
papal la providencia de Dios, parece que veamos a Dios en todo… Pero esto supone una purifcación del
corazón.

1ª Juan 3, 2.
1 Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!. El
mundo no nos conoce porque no le conoció a él.
2 Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos.
Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual
es.
3 Todo el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.

Impresiona que termine este texto diciendo que ahora tenemos una semejanza con Dios, y en esta
esperanza nos purifcamos; es la adhesión a Dios, que el hombre llegue a ser uno con El; eso supone un
camino intermedio de purifcación, iniciado ya en esta vida.
El cielo comienza en esta vida y se consuma en un estado eterno en el que vemos a Dios cara a cara.
Lo mismo podemos decir del inferno: el inferno comienza ya en esta vida cuando uno se va metendo
más y más en la oscuridad y se consuma en un estado eterno.

El famoso texto del cardenal Newman:


La Gracia de Dios es el cielo en el exilio, y el cielo es la Gracia en casa.
Que hay una contnuidad entre la vida temporal y la vida eterna.
Cuando celebro la eucarista, estoy recibiendo al mismo Cristo que voy a contemplar cara a cara en el
cielo, aunque aquí no tengo la posibilidad de gozarle y unirme a El plenamente como tendré en el cielo,
pero sí que hay una contnuidad muy grande.

Dice este punto:


La pureza de corazón es el preámbulo de la visión. Ya desde ahora esta pureza
nos concede ver según Dios, recibir al otro como un “prójimo”;

Esta primera afrmación: La pureza de corazón es el preámbulo de la visión".


Alguna vez me habéis oído el misterio del purgatorio bajo esta perspectva.
Si hablamos del inferno, cielo y purgatorio, sin integrarlos en lo que es la vida espiritual cristana, de lo
que es el dinamismo de santfcación y de purifcación, no se entende.
Además de que haya toda una tradición y una base bíblica de la existencia del purgatorio, además es
que este misterio del purgatorio tene una lógica grande de coherencia en lo que es el dinamismo de la
vida espiritual
No se trata de entender el misterio del purgatorio como si fuera una decisión d Dios que "te castga al
purgatorio", porque no está "contento" contgo, porque no te has portado como el esperaba…. y por eso
te castga al purgatorio.
El caso es que no es eso: nadie puede ver la luz plena que es Dios, si sus ojos están en tnieblas; es que la
luz de Dios si alguien pasase a verla sin estar purifcado, en vez de disfrutarla sería un motvo de
sufrimiento.

3 h.c. oct.-16
Catecismo 2519 Noveno Mandamiento La purifcación del corazón - I -

Un alma, en el momento que fallecemos, cuando comparece ante Dios, es la propia alma la que sabe
perfectamente cuál es el lugar que le corresponde, dependiendo de su grado de purifcación: si está
preparada para fundirse en la luz de Dios o si necesita una purifcación de sus oscuridades, para poder
llegar a connaturalizarse con la luz que es Dios. Y si el alma esta en oscuridad absoluta y rechazo de la luz
su lugar es el inferno, es la condenación, es un estado de autoexclusión.

Por eso insisto que la pureza de nuestra alma comienza en esta vida; lo ideal es que no sea necesario el
purgatorio, el ideal es que ese proceso de purifcación haya tenido en esta vida.

Se nos remite a una cita del punto 2819, de San Cirilo de Jerusalén:
«Solo un corazón puro puede decir con seguridad: “¡Venga a nosotros tu Reino!” Es necesario
haber estado en la escuela de Pablo para decir: “Que el pecado no reine ya en nuestro cuerpo
mortal” (Rm 6, 12). El que se conserva puro en sus acciones, sus pensamientos y sus palabras,
puede decir a Dios: “¡Venga tu Reino!”» (San Cirilo de Jerusalén, Catecheses mystagogicae 5,
13).

El mejor signo que podemos tener de que vamos en el buen camino de purifcación es que digamos:
"¡que se haga la luz en mi vida!", que se haga la verdad.

Cuando alguien busca limpiamente con un corazón puro a Dios, tene amor a su venida, él no se
esconde. Los turbios se esconden.

Por eso dice San Cirilo: " Solo un corazón puro puede decir con seguridad: “¡Venga a nosotros tu
Reino!”.
Pero el que no tene el corazón puro lo dice pero con la boca pequeña: "que venga tu reino, pero que no
venga deprisa".
Un signo de que vamos por buen camino es que "amemos la verdad, amemos la luz", que no tengamos
miedo de lo que Dios pueda decirnos, y tengamos amor a su llegada fnal.

En este punto se dice: Ya desde ahora esta pureza nos concede ver según Dios, es entender
las cosas según Dios, el don de entender la providencia, entender las cosa y no escandalizarnos, ver los
designios de Dios. Para quien mira así, la vida no le parece una tortura, sino que ve como Dios dirige los
designios: "¡que paciencia ha tenido Dios conmigo…!, como me ha conducido hasta aquí; y la historia de
mi vida en la que ha habido sufrimientos, sin embargo Dios ha llevado a cabo su designio y orifcación".

Esto tene mucho que ver con el don de entendimiento y el don de sabiduría del que hablamos en su
tempo.
Pero el caso es que para ver según Dios hay que tener un corazón purifcado, en esa medida actúa en
nosotros los dones del Espíritu Santo hasta poder llegar a recibir al otro como un “prójimo –dice
este punto-; es decir: es mucho más fácil amar cuando el corazón esta purifcado. Aceptar a las
personas como son y no escandalizarnos de sus defectos, eso es mucho más fácil cuando el corazón esta
purifcado.

Termina este punto diciendo:

4 h.c. oct.-16
Catecismo 2519 Noveno Mandamiento La purifcación del corazón - I -

Nos permite considerar el cuerpo humano, el nuestro y el del prójimo, como un


templo del Espíritu Santo, una manifestación de la belleza divina.
Es difcil que podamos entender el infujo tan grande tene en nosotros todo el bombardeo de erotsmo
dentro del cual estamos inmersos. Basta con ver la moda, o la televisión…
Es una difcultad grande de este mundo para llegar a tener la limpieza de corazón, para ver la
corporalidad del hombre con ojos limpios para ver "el cuerpo como templo del Espíritu Santo".

Fruto de esa distorsión del pecado, muy potenciada por todo este ambiente en el que estamos inmersos,
no percibimos el cuerpo como el "icono o espejo del alma"; sino que le cuerpo lo percibimos como una
especie de incitación de las pasiones, en doble sentdo.
-El que vive con un corazón no purifcado utliza su cuerpo para provocar.
-Y el que tampoco tene su corazón purifcado, cuando se relaciona con el prójimo, está viendo en su
cuerpo un instrumento un "instrumento de usar y trar".

El "eros" en vez de estar integrado y se cómo una encarnación del "ágape", esta como utlizando a la
otra persona como instrumento de placer, el eros es como una forma de "poseer a la otra persona".
El amor es pervertdo, y pasa de ser un vehículo de donación a todo lo contrario: a la búsqueda de mi
propio egoísmo de mi propio placer y servirme del cuerpo de la otra persona o del mío propio.

Esta es la gran importancia de llevar a cabo esta batalla de la purifcación.

Decíamos que cuando estamos purifcados vemos en el cuerpo humano una manifestación de la belleza
divina; mientras que lo que hay aquí es una auténtca obsesión por la "belleza corporal"; hasta qué
punto le puede llevar a un joven o una joven, a frustraciones por el hecho de que tengan un defecto
fsico, o por la obesidad, las operaciones estétcas, "hay que sentrse bien con uno mismo" –dicen-.

Todo esto está escondiendo un corazón que necesita una purifcación evidente, un corazón que no tene
norte, un corazón que no "tene centro de gravedad bien puesto", cuando no hay un discernimiento
estamos mendigando que nos hagan caso: que alguien me mire y me desee, es una pobreza interior
grande.
Nos valoramos a nosotros mismos por una venalidad; es una estétca divorciada del bien y de la verdad.

En puntos anteriores hablábamos sobre la importancia de entender la belleza como una manifestación
de la verdad y como una manifestación del bien.
Sin embargo es un drama cuando, hoy en dia se enfatza el cuerpo en un "bella sin alma".
Es el drama de perseguir esa belleza y cuando la alcanza comprueba que está vacía. Esa belleza erótca
que nos está incitando, nos lanzamos a ella, y en el mismo momento en que se entrega a ella y ve que
no hay nada dentro.
Es la belleza entendida sin la virtud de la castdad.

Lo dejamos aquí.
5 h.c. oct.-16
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Catecismo 2520 Noveno Mandamiento El combate por la pureza

Catecismo 2520 Noveno Mandamiento


El combate por la pureza

1-09-2009
Mons. JOSE IGNACIO MUNILLA

Un cordial saludo a todos los oyentes de Radio María. Un dia más, con la gracia del Señor,
proseguimos el comentario del catecismo de nuestra madre la Iglesia.

Punto 2520:

El Bautismo confiere al que lo recibe la gracia de la purificación de todos los pecados.


Pero el bautizado debe seguir luchando contra la concupiscencia de la carne y los
apetitos desordenados. Con la gracia de Dios lo consigue

— mediante la virtud y el don de la castidad, pues la castidad permite amar con un


corazón recto e indiviso;

— mediante la pureza de intención, que consiste en buscar el fin verdadero del hombre:
con una mirada limpia el bautizado se afana por encontrar y realizar en todo la
voluntad de Dios (cf Rm 12, 2; Col 1, 10);

— mediante la pureza de la mirada exterior e interior; mediante la disciplina de los


sentidos y la imaginación; mediante el rechazo de toda complacencia en los
pensamientos impuros que inclinan a apartarse del camino de los mandamientos divinos:
“la vista despierta la pasión de los insensatos” (Sb 15, 5);

— mediante la oración:

«Creía que la continencia dependía de mis propias fuerzas, las cuales no sentía en mí;
siendo tan necio que no entendía lo que estaba escrito: [...] que nadie puede ser
continente, si tú no se lo das. Y cierto que tú me lo dieras, si con interior gemido
llamase a tus oídos, y con fe sólida arrojase en ti mi cuidado» (San
Agustín, Confessiones, 6, 11, 20).

Bautsmo confere el perdón de los pecados, la "plena remisión de los pecados". Esto lo podemos decir de quien
ha sido bautzado de pequeño –como la mayoría de nosotros-, pero también se dice lo mismo con el que ha sido

1 h.c. oct.-16
Catecismo 2520 Noveno Mandamiento El combate por la pureza

bautzado de adulto; dicho de otro modo: el bautsmo confere la plena remisión de los pecados, no solo del
pecado original, sino de todos los pecados que uno haya podido cometer. Por tanto, un adulto que se bautza no
tene que confesarse –para entendernos-. Es cierto que tendrá que confesarse a partr de su bautsmo.

Esto nos suele sorprender porque subraya especialmente la gratuidad del perdón de Dios.

El pasaje donde presentan ante Jesús a un paralitco, que habían tenido que descolgarlo por el techo, y Jesús dice:
"Tus pecados te son perdonados". Ante la sorpresa de todos, es un don gratuito.

Además esto del perdón de los pecados es algo que se "percibe en fe". Porque Jesús, después de decir: "tus
pecados te son perdonados", y como la gente no terminaba de creérselo, que eso fuese posible, así tan
gratuitamente, dijo:

"¿Qué es más fácil decir: tus pecados te son perdonados, o levántate coge tu camilla y vete a tu casa…?;

Para hacerles creer hizo el milagro de la curación de aquel paralitco, pero perfectamente podía haber ocurrido;
como de hecho ocurre en nuestras vidas, que Jesús le hubiese perdonado sus pecados sin tener que hacer el
milagro de la curación fsica.

Así ocurre en nuestras vidas: que Dios perdona nuestros pecados, pero por fuera las cosas siguen parecidas: Si
tenemos determinadas parálisis, seguimos con ellas: si uno es un cascarrabias, después de haber recibido el
perdón de los pecados, sigue teniendo esa tendencia que tenía antes.

Pero hay que insistr que "es cierto que el perdón de Dios es total".

Cuando Dios perdona, no es como nosotros: "perdono pero no olvido"; Dios perdona totalmente.

Pero en este punto también dice:

Pero el bautzado debe seguir luchando contra la concupiscencia de la carne y los apettos desordenados.

El perdón de Dios, que nos es dado principalmente por el bautsmo y la confesión, nos quita la culpa ante Dios,
pero sin embargo no nos quita las consecuencias temporales que ese pecado nos ha producido.

Se nos remite aquí al punto 1264:

No obstante, en el bautzado permanecen ciertas consecuencias temporales del pecado, como los sufrimientos,
la enfermedad, la muerte o las fragilidades inherentes a la vida como las debilidades de carácter, etc., así como
una inclinación al pecado que la Tradición llama concupiscencia, o metafóricamente fomes peccat: «La
concupiscencia, dejada para el combate, no puede dañar a los que no la consienten y la resisten con coraje por
la gracia de Jesucristo. Antes bien "el que legítmamente luchare, será coronado" (2 Tm 2,5)» (Concilio de
Trento: DS 1515).

La concupiscencia no es u pecado pero sí que es un desorden que tenemos interiormente. El famoso pasaje de
San Pablo: "tenía como una espina clavada en mi interior, y por tres veces le pedí a Dios que me la quitara, me
dijo: "te basta mi Gracia".

Nosotros entendemos esa espina como la concupiscencia o la inclinación al pecado.


2 h.c. oct.-16
Catecismo 2520 Noveno Mandamiento El combate por la pureza

A Dios no le ha parecido, en su plan providente de salvación, lo adecuado para que sea el camino de nuestra
salvación, que junto con el perdón desparezcan las consecuencias, que el pecado tene en nosotros.

De hecho, consecuencias del pecado original se introdujo la muerte y el sufrimiento, peor además hay más
consecuencias, los defectos que quedan como un sello en nosotros: ciertos vicios, ciertas tendencias: las
fragilidades inherentes a la vida como las debilidades de carácter, etc.,-como dice este punto.

Que uno tenga arranques de ira, por el hecho de confesarse eso no va a desaparecer; y Dios querrá en su plan
providente, que esas heridas que el pecado ha dejado en nosotros, sean un instrumento para que nosotros
luchemos.

Porque en la lucha, el hombre, clama y pide la Gracia de Dios, y también, y gracias a que nos sabemos débiles
pedimos la Gracia. Además: el que no lucha no crece: gracias a que somos tentados, el hombre crece en virtud y
se abre al don de la santdad

Por tanto: LA VIDA CRISTIANA ES COMBATE. Además, el principal enemigo lo tenemos dentro de nosotros:
nuestras concupiscencias, nuestros desordenes interiores…

Termina el primer párrafo de este punto:

Con la gracia de Dios lo consigue

Además no se trata que tanto por cien es Gracia y que tanto por cien tenemos que poner nosotros. El hombre
tene que entregarse totalmente en este combate por la pureza interior, al mismo tempo que Dios le asiste
plenamente con su Gracia.

El poder combatr es una Gracia de Dios, el que "no hagamos las paces con nuestro pecado", que no
hagamos un pacto de mediocridad; que tengamos deseo de santdad… eso es una Gracia de Dios.
Otra cosa uno no puede ser juez de sí mismo, no puede evaluarse a sí mismo: ¿hasta qué punto voy
creciendo o no, en la vida de Gracia?.
Pero el que tengamos el deseo de santdad, el frme propósito, la "determinada determinación" –que
decía Santa Teresa.
Contnua este punto se nos describe cuatro formas de combatr por la pureza:

— mediante la virtud y el don de la castidad, pues la castidad permite amar con


un corazón recto e indiviso;

Es curioso que se le llame "virtud y don " al mismo tempo. Pero son las dos cosas al mismo tempo.

La castdad venia defnida en el punto 2337:

La castdad signifca la integración lograda de la sexualidad en la persona, y por ello en la unidad


interior del hombre en su ser corporal y espiritual. La sexualidad, en la que se expresa la pertenencia
del hombre al mundo corporal y biológico, se hace personal y verdaderamente humana cuando está
integrada en la relación de persona a persona, en el don mutuo total y temporalmente ilimitado del
hombre y de la mujer.
La virtud de la castdad, por tanto, entraña la integridad de la persona y la totalidad del don.

3 h.c. oct.-16
Catecismo 2520 Noveno Mandamiento El combate por la pureza

Nosotros percibimos cuando tenemos el don de la castdad, no como un "animal suelto que tenemos
dentro", como un impulso interior que esta fuera de la capacidad de la voluntad de controlar y de dirigir
nuestra vida. Eso ocurre así cuando falta la virtud de la castdad… no hay una integración.

ES la unidad entre lo corporal y lo espiritual; la sexualidad está al servicio de la personalidad y no al


revés. Y el concepto cristano de la castdad nos permite vivir la sexualidad como un instrumento de
donación en la entrega de la vida.

Dios ha querido la sexualidad, no solo para trasmitr la vida, además para que sea un instrumento de
comunicación y de donación… es decir: "todo lo mío es tuyo" "en las alegrías en las penas, en la salud en
la enfermedad…". Esto que se dice en la formula matrimonial esta expresado fsiológicamente en el acto
sexual.
El acto sexual es la expresión fsica de la donación total del corazón, del hombre a la mujer y de la mujer
al hombre.
Y este es el don de la castdad.

Y todos estamos llamados a vivir el don de la castdad; igual un matrimonio que tene que vivir la
castdad en la entrega fel, y los que somos célibes vivimos el don de la castdad con nuestra abstnencia.
Que nuestra sexualidad es una expresión de la vocación de la vida. Y para que esto pueda ser cierto
requiere la virtud de la castdad.
Y la sexualidad no es como tener un tgre suelto en casa –aunque a veces parece que sea así, y a veces
te suelta un zarpazo que te quedas temblando-, eso pasa cuando no vivimos la virtud de la castdad,
porque la impureza la impureza se adueña de nosotros… "es que el tgre no está para tenerlo suelto en el
pasillo de casa".

ES la virtud de la castdad supone lucha y combate, y educación.


El segundo instrumento para el combate de la pureza dice este punto:

— mediante la pureza de intención, que consiste en buscar el fin verdadero del


hombre: con una mirada limpia el bautizado se afana por encontrar y realizar en
todo la voluntad de Dios (cf Rm 12, 2; Col 1, 10);

No pensemos que el tema de la pureza solo se refere a la sexualidad; es un tema que abarca muchas
cosas en la vida. Lo básico es lo que dice aquí:
La pureza de intención.: Que uno, frente a lo que hace en esta vida no se engañe. Que tenga claro que lo
que hago no lo hago por buscarme a mí mismo, sino que busco la voluntad de Dios:
¡"Que no me mire a mí, cuando te sigo; que te mire a t, Señor"!.

Es la escena del "joven rico". Este hombre, teóricamente, buscaba la voluntad de Dios… " Maestro
bueno, ¿Qué tengo que hacer para ganar la vida Eterna…?.
Parece una intención muy santa; pero el caso que cuando se escarba un poco – y en esto de conocer lo
que hay por dentro, a Jesús, no se le oculta nada-; es verdad que buscaba la voluntad de Dios, pero
también buscaba otros "intereses". No había una pureza de intención.

4 h.c. oct.-16
Catecismo 2520 Noveno Mandamiento El combate por la pureza

Esto nos puede ocurrir a todos nosotros, que no tengamos pureza de intención en lo que hacemos.
Que podemos hacer muchas cosas en esta vida, pero con la intención de que se nos reconozca, que
hablen bien de nosotros.
Se pueden hacer las cosas por muchos motvos: por "lavar mi imagen, porque me reconozcan, por
quedar bien, o incluso por tener la conciencia tranquila –que parece que es lo que buscaba el joven rico,
es pretender quedar bien con Dios y después hacer mi vida.
Eso no es tener una pureza de intención. Es otra cosa:
Es preguntarle a Dios: "Señor, ¿Qué quieres de mi…?" . Buscar en todo la Gloria de Dios.
Puede ocurrir que nos engañemos en esto.
Por eso es importante que tengamos un examen sobre la recttud de nuestras intenciones, porque es
muy fácil que nos engañemos.

Es lo que dice San Ignacio de Loyola:


"El hombre ha sido creado para dar Gloria a Dios en todos sus actos".

Es algo que tenemos que pedir mucho: esa recttud interior en todas nuestras acciones. Y de vez en
cuando examinarnos en la intención con la que hacemos las cosas.

Contnúan este punto con otro consejo para luchar por la pureza:
— mediante la pureza de la mirada exterior e interior; mediante la disciplina de
los sentidos y la imaginación; mediante el rechazo de toda complacencia en los
pensamientos impuros que inclinan a apartarse del camino de los mandamientos
divinos: “la vista despierta la pasión de los insensatos” (Sb 15, 5);

Tiene que haber una lucha por la pureza en la mirada, además distngue entre "mirada interior y mirada
exterior".
En el sentdo exterior es más fácil entenderlo: que mis ojos estén mirando con limpieza, o por el
contrario estén mirando la complacencia sexual en una persona.
Mientras que la mirada de pureza interior, es verdad que uno puede estar mirando interiormente con un
deseo impuro y que no le ayudan a amar a esa persona tal y como Dios quiere que la ames, sino que se
pueden estar suscitado odios, rencores, impurezas….
Quiero citar a San Bernardo en una obra suya: "los doce grados de humildad y de soberbia".
El habla que el primer grado de soberbia es "la curiosidad de los sentdos": miradas, curiosidades,
juicios…
Puede parecer que esto puede parecer un poco "inocuo"; pero según me fjo curiosamente y
superfcialmente, voy juzgando a la gente… este es simpátco, este es un soso…
Es la tendencia que hay a mirar superfcialmente, que nos está metendo progresivamente es esta
impureza interior; que está ligada a las miradas de impureza en materia de sexo.
En la tradición católica siempre se ha hablado de que tenemos que purifcar nuestra mirada. San
Bernardo dice: "tu mírate para adentro y no estés tan disperso mirando hacia fuera".
5 h.c. oct.-16
Catecismo 2520 Noveno Mandamiento El combate por la pureza

Esto sigue teniendo perfecta actualidad entre nosotros. Y más aún porque hoy en dia tenemos muchos
más medios que nos incitan a estar mirando fuera y a estar curioseando.

Dice aquí en este punto, cuando se habla de la pureza y de la manera de actuar dice:
Mediante el rechazo de toda complacencia en los pensamientos impuros.
El noveno mandamiento es muy certero cuando dice "no consentrás pensamientos ni deseos impuros"
No dice "no tendrás…", habla de "no consentrás" .
Cociente de que puede ser que no esté en nuestra mano el poder controlar los pensamientos que nos
sobrevengan pensamientos impuros; pero otra cosa es que me "complazca en esos pensamientos".

Sabiduría 15, 5:
15:4 No nos han extraviado las invenciones de un arte humano perverso
ni el esfuerzo estéril de los pintores de quimeras:
esas figuras embadurnadas de colores abigarrados,
15:5 cuya contemplación excita la pasión de los necios
y les hace desear la figura inanimada de una imagen sin vida.

SE nos remite al punto 1762:


La persona humana se ordena a la bienaventuranza por medio de sus actos deliberados: las
pasiones o sentmientos que experimenta pueden disponerla y contribuir a ello.

El hombre tene pasiones buenas que deben de ser bien utlizadas para conducirnos a Dios.
Un ejemplo: Ese tpo de películas buenas que producen en nosotros una emoción, un sentmiento, una
pasión que elevan nuestro corazón a Dios.
Esto que se produce en sentdo positvo, también se puede producir en sentdo negatvo, cuando
nuestros sentdos nuestras imaginaciones están percibiendo una serie de bombarderos, que nos están
suscitando nuestras bajas pasiones.

Por últmo se nos da otro instrumento para la lucha por la pureza:


— mediante la oración:

Es evidente que nosotros solos no vamos a llevar a cabo este combate por la pureza.
«Creía que la continencia dependía de mis propias fuerzas, las cuales no sentía en mí;
siendo tan necio que no entendía lo que estaba escrito: [...] que nadie puede ser
continente, si tú no se lo das. Y cierto que tú me lo dieras, si con interior gemido
llamase a tus oídos, y con fe sólida arrojase en ti mi cuidado» (San
Agustín, Confessiones, 6, 11, 20).

Hay un momento en la vida de San Agustn, donde le pide a Dios que le libre de impureza, pero con la
boca pequeña, porque está muy esclavizado. Hay un momento que le pedía a Dios: "dame la castdad
pero no me la des ahora mismo".
Es como decir: "que, que sería bueno que… peor tengo mi complacencia en…"
6 h.c. oct.-16
Catecismo 2520 Noveno Mandamiento El combate por la pureza

Como dice Jesús: Pide con fe uy pedid como si ya lo tuvieras".


También es verdad que Dios se retarde en concedernos los dones, pero es para que seamos humildes,
para que seamos mendigos de la gracia.
En fn, que el don de la pureza no es solo cosa de la fuerza de voluntad, pues es un don de la Gracia. No
podemos ir a esa batalla de la pureza, solamente contando con nuestras estrategias. Es como si uno va a
luchar contra el cáncer y se toma una aspirina.
Que estos combates son necesarios que estén asistdos por las armas de la Gracia: la oración, la
limosna, el ayuno…, porque nos sabemos débiles. Ojo con el voluntarismo –los pelagianos- porque nos
condena al fracaso. Sin la Gracia de Dios no somos nada.

Por eso nos acogemos a María, que a través de ella podamos ser castos y puros; y en el Padre nuestro:
no nos dejes caer en la tentación".

Lo dejamos aquí.
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Catecismo 2521 Noveno Mandamiento El combate por la pureza – el pudor -

Catecismo 2521 Noveno Mandamiento


El combate por la pureza – el pudor-

2-09-2009
Mons. JOSE IGNACIO MUNILLA

Un cordial saludo a todos los oyentes de Radio María. Un dia más, con la gracia del Señor,
proseguimos el comentario del catecismo de nuestra madre la Iglesia.

Punto 2521:
La pureza exige el pudor. Este es parte integrante de la templanza. El pudor
preserva la intimidad de la persona. Designa el rechazo a mostrar lo que debe
permanecer velado. Está ordenado a la castidad, cuya delicadeza proclama.
Ordena las miradas y los gestos en conformidad con la dignidad de las personas
y con la relación que existe entre ellas.

Alguno es posible que se extrañe que se hable del pudor, porque piense que sea algo caduco.
La verdad cristana tene la característca de ser una verdad moral por sí misma, y de no ser hija de su
tempo".
Es una pobreza grande que alguien tenga una concepción moral de la vida, dependiendo del tempo en
el que haya nacido.
Lo propio del cristanismo es poder juzgar los valores morales de la historia desde Cristo, desde el
evangelio, sin que la circunstancia histórica que nos haya tocado vivir nos oculte a la realidad.
Decía Chesterton: "el cristanismo nos libera de la esclavitud de ser hijos de nuestro tempo".

Por eso hablamos de la pureza y del pudor, porque la Iglesia ama al hombre en Cristo.
Es verdad que en los últmos años ha existdo en la predicación un cierto ocultamiento de estos temas.
Claro que en cuanto el magisterio de la Iglesia no ha sido así –el catecismo es clarísimo-.
Merece la pena recordar las catequesis que Juan Pablo II dio durante casi ocho años sobre el amor
humano, de la teología del cuerpo.

Pero en cuanto a muchos predicadores tal vez nos hemos escurrido un poco en cuanto estos temas. Es
posible que exista un poco la "ley del péndulo", y hayamos pasado de predicar con insistencia y
metculosidad sobre el sexto y en noveno mandamiento, a procurar pasar por encima y sin hacer polvo.

1 h.c. oct.-16
Catecismo 2521 Noveno Mandamiento El combate por la pureza – el pudor -

Es verdad que existe sobre los predicadores una presión muy grande.
Vayamos al tema:

LA PUREZA EXIGE EL PUDOR.


La castdad o pureza es una virtud que orienta para el bien, orienta para el amor, el impuso genésico
humano- el impulso de la sexualidad humana- tanto en sus aspectos fsicos como afectvos.
Y si no está orientado, ese impulso acaba siendo –como decíamos ayer- como una fera suelta en casa.
Es por esto que la virtud de la castdad implica un dominio de nosotros mismos, supone lucha por la
libertad, por conducir-te, así como la caridad respecto a los otros.

Un aspecto de la castdad es el pudor, que lo que hace es "ordenar esas miradas, los gestos, las
conversaciones, los vestdos, el uso de los espectáculos… todo un conjunto de circunstancias que están,
más o menos, en relación con ese impulso sexual.

Santo Tomas de Aquino, en la Summa Teologica" dice: "El pudor se ordena a la castdad, pero no como
una virtud distnta de ella, sino como una especie de circunstancia especial".

El papa Pio XII defnió el pudor en un discurso que pronunció en el año 1957:
En la innata y más o menos consiente tendencia de cada uno a defenderse de la indiscriminada
concupiscencia de los demás, un bien fsico propio. Con una prudente selección de circunstancia,
para que estemos reservados para lo que es la voluntad de Dios, bajo el escudo de la castdad y
de la modesta.

Viene a decir que hay una tendencia a defendernos de la concupiscencia ajena, a "tener una cierta
reserva", a eso le llama pudor. Esta reserva es para lo que es la vocación que Dios tene para mí.

Contnúa este punto diciendo:


Este es parte integrante de la templanza

En el punto 1809:
La templanza es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio
en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instntos y
mantene los deseos en los límites de la honestdad
De ahí viene la palabra templado, en el sentdo de ser fuerte para frenar, cuando hay que frenar y elevar
cuando hay que elevar; es decir: buscar el punto medio.
Guardar una sana discreción y no dejarse arrastrar por las pasiones.
Quien no se va educando en la templanza desde pequeño, al fnal es un exclavo de sus caprichos.

Ser templado es ser capaz de decir que no ante la indolencia y ante la ira, el punto medio, el equilibrio
ante los ímpetus y ante los temores.
Contnúa este punto diciendo:

2 h.c. oct.-16
Catecismo 2521 Noveno Mandamiento El combate por la pureza – el pudor -

El pudor preserva la intimidad de la persona.


Quiero apoyarme en una obra: "El elogio del pudor" de D. Jose Mª Iraburu.

Si recurrimos al Antguo Testamento, cuando en el libro del Génesis se narra el primer pecado del
hombre: Adán y Eva estaban desnudos y no se avergonzaban, porque estaban creados a imagen y
semejanza de Dios; no tenían nada de qué avergonzarse, eran ajenos a toda maldad y Vivian en perfecta
armonía entre alma y cuerpo. No tenían ningún problema de impureza.
Es el pecado el que distorsiona aquella realidad, y se suscita una especie de vergüenza, un "pudor", para
defenderse frente a esa distorsión que el pecado había creado en ellos.
Esa especie de vergüenza y de pudor es bueno porque les lleva a preservarse de la tendencia
pecaminosa que se ha generado en ellos por el pecado. Y Dios mismo ve con "buenos ojos", ese sentdo
del pudor y dice el texto:
"El Señor hizo para el hombre y para la mujer unas túnicas de pieles y los vistó".

Eclesiástco 9, 7-8:
9:7 No vayas mirando por las calles de la ciudad ni rondes por sus lugares solitarios.
9:8 Aparta tu vista de la mujer hermosa y no fjes los ojos en la belleza ajena:
muchos se extraviaron por la belleza de una mujer, y por su causa el deseo arde como fuego

Sin este sentdo del pudor te acaba "entrampando".

En el Nuevo Testamento está mucho más remarcado este valor del pudor.
En San Pablo de una manera especial. Habla de una ceguera moral que está ligada en negar a Dios y en
negar la virtud de la pureza.

Romanos 1, 22:
20 Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a
través de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables;
21 porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias,
antes bien se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se entenebreció:
22 jactándose de sabios se volvieron estúpidos,
23 y = cambiaron la gloria = del Dios incorruptible = por una representación = en forma de
hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos, de reptiles.
24 Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una impureza tal que
deshonraron entre sí sus cuerpos;
25 a ellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la
criatura en vez del Creador, que es bendito por los siglos. Amén.
26 Por eso los entregó Dios a pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones
naturales por otras contra la naturaleza;
27 igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos
los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí
mismos el pago merecido de su extravío.
28 Y como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de Dios, entrególos Dios a
su mente insensata, para que hicieran lo que no conviene:
29 llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad, henchidos de envidia, de
homicidio, de contienda, de engaño, de malignidad, chismosos,

3 h.c. oct.-16
Catecismo 2521 Noveno Mandamiento El combate por la pureza – el pudor -

ES curioso que San Pablo esta relacionando el "no conocieron al Dios verdadero" con los desórdenes en
materia de sexualidad y con la impureza.
Hay un nexo muy profundo entre la irreligiosidad y la lujuria.
Es evidente que el cristanismo de los primeros siglos tuvo la valenta de afrmar la castdad y el pudor en
un mundo que lo ignoraba y que era totalmente contracultural.
Hoy podemos tener miedo que el cristanismo resulte contracultural, cuando predica los valores de la
pureza, básicamente lo mismo que en los tempos de los romanos. No está resultando una situación
novedosa para la Iglesia.

En el mundo greco romano la impureza se había convertdo casi un deporte nacional. Las infnidades
conyugales eran muy numerosas y curiosamente, en el imperio romano, había una tendencia; porque
en sus primeros tempos –por mucho que fuese pagano- se mantenían mucho mejor las costumbres
naturales, peor en la medida que se va corrompiendo el imperio romano por la vida fácil del " pan y
circo" –tal y como ocurre hoy en dia-.
Al principio del imperio romano no se permita el divorcio fácilmente, solamente se permita el divorcio
cuando había problemas graves, se reunía el consejo familiar y tenía que aprobarlo.
Pero poco a poco según se va degenerando el imperio romano, el divorcio se convirtó en algo corriente,
y bastaba con el consentmiento mutuo para justfcar el divorcio. Lo mismo que ocurre hoy en dia.
En ese contexto, los primeros cristanos y San Pablo proclamaron unos valores contracorriente.
Los espectáculos pretendían sensaciones fuertes, donde había sexo real y de violencia real. En las
representaciones teatrales se practcaban relaciones sexuales reales, y las representaciones de violencia
se hacían ejecuciones en directo.

Es curioso el ver como la violencia y el sexo invaden el teatro y la literatura en la decadencia del imperio
romano. Es curioso cómo se repite la historia, y algunos aún se creen modernos….!!!.
Situaciones que vivimos en medio de nosotros que son una copia de la decadencia del imperio romano.
Un occidente que se corrompe, en la abundancia, la comodidad…

Que podamos proclamar que la virtud de la castdad es necesaria, para que el hombre no sea un
objeto, no sea algo de usar y trar, no sea un "clínex"; y el pudor es necesario para custodiar a la
dignidad de la persona.

Contnúa este punto:


Designa el rechazo a mostrar lo que debe permanecer velado.

Que hay un sentdo de la intmidad en las personas. Esto es lógico.


Si malo es ser poco comunicatvo, también es muy malo lo contrario el no tener el sentdo de la
prudencia y es un "lorito".
Es lógico que los niños tengan que ser educados en este sentdo de prudencia y de preservar la
intmidad.
4 h.c. oct.-16
Catecismo 2521 Noveno Mandamiento El combate por la pureza – el pudor -

Hoy en dia es más difcil esta prudencia de preservar la intmidad, sobre todo por internet y los medios
de comunicación de los móviles. Podemos ver cómo la gente en su bloc personal cuenta una serie de
intmidades, de fotos íntmas. Utlizando internet como si fuera un escaparate.

Contnuamos en la explicación teológica del pudor, en el sentdo cristano del vestdo.


En la catequesis del génesis, donde se ve que por el pecado de Adán y Eva, necesitaron del vestdo,
porque se vieron desnudos, y necesitaron vestrse, porque la desnudez de uno es incitación para el otro.
Según dice San Juan Crisostomo: "se vieron despojados del habito de la Gracia sobrenatural que
estaban revestdos por ella.

La Gracia de Dios era su vestdo; pero después que el pecado ha roto esa Gracia de Dios se sienten
desnudos y tenen que vestrse. Es una naturaleza humana despojada, cuya desnudez se traduce en
sentr vergüenza, sentr pudor..
De tal manera que el vestdo es una especie de "recordatorio" de que todos tenemos esa condición, que
ha sido herida por el pecado y necesitamos vestrnos.
Por otro lado, el vestdo es como una añoranza de recuperar el vestdo primero de la Gracia de Dios, la
nobleza perdida.

La teología cristana insistó en que nosotros tenemos que revestrnos de la gracia, revestrnos de Cristo.

El pecado puede hacer que hagamos de las vestduras una tentación de vanidad y de lujo y de
indecencia. Curiosamente la vestmenta que es para preservar el sentdo del pudor y de la intmidad, se
convierte en una especie de incitación de vanidad y de lujuria.
San Justno dice: "tenemos que desvestrnos de esas sucias vestduras y revestrnos con el habito glorioso
de las virtudes cristanas: Revestmos de Jesucristo".

De hecho el signo sacramental de bautsmo nos recuerda el sentdo espiritual del vestdo. En un
momento de la liturgia del bautsmo donde el sacerdote impone una vestdura blanca al recién
bautzado:
"Eres ya nueva criatura y has sido revestdo de Cristo. Esta vestdura blanca sea signo de tu
dignidad de cristano; ayudado por la palabra y el ejemplo de los tuyos, conserva esta vestdura
sin mancha hasta la vida eterna."

En algunas órdenes religiosas, cuando se viste por las mañanas, mantene la costumbre, de rezan
algunas oraciones: "Cristo es mi vestdura".
Es la fe cristana la que nos ha revelado la dignidad del cuerpo, la belleza del pudor y de la castdad y por
eso la cuidamos y la preservamos.

Hay una buena notcia en el evangelio sobre el pudor. En la historia de la Iglesia naciente, el sentdo del
pudor, de la castdad, de la virginidad y del matrimonio monógamo, son novedades del cristanismo
5 h.c. oct.-16
Catecismo 2521 Noveno Mandamiento El combate por la pureza – el pudor -

El cristanismo decía cosas que no se atrevió a decir nadie. Además esto es una prueba de que el Espíritu
Santo es capaz de renovar la terra.
Todo un imperio Romano que tenía todas aquellas costumbres licenciosas e impuras, se fue
transformando y fue cambiando las costumbres de las termas.
En las termas romana eran habituales los desenfrenos y orgias. En Roma ciudad llego a haber más de mil
termas.
Según se iban convirtendo al cristanismo dejaban de asistr a las termas. Poco a poco cambiaron el
imperio romano. Ya en el siglo cuanto y quinto desaparecieron las termas.

Ha habido una victoria del evangelio sobre ese espíritu mundano.

San Clemente de Alejandría (215 d.c.) dice: los cuatro motvos para acercarse a las termas.
"Por limpieza, por salud, por defensa del frio, por mero placer".
Son lícitos los dos primeros motvos, pero los otros dos los rechazo.
Otros autores como san Atanasio o San Cipriano, van educando y discerniendo sobre las costumbres
que existan.

Dice también San Clemente:


"Lo que hace falta, sobre todo es bañar el alma, el cuerpo de vez en cuando. Muchas veces, la
refnada limpieza del cuerpo coincide con una gran suciedad del alma: ¡Ay de vosotros escribas y
fariseos, hipócritas, porque parecéis sepulcros blanqueados, con una apariencia exterior muy
limpia y un interior podrido"
Utliza este texto del evangelio para acusar aquella costumbre romana de estar todo el dia en las
termas.

Los padres de la Iglesia han sido valientes a la hora de proclamar la virtud de la pureza delante de los
demás
San Cipriano:
"¿Y qué decir de los que acuden a los baños en promiscuidad y se prosttuyen ante miradas
curiosas y lascivas…?.
Dirás acaso: "allá se las haya quien lleve tales intenciones, yo no tengo otro interés que lavar y
reparar mi cuerpo…." NO te escusa este pretexto ni te libras por ello de inmodesta, el que tu no
tengas malas intenciones; podrás tu no mirar a nadie con ojos deshonestos, pero otros te
miraran a t"

La virtud de la pureza no solo está en un cuidado de mí mismo, sino también en el cuidado de los
demás. Uno no puede ser un motvo de incitación para los demás

Lo dejamos aquí.
6 h.c. oct.-16
72
Catecismo 2522 - 2523 Noveno Mandamiento El combate por la pureza – el pudor - I -

Catecismo 2522 - 2523 Noveno Mandamiento


El combate por la pureza – el pudor - I -
3-09-2009
Mons. JOSE IGNACIO MUNILLA

Un cordial saludo a todos los oyentes de Radio María. Un dia más, con la gracia del Señor,
proseguimos el comentario del catecismo de nuestra madre la Iglesia.

El tema del pudor no es cierto que esté ligado al tempo y a los cambios culturales, y que este separado
de la vivencia de la fe.
Algunos llegan a decir que el tema del pudor es algo que está condicionado por las culturas del
momento, pero que eso no quiere decir que no haya una espiritualidad fuerte.
Lo cierto es que la apostasía, el alejamiento de la fe y la falta de pudor y la descristanización y la perdida
de la castdad y el sentdo del pudor han ido dela mano .
Han coincidido en los lugares, han coincidido en los tempos, allá donde hay un alejamiento de la fe,
donde se ha perdido el sentdo religioso de la vida, enseguida entre la falta de pudor, etc.
Lo que no sabemos decir es: "que es antes: la pérdida del sentdo religioso o el impudor", ¿Qué es lo
que provoca a que…?.

Se provoca una erotzación morbosa, que lo estamos viendo en nuestra cultura hipererotzada y al
mismo tempo secularizada, donde lo sagrado no tene sito.

Cuando alguien entende que Dios nos ha creado para la vocación al amor y que la sexualidad está
integrada en esa vocación, esto preserva. Peor cuando esta sexualidad no está dentro de esta vocación,
sino que se convierte en un instrumento de búsqueda de placer, el impudor viene solo; de ahí que tenga
tanto que ver la pérdida del sentdo religioso de la impureza.

También hay otros factores:


El hecho de que se niegue la existencia del pecado original en el hombre. Cuando se desconoce que
tenemos una herida provocada por el pecado original y por los pecados personales. O se dice que esos
son visiones antguas y oscurantstas que tenden a devaluar la naturaleza humana.

DE ahí que exista una tendencia "pelagiana". Plagio negaba el pecado original, y se apoya en sus propias
fuerzas, en el camino de la fe. En frente tenia a San Agustn haciendo presente que nuestra naturaleza

1 h.c. oct.-16
Catecismo 2522 - 2523 Noveno Mandamiento El combate por la pureza – el pudor - I -

está herida por el pecado original y los nuestros propios, y por eso tenemos que recurrir a la fuerza de la
Gracia.
Es uno de los males más extendido entre nosotros: pensar que no necesitamos de la Gracia y que nos
bastamos a nosotros mismos. O lo de decir: "que Jesucristo es un buen ejemplo":
No, porque yo no solo necesito de los buenos ejemplos o de los valores que Cristo me enseña.
Yo necesito de la sangre de Cristo redentora, de su Gracia, para poder purifcarme de mi naturaleza
herida.

Todos estos presupuestos teológicos equivocados de partda, acaban poniendo las premisas para que
luego vivamos en la impureza.
En el Siglo XX se ha extendido mucho toda la flosofa del hedonismo, que es una flosofa que viene a
decir: "máximo placer con el mínimo esfuerzo" y que la vida feliz consiste en la vida placentera.
Y como flosofa de vida se extendió sobre todo, después de la segunda guerra mundial, especialmente
en occidente. El vivir bien y el rápido crecimiento económico que tubo Europa y Occidente, propicio esta
flosofa hedonista.
El hedonismo niega la cruz. Cuando eso es así somos incompatbles con el Espíritu de Cristo.
Dice el evangelio que "Jesús paso haciendo el bien por el mundo", pero abrazando la cruz. Que no es lo
mismo que "pasar por el mundo viviendo bien".
Que por cierto, que esto no quiere decir que los cristanos renuncian a disfrutar de la vida; es justamente
lo contrario: son los cristanos los que más capacidad tenen para disfrutar de la vida.

Esto lo digo por propia experiencia. Cuanta gente ven en la vida de los consagrados, como una vida de
renuncia y donde se parece que se haya renunciado a ser feliz.
Los consagrados podemos dar testmonio que nos consideramos muchísimo más felices que la media de
felicidad del resto. Además eso sin lugar a dudas.

El hedonismo es una gran mentra: eso de que la felicidad se identfque con "máximo placer con mínimo
esfuerzo", eso es mentra.
La verdad es lo que dijo Jesús: "quien busque su vida la perderá, pero el que pierda su vida por mí y por
el evangelio la encontrara."
La felicidad no es algo que se busque por sí mismo: la felicidad tene el precio del olvido de nosotros
mismos. La felicidad no se busca…se encuentra cuando uno se ha olvidado de sí mismo y ha entregado
su vida por ideales que merecen la pena.

Sin embargo con el placer: uno está buscando contnuamente el placer y en esa búsqueda no encuentras
la felicidad.
Ahí está el hedonismo con esa flosofa de 2maximo placer y mínimo esfuerzo.
Es otra causa del impudor.
También está el "modernismo": "Eso del pudor son cosas de la edad media…" Que los progresistas ya
tenemos otra visión distnta….
Son mentalices que impiden pensar según el evangelio. Son ideologías que nos impiden ser libres para
seguir a Jesucristo.

2 h.c. oct.-16
Catecismo 2522 - 2523 Noveno Mandamiento El combate por la pureza – el pudor - I -

Es curiosos que cuando predicamos sobre la castdad, algunos te dicen que eres de derechas, cuando
predicas sobre la justcia social te acusan de ser de izquierdas…
Lo cierto es que todos esos parámetros son totalmente inservibles para juzgar la doctrina de Jesucristo;
de la misma forma que aquel que esta "infectado" de ese modernismo progresista que viene con eso de
que la castdad y el pudor es una doctrina caduca…

Punto 2522:
El pudor protege el misterio de las personas y de su amor. Invita a la paciencia
y a la moderación en la relación amorosa; exige que se cumplan las condiciones
del don y del compromiso definitivo del hombre y de la mujer entre sí. El pudor
es modestia; inspira la elección de la vestimenta. Mantiene silencio o reserva
donde se adivina el riesgo de una curiosidad malsana; se convierte en discreción.

Empieza con esta expresión tan bonita:


El pudor protege el misterio de las personas y de su amor.

Toda persona tene que mantener un equilibrio entre transparencia y al mismo tempo tener intmidad.
Lo cierto es que se puede pecar de las dos cosas: de ser opaco y de no tener transparencia y de resultar
una persona rara para los que le rodean, es malo que sea uno tan inaccesible.
Pero también es malo lo contrario: aquel que no tene un sentdo de la intmidad; que no distnga entre
lo que es su "fuero interno", con lo que se dice delante de los demás.

Por tanto las personas necesitan esa reserva; porque somos seres sociales, pero dentro de nosotros
también tenemos una conciencia y una intmidad que requiere esa privacidad.
Me llama tremendamente la atención, que en nuestra sociedad que pierde el valor del pudor, pero
también está perdiendo la conciencia, como ese lugar en el que uno se encuentra a solas con Dios.
Cuando se pierde el sentdo de la interioridad del hombre, el valor de la conciencia; cuando uno pierde
eso, hace de su vida un espectáculo. Ahí están esos programas de televisión que tenen tanto existo.

Así son las cosas, cuando uno pierda el valor de la conciencia donde uno se encuentra con Dios, y
entonces se susttuye la conciencia por la "cámara".
Entonces hacemos de las "curiosidades las metas de nuestra vida".

Esto es una de las tentaciones principales; que curiosamente nacen de una falta de autoestma: cuando
alguien no valora su vida la pone en venta, o pone como meta el curiosear en la intmidad de los
demás.

Contnúa este punto diciendo:


Invita a la paciencia y a la moderación en la relación amorosa; exige que se
cumplan las condiciones del don y del compromiso definitivo del hombre y de la
mujer entre sí.

3 h.c. oct.-16
Catecismo 2522 - 2523 Noveno Mandamiento El combate por la pureza – el pudor - I -

Cuando el impulso sexual no es educado por el pudor se mueve en unos paramentos, de ser un "Impulso
sexual frio y egoísta", que lo que busca es satsfacerse. El sexo se convierte en algo mecánico, que va a
"lo que va". Por eso es necesario que sea educado y moderado para que se ponga al servicio de la
expresión del amor.

Se suele escuchar eso de que la buena esposa es la que es una dama en la calle y en la cama una
entregada. Eso es una deformación de la sexualidad, porque entonces deja de ser una expresión de
amor y de cariño y de entrega de la vida.
Para que la sexualidad sea eso hace falta educarla y hace falta compaginar los ritmos distntos del
hombre y de la mujer, y supone tener paciencia y supone tener moderación.

Se está poniendo el dedo en la llaga de algo muy importante.

Contnúa este punto:


El pudor es modestia; inspira la elección de la vestimenta.
La inmodesta en la forma de vestr lo tenemos al orden del dia; además está muy promocionada por las
modas, y además puede ocurrir que uno pierda en gran parte el sentdo de la realidad. Si todo el mundo
ha puesto el listón en una medida, si te comparas con lo que hay piensas que no estas vistendo con
inmodesta.

La falta de modesta en el vestr se convierte, a veces en una "provocación". Procurando con mí forma
de vestr para que se fjen en mí.
Otras veces esa inmodesta en el vestr es así, y uno se convence que viste así porque se siente bien. Lo
cierto es que te han vendido unos parámetros en los que parece que sentrse bien es ser admirado y ser
sexi… etc.
Los gustos que la moda nos introduce no se precisamente inocuos.

El ideal en esto es que busquemos la belleza; está muy bien que exista un gusto en el vestr. Pero el al
mismo tempo la belleza sea sencilla y austera. Que lo bonito se conjugue con lo discreto y con lo
austero.
Por cierto que a veces se pagan unos dinerales por ciertos vestdos, eso no puede entrar en una étca
cristana.
El gusto tene que ser educado y ha de ser una tarea de tener un sentdo de protección y de defensa y
capacidad crítca para los que son las modas, la publicidad, etc. que te hacen sentrte ridículo si no pasas
por ese aro.

Es curioso que en la medida en que han ido disminuyendo los ayunos cuaresmales, aquí han ido
aumentando "los ayunos primaverales", con todo el tema de la "operación biquini" de cada el verano.
Dime a que eres capaz de renunciar y te diré lo que amas...
Nos mueve más el poder vestr una talla menos, que el hacer un ayuno cuaresmal. Algo está fallando
Por no hablar de los temas de anorexias y bulimias que se están generando como consecuencias de
estas modas.

4 h.c. oct.-16
Catecismo 2522 - 2523 Noveno Mandamiento El combate por la pureza – el pudor - I -

El Señor quiere que seamos libres de todas estas esclavitudes, pero para poder alcanzar esa libertad,
tenemos que ejercitar la modesta: la belleza en la discreción y en la austeridad.
El precio de la libertad está en el ejercicio de la virtud de la castdad, para lo que hay que preservarse con
el pudor...

Termina este punto diciendo:


Mantiene silencio o reserva donde se adivina el riesgo de una curiosidad
malsana; se convierte en discreción.
No se pude convertr en conversación lúdica aquello que está reservado a la intmidad de la pareja.
Por cierto, que esto no quiere decir que esto del sentdo del pudor nos lleve a no tener capacidad de
hablar de la sexualidad en un tono educatvo cuando haya que hablar. Porque a veces hemos entendido
mal el pudor. Que por pudor hemos entendido que no me atrevo a hablar a mis hijos de la pureza y la
castdad y de la vivencia de la sexualidad.
A veces, por poca formación, pero también por un equivocado concepto del pudor, no hemos tenido la
capacidad de expresarnos y de educar a nuestros hijos en las nuevas generaciones en la castdad y
hemos dejado esos temas para que en el colegio y en el insttuto acaben malformado sus conciencias.
Que los temas de la sexualidad no pueden ser un tabú, que tene que ser expresados y defendidos los
temas de las sexualidad y de la castdad.

Punto 2523:
Existe un pudor de los sentimientos como también un pudor del cuerpo. Este
pudor rechaza, por ejemplo, los exhibicionismos del cuerpo humano propios de
cierta publicidad o las incitaciones de algunos medios de comunicación a hacer
pública toda confidencia íntima. El pudor inspira una manera de vivir que permite
resistir a las solicitaciones de la moda y a la presión de las ideologías
dominantes.

SE habla del pudor de los sentmientos. Eso que entre los niños se habla "le gusta está o no se junta con
aquella…". A veces los mayores hacemos un espectáculo parecido al de los niños, y nos resulta hasta
gracioso.
También se habla del pudor del cuerpo que rechaza los exhibicionismos, propios de cierta publicidad.
Muchas veces se recurre al resorte sensual en la publicidad para que el infujo del anuncio sea más
efectvo.
No podemos ser tan ingenuos de que no son infuyen. Las empresas de publicidad no son tontas y se
invierten muchos millones de euros en publicidad y saben que son rentables.

Se dice en este punto:


O las incitaciones de algunos medios de comunicación a hacer pública toda
confidencia íntima.
5 h.c. oct.-16
Catecismo 2522 - 2523 Noveno Mandamiento El combate por la pureza – el pudor - I -

Hay programas de televisión que parece un confesionario. Allí sale uno contando sus intmidades… es
patétco. Cuando no abrimos el corazón ante quien nos pueda ayudar, terminamos mendigamos que me
hagan caso.

Termina este punto diciendo:


El pudor inspira una manera de vivir que permite resistir a las solicitaciones de
la moda y a la presión de las ideologías dominantes.

Es totalmente necesario el pudor para poder mantener nuestra personalidad y nuestra libertad en medio
de esta sociedad tan envolvente.
El hecho que una chica diga: "quiero mantener mi pudor y no voy a ceder….pero es que me quedo sin
novio"; pero los años pasan y la tentación es que o "rebajo mis ideales o no voy a cesarme".
Tal vez de esta manera no ocurra pero sí que de una manera implícita sí que llega a ocurrir en muchas
conciencias.
Uno termina por ceder y los fracasos están a la vista.
Tenemos que creer en nosotros mismos; creer en lo que Dios ha puesto en nuestras manos, en los
principios, tener paz, tener paciencia, tener confanza en los caminos de Dios.

Que el pudor vaya de la mano, no de una forma acomplejada; más bien al contrario: Hay que liberara al
pudor de los complejos. Tiene que ir de la mano de una sencillez y una transparencia muy grande.

La persona pudorosa es alegre, mientras que la persona impudorosa que no vive la modesta, mucha
carcajada de entrada y mucha amargura por dentro. Detrás de la inmodesta hay un "venderse", y detrás
del pudor hay una autoestma grande.

Lo dejamos aquí.
6 h.c. oct.-16
85
Catecismo 2524 - 2527 Noveno Mandamiento El combate por la pureza – el pudor - I I -

Catecismo 2524 - 2527 Noveno Mandamiento


El combate por la pureza – el pudor - I I -
16-10-2009
Mons. JOSE IGNACIO MUNILLA

Un cordial saludo a todos los oyentes de Radio María. Un dia más, con la gracia del Señor,
proseguimos el comentario del catecismo de nuestra madre la Iglesia.

Cuando no se parte de un espíritu cristano, todo esto se entende como una regulación de nuestro
comportamiento, para que seamos respetuosos, solidarios, pero sin más pretensiones. Como si fueran
unas normas de circulación para que no haya choques entre nosotros.

Pero nosotros pensamos mucho más. Creemos que la moral es na vida nueva que nace de un HOMBRE
NUEVO, de tal manera que nuestro ideal no es no hacer cosas malas, nuestro ideal es tener sentmientos
nuevos.

En el tema de la pureza es ver a la mujer en todo su misterio de riqueza interior (lo digo porque soy
hombre), pero también vale para la forma de mirar a los hombres en las mujeres); sin que la impureza o
la visión "cosifcada" de su cuerpo me esté impidiendo descubrir su riqueza interior.
Esto es lo que dice el noveno mandamiento: no consentrás pensamientos ni deseos impuros.

Es que si no hago este ejercicio, dado el estado en el que estamos –como dice el refrán: la cabra tra al
monte-, o dicho teológicamente: estamos todos heridos por el pecado original.
Nuestra tendencia a una sexualidad desordenada nos impide ver al hombre y a la mujer en toda su
riqueza interior.
Es como la esponja: si no la estrujas para que expulse todo el líquido que tene dentro, no tene
capacidad de absorber el agua limpia. Algo así pasa con nuestros pensamientos y deseos: si no te
despojas de una tendencia morbosa a la erotzación, no tenes capacidad de conocer la interioridad
rica de la persona –del hombre y de la mujer-.
Además para que no hagamos cosas malas basta con un policía. Jesús no ha venido a ser un policía, sino
que a cambiemos el motor de la acción de nuestra vida, a que intentemos amar gratuitamente,
generosamente y si no te liberas de esa tendencia hipererotzada que nos rodea, no puedes amar
gratuitamente.
Por eso es tan importante esa purifcación que nos pide el noveno mandamiento
1 h.c. nov.-16
Catecismo 2524 - 2527 Noveno Mandamiento El combate por la pureza – el pudor - I I -

Punto 2523:
Existe un pudor de los sentimientos como también un pudor del cuerpo. Este
pudor rechaza, por ejemplo, los exhibicionismos del cuerpo humano propios de
cierta publicidad o las incitaciones de algunos medios de comunicación a hacer
pública toda confidencia íntima. El pudor inspira una manera de vivir que permite
resistir a las solicitaciones de la moda y a la presión de las ideologías
dominantes.

Se nos remite al punto 2354: para explicar lo que es la pornografa:


La pornografa consiste en sacar de la intmidad de los protagonistas actos sexuales, reales o
simulados, para exhibirlos ante terceras personas de manera deliberada. Ofende la castdad
porque desnaturaliza la fnalidad del acto sexual. Atenta gravemente a la dignidad de quienes
se dedican a ella (actores, comerciantes, público), pues cada uno viene a ser para otro objeto
de un placer rudimentario y de una ganancia ilícita. Introduce a unos y a otros en la ilusión de
un mundo fctcio. Es una falta grave. Las autoridades civiles deben impedir la producción y la
distribución de material pornográfco.

Con un gran realismo está haciendo la descripción este catecismo.


La pornografa es venderse y hacer del propio cuerpo una especie de incitación a la curiosidad al morbo,
a esa tendencia a utlizar a prójimo como un instrumento de excitación. No hay ningún tpo de
ralacionalidad personal entre un yo y un tú. Es robarle a la sexualidad la fnalidad que tene de entrega
y de donación en una relacionalidad personal.

Termina este punto:


El pudor inspira una manera de vivir que permite resistir a las solicitaciones de
la moda y a la presión de las ideologías dominantes.

Lejos de ver al pudor como algo represor –que es lo que se vende en nuestra cultura- nos hace libres. El
pudor lo que hace es reprimir todo aquello que es contrario a mi propia libertad, que las cosas son como
son y no como se nos venden.

SE está vendiendo que las personas tenen que ser libres pero haciendo lo que las modas y el mundo de
la propaganda mandan.

Recuerdo la letra de una canción del cantante de los años 80 Jose Luis Perales:

No sé muy bien porque ni cuando comenzó el juego aquel,


Pero tal vez era un muchacho nada más, y el humo aquel con su aroma lo atrapo,
Mientras va cantando una canción de los Bee gisp, y su reloj pasa un minuto de las diez
Y sobre él se agita un mundo de neón.
Viste como quieras, toma coca cola, viaja con Iberia a Nueva York
Fúmate un Malboro, tomate un Martni, viste un cimarrón.
2 h.c. nov.-16
Catecismo 2524 - 2527 Noveno Mandamiento El combate por la pureza – el pudor - I I -

En defnitva lo que se nos dice en el catecismo es que el pudor es necesario para ser libre. El que no
sabe decir que no y prescindir de una forma austera de todas estas incitaciones de la moda, no es libre.

Me impresiona el ver como las empresas son capaces de gastarse cientos de miles de euros en un
anuncio que dura veinte segundos en un sport publicitario. Y además saben que esos veinte segundos
van a ser rentables.

Punto 2524:
Las formas que reviste el pudor varían de una cultura a otra. Sin embargo, en
todas partes constituye la intuición de una dignidad espiritual propia al hombre.
Nace con el despertar de la conciencia personal. Educar en el pudor a niños y
adolescentes es despertar en ellos el respeto de la persona humana.

Es verdad que el pudor reviste formas distntas, según en qué cultura o tempo. Pero eso no quiere decir
que sea un tema objetvo.
Muchos dicen que el pudor es una cuestón cultural. Y se argumenta que en otras culturas africanas –
por ejemplo- no tenen ese sentdo del pudor.
Pero lo cierto es que también en esas culturas de tribus también tenen ese sentdo del pudor pero la
expresión y las formas es distnta a nosotros.
Pero es como dice este punto: el pudor es algo que está en la propia naturaleza: constituye la
intuición de una dignidad espiritual propia al hombre. Si uno no se preserva, si no se cuida la
propia intmidad, fácilmente uno se puede convertr en un objeto para los demás.: Si tú no te valoras es
difcil que los demás te valoren.

Educar en el pudor a niños y adolescentes es despertar en ellos el respeto de la


persona humana.
El pudor nace con la conciencia personal y es natural, pero tene que ser educado.
Es que todo lo natural, sin más, no es bueno. Porque tenemos una tendencia a desviar y a deformar lo
que es natural. Por eso la educación tene que fortalecer la tendencia natural, y reservarla de los infujos
del pecado y de infujos culturares desviados.
Además esas cosas que se entenden por naturales son trasmisiones culturales, y se ve como natural que
al abuelo cuando ya no se puede valer por sí mismo lo abandona la tribu.
Ojo con ese naturalismo que lo damos por bueno, porque hay muchas tendencias que a falta de la gracia
de Cristo se han corrompido.

Punto 2525:
La pureza cristiana exige una purificación del clima social. Obliga a los medios
de comunicación social a una información cuidadosa del respeto y de la
discreción. La pureza de corazón libera del erotismo difuso y aparta de los
espectáculos que favorecen el exhibicionismo y las imágenes indecorosas.

3 h.c. nov.-16
Catecismo 2524 - 2527 Noveno Mandamiento El combate por la pureza – el pudor - I I -

Uno no vive aislado, nosotros para vivir en pureza tenemos que intentar ayudarnos unos a otros. La
pureza es cosa personal, pero también tene que ver con mi entorno, no estoy yo solo en la batalla por la
pureza. Estamos "condicionados" –que no determinados- por el entorno que tenemos. Y porque
estamos condicionados podemos tomar decisiones frente a este entorno, limitarnos en espectáculos, en
compras, en… Dios nos ha dado una libertad. El cristanismo cree en la libertad del hombre; y sin caer
en la ingenuidad, tenemos que tener en cuenta los condicionamientos… no somos supermanes.

Nos remite el catecismo al punto 2344:


La castdad representa una tarea eminentemente personal; implica también un esfuerzo
cultural, pues “el desarrollo de la persona humana y el crecimiento de la sociedad misma están
mutuamente condicionados” (GS 25). La castdad supone el respeto de los derechos de la
persona, en partcular, el de recibir una información y una educación que respeten las
dimensiones morales y espirituales de la vida humana.

Que está muy ligado el crecimiento personal y el de la sociedad misma. Es importante que intentemos
construir una sociedad en la que no estemos asfxiados por una especie de alerta sexual permanente,
donde todo es erotsmo… ¡Déjame respirar un poco!.
Esto lo tenemos que revindicar, que la sexualidad no sea utlizada como un bombardeo permanente que
nos está condicionando.
Uno puede decir: "Cada uno es libre", Pero el caso es que creo que también tengo derecho a que
cuando vaya a una librería no me estén poniendo las revistas erótcas en primera línea; y lo mismo con
los programas de televisión. Es indignante que en canal abierto haya programas de pornografa.
Y pretender justfcar eso en base a que cada uno es libre de elegir, es no conocer la antropología del
hombre: la lucha interior que todos tenemos por ser libres y el infujo de las incitaciones que existen en
nosotros… es no conocer al hombre real, invocando a la libertad como que tu hacer lo que te dé la
gana. Cuando al mismo tempo te están condicionando esas "ganas" para elegir lo que no te hace
bien.
Lo mismo podemos decir de la violencia.
Cuando desde fuera se están bombardeando ciertos resortes que todos tenemos en nosotros, se nos
está manipulando. Y decir que cada uno escoja lo que quiera es una falacia.
Porque subliminalmente me manipulas y me dices que elija libremente: ¿me arrastras o me propones a
una opción…?
Tengo derecho a ser libre y a que no me estén condicionando.

Punto 2526:
Lo que se llama permisividad de las costumbres se basa en una concepción
errónea de la libertad humana; para llegar a su madurez, esta necesita dejarse
educar previamente por la ley moral. Conviene pedir a los responsables de la
educación que impartan a la juventud una enseñanza respetuosa de la verdad, de
las cualidades del corazón y de la dignidad moral y espiritual del hombre.

4 h.c. nov.-16
Catecismo 2524 - 2527 Noveno Mandamiento El combate por la pureza – el pudor - I I -

Lo que se está diciendo que es que educar en la libertad sin haber educado antes en la ley y la verdad
moral del hombre, es como darle a alguien la carne del coche de conducir, sin explicarle a donde lleva el
coche.
Cuando no se educa en una verdad moral, hablar de la permisividad es un engaño absoluto. Es como si la
libertad se defniese meramente por la autodeterminación subjetva, olvidando que la libertad persigue
un objetvo; que la libertad es un medio, no es un fn.

Punto 2527:
“La buena nueva de Cristo renueva continuamente la vida y la cultura del
hombre caído; combate y elimina los errores y males que brotan de la seducción,
siempre amenazadora, del pecado. Purifica y eleva sin cesar las costumbres de
los pueblos. Con las riquezas de lo alto fecunda, consolida, completa y restaura
en Cristo, como desde dentro, las bellezas y cualidades espirituales de cada
pueblo o edad” (GS 58).

Es un texto de la Gaudiun et Spes del Concilio Vatcano II.


Es impresionante este texto; porque al fnal, hablar de pureza, meramente desde el punto de vista étco
o moral, es importante, pero al fnal hay que hablar de Cristo.
Solo en Cristo puede alcanzar el hombre el ideal de esa pureza:
Con las riquezas de lo alto fecunda, consolida, completa y restaura en Cristo
Cristo nos permite descubrir "desde dentro" toda la belleza interior del hombre.

Esta cultura tan erotzada, nos está impidiendo ver "la riqueza interior del hombre". Es como quedarse
en la fachada del cuerpo, en una visión reduccionista, como incitación para mí. Esto acaba siendo como
un "muro", que me impide conectar con el hombre completo como imagen de Dios.
Cristo quiere regenerarnos desde dentro, y desde ahí descubrir la belleza del ser humano.

Además todos tenemos la experiencia de que el sexo por el sexo crea soledad, ruptura, divorcio.
Mientras que la pureza ayuda a la relación, a que nos importe el "tu", estar atentos a la persona. Nos
ayuda a salir de nosotros mismos. Es más, cuando nos olvidamos de nosotros mismos somos felices.

Aquí coincide la belleza, la bondad y la verdad, en la pureza.

Lo dejamos aquí.

5 h.c. nov.-16
9595

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