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28 DE AGOSTO:

SAN AGUSTÍN, NUESTRO PADRE


OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA
SOLEMNIDAD
San Agustín (354-430) vivió en un periodo de crisis y transición. El imperio Romano se estaba
desmoronando bajo la presión de los bárbaros. El 28 de agosto de 430, mientras Hipona sufría el
asedio de los Vándalos, Agustín desde su lecho de muerte vivía intensamente este drama y entregaba su
alma al Creador.
Aunque confiaba plenamente en Dios, no podía sentirse ajeno a los sufrimientos de su pueblo. Desde
su ordenación sacerdotal (391) y, sobre todo, desde el día de su consagración episcopal (395) se había
identificado con él en la búsqueda del triunfo de la causa de Dios y del servicio de la Iglesia. La
promoción de la unidad de la Iglesia fue una de sus mayores aspiraciones.
Con ese fin fundó comunidades religiosas y quiso que fueran signo y fermento de unidad. Según la
acertada expresión de Posidio, Agustín sigue viviendo en los libros que ha legado a la posteridad. Sus
restos mortales se veneran en la iglesia agustiniana de San Pedro in Ciel d’oro de Pavía.
San Agustín es el padre e inspirador del carisma de la Orden en el aspecto teológico, espiritual y
religioso.

RITOS INICIALES

ANTÍFONA DE ENTRADA Cf. 3 Re 4, 29. 31c


Dios le concedió sabiduría e inteligencia muy grandes y un corazón dilatado; su nombre
se extendió por todos los pueblos.
Se dice GLORIA…
ORACIÓN COLECTA
V/. Renueva, Señor, en tu Iglesia el espíritu que infundiste en nuestro Padre San Agustín,
para que, penetrados de ese mismo espíritu, tengamos sed de ti, fuente de la sabiduría, y te
busquemos como el único amor verdadero. Por nuestro Señor Jesucristo…
R/. Amén
N. P. SAN AGUSTÍN (28 DE AGOSTO)

LITURGI A DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA
Vivían todos unidos y lo tenían todo en común
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 2, 42-47
Después del día de Pentecostés, los hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza de
los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones. Todo el mundo
estaba impresionado por los muchos prodigios y signos que los apóstoles hacían en Jerusalén.
Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones y bienes
y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno. A diario acudían al templo todos
unidos, celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos alabando a Dios con
alegría y de todo corazón; eran bien vistos de todo el pueblo y día tras día el Señor iba
agregando al grupo los que se iban salvando.
PALABRA DE DIOS.

SALMO RESPONSORIAL Sal 83, 2-6. 11 (R/. Cfr. 5a)


R. DICHOSOS LOS QUE VIVEN EN TU CASA, SEÑOR
2
¡Qué deseables son tus moradas, Señor Todopoderoso!
3
Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne se alegran por el Dios vivo.
4
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor Todopoderoso, Rey mío y Dios mío.
5
Dichosos los que viven en tu casa, Señor, alabándote siempre.
6
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza al preparar su peregrinación.
11
Un solo día en tu casa vale más que otros mil,
y prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados.

SEGUNDA LECTURA
Proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo
Lectura de la segunda Carta del Apóstol san Pablo a Timoteo 4, 1-8
Querido Hermano: Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te
conjuro por su venida en majestad: Proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo,
reprende, reprocha, exhorta, con toda paciencia y deseo de instruir. Porque vendrá un tiempo
en que la gente no soportará la doctrina sana, sino que, para halagarse el oído, se rodearán de
maestros a la medida de sus deseos; y, apartando el oído de la verdad, se volverán a las
fábulas.
Tú estate siempre alerta soporta lo adverso, cumple tu tarea de evangelizador, desempeña
tu servicio. Yo estoy a punto de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente. He
combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe.
Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en
aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida.
PALABRA DE DIOS.

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MISAL AGUSTINIANO

SECUENCIA (AD LIBITUM)


De un abismo de tinieblas
brota una luz esplendente
que hoy para el mundo fulgura.
Agustín, el que había sido
presa del error, es dado
como un honor a la Iglesia.
A la llamada divina,
abraza la fe, y se acerca
a la fuente del bautismo.
Con elocuencia combate,
y en sus escritos condena
sus pasados extravíos.
Confirma la fe; modela las costumbres;
su palabra destruye el error y el vicio.
Enmudece Fortunato, ceden Manes y Donato
al fulgor de su palabra.
Aquel mundo en decadencia,
ebrio de opiniones vanas
y turgente de herejías,
fruto abundante comienza
a producir, cuando esparce
la fe, Agustín, por el orbe.
Según norma de los fieles
de Jerusalén, ajusta
La vida del monacato.
Pues sus hermanos vivían
en común, sin nada propio
que considerasen suyo.
Para salvación del hombre
él cultivó de por vida
las virtudes: murió anciano,
y reposó con sus padres.
Nada dejó en testamento
quien nada propio tenía,
pues los bienes reputaba
comunes con sus hermanos.
Salve, modelo de sabios,
de Cristo luz, voz celeste,
pregonero de la vida,
lumbrera de los doctores.
Los que Padre te proclaman,
teniéndote como guía,
consigan la vida eterna
en la gloria de los santos. Amén.

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N. P. SAN AGUSTÍN (28 DE AGOSTO)

ALELUYA Jn 10, 14
Aleluya, aleluya. Yo soy el Buen Pastor, que conozco a mis ovejas, y mis ovejas me
conocen a mí. Aleluya.
EVANGELIO
El buen pastor da la vida por las ovejas
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 7-18
En aquel tiempo dijo Jesús a los fariseos: Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas.
Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los
escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí, se salvará, y podrá entrar y salir, y
encontrará pastos. EL ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago: yo he venido
para que tengan vida y la tengan abundante.
Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es
pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace
estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen
pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo
conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.
Tengo además otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer; y
escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo Pastor. Por eso me ama el Padre porque
yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego
libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla. Este mandato he
recibido del Padre.
PALABRA DEL SEÑOR.
Se dice CREDO…
ORACIÓN DE LOS FIELES
V/. Con gran regocijo celebramos la solemnidad de nuestro Padre san Agustín. Sea este
día para nosotros una celebración verdaderamente espiritual y una renovación del espíritu
agustiniano en nuestra vida.
Respondamos todos: ESCÚCHANOS, SEÑOR.
1.– Por nuestra Santa Madre Iglesia, para que el Señor la fortalezca con la sana doctrina;
y conceda a todos los cristianos saber sentir con ella. Oremos…
2.– Que los que gobiernan nuestro país sean hombres de valor y probidad para que en él
y en el mundo entero los hombres puedan vivir con dignidad, justicia y caridad.
Oremos…
3.– Que las actividades de nuestra Orden [y toda la Familia Agustiniana] te sean
agradables; que el conocimiento que tenemos de ti se acreciente por medio de
nuestras plegarias y nuestros sacrificios. Oremos…
4.– Por el Padre General y por todos los Superiores de nuestra Orden para que trabajen
incansablemente al servicio de la Iglesia y nos guíen a un más profundo
cumplimiento de nuestro ideal religioso. Oremos…
5.– Para que el Espíritu Santo suscite en los hogares cristianos auténticas vocaciones
que, siguiendo el llamamiento del Señor, le sirvan en la vida religiosa y en la difusión
del Evangelio. Oremos…
V/. Dios, Padre nuestro, por los méritos y ejemplo de san Agustín, haz que aprendamos a
servirte a ti, única fuente de toda nuestra alegría. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén

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MISAL AGUSTINIANO

LITURGI A EUCARÍSTICA

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


V/. Al celebrar el memorial de nuestra salvación, te pedimos, Dios nuestro, que este
sacramento de amor sea para nosotros signo de unidad y vínculo de caridad. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
R/. Amén

PREFACIO
Agustín vivió continuamente tu búsqueda, para encontrarte más dulcemente deseable
y para seguir buscándote con mayor avidez
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
V/. En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Y alabarte en la festividad de nuestro Padre San Agustín,


porque él, enamorado de la verdad, y herido por el dardo de tu palabra,
vivió continuamente en busca tuya [tu búsqueda],
para encontrarte más dulcemente deseable
y para seguir buscándote con mayor avidez.

Como buen pastor,


se esforzó constantemente en formar a tu pueblo fiel
a imagen de tu Hijo, y lo cuidó con sabia diligencia.

Fundó comunidades religiosas,


cuya forma de vida consistía en que
todas las cosas fueran comunes para todos,
teniendo una sola alma y un solo corazón hacia Dios.

Proclamando incansablemente,
con su predicación y sus escritos,
el mensaje de la salvación eterna,
fomentó la unidad de la paz y la fraternidad de la Iglesia.

Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo,


así nosotros en la tierra te aclamamos diciendo sin cesar:
R/. Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

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N. P. SAN AGUSTÍN (28 DE AGOSTO)

RITO DE LA COMUNIÓN

ANTÍFONA DE COMUNIÓN 1 Cor 10, 17


El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque
comemos todos del mismo pan.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
V/. Protege, Señor, con tus dones sagrados a tu familia, a la que confortaste con el Pan
celestial; y para que celebre devotamente la solemnidad de nuestro Padre san Agustín,
infúndele la luz de tu soberano conocimiento y la llama de la eterna caridad. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
R/. Amén.

RITO DE CONCLUSIÓN

BENDICIÓN FINAL
V/. Que la paz de Dios, que supera todo entendimiento,
guarde vuestros corazones y mentes
en el conocimiento y en el amor de Dios
y de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
R/. Amén.
V/. Que Dios conserve la firmeza de vuestra fe;
os fortalezca con una esperanza constante;
y aumente vuestra caridad,
de manera que perseveréis pacientemente hasta el fin.
R/. Amén.
V/. Y que Dios os conceda reuniros
con San Agustín y todos los santos en la felicidad del Reino,
donde la santa Iglesia contempla con gozo a sus hijos
entre los moradores celestiales en la paz perpetua.
R/. Amén.
V/. Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo † y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
R/. Amén.

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CENTENARIO DEL BREVE “RELIGIOSAS FAMILIAS” (2012-2013)


28 DE AGOSTO:
SAN AGUSTÍN, NUESTRO PADRE
OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA
SOLEMNIDAD
Todo como en la eucaristía de día, excepto lo siguiente:
ANTÍFONA Y MONICIÓN DE ENTRADA
Celebramos hoy la solemnidad de san Agustín, el gran obispo de Hipona, en la actual
Argelia. Nacido el año 354, su vida se desarrolla en una época de crisis y transición, cuando el
imperio romano se encontraba en plena decadencia. Se convierte a la fe de Cristo, después de
largos años de búsqueda, y recibe el bautismo de manos del obispo san Ambrosio, en la noche
de Pascua del año 386.
“Nos hiciste, Señor, para ti –escribe–, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse
en ti” (Confesiones I, 1, 1)
Por la profundidad de su doctrina y la solidez de su fe mereció el título de padre y doctor
de la Iglesia. Las reflexiones teológicas, las confesiones personales, los comentarios
homiléticos, las catequesis recogidas en su vasta obra literaria, han influido poderosamente en
la fe de la Iglesia a lo largo de los siglos. Benedicto XVI ha presentado a san Agustín como
“hombre de pasión y de fe, de elevadísima inteligencia y de incansable entrega pastoral”.
En el libro de las Confesiones exclama, orando: “¡Tarde te amé, belleza tan antigua y tan
nueva, tarde te amé! Tú estabas dentro de mí y yo fuera…Tú estabas conmigo, pero yo no
estaba contigo… Me llamaste, me gritaste, y rompiste mi sordera. Brillaste, resplandeciste, y
tu resplandor borró mi ceguera” (X, 27, 38).
Murió el día 28 de agosto del año 430, a los 76 años de edad. A él le aplicamos las
palabras del libro sagrado: Dios le concedió sabiduría e inteligencia muy grandes y un
corazón dilatado; su nombre se extendió por todos los pueblos (Cf. 1R 5, 9. 11c).

ACTO PENITENCIAL
V/. Al comenzar nuestra celebración eucarística, pidamos a Dios, por intercesión de san
Agustín, que nos conceda la conversión del corazón.

LITURGI A DE LA PALABRA

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA


“Los hermanos eran constantes”: perseveraban en la escucha de la Palabra, en la vida
común, en la fracción del pan, en la oración. Una de las claves de la vida espiritual está en la
constancia, en la perseverancia. También es una de las claves de la revitalización. Con
frecuencia es lo que a nosotros nos falta.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA


Tanto san Pablo como san Agustín se preocuparon muy especialmente por la doctrina, por
mantener ellos la fe, predicarla y transmitirla íntegramente en su entorno. Siguen siendo
nuestros modelos para la nueva evangelización en que estamos comprometidos. Y lo son
igualmente en el proceso de renovación, sin el cual no seremos capaces de evangelizar.

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N. P. SAN AGUSTÍN (28 DE AGOSTO)

MONICIÓN AL EVANGELIO
En el evangelio Agustín es presentado como buen pastor que, a ejemplo de Cristo, entrega
su vida por las ovejas. La entrega es la raíz vital no sólo de la pastoral y la evangelización;
también lo es de la vida de comunidad y de fraternidad. La entrega es, por una parte, mandato
del Padre; y, por otra parte, provoca su amor. Así lo dice el evangelio que vamos a escuchar.

ORACIÓN DE LOS FIELES


V/. En el gozo de la solemnidad de nuestro Padre san Agustín, invoquemos, hermanos, a
Dios todopoderoso, fuente de amor y de verdad, para que inspire nuestra oración.
1.– Por nuestra Santa Madre Iglesia; para que el Señor la fortalezca con la sana doctrina
y conceda a todos los cristianos saber sentir con ella: roguemos al Señor.
R/. Te rogamos, ¡óyenos!
2.– Por nuestros gobernantes; para que sean hombres de valor y honradez a fin de que,
en nuestra patria y en todo el mundo, puedan los hombres vivir con dignidad, justicia
y caridad: roguemos al Señor.
R/. Te rogamos, ¡óyenos!
3.– Por el Prior General y por todos los Superiores y Superioras de nuestra Orden; para
que trabajen incansablemente al servicio de la Iglesia y nos guíen a un más profundo
cumplimiento de nuestro ideal religioso: roguemos al Señor.
R/. Te rogamos, ¡óyenos!
4.– Por los hombres y mujeres que viven en el error o son esclavos de las pasiones; para
que sus mentes y sus corazones se abran a la verdad: roguemos al Señor.
R/. Te rogamos, ¡óyenos!
5.– Por los hogares cristianos; para que el Espíritu Santo suscite en ellos auténticas
vocaciones que sirvan a Dios en la vida consagrada y en la difusión del Evangelio:
roguemos al Señor.
R/. Te rogamos, ¡óyenos!
6.– Por nosotros y por nuestra comunidad; para que aprendamos sinceramente la
sabiduría, ardamos en el amor y lo comuniquemos a los demás: roguemos al Señor.
R/. Te rogamos, ¡óyenos!

V/. Dios, Padre nuestro, por los méritos e intercesión de nuestro Padre san Agustín, haz
que aprendamos a servirte a ti, única fuente de toda nuestra alegría. Por Jesucristo nuestro
Señor.
R/. Amén.

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