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Los motivos que tenía el gobierno para la defensa del peso era el temor a que la
depreciación dificultara los pagos de la deuda ya que el gobierno recibía ingresos
en pesos y pagaba sus deudas en moneda fuerte, quienes retiraban sus depósitos
en pesos del sistema bancario generaron una delicada situación e iliquidez
restringiendo el crédito y el normal funcionamiento de la economía. Los bancos
comenzaron a tener problemas y el gobierno se vio obligado a emitir dinero sin
respaldo a través de la Caja de Conversión, la expansión de oferta de dinero sin
respaldo acentuó la depreciación del peso. El control de cambio ge un intento a
frenar esto sin achicar el crédito ni perder reservas siendo la Comisión de Control y
Cambios la encargada de centralizar y distribuir esas divisas asegurando a
gobiernos municipales, provinciales y nacionales la moneda extranjera necesario
para su pago de la deuda externo, luego se usaba para importaciones de materia
prima y bienes de consumo indispensables. En seguida surgió el problema de
fondos bloqueados teniendo que esperar los proveedores del exterior los pagos
remitidos por Argentina por las ventas efectuadas a ésta. Obligadamente se redujo
las importaciones derrumbándose la recaudación en la aduana, otras medidas
fueron crear un impuesto a las transacciones de empresas, impuesto al ingreso y
gravamen al combustible como fuentes de recaudación. En cuanto a los gastos los
salarios públicos se redujeron, economía en costos de administración
traduciéndose en una menor inversión pública.
Cerrado el financiamiento externo y con la negativa del Banco Central a adelantar
créditos al gobierno se decidió la emisión monetaria para cubrir necesidades
fiscales.
El impacto social
Se deja de lado la idea de que los ingresos del estado debían cubrir todos los
gastos porque esto no refleja la realidad. La nueva receta keynesiana de
compensar la caída del gasto privado con un aumento de compras
gubernamentales o sea aumentar el gasto público para crear empleo no tuvo
aceptación. El recrudecimiento del desempleo y dificultades de muchas industrias
para seguir exportando mostraron que el apego al patrón oro no fue la mejor
política en el marco de la tendencia recesiva de la economía británica, pasando los
países europeos a un sistema monetario más flexible y menos vulnerables a las
fluctuaciones externas. En el ámbito del comercio internacional fueron desafiados
la doctrina del libre comercio universalmente aceptada, se sostenía que con el
acceso de más países al progreso tecnológico se disminuían las diferencias
internacionales de productividad, las economías se diversificaban, ser reducían los
incentivos a comerciar. El intercambio comercial entre naciones pasó a ser fruto
de acuerdos bilaterales de preferencias aduaneras, EE UU e Inglaterra, los dos
principales socios comerciales de Argentina contribuyeron al florecimiento del
proteccionismo en sus países.
Un gobierno en acción
La deuda interna flotante era una carga más pesada que la deuda externa, se dio a
los tenedores de títulos nacionales la posibilidades de venderlos al gobierno o
canjearlos por un nuevo papel que pagada un menor interés anual pero durante
un período más largo, la conversión de la deuda interna generó un ahorro para el
Estado y aceptación de los acreedores, esto mejoró la situación fiscal, la
austeridad del gobierno se reflejó en políticas impositivas y reducción del gasto
eliminando organismos superfluos pero lo más importante en materia
presupuestaria fue la unificación de impuestos internos que reemplazó a
gravámenes provinciales y nacionales permitiendo reavivar la inversión pública
principalmente la red vial.
Las entradas y salidas esporádicas del patrón oro habían impedido institucionalizar
un régimen monetario ordenado durante los períodos de inconvertibilidad, se
entregaban pesos contra oro en las ventanillas de las Cajas de Conversión. El
control de la solidez bancaria, del préstamo a los bancos y el manejo de títulos del
gobierno eran funciones realizadas por distintos organismos cuya centralización en
una sola institución Banco Central evitaría incoherencias políticas creándose en
1935 el Banco Central. Su función era concentrar reservas para moderar las
consecuencias de las fluctuaciones de las exportaciones y de las inversiones de
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capital extranjero sobre la moneda, crédito y actividades comerciales, regular el
crédito y los medios de pago, controlar a los bancos, actuar como agente
financiero y aconsejar al gobierno en la emisión de empréstitos y operaciones de
crédito.
Esta ley de bancos fue complementada con la creación del Instituto Movilizador de
Inversiones Bancarias para sanear el sistema bancario, para absorber los activos de
muchos bancos que estaban en problemas.
El Banco Central se convirtió en uno de los instrumentos fundamentales de la
política económica.
Perón al poder
La relación de Perón con los sindicatos se inicia meses después de la revolución del
4 de Junio para ese entonces la CGT estaba dividida en la CGT 1 agrupaba gremios
menos politizados que la CGT 2 dominada por socialistas y comunistas esta última
fue disuelta en julio. El gobierno intentaba un mayor control sobre los sindicatos
sin embargo en la tan resistida intervención a la Fraternidad y Unión Ferroviaria
estaba el germen de lo que sería la más decisiva participación sindical en la
historia argentina. Cuando en el 43 Perón se hace cargo del Departamento de
Trabajo era evidente que la política de control y dominación que el gobierno
estaba ejerciendo sobre los sindicatos no servía ni siquiera a sus propios fines.
Estos argumentos sumados a una pretensión personal de poder convencieron a
Perón que era hora de pasar de una política de control a una de concesiones, esto
se facilita por la creación de la Secretaria de Trabajo y Previsión encabezada por
él siendo beneficiados primeramente los trabajadores ferroviarios a quienes se les
aumentó el salario, se otorgó subsidios para prestaciones sociales y se falló a
favor de disputas contra compañías de trenes así consiguió sus primeros
adherentes, todo esto tenía una intencionalidad política mantener excluidos a los
sectores socialistas obtuvo lo máximo de la estructura gremial potenciando las
organizaciones que apoyaron su política laboral debilitando las que mostraban
mayor independencia.
Se instalaba una vez más la cuestión de la participación política de los sindicatos.
Perón aprovechaba la ambición política de muchos dirigentes sindicales partiendo
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así la propuesta de respaldar su candidatura a partir de la constitución de un
partido Laborista, la oposición democrática se organizaba para combatir sus
aspiraciones encabezada por radicales y socialistas. Desde la Universidad, prensa
y empresariado descontento por las medidas sociales partían presiones. Perón
antes de ser detenido y enviado a Martín García se despidió con un mensaje radial
esto hizo reaccionar a los gremios que organizaron una movilización popular
organizada por sindicatos pero también alimentada por los trabajadores que
marcharon a Plaza de Mayo volcando la crisis a favor de Perón forzando su
restitución al gobierno, desde ese 17 de Octubre de 1943 hasta febrero de 1946 se
vivió un clima de agitación electoral jamás visto. El apoyo de los sindicatos,
iglesias y militares, en ese orden decidió el triunfo peronista.
La predilección del discurso peronista por el justo medio entre dos extremos,
presente también en otros países semidesarrollados, fue más explicita en la
política internacional que en cualquier otro ámbito, básicamente había una actitud
de independencia ante el conflicto entre los EE. UU. y La Unión Soviética. Perón
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consideraba probable una Tercera Guerra Mundial debido a la sucesión de
conflictos entre las dos grandes potencias. Con los EE. UU. desgastándose en el
conflicto la Argentina ganaría poder en el hemisferio occidental, además de ver
nuevamente estimulada su industria por la segura retracción comercial.
Pero en los años de la inmediata postguerra la realidad fue exactamente opuesta:
EE. UU. era el gran proveedor mundial y mantenía voluminosos excedentes
comerciales con Japón y Europa. La memoria de la Depresión y de la creciente
guerra ya eran alertas importantes contra la participación activa de la Argentina en
el flujo internacional de mercaderías., había todavía más razones para
desentenderse del comercio mundial e impulsar al mercado interno como fuerte
de oferta y demanda. El cortocircuito entre Buenos Aires y Washington tenía por
supuesto una razón más profunda, Perón había formado parte del gobierno
revolucionario que había mantenido la neutralidad argentina en la Segunda
Guerra.
A principios de 1948 se anunció el Plan Marshall, un sistema de créditos para que
los países europeos desvastados por la guerra tuvieran acceso a importaciones
cruciales. A pesar de repetidas promesas la Argentina fue excluida como
proveedor de alimentos, lo que representó una oportunidad perdida para un
sector rural ya bastante castigado. Era la respuesta de EE. UU. a un país que más
allá de acercamientos circunstanciales no había aceptado el papel que se le había
asignado en la reconstrucción de postguerra. Esta exclusión argentina del Plan
Marshall fue el segundo problema en importancia con repercusiones económicas,
el primer problema fue la negociación con Gran Bretaña y su “especial relación
comercial” para arreglar las cuentas de guerra. La dedicación de la industria
británica al esfuerzo bélico, la decadencia de los ferrocarriles aquejados por la
competencia automotriz y la crisis del comercio sumada a las repatriaciones de la
deuda pública generaron un fuerte superávit global para la Argentina.
Hacia fines de la guerra el Reino Unido debía a la Argentina 112 millones de libras
esterlinas que estaban bloqueadas sólo podían usarse para compras en aquellos
países que usaba la moneda británica como divisa comercial. Finalmente, los dos
problemas bilaterales más importantes fueron resueltos conjuntamente (los
ferrocarriles y las libras bloqueadas), se destinó la mayor parte del saldo argentino
en el Banco de Inglaterra a la compra de los ferrocarriles monto que fue
completado con un crédito británico a pagar con los futuros superávits
comerciales. ¿A quien convenía la nacionalización de los ferrocarriles? Del lado
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argentino el cuestionamiento tradicional a la operación la ha presentado como un
derroche de reservas que podían haberse usado para modernizar el aparato
productivo del país. Cuando el negocio de los ferrocarriles fue concluido se lo
defendió alegando que permitía una favorable reestructuración del pasivo del
balance de pagos argentino, al eliminar de la cuenta servicios financieros los pagos
por utilidades de las compañías ferroviarias.
¿Entreguismo o nacionalismo desaforado? Se ha argumentado que cuando se
consideran las tierras al costado de las vías que fueron adquiridas junto con los
trenes fue la Argentina quien hizo un buen negocio.
La compra de los ferrocarriles británicos por parte del estado argentino debe
considerarse en su doble aspecto de nacionalización y estatización, junto con la
adquisición de otros servicios públicos era también un síntoma del crecimiento del
estado como productor de bienes y servicios. A la nacionalización de los
ferrocarriles siguió la de los teléfonos. Con la creación de Yacimiento Petrolíferos
se inició la explotación de las minas de Río Turbio (Santa Cruz), la estatización del
servicio de gas se completó con la creación de Gas del Estado al tiempo que se
estatizada el transporte urbano. El texto constitucional de 1949 consagró esta
tendencia, declarando al estado mayor dueño de los servicios públicos.
Previéndose la compra o confiscación de aquellos que aún estuvieran en manos
privadas y de las fuentes de energía.
El partido opositor más importante la Unión Cívica Radical criticó la política de
nacionalizaciones y estatizaciones no por excesiva sino por insuficiente. Mientras,
en el resto del mundo se advertía una tendencia ampliatoria de las facultades
estatales. Desde la crisis del 30 la confianza en las capacidades del estado venía en
aumento y la inevitable participación en la economía de los sectores públicos en
diversos países durante la Segunda Guerra Mundial había reforzado esa tendencia.
El aumento del gasto en inversión fue determinante para el incremento global de
las erogaciones estatales. Buena parte está explicada por las nacionalizaciones,
pero además hubo inversiones en comunicaciones, energía y material ferroviario,
y se dio impulso a la construcción de caminos. Creció también la importancia del
gasto en salud, educación y vivienda. El aumento del empleo público en general
aún sin considerar las empresas públicas estatizadas puede verse como otra
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manera de asegurar las lealtades y extenderlas también a la clase media. En todo
el mundo la receta keynesiana de tonificar la demanda agregada con aumentos del
gasto público estaba en su momento de mayor apogeo. Pero la estatización de
algunas actividades económicas y los aumentos cíclicos del gasto para combatir las
recesiones no eran los únicos elementos del nuevo modelo del estado que se
estaba gestando en la postguerra. El triunfo del keynesianismo y la consideración
de los problemas distributivos seguramente influyeron en el diseño de las políticas
fiscales peronistas, más aún cuando al comenzar los años 50 la economía
marchaba hacia una recesión el gasto del estado se redujo. La otra gran inyección
de demanda no provino directamente del sector público, sino que fue inducida al
sector privado a través de una política de ingresos basada en el aumento masivo
de salarios. Por esta vía el gobierno conseguía un doble objetivo: ayudaba a
expandir la economía y al mismo tiempo daba a su programa el contenido de
equidad que estaba en el corazón del discurso peronista.
El primer plan quinquenal esta asociado a una fase de expansionismo salarial, esto
llevo a una distribución del ingreso nacional mas equitativa. Detrás de esta política
había una intención de Perón. La explosión salarial no era solo una forma de
mejorar el nivel de vida de los trabajadores sino un instrumento parapara
alimentar la demanda agregada y garantizar el pleno empleo. Entre el 46 y 48 los
trabajadores argentinos tuvieron el mayor bienestar, la mayor disponibilidad de
bienes fruto de la producción industrial y creciente valor de las exportaciones se
volcó a expandir el consumo. El control de los alquileres y congelamiento de
precios de bienes básicos fueron otros medios para mejorar el bienestar del
trabajador. Garantizar el pleno empleo y redistribuir el ingreso a los sectores
populares fue lo central de su política económica hasta 1949, además se fue
extendiendo el sistema de seguridad social y el provisional. Durante los primeros
años del sistema jubilatorio hubo un enorme superávit en este concepto ya que la
proporción de beneficiarios sobre contribuyentes fue ínfima.
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La declaración de independencia económica y fuertes restricciones a las
inversiones extranjeras fueron signos de la marcha económica hacia una mayor
autarquía actuando el gobierno deliberadamente a favor de la industria sustitutiva
de importaciones, los medios para llevar a cabo este proyecto fueron: restricción a
las importaciones y generosa política crediticia. Se elevaban aranceles a
importaciones de productos que competían con esas industrias, se reforzaban
permisos previos para la obtención de cambio y se establecía un sistema de
preferencias para la importación de maquinarias y bienes de capital. Mas
relevante fue el sistema de preferencias cambiarias para la importación de
insumos y bienes de capital así los industriales pudieron acceder a maquinarias
importadas en condiciones más favorables. La política de crédito industrial se
canalizo a través de dos bancos: Banco Central y Banco Industrial encontrándose la
industria se encontró con fondos abundantes a su disposición reducibles a plazos
largos y con tasas de interés favorables. También contribuyó algo a la
industrialización la política fiscal del peronismo además se invirtió en instrucción
para la industria apuntando a las escuelas técnicas aumentando fuertemente los
graduados en carreras que habilitaban para trabajar en el sector industrial.
Pueden encontrarse varios defectos en el desarrollo manufacturero de la primera
época del peronismo entre ellos están las limitaciones de escala impuestas por el
reducido mercado interno, las consecuencias del rechazo inicial al capital
extranjero, la ausencia de un énfasis en la productividad o la aún escasa
sustitución de importaciones en ramas básicas. Los altos precios mundiales de
productos rurales estaban siendo aprovechados por el gobierno para financiar su
política expansiva.
Perón tuvo la suerte de asumir la presidencia con los términos de intercambio más
favorables del siglo, durante su gobierno la influencia sobre precios agrícolas se
intensificó, el IAPI monopolizó desde el 46 la comercialización de cereales y
oleaginosas, sus ganancias sirvieron para sostener el aumento en el gasto público
su intervención también desligó parcialmente la evolución de los precios internos
de los alimentos que se estaba verificando en el mercado internacional. A través
de la política del IAPI el gobierno cerraba un triángulo de redistribución sectorial
de ingresos coherente con la conformación de su apoyo político siendo los vértices
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el sector rural, el sector urbano, y el propio Estado. El gobierno financiaba la
expansión del gasto y empleo público con el margen que obtenía del IAPI gracias a
una inmejorable condición internacional. El comercio de postguerra era bilateral
en todo el mundo, los aumentos salariales en la industria repercutieron en los
costos de los productores que debían aumentar los salarios de sus peones para
evitar la emigración a las ciudades. El sistema de arrendamiento utilizado hasta
entonces entró en crisis dándose a l arrendatario el derecho a renovar su contrato
en los mismos valores que en el período anterior perjudicando al dueño de la
tierra por la erosión inflacionaria. El tener que importar maquinarias agrícolas al
tipo de cambio no preferencial era adverso al sector rural, la drástica caída del
área sembrada con los cultivos más importantes fue una de las consecuencias de
esa política. Pero no hubo una crisis rural, como contrapartida creció la
importancia de semillas nuevas (girasol, cebada, maní). El campo tenía el
importante rol de proveer divisas necesarias para importar insumos y maquinarias
que aún la industria local no producía. Muchos dirigentes no estaban contentos
con el congelamiento de arrendamientos y proponían una reforma agraria para
acabar con la gran propiedad rural pero el gobierno no quiso arriesgarse a
complicar la situación de pagos internacionales que se estaba deteriorando.
La hegemonía cuestionada
Síntomas de crisis
Lo que quedó para la historia económica como etapa clásica del peronismo abarcó
un período de tres años entre 1946-48 entrando en crisis en el 49. La particular
situación mundial de posguerra caracterizada por una demanda insatisfecha de
alimentos había colocado a Argentina en lo más alto de los intercambios, el Estado
se apropio de esa bonanza gracias a la nacionalización del comercio exterior y
alimentando con gasto público la expansión económica. Los límites a las
importaciones y la expansión monetaria y crediticia habían estimulado un veloz
crecimiento de la industria en sus ramas livianas ya abastecía casi completamente
al consumo nacional.
En el 49 el esquema distributivo de los primeros años empezó a resquebrajarse
por lo más frágil: la balanza comercial y la inflación, a ello se sumaron las
consecuencias de una política exterior algo orgullosa que impidió la participación
Argentina en el Plan Marshall. De cualquier manera, la causa determinante de la
crisis del sector externo ge de origen interno, la campaña agropecuaria del 40-50
estuvo signada por fuertes sequías que ge un anuncio de lo que sería el campo
argentino entre el 51-52 pero el país estaba llegando a un punto en que era
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imposible contraer las importaciones sin alterar la producción industrial local que
obtenía del exterior muchos de sus insumos. Los empresarios industriales se
quejaban por las dificultades de importar maquinaria y materias primas esto era
reconocido por el gobierno. Las importaciones para la industria caían al compás de
los términos del intercambio evidenciando la debilidad de los cimientos de la
industrialización peronista, ello era particularmente grave en tiempos en que la
expansión crediticia era ahora moderada. A principios del 49 asume el Ministro de
economía Alfredo Gómez Morales, las baterías económicas no podían evitar que la
insuficiencia de dólares se reflejara en su precio, el aumento de los precios era
visto como el único instrumento de redistribución del ingreso que no chocaba con
las normas constitucionales ni con la jurisprudencia. En 1950 el salario real
aumenta levemente y los precios agropecuarios recibieron un inesperado impulso
debido al conflicto de Corea. El gobierno peronista tuvo que actuar en contra de
sus principios tomando un préstamo del exterior del Exsin Bank por 125 millones
de dólares, también se incentivó a través de un mecanismo que involucraba a los
permisos de cambio el endeudamiento privado con el exterior. La reaparición de
dudas a partir del 50 contribuyó a difundir la sensación de que el progreso popular
estaba concluyendo. La restricción del crédito golpeaba a algunos sectores
industriales haciendo inevitable el conflicto entre trabajadores empresarios. Entre
el 50 y el 51 pararon los trabajadores de la industria azucarera, empleados gráficos
y bancarios pero el mayor conflicto ge el de ferrocarriles con una huelga de 9
meses. Por lo general ni el origen de estos conflictos ni sus resoluciones estaban
exentas de motivaciones políticas, pero es indudable que el deterioro de la
economía estaba jugando un papel importante.
Un defecto estructural?
Atrayendo el capital
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en algunos sectores industriales, en el área petrolera y equipos que incrementan
la productividad agrícola.
Este Segundo Plan declaró la importancia de los capitales extranjeros abriendo la
posibilidad de que participaran en los servicios públicos. Fue con la Ley del 53
relacionada a la inversión de capitales extranjeros que se plasmó el nuevo espíritu
del gobierno, su fundamento principal era superar la escasez de divisas, esta
inversión debía contribuir al desarrollo económico traducido en la obtención
directa o indirecta de divisas, las prioridades eran mecanización agrícola y
producción local de insumos que antes se importaban, la producción local de
tractores por empresas extranjeras fue el primer avance, el ejecutivo aprobó la
instalación de cuatro fábricas automotrices, en Córdoba se instalaría la automotriz
IKA, pero lo más innovador se dio en la política petrolera con un acuerdo entre YPF
y La California Argentina de petróleo para la explotación en el sur del país (Santa
Cruz) en este territorio la empresa podía construir caminos, embarcaderos y
aeropuertos durante la vigencia del contrato. Es sorprendente que el gobierno
que volcaba tantas energías en proclamar la independencia económica firme estas
cláusulas pero no tenía otras salidas y Perón respondió a los desafíos de cada
coyuntura con los instrumentos que consideraba más aptos. Pero este contrato
fracasó y el proyecto de Ley quedó estancado en el Congreso, en las filas
peronistas se creía que se traicionaba el principio justicialista de la independencia
económica, pero la falta de apoyo fue un indicio para que el gobierno comprenda
que estaba solo, el desgaste político se aceleraba y se rumoreaba un
levantamiento militar.
Un gobierno acosado
La propuesta desarrollista
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Cómo conseguir el capital necesario para extraer petróleo, levantar puentes y
autopistas, construir rutas, multiplicar la producción de acero, establecer
industrias químicas y obtener hierro y carbón de una vez? Había que conseguir un
masivo aporte de extranjeros esta la piedra angular del programa. El Programa de
Chascomús de 1960 estipulaba que las empresas nacionales y extranjeras que
desarrollen las fuentes naturales efectivas no deben ser obstaculizadas por
impedimentos burocráticos, la inversión extranjera era la única vía para garantizar
la independencia económica, esta idea de llevar la industrialización al extremo de
producir todo o casi todo tuvo sus críticas. Porqué intentar producir adentro lo
que puede conseguirse afuera a un costo menor? La propuesta desarrollista
implicaba una negación total a la teoría de las ventajas comparativas que había
influido los primeros años de la industrialización.
El arribo de inversiones extranjeras dependía de las condiciones internas que
lograra desarrollar en gobierno, el desarrollismo preveía un futuro de relativa a
tono con los acontecimientos mundiales, este clima se favoreció por la Alianza
para el Progreso dado por EE UU para ayudar técnica y financieramente a los
países de Latinoamérica para combatir el subdesarrollo.
Los problemas más urgentes del nuevo gobierno era el bajo nivel de reservas
internacionales de Banco Central, ya que había accedido gracias a votos peronistas
estaba obligado a evitar transitoriamente políticas impopulares, el Ejecutivo
aumentó el 60% de los salarios básicos que estaban congelados desde el 56, el
crecimiento de salarios e inversión pública provocó un déficit y fue financiado a
través de la emisión monetaria. La economía reaccionó a esa políticas expansivas
reflejándose en el incremento en la demanda por bienes de compra al exterior y
una estampida inflacionaria que creció, al gobierno se le hizo evidente que esa
política expansiva estaba agotada además de crear un clima de inestabilidad que
difícilmente atraería el capital extranjero. Como fuera que a fines del 58 el
gobierno estaba preparado para dar el gran paso en el desarrollismo sobre todo
en al política petrolera.
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Mientras el problema de corto plazo en la balanza de pagos era agudizado por la
política económica había que probar la validez de las ideas desarrollistas sobre los
pagos externos, una de las principales era la convicción de que había un margen
amplio para sustituir importaciones de petróleo por producción local de petróleo,
en 1958 anuncia que se firmaron contratos de explotación de petróleo con
empresas extranjeras, las críticas vinieron de todos los frentes incluido el partido
oficial, este episodio de los contratos hizo tambalear al gobierno, también los
militares presionaron para que revoque los acuerdos con las compañías, en
cambio EE UU y Europa aprobó estas medidas. En los círculos empresariales del
exterior esta conformidad se tradujo en firma de más contratos y atrajo el interés
por invertir en otros rubros. El autoabastecimiento se hizo realidad en muy poco
tiempo, se concretaba el fomento de la región patagónica, la audacia de Frondizi
para llevar a cabo su política petrolera ge una muestra de que estaba dispuesto a
cumplir con el programa neutralizando las resistencias, la puesta en marcha de un
Plan de Estabilización sería otra prueba.
El esfuerzo de estabilización
El invierno paso
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exterior para establecer sus plantas había que contar con los intereses y la
amortización de las deudas contraídas que pesarían sobre la balanza de pagos.
Racionalizando el Estado
Illia también accedió a la presidencia en 1963 por medio de una vía parcialmente
democrática, los candidatos justicialistas fueron proscriptos de la competencia por
el poder por el ánimo antiperonista de los militares. Los votos en blanco fueron la
segunda minoría, este radicalismo era distinto al de Frondizi por su moderación, su
espíritu conciliador y su identificación con la tradición irigoyenista, aquí estaban
sus virtudes y defectos del nuevo presidente, Frondizi acertaba y erraba en su
propensión a transformación rápida, el enfrentamiento e independencia respecto
a cualquier dogma que no fuera el suyo pero la interrupción de los gobiernos tuvo
que ven con la insostenible situación en un país y sin una fórmula adecuada para
manejar el poder. El peronismo a través de los sindicatos y el partido militar
dejaron en claro que consideraban ilegítima y condicional la autoridad del
presidente, no había manera posible de gobernar tratando de contentar a unos y
otros, estos se reflejó en la lucha organizada de la CGT que mostró el conflicto
entre gobierno y sindicatos con tomas de fábricas y paros como medio de presión.
El frente militar no ge tan tenso como el sindical. El margen de maniobra de Illia
era mayor que el de Frondizi que estaba atrapado por planteos castrenses. En
otros episodios actuó con independencia con respecto a los militares permitiendo
la participación del partido identificado con el peronismo en las elecciones
parlamentarias de marzo de 1965, el triunfo de la Unión Popular puso en alerta a
los militares. Aparecieron los primeros indicios de presencia guerrillera en el país,
esto justifica l aplicación de la doctrina de seguridad nacional propuesta por
Onganía según la cual la Fuerzas Armadas se reservaban la, potestad de tomar el
poder cuando la Constitución estaba amenazada, por otra parte la inteligencia
argentina que consideraba al gobierno de Illia como la expresión de los vicios que
aquejaban a la democracia de partidos: la burocracia, la parsimonia para tomar
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decisiones, falta de compromiso con una estrategia fiscal de desarrollo
económico, los jefes de las tres Fuerzas declararon el inicio de la Revolución
Argentina y entregaron el poder a Onganía.
La última recesión?
Illia tuvo que iniciar su período con una economía atascada hace un año y medio
este deterioro coincidió con cambios de color en el poder al cual miraba la
sociedad desorientada , la recesión del 62-63 golpeó los sectores populares,
también cayeron los salarios reales y se extendió el desempleo, se hablaba de
iliquidez que aquejaba la economía argentina, los problemas de financiamiento
que golpearon a las empresas eran una de las causas de la recesión no era fácil
para los empresarios obtener créditos en el extranjero, cuando lo conseguía era a
tasa de interés alta infladas por las expectativas de depreciación del peso. En
realidad factores como la caída de demanda provocada por la reducción del
salario real contribuyó al mal desempeño de los años de Guido. La UCRP tenía
como prioridad la reactivación económica pero la incógnita era librar a la
economía del cepo que venía llevando su crecimiento económico hace quince
años, este cepo se llamó ciclo de “marchas y contra marchas”o “stop and go”. Al
comenzar los 60 la sustitución de bienes importados por bienes nacionales
orientadas al mercado interno se había completado a la mayor parte de ramas
industriales, se seguía dependiendo sin embargo de algunos insumos sobre todo
en máquinas y equipos para inversión. Las posibilidades de producción quedaron
condicionadas por la capacidad de importar, pero las importaciones estaban
limitadas por lo que el país pudiera exportar que era poco ocasionando la baja de
divisas que luego se aplicaría a la importación.
En esas condiciones las tendencias expansivas de la economía eran de corto
aliento ya que en algún momento las necesidades de divisas para importaciones
excedían las que podían conseguirse por exportación. Entonces se recurría a la
devaluación de la moneda que alentaba las exportaciones disminuyendo las
importaciones con una mecánica particular determinada por el carácter
semindustrializado de la economía argentina. La devaluación provocaba
disminución del consumo interno que aumenta los precios de bienes comerciales
internacionales entre los que se cuentan los alimentos y el salario real. Esa cadena
de causas y efectos podría quebrarse si el déficit de comercio se prolongaba por
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un tiempo largo utilizando para ello financiamiento exterior mientras se alteraba
la estructura productiva de manera de revertir la tendencia al desequilibrio.
La escasez de divisas había hecho inevitable una restricción a las importaciones y
una caída de la actividad económica interna.
Go and go
La Argentina en carrera
Lo más notable del desempeño económico antes de 1973 fue el crecimiento del
sector agropecuario, también aquí hay discrepancias estadísticas, optimistas y
pesimistas. El renacimiento de las pampas ge un logro más de la agricultura que
de la ganadería, principalmente trigo, maíz, soja, sorgo y girasol. La clave de la
recuperación pampeana ge tecnológica con la revolución mecánica del agro por
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la que los gobiernos del 50 había imperado y que por fin se concretó, la fuerza
automotriz de las nuevas máquinas era mayor que las antiguas, también
llegaron algunos beneficios de la revolución verde, se ge difundiendo el uso de
semillas mejoradas. La política hacia el agro atenúo el énfasis hacia los precios
remunerativos. No se quería volver a bruscas devaluaciones como en el tiempo
de Frondizi. Entre el 63-73 el tipo de cambio de los impuestos a las exportaciones
combinó en una forma que impidió oscilaciones bruscas en la rentabilidad de
bienes rurales sobre todo agricultura. Las sucesivas administraciones se
cuidaron de no castigar al sector agropecuario, estas devaluaciones moderadas
tuvieron un efecto estabilizador sobre las ganancias, otro tópico en el debate de
políticas del sector rural era el impuesto a la tierra libre de mejoras, el campo
iba encontrando su lugar en los mercados mundiales.
El alivio externo
Un plan novedoso
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Durante los primeros meses de la Revolución Argentina (Onganía) no estaba clara
la orientación que tendría la conducción económica, había una tensión entre una
tendencia nacionalista (desarrollista) y otra liberal (el estado tendría poca
intervención en la economía). El Ministro de Economía Krieger Vasena puso en
marcha un ambicioso proyecto antiinflacionario con su Plan de Estabilización y
Desarrollo finado una nueva paridad para el peso argentino igual a 350 por dólar y
asegura que por su magnitud no habrá más devaluaciones. Fue ésta una
devaluación compensada porque al mismo tiempo bajaban los aranceles de
importación y aumentaban los de las exportaciones tradicionales con lo que se
amortiguaba el impacto sobre los precios internos. Suspendidas las convenciones
colectivas de trabajo se concede un último aumento de sueldos (al menos por dos
años) y se llega a un acuerdo de precios con las grandes empresas. La actividad
económica se vio estimulada por un acceso más fácil al crédito y mayor confianza
para la inversión, se elevaron las tarifas para reducir el desequilibrio de las
empresas públicas, ge aumentado el impuesto a las ventas se crearon otros
tributos nuevos y comenzaron a cobrarse los impuestos a las exportaciones
mejorándose la recaudación, la entrada de fondos desde el exterior era
importante para alejar los fantasmas de crisis de la balanza de pagos. Pero a fin del
69 Krieger Vasena renunció a causa del Cordobaza; lo habían derribado los obreros
mejor remunerados del país, los industriales del Córdoba. Durante el reemplazo
de Onganía por Levingston, José Pastore Dagnino, nuevo ministro, debió padecer
la fuga de capitales por desconfianza, encarar negociaciones salariales y sufrir la
inflación vacuna que llegó aumentar en sus precios hasta un 100% . Se intentó una
veda parcial de carne para moderar los precios que enfrentó a los hombres de
campo con el gobierno. La inflación en aumento parecía incombatible.
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salida impuesta por las circunstancias ya que después de 20 años sin elecciones
completamente libres, se comprendía que sin la participación del peronismo no
podía alcanzarse una fórmula política medianamente estable. Luego del
Cordobazo (1969) la violencia se había extendido hasta hacerse habitual acabando
con la sensación del relativo orden mantenido durante la fase del gobierno de
Onganía, después de la derrota del plan económico de Krieger Vasena la inflación
seguía subiendo, jaqueado por males políticos y económicos Lanusse tuvo la
desagradable tarea de preparar la transición hacia la democracia que incluyera al
peronismo. Y cuál era la identidad de este partido? Era apenas un populismo sin
demasiados compromisos doctrinarios encolumnado detrás del liderazgo
carismático de Perón? O un partido favorable a la intervención pública pero que
respetara la propiedad privada? O un movimiento revolucionario que pretendía
hacer de la Argentina una nueva Cuba o repetir el experimento de Allende en Chile
que estaba por naufragar?.
El Pacto Social demostró que Perón seguía confiando en la negociación entre
empresarios, trabajadores y gobierno, las ideas no habían cambiado demasiado
pero había una insistencia a la unidad nacional y un ánimo pacificador como
rasgos esenciales del veterano caudillo. Con un presidente débil (Cámpora) la puja
por el poder causante de conflictos amados y atentados se hacía insostenible.
Cámpora renuncia el 13/7/1973 habiendo gobernado solo 50 días y bajo la
presidencia provisional de Lastiri se convocó a nuevas elecciones para Set/73 la
fórmula Perón-Perón María Estela ganó por un 62% , sólo estuvo 8 meses en el
poder y soportó el peso de las expectativas que había creado con su regreso,
murió el 2/7/1974 , mucho le costaría a su viuda gobernar este país dividido lo
mismo que su partido, además de su escasas condiciones para hacerlo creciendo
el peso político de su asesor José López Rega . Ni el orden económico ni el político
pudieron nunca restablecerse. La violencia creció y en los cuarteles empezó la
conspiración, ni aún el mandato de aniquilar a la guerrilla calmó a los mandos
militares. El 24 de marzo de 1976 se consumaba el golpe militar, concluyendo la
experiencia del peronismo en el poder que cayó casi exclusivamente por las
luchas internas del partido oficial.
Revolución o reformismo?
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A pesar del vuelco que significó la caída de Cámpora el programa económico se
mantuvo sin mayores alteraciones desde la salida de Lanusse hasta la muerte de
Perón., con la peculiaridad del mismo Ministro de Economía (Gelbard) bajo cuatro
presidentes distintos (Cámpora, Lastini, Perón, Isabel Martínez de Perón), detrás
de este Ministro estaba la mano visible de Perón, en 1973 las urgencias no eran las
mismas que en 1955 pero sí fue la misma la respuesta de Perón: sentar a
empresarios y sindicatos en la mesa de negociaciones para acordar políticas
firmando un Acta de Compromiso Nacional (Mayo 1973), entre la CGT, CGE y el
Ministerio de Economía. La discusión pública estuvo dominada por el programa de
corto plazo, las iniciativas de más largo aliento son interesantes en tanto definen el
proyecto económico con el cual Perón había regresado al país. Su orientación
general ha sido descripta como fuertemente intervencionista, moderadamente
nacionalista y distribucionista, con un programa reformista acorde a la alianza de
clases pero de ningún modo revolucionario.
La actitud que tomara con respecto al capital extranjero era una cuestión sensible,
el capital extranjero debe tomarse como un complemento y no como factor
determinante del desarrollo, en ciertas áreas era necesario la participación de las
multinacionales por sus contribuciones tecnológicas aunque eran poco confiables
como fuente de financiamiento de la balanza de pagos, mediante una Ley de
Inversiones el gobierno procuraba limitar el peso del capital externo, en los hechos
ge menos duro que en las palabras hacia el capital internacional. No hubo nada
parecido a las nacionalizaciones en masa del primer peronismo, no aplicando muy
estrictamente la Ley de Inversiones. Otra diferencia con la primera época ge el
énfasis puesto en las exportaciones industriales, con leyes que protegían el trabajo
y la producción nacional (proteccionismo) , cada actividad tendría incentivos
especiales de producción para el comercio exterior. Se anunció apoyo crediticio y
técnico a las pequeñas y medianas empresas confiando en su potencial
exportador. En sus gobiernos Perón fue cambiando las estrategias a saber: 1946-
51 = incrementar el consumo; 1952-1955 = estimular la inversión; y ahora era el
turno de fomentar las exportaciones . El año 1973 cerró con superávit comercial
coincidiendo en las tres épocas peronistas de Perón a Menem un dólar alto para
los precios de exportación, además el gobierno justicialista nacionalizó el comercio
exterior. Al igual que con el IAPI ahora las Justas de Granos y Carnes
monopolizaron la exportación de esos bienes. Lo que más se temía era una Ley
Agraria por el proyecto de expropiación de tierras improductivas por parte del
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gobierno, esta ley no pasó de ser un proyecto pero sí se sancionó un impuesto a la
renta potencial de la tierra (Quiere decir poner un impuesto sobre la producción
posiblemente estimada de la tierra y no sobre las toneladas que realmente
producía, así se alentaba la productividad para que al crecer esta se equipararan
los valores). Se firmaron acuerdo con países socialistas de Europa Oriental pero
también de Medio Oriente. En cuanto a la moneda monopolizó el sistema
bancario para controlar la cantidad de dinero por medio del Banco Central, el
peronismo de los 70 incorporó los nuevos datos de la realidad económica
argentina con el énfasis en la exportación, acuerdos comerciales y medidas de
promoción, contrastando con la primera época, ahora quiso acabar con la inflación
de un solo golpe.
El aumento de los precios no era causa del déficit fiscal sino de la incapacidad de
la economía para alcanzar un equilibrio entre los ingresos del trabajo y los del
capital., quebrar las presiones inflacionarias requería una limitación de las
demandas sectoriales y por ello el Pacto Social acordó una configuración de
precios y salarios, suspendiendo las Convenciones Colectivas de Trabajo por dos
años., al desaparecer esta capacidad negociadora los gremialistas pensador que
era un recorte a su poder , luego de irse Cámpora confiaron en una corrección al
Pacto Social por parte de Perón para beneficiar a los trabajadores, la cual no se
produjo. En 1973 la consigna inflación cero era casi un hecho y sirvió de
propaganda justicialista, no emitiendo dinero o haciéndolo en forma moderada se
la frenó. La gente confiaría y depositaría su dinero o lo guardaría en vez de
lanzarlo al mercado y al consumismo, se podría fomentar así más créditos. Más el
nubarrón ge el aumento de precios en los insumos que impactaba en los costos
empresariales que reclamaron poder trasladar éstos aumentos a los precios, la
CGT reaccionó en su función de controlar el cumplimiento del Pacto Social de no
aumentar los precios por lo que Perón tuvo que subsidiar estos nuevos costos.
El gobierno estudiaba un aumento de tarifas para contener el déficit fiscal y de los
combustibles para trasladar al mercado interno la suba en el precio internacional
del petróleo, comenzó a hacerse evidente el desabastecimiento en ciertos
productos, la explicación del gobierno era cada vez menos creíble y crecía el
mercado negro. La presión para una corrección de políticas provenía de los
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gremios. A partir de 1974 la economía argentina pasó a una etapa de
recalentamiento empeoró la inflación y las cuentas externas (balanza comercial
deficitaria). La muerte de Perón significó la desaparición de un factor equilibrante
clave en el esquema acuerdista vigente. En 1974 la Comunidad Económica
Europea impuso una prohibición sobre la compra de carne que sumada a la
recesión internacional y aumentos de los precios de importación fue de gravedad.
No fue extraño que el golpe del 76 fuera recibido con alivio por parte de la
sociedad argentina. El móvil inmediato del autodenominado Proceso de
Reorganización Nacional era la eliminación de los grupos armados (ERP y
Montoneros). Los integrantes de la Junta Militar hablaban de erradicar ciertos
males básicos que según entendían eran incompatibles con un funcionamiento
ordenado de la economía y sociedad, su proyecto de largo plazo vislumbraba una
sociedad despolitizada con un Estado menos poderoso, en su diagnóstico había
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que evitar la tentación corporativa y estatista. Hacia el 78 se aniquiló era un hecho
la aniquilación de las guerrillas. La violación de derechos humanos era conocida y
repudiada por la diplomacia norteamericana y los más importantes países
europeos donde el testimonio de miles de exiliados originaba lo que para el
gobierno de facto era una campaña antiargentina. Durante la presidencia de
Videla (1976-1981) hubo un tema saliente en la política internacional: a punto de
entrar en una guerra con Chile por la cuestión limítrofe, este conflicto hacía visible
el disenso entre los hombres de armas la lucha por el poder tenía lugar entre los
militares, se pudo llegar al 81 con un esquema político intacto y una curiosa
innovación institucional: una sucesión presidencial entre militares respetando el
cronograma del Acta Fundacional del Proceso, pero antes de la asunción de Viola
(Marzo del 81) ya había un desgaste del régimen por debajo de la superficie y
reverdecía la actividad de los partidos. Hacia mediados del 81 se formó la
Multipartidaria, así radicales, peronistas, intransigentes y desarrollistas tenían un
canal común para reclamar una salida institucional, sumado a la mayor fuerza en
la protesta por los desaparecidos, cuyo asesinato fue reconocido por militares
antes de las elecciones del 83. El tercer presidente no quiso resignarse al papel de
preparar una salida lo más digna posible para un régimen en decadencia. Galtieri
no era un hombre de rendirse fácilmente por lo menos hasta entonces. La
intervención Argentina en Malvinas se concibió como una operación de salvataje
al Proceso antes que una empresa nacional , se especuló con apoyos
internacionales que nunca llegaron, se rechazaron propuestas de paz cuando
parecía haber tiempo, y se retaceó información a la sociedad junto a
interpretaciones honrosas de la derrota en medio de la frustración popular. Fue el
tiro final para el Proceso hasta la elección de Alfonsín la presidencia de Vignone
fue un período más de disgregación de un gobierno de facto. La posibilidad de
consolidad el gobierno democrático aparecería en 1983.
El área económica durante el Proceso estuvo a cargo del Ministro Alfredo Martínez
de Hoz, (liberal), sus medias estaban dirigidas a manejar la situación de corto plazo
sugería una sustantiva redirección de la política económica. Concebía un
diagnóstico según el cual la inflación (problema de entonces) obedecía a falencias
profundas en la organización económica. La reivindicación de la iniciativa privada y
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la eliminación del déficit fiscal por vía de un ordenamiento del Estado eran
presentados no sólo como objetivos sino como condición necesaria para el
traánsito hacia la estabilidad de precios, revalorizado el comercio internacional y
se criticaban y derogaban las medidas de desaliento a la exportación
especialmente agropecuarias. El keynesiamismo empezó a perder batallas, dentro
de la teoría keynesiana la aceleración de precios no era otra cosa que el costo de
reducir el desempleo, menos desempleo exigía más inflación.
Más que eso cuestionaba el hecho hasta entonces indisputado de que al menos en
el corto plazo los instrumentos monetarios tenían algún poder para reducir la
desocupación a esto se le sumó el abandono del sistema monetario del Breton
Woods (1971) y la crisis del petróleo del 73. Los economistas keynesianos siempre
preocupados por la producción y el empleo se habían concentrado excesivamente
en las exportaciones e importaciones considerando los aspectos monetarios como
meros residuos de lo que pasaba en el sector real la idea central era que en una
economía abierta, los desfasajes entre oferta y demanda de dinero se corregían a
través del sector externo.
Sólo tres ramas industriales mantenían una protección efectiva: textil y papelera y
actividades agropecuarias. El atraso cambiario ge muy pronunciado y produjo
caídas en el crecimiento económico. El final del gobierno de Videla coincidió con el
desmoronamiento de las que habían sido sus principales políticas. La tablita se
abandonaba y el sistema bancario estaba frágil, era insostenible una apertura
comercial combinada con el retraso cambiario. Quedaba para los sucesores de
Martínez de Hoz una empresa ingrata: administrar una economía inflacionaria,
endeudada y recesiva.
Crisis sobre crisis
El endeudamiento no era solo un problema de los que debían sino una amenaza
para toda la economía. Particularmente las obligaciones con el exterior eran de
gran peso, encarecidas por la depreciación cambiaria y las altas tasas de interés
internacionales. Las deudas de las empresas locales con los bancos también
ponían en jaque al sistema financiero.
A mediados de 1982 El Ministro Dagnino Pastore y Domingo Cavallo presidente del
Banco Central y sucesores de Alemman iniciaron una redistribución de riqueza
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favorable a los deudores cosa que mejoraba a su vez la situación de los bancos a
quienes el Banco Central otorgaba nuevos créditos con tasas de interés negativas.
El futuro gobierno democrático recibiría una herencia pesada: para cumplir con
sus compromisos debería conseguir suficientes recursos fiscales y además obtener
un superávit comercial, heredaba también una economía que se había
acostumbrado a vivir con inflación.. No era poca carga para una democracia de la
que se esperaba casi todo.
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