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CAPITULO III: POLITICA ECONOMICA EN TIEMPOS DE CRISIS (1929-1940)

El retorno de la vieja política

Hipólito Irigoyen debió enfrentar algunos problemas y oposición en sus dos


primeras administraciones 1916-19220, 1928-1930. Tras la prosperidad y calma
política de Alvear Irigoyen volvió al poder con un masivo apoyo en la opinión
pública y su caída no ge un acontecimiento del todo impopular. La crisis de esta
tercer gobierno radical se debió a errores propios pero también a culpas ajenas, el
poder ejecutivo se contagió de inacción de su jefe e impotente a una oposición
creciente, el desgaste de su gobierno se acentuó con la prédica de los socialistas
independientes y en menor medida demócratas progresistas y comunistas. Fuera
del propio gobierno no había nadie con voluntad suficientemente fuerte como
para contrarrestar la conspiración contra el presidente que preparaba Uriburu a
inicios del 30, suma a esto la sensación de crisis económica generaba descontento
hacia el gobierno, así el 6 de setiembre de 1930 Uriburu toma el poder sin
derramar sangre. Este golpe fue el primero de una larga serie, más allá del
derrocamiento de Irigoyen los objetivos de distintas facciones militares eran
conflictivos en cuanto al tipo de gobierno que debía llevarse adelante, los
partidarios de Justo buscaban legalidad sin Irigoyen, Uriburu pretendía reemplazar
el sistema de partidos por uo de representación corporativa, este sueño duró poco
ya que el radicalismo antiirigoyenista tuvo una actitud de oposición al régimen y
acercamiento a los derrotados, imponiéndose Justo en las elecciones de 1932 . Su
administración fue una restauración de formas y proyectos de gobiernos
anteriores al predominio radical, no mostró mayor aprecio por las prácticas
democráticas que Roca fraguando resultados electorales como “fraude patriótico”.
Federico Pinedo fue su Ministro de Hacienda. Los 30 se cerraron con la débil
presidencia de Ortiz cuya oscura elección no impidió intentar un retorno a
prácticas electorales saludables, renunciando en 1940. La Segunda Guerra
Mundial y ausencia de un liderazgo abrieron camino al golpe de estado de 1943
que daría ascenso a Perón.

Un diluvio universal: la gran depresión


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Durante la década del 20 el desempeño económico mundial no tuvo la solidez
previa a 1914, Argentina retomó la senda del crecimiento interrumpido durante la
guerra recuperándose algo el comercio internacional, Inglaterra perdió a manos de
EE UU el liderazgo económico mundial, nadie previó la tormenta que se avecinaba,
el derrumbe de la Bolsa de Valores en 1929 ge el primer signo de lo que se
vendría, muy pronto esta pesadilla sería la Gran Depresión, al principio se pensó
que era una nueva recesión pero la caída de precios de las acciones entre 1929 y
1933 fue solo un síntoma del cataclismo que vivió el sector de la economía, la
inversión se desplomó.
La discusión de las causas de la depresión han sido polémicas, según Keynes, el
ánimo inversor de los empresarios tuvo una recaída en tiempos de crisis, este
descenso se transmitió a la producción y el empleo. Otra versión apunta a la
disminución del consumo como causante de la crisis productiva, la tesis
monetarista acusa al Reserva Federal por no haber prevenido y corregido los
quiebres bancarios que generaron contracción del crédito impidiendo el
financiamiento normal a inversores y consumidores. Si bien el origen de la crisis
estuvo en problemas internos de EE UU se trasmitió al resto del mundo, cada país
intentó evitar la competencia de importaciones extrajeras.

Repercusiones de la crisis en un país expuesto

Argentina había aunido el papel de exportador de alimentos e importador de


manufacturas en el sistema de división internacional de trabajo que giraba
alrededor de Gran Bretaña, las exportaciones eran importantes para mantener
altos niveles de empleo y además para importar aquellos bienes que Argentina no
producía , más importante aún que los bienes industriales de consumo era la
maquinaria y equipo necesario para las inversiones urbanas y rurales e insumos
usados por la industria cada vez mayor, la Depresión afectó las posibilidades de
importaciones del país cayendo los precios de los productos de exportación. La
mejora de métodos de producción agrícola ganadera, utilización de abonos, y
mecanización más eficiente de la producción generaron un aumento de oferta
mayor a la demanda que baja el precio de las materias primas.
La crisis del comercio no fue la única fuente de problemas para la balanza
comercial, antes del 30 el país tuvo interrupciones de los flujos de capital siendo el
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golpe de gracia al sistema monetario; teniendo dificultades para obtener
financiamiento siendo perjudicial por endeudarse en la década de la crisis.

Primeras reacciones: el control de cambios y disciplinas presupuestarias

Los motivos que tenía el gobierno para la defensa del peso era el temor a que la
depreciación dificultara los pagos de la deuda ya que el gobierno recibía ingresos
en pesos y pagaba sus deudas en moneda fuerte, quienes retiraban sus depósitos
en pesos del sistema bancario generaron una delicada situación e iliquidez
restringiendo el crédito y el normal funcionamiento de la economía. Los bancos
comenzaron a tener problemas y el gobierno se vio obligado a emitir dinero sin
respaldo a través de la Caja de Conversión, la expansión de oferta de dinero sin
respaldo acentuó la depreciación del peso. El control de cambio ge un intento a
frenar esto sin achicar el crédito ni perder reservas siendo la Comisión de Control y
Cambios la encargada de centralizar y distribuir esas divisas asegurando a
gobiernos municipales, provinciales y nacionales la moneda extranjera necesario
para su pago de la deuda externo, luego se usaba para importaciones de materia
prima y bienes de consumo indispensables. En seguida surgió el problema de
fondos bloqueados teniendo que esperar los proveedores del exterior los pagos
remitidos por Argentina por las ventas efectuadas a ésta. Obligadamente se redujo
las importaciones derrumbándose la recaudación en la aduana, otras medidas
fueron crear un impuesto a las transacciones de empresas, impuesto al ingreso y
gravamen al combustible como fuentes de recaudación. En cuanto a los gastos los
salarios públicos se redujeron, economía en costos de administración
traduciéndose en una menor inversión pública.
Cerrado el financiamiento externo y con la negativa del Banco Central a adelantar
créditos al gobierno se decidió la emisión monetaria para cubrir necesidades
fiscales.

El impacto social

Los problemas de los balances de pago y cuestiones presupuestarias no mostraron


el grado más terrible de la depresión, al desmoronarse el comercio se derrumbó la
producción sin embargo la caída del ingreso no ge tan profunda en comparación a
otros países (EE UU, Chile), la consecuencia más dramática fue la aparición de
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desempleo invirtiéndose las posibilidades de trabajo de la inmigración del 80 a
1914 a una desocupación masiva, las compañías ferroviarias inglesas arreglaron
con los sindicatos sistemas de salarios solidarios que combinaban reducción de
horas con recortes de salarios para evitar despidos masivos tanto urbanos como
rurales.

Las nuevas ideas económicas

Se deja de lado la idea de que los ingresos del estado debían cubrir todos los
gastos porque esto no refleja la realidad. La nueva receta keynesiana de
compensar la caída del gasto privado con un aumento de compras
gubernamentales o sea aumentar el gasto público para crear empleo no tuvo
aceptación. El recrudecimiento del desempleo y dificultades de muchas industrias
para seguir exportando mostraron que el apego al patrón oro no fue la mejor
política en el marco de la tendencia recesiva de la economía británica, pasando los
países europeos a un sistema monetario más flexible y menos vulnerables a las
fluctuaciones externas. En el ámbito del comercio internacional fueron desafiados
la doctrina del libre comercio universalmente aceptada, se sostenía que con el
acceso de más países al progreso tecnológico se disminuían las diferencias
internacionales de productividad, las economías se diversificaban, ser reducían los
incentivos a comerciar. El intercambio comercial entre naciones pasó a ser fruto
de acuerdos bilaterales de preferencias aduaneras, EE UU e Inglaterra, los dos
principales socios comerciales de Argentina contribuyeron al florecimiento del
proteccionismo en sus países.

El comercio triangular y el pacto angloargentino

Esta dificultad de los productos argentinos por encontrar mercados de exportación


generada por la caída de demanda se vio agravada por la escalada proteccionista
de Europa y EE UU, Inglaterra era más importante como comprador de productos
que como vendedor en la Argentina de manufacturas siendo la balanza comercial
con Inglaterra con saldo positivo mientras que EE UU era inversamente ya que
tenía un sector rural importante y era más difícil la colocación de productos
primarios argentinos en ese país sobre todo después de que se resistiera a la
importación de carnes con la excusa del control sanitario. Los británicos
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argumentaban que las importaciones argentinas debían recaer más sobre los
ingleses más que sobre los norteamericanos. El otorgamiento de privilegios a las
importaciones desde Inglaterra era una valiosa prenda de cambio que convencía a
los británicos a levantar sus barreras a las carnes y otros productos argentinos en
el caso de una eventual negociación; en cambio los industriales se encontraban
con que las restricciones a las importaciones puestas por la depresión alejaban la
competencia extranjera y permitían mayor expansión de sus actividades.
El Pacto Roca-Runciman fijó un sistema de cuotas decreciente para las carnes
argentinas en el mercado ingles, los ganaderos argentinos querían revertir esa
situación, su presión a favor de un tratado comercial con Inglaterra se resumía a
“comprar a quien nos compra”. La concesión de preferencia a las importaciones
inglesas era la carta de negociación argentina. La razón de la presión inglesa por
rebajas arancelarias preferenciales era por la necesidad de atender algunas de sus
industrias de exportación, también demandaron una rápida solución al problema
de los fondos bloqueados, deudas en libras de productos británicos que el control
de cambio había impedido girar a Inglaterra y además promesas mutuas de trato
benévolo a los productos del otro país. El Pacto Roca-Runciman privilegió ante
todo el interés ganadero influyendo estos ganaderos en el gobierno para que éste
otorgara concesiones muy amplias a Inglaterra. Las autoridades argentinas fueron
débiles en las negociaciones y el cumplimiento no ge recíproco. Pero en otros
ámbitos hubo concesiones no estipuladas explícitamente por el Tratado como el
otorgamiento de cambio especial para las importaciones ferroviarias y la
discriminación en contra de terceros países en la distribución de divisas Fue
conveniente el acuerdo Roca-Runciman? No fue conveniente porque el gobierno
era débil y se recostó en su socio más antiguo e importante aunque las
condiciones no fueran del todo favorables a Argentina, dándose paso en el país
designado como granero del mundo a otro más moderno basado en las fábricas.

Un gobierno en acción

A mediados del 1933 Justo designa en el Ministerio de Hacienda a Pinedo este


gabinete aprovechó el acuerdo Roca-Runciman para tomar medidas más
consistentes en respuesta a la crisis, la acumulación de fondos bloqueados hacía
necesario rediseñar el sistema de control de cambios las principales
modificaciones fueron: a) establecimiento de un permiso previo para la
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importación en función de las disponibilidades de divisas del país; b) se abandona
el control absoluto y se controla sólo lo que se puede controlar, lo demás se deja
afuera en un mercado libre ; c) el desplazamiento de los tipos de cambio
abandonando el tipo bajo para reemplazarlo por un nivel más acorde a las
circunstancias. El mercado cambiario se desdobló en oficial y libre. Las
importaciones de Inglaterra tenían garantizado su participación en el mercado
oficial. En el mercado oficial pasaron a cotizarse dos tipos de cambio distintos:
vendedor y comprador. El gobierno con lo obtenido del margen de cambio ayudó a
los productores agrícolas y ganaderos que sufrían la caída de precios mundiales de
alimentos. Se crea la Junta Nacional de Granos que compra los cereales a precio
superior al mercado y los vende cuando se presenten las condiciones favorables.

Las conversiones de deuda y el manejo fiscal

La deuda interna flotante era una carga más pesada que la deuda externa, se dio a
los tenedores de títulos nacionales la posibilidades de venderlos al gobierno o
canjearlos por un nuevo papel que pagada un menor interés anual pero durante
un período más largo, la conversión de la deuda interna generó un ahorro para el
Estado y aceptación de los acreedores, esto mejoró la situación fiscal, la
austeridad del gobierno se reflejó en políticas impositivas y reducción del gasto
eliminando organismos superfluos pero lo más importante en materia
presupuestaria fue la unificación de impuestos internos que reemplazó a
gravámenes provinciales y nacionales permitiendo reavivar la inversión pública
principalmente la red vial.

La creación del Banco Central

Las entradas y salidas esporádicas del patrón oro habían impedido institucionalizar
un régimen monetario ordenado durante los períodos de inconvertibilidad, se
entregaban pesos contra oro en las ventanillas de las Cajas de Conversión. El
control de la solidez bancaria, del préstamo a los bancos y el manejo de títulos del
gobierno eran funciones realizadas por distintos organismos cuya centralización en
una sola institución Banco Central evitaría incoherencias políticas creándose en
1935 el Banco Central. Su función era concentrar reservas para moderar las
consecuencias de las fluctuaciones de las exportaciones y de las inversiones de
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capital extranjero sobre la moneda, crédito y actividades comerciales, regular el
crédito y los medios de pago, controlar a los bancos, actuar como agente
financiero y aconsejar al gobierno en la emisión de empréstitos y operaciones de
crédito.
Esta ley de bancos fue complementada con la creación del Instituto Movilizador de
Inversiones Bancarias para sanear el sistema bancario, para absorber los activos de
muchos bancos que estaban en problemas.
El Banco Central se convirtió en uno de los instrumentos fundamentales de la
política económica.

CAPITULO IV – ASCENSO Y APOGEO PERONISTA (1940-1949)


MILITARES AL GOBIERNO

Los 30 vieron crecer una esperanza de mayor democratización de la política


argentina, después de 10 años sin comicios limpios. Ortiz se preocupó por la
limpieza electoral, su sucesor Castillo tenía una posición distinta en relación a la
Segunda Guerra Mundial, sin alterar la neutralidad argentina se mostró simpático
con las naciones aliadas. El sentimiento nacionalista predominada entre los
militares, si el golpe del 30 había sido un fracaso desde lo político no puede
decirse lo mismo en cuanto a sus proyecciones ideológicas. Cuando la Unión
Soviética entra en la guerra creció el recelo hacia los aliados ya que la posibilidad
de pelear de su lado era sencillamente inaceptable para la mayoría de las fuerzas
armadas cuyo anticomunismo era señalado como el aspecto más estable de su
misión del mundo. El retorno despreocupado a las prácticas fraudulentas terminó
de distanciar la debilitada oposición de los partidos políticos, pero tampoco el
oficialismo podía contar con el apoyo de los militares, en los círculos militares el
gobierno de Castillo era visto como una administración débil fundada en un
sistema corrupto dentro de esas fuerzas armadas politizadas tomó fuerza una
logia que sustentaba las premisas compartidas de muchos oficiales: mantener la
neutralidad, impedir la penetración comunista y asegurar el peso de los militares
como elemento estabilizador era el Grupo de Oficiales Unidos (GOU) éste
estableció contactos con sectores opositores al gobierno para dar un golpe en
Setiembre de 1943.
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La Revolución de 1943 resultó bastantes improvisada, como en el 30 su única
decisión era derrocar al presidente, el Gral. Ramírez ascendió a la presidencia pero
su gobierno ge dominado por miembros del GOU entre los que se destacan el
Gral. Farrell y el Coronel Perón.
La política entre los años 43 y 45 giró en torno al ascenso político de Perón y la
posición internacional de Argentina ante una guerra cuyo curso parecía ya
definido, desde la Secretaría de Trabajo entabló relaciones con gremios y se ganó
el apoyo de algunos políticos dando claros indicios de sus ambiciones. Recién en
1944 rompen relaciones con Alemania y Japón provocando la reacción de militares
antinorteamericanos cayendo Ramírez reemplazado por Farrell.

Perón al poder

La relación de Perón con los sindicatos se inicia meses después de la revolución del
4 de Junio para ese entonces la CGT estaba dividida en la CGT 1 agrupaba gremios
menos politizados que la CGT 2 dominada por socialistas y comunistas esta última
fue disuelta en julio. El gobierno intentaba un mayor control sobre los sindicatos
sin embargo en la tan resistida intervención a la Fraternidad y Unión Ferroviaria
estaba el germen de lo que sería la más decisiva participación sindical en la
historia argentina. Cuando en el 43 Perón se hace cargo del Departamento de
Trabajo era evidente que la política de control y dominación que el gobierno
estaba ejerciendo sobre los sindicatos no servía ni siquiera a sus propios fines.
Estos argumentos sumados a una pretensión personal de poder convencieron a
Perón que era hora de pasar de una política de control a una de concesiones, esto
se facilita por la creación de la Secretaria de Trabajo y Previsión encabezada por
él siendo beneficiados primeramente los trabajadores ferroviarios a quienes se les
aumentó el salario, se otorgó subsidios para prestaciones sociales y se falló a
favor de disputas contra compañías de trenes así consiguió sus primeros
adherentes, todo esto tenía una intencionalidad política mantener excluidos a los
sectores socialistas obtuvo lo máximo de la estructura gremial potenciando las
organizaciones que apoyaron su política laboral debilitando las que mostraban
mayor independencia.
Se instalaba una vez más la cuestión de la participación política de los sindicatos.
Perón aprovechaba la ambición política de muchos dirigentes sindicales partiendo
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así la propuesta de respaldar su candidatura a partir de la constitución de un
partido Laborista, la oposición democrática se organizaba para combatir sus
aspiraciones encabezada por radicales y socialistas. Desde la Universidad, prensa
y empresariado descontento por las medidas sociales partían presiones. Perón
antes de ser detenido y enviado a Martín García se despidió con un mensaje radial
esto hizo reaccionar a los gremios que organizaron una movilización popular
organizada por sindicatos pero también alimentada por los trabajadores que
marcharon a Plaza de Mayo volcando la crisis a favor de Perón forzando su
restitución al gobierno, desde ese 17 de Octubre de 1943 hasta febrero de 1946 se
vivió un clima de agitación electoral jamás visto. El apoyo de los sindicatos,
iglesias y militares, en ese orden decidió el triunfo peronista.

Ni capitalistas, ni comunistas, justicialistas

La alianza de estos tres sectores reemplazó al Parlamento como representantes de


la sociedad ante un estado tutor. La visión corporativista era uno de los pocos
rasgos que se mantendría inalterable a los largo de toda su carrera. Una prueba de
relacionar a la sociedad con el Estado fue su política previa a 1946 desde la
Secretaría de Trabajo. Los trabajadores sindicalizados siempre recibieron mayor
atención que los no afiliados a gremios, esta concepción corporativa estaba en la
concepción del pensamiento peronista reemplazando la visión clasista hasta
entonces de buena parte del sindicalismo. Perón se esforzó por diferenciarse del
pensamiento de izquierda y opuso al concepto de lucha de clases la armonía de
clases. Su propaganda era una verdadera doctrina que pronto se llamó justicialista
ya que el empresariado temía la acechanza comunista. Fuera de un compromiso
con la equidad no había un enfoque económico de Perón sustantivo y coherente,
la ausencia de compromiso doctrinario en materia económico social era explícita,
con la recuperación económica de postguerra las tensiones remitieron.

Una nación políticamente soberana

La predilección del discurso peronista por el justo medio entre dos extremos,
presente también en otros países semidesarrollados, fue más explicita en la
política internacional que en cualquier otro ámbito, básicamente había una actitud
de independencia ante el conflicto entre los EE. UU. y La Unión Soviética. Perón
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consideraba probable una Tercera Guerra Mundial debido a la sucesión de
conflictos entre las dos grandes potencias. Con los EE. UU. desgastándose en el
conflicto la Argentina ganaría poder en el hemisferio occidental, además de ver
nuevamente estimulada su industria por la segura retracción comercial.
Pero en los años de la inmediata postguerra la realidad fue exactamente opuesta:
EE. UU. era el gran proveedor mundial y mantenía voluminosos excedentes
comerciales con Japón y Europa. La memoria de la Depresión y de la creciente
guerra ya eran alertas importantes contra la participación activa de la Argentina en
el flujo internacional de mercaderías., había todavía más razones para
desentenderse del comercio mundial e impulsar al mercado interno como fuerte
de oferta y demanda. El cortocircuito entre Buenos Aires y Washington tenía por
supuesto una razón más profunda, Perón había formado parte del gobierno
revolucionario que había mantenido la neutralidad argentina en la Segunda
Guerra.
A principios de 1948 se anunció el Plan Marshall, un sistema de créditos para que
los países europeos desvastados por la guerra tuvieran acceso a importaciones
cruciales. A pesar de repetidas promesas la Argentina fue excluida como
proveedor de alimentos, lo que representó una oportunidad perdida para un
sector rural ya bastante castigado. Era la respuesta de EE. UU. a un país que más
allá de acercamientos circunstanciales no había aceptado el papel que se le había
asignado en la reconstrucción de postguerra. Esta exclusión argentina del Plan
Marshall fue el segundo problema en importancia con repercusiones económicas,
el primer problema fue la negociación con Gran Bretaña y su “especial relación
comercial” para arreglar las cuentas de guerra. La dedicación de la industria
británica al esfuerzo bélico, la decadencia de los ferrocarriles aquejados por la
competencia automotriz y la crisis del comercio sumada a las repatriaciones de la
deuda pública generaron un fuerte superávit global para la Argentina.
Hacia fines de la guerra el Reino Unido debía a la Argentina 112 millones de libras
esterlinas que estaban bloqueadas sólo podían usarse para compras en aquellos
países que usaba la moneda británica como divisa comercial. Finalmente, los dos
problemas bilaterales más importantes fueron resueltos conjuntamente (los
ferrocarriles y las libras bloqueadas), se destinó la mayor parte del saldo argentino
en el Banco de Inglaterra a la compra de los ferrocarriles monto que fue
completado con un crédito británico a pagar con los futuros superávits
comerciales. ¿A quien convenía la nacionalización de los ferrocarriles? Del lado
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argentino el cuestionamiento tradicional a la operación la ha presentado como un
derroche de reservas que podían haberse usado para modernizar el aparato
productivo del país. Cuando el negocio de los ferrocarriles fue concluido se lo
defendió alegando que permitía una favorable reestructuración del pasivo del
balance de pagos argentino, al eliminar de la cuenta servicios financieros los pagos
por utilidades de las compañías ferroviarias.
¿Entreguismo o nacionalismo desaforado? Se ha argumentado que cuando se
consideran las tierras al costado de las vías que fueron adquiridas junto con los
trenes fue la Argentina quien hizo un buen negocio.

El avance del estado

La compra de los ferrocarriles británicos por parte del estado argentino debe
considerarse en su doble aspecto de nacionalización y estatización, junto con la
adquisición de otros servicios públicos era también un síntoma del crecimiento del
estado como productor de bienes y servicios. A la nacionalización de los
ferrocarriles siguió la de los teléfonos. Con la creación de Yacimiento Petrolíferos
se inició la explotación de las minas de Río Turbio (Santa Cruz), la estatización del
servicio de gas se completó con la creación de Gas del Estado al tiempo que se
estatizada el transporte urbano. El texto constitucional de 1949 consagró esta
tendencia, declarando al estado mayor dueño de los servicios públicos.
Previéndose la compra o confiscación de aquellos que aún estuvieran en manos
privadas y de las fuentes de energía.
El partido opositor más importante la Unión Cívica Radical criticó la política de
nacionalizaciones y estatizaciones no por excesiva sino por insuficiente. Mientras,
en el resto del mundo se advertía una tendencia ampliatoria de las facultades
estatales. Desde la crisis del 30 la confianza en las capacidades del estado venía en
aumento y la inevitable participación en la economía de los sectores públicos en
diversos países durante la Segunda Guerra Mundial había reforzado esa tendencia.
El aumento del gasto en inversión fue determinante para el incremento global de
las erogaciones estatales. Buena parte está explicada por las nacionalizaciones,
pero además hubo inversiones en comunicaciones, energía y material ferroviario,
y se dio impulso a la construcción de caminos. Creció también la importancia del
gasto en salud, educación y vivienda. El aumento del empleo público en general
aún sin considerar las empresas públicas estatizadas puede verse como otra
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manera de asegurar las lealtades y extenderlas también a la clase media. En todo
el mundo la receta keynesiana de tonificar la demanda agregada con aumentos del
gasto público estaba en su momento de mayor apogeo. Pero la estatización de
algunas actividades económicas y los aumentos cíclicos del gasto para combatir las
recesiones no eran los únicos elementos del nuevo modelo del estado que se
estaba gestando en la postguerra. El triunfo del keynesianismo y la consideración
de los problemas distributivos seguramente influyeron en el diseño de las políticas
fiscales peronistas, más aún cuando al comenzar los años 50 la economía
marchaba hacia una recesión el gasto del estado se redujo. La otra gran inyección
de demanda no provino directamente del sector público, sino que fue inducida al
sector privado a través de una política de ingresos basada en el aumento masivo
de salarios. Por esta vía el gobierno conseguía un doble objetivo: ayudaba a
expandir la economía y al mismo tiempo daba a su programa el contenido de
equidad que estaba en el corazón del discurso peronista.

Una nación socialmente justa

El primer plan quinquenal esta asociado a una fase de expansionismo salarial, esto
llevo a una distribución del ingreso nacional mas equitativa. Detrás de esta política
había una intención de Perón. La explosión salarial no era solo una forma de
mejorar el nivel de vida de los trabajadores sino un instrumento parapara
alimentar la demanda agregada y garantizar el pleno empleo. Entre el 46 y 48 los
trabajadores argentinos tuvieron el mayor bienestar, la mayor disponibilidad de
bienes fruto de la producción industrial y creciente valor de las exportaciones se
volcó a expandir el consumo. El control de los alquileres y congelamiento de
precios de bienes básicos fueron otros medios para mejorar el bienestar del
trabajador. Garantizar el pleno empleo y redistribuir el ingreso a los sectores
populares fue lo central de su política económica hasta 1949, además se fue
extendiendo el sistema de seguridad social y el provisional. Durante los primeros
años del sistema jubilatorio hubo un enorme superávit en este concepto ya que la
proporción de beneficiarios sobre contribuyentes fue ínfima.

Una nación económicamente libre: el impulso industrialista

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La declaración de independencia económica y fuertes restricciones a las
inversiones extranjeras fueron signos de la marcha económica hacia una mayor
autarquía actuando el gobierno deliberadamente a favor de la industria sustitutiva
de importaciones, los medios para llevar a cabo este proyecto fueron: restricción a
las importaciones y generosa política crediticia. Se elevaban aranceles a
importaciones de productos que competían con esas industrias, se reforzaban
permisos previos para la obtención de cambio y se establecía un sistema de
preferencias para la importación de maquinarias y bienes de capital. Mas
relevante fue el sistema de preferencias cambiarias para la importación de
insumos y bienes de capital así los industriales pudieron acceder a maquinarias
importadas en condiciones más favorables. La política de crédito industrial se
canalizo a través de dos bancos: Banco Central y Banco Industrial encontrándose la
industria se encontró con fondos abundantes a su disposición reducibles a plazos
largos y con tasas de interés favorables. También contribuyó algo a la
industrialización la política fiscal del peronismo además se invirtió en instrucción
para la industria apuntando a las escuelas técnicas aumentando fuertemente los
graduados en carreras que habilitaban para trabajar en el sector industrial.
Pueden encontrarse varios defectos en el desarrollo manufacturero de la primera
época del peronismo entre ellos están las limitaciones de escala impuestas por el
reducido mercado interno, las consecuencias del rechazo inicial al capital
extranjero, la ausencia de un énfasis en la productividad o la aún escasa
sustitución de importaciones en ramas básicas. Los altos precios mundiales de
productos rurales estaban siendo aprovechados por el gobierno para financiar su
política expansiva.

En el campo las espinas

Perón tuvo la suerte de asumir la presidencia con los términos de intercambio más
favorables del siglo, durante su gobierno la influencia sobre precios agrícolas se
intensificó, el IAPI monopolizó desde el 46 la comercialización de cereales y
oleaginosas, sus ganancias sirvieron para sostener el aumento en el gasto público
su intervención también desligó parcialmente la evolución de los precios internos
de los alimentos que se estaba verificando en el mercado internacional. A través
de la política del IAPI el gobierno cerraba un triángulo de redistribución sectorial
de ingresos coherente con la conformación de su apoyo político siendo los vértices
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el sector rural, el sector urbano, y el propio Estado. El gobierno financiaba la
expansión del gasto y empleo público con el margen que obtenía del IAPI gracias a
una inmejorable condición internacional. El comercio de postguerra era bilateral
en todo el mundo, los aumentos salariales en la industria repercutieron en los
costos de los productores que debían aumentar los salarios de sus peones para
evitar la emigración a las ciudades. El sistema de arrendamiento utilizado hasta
entonces entró en crisis dándose a l arrendatario el derecho a renovar su contrato
en los mismos valores que en el período anterior perjudicando al dueño de la
tierra por la erosión inflacionaria. El tener que importar maquinarias agrícolas al
tipo de cambio no preferencial era adverso al sector rural, la drástica caída del
área sembrada con los cultivos más importantes fue una de las consecuencias de
esa política. Pero no hubo una crisis rural, como contrapartida creció la
importancia de semillas nuevas (girasol, cebada, maní). El campo tenía el
importante rol de proveer divisas necesarias para importar insumos y maquinarias
que aún la industria local no producía. Muchos dirigentes no estaban contentos
con el congelamiento de arrendamientos y proponían una reforma agraria para
acabar con la gran propiedad rural pero el gobierno no quiso arriesgarse a
complicar la situación de pagos internacionales que se estaba deteriorando.

Las complicadas cuentas externas

La cuestión no era tanto asegurar mercados en el exterior para exportaciones


argentinas como conseguir importaciones necesarias con las divisas provistas por
las ventas externas. Los primeros años de postguerra trajeron un crecimiento de
las exportaciones argentinas. En la mediocre evolución exportadora argentina las
políticas que no estimularon la producción rural pero sí su consumo fueron
determinantes, el desequilibrio exterior de 1949 coincidiría con la aparición de un
tema de debate económico en las décadas siguientes: la inflación de precios.

Crédito y descrédito: nace la inflación

Ya a partir de la Segunda Guerra la economía comenzó a mostrar signos


inflacionarios, iniciado el régimen peronista el sistema monetario y bancario
argentino fue modificado profundamente un ejemplo de esto es la nacionalización
de todo el sistema bancario, los bancos eran solo agentes receptores de depósitos
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por cuenta Banco Central y desde luego no se les permitía prestarlos, de ese modo
el Estado tenía la idea de reservarse el monopolio de la emisión monetaria. Sin
embargo, el aumento de créditos fue mayor que el crecimiento de depósitos
generando ni más ni menos que una expansión del dinero circulante proclive a
generar inflación, pero la teoría de las autoridades económicas argentinas era que
las expansiones monetarias bien dirigidas generaban aumento en el nivel de
actividad económica más que en los precios. ¿Cómo reaccionó la sociedad a las
condiciones inflacionarias? Lo esperable era un creciente rechazo del público por
el dinero, síntomas de Inflación incipiente, signos de debilidad externa, eran los
síntomas de que el impulso expansivo y distribucioncita había llegado a un
extremo peligroso.

CAPITULO V – DEL PARAISO PERONISTA A LA CRISIS DEL DESARROLLO (1949-


1958)

La hegemonía cuestionada

El año 1948 había sido probablemente el mejor del gobierno peronista, la


economía todavía crecía con solidez la plata sobraba y dominaba la sensación de
que lo económico había dejado de ser un problema para la Argentina. Perón se
ocupaba de tejer nuevas ambiciones, una de ellas ge la realización de una reforma
constitucional que le permita ser reelecto en 1952, aunque públicamente se
pronunció en contra de alterar la disposición constitucional de no reelección sabía
que la maquinaria política que había montado bastaba para modificar esa
cláusula. Aún cuando la modificación más polémica fue la del artículo 77 que
finalmente permitió la reelección, el artículo 40 fue más significativa desde el
punto de vista económico: consagrar la monopolización por parte del estado,
declarar propiedad del estado a los servicios públicos y las fuentes de energía.
La oposición estaba condenada a una asfixia más allá de la innegable debilidad
electoral, Perón no toleraba cuestionamientos y dio sus discursos en tono más
combativo, los ataques a locales de partidos opositores aparentemente llevados a
cabo por facciones peronistas de raíz nacionalista contribuían a desalentar las
actividades contra el gobierno de los opositores. Muchos diarios fueron adquiridos
por el gobierno, otros clausurados y expropiados, ejemplo La Prensa, la radio pasó
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a difundir un tono oficial luego de estatizar casi todas las emisoras. Los integrantes
de partidos opositores no acordaban una posición común ante un gobierno que en
última instancia los ignoraba. Benjamín Menéndez encabezó una desorganizada
marcha desde Campo de Mayo cuyo fracaso no requirió demasiado esfuerzo por
parte del gobierno, los cabecillas fueron enviados a Tierra del Fuego y Perón
aprovechó para eliminar de las Fuerzas Armadas a los militares que no le eran
leales. En el 51 vuelve a triunfar el peronismo en elecciones con su fórmula Perón
–Quijano contra la de Balbín y Frondizi que contaba con las desventajas de no
poder acceder a los medios de comunicación pero la minoría antiperonista no se
acobardó ante la superioridad numérica y a partir del 52 continuó en una
oposición cada vez más enconada buscando la ocasión propicia para derribar a
Perón esta actitud ge ganando adhesión con el correr de los años ya que tras la
muerte de su mujer Evita el presidente perdió iniciativa mientras que alrededor
del gobierno proliferaban escándalos y sospechas de corrupción. Paradójicamente
Perón comenzó a declinar cuando la economía comenzaba a encaminarse a una
senda de crecimiento.

Síntomas de crisis

Lo que quedó para la historia económica como etapa clásica del peronismo abarcó
un período de tres años entre 1946-48 entrando en crisis en el 49. La particular
situación mundial de posguerra caracterizada por una demanda insatisfecha de
alimentos había colocado a Argentina en lo más alto de los intercambios, el Estado
se apropio de esa bonanza gracias a la nacionalización del comercio exterior y
alimentando con gasto público la expansión económica. Los límites a las
importaciones y la expansión monetaria y crediticia habían estimulado un veloz
crecimiento de la industria en sus ramas livianas ya abastecía casi completamente
al consumo nacional.
En el 49 el esquema distributivo de los primeros años empezó a resquebrajarse
por lo más frágil: la balanza comercial y la inflación, a ello se sumaron las
consecuencias de una política exterior algo orgullosa que impidió la participación
Argentina en el Plan Marshall. De cualquier manera, la causa determinante de la
crisis del sector externo ge de origen interno, la campaña agropecuaria del 40-50
estuvo signada por fuertes sequías que ge un anuncio de lo que sería el campo
argentino entre el 51-52 pero el país estaba llegando a un punto en que era
16
imposible contraer las importaciones sin alterar la producción industrial local que
obtenía del exterior muchos de sus insumos. Los empresarios industriales se
quejaban por las dificultades de importar maquinaria y materias primas esto era
reconocido por el gobierno. Las importaciones para la industria caían al compás de
los términos del intercambio evidenciando la debilidad de los cimientos de la
industrialización peronista, ello era particularmente grave en tiempos en que la
expansión crediticia era ahora moderada. A principios del 49 asume el Ministro de
economía Alfredo Gómez Morales, las baterías económicas no podían evitar que la
insuficiencia de dólares se reflejara en su precio, el aumento de los precios era
visto como el único instrumento de redistribución del ingreso que no chocaba con
las normas constitucionales ni con la jurisprudencia. En 1950 el salario real
aumenta levemente y los precios agropecuarios recibieron un inesperado impulso
debido al conflicto de Corea. El gobierno peronista tuvo que actuar en contra de
sus principios tomando un préstamo del exterior del Exsin Bank por 125 millones
de dólares, también se incentivó a través de un mecanismo que involucraba a los
permisos de cambio el endeudamiento privado con el exterior. La reaparición de
dudas a partir del 50 contribuyó a difundir la sensación de que el progreso popular
estaba concluyendo. La restricción del crédito golpeaba a algunos sectores
industriales haciendo inevitable el conflicto entre trabajadores empresarios. Entre
el 50 y el 51 pararon los trabajadores de la industria azucarera, empleados gráficos
y bancarios pero el mayor conflicto ge el de ferrocarriles con una huelga de 9
meses. Por lo general ni el origen de estos conflictos ni sus resoluciones estaban
exentas de motivaciones políticas, pero es indudable que el deterioro de la
economía estaba jugando un papel importante.

La hora de la austeridad: el plan económico del 52

Una serie de factores se conjugaron para que en 1952 el gobierno lanzara un


programa de austeridad económica que contrastaba con las políticas de los
primeros años, Perón había conseguido su reelección y tenía suficiente margen de
maniobra para tomar decisiones no del todo populares. La desastrosa cosecha de
1952 obligó a consumir pan negro de calidad inferior con mijo y a restringir
nuevamente las importaciones, con el consabido efecto sobre la producción
industrial, la escasez de energía eléctrica obligó a reglamentar su consumo que
también impacto sobre la industria. El Plan de Estabilización económica de 1952
17
tenía como objetivo básico detener la inflación y resolver el problema del déficit
comercial externo, la idea fuerte del plan era la austeridad, gastar menos, el plan
no se limitó desde luego a estos llamados voluntaristas a la austeridad popular, la
inversión pública se redujo bastante a partir del 52 y el déficit fiscal disminuyó
considerablemente. Los fondos de Seguridad Social siguieron solventando los
déficit fiscales ya que los ingresos por aportes previsionales continuaron
superando a los pagos por ese concepto más allá de la caída del peronismo. La
retracción fiscal se combinó con una política monetaria más restrictiva que hasta
entonces, para combatir la inflación hubo medidas como el retraso deliberado de
las tarifas públicas y aumento de subsidios a los bienes básicos, hubo un prudente
manejo de los salarios creándose la Comisión Nacional de Precios y Salarios y se
instaló un sistema de negociaciones salariales bianuales. Otras medidas apuntaron
al aumento de exportaciones con la matanza de un día en la semana, y una veda
de carne de un día (viernes). El impuesto a las exportaciones agropecuarias del
IAPI se reemplazó por una política de aliento al sector rural. La caída de la inflación
recuperó la confianza en el peso aumentando entre el 52 y 55 la riqueza atesorada
en moneda nacional, también el problema externo ge corregido temporalmente,
la balanza comercial dio superávit entre el 53 y 54 gracias a la cosecha del 52-53,
para volver a déficit en el 55. El sector rural pasó a contar nuevamente con el
favor oficial.

Una vuelta al campo

Se argumentó que la decadencia de ciertos cultivos en la Argentina a fines del 40


se debió a la política gubernamental de adquirir la cosecha a precios bajos al
productor local para venderlo caro al comprador internacional. Se dio entonces
una creciente diversificación agrícola con algunos cultivos que compensaron la de
los tradicionales, además continuó el proceso de sustitución por la cual la
ganadería ocupó tierras antes dedicadas a la explotación agrícola. Más allá de la
discusión acerca de la intervención del IAPI lo que está fuera de duda es el cambio
del signo de una política de compras de cosechas a partir de fines del 40, la
política de estímulo a las exportaciones agropecuarias descansó solamente en los
subsidios del IAPI y no en una devaluación además de retribuir a productores
rurales con precios superiores a los internacionales el gobierno toma en cuenta el
sector agropecuario asignando créditos. El nuevo trato de Perón con el sector rural
18
no se agotó en políticas de créditos y subsidios hubo intentos más o menos
exitosos para aumentar la productividad y bajar los costos de producción
agropecuaria argentina, se realizó un plan de inversiones del Estado para difundir
innovaciones en el modo de producción y mejorar la sanidad animal y vegetal. Se
amplió una instalación para el almacenamiento de cosechas y se incentivó la
mecanización agraria. Este replanteo para el agro es visto como un reconocimiento
a los límites que tenía la pretendida transformación de la economía de un país
predominantemente agrario a una nación industrial moderna, la industrialización
todavía considerada un sueño parecía mostrarse problemática.

Dilemas de una industrialización acelerada

El aumento de la producción industrial era objetivo de las políticas públicas a


partir del gobierno militar de la revolución de 1943, frente al peronismo el impulso
industrializador se intensificó a través de políticas para completar el proceso de
sustitución de importaciones por producción industrial mediante créditos y
mecanismos cambiarios comerciales, el Banco Industrial (1944) y el Banco Central
nacionalizado en el 46 fueron los encargados de llevar adelante un programa de
créditos expansivo, el grado de sustitución de importaciones industriales que
Argentina alcanzó hacia el 50 se contó entre los mayores del mundo
semindustrializado. También son importantes los costos del tipo de
industrialización que se generó y determinar si era viable en largo plazo. Los
analistas de política industrial lo han criticado por excesivamente indiscriminado,
las autoridades bancarias pocas veces indicaban los criterios con que decidían esa
asignación, algunos también han considerado que la protección a ciertos sectores
es suficiente porque empuja en desarrollo de otras ramas a través de
eslabonamientos que pueden ser hacia adelante o hacia atrás, si fallan los
eslabonamiento no solo no se difunde el crecimiento sino que se complica la
expansión de la propia industria favorecida ya que se enfrenta con dificultades en
el mercado para sus productos como en el de insumos. Es más apropiado asociar
la política peronista a la estrategia diversificada que a la versión concentrada de la
industrialización aunque fuera del todo involuntaria. La política industrial
diversificada era problemática en un país con población relativamente escasa
porque faltaba eficiencia, el defecto se habría atenuado con una industrialización
más selectiva, el resultado ge una producción manufactura de alto costo (mucha
19
mano de obra) y poca posibilidad de exportación (baja calidad). Tradicionalmente
la expansión inicial de la industria puede contar con la gran disponibilidad de
trabajadores de salarios bajos hasta entonces dedicados a actividades rurales de
baja productividad, en la Argentina las cosas eran distintas, el alto nivel salarial
seguirá siendo una característica del mercado de trabajo argentino y el empleo
industrial avanzaría menos que en otros países.

Un defecto estructural?

En 1955 reaparece el déficit comercial luego de dos años de estabilización ya que


las importaciones comienzas a recuperarse en su nivel. La voluntad por mejorar la
voluntad agropecuaria y el restablecimiento de precios aceptables para el agro no
estaba logrando el objetivo de aumentar el valor de las ventas al exterior ya que
las políticas internas fueron perjudiciales a la producción primaria. Los controles
cambiarios a prestamos exteriores como el del Exim Bank en 1950 eran solo una
solución temporaria al problema externo argentino para superar este defecto se
debían combinar dos políticas incentivar las exportaciones e incentivar la
producción local de maquinarias e insumos industriales sobre todo combustible. El
IAPI intentaría una mecanización agraria.
Pero producir localmente acero y petróleo demandaría grandes inversiones
iniciales, importación de bienes de capital. La escasez de divisas para importar hizo
que muchos se lamentaran por el uso que se había hecho de las reservas
acumuladas durante la guerra., esto habría permitido la provisión local de bienes
de capital que de otro modo debían importarse en lugar de ello las reservas se
utilizaron para nacionalización de activos extranjeros básicamente a través de
cancelación de deudas y estatización de servicios públicos.

Un intento de corrección: el segundo Plan Quinquenal

El Segundo Plan Quinquenal abarcó el período 1952/1957 con nuevas prioridades


de inversión, su objetivo era el de solventar las necesidades básicas del país en lo
concerniente a la producción de materias primas, energía y transportes y bienes
de capital. El énfasis de la cuestión distributiva de los primeros años del peronismo
ahora dejaba paso a un esfuerzo por poner en orden las bases productivas de la
economía. La principal complicación del Segundo Plan Quinquenal fue el problema
20
fiscal que venía acarreando el peronismo , de hecho la inversión pública fue uno
de los rubros sobre los que recayó el ajuste fiscal , En esos aspectos el Segundo
Plan Quinquenal puede entenderse como una corrección que fue de todos modos
insuficiente, tanto la falta de energía como el déficit de la inversión pública
tuvieron consecuencias visibles y los esfuerzos del gobierno en poder en marcha
varias centrales hidroeléctricas no alcanzaron para satisfacer la creciente demanda
derivada de la expansión industrial. El paso de una industria distribucionista a una
etapa más preocupada en problemas de eficiencia y producción requería del
esfuerzo privado.

Una nueva bandera peronista: la productividad

A fines del 53 el gobierno podía estar contento por la marcha de la economía,


algunos gremios organizaron huelgas en reclamos salariales, las demandas fueron
exitosas, este avance de los trabajadores tenía su lado negativo ya que amenazada
con derrumbar el equilibrio alcanzado luego de dos años de austeridad, para
mantener un aumento progresivo del ingreso salarial había que incentivar la
producción e inversión garantizando ganancias a los empresarios. En 1954 se
convoca un Congreso de Productividad y Bienestar Social (CNP) que agrupaba a la
CGE y sindicatos nucleados de la CGT estas reuniones quisieron ser una muestra
de que la armonía de clases era una realidad, empresarios y trabajadores se
sentaron a discutir sus problemas comunes pero la realidad estaba lejos de esa
concordancia porque las propuestas empresarias chocaron con la oposición de los
sindicalistas, lo mayor que se acordó fue la libertad que consiguieron los
empleadores para reubicar personal y premiar la eficiencia.

Atrayendo el capital

La inversión de origen interno fuera pública o privada era insuficiente para


aumentar la productividad y reducir el peso de ciertas importaciones de su
balanza de pagos, lo que faltaba eran las divisas para comprar en el exterior los
bienes de capital necesarios. La única salida era la inversión externa. La consigna
de independencia económica fue desapareciendo del discurso oficial. El gobierno
entendía que para superar los problemas de la balanza de pagos había que invertir

21
en algunos sectores industriales, en el área petrolera y equipos que incrementan
la productividad agrícola.
Este Segundo Plan declaró la importancia de los capitales extranjeros abriendo la
posibilidad de que participaran en los servicios públicos. Fue con la Ley del 53
relacionada a la inversión de capitales extranjeros que se plasmó el nuevo espíritu
del gobierno, su fundamento principal era superar la escasez de divisas, esta
inversión debía contribuir al desarrollo económico traducido en la obtención
directa o indirecta de divisas, las prioridades eran mecanización agrícola y
producción local de insumos que antes se importaban, la producción local de
tractores por empresas extranjeras fue el primer avance, el ejecutivo aprobó la
instalación de cuatro fábricas automotrices, en Córdoba se instalaría la automotriz
IKA, pero lo más innovador se dio en la política petrolera con un acuerdo entre YPF
y La California Argentina de petróleo para la explotación en el sur del país (Santa
Cruz) en este territorio la empresa podía construir caminos, embarcaderos y
aeropuertos durante la vigencia del contrato. Es sorprendente que el gobierno
que volcaba tantas energías en proclamar la independencia económica firme estas
cláusulas pero no tenía otras salidas y Perón respondió a los desafíos de cada
coyuntura con los instrumentos que consideraba más aptos. Pero este contrato
fracasó y el proyecto de Ley quedó estancado en el Congreso, en las filas
peronistas se creía que se traicionaba el principio justicialista de la independencia
económica, pero la falta de apoyo fue un indicio para que el gobierno comprenda
que estaba solo, el desgaste político se aceleraba y se rumoreaba un
levantamiento militar.

CAPITULO VI – EL IMPULSO DESARROLLISTA (1958-63)

Un gobierno acosado

La llegada de Frondizi a la presidencia nacional no ge resultado de un proceso


democrático normal, una sombra de ilegitimidad marcaría a fuego su gestión
posterior. El peronismo proscrito en las elecciones de 1958 era condición – sin
discusión -para que la revolución Libertadora aceptara un gobierno surgido de la
voluntad popular. Los votos en blanco superaron a cualquier otro partido
individual, Frondizi inició negociaciones con el ex-presidente que se conocieron en
22
1959 Perón había aconsejado a sus partidarios votar a Frondizi, el candidato
llevaba adelante su campaña sobre una base aceptable para los peronistas que
incluía exigencia de una amnistía total y una CGT unificada este acercamiento al
peronismo despertó suspicacia entre los militares que no querían al justicialismo
de vuelta. Durante su gobierno el presidente intentó aprovechar al máximo el
reducido margen de maniobra con que contó limitado por una red de presiones
que se había generado antes de su victoria electoral. La habilidad de Frondizi para
llegar a la presidencia no era suficiente para independizarse de la tutela militar y
recelosa mirada peronista. La política económica social no colmaba ni las más
mínimas aspiraciones del electorado justicialista, Frondizi se obstinó en permitir la
participación electoral de candidatos justicialistas en los comicios de 1962 y en
conversaciones con los militares que se conocieron años después había acordado
con éstos no permitir el ascenso del peronismo al poder.
La economía había sido desde los primeros días de administración el eje principal
del programa del gobierno, si lograba encaminar el país al progreso habría logrado
detener un estancamiento de casi tres décadas, aumentando su capital político.
Hacia fines del 50 la economía argentina estaba en un callejón sin salida.

Los problemas de entonces

En 1959 la CEPAL había diagnosticado para la economía argentina una “crisis


estructural” el país carece de recursos exteriores para importar no solo los bienes
de capital más indispensables sino también las materias primas y productos que
requiere el desenvolvimiento de su industria, habiendo una insuficiente
acumulación de capital, la industria no creció por no realizarse las inversiones
necesarias y la producción agropecuaria declinó por carecer de incentivos y
recursos. El término estrangulamiento ilustraba que cada vez que la economía se
expandía las importaciones aumentaban y se agudizaba el problema de la balanza
comercial. El control de cambios y elevados aranceles aduaneros eran los
instrumentos para evitar el déficit comercial y depreciación cambiaria. Muchos
productos industriales que antes se importaban eran reemplazados por bienes
nacionales. Esta expansión de industria nacional a costa de importaciones
conocida como ISI era la política oficial e impulsada con énfasis durante el
peronismo pero tenía un doble filo, si bien descansada sobre ramas industriales
livianas la provisión de ciertos insumos , maquinarias y equipos de producción
23
para mantener esa actividad dependía del exterior además la dificultad para
importar bienes de capital importado detenía la inversión y atentaba contra el
crecimiento sostenido, al final el gobierno peronista agotado el ISI intentó
estimular la instalación de industrias básicas que atiendas localmente las
necesidades de producción manufacturera pero estas industrias requerían
cantidad de bienes importados para financiar ésta había que traer el capital
internacional orientando su política en esa era, la sanción de una ley de
Inversiones ge el primer paso con algún matiz distinto que el gobierno de facto
insistió en la misma línea.

La propuesta desarrollista

Frondizi en su política económica contaba con un elaborado plan de acción basado


en el DESARROLLISMO su punto de partida era aplicable a todas las regiones del
mundo que todavía no habían alcanzado la industrialización. Un primer postulado
de éste era el pesimismo respecto a las exportaciones de productos primarios,
desarrollarse era desarrollar las manufacturas hasta convertirse en una economía
completamente industrializada , había que pasar definitivamente de una
economía agroexportadora a una industrial pero esa estructura industrial
dedicada a ramas livianas necesitaba un impulso. La clave era acoplar actividades
de producción de insumos y bienes de capital a las ramas más expandidas para
llegar a una economía industrial integrada reconocía una serie de prioridades: 1)
debía multiplicarse la producción de petróleo y gas lo que permitía a corto plazo
ahorrar divisas para dedicarlas a invertir en otros rubros. El petróleo jugó un papel
adicional, además de ahorrar divisas estimularía las industrias químicas y
petroquímicas que eran claves. 2) Otra prioridad era la siderurgia que requería la
explotación de carbón e hierro 3) se planteaba una solución permanente a la
provisión de energía eléctrica que sufría Buenos Aires desde hace años.
La ausencia de actividades agropecuarias en las prioridades del gobierno era
notoria no estaba en los planes llevar adelante una reforma agraria. Una meta en
la que se ponía especial énfasis era la construcción de una amplia red de rutas y
autopistas. La solución para los desarrollistas no era la vuelta de los trabajadores
al campo sino conformación de nuevos centros de producción y consumo en el
interior del país teniendo un lugar privilegiado la Patagonia por sus minerales.

24
Cómo conseguir el capital necesario para extraer petróleo, levantar puentes y
autopistas, construir rutas, multiplicar la producción de acero, establecer
industrias químicas y obtener hierro y carbón de una vez? Había que conseguir un
masivo aporte de extranjeros esta la piedra angular del programa. El Programa de
Chascomús de 1960 estipulaba que las empresas nacionales y extranjeras que
desarrollen las fuentes naturales efectivas no deben ser obstaculizadas por
impedimentos burocráticos, la inversión extranjera era la única vía para garantizar
la independencia económica, esta idea de llevar la industrialización al extremo de
producir todo o casi todo tuvo sus críticas. Porqué intentar producir adentro lo
que puede conseguirse afuera a un costo menor? La propuesta desarrollista
implicaba una negación total a la teoría de las ventajas comparativas que había
influido los primeros años de la industrialización.
El arribo de inversiones extranjeras dependía de las condiciones internas que
lograra desarrollar en gobierno, el desarrollismo preveía un futuro de relativa a
tono con los acontecimientos mundiales, este clima se favoreció por la Alianza
para el Progreso dado por EE UU para ayudar técnica y financieramente a los
países de Latinoamérica para combatir el subdesarrollo.

1958 - Clima para la inversión?

Los problemas más urgentes del nuevo gobierno era el bajo nivel de reservas
internacionales de Banco Central, ya que había accedido gracias a votos peronistas
estaba obligado a evitar transitoriamente políticas impopulares, el Ejecutivo
aumentó el 60% de los salarios básicos que estaban congelados desde el 56, el
crecimiento de salarios e inversión pública provocó un déficit y fue financiado a
través de la emisión monetaria. La economía reaccionó a esa políticas expansivas
reflejándose en el incremento en la demanda por bienes de compra al exterior y
una estampida inflacionaria que creció, al gobierno se le hizo evidente que esa
política expansiva estaba agotada además de crear un clima de inestabilidad que
difícilmente atraería el capital extranjero. Como fuera que a fines del 58 el
gobierno estaba preparado para dar el gran paso en el desarrollismo sobre todo
en al política petrolera.

La batalla del petróleo

25
Mientras el problema de corto plazo en la balanza de pagos era agudizado por la
política económica había que probar la validez de las ideas desarrollistas sobre los
pagos externos, una de las principales era la convicción de que había un margen
amplio para sustituir importaciones de petróleo por producción local de petróleo,
en 1958 anuncia que se firmaron contratos de explotación de petróleo con
empresas extranjeras, las críticas vinieron de todos los frentes incluido el partido
oficial, este episodio de los contratos hizo tambalear al gobierno, también los
militares presionaron para que revoque los acuerdos con las compañías, en
cambio EE UU y Europa aprobó estas medidas. En los círculos empresariales del
exterior esta conformidad se tradujo en firma de más contratos y atrajo el interés
por invertir en otros rubros. El autoabastecimiento se hizo realidad en muy poco
tiempo, se concretaba el fomento de la región patagónica, la audacia de Frondizi
para llevar a cabo su política petrolera ge una muestra de que estaba dispuesto a
cumplir con el programa neutralizando las resistencias, la puesta en marcha de un
Plan de Estabilización sería otra prueba.

El esfuerzo de estabilización

La administración de Frondizi encaró un esfuerzo serio de estabilización después


de probar suerte con otra políticas despreocupadas en primer lugar la
estabilización económica financiera sin un enérgico impulso de desarrollo hubiera
conducido a una economía de miseria y desempleo además debían existir
condiciones mínimas de seguridad y era imprescindible restablecer el crédito
argentino en el exterior para inspirar nuevamente confianza. El principal problema
era el exceso de gastos sobre la producción nacional conduciendo a un déficit
comercial como de inversión. Pero si la mala salud de la economía se debía a que
el país estaba gastando pro encima de sus posibilidades, el restablecimiento
requería una dolorosa contención del consumo público y privado. El programa de
estabilización contó con un importante apoyo externo. Entre los prestamistas se
encontraban el FMI, el Tesoro de los EE UU y el Eximbank, además de instituciones
privadas. Por otra parte la restricción a las importaciones no debía extenderse a
aquellos rubros que eran cruciales para la instalación de las industrias que
completarían la sustitución de importaciones. Una de las condicione a los
préstamos del FMI era la desaparición del déficit fiscal y esto no era cosa que se
26
pudiera conseguir de la noche a la mañana, proyectándose entonces una
reducción del empleo público y suspensión de obras públicas limitando los
aumentos de sueldos al personal estatal, elevación de algunos impuestos y un
mayor control tributario, aumentando a su vez las tarifas públicas (luz, gas TE) .
Esta orientación del plan colmó la paciencia de los sindicatos y el tiempo de
huelgas ge record en 1959 creándose un clima político que predecía un nuevo
golpe.
Con el correr de los meses las críticas al programa económico se extendieron,
Alsogaray planteo dudas respecto a la capacidad del gobierno para cumplir sus
promesas incluso el FMI compartía esto, se sumó a esto nuevos recargos a la
importación enfrentándose la industria a costos mayores. El deterioro del salario
real debilitó el consumo como fuente demanda y las exportaciones apenas
aumentaban.
Mientras la caída en el nivel de actividad disminuía la recaudación impositiva y la
inflación la deterioraba, no era demasiado lo que se hacía para reducir el empleo
público, la demanda de las Fuerzas Armadas no acababan allí pedían renuncia de
funcionarios peronistas , una política gremial más represiva e investigaciones
sobre el pacto Frondizi-Perón , Alzogaray fue asignado al Ministerio de Economía y
Trabajo, contaba con la simpatía de los militares, pero él no tenía nada de
desarrollismo sino mas bien liberal.

El invierno paso

Las turbulencias económicas de mediados del 59 se fueron retrayendo


paulatinamente, a mediados del 6l la financiación inflacionaria del déficit se
redujo por dos causas: las empresas públicas y administración central tomaron
préstamos en los mercados de crédito externos e internos, en ocasiones se retrasó
el pago a empleados públicos además de un cambio en la forma de cubrir los
desequilibrios y una reducción del propio déficit , la caída de inflación estaba
asociada a una retención del dinero por parte de la gente , el auge consumidor en
tiempos de mayor estabilidad de precios resultaba también de la elevación del
salario real que era una consecuencia de las reducciones de la inflación esto se
revertía cuando la inflación aumentaba. Frondizi veía cumplir sus pronósticos de
expansión económica con bastante precisión pero así como en postguerra la
recuperación había sido el consumo con Frondizi la inversión fue el factor
27
dinamizador permitiéndole alejar por un tiempo el fantasma de la crisis de
balance de pagos. El fracaso de la ley de inversión de Perón era prueba de que se
necesitaban medidas más fuertes centrándose en torno a la preferencia por
maquinarias y equipos, se eliminaron algunos recargos a la importación de varias
líneas de maquinarias, hacia el 60 la recuperación de la actividad económica se
transmitió a los salarios industriales que en términos reales aumentaron.

Luces y sombras de la nueva industria

En el área energética lo más destacado ge el crecimiento de la producción


petrolera con la creación de SEGBA, para superar el déficit de la energía eléctrica,
al igual que El Chocón, también creció a siderurgia por la puesta en marcha de
SOMISA y comenzaron las gestiones para extraer hierro de los yacimiento de
Sierra Grande, la petroquímica también se destacó como actividades que recibió
más inversión extranjera. El programa de caminos y autopistas ge determinante
para que la capacidad instalada de la industria cementera se ampliara, pero
ninguna actividad tuvo tanto crecimiento como la automotriz que ilustra el ímpetu
progresista de la industria desarrollista.
Las fallas que aquejaban a la versión desarrrolista de la estrategia de la
sustitución de importaciones puede resumirse en dos: el problema de la escala
insuficiente y la falacia del ahorro de divisas (se seguía importando insumos),
además era incapaz de surtir al mercado interno con productos de buena
relación calidad-precio. La alternativa opuesta intentar concentrar la producción
industrial en ramas con más chances de competir internacionalmente habría
brindado un mercado mayor y posibilidades. La tibieza exportadora de la industria
ponía en riesgo todo el programa: no ayudaba a obtener divisas cuya escasez
estaba llegando a un punto crítico, cuando la economía empezada a expandirse
crecía la importación de insumos para la industria y con ella una amenaza en la
crisis de balanza de pago. Una estrategia eficaz de sustitución de importaciones
sería una demanda menor de insumos cosa que no pasó en los años de Frondizi,
ramas como la automotriz eran bastante intensiva en insumos importados,
también estaban los costos de instalación de las industrias que cuando se invertía
debía esperarse un flujo sostenido de utilidades hacia el exterior durante varios
años, cuando se trataba de empresas nacionales que tomaban préstamos en el

28
exterior para establecer sus plantas había que contar con los intereses y la
amortización de las deudas contraídas que pesarían sobre la balanza de pagos.

Un diagnóstico al sector rural

La actividad agropecuaria no era vista por el desarrollismo como candidata para


liderar el crecimiento sostenido que se preveía para la Argentina, dedicarse a ella
era condenarse al fracaso. Si bien la tecnificación fue una buena noticia para el
agro argentino quedó sujeta a la producción local de maquinarias ya que el acceso
a tecnología extranjera estaba limitado por barreras aduaneras, era una manera
de fomentar la producción local. La incapacidad para aumentar le producto rural
impidió que las ventas externas argentinas aumentaran siendo las importaciones
una incógnita para el futuro argentino.

Racionalizando el Estado

El desarrollismo no era partidario de un sector público tan involucrado en la


producción de bienes, la consolidación industrial, el fomento de un empresariado
local dinámico, la superación de los problemas de la balanza de pago y el equilibrio
regional eran los objetivos según el oficialismo que justificaban el aliento a esta o
aquella actividad económica. Se creó un Comité Ejecutivo para racionalizar el
empleo público mediante retiros voluntarios o despidos, también se intentó con
Frondizi el estado empresario pasando ciertas empresas a manos privadas, se
privatizó el sistema de transportes de Capital Federal y los ferrocarriles fueron
fuente permanente de problemas a lo largo de su administración.

Fin de un programa, fin de un gobierno

En Abril de 1961 Alsogaray es reemplazado por Alemann en el Ministerio de


Economía, los problemas que debía afrontar fueron subiendo y agravándose más
con los meses, recurrieron al banco Central para solventar el costoso problema de
los ferrocarriles, mucho más grave el hecho de que el capital externo privado que
había relajado el mercado, detuviera su influjo, se tomaron algunas medidas para
detener el déficit externo, la imposición de aranceles, eliminación de retenciones
, restricciones a las importaciones del Estado, insistía con medidas de recorte de
29
empleo público para salvar su economía y su política. La derrota electoral fue el
golpe de gracia de Frondizi, coincidieron dos tradiciones argentinas: un nuevo
gobierno y una nueva devaluación.

CAPITULO VII: UNA PRIMAVERA ECONOMICA 1963- 1973

Otra democracia a medias

Illia también accedió a la presidencia en 1963 por medio de una vía parcialmente
democrática, los candidatos justicialistas fueron proscriptos de la competencia por
el poder por el ánimo antiperonista de los militares. Los votos en blanco fueron la
segunda minoría, este radicalismo era distinto al de Frondizi por su moderación, su
espíritu conciliador y su identificación con la tradición irigoyenista, aquí estaban
sus virtudes y defectos del nuevo presidente, Frondizi acertaba y erraba en su
propensión a transformación rápida, el enfrentamiento e independencia respecto
a cualquier dogma que no fuera el suyo pero la interrupción de los gobiernos tuvo
que ven con la insostenible situación en un país y sin una fórmula adecuada para
manejar el poder. El peronismo a través de los sindicatos y el partido militar
dejaron en claro que consideraban ilegítima y condicional la autoridad del
presidente, no había manera posible de gobernar tratando de contentar a unos y
otros, estos se reflejó en la lucha organizada de la CGT que mostró el conflicto
entre gobierno y sindicatos con tomas de fábricas y paros como medio de presión.
El frente militar no ge tan tenso como el sindical. El margen de maniobra de Illia
era mayor que el de Frondizi que estaba atrapado por planteos castrenses. En
otros episodios actuó con independencia con respecto a los militares permitiendo
la participación del partido identificado con el peronismo en las elecciones
parlamentarias de marzo de 1965, el triunfo de la Unión Popular puso en alerta a
los militares. Aparecieron los primeros indicios de presencia guerrillera en el país,
esto justifica l aplicación de la doctrina de seguridad nacional propuesta por
Onganía según la cual la Fuerzas Armadas se reservaban la, potestad de tomar el
poder cuando la Constitución estaba amenazada, por otra parte la inteligencia
argentina que consideraba al gobierno de Illia como la expresión de los vicios que
aquejaban a la democracia de partidos: la burocracia, la parsimonia para tomar
30
decisiones, falta de compromiso con una estrategia fiscal de desarrollo
económico, los jefes de las tres Fuerzas declararon el inicio de la Revolución
Argentina y entregaron el poder a Onganía.

La última recesión?

Illia tuvo que iniciar su período con una economía atascada hace un año y medio
este deterioro coincidió con cambios de color en el poder al cual miraba la
sociedad desorientada , la recesión del 62-63 golpeó los sectores populares,
también cayeron los salarios reales y se extendió el desempleo, se hablaba de
iliquidez que aquejaba la economía argentina, los problemas de financiamiento
que golpearon a las empresas eran una de las causas de la recesión no era fácil
para los empresarios obtener créditos en el extranjero, cuando lo conseguía era a
tasa de interés alta infladas por las expectativas de depreciación del peso. En
realidad factores como la caída de demanda provocada por la reducción del
salario real contribuyó al mal desempeño de los años de Guido. La UCRP tenía
como prioridad la reactivación económica pero la incógnita era librar a la
economía del cepo que venía llevando su crecimiento económico hace quince
años, este cepo se llamó ciclo de “marchas y contra marchas”o “stop and go”. Al
comenzar los 60 la sustitución de bienes importados por bienes nacionales
orientadas al mercado interno se había completado a la mayor parte de ramas
industriales, se seguía dependiendo sin embargo de algunos insumos sobre todo
en máquinas y equipos para inversión. Las posibilidades de producción quedaron
condicionadas por la capacidad de importar, pero las importaciones estaban
limitadas por lo que el país pudiera exportar que era poco ocasionando la baja de
divisas que luego se aplicaría a la importación.
En esas condiciones las tendencias expansivas de la economía eran de corto
aliento ya que en algún momento las necesidades de divisas para importaciones
excedían las que podían conseguirse por exportación. Entonces se recurría a la
devaluación de la moneda que alentaba las exportaciones disminuyendo las
importaciones con una mecánica particular determinada por el carácter
semindustrializado de la economía argentina. La devaluación provocaba
disminución del consumo interno que aumenta los precios de bienes comerciales
internacionales entre los que se cuentan los alimentos y el salario real. Esa cadena
de causas y efectos podría quebrarse si el déficit de comercio se prolongaba por
31
un tiempo largo utilizando para ello financiamiento exterior mientras se alteraba
la estructura productiva de manera de revertir la tendencia al desequilibrio.
La escasez de divisas había hecho inevitable una restricción a las importaciones y
una caída de la actividad económica interna.

Go and go

Un estilo moderado y gradualista fue la nota característica del gobierno de Illia


enfrentando los problemas a medida que se le presentaban, el más urgente era
sacar la economía de la recesión, su política económica fue expansión fiscal a
través de aumentos en las compras del Estado, más estímulo al crédito y la
emisión monetaria. A la hora de decidir a que industrias conceder créditos se
optaba por aquellas propensas a crear puestos de trabajo, además se aprovechó la
capacidad estatal para orientar algunos precios de la economía en la dirección más
conveniente a los fines expansivos del gobierno. Las tarifas d empresas públicas
quedaron congeladas para no comprimir el ingreso real de las familias. Desde el
gobierno se benefició a los trabajadores con la ley de Salario Mínimo Vital y Móvil
anhelada por la CGT. Las autoridades sabían que este impulso podría poner en
peligro las cuentas externas de Argentina , el gobierno optó por actuar con
independencia del Fondo Monetario pactando directamente con los países
acreedores consiguiendo importantes refinanciamientos, había que restringir el
endeudamiento al nivel más indispensable y exportar más de lo que se importaba
para pagar las cuentas pendientes, entonces se suspendió el financiamiento a
algunas importaciones reinstaurándose los controles cambiarios para movimientos
financieros . Un arma más potente contra el déficit externo era la política
cambiaria, durante su gobierno el peso ge devaluado pero no con bruscos cambios
sino mediante depreciaciones suaves que ajustaban precios de las divisas a la
inflación interna, su ventaja era garantizar cierta estabilidad al poder de compra de
las divisas obtenidas por exportadores, esta política cambiaria coincidió con el
aumento de las exportaciones. Argentina exportó más bienes agropecuarios
porque produjo más, ayuda por las buenas condiciones climáticas que dieron una
buena cosecha en cereales y ganado.
Hubo una excepción en el manejo moderado de los asuntos económicos durante
su gobierno fue la anulación del polémico contrato petrolero con empresas
extranjeras que habían sido firmados por Frondizi esto interrumpió bruscamente
32
el crecimiento del sector petrolero, se perdía así la oportunidad de completar el
aumento de exportaciones con otra fuente de ahorro de divisas, hubo recesión en
el petróleo e importación del mismo. La apuesta global era una reactivación
estimulada por política monetaria y fiscal sumada a un manejo adecuado de
cuentas externas para librar a la economía del stop and go y llevarla al
crecimiento, el auge exportador permitió acumular saldos favorables y no hubo
crisis de balanza de pagos.

Fantasía y realidad de una revolución social

En Onganía se cifraron las esperanzas de muchos para salir de la sucesión de


crisis, este había liderado el sector legalista llevando adelante un proceso de
profesionalización y despolitización de las Fuerzas Armadas. El golpe del 66 no era
derrocar solo a un gobierno resistidos por los militares, la idea –fuerza era avanzar
en un desarrollo económica y a la larga volver a una normalidad institucional sobre
bases más sólidas. La revolución no tenía plazos sino objetivos. Onganía tenía una
tendencia al autoritarismo, intervino las universidades después del rechazo de la
opinión pública a “la noche de los bastones largos” un episodio de represión a los
estudiantes que se oponían a la intervención del gobierno en la universidad, los
partidos políticos fueron suspendidos y las Fuerzas Armadas cedieron el poder de
decisión al presidente, la prensa estaba sujeta al visto bueno del gobierno. El
sistema político descartaba toda presión de disidencia, la única posibilidad de
rechazo era a través de protesta popular o de la oposición armada, el Cordobazo
tuvo un poco de las dos, lo que empezó como un planteo sindical y universitario
fue tomada como una rebeldía hasta convertirse en una batalla entre ejército y
activistas. La revuelta fue vencida pero el gobierno estaba herido. El proyecto de la
Revolución Argentina ge en fase decadente sumado a una atmósfera enrarecida
por las organizaciones como el ERP, Montoneros y Fuerzas Armadas
Revolucionarias. El asesinato de Aramburu por los Montoneros ge el empujón final
para el malogrado caudillo, los militares decidieron reemplazarlo por el General
Levingston que durante su breve gobierno el país asistió a frecuentes atentados
terroristas. La ineficiencia de éste para enfrentar otros reclamos acabó con el
apoyo de las Fuerzas Armadas, había que preparar una salida elegante y Lanusse
encabezó esta tarea, rehabilitó la actividad de los partidos políticos se inició
conversaciones con los dirigentes más importantes y se entabló una comunicación
33
con Madrid, mediante el Gran Acuerdo Nacional. Perón y Lanusse entraron al
juego de presión y desafíos mutuos en donde el primero contaba con el apoyo de
la palabra y acción de su antiguo aparato sindical y aparecía como la única figura
capaz de restaurar la paz. En las elecciones de 1973 una cláusula de residencia
impide participar a Perón, fue elegido Cámpora y luego de diecisiete años retorna
Perón del exilio.

La Argentina en carrera

Era errónea la idea de estancamiento de la Argentina en la postguerra por dos


razones, el crecimiento de la Argentina no se desaceleró en 1945 sino en 1930 y
durante 1963-1974 la Argentina creció como nunca antes lo había hecho. Esa
percepción equivocada se alimentó también del clima intelectual de la época.
Ciertas tendencias de la economía más pesimistas que optimistas consideraban
que las causas del subdesarrollo era la dependencia de los países de la periferia
respecto a los centros mundiales de la producción. La influencia externa se
manifestaba en el aumento del endeudamiento externo y el peso creciente de las
empresas multinacionales. La teoría de la dependencia sostenía que la posición
subalterna de las economías dependientes debe funcionar de acuerdo a las
necesidades de las economías centrales que tenían suficiente poder para bloquear
cualquier perspectiva de desarrollo. Que fue lo que ocurrió para que la economía
Argentina recuperara su crecimiento? Hubo una prolongación de ciertas
tendencias: los avances en la productividad rural permitían relajar la restricción
externa de la Argentina, la inversión iniciada en tiempos de Frondizi consolidó el
desarrollo industrial.

La modernización del agro

Lo más notable del desempeño económico antes de 1973 fue el crecimiento del
sector agropecuario, también aquí hay discrepancias estadísticas, optimistas y
pesimistas. El renacimiento de las pampas ge un logro más de la agricultura que
de la ganadería, principalmente trigo, maíz, soja, sorgo y girasol. La clave de la
recuperación pampeana ge tecnológica con la revolución mecánica del agro por
34
la que los gobiernos del 50 había imperado y que por fin se concretó, la fuerza
automotriz de las nuevas máquinas era mayor que las antiguas, también
llegaron algunos beneficios de la revolución verde, se ge difundiendo el uso de
semillas mejoradas. La política hacia el agro atenúo el énfasis hacia los precios
remunerativos. No se quería volver a bruscas devaluaciones como en el tiempo
de Frondizi. Entre el 63-73 el tipo de cambio de los impuestos a las exportaciones
combinó en una forma que impidió oscilaciones bruscas en la rentabilidad de
bienes rurales sobre todo agricultura. Las sucesivas administraciones se
cuidaron de no castigar al sector agropecuario, estas devaluaciones moderadas
tuvieron un efecto estabilizador sobre las ganancias, otro tópico en el debate de
políticas del sector rural era el impuesto a la tierra libre de mejoras, el campo
iba encontrando su lugar en los mercados mundiales.

El alivio externo

La recuperación de la agricultura se reflejó en mayor volumen de exportación


modificando la estructura de déficit del comercio de la década anterior cerrando
este período con superávit comercial, la Argentina recordó a la combinación de
superávit de comercio y déficit en los servicios financieros característicos de la
década del 50. Del 60 datan el primer acercamiento a los países socialistas como
destinatarios de productos argentinos siendo objetivo deliberado del gobierno de
Perón de 1973. Un hecho más palpable ge la diversificación de productos
vendidos, las exportaciones básicamente industriales se instalaron definitivamente
como rubro significativo de divisas.

En busca de una industria moderna

A pesar de la mejora de la balanza de pagos durante 1960 persistía la


preocupación por la restricción externa de la Argentina, el proceso de sustitución
de importaciones en las ramas básicas no se había completado y se ge haciendo
evidente que el margen para reemplazar producción importada por nacional era
muy pequeño. Comenzaron a tener peso los argumentos que cuestionaban la
eficiencia del sector industrial argentino, se coincidía cada vez más en exportar
productos industriales, con ello dejaría de depender del sector agropecuario para
obtener divisas estimularía la competitividad industrial de Argentina. Reducir los
35
aranceles en las importaciones y por otro lado aumentar las retenciones a las
exportaciones tendría como efecto mejorar la competitividad industrial, pero esto
ge breve porque la inflación ge deteriorando poco a poco el beneficio inicial de la
devaluación, aún así la conciencia industrial exportadora estaba en ascenso. Las
voces hacia un esquema decididamente industrial-exportador comenzaron a oírse,
la evolución de la industria que siguió a la recesión del 62-63 ge alentadora, el
ritmo de crecimiento industrial se aceleró, la industria generó muchos empleos y
se combinó con un crecimiento de los salarios reales de modo que la participación
de los asalariados en el ingreso nacional se recuperó a lo largo de la década.

Vivir con inflación

A finales del 60 Argentina se perfilaba como candidato de una inflación sostenida


en el siglo XX, entre el 63-73 no apareció la inflación sino que creció, no había un
acuerdo para su tratamiento. Entre sus perjuicios estaba la incertidumbre respecto
a precios futuros que desalentaban los planes de largo plazo, el deterioro de las
cuentas públicas debido a que el gobierno no aumentaba tarifas ni impuestos
creció y hubo desaliento al crédito local. Los distintos gobiernos dieron prioridades
a las políticas de estabilización de precios. La explicación tradicional a la inflación
era la monetarista sostenía a través de la teoría cuantitativa del dinero (precios se
mueven proporcionalmente a la oferta monetaria) señalada la rápida expansión de
dinero como causa de la inflación. Hubo otros factores que entraron en juego:
incertidumbre política provocando una huída de dinero que aceleró los precios.
En la óptica estructuralista la inflación era síntoma inevitable de defectos
arraigados en la organización económica. El equilibrio externo se lograría con
precios altos que harían restringir la demanda interna, si el gobierno cedía a la
presión sindical no mejoras salariales los precios industriales aumentaban por la
inflación de costos.
El gobierno de Illia ge el único que no pudo llevar adelante un plan de
estabilización orgánico, la inflación cedió con el fin del gobierno de Illia, la
Revolución Argentina iba a atacar frontalmente la inflación

Un plan novedoso

36
Durante los primeros meses de la Revolución Argentina (Onganía) no estaba clara
la orientación que tendría la conducción económica, había una tensión entre una
tendencia nacionalista (desarrollista) y otra liberal (el estado tendría poca
intervención en la economía). El Ministro de Economía Krieger Vasena puso en
marcha un ambicioso proyecto antiinflacionario con su Plan de Estabilización y
Desarrollo finado una nueva paridad para el peso argentino igual a 350 por dólar y
asegura que por su magnitud no habrá más devaluaciones. Fue ésta una
devaluación compensada porque al mismo tiempo bajaban los aranceles de
importación y aumentaban los de las exportaciones tradicionales con lo que se
amortiguaba el impacto sobre los precios internos. Suspendidas las convenciones
colectivas de trabajo se concede un último aumento de sueldos (al menos por dos
años) y se llega a un acuerdo de precios con las grandes empresas. La actividad
económica se vio estimulada por un acceso más fácil al crédito y mayor confianza
para la inversión, se elevaron las tarifas para reducir el desequilibrio de las
empresas públicas, ge aumentado el impuesto a las ventas se crearon otros
tributos nuevos y comenzaron a cobrarse los impuestos a las exportaciones
mejorándose la recaudación, la entrada de fondos desde el exterior era
importante para alejar los fantasmas de crisis de la balanza de pagos. Pero a fin del
69 Krieger Vasena renunció a causa del Cordobaza; lo habían derribado los obreros
mejor remunerados del país, los industriales del Córdoba. Durante el reemplazo
de Onganía por Levingston, José Pastore Dagnino, nuevo ministro, debió padecer
la fuga de capitales por desconfianza, encarar negociaciones salariales y sufrir la
inflación vacuna que llegó aumentar en sus precios hasta un 100% . Se intentó una
veda parcial de carne para moderar los precios que enfrentó a los hombres de
campo con el gobierno. La inflación en aumento parecía incombatible.

CAPITULO VIII – VERTIGO ECONOMICO EN TIEMPOS VIOLENTOS (1973-1983)

Retorno y derrumbe del peronismo

La gestión del general Lanusse el último de los presidentes de la Revolución


Argentina (1966-1973) consistió en reconocer que un sistema basado en la
proscripción del peronismo era inviable. El llamado a elecciones de 1973 ge una

37
salida impuesta por las circunstancias ya que después de 20 años sin elecciones
completamente libres, se comprendía que sin la participación del peronismo no
podía alcanzarse una fórmula política medianamente estable. Luego del
Cordobazo (1969) la violencia se había extendido hasta hacerse habitual acabando
con la sensación del relativo orden mantenido durante la fase del gobierno de
Onganía, después de la derrota del plan económico de Krieger Vasena la inflación
seguía subiendo, jaqueado por males políticos y económicos Lanusse tuvo la
desagradable tarea de preparar la transición hacia la democracia que incluyera al
peronismo. Y cuál era la identidad de este partido? Era apenas un populismo sin
demasiados compromisos doctrinarios encolumnado detrás del liderazgo
carismático de Perón? O un partido favorable a la intervención pública pero que
respetara la propiedad privada? O un movimiento revolucionario que pretendía
hacer de la Argentina una nueva Cuba o repetir el experimento de Allende en Chile
que estaba por naufragar?.
El Pacto Social demostró que Perón seguía confiando en la negociación entre
empresarios, trabajadores y gobierno, las ideas no habían cambiado demasiado
pero había una insistencia a la unidad nacional y un ánimo pacificador como
rasgos esenciales del veterano caudillo. Con un presidente débil (Cámpora) la puja
por el poder causante de conflictos amados y atentados se hacía insostenible.
Cámpora renuncia el 13/7/1973 habiendo gobernado solo 50 días y bajo la
presidencia provisional de Lastiri se convocó a nuevas elecciones para Set/73 la
fórmula Perón-Perón María Estela ganó por un 62% , sólo estuvo 8 meses en el
poder y soportó el peso de las expectativas que había creado con su regreso,
murió el 2/7/1974 , mucho le costaría a su viuda gobernar este país dividido lo
mismo que su partido, además de su escasas condiciones para hacerlo creciendo
el peso político de su asesor José López Rega . Ni el orden económico ni el político
pudieron nunca restablecerse. La violencia creció y en los cuarteles empezó la
conspiración, ni aún el mandato de aniquilar a la guerrilla calmó a los mandos
militares. El 24 de marzo de 1976 se consumaba el golpe militar, concluyendo la
experiencia del peronismo en el poder que cayó casi exclusivamente por las
luchas internas del partido oficial.

Revolución o reformismo?

38
A pesar del vuelco que significó la caída de Cámpora el programa económico se
mantuvo sin mayores alteraciones desde la salida de Lanusse hasta la muerte de
Perón., con la peculiaridad del mismo Ministro de Economía (Gelbard) bajo cuatro
presidentes distintos (Cámpora, Lastini, Perón, Isabel Martínez de Perón), detrás
de este Ministro estaba la mano visible de Perón, en 1973 las urgencias no eran las
mismas que en 1955 pero sí fue la misma la respuesta de Perón: sentar a
empresarios y sindicatos en la mesa de negociaciones para acordar políticas
firmando un Acta de Compromiso Nacional (Mayo 1973), entre la CGT, CGE y el
Ministerio de Economía. La discusión pública estuvo dominada por el programa de
corto plazo, las iniciativas de más largo aliento son interesantes en tanto definen el
proyecto económico con el cual Perón había regresado al país. Su orientación
general ha sido descripta como fuertemente intervencionista, moderadamente
nacionalista y distribucionista, con un programa reformista acorde a la alianza de
clases pero de ningún modo revolucionario.
La actitud que tomara con respecto al capital extranjero era una cuestión sensible,
el capital extranjero debe tomarse como un complemento y no como factor
determinante del desarrollo, en ciertas áreas era necesario la participación de las
multinacionales por sus contribuciones tecnológicas aunque eran poco confiables
como fuente de financiamiento de la balanza de pagos, mediante una Ley de
Inversiones el gobierno procuraba limitar el peso del capital externo, en los hechos
ge menos duro que en las palabras hacia el capital internacional. No hubo nada
parecido a las nacionalizaciones en masa del primer peronismo, no aplicando muy
estrictamente la Ley de Inversiones. Otra diferencia con la primera época ge el
énfasis puesto en las exportaciones industriales, con leyes que protegían el trabajo
y la producción nacional (proteccionismo) , cada actividad tendría incentivos
especiales de producción para el comercio exterior. Se anunció apoyo crediticio y
técnico a las pequeñas y medianas empresas confiando en su potencial
exportador. En sus gobiernos Perón fue cambiando las estrategias a saber: 1946-
51 = incrementar el consumo; 1952-1955 = estimular la inversión; y ahora era el
turno de fomentar las exportaciones . El año 1973 cerró con superávit comercial
coincidiendo en las tres épocas peronistas de Perón a Menem un dólar alto para
los precios de exportación, además el gobierno justicialista nacionalizó el comercio
exterior. Al igual que con el IAPI ahora las Justas de Granos y Carnes
monopolizaron la exportación de esos bienes. Lo que más se temía era una Ley
Agraria por el proyecto de expropiación de tierras improductivas por parte del
39
gobierno, esta ley no pasó de ser un proyecto pero sí se sancionó un impuesto a la
renta potencial de la tierra (Quiere decir poner un impuesto sobre la producción
posiblemente estimada de la tierra y no sobre las toneladas que realmente
producía, así se alentaba la productividad para que al crecer esta se equipararan
los valores). Se firmaron acuerdo con países socialistas de Europa Oriental pero
también de Medio Oriente. En cuanto a la moneda monopolizó el sistema
bancario para controlar la cantidad de dinero por medio del Banco Central, el
peronismo de los 70 incorporó los nuevos datos de la realidad económica
argentina con el énfasis en la exportación, acuerdos comerciales y medidas de
promoción, contrastando con la primera época, ahora quiso acabar con la inflación
de un solo golpe.

Pacto social, armonías y discordias

El aumento de los precios no era causa del déficit fiscal sino de la incapacidad de
la economía para alcanzar un equilibrio entre los ingresos del trabajo y los del
capital., quebrar las presiones inflacionarias requería una limitación de las
demandas sectoriales y por ello el Pacto Social acordó una configuración de
precios y salarios, suspendiendo las Convenciones Colectivas de Trabajo por dos
años., al desaparecer esta capacidad negociadora los gremialistas pensador que
era un recorte a su poder , luego de irse Cámpora confiaron en una corrección al
Pacto Social por parte de Perón para beneficiar a los trabajadores, la cual no se
produjo. En 1973 la consigna inflación cero era casi un hecho y sirvió de
propaganda justicialista, no emitiendo dinero o haciéndolo en forma moderada se
la frenó. La gente confiaría y depositaría su dinero o lo guardaría en vez de
lanzarlo al mercado y al consumismo, se podría fomentar así más créditos. Más el
nubarrón ge el aumento de precios en los insumos que impactaba en los costos
empresariales que reclamaron poder trasladar éstos aumentos a los precios, la
CGT reaccionó en su función de controlar el cumplimiento del Pacto Social de no
aumentar los precios por lo que Perón tuvo que subsidiar estos nuevos costos.
El gobierno estudiaba un aumento de tarifas para contener el déficit fiscal y de los
combustibles para trasladar al mercado interno la suba en el precio internacional
del petróleo, comenzó a hacerse evidente el desabastecimiento en ciertos
productos, la explicación del gobierno era cada vez menos creíble y crecía el
mercado negro. La presión para una corrección de políticas provenía de los
40
gremios. A partir de 1974 la economía argentina pasó a una etapa de
recalentamiento empeoró la inflación y las cuentas externas (balanza comercial
deficitaria). La muerte de Perón significó la desaparición de un factor equilibrante
clave en el esquema acuerdista vigente. En 1974 la Comunidad Económica
Europea impuso una prohibición sobre la compra de carne que sumada a la
recesión internacional y aumentos de los precios de importación fue de gravedad.

Políticas económicas de un gobierno disgregado

El Ministro de Economía Gómez Morales trató de solucionar la delicada situación


de las cuentas externas. Hubo cambios de nombre y políticas, una estrategia más
drástica aplicó Celestino Rodrigo apoyado por López Rega, las medidas incluían:
devaluación del 100%, incrementos de tarifas públicas en una proporción similar o
mayor, liberalización de casi todos los precios, era el Rodrigazo. Para los sindicatos
este plan equivalía a una declaración de guerra, el país se paralizó, la movilización
gremial forzó las renuncias de López Rega y Rodrigo y una nueva etapa de
predominio sindical en el gobierno y renegociación de salarios pactado. A
mediados del 75 la economía ya estaba pasando de la expansión a la recesión, la
situación de pagos se tornó desesperante y el nuevo equipo económico recurrió a
un acuerdo con el FMI el primero de un gobierno peronista. Un nuevo cambio en
el Ministerio a cargo de Mondelli dijo que no tenía un plan sino medidas y la
presidenta estaba preocupada por mantener cierta imagen de dignidad frente al
final que se avecinaba. En Marzo de 1975 el incremento alcanzó un ritmo
hiperinflacionario (50% en un mes) el 24 de Marzo de 1976 tras un golpe
volvieron al poder los militares.

Diez años después una nueva solución final

No fue extraño que el golpe del 76 fuera recibido con alivio por parte de la
sociedad argentina. El móvil inmediato del autodenominado Proceso de
Reorganización Nacional era la eliminación de los grupos armados (ERP y
Montoneros). Los integrantes de la Junta Militar hablaban de erradicar ciertos
males básicos que según entendían eran incompatibles con un funcionamiento
ordenado de la economía y sociedad, su proyecto de largo plazo vislumbraba una
sociedad despolitizada con un Estado menos poderoso, en su diagnóstico había
41
que evitar la tentación corporativa y estatista. Hacia el 78 se aniquiló era un hecho
la aniquilación de las guerrillas. La violación de derechos humanos era conocida y
repudiada por la diplomacia norteamericana y los más importantes países
europeos donde el testimonio de miles de exiliados originaba lo que para el
gobierno de facto era una campaña antiargentina. Durante la presidencia de
Videla (1976-1981) hubo un tema saliente en la política internacional: a punto de
entrar en una guerra con Chile por la cuestión limítrofe, este conflicto hacía visible
el disenso entre los hombres de armas la lucha por el poder tenía lugar entre los
militares, se pudo llegar al 81 con un esquema político intacto y una curiosa
innovación institucional: una sucesión presidencial entre militares respetando el
cronograma del Acta Fundacional del Proceso, pero antes de la asunción de Viola
(Marzo del 81) ya había un desgaste del régimen por debajo de la superficie y
reverdecía la actividad de los partidos. Hacia mediados del 81 se formó la
Multipartidaria, así radicales, peronistas, intransigentes y desarrollistas tenían un
canal común para reclamar una salida institucional, sumado a la mayor fuerza en
la protesta por los desaparecidos, cuyo asesinato fue reconocido por militares
antes de las elecciones del 83. El tercer presidente no quiso resignarse al papel de
preparar una salida lo más digna posible para un régimen en decadencia. Galtieri
no era un hombre de rendirse fácilmente por lo menos hasta entonces. La
intervención Argentina en Malvinas se concibió como una operación de salvataje
al Proceso antes que una empresa nacional , se especuló con apoyos
internacionales que nunca llegaron, se rechazaron propuestas de paz cuando
parecía haber tiempo, y se retaceó información a la sociedad junto a
interpretaciones honrosas de la derrota en medio de la frustración popular. Fue el
tiro final para el Proceso hasta la elección de Alfonsín la presidencia de Vignone
fue un período más de disgregación de un gobierno de facto. La posibilidad de
consolidad el gobierno democrático aparecería en 1983.

El ocaso de Lord Keynes

El área económica durante el Proceso estuvo a cargo del Ministro Alfredo Martínez
de Hoz, (liberal), sus medias estaban dirigidas a manejar la situación de corto plazo
sugería una sustantiva redirección de la política económica. Concebía un
diagnóstico según el cual la inflación (problema de entonces) obedecía a falencias
profundas en la organización económica. La reivindicación de la iniciativa privada y
42
la eliminación del déficit fiscal por vía de un ordenamiento del Estado eran
presentados no sólo como objetivos sino como condición necesaria para el
traánsito hacia la estabilidad de precios, revalorizado el comercio internacional y
se criticaban y derogaban las medidas de desaliento a la exportación
especialmente agropecuarias. El keynesiamismo empezó a perder batallas, dentro
de la teoría keynesiana la aceleración de precios no era otra cosa que el costo de
reducir el desempleo, menos desempleo exigía más inflación.
Más que eso cuestionaba el hecho hasta entonces indisputado de que al menos en
el corto plazo los instrumentos monetarios tenían algún poder para reducir la
desocupación a esto se le sumó el abandono del sistema monetario del Breton
Woods (1971) y la crisis del petróleo del 73. Los economistas keynesianos siempre
preocupados por la producción y el empleo se habían concentrado excesivamente
en las exportaciones e importaciones considerando los aspectos monetarios como
meros residuos de lo que pasaba en el sector real la idea central era que en una
economía abierta, los desfasajes entre oferta y demanda de dinero se corregían a
través del sector externo.

Política financiera, de la reforma a la crisis

Martínez de Hoz planteó una lista de prioridades acorde a la coyuntura de marzo


del 76 los tres principales objetivos de su política económica serían en orden
decreciente de importancia: la estabilidad de precios, el crecimiento económico y
una distribución del ingreso razonable; decía que la esencia de la nueva política
sería pasar de una economía de especulación a una de producción. Aplicó una
estrategia antiinflacionaria gradualista, en lugar de recurrir a una devaluación se
liberó los precios y se ge ajustando el tipo de cambio a la inflación, los salarios
fueron congelados por un tiempo para después evolucionar con el aumento de los
precios. Al contraerse el gasto a través de la caída de los salarios obtuvo un
superávit en la balanza comercial por la disminución del consumo de bienes
exportables y de las importaciones. Mientras se esperaba una corrección de las
cuentas externas un crédito del FMI ayudó a cumplir con las obligaciones más
urgentes. Mientras se buscaba la manera de doblegar la inflación el equipo
económico introdujo una de los cambios más drásticos del período la Reforma
Financiera implico un cambio sustancial en el mercado de capitales argentino, las
medidas principales eran: liberación de las tasas de interés y la desnacionalización
43
o descentralización de los depósitos bancarios de modo que la capacidad
prestable de los bancos quedaba atada a su habilidad para captar depósitos. No
tenía sentido prestar dinero a las tasas reales porque el corto plazo se perdía el
capital. El número de bancos aumentó y ge percibido como un indicador de mayor
competencia. La expansión financiera que siguió a la reforma se inició de modo
bastante improvisado y acabó como un verdadero caos. Por un lado los bancos
competían por la captación de fondos con tasas de interés creciente, por otro lado
debían financiar esas prácticas prestando también a altas tasas pero quienes
tomaban esos créditos caros eran las empresas en apuros que no conseguían
créditos más accesibles en otra parte, al pagar tasas altas por el financiamiento se
embarcaban en operaciones de alto riesgo. Durante es fase en Banco Central tuvo
que asumir el control de 60 instituciones, con la crisis financiera terminó la fase
terminal del programa de Martínez de Hoz.

Política de estabilización del monetarismo a la tablita

En la estabilización de precios la política de Martínez de Hoz más que gradualista


era errática con marchas y contramarchas, la inflación no cedía., los precios
aumentaron y se cortó el nivel de actividad económica. En realidad la retracción
productiva era una implicación lógica de la contracción monetaria, era necesario
moderar la creación de dinero, pero había una falla de fondo que tenía que ver
con las diferencias entre una economía cerrada al mercado internacional de
crédito y una economía abierta a esa influencia.
Hacia mayo de 1987 el Banco Central dejó de intervenir activamente en el
mercado de divisas permitiendo que el tipo de cambio alcanzara su “propio
equilibrio”. Otras pautas completaban la profundización y ajuste del plan de
Martínez de Hoz. Las tarifas públicas, los salarios mínimos y el crédito doméstico
tenían sus propias tablitas, había recortes especiales en las importaciones de
aquellos productos cuyos precios hubieran aumentado más que los
internacionales. Ya se había sufrido bastante con las altas tasas de interés
propuestas por Martínez de Hoz. El efecto inicial de la tablita tuvo una doble cara.
Por un lado hubo en 1979 una expansión de la actividad económica pero falló en
no poder reducir la inflación con diversas explicaciones, hubo quienes negaban el
atraso cambiario señalando que la inflación se debía a la aceleración de los precios
internacionales en especial de los que comerciaban con la Argentina. Otros
44
pensaban que fue causa del desaliento a las exportaciones agropecuarias o la
incorporación de Argentina al circuito financiero internacional. Era obvio que la
Argentina era un país caro en comparación con el resto del mundo. El chiste era
que los pobres se iban de vacaciones a Uruguay, la clase media a Brasil y los ricos
se quedaban en la Argentina.
La confianza se fue deteriorando a lo largo de 1980, con la crisis bancaria el banco
Central tuvo que desprenderse de reservas acumuladas en años anteriores.,
nuevas medias se anunciaron en julio de 1980: reducir el déficit fiscal,
levantamiento de trabas para tomar crédito externo, con una respuesta efímera en
corto plazo de los capitales externos. En Febrero de 1980 una devaluación no
programada del 10% acabó con la tablita.

Política comercial: de la apertura exportadora a la avalancha importadora

A lo largo de la corta administración Videla-Martínez de Hoz la apertura de la


economía al mercado internacional ge tema de debates solo superado por la lucha
contra la inflación. El hecho más recordado de esa época es la avalancha
importadora, aunque también la producción de bienes exportables aumentó con
Martínez de Hoz, con los cultivos principales y el agregado de la soja. La
exportación de vio favorecida por un acontecimiento externo, en 1980 EEUU
impuso un embargo cerealero a la Unión Soviética por su intervención en
Afganistán, Argentina decidió abstenerse en este embargo y comenzó a vender
cereales a Rusia lo cual continúo consolidándose como un cliente potencial de la
Argentina al igual que en las políticas peronistas
En cuanto a las importaciones la reducción gradual de aranceles la favoreció y
evitó un mal mayor para los sectores que competían con las importaciones y se
fomentó la inversión para importar bienes de capital reduciendo las tarifas
arancelarias de esos bienes. Además se protegió con una ley de promoción
industrial a las actividades nuevas y un régimen especial para la industria
automotriz. La pregunta histórica es porque esta estrategia de apertura gradualista
desembocó en un aluvión de importaciones y en un creciente desequilibrio
comercial? La respuesta es que no pueden juzgarse las políticas específicamente
comerciales como algo aislado, pasando por alto las potentes influencias de la
macroeconomía. El más perjudicado fue el sector industrial por la competencia
extranjera al comprar productos con un dólar bajo.
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Luego del recambio presidencial llegaría la oportunidad de una reversión global de
la economía.

Cuando el tipo de cambio importa

Sólo tres ramas industriales mantenían una protección efectiva: textil y papelera y
actividades agropecuarias. El atraso cambiario ge muy pronunciado y produjo
caídas en el crecimiento económico. El final del gobierno de Videla coincidió con el
desmoronamiento de las que habían sido sus principales políticas. La tablita se
abandonaba y el sistema bancario estaba frágil, era insostenible una apertura
comercial combinada con el retraso cambiario. Quedaba para los sucesores de
Martínez de Hoz una empresa ingrata: administrar una economía inflacionaria,
endeudada y recesiva.
Crisis sobre crisis

Desde el punto de vista económico el trienio 1981-11983 ge similar a los años


finales de Isabel Perón con una sucesión de ministros y planes volteados por la
crisis económica y política de turno, agregándose una fuga de capitales, deuda
externa pronunciada lo mismo que la deuda privada y recesión productiva.
Así dadas las cosas se puso en marcha un control de las tasas de interés para
amortiguar la recesión productiva. Al poco tiempo u golpe acabó con la
presidencia de Viola. Desde el punto de vista estrictamente económico Malvinas
no ge el impacto exterior más importante de 1982, sino la crisis de la deuda
latinoamericana, cuando México se negó a pagar su deuda y ello cortó todas las
posibilidades de tomar nuevos préstamos del exterior.

Las cuentas del Proceso

El endeudamiento no era solo un problema de los que debían sino una amenaza
para toda la economía. Particularmente las obligaciones con el exterior eran de
gran peso, encarecidas por la depreciación cambiaria y las altas tasas de interés
internacionales. Las deudas de las empresas locales con los bancos también
ponían en jaque al sistema financiero.
A mediados de 1982 El Ministro Dagnino Pastore y Domingo Cavallo presidente del
Banco Central y sucesores de Alemman iniciaron una redistribución de riqueza
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favorable a los deudores cosa que mejoraba a su vez la situación de los bancos a
quienes el Banco Central otorgaba nuevos créditos con tasas de interés negativas.
El futuro gobierno democrático recibiría una herencia pesada: para cumplir con
sus compromisos debería conseguir suficientes recursos fiscales y además obtener
un superávit comercial, heredaba también una economía que se había
acostumbrado a vivir con inflación.. No era poca carga para una democracia de la
que se esperaba casi todo.

Nuestra larga década pérdida

En los 80 los países latinoamericanos vivirían su década perdida marcada por la


crisis de la deuda mientras que Europa y los EE UU iniciarían una nueva expansión.
Solo Argentina combinaría lo peor de cada época (1970 y 1980) estancamiento en
los 70 y recesión en los 80.
Cerrado el ciclo del Proceso era difícil encontrar un aspecto de la economía que
hubiera avanzado algo 1979 tuvo un efímero momento de gloria, con inflación
baja y el producto creciendo. Cuando en 1983 llega la democracia la Argentina
próspera de los años 60 no era más que un recuerdo que sucumbió en 1974
Se esperaba que la democracia resolviera no solo los problemas económicos sino
los de salud, educación, el tiempo iba a demostrar que ello era más difícil de lo
que se había pensado en los aires optimistas de la nueva democracia.

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