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ETHOS Y PATHOS.

EL DISPOSITIVO DE ARGUMENTACIÓN MULTIMODAL


EN CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER

FORTE, Diego Luis


Universidad de Buenos Aires
dforte@filo.uba.ar

Resumen

La construcción emocional en discursos públicos constituye una muy importante


pauta para la lectura del texto proferido verbalmente. Las emociones manifestadas durante
el acto representan una marca de la actitud del hablante frente a sus propias palabras. De
acuerdo a la idea desarrollada primeramente por Aristóteles, el discurso público se
constituye a partir de la unidad del logos, ethos y pathos. Esto graficaría así la estrecha
relación entre la forma y el contenido del discurso político por un lado, y la construcción
del ethos y las emociones por el otro. Maingueneau (2005) sostiene que la capacidad de
persuasión de un discurso se encuentra en su poder para lograr la identificación del
destinatario a través de, entre otros elementos, movimientos corporales investidos de
valores históricamente codificados
A partir de su asunción como presidenta de la nación el factor emocional ha sido un
elemento importante en las apariciones en público de Cristina Fernández como parte de su
estrategia para lograr empatía con su destinatario colectivo. Considerando el modelo
propuesto por Ekman (2003) para la descripción de reglas de exhibición para emociones, y
el marco teórico provisto por Maingueneau (1992) el presente trabajo se propone analizar la
construcción del ethos y el pathos como un dispositivo de argumentación multimodal en el
discurso denominado “El dolor”, emitido en cadena nacional luego del fallecimiento de
Néstor Kirchner. Postularemos que el mencionado discurso pone el acento en lo emocional
volviendo accesorio el contenido verbal, utilizando como principales herramientas
argumentativas las marcas emocionales no verbales.

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El concepto de ethos
La noción de ethos, como hemos mencionado, proviene de la retórica clásica.
Aristóteles (trad. 2007) enumera tres formas para persuadir al destinatario: ethos, pathos y
logos:
“las primeras están en el carácter moral del orador, las segundas, en disponer de alguna
manera al oyente, y las últimas se refieren al discurso mismo, a saber, que demuestre o
parezca que demuestra (2007: 56)
El ethos o carácter moral del orador es la imagen que este construirá a través de su
manera de decir (gestos, entonación, postura, etc.) Es una forma básica de legitimación. El
acento está puesto en uno de los polos de interlocución: el enunciador.
Los oyentes también pueden ser persuadidos mediante el pathos o la emoción. Aquí
se tiene en cuenta el otro de los polos del discurso: el destinatario o auditorio. Se apela a las
pasiones que se suscitan en los oyentes por medio del discurso. Finalmente, cuando se
enfatiza el valor demostrativo del discurso, la persuasión descansa en el logos, es decir, en
lo enunciado, en el discurso mismo.
Maingueneau (2005) relaciona el ethos con la construcción de la identidad del
enunciador en el propio acto de enunciación:
“el enunciador debe legitimar su decir: en su discurso se otorga una posición
institucional y marca su relación con un saber. Pero no se manifiesta claramente como un
rol y un estatuto, sino que también se deja aprehender como una voz y un cuerpo”
(Maingueneau, 2005: 246-247)
El ethos se trasluce en el tono, el cual se apoya a su vez en una doble figura del
enunciador: todo discurso es una representación del cuerpo de su garante, a quién se le
atribuye un carácter (haz de rasgos psicológicos) y una corporalidad (rasgos físicos y
manera de moverse, vestirse, etc.). Estas dos instancias se relacionan con estereotipos y
representaciones sociales de una determinada comunidad, que son los que limitan o
condicionan la manera en que se construye el ethos y por lo tanto, su mayor o menor
eficacia en cuanto a poder de persuasión. El ethos participa de determinada escenografía o
situación de enunciación del discurso, definida como “escena de la enunciación misma”. El
proceso es paradójico, ya que determinada escenografía legitima un discurso y, a su vez, es
legitimada por el enunciado.

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Las emociones
Las emociones pueden considerarse dentro del ethos en tanto manifestación y dentro
del pathos en tanto evocación. La manifestación de una emoción es parte de la puesta en
escena, por ende, la manifestación correcta de la emoción correcta, en el momento
adecuado puede evocar esa emoción en el destinatario / auditorio.

Marco teórico
El análisis de las estrategias argumentativas se realizará de acuerdo con la propuesta
de Charaudeau y Maingueneau (2005). Asimismo también se tuvieron en cuenta postulados
de Halliday en Language as social semiotics y Ekman 2003, Emotions Revealed para las
emociones.

El discurso
Bitonte (2010) afirma que la retórica de Cristina Fernández se caracteriza por la
utilización de la anástrofe e índices de co-enunciación. De acuerdo con esta autora durante
el período que se abre con el fallecimiento de Néstor Kirchner se produce una
transformación en el ethos de la presidenta. Hasta ese momento su discurso se organizaba
en torno a la idea de competencia, a partir de relaciones de saber y de “carácter”. Con el
fallecimiento de Néstor se inicia una etapa en la cual el vínculo con el auditorio comenzará
a simetrizarse, generando un ethos humanitario (Charaudeau, 2005).

- Se incrementan las instancias de interacción, acortando la distancia entre el orador y


su auditorio. En este discurso, por tratarse de una transmisión en cadena nacional,
además de haber sido pronunciado con motivo de la muerte de Néstor, no
encontramos instancias de interacción pero sí complicidad con el auditorio, guiños
humorísticos y expresiones de afecto para cerrar la brecha con el público:
o 39. Hasta también las otras camisetas
o 40. Que me regalaron
o 41. Que no eran de
o 42. Que eran de otros partidos
o 44. A él el fútbol le gustaba mucho

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- Preguntas retóricas dirigidas a la 2da. Persona que implican, además de la
interpelación, la asunción de saberes compartidos. Aquí casi no hay. Es casi un
discurso prototípico unidireccional. Solo en un momento clave se inserta la
apelación a una segunda persona del plural, quebrando el tono ceremonial:
o 96. Pero déjenme
o 97. Decirles
o 98. desde este miércoles además de esa inmensa responsabilidad, <que
siempre sentí y ejercí con mucho amor, con mucho corazón, con mucha
convicción, con mucha pasión,> siento otra gran responsabilidad

- Acentuación de las instancias de diálogo a partir de la reposición de elementos


implícitos.
o 99. Que es la de
o 100. Hacer honor a su memoria
o 101. Y hacer honor a su gobierno
o 102. Que transformó
o 103 y cambió el país
- El discurso también incluye críticas: hace mención indirecta a un adversario que no
se determina explícitamente sino a través de una mención a sus palabras:
o 8. he leído
o 9. o escuchado
o 10. Que este es mi momento más difícil
Y en las cláusulas siguientes refuta al adversario, sin nombrarlo explícitamente,
o 11. En realidad es otra cosa
o 12. Es mi momento más doloroso
o 13. El dolor es algo diferente a las dificultades o adversidades.

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Refuerzos kinésicos y proxémicos. Manejo de gestos y espacio
Los principales elementos que enmarcan la emocionalidad del discurso y aportan tanto
a la dimensión ethica como a la dimensión pathémica son el tono y color de la voz y las
marcas emocionales en gestos faciales y corporales.

- Mientras pronuncia las cláusulas 2, 4, 11, 19, 29, 48, 71, 83 se acomoda el pelo. En
algunos casos con la mano, en otros solo sacude la cabeza.
- Con frecuencia rompe el contacto visual con la cámara: 3, 4, 10, 11, 14, 16, 17, 21,
23, 37, 44, 47, 50, 57, 60, 63, 64, 65, 81, 82, 89, 95, 98, 104, 105.
- Gesticulación con las manos:
o Ilustradores: 13, 26, 27, 30, 31, 36, 85
o Manipuladores: 29, 48, 50, 51, 52, 53, 64, 83
o Otros: 3, 12

Estos elementos se asocian normalmente con el nerviosismo. Más allá de la


intencionalidad del hablante o de un análisis emocional de tipo psicológico (Ekman, 2003),
estos elementos muestran a una persona conmovida emocionalmente. Quizás el caso de los
ilustradores no es el más prototípico pero no deja de ser llamativo que la mayor cantidad de
gestos realizados con las manos sean manipuladores (movimientos con mayor o menor
grado de inconsciencia). Estas son marcas emocionales que aparecen en momentos de
turbación en el discurso, en momentos donde el dolor es el tema principal de la narración.
Cuando el orgullo es el tema dominante se produce un giro del rostro a tres cuartos de
perfil, en cláusulas 52, 53, 54, 56, 86, 87, 101. El las cláusulas 2, 11, 19, 71, 29, 83 también
se enumeran hechos que producen orgullo pero sin el movimiento de cabeza antes
mencionado.
En la cláusula 13, mientras pronuncia las palabras achica los ojos como los animales
a la hora de atacar (Ekman, 2003). Luego, inmediatamente, en la cláusula 14 levanta la
mirada hacia arriba, aliviando la tensión creada en 13 por la mirada de ataque. En la
cláusula 15 afirma “el dolor es otra cosa”. Aquí no está formulando su argumento como una
opinión, utiliza cláusulas relacionales para universalizar su argumento, reforzándolo con

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una mirada directa hacia la cámara. Luego en 16, 17, para hablar de algo personal desvía la
mirada nuevamente. En 18 y 19 los movimientos de mirada, cara, cabeza y pelo mientras
habla de algo personal construyen la imagen del dolor. La sociedad occidental establece que
no es políticamente correcto mantener absoluta entereza ante la pérdida de un esposo.
Menos si se posee un cargo público (en cuyo caso es útil mostrar algo de dolor para
humanizar la imagen) y aún menos si es mujer. Debe mantenerse una posición media entre
el dolor y la entereza.
El discurso puede dividirse en distintas partes, determinadas por un tipo de
manifestación emocional particular para cada parte:

- Narración personal: Quiebre emocional. 1-6 / 12-22.


- Formulación de adversario y refutación: 8-11 / 49-56
- Narración: 57
- Agradecimiento: 58-106

Siendo mujer en el poder, esposa del ex presidente fallecido, debe construir una
posición que oscile entre la pena y la mesura para poder influir positivamente y despertar
simpatía en el auditorio (apelación a la emocionalidad del auditorio: 6-22, 49-66, 67-106).
El efecto usual buscado por la mayoría de los discursos políticos es aumentar la carga
emocional para apelar a los sentimientos del auditorio. Pero aquí, si bien el texto estricto es
mayormente carga emotiva, se intenta minimizar la carga emotiva extra discursiva, es decir
proxémica y kinésica, es decir, se evidencia un intento de contención de la emocionalidad.

Conclusiones
Lo emocional manifestado y lo evocado cumplen la misma función dentro del
discurso político, independientemente de la intencionalidad del hablante. El complemento
entre elementos de carácter verbal y elementos de carácter no verbal sella unívocamente la
interpretación del discurso, definiendo su utilidad en el plano social (político). Así, las
estrategias discursivas complementadas con las exhibiciones emocionales corporales
otorgan al discurso un sentido definido que es difícil poner en duda, limitando de manera
determinante las posibilidades de interpretación.

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Bibliografía
Angenot, M. (2008) Dialogue des sourds. Traité de rhétorique antiloque. Paris : Mille et une nuits.
Amossy, R. El pathos o el rol de la emociones en la argumentación.
Amossy, R. El ethos oratorio o la puesta en escena del orador.
Aristóteles (2007) Retórica. Madrid: Gredos.
Bitonte, María Elena (2010) “Ni unidos ni dominados, sencillamente sordos. Algunas
peculiaridades de la retórica de Cristina Fernández”, Congreso regional de la cátedra UNESCO en
lectura y escritura: “Cultura Escrita y Política Pedagógicas en las Sociedades Latinoamericanas
Actuales”, Universidad Nacional de General Sarmiento, Agosto.
Bitonte, María Elena (2012) “Algunas peculiaridades de la retórica de Cristina Fernández. Post-
scriptum: El uso de índices de co-enunciación como maniobra estratégica”
Charaudeau, P. (2005) Le discours politique. Les masques de pouvoir. Paris : Vuibert.
Eggs, E. (2011) “La producción de emociones en el discurso político: las técnicas retóricas de Bush
y Obama” en Revista Versión No. 26, Junio.
Flax, R. (2012) “La generación del bicentenario en el discurso de Cristina Fernández”. Trabajo
presentado en el XIII congreso de la Sociedad Argentina de Lingüística.
Flax, R. (2012b) “El lugar de los jóvenes en el dispositivo de ennciación de Cristina Fernández”
Maingueneau, D. (2005) Ethos discursivo. San Pablo: Contexto.
Maingueneau, D. (1992) « Le tour ethnolinguistique de l’analyse du discours » en Langages 105,
114-125.
Romano, M.B. (2010) “La construcción del ethos en el discurso inaugural del Cristina F. de
Kirchner” en Forma y Función, Santa Fe de Bogotá, D.C. Vol 23 No. 2 Julio/Diciembre.

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