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1. INTRODUCCIÓN
La voz humana es el primer instrumento, el más cercano y natural, el más
antiguo. Sus características sonoras, flexibilidad y ductilidad hacen de él un
instrumento de enormes potencialidades expresivas. Además, dado que en el canto
está presente la palabra, ha constituido el primer medio de comunicación, el que
mayor trascendencia cultural, social e ideológica ha poseído.
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Los extremos agudo y grave apuntados para cada una de estas categorías vocales son meramente
orientativos y aproximados.
Las categorías vocales arriba apuntadas corresponden a voces corales, no
líricas o solistas. En estos últimos casos, las tesituras se amplían bastante estirándose
hasta cubrir prácticamente toda la extensión.
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El último castrato fue Alessandro Moreschi (1858-1922).
3. VOZ INFANTIL
A lo largo de la vida, la voz sufre continuos cambios, en ocasiones, bastante
considerables. Estos cambios son consecuencia, a su vez, de las transformaciones
que con el tiempo experimenta nuestro aparato vocal, como el resto de nuestro
cuerpo. La voz infantil, que podemos acotar entre el momento del nacimiento y el
momento en el que comienza el proceso de la muda, es especialmente variable y
pasa por distintas etapas hasta alcanzar una cierta estabilidad –relativa- en torno a los
ocho o nueve años3.
En las primeros meses de vida el tono base que emite el bebé está en torno a
los 500 Hz. (un poco más agudo que el la4). La laringe es aproximadamente un tercio
de la de una persona adulta, y está situada bastante alta: a la altura de la 3ª vértebra
cervical. Está preparada fundamentalmente para hacer una función esfinteriana (no
dejar pasar los alimentos) y para el llanto y grito, medios de comunicación del bebé.
Con el paso del tiempo la laringe baja poco a poco hasta la 5ª vértebra
cervical, aumenta de tamaño, y sus fibras musculares y cartilaginosas se preparan
para responder no sólo a estímulos espasmódicos, sino a órdenes nerviosas más
controladas. El tono base desciende de altura, ampliándose al mismo tiempo la
extensión total de la voz. Así mismo, la cavidad torácica va ganando en tamaño, y la
musculatura intercostal y abdominal se fortalece.
Hacia la edad de los nueve o diez años el niño posee una voz lo
suficientemente apta y capaz como para responder a las exigencias básicas del canto
coral en sus inicios, y comenzar una educación vocal específica. No obstante, no deja
de ser una voz inmadura y en proceso de formación.
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La muda se considera un periodo transitorio entre la voz infantil y la adulta.
- El aparato resonador posee una capacidad de proyección y
resonancia, de dar volumen bastante limitada respecto a la voz adulta, debido
a un menor tamaño del cráneo y a que los tejidos óseos aún no tienen la
rigidez y dureza que tendrán en un futuro.
• CLASIFICACIÓN
A nuestro juicio. a la hora de clasificar una voz infantil hay que tener en
cuenta dos principios: 1º que es una voz en formación y, por tanto, en continuo
cambio; 2º que es una voz no educada, por tanto, no está definida, ni descubierta su
verdadera naturaleza y sus potencialidades. Una vez dicho esto, podemos sugerir
unos criterios fundamentales para una primera clasificación de voces infantiles: la
facilidad para los sonidos agudos o graves; la tesitura, es decir, el segmento de la
extensión vocal más desarrollado y cómodo; y dentro de ésta, las notas emitidas con
mayor naturalidad y calidad; el color y amplitud. En cualquier caso, insistimos en que,
en una primera prueba, la forma en la que se manifiestan estas cualidades en la voz
del niño puede ser engañosa, por tanto, la primera clasificación debe ser
necesariamente provisional. El profesor debe estar siempre atento a la evolución de
las voces de sus alumnos, y dispuesto a cambiar de cuerda a un niño si se va
revelando como definitiva una voz en un sentido u otro. Algo frecuente y que nos
parece un error grave, e incluso una cierta irresponsabilidad, es clasificar como
contralto aquellos alumnos o alumnas con mayor dificultad de entonación o ciertos
problemas vocales. Esto puede conllevar un daño, muchas veces difícil de reparar, a
niños sopranos forzados a cantar en una cuerda que no les corresponde.
• LA MUDA
Alrededor de los 13 años -un poco antes en las niñas- se produce una
transformación radical del cuerpo, que va acompañada, además, de considerables
cambios en la psicología de los niños/as, consecuencia de los cambios hormonales
que trae consigo la pubertad y el desarrollo de los caracteres sexuales.
Este periodo de la muda, que puede ser de desigual duración según los
casos, implica también un periodo crítico desde un punto de vista fisiológico y
psicológico, que el profesor no puede ignorar. Durante este periodo, especialmente en
los varones, la voz atraviesa por una etapa de gran inestabilidad, manifestándose a
través de diversas alteraciones o trastornos vocales de distinta gravedad: desde los
típicos “gallos” hasta auténticas ronqueras, afonías y disfonías. En bastantes casos, la
capacidad para cantar del alumno se mengua considerablemente. La labor sensible y
cuidadosa del profesor/director puede ser de gran beneficio para los cantores.
CONCLUSIONES
La clasificación de la voz representa un momento crítico y crucial en la
formación vocal. Por tanto, un conocimiento profundo del aparato vocal, así como unos
criterios firmes, seguros y acertados son imprescindibles para llevarla a cabo con
éxito. Máxime en el caso de profesores y maestros, profesionales que tienen bajo su
responsabilidad unos instrumentos de enormes potencialidades, al tiempo que
inmaduros y tremendamente frágiles. De ese momento crucial, como decimos, que
representa la clasificación vocal -en ningún caso definitiva, sino periódicamente
revisable y cuestionable-, depende el rendimiento y desarrollo futuro de las voces
infantiles y juveniles y, quizás lo más importante, depende, en buena medida, su salud.
BIBLIOGRAFÍA
Alió, M. (1983): Reflexiones sobre la voz, Barcelona, Clivis Publicaciones.
Alió, M. (1995): Los Espacios de la Voz, Barcelona, Imprenta Badia, S.L. Distribuido
por Casa Beethoven.
Borragón Torre, A.; DEL BARRIO DEL CAMPO, José A. y Gutiérrez Fernández, José
N. (1999): El juego vocal para prevenir problemas de voz, Archidona, Málaga,
Ediciones Aljibe.
Mansion, M. (1947): El estudio del canto, Buenos Aires, Argentina, Ricordi Americana.
Regidor Arribas, R. (1975): Temas del canto (El aparato de fonación), Madrid, Real
Musical.
Tulon Arfelis, C. (2000): La voz (técnica vocal para la rehabilitación de la voz en las
disfonías funcionales), Editorial Paidotribo.