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EL AUTOCUIDADO FÍSICO

-El autocuidado es una forma propia de cuidarse asi mismo


por supuesto literalmente, el autocuidado es una forma de
cuidado a sí mismo.

La teoría del Autocuidado, tiene su origen en una de las más


famosas teoristas norteamericana, Dorotea Orem, nacida en
Baltimore, Estados Unidos. "El autocuidado es una actividad
del individuo aprendida por éste y orientada hacia un objetivo.
Es una conducta que aparece en situaciones concretas de la
vida, y que el individuo dirige hacia si mismo o hacia el
entorno para regular los factores que afectan a su propio
desarrollo y actividad en beneficio de la vida, salud y
bienestar."*
El concepto básico desarrollado por Orem es que el
autocuidado se define como el conjunto de acciones intencionadas que realiza la persona para controlar los
factores internos o externos, que pueden comprometer su vida y desarrollo posterior. El autocuidado por tanto,
es una conducta que realiza o debería realizar la persona para sí misma.

Uno de los supuestos que de aquí se desprenden es


que todos tenemos la capacidad para cuidarnos y este
autocuidado lo aprendemos a lo largo de nuestra vida;
principalmente mediante las comunicaciones que
ocurren en las relaciones interpersonales. Por esta
razón no es extraño reconocer en nosotros mismos
prácticas de autocuidado aprendidas en el seno de la
familia, la escuela y las amistades.
¿Qué es el ciberacoso?
El ciberacoso puede ser el tipo de ataque en línea más pernicioso, ya que los acosadores, que suelen ocultarse
tras personalidades falsas, tienden a aprovecharse de las inseguridades o debilidades personales de la víctima
para humillarla y causarle daños psicológicos. El ciberacoso suele consistir en el envío de mensajes
amenazantes o en la publicación de fotografías o vídeos humillantes de la víctima en redes sociales. En
ocasiones, incluso se crean páginas web sobre la víctima. Como a menudo vemos en los periódicos, el efecto
del ciberacoso puede ser devastador y, en ocasiones, incluso mortal.

¿De dónde proviene el ciberacoso?


El ciberacoso lo practica la misma gente indeseable que
acosa en la vida real. Personas que quieren abusar de
su poder y elevar su status en las redes sociales
denigrando y humillando a otros, especialmente si
consideran que la otra persona es más débil o creen que
puede representar una amenaza. Los ciberacosadores
pueden realizar publicaciones anónimas, esconderse
tras identidades falsas o incluso utilizar su identidad real
sabiendo que no se van a enfrentar cara a cara con sus
víctimas. Muchos de ellos dicen o publican cosas en
línea que jamás se atreverían a decir en la vida real.

¿Cómo se reconoce el ciberacoso?


Cualquier mensaje hiriente, degradante o amenazante
enviado a través de un medio electrónico es ciberacoso.
Esto incluye la publicación de fotos o vídeos humillantes
en sitios web púbicos como Facebook o YouTube sin el
consentimiento del interesado. También se consideran
ciberacoso los perfiles o sitios web falsos que tienen por
objetivo exponer la privacidad de alguien o invadirla de
algún modo. Aunque las herramientas y los trucos
implicados en el ciberacoso parecen obvios, lo más difícil para combatirlo puede ser la vergüenza o timidez de
las víctimas para admitir que están siendo acosadas.

¿Cómo puede detener el ciberacoso?


Desgraciadamente, mientras haya gente
indeseable, nunca se podrá acabar
totalmente con el ciberacoso. También
puede ser difícil parar el contenido creado
por los ciberacosadores (publicaciones,
sitios web o vídeos en los que se ataque a
la víctima), ya que el proceso para que los
administradores borren dicho contenido
puede ser largo y difícil. Además, es
probable que cuando llegue ese momento,
ya se hayan hecho y distribuido copias del
material, lo que significa que es
prácticamente imposible eliminarlo
definitivamente.

¿Cómo se puede evitar el ciberacoso?


 Bloquee las cuentas que los ciberacosadores utilizan para difundir su odio
 Denuncie a los ciberacosadores ante los proveedores de servicios, como Facebook o Twitter
 Proteja todas sus contraseñas y proteja su teléfono mediante contraseña

Protéjase contra el ciberacoso
Cualquiera que tenga un smartphone, una tablet o un equipo informático y que utilice Twitter, WhatsApp,
Snapchat, Facebook, YouTube o cualquier otro servicio de redes sociales, puede ser víctima de ciberacoso.
Por supuesto, la mejor forma de evitar este acoso es no utilizar ningún tipo de red social, pero sin duda, esa es
una medida demasiado drástica. Es mejor simplemente hablar con las personas que le rodean y animarles a
pedir ayuda si consideran que están siendo objeto de acoso en Internet. Recuerde: los acosadores no suelen
actuar durante mucho tiempo.
¿Qué es el ciberbullying y cómo detectarlo?

El daño intencional y repetido que lleva a cabo un menor o grupo de menores hacia otro menor mediante el uso
de medios digitales.
 Daño: la víctima sufre un deterioro de su autoestima y dignidad personal; esto daña su estatus social,
provocándole un daño psicológico, estrés emocional y rechazo social.
 Intencional: el comportamiento es deliberado, no accidental.
 Repetido: no es un hecho aislado, se repite en el tiempo.
 Medios digitales: el acoso se lleva a cabo a través de ordenadores, teléfonos, y otros medios digitales, lo
que lo diferencia del acoso escolar. Muchas veces el inicio del ciberbullying es un acoso escolar (bullying).
No hay un perfil para sufrir ciberacoso escolar.
Cualquiera puede ser víctima. Sin embargo, muchos de
los patrones se repiten.
En general, suele haber algo más de un tercio de casos
de ciberbullying que tienen una historia de bullying
anterior. Muchas de las víctimas que sufren acoso en la
escuela, suelen sufrirlo también on line.
Asimismo, el ciberbullying puede ocurrir de forma
separada del bullying. No tener amigos, una escasa red
social, una baja autoestima, no ser capaz de defender
los propios derechos y tener otros problemas asociados,
niños con necesidades educativas especiales y/o el que manifiesta o al que se le supone determinada
orientación o identidad sexuales distintas a la predominante en el grupo, han sido factores relacionados con ser
víctima de ciberbullying.
Como padres, hay que estar atentos a las señales que nos puedan alertar de que nuestro hijo está involucrado
en un caso de acoso: tanto en el papel de víctima, como de acosador u observador.
¿Cómo puedo sospechar que mi hijo está
siendo víctima de ciberacoso escolar?
Tanto en el bullying como en el ciberbullying
hay signos que nos deben hacer pensar que
algo está ocurriendo.
- Lo primero que suelen notar los padres es que
su hijo tiene un cambio brusco en su
comportamiento: o se aísla y no quiere
relacionarse o se manifiesta retador con los
padres junto a la aparición de cambios
importantes en sus preferencias y actitudes.
Los padres suelen resumir la situación en “mi
hijo no era así, parece otro niño”.
- Ausencias repetidas a clase justificadas o injustificadas.
- Bajo rendimiento escolar y dificultad para la concentración.
- Cambios o pérdida de amistades repentinamente.
- Afectación de la salud: la mayor parte de veces la víctima vive la situación sin decir nada generando un
gran estrés psicológico. Cuando esto ocurre, llega un momento que el cuerpo responde con síntomas
tensionales: dolor de cabeza, de barriga, mareos, cambios en el hábito intestinal, vómitos o insomnio, entre
otros. Todos estos síntomas aparecen de forma brusca y sin causa aparente. A veces son las primeras señales
que, detectados por los padres pueden ser motivos de consultas pediátricas, y son catalogados de tensionales
o psicosomáticas al no encontrarse un diagnóstico tras ser investigados.
- Cambios de humor inexplicables.
- Cambios en el patrón de uso de las nuevas tecnologías: cese o aumento del tiempo que pasan con ellas,
ocultación de las actividades que realizan en internet. Y si se les pregunta por ello se muestran esquivos o
irritados, evitan conectarse a internet cuando están acompañados, se ponen nerviosos o tensos con sólo oir el
sonido del teléfono.
¿Cómo puedo saber que mi hijo está acosando a otro por internet o es observador?
Detectar al acosador y al observador es mucho más difícil, porque los cambios pueden ser muy sutiles y más
lentos. La mayor parte de casos se saben cuando la víctima cuenta lo que le ha pasado. Pero hay señales que
nos pueden poner en alerta:
 Irritabilidad que va cada vez a más.
 Fracaso escolar.
 Absentismo escolar.
 Alteración del sueño.
 Alteración de los horarios y cantidad de comida que ingieren. «No se apaga el teléfono móvil» nunca,
ni por la noche.

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