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TEMA: SIGUE CREYENDO AUNQUE TE ATAQUEN LAS DUDAS.

TEXTO: MARCOS 9:14-24.


INTRODUCCION:
En un campo de batalla un comandante envió a dos soldado a reconocer el territorio del
enemigo. Un soldado era alto, fuerte y valiente, mientras que el otro era débil, hasta cierto punto
cobarde. Todos se burlaban del soldado débil. Ambos fueron y con mucho trabajo reconocieron
el territorio del enemigo y regresaron. El soldado fuerte y valiente reportó con audacia lo que
había visto, también lo hizo el débil. Pero lo hizo con mucho trabajo, porque estaba temblando y
la quijada se le movía mientras hablaba. Sin embargo, el comandante se acerco al débil y le
apremió diciéndole “tú eres un buen soldado. Aunque eres por naturaleza débil y temeroso,
cumpliste con cabalidad la orden”.
Alguien escribió un libro donde dice que la fe del cristiano está formado por un 99% de dudas y
por 1% de esperanza. Al parecer exageró un poco, pero lo cierto es que la fe está formado de
dudas; en medio de dudas nace una chispa de esperanza. Si alguien confiesa que no siente
duda alguna, está fingiendo. Porque en medio de dudas, la chispa de fe brilla como una estrella.
La mina de oro está llena de piedras, en medio de ella los mineros excavan arduamente hasta
que hayan una piedra amarilla. El trabajo se requiere de paciencia. Así también es la fe que no
existe una devoción inocente, siempre se requiere de valor y esfuerzo. Aunque siente duda,
decide por la fe, al hacer así nuestro capitán Jesús nos animará diciendo “Eres un buen soldado,
porque aunque sentiste dudas y temores, superaste a cada uno de ellos por medio de la fe y
tuviste una vida magnífica”

1. Hasta el padre de la fe, Abraham sintió dudas y temores:

- También Abraham sintió dudas y temores. Cuando hacemos mención de Abraham pensamos
de un gran hombre de fe. Pero si miramos meticulosamente la vida interior de Abraham nos
damos cuenta cuán débil fue, llenos de dudas y temores.
- A los 75 años fue llamado, Dios le ordenó que dejara su parentela, la casa de su padre a la
tierra que Dios le señalaba. Salió con gran expectativa, llegó a Canaán, pensó que allí hallaría
abundancia de bendiciones. Pero ¿qué sucedió?. Había hambre en Canaán. No había agua, las
hiervas estaban secos, quemándose por el sol, los ganados se les morían de hambre y los
siervos dejándole solo, cada cual se apartó de él.
- Esto motivó a Abraham vacilar, entre la promesa de Dios y su situación actual. Comenzó a
tambalear dentro de sí, se preguntaba dónde está la bendición que Dios le había prometido en
Canaán de que formaría una gran nación. Se halló contra la pared y la espada, no estaba
dispuesto a permanecer allí, pues no era un guerrero de la fe. Mirando a su derredor era un
hombre muy débil. Dudando de la promesa de Dios, por la supervivencia, fue para Egipto, a una
tierra que Dios no le había dicho que fuera.
- Llegando allí comenzó a mentir. Llamó a su mujer hermana “tú eres una mujer muy hermosa, si
bajamos a Egipto, ellos te tomarán a ti, y a mí me matarán. No me llames marido, llámame
desde ahora hermano”. Actuaron como hermanos. Abraham que al parecer mostraría un gran fe,
lo que aquí estaba mostrando era cobardía. Estaba llenos de duda, de temores y no creyendo en
la promesa de Dios bajó para Egipto, allí padeció vergüenza y tribulaciones.
- Pero también allí volvió a restaurar su relación con Dios por medio del arrepentimiento; Dios le
escuchó y le dio otra oportunidad, y regresó a Canaán.
- Pasó 10 años después que llegó a Canaán, a los 85 años no teniendo un heredero oró a Dios
de todo corazón. Oró por un hijo. Un día Dios llamó a Abraham a las afueras de la tienda y le
ordenó que mirara las estrellas y que las contara, si podía contar que así sería su descendencia.
Y Abraham creyó. Pero al regresar a la casa, escuchando los lamentos de Sara su mujer
comenzó a vacilar nuevamente. “Querido, tú ya tienes 85 años y yo 75 años, a mí hasta las
costumbres de las mujeres cesaron, ya no podré dar un hijo, toma a mi sierva Agar, una mujer
joven y hermosa y ella te dará un hijo” Comenzó Abraham a temblar y tambalear entre la fe y el
consejo de su mujer. Hasta hace poco tenía fe en Dios, había creído en la promesa de Dios que
tendría descendientes como las estrellas del cielo. Pero ahora escuchando el consejo de la
mujer se sentía inseguro. Tomó a Agar por mujer y tuvo a Ismael. Si Abraham hubiera sostenido
la fe, el medio oriente no estuviera sufriendo de guerra tan cruel. La semilla de la incredulidad
trajo grandes tragedia a la historia humana.
- Pareciera que Abraham es un hombre de la fe firme, pero en realidad no era así. Hubo muchos
momentos que padeció de debilidad y temores. Sin embargo, siempre regresó ante la presencia
de Dios arrepentido y se aferró a la pequeña semilla de la fe. Por medio de ella Dios le daba
grandes victorias, hasta que se convirtió en padre de la fe.
- Cuando su fe vacile, sosténgase de la palabra de Dios, solamente la palabra de Dios nos podrá
fortalecernos. ¿Qué hace cuando sopla un fuerte viento? Se agarra fuertemente de una columna
firme y sólido para no salirse volando. Asimismo cuando se halle en medio de debilidad, deberá
asirse de la promesa de Dios. El reverendo Richard Bambrant cuando Rumania cayó al
comunismo quedó preso y pasó allí 10 años sufriendo. Encerrado en una prisión subterráneo y
sin luz, leyó la Biblia cientos de veces y recibió consuelo y se llenó de valor. Se preguntaba
“¿existe Dios realmente, por qué me abandonó? Por qué me dejó en las manos de los
comunistas, es Dios tan débil como yo”. Estaba llenos de dudas, de temores e incertidumbres.
Aun a pesar de las dudas, leyó la Biblia, leyendo descubrió que en la Biblia decía “no temas” 365
veces. Si el año es 365 días, significaba que no debía temer durante todo el año. Que
diariamente viviera sin temor, aceptó la palabra como la promesa de Dios; sostuvo firmemente
de la promesa de Dios y después que salió de la prisión, fue a los Estados Unidos y testificó de
la fidelidad de Dios. Leyendo la palabra de Dios sea cual sea la situación el hombre se llenará de
vigor para vencer las dudas y temores. Cuando sople el viento de dudas y temores, solamente la
palabra de Dios nos podrá protegernos y derretir la nieve. De allí que la palabra de Dios es muy
importante.
- En el libro escrito por John Bunyan “El progreso del peregrino” el cristiano quedó encerrado en
una ciudad llamada “dudas”. Yéndose hacia el cielo quedó encerrado en una ciudad llamada
dudas. El dueño de la ciudad era un gigante llamado desesperanza, tomó al cristiano y le golpeó
primero y luego lo llevó al patio trasero y mostrándole las calaveras sembró desesperanza.
“Estás en la ciudad de dudas y ahora todo terminó no hay esperanza para ti. No vas a poder salir
vivo de aquí”. Pero esa noche el cristiano encerrado en una cueva oscura oró fervorosamente a
Dios, y al día siguiente clamó “Casi lo olvido, yo tengo la llave de la promesa, esa llave podrá
abrir todas las habitaciones de esta ciudad. Podré salir de aquí, nadie podrá detenerme; fui muy
tonto” Colocó la llave de la promesa de Dios a la cerradura y la puerta de duda se abrió
inmediatamente, así continuó el peregrino.
- Como aquel cristiano que aparece en el Progreso del Peregrino, también nosotros durante la
trayectoria de la vida quedaremos encerrado en la ciudad de dudas y la desesperanza nos
amenazará. Pero tenemos la promesa de Dios para salirse de allí. Por tanto, no abandone la fe,
para no perder la fe debemos estar siempre firme en la promesa de Dios. En tiempo común la
promesa de Dios no ejerce gran poder, pero cuando se halla en oscuridad y en sufrimiento, será
la llave para superar las dudas y temores.
2. Los discípulos del Señor también temieron y dudaron.
- No porque fueron discípulos del Señor que ellos no enfrentaron temores o dudas. También
ellos temblaron de temores. Veamos un ejemplo, Pedro. Un día Jesús alimentó en el desierto de
Betsaida a miles de personas y apresurando a los discípulos tomó un barco para cruzar el mar
de Galilea para llegar a Capernaúm. Era una noche oscura, soplaba mucho viento y golpeaba el
barco donde estaban los discípulos del Señor. Como si esto fuera poco, Jesús llegó hacia los
discípulos caminando sobre el mar. Todos pensaron que se trataba de un fantasma. Ellos sufrían
de temores de que si en el mar se enfrentan con un fantasma, el barco naufragará. Todos
estaban asustados y perturbados, pero el Señor les dijo “yo soy, no teman”. Entonces Pedro le
habló valerosamente “Señor si eres tú, manda que yo vaya a ti”. Yo respeto mucho a Pedro en
esta área. Porque tenía valor para aventurar aún en medio del peligro. El Señor le mandó que
caminara, todos los otros discípulos estuvieron acurrucados asustados, pero Pedro caminó sobre
el mar en medio de la tormenta. Mirando a Jesús creyó la palabra del Señor y caminó sobre el
mar. Pero las olas golpearon la cara de Pedro y desvió su mirada fija del Señor a las olas y temió
y se sumergió al agua. “Señor que me muero, sálvame” El Señor asido de la mano le salvó y le
dijo “hombre de poca fe, por qué dudaste” Hasta hace poco tenía fe en la promesa del Señor,
pero la actitud de Pedro cambió, estaba fija su mirada en la palabra de Dios, pero una vez que
desvió la mirada cayó al mar.
- Una vez leí el testimonio de un misionero a la India y fui grandemente conmovido. Un día
evangelizando fue atacado por una gran culebra, el cual le enrolló tan fuerte que le asfixiaba,
trató de zafarse de la culebra, pero mientras intentaba, mas le enrollaba firmemente y de repente
llegó la palabra de Dios en Isaías 30:15 “en quietud y en confianza será vuestra fortaleza”. Dejó
entonces de luchar contra la culebra y meditó sobre la Palabra. Y la culebra se desenrolló y se
fue. Así se salvó. Preguntó a los habitantes de la ciudad por qué la culebra no le había matado y
le contestó que la culebra no comía al animal muerto. Si él hubiera luchado hasta el fin para
sobrevivir, la culebra le hubiera matado. Pero meditando en la palabra “en quietud y en confianza
será vuestra fortaleza”, dejó de luchar y confió en la promesa de Dios; y esto le salvó la vida.
- También nosotros al enfrentar situaciones difíciles, reaccionamos con temores, desesperanza y
desanimo, mas por estas reacciones seremos devorados por el diablo. Pero si en quietud
miramos a Dios y esperamos el tiempo de Dios, él nos entregará la victoria.
- Si miramos a Felipe y a Andrés en el desierto de Betsaida nos damos cuenta cuán débiles
fueron también ellos. Salieron al desierto, se había reunido más de cinco mil hombres sin contar
a mujeres y niños, Jesús les habló, sanó a los enfermos, pero cuando llegó la noche todos
sintieron hambre y Jesús llamando a Felipe le pidió que los alimentara. Sin embargo, Felipe
mirando a la circunstancia sintió temor y le contestó “Señor estamos en el desierto, no tenemos
tienda para comprar panes, tampoco dinero suficiente, cómo voy a alimentarlos, no es posible”.
Felipe llenos de dudas y temores se dio por vencido. Andrés siendo también discípulo del Señor
sintió dudas y temores como Felipe, pero tenía en su corazón una chispa de fe. Creyendo en el
poder del Señor, le presentó cinco panes y dos peces que un niño había traído para su
almuerzo. Creyendo, tenía dudas, aún en medio de dudas creyó. Y habló “Uno de sus discípulos,
Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de
cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos?”. Tenía dudas de lo que se podía hacer
con cinco panes y dos pececillos. Aunque él también tenía dudas, presentó el alimento ante el
Señor siguiendo la pequeña llama de fe. Estaba vacilando entre la fe y la duda. No obstante,
Felipe a buena primera se dio por vencido, pero Andrés estaba luchando entre la fe y la duda. Y
el Señor no pudo usar a Felipe porque abandonó la fe, pero usó a Andrés quien estaba luchando
entre la fe y la duda. Derramando bendiciones sobre el alimento, alimentó a todos los que
estaban allí y le sobró 12 cestas llenas. El Señor no desechará a la persona que lucha asido a la
palabra de Dios, porque luchar significa que en medio de la duda, trata de creer en la promesa
de Dios.
- El misionero a China, Hudson Taylor recibió la noticia del departamento de misión de Londres
que ya no podían enviarle más sustento, por tanto, que regresara al país. Estaba anunciando el
evangelio en el interior de China, justo antes de que China se convierta al comunismo. Pero la
sede de misión le ordenaba que regresara al país. Porque no podía continuar sin el sustento de
la sede, comenzó a alistarse, llegó a Shanghái. Pasó la noche en un motel, orando a Dios se
acordó de dos versículos de la Biblia. El uno era Eben-ezer “hasta aquí nos ayudó Jehová”. Les
decía el Señor, “no fue por tí mismo que trabajaste en el ministerio, hasta aquí te ayudé”. El
segundo era Jehová-jireh “Dios proveerá”. Sabiendo Dios de antemano, tiene todo preparado.
Mirando hacia adelante, tiene preparado el camino, donde el hombre piensa que no hay más
camino. Meditó en estos dos versículos toda la noche y si se dijo “Es cierto, hasta aquí Dios me
ayudó para continuar el ministerio, si me ayudó hasta aquí, el Señor continuará ayudándome. Y
estoy seguro que él tiene todo preparado para mí”. Decidido regresó nuevamente al campo de su
ministerio. Luego él mismo organizó una iglesia de misión y continuó su ministerio basado en la
fe y en la oración y consecuentemente antes que China se convierta al comunismo, el evangelio
hecho raíces en medio de los chinos. Después que China se convirtió al comunismo muchos
pensaron que el evangelio se había perdido en China, pero después que China abrió las puerta,
se dieron cuenta que el evangelio que había sembrado Hudson Taylor no había desaparecido,
se estaba divulgando entre millones de chinos. La victoria llegó cuando Hudson Taylor obedeció
a Dios por medio de la fe, venciendo las tribulaciones, aunque sentía dudas, obedeció a Dios.
Pues, la fe es una lucha espiritual.
- En una batalla hay muertos, o usted muere o muere el enemigo. Vean a la pelea del boxeo. Si
usted golpea al adversario a los ojos y le saca sangre, él le golpeará la boca y le le sacará
sangre. ¿Quién saldrá sin herida en una pelea del boxeo? Es una pelea donde tanto el uno como
el otro sale herido. Es pues la fe una lucha contra el diablo; el diablo le pega y usted recibe los
golpes. El diablo le agrede con dudas, temores e incertidumbres y nosotros resistimos por medio
de la fe. Es una lucha libre. Este hombre le dijo a Jesús Creo, ayúdame en mi incredulidad. Lo
cierto es que ambos son confesiones verdadera del joven. En medio de la fe también está la
semilla de la incredulidad. De modo que la fe y la incredulidad están enredados luchando por
ganar territorio.
En Santiago 1:6 dice “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la
onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra”.
Y en Hebreros 11:6 dice “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el
que se acerca a Dios crea que le hay; y que es galardonador de los que le buscan”.
- ¿Qué debemos hacer para poseer este tipo de fe? Dios enseñó a Josué, al sucesor de Moisés
una manera de tener una fe firme. ¿Cómo podía Josué guiar a tan numeroso pueblo hasta
Canaán sin tambalear en su fe? En Josué 1:5-9 dice “Nadie te podrá hacer frente en todos los
días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.
Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a
sus padres que la daría a ellos. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer
conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a
siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu
boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas
conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te
saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque
Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”.
Dios le señalaba el camino para superar las dudas y temores. Primero que meditara en la
palabra de Dios siempre. La ley significa la Palabra. Desde Génesis hasta Apocalipsis son las
palabras de Dios que también son llamados como la ley. Que meditara siempre en la ley y lo
guardara en su corazón. Porque aunque sople viento huracanado como Sunami, si está sujeto a
la columna de la palabra de Dios no será conmovido. Pero si deja la palabra será arrastrado por
el viento y por la lluvia. Así Dios pidió a Josué que meditara en la palabra de Dios día y noche.
Que nunca se apartara de ella.
En Salmos 119:92 dice “Si tu ley no hubiese sido mi delicia, Ya en mi aflicción hubiera perecido”.
Porque creyó en la Palabra que no pereció en tiempo de aflicciones.
En Jeremías 23:29 dice ¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová y como martillo que
quebranta la piedra?”.
Y en Efesios 6:17 dice “Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la
palabra de Dios”.
- Cuando una persona está sin problema lee novelas y libros interesantes; pero cuando se
encuentra en medio de tribulaciones el único libro que consuela e infunde valor es la Biblia.
Solamente cuando nos sujetamos a la palabra de Dios podremos superar las dudas y temores.
No existe un mundo sin dudas, ni el mundo sin temores e incertidumbres. Estamos viviendo en
medio de ella. Estamos luchando en medio de ella. Pero si escucha, leer y medita en la palabra
de Dios y lo guarda, podrá superar sea cual sea la situación.
- Segundo era la oración y la llenura del Espíritu Santo. Solamente estando llenos de oración y la
llenura del Espíritu Santo podremos superar las dudas, temores e incertidumbres.
- Cuando Pedro fue encarcelado por Herodes, después de decapitar a Jacobo, la iglesia oraba
por Pedro. Dios lo sacó de la cárcel milagrosamente, pero cuando la muchacha dio la nueva
pensaron que era su espíritu que andaba despidiéndose, pero era Pedro. Tenían temor pero
todo fue superado por las oraciones. Aunque las dudas y los temores reinen, si oramos
podremos superarlas para que llegue la gracia de Dios. Porque la Biblia no miente. Él tiene
preparado cosa grande y oculta, que se manifestará por medio de nuestras oraciones. Sin
oración no espere la manifestación de cosas grandes y ocultas tampoco. Porque dice la palabra
que si pedimos en el nombre del Señor, él lo hará.

3. La fe es una lucha espiritual.

- Dios ordenó a Josué que se esfuerce y sea valiente. También hablamos comúnmente cuando
padecemos dificultad, se valiente. También yo animo a muchos que vienen por consejería que
sean valiente. Cuando no hay negocio, el hogar está dividido, vienen por oraciones y le dijo “sea
valiente, no tema, no se asuste, crea en Dios firmemente. Aunque no pueda ver con los ojos, o
palpar con las manos o escuchar algo, sea valiente, porque Dios cambiará el mal a bien. La
desdicha a felicidad, la desesperanza a esperanza, sea valiente hasta el fin”. La Biblia dice en
Deuteronomio 31:8 “Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará ni te desamparará
no temas ni te intimides”.
Y en Proverbios 4:23 dice “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la
vida”.
En Hebreos 13:5-6 dice “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis
ahora; porque él dijo: No te desampararé ni te dejaré de manera que podemos decir
confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre”. Si mira
el medio que le rodea tal vez tambalee.
- El hermano Cho realizaba muchos viajes al exterior. Se reunían miles de personas en una
cruzada. Después de predicar la palabra de Dios, pedía a las personas que se acerquen si
desean orar por la sanidad, pero cuando quería o orar siempre hay una lucha dentro de él “qué
pasa si no sucede nada” el diablo me susurra “no ores por los enfermos, nadie será sanado”
entonces el Espíritu Santo loa animaba “Se valiente y esfuérzate, si pide todo en mi nombre yo lo
haré” siempre hay una lucha interminable dentro de mí. He predicado en el exterior no una o dos
veces, sino cientos de veces, pareciera que no padecería de conflicto interior, pero siempre
padezco de temores y dudas. Hablo a mí mismo “hoy no se manifestará milagro, voy a pasar
vergüenza, la iglesia de Korea y mi país pasará vergüenza, retírate ahora, no vas a perder nada,
muchos aceptaron a Cristo y recibieron la salvación” Lo cierto es que siento muchos deseos de
seguir al susurro, pero el pensamiento de Dios me anima por otro lado y me dice “anímate, no
temas, se valiente, yo estoy contigo” Cuando sujeto a la palabra de Dios se manifiestan grandes
prodigios y señales. Pero al día siguiente aunque he visto con mis propios ojos el milagro de
Dios comienzo a vacilar nuevamente. Tambaleo entre lo haré o no lo haré. Quiero que sepan
ustedes que cuando yo escuché la orden de Dios, hubo muchas manifestaciones de la mano de
Dios, pero cuando yo me retrocedí atemorizado no se manifestó el poder de Dios. Es tan
importante esforzarnos y ser valiente para que se manifieste el poder de Dios.

4. Cuarto para superar las dudas y los temores debemos confesar ante el adversario nuestra fe.
- Cuando los filisteos atacaron a los israelitas, tanto Saúl como el ejército de Israel estuvieron
llenos de pavor. Cuando Goliat ordenó a Israel que enviara alguien para pelar, nadie salió para
enfrentarlo. Durante 40 días estuvo hostigando y amenazándoles, pero tanto el rey como el
ejército estuvieron escondidos atemorizados. David un muchacho aproximadamente 17 años
entonces, se presentó ante el rey y le dijo “yo pelearé contra él, cómo es posible que un
incircunciso blasfeme contra el pueblo de Dios, yo pelearé” El rey meneando la cabeza le
contestó “Es que tú no entiende nada, él es un soldado adiestrado para la batalla desde muy
joven y tú solamente un pastor de ovejas, cómo podrás hacerle frente, no es posible” Pero David
le contestó “Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y
tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se
levantaba contra mí yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese
oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos”. Estaba llenos de
valor. En sentido figurado tenía el hígado fuera de la barriga. Los hombres adiestrados a la
batalla estaban temblando de miedo, pero un muchacho se ofrecía a la batalla “yo iré contra él”.
Dios usa al hombre valiente y esforzado. Sea esa persona un muchacho o un adulto si no tiene
fe en la palabra de Dios no podrá ser usado.
- El diablo siempre roba de nosotros la valentía y el esfuerzo para reemplazarlo con temores y
dudas. Lo interesante fue que cuando David se ofreció llenos de valor, Saúl le autorizó que se
enfrentara a Goliat. Vestido como pastor de oveja, tomo cinco piedra lisa, venció con la confesión
de la palabra. Escuchen la confesión de David.
- I Samuel 1:45-47 “Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina;
mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel,
a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré y te cortaré la
cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y
toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva
con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos”.
La confesión de David se apoderó el corazón de Goliat.
- Para vencer al diablo, debe vencerlo en la confesión de la palabra. Si usted es débil en las
confesiones, será destruido. Porque con la confesión de la boca seremos atados y desatados.
Dependiendo de la palabra de Dios si quiere vencer a las dudas, temores e incertidumbres,
confiese siempre palabras positivas, activa y optimista. Porque si la confesión suya es débil ante
el diablo, será vencido. En la lucha espiritual debe vencer al diablo por medio de las confesiones.
Estando firme en la palabra de Dios, dependiendo del Espíritu Santo sea valiente y esforzado y
por último haga confesiones positiva. Porque Dios da vida al muerto y llama las cosas que no
son como si fuesen. Aunque en este momento no lo tenga, confiese como si lo tuviera, eso es
traer victoria. Así David peleó contra Goliat y lo venció.
- Exceptuando a las personas que tienen como don la fe, todos padecen de una lucha espiritual
dentro de ellos. Nadie podrá confesar “yo no temo, ni dudo” Siempre nos preguntamos
“Realmente Dios escuchará mis oraciones, realmente me ama Dios”. Sin cesar padecemos de
temores y dudas. Por tanto los creyentes son los que dicen continuamente “creo Señor, ah pero
tengo duda” Eso es nuestra experiencia. En San Marcos 9 leemos de un padre que trajo a un
muchacho endemoniado ante el Señor. Después que el Señor bajó de la transfiguración con los
discípulos, se le presentó un padre con su hijo endemoniado y rogó por la sanidad diciendo “si
puedes hacer algo, ayúdanos” Y el Señor le contestó “Si puede creer, al que cree todo le es
posible” Y qué contestó el padre “Sí creo, ayuda mi incredulidad”. Confesó inmediatamente que
cree, pero también comenzando a dudar, rogó al Señor que le ayudara a creer.
- Esto es la vida, cuando pensamos que tenemos fe, no lo tenemos; cuando pensamos que no lo
tenemos, lo tenemos. Si ustedes van a una mina de oro, ellos desmenuzan las piedras, en medio
de ella hallan una pequeña piedra amarilla. Ellos gritan de alegría por el hallazgo. Así también es
la fe, en medio de dudas, usted goza de la pequeña fe. Si la fe es grande sería mucho mejor. Si
la fe es tan gran de como una manzana, una sandia o como una naranja sería muy buena.
- Pero Dios en medio de dudas tan grande como la montaña, mira nuestra fe tan pequeña como
un grano de mostaza. Porque dijo si tuviera fe como el grano de mostaza podríamos ordenar al
monte “quítate y échate al mar” Lo que el Señor busca es la fe como el grano de mostaza en
medio de dudas. Así dijo el Señor “Sea conforme a tu fe”. No mire a las dudas, sino a la fe como
el grano de la mostaza y agradezca por ella. Porque por la confesión de la fe como el grano de la
mostaza, Dios le apreciará mucho y le buscará. La fe no es que no hay dudas o temores, es
creer aún a pesar de dudas y temores.

Oración: Dios llenos de amor y santo, estamos siempre rodeados de dudas y temores y nadie
está libre de ellos. Pero en medio de ella nos gozamos por la semilla de la fe; porque por medio
de ella podemos ordenar al monte “quítate y échate al mar”, gracias Señor. Que mis hermanos
no miren la falta de fe, sino que hallen la fe. Aunque sea tan pequeña como el grano de mostaza
estén firmes en ella por medio de la oración, y dependiendo del Espíritu Santo, sean valiente y
con la confesión de victoria y fe de la boca ganen al diablo y obtengan la victoria. Que tomen
siempre la mano milagrosa de Dios. Oramos en el nombre de Jesús. Amén.

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