1) El hombre en los espacios públicos y la mujer en privados ¿Qué
opina de esta expresión?
Desde el punto de vista sociológico, creo que se debe partir primero sobre qué tipo de relaciones sociales se han construido en base a los espacios. Desde la escuela de chicago que fue el promotor del análisis urbano, su construcción frente a los diferentes tipos de interacción entre los géneros, sus bases culturales, costumbres, creencias, influencias religiosas han marcado pautas de relación. Desgraciadamente este pensamiento machista, se ha cultivado de manera inconsciente, desde patrones marcados por la religión principalmente, donde la mujer se consideraba, desde el punto de la sumisión y obediencia como casi un accesorio del hombre, sin derechos, solo deberes, que gracias a la evolución social se han ido destruyendo, ubicando el sitio digno que la mujer se merece. Existe una violencia de género donde el aislamiento de la mujer se ha promovido en expresiones hirientes como: la mujer a la cocina, en muchos hogares, va minando la estima de la mujer. Se pensaba que la mujer debería estar en la casa a cargo de los hijos y el hombre era el que “producia”. Tal vez de manera solapada, esta actitud del hombre solo demostraba inseguridad, celos, posesión. La producción de la mujer está muy limitada en cuanto al aspecto económico, pues desgraciadamente el trabajo de la casa no es valorado, carece de plusvalía por el machismo, que repito, ve a la mujer como una cosa de placer y compañía, mas no como sujeto de derechos.
2) Las cifras de maltrato a la mujer en el país han aumentado pese a
las políticas sancionatorias ¿Qué medidas considera usted como las más adecuadas para frenar este fenómeno?
La única medida que puede acabar con la violencia, es la educación,
desde pequeños sembrar en los jóvenes la palabra respeto. Si no se hace consciente el termino respeto, la ley no entrara a hacer este proceso individual, que parte de los verdaderos valores que deben ser promovidos desde la niñez.
Generar espacios de reflexión sobre la violencia en general, no solo
porque sea contra la mujer, sino que destruye la convivencia y la evolución de sociedades. Un tema que se debería enseñar en las escuelas, es cultivar la Inteligencia Emocional. Nos permite ubicarnos desde las emociones y su explicación, tener criterio selectivo, en función de un futuro que garantice la estabilidad sentimental, mental y espiritual.
3) En Colombia la ley de cuotas políticas indica que mínimo el 30%
de los cargos públicos deben ser ejercidos por mujeres y el 70% por hombres ¿Qué opina de esta ley?
Yo creo que la misma ley es discriminatoria en sí misma, pues considera
que la mujer no tiene méritos para alcanzar un puesto de trabajo, sino que toca por obligación cuantitativa hacer su vinculación. Esta ley atenta un poco contra la dignidad de la mujer, pues estamos seguros que la mujer tiene las mismas capacidades, que el hombre para desempeñar un determinado cargo. Si bien es cierto que culturalmente se marcaban profesiones como masculinas o femeninas, me refiero a los juegos o juguetes de nuestra infancia, hoy en día estos parámetros se han cuestionados desde la lógica y la naturaleza humana. Los colores no determinan el género de una persona, la fuerza no determina poder, la sensibilidad no solo es vocación de la mujer. Tristemente la cultura machista, aísla a la mujer un poco en las profesiones, lo cual ha sido desvirtuado en la práctica. Culturalmente, empezando por los colegios, las áreas más grandes del colegio eran para canchas de futbol, donde los hombres solo tenían acceso a ellas, situación que marcaba o marca una especie de disgregación que hoy en día no tiene esa razón de ser.
4) ¿Qué enseñanzas personales obtuvo de la temática abordada en el
curso de Sociología? La sociología me ha permitido cuestionarme y ubicarme, sobre el papel que tengo dentro de la sociedad, primero como ser individual y mis acciones frente a la colectividad. El respeto que debo tener por consciencia, no porque toca, sobre la diversidad, la multiplicidad de expresiones, acordes o no con mi modo de pensar, pero que dentro de la tolerancia y la comprensión, busquemos o ayudemos a formar una sociedad, justa, con igualdad, evolucionada, que permita garantizar un futuro armónico y de progreso, no solo desde el punto económico sino humanista.