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GUÍA ACADÉMICA

CUMBRE EXTRAORDINARIA DE LAS AMÉRICAS


IV SAN VICENTE DE PAUL INTERSCHOLASTIC MODEL OF
UNITED NATIONS 2018

Asesor Académico:
Br. Valeria Tamborino
Presidente de Mesa:
Br. Aaron Huerta
Vicepresidente de Mesa:
Salvador Hernández

Maracaibo, noviembre de 2018


CARTA DEL PRESIDENTE DE MESA

Estimados delegados, me es placentero darles la bienvenida al comité de la Cumbre


Extraordinaria de las Américas, desarrollada en la IV edición del San Vicente de
Paul Interscholastic Model of United Nations celebrado en el 2018, es menester
mencionar que es un honor para mi persona, poder fungir en esta oportunidad como
moderador principal del debate y servir de instrumento para el mejor provecho de la
temática por parte de los delegados, quienes indudablemente son los protagonistas
del comité, además, en el marco del Modelo de las Naciones Unidas; el
protagonismo deviene precisamente de su esencia.

Las dictaduras como la corrupción siempre han existido a lo largo de la historia


política universal, sin embargo, en tiempos contemporáneos, se ha visto una
proliferación de “mandatarios” que han desfigurado la razón de ser del Estado,
convirtiendo la megalomanía y el delito en dogma principal, además de común, en
sus respectivos gobierno, presenciando las dictaduras institucionales del siglo XXI
como la formula totalitaria de más efectividad por la tiranía.

No espero más que la excelencia académica, disciplinaria y más que todo humana,
en los últimos años los Modelos de Naciones Unidas lamentablemente se han
tomado como una competencia mayoritariamente desleal, donde el hecho de ganar
vale más que cualquier persona, experiencia e incluso disfrute propio, el Modelo de
las Naciones Unidas está hecho para crear lazos de cooperación, intercambio
cultural y crear experiencias inolvidables; no para fungir como la cuna de tiranos
como los que han destruido nuestro país, esto es para ustedes y solo para ustedes,
entendiendo lo común del desconocimiento de la democracia y cotidianidad de la
corrupción como el cáncer que nos ha destruido como sociedad y como persona.

Sin más a que hacer referencia, deseándoles los mayores éxitos.

Me despido,

Aaron V. Huerta F.
DESCRIPCIÓN DEL COMITÉ

CAMBIO DE PARADIGMA NOMOCRÁTICO DEL ESTADO LEGAL DE


DERECHO AL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

Según García Pelayo, el Estado de Derecho es la concreción en una etapa


histórica en la cual el pode está investido en las normas – de ahí proveniente la
locución nomos relativo a la norma, y kratos referido al poder – es una noción propia
del derecho continental que equivale dentro de los sistemas anglosajones o sus
símiles al conocido como rule of law, donde la diferencia sustancial radica en que
dentro de la modalidad de Estado mencionada su fundamento se encontrará
siempre en la Ley o norma iusfundamental, y en el segundo ambiente mencionado
se encuentra fundamentado en las decisiones judiciales, en observancia a los
jueces como sujetos que garantizan el equilibrio entre el legislador y el
administrador.

El Estado de Derecho se encuentra fundamentado en los siguientes puntos:

1. La libertad como la dignidad humana son incompatibles con la sumisión de


un hombre a otros hombres: alude estrictamente al menoscabo de los dos
conceptos mencionados de forma primigenia cuando se encuentran en un
contexto de tiranía y no democrático.
2. Sólo el imperio de normas abstractas e impersonales aseguran o garantizan
un orden justo y seguro de la convivencia política: se hace referencia a la
sumisión de la actuación pública netamente a la Ley y al Derecho, debido a
que estos tienen por objeto la justicia, concepto definido como: situación
jurídico – axiológica en la cual el particular detenta distintas prerrogativas o
facultades circulantes entre los conceptos de libertad, igualdad y propiedad;
conforme a la dignidad humana que configura acciones u omisiones del
individuo como del Estado con el fin de asegurar la equidad entre los
ciudadanos garantizando su libertad en el marco del Sistema Jurídico con
respecto a los derechos de sus símiles, presente desde el hecho social que
da origen a una norma hasta las consecuencias jurídicas originadas por la
aceptación de la norma jurídica o la transgresión de ella. Sin embargo, se
debe resaltar este concepto de justicia como una noción objetiva, partiendo
de ello, se puede definir entonces la justicia subjetiva como aquella relación
de la persona con esta realidad y la forma positiva en que la hace suya y la
vuelve un hábito (si dicha absorción de la realidad se considera negativa se
estaría frente a una injusticia), comprendiendo el carácter bifronte de la
justicia como fenómeno jurídico para conservar la paz y la convivencia social
entre los hombres que se organizaron en una de las instituciones, entendidas
según Enrique Neira como aquellas formas de organización social que se
vuelven trascendentales en el tiempo y son de uso común por los individuos,
por ejemplo: la familia, en este caso el Estado como una de las más antiguas
de todas.
3. El antagonismo entre el kratos, y el nomos, el primerio de forma obligatoria
siempre debe sujetarse o someterse al segundo: premisa que sirve de
fundamento del principio de legalidad en el ámbito público, el cual refiere que
todo aquello que no se encuentre permitido por la Ley, se encuentra prohibido
(para el Estado), a diferencia de su igual en el ámbito privado, se entiende
que todo lo que no se encuentre expresamente prohibido en la norma está
permitido.

Sin embargo, para llegar a esta concepción contemporánea como bien se


expresa en el inicio de este punto, se tuvo una gran diversidad de cambios para que
se tuviera la figura actual del Estado de Derecho, es decir, en primer lugar se
concluye que esta tipología institucional es consecuencia de diversos hechos
sociales conforme a la evolución política, sociológica y jurídica del hombre.

En primer lugar encontramos al Estado liberal, el cual nace en el Siglo XVIII,


surge con el propósito de corregir los vicios del Absolutismo Monárquico,
caracterizado principalmente por la concentración de todas las potestades públicas
en la persona del Rey, trayendo a colación una de las frases más célebres de Luis
XIV que dice: “el Estado soy yo”, que desembocaba en el abuso de autoridad y
limitaciones o restricciones a las libertades ciudadanas, este sistema se encuentra
caracterizado por:
- Reconocimiento de los derechos individuales como un dogma: observamos
como la idea de derechos naturales supera a la figura romana de derecho
natural, donde en la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano
de la revolución francesa, se construye el esquema que los derechos no son
simples inventos, sino que resultan inherentes a la conducta del hombre,
especialmente el derecho de propiedad.
- Desarrollo del derecho privado: especialmente del derecho civil, de ahí
provienen los primeros códigos, entendidos los mismos como recopilación de
diversas normas para poder crear una sola reguladora de carácter general,
no implica que el Estado se inmiscuye en la vida privada de los particulares
sino que se crean normas para garantizar más libertades.
- Confianza extrema en la figura del legislador: se tiene la creencia que el
legislador lo sabe todo debido a que el mismo en su trabajo posee la
obligación de describir conductas positivas para asegurar la convivencia
política, por ende, se sobreentiende que el parlamentario debe ser el más
sabio de todos los hombres.
- Propugnación de un Estado abstencionista: quizás la característica más
resaltante de esta etapa, se consideraba que la garantía o tutela de las
libertades o derechos individuales fundamentales consistía en dejar de forma
libre las distintas fuerzas sociales y económicas.

Posteriormente, de acuerdo a Risso, distintos movimientos sociales y


condiciones humanas dan pie a la caída del régimen liberal del Estado, nace el
Estado Social de Derecho en el siglo XX, surge del propósito de corregir los errores
del Estado Liberal, forma el grado máximo de intervencionismo , transformándose
en un Estado de Bienestar (utopía iuspolítica que hace referencia a un Estado que
todo lo puede y satisface todas las necesidades de sus ciudadanos, resuelve todos
los problemas). Dicha forma de Estado posee las siguientes características:

- Reconocimiento de los derechos económicos, sociales y culturales: se da la


aparición de los llamados derechos de segunda generación, existe una
valorización de la educación, trabajo, vivienda y demás prerrogativas
consideradas como naturales al hombre.
- Complementariedad entre los principios de igualdad formal e igualdad
material: el primero de ellos implica que todas las personas son iguales ante
la Ley, mientras que el segundo implica la materialización de la igualdad
formal; a través de la equiparación o nivelación de la situación de las
personas que se hallan en una posición desventajosa económica y social,
mediante un conjunto de actuaciones positivas por parte del Estado, dirigidas
a satisfacer sus necesidades básicas. Ej.: creación de centros clínicos y
hospitalarios asi como escuelas públicas, en relación a la tutela del derecho
a la salud y a la educación.
- Traslado de la confianza o estimación social del legislador al administrador o
ejecutivo: se da el mismo caso que en el Estado anterior, se entiende que el
legislador no lo sabe todo, sin embargo, se considera que el administrador
todo lo puede, se observa una figura increíble de confianza plena y absoluta
a lo que en nuestros tiempos se llamaría al Jefe de Gobierno, llámese
Presidente o Primer Ministro.
- Propugnación de un Estado activo o planificador: también llamado como
Estado intervencionista, que lleva acabo políticas públicas positivas
destinadas a brindar tutela a los derechos reconocidos en el marco de este
contexto socio-político.

En el mismo orden de ideas, a finales del siglo XX y a inicios del siglo XXI,
debido a las distintas crisis económicas y políticas ocasionadas por la idea de que
el Estado es capaz de garantizar la tutela de los derechos fundamentales sin una
necesidad de la participación del sector privado. Se entiende como derechos
fundamentales a criterio de esta Mesa Directiva como: derechos subjetivos,
prerrogativas, facultades, poderes cívicos; correspondientes de forma universal a
todos los seres humanos en función del perfeccionamiento de su vida y satisfacción
de necesidades, en razón al estado humano, personal y político del sujeto de quien
se trate en un status iusfundamental, oponibles al Estado, quien posee la obligación
de respetar y garantizar, cuya eficacia se enmarca en la existencia de un sistema
democrático sustancial garantista.

Caracterizado por los siguientes elementos resaltantes dentro de esta etapa:

- Transformación del Estado de Bienestar al Estado de Malestar: con esto se


refiere a que se entiende que el Estado en efecto no lo puede todo y existe
una aceptación tácita de la necesidad de colaboración por parte de la
sociedad civil para cumplir con los fines del Estado – a saber, fungen como
fines del Estado y del Derecho mismo alcanzar la justicia, la seguridad
jurídica y el bien común – afectando claramente el actuar influenciable del
mismo.
- Reconocimiento de los Derechos Humanos: se observa como se abandona
el concepto de derechos naturales y empieza a emplearse y desarrollarse la
concepción de derechos humanos como aquellos inherentes a la dignidad
humana, empleando también otros conceptos tales como derechos
fundamentales.
- Pluralismo político: se abandona la tiranía de los sistemas políticos
unipartidistas, donde diversas ideas, entre ellas; la Democracia, coge un
auge enorme y se constituyen los sistemas bipartidistas y pluripartidista,
donde la libertad de expresión e integración de distintas ideologías
yuxtapuestas forman un criterio democrático y de control sobre el Estado.
- Traslado de la confianza social del administrador o planificador al juez: se da
una sustitución del actor principal de los asuntos público del ejecutivo al juez,
quien como se explicó anteriormente es quien debe velar por el equilibrio
entre las distintas manifestaciones del poder político en el Estado.

Lo explicado constituye descripción de las formas del Estado a través de la


historia desarrollada por Risso, García Pelayo desarrolla una investigación parecida
como evolución histórica del paradigma de la legalidad o modelo legal, en el Estado
Liberal podemos ver una lucha incansable contra el rey en virtud de las libertades
individuales fundamentalmente, por lo cual el poder debe ejercerse con sujeción al
derecho y a garantizar un orden que permita el desarrollo de las libertades humanas
y la participación ciudadana en la formación de la Ley. La actuación de la
Administración está limitada a actuaciones de carácter benéfico que no le permiten
intervenir en la esfera jurídica de los particulares.

En el Estado Legal de Derecho, se asocia con la dimensión social explicada


anteriormente, caracterizado por actuar de forma directa en el desarrollo de los
asuntos públicos y mantener vigente la idea de estar legitimado por unos valores
que lo trascienden, es decir, la actuación de la Administración está determinada por
una suerte de pretensión estimativa, esto es, informada o influenciada por un
conjunto de valores compartidos por la comunidad política y por una ley inspirada
en postulados axiológicos, es decir, en valores; sometida a un procedimiento
concreto previo que permita la discusión en el seno de un organismo con pluralidad
política, basado en reglas de abstracción y generalidad.

En la proyección del positivismo jurídico, se asocia igualmente con el Estado


Social de Derecho, destacado por su uso en el siglo XX, en el cual la Ley se concibe
como un mero acto normativo y emanado de un parlamento, desinformada de
postulados axiológicos, y fundamentado en le principio de la legalidad que comporta
la sujeción de la actuación de la Administración a la Ley, la reserva legislativa de la
restricción de los derechos fundamentales; y el control judicial de la actuación de la
Administración por parte de una jurisdicción, entendida como aquella facultad que
tiene el Estado para impartir justicia por parte de una competencia contencioso-
administrativa, es decir, aquel medio por el cual se puede demandar al Estado.

Sin embargo, este Estado legal empezó a tener una decadencia considerable
después de la primera mitad del siglo XX, como consecuencia de la pérdida de la
confianza y legitimidad de los ciudadanos a raíz de los crímenes y atrocidades que
se cometieron en el marco de la Primera y Segunda Guerra Mundial, que
consiguieron su fundamento a justificación en la misma Ley, identificada en la última
formulación histórica del Estado Legal de Derecho únicamente desde el punto de
vista lógico-formal (acto normativo emanado del parlamento), sin influencia alguna
de los elementos axiológicas y con prescindencia absoluta de un previo
procedimiento que garantizara la discusión. Trajo como consecuencia la
transformación del Estado Legal de Derecho al Estado Constitucional de Derecho.

Este último da origen a la idea de Constitución, entendida como una norma de


carácter fundamental que constituye la base o el cimiento de la organización política,
de acuerdo a la Mesa Directiva, se funda en el reconocimiento del carácter
normativo de una Constitución que reconoce derechos fundamentales, regula el
ejercicio del Poder Público y es receptora de valores y principios comunes de una
comunidad que van a legitimar o validar como criterios de racionalidad, el
ordenamiento jurídico, y a los fines de hacerlo apto para tutelar las necesidades
básicas de las personas.

Para García Pelayo, el Estado Constitucional de Derecho, aparte de basarse


en una Constitución que protege los derechos fundamentales, se caracteriza por:

- Promulgación del Principio de Constitucionalidad: resulta de una garantía


que solo puede hacerse efectiva a través de la jurisdicción constitucional, y
está fundada en dos proposiciones básicas, que son:
a) Supremacía Constitucional: es la cualidad política de la Constitución, según
lo cual es la base fundamental de la organización política.
b) Supralegalidad constitucional: es la garantía jurídica de la supremacía
constitucional, según la cual la Constitución es una verdadera norma jurídica
que impera, desde el punto de vista lógico formal, sobre el resto de los actos
normativos del Estado.
- Articulación de una Jurisdicción Constitucional: es el proyecto de un cuarto
poder conformado orgánicamente por cortes o tribunales constitucionales
que, para garantizar la supremacía y la Supralegalidad constitucional, tiene
como competencia la defensa de los derechos fundamentales, el control de
la constitucionalidad de las leyes y demás actos dictados en ejecución directa
e inmediata de la Constitución, así como la resolución de los conflictos
constitucionales que se susciten de forma vertical u horizontal entre los
poderes constituidos del Estado.
Es importante resaltar este punto debido a que en la constitución de esta forma
de Estado, se visualiza un Estado democrático garantista donde pueden existir los
mecanismos y medios necesarios para que puedan plantarse barreras contra
estribas subjetivas antidemocráticas que corrompan el sistema y den pie al
desplazamiento de un Estado democráticamente organizado.

LA CORRUPCIÓN COMO FACTOR DESESTABILIZADOR DE GOBIERNO Y


CÁNCER DE LAS AMÉRICAS

En los últimos años, la corrupción, o también llamada delincuencia de cuello


blanco, ha fungido como el protagonista de los escándalos públicos de diferentes
Estados que integran a Latinoamérica, con posterioridad LATAM; extendiendo sus
tentáculos desde el orden interno estatal hasta relaciones comerciales ilícitas
internacionales proyectando un esquema metastásico de expansión de la mano de
Altos Funcionarios e inclusive mandatarios de los Estados, que incansablemente
Jefes de Gobierno que aspiran a un posible cambio bajo el velo de su mandato crear
nuevas formas de desestabilizar los distintos medios por los cuales puede originarse
esta institución de carácter penal.

En la sociología criminal de acuerdo a la teoría de la asociación diferencial, se


destacan puntos característicos sobre la corrupción o delincuencia de cuello blanco
que plantean cuando se está frente a este tipo de delito, entendido como delito toda
conducta antijurídica sancionada por leyes penales de un Estado con el fin de
asegurar la convivencia social realizado por un sujeto llamado victimario contra otro
sujeto llamado víctima, transgrediendo un bien jurídicamente tutelado, teniendo
como características los postulados siguientes:

 El delito es cometido por una persona de cierta respetabilidad.


 El autor del hecho punible pertenece a un estatus social elevado.
 Comete el delito en el ejercicio de su profesión.
 El hecho constituye una violación de la confianza depositada en el agente.

Siempre el agente de corrupción es un sujeto relacionado con otros individuos


sometidos a necesidades y valores centrados en el dinero y el consumo, de forma
que aprende el comportamiento criminal por interacción personal con los miembros
del grupo en los que prevalecen las interpretaciones desfavorables a la Ley frente
a las favorables legislativas, según Jurado.

Se observa claramente como esta confianza depositada en tal caso por la


Nación se configura en el momento que el ciudadano participa en un proceso
electoral y elige ciertamente a un candidato, en el momento que este acepta el cargo
de acuerdo a las formalidades de Ley, se convierte en mandatario y representante
de sus electores, a quien principalmente en este ámbito se le ha dado la confianza
para que administre el tesoro nacional principalmente, entre otras cosas.

De acuerdo Mark Wolf, una llamada “corrupción menor”, a la cual ciudadanos


de muchos países se enfrentan a diario, por ejemplo con exigencias de pagos de la
policía o para obtener servicios públicos, advirtiendo la existencia de un nivel
superior llamado: Gran Corrupción, que desemboca en el abuso de un cargo público
para beneficio privado por parte de lideres de una nación, dicha corrupción es
extraordinariamente costosa en términos de dinero, pero también en términos de
daños infligidos a derechos humanos. He aquí donde se trata de un problema que
va más allá de América Latina y recorre el mundo.

El costo de la corrupción es difícil de cuantificar porque se trata de dinero


inexistente o bloqueado para evitar su descubrimiento, sin embargo, la organización
Global Financial Integrity indicó que América Latina perdió el equivalente a 3% de
su Producto Interno Bruto en fondos financieros ilícitos que salieron anualmente de
la región entre dos mil tres (2003) y dos mil doce (2012). Dentro de diversos
estudios, en el Latinobarómetro en el años dos mil diecisiete (2017) la corrupción
figuraba en el cuarto lugar de los problemas más importantes mencionados por la
gente en dieciocho (18) países de la región, en conjunto, y en casos específicos
como Brasil, Colombia y Venezuela.

Esta misma encuesta indicó que el año pasado la satisfacción con la


democracia cayó a 30% entre latinoamericanos y la idea de que se gobierna para
un cuantos grupos poderosos en su propio beneficio, llegó a un 75% de apoyo, el
mayor registro dado desde el año dos mil cuatro (2004). Destacando dentro del caso
Odebrecht como conclusión que las obras públicas son un foco de corrupción muy
grande en América Latina y en el mundo, donde el financiamiento de la política es
otro punto en el cual hay poca transparencia.

La Gran Corrupción tiene su caldo de cultivo en países donde los gobernantes


controlan a la justicia, los fiscales y la policía para evitar que actúen en contra de
sus intereses, esto ocurre sobre todo en regiones en vía de desarrollo per algunos
advierten que naciones ricas mantienen centros financieros atractivos para enviar
fondos de la corrupción. Países del Caribe.

Aunado a ello, al estar presente la característica de propagación por parte de


las relaciones de confianza con otros funcionarios, es clara una extensión de este
tipo de delito, trayendo a colación el Caso Odebrecht, como principal ejemplo de la
susceptibilidad de los sistemas, así como la discutible madurez política de los
electores para sancionar a su nuevo líder. En estado crítico se encuentra LATAM
en este asunto, de acuerdo al último informe de la Organización No Gubernamental
Transparencia Internacional, el Estado con mayores índices de corrupción es
Venezuela, seguido posteriormente por Haití, Nicaragua y Guatemala.

Diversos intentos por Estados de la región para atacar este asunto se han
manifestado pero de una forma muy tenue, destacando la operación Lava Jato que
afortunadamente ha tenido un impacto en doce (12) países de la región,
desembocando incluso en la investigación criminal de trece (13) exmandatarios y
un (01) vicepresidente. En Perú se ve precisamente los procesos y procedimientos
investigativos contra Alberto Fujimori y su asesor Vladimiro Montesinos,
específicamente en el Estado incaico cuatro (04) expresidentes han sido señalados
por sus implicaciones en el caso Odebrecht, incluso Pedro Pablo Kuczynski dimitió
de la Presidencia de la República por la presión a la cual estaba sometido por el
Congreso en virtud de los vínculos con la compañía brasilera.

Alejandro Toledo se encuentra incluso prófugo de la justicia y está acusado de


recibir un soborno de veinte (20) millones de dólares de la constructora; Alan García
está siendo investigado por financiamiento de su campaña en el año dos mil seis
(2006), y Ollanta Humala, que estuvo en prisión preventiva, ahora está libre pero
sigue bajo el punto de mira de la justicia peruana por supuestamente haber recibido
dinero de la citada sociedad mercantil, incluso esta última admitió haber pagado
más de 3.000 millones de dólares en América Latina según la Agencia France-
Presse.

Jorge Glas, el vicepresidente de Ecuador durante el mandato de Rafael


Correa, fue condenado a seis (06) años de prisión por delito de asociación ilícita. El
panameño Ricardo Martinelli fue extraditado el pasado mes de junio desde los
Estados Unidos de América. El salvadoreño Elías Antonio Saca está en prisión
desde hace casi dos (02) años y su sucesor, Mauricio Funes, se encuentra prófugo
en Nicaragua. En Colombia, Juan Manuel Santos también fue apuntado por esta
situación. En Brasil, Lula da Silva fue incluso condenado a doce (12) años y un (01)
mes de cárcel por corrupción pasiva y blanqueo de capitales. La ronda de la
sospecha también ronda a la exmandataria Dilma Rousseff, quien fue destituida por
el Congreso en el año 2016 como también se encuentra involucrado su
vicepresidente Michel Temer.

Se evidencia incluso además el caso del exgeneral guatemalteco Otto Pérez


Molina quien fue encarcelado por un fraude aduanero conocido como “La Línea”, el
cual despertó multiplicidad de protestas por todo el país centroamericano, siendo
detenido posteriormente en este año al exmandatario Álvaro Colom, por un fraude
millonario. Incluso se destaca la investigación en Argentina sobre Cristina
Fernández de Kirchner, resaltando que no se trata de un problema episódico sino
sistémico, y como solución a esta enfermedad por la cual está atravesando la región
se deben adoptar medidas para generar institucionalidad con un marco normativo
adecuado.

Con toda esta ejemplificación se busca demostrar como esta enfermedad se


va propagando por toda la región, resaltando que los únicos afectados por esta
problemática son los mismos ciudadanos quienes compadecen las faltas de sus
gobiernos, y además, es claro que entendida la corrupción como menoscabo a la
dignidad humana, lleva a todas las personas a un estado personal de miseria, el
ejemplo más polémico de dicha situación es la crisis política venezolana.
LA DEMOCRACIA Y EL PAPEL DE LAS DICTADURAS INSTITUCIONALES DEL
SIGLO XXI

La idea esencial de la democracia ha sido muy discutida en los últimos tiempos


consiste en principalmente en que los ciudadanos tienen el derecho a determinar
quién les gobierna, como derecho principal de la independencia, donde la libertad,
igualdad, propiedad y rebelión resultan como sustento de la misma soberanía de
una Nación, haciéndoles responsables de sus acciones. Las democracias imponen
también límites legales a la autoridad del gobierno, garantizando ciertos derechos y
libertades a sus ciudadanos. La democracia puede adoptar varias formas y adquirir
distintos significados para diferentes personas.

Y la misma es poseedora de determinados fines, funciones o ventajas;


específicamente cuatro (04), que corresponden o dan pie a la paradoja de la
democracia, que radica en posiciones contrarias de las mismas funciones, la
paradoja central de la democracia es que sus instituciones y prácticas pueden ser
ignoradas, subvertidas o manipuladas de forma que contradigan sus propósitos
básicos. Así, la democracia puede corromperse y producir resultados que vulneran
totalmente sus objetivos. Cada uno de los propósitos que acabamos de enumerar
tiene su opuesto correspondiente., los cuales son:

- La Participación Política: mejorar la calidad de vida y la dignidad del


ciudadano individualmente considerado, el hábito demócrata da apertura a
que los ciudadanos puedan de forma significativa en los asuntos de su
comunidad públicos de mayor relevancia, expresar opiniones y tener voz y
voto en las decisiones de sus gobiernos. Proporciona espacio para la libertad
individual y promueve la igualdad política sobre la base de un ciudadano, un
voto. La democracia tiene una dimensión profundamente moral de la que
carecen las dictaduras, con su tendencia a ignorar, reprimir o tratar de forma
violenta a la población. Pudiendo visualizar entonces a la democracia no
como un valor en sí mismo, sino un sistema de gobierno que dentro de sí es
contenedor de una gran complejidad de criterios axiológicos. En contra
posición de ello, La participación política por ejemplo puede quedar lejos de
su potencial: inmigrantes, menores de edad y las mujeres, no hace tanto,
estaban excluidos de esta participación. Muchas personas deciden no
participar (por desafección o apatía), salvo para votar cada 4 años. Además
puede ser difícil conocer o hacer cumplir la voluntad general. Los liberales (o
neoliberales) defienden un Estado que no intervenga en los asuntos sociales
y económicos porque es poco democrático porque limita la capacidad de la
población para controlar su propio destino. Sin embargo,
los socialdemócratas defienden que la democracia requiere que toda la
población tenga ciertos derechos sociales y económicos fundamentales
(educación, asistencia médica o vivienda) porque una sociedad construida
sobre desigualdades no es una sociedad democrática. Es preciso pues, un
Estado intervencionista, con el poder e ingresos fiscales suficientes para
garantizar un nivel de vida decente. Por tanto, si una sociedad está
totalmente dividida sobre el papel fundamental del Estado, ¿qué es la
voluntad general?
- Cumplir con la Voluntad General de la Ciudadanía: Otro de sus propósitos
consiste en discernir y hacer cumplir los deseos de la comunidad, lo cual
constituye prácticamente la consecución de los fines esenciales del Derecho
y del Estado, ya que fomenta un debate abierto sobre los programas y las
políticas alternativas y permiten a los ciudadanos elegir entre candidatos que
representan posiciones políticas diversas, si efectivamente a democracias
netamente electorales se refiere. Las democracias también permiten que los
ciudadanos se informen y que consideren tanto a los cargos electos como a
los funcionarios y empleados públicos responsables de sus actos. En
contraposición de ello, a veces la población está tan dividida sobre un asunto
controvertido que ni siquiera cabe alcanzar un consenso que englobe a la
mayoría. Los políticos suelen estar divididos porque los ciudadanos que les
eligen también lo están. El bloqueo o el punto muerto de la democracia es un
fenómeno frecuente. En otros casos, la voluntad general puede ser incluso
demasiado clara y reflejar, por ejemplo, el deseo de la mayoría para
discriminar a las minorías. El principio democrático del gobierno de la
mayoría comporta así el riesgo de producir la tiranía de la mayoría.
- Limitación del Poder: Un tercer propósito de la democracia es limitar el
poder político por medio del fenómeno jurídico pragmáticamente hablando.
Al imponer límites legales a la autoridad de los cargos públicos, se controla
el poder coercitivo del Estado. La democracia fomenta la pluralidad y
contrarresta la influencia de los sectores o colectivos sociales
privilegiados. En contraposición, la limitación del poder también puede
resultar difícil. Una vez elegidas, las élites gobernantes suelen disfrutar de
considerable poder discrecional. La burocracia o los tribunales pueden llegar
a tener una autoridad escasamente sometida a control. La financiación de
partidos hace aumentar el poder del dinero en el proceso político y engrasa
las ruedas de la corrupción haciendo gastar el dinero del Estado en proyectos
que beneficien a sus propios clientes políticos. En suma, el abuso de poder
es menos flagrante en una democracia que en una dictadura, pero las
democracias tampoco están exentas de esta lacra.
- Reducción de Antagonismos Sociales: Por último, la democracia intenta
reducir los antagonismos sociales, es decir, vaciar las desigualdades sin
sentidos planteando una equidad dentro de las distintas condiciones
humanas que se encuentren. Cuando los diversos grupos participan con el
voto y son oídos, se les proporciona una oportunidad de obtener algo. Los
grupos enfrentados negocian y establecen acuerdos porque saben que
participando en el juego democrático consiguen cosas, proporcionando
incentivos para sustituir la confrontación por la cooperación. En
contraposición, la democracia puede intensificar y perpetuar los conflictos
sociales en lugar de atenuarlos. La libertad de expresión da a los diferentes
grupos la oportunidad no sólo de reivindicar sino de criticar y lanzar
acusaciones abiertas, avivando así las llamas de la discordia.

La misma democracia, es poseedora de cuatro (04) facetas fundamentales de


acuerdo a Sodaro, las cuales constituyen escenarios en los cuales evidentemente
la democracia está presente, o elementos característicos de subsistencia que
manifiestan ideales democráticos, primera (I) faceta, la existencia de la soberanía
popular, entendido como el derecho de las personas de gobernarse así
mismas, ejercitable controlando directamente al gobierno o articulando
mecanismos efectivos para hacer a su gobierno responsable ante ellos, como por
ejemplo es el caso de la realización de elecciones periódicas; segunda (II) faceta,
el respeto y garantías de los derechos y libertades básicas por parte del Estado,
existiendo normas jurídicas y morales que empoderan al ciudadano y lo establecen
dentro del entramado de la relación jurídico-administrativa por ejemplo en una
posición activa contra el Estado quien no debe más su existir que al propio individuo;
tercera (III) faceta, la predominancia de los valores o cargas axiológicas
democráticas, como lo son la armonía, la tolerancia, la justicia y el compromiso, con
el fin último de garantizar ese pacto por el cual se dio la organización del Estado; y,
la cuarta (IV) faceta, correspondiente a la adecuación del sistema de gobierno a una
democracia económica, que establece los criterios de justicia e igualdad como
criterios de gobierno para la democracia.

Ahora bien, las democracias se ven envenenadas por las dictaduras, no hace
mucho tiempo que la puesta en escena de un golpe de Estado significaba sacar
tanques a las calles o lanzar una masiva revuelta popular para derrocar a un
gobierno y reemplazarlo por otro. Pero eso es muy del siglo XX. Lo que sucede
ahora es mucho más gradual, pero no menos eficaz. La complacencia es costosa.
Los movimientos tempranos exigen una respuesta firme.

Los dictadores modernos no derrocarán a otro gobierno. Lo que hacen es hacerse


cargo del sistema de gobierno. Como hemos visto en los autócratas, desde Nicolás
Maduro, en Venezuela, hasta Vladimir Putin, en Rusia; Recep Tayyip Erdogan, en
Turquía; Daniel Ortega, en Nicaragua, y otros en diferentes etapas de este proceso,
el secreto está en manipular las normas democráticas, usándolas hasta dejarlas
como una delgada cáscara, un escudo cosmético que contiene sólo los restos
destruidos de la democracia.
Sus historias ofrecen una antología de cuentos cautelosos llenos de información útil
para las personas que quieren salvar a sus Estados de un destino similar. Los
autócratas se mueven y comienzan lentamente a desmontar el sistema. En primer
lugar, ganan una elección, luego comienzan a desacreditar a la oposición,
manchando y socavando a la prensa libre, inventando "enemigos del pueblo" en
casa para socavar las críticas de los críticos. Las amenazas extranjeras también
son útiles, especialmente si los autócratas pueden afirmar que tienen aliados al
acecho en la patria.

Acusar a la oposición o a los medios de comunicación de ser parte de una "élite" o


de ser un "Estado profundo", le permite a un autócrata señalar a aquellos que
denuncian los problemas como portadores de segundas intenciones. Esto impide
que el público preste atención a sus argumentos y sus advertencias. Entonces, el
autócrata y su equipo sistemáticamente desmantelan la independencia del poder
judicial y, en última instancia, el estado de derecho.

En poco tiempo, el líder democráticamente o pseudo democráticamente elegido es


indistinguible de un dictador. Cuando la mayoría de la gente se da cuenta de lo que
ha sucedido, es demasiado tarde para echar para atrás. De hecho, para entonces,
el líder, en pleno control de una narrativa falsa, también puede ser enormemente
popular. Un gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo se convierte en un
aparato de protección del gobierno de un individuo o partido. Es decir, a menos que
la gente note las señales de advertencia temprano y actúe para prevenirlo.

Mantener el apoyo popular no siempre es posible, especialmente cuando la mala


gestión económica es tan desastrosa como lo que ha sufrido el pueblo venezolano.
Bajo el gobierno del presidente Nicolás Maduro, la catástrofe económica ha
alcanzado profundidades inimaginables. Es mucho peor que la Gran Depresión,
amplificada por una criminalidad fuera de control. Sin embargo, Maduro, que fue
ungido por el fallecido presidente Hugo Chávez, está haciendo lo que sea necesario
para mantenerse a sí mismo y a su Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)
en el poder.
La reciente elección de una Asamblea Constituyente, claramente fraudulenta, está
destinada a perpetuar el control del partido. Los líderes de la oposición están en
prisión, los medios de comunicación independientes han sido paralizados por una
ley que prohíbe noticias de que "fomenten la ansiedad de los ciudadanos" o "que
irrespete la autoridad". Y el Tribunal Supremo, como prácticamente todas las demás
instituciones, trabaja a instancias del presidente.

El proceso en Venezuela tiene sus propios rasgos locales, pero se parece mucho a
lo que hemos visto en otros países donde los autócratas han surgido de un capullo
democrático, sólo para aplastarlo. Consideremos a Rusia, donde el presidente
Vladimir Putin ha mantenido el poder desde la víspera de Año Nuevo de 1999. Él
asumió sistemáticamente todas las palancas del poder. Aquellos que se atrevieron
a desafiarlo enfrentaron horribles destinos, desde el encarcelamiento en Siberia,
como sufrió su crítico Mikhail Khodorkovsky, hasta muertes misteriosas, como la de
la periodista Anna Politkovskaya, quien en 2006 fue asesinada en su apartamento
en el cumpleaños de Putin tras informar sobre actos de corrupción.

Putin, como Erdogan y Chávez, se benefició de grandes mejoras en las condiciones


económicas anteriores en su gobierno. Eso ayudó a consolidar un núcleo de
seguidores leales. Pero los votantes rusos no querían ver su democracia robada.
Cuando las fraudulentas elecciones parlamentarias de 2011 dieron el control del
Parlamento al partido Rusia Unida, de Putin, se dieron las protestas más grandes
desde la caída de la Unión Soviética. Tres meses después, Putin ganó su tercera
elección presidencial.

Para entonces, Rusia estaba bien encaminada hacia la completa dominación por
parte de Putin. Desde sus primeros días se movió a tomar el control de los medios
de comunicación y el mensaje.

La televisión estatal, la principal fuente de noticias del 90% de la población, se


convirtió en una fuente de propaganda del Gobierno. Los medios de comunicación
independientes fueron desapareciendo gradualmente. La oposición ha sido en gran
medida amordazada, el poder judicial ya no es independiente, y la verdadera
democracia es un sueño que se desvanece.

De esta situación se desprenden diversas formas de dictadura, de las cuales en los


tiempos contemporáneos se destacan:

- Las Narcodictaduras: Hace décadas germinaron en América Latina,


gobiernos autoritarios, oprobiosos y corruptos, imponiendo falsas ideologías
y supresión abusiva de libertades. Los Castro, en Cuba; los Chávez-Maduro,
en Venezuela; en la Nicaragua de Ortega, con herencia sandinista; Morales,
en Bolivia y por supuesto Correa, en Ecuador y largos etcéteras. Todos
embobados con el Socialismo del Siglo XXI. Lo sucedido en Venezuela, con
otro fraude escandaloso y controversial en elecciones del “especialista”
Maduro, es la continuación de la tragedia social, política, económica y de la
más dolorosa crisis humanitaria que vive ese país. Similar panorama se
presenta en Nicaragua con el dictador y genocida Ortega. Venezuela y
Nicaragua, son pueblos que anhelan el ideal de una sociedad democrática y
libre, en la cual puedan vivir en armonía y con iguales oportunidades y
derechos. Pero esa legítima aspiración se ve truncada por la fatídica
presencia de dictadores que impiden la convivencia pacífica. Cuentan
además, con estamentos sumisos y cómplices, como los Consejos
Electorales y Asambleas, pero para el expresidente Correa son una maravilla
y funcionan a la perfección, solidarizándose con el régimen corrupto de
Maduro. Inaceptable la presencia de este señor en ese país. Se suma a esto,
la triste y penosa posición de autoridades ecuatorianas, con
pronunciamientos tibios y ambiguos. Nosotros, el pueblo, somos solidarios
con la causa venezolana-nicaragüense.
- Las Dictaduras Militares: Como se ha documentado, la mayor parte de los
dictadores militares en América Latina fueron formados en la Escuela de las
Américas, institución que en el contexto de la Guerra Fría garantizó la
fidelidad de los ejércitos latinoamericanos a la política exterior de los Estados
Unidos.45 En el caso de América Latina se usó habitualmente como pretexto
la amenaza del comunismo. La dictadura militar típica en América Latina es
dirigida por una junta o un comité integrado por la dirección del Estado
mayor de los militares. Así fue como ocurrió en Argentina, entre 1976 y 1983,
años en que fue gobernado por juntas militares integradas por los más altos
representantes del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea. En este caso, el
presidente de la junta, primero entre iguales, suele asumir a menudo
personalmente la jefatura del estado, pero luego va rotando. Así ocurrió con
el general Jorge Rafael Videla, quien asumió el poder en Argentina tras
el golpe de Estado de 1976, y en cierta forma con Juan María
Bordaberry en Uruguay entre 1973 y 1984, aunque allí hubo civiles que
oficiaron de "fachada" cívico-militar. En Chile la situación con el entonces
dictador y militar, Augusto Pinochet Ugarte, quien ostentó el poder en ese
país entre 1973 y 1990 fue algo diferente, ya que asumió en el mismo
contexto de presidente de la Junta, pero luego consolidó el poder en torno a
su figura y lo ejerció hasta el final del período, prolongándose incluso
como senador vitalicio en la transición a la democracia. Algo muy parecido
realizó Dési Bouterse en Surinam. Otras están en las manos de un solo
oficial, generalmente el comandante en jefe del ejército. Ese fue el caso
de Bolivia, con la dictadura del general Hugo Banzer, entre 1971 y 1978.
En Paraguay sobrevivió como dictador militar el general Alfredo Stroessner,
quien gobernó ese país durante treinta y cinco años, desde 1954 hasta 1989.
En República Dominicana, Rafael Trujillo gobernó el país desde 1930 hasta
su asesinato en 1961. También fue el caso de Perú con el dictador Juan
Velasco Alvarado, desde 1968 a 1975, denominado Gobierno
Revolucionario de las Fuerzas Armadas, luego gobernado por Francisco
Morales Bermúdez. En Ecuador, Guillermo Rodríguez Lara gobernó
desde 1972 hasta 1976. En Colombia, entre 1953 y 1957 el general Gustavo
Rojas Pinilla ejerció el poder en el país. Otro dictador militar que se mantuvo
por mucho tiempo fue Anastasio Somoza García, quien
gobernó Nicaragua entre 1936y 1956 y estableció una dinastía familiar que
gobernó el país hasta 1979. En Brasil en 1964 se produce un golpe de estado
con el derrocamiento del gobierno de João Goulart. Se inicia una dictadura
que durará hasta 1985. En Venezuela, el general Marcos Pérez
Jiménez gobernó el país entre 1953 y 1958 hasta ser depuesto por un golpe
de estado, perpetrado por sectores descontentos dentro de las Fuerzas
Armadas de Venezuela. Como todas las dictaduras, una dictadura militar
puede ser oficial u oficiosa (algunos dictadores militares, como Omar Torrijos
Herrera y Manuel Noriega en Panamá, aparecían como nominalmente
subordinados al gobierno civil, no obstante ser el hombre fuerte del régimen).
El grado de control por parte de los militares sobre la sociedad civil es
variable, existiendo situaciones más o menos mixtas, donde los militares
ejercen una influencia muy fuerte sin ser enteramente dominantes.
- Las Dictaduras Personalistas: Las dictaduras personalistas son regímenes
en los que todo el poder está en manos de un solo individuo. Las dictaduras
personalistas difieren de otras formas de dictaduras en su acceso a
posiciones políticas clave, otros frutos de cargos, y dependen mucho más de
la discreción del dictador personalista. Los dictadores personalistas pueden
ser miembros de las fuerzas armadas o líderes de un partido político. Sin
embargo, ni el ejército ni el partido ejercen un poder independiente del
dictador. En las dictaduras personalistas, el cuerpo de élite generalmente
está compuesto por amigos cercanos o familiares del dictador. Por lo general,
estos individuos son seleccionados a dedo para cumplir sus puestos por
parte del dictador.
- Las Dictaduras Monárquicas: Las dictaduras monárquicas son regímenes en
los que "una persona de ascendencia real ha heredado el cargo de jefe de
estado de acuerdo con la práctica o la constitución aceptada". Los regímenes
no se consideran dictaduras si el papel del monarca es principalmente
ceremonial. El monarca debe ejercer un poder político real para que los
regímenes se clasifiquen como tales. Las élites en las monarquías son
típicamente miembros de la familia real.
- Las Dictaduras Híbridas: Las dictaduras híbridas son regímenes que
combinan cualidades de dictaduras personalistas, de partido único y
militares. Cuando los regímenes comparten características de las tres formas
de dictaduras, se les llama triple amenaza. Las formas más comunes de
dictaduras híbridas son los híbridos personalistas/de partido único y los
híbridos personalista/militar.
- Las Dictaduras de Partido Único: Las dictaduras de partido único son
regímenes en los que un partido domina la política. En las dictaduras de un
solo partido, un solo partido tiene acceso a cargos políticos y control sobre la
política. Otros partidos pueden existir legalmente, competir en elecciones e
incluso ocupar escaños legislativos, pero el verdadero poder político recae
en el partido dominante. En las dictaduras de partido único, las élites del
partido son típicamente miembros del cuerpo gobernante del partido, a veces
llamado el comité central o politburó. Este grupo de individuos controla la
selección de los funcionarios del partido y "organiza la distribución de
beneficios a los simpatizantes y moviliza a los ciudadanos para votar y
mostrar su apoyo a los líderes del partido".

EXPECTATIVAS

NORMATIVA JURÍDICA APLICABLE

RECOMENDACIONES

GLOSARIO

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