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Que implica la renuncia de la legítima

Como sabemos la legítima es otorgada a los herederos forzosos, ello también


en concordancia con el artículo 724 del Código Civil, “son herederos forzosos los
hijos y demás descendientes, los padres y los demás ascendientes, y el cónyuge
o si fuera el caso el sobreviviente de una unión de hecho”.
Desde nuestra perspectiva, la denominación de herederos forzosos no es la más
adecuada, e incluso puede prestarse a confusión, pues pareciera que estos
herederos son aquellos que de todas maneras tienen que aceptar tal condición,
e incluso pudiera pensarse que no cabe en ellos la posibilidad de apartarse de
la sucesión; lo que obviamente no es así, en tanto que la calidad de heredero no
lo es por el llamamiento que hace la ley o la designación que hace el testador,
sino porque el convocado desea serlo, porque libremente acepta su condición
de heredero.
Entonces debemos entender el término forzoso, como impuesto, obligatorio para
el causante; y en sede testamentaria, para el testador, que resulta obligado a
considerar de todas maneras a estos herederos (salvo la desheredación). En
conclusión, son herederos forzosos porque, forzosamente el testador tiene que
considerarlos en su testamento.
Renunciar a la legítima tras el fallecimiento del causante
Ahora bien, la renuncia a la legítima producida tras el fallecimiento del causante
una vez abierta la sucesión es válida, si bien se exige que la renuncia sea clara,
rotunda y explícita para que surta efectos.
Cuando fallece una persona, haya dejado o no su testamento, las personas que
son llamadas a heredar sus bienes tienen la libertad de aceptar o renunciar a
estos. Efectivamente, aunque suene descabellado, nadie está obligado a aceptar
los componentes de una herencia.

Al igual que la mayoría de los procesos relacionados con testamentos o


sucesiones intestadas, la renuncia de herencia debe expresarse a través de una
escritura pública ante notario o en acta otorgada ante el juez al que corresponda
validar la sucesión, la misma que se debe de inscribir en los Registros Públicos.

Motivos de renuncia a una herencia

Como explicamos líneas arriba, cualquier persona que sea beneficiario legítimo
de una herencia tiene el derecho de aceptarla o renunciar a ésta bajo su propia
voluntad. Eso sí, debe hacerlo a la totalidad de la herencia. No se puede aceptar
una parte y renunciar a otra. Algunos de los motivos por los que se puede
renunciar a una herencia son:

 En caso que la herencia incluya una importante cantidad de deudas, y


no queramos o no podamos hacernos cargos de ellas.
 Deseemos renunciar a nuestra parte a favor de otro heredero que se
encuentre en una situación económica desfavorable.
 Poseamos una incapacidad que nos impida disfrutar de dicha herencia.
 Son comunes los casos de personas mayores que reciben una herencia
y desean delegarla a sus descendientes.

Características de una renuncia de herencia

 Solo podemos llevarla a cabo si somos beneficiarios legítimos de dicha


herencia.
 No se puede renunciar parcialmente a la herencia, tenemos que
aceptarla o renunciarla en su totalidad a la parte que nos pertenezca.
 Es un acto irrevocable una vez que hemos renunciado.
 No puede llevarse a cabo si ha sucedido algún hecho por el que la
aceptación de la herencia sea automática.

¿Qué documentos se debe presentar para solicitar su inscripción?

 Formato de solicitud de inscripción debidamente llenado y suscrito.


 Parte notarial de la escritura pública de renuncia otorgada por el
heredero o legatario renunciante.
 Pago de los derechos registrales: Presentación (S/ 10.00) e Inscripción
(S/ 10.00). No se incluye el costo de los derechos notariales.

El plazo de calificación es de siete días hábiles.

BASE LEGAL

Artículos 15°, 17° y 176° del Reglamento General de los Registros Públicos,
aprobado por Resolución N° 195-2001- SUNARP/SN (23/07/2001); 102° to de
Inscripciones del Registro de Predios, aprobado por Resolución N°540-2003-
677°, 679° y 2010° del Código Civil (25/07/84); 54° y 57° de la Ley del Notariado,
D. Ley N° 26002 (27/12/1992); 7°,9° y 21° del Decreto Legislativo N° 776
(31/1293, modificado por el art. 1° de la Ley N° 27616 (29/12/2001) y por el D.
Leg. N° 952 (03/02/2004); Directiva N° 011-2003-SUNARP/SN, aprobada por
Resolución N° 482-2003-SUNARP/SN (07/10/2003); 1°del Decreto Supremo N°
017-2003-JUS (18/09/03)

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