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Este hecho marca su definitiva ruptura con la medicina alopática, a la que vuelve
resueltamente la espalda para intentar buscar los fundamentos de una nueva medicina.El 22
de junio de 1874 surge en su espíritu la genial idea que iba a revolucionar la concepción misma
de la medicina. Crea por primera vez el término Oteopatía.
Sus colegas y el clero le rechazan inmediatamente, ya que su forma de terapia y los resultados
probatorios que produce son asimilados a una práctica satánica. Conoce entonces una gran
soledad y múltiples dificultades financieras. La enfermedad, el agotamiento y la ingratitud le
obligan a cambiar de región.
Se instala en Kirksville donde su reputación de médico osteópata rebasa pronto las fronteras
del Estado. Ante el creciente número de peticiones de tratamiento y no pudiendo hacer frente
a ellas, enseña la osteopatía a sus hijos, los cuales realizan paralelamente estudios musicales.
A.T.STILL funda en 1882 la primera escuela de osteopatía del mundo, la American School of
Osteopathy, en Kirksville, donde enseña, además
de las ciencias fundamentales, anatomía y
fisiología, sus teorías de la salud y la enfermedad y
el método que había creado y perfeccionado.
Todos los colegios de medicinas no alopáticas, como los de Homeopatía, se ven obligados a
cerrar sus puertas. Se prohíbe la apertura de nuevos colegios de osteopatía. No obstante los
colegios osteopáticos que venían funcionando hasta esa fecha pudieron seguir impartiendo sus
enseñanzas.
En 1917 la A.M.A., se opone a que los osteópatas curen a los heridos de guerra. Ésto
desencadena protestas por parte de los osteópatas y de gran parte de la sociedad, lo cual
origina que el presidente ROOSEVELT intervenga y se posicione a favor de la osteopatía.
El informe FLEXNER no fue abolido hasta 1969, y no fue hasta 1974 cuando California, último
Estado de los Estados Unidos, legitimizó la osteopatía.
En 1917, Andrew Taylor STILL fallece a la edad de 90 años. En esta fecha, el movimiento
osteopático ya estaba lanzado por todos los Estados Unidos. Más de 5000 osteópatas ejercían
por toda USA. La segunda generación de grandes osteópatas toma el relevo.
HISTORIA DE LA QUIROPRAXIA.
La quiropraxia no se convirtió en una ciencia válida hasta finales del siglo XIX. La terapia
manipulativa, se desarrolló en muchas formas en los siglos anteriores. En Europa, el arte de la
manipulación lo practicaron personas a las que se llamó «reductores o componedores de
huesos». La reducción ósea era un arte que se transmitía en forma familiar. Estos
componedores de huesos fueron muy conocidos como curanderos, obteniendo gran respeto y
consideración en las artes curativas.
A finales de 1895 o principios de 1896, las teorías de Palmer habían progresado aún más.
Basándose en la premisa de que la inflamación sucedía cuando las estructuras anatómicas
desplazadas rozaban entre sí, causando fricción y calor, buscaba recolocar manualmente las
partes del cuerpo para prevenir la fricción y el desarrollo de tejido inflamado. El primer
beneficiado de esta nueva estrategia fue un conserje del edificio donde Palmer dirigía su
centro de 40 habitaciones. El paciente Harvey Lillard decía en el nº de enero de 1897 de The
Chiropractic
Sus alumnos le enseñaban a sus esposas a sus familiares y a sus amigos y así fue como fue
creciendo la profesión. Cualquiera que terminaba el curso ponía un letrero y se consideraba un
quiropráctico sin tener mucha experiencia.
Y así fueron surgiendo cientos mas no tenía ningún tipo de control ningún tipo de licencia u
organización que los controlara. Esto fue el comienzo de la casi desaparición de la Quiropraxis
en USA.
Dr. Palmer era un hombre de fuertes convicciones y con una lengua irreprimiblemente afilada,
y divulgó sus opiniones sobre los horrores y abominaciones de la medicina establecida en un
folleto del tamaño de un periódico (sucesivamente conocido como The Educator, The
Magnetic Cure, y después, The Chiropractic) que llegó a miles en Davenport y las comunidades
de alrededor. D.D. Palmer atraía la controversia.
Las asociaciones médicas de esa época se sintieron amenazadas y comenzaron a atacar a los
quiroprácticos.
En esa época los acusaban de practicar medicina sin licencia y los metían presos por 30 Días,
60 Días y 90 Días.
Varios estudiantes, algunos de ellos médicos y osteópatas. El joven Dr. B.J. Palmer, recién
graduado de la institución de su padre se quedó para dirigir la Palmer School.
Desde 1913, cuando su padre murió, BJ fue el claro líder de la mayoría de la profesión
quiropráctica. Dedicó mucho tiempo a construir medidas legales para defender a los muchos
miles de quiroprácticos que eran arrestados por ejercer la medicina sin autorización.
Salió un libro que sugería que la filosofía y la práctica de los quiroprácticos eran
“independientes y distintas” de cualquier otra profesión. El término “Filosofía” se hizo
significativo para los quiroprácticos, y poco después la Palmer School empezó a dar el título de
“Filósofo de la Quiropráctica” (Ph.C.).
Vía aferente y vía eferente: los tipos de fibras
nerviosas
Explicamos las funciones de las fibras nerviosas de nuestro sistema nervioso central.
Resulta natural asociar los conceptos "neurona" y "cerebro". A fin de cuentas, las neuronas son
el tipo de célula al que normalmente atribuimos la posibilidad de pensar, razonar y, en general,
realizar tareas relacionadas con el intelecto.
Sin embargo, las neuronas también son una parte esencial de los nervios que recorren todo
nuestro cuerpo (junto a las células gliales). No resulta extraño, si tenemos en cuenta cuál es la
función de estas fibras nerviosas: hacer que cierto tipo de información viaje a través de
nuestros órganos y tejidos celulares. Ahora bien, aunque todas estas vías de transmisión de
datos hacen básicamente lo mismo, existen ciertos matices y diferencias entre ellas que hacen
posible que las podamos clasificar según su función. Por eso hablamos de la diferencia entre la
vía aferente y la vía eferente.
Esta última parte del sistema nervioso, llamado sistema nervioso periférico, es donde se
encuentran las vías aferentes y las eferentes, que son los canales de entrada y de salida del
sistema nervioso central, respectivamente.
Así pues, por las vías aferentes viaja toda la información que entra a través de las neuronas
sensoriales, es decir, las que transforman la información que recogen los sentidos y las
transforman en impulsos nerviosos. En cambio, las vías eferentes son las encargadas de
propagar los impulsos eléctricos que están destinados a activar (o desactivar) ciertas glándulas
y grupos musculares. De este modo, si nos quisiéramos ceñir a un esquema explicativo simple
sobre lo que es una aferencia y una eferencia, diríamos que la primera informa al sistema
nervioso central sobre lo que ocurre en el resto del cuerpo y en los datos acerca del entorno
que este recibe, mientras que las neuronas eferentes se ocupan de "transmitir las órdenes" e
iniciar la acción.
Del mismo modo, la palabra aferencia sirve para designar a la información que viaja por estas
vías del sistema nervioso periférico, mientras que el término eferencia se utiliza para referirse
a la salida (o output) de datos que va desde el sistema nervioso central hasta fibras musculares
y glándulas encargadas de liberar todo tipo de sustancias y hormonas.
La distinción entre lo aferente y lo eferente es muy útil para entender cómo percibimos y
actuamos sobre el entorno, pero también puede resultar bastante problemático porque es
fácil confundir ambos términos y utilizarlos para designar lo contrario de lo que se quiere
decir.
¿Neuronas peones?
Las vías aferentes y eferentes hacen pensar en un funcionamiento jerarquizado del sistema
nervioso: mientras que unos grupos neuronales informan sobre lo que pasa en el resto del
cuerpo y transmiten órdenes para poner en práctica planes, estrategias y protocolos de
actuación, otros realizan la toma de decisiones y dan las órdenes que otras cumplirán. Sin
embargo, el funcionamiento de nuestro sistema nervioso no es tan simple como se puede
intuir en esta visión tan esquemática de los viajes que realiza la información nerviosa a lo largo
y ancho de nuestro cuerpo, por dos motivos básicos
El primero es que las neuronas aferentes y eferentes no se limitan a transmitir información de
manera pasiva: también hacen que esta se transforme. Lo que llega a la médula espinal y a las
glándulas y los músculos es una ráfaga de datos cuya forma depende en buena parte de cómo
ha encontrado todas y cada una de las neuronas por las que ha viajado.
El segundo motivo es que, si bien es cierto que la toma de decisiones depende más del cerebro
que de las redes neuronales del sistema nervioso periférico, no está claro quién manda sobre
quién, porque todas ocupan un lugar en un ciclo de datos. A fin de cuentas, las neuronas
aferentes mandan una información al encéfalo sin la cual no se pueden iniciar planes de
acción, y el modo en el que las vías eferentes transmitan la información tendrá un impacto
sobre el cuerpo y el entorno que luego afectará a las neuronas aferentes y, por lo tanto, al
cerebro. Pensemos, por ejemplo, en el hecho de guardar una caja de galletas para no caer en
la tentación de picar entre horas: una modificación del entorno hace que luego pensemos y
sintamos de manera distinta a como lo haríamos con la caja de galletas a la vista.
En definitiva, puede que las neuronas aferentes y eferentes tengan una tarea más simple y
fácil de estudiar que la de las células nerviosas del encéfalo, pero siguen teniendo un papel
vital en nuestro día a día.
Qué es Esfínter:
Esfínter es el nombre que recibe, en Anatomía, el músculo anular que se encuentra
ubicado en el orificio de una cavidad del cuerpo, cuya función es abrirse y se cerrarse,
permitiendo o impidiendo el paso de una secreción o sustancia hacia otra cavidad o
hacia el exterior.
En este sentido, los esfínteres pueden cerrarse para retener sustancias, secreciones o
excresencias dentro del cuerpo o dentro de un órgano determinado, o bien abrirse,
permitiendo que estas sustancias que pasen de un órgano a otro, o bien que sean
expulsadas del cuerpo. En el cuerpo humano existen más de cincuenta esfínteres.
La palabra, como tal, proviene del latín sphincter, y este a su vez del griego σφιγκτήρ
(sphigktér), y pasó al español con su sentido original.
Esfínter esofágico
Esfínter pilórico
Esfínter vesical
El esfínter vesical es aquel ubicado en la vejiga urinaria que controla el paso de la orina
desde ésta hasta el conducto uretral.
Esfínter uretral
Como esfínter uretral se denomina aquel que se encuentra ubicado en la uretra y que,
en el proceso de la micción, controla la expulsión de la orina fuera del cuerpo.
Esfínter anal
El esfínter anal es aquel que controla la expulsión de materia fecal del cuerpo. Existe
un esfínter anal interno, que forma parte del extremo final del aparato digestivo, y uno
externo, que es el anillo muscular ubicado en la parte más baja del recto, cuya función
es cerrar el ano.
Esfínter de Oddi
Esfínter precapilar
Se denomina esfínter precapilar a la fibra muscular lisa que rodea al capilar, y que se
abre y se cierra en el momento del paso de la sangre.
Esfínter ileocecal
Epiglotis
La epiglotis es el esfínter, ubicado al final de la lengua, que evita que los alimentos
entren en la laringe y en la tráquea cuando comemos o tragamos algo.
Como control del esfínter se denomina la capacidad del ser humano para poder
contraer o relajar a voluntad los músculos del esfínter. Siendo de particular
importancia el esfínter anal y el vesical, que son los que impiden el paso hacia el
exterior de excreciones de materia fecal o secreciones de orina.
Como tal, se hace mucho énfasis en el control del esfínter durante la temprana niñez,
cuando es necesario que el niño empiece a desarrollar control sobre sus esfínteres. Por
lo general, los niños empiezan a desarrollar esta capacidad entre los 18 y 24 meses de
vida.
Por otro lado, en muchos adultos mayores es común que ocurra una pérdida paulatina
de control sobre los esfínteres. Asimismo, hay personas que padecen una patología
que les impide controlar sus micciones que se denomina incontinencia.
Grupo
MASOTERAPIA
Anatomìa y fisiología humana