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UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE SALAMANCA

La publicación del Novum Instrumentum


Volúmenes publicados fue un momento singular en el mundo
de la exégesis bíblica. La reflexión había
1. J. Labajos, Repeticiones filosóficas comenzado con Lorenzo Valla, compa-
del maestro Fernando de Roa, 2007. fu s rando la Vulgata con el texto griego
e ale
nt ent
es ocum y dando como resultado una visión
2. M. A. Pena González, Aproximación d
bibliográfica a la(s) «Escuela(s) de y sensibilidad teológica. En 1504 des-
Salamanca», 2008. Revolución en el Humanismo cristiano. cubre Erasmo el manuscrito de las
Adnotationes ad Novum Testamentum
3. J. M. Sánchez Caro - R. Mª Herrera
García - Mª I. Delgado Jara, Alfonso
La edición de Erasmo del Nuevo Testamento de Valla, que publicará en 1505.

Revolución en el humanismo cristiano


de Madrigal, el Tostado. Introducción (1516) Desde ese momento, decide ocuparse
al evangelio según San Mateo, 2008. principalmente de la Sagrada Escritura

4. A. Tostado Martín, La Disputa de


Miguel Anxo Pena González y del estudio del griego. En 1514 tra-

Barcelona, 1263: controversia ju- Inmaculada Delgado Jara (coords.) baja febrilmente en la impresión de la
deocristiana, 2009. traducción al latín del Nuevo Testa-
mento, que lleva a cabo directamente
5. J. Labajos, Escritos académicos de de los manuscritos con el original
Servicio de Publicaciones
Pedro de Osma, 2010.
griego. Aspiraba a imprimirlo antes de
6. J. Labajos, Proceso contra Pedro que saliera el que preparaban los de
de Osma, 2010. Alcalá. Éstos, que ya lo tenían impreso
7. M. A. Pena González (coord.), De la en 1514, no apreciaron este aspecto
primera a la segunda «Escuela de práctico de la difusión, y lo ofrecerán
Salamanca». Fuentes documentales al público en 1523, cuando ya Erasmo
y líneas de investigación, 2012. había hecho varias ediciones del suyo
y lo había difundido por toda Europa.
8. M. A. Pena González - I. Delgado Jara
(coords.), A quinientos años de la

OT 2041241 CMYK + P. 375


Miguel Anxo Pena González
Políglota: el proyecto humanístico Su Novum Instrumentum consistía en

Inmaculada Delgado Jara


de Cisneros. Fuentes documentales una edición del texto griego con notas
y líneas de investigación, 2015. y una traducción latina propia. En los
tres prefacios de la obra: Paraclesis,
9. M. A. Pena González - I. Delgado Jara
(coords.), Métodos y técnicas en Methodus y Apologia desarrollaba
Ciencias Eclesiásticas. Fuentes, his- su teología bíblica y su philosophia
Christi, que se centraba en la renova-

(coords.)
toriografía e investigación, 2015.
ción de la naturaleza primigeniamente
10. M. A. Pena González - I. Delgado
buena, por lo que la lectura de la
Jara (coords.), Revolución en el ISBN 978-84-16305-48-3

Escritura había de resultar sencilla,


Humanismo cristiano. La edición
de Erasmo del Nuevo Testamento clara, piadosa y práctica.
(1516), 2016.
9 788416 305483
10
Miguel Anxo Pena González
Inmaculada Delgado Jara
(coords.)

revolución en el
humanismo cristiano

La edición de Erasmo del Nuevo Testamento (1516)

Salamanca, 2016
Esta Editorial es miembro de la Unión de Editoriales Universitarias Españolas (UNE), lo
que garantiza la difusión y comercialización nacional e internacional de sus publicaciones.

fuentes documentales
10

REVOLUCIÓN en el Humanismo cristiano : la edición de Erasmo


del Nuevo Testamento (1516) / Miguel Anxo Pena González, Inmaculada
Delgado Jara (coords.). -– Salamanca : Publicaciones Universidad Pontificia,
2016.

420 p. ; 21 cm.

DL S. 507-2016. -- ISBN 978-84-16305-48-3


1. Humanismo-Aspecto religioso-Cristianismo 2. Erasmus,
Desiderius--Crítica e interpretación. 3. Biblia.N.T.—Crítica e interpreta-
ción. I. Pena González, Miguel Anxo. II. Delgado Jara, Inmaculada. III.
Universidad Pontificia de Salamanca. Servicio de Publicaciones.

009:27

27:27

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Universidad Pontificia de Salamanca
Compañía, 5 • Teléf. y Fax 923 27 71 28. Fax 923 27 71 29

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Motivo de portada: Imago Erasmi Roterodami ab Alberto Durero ad vivam efigiem deliniata.
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Depósito Legal: S. 507-2016

Imprenta Kadmos
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salamanca, 2016
Índice

Introducción................................................................................... 11
Miguel Anxo Pena González (Universidad Pontificia de Salamanca)

1. La transmisión manuscrita e impresa:


algunos casos destacados
Teoria e pratica della filologia neotestamentaria di Erasmo attraverso
le controversie sul Novum Instrumentum..................................... 23
Cecilia Asso (Pisa)
1. Dorp. 2. Latomus. 3. Il ‘comma ioanneum’.

El texto griego y la traducción latina del Nuevo Testamento de


Erasmo (1516)................................................................................ 43
Inmaculada Delgado Jara (Universidad Pontificia de Salamanca)
1. Contexto: vocación bíblica de Erasmo. 2. Las ediciones del Nuevo Testamento
de Erasmo. 3. La editio princeps de 1516. 3.1. El texto griego: manuscritos
utilizados. 3.2. Texto latino. a. Preparación del texto latino. b. Fuentes de la
traducción latina de Erasmo. c. Finalidad, objetivo. 4. Conclusión.

Las Annotationes de Erasmo al Nuevo Testamento. Entre filología y


teología............................................................................................ 71
Víctor Pastor (Colegio Claret, Zamora)
1. La filología bíblica de Erasmo: estado de la investigación. 2. La filología
bíblica neotestamentaria de Erasmo. 2.1. El encuentro con Colet y Vitrier:
vocación de biblista. 2.2. El Ms. de Lorenzo Valla: Adnotationes ad Novum
Testamentum. 2.3. Erasmo en Italia: Turín (el doctorado en Teología) y
Venecia (en los talleres de Aldo Manuzio) (1506-1509). 2.4. Los años de
Cambridge (1511-1513). Colación de Mss y clases. 2.5. Llegada a Basilea
(1514) y edición en la imprenta de Froben del Nuevo Testamento y de las
Opera omnia de san Jerónimo (1516). 3. Las Annotationes de Erasmo al
Nuevo Testamento (1516). 3.1. La primera apología de su método filológi-
co: carta-prefacio a la ed. de las Adnotaciones ad Novum Testamentum (1505)
de Valla. 3.2. La apología de su trabajo respecto al Nuevo Testamento:
carta a Martín Dorp. 3.3. Finalidad y propósito de la obra de Erasmo según
la Apología (1516). 3.4. Objetivo de la carta-prefacio de las Annotationes
(1516). 3.5. Algunas deficiencias observadas por Erasmo en el texto de
8 Índice


la Vulgata según la segunda edición de 1519 del Novum Testamentum. 4.


Conclusiones. 5. Materiales complementarios. 5.1. Apéndice I: Excursus
sobre la palabra Instrumentum. 5.2. Apéndice II: Documento administrati-
vo del Doctorado en Teología de Erasmo, 4 de septiembre de 1506.

Las Anotaciones de Erasmo a Rom 5,12. Su exégesis y sus críticos ... 103
Anselmo Matilla Santos (Seminario Diocesano de Ciudad Rodrigo)
1. Por qué el Novum Instrumentum y sus Annotationes. 1.1. La Carta a los
Romanos: una carta difícil. 1.2. Erasmo y el Nuevo Testamento. 1.3. Erasmo
y la Reforma protestante. 2. Las Annotationes a Rom 5,12. 2.1. Las diver-
sas ediciones del Novum Instrumntum y las Annotationes. a. Introducción
general. b. El caso concreto de Rom 5,12. 2.2. La traducción de Rom 5,12.
2.3. Las divergencias de Erasmo con la Vulgata en Rom 5,12. 2.4. Exégesis
erasmista de Rom 5,12 en la anotación a este pasaje. a. Metodología
renacentista de interpretación bíblica. b. Elementos generales del método
exegético de Erasmo en las Anotaciones. c. En las Anotaciones a Rom 5,12.
3. La cuestión del pecado original. Los críticos de Erasmo. 3.1. La doctrina
eclesial sobre el pecado original. 3.2. Cómo plantea Erasmo esta cuestión
en Rom 5,12. 3.3. Críticos desde el catolicismo. 3.4. ¿Controversia con el
protestantismo? 4. Influencia posterior de las Anotaciones a Rom 5,12. 4.1.
El Concilio de Trento. 4.2. Recuperar a Erasmo. 5. Conclusiones.

La teología humanista de Erasmo de Róterdam .................................. 145


Pilar Pena Búa (Universidad Pontificia de Salamanca)
1. Introducción al Nuevo Testamento. 1.1. Contenido y forma. 2. Ratio verae
theologiae. 2.1. La esencia de la verdadera teología y sus condiciones. a.
Teología hermenéutica: el objeto (res) de la teología. Organización de los
temas para la interpretación de la Escritura. b. Teología hermenéutica: el
lenguaje (verba) de la teología. c. Confirmatio y confutatio. 2.2. Las añadidu-
ras a la obra. 3. La Sagrada Escritura. 4. El método teológico. 5. La teología
escolástica. 6. Breve excursus: el uso de la dialéctica en el Humanismo.

La «Philosophia Christi» en el adagio «Los Silenos de Alcibíades» de


Erasmo de Róterdam ...................................................................... 165
José Luis Guzón Néstar (CES Don Bosco, Madrid)
1. Erasmo de Róterdam. 2. ¿Dos Erasmos? 3. Los Silenos de Alcibíades. 3.1.
Historia de su redacción. 3.2. Adagio filosófico. 3.3. El mito silénico. 3.4. El
silencio de Erasmo. 4. La Philosophia Christi en el Adagio de los Silenos. 5.
Conclusiones. 6. Bibliografía. 6.1. Obras de Erasmo. 6.2. Texto de Erasmo.
6.3. Sobre Erasmo.

Hienronymi Stridonensis Vita............................................................. 189


Melanie T. Cruz (Universidad de Salamanca)
1. Erasmo y san Jerónimo. 2. La obra. 3. La publicación de la obra. 4. Bibliografía.

Erasmo: biógrafo, editor y traductor de Orígenes................................ 203


José de Ribamar Gomes de Sousa (Universidad Pontificia de Salamanca)
1. Biografía. 1.1. El significado del lo dos nombres: Adamantio y Orígenes.
1.2. La patria de Orígenes y sus padres. 1.3. Orígenes gramático y catequis-
Índice 9

ta. 1.4. La mutilación física de Orígenes. 2. Escritos origenianos y traduc-


ciones. 2.1. Los escritos de Orígenes. 2.2. Una valoración sobre las homilías
al Génesis y Levítico. 2.3. Método de enseñanza y estilo de Orígenes. 3.
Conclusión. 4. Apéndice-Traducción.

2. Metodología para la edición de fuentes manus-


critas e impresas

Traducir a Platón hoy: el ejemplo del Critón ....................................... 231


Ignacio García Peña (Universidad de Salamanca)
1. Erasmo y Platón. 2. Apuntes sobre teoría de la traducción. 3. El ejemplo
del Critón. 4. Conclusión.

Las obras pedagógicas del humanismo erasmista................................. 245


Javier Vergara (UNED)
1. Antropología pedagógica. 1.1. Enchiridion militis christiani, 1503. 1.2.
De contemptu mundi [Sobre el menosprecio del mundo], 1521. 1.3. De libero
arbitrio diatribe [Discusión acerca del libre albedrío], 1524. 2. Filología y ense-
ñanza. 2.1. Adagios. 2.2. De copia verborum rerum. 2.3. Dísticos de Catón. 2.4.
Coloquios familiares. 2.5. De conscribendis epistolis. 2.6. De ratione studii. 3.
Importancia de la educación infantil. 3.1. De pueris statium ac liberaliter
instituendis. 3.2. De civilitate morum puerilium, 1530. 4. Educación política.
5. Bibliografía pedagógica relevante.

Lecturas, publicaciones y proyectos erasmistas del cronista Fernán-


dez de Oviedo. Las «Reglas de la vida espiritual y secreta teolo-
gía» y otros escritos........................................................................ 277
José Luis Egío (Instituto Max Planck para la Historia del Derecho Euro-
peo, Frankfurt am Main)
1. Fernández de Oviedo, carácter polifacético de un inquisidor erasmista.
2. Viaje revelador a Roma (1499-1502) y desencanto perdurable con el
clero. 3. Referencias a Erasmo en los escritos de Oviedo. 4. Las críticas
disciplinares al clero indiano, rasgo distintivo de la crónica americana de
Oviedo. Por una evangelización a cargo de los laicos. 5. Oviedo y su tra-
ducción de las Regule de la vita spirituale et secreta theologia de Pietro Ritta
(1548). 6. Pietro Ritta y la espiritualidad italiana en tiempos de Erasmo.
“Rescebir el verdadero jubileo, y la plenaria indulgencia […] sin la Bula, y
auctoridad papal”. 7. Manuales de piedad y literatura pragmática, ¿vía de
expresión del erasmismo español tardío?

Presentación del proyecto bíblico de Erasmo ....................................... 295


Inmaculada Delgado Jara (Universidad Pontificia de Salamanca)
Víctor Pastor (Colegio Claret, Zamora)
1. Intención y necesidad de esta obra. 2. Contenidos del libro: criterios de
selección e importancia. 2.1. Textos introductorios. a. Carta de Erasmo al
10 Índice


papa León X. b. Paráclesis o exhortación al estudio de la filosofía cristiana.


c. Methodus. d. Apologia. e. Anotaciones. 2.2. Textos complementarios. 3.
Metodología: criterios de edición y traducción. 3.1. Tres textos que tienen
que ver con el libro (ed. del Nuevo Testamento de 1516): Carta de Juan
Froben, el editor, al lector; Carta de Ecolampadio; Carta de John Colet a
Erasmo. 3.2. Mostrar la trayectoria filológica de Erasmo, en especial, la
defensa de su humanismo bíblico. 3.3. Texto latino crítico (referencias a
una o dos ediciones). 3.4. Anotaciones. a. Notas al texto latino. b. Notas al
texto castellano. Apéndice I: Índice de textos del libro. Apéndice II: Cuatro
ejemplos de traducción.

Juan Ginés de Sepúlveda en la encrucijada de América: dos nociones,


un autor.......................................................................................... 317
Canek Sandoval (UNAM)
1. Discusión. 2. Apostilla bibliográfica en torno a Democrates segundo.

Principio y causa eficiente: fundamento de la definición unívoca de


alma en De anima de Francisco Suárez.......................................... 329
Laura A. Soto Rangel (UNAM)
1. Definición de alma, principium primum. 2. El problema de la acciones de
los vivientes. 3. Conclusiones. 4. Bibliografía.

Concepciones eclesiológico-políticas en la teología española durante


el tiempo del Cisma. Nicolás de Eymerich y su «Tractatus de
potestate papae» (1383) ................................................................. 343
Federico Tavelli (Pontificia Universidad Católica Argentina)
1. Situación político-teológica de los reinos hispánicos al inicio del Cisma.
2. Nicolás de Eymerich frente al Cisma. 3. El «Tractatus de Potestate
Papae». 4. Anexo.

Ejemplos y dificultades de la concreción del pensamiento de Erasmo


en la expresión plástica peninsular................................................. 387
Mariano Casas (Universidad de Salamanca)
1. Punto de partida: ¿Erasmo no ha escrito nunca nada sobre arte? 2. Una
puntiaguda y prominente nariz. El problema de la imagen propia. 3. La
polémica del Terminus. 4. La diatriba con el fraile de Salamanca. 5. Lecho
para almas infantiles. El uso de la imagen. 6. El problema de los retratos
de Erasmo. 6.1. ¿Erasmo disfrazado de evangelista? 7. La proyección del
pensamiento erasmista en algunas empresas de sus protectores y amigos.
7.1. El sepulcro del Patriarca. 7.2. Retablo de Santa Úrsula. 7.3. El Colegio
Mayor. 7.4. Un caso singular: don Fadrique de Portugal.

Índice onomástico.................................................................. 407

Índice de citas bíblicas......................................................... 417


El texto griego y la traducción latina
del Nuevo Testamento de Erasmo (1516)

Inmaculada Delgado Jara


Universidad Pontificia de Salamanca

Hace un año, cuando tuvo lugar el IV Seminario sobre Edición y


Traducción de Fuentes Manuscritas, «A quinientos años de la Políglota:
el proyecto humanístico de Cisneros», ya anunciábamos la preparación
de este V Seminario dedicado a Erasmo de Rotterdam y a la celebración
de los quinientos años de la publicación de su Novum Instrumentum de
1516. La importancia histórica que han tenido las ediciones del Nuevo
Testamento de Erasmo así vimos que lo precisaba.
El porqué de la importancia de esta edición y de las que le sucedieron
lo desgranamos a través de este trabajo y del Seminario en general.

1. Contexto: vocación bíblica de Erasmo

La reputación filológica de Erasmo está inseparablemente vinculada


a su nueva traducción latina y editio princeps del Nuevo Testamento griego
(1516; ediciones revisadas 1519, 1522, 1527, 1535), y a su edición de san
Jerónimo y otros Padres1. Para Erasmo, el volver a las fuentes culturales
de la antigüedad como modo de elevar la sociedad europea era aplicable

1  Este trabajo se enmarca dentro del Proyecto de investigación «Tradición clásica y


patrística y exégesis bíblica en el Humanismo (Monarquía mística de Lorenzo de Zamora y
Epistolario de Pedro de Valencia)», financiado por el Ministerio de Economía y Competitivi-
dad (MINECO) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), FF12015-65007-C4-4-P.
44 Inmaculada Delgado Jara

igualmente a la teología y a la vida cristiana, philosophia Christi: el Nuevo


Testamento y los Padres necesitaban una restauración mediante una
vuelta a sus fuentes, pero, como todos los textos antiguos, estas fuentes
necesitaban previamente su propia restauración filológica. Es decir, era
necesaria la restauración filológica de la literatura cristiana antigua como
fuente de la auténtica teología2.
Después de ingresar en el monasterio de Canónigos Regulares de
San Agustín de Steyn, cerca de Gouda, su ciudad natal, alrededor de los
20 años3, Erasmo decidió dedicar todos sus estudios a la accesibilidad
y la purificación de las fuentes del cristianismo, sobre todo el texto de
la Vulgata latina, fundamental para los teólogos y para la liturgia de la
Iglesia latina. Lo consideraba la meta de su vida. Eso no era, lógicamen-
te, obstáculo para ocuparse de textos profanos, en particular de los que
contribuían a la formación moral y piadosa de los lectores. Sus traduc-
ciones latinas de textos griegos profanos le proporcionaron un conoci-
miento del griego, indispensable para el estudio del Nuevo Testamento,
pero ofrecían también lecciones morales útiles a los lectores cristianos.
Además, contenían emendaciones filológicas escondidas, cuando Erasmo
en su traducción se apartaba del griego y seguía su propia conjetura no
expresada4.
La vocación de Erasmo por el estudio filológico de las Sagradas
Escrituras y en especial por el texto del Nuevo Testamento –que para
él es el fundamento de la vida cristiana y tiene un papel esencial en sus
actividades y pensamientos–, se remonta a los años 1500-1501 cuando, al
elaborar una enarratio de la epístola de san Pablo a los Romanos, se da
cuenta de la insuficiencia de sus conocimientos filológicos y de la nece-
sidad de profundizar en el conocimiento del griego para poder seguir
trabajando en los textos sagrados5. Aunque había estudiado la lengua en

2  Cf. C. L. Heesakkers, «Erasmo filólogo», en Myrtia 23 (2008) 259-285, especial-


mente 268.
3  Érasme, Oeuvres choisies, J. Chomarat (ed.), Paris: Libraire Générale Française, 1991, 7.
4  Cf. C. L. Heesakkers, «Erasmo filólogo», op. cit., 259.
5 Cf. P. S. Allen et al. (eds.), Opus Epistolarum Des. Erasmi Roterodami, Oxford 1906-
1858, Ep. 164,39-40; Ep. 181,30-36: «Quanquam ante triennium ausus sum nescio quid in
epistolam Pauli ad Romanos, absoluique vno quasi impetu quatuor volumina; progressurus
ni me quaedam auocassent; quorum illud praecipuum, quod passim Graeca desyderarem.
Itaque iam triennium ferme literae Graecae me totum possident, neque mihi videor operam
omnino lusisse»; Ep. 149,21-26: «Video dementiam esse extremam, theologiae partem quae
de mysteriis est praecipua digitulo attingere, nisi quis Graecanica etiam sit instructus supe-
llectile, cum ii qui diuinos vertere libros, religione transferendi ita Graecas reddant figuras,
El texto griego y la traducción latina del Nuevo Testamento de Erasmo (1516) 45

la escuela latina de Deventer, bajo su maestro Alexander Hegius6 –primer


rector escolar holandés que introdujo el griego en el programa de una
escuela latina–, decide entonces buscar la ayuda de un griego, Georgius
Hermonymus de Esparta, que «balbuceaba el griego» y que tenía otros
grandes filólogos entre sus alumnos, como Guglielmus Budaeus (1467-
1540) y Johannes Reuchlin (1455-1522). El griego le ofreció su ayuda por
poco dinero, ya que, según escribe Erasmo, era pobre y siempre tenía
hambre. De hecho ni hubiera podido enseñar si lo hubiera querido, ni lo
hubiera querido, si hubiese podido: «… talis vt neque potuisset docere,
si voluisset, neque voluisset, si potuisset». Sin embargo, Erasmo no pudo
permitirse el lujo de un maestro más cualificado7. Por tanto, hubo de pro-
fundizar en el estudio de la lengua griega de forma autodidacta8, tradu-
ciendo textos clásicos, entre otros, las obras de Luciano de Samosata9, la
Hécuba10 e Ifigenia en Áulide11 de Eurípides, los Moralia de Plutarco, textos
de Isócrates, Galeno, Jenofonte… Podemos considerarlo como uno de
los editores más productivos de textos antiguos en la primera mitad del
siglo XVI12.
Cuando Erasmo deja París en 1499, sin haber acabado su doctorado,
para visitar Inglaterra y permanecer allí ocho meses, donde hizo grandes
amistades como la de Thomas More o John Colet, se dedicó a profundizar
en la lengua griega. A su regreso a París, empezó a estudiarlo con gran
determinación13. En su posterior estancia en Italia pudo perfeccionarlo,

vt ne primarius quidem ille quem nostrates theologi literalem nominant, sensus percipiatur
ab iis qui Graece nesciunt».
6 Entre sus poesías se encuentra precisamente De utilitate Graecae linguae, donde
defiende la utilidad de esta lengua para todas las disciplinas.
7  Cf. P. S. Allen et al. (eds.), Opus Epistolarum Des. Erasmi Roterodami, vol. I,7,22-24;
Ep. 138,41: Graeci operam conducam; Ep. 149,65-68; Ep. 123,24: «neque suppetit quo libros aut
praeceptoris operam redimam».
8  Cf. W. W. Combs, «Erasmus and the Textus Receptus», en Detroit Baptist Seminary
Journal 1 (1996) 35-53, especialmente 37.
9  «Itaque coactus ipse mihi praeceptor esse, verti multos Luciani libellos, vel in hunc
vnum sum, vt attentius Graeca legerem». Cf. P. S. Allen et al. (eds.), Opus Epistolarum Des.
Erasmi Roterodami, vol. I, 7,24-25.
10  «… exercendae Graecitatis causa quando non erat praeceptorum copia, verteram
Hecubam Euripidis, tum agens Louanii». Cf. P. S. Allen I, 4,29-31.
11  Cf. C. L. Heesakkers, «Erasmo filólogo», op. cit., 269-272.
12  Ibid., 261.
13  Cf. B. Hall, «Erasmus: Biblical Scholar and Reformer», en T. A. Dorey (ed.), Eras-
mus, Albuquerque: University of New Mexico Press, 1970, 89-90; R. H. Bainton, Erasmus of
Christendom, New York: Scribner’s, 1969, 59; E. Rummel, Erasmus as a Translator of the Clas-
sics, Toronto: University of Toronto Press, 1985, 11-12.
46 Inmaculada Delgado Jara

dado que había muchos griegos enseñando su lengua, tras haber huido
después de la caída de Constantinopla en 1453. La primera parada de
Erasmo en Italia fue en Turín, donde recibió su doctorado en Teología.
Viajó a través de todo el país y pasó algún tiempo en la casa del famoso
erudito-impresor veneciano Aldo Manucio, quien había reunido en torno
a él a un grupo de eruditos italianos y griegos que comían, dormían,
trabajaban juntos, mientras se comprometían a hablar sólo griego. Aquí
en Venecia y durante sus tres años en Italia, Erasmo fue capaz de perfec-
cionar su griego14.
En 1504, mientras Erasmo trabajaba en la Biblioteca de la Abadía de
Parc, cerca de Lovaina, descubrió el manuscrito de las anotaciones de
Lorenzo Valla al Nuevo Testamento, que ofrecían un tipo de comentario
de carácter filológico y lingüístico diferente al teológico y dogmático que
habitualmente se realizaba sobre los textos sagrados. El propósito de
Valla era valorar la Vulgata como una traducción del Nuevo Testamento
griego, y su trabajo consistía en una compilación de anotaciones sobre
la Vulgata a la luz de los manuscritos griegos15. Erasmo las publicó un
año más tarde con el título Adnotationes in Novum Testamentum. Era el
germen de la filología bíblica. Su carta-prólogo a Christopher Fisher es
una defensa del trabajo del gramático en el Nuevo Testamento similar a la
que por la misma época Antonio de Nebrija realizó en su Apología16 para
defender la crítica textual de la biblia y su traducción latina17. Estimulado
por la obra de Valla, Erasmo busca los mejores manuscritos griegos y lati-
nos y comienza a cotejar la versión latina comparándola con el original
griego. Tanto Valla como Erasmo estaban convencidos de que el Nuevo
Testamento de la Vulgata tenía muchas deficiencias que podían ser corre-
gidas recurriendo al Nuevo Testamento griego, aunque este punto de
vista no fue bien recibido en la época de Erasmo18.
Decide entonces, inspirado por la obra de Valla, publicar el Nuevo
Testamento en griego, y el latino según su traducción, su primer esfuerzo

14  Cf. W. W. Combs, «Erasmus and the Textus Receptus», op. cit., 38.
15  Para una exposición de la obra de Valla, cf. J. H. Bentley, Humanists and Holy Writ.
New Testament Scholarship in the Renaissance, Princeton, NJ: Princeton University Press, 1983,
cap. 2.
16  Logroño: Arnao Guillén de Brocar, 1507.
17  Cf. J. H. Bentley, Humanists and Holy Writ, op. cit., 81.
18  Cf. W. W. Combs, «Erasmus and the Textus Receptus», op. cit., 39; B. Hall, «Eras-
mus», op. cit., 85: «Many thought that to turn aside to the Greek was not only unnecessary, it
would begin the dissolution of the Catholic authority».
El texto griego y la traducción latina del Nuevo Testamento de Erasmo (1516) 47

dentro del campo de los estudios bíblicos19. Su objetivo era transmitir el


significado del griego con mayor precisión y con mayor claridad que la
versión Vulgata Latina existente, y al mismo tiempo emplear un estilo de
latín clásico más elegante, purgado de la barbarie lingüística20. Y es esta
la contribución más ambiciosa e influyente de Erasmo a la filología griega
y latina. Durante los seis meses en los que se prolongan los trabajos de
impresión (del 2 de octubre de 1515 al 1 de marzo de 1516), el holandés,
con la ayuda de sus colaboradores Niccolò Gerbell y Ecolampadio, tiene
que luchar frente a las prisas del editor Johann Froben, que quiere sacar
su producto antes que la Políglota Complutense vea la luz, contra la falta
de correctores adecuados y contra su mala salud21. El objetivo de Froben
era ofrecer una edición útil y evitar la competencia de la Biblia de Alcalá22.
El cardenal arzobispo de Toledo, Francisco Jiménez de Cisneros (1437-
1517), había emprendido desde 1502 la edición de una Biblia Políglota,
es decir, con todos los textos del Antiguo y Nuevo Testamento de que
disponían en este momento: la Políglota de Alcalá (Complutensis). Estaba
rodeado de un grupo de académicos y de teólogos: Antonio de Nebrija,
Fernando Núñez de Valladolid, el Pinciano, y especialmente López de
Zúñiga (Stunica), que se convertirá en uno de los grandes adversarios de
Erasmo23. Pero la edición en griego de Erasmo se publicó en febrero de

19  Como comentamos más abajo, es una cuestión debatida la época en que empezó
a trabajar su traducción latina del Nuevo Testamento. Algunos estudiosos opinaban que en
este su segundo viaje a Inglaterra en 1505 fue cuando empezó. Esta creencia se basaba en
algunos manuscritos que contenían la traducción latina del Nuevo Testamento de Erasmo
y la Vulgata latina en columnas paralelas. Estos manuscritos, dos datados en 1509 y uno en
1506, incorrectamente llevaron a los estudiosos a creer que Erasmo estaba trabajando en
su traducción latina diez años antes de su publicación. Sin embargo, Andrew J. Brown ha
demostrado concluyentemente que estas fechas se aplican solo al texto de la Vulgata conte-
nido en ellos, y que la traducción de Erasmo fue añadida a estos manuscritos en 1520. Cf. A.
J. Brown, «The Date of Erasmus’ Translation of the New Testament», en Transactions of the
Cambridge Bibliographical Society 8-4 (1984) 351-380; W. W. Combs, «Erasmus and the Textus
Receptus», op. cit., 39-40; E. Rummel, Erasmus’ Annotations on the New Testament, Toronto:
University of Toronto Press, 1986, 20-21.
20  Cf. A. J. Brown (ed.), Opera omnia Desiderii Erasmi Roterodami, Amsterdam: North
Holland Publishing Company-Elsevier, Tomvs VI,2: Evangelivm secvndum Iohannem et Acta
Apostolorvm, 2001, 1.
21 Cf. S. I. Camporeale, Lorenzo Valla. Umanesimo, riforma e contrariforma. Studi e testi,
Roma: Edizioni di Storia e Letteratura, 2002, 113.
22  Cf. también E. Rummel, Erasmus’ Annotations on the New Testament, op. cit., 23.
23  Cf. J. Hadot, «La critique textuelle dans l’édition du Nouveau Testament
d’Érasme», en J. C. Margolin (ed.), Colloquia Erasmiana Turonensia, [Tours 1969] Paris 1972,
749-750; H. J. Jonge, «‘Novum Testamentum a nobis versum’: The essence of Erasmus’
48 Inmaculada Delgado Jara

1516 y se convirtió en la primera edición del Nuevo Testamento en griego


porque, a pesar de que el volumen de la Políglota que contenía esta parte
de la biblia (volumen quinto con el Nuevo Testamento) se había acabado
de imprimir el 10 de enero de 1514, no se puso en circulación, no se difun-
dió hasta 1522, junto con el resto de los volúmenes24.
Erasmo dedicó la obra al papa León X, quien concedió la aprobación
para su impresión, lo que de algún modo obstaculizó la concesión de la
aprobación papal a la Políglota algunos años después, el 22 de marzo de
152025. Entre otras razones se alegó que se esperaba en Roma el regreso
de manuscritos prestados. Este hecho permitió a Froben y a Erasmo
adelantar a sus rivales españoles, aunque a decir verdad, la iniciativa
partió de Froben26. El 17 de agosto de 1515, escribe Beathus Rhenanus, un
empleado de Froben, a Erasmo, que se encuentra entonces en Inglaterra:
«Froben desea tener de usted el Nuevo Testamento y se le dará tanto
como quiera»27. Erasmo vuelve a Europa, comienza el trabajo y en diez
meses, lo completó. La impresión está terminada hacia finales de febrero
de 1516 y, el 1 de marzo, la obra preparada con una dedicatoria, como
decimos, a León X28. El resultado fue un volumen bastante manejable.

Edition of the New Testament», en Journal of Theological Studies 35 (1984) 394-413, particu-
larmente 406; C. Chaparro Gómez, «Erasmo de Rotterdam y Diego López de Zúñiga: una
polémica áspera y prolongada», en Ágora. Estudos Clássicos em Debate 16 (2014) 157-187.
24  Cf. F. L. Lisi, «La polémica entre Erasmo y los humanistas españoles sobre su
edición del Nuevo Testamento», en Acta Musei Nationalis Pragae, Serie C – Historia Litterarum
57 (2012) 89-93.
25  Cf. W. W. Combs, «Erasmus and the Textus Receptus», op. cit., 41.
León X defendía enconadamente la edición de Erasmo, hasta el punto que prohibió a
Zúñiga seguir entrometiéndose con el Novum Instrumentum de Erasmo (Carta de Vergara a
Zúñiga 15/10/1521: Allen 1922, 614 ll 75-78).
26 Cf. S. P. Tregelles, The Printed Text of the Greek New Testament, London 1854, 19: «It
appears that Froben, the printer of Basle, wished to anticipate the edition of the Greek Testa-
ment which was (as he heard) in preparation in Spain». El mismo punto de vista presenta
también E. Rummel, Erasmus Annotations on the New Testament, 23. Sin embargo, otros, como
B. M. Metzger – B. D. Ehrman, The Text of the New Testament: Its Transmission, Corruption and
Restoration, New York: Oxford University Press 2005, 142, dudan de que ésta fuese la moti-
vación de Froben ya que ninguna evidencia lo sostiene.
27  Cf. J. Hadot, «La critique textuelle dans l’édition du Nouveau Testament
d’Érasme», op. cit., 750: «Froben désire avoir de vous le Nouveau Testament et il vous en
donnera autant que qui que ce soit».
28 Así se expresa Erasmo, en un gesto que suele interpretarse como de profunda
ironía, al dedicarle su versión de la Biblia, ya que representaba todo lo que el escritor odiaba
en la Iglesia y el Estado: Yo notaba que esa enseñanza que constituye nuestra salvación había que
tenerla en una forma mucho más pura y viva si se buscaba en el manantial principal y se tomaba de
las fuentes auténticas en vez de estanques y riachuelos. Y, así, he revisado todo el Nuevo Testamento
El texto griego y la traducción latina del Nuevo Testamento de Erasmo (1516) 49

Incluía dos columnas, la griega y al lado la traducción latina de Erasmo.


El resto del volumen, casi la mitad del mismo, contenía una enorme can-
tidad de notas exegéticas o críticas, las Annotationes. La primera edición
tuvo una tirada de 1200 ejemplares, algo reseñable, si tenemos en cuenta
que la Políglota de Alcalá fue impresa en 600 ejemplares29 debido a su
coste. Por tanto, la influencia de la Políglota Complutense fue limitada
en comparación con las más populares ediciones de Erasmo. Además,
es la obra de Erasmo la que se convertirá, gracias a Robert Estienne, en
el textus receptus, cuyo uso será general durante más de tres siglos y ser-
virá de base para la mayoría de las traducciones modernas del Nuevo
Testamento en los siglos XVI-XIX30.

(según lo llaman) contrastándolo con el modelo del original griego... He añadido anotaciones propias,
con vistas a, en primer lugar, mostrar al lector los cambios que he realizado y por qué; en segundo
lugar, para desenredar y explicar cualquier cosa que pueda ser complicada, ambigua u oscura. Cf. Ep.
384, en R. A. B. Mynors - D. F. S. Thomson (tr.), J. K. McConica (ed.), Collected Works of Eras-
mus. Vol. 3: Letters 222 to 223, 1516, Toronto: University of Toronto Press, 1976.
29  Cf. J. Hadot, «La critique textuelle dans l’édition du Nouveau Testament d’Érasme»,
op. cit., 750.
30  El texto griego de «Stephanus» (Robert Estienne), en sus primeras dos ediciones
(1546, 1549) siguió el texto griego de Erasmo (tomando su cuarta edición), apartándose
ligeramente de éste, para guiarse por la edición Complutense. Su tercera edición (1550) es
la más conocida, y en ella se adhirió más estrictamente a Erasmo en el texto, agregando,
además, las variantes de lectura de la Complutense en el margen, junto con una selección
de lecturas de los manuscritos a la que hace referencia más tarde. Sobre la base de esta
tercera edición, de 1550, se realizó la famosa Versión Autorizada inglesa o «King James» de
1611. A diferencia de Erasmo, se valió del códice Beza. Esta colección de variantes de lec-
tura en el margen, distinguieron la tercera edición de Estienne como el primer texto griego
con un aparato crítico (aunque en el texto se guió más por Erasmo que por su colección de
manuscritos).
Creía que este texto griego –basado en la cuarta edición de Erasmo, como hemos
dicho– era el verdadero «texto recibido» por los apóstoles, y, por ende, inspirado. El nombre
de «Texto Recibido» está formalmente impreso en la 2ª edición de Bonaventura y Abraham
Elzevir de 1633 (1ª edición, 1624), debido a las palabras que aparecen en latín en el prefacio:
«Textum ergo habes, nunc ab omnibus receptus: in quo nihil immutatum aut corruptum
damus» («El texto que [aquí] tienes entonces, es el que ahora es reconocido por todos: lo presentamos
sin ninguna alteración ni corrupción»), palabras poco felices que no cuentan con ninguna auto-
ridad que las justifique. Cf. J. H. Greenlee, An Introduction to New Testament Textual Criticism,
Peabody, MA: Hendrickson, 1995, 2 ed., 65. Debido a que la edición de Elzevir es la misma
que la de Stephanus, ambas son referidas indistintamente como el «Textus Receptus». Un
año más tarde (1551), Stephanus enumeró los versículos del Nuevo Testamento al margen
del texto (pero no los dividió) –el Cardenal Hugo había ya dividido la Vulgata Latina en
capítulos sólo tres siglos antes, 1250–.
50 Inmaculada Delgado Jara

2. Las ediciones del Nuevo Testamento de Erasmo

La primera edición del Nuevo Testamento de Erasmo, publicado en


151631, de unas mil (986 exactamente) páginas, contenía tres elementos
principales32: su editio princeps del texto griego33, su propia y, por ende,
nueva traducción latina34 (impresa al lado del texto griego, en columnas
paralelas) y sus anotaciones, notas explicativas (Annotationes in Novum
Testamentum), que fueron aumentando en cada una de las ediciones, en
páginas separadas35. Erasmo creyó que estas eran esenciales para explicar
y defender su traducción latina de acuerdo con su base griega36. En ellas,
el humanista vertió todo su conocimiento filológico, exegético, filosófico
y teológico. Muchas de sus notas –similares a las de Valla– tratan pro-
blemas de crítica textual (es muy frecuente la corrección de errores gra-
maticales, solecismos, sobre el origen de términos hebreos etc.), anota y
discute lecturas variantes y comenta pasajes de la Vulgata que en opinión
de Erasmo o fueron de forma poco clara o incorrectamente traducidos,
o incluye las opiniones de otros comentaristas bíblicos como Teofilacto,
Tomás de Aquino, Nicolás de Lira, Valla, Lefèvre. También son frecuentes

31  Novum Instrumentum omne, diligenter ab Erasmo Roterodamo recognitum et emenda-


tum, Basle 1516.
32 Algo discutido es lo concerniente a la secuencia temporal de la preparación de
estas tres partes. Cf. el artículo de A. J. Brown, «The Date of Erasmus’ Translation of the
New Testament», op. cit., 351-380. Según P. S. Allen (ed.), Opus Epistolarum Des. Erasmi
Roterodami, vol. II, Oxford 1910, 182-183; H. Gibaud, Un Inédit d’Érasme: La Première Version
du Nouveau Testament, Angers 1982, passim; A. Rabil, Jr., Erasmus and the New Testament, Lan-
ham, MD: University Press of America, 1993, 67, entre otros, Erasmo debió estar trabajando
en la traducción ya en 1505-1506, mientras residía en Inglaterra.
33 Así es comúmente descrita, como «la primera publicación del texto griego del
Nuevo Testamento», v.gr. en L. D. Reynolds - N. G. Wilson, Scribes and Scholars, Oxford:
Oxford Clarendon Press, 1991, 3 ed., 160; D. A. Black, New Testament Textual Criticism, Grand
Rapids: Baker, 1994, 29, entre otros.
34  H. J. de Jonge, «‘Novum Testamentum a Nobis Versum’: The Essence of Erasmus’
Edition of the New Testament», op. cit., 401, muestra que Erasmo y sus contemporáneos
consideraron el Novum Intrumentum y sus ediciones posteriores, en primer lugar, como la
presentación del Nuevo Testamento en una nueva forma latina, y no como una edición de
la traducción latina. Por otra parte, Erasmo no estaba principalmente interesado en el texto
griego: nunca llevó a cabo una edición separada de solo el texto griego.
35 Se pueden consultar la edición en http://dx.doi.org/10.3931/e-rara-2849.
36  Para una exposición completa de las Annotationes, cf. J. H. Bentley, «Erasmus’
Annotationes in Novum Testamentum and the Textual Criticism of the Gospels», en Archiv für
Reformationsgeschichte 67 (1976) 33-53; E. Rummel, Erasmus’ Annotations on the New Testa-
ment, Toronto: University of Toronto Press, 1986.
El texto griego y la traducción latina del Nuevo Testamento de Erasmo (1516) 51

las citas de los Padres de la Iglesia: Orígenes, Crisóstomo, Cirilo, Hilario,


Ambrosio, Agustín y Jerónimo.
En la primera parte, a modo de prólogo, incluyó introductoriamente
algunos escritos suyos: una carta de Froben al lector pío, una dedicatoria
al Papa León X, la Paraclesis ad philosophiae christianae studium (una apela-
ción al estudio de la Escritura), el Methodus verae theologiae (un programa
de estudios teológicos) y la Apologia (una defensa de su obra)37.
La bella portada de la obra, rica en información, confirma la propor-
ción entre sus tres componentes, así como su objetivo primordial, la vera
theologia. El latín está recognitum et emendatum; esto se hizo ad graecam veri-
tatem, y además ad multorum utriusque linguae codicum, eorumque… fidem,
y por fin ad probatissimorum autorum citationem, emendationem et interpre-
tationem. Todo eso está a disposición del lector que ama la vera Theologia,
para que pueda leerlo y juzgarlo, sin escandalizarse inmediatamente ante
cualquier cambio, es decir, en el latín de la Vulgata38. Tras leer esta adver-
tencia, el lector ya ha encontrado un cambio muy marcado: el libro no
lleva el título Novum Testamentum, sino Novum Instrumentum39.
La tirada de 1.200 ejemplares se vendió rápidamente y suscitó tan-
tas críticas como alabanzas. En el entorno de Cisneros hubo opiniones
contradictorias: para el abad García de Bobadilla, era un gran biblista;
sin embargo, Diego López de Zúñiga, colaborador de la Políglota, fue
muy crítico con Erasmo, entre otros asuntos por la omisión del polémico
pasaje de la Epístola 1 de Juan 5,7-8 (comma joanneum), que no figuraba
en los manuscritos griegos40. Otros teólogos franceses (Pretus Sutor, Noel
Beda41) se situaron de parte de López de Zúñiga, aunque sus críticas

37  Cf. W. W. Combs, «Erasmus and the Textus Receptus», op. cit., 43; J. Hadot, «Le
Nouveau Testament d’Érasme», en Colloquium Erasmianum. Actes du Colloque International
à Mons du 26 au 29 octobre 1967 à l’occasion du cinquième centenaire de la naissance d’Érasme,
Mons 1968, 59-67.
38  El título completo figura así: «Novum Instrumentum omne, diligenter ab Erasmo
Rot. Recognitum et Emendatum, non solum ad Graecam veritatem verum etiam ad mul-
torum utiusq; linguae codicum eorumq; veterum simul et emendatorum fidem, postremo
ad probatissimorum autorum citationem, emendationem et interpretationem, praecipue,
Origenis, Chrysostomi, Cyrilli, Vulgarij, Hieronymi, Cypriani, Ambrosij, hilaryj, Augustini,
una cum annotatines, quae lectorem doceant, quid qua ratione mutatum sit».
39  Cf. C. L. Heesakkers, «Erasmo filólogo», op. cit., 281.
40  Cf. una detallada discusión en B. Metzger, Textual Commentary, 2 ed., 647-49.
41  Cf. J. C. Monterde García, «Apunte sobre escolástica medieval y humanismo: el
proceso de Valladolid en una epístola de Juan Luis Vives a Erasmo de Rotterdam (1527)», en
Anuario de Historia del Derecho Español 85 (2015) 449-474, particularmente 454.
52 Inmaculada Delgado Jara

tenían que ver más con la traducción innovadora que había hecho Erasmo
del Nuevo Testamento que con el texto griego.
La primera edición de la traducción latina de Erasmo, aunque no
contuviera la misma frecuencia de errores tipográficos que el texto griego,
sin embargo la cantidad de pasajes sin revisar, las discrepancias entre los
textos griego y latino y las inconsistencias de un método de traducción en
diferentes secciones del Nuevo Testamento, tienden a dejar al lector con la
impresión de que fue una obra rápidamente preparada. Estos defectos fue-
ron eliminados progresivamente, a partir de la segunda edición de 151942.
Consciente de que la primera edición había sido muy precipitada y
de que contenía muchos errores –confesando él mismo que había sido
praecipitatum verius quam aeditum43–, empezó a trabajar inmediatamente
en su corrección y en una nueva edición. Para ello trató de reunir nuevos
ejemplares manuscritos e impresos44. La segunda edición45 vio la luz en
marzo de 1519, de nuevo en el taller de Johann Froben. Los cambios de
la segunda edición respecto de la primera son bastante considerables, ya
incluso desde el mismo título (que cambia de Novum Instrumentum para
aparecer en adelante como Novum Testamentum) y el contenido de muchas
de las notas, que casi se duplican. Añade los Capita argumentorum contra

42  Cf. A. J. Brown (ed.), Opera omnia Desiderii Erasmi Roterodami, Amsterdam: North
Holland Publishing Company-Elsevier, Tomvs VI,2: Evangelivm secvndum Iohannem et Acta
Apostolorvm, 2001, 1; A. J. Brown, «Date of Erasmus’ Latin translation», op. cit., 374.
Henk J. de Jonge, basado en su estudio de Hb 9, estima que la traducción latina de
Erasmo le debe el sesenta por ciento de su texto a la Vulgata, incluso en su última edición
(1535). Apunta: «It is clear that, in the chapter under consideration, Erasmus’ translation is
not an independent version, but a revision of the Vg. with the aid of Greek manuscripts».
Cf. Id., «The Character of Erasmus’ translation of the New Testament as Reflected in His
Translation of Hebrews 9», en Journal of Medieval and Renaissance Studies 14 (1984) 82.
43  En la Ep. 402. El texto latino es de P. S. Allen et al (eds.), Opus epistolarum Des.
Erasmi Roterodami, op. cit., vol. 2, 226.
44 Acerca del número de manuscritos consultados para sus varias ediciones del
Nuevo Testamento, cf. H. Holborn: Desiderius Erasmus, Ausgewählte Werke, H. Holborn - A.
Holborn (eds.), München 1935 (1964) 166, 4-10; J. Krans, Beyond What Is Written Erasmus and
Beza as Conjetural Critics of the New Testament, Leiden: Brill, 2006, 335-336. Erasmo mismo dice
en la Apologia que utilizó cuatro manuscritos para la primera edición y cinco para la segunda.
Para la tercera, de 1522, disponía además de la edición aldina (1518) y, para la cuarta, de la
Políglota Complutense (vol. V) (cf. Apologia, Holborn (ed.), 166, 4-5: «Nos in prima recogni-
tione quattuor Graecis adiuti sumus. In secunda (posteriore) quinque. In tertia praeter alia
accessit editio Asulana, in quarta praesto fuit et Hispaniensis»). También consultaba «aliquot
linguae Latinae volumina tum pervetusta tum emendata y los probatissimi autores» (cf. la
carta Pio lectori de la primera edición, Epist. 373,17-38). La cursiva es mía.
45 Se puede consultar en http://archive.thulb.uni-jena.de/hisbest/receive/His-
Best_cbu_00002855.
El texto griego y la traducción latina del Nuevo Testamento de Erasmo (1516) 53

morosos quosdam ac indoctos a continuación de los prefacios introductorios


(en especial la Ratio verae theologiae, tratado teológico amplísimo y muy
importante, que sustituye al Methodus de la 1ª edición) y los Capita evan-
gelia que Hernán Núñez, el Pinciano, elaboró también para su versión
latina del Nuevo Testamento46, que no figuraban ni en la Políglota ni en la
primera edición del Nuevo Testamento griego de Erasmo.
En esta segunda edición Erasmo accede también a otros manuscritos,
principalmente el códice 3eap (Codex Corsendonckensis), un minúsculo
que contenía todo el Nuevo Testamento excepto Apocalipsis, datado del
s. XII y que se encuentra en Viena47. El texto griego difiere de la 1ª edición
en cientos de lugares, principalmente en la corrección de errores48. Su
traducción al latín era una revisión más profunda de la Vulgata. Después
de esta edición, Erasmo se implicó en diversas polémicas y controversias.
En particular, diversas objeciones a las «Anotaciones» llegaron desde las
universidades de Cambridge y de Oxford.
La segunda edición se distribuye en dos partes: la primera incluye el
texto griego de los Evangelios-Apocalipsis y la traducción latina establecida
por Erasmo en dos columnas. La segunda parte incluye las Annotationes
separadas del cuerpo del texto.
Esta segunda edición fue utilizada por Lutero para su muy célebre
traducción alemana (1521)49.
La tercera edición50 vio la luz en el mismo taller de Juan Froben en
febrero de 1522. Para esta tercera edición Erasmo dispuso de la edición
aldina aparecida pocos años antes51 e incluía ya el pasaje conocido como
comma joanneum de la primera carta de Juan 5,7-8, el pasaje de «los tres

46  En el manuscrito BH MSS 41, 1 de la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla,


que contienen una revisión de la traducción latina de la Vulgata para el Nuevo Testamento,
cotejada con el original griego, así como un estudio de los nombres propios de la Biblia que
deben entenderse como trabajos preparatorios para la impresión de la Biblia Políglota de
Alcalá. Cf. A. Domingo Malvadi, «El Pinciano y su contribución a la edición de la Biblia
Políglota de Alcalá (1514-1517)», en Pecia Complutense 10 (2013) 49-81.
47  Cf. J. H. Bentley, Humanists and Holy Writ, op. cit., 133; E. M. Yamauchi, «Erasmus’
Contribution to New Testament Scholarship», en Fides et Historia 19 (1987) 12.
48  Cf. W. W. Combs, «Erasmus and the Textus Receptus», op. cit., 48; L. Vaganay,
An Introduction to New Testament Textual Criticism, Ch.-B. Amphoux (ed.), Cambridge: Cam-
bridge University Press, 1991, 2 ed., 132.
49  Cf. J. Hadot, «La critique textuelle dans l’édition du Nouveau Testament
d’Érasme», op. cit., 750.
50  Cf. http://dx.doi.org/10.3931/e-rara-3936.
51 Iniciada por Aldo Manucio, apareció en Venecia en 1518. El texto es más cercano
al Codex Vaticanus que al de la Complutense.
54 Inmaculada Delgado Jara

testigos», por el que había sido criticado ya cuando publicó su segunda


edición. Esta inserción tendría graves consecuencias, ya que la cuestión
no se decidió definitivamente en el sentido crítico hasta hace poco tiempo
relativamente. Los cristianos de Occidente desde principios de la Edad
Media habían considerado este pasaje la más clara prueba escritural de la
doctrina de la Trinidad52.
Uno de los críticos fue Diego López de Zúñiga, uno de los editores de
la Complutense. Esta edición había incluido 1 Jn 5,7, aunque traducido del
latín al griego. Stunica no pudo citar ningún manuscrito griego que incluye-
ra el texto, sino que únicamente argumentó que los manuscritos latinos eran
más fiables que el griego53. Otro crítico fue Edward Lee, más tarde arzobispo
de York, quien le acusó en 1520 de fomentar el arrianismo54. Otro ataque
vino en 1521 de parte de Paulus Bombasius, el prefecto de la Biblioteca
Vaticana, ya que Erasmo, en el texto griego, se alejaba de las lecturas habi-
tuales de la Vulgata. Informó a Erasmo de que en la Biblioteca Vaticana
se conservaba una copia sumamente antigua de las Escrituras (el Codex
Vaticanus). Envió dos extractos del manuscrito que contenían 1 Jn 4,1-3 y
5,7-11, pero sin incluir la Comma. En suma, Erasmo lo había excluido de sus
dos primeras ediciones porque no lo encontró en ningún manuscrito griego,
en pocos manuscritos latinos antiguos y solo rara vez en obras patrísticas. Él
citó con aprobación de la opinión de san Jerónimo, que los copistas latinos
habían introducido el pasaje por su cuenta con el fin de refutar a los arrianos
y proporcionar apoyo en las Escrituras para la doctrina trinitaria55.
Por otra parte, el estudioso De Jonge sugiere que Erasmo incluyó la
Comma Johanneum porque no quería ver su reputación arruinada por un
detalle menor en el texto griego que además podría impedir una amplia
distribución de su traducción latina. Cuando Erasmo se informó de que
el pasaje había sido encontrado en el Códice 61, un manuscrito del s. XVI
que se ubicaba entonces en Inglaterra, lo incluyó, aunque advierte en sus
Annotationes que no creía que la Comma fuera auténtica56.

52  Cf. J. H. Bentley, Humanists and Holy Writ, op. cit., 95.
53  Ibid., 95-96.
54  E. Lee, Epistolae Aliquot Eruditorum Virorum, Basilea 1520. Cf. W. W. Combs, «Eras-
mus and the Textus Receptus», op. cit., 49.
55  Cf. J. H. Bentley, Humanists and Holy Writ, op. cit., 152; W. W. Combs, «Erasmus
and the Textus Receptus», op. cit., 49. Para más información sobre el asunto, cf. H. J. de Jonge,
«Erasmus and the Comma Johanneum», en Ephemerides Theologicae Lovanienses 56 (1980) 381-389.
56  Cf. H. J. de Jonge, «Erasmus and the Comma Johanneum», op. cit., 385; W. W.
Combs, «Erasmus and the Textus Receptus», op. cit., 49-50, donde afirma que Erasmo estaba
en lo cierto y que el Comma es una adición tardía al texto, 50 n. 70.
El texto griego y la traducción latina del Nuevo Testamento de Erasmo (1516) 55

Esta edición la utilizó Robert Estienne en sus ediciones del Nuevo


Testamento griego de 1546 y 1549, como hemos comentado anteriormen-
te. También la utilizó William Tyndale para su versión de los evangelios
en inglés.
En 1527 apareció la cuarta edición57, la última de Juan Froben. El
texto se distribuye en tres columnas: la de la izquierda para el griego, la
de la derecha para la traducción de Erasmo y en el centro para la versión
de la Vulgata. Erasmo se sirvió de la Políglota Complutense para corregir
bastantes errores, especialmente en el libro del Apocalipsis, donde alteró
unos noventa pasajes58. Exceptuando el Apocalipsis, esta edición sólo
difería de la tercera en unos veinte lugares.
La quinta edición (1535) fue la última realizada en vida de Erasmo,
un año antes de su muerte. Se imprimió en el taller de Froben que, tras
la muerte de Juan, era regentado por su hijo Jerónimo Froben y su yerno
Nicolás Episcopio. Básicamente esta edición no difiere de la cuarta (solo
en cuatro lugares, según Mill). La Vulgata ya no se incluyó59. Sobre esta
quinta edición se hicieron las reimpresiones de 1539 y de 1541.
Según la opinión misma de Erasmo, el componente más importante
de la edición del Nuevo Testamento es su nueva traducción latina60. El
texto griego es secundario y servirá para que el lector pueda controlar la
versión latina, quo cuiuis promptum sit conferre. Igualmente las anotaciones
demostrarían que los cambios en el texto tienen su fundamento, docemus
non temere mutatum quod emendauimus61, como explica Erasmo en una
larguísima carta al teólogo lovaniense Martinus Dorpius, quien intentaba
apartarlo de la publicación del Nuevo Testamento62.

57 Se puede consultar en http://dx.doi.org/10.3931/e-rara-2584.


58  Cf. W. W. Combs, «Erasmus and the Textus Receptus», op. cit., 50.
59  Ibid.
60 Cf. n. 65, infra.
61  Ep. 337, 862-868: «Nos vniuersum Testamentum Nouum ad Graecorum exem-
plaria vertimus, additis e regione Graecis, quo cuiuis promptum sit conferre. Adiecimus
separatim Annotationes, in quibus partim argumentis, partim veterum autoritate theologo-
rum docemus non temere mutatum quod emendauimus, ne vel fide careat nostra correctio
vel facile deprauari possit quod emendatum est». Cf. también Epist. 305, 222-224: «Superest
Nouum Testamentum a me versum et e regione Graecum, vna cum nostris in illud annota-
mentis»; Ep. 860,31-34: «Collatis multis Graecorum exemplaribus, quod syncerissimum
videbatur secuti, vertimus Latine, nostramque traductionem Graecis adiunximus, quo lec-
tori promptum sit conferre»; y la Apologia, Holborn 170, 17-18: «Sed primum nostra conferto
cum Graecis, quod quo promptius esset, illa e regione adiecimus».
62  Cf. C. L. Heesakkers, «Erasmo filólogo», op. cit., 280; J. Hadot, «La critique textue-
lle dans l’édition du Nouveau Testament d’Érasme», op. cit., 750.
56 Inmaculada Delgado Jara

3. La editio princeps de 1516

3.1. El texto griego: manuscritos utilizados


Es nuestra intención exponer, en este punto, qué tradiciones textuales
sirvieron de base del Textus receptus utilizado luego para todas las traduc-
ciones del Nuevo Testamento en lenguas modernas hasta fines del siglo
XIX. Ciertamente, el Textus receptus correspondía ampliamente a lo que
la crítica textual designa comúnmente como el texto bizantino o koiné y
que corresponde al texto griego que está muy extensamente impuesto en
la cristiandad a partir del s. VI63. Pero ¿había contado Erasmo con otras
tradiciones textuales posiblemente no tenidas en cuenta por él? En resu-
men, vamos a presentar cuáles eran exactamente los manuscritos griegos
utilizados por Erasmo para su edición del Novum Instrumentum de 1516.
Indudablemente, el dato más fidedigno son los textos de referencia
sobre los manuscritos utilizados por Erasmo que él mismo indica en sus
obras. Es la primera fuente de información: Apologia64; Carta a León X65;
Carta-prefacio a las Annotationes66; Apología contra Lee67; Apología contra
Zúñiga68.

63  Sobre el texto bizantino, cf. D. Trobisch, A User’s Guide to the Nestle-Aland 28 Greek
New Testament, Stuttgart: Society of Biblical Literature, Text-Critical Studies, 2013, 31-32.
64  Ed. Holborn 166, 2-3; 4-5: «Nos in prima recognitione quattuor Graecis adiuti
sumus. In secunda (posteriore) quinque. In tertia praeter alia accessit editio Asulana, in
quarta praesto fuit et Hispaniensis». Con editio Asulana se refiere a la edición Aldina (1518) y
con Hispaniensis a la Políglota Complutense, vol. V: Nuevo Testamento. La redonda es mía.
65  Ep. 384, 56-58.
66  Ep. 373, 21-23: «Deinde ad fidem vetustissimorum Latinae linguae codicum,
quorum duos exhibuit eximius ille diuinae philosophiae mystes loannes Coletus, Paulinae
apud Londinum ecclesiae Decanus, adeo priscis litterarum typis vt mihi ab integro discenda
fuerit lectio et in noscitandis elementis fuerit repuerascendum».
De estos dos mss. de la Biblioteca Capitular de San Pablo en Londres, que son citados
con frecuencia en las Annotationes como codices Paulini, nada queda según Allen. Probable-
mente perecieron en el incendio de 1561 o en el Gran Incendio de Londres de 1566. El agra-
decimiento de Erasmo al préstamo de Colet aparece en Mt 1, anot. 17 y Rm 4, anot. 5. En
1 Cor 8, anot. 8 (ed. 1519, 335): «Et nos in illum atque primum scriptum erat in exemplari,
quae viderim omnium emendatissimo bibliothecae Paulinae».
67  LB IX, 277A: «He usado muchos [mss.], primero en Inglaterra, después en Bra-
bante y finalmente en Basilea». El de Inglaterra se refiere al Codex Leicester: minúsculo 69
(eapr) siglo XV 69e 31ª 37p 14r Codex Leicestrensis, Leicester, Record Office, Cod. 6 D 32/1.
Citado en las Annotationes 1516.
68  LB IX, 308C: «Tomé muchas notas en Inglaterra, la mayoría en Basilea»; LB
IX, 311D-E: «Certe cum haec excuderentur Basileae, suppetebant nobis exemplaria tria:
El texto griego y la traducción latina del Nuevo Testamento de Erasmo (1516) 57

A continuación, aunque debiera aparecer como mejor fuente de


información la introducción de Hans Holeczek a su reimpresión de la pri-
mera edición del Nuevo Testamento de Erasmo69, estas páginas contienen
ciertas confusiones.
Actualmente se encuentra más información en las investigaciones
de Jean Hadot70 y de Jerry H. Bentley71. Ahora bien: estos autores propor-
cionan información que no concuerda entre ellos. Además de los manus-
critos que pertenecían a Reuchlin, Holeczek indica que Erasmo consultó
los manuscritos que provenían de la Biblioteca de los Franciscanos de
Basilea, mientras Hadot y Bentley dicen que estos mss. provenían de la
Biblioteca de los Dominicos. Por otra parte, las calificaciones asignadas
a los diferentes manuscritos no concuerdan en los diferentes autores72.
Pierre-Yves Brandt, para la redacción de su artículo «Manuscrits grecs
utilisés par Erasme pour son édition du Novum Instrumentum de 1516»,
en Theologische Zeitschrift 54 (1998) 120-124, acudió directamente a la
Biblioteca pública de la Universidad de Basilea para controlar las infor-
maciones in situ. Pero no rehizo el trabajo histórico para determinar los
manuscritos que estaban en Basilea cuando Erasmo hizo su trabajo de

unum quod nobis praebuerat vir eximius Ioannes Reuchlinus, duo quae praebuerat
monasterium praedicatorum Basileae, in quorum altero aderant Commentarii Graeci
Theophylacti, quem nos totiens adduximus nomine Vulgarii, quod Theophylacti vocabu-
lum ob litteras detritas vix legi posset». La cursiva es mía.
Con unum, se refiere a Minúsculo 1 (eap) siglo XII, Basilea, Öffentliche Bibliothek,
A. N. IV. 2. Usado en las Annotationes de 1516 y para correcciones del min. 2, que fue
copia de impresor. Se lo prestó Reuchlin, según la Ep. 300, l. 33: «He escrito anotaciones
a todo el Nuevo Testamento. Tengo intención de editar el Nuevo Testamento Griego
con mis notas (annotamentis). Me han dicho que tienes un manuscrito de gran calidad.
Si haces una copia de él para Juan Froben, nos harás un gran favor a él, a mí y a todos
los estudiosos. Se te devolverá el códice íntegro y sin manchas». Con duo, uno de esos
dos es el minúsculo 2 (e), siglo XII, Basilea, Öffentliche Bibliothek der Universität Basel,
A. N. IV. 1. Fue usado como copia de impresor para la ed. de 1516. El otro, minúsculo
817 (e), siglo XV, Basilea, Öffentliche Bibliothek, A. N. III. 15. Contiene en los márgenes
superior, inferior y derecho o izquierdo, el comentario en griego a los Evangelios de
Teofilacto.
69  Cf. H. Holeczek, «Die Entstehung des Novum Testamentum des Erasmus von Rot-
terdam von 1516», en Erasmus von Rotterdam Novum Instrumentum [Basel 1516], Stuttgart
1986 [facsimile], v-xli, en particular xxiii-xxvi.
70  Cf. J. Hadot, «La critique textuelle dans l’édition du Nouveau Testament
d’Érasme», op. cit., 749-760.
71  Cf. J. H. Bentley, Humanists and Holy Writ, op. cit., en particular 124-132.
72  Por ejemplo, Holeczek habla de A.N.IV.11 y A.N.IV.15 mientras que Bentley habla
de A.N.III.11 y A.N.III.15.
58 Inmaculada Delgado Jara

edición, ni comparó estos manuscritos con la edición de Erasmo para


saber en qué medida realmente se habían utilizado73. Siguió el trabajo de
los especialistas anteriomente señalados, además de las contribuciones de
Henk Jan de Jonge74 y de Bo Reicke75.
Brandt desarrolla su investigación sobre tres aspectos:
• Hace una síntesis de los resultados de los trabajos de los especia-
listas relativa a la identificación de los manuscritos utilizados por
Erasmo para su edición del Novum Instrumentum de 1516,
• Da una indicación del lugar donde se depositan los manuscritos
con una indicación de la valoración exacta para los manuscritos
depositados en Basilea e,
• Indica el número asignado a cada uno de estos manuscritos en la
clasificación de Nestle-Aland, cuando es posible76.
Según las informaciones proporcionadas por la Biblioteca pública de
la Universidad de Basilea, «Reuchlin no poseía ninguno de los manuscri-
tos referidos, pero él había prestado algunos de los Dominicos de Basilea.
Entre estos, el del Apocalipsis nunca fue devuelto, sino que acaba en
Schloss Harburg»77. Da esta precisión dada sobre el origen de los manus-
critos y una lista con la descripción sucinta del contenido78:

73  Cf. «Manuscrits grecs utilisés par Erasme pour son édition du Novum Instrumen-
tum de 1516», Theologische Zeitschrift 54 (1998) 121.
74  H. J. de Jonge, «‘Novum Testamentum a nobis versum’: The essence of Erasmus’
edition of the New Testament», op. cit., 394-413.
75  Cf. B. Reicke, «Erasmus und die neutestamentliche Textgeschichte», en Theologis-
che Zeitschrift 22 (1966) 254-265.
76  Cf. «Manuscrits grecs utilisés par Erasme pour son édition du Novum Instrumen-
tum de 1516», op. cit., 121-123.
77  Carta de Dr. Martin Steinmann de 24 de febrero de 1997. La carta continúa
diciendo que el manuscrito del Apocalipsis se venderá más adelante al Estado de Baviera y
que está hoy en la biblioteca de la Universidad de Ausburgo.
78  Cf. también C. Augustijn, Erasmus: His Life, Works, and Influence, J. C. Grayson
(trans.), Toronto: University of Toronto Press, 1991, 93; A. J. Brown, «Date of Erasmus’ Latin
Translation», op. cit., 364; H. J. de Jonge, «Novum Testamentum a Nobis Versum», op. cit., 404;
Yamauchi, «Erasmus’ Contributions», op. cit., 10-11; J. H. Bentley, Humanists and Holy Write,
op. cit., 127-132.
El texto griego y la traducción latina del Nuevo Testamento de Erasmo (1516) 59

Ubicación y dimensión Contenidos Fecha Numeración NA


Basilea A.N.IV.1 Evangelios s. XII 2e
Basilea A.N.IV.4 Hechos y Epístolas s. XII antiguamente 2ap
renumerado 281579
Basilea A.N.IV.2 todo el Nuevo Testamento s. XII 1eap
excepto Apoc.
Basilea A.N.IV.5 Hch y Epístolas s. XV antiguamente 4ap
renumerado 2816
Basilea A.N.III.11 Epístolas de Pablo s. XI antiguamente 7p
renumerado 2817
Basilea A.N.III.15 Evangelios con comentario s. XII 81780
de Theophylacto
Univ. Harbusgo Apocalipsis s. XII antiguamente 1r
Bibl., Cod.I 1.4.1 excepto Ap. 22,16-22 renumerado 2814

Sobre la base de estas informaciones, se pueden hacer estas breves


7980

constataciones. Queda demostrado por los más recientes trabajos81 que


Erasmo dispuso de siete manuscritos para su primera edición del Nuevo
Testamento. Cuando miramos más de cerca, esto representa tres testigos
para los Evangelios, cuatro para las Epístolas de Pablo, tres para los
Hechos y las Epístolas que no pertenecen al corpus paulino y uno para
el Apocalipsis. Estos testigos pertenecen a dos tradiciones textuales dife-
rentes. Todos los manuscritos excepto el minúsculo 1 (A.N.IV.2) reflejan

79  La numeración recientemente introducida de estos manuscritos como 2815, 2816


y 2817 (en lugar de la anterior 2, 4 y 7) claramente les distingue de los códices 2, 4 y 7, que
contienen sólo los Evangelios. Los nuevos números han sido adoptados por Nestle-Aland,
Novum Testamentum Graece, Stuttgart, 1993, 27 ed. y K. Aland, et al., Kurzgefasste Liste der grie-
chischen Handschriften des Neuen Testaments, Berlin y New York, 1994, 2 ed. Cf. A. J. Brown
(ed.), Opera omnia Desiderii Erasmi Roterodami, Tomvs VI,3,1.
80  Según la introducción del vol VI,3 Opera omnia, 1-2, se encuentra hoy día en Bod-
leian Library, Oxford, aunque perteneció a la biblioteca de los dominicos de Basilea durante
el periodo que Erasmo estaba preparando y publicando su edición del Nuevo Testamento.
En este códice, el texto del Nuevo Testamento se rompe en frases y oraciones, integrando
en el comentario de Teofilacto (llamado equivocadamente «Vulgarius» en las ediciones de
1516-1519 de las Annotationes de Erasmo) de tal manera que a menudo es difícil encontrar el
principio y el final de cada cita de la Escritura, a pesar del uso de comillas en los márgenes.
A la porción de Ms Auct. E. 1. 6 que contiene el comentario de Teofilacto sobre las
Epístolas paulinas, N. G. Nilson le asignó como fecha el s. XII en Mediaeval Greek Bookhands,
Massachusetts: Cambridge, 1973, vol. 1, 26. Cf. también R. W. Hunt, «Greek Manuscripts in
the Bodleian Library from the Collection of John Stojkovic of Ragusa», en Studia Patristica
VII, en Texte und Untersuchungen, vol. 92, Berlin 1966, 75-82. Según W. W. Combs, «Erasmus
and the Textus Receptus», op. cit., 45 y J. Krans, Beyond What Is Written Erasmus and Beza as
Conjectural Critics of the New Testament, Leiden: Brill, 2006, 235, data del s. XV.
81  Especialmente los de H. Holeczek y J. H. Bentley.
60 Inmaculada Delgado Jara

el texto llamado bizantino, mientras que minúsculo 1 es de un tipo dife-


rente. Asistimos a un texto similar del texto bizantino, pero comprende
una serie de características que se acercan al texto llamado alejandrino.
Esto es lo que lleva a Aland y Aland82 a considerar que este manuscrito
es mejor que los testigos típicos del texto bizantino, porque habría man-
tenido un seguimiento de algunas de las lecciones del texto primitivo83.
Desafortunadamente, Erasmo era de la opinión contraria84 y descuida
este manuscrito para preferir la tradición textual atestiguada por otros
testigos antes que él. Esta es la razón por la cual está justificado decir que
el texto que publicó corresponde al texto bizantino85.
Pero también significa que para establecer este texto se ha toma-
do verdaderamente en cuenta sólo dos testigos para los evangelios
(A.N.IV.1 y A.III.15), tres para las Epístolas paulinas (A.N.IV.4, A.N.IV.5
y A.N.III.11), dos para los Hechos y las Epístolas excepto del corpus pau-
lino (A.N.IV.4 y A.N.IV.5) y uno para el Apocalipsis. Además, para com-
pletar los versículos perdidos del final del Apocalipsis, como en ninguno
de los códices a mano estaba el Apocalipsis, Erasmo pidió en préstamo
a Reuchlin el códice min. 2814 (r) o Codex Capnionis (o Reuchlini) que
sí lo contenía. Lo describe en la ed. de 1527, Apocalipsis 3, anot. 7 (ASD
VI.10, 590, y nota 109-110, p. 591): «tantae vetustatis ut Apostolorum aeta-
te scriptum videri posset». Con todo, a este ms. le faltaban los 6 últimos
versículos del capítulo 22, o sea, Ap 22,17-22. Erasmo los tradujo al griego
utilizando el texto latino de la Vulgata, como nos dice en su Responsio ad
Annotationes Ed. Lei (LB IX, 246C = ASD IX.4, 278): «Proinde nos ne hiaret
lacuna, ex nostris Latinis supplevimus Graeca».
Aunque es sabido que Erasmo efectúa, sobre la base de la Políglota
de Alcalá (Complutensis) publicada en 1520, los cambios en su cuarta edi-
ción del Nuevo Testamento de 1527, el número de testigos consultados
por Erasmo para el establecimiento del texto griego parece ridículamen-
te pequeña a los ojos de un especialista de la moderna crítica textual.
Independientemente de la evolución de concepciones que rigen la edición

82  Cf. K. Aland - B. Aland, Der Text des Neuen Testaments, Stuttgart 1989, 2 ed., 167.
83  Sobre el Comma Johanneum.
84  Cf. H. J. de Jonge, «‘Novum Testamentum a Nobis Versum’», op. cit., 408.
85  Hoy día, los textos modernos como el de Nestle-Aland, Merk, Bover, entre otros,
toman como base manuscritos mucho más tempranos, como el Códice Sinaítico (siglo IV) o el
Códice del Vaticano 1209 (siglo IV), el Papiro 46 (cuya datación es cercana al año 200 de nuestra
era) o el Papiro 75 (Siglo III), entre tantos otros. Cf. K. Aland - B. Aland, The Text of the New Tes-
tament and Introduction to the Critical Editions and to the Theory and Practice of Modern Textual Cri-
ticism, Grand Rapids, Michigan: Eerdmans Publishing Company, 1995, 3-11, 99, 101, 107 y 109.
El texto griego y la traducción latina del Nuevo Testamento de Erasmo (1516) 61

de textos antiguos desde Erasmo hasta nuestros días, la razón principal


que hace que Erasmo no utilice más manuscritos para su edición del texto
griego es que su propósito no era la edición crítica del texto griego, sino la
revisión crítica del texto de la Vulgata que editó en paralelo86.
Se sabe que Erasmo conocía otros manuscritos. Había consultado
varios en Inglaterra, hacia 1505, especialmente, a los que recurre en obser-
vaciones que pudiera hacer al escribir sus Annotationes87. Por lo tanto, se
debe distinguir claramente entre los manuscritos que Erasmo había con-
sultado y que a veces habla en sus Annotationes y aquellos que en realidad
cuentan para el establecimiento del texto griego del Novum Instrumentum
y que son en número irrisorios. Ahora bien, lo único que interesa real-
mente de Erasmo en esta empresa de la edición es que fue capaz de
justificar los cambios o modificaciones que aporta a la traducción latina
en base a la griega. Por lo tanto, en la medida en que los manuscritos
griegos presentes en Basilea proporcionaron a Erasmo la información que
necesitaba88, no tenía ninguna razón mejor para consultar otros. Desde
este punto de vista, el enfoque del programa de Erasmo no es realmente
todavía el de un editor moderno. Es así que el texto que sirvió de base a
la traducción del Nuevo Testamento y que se transmitió de generación

86  H. J. de Jonge, «Novum Testamentum a Nobis Versum», lo demuestra de manera


convincente en las pp. 395 y ss.: primero, por el título mismo de la obra, Novum Instrumentum
… recognitum et emendatum. Estas palabras deben referirse a la traducción latina, no al texto
griego, dado que hasta el momento no había ninguna edición impresa del griego del Nuevo
Testamento para poder «revisarlo y mejorarlo». Segundo, por lo que dice Erasmo al Papa
León X en la dedicatoria: «Yo notaba que esa enseñanza que constituye nuestra salvación
había que tenerla en una forma mucho más pura y viva si se buscaba en el manantial principal
y se tomaba de las fuentes auténticas en vez de estanques y riachuelos. Y, así, he revisado todo
el Nuevo Testamento (según lo llaman) contrastándolo con el modelo del original griego...
He añadido anotaciones propias, con vistas a, en primer lugar, mostrar al lector los cambios
que he realizado y por qué; en segundo lugar, para desenredar y explicar cualquier cosa que
pueda ser complicada, ambigua u oscura» («Epístola 384», en Collected Works of Erasmus. Vol.
3: Letters 222 to 223, 1516, R. A. B. Mynors – D. F. S. Thomson (trads.), J. K. McConica (ed.),
Toronto: University of Toronto Press, 1976). Tercero, por su obra Apología, donde en muchos
pasajes Erasmo demuestra que defiende su nueva traducción latina, no el texto griego.
87  Cf. P.-Y. Brandt, «Manuscrits grecs utilisés par Erasme pour son édition du Novum
Instrumentum de 1516», op. cit., 123, n. 17.
Uno de estos, que puede ser identificado con certeza, es el Codex 69, un manuscrito
del s. XV de todo el Nuevo Testamento con lagunas menores. En un pocos lugares Erasmo
seleccionó lecturas características de este manuscrito. Cf. J. H. Bentley, Humanists and Holy
Writ, op. cit., 126; A. J. Brown, «Date of Erasmus’ Latin Translation», op. cit., 368; W. W.
Combs, «Erasmus and the Textus Receptus», op. cit., 48.
88  Por ejemplo, cuando quiere reemplazar verbum por sermo en Jn 1, le es suficiente
para mostrar que el griego tiene logos y para discutir el significado de esta palabra en griego.
62 Inmaculada Delgado Jara

en generación hasta el s. XIX sólo se estableció para cada libro del Nuevo
Testamento sobre la base de tres o cuatro testigos a lo sumo89.

3.2. Texto latino

a. Preparación del texto latino


La importancia histórica de las ediciones de Erasmo del griego del
Nuevo Testamento para ayudar a dar forma al texto que por cientos de
años sería utilizado por traductores de la Biblia, teólogos, predicadores
y estudiantes, ha sido frecuentemente resaltada. Menos atención se le ha
dado al importante papel jugado por la traducción latina, que Erasmo
preparó en una columna paralela junto al texto griego. En un período en
que la lengua griega era desconocida para muchos, y la lengua universal
del discurso académico era el latín, la traducción de Erasmo suministró
una llave esencial para el entendimiento de las palabras griegas. Su
objetivo era transmitir el significado del griego más exactamente y con
mayor claridad que la existente versión latina Vulgata y, al mismo tiempo,
emplear un más elegante estilo clásico latino, purgado de barbarismos
lingüísticos90.
En un estadio anterior de su trabajo en este proyecto, entre 1512 y
1514, mientras Erasmo vivía en Inglaterra, hizo un estudio de las diferen-
cias entre la traducción de la Vulgata latina y el texto griego del Nuevo
Testamento, usando tantos manuscritos griegos como tenía a su disposi-
ción. También consultó manuscritos de la Vulgata, comparándolos con
la última forma de texto de la Vulgata que se encontró en las ediciones
impresas contemporáneas. Anotó sus observaciones en una serie de notas
sobre más de un millar de pasajes. Si estas notas que se parecían a su
Annotationes más tarde publicadas, fueron parcialmente compuestas a
partir de una serie de traducciones alternativas o correcciones a la redac-
ción de la Vulgata; o si estas notas sobre asuntos de traducción fueron
inscritas en los márgenes de una copia impresa de la Vulgata, o en algún
momento implicó una alteración manuscrita del texto impreso, o fueron
compiladas en una separada «copia en limpio», o las tres cosas, no se

89  Cf. «Manuscrits grecs utilisés par Erasme pour son édition du Novum Instrumen-
tum de 1516», op. cit., 124.
90  Cf. A. J. Brown (ed.), Opera omnia Desiderii Erasmi Roterodami, Amsterdam: North
Holland Publishing Company-Elsevier, Tomvs VI,2: Evangelivm secvndum Iohannem et Acta
Apostolorvm, 2001, 1.
El texto griego y la traducción latina del Nuevo Testamento de Erasmo (1516) 63

sabe. Cualquiera que sea su naturaleza exacta, estas revisiones y correc-


ciones prepararían posteriormente un punto de partida para la nueva
traducción latina que Erasmo finalmente editó en 151691.
Según sus declaraciones posteriores sobre el tema, Erasmo no previó
inicialmente publicar una nueva traducción, pero en un determinado
momento, en 1514, consideró la posibilidad de publicar sus anotaciones
junto al texto continuo del griego del Nuevo Testamento con la traducción
latina de la Vulgata. Si este era su plan, fue rápidamente sustituido por la
idea de que el griego podría ser acompañado por su propia versión latina
en lugar de la Vulgata. No hay razón para pensar que preparó un texto
continuo griego o latino antes de 1514. Ciertamente, cuando Erasmo viajó
a Basilea ese año, para preparar la publicación, no llevó con él ningún
manuscrito92.
La preparación de la traducción latina que publicó en 1516 proba-
blemente absorbió más tiempo a Erasmo que sus trabajos editoriales del
texto griego, y fue en muchos casos un esfuerzo original, creativo. Sin
embargo, era en muchos aspectos una obra inacabada. Muchos pasa-
jes simplemente reprodujeron la expresión de la Vulgata sin cambios.
Algunos pasajes fueron solo ligeramente corregidos, basado en sus
comparaciones entre la contemporánea Vulgata impresa y manuscritos
más antiguos de la Vulgata, y en su lectura cuidadosa de las citas de
la Escritura en los escritos de los Padres de la Iglesia: en estos puntos,
es posible considerar la traducción latina de Erasmo poco más que una
edición corregida de un antiguo texto latino. Otros pasajes, sin embargo,
fueron mucho más ampliamente revisados93.
Debido a esta falta de uniformidad en el tratamiento, la naturaleza
de la traducción de Erasmo no puede evaluarse de manera satisfactoria
desde unas pocas partes de texto seleccionadas al azar. Por ejemplo, si
los primeros trece versículos del Evangelio de Juan en la versión latina
de 1516 fueran el único pasaje examinado, ocupando 34 líneas, encontra-
ríamos que no existen diferencias con respecto a la Vulgata en absoluto,
de donde se podría concluir equivocadamente que Erasmo apenas había
tocado la traducción. Por el contrario, las primeras 34 líneas de los Hechos
de los Apóstoles, que abarcan los primeros 7 versículos, contienen 38
cambios de vocabulario, además de dos omisiones, 33 palabras añadidas,

91  Ibid., 1-2.


92  Ibid., 2.
93  Ibid.
64 Inmaculada Delgado Jara

y 10 cambios de orden de palabras, llegando a ser una versión radical-


mente alterada94.
Parece que, en la 1ª edición de su traducción, Erasmo dedicó más
esfuerzo a su traducción de las Epístolas y los primeros dos Evangelios,
pero trabajó menos en Hechos, e incluso dedicó menos tiempo a Lucas,
Juan y Apocalipsis. Esto puede reflejar el orden cronológico en el que
trabajó sobre los varios libros del Nuevo Testamento. Su más detallada
revisión de las Epístolas era quizá, en parte, motivada por el deseo de
hacer una versión que fuera superior a la traducción de las Epístolas que
Jacques Lefèvre había publicado en París en 1512. A pesar de esta falta
de coherencia en la forma en que maneja Erasmo diferentes partes del
Nuevo Testamento, sería todavía correcto describir la versión latina de
1516 como una nueva traducción. En 1519, la traducción fue revisada más
cuidadosamente, con particular atención a esos pasajes que previamente
habían sido dejados sin cambios95.

b. Fuentes de la traducción latina de Erasmo


Como acabamos de comentar, en la primera edición de su traduc-
ción, Erasmo dedicó más esfuerzo a su traducción de las Epístolas y los
primeros dos Evangelios, pero trabajó menos en Hechos, e incluso dedi-
có menos tiempo a Lucas, Juan y Apocalipsis, quizá con el objetivo de
mejorar la versión de las Epístolas paulinas que había publicado Jacques
Lefèvre (Paris 1512). Al mismo tiempo que mejora la traducción latina
de Lefèvre, parece que Erasmo también aprovechó la oportunidad para
tomar prestadas ciertas palabras y frases de Lefèvre, en pasajes donde éste
había expresado ya el significado con suficiente elegancia o precisión96.
Otra obra que Erasmo parece haber tenido a mano era el anónimo
comentario latino (probablemente del s. IV) que hoy día pasa con el nom-
bre de «Ambrosiáster», aunque anteriormente se incluyó en los escritos
de san Ambrosio. Otra importante fuente antigua desde la que Erasmo
compiló su traducción era Jerónimo –en el caso de las Epístolas pauli-
nas–, haciendo particular uso de los comentarios de este último sobre
las Epístolas de Pablo a los Gálatas y a los Efesios. Junto a estas obras,

94  Ibid., 2-3.


95  Ibid., 3.
96  Cf. A. J. Brown (ed.), Opera omnia Desiderii Erasmi Roterodami, Amsterdam: North
Holland Publishing Company-Elsevier, Tomvs VI,3: Epistolae Apostolicae (Prima Pars), 2004,
12-13.
El texto griego y la traducción latina del Nuevo Testamento de Erasmo (1516) 65

Erasmo hizo repetido uso de las Annotationes del s. XV de Lorenzo Valla


(impresas en 1505, Paris), quien había criticado muchas de las imprecisio-
nes y solecismos de la Vulgata latina97.
Erasmo está más dispuesto a reconocer su uso de Valla que de
Lefèvre, pero incluso aquí, la traducción de Erasmo y las Annotationes
parece haber extraído mucho más de Valla de lo que deseaba admitir.
Esto no pasó inadvertido a sus oponentes, como puede verse a partir de
las críticas recibidas por Stunica98.
En un pequeño grado, el trabajo cuidadoso de Erasmo de revisar
la traducción latina se vio empañado por alteraciones que no parecen
ser atribuibles a las variantes textuales de los manuscritos griegos o a la
influencia de las ediciones de la Vulgata latina. Si se trataba de errores de
su propia creación o de errores cometidos por sus ayudantes en el proceso
de transcripción, no se puede determinar fácilmente. Algunas de estas
manchas permanecieron sin detectar incluso hasta la edición de 1535:
v.gr. 1Co 1,6 Iesu Christi (por Christi), Flp 3,1 fratres (por fratres mei), etc…

c. Finalidad, objetivo
Durante cientos de años, el texto autoritativo de la Biblia había sido
el de la Vulgata latina. Ahora, la autoridad de la Vulgata era atacada por
una nueva competidora versión latina, que iba a ser difundida en toda
Europa en más de 250 ediciones impresas. Se convirtió en la traducción
latina más conocida del Nuevo Testamento después de la Vulgata.
¿Cuál era el propósito de Erasmo al hacer su nueva traducción? Nada
menos que la reforma del mundo cristiano99. En todas partes, Erasmo vio
la corrupción de la moral; la decadencia de la fe y de la teología; la inmo-
ralidad y la ambición egoísta de aquellos cuyo deber era dar liderazgo en
la Iglesia y en la sociedad. Erasmo deseó imbuir a la gente con un nuevo
ideal. Después del renacimiento de las letras y el conocimiento, era el
momento de que la fe y la teología fueran revitalizadas. La gente tenía
que ser convencida de la sabiduría de Cristo. Por esto, Erasmo entendió
una fe cristiana práctica, basada en el amor de la humanidad y de la paz,
y despojada, en la medida de lo posible, de la especulación acerca de lo

97  Ibid., 13.


98  Cf. ASD (Opera omnia Desiderii Erasmi Roterodami, Amsterdam 1969-) IX,2, 154-155.
99  Cf. H. J. de Jonge, Ex ipsis venis, ex ipsis fontibus. On the Importance and Necessity of
the Critical Edition of Erasmus’ New Testament Works. De l’importance et de la necessité d’une édi-
tion critique des oeuvres d’Erasme sur le Nouveau Testament, Florivallis: Voorthuizen, 2002, 5-6.
66 Inmaculada Delgado Jara

sobrenatural. Una piedad tan suave y ética debería ser el resultado del
renacimiento espiritual de todo cristiano100.
Pero para ganar a Europa hacia este ideal de mansedumbre cristia-
na, tolerancia y responsabilidad, Erasmo deseaba, en la medida de lo
posible, alentar a la gente a leer el Nuevo Testamento101. El problema era
que no existía una traducción que se ajustara a la concepción del s. XVI
de buen latín. La Vulgata fue compuesta en el latín eclesiástico del s. IV.
Pero desde alrededor de 1350, el latín empleado en los círculos influyen-
tes, donde era todavía una lengua viva, había sido una vez más llevado
conforme a un modelo más antiguo, el del s. I a.C., y en particular, el del
orador y hombre de estado, Cicerón. Si Erasmo deseaba hacer el Nuevo
Testamento accesible a los lectores de su tiempo, tenía que reemplazar el
latín de la Vulgata del s. IV por el lenguaje del período clásico, ya que sus
contemporáneos creían que era el mejor latín. El Nuevo Testamento de
Erasmo es, de hecho, una radical adaptación de la Vulgata al latín del s. I
a.C. y d.C., una adaptación para la cual Erasmo tomó manuscritos griegos
como base102.
Para Erasmo, el uso de una forma del latín más antigua y más clásica
no era de ninguna manera meramente una cuestión de estilo. Él estaba
interesado, en primer lugar, en una mayor claridad y comprensión, en una
mayor precisión de los contenidos, y una mejor traducción de sus signifi-
cados. El latín de la Vulgata no era adecuado para esto. Demasiado había
sido tolerado en el latín de la Iglesia. Contenía palabras, construcciones y
expresiones de siglos muy distantes y de diferentes niveles lingüísticos,
por lo que a menudo era imposible decir con certeza exactamente lo que
precisamente una expresión dada significaba. Para ser claro, tuvo que ser
modelado en la medida de lo posible sobre el uso de un pequeño número
de buenos autores reconocidos. Para Erasmo estos eran Cicerón, César,
Salustio, Livio y Quintiliano. Palabras y expresiones que no aparecían en

100  Cf. H. J. de Jonge, «Erasmus’ Method of Translation in his Version of the New
Testament», en The Bible Translator 37 (1986) 135-138, en particular 135.
101  Erasmo escribió al Papa León X: «la renovación de la cultura debe ser alimen-
tada desde sus venas y desde sus fuentes, ex ipsis venis, ex ipsis fontibus», entre las cuales los
Evangelios y los escritos apostólicos ocupaban una posición clave. Cf. Ep. 384, a León X, 1
de febrero 1516, en P. S. Allen et al. (eds.), Epistolae Erasmi, vol. 2, 181-187, particularmente
185, lin. 50-51.
102  Cf. H. J. de Jonge, «Erasmus’ Method of Translation in his Version of the New
Testament», op. cit., 135-136.
El texto griego y la traducción latina del Nuevo Testamento de Erasmo (1516) 67

estos autores era mejor evitar para un autor del siglo XVI, si quería ser
comprendido.
Una clara comprensión y una buena traducción del contenido del
Nuevo Testamento eran tan importantes para Erasmo que, además de su
acabada nueva traducción, publicó también detalladas Paráfrasis en latín.
Fue aún más atacado por esta obra que por su traducción, aunque para
él fuera el punto destacado en su obra. En el contexto de ideal de refor-
ma de Erasmo, el contenido y el mensaje del Nuevo Testamento era más
importante que el texto, la paráfrasis más importante que la traducción, y
la traducción más importante que el texto griego: solo el mensaje podría
reformar y mejorar a la humanidad103.
Por tanto, los objetivos más importantes que Erasmo se impuso en su
traducción fueron: claridad, corrección y pureza del latín de acuerdo con
el uso de los autores clásicos, y sencillez. En aras de la claridad tuvo, por
ejemplo, que reemplazar «delibor» en 2 Tm 4,6 (para «spendomai», «mi
vida está siendo derramada sobre el altar») por «inmolor» («estoy siendo
sacrificado») ya que «delibor» en latín clásico puede significar «estoy con-
movido», «algo es llevado de mí», «soy testado, probado», pero no «soy
sacrificado»104. Por la pureza de lenguaje tuvieron que ser eliminados todo
tipo de fallos gramaticales, neologismos, palabras de lenguas extranjeras
y construcciones griegas, v.gr. «aporiamur» en 2 Co 4,8, «paternitas» en Ef
3,15, y «videbis encere» en Mt 7,5, expresiones que simplemente no signifi-
can nada. Por la sencillez, había que evitar la variación innecesaria en la tra-
ducción de una misma palabra. Así, la Vulgata en Mc 15,10-11, para «sumos
sacerdotes» tiene primero «summi sacerdotes» y después «pontifices», una
innecesaria exhibición de riqueza de vocabulario, que simplemente causa
confusión. Para Erasmo la integridad del latín, como la lengua de la traduc-
ción, era el primer requisito de una buena traducción. Antes que nada, la
lengua en la que se hizo la traducción debía ser empleada pura e idiomáti-
camente. De lo contrario, el mensaje podría no ser transmitido con claridad
o en su totalidad, y el objetivo misionero y evangelístico se habría perdido.
Toda la cuestión de la traducción de Erasmo era que, en comparación con la

103  Ibid., 136.


104  Para estos ejemplos y varios otros citados en este artículo, así como para la rele-
vante bibliografía sobre el tema, cf. E. Rummel, Erasmus as a translator of the Classics, Toronto
1985, 89-102, y H. J. Jonge, «The Character of Erasmus’ Translation of the New Testament»,
en Journal of Medieval and Renaissance Studies 14 (1984) 81-88.
68 Inmaculada Delgado Jara

Vulgata, debía ser mejor latín, un latín más genuino, o como él mismo dijo
repetidamente, «más latín», Latinius105.
Por esta razón Erasmo no podía aceptar un método que intentara
hacer que una sola palabra en la traducción correspondiera con una sola
en el original. Dice él mismo de esto:
Escucho que algunos son tan supersticiosos que no permiten ninguna des-
viación de las palabras de los evangelistas, en la traducción. El resultado de esto ya
no es una nueva versión, sino una perversión. Una lengua consiste en dos cosas:
el sonido y las palabras escritas, y el significado o el sentido. Si es posible traducir
el último y respetar el primero, muy bien. Si no, entonces el traductor emprende el
asunto de manera equivocada si se queda pegado a las palabras individuales, pero
se desvía del significado. Si uno afirma que cada palabra en el original debe ser
traducida por una sola palabra en la traducción, ¿por qué entonces el traductor
de la Vulgata tan a menudo se desvía de las palabras, no infrecuentemente sin
ninguna razón? Si se permiten tales desviaciones, el traductor debe en cualquier
caso siempre tener en cuenta que él traduce fielmente con las palabras más ade-
cuadas. En cualquier caso, el doble significado, el matiz especial en el sentido de
una expresión griega, y los atractivos de un giro idiomático de la frase no pueden a
menudo ser traducidos de manera adecuada106.

Y en otro lugar:
Quien traduce, se ve regularmente obligado a desviarse de los detalles y los
puntos más finos del original. No sea yo llevado ante el juez si cada palabra en
el original no tiene una palabra que responde a ella en la traducción: inténtalo
cuando quieras, no sucederá. Si uno cree que es ilegal desviarse de la letra del
original, ¿por qué se aventuró el traductor de la Vulgata a hacerlo aquí y allá, a
menudo sin ninguna necesidad ni ventaja? Parece como si estuviera jugando a un
juego, y fuera completamente indiferente en este punto. Pero si es legal desviarse
de la letra –como de hecho lo es– entonces no condenes mi nueva versión, si puedes
proclamar que he dado una más verdadera traducción del significado e intención
que el que hizo la Vulgata107.

Sin embargo, Erasmo sólo permitió al traductor una libertad limi-


tada: la libertad era permitida exclusivamente con el fin de lograr un
latín idiomáticamente correcto y con el fin de expresar tanto como fuera

105  Cf. H. J. de Jonge, «Erasmus’ Method of Translation in his Version of the New
Testament», op. cit., 137.
106 Erasmo, Capita argumentorum contra morosos 1519, nos 28, 29, 68, en Erasmus,
Opera Omnia, VI, Leiden, 1705, folios **4 verso y ***1 recto.
107  Cf. H. Holborn (ed.), Erasmo, Apologia, Ausgewahlte Werke, Munich 1933, 169-170.
El texto griego y la traducción latina del Nuevo Testamento de Erasmo (1516) 69

posible el sentido del original. Así, la expresión griega «Ti, h`mi͂ n kai. soi;»
(¿Qué tenemos que ver contigo? Mt 8,29) no debe ser literalmente tradu-
cida «Quid nobis et tibi?», como en la Vulgata, sino por la genuina frase
latina «Quid tibi rei nobiscum est?». Pero el traductor sólo se podrá tomar
las libertades en la medida en que sean necesarias para obtener una tra-
ducción idiomáticamente correcta o una que sea adecuada para transmitir
el significado. Para el resto, según Erasmo, el alarde de un vocabulario
variado debía ser evitado. Su crítica de la Vulgata era, inter alia, que su
creador había demostrado la riqueza de su vocabulario con y sin razón,
para variar la traducción de las mismas palabras. Siempre y cuando la
lengua receptora lo toleró en su idioma, y la transferencia del significado
no estaba en peligro, entonces, en la opinión de Erasmo, una palabra
debía ser traducida por una solo equivalente. Una y otra vez reprende a
la Vulgata por su amplia libertad en este punto. Por ejemplo, en Mc 5,37
donde «admisit» (dejó) es usado en lugar de «dimisit» (despidió), lo cual
es normalmente usado en otro lugar, o en Mc 17,72 donde Erasmo obser-
va: «La Vulgata tiene ‘cantavit’ (cantó) por ‘se jactó’». El mismo verbo
griego «phonein» es traducido por varios términos en la Vulgata: en el v.
30 por «vocem dederit» (dio una voz), aquí con «cantavit». Pero puesto
que esta palabra se repite en una sola narrativa, sería más conveniente
repetir la misma palabra en la traducción. El alarde de un vocabulario
variado está fuera de lugar aquí». Erasmo da en otro lugar (Mt 7,6) una
excelente razón por la cual tal variación innecesaria debería ser evitada:
no que la traducción esté mal, sino con el fin de evitar que el lector sea
conducido a la especulación innecesaria sobre los diferentes matices de
significado de las diferentes palabras usadas108.
Es sorprendente cómo a menudo Erasmo critica la Vulgata sobre
la base de variaciones superfluas o fuera de lugar. Así en Jn 1,8, donde
observa que la palabra griega para «luz» (phos) es primero traducida por
«lumen» (v. 7) y luego por «lux» (v. 8). De manera similar en Lc 16,10,
donde observa que «en lo más pequeño» (en griego «en elachisto») es
primero traducido en la Vulgata por «in minimo», pero luego en el mismo
versículo por «in modico». «Pero –suspira Erasmo– el traductor tiene una
pasión por la variación».
Erasmo también se opuso, en su traducción, a las perífrasis innece-
sarias. El griego «aneleemon» (sin compasión) no debería ser traducido

108  Cf. H. J. de Jonge, «Erasmus’ Method of Translation in his Version of the New
Testament», op. cit., 138.
70 Inmaculada Delgado Jara

como «sine misericordia» (sin misericordia), sino por «immisericors»


(inmisericorde). Y también intentó mejorar la Vulgata de otros modos, por
ejemplo, haciendo hincapié en una exégesis que en su opinión fuera más
correcta, corrigiendo corrupciones textuales en la Vulgata, y reemplazan-
do buenas, antiguas lecturas de la Vulgata, por variaciones basadas en
el texto Bizantino. Pero el punto principal fue su intento de lograr una
mayor claridad mediante la sustitución del burdo latín tardío por un
claro e idiomáticamente puro latín de la época clásica. El resultado fue un
texto radicalmente revisado de la Vulgata en el que aproximadamente el
cuarenta por ciento de las palabras fueron cambiadas.

4. Conclusión

En opinión de Erasmo, la vera theologia de los cristianos es la lectu-


ra, la interpretación, el conocimiento de las fuentes del cristianismo: la
Biblia –en especial el Nuevo Testamento– y los escritos de los Padres de
la Iglesia. El teólogo es el guía para los cristianos en estas actividades.
Es él quien ofrece los textos, mutilados a través de los siglos de la tradi-
ción, reconstruidos en la medida de lo posible. Además suministra toda
la información lingüística, histórica y cultural necesaria para tal lectura.
Las fuentes literarias del cristianismo pertenecen al mismo mundo, a la
misma sociedad que los otros textos de la antigüedad, y por consiguiente
también el «instrumentario» para poder ofrecerlas a los lectores, es el
mismo. El teólogo es el filólogo que ofrece los textos que considera más
esenciales para el verdadero cristianismo, para lo que Erasmo llama la
philosophia Christi, pero, en cuanto a su «instrumentario», y en cierto
modo a su objetivo, el teólogo no difiere del filólogo que ofrece los textos
de un Cicerón, Séneca, Aristóteles o Eurípides109.
Según la convicción de Erasmo, al igual que el teólogo es filólogo,
también el filólogo de su siglo, al ser cristiano, es siempre a la vez teólogo,
o por lo menos filósofo y educador, o bien, sabio promotor de la philo-
sophia Christi110. La filología es la ancilla verae theologiae. La filosofía para
Erasmo está siempre subordinada a la philosophia Christi.

109  Cf. C. L. Heesakkers, «Erasmo filólogo», op. cit., 261.


110  Ibid., 262.

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