Gómez G.

Silvio1

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 Gómez G. Silvio1

LEGALIZACION DE LA MARIHUANA EN EL PERU

LEGALIZATION OF MARIJUANA IN PERU
Gomez G. Silvio1
Facultad de Ingeniería de Minas, Universidad Continental, Huancayo, Junín
Avenida San Carlos 1990. Urbanización San Antonio
Email: 70605745@continental.edu.pe

RESUMEN
ABSTRACT
La legalización se torna en un concepto que implica

abolir las leyes y las penalidades asociadas que Legalization becomes a concept that implies abolish

prohíban la producción, venta, distribución y laws and associated penalties prohibiting the

posesión de drogas psicoactivas. En consecuencia, production, sale, distribution and possession of

la legalización de las drogas en el Perú buscaría en psychoactive drugs. Consequently, the legalization

la práctica el mismo tratamiento que se da al of drugs in Peru would seek in practice the same

alcohol, el tabaco o la aspirina. En este sentido se treatment as alcohol, tobacco or aspirin. In this

plantea la eliminación de penas y procesos regard the elimination of penalties and prosecution

judiciales a los consumidores de drogas, entre otras for drug users, among other prevention measures

medidas de prevención. La legalización da lugar a arises. Legalization gives rise to different

distintas posibilidades de implementación. possibilities of implementation.

Palabras clave: legalización, Marihuana, Salud y

Recreación Key words: legalization, Marijuana, Health
and Enjoy

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Introducción
Históricamente, las inquietudes y los
temores típicos de la humanidad han
exigido respuestas o explicaciones
difíciles. En este sentido las drogas han
desarrollado, a veces, la función de
mediadoras entre una pregunta y una
respuesta. Culturalmente, la droga ha
estado presente en muchos aspectos
importantes de la vida y de la sociedad;
ha sido utilizada con propósitos distintos:
acercarse a Dios, observar el cosmos
desde fuera, integrarse en un colectivo,
mostrar un estatus social, huir de
tensiones y aliviar el dolor, entre otras
intenciones. Siendo nuestros
antepasados; los incas, parte de estos
propósitos ceremoniales. El cannabis, es
la droga más ilícita del mundo y su
predominio supera a las otras drogas en
conjunto, actualmente la marihuana es un
producto que se mantiene con cuidado
poseyendo una resina psicoactiva.
Siendo sinceros esta no es la hierba de
antaño, pues la historia ha cambiado y el
cannabis también, siendo este producto
más potente. La confiscación de
marihuana en todo el mundo arrojo una
concentración tres veces más potente
que la marihuana de los mediados de los
90´s, cuando los gobiernos empezaron a
llevar registros siendo estos Estados
Unidos, Holanda, Reino Unido e Italia. La
planta del cannabis ahora es más
pequeña, crece más rápido y ofrece
diversos sabores; sin embargo, siendo un
producto que no está regulado y cambia
tan rápido el público no sabe lo que recibe
y apenas hay una comprensión mínima
de los efectos en la salud.
En el Perú, parece ser una realidad muy
alejada, el punto de partida de los que
sostienen la legalización es que la actual
política para combatir el tráfico ilícito de
drogas ha fracasado, basándose para
ello, en el incremento del número de
consumidores, el aumento de la
producción y la mayor violencia ejercida
por los cárteles de la droga en el mundo.1
En nuestro país no se puede generalizar
y afirmar que la lucha antidroga ha
fracasado. Primero, porque los niveles de
consumo de drogas cocaínicas
básicamente se han mantenido en los
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últimos 10 años. No obstante, el bajo
costo de las drogas en el Perú, el
consumo se mantiene en niveles
moderados. Segundo, porque existen
ejemplos de regiones como Ucayali y más
aún San Martín, bastiones históricos del
narcotráfico, que han logrado una
reducción significativa en la producción
de coca-narcotráfico, producto de la
aplicación de una estrategia integral que
incluye labores de interdicción,
erradicación y programas de desarrollo
económico y social. A ello hay que
agregar las 80,000 hectáreas ganadas al
narcotráfico que hoy están dedicadas a
cultivos lícitos, muchos de los cuales se
exportan con éxito al exterior.2
Invitamos a reflexionar sobre una posible
legalización de la marihuana, como uso
recreativo considerando que el número
de sujetos que terminan desarrollando
una dependencia de cannabis es
relativamente bajo (se calcula que
aproximadamente el 10% de quienes lo
consumen diariamente cumplirán en
algún momento de su vida los criterios de
dependencia)3. Como ejemplos
extranjeros recientes podemos estudiar
los casos de Holanda y los dos estados
de Estados Unidos (Washington y
Colorado), siendo Holanda uno de los
primeros países que legalizo la
marihuana sin que ellos haya causado la
demanda de drogas más fuertes, así
como Colorado donde podemos afirmar
una legalización total , lo cual provoco la
apertura de inversión privada en el rubro,
dejando a Estados Unidos una suma
importante de impuestos por venta
ascendiendo a más de 3 millones de
dólares mensuales. En nuestro país son
más de 100.000 personas cuya calidad
de vida depende del uso del aceite de
cannabis, como los enfermos de cáncer,
epilepsia o párkinson, entre otras
enfermedades terminales y males
crónicos; además, la manera como se
consume el cannabis medicinal es a
través de aceite y pomadas. Finalmente,
al hablar de legalización para uso
recreativo, un estudio publicado en la
revista Journal

of the American Medical Association, los
investigadores intentaron determinar si
la exposición al humo de la marihuana,
que contiene muchos de los
componentes que se encuentran en el
humo del cigarrillo, también podría tener
efectos negativos en la función
pulmonar, y se sorprendieron al
encontrar que los sujetos que fuman
marihuana ocasionalmente; es decir,
fuman dos o tres veces al mes no
mostraron la misma disminución de la
función pulmonar que se presenta por
fumar cigarrillos.4
Materiales y Métodos
Para una evaluación de la viabilidad de
la legalización de la marihuana
recreativa en el Perú se clasifico en el
método argumentativo inductivo.
Reducción de riesgos
Se afirmó que las drogas siempre
existieron, por lo cual debemos
aprender a convivir con ellas de la mejor
manera posible, buscando un consumo
responsable y limitando los riesgos que
dicho consumo implica.5 En este
sentido, se sostuvo que la legalización
de las drogas redujo los niveles de
violencia provocados por las mafias del
narcotráfico (en tanto la compra y venta
de drogas sea lícita), también redujo la
violencia provocada por los
consumidores (en tanto la droga
consumida será de mejor calidad) e
incluso limito la violencia desarrollada
por la fuerza pública del Estado. Existen
tres tipos de violencia que se derivan de
la droga.6
 La violencia psico-farmacológica:
Este nivel de violencia se plantea
cuando el consumidor adicto
comete o provoca un acto violento
por efecto de alguna droga
(ausencia de voluntad).

En este primer nivel de violencia,
resulta difícil sostener que el riesgo
será eliminado o atenuado si
legalizamos el consumo de drogas
psicoactivas. El hecho de que el
adicto consuma una droga legal o
ilegalmente no anula ni reduce los
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efectos violentos que se pueden
derivar de la misma. Así, está
demostrado, que el consumo de
drogas, por las alteraciones
cognitivas y de respuesta motora
que genera, aumenta el riesgo de
accidentes en general, de tránsito o
relacionados con el manejo.
Concretamente, el 38% de las
personas que se declaran
fumadoras habituales de marihuana
presentan un mayor porcentaje de
accidentes de diversa índole, entre
ellos accidentes de tránsito. Sólo en
los Estados Unidos, los arrestos por
crímenes cometidos bajo la
influencia de la marihuana
totalizaron los 750,000 casos. En el
mismo sentido, un estudio francés
revela que el 40% de los jóvenes
muertos en accidentes de tránsito
en ese país habían fumado
cannabis; mientras que otro estudio
hecho por el NIDA sobre
conductores imprudentes que
habían sufrido algún accidente de
tráfico, dieron positivo en la prueba
de cannabis en un 33%.7
 La violencia económico-compulsiva:
Aquí la violencia se presenta como
consecuencia de que el adicto
carece de recursos suficientes para
obtener más droga y, dominado por
la apetencia, comete delitos (robos,
asaltos) para conseguir dinero y
obtener más droga.
En este segundo nivel de violencia,
también resulto difícil sostener que
el riesgo fue atenuado si
legalizábamos el consumo de
drogas. Sea legal o ilegal, el
consumidor tendrá que pagar un
monto (en este caso, el Estado) por
la droga que compra y, por tanto,
siempre será factible que el adicto
se encuentre en la “necesidad” de
cometer un delito para consumir
más droga. Contra lo dicho en el
párrafo anterior se señala que la
legalización reducirá los costos de
la droga. Sin embargo, como se vio
más adelante, esta afirmación no es
cierta. Pero incluso, de serlo, la
evidencia empírica demuestra que
el precio de la droga tiene poco que
ver en la reducción de este nivel de
violencia, pues como ya lo hemos
dicho, el consumidor adicto siempre
podrá encontrarse en la necesidad

de cometer un delito para consumir
más droga, ante la falta de dinero
para comprarla lícitamente. Por lo
demás, y esto es muy importante,
en el Perú una dosis de marihuana
o de cocaína (que son las drogas
más consumidas) cuesta menos de
un dólar, por lo cual este último
argumento de los “realizadores” no
se sostuvo. 8
 La violencia por la distribución: Se
refiere a los crímenes que se
producen como consecuencia de
las luchas entre los cárteles de la
droga, los asesinatos de los
sicarios, así como la violencia que
recae en la fuerza pública del
Estado. Para los que promueven la
legalización de las drogas, de
aplicarse esta nueva política, la
producción, distribución y venta de
drogas saldría de la escena
delictiva, eliminándose así la
violencia asociada con rivalidades
por la distribución de drogas.
Adicionalmente, la corrupción
gubernamental disminuiría debido a
la inexistencia de mafias
interesadas en quebrar la voluntad
de las autoridades.9
En este punto, nos encontramos
ante un nuevo argumento inválido.
Es necesario entender que la
situación del Perú es distinta a la de
países como Holanda o Portugal, no
sólo por las diferencias en su
desarrollo económico y social, así
como geográficas y culturales, sino
fundamentalmente porque nuestro
país es el segundo productor
mundial de hoja de coca y de
clorhidrato de cocaína, así como de
pasta básica. El hecho de que el
consumo y comercialización de
drogas se legalice al interior de
nuestro país, no alterará la situación
del narcotráfico actualmente
existente, pues se seguirá
demandando la cocaína peruana en
otros países (mercados de
consumo) e incluso en nuestro
propio mercado nacional, con lo cual
la producción continuará, así como
las mafias que las proveen y
sustentan. Como bien se señala,
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esto resulta tan ingenuo como
pensar que:
[…] si Somalia legalizara el
secuestro de barcos los piratas
dejarían sus actividades para
dedicarse a la pesca. O pensar que,
si Tailandia legalizara la prostitución
infantil, las niñas dejarían los
burdeles para irse a la escuela.10
Disminución del consumo
Se supone que dados los niveles
existentes de acceso a la mayoría de las
drogas ilegales, los niveles habituales
de consumo se equipararían a la
demanda o, en el peor de los casos
tendría un crecimiento limitado y
pasajero.11Se apoyan para ello, en el
caso de Holanda, donde se dice que el
incremento de los consumidores fue
inicial pero luego habría ocurrido una
estabilización, y en el caso de Portugal,
donde desde el 2001 rige un modelo
basado en la prevención, la asistencia y
la rehabilitación, y donde no ocurrió una
explosión en el consumo de drogas sino
por el contrario una reducción, en
especial, entre los jóvenes de 15 a 19
años.12
Sobre lo antes propuesto creemos
importante señalar los siguientes datos
históricos:
 La evidencia empírica demuestra
que con la legalización el número de
consumidores normalmente se
incrementa. Ahí están los ejemplos
de Suecia y Gran Bretaña, que
tuvieron que retroceder en sus
políticas permisivas y restablecer la
penalización del consumo de
marihuana, ante el notable
crecimiento del consumo.13
Resultados
Se consideró estudios recientes de
Reportes Estadísticos realizados en
nuestro país, considerando los últimos
años y el porcentaje de la población,
comparando el porcentaje de consumo
y venta de drogas licitas en nuestro País
y la marihuana.
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1) Estadísticas: 2) Tablas.

TABLA 1
Nos basamos en la encuesta de
hogares del CENTRO DE
La Tabla 1 muestra la oportunidad de ofrecimiento de
INFORMACION Y EDUCACION PARA drogas ilegales
LA PREVENCION DEL USO DE
DROGAS del año 2017, el cual hizo un SUSTANCIA LIMA PROVINCIAS TOTAL
METROPOLITANA
muestreo final de 8352 encuestados. Marihuana 24.9 29.5 26.1
PBC 10.1 9.4 9.9
Cocaína 8.5 5.2 7.6
Se puede observar que la droga con Éxtasis 2.0 3.0 2.6
mayores reportes de oportunidad de
ofrecimiento es la marihuana (26 de Fuente: Estudio EPI 2017
cada 100 personas), seguido por la PBC
(10 de cada 100), la cocaína (8 de cada Tabla 2
100) y el éxtasis (3 de cada 100); mayor
en Lima que en provincias, salvo para el La tabla 2 muestra la edad promedio de inicio de consumo
caso del éxtasis (Tabla 1). También se de drogas sociales e ilegales

percibió que la edad promedio de inicio

SUSTANCIA LIMA PROVINCIAS TOTAL
en el consumo de drogas está en METROPOLITANA

alrededor de los 18 años para el tabaco Alcohol 17.2 19.1 18.3

Tabaco 17.4 19.5 18.4
y alcohol; pasando los 19 y hasta los 21 Marihuana 18.7 19.8 18.9
años en el caso de las drogas ilegales PBC 20.7 21.7 20.8
(Tabla 2).14 Como apreciación podemos Cocaína 19.8 19.0 19.6
decir que las edades de inicio de las
Fuente: Estudio EPI 2017
mujeres son mayores que en los
hombres para drogas sociales,
marihuana y PBC posiblemente porque 3) Figuras.
en los grupos mixtos que consumen las
mujeres suelen ser de menor edad.

No es sencillo establecer el número de

adictos en el país dado que no existe un
registro de estas personas en los
registros hospitalarios o centros de
tratamiento; además muchas de estas
personas jamás se han aproximado en
busca de atención. Los estudios en
hogares como el presente no pueden
evaluar si una persona es o no adicta
pues la adicción es una enfermedad que
se debe evaluar en un ambiente clínico
a cargo de una profesional especialista.
Sin embargo, es posible tener una idea Figura 1. Mapa del Perú de la prevalencia de vida de drogas
del número de adictos a partir de ilegales
estudios clínicos que avalúan qué
porcentaje de las personas que
consumen una droga podrían llegar a
desarrollar adicción. Aplicando dichos
porcentajes a los resultados obtenidos
en el presente estudio.15

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Discusión de resultados
Los que impulsan la legalización como
política antidrogas, también sostienen que
no es justo ni coherente permitir el
consumo de alcohol y tabaco y no hacer lo
mismo con las drogas psicoactivas, no
obstante que estas últimas tendrían
efectos similares o incluso menos
perniciosos para la salud y la seguridad
que las primeras. En apoyo de lo señalado
citan a la Organización Mundial de la
Salud (OMS) que señaló en su informe
anual que el tabaco cobraba una víctima
cada diez segundos en el mundo y
causaría la muerte de unos diez millones
de personas para el año 2020, si se
mantenían los niveles de consumo de
cigarrillos existentes.16 Asimismo se
señala que el alcohol se encuentra
relacionado con el 44% de los accidentes
a nivel mundial.17 Un 68 % de los
consumidores de tabaco y 23% de quienes
beben alcohol eventualmente desarrollan
una dependencia, comparados con solo
9% de quienes fuman marihuana. 18
Observando nuestra tabla 1 la edad de
ofrecimiento es de 24,9 años donde la
persona ya es consciente del consumo de
estas sustancias. No obstante, la
marihuana puede afectar los cerebros en
desarrollo. Estudios muestran que los
adolescentes que consumen marihuana a
veces tienen menos puntajes en exámenes
de coeficiente intelectual y que la
marihuana puede aumentar los
problemas psiquiátricos. Así que, cuando
se trata de consumo legal responsable,
está bien la política con la marihuana :
hay que esperar a ser mayor de edad.19
Las legalizaciones de las drogas
psicoactivas deberían primero demostrar
la eficacia de programas que puedan
reducir drásticamente el consumo de
alcohol y de tabaco, para luego plantear
un tratamiento similar para las drogas
psicoactivas. No se necesita de nuevos
experimentos que nos digan lo que ya
hemos aprendido de la legalidad del
alcohol y del tabaco.20
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Conclusiones
La legalización permitirá la reducción del
riesgo que se presentará por el hecho
de que el consumidor accederá a una
droga de mayor calidad, no poniéndose
en riesgo su salud como consecuencia
de una alteración en la composición
química de la misma. Se arguye que la
mortalidad surge en principio no por
culpa de la propia droga, sino por la
pureza adulterada y las sustancias
peligrosas con las que son
combinadas.21 Si bien es cierto, los
consumidores que accedan a los
lugares autorizados por el Estado para
adquirir droga lícitamente, podrán
efectivamente adquirir un producto de
mejor calidad, el riesgo de una
sobredosis continúa, así como los
efectos nocivos en el organismo. Por
otro lado, nada impedirá la existencia de
un mercado negro, con sustancias
adulteradas, pero más baratas
especialmente para personas de
escasos recursos. Incluso, los menores
de edad, que suelen ser excluidos de un
consumo legal, buscarán en ese
mercado negro la alternativa que el
mercado legal no les da. Asimismo, será
ese mismo mercado negro el que
proveerá de drogas duras, normalmente
prohibidas en los países que apoyan la
legalización. En consecuencia, la
adulteración de la droga siempre estará
presente y se dirigirá a los sectores más
vulnerables de la sociedad.22
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Referencias Democracia. Drogas y Democracia: Hacia un Cambio

de Paradigma. p. 3.
1SOBERÓN, Ricardo. Una Evaluación de la Guerra 18CNNMONEY
contra las Drogas en el Perú (1978-2008). Lima: (2016) ¿Qué es peor: la marihuana o
Centro de Investigación Drogas y Derechos Humanos. el alcohol? Recuperado de:
2010. https://cnnespanol.cnn.com/2016/06/07/que-es-peor-
2NOVAK, la-marihuana-o-el-alcohol/
Fabian. La Legalización de las Drogas:
¿Una alternativa viable para el Perú? Lima: IDEI 19 CNNMONEY (2016). Ob. cit, pp. 4.
pp.14.2010.
3
20 DUPONT, Robert y Eric VOTH. “Política de
HALL W, SOLOWIJ N, LEMON J. The health and
drogas, legalización y reducción de daños”. RET,
psychological effects of cannabis use. National Drug
Strategy Monograph Series No. 25. Canberra Revista de Toxicomanías. N.º 13, p.17.
(Australia): Australian Government Publication 21REUTER, Peter. El debate sobre la legalización. País
Service.1994.
Vasco: Servicio Central de Publicaciones del
4Hughes GH, Cutter GR, Donahue R, et al. Gobierno Vasco, 1994.
Reclutamiento en el estudio de desarrollo de riesgo de
22
enfermedad arterial coronaria en adultos jóvenes. NOVAK Fabian, Ramiro. Ob. cit., p.4.
(CARDIA). Control de ensayos clínicos. 1987.
5CASTRO DE LA MATA, Ramiro. “Legalización de
las drogas”, en: Revista Psicoactiva, año XVI, nº21,
Lima: CEDRO, 2003.
6 CASTRO DE LA MATA, Ramiro. Ob. cit., p. 3.
7VILLASUSO, Ana, CORTÉS, Rafael y JUÁREZ,
Norma. “Argumentos a favor y en contra de la
legalización de la mariguana en México”. En:
MORENO, Kena (Coordinadora). Legalización de la
Mariguana ¿A qué precio? México: Centro de
Investigación Juvenil, pp. 286-287.2009.
8 CASTRO DE LA MATA, Ramiro. Ob. cit., p. 2.
9
INCIARDI, James. “Marihuana Descriminalización
Research: A Perspective and Commentary”, en:
Criminology.1981.
10BARREDA, Alfredo. “El Whisky no es cocaína”,
en: Diario El Comercio, Lima, 15 de febrero de 2010,
p. A4.
11INCIARDI, James. Ob. cit., pp. 4.
12CARDOSO, Fernando Henrique. “El desafío de las
drogas. Un necesario cambio de estrategia”, en: O
‘Globo (traducido por Jorge Gutiérrez y distribuido
por The New York Times para el diario El Comercio
de Perú).2009
13 CARDOSO, Fernando Henrique. Ob. cit, pp. 4.
14CEDRO, Epidemiología de drogas en población
urbana peruana: encuesta en hogares. Lima: Julio
2017.
15CEDRO, Epidemiología de drogas en población
urbana peruana: encuesta en hogares. Ob. cit, pp.3.
16 HERRERA, Williams. La despenalización del
narcotráfico. Santa Cruz: Sirena, 1996, p.155.
17 COMISIÓN LATINOAMERICANA SOBRE
DROGAS Y DEMOCRACIA. Declaración de la
Comisión Latinoamericana sobre Drogas y

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