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PATRONES MONETARIOS

DERECHO MONETARIO Y BANCARIO

INTEGRANTES
- CARBAJAL IBARRA ANA MARIA
- DE LA CRUZ SANCHEZ DIEGO
- ESPINOZA ROVELO MARY ISABEL
- LEON COLONIA JULISSA
- ARENAS MENDOZA STEFANY
INDICE

1. SISTEMA MONETARIO

2. ELEMENTOS DEL SISTEMA MONETARIO


2.1 Elemento Material
2.2 Elemento Normativo

3. PATRONES MONETARIOS
3.1 PATRÓN BIMETALISMO
3.1.1 Ventajas del Bimetalismo
3.2 PATRÓN ORO PURO
3.2.1 Funciones del Patrón Oro
3.2.2 Oro como metal monetario
3.3 PATRÓN ORO EN LINGOTES
3.4 PATRON CAMBIO ORO

4. CONCLUSIONES
PATRONES MONETARIOS

1. SISTEMA MONETARIO

Es el conjunto de elementos e instituciones que intervienen en el


ámbito monetario dentro de un determinado país. Expresando cada
una de las partes como una UNIDAD.

Se puede definir como el conjunto de elementos representados


por el patrón, por las formas de dinero, por las normas monetarias y por
las instituciones. Estos elementos están ordenados de manera coherente
y dirigidos a una finalidad común: contribuir, como medio de
financiamiento de la economía, dotándola de los recursos monetarios
(dinero) en cantidad acorde con las necesidades de la actividad
económica con calidad, garantizando, así, la fluidez requerida por esta
actividad.

Tiene vigencia en un tiempo y espacio determinado.

2. ELEMENTOS DEL SISTEMA MONETARIO

- Elemento Material

Se constituye en el patrón monetario el cual es considerado como


el modelo o referencia debidamente aceptada el cual regulará
el Sistema Monetario, sirve de referencia para los tipos monetarios
y unidades monetarias.

- Elemento Normativo
1. Constitución Política del Perú.
a. La ley monetaria.
b. Ley Orgánica del Banco Central de Reserva del Perú.
2. Ley General del Sistema Financiero y del Sistema de
Seguros.
3. Circulares y Resoluciones del BCR.

3. PATRONES MONETARIOS

Es el “valor o materia convencionalmente adoptados como base


del sistema monetario de uno o varios países y que sirve de referencia
para definir los demás tipos de monedas y especialmente las unidades
monetarias”. En la antigüedad se utilizaba a las mercancías y luego se
utilizaron los metales como el oro, la plata.

Sistema monetario en el que la moneda no se puede convertir en


metales preciosos y, por lo tanto, su circulación se basa en la confianza
en el instituto emisor. Es el caso del dólar desde el 15 de agosto de 1971,
cuando se puso fin al patrón oro, o del euro.

Ley N° 25295: Ley que establece como unidad monetaria del Perú
del Nuevo Sol, divisible en 100 céntimos, cuyo símbolo será “S/.”

En ese sentido, encontramos 4 patrones monetarios, las cuales


pasamos a desarrollar a continuación:

3.1. PATRÓN BIMETALISMO

El bimetalismo, o doble patrón, es un tipo de sistema monetario en


el cual se emplean conjuntamente como modo de pago el oro y la
plata. Que se utilizan como moneda. Las instituciones económicas y
financieras deben establecer la relación entre ambos metales y
custodiar sus tipos de cambio.
La unidad monetaria en un modelo de bimetalismo debe ser
definida a través del uso de la plata y el oro. Ambos son los elementos
clave para el intercambio y pago y bienes y servicios a través de la
acuñación de moneda o su almacenamiento. Es decir, tanto la
posesión de oro como de plata sirven como respaldo de los países a la
hora de emitir dinero.

Este modelo fue especialmente importante y vigente en el siglo


XIX, aunque paulatinamente fue perdiendo presencia a nivel
internacional debido a diferentes causas, como la depreciación
experimentada en diferentes épocas de la plata, el protagonismo del
oro como metal más almacenado e intercambiado (especialmente a
través del patrón oro) a finales de dicho siglo y a lo largo del siglo XX o el
desarrollo del concepto moderno de dinero.

La base del funcionamiento de un sistema bimetálico es


la asignación legal de valor tanto a uno como al otro, así como de la
relación de intercambio oro-plata. De este modo se garantiza la
estabilidad y el funcionamiento del modelo de doble patrón.

3.1.1. Ventajas del Bimetalismo

La principal ventaja que supone un sistema de doble patrón es


que en situaciones de riesgo o inestabilidad económica es más fácil
contrarrestar la inestabilidad o atenuarla. Es decir, si el oro o la plata
sufriesen una importante caída de valor siempre será posible compensar
las pérdidas de la economía con el mantenimiento del otro metal, cosa
que no puede ocurrir en sistemas de patrón único o mono metálico.

La gran aceptación que tuvo este sistema fue que se contaba


con mayores recursos al ser dos metales los que se tenían en cuenta
como elementos de transacciones. Por el contrario, la experiencia ha
demostrado que mantener el bimetalismo como modelo es altamente
complejo y poco eficiente para las economías modernas.

3.2. PATRÓN ORO PURO

El Patrón Oro es un sistema monetario que, básicamente, consiste


en establecer el valor de la moneda de un país en relación a la
cantidad de oro que este posea.

Al nivel más elemental, el poseedor de un billete de cierto valor


contaría con el derecho a intercambiar ese billete por una cantidad de
oro proporcional según el tipo de cambio que su nación estableciera.

A nivel nacional, cada país basaba su cantidad de dinero en


circulación directamente con la cantidad de oro que poseía
custodiado en sus reservas. El modo de funcionar, por lo tanto, consistía
en la libre importación y exportación de oro para equilibrar su balanza
de pagos, haciendo del oro la base monetaria por naturaleza.

3.2.1. Funciones del patrón oro

A través del movimiento internacional del oro, este sistema


económico buscaba el establecimiento de unos tipos de cambio fijos
entre países. De esta manera, podría controlarse más fácilmente el
crecimiento de los mismos y estabilizar los precios internacionales.

Si hablamos del cambio entre monedas de dos países diferentes,


su cálculo se haría mediante una rudimentaria regla de tres
ayudándose del precio del oro en un momento determinado. Es decir,
dependiendo de la cantidad de oro por la que cada moneda se
intercambie en ese periodo.
3.2.2. Oro como metal monetario

Al poseer un gran valor en un pequeño volumen es fácil de


transportar. El oro puro es homogéneo, es decir, uniforme en su masa,
así que pesos iguales siempre tendrán exactamente el mismo valor.
Como otros metales, pero al contrario que las pieles, las piedras
preciosas y la mayoría de las demás materias primas, el oro tiene la
cualidad de la divisibilidad sin pérdidas. Una pepita de oro puede
cortarse en pedazos sin pérdidas y las piezas a su vez puede ser
restauradas en su momento a su forma original, igualmente sin pérdidas.
El oro es muy duradero siendo “notable por su resistencia a la corrosión
o disolución y mostrándose bastante poco afectado o manchado
después de exponerlo durante cualquier plazo al calor o la humedad o
el aire impuro y siendo asimismo insoluble ante todos los ácidos simples.
(…) En casi todos los aspectos, el oro está perfectamente dotado para
la acuñación. De hecho, cuando es lo bastante puro es casi tan suave
como la hojalata, pero cuando se amalgama con una décima o una
veinteava aparte de cobre, se convierte en lo suficientemente duro
como para resistir el deterioro por el uso y a ofrecer un buen anillo
metálico; aun así, sigue siendo perfectamente maleable y permite un
buen grabado”.

3.3. EL PATRÓN ORO EN LINGOTES

Régimen de patrón oro en el cual la circulación monetaria se


compone de billetes de banco convertibles en lingotes de oro.

El patrón oro constituyó el sistema monetario que se utilizó de


forma más o menos constante desde Waterloo hasta la Primera Guerra
Mundial. Era muy simple: los billetes podían intercambiarse por oro, y el
oro a su vez en billetes, a una tasa de cambio fija e inviolable. La tarea
diaria de un banco central consistía en facilitar este intercambio. Casi
todo el activo del Banco Central era oro y casi todo su pasivo eran los
billetes en circulación que en su conjunto valían lo mismo que el oro.

El patrón oro desapareció en la Primera Guerra Mundial. En su


lugar, los gobiernos del mundo de la posguerra establecieron un sistema
que se le parecía. Las monedas y billetes estaban “respaldadas” por
lingotes de oro. Pero, de hecho, los banqueros centrales hicieron caso
omiso de las normas del patrón “lingotes de oro”. Se fabricaron más
billetes y monedas de cobre que su correspondiente valor en oro y
lógicamente la gente sospechó que se estaba produciendo un fraude.
Como consecuencia en la mayoría de los países, las monedas de oro
desaparecían en arcas privadas en vez de circular de mano en mano
tal como lo habían hecho durante generaciones antes de la Primera
Guerra Mundial.

Después de la Segunda Guerra Mundial se creó un sistema


basado en el dólar. El dólar era la “divisa de reserva”. Equivalía al oro.
La libra esterlina fue la divisa de reserva antes de la Segunda Guerra
Mundial, la divisa más importante de aquel momento. El dólar
estadounidense fue su sucesor. Hoy por hoy ya no existe ni el Patrón Oro
ni el “patrón dólar”. Ahora los billetes y monedas en circulación (base
monetaria) de cada país están respaldadas por divisas y títulos en poder
del Banco Central y también por los créditos que los Bancos Centrales
conceden al Sistema Bancario.

Sin embargo, en su intento por revitalizar la economía y rescatar el


sistema financiero, los bancos centrales de todo el mundo y
especialmente el de Estados Unidos (la Reserva Federal) están
comprando muchos activos (títulos de deuda) y dando mucho y muy
barato crédito a los bancos cuya consecuencia es imprimir mucho
dinero. De hecho, eso es exactamente lo que lleva haciendo la Reserva
Federal de Estados Unidos a un ritmo frenético desde que se desatara el
pánico en 2008. Como esta política puede generar muchos problemas
en las economías algunos economistas creen que se debería volver a
implantar el Patrón Oro.

Otro elemento que ha transformado la dinámica del patrón oro,


ha sido el establecimiento del patrón oro en lingotes. Según se
recordará, el sistema clásico de funcionamiento se refiere al patrón
oro amonedado, pues las monedas de oro circulaban en el mercado y
servían como medio de pago. Con la guerra de 1914, desaparecen
dichas monedas y se prohíbe su circulación, disponiéndose que los
Bancos Centrales realicen la conversión de la moneda nacional en
barras de oro.

El economista clásico David Ricardo consideró que el oro debía


destinarse a saldar los déficits en los balances de pagos. Si no se
requería el oro para las necesidades internas, no había necesidad de
acuñarlo, pues paró hacer frente a los movimientos internacionales de
capitales y mercaderías, bastaba que el Estado o Banco Central
poseyera suficientes barras de metálico para enjugar sus cuentas
deficitarias del balance de pagos.

No es ésta, sin embargo, la razón que influyó para establecer el


patrón oro en lingotes, sino más bien el deseo de evitar el
atesoramiento. Cuando se inicia un proceso de pánico colectivo, se
trata de transformar el billete en oro. Para evitarlo se consideró que lo
más lógico era poner trabas al pequeño atesorador. Los hechos
desvirtuaron este propósito. En
Francia, en períodos de pánico se reunía un grupo de personas para
recoger los francos suficientes que les permitiera convertirlos en oro.

3.4. EL PATRÓN CAMBIO ORO


Según resume John Laughland en su libro «La fuente impura. Los
orígenes antidemocráticos de la idea europeísta» (1997):

El patrón cambio oro fue promovido por la reunión internacional


de Génova de 1922. «Antes se permitía que los bancos centrales
emitieran moneda sólo contra el oro, o contra créditos en moneda
nacional, como letras de cambio o bonos del gobierno.

Génova recomendaba reducir la función del oro y usar en


cambio reservas en divisas extranjeras. Así se permitía que los bancos
centrales de los países periféricos (por ejemplo, en la Europa
Continental) incluyeran en sus reservas monetarias dólares y libras
esterlinas, las llamadas ‘divisas clave’, que mantenían un vínculo directo
con el oro. Podían usar estas reservas para emitir moneda nacional.

El gran economista francés Jacques Rueff fue un crítico acerbo e


impenitente de este patrón de cambio oro. Primero lo atacó en 1926,
cuando predijo que provocaría un boom seguido por una quiebra. La
burbuja crediticia de fines de la década de los veinte, el crac de Wall
Street de 1929 y la Gran Depresión le dieron la razón».

Sigue diciendo Laughland: «como demostraba Rueff, el patrón de


cambio oro desmantelaba uno de los más importantes elementos del
patrón oro clásico porque eximía a los países ‘clave’ de las disciplinas
normales del mercado. Bajo el patrón oro, si un país era importador de
bienes y exportador de capital, las salidas de capital reducían la
cantidad de dinero (oro) de la economía y hacían subir la tasa de
interés. Como resultaba más costoso pedir dinero prestado en esa
moneda, las importaciones costaban más, tendían a caer, y el sistema
se equilibraba.

Bajo el patrón de cambio oro, en cambio, las salidas de capital no


provocaban una contracción del crédito en los países clave. Los dólares
o libras que se pagaban por los bienes iban al exterior, pero eran
repatriados de inmediato por sus titulares de los mercados de dinero de
Londres y Nueva York. Así repatriados, servían como base para nuevos
créditos.

«Esto llevaba a que los países que poseían las divisas clave (Gran
Bretaña y Estados Unidos antes de la Segunda Guerra Mundial, sólo
Estados Unidos después) gozaban del privilegio de poder comprar cosas
en el exterior sin una disminución de su oferta monetaria interna. Su
balanza de pagos podía ser siempre deficitaria, porque era como si el
déficit no existiera. Como el patrón de cambio oro no ponía ningún
freno al país deficitario, podía seguir creando crédito indefinidamente
hasta que el castillo de naipes se derrumbaba, como sucedió en 1929».

Este sistema, después del caos monetario de la década del


treinta, fue restaurado en Breton Woods cuando se creó el Fondo
Monetario Internacional y funcionó, con las mismas características,
hasta que el presidente Nixon eliminó en 1971 la convertibilidad del
dólar en oro.

A partir de ese año las monedas comenzaron a fluctuar y salvo


algunos países, como los europeos que crearon el Sistema Monetario
Europeo y posteriormente el Euro, la libre fluctuación es la característica
actual. Pero en realidad, lo que existe no es una libre fluctuación de las
monedas sino un sistema en donde la moneda clave sigue siendo el
dólar estadounidense y la política monetaria del país del Norte sigue
siendo la determinante del baile entre las monedas.

El patrón cambio oro fue sustituido por un sistema de tipos de


cambios fluctuantes, pero en realidad, el sistema de patrón dólar sigue
imperando en el mundo con la ficción de que estamos en presencia de
un sistema de monedas más competitivo.

El equilibrio que producía un sistema de patrón oro cuando un


país tenía déficit y perdía metal, contrayendo su circulación monetaria
interna, ya no se produce. Un país deficitario, como el país del Norte,
sigue incrementando sus déficits sin producirse ningún tipo de ajuste o
corrección.

Es hora que los países del mundo, a través de sus representantes,


busquen desarrollar un nuevo sistema monetario internacional. Para ello,
los economistas, deben proyectar cambios en la actual situación e
impulsar una nueva moneda internacional que podría ser, entre otras
propuestas, una fracción de una canasta integrada por las monedas
claves del mundo: el dólar, el euro, el yen, el yuan chino y también el
oro ya que este último en su disparada alcista de los últimos tiempos
refleja más claramente la inflación del dólar que cualquier otra
moneda. Las otras monedas no reflejan totalmente, en sus
apreciaciones, la devaluación de la moneda estadounidense.

Los tipos de cambio, entre las monedas componentes de la


canasta, no serán fijos sino fluctuantes y sus fluctuaciones se
compensarán determinando el valor de una unidad monetaria a
crearse.

Algunos economistas sugieren volver a la propuesta de Lord


Keynes propiciando la creación del ‘bancor’ emitida por un banco
internacional, como fue en su momento (década del ’60) la experiencia
de los DEGs (derechos especiales de giro) creados por el Fondo
Monetario Internacional. Pero esta propuesta no convence demasiado
dado que se dejaría el valor de la moneda de reserva mundial en
manos de un banco internacional burocrático y no del mercado. Por el
contrario, la propuesta más potable sería que el valor de las distintas
monedas, integrantes de la canasta, respondan al mercado y que, a
través de un cálculo aritmético, resulte el valor de la unidad monetaria.
3.5 CONCLUSIONES:

 Después de haber desarrollado el tema podemos inferir que el


patrón monetario es la medida de valor por la que se rige un
sistema monetario en un momento dado, es decir, se trata del
valor a la que se refieren todas las monedas o medios de pago
de una economía, y que sirve para determinar y respaldar su
valor último.

 Se dice que el oro ha sido históricamente el patrón más


utilizado para cumplir esta misión, aunque no el único.

 Para poder definir el valor de su unidad monetaria, un país


debe adoptar un sistema monetario que establezca el valor de
su moneda en relación con otro punto de referencia; puesto
que, lo largo de la historia, dicho punto de referencia ha sido
algún metal precioso, como el oro y la plata, o bien alguna
otra divisa, como la libra esterlina o el dólar, cuya fortaleza en
el mercado de valores internacional les ha permitido ejercer
de respaldo para fijar el valor del resto de divisas.

 El patrón monetario establece la equivalencia o valor


intercambiable entre la unidad monetaria y su peso
correspondiente en metales preciosos, o en cantidades de
otras monedas, además define un sistema de paridades en el
mercado de divisas, una condición fundamental para que las
relaciones económicas entre distintas naciones funcionen
adecuadamente en el marco de un sistema monetario
compartido.
 Durante muchos años, el patrón de oro fue el que determinó el
valor de las divisas de aquellos países adheridos al Sistema
Monetario Internacional. El valor de cada divisa se establecía
sobre la base de las reservas de oro que poseía un
determinado país, ya fueran en lingotes o en monedas de oro.

 Algunos rasgos principales del patrón oro son:

 La unidad monetaria nacional estaba definida en


términos de una determinada cantidad de oro
establecida por ley.
 La paridad monetaria se obtenía al comparar el
contenido de oro de dos monedas distintas que
participaban del sistema.
 Los medios de pago en papel moneda emitido por un
banco central eran convertibles en oro.
 La emisión de billetes estaba regulada por las reservas
de oro de cada país.
 La convertibilidad de las monedas que participaban en
el sistema quedaba asegurada a tipos de cambios fijos,
determinados por la paridad entre las monedas y por la
libertad de importación / exportación de oro.

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