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Análisis del mito de la caverna aplicado a la vida de Sócrates a la luz del

pensamiento Platónico adaptado a la actualidad.

Los desgraciados acontecimientos que habían conmovido a su patria y se habían abatido


de forma irreversible sobre su maestro, movieron a Platón a la redacción de un tratado
sobre la mejor forma de gobierno, así como de la justicia, y el famosísimo Mito de la
caverna.

En el libro séptimo de la obra cuenta Platón un mito de fuerza sobrecogedora que se ha


hecho famoso: se trata del “mito de la caverna”. En dicha alegoría el formidable
filósofo griego nos habla de unos hombres que se encuentran encadenados desde la
infancia, estos hombres no pueden volcar la cabeza a ninguna parte de la caverna y la
luz que penetra desde el exterior del antro subterráneo refleja unas sombras de todas
aquellas cosas que hacen los hombres y que ignoran los encadenados.

Platón simboliza con este mito al hombre que no ha llegado más que a un conocimiento
sensible, un conocimiento de las sombras; llamado a filosofar o a obtener la sabiduría y
tras un primer momento de desconcierto, penetrado por la dialéctica del mundo
inteligible, llega a la contemplación de las ideas mismas y finalmente a la más elevada,
la idea del bien, En la muerte del filósofo por sus compañeros al regresar a la caverna
para enseñarles la verdad late en el recuerdo de Sócrates.

Platón nos presenta en el mito de la caverna uno de los postulados filosóficos más
notables de todos los tiempos, pues lo que expone es indudablemente la existencia de un
mundo superior e ideal, y, la contraparte de ese mundo superior que es un mundo
tangible (físico).

Pero El mito de la caverna viene a significar un aspecto importante en la vida de Platón;


la muerte de su amigo y maestro marcó profundamente el pensamiento y el ideal de
justicia que tenía Platón. Sócrates fue acusado de introducir nuevos dioses y de pervertir
los jóvenes de su época y a partir de tal acusación fue condenado a tomar la famosa
cicuta, veneno que acabaría con su vida.

Platón retrata magistralmente en la alegoría de la caverna su frustración y desaprobación


en la forma en que la justicia maneja de manera déspota el juicio y posterior condenada
de su maestro. Es indudable que el estado que nos retrata Platón simboliza el antro
subterráneo, las sombras que nos brindan un conocimiento erróneo de las cosas.
Sócrates es la luz que, los ojos que nos guían al camino del conocimiento y desengaño.

Este acontecimiento puede extrapolarse con nuestra realidad cotidiana y con nuestro
deficiente estado. La justicia de nuestro país está intrincada y subyugada por el estado,
el sistema judicial rinde cuentas a interés de orden político e intereses personales.
Nuestra justicia es las cadenas y grilletes que nos impiden conocer la realidad que nos
describe Platón en su mito de la caverna.

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