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Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN ................................................................................... 3
CAPITULO I: LAS TENDENCIAS DEL DESARROLLO AGRÍCOLA Y RURAL Y LAS
POLÍTICAS GENERALES DE ASISTENCIA TÉCNICA Y PRESTACIÓN DE
SERVICIOS ........................................................................................... 5
A. La globalización y sus efectos en el desarrollo agrícola y rural. ............ 5
B. Las nuevas políticas sectoriales y sus efectos en los servicios de asistencia
técnica y extensión rural. ....................................................................11
CAPITULO II: LA MULTIFUNCIONALIDAD DE LA ASISTENCIA TÉCNICA Y
LOS SERVICIOS DE APOYO Y SU NUEVOS ESQUEMAS ORGANIZATIVOS15
A. Las funciones de asistencia técnica con mercados abiertos .................15
B. De lo tecnológico a lo organizativo y comercial .................................21
C. La organización de la extensión entre lo público y lo privado. .............24
CAPITULO III: CONOCIMIENTOS, HABILIDADES Y DESTREZAS PARA LA
ASISTENCIA TÉCNICA Y LA EXTENSIÓN RURAL ..................................33
A. Los perfiles de los profesionales necesarios para la asistencia técnica y los
servicios de apoyo. ............................................................................33
D. Los métodos y técnicas de intervención de la asistencia técnica y los servicios
de apoyo. .........................................................................................36
BIBLIOGRAFÍA...................................................................................41

- Editora Virtual Proyecto FODEPAL: Ana María Cavalerie


anamaria.cavalerie@fao.org

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INTRODUCCIÓN

En este documento, base del Curso Asistencia Técnica y Servicios de Apoyo para la
Agricultura y el Desarrollo Rural, los términos asistencia técnica y servicios de
apoyo, se están asimilando al vocablo conocido y amplio extensión rural, de vieja
data en la historia de la agricultura mundial y popularizado en todos los países de
América Latina y el Caribe, aproximadamente en la segunda mitad del siglo XXI con
la generalización de los procesos derivados de la denominada Revolución Verde.

La asistencia técnica, servicios de apoyo u extensión rural se asocia con proyección


y propuesta de conocimiento a determinados escenarios productivos. Sin embargo
estos conceptos no se ubican en una dinámica lineal unidireccional, sino de doble
vía, y por ello se entienden como, el intercambio, con la población rural, de distintos
conocimientos destinados a mejorar la capacidad de gestión de los recursos para el
desarrollo.

Esta concepción implica que tenga un contenido básico que permita que ese
intercambio de conocimientos cumpla su cometido, contenido que tiene los
siguientes elementos: el mejoramiento de la eficiencia de los procesos productivos
sobre la base de la sostenibilidad ambiental y el fortalecimiento de la competitividad
de los productos y de dichos procesos.

A su vez incluye la promoción de capacidades cimentada en la educación dirigida a


la expansión de las capacidades humanas y a la formación de capital humano, el
fortalecimiento de la capacidad de gestión y la formación de capital social.

Ampliando lo anterior podemos decir que la sostenibilidad ambiental es una función


crucial de asistencia técnica, los servicios de apoyo o extensión rural, especialmente
en el marco del manejo adecuado y protección del ecosistema y, en la lógica de las
nuevas tendencias del consumo, el fortalecimiento de la competitividad, en
consonancia con la globalización. Este enfoque es imperativo para reproducir y
mejorar las condiciones socioeconómicas de los procesos productivos rurales.

En relación con la educación, ésta debe atender dos propósitos: a) una formación de
carácter universal que eleve las capacidades para el desarrollo humano; b) una
formación que procure el desarrollo de competencias técnicas y laborales para el
mejor aprovechamiento de los recursos en el medio rural. Una educación mal
enfocada puede pervertir la esencia de la estabilidad rural, sacando a los jóvenes,
por ejemplo, del entorno y enviándolos a engrosar masivamente las filas del
desempleo urbano.

La unidad productiva empresarial privada generalmente maneja con solvencia el


tema de la gestión dentro del proceso de producción. Sin embargo, en las formas
asociativas de pequeños productores, o en las propias unidades familiares o
comunidades étnicas, el punto es altamente crítico. Para este tipo de productores, a
pesar de la dificultad cultural que ello encierra, esta función de la extensión debe
proyectarse fundamentalmente a la asignación racional de recursos y a la

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construcción de un esquema donde se posibilite la identificación de ingresos, la


cuantificación de costos y la visualización de excedentes, o pérdidas, con miras a
que haya un entendimiento de lo que es un esquema de organización de la
producción. En esencia, los temas principales de gestión que deberían abordarse
dentro entre otros serían la Implementación de procesos para la mejor utilización
del trabajo, los mecanismos de control encaminados a verificar la acumulación
necesaria para la reproducción de los procesos productivos y su ampliación. Los
mecanismos de acceso a fuentes de financiación, a activos productivos y a
esquemas de cobertura de riesgos. La capacitación en sistemas de control de costos
y gastos, el manejo y utilización de la información disponible sobre precios y
mercados, la promoción de la cultura de la acumulación por la vía ahorro-inversión.
Además, los procesos de cooperación empresarial simétricos que posibiliten la
integración y el encadenamiento productivo mediante la conformación de diferentes
tipos de arreglos de cooperación.

Los procesos de conservación y aprovechamiento racional y sostenible de los


recursos naturales, específicamente el mejor aprovechamiento del agua; la
protección de fuentes, cuerpos y cauces; el empleo de fuentes alternas de energía
que reduzcan las emisiones a la atmósfera y el impacto sobre la cobertura vegetal
de bosques; la promoción de la cultura de la utilización de desechos, cuando esta
sea rentable, o de la adecuada disposición de los mismos, reduciendo las
externalidades negativas.

A su vez, la difusión de información sobre derechos y deberes en los procesos de


producción, transformación y comercialización de bienes y en la prestación de
servicios laborales, y la información sobre derechos y deberes en procesos de
contratación y asociación.

La formación de capital social como parte del contenido de la extensión rural,


contribuye al fortalecimiento del tejido social necesario para el logro del desarrollo
rural como meta socioeconómica.

Con este sentido tan amplio se trata el tema de la asistencia técnica y los servicios
de apoyo a la agricultura y al desarrollo rural. En primer lugar, estableciendo un
contexto general de las tendencias de la agricultura y el desarrollo rural como
escenario para la identificación de los retos que se presentan. En segundo término,
analizando el carácter multifuncional de la asistencia técnica y los servicios de
apoyo y la variedad de esquemas y formas organizativas que se han asumido en los
países de la América Latina. En tercer y último lugar, analizando las diversidad de
métodos y técnicas existentes para abordar una eficiente y adecuada prestación de
estos servicios en los escenarios de las tendencias de la agricultura y el desarrollo
rural que viven los países de la Región.

De esta forma, este documento se estructura como una introducción general al


Curso Asistencia Técnica y Servicios de Apoyo a la Agricultura y el Desarrollo Rural,
siguiendo en lo fundamental los temas más importantes que serán tratados en el
Programa.

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Esperamos con ello, orientar a los estudiantes sobre el enfoque y el contenido de


este Curso.

CAPITULO I: LAS TENDENCIAS DEL DESARROLLO AGRÍCOLA Y RURAL


Y LAS POLÍTICAS GENERALES DE ASISTENCIA TÉCNICA Y
PRESTACIÓN DE SERVICIOS

A. La globalización y sus efectos en el desarrollo agrícola y rural.

La globalización, como internacionalización de los fenómenos económicos, sociales,


políticos, culturales, por una parte, y la apertura comercial, como eje de la
estrategia de desarrollo seguida por los países para exponer su producción nacional
a la competencia internacional, son dos procesos en curso que caracterizan el nuevo
entorno internacional, que tienden a reforzarse mutuamente, determinan el
accionar y condicionan el futuro de la agricultura y la vida rural de los países.

La globalización presenta un avance vertiginoso en la época actual, producto de las


revoluciones en la informática y las comunicaciones, se manifiesta en una reducción
de los costos de transporte, en una irrelevancia creciente de las fronteras nacionales
como barreras físicas y políticas para los movimientos de bienes, servicios, capitales
y en menor grado de personas, así como en la pérdida de capacidades de las
autoridades nacionales para controlarlos.

Algunos características relevantes de la globalización que inciden sobre el accionar


de la agricultura y la situación de la vida rural en los países, son: la división de los
procesos de producción en subprocesos que se localizan en países diferentes de
acuerdo a las ventajas competitivas que éstos presenten, lo cual a su vez, da origen
a un creciente comercio de insumos y componentes; se incrementa el peso del
comercio entre las subsidiarias de las transnacionales; aumenta la dificultad por
determinar el origen de los productos, principalmente de los productos básicos; y, la
información y el conocimiento se convierten en factores críticos de la producción.

La apertura comercial, por su parte, presenta oportunidades para determinados y


reducidos sectores económicos, pues se amplían los mercados para la producción
interna, se les facilita el proceso de exportación, aumentan las opciones para los
consumidores de algunos productos y se facilitan las alianzas comerciales de los
sectores de más alto desarrollo.

La apertura comercial también se establece en una fuerte presión por aumentar la


eficiencia y la competitividad. Al existir mayor competencia en el ámbito interno y
externo de los países, las empresas en general y en particular las productoras de
bienes agrícolas y pecuarios, se ven obligadas a brindar mejores servicios y
productos para mantenerse dentro del mercado, a mejorar sus procesos
organizativos y a disponer de más y mejor información para la toma de decisiones.
Sin embargo, muchas veces la producción nacional agrícola y los empleos en las
zonas rurales, se exponen a la competencia en mercados que presentan

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distorsiones, producto de que se mantienen altos niveles de subsidios, el


escalonamiento arancelario y las barreras no arancelarias. Adicionalmente, es
importante destacar la tendencia a una creciente oligopolización de las estructuras
del mercado, fusiones y alianzas estratégicas entre empresas.

Las tendencias más sobresalientes que se vienen presentando en el comercio


internacional de los productos agrícolas son las siguientes:

A. La reducción de la participación relativa de la agricultura en el comercio mundial.


En efecto, de un 30% del mercado mundial en la década del 70, se pasa al 9% al
inicio de la década del 2000 (IICA, 2003, Pág. 5).
B. Caída progresiva de los precios de los productos básicos.
C. Demanda creciente por productos con mayor nivel de procesamiento y valor
agregado en la misma medida en que se incrementan los ingresos de muchos
países y regiones. Con importantes derivaciones para la producción agrícola,
donde hay que buscar la diferenciación por calidad, presentación y un creciente
desarrollo de productos con marca, denominaciones de origen y certificados.
D. Surgimiento de nuevos destinos para la producción primaria más allá de los
tradicionales para la alimentación y las fibras textiles, dando cabida a la
producción farmacéutica, química, ecología, el turismo y los servicios
ambientales.
E. Los gustos y preferencias de los consumidores se orientan cada vez más hacia
productos alimenticios de mayor calidad e inocuidad, de fácil preparación, más
saludables y con mejores características nutricionales, dando origen a una
renovada importancia de los factores “no precio” en la competitividad.
F. Los hábitos de consumo también están cambiando por una población que se
envejece a nivel mundial, pues se demandan más frutas frescas no ácidas,
hortalizas, cereales íntegros y alimentos ricos en fibra, carnes blancas como
pollo, bebidas alcohólicas y gaseosas, al tiempo que se consumen menos carnes
rojas, grasas animales y cítricos.

Se presenta, al interior de los países una tendencia al desarrollo de centros de venta


donde se pueda adquirir más variedad de productos y a mejores precios, como por
ejemplo, los grandes supermercados, en detrimento del pequeño comercio
minorista. La expansión de las grandes cadenas de supermercados en América
Latina se ha dado por factores tales como: las alianzas estratégicas, la reducción de
aranceles en muchos bienes de consumo que estimula las importaciones, la
creciente urbanización, la mayor incorporación de las mujeres a la fuerza laboral, la
mayor demanda por alimentos procesados, disponibilidad de almacenar alimentos
perecibles y el desarrollo de las facilidades de transporte. El poder de compra
oligopólico de esos grandes centros establecen condiciones de precio, calidad,
presentación y plazos de pago que afectan de forma importante a los productores
agrícolas.

La disponibilidad de tierra para cultivar está declinando, los procesos de


degradación de suelo y de desertificación se están acelerando, el agua para la
agricultura es cada vez más escasa y un fuerte proceso de urbanización que

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expande las áreas de construcción hasta en lugares no aptos para estos fines,
resulta en una degradación de las tierras, recursos hídricos (falta de tratamiento de
aguas de desecho y negras) y en el aumento de la pobreza. Estos hechos retan la
capacidad del sistema de producción de alimentos mundial.

La estructura de la distribución del ingreso se ha constituido en uno de los más


grandes limitantes del desarrollo de economías eficientes y de procesos sólidos de
desarrollo humano y social, pues impone limitaciones en el acceso a activos
productivos (por ejemplo tierra) y a servicios de apoyo a la producción (crédito,
asistencia técnica, etc.). La concentración del ingreso se asocia con limitaciones al
establecimiento de una verdadera democracia y con la posibilidad de lograr una
economía eficiente.

La pobreza sigue aumentando en América Latina y son múltiples los indicios de que
la región enfrenta problemas de competitividad y que el diferencial de ingreso con
los países más desarrollados sigue creciendo (BID, 2001). Al interior de los países
se puede apreciar la concentración de riqueza por algunos sectores de la sociedad
que se han beneficiado con los procesos de apertura y ajustes estructurales
implementados en la primera fase de las reformas. El elevado nivel de pobreza
rural, sumado a la desigualdad en la distribución de los ingresos, hace suponer un
alto grado de inseguridad alimentaria en las poblaciones rurales.

El incremento acelerado de la demanda por recursos naturales comienza a apuntar


hacia un escenario de escasez espacialmente localizada. Esto es más evidente como
resultado de la proximidad entre el espacio rural y el urbano y los procesos
acelerados de urbanización. Asimismo, los procesos de producción contaminantes
de la atmósfera, la tierra y el agua, crean desequilibrios ambientales y climáticos y
propician efectos como el denominado efecto “invernadero” con significativas
consecuencias sobre la agricultura.

Los territorios rurales en los países contienen la mayoría de los sistemas de


recursos naturales y le proporcionan al resto de la población alimentos,
oportunidades de esparcimiento y servicios ambientales. Sin embargo, en los países
en vías de desarrollo, se les ha sometido a dos condiciones extremas de
degradación. De un lado, el deterioro causado por prácticas productivas
ambientalmente insostenibles, producto de modelos extractivos poco amigables con
la naturaleza y que han sido utilizados por una porción importante de la agricultura
moderna. De otro lado, la presencia de una gran cantidad de productores
desprovistos de activos productivos suficientes que se ven obligados a sobreexplotar
los recursos como estrategia de supervivencia. La deforestación, la degradación de
los suelos y la desertificación, la contaminación del agua (potable y para riego), la
contaminación del aire y la pérdida de biodiversidad se han convertido en problemas
generalizados que afectan a prácticamente todos los ecosistemas.

Los modelos tecnológicos aplicados tradicionalmente en la agricultura durante la


revolución verde y la forma de generación de la investigación y la tecnología están
cambiando en forma significativa. Lo más sobresaliente del cambio de paradigma es

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que los desarrollos tecnológicos se generan a partir de la existencia de una


revolución científica y tecnológica caracterizada por ser intensiva en conocimiento
agrícola y no agrícola, así como sus impactos en la producción y la productividad del
sector agroalimentario. Un ejemplo de los mismos lo constituyen las
agrobiotecnologías, que son desarrolladas por centros de excelencia de países
desarrollados, y en algunos pocos casos de países en desarrollo de la Región y, por
firmas privadas en los países de mayor desarrollo y que están asociadas, como
nunca antes, a derechos de propiedad del conocimiento y por ende, susceptibles de
aplicar el principio de exclusión de su uso: hay una tendencia a que los productos
de la investigación dejen de ser bienes públicos.

La innovación tecnológica, definida como la capacidad de los países, los sectores y


las empresas de disponer de conocimientos, aplicarlos a los procesos de producción
de la cadena agroalimentaria y llevarlos al mercado, supera el enfoque tradicional
de generación y transferencia de tecnología. Promover la innovación implica
inversión en información y conocimiento. La innovación, que transita entre la
demanda y la oferta y entre el entorno externo y las regulaciones estatales, no solo
debe darse en lo tecnológico, sino también en lo institucional, lo organizacional y lo
gerencial.

Ello implica, no solo la obtención e incorporación de tecnologías biofísicas, sino


también aquellas conducentes a la formación de capital social y al desarrollo de
verdaderas sociedades y redes del conocimiento, para la producción de bienes
públicos nacionales y transnacionales derivados de la integración tecnológica
multinacional.

Además, las redes de información y las telecomunicaciones se vuelven insumos


básicos para las actividades que conllevan al desarrollo de las naciones, en general
y de la agricultura, en particular.

A pesar del reconocimiento de sus ventajas, las nuevas tecnologías de información y


comunicación no son igualmente accesibles a todos los países y a las zonas rurales.
Ello contribuye a incrementar la brecha entre los estados desarrollados y los en vías
de desarrollo, entre las zonas urbanas y el campo.

Es bien conocida la situación de pobreza que agobia a los países de ALC y que de
alguna manera está ligada -aunque se trate de un fenómeno multicausal- con la
inequidad de acceso a los activos públicos y privados y a los enormes sesgos del
desarrollo agrícola en todos los países. Según el BID1, la pobreza, medida por el
porcentaje de personas con ingresos inferiores a US$2 por día en igualdad de poder
de compra, afecta en el siglo XXI a más de un tercio de la población de la región,
alrededor de 180 millones de habitantes. En promedio, el ingreso de estas personas
es 45% inferior a la línea de la pobreza. Aunque las incidencias más altas de la
pobreza afectan a los países de bajos ingresos, el mayor número de pobres se

1 BID. 2002. Reducción de la pobreza y promoción de la equidad social. Borrador de Estrategia para
Consulta. Washington, D. C.

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concentra en países más grandes y de ingresos medianos. Así, los cinco países más
poblados de ALC concentran alrededor del 70% del número total de pobres en la
región.

La pobreza es más severa en las zonas rurales. La incidencia de la pobreza rural en


la región (59.1%) es más del doble de la pobreza urbana (26.1%). A pesar de ello,
por el acelerado proceso de urbanización de las últimas décadas en todo el
continente, el número de pobres es similar en zonas rurales y urbanas (49.6% y
50.4% de la población pobre total, respectivamente). La pobreza se concentra en
hogares con jefes empleados en la agricultura y los sectores urbanos de servicios no
financieros (35.5% y 29.1%, respectivamente).

La pobreza en la región está fuertemente asociada a bajos niveles de educación. En


hogares encabezados por personas que alcanzaron sólo la educación primaria
(41.3%), la pobreza es más de ocho veces mayor que en hogares con jefes con
educación superior (5.1%). La pobreza es mayor entre los grupos indígenas y de
descendencia africana. La incidencia de la misma para estos grupos es el doble que
la del resto de la población en Brasil, por ejemplo. Asimismo, la pobreza es mayor
entre mujeres jefas de hogares urbanos (30.4%) que entre hombres jefes de
hogares urbanos (25.0%).

El ingreso rural está íntimamente ligado a los niveles de pobreza y, como se ha


mencionado, a los rendimientos económicos de las explotaciones agrícolas,
relacionadas, a su vez, con los niveles de tecnología utilizados, el acceso a activos
públicos y, en general, a la brecha entre agricultores empresariales y los pequeños
productores y campesinos. La FAO señala que si un productor tradicional de cereales
percibiera lo mismo que los cultivadores de cereales bien equipados de los países
desarrollados (esto es, menos de 15 euros por 100 Kg.), un productor tradicional
que produjera diez quintales netos ganaría menos de 150 euros/año. Sin embargo,
debe reservar al menos 700 Kg. para alimentar a la familia, de forma que los
ingresos en efectivo no superarían los 50 euros anuales, siempre que no tuviera que
pagar renta por la tierra, intereses sobre los préstamos o impuestos. Con esos
niveles de ingresos, tardaría toda la vida en poder comprarse un par de bueyes y un
equipo básico de tracción animal, suponiendo que pudiera invertir en esa compra
todos sus ingresos en efectivo; tendrían que transcurrir tres siglos para que pudiera
comprar un pequeño tractor. En estas condiciones, resulta claro que ciertas
prácticas agrícolas, ciertos usos del suelo y la producción agropecuaria como
actividad única resultan poco atractivos y muy ineficientes para combatir la pobreza
de muchas zonas de ALC.

Este proceso de empobrecimiento y exclusión no afecta todavía a todo el


campesinado. Aqueja a los más desfavorecidos de las regiones de pocos recursos o
donde las circunstancias agravan su condición: fenómenos naturales
(precipitaciones insuficientes o excesivas, altura, frío, etc.), limitaciones de la
infraestructura física (falta de riego, ausencia de caminos, etc.), obstáculos
estructurales (minifundio, inseguridad en la tenencia de la tierra) y políticas
desfavorables (sobrevaloración de la moneda, subvención a las importaciones de

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alimentos, imposición de las exportaciones agrícolas, fluctuación de los precios e


inversiones públicas limitadas, etc.).

Tanto la situación de pobreza como los cambios más estructurales del medio rural,
han diversificado el empleo en el medio rural, reduciendo con ello la significación del
empleo directamente agropecuario, por un empleo más diverso y la presencia de
ingresos rurales no agrícolas que en muchos ocasiones llega a tener un peso mayor
en los presupuestos familiares rurales. Esto ha ocasionado importantes cambios en
la composición y estructura familiar que se ha conformado históricamente en el
medio rural de una manera prioritaria en torno a las explotaciones agropecuarias.
Tal como se analizará en el punto siguiente, la nueva generación de políticas
públicas, producto de las reformas estructurales y de los procesos de globalización y
apertura comercial, han iniciado importantes cambios en las modalidades de
intervención del Estado en el desarrollo agrícola y rural, reduciendo la capacidad de
las instituciones y privilegiando la iniciativa y la acción de las comunidades rurales y
de las organizaciones de productores.

La situación planteada, lleva considerar una serie de aspectos fundamentales para


la agenda de los servicios de Asistencia Técnica y Servicios de Apoyo a la
Agricultura y Desarrollo Rural. Los cambios en los aspectos productivos,
tecnológicos, ambientales y sociales le presentan importantes retos a estos
servicios, como los siguientes:

1. Ampliación de una visión más allá de las explotaciones agropecuarias,


considerando aspectos relacionados con el comercio, la transformación y
generación de valor agregado para los productos y de una manera especial, los
cambios en los gustos y preferencias del consumidor y su exigencia de alimentos
de mayor calidad.
2. Esta ampliación de visión, exige la adopción de un trabajo con actores de las
cadenas agroalimentarias, lo que a su vez requiere también la participación de
profesionales de otros campos del conocimiento diferentes al de las ciencias
agrarias.
3. El tema de la productividad de los factores, expresada de una manera reducida
en rendimientos, está siendo complementado y en ocasiones minimizado ante
los temas de calidad, diferenciación de los productos y acceso a mercados
diferenciados.
4. La revolución tecnológica en curso, expresada principalmente en la
biotecnología, los sistemas informáticos y los efectos de la comunicación,
especialmente la internet, está teniendo un gran impacto en la agricultura y
ganadería de la Región, especialmente en los sectores de mayor grado de
modernización y capitalización, contribuyendo muchas veces a la ampliación de
la brecha tecnológica, pero a su vez brindando oportunidades para muchos
pequeños y medianos productores.
5. La persistencia, agudización en muchos países y regiones, de la pobreza rural,
incide en forma especial en la estructuración de los programas de asistencia
técnica, extensión rural y demás servicios de apoyo, así como también a los
procesos de generación y transferencia de la tecnología.

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6. La agudización de la pobreza, acompañada por la diversificación de los ingresos


rurales, hacen que no pueda ser abordada únicamente desde la agricultura y de
los patrones de innovación tecnológica propiamente dichos, sino que exige
nuevas posturas de carácter más integral que comprendan otras posibilidades de
ingreso y empleo y del fomento de formas organizativas y de acción que le de a
las comunidades rurales mayores posibilidades de acción, de empoderamiento en
sus territorios y de formación de ciudadanía.
7. El manejo de los suelos y de la diversidad genética, con la práctica de la
agricultura y la ganadería, tiene en la actualidad una amplia connotación que
transciende las explotaciones agropecuarias y los límites propios del mundo
rural. Por ello, el conocimiento, conservación y uso de esos recursos naturales
fundamentales, se convierte en un proceso estratégico, que le da un nuevo
significado a la agricultura y el desarrollo rural, y con ello a todos los servicios de
asistencia técnica, educación agrícola y rural, extensión y demás servicios de
apoyo.

B. Las nuevas políticas sectoriales y sus efectos en los servicios de


asistencia técnica y extensión rural.

Las reformas estructurales han subordinado las políticas sectoriales a los equilibrios
macroeconómicos y a la desaparición de buena parte de los instrumentos de política
pública sectorial del pasado, como subsidios, tipos de cambio diferenciados,
franquicias, poderes de compra de las empresas estatales, y fijaciones de precios a
productos básicos. La apertura comercial y la liberalización de los mercados de
capitales en un contexto impulsado por las exportaciones, han acelerado la inserción
de las economías nacionales en el proceso de globalización. En consecuencia, la
capacidad de los gobiernos nacionales para orientar sus economías se ha visto
limitada por factores que escapan a su control incluso en circunstancias de un
manejo adecuado de las variables macroeconómicas.

Muchos eventos han erosionado la independencia para poder formular y aplicar


políticas propias para el sector. Un primer grupo de estos acontecimientos proviene
de la apertura de la economía que procede crecientemente a ligar la política para la
agricultura con la política comercial internacional de los países. Las negociaciones
de la Ronda Uruguay desde 1986 y sus eventuales resultados en 1994 marcaron el
inicio de esta tendencia. Un segundo grupo se conforma a partir de las restricciones
medioambientales que proceden a condicionar las acciones cotidianas de las
prácticas de las explotaciones agropecuarias, no solamente vinculadas al recurso
tierra sino también a otros como el uso que se le da al recurso agua o las prácticas
agrícolas relacionadas con el uso de fertilizantes y pesticidas. Un tercer grupo
relacionado al anterior tiene que ver con la seguridad alimentaria que busca el
bienestar del consumidor pero compromete al productor. En este caso, el
condicionamiento de las prácticas vinculadas a la producción y las distintas etapas
de procesamiento hasta llegar a los alimentos finales es evidente. Un cuarto grupo
son todas aquellas políticas que sin ser políticas agrícolas aportan a la formación del
capital social, como las de los servicios de salud, educación y formación de
infraestructuras.

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En el pasado y aún en tiempo presente en muchos países de la región ante


circunstancias especiales, la adopción de medidas compensatorias a los problemas
de los ingresos de los agricultores, especialmente como consecuencia de la caída en
los precios de los principales productos de exportación, han jugado y aún juegan un
papel importante las respuestas gubernamentales hacia el sector agrícola. A futuro,
la acción del gobierno estará más bien dirigida a ejecutar inversiones que
contribuyan a mejorar la competitividad sectorial. En este contexto, el papel de los
sistemas nacionales de innovación para mantener el impulso del progreso
tecnológico conforme se desarrolla el aparato productivo, será crucial. Dado el
entorno de las políticas de fomento que se vislumbran, las tendencias es a generar
tecnologías que orientadas a reducir considerablemente los costes de producción.
En otros casos, los métodos de cultivo serán también capaces de reducir los daños
medioambientales y mantener e incluso aumentar la producción.

La acción pública hacia el agro se traduce también en una visión más integrada al
mundo rural. Experiencias notables en la región muestran una tendencia al cambio
en el desarrollo de las actividades no agrícolas del espacio rural. El dinamismo
económico no sólo está concentrado así en las áreas urbanas. Las actividades
manufactureras y especialmente de servicios se dan también en los entornos de las
áreas rurales.

También se ha procedido a privilegiar lo territorial. En los componentes de la acción


del gobierno se confirma una tendencia hacia la descentralización de lo que es el
gasto social, el fomento de infraestructuras y el desarrollo productivo de las
instituciones públicas. Al mismo tiempo, se ha hecho necesario implementar
mecanismos de evaluación de los programas y acciones que se generan en estas
instancias (RIMISP, 2003).

Cuando el propósito es alcanzar un mayor desarrollo productivo y mejores niveles


de competitividad para la agricultura latinoamericana, existen a lo menos cinco
ámbitos de acción que justifican la intervención pública. Ellos surgen de la realidad
que ha debido enfrentar el sector en las últimas décadas, marcada por los procesos
de globalización, privatización y desregulación del diseño económico vigente.

En primer término, la actividad agropecuaria debió enfrentar un creciente


desplazamiento de aquella parte de la producción interna que perdió competitividad
y fue reemplazada por importaciones para abastecer el mercado interno. La
extrema velocidad de este proceso derivó en medidas proteccionistas para favorecer
la producción interna.

En otros casos, la reconversión ha sido impulsada por las políticas públicas


orientadas al reemplazo de cultivos que perdieron dinamismo dentro del mercado
mundial. También es el caso de la reconversión de los cultivos declarados como
ilegales, específicamente las plantaciones de coca en los países de la comunidad
andina.

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En segundo término, los cambios en los procesos productivos que incorporaron en el


ámbito mundial tecnologías de última generación, han conducido a las políticas de
modernización de los cultivos tradicionales. La acción pública debió suplir la falta de
provisión de los agentes productivos en la toma de decisiones respecto al proceso
de reposición de su capital de trabajo.

En tercer término, se encuentran las políticas de seguridad alimentaria que son una
forma indirecta de fomentar la sustitución de importaciones. Tienden a garantizar el
abastecimiento en productos como: trigo, arroz, maíz y soja. Son considerados
básicos para el consumo final de la población y como insumos necesarios,
especialmente en el caso del maíz y la soja, para la alimentación de la masa
ganadera nacional.

En cuarto término, la agricultura es una actividad fuertemente demandante de


recursos que están más allá de la actividad predial del agricultor. Así se deben
definir políticas de bienes públicos para satisfacer muchas de esas demandas de la
agricultura. Es el caso del cambio en la composición de la dieta alimentaria
orientado al mayor consumo de proteínas de origen animal que experimenta la
alimentación en el ámbito mundial.

También se está frente a una exigencia similar cuando se debe responder a través
de la acción pública a la generación de normas y certificaciones de calidad de los
alimentos. La inocuidad es un atributo valioso en la comercialización de estos
productos, y para contar con ella se requiere de procesos de muestreo,
inspecciones, análisis de riesgo, puntos críticos de control y auditorias que la
empresa por sí sola difícilmente puede garantizar en su totalidad. Es necesario, en
consecuencia, contar con mecanismos e instituciones que aporten a la prestación
colectiva de estos servicios, tanto a un nivel local como internacional.

En quinto término, finalmente, la acción pública dirigida al agro debe contribuir al


equilibrio sectorial entre las actividades agrícolas y no agrícolas. Más aún, a políticas
de equilibrio urbano-rural.

La aplicación de todas estas nuevas políticas para el agro y el medio rural, ha


requerido una serie de acciones orientadas a reformar las instituciones y
organizaciones que intervienen en su desarrollo. Una primera reforma institucional
estuvo dirigida a disminuir el gasto público y a transferir a la actividad privada
funciones que el estado había estado cumpliendo.

Los resultados de esta primera reforma institucional han sido desiguales en los
distintos países de la Región, con consecuencias diferenciadas para los sistemas de
asistencia técnica y servicios de apoyo, pero tuvieron todas ellas un denominador
común de reducción de la capacidad institucional en los procesos de desarrollo,
mediante la limitación de sus competencias, el debilitamiento de sus presupuestos y
el recorte de su personal. De esta manera la participación del estado en la
prestación de los servicios a la agricultura y al desarrollo rural se redujo de una
manera drástica.

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Las instituciones públicas responsables de los servicios de investigación y extensión,


así como de comercialización y de otros instrumentos de apoyo, fueron debilitadas
en la mayor parte de los países y en algunos, radicalmente desmanteladas. Es el
momento en que se plantea el traslado de estos servicios al sector privado. A su
vez, se promovió el financiamiento conjunto en proyectos de generación de
tecnología y se avanzó en la desconcentración transfiriendo capacidad decisoria a
los niveles locales de las organizaciones públicas. Esta modalidad de reforma ha
creado un importante vacío o déficit institucional en el medio rural, calificado por
algunos estudiosos como el “estado remanente” (PIÑEIRO Y OTROS, 1999, Pág. 9).
En el contexto de este “vacío institucional” y en el camino para reconstruir una
nueva institucionalidad rural, se deben tomar en cuenta los requerimientos
ineludibles para impulsar la innovación tecnológica y la reconversión de los sistemas
productivos, así como para elevar de manera sostenida la productividad e introducir
los cambios necesarios para alcanzar una producción de calidad; todas ellas
acciones prioritarias para desarrollar una agricultura competitiva.

En efecto, esta primera generación de reformas se ha venido superando en la


mayor parte de los países, especialmente en aquellos en los cuales los problemas
del agro tomaron un significado importante en la vida nacional. Ello ha obligado a
plantear el tema de la reconstrucción de las instituciones rurales con una visión que
intenta superar el sesgo fiscal de las reformas señaladas.

Producto de las reformas realizadas en la prestación de los servicios públicos de


asistencia técnica, investigación y extensión rural, se dio el surgimiento de nuevos
actores participantes en el suministro de los servicios de asistencia técnica y de
otros servicios de apoyo. Empresas consultoras privadas ligadas a programas
públicos para sustituir la acción desde el estado, organizaciones no
gubernamentales en colaboración con los programas públicos o en relación directa
con las organizaciones de productores. También muchas agrupaciones de
productores tomaron iniciativas importantes para establecer servicios de asesoría
técnica asumiendo en forma total o parcial su conducción y financiamiento. También
en pocos países, los servicios han sido transferidos a los gobiernos locales por
medio de la creación de agencias de asistencia técnica dependientes de sus
presupuestos y bajo la conducción de la administración municipal.

Dentro de las modalidades establecidas para la prestación de los servicios sobresale


el llamado modelo de “tercerización” que se realiza, como su nombre lo indica, por
medio de un tercero (empresa privada u ONG) con el financiamiento del estado y de
los mismos productores y sus organizaciones. Muchos de las experiencias con estos
esquemas han sido promovidos desde los organismos internacionales por medio de
empréstitos. En el Capitulo III se profundizará el análisis de los diferentes modelos
que están en operación posibilitando un mayor rigor en el análisis.

Basta por ahora observar que el estado ha experimentado importantes cambios en


las modalidades de prestación de estos servicios, como consecuencia de las
reformas estructurales en las políticas públicas hacia la desregulación y
debilitamiento de su intervención. Se transita hacia una nueva perspectiva en que el

14
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

estado reduce su nivel de protagonismo en el desarrollo agropecuario y rural,


empezándose a estructurar una serie de alianzas público-privadas de mucha
importancia en la arquitectura de los servicios de asistencia técnica, extensión rural
y de apoyo para la agricultura y el desarrollo rural.

CAPITULO II: LA MULTIFUNCIONALIDAD DE LA ASISTENCIA


TÉCNICA Y LOS SERVICIOS DE APOYO Y SU NUEVOS ESQUEMAS
ORGANIZATIVOS

A. Las funciones de asistencia técnica con mercados abiertos

Los programas formales de extensión rural en ALC se inician con una función
fundamental centrada en la asistencia técnica agropecuaria, orientada a cambiar los
patrones de producción y productividad de las explotaciones. Esta función estuvo
inspirada en una filosofía pragmática, bajo la concepción de que la utilización de la
tecnología, especialmente foránea, era un elemento esencial para impulsar el
desarrollo del medio rural. Este primer periodo de la extensión ha sido denominado
por Caporal (CAPORAL, F.R. 2002) como el “asistencialismo familiar” porque estuvo
enfocado a la atención de familias y comunidades más pobres estableciendo entre
los programas y las familias una relación de dependencia. Con la ayuda del crédito
rural “supervisado” u “orientado”, los programas se enfocaron a realizar
transformaciones en la familia rural, vista como una unidad de producción y de
consumo, pero de una forma individualizada y sin una vinculación estrecha con los
procesos mercantiles y organizativos. Por tal razón, esta concepción del cambio
técnico y el método de acercamiento a los actores sociales, pronto mostró sus
limitaciones para producir resultados significativos.

Una posterior institucionalización de los servicios de extensión, con la creación de


las organizaciones especializadas2 en la investigación y extensión agropecuaria,
respondió a la necesidad de establecer capacidades nacionales para la generación y
transferencia de tecnología adecuada a las condiciones de los distintos países de la
Región. La estrategia inicial de difusión de la información y tecnología de los países
desarrollados a los de menor grado de desarrollo, no dio los resultados esperados.
En estas circunstancias el cambio técnico fue revisado y reconceptualizado en
función del nuevo panorama, en el cual los países de la región pusieron énfasis en
su capacidad científica y tecnológica para generar por sí mismo soluciones para el
desarrollo de la agricultura.

Los diferentes países de ALC emprendieron acciones para cambiar las formas y el
contenido de la extensión rural. Una mejor regulación y estandarización de sus
funciones empieza a darle carta de ciudadanía en el concierto de la institucionalidad
pública y el ámbito de la producción privada. Muchos programas, vinculados con los

2 En algunos países se crearon en los Ministerios de Agricultura y Ganadería, en otros se establecieron organismos
especializados en Investigación y Extensión, bajo la modalidad de los INIAs y en otros, como en el caso de Brasil,
se crearon instituciones de mayor dimensión y alcance especializadas en la prestación de los servicios de extensión.

15
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

centros experimentales y de investigación, tuvieron presencia en amplias zonas de


producción, principalmente para introducir cambios tecnológicos en cultivos de
grandes exigencias por la dinámica económica de los países partícipes dirigida a la
sustitución de las importaciones, con la esperanza de superar las raíces económicas
del atraso y lograr mayores niveles de bienestar y justicia social. Los productos de
alimentación básica, como los granos y féculas, experimentaron importantes
cambios tecnológicos, con la participación decisiva de los programas de extensión
que hacían parte de un método basado en la transmisión de la información y el
conocimiento desde los centros experimentales hacia los productores. Estos, por su
parte, eran básicamente receptores de tecnología, que en su mayor parte, estaba
ligada a los insumos: semillas, fertilizantes, herbicidas, plaguicidas, maquinaria
agrícola, tecnología de secado y almacenamiento, así como elementos básicos de la
gerencia y administración eficiente de las empresas.

Cada uno de los países de ALC, contextualizando la función de cambio técnico


correlativamente con su grado de desarrollo, implementó este proceso,
tendencialmente, en forma más o menos similar. Pero desde luego, presentándose
las brechas de desarrollo económico, social e institucional, que permanecen y se
profundizan en la actualidad. Unos, como el caso de México, Brasil y Argentina,
desarrollaron fuertes y complejas instituciones, con muchos recursos humanos y
financieros, que les permitió generar resultados de gran valor económico para el
conjunto de la sociedad3. Por tal razón se expresaron extraordinarios resultados en
la productividad en estos países en cultivos como el maíz, el trigo, la soya y otras
oleaginosas y en la producción ganadera. Pero este aumento de productividad se
estableció siguiendo una trayectoria tecnológica exigente en capital, ahorradora de
mano de obra y altamente depredadora de los recursos naturales. Los países de un
desarrollo económico medio y los más pobres y pequeños, no se alejaron de la
trayectoria anterior, aún cuando su aplicación no tuvo los impactos económicos, ni
la eficiencia institucional demostrada por los más fuertes. Se logra en el conjunto de
la Región una relativa independencia de los centros internacionales generadores y
transferidores de tecnología, en sus expresiones más avanzadas, pero no así en los
países más pequeños y pobres.

La expresión del desarrollo tecnológico experimentado, centrado esencialmente en


la búsqueda del incremento del excedente económico, fue una grave ampliación de
la brecha social en el medio rural. Por una parte, la expulsión de un gran número de
población hacia las ciudades hacia procesos de deterioro económico y social.
Efectivamente, se ha confirmado y acentuado la tendencia a la urbanización a costa
de la pérdida de población rural. “La población urbana de la Región, que en 1970
representaba 57% de la población total, paso a representar 65% en 1980 para

3 “Otra tendencia digna de destacarse en la agricultura regional es la presencia de un desarrollo agropecuario


desigual entre países, que se acentúa con el paso del tiempo, en especial en cuanto a la capacidad de producción
de alimentos. Así, Mientras que los países del Cono Sur, según los datos de FAO para 1998-2000, producen más de
380 kilos anuales de cereales por habitante y México cerca de 300, los demás países en promedio producen menos
de 120 Kg./persona. En el caso de carne, la situación se repite: el Cono Sur se está aproximando a 90
Kg./habitante, México a 45, los países Andinos producen menos de 40 y Centroamérica y el Caribe menos de 25
Kg.” (ARDILA, J y SEIXAS, M. 2002).

16
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

llegar a 75% en el 2000. Por su parte, la población rural ha crecido lentamente en


valores absolutos, hecho que está asociado a la migración del campo a la ciudad”
(DE A. DAVID MARIA B. Y OTROS. 2001, Pág. 64)

Por otra parte, la naturaleza de la tecnología difundida y adoptada excluyó a


importantes sectores sociales que no contaban con los recursos de capital, de tierra
y conocimiento para poder aplicarla. Ello implicó un crecimiento peligroso de la
brecha tecnológica entre una agricultura empresarial altamente tecnificada y
capitalizada y otra agricultura, en manos de economías familiares, con patrones de
productividad muy bajos y con importantes dificultades para insertarse
exitosamente en las corrientes comerciales imperantes.

La extensión rural ante esta disyuntiva empieza a escindirse en dos: de una parte,
los organismos corporativos representativos de las empresas y productos con éxito,
principalmente, pero no únicamente, ligados a la exportación, asumen la función del
cambio técnico de la extensión rural de una forma agresiva y comprometida,
creando sus propios equipos técnicos integrados a procesos de investigación y
desarrollo; de otra parte, la extensión rural ejercida por los Ministerios de
Agricultura, los organismos de la Reforma Agraria y otros relacionados con
responsabilidades públicas, con una función de cambio técnico desfasada de las
condiciones necesarias para llevar las innovaciones a una clientela que no podía
adoptarla. Pero además, sin los conceptos y métodos necesarios para incorporarse
en forma integral a procesos de construcción de capital social4 con las comunidades
rurales agropecuarias, de tal forma que pudiesen potenciar sus capacidades
intrínsecas.

Estas condiciones históricas, escinden a la extensión rural en dos: una para la


agricultura capitalizada y otra para la agricultura pobre. La primera con la misión,
objetivos, productos y métodos claros y bien estructurados. La segunda con un
paradigma desgarrado, producto de la crisis institucional y organizacional generada
por el fracaso de la intervención pública en la búsqueda del mejoramiento de la
pequeña economía rural agropecuaria. Esta situación crítica es expresada de
diferentes formas, en los análisis realizados por funcionarios del IICA, en la primera
mitad de la década del setenta5. En ellos se plantean aspectos relacionados con la
población meta de la extensión rural y con sus vinculaciones con los procesos de la
reforma agraria. También se cuestiona el papel determinante del cambio técnico en
el desarrollo agropecuario y de una manera muy particular se examinan con sentido
crítico los métodos verticales, autoritarios y dirigistas de la extensión tradicional
basada en la introducción de innovaciones tecnológicas. O extensión comprometida
con el cambio social y con los procesos de reforma agraria o extensión con el único

4 “Consideraremos entonces el capital social como las actitudes de confianza y las conductas de reciprocidad y
cooperación dentro de una comunidad específica (Durston, 2001), así como la habilidad de la persona o del grupo
para obtener recursos y emprender acciones mancomunadas con el fin de reducir costos de transacción por la vía
de la asociación, la administración conjunta, la compra o venta en común, el uso compartido de bienes, la obtención
y difusión de información, la reivindicación, y otras, mediante sus lazos o redes sociales.” (Dirven, M. 2002, Pág.
401). http://www.eclac.cl
5 Ver los trabajos de Ignacio Ansorena (Ansorena, I. 1972, 1971), Joao Bosco Pinto (Bosco, P. 1973), Humberto
Rosado (Rosado, H, 1973), Carlos Samaniego (Samaniego, C. 1971) y Juan Diaz Bordanave (Díaz, B., J. 1965),
principalmente.

17
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

objetivo de la modernización del sector agrícola. Juan Díaz Bordenave, lo planteaba


en los siguientes términos: “En efecto, podemos decir que ésta debe orientarse a
formar un tipo de hombre, un tipo de agricultor, caracterizado por poseer un marco
amplio de decisiones posibles dentro de un espíritu de solidaridad e integración con
su comunidad.”(…) “Insisto: la Extensión trabaja en pos de la formación de un tipo
de hombre y no solamente en la provisión de servicios o en el aumento de la
producción o de la eficiencia.” (DIAZ, B. J. 1965. Pág. 6). La Conferencia Técnica en
Chiclayo, Perú, destacó que la extensión era un instrumento del desarrollo rural y
enfatizó “…su importancia en los procesos de Reforma Agraria y se hace necesaria
su identificación con los principios económicos y sociales del proceso como condición
previa para que su acción sea efectiva y que los campesinos y sus organizaciones
participen en todas las etapas y a través de su capacitación permanente, aceleren el
proceso del desarrollo global de sus países.” (IICA. 1971, Pág. 74).

El planteamiento hacia el compromiso social no logró valorar, contextualizar y


relativizar el cambio técnico en todo su significado. Por el contrario, tendió a ponerlo
en forma dicotómica con los objetivos y funciones sociales de la extensión, haciendo
un limitado esfuerzo por ver la dinámica socio económica del cambio técnico, su
importancia en el cambio social y la manera en que dicho cambio puede contribuir a
los procesos de capitalización de la pequeña agricultura familiar. El paradigma
tecnológico no logró ser cuestionado en sus defectos intrínsecos, como tampoco la
manera en que el conocimiento podría ser apropiado por procesos de creación del
capital social de las comunidades rurales pobres. La articulación social de la
producción, agregación de valor y realización comercial tuvo débiles referencias
como una función de los programas de extensión. La correcta discusión sobre los
objetivos sociales de la extensión y la dificultad que implicaban sus métodos
verticales y tecnocráticos fue desvirtuada por los conflictivos y complejos procesos
políticos de la época.

En este período el conjunto de la Región presentó diferencias en sus sistemas de


extensión. Algunos países, en los que las reformas agrarias tomaron mayor
importancia y auge se ampliaron las funciones incluyendo algunas relacionadas con
el fortalecimiento organizacional de las comunidades rurales. En otros, donde las
iniciativas de reforma agraria y cambio social tuvieron menos importancia, las
funciones fueron más limitadas, con la excepción de las asumidas de una forma
muy específica en la ejecución de los Proyectos de Desarrollo Rural Integral.

El fracaso posterior de las reformas agrarias, así como la nueva y progresiva


inserción de la Región en las estrategias de desarrollo centradas en el fomento de
las exportaciones, la liberalización comercial, la desregulación de los mercados, la
reducción de la intervención estatal en los procesos económicos y el debilitamiento
de las funciones sociales de los distintos actores, llevó a los programas de extensión
a un profunda crisis. Muchos de ellos fueron desmantelados y otros replantearon
sus funciones para salir de la crisis y adecuarse al nuevo contexto de apertura
comercial y globalización económica de las sociedades latinoamericanas. En esta
coyuntura es importante señalar la importancia que tuvo el Banco Mundial con el
fomento del cambio de los sistemas de extensión. Las tendencias señaladas

18
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

anteriormente a darle un carácter multifuncional a la extensión, fueron


contrarrestadas por el Banco: “Se diseño entonces un modelo jerárquico de
extensión, que se centraría exclusivamente en la tecnología y que transmitiría a los
agricultores con rigurosa periodicidad mensajes seleccionados y oportunos. Otro
objetivo de este modelo era recoger para el sistema de investigación datos sobre las
necesidades de los agricultores y mantener los vínculos estrechos entre las
actividades de investigación y de extensión. Se conoció con el nombre de
capacitación y visitas.” (BANCO MUNDIAL. 1995. Pág. 17)

Esta involución en las funciones de la extensión, puesta en práctica por el Banco


Mundial por primera vez en Turquía en 1967 y difundida principalmente en los
países de Asia Meridional, Asia Oriental y el Pacífico y África, no tuvo una aplicación
muy generalizada en los países de América Latina, aunque si se establecieron en
algunos de ellos, ligados a importantes operaciones de crédito (BAXTER, M Y
OTROS. 1989. Pág. 62).

El nivel de desarrollo alcanzado por los países latinoamericanos en la concepción de


una teoría y práctica de la extensión, permitió introducir modificaciones al modelo
del BM en algunos países, conservando elementos de la multifuncionalidad de la
extensión. No obstante, el BM estableció este esquema en el 90% de sus proyectos
de extensión en todo el mundo, para más tarde concluir en sus evaluaciones: “No
existe un modelo de extensión que aventaje tan claramente a los demás como para
justificar su adopción uniforme en todas las situaciones de las pequeñas
explotaciones agrícolas, (…).”(BAXTER, M Y OTROS. 1989. Pág. 22)

En la actualidad, la tendencia es a considerar el cambio técnico como una de las


funciones de la asistencia técnica y la extensión rural, pues además de esta función
se agregan otras orientadas a atender problemas derivados del cambio institucional
y de la gestión de iniciativas más amplias de desarrollo rural.

A su vez, el cambio técnico, empezó a ser percibido por algunos programas de


avanzada, como un proceso más complejo, menos lineal y estrechamente articulado
con el comercio, la transformación de los productos y la gestión y organización de
las explotaciones en cadenas agroalimentarias. Por tal razón se formulan funciones
como las siguientes: “Asistir al productor en la organización y gestión de su
empresa, la producción, la transformación y la comercialización, con la finalidad de
mejorar sus ingresos y facilitar su integración a la cadena agroalimentaria”,
“Promover la integración de las acciones de los sectores público y privado,
facilitando el acceso a mercados y a las vinculaciones comerciales necesarias para
lograr el fortalecimiento del sector.”, “Promover y participar en acciones de
desarrollo local y regional, contribuyendo a crear las condiciones que faciliten el
financiamiento del desarrollo rural y agroindustrial.”, “Fortalecer la articulación
público-privada para vincular las demandas de los productores con los sectores de
oferta tecnológica.”6. Este tipo de funciones, se asumen en varios Programas de la

6 Programa Cambio Rural, Argentina. www.inta.gov.ar

19
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

Región, sin que ello signifique que se hayan encontrado los métodos,
procedimientos y sistemas de trabajo adecuados para aplicarlas en toda su
expresión, así como tampoco implica que los resultados esperados dependan
exclusivamente de su acción.

El cambio técnico, es una condición, pero no única, para el desarrollo, aún cuando
se vive en el proceso de globalización una situación en la cual domina la innovación
tecnológica. En el nuevo paradigma, la creación de condiciones para que los
miembros de la sociedad rural tengan acceso a la información y el conocimiento, se
convierte en un elemento esencial.

Por tal razón, el fortalecimiento de la capacidad de aprendizaje individual y social


para generar riqueza constituye un modo fundamental de aumentar el potencial de
desarrollo (PÉREZ, C. 2001). La construcción de sistemas de innovación tecnológica,
con participación de múltiples actores, como creación social, empieza a ser parte de
las funciones de la extensión rural, aún cuando de una reducida aplicación. En
consecuencia, la incorporación de los actores sociales del ámbito rural, en
condiciones de equidad en las redes y sistemas de información y conocimiento,
tiene un sentido estratégico, conceptualizado como la formación de capital social.

De esta forma, el cambio técnico en el contexto actual se articula a las otras


funciones relacionadas con la gestión de iniciativas de desarrollo como las aplicadas
por los programas del INDAP de Chile, en la Subsecretaría de Desarrollo Rural de
México, en el PRONATTA, UMATAS y la Federación de Cafeteros de Colombia y en
varios programas de Brasil, especialmente en los Estados de Río Grande do Sul y
Paraná. Pero además con las acciones orientadas a la promoción del cambio
institucional, estableciendo nuevas reglas del juego para el funcionamiento de los
sistemas de extensión, se ha estado contribuyendo, aunque no en el magnitud
requerida, a la creación de nuevas formas de acción sinérgica entre los distintos
actores de las cadenas agroalimentarias, de los sectores públicos y privados y de las
instancias nacionales, regionales y locales. Efectivamente, las nuevas reglas del
juego, especialmente los incentivos a los aportes que puedan realizar cada uno de
los actores, tiene un profundo significado en el proceso de innovación tecnológica.

El estudio de las cadenas agroalimentarias y las iniciativas de organización de los


distintos actores en redes u otras modalidades7, con una relación clara y
relativamente armónica con las organizaciones públicas y privadas, son ejemplos de
la apertura de procesos hacia la búsqueda de cambios institucionales. En este
sentido, dentro de los objetivos de algunos programas, como es el caso de
PRONATTA de Colombia, se contempla el cambio institucional de la siguiente
manera: “El objetivo del componente de Fortalecimiento Institucional es favorecer y
consolidar la cooperación entre los productores rurales, sus organizaciones, los
gremios, las ONG’s, las universidades, la comunidad científica, los extensionistas y

7. Colombia, Ecuador y el Cono Sur, entre otros, han organizado instancias especializadas en el tema de las
cadenas alimentarias, para promover una relación de coordinación en la búsqueda de la reducción de los “costos de
transacción” y de facilitar el acceso a la información y el conocimiento, como condición necesaria para incrementar
sus niveles de competitividad.

20
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

otros actores del SNCTA que contribuyen a que los pequeños agricultores rurales
tengan acceso a la tecnología. Este componente desarrolla acciones que facilitan la
construcción de nuevos esquemas de trabajo para generar mayor confianza,
reciprocidad, acuerdos, conocimiento, capacidad de gestión y otros que significan la
formación de Capital Social para el País”8.

Desafortunadamente, tales propuestas en marcha, no han estado acompañadas por


reformas más profundas al conjunto de la institucionalidad y organización de los
Estados, de tal manera que se les dote de un marco general de acción mucho más
adecuado. Las organizaciones públicas, tales como ministerios e institutos siguen
presentando serias rigideces para actuar con la agilidad, pertinencia y coherencia
que demandan los nuevos escenarios para la agricultura y el medio rural. Por otra
parte, las nuevas normas impuestas por la globalización y la apertura comercial,
sobrepasan la capacidad de reacción, previsión y readecuación de los Estados
Nacionales para actuar eficazmente en el apoyo a los sectores menos favorecidos
del medio rural.

La apertura de los sistemas de extensión públicos a nuevos operadores de la


sociedad civil, especialmente ONG’s y pequeñas empresas de servicio profesional,
ha dado lugar a la creación de un incipiente mercado de extensión, que en términos
generales tiende a cumplir funciones similares.

B. De lo tecnológico a lo organizativo y comercial

A raíz de la apertura conceptual sobre el desarrollo rural, especialmente con relación


a la concepción de la agricultura en su visión ampliada, se introdujo en varios países
de la Región, el trabajo bajo el enfoque de cadenas agroalimentarias. Tomando
como base las experiencias en la Estados Unidos, Canadá y Europa, se adaptaron
los conceptos y metodologías para abordar el análisis y el trabajo desde las
instancias finales en el proceso de generación del valor, los consumidores; hacia la
comercialización, la transformación industrial de los productos, los eslabones de la
producción primaria y el suministro de insumos -y otros bienes- en los eslabones de
la preproducción. Dicho enfoque estuvo motivado por la importancia del mercado en
la cadena del valor de los productos agropecuarios y la necesidad de los actores
involucrados de enfrentar con éxito los retos de mercados cada vez más abiertos y
competitivos. Y en función de ello, se incluyó en los marcos de los eslabones
enumerados, dos ambientes estratégicos: el institucional, en su definición más
amplia, y el organizacional.

Como una respuesta a las exigencias de incrementar la competitividad de las


actividades agrícolas y pecuarias, varios gobiernos de la región se dieron a la tarea
de impulsar programas de acción con un enfoque de cadenas alimentarias, como es
el caso de Argentina por medio de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y
Alimentación y el INTA; México por medio de la SAGARPA y las Fundaciones
PRODUCE; Colombia, por medio del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y el

8. www.pronatta.gov.co

21
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

PRONATTA; en Chile con la acción conjunta de la Fundación Chile y el Ministerio de


Agricultura; también se han desarrollado experiencias notables en Ecuador,
Venezuela, El Salvador, Costa Rica y Panamá. Los estudios de cadenas
agroalimentarias o agroindustriales han estado acompañados en algunos países por
procesos de extensión rural hacia la generación de mecanismos de confianza,
reciprocidad y cooperación que les permita afrontar con relativo éxito las duras
condiciones de competitividad de los mercados abiertos. Con base en ellos, se han
logrado formular y ejecutar estrategias conjuntas para el mejoramiento de la
competitividad de las actividades productivas, tomando en consideración el
establecimiento de relaciones más equitativas entre los distintos actores que
conforman los eslabones de las cadenas. En Colombia, este trabajo ha tomado la
denominación de Acuerdos Sectoriales de Competitividad9 (ROLDAN, D. y C.
ESPINAL. S.F.), en Brasil Acuerdos Sectoriales Tripartitos, en México como estudios
o trabajos por cadenas agroalimentarias, en otros países toman el nombre Foros
Nacionales de Competitividad, o simplemente Estudios de Cadenas
Agroalimentarias . Estas iniciativas están sustentadas en una activa participación
10

entre todos los actores de las cadenas que conduzcan a acuerdos estratégicos para
lograr un mejor posicionamiento de los productos en los mercados. Con ello se
logran acciones estratégicas que cubran las principales deficiencias de la producción
primaria de acuerdo a los criterios que estén establecidos para la actividad en que
se esté trabajando, así como las pertinentes para reducir los costos de transacción,
generación de valor agregado y el logro de la satisfacción de las necesidades del
consumidor.

Tanto la formulación como la ejecución y seguimiento de las estrategias, que


pueden tomar dimensiones nacionales, regionales y locales, descansan sobre la
asimilación de los conceptos de cooperación, reciprocidad y confianza. Y ello
demanda un importante trabajo de asistencia técnica y extensión rural que sea
capaz de facilitar los acuerdos, la formulación y aplicación de las estrategias y sobre
todo inducir el sentido económico de los tres pilares del capital social (cooperación,
reciprocidad y confianza). Lo anterior significa acciones concretas y permanentes de
los Gobiernos y Estados por crear y fortalecer las instancias y órganos de
representación de los distintos actores, especialmente los tradicionalmente
excluidos.

El abordaje de las cadenas agroalimentarias plantea una serie de requerimientos a


los servicios de asistencia técnica y extensión rural que es necesario considerar en
todo su significado. En primer lugar, le exige una fuerte formación en la compresión
del funcionamiento de los mercados, tanto del proveedor como del consumidor, así
como en el manejo de los mecanismos necesarios para asesorar la intervención en
ellos. De esta forma, el tema del mercado se presenta como uno prioritario para
abordar con relativo éxito las transformaciones productivas en las empresas. Ello
exige la existencia de buenos sistemas de información y conocimiento, no

9. Una explicación completa del Programa de Agrocadenas puede ser consultado en el sitio web
www.agrocadenas.gov.co
10. El IICA, conjuntamente con la cooperación francesa, diseñó una metodología de trabajo denominada Cadenas y
Diálogo para la Acción (CADIAC), que ha sido aplicada en varios países.

22
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

solamente en ámbito de la producción, sino del comercio y la comercialización de


los productos. Es por ello, que los servicios de asistencia técnica o de extensión
rural deben ser operados por equipos inter - disciplinarios capaces de atender con
suficiencia los principales eslabones de las cadenas alimentarias y no únicamente la
problemática de las explotaciones agropecuarias.

En el tema del mercado, la asistencia técnica deberá brindar información útil


relacionada con la dinámica de la demanda, su estructura y funcionamiento, la
caracterización de los distintos actores que intervienen y proveer de herramientas
para su cuantificación y prospección. A su vez, debe resolver los interrogantes sobre
el comportamiento de los precios y de todos los instrumentos de política que les
alteran y condicionan. Este tema tiene una gran importancia en las situaciones
particulares que viven muchos países de negociaciones de tratados de libre
comercio que afectan de una forma fundamental el sistema de formación de los
precios de los productos del agro. Pero además, incluirá en su sistema de
información y conocimiento elementos para formular planes estratégicos de
comercialización de las empresas u organizaciones de éstas, que faciliten el
posicionamiento exitoso de los productos. Esto exige no sólo el manejo de las
técnicas y los métodos del mercadeo, sino también habilidades especiales en las
técnicas de negociación y de solución de conflictos.

El éxito de la pequeña y mediana agricultura de los países de la Región, no sólo


depende del incremento de sus niveles de competitividad y de una inserción más
favorables en el mercado, sino también y de forma muy especial del incremento en
la generación de valor agregado, mediante procesos de industrialización de sus
productos. La industrialización puede verse en dos vías: por medio de las alianzas
con grandes agroindustrias en la condición de proveedor, o mediante la creación de
pequeñas y medianas agroindustrias rurales articuladas a los mercados del
consumidor bajo la gestión de las propias organizaciones de productores. Las dos
vías son importantes y ninguna de ellas es mejor que la otra. Dependen de las
circunstancias del entorno, de la capacidad de organización y negociación de los
actores y de su grado de desarrollo. Pero cualquiera de ellas, requiere servicios de
asesoría, de capacitación y de financiamiento. Por ello, el tema de la agroindustria,
debe estar incorporado en los esquemas de asistencia técnica y de extensión rural,
para lo cual requieren estos servicios ser reorientados y reestructurados con nuevas
funciones y la vinculación de profesionales preparados para ello.

El acceso al crédito ha sido uno de los temas de mayor importancia en las


estrategias de desarrollo de la agricultura y del medio rural. Este acceso, depende
del grado de fortalecimiento de los mercados financieros rurales y de la relación de
estos con el comportamiento de las actividades económicas del medio rural. Los
problemas más importantes que deben abordar los mercados financieros rurales son
los siguientes: acceso limitado a créditos formales a corto plazo, segmentación del
mercado y falta de competencia, disponibilidad limitada de créditos a mediano y
largo plazo, escasez de intermediarios financieros operativamente eficientes y
sostenibles y, variedad limitada de servicios financieros.

23
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

Esta problemática pertenece a un ámbito de acción que escapa a las acciones de los
programas de asistencia técnica y de extensión rural, pues incluye desde medidas
relacionadas con la política económica y financiera, hasta elementos organizativos
del sistema financiero y crediticio de los países. Sin embargo, sí exige un flujo
constante de información de los servicios de asistencia técnica sobre estos temas
para que los productores y sus organizaciones se puedan participar como agentes
activos en los procesos de formulación de políticas en los diferentes niveles de
intervención. Pero a su vez, para que puedan utilizar las mejores ofertas crediticias
y financieras. En este sentido, algunos programas de asistencia técnica han asumido
esquemas de planificación financiera de las explotaciones agropecuarias situándose
de esta forma en un esquema más financiero que tecnológico.

C. La organización de la extensión entre lo público y lo privado.

La privatización de los servicios de extensión, entendida como la relación entre


agentes privados mediados por un pago del servicio de quien lo recibe a quien lo da,
no se ha establecido plenamente en los programas de extensión rural que
históricamente han sido administrados por el Estado para la atención de la
agricultura familiar campesina. Lo que se ha establecido es la llamada
“tercerizacion”, que consiste en la prestación de servicios por parte de particulares
(asesores individuales, empresas de asistencia técnica, ONG’s, universidades,
organizaciones rurales, etc.) que son pagados por el Estado para llevar los servicios
a la población meta, estableciendo para ella una obligación de compartir el costo del
servicio con el ente público correspondiente.

En este esfuerzo privatizador de los gobiernos de ALC que han impulsado las
medidas, -en conjunto con los organismos internacionales financieros y de
cooperación que las han fomentado y apoyado-, ha jugado una importante papel la
creación de mercados privados de servicios de extensión o de asistencia técnica, lo
que ha significado un especial apoyo a la formación de los entes ofertantes, como la
creación de mecanismos para que los productores agropecuarios puedan convertirse
en demandantes efectivos.

Desde el lado de la oferta, muchos programas han fomentado la formación de


empresas de extensión o de asistencia técnica, bajo diferentes modalidades
jurídicas (sociedades comerciales u organizaciones no gubernamentales),
establecido tarifas correspondientes con los costos reales que les sirva de estímulo,
creado normas de participación sobre el procedimiento y las metodologías de
trabajo, así como también ejecutado programas de capacitación para asegurar
mínimos resultados.

Desde el lado de la demanda ha significado el establecimiento de una nueva relación


con la población meta al inducirla a pagar un servicio que tradicionalmente era
gratuito, así como también a excluir, en muchos casos, a sectores que no pueden
cubrirlo. Pero también el establecimiento de este patrón mercantil, ha traído consigo
procesos de valorización de una función que no necesariamente era valorada en
todas sus implicaciones económicas. Pero además, una de las preocupaciones

24
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

importantes de los gobiernos ha sido la creación de esquemas de financiamiento de


este modelo que progresivamente sean sustituidos por un mercado real, que elimine
la mediación del Estado.

Chile
El modelo precursor de la privatización de los servicios de extensión en ALC es el de
Chile, establecido a finales de la década del 70. En el transcurso de su desarrollo ha
sido sometido a varios estudios y evaluaciones11, todas dando muchas lecciones de
aplicación práctica para Chile y otros países. Un resultado importante que tiene
relación directa sobre la modalidad de privatización o “tercerización” es que “La falta
de aplicación del criterio de co-financiación del PTT por parte de los usuarios,
distorsiona el sentido, impacto y eficiencia del programa, y dificulta el desarrollo de
un mercado de servicios de asistencia técnica para la pequeña agricultura”
(BERDEGUÉ J.A. Y OTROS. S.F. Pág. 26.). Es decir que la demanda efectiva por el
servicio aún no está creada, pese que se llevan aproximadamente 20 años en su
aplicación.

La conclusión por el lado de la oferta, es la siguiente: “Los extensionistas o asesores


que prestan el servicio a los productores, y a las empresas que los emplean, no
están suficientemente preparados para asumir efectivamente los nuevos temas
reclamados por los cambios en el contexto económico de la agricultura” (BERDEGUÉ
J.A. Y OTROS. S.F. Pág. 26.). Ello implica, que no necesariamente el carácter no
estatal de la adscripción de los extensionistas asegura que éstos puedan responder
con eficacia a las necesidades de los agricultores en relación con el contexto en que
están insertos.

Pero sí es importante decir que las evaluaciones del Programa son muy positivas en
materia de adopción de nuevas tecnologías y en la relación beneficio costo de las
mismas, así como también en el incremento del capital social de los participantes,
toda vez que han logrado mayores niveles de organización y mejores relaciones con
un importante número de instituciones públicas y empresas privadas, en
comparación con aquellos agricultores que han permanecido al margen del
programa. A su vez, las evaluaciones dejan claro una baja intervención en los
mercados, recalcando el hecho de que sí tienden a aprovechar las oportunidades
que estos presentan, pero no interviniendo causalmente en la creación de dichas
oportunidades.

En lo relativo a la creación de un mercado de asistencia técnica, todos los informes


evaluativos del INDAP en lo relativo a este programa específico, concluyen que este
es una tarea de largo plazo, que requiere que en “En los próximos años, el sector
público deberá seguir cumpliendo un papel activo de apoyo a la pequeña
agricultura, si Chile desea que la pequeña agricultura tenga un papel y un espacio
en el desarrollo económico, social e institucional del medio rural.” (BERDEGUÉ J.A. y
OTROS. S.F. Pág. 30).

11. BANCO MUNDIAL, 1994 B. / BERDEGUÉ J.A. 1995. /BERDEGUÉ J.A. 1997. / BERDEGUE, J.A. Y OTROS. S.F.

25
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

Uruguay
El Programa Nacional de Apoyo al Pequeño Productor Agropecuario (PRONAPPA) de
Uruguay se inició a fines de 1993 para atender a pequeños campesinos articulados
al mercado. Son ellos los que eligen a los asesores de acuerdo a sus necesidades y
confianza. Organizados en grupo solicitan al extensionista el diseño de un plan de
trabajo para el desarrollo de las actividades productivas con base en las señales del
mercado. Con esto se derivan las acciones de tipo productivo, tecnológico,
financiero y comercial. El financiamiento de estos servicios de asistencia técnica
está sustentado en la idea de inducir el aporte económico de los usuarios en
términos progresivos para que fueran incorporándolo en los costos de producción.

No obstante, el proyecto reporta una persistente renuencia a que los grupos de


productores asuman dichos costos. Se comprobó así la hipótesis según la cual la
prolongada asistencia de distintos esquemas de extensión gratuitos que existen en
Uruguay, creó un hábito en la población que recibe el servicio gratis hasta el punto
de que lo consideraban como un derecho ganado e importante.12

El PREDEG de Uruguay, se inicia en 1998 por un período de seis años y actualmente


ha sido ampliado hasta el 2004. Este proyecto busca modernizar el sector con un
enfoque de cadena productiva. Tiene un componente de asistencia técnica que
recibe una proporción importante del presupuesto, que se ejecuta a través de las
empresas privadas. Se inició formando consultoras privadas y consorcios técnicos
que llegaron a atender 220 grupos de productores de 10 a 12 miembros cada uno.
Los grupos co-financian la asistencia técnica en un esquema incremental en el cual
el proyecto comienza financiando el 90% del costo, reduciendo 10% cada año hasta
llegar al 50%, después de lo cual desaparece el pago por parte del proyecto.
Tratando de garantizar el pago de los productores, se pide que anticipen su aporte
trimestralmente como requisito para el desembolso del proyecto. Esta situación ha
ocasionado que el número de grupos disminuya de 220 a 180 en el año 2002, con
tendencia a que la reducción de grupos que continúen activamente recibiendo y
pagando el servicio de asistencia técnica sea más drástica. Se estima que el costo
de atención a cada grupo es de US$500, dólares además de transporte y los costos
de gestión, lo que implica que el costo por agricultor es aproximadamente de US$30
dólares por mes. (ESCOBAR, G. 2003. Pág. 29)

Ecuador
El componente de transferencia de tecnología agropecuaria del PROMSA de Ecuador
reemplazó el antiguo sistema público de extensión agropecuaria centralizado en el
MAG, donde los servicios a los productores eran responsabilidad directa de
funcionarios públicos. Ahora, esos servicios están a cargo de entidades privadas,
reservándose el sector público las funciones de decisión política, de normatividad
general, de co-financiamiento de los servicios mediante subsidios focalizados y
directos a la demanda, y de supervisión en el uso de los recursos públicos. Se

12. Estudio de Caso: Programa de Apoyo al Pequeño Productor Agropecuario ‘PRONAPPA’. Conferencia electrónica:
Experiencia de Servicios Privatizados y descentralizados de asesoría a la agricultura campesina en América Latina y
El Caribe. FIDAMERICA. Citado por ESCOBAR, G. 2003. Pág. 29.

26
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

orienta a zonas y productores con buen potencial productivo y articulados al


mercado; trabaja con un enfoque de cadenas agroalimentarias y con productores
organizados en grupos informales que tienden a obtener personalidad jurídica. Con
relación al esquema de cofinanciamiento del programa el pago por los servicios
representa el 21% del costo total del servicio. Una evaluación realizada en julio del
2002, presenta una serie de fortalezas y debilidades en su ejecución, principalmente
relacionadas con el poco desarrollo de la oferta de asistencia técnica y con la
dificultad que significa la inducción de los costos del servicio en la agricultura
familiar de menor grado de capitalización, así como importantes debilidades en
relación con un enfoque excesivamente productivista, poco adecuado a las
tendencias fundamentales del desarrollo rural. (BERDEGUÉ, J. 2002)

Brasil
Algunas de las iniciativas recientes de “tercerización” de la extensión en Brasil, son
consecuencia del desmonte de los servicios públicos son el Proyecto LUMIAR
(Asistencia Técnica a los Asentamientos de la Reforma Agraria), el Proyecto
Itaparica y el Proyecto PROCAT. El Proyecto LUMIAR trabaja conjuntamente con un
programa de crédito ligado a la Reforma Agraria y busca la formación de equipos de
asistencia técnica y capacitación para orientar los resultados de los asentamientos
campesinos tomando como base su participación y la obtención de resultados. Los
recursos financieros son provistos por el INCRA. Cada asentamiento dispone de un
equipo local, perteneciente a las empresas contratadas, encargado de prestar la
asistencia técnica y está compuesto por un técnico de nivel superior responsable de
aspectos organizativos, otro a nivel superior en el área agropecuaria y dos técnicos
de nivel medio. Un equipo debe atender 300 familias aproximadamente. (MIRANDA,
C y A., MATOS. 2002. Pág. 23)

El Proyecto Itaparica13 (MIRANDA, C y A., MATOS. 2002. Pág. 44-45) presta


asistencia a agricultores a través de sus organizaciones para que tengan un control
efectivo de los procesos de planificación y ejecución. Trabajan bajo una forma
cogestionaria entre el organismos financiero, las organizaciones y la cooperación
técnica internacional ejercida por el IICA. Se ha ejecutado como un proceso
educativo y participativo, de tal manera que sean las propias comunidades las que
definen los objetivos, prioridades y estrategias de los equipos técnicos que trabajan
para ellas. La cogestión de los servicios de extensión rural se practica por medio de
una estructura con tres niveles de acción: el central, denominado Núcleo Gestor, el
Regional denominado Coordinación Compartida y el local bajo el nombre de Comités
Locales de Gestión. Este tipo de gestión compartida ha tenido costos muchos más
bajos que los que se incurrían cuando el servicio era prestado exclusivamente por
empresas privadas, así como también ha contribuido a la formación de capital social
local y al fortalecimiento de la organización. Sin embargo, estas experiencias no han
logrado establecer las relaciones necesarias entre los asentamientos y el desarrollo
en el nivel municipal al cual pertenecen. Por otra parte, aún está vigente un enfoque
excesivamente agrícola que no permite apreciar la importancia de actividades

13. Asentamiento de pobladores desplazados por la construcción de una hidroeléctrica

27
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

económicas no agrícolas como el turismo rural y la artesanía, entre otras.


(MIRANDA, C y A., MATOS. 2002. Pág. 44-45)

El PROCAT es un mecanismo que incluye ONG’s y movimientos sociales reunidos en


una red institucional, para actuar en forma conjunta en la prestación de los servicios
de extensión agrícola, bajo una perspectiva de desarrollo local sostenible. Se trata
de una estructura informal, con base en identidades técnicas y políticas, en la cual
la Federación de Trabajadores de la Agricultura de Río Grande del Norte (FETARN)
es el líder y las ONG’s juegan un papel de instancias directamente responsables por
la asesoría técnica y gerencial de las asociaciones comunitarias y los agricultores
familiares. Los recursos financieros para la ejecución del proyecto son asignados por
el Ministerio de Desarrollo Agrario y el PRONAF (Programa Nacional para el
Fortalecimiento de la Agricultura Familiar).

El análisis presentado por Miranda y Matos, concluye que tanto las formas de
tercerización ejecutadas por empresas privadas con fines de lucro, como por
Organizaciones No Gubernamentales, tienen sus aspectos negativos como positivos,
dependiendo de los objetivos, de los grupos meta y de las circunstancias
institucionales que les rodean. La“tercerización” ejecutada por Organizaciones No
Gubernamentales parece adecuarse más a situaciones que demandan la creación de
capital social y humano pues son más proclives al fortalecimiento de las
organizaciones y de los movimientos sociales. De otra parte, las experiencias con
las empresas privadas tienen más flexibilidad para resolver imprevistos técnicos y
para sustituir profesionales. Pero en cualquiera de los dos casos, cuando se realiza
con recursos públicos debe ser concebida como un instrumento estratégico para
promover el desarrollo local sostenible y no para atender objetivos puntuales de
corto plazo. El modelo de cogestión puede dar muy buenos resultados integrando
cuatro sectores convergentes: la institución que financia, una entidad de soporte
técnico, organizaciones de beneficiaros y Organizaciones No Gubernamentales como
entidades ejecutoras de las acciones de extensión y los movimientos sociales que
aseguran la sostenibilidad política y el control social de los servicios.

México
La SAGARPA de México por medio de la Dirección General de Servicios Profesionales
para el Desarrollo Rural y en el marco general del Desarrollo Rural en la Alianza
para el Campo, ejecuta un programa orientado a establecer mecanismos de
fomento para el desarrollo de la oferta de servicios profesionales adecuados a las
necesidades de las unidades de producción, de las organizaciones económicas y de
las sociedades rurales de menor desarrollo relativo. Ello comprende la puesta en
marcha de iniciativas en materia de información y conocimiento para el
fortalecimiento de las organizaciones rurales y las unidades de producción y la
identificación de experiencias y oportunidades de reconversión productiva y
comercial.

Por el lado de la demanda subsidia el costo de los servicios profesionales para que
los usuarios de los servicios los valoren como una inversión rentable. Da capacidad
de compra a los beneficiarios para desarrollar sus criterios de selección, supervisión

28
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

y pago de servicios profesionales, y apoya a los productores para visualizar áreas de


oportunidad mediante difusión de proyectos sobresalientes y la promoción de
productos no tradicionales. Desde la oferta concentra a los profesionales en la
promoción, identificación, diseño y desarrollo de proyectos para grupos u
organizaciones, opera un esquema de atención para garantizar la calidad de los
servicios profesionales que se subsidian a los productores y establece los
mecanismos para supervisar y evaluar el desempeño de cada profesional. Asimismo
promueve la creación y consolidación de Agencias de Desarrollo o Empresas de
Servicios.

Este Programa, orientado hacia la agricultura familiar campesina, está acompañado


de un importante subsidio del Estado y tiene una orientación hacia el desarrollo
rural, lo que hace que de parte de la SAGARPA exista una orientación muy precisa
sobre la participación de las oferentes de la extensión o asistencia técnica para las
comunidades rurales. Ello implica un sistema de certificación y de seguimiento de
las firmas u operadoras de la asistencia técnica, con métodos de trabajo bien
definidos.

“Los responsables de los programas de desarrollo rural, de la Subsecretaría de


Desarrollo Rural (SAGARPA, México), enumeran una serie de aspectos considerados
por ellos como “ventajas del pago de servicios”. Entre éstos se señalan los
siguientes:

1. “No se tiene una red rígida de profesionales para atender a los productores por
un determinado tiempo (los costos de la red de extensionistas pasan de ser fijos
a variables en función de los servicios concretos por realizar)”. “Los solicitantes
autorizados seleccionan, dentro de un universo más amplio, el prestador de
servicios que consideren conveniente.”
2. “Como el pago es por el servicio contratado, la distracción en otras actividades
es menos probable.”
3. “Los prestadores de servicios profesionales no permanecen tiempo completo en
sus puestos, ni son para “uso” exclusivo del programa.”
4. “El pago por servicio no genera responsabilidades laborales y reduce la
responsabilidad fiscal.”
5. “El prestador de servicios que ofrezca más servicios con la calidad requerida
podrá percibir mayores ingresos.”
6. “Como las sinergias profesionales permitirán generar más y mejores servicios en
un tiempo dado (por equipamiento, redes de relaciones y destrezas), la
conformación de empresas de servicios o agencias de desarrollo se dará por sí
misma.”
7. “La capacitación para ofrecer servicios útiles a los productores se demandará aun
cuando los propios programas no la ofrezcan. (SAGARPA, abril de 2002:26).”
(MORA, J. 2002)

Nicaragua
Al igual que el caso chileno, el modelo de Nicaragua diferencia los servicios por tipo
de productores. Así, tiene establecido tres modalidades de prestación de servicios

29
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

de extensión, cuyo empleo depende de las características diferenciadas de los


diversos grupos de productores rurales.

Servicios de Asistencia Técnica Pública Básica (ATPb), usa medios masivos de


comunicación y demostraciones gratis para llegar hasta los productores. INTA
implementa este servicio, donde cada agente de extensión atiende a unos 400
productores. El servicio incluye información, organización de eventos (como ferias)
y capacitación.

Asistencia Técnica Pública Cofinanciada (APT1) también ofrecido por INTA,


comprende principalmente paquetes con semilla mejorada y asistencia técnica en
donde los productores pagan una pequeña suma por un servicio convenido de
antemano. El pago se hace al técnico y no a la institución, y se divide entre aquellos
que proveen el servicio, incluyendo los supervisores y el personal de apoyo. El
contrato entre el productor y el extensionista incluye objetivos cuantitativos en
términos de producción de cultivos a ser alcanzados con la asistencia técnica.
Ambos, el extensionista y la institución, están obligados a través de este mecanismo
a esforzarse por alcanzar los resultados convenidos.

Asistencia Técnica Pública Privada (ATP2) es el servicio de extensión subsidiado


públicamente, que es suministrado por empresas privadas pero co-financiado por
los productores. Junto con el agricultor, el técnico hace un diagnóstico de la finca,
identificando problemas existentes y proporcionando soluciones para incrementar la
producción. Conjuntamente con el productor, se diseña un plan de producción y un
programa de capacitación. Una pequeña unidad en INTA coordina este Servicio.

Sobre la modalidad de extensión cofinanciada, se han realizado dos trabajos de


investigación. Una tesis de maestría en Extensión Agrícola de la Universidad Estatal
a Distancia, que ilustra el auge de esta modalidad, la buena disposición de los
agricultores a participar y las condiciones favorables para su implementación en su
fase temprana de inicio (JIRÓN, J. R.1999) El otro trabajo, efectuado en el año
2000, por Claudia Solórzano para obtener la maestría en Economía y Sociología
Ambiental del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE),
titulado “Planificación, seguimiento y evaluación en finca para fortalecer
capacidades gerenciales y facilitar la innovación tecnológica, INTA Nicaragua”, se
valoró la efectividad del sistema de transferencia de tecnología del INTA en las
agencias de Masaya y Rivas, mediante la modalidad de ATP1. Producto de la
asesoría recibida y del apoyo de otras organizaciones, se produjeron cambios
positivos en los sistemas de producción, tanto en el mejoramiento de la
productividad de las actividades como en la diversificación de la producción.

Además, se ilustra el buen comportamiento de los productores a pagar el servicio.


No obstante, muestra debilidad en materia de mejoramiento de los sistemas de
gerencia de fincas, al limitarse exclusivamente a los aspectos agronómicos, así
como deficiencia en los métodos de planificación al no considerar el diagnóstico
participativo, la elaboración de los planes y el monitoreo. Otro aspecto que se debe
mejorar es el instrumental de monitoreo y planificación. Aunque se hace un

30
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

esfuerzo notable para registrar la información de tipo productiva y socioeconómica,


no se analiza ni se sistematiza debidamente para retroalimentar las acciones y
metodología de trabajo en los nuevos convenios. Por otra parte, los convenios,
planes de producción y acuerdos de asistencia técnica son de muy corto plazo,
nueves meses, mientras se precisa un horizonte más largo para poder planear e
implementar un plan de finca y aplicar un enfoque sistémico, por sistema de
producción y no solo por rubros. Por lo que Solórzano propone convenios de más de
un año en que se combina un plan de mejora de finca con uno de producción anual.

Argentina14
La inclusión de los Grupos CREA de Argentina en este acápite de la privatización
tiene el objetivo de ilustrar el caso de iniciativas de los propios productores por
organizar sistemas de extensión en función de sus intereses particulares, con un
propósito de mejorar sustancialmente los niveles de productividad y competitividad
de sus empresas. Estas iniciativas, expresadas bajo diversas modalidades en ALC,
son posibles cuando se logran ciertos niveles de capitalización y de formación
empresarial, pero a su vez son un extraordinario ejemplo de la fuerza del
establecimiento de mecanismos de cooperación, confianza y reciprocidad para el
mejoramiento económico y social.

CREA es una asociación civil, sin fines de lucro, fundada en 1960 con el objetivo de
promover el desarrollo integral del empresario agropecuario para lograr empresas
económicamente rentables y sustentables. Existe una asociación nacional en la
Argentina, AACREA, y por la cultura institucional que ha desarrollado hoy se
denomina el movimiento CREA, que busca vincular valores como la solidaridad, el
trabajo en equipo y el cuidado de los recursos naturales, en general.

Un CREA es un grupo de productores de la misma región que comparte sus


experiencias a fin de capitalizar las habilidades y conocimientos individuales para
encontrar mejores soluciones y tomar decisiones más aceptadas con respecto a las
empresas agropecuarias. Cada grupo, formado por 10 o 12 empresarios
agropecuarios, cuenta con asesoramiento de un técnico capacitado en aspectos
empresariales y dinámica grupal que colabora con el entrenamiento y el
seguimiento técnico de las empresas del grupo. Un grupo CREA se forma para
mejorar la rentabilidad de la empresa, resolver problemas inherentes a la
productividad y sostenibilidad, para ajustar la aplicación de la tecnología básica y
para obtener de esa tecnología respuestas prácticas probadas en terreno.

El trabajo se centra en el conocimiento de todos los establecimientos de los


integrantes del grupo, así como de las posibilidades y problemáticas de la empresa
de cada uno. Para ello se realiza una reunión mensual en la que todos los
integrantes del grupo analizan y recorren una explotación. Se detectan los
problemas, se sugieren soluciones y se aportan ideas, con el apoyo de un asesor
técnico. Se intercambian todas las experiencias de los miembros de CREA para
buscar la mejor solución a los temas planteados por el dueño del campo. Cada CREA

14. Información tomada de Escobar, G. 2003. Op. Cit. Recuadro Pág. 31. www.aacrea.org.ar

31
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

hace una gira mensual por todos los campos del grupo, con el objeto de ajustar la
tecnología en cada explotación, ayudar a detectar posibles problemas y planificar
con el propio asesor el desarrollo de la empresa.

El asesor es contratado por un determinado número de días, que incluye una


reunión mensual, la visita de cada campo y el tiempo dedicado a búsqueda de
información, trabajo de gabinete y la capacitación. Se incluye la concurrencia a las
reuniones organizadas por AACREA. Estos asesores son financiados y contratados
por cada grupo CREA.

Una Nueva Relación Público Privada para la Prestación de los Servicios de


Extensión Rural

Como lo han señalado varios estudiosos del tema de la extensión rural15, en el


conjunto de la Región se están generando una serie de iniciativas hacia el
establecimiento de un complejo público privado que tiende a la creación de un
mercado de servicios, bajo la conducción pública y en un proceso de redefinición de
la naturaleza, calidad, focalización y orientación de los servicios gubernamentales.
De esta compleja relación empieza a surgir la necesidad de inducir a los entes
privados a asumir objetivos múltiples que van más allá de los conceptos clásicos de
la rentabilidad privada y a los entes públicos a introducir valores de eficiencia como
condición fundamental para cumplir con sus obligaciones sociales.

En algunos países los sistemas de extensión fueron desmantelados o debilitados y


no estuvieron complementados con la formación de mercados alternativos de
servicios, creando así una situación muy difícil especialmente para la pequeña
agricultura familiar.

Para no dejar estos vacíos, se requiere una política activa del Estado hacia la
creación de servicios alternativos con la intervención de entes privados y de
Organizaciones No Gubernamentales, que puedan asegurar una continuidad en el
apoyo a la pequeña y mediana agricultura familiar campesina.

En términos del tipo de organización y financiación de la extensión, el Estado


debería invertir en la Extensión como bien público, ya sea oficialmente o en forma
mixta, en las siguientes situaciones genéricas16:

ƒ Cuando una mayoría importante de productores (pequeños y medianos,


especialmente) se beneficiaría más de la extensión que los productores
individuales. Por ejemplo, la extensión para que un colectivo comunitario pueda
extensivamente aprender sobre el uso de fertilizantes en tiempos determinados,
tendría más el carácter de bien público, que la extensión para determinar la

15. (RIVERA, W, ZIJP, W AND ALEX, G. 2000)/( BERDEGUÉ, J. 2000)


16. BAGES, F Y OTROS. Sugerencias de Políticas de Extensión para América Latina y El Caribe. En: Proyecto de
Investigación en Extensión y Servicios de Apoyo: hacia una agricultura sostenible en América Latina y el Caribe.
IICA. San José, Costa Rica.

32
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

cantidad de potasio en un área específica de la finca de un agricultor individual,


cuyo beneficio va a ser usufructuado económicamente por ese solo agricultor.

ƒ Cuando determinado tipo de extensión puede ser prestado mas eficientemente y


a menor costo bajo un esquema estatal que bajo esquema privado. Por ejemplo,
una parcela demostrativa proyectada hacia un colectivo comunitario podría
desarrollarse con mayor profundidad y calidad a partir de un esquema de
servicio estatal o mixto; en cambio sería muy difícil que un extensionista privado
hiciera lo propio sin cargar el costo a cada uno de los participantes, o que
estimulara a éstos a compartir el conocimiento con otros productores.

ƒ Cuando los programas de desarrollo rural estatales pueden ser más efectivos si
se combinan con servicios de extensión. Por ejemplo, cuando el Gobierno
promueve y financia mejoramientos en infraestructura de irrigación, los cuales
serían más efectivos si se establecen en el lugar cultivos o actividades
productivas de alto valor. En este caso, el servicio de extensión oficial a los
usuarios del distrito de riego, permitiría que más rápidamente se hiciera uso
efectivo del recurso, y por lo tanto habría una tasa de retorno más alta de la
inversión hecha por el Gobierno.

ƒ Cuando aquellos servicios de beneficio público considerados necesarios no son


suficientemente provistos por empresas privadas. Por ejemplo, muchos de los
servicios de extensión en manejo fitosanitario los podrían prestar empresas que
producen o comercializan pesticidas o plaguicidas, y uno no esperaría que ellos
recomendaran menor uso de esos químicos adoptando, por ejemplo, manejo
integrado de plagas y por lo tanto con mayor protección del medio ambiente.

ƒ Cuando en zonas de concentración de pequeños productores, por ejemplo, sea


necesario establecer programas de aumento de productividad o de reconversión
productiva, sería muy difícil que los primeros asumieran los costos de la
extensión.
ƒ En estos casos, el gobierno debería organizar y /o propiciar esquemas oficiales o
mixtos de financiación de la Extensión a nivel regional y local.

CAPITULO III: CONOCIMIENTOS, HABILIDADES Y DESTREZAS PARA


LA ASISTENCIA TÉCNICA Y LA EXTENSIÓN RURAL

A. Los perfiles de los profesionales necesarios para la asistencia técnica y


los servicios de apoyo.

Los cambios sucedidos en el ámbito de la agricultura y el medio rural, como


consecuencia de los procesos de globalización y de la revolución tecnológica en
curso, han modificado los paradigmas de concepción y de acción de los procesos de
asistencia técnica, extensión rural y prestación de servicios. Con ello, se suceden
importantes modificaciones en las exigencias del profesional necesario para prestar
estos servicios. Una primera conclusión importante es que los servicios de asistencia

33
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

técnica y extensión rural, en las dimensiones en que se vienen estructurando de


acuerdo a las demandas de las poblaciones rurales y en función de las perspectivas
de las tendencias de desarrollo rural, no pueden seguir siendo atendidos de manera
casi exclusiva por los profesionales de las ciencias agrarias (ingenieros agrónomos y
médicos veterinarios, principalmente). Una segunda conclusión es que estas mismas
disciplinas requieren cambios importantes en su perfil.

La importancia de la revolución biotecnológica y de la relevancia de la dimensión


ambiental en la práctica de agricultura y la agronomía, requiere un replanteo del
perfil tradicional de los ingenieros agrónomos, poniendo énfasis en estos aspectos
de tal manera que éstos profesionales puedan facilitar la transición hacia formas
agrícolas de carácter ecológico. Con esta orientación formativa, los profesionales de
las ciencias agrarias tendrán una mayor capacidad de contribuir eficazmente a las
exigencias de desarrollar una agricultura capaz de conservar el ambiente y a brindar
opciones para que el ambiente sea utilizado económicamente sin que signifique su
destrucción.

Además de esta formación básica y técnica, los profesionales de las ciencias


agrarias, agrónomos o veterinarios principalmente, deben asumir un paradigma
diferente para estructurar su visión y abordaje de los procesos productivos. De un
enfoque centrado exclusivamente en la función de producción, se debe asumir uno
más integral y sistémico que incluya el mercado y todas sus determinaciones
económicas y sociales como elementos condicionante y en ocasiones determinantes
de los mismos procesos tecnológicos de la función de producción. No es que los
ingenieros agrónomos y médicos veterinarios asuman los elementos de los procesos
mercantiles, sino que realicen una inversión del paradigma tradicional de que la
producción es determinante del mercado.

La comprensión de la producción y el mercado como fenómenos sociales


estructurados como relaciones sociales entre sectores y actores sociales
determinados es un elemento fundamental en la formación de los profesionales
encargados de las funciones de la asistencia técnica y la extensión en sus
dimensiones esencialmente tecnológicas. Esta comprensión básica, le da un
esquema de análisis y orientación para la acción al asistente técnico de mucha
utilidad para desempeñarse con mayor eficacia en el campo que estrictamente le
compete, ubicándose en el conjunto de las relaciones sociales con mayor destreza y
equilibrio. Esto principalmente porque la exigencia de desarrollar habilidades para el
trabajo en equipo, ya que la asistencia técnica debe ejercerse con esta perspectiva
en la cual intervienen varias disciplinas y puntos de vista.

Pero el nuevo profesional, por así decirlo, exige ser sensibilizado hacia una postura
ideológica que valore el conocimiento “no científico” producto de la experiencia y el
saber popular, que en muchas ocasiones tiene mayor validez que el conocimiento
formalizado. Ello conduce a posturas más modestas y horizontales entre los
asistentes técnicos o extensionistas y los productores que permita una relación
dialógica y sinérgica capaz de generar procesos importantes de innovación y
desarrollo.

34
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

La formación de equipos de asistencia técnica y de extensión rural, es la formula


más adecuada para abordar con éxito estas funciones en los términos en que se
presenta la agricultura y el desarrollo rural en los marcos de la globalización y la
revolución científica tecnológica. Estos equipos requieren otras disciplinas diferentes
a las ciencias agrarias tales como la sociología, la economía, la administración de
empresas y el mercadeo, principalmente.

La inclusión de estos profesionales les lleva a tener una información mayor sobre los
aspectos biológicos y productivos de la agricultura, de tal manera que puedan
adecuar sus esquemas teóricos a esta realidad. Con esta comprensión, tendrán
elementos básicos para establecer un diálogo con los profesionales de las ciencias
agrarias que les permita abordar la agricultura y el desarrollo rural de una manera
integral.

Para estos profesionales son válidas las observaciones realizadas para los
provenientes de las ciencias agrarias, en lo referente a la relatividad del
conocimiento científico y formalizado y el abordaje integral del proceso productivo.
A continuación se transcribe dos cuadros comparativos que permiten visualizar los
cambios de actitud y el significado de la relación dialógica que deben asumir los
profesionales para que los procesos de asistencia técnica y extensión agrícola, se
adecuen a la situación plateada.

CAMBIOS DE ACTITUD DEL ASISTENTE TÉCNICO O EXTENSIONISTA

EL ASISTENTE TÉCNICO ELITISTA EL ASISTENTE TÉCNICO FACILITADOR

• Cree que sus conocimientos son los únicos • Respeta todos los conocimientos por su
valiosos y “científicos” propio valor.
• Se cree superior y diferente de la gente • Trata a los campesinos con respeto.
• Cree que tiene todas las respuestas y que
• Trata de aprender de los campesinos y de
los demás no tienen nada relevante que
sus colegas (apertura de espíritu)
aportar.
• Manda, dice a la gente lo que tienen que
• Busca fomentar la cooperación (es
hacer, se siente amenazado por la
democrático)
participación de la gente.
• No tiene consideración para la forma de • Trabaja al lado de los campesinos para
vida, las experiencias y los valores de la gente apoyarlos con respeto; aporta sus
de campo. Opina sobre todo, aunque no tenga experiencias cuando son necesarias o
el conocimiento. solicitadas.
• Le gusta ir al campo donde se hace el
• Solamente va al campo cuando no lo puede
trabajo; le gusta compartir con los
evitar; prefiere compartir con sus “iguales”.
campesinos.
• Evita el sesgo de las “vitrinas de
• Hace “turismo de desarrollo” y nunca llega
proyectos”, trata de llegar a todas las áreas y
a los más pobres y aislados; no le gusta
a la gente incluyendo a los más pobres y
caminar ni ensuciarse los zapatos.
aislados.
• Solamente entiende de cumplir metas
• Entiende que el desarrollo es cuestión de
programadas; no se siente comprometido con
procesos; se preocupa más por el impacto y
la gente; se conforma con “adornar” sus
los avances cualitativos en su trabajo; se
logros con informes para apaciguar a sus
autocuestiona.
superiores y agencias financieras.
Fuente: Geilfus, F. Op.Cit. Pág. 9.

35
Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

EL SIGNIFICADO DE COMPARTIR PARA LOS EXTENSIONISTAS O ASISTENTES


TÉCNICOS

EL TÉCNICO FACILITADOR DEL


EL TÉCNICO ELITISTA
DESARROLLO
• Siente que tiene mucho que aprender; se
• Se siente superior y lo deja sentir olvida de cuestiones de estatus, prestigio y
experiencia.
• Mantiene siempre la actitud: “Ellos tienen • Está convencido que el aprendizaje es un
que aprender de mí” proceso mutuo.
• No solicita ni facilita comentarios de la • Muestra su interés y entusiasmo para
gente; teme mostrar su ignorancia haciendo aprender de la gente del campo; reconoce y
preguntas transparentes. respeta sus conocimientos.
• Usa juicios de valor y califica sin entender
el condicionamiento de sus propios valores • Relativiza sus conocimientos, valores; evita
(moderno/tradicional; avanzado/atrasado; juzgar a los demás y busca comprender.
trabajador/vago, etc.)
• Es sensible a los estados de ánimo de la
• Hiere las sensibilidades y no establece
gente (aburrimiento, angustia, cólera, etc.) los
confianza.
toma en cuenta y construye algo de interés.
• Respeta los protocolos y reglas de cortesía
• Actúa como si fuera el único al cual se debe
de la gente del campo; hace sentirse a todo el
respeto; intimida.
mundo importante.
• Crea una atmósfera de confianza para que
• No le interesa, ni se fija en la participación todos se expresen. Recuerda que todo el
de todos. mundo tiene algo que decir; involucra a los
callados, sobre todo a las mujeres.
• Monopoliza la palabra; usa preguntas
• Escucha con atención y deja fluir la
cerradas y con “respuesta sugeridas”;
información, nunca interrumpe.
interrumpe a la gente.
• Se lleva la información sin dar las gracias y • Da crédito a todos los participantes por sus
no aclara a la gente lo que se va a hacer con aportes; explica claramente el uso que se va a
ella, ni restituye la información. dar a la información.
• Mantiene una distancia y una relación de
• Está siempre dispuesto a rendir cuentas y a
poder con la gente; hace promesas, no
solicitar la aprobación de la gente.
compromisos.
FUENTE: Fuente: Geilfus, F. Op.Cit. Pág. 1

D. Los métodos y técnicas de intervención de la asistencia técnica y los


servicios de apoyo.

La nueva realidad del agro y de los procesos de desarrollo rural, que han requerido
nuevas funciones y orientaciones de la asistencia técnica y los servicios de apoyo a
la agricultura y al desarrollo rural, exige la adopción de nuevos métodos y técnicas
de intervención, así como también una nueva interpretación y adaptación de
técnicas tradicionales que se han utilizado desde los mismos orígenes de la
conformación de los servicios de asistencia técnica y de extensión rural.

Los métodos y técnicas tradicionales mayormente utilizadas, son las siguientes:


entrevistas individuales, visitas a las fincas de los agricultores, demostraciones de
resultados, reuniones, demostraciones de prácticas, giras de observación, días de
campo, cursos y talleres de capacitación, concursos, dramatización y presentación

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Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

de títeres y teatro, hojas divulgativas y boletines informativos, circulares, folletos,


verídicos locales, programas radiofónicos, presentación de películas, grabación de
videos con experiencias de los mismos productores, programas locales de televisión,
etc.17

Producto de los avances en materia de comunicación e informática, se han


introducido nuevos métodos y técnicas que contribuyen en forma significativa al
desarrollo de los sistemas de asistencia técnica y extensión rural, tales como la
utilización de la video conferencia para poner en comunicación a campesinos,
empresarios y extensionistas en torno a temas novedosos o a diferentes puntos de
vista sobre problemas de interés para la agricultura y el desarrollo rural18. Este tipo
de método y tecnologías utilizadas requiere de una infraestructura especial y de alto
costo, difícilmente utilizable para comunidades rurales alejadas y de muy bajo
desarrollo.

También se viene utilizando el desarrollo de cursos en CD de mucha utilidad para


lograr una mayor actualización de asistentes técnicos, extensionistas y agricultores.
El método y la técnica puede es de gran utilidad para comunidades alejadas y
requiere de menor infraestructura tecnológica. El costo inicial de concepción,
programación y desarrollo de los cursos es alto, pero tiene un costo muy bajo en la
producción y distribución del material.

Redes electrónicas de interconexión. Debido al aislamiento geográfico que


normalmente define la vida rural, esta tecnología puede ser útil ya que
específicamente facilita el intercambio de información entre diferentes áreas
técnicas y diferentes ámbitos geográficos.

El aumento de materiales didácticos por medios digitales utilizados en programas


de capacitación para extensionistas, productores, agroempresarios y docentes, se
presenta como una importante tendencia para el desarrollo de programas de
extensión en el futuro. La extensión cuenta ahora con una nueva forma de realizar
programas: se trata del “e-extension”. Esta tendencia tecnológica es similar a la que
ha llevado al desarrollo del “e-commerce” del “e-mail” o e-learning.

Los métodos y técnicas utilizadas se pueden inscribir en una perspectiva o enfoque


de intervención que tenga como base una forma de abordar el proceso de extensión
o de asistencia técnica que parta de las necesidades reales de los productores y de
las comunidades rurales y que tome en consideración: la participación real de los
distintos actores que hacen parte de los procesos de desarrollo.

17. Una descripción detallada de todos los métodos y técnicas tradicionalmente utilizados por los programas de
asistencia técnica y de extensión rural se encuentra en el libro “Extensión Agraria Estrategia para el Desarrollo
Rural” de Jorge Ramsay y Luis R. Beltrán. (RAMSAY, J. Y BELTRAN, L. 1997)
18. La Red Global de Aprendizaje para el Desarrollo Agrícola, la cual se ha estado desarrollando el IICA en conjunto
con el Banco Mundial ha venido ofreciendo a nivel nacional e internacional los siguientes cursos: Indicadores de
sostenibilidad, Economía ambiental, Gerencia de proyectos ambientales, Desarrollo e Implementación de Planes de
Análisis de Peligros y Control de Puntos Críticos (HACCP) para la Industria Alimentaria, Evaluación de impacto
ambiental, Manejo de residuos sólidos, Auditores y técnicas de calidad.

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Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

En esta perspectiva el enfoque de la investigación acción participativa con el


diagnóstico rural y la planificación participativa es de gran validez cuando se busca
la creación de capacidades autogestionarias en las comunidades rurales, en las
organizaciones de productores y en los otros actores económicos y sociales. La
búsqueda de objetivos de desarrollo sostenible, requiere este enfoque
metodológico, que conduce necesariamente a una reconceptualización de los
métodos y técnicas de trabajo bajo una perspectiva menos ortodoxa, con mayor
creatividad y flexibilidad y la valorización del conocimiento de los productores y
pobladores rurales. Pero además dispuesto a desarrollar un pensamiento sistémico
sobre la realidad y el conjunto de las relaciones sociales que se hacen parte de ella.
En el siguiente cuadro, se establece una relación comparativa en relación con los
métodos de trabajo concebidos desde una posición “elitista” o tradicional y desde un
rol de facilitación del desarrollo.

EL CAMBIO DE MÉTODOS DE TRABAJO PARA FACILITAR LOS PROCESOS DE


DESARROLLO RURAL (FUENTE: Fuente: Geilfus, F. Op.Cit. Pág. 11.)

EL TÉCNICO ELITISTA UN TÉCNICO FACILITADOR DEL DESARROLLO

• Tiene fe absoluta en el “método científico” • Relativiza el valor de cualquier método; sabe


que aplica en forma dogmática. No reconoce la que ninguno tiene validez absoluta.
validez de los conocimientos locales.
• Carece de actitud auto-crítica. • Tiene conciencia de los sesgos y limitaciones
inherentes a cualquier enfoque; busca como
remedirlos.
• Aplica metodologías y procedimientos con • Está dispuesto a usar una combinación de
rigidez y sin mucho análisis; esto lleva a métodos adaptada a las necesidades y condiciones
adaptar la realidad a los instrumentos. del momento.
• Siente temor de innovar y alejarse de lo • Usa creatividad y sentido común.
ortodoxo.
• Solamente cree en datos estadísticos, • No hace un énfasis exagerado en los datos
encuestas formales y “representatividad” pero cuantitativos y estadísticos; siempre analiza la
muchas veces falla en el sentido común. confiabilidad de los datos.
• Solamente cree en “extraer” datos • Sabe que la gente del campo puede, con
cuantitativos de la gente pero no confía en métodos adecuados, elaborar información
ellos para actuar, analizar y compreder. cuantitativa y cualitativa muy acertada y
confiable.
• Si no se presta al análisis estadístico, es • Sabe la importancia de las informaciones no
una información “anecdótica”. cuantificables para comprender y desarrollar
sistemas y procesos.
• Los métodos que usa son tan lentos y • Sabe la importancia de multiplicar y “cruzar”
costosos que no puede multiplicar y triangular las diferentes fuentes de información.
las fuentes.
• Produce una cantidad de datos descriptivos • Maneja en todo, el enfoque de sistemas y la
y estadísticos que dificultan el entendimiento noción de procesos; privilegia la comprensión
de los procesos y de la realidad. sobre los detalles descriptivos.
• Cada “especialista” produce en forma • Usa enfoques Inter.-disciplinarios y busca la
paralela y separada (enfoque participación de todos; gente de campo y técnicos.
multidisciplinario).
• Entrega recomendaciones a sus jefes o a • Somete la aplicabilidad de sus ideas al análisis
sus clientes y cumple con el mandato, sin de un máximo de actores.
compromiso con las comunidades.

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Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

La asistencia técnica, la extensión rural y demás servicios de apoyo, cuenta en la


actualidad con una serie de técnicas de mucha utilidad para el trabajo con los
productores y las comunidades rurales. Estas técnicas pueden ser clasificadas en las
siguientes categorías19:

► Técnicas de diálogo, observación y dinámica de grupo de aplicación general:


o Diálogo semi-estructurado.
o Diálogo con informantes clave.
o Diálogo con miembros del hogar.
o Diálogo con grupos enfocados.
o Formación de grupos de trabajo.
o Lluvia de ideas.
o Observación participante.

► Diagnóstico Participativo: aspectos generales de la comunidad:


o Perfil de grupo.
o Estrategia de vida.
o Análisis organizacional/institucional: diagrama de Venn.
o Mapa social.
o Clasificación por nivel económico. Método por informantes clave.
o Clasificación por nivel económico: Método grupal.
o Mapa de servicios y oportunidades.
o La línea del tiempo.
o Líneas de tendencias.
o Gráfico histórico de la comunidad.
o Análisis estacional.

► Diagnósticos participativo: manejo de recursos naturales:


o Mapa de recursos naturales y uso de la tierra.
o Caminata y diagrama de corte o transecto.
o Diagrama de cuenca.
o Diagrama y mapeo histórico de recursos naturales.
o Matriz de evaluación de recursos.
o Mapa de acceso a recursos naturales.
o Matriz de análisis de tomas de decisiones.
o Matriz de análisis de conflictos.
o Clasificación local de suelos.
o Uso local de árboles (inventario para agroforestería)
o Censo de problemas de uso de recursos (basado en el diagrama de
corte).

► Diagnóstico participativo: sistemas de producción:


o Clasificación preliminar de fincas (según acceso a los recursos).

19. La descripción detallada de todas estas técnicas se encuentran en: Geifus, Frans. S.f. 80 herramientas para el
desarrollo participativo. Diagnóstico, planificación, monitoreo. GTZ-IICA. Tegucigalpa, Honduras.

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Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

o Clasificación de fincas (dominios de recomendación vistos por los


agricultores).
o Mapeo de finca.
o Modelo sistémico de finca.
o Recorrido y diagrama de corte de parcela.
o Caracterización de prácticas de manejo.
o Censo de problemas a nivel de finca (basado en mapa de finca y
modelo sistémico).
o Calendarios estacionales de cultivos.
o Flujograma de actividades.
o Presupuesto de cultivo (basado en flujogramas de actividades).
o Gráfico histórico del sistema de producción.
o Censo de problemas en cultivos y otras actividades estacionales
(basado en flujogramas de actividades).
o Biografía de cultivos.
o Matriz de preferencia agronómica.
o Matriz de evaluación agronómica “ex – ante”.

► Diagnóstico participativo: producción animal.


o Inventario de ganado.
o Calendarios estacionales de producción animal.
o Mapa de recursos forrajeros.
o “Entrevista a la vaca”.
o Análisis de problemas veterinarios.

► Diagnóstico participativo: aspectos de género:


o Mapa de la finca con aspectos de género.
o Uso del tiempo.
o Calendario estacional de actividades con enfoque de género.
o Mapeo de movilidad.
o Análisis de beneficios.

► Diagnóstico participativo: aspectos de comunicación y extensión:


o Mapa de intercambios.
o Censo de problemas a nivel de comunicación/intercambios (basado en
mapa de intercambios)
o Matriz de necesidades prioritarias de extensión/asistencia técnica.

► Análisis de problemas y soluciones:


o Árbol de problemas: diagrama de causas y efectos.
o Matriz de priorización de problemas.
o Identificación de soluciones locales o introducidas.
o Auto – diagnóstico y análisis de campo de soluciones locales.
o Matriz de evaluación de soluciones.
o Análisis FODA.
o Selección de opciones: opción única.
o Selección de opciones: opciones múltiples.

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Cuadernos FODEPAL Desarrollo Rural

o Cuestionario visualizado.
o Análisis de pro y contra: juego de “si señor, no señor”.
o Análisis de impacto.

► Planificación:
o Mapa de ordenamiento comunal.
o Mapa de ordenamiento de la finca.
o Plan de la finca.
o Matriz de objetivos (marco lógico).
o Matriz de necesidad y disponibilidad de recursos.
o Matriz de plan de acción.
o Matriz de toma de responsabilidades.
o Matriz de planificación de monitoreo y evaluación.
o Matriz de indicadores de monitoreo.
o Formularios para monitoreo participativo (cumplimento de tareas).
o Matriz de indicadores de evaluación de impacto.

La aplicación de estas técnicas se debe realizar en un proceso de adaptación a cada


tipo de comunidad, organización de agricultores o grupos de ellos, teniendo en
consideración sus características, intereses particulares, tiempo disponible, recursos
con que se cuentan y capacitación del personal facilitador.

BIBLIOGRAFÍA

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