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Formato: 20x20 cm /// Lomo: 5,5 cm

El Consejo Latinoamericano de Ciencias


Sociales (CLACSO) es una institución internacional
no-gubernamental con status asociativo en la UNESCO,
creada en 1967. Actualmente, reúne 624 centros de in-
l trabajo de Elsie Rockwell es una referencia ineludi-
ble y uno de los aportes más originales que se produ-
jeron en el campo educativo latinoamericano y caribeño
histórica; los aportes clave en torno a la educación indíge-
na y el papel de la escuela rural en México, el trabajo
docente, la vida cotidiana en la escuela y la diversidad de
Elsie Rockwell Elsie Rockwell, historiadora y antropólo-
ga de formación, es investigadora emérita
del Departamento de Investigaciones Educa-
vestigación y posgrado en el campo de las ciencias en los últimos tiempos; la rigurosidad y creatividad de sus prácticas de escritura, son razones más que suficientes tivas del Cinvestav en México, donde fue
sociales y las humanidades en 46 países de América
Latina, Estados Unidos, Canadá, Alemania, España,
Francia y Portugal.
indagaciones sobre la escuela han inspirado a quienes
investigan procesos educativos desde la antropología, la
para reunir por primera vez 30 trabajos de una obra tan
singular como potente, en la que se resumen cuatro
Vivir entre escuelas parte del equipo fundador. Antes de ingresar
a la academia trabajó con maestros de edu-
cación indígena en la Secretaría de Educación
Sus principales objetivos son:
sociología, la historia y la psicología. La originalidad y
maestría con que ha construido una mirada etnográfica
décadas de compromiso con la investigación y produc-
ción de conocimiento crítico sobre las escuelas, los
RELATOS Y PRESENCIAS Pública. Desde entonces, mantiene un com-
• Promover la investigación social para el combate a la
pobreza y la desigualdad, el fortalecimiento de los sobre las culturas escolares incorporando una perspectiva alumnos y alumnas, y los docentes. promiso con el magisterio democrático y

Vivir entre escuelas


derechos humanos y la participación democrática. colabora en proyectos alternativos de edu-
• Contribuir, desde los aportes de la investigación cación rural. Su pasión por el conocimiento
académica y del pensamiento crítico, a promover polí- la ha llevado a explorar escuelas y archivos y

Elsie Rockwell
ticas de desarrollo sustentables en términos económi-

RELATOS Y PRESENCIAS
cos, sociales y ambientales. a tejer redes con colegas en varias partes del
• Tender puentes entre la investigación social y las mundo, pero siempre regresa a su tierra pre-
políticas públicas, impulsando acciones innovadoras, ferida, Tlaxcala. Sus publicaciones abordan
creativas y viables ante los grandes desafíos sociales, procesos tan diversos como la formación del
educativos, culturales y ambientales de América Latina
y el Caribe. estado posrevolucionario y la apropiación
• Apoyar la formación de redes de investigadores/as e de la lengua escrita dentro y fuera de los ám-
instituciones que actúan en el campo de las ciencias bitos escolares. Investigadores y estudiantes
sociales y las humanidades. de varias generaciones han colaborado en
• Fortalecer los procesos de internacionalización aca- proyectos bajo su orientación. Por su obra
démica en América Latina y el Caribe.
recibió el Premio Francisco Javier Clavijero
• Ampliar la cooperación y el diálogo académico
Sur-Sur y Norte-Sur. en 2008 y el Spindler Award en 2013.
• Estimular el desarrollo y la consolidación de las
ciencias sociales y del pensamiento crítico en los países En su tiempo libre lee, practica tai chi, viaja, se
más pobres de América Latina y el Caribe. encuentra con amigos y visita más escuelas.
• Intervenir en el debate público nacional y regional,
aportando las perspectivas y contribuciones de la
investigación social basada en resultados. Patrocinado por
• Colaborar con la formación de agentes gubernamen-
tales, activistas sociales y profesionales de la prensa en
temas sociales, educativos, culturales y ambientales,
acercándolos a problemáticas abordadas desde las cien-
cias sociales y a las evidencias que la investigación Agencia Sueca de Desarrollo Internacional
social aporta.
• Generar condiciones de acceso abierto a la producción Antología esencial
académica latinoamericana y caribeña, contribuyendo a
la democratización del acceso al conocimiento y per-
mitiendo su más activa utilización por parte de los Selección y estudio preliminar a cargo de
gestores de políticas públicas, las organizaciones sociales
y ciudadanas, la prensa y el propio sistema universitario. NICOLÁS ARATA, CARLOS ESCALANTE Y ANA PADAWER

ISBN 978-987-722-311-8

COLECCIÓN ANTOLOGÍAS DEL PENSAMIENTO


9 789877 223118 SOCIAL LATINOAMERICANO Y CARIBEÑO
ROCKWELL

Black
Tres planos para el estudio
de las culturas escolares*

M i contribución propone una forma de


conceptualizar la articulación entre la
historia y la antropología desde la perspectiva
ficativos en diferentes medios culturales, así
como de sus continuidades/discontinuidades
temporales. Subrayo a la vez el proceso de co-
histórico-cultural. Abordo un problema que ha construcción que ocurre entre los sujetos en la
recibido atención desde varias disciplinas, la escuela y que transforma el sentido y los usos
relación entre la cultura escolar y el desarrollo de las herramientas culturales que entran al es-
humano, en un mundo en el cual ciertos aspec- pacio escolar. Concluyo que sólo reconociendo
tos de la escolaridad suelen tomarse como pa- esta heterogeneidad cultural de los ámbitos es-
rámetros del desarrollo infantil. Sostengo que colares reales será posible establecer relacio-
antes de atribuirle a la escolaridad efectos cog- nes entre las variables del desarrollo humano y
nitivos constantes en todo contexto, es nece- ciertas prácticas escolares específicas.
sario caminar hacia una comprensión histórica Desde la perspectiva de Lev Vygotsky, el
de las culturas escolares, de sus matices signi- desarrollo humano es incomprensible sin la
dimensión histórico-cultural, tan profunda-
* Este capítulo retoma y amplía la ponencia presenta- mente entrelazada con el desarrollo biológico,
da en la Conferencia en el Congresso Internacional Des-
envolvimento Humano: Abordagens Histórico-Culturais,
de cada ser humano y de la humanidad misma.
Universidade de Sao Marcos, Sao Paulo, 16 de septiembre, Para abordar este proceso, Vygotsky delineó
1999 y publicada en Interações, jan-jun, año/vol. V, número un ambicioso proyecto de investigación que
9, (1999) Universidade São Marcos (Sao Paulo) pp. 11-25, aún está lejos de concluirse. Como lo han mos-
y que fue reeditada como Rockwell, E. 2010 “Tres planos
trado René Van der Veer y Jan Valsiner (1991),
para el estudio de las culturas escolares” en Elichiry, N. E.
(Coord.) Aprendizaje y contexto: contribuciones para un su proyecto no era una simple teoría de “reca-
debate, (Buenos Aires: Manantial) pp. 25-40. pitulación” del esquema de evolución humana
174 Elsie Rockwell - Vivir entre escuelas: relatos y presencias

en el desarrollo infantil. Tampoco planteaba humanidad. Los estudios muestran la simulta-


Vygotsky que el desarrollo cultural de la huma- neidad de distintos ritmos, así como desfases,
nidad, en particular el desarrollo tecnológico, desigualdades y pérdidas en la historia cultura
se reflejara de manera inmediata en el desarro- de diferentes grupos sociales. La antropología
llo cognitivo individual. Su propuesta era mu- y la geografía cultural han desarrollado una
cho más compleja: suponía una interrelación creciente conciencia de múltiples espacialida-
entre por lo menos cuatro líneas: a) la evolu- des, entrelazadas y sobrepuestas, que circuns-
ción filogenética, b) la historia humana gene- criben procesos locales. Esos procesos pue-
ral, c) la historia de las “funciones mentales den ser heterogéneos o análogos, autónomos
superiores”, objetivadas en las herramientas y o estrechamente ligados entre sí (Roseberry,
los signos culturales, y d) la historia individual 1991). A pesar de la diversidad, Johannes Fa-
de cada persona (Van der Ver y Valsiner, 1991). bian (1983) ha insistido en el hecho de que to-
Silvia Scribner (1985) sugirió agregar otros ni- dos somos contemporáneos, vivimos en una
veles, como las historias regionales, locales y misma época histórica.
generacionales particulares. Sigue vigente el Desde la antropología, también se han descri-
problema planteado por Vygotsky de recons- to múltiples racionalidades diferentes que no se
truir los nexos entre estos múltiples niveles. pueden reducir a una lógica “occidental”. Según
Actualmente, este esquema puede ser aún la tesis Sapir-Whorf, se sabe que diferentes cultu-
más complejo. Desde la historia, es importan- ras y lenguas han permitido construir diferentes
te enriquecerlo con el fenómeno de las múlti- formas de nombrar y pensar el mundo. Un ejem-
ples temporalidades que coexisten y se ligan plo claro se encuentra en algunas lenguas mayas
entre sí (Braudel, 1958). En muchas áreas de habladas en México, en las que las estructuras
la historia, se buscan formas de articular estas sintácticas de tipo ergativo hacen más evidente
diferentes temporalidades en la descripción la participación de los “objetos directos” de un
de un mismo acontecimiento. Por ello, se tien- verbo transitivo en la producción de la acción.
de a abandonar el esquema de evolución lineal Por ejemplo, en tojolabal, la frase “él me abra-
progresiva y más bien examinar múltiples po- za” se podría traducir como “él abraza yo [siento
sibles líneas de evolución cultural (Tulviste, su abrazar]” (Lenkersdorf, 1996). Estas estruc-
1991), sobre una base biológica común a la turas facilitan una manera distinta de expresar
Tres planos para el estudio de las culturas escolares 175

las relaciones entre sujeto y objeto. Sugieren el de generar una relación pedagógica impersonal,
desarrollo de diferentes racionalidades, siempre de fragmentar el conocimiento y de privilegiar la
sobre una base cognitiva y lingüística común que representación letrada del conocimiento como
nos identifica a todos como seres humanos. la única legítima. Sin embargo, desde la antro-
pología y la historia también se han documen-
tado otras maneras de organizar la transmisión
Las culturas escolares: una mira- formal de conocimientos, que nos sugieren una
da histórica perspectiva comparada más amplia de escuela.
¿Qué es lo que tienen en común estas expe-
Quisiera tratar de mostrar la complejidad de riencias diversas? Desde la perspectiva histó-
esta problemática cultural mirando un campo en rico-cultural, la escuela puede ser comprendi-
particular, la escuela, aunque lo que diré podría da de manera genérica como un espacio en el
sugerir maneras de mirar otros espacios socia- cual el encuentro con una particular selección
les en que se desenvuelven los seres humanos de los signos y herramientas culturales es me-
como la familia o la calle. En nuestras culturas diado por el encuentro entre sujetos, particu-
urbanas, la escuela es privilegiada como ámbi- larmente entre un sujeto “conocedor” y otros
to que potencia el desarrollo humano. Muchas sujetos que desean, o deben, aprender. La me-
investigaciones psicológicas han intentado de- diación cultural de este encuentro que impli-
mostrar que existe una relación estrecha entre ca un aprendizaje supone una actividad social
la escolarización y el desarrollo cognitivo (Moll, (Vygotsky,1994). El concepto de actividad ne-
1990). Sin embargo, rara vez se aborda la cultura cesariamente implica producir y transformar
escolar desde una perspectiva histórico-cultural. algún conocimiento. La actividad entre los su-
Según algunos investigadores, las escuelas de jetos en este encuentro permite, como decía
nuestros tiempos reflejan una gramática particu- Bruner (1985), “ir más allá de la información
lar resistente al cambio (Tyack y Cuban, 1995), o dada”, es decir, rebasar el contenido cultural
bien una “forma escolar” (Vincent, 1980). Según objetivado en el conjunto de signos y herra-
estos autores, las escuelas han adoptado desde mientas disponibles en determinado espacio.
el siglo diecinueve maneras de dividir el tiempo Este proceso de mediación ocurre de mane-
y ordenar el espacio, de clasificar a los alumnos, ra más o menos formal y deliberada en toda so-
176 Elsie Rockwell - Vivir entre escuelas: relatos y presencias

ciedad, aunque desde luego varían las formas 1909; Julia, 1995). También se han descrito dis-
de propiciar y potenciar el encuentro interge- tintas formas de enseñar contenidos académi-
neracional con los objetos culturales. Existen cos en la actualidad, por ejemplo, en los niveles
distintos criterios y mecanismos de inclusión superiores de los sistemas escolares (Nespor,
y de exclusión de los espacios de adquisición 1994), así como maneras formales, pero no es-
de conocimientos, que producen una distribu- colares, de enseñar oficios como de la navega-
ción desigual del conocimiento entre grupos de ción y la adivinación (Akinnaso, 1997).
individuos. La ubicación del encuentro inter- Ampliar nuestra concepción de lo que pue-
generacional abarca una gama de situaciones de ser considerado como transmisión “esco-
posibles, más allá de las formas escolares que lar” del conocimiento tiene varios sentidos.
predominan en la actualidad. Incluye desde la Por una parte, permite recuperar la riqueza y la
inmersión deliberada en actividades cotidia- diversidad de las experiencias educativas del
nas, considerada la mejor manera de aprender pasado, en todos los pueblos. Por otra parte,
ciertos oficios, hasta el retiro —igualmente de- permite apreciar la diversidad que existe inclu-
liberado— de toda convivencia humana, como so dentro de las escuelas formales que conoce-
situación ideal para recibir otros saberes. Los mos, y también imaginar, a partir de ello, po-
modos de representación del conocimiento y sibles caminos para las escuelas en el futuro.
los lenguajes que se usan para formalizar los Para abordar la cultura escolar desde esta
conocimientos asumen formas diversas en perspectiva histórico-cultural, he encontrado
cada cultura, en cada situación. No siempre se útil pensar en una metáfora de tres planos que
formalizan los saberes por medio de la lengua se intersectan en cualquier momento, y que re-
escrita o las matemáticas. Algunas tradiciones flejan las diferentes temporalidades presentes
han privilegiado una retórica o poética oral, en cualquier configuración cultural. Denomi-
o bien la representación gráfica, como medio no estos tres planos como: a) la larga duración
para conservar y transmitir el conocimiento. La b) la continuidad relativa y c) la co-construc-
historia de diferentes etapas de la propia escue- ción cotidiana. Explico a continuación el sen-
la europea propagadas bajo la influencia de su- tido de cada plano, buscando ejemplos en uno
cesivas pedagogías muestra múltiples maneras de los ejes frecuentemente asociados con la
de ordenar los espacios escolares (Durkheim cultura escolar, la lengua escrita.
Tres planos para el estudio de las culturas escolares 177

La larga duración uno de esos elementos duraderos que forman


el núcleo de la cultura escolar, un elemento de
Algunas cosas que observamos en la escuela la larga duración.
parecen ser atemporales, permanentes. Vea- Ferdinand Braudel (1958) remitía la idea de
mos el siguiente texto: la larga duración a aquellos cauces cultura-
les profundos, caracterizados por relaciones
Recité mi tablilla y comí mi almuerzo; preparé y prácticas arraigadas que parecen perdurar
mi nueva tablilla, la escribí, la terminé, luego me y sobrevivir cualquier acontecimiento, cual-
pusieron mi trabajo oral, y por la tarde me pu- quier trastorno social, cualquier revolución.
sieron mi trabajo escrito... Fui a mi casa... cuan- Los veía como cauces geográficos amplios,
do me acosté, le dije a mi mamá: “despiértame
determinados por complejas tramas históri-
temprano, no debo llegar tarde o el maestro me
pegará...” Llegué con el maestro y lo saludé con
cas que forman las matrices de lo que él lla-
respeto... Mi maestro me dijo: tu escritura no está maba civilizaciones.
bien, has descuidado el arte del escribano, y me Es posible que la cultura escolar también
castigó. (Extractos de un texto recopilado en Ro- tenga algunos rasgos de larga duración. En
senblum, 1981, mi traducción). las aulas se encuentran herramientas y prác-
ticas culturales que son parte del patrimonio
Estudiante, maestro, lugar, tiempo, recita- común de la humanidad. Desde la perspectiva
ción, escritura, respeto, castigo: todo suena antropológica, esta larga duración del proceso
terriblemente familiar y se reconoce como educativo es milenaria. Incluye los productos
una instancia de “escuela” conocida por cual- del complejo entrelazamiento entre la evolu-
quiera de nosotros. Sin embargo, se trata de ción biológica y cultural humana (Cole, 1996),
un raro registro, una tablilla de arcilla con un así como del proceso mismo de cuidar social-
texto escrito en la lengua sumeria por algún mente el desarrollo de los humanos menores.
aprendiz hace unos 4000 años. Ya entonces, la La cultura escolar también integra la matriz
escuela se asociaba con ciertos “instrumentos básica del lenguaje humano, del lenguaje oral.
y signos”, los elementos que Vygotsky consi- La oralidad es primaria, y no por ello se ha
deraba fundamentales para el desarrollo cog- perdido en la historia, pues envuelve los usos
nitivo. La escritura, en particular, parece ser de formas de representación posteriores,
178 Elsie Rockwell - Vivir entre escuelas: relatos y presencias

como la gráfica, la escritura, la simbología tradiciones culturales, otras civilizaciones,


matemática y la informática. Sin este nivel de han proporcionado conocimientos y prácticas
organización y comunicación, la actividad de culturales que forman parte de la realidad co-
mediación intergeneracional que ocurre en la tidiana de las escuelas en diferentes partes del
escuela sería inconcebible. mundo. Por ejemplo, los objetos culturales y
Además, incluso desde aquellos tiempos de las disposiciones cognitivas pueden ser profun-
la tablilla sumeria, los cauces de larga duración damente diferentes en tradiciones escolares
son múltiples. Los hay mediterráneos, musul- basadas en diferentes tipos de escritura, como
manes y mesoamericanos. En las culturas es- la china o la árabe. La larga duración nos obliga
colares francesas puede haber huellas de lo a observar continuidades —elementos, signos,
que Braudel llamaba la “Francia profunda”. En objetos, prácticas— producidas hace tiempo,
las escuelas de mi país puede aparecer también incluso hace milenios, que aún están presentes
huellas del “México profundo” (Bonfil, 1987), en las aulas que observamos actualmente. Así
prácticas que remiten a tiempos previos a la como sigue siendo vital la comunicación oral
colonización española, a pesar de la reestructu- con el advenimiento de la escritura, también
ración que ese proceso produjo en la sociedad. continúan presentes elementos del patrimonio
La escuela “occidental” moderna—porque la común de la humanidad, así como las estructu-
medieval era diferente— suele tomarse como ras profundas de cada cultura regional.
el modelo universal. Se ha extendido hacia to-
das las regiones del mundo, frecuentemente
desplazando, devaluando y destruyendo otras La continuidad relativa
herencias lingüísticas y culturales. Sin embar-
go, esta expansión no ha sido lineal, más bien He tomado la idea de continuidad relativa de
ha dado lugar a apropiaciones y transformacio- Agnes Heller (1977), quien lo usa para referirse
nes múltiples (Anderson-Levitt. 2003). a “categorías que emergen en la historia de la
Como lo ha recordado Dominique Julia vida cotidiana... se despliegan por un tiempo,
(1995), no existe una “cultura escolar” única, se desarrollan... o bien retroceden”. En la vida
como esfera impermeable a las tensiones y cotidiana de la escuela es posible encontrar
las contradicciones del mundo externo. Otras tales categorías. Hay prácticas, por ejemplo,
Tres planos para el estudio de las culturas escolares 179

la recitación de textos, que se producen, se di- plaza por la pizarra, luego por el cuaderno, lue-
funden, se sostienen por un tiempo, en ciertos go por la pantalla. Cambian también los signos:
lugares, y luego desaparecen de las aulas, o re- mudan las marcas cuneiformes a la escritura
aparecen de distintos modos. romana y, actualmente, al complejo conjunto
La continuidad relativa siempre refleja las de signos del teclado digital.
múltiples temporalidades y espacialidades de Las nuevas prácticas van sustituyendo a an-
la historia cultural. La continuidad se da por tiguos usos de la lengua escrita. En Brasil, por
periodos variables, de tal forma que en las es- ejemplo, se ha estudiado la introducción de la
cuelas se superponen, en cualquier momento, lectura en silencio y la redacción con la disemi-
contenidos que provienen de muy diferentes nación de ideas de la Escuela Nueva a princi-
tiempos históricos. También se dan continui- pios del siglo veinte (Vidal y Paolili, 2003). En
dades que atraviesan espacios de diferentes muchas tradiciones se van perdiendo prácti-
dimensiones. Algunas prácticas pueden ser cas, como la memorización de versos (¡lamen-
comunes a las escuelas de todo un país, o tablemente!). Al mismo tiempo aparecen en los
incluso, muestran la difusión de ideas peda- muros escolares nuevos usos de la lengua es-
gógicas entre países. Otras prácticas apenas crita, como el grafiti, antigua práctica romana,
se comparten por los maestros de una misma por cierto. De la cultura escolar entran y salen
zona o escuela. Como los tiempos, los espa- diferentes tipos de libros, diferentes géneros
cios culturales de las escuelas se intersectan y de texto, diferentes portadores de la lengua
se empalman, dando lugar a un juego de conti- escrita, como las pantallas digitales actuales, y
nuidades y discontinuidades históricas dentro con todo ello, se producen diferentes relacio-
de cada escuela. nes con la escritura.
Es posible observar este plano de la conti- A lo largo de la historia, las escuelas han
nuidad relativa dentro de cualquier aula, por sido permeables a algunos usos y expresio-
ejemplo, en los usos escolares de la lengua es- nes de la lengua escrita y resistentes a otras;
crita. Algunas prácticas, como la copia, pare- por ejemplo, en México, durante décadas no
cen perdurar en la larga duración. Sin embargo, se permitían los cuentos de dibujos animados
se modifican con el tiempo. Cambian los imple- (comics) en el aula, aunque miles los leían
mentos que se usan, la tablilla de arcilla se des- fuera de la escuela. En Francia, el acento ha
180 Elsie Rockwell - Vivir entre escuelas: relatos y presencias

sido siempre sobre la vigilancia de la ortogra- su contexto y significado social. El aprendiza-


fía con atención particular a la concordancia je de una cultura basada en la lengua escrita
gramatical. En cada lugar el conjunto de ob- no ocurre en abstracto, fuera de contexto,
jetos y prácticas culturales ha sido diferente. pues siempre está cargado de algunos de estos
Por eso, la identificación de cultura escolar sentidos particulares. Por ello, también pode-
con cultura escrita no es exacta; la relación ha mos comprender por qué a veces los estudian-
sido construida de diferente manera en cada tes se resisten a aprender a leer y a escribir
lugar y época. Lo importante es que el conjun- de cierta manera, como reacción en contra de
to de signos y herramientas reales, existentes otras lógicas que atraviesan el espacio escolar
en cada aula y escuela constituye el horizonte (Erickson, 1984).
cultural dentro del cual trabajan, se desen- Estas y otras lógicas se entrecruzan en cual-
vuelven y aprenden los estudiantes que van a quier escuela, pues lejos de ser lugares “des-
la escuela en cada generación. contextualizados” las escuelas asumen rasgos
Sin embargo, esta diversidad de culturas de sus contextos particulares. En cada momen-
escolares no ocurre al azar, como simple to y lugar, algunas lógicas sobresalen o se im-
suma de cotidianeidades. La escuela es di- ponen, otras emergen o retornan. Las múltiples
ferente porque han existido muchas formas lógicas influyen en la apropiación de la lengua
posibles de estructurar la vida escolar en di- escrita y así matizan y encauzan su aprendizaje.
ferentes momentos y lugares. Diversas lógi- Junto con las lógicas que tienden a reproducir
cas sociales y políticas han atravesado a las órdenes sociales y culturales establecidos, se
realidades escolares (ver Tabla 1 en página si- encuentran otras que contribuyen a construir
guiente), dando lugar a diferentes sentidos a nuevos mundos posibles.
las actividades escolares realizadas por maes- El plano de la continuidad relativa permite
tros y estudiantes. apreciar la heterogeneidad real de las culturas
Se trata de lógicas fuertes que atraviesan y escolares. No se trata de simples diferencias
determinan gran parte del sentido de la expe- metodológicas o pedagógicas, sino de profun-
riencia escolar. Si bien la función abstracta de das diferencias histórico-culturales que se ex-
la escolarización primaria es “enseñar a leer y presan en las diferentes maneras de estructu-
escribir”, esta actividad no puede aislarse de rar y llevar a la práctica actividades educativas.
Tres planos para el estudio de las culturas escolares 181

Tabla 1. Algunas lógicas que han atravesado la escolarización de la cultura escrita

La lógica de las religiones del libro La enseñanza de la lectura a partir de la memorización de un texto sagrado.
La lógica de la producción artesanal La explotación del trabajo manual infantil (aprender a hacer encajes o
mosaicos) a cambio del aprendizaje de las primeras letras.
La lógica secular El desplazamiento de textos y signos religiosos en las aulas por los textos del
patrimonio nacional.
La lógica enciclopédica La promesa de un acceso universal a “todo el conocimiento”, a condición de
dominar la comprensión de lectura en libros o en pantalla.
La lógica del espacio público La confluencia de la diversidad (lingüística, cultural, religiosa) y la posible
construcción de un espacio común.
La lógica asistencial El ofrecimiento de alimentos indispensables para sobrevivir y, tal vez, aprender
a leer y escribir.
La lógica de construcción del La oferta a todo ciudadano de un conjunto de contenidos prescritos y
estado evaluados por un aparato escolar centralizado.
La lógica de la vigilancia El confinamiento obligatorio de los niños y jóvenes a cambio de la certificación
escolar.
La lógica de la dominación de clase La imposición de determinadas variantes y registros sociolingüísticos como los
únicos legítimos.
La lógica de la segregación La jerarquización de habilidades cognitivas que justifican agrupaciones
desiguales de alumnos, generalmente racializados.
La lógica la escuela graduada La concentración en un establecimiento escolar de niños provenientes de
localidades lejanas para poder crear grupos “homogéneos”, que avancen de
manera pareja en manuales graduados.
La lógica de la solidaridad La escuela como refugio en tiempos de guerra y persecución.
La lógica del mercado privado La venta de dispositivos didácticos e informáticos para desarrollar
“competencias lectoras”, dentro o fuera del aula.
La lógica de la resistencia Aprender a leer el mundo frente a los regímenes coloniales y dictatoriales de
diversos signos.
La lógica de los movimientos La construcción de otros textos y de otras formas de leer en el contexto de
sociales luchas locales.
182 Elsie Rockwell - Vivir entre escuelas: relatos y presencias

La co-construcción cotidiana Ahora es evidente que las generaciones jóve-


nes contribuyen con sus propias historias indi-
El tercer plano es el de la co-construcción coti- viduales y colectivas a la construcción de las
diana, asunto que resulta ser mucho más com- culturas escolares.
plejo de lo que se suponía hace algunos años. La co-construcción apunta hacia todo lo que
Este tercer plano del acontecer escolar tiende producen los sujetos que se encuentran en la
a verse como un proceso actual, micro, sin his- escuela, al interactuar entre sí y al trabajar con
toria. Los antropólogos solían mirar de la mis- los objetos culturales en ese espacio. En este
ma manera a los grupos llamados primitivos, plano, se entretejen las historias individuales y
porque su historia carecía de un registro escri- locales con las historias de los instrumentos y
to. La historia de la cotidianeidad escolar tam- los signos culturales, como lo previó Vygotsky
bién carece de un registro escrito, y por lo tan- (1994). En este entramado, los sujetos pueden
to se mira como fenómeno ahistórico. En años transformar el sentido de los signos heredados
recientes, esa visión ha cambiado. La antropo- e inventar nuevos usos para las herramientas
logía histórica ha modificado nuestra compren- culturales.
sión no sólo de los demás pueblos, sino tam- En este plano, es importante situar la ac-
bién de todas las facetas no-documentadas de tividad como proceso y como unidad básica
las propias culturas llamadas occidentales. Se de análisis (Chaiklin and Lave, 1993; Cole et
reconstruye la historia de la familia, de la mu- al, 1997). La actividad, espacio de la microgé-
jer, de la infancia, de las culturas populares y nesis, incluye tanto una dimensión objetiva,
de la vida cotidiana. cultural, como una dimensión subjetiva, de
En los últimos años, se ha hecho evidente intervención activa de cada sujeto. Por ello a
que este tercer plano implica necesariamente partir del encuentro con la cultura heredada
una co-construcción. Antes, se acostumbraba se produce nueva cultura, nuevos significados,
hablar de la escolarización como la transmi- nuevas prácticas.
sión cultural de los adultos a los niños. Que- En el ámbito de la lengua escrita, por ejem-
daba oculta la otra cara, lo que los niños hacen plo, en cualquier aula observamos que se pro-
con la vida escolar y las formas en que ellos ducen nuevos textos. Incluso la copia, identifi-
contribuyen también a formar a los maestros. cada con lo más antiguo de la cultura escolar,
Tres planos para el estudio de las culturas escolares 183

casi nunca es una copia fiel al texto existente. mente de “transmitir la cultura”. En el encuen-
Al copiar, los estudiantes suelen modificar el tro entre generaciones, los adultos y los jóve-
texto, cambiando letras, palabras y formas nes recrean de maneras novedosas esos ele-
de escribir. La copia es selectiva, se sitúa en mentos culturales. Esto lo comprendía también
nuevos contextos y puede servir para diferen- Vygotsky (1994) quien identificaba el entorno
tes propósitos en el contexto escolar. Algunas (environment), en este caso la escuela, como
prácticas de copiado han servido para apro- “fuente de desarrollo”, como lugar donde se en-
piarse los contenidos escolares o para cons- cuentran los elementos y las relaciones socia-
truir nuevos textos. La producción de escritos les que son apropiados por las personas en el
propios en el ámbito escolar siempre recurre a curso de su desarrollo. Sin embargo, desde su
textos existentes, que son las fuentes de pala- perspectiva este proceso estaba mediado por la
bras y fragmentos con las cuales se aprenden historia propia de personas y por su experien-
los diferentes géneros textuales. cia acumulada anteriormente. Para captar este
Al leer, como lo han reconocido muchos au- proceso, Vygotsky usaba el término perezhiva-
tores, se construyen nuevas interpretaciones nie, que se traduce como experiencia pero que
de los textos existentes. Estas interpretaciones significa algo más: es un proceso temporal am-
frecuentemente están mediadas por la orali- plio que integra afectividad, interpretación y
dad; es en la interacción oral entre maestro y conciencia (Van der Veer y Valsiner, 1991). Con
alumnos, o bien entre los propios estudiantes, este concepto Vygotsky explicaba la vivencia
que se va formando una interpretación pública diferencial que los niños experimentan incluso
y colectiva del texto que se estudia. Por eso, en eventos comunes. Esta experiencia diferen-
las interpretaciones de un mismo texto pueden cial marca y matiza la influencia que el medio
variar significativamente de un aula a otra. Es- cultural de la escuela puede tener sobre el de-
tos procesos muestran por qué el conocimien- sarrollo infantil. (Vygotsky 1994).
to que se transmite y se construye en la escue- Utilizando esta perspectiva, podemos ver
la siempre resulta ser “conocimiento local” que el ámbito escolar es heterogéneo no sólo
(Geertz, 1983). por la historia particular de la escuela en cada
En este plano de la co-construcción, el movi- lugar, sino también por la historia particular de
miento es siempre recíproco. No se trata sola- cada sujeto que trabaja en la escuela. El plano
184 Elsie Rockwell - Vivir entre escuelas: relatos y presencias

de la co-construcción obliga a tomar en cuenta la búsqueda de categorías comunes a los tres


la profunda subjetividad de la experiencia es- planos, conviene fijarse en algunos conceptos
colar, es decir, la dimensión personal e inter- que ya tienen cierta historia en varias discipli-
personal de su significado en cada historia de nas, aunque con matices distintos en cada una.
vida y en la historia de la humanidad. Por ejemplo, la noción de apropiación me pa-
rece fecunda, en su uso tanto en la tradición
de la psicología histórico-cultural, como en los
Conclusiones estudios antropológicos e históricos sobre las
culturas populares (Chartier, 1995; Rockwell,
Con esta propuesta de los tres planos, quiero 1996). La categoría de experiencia, utilizada
ofrecer una manera de historizar nuestra mira- por Vygotsky, también tiene una larga tradi-
da hacia las culturas escolares, que son uno de ción entre algunos historiadores, notablemen-
los muchos medios dentro de los cuales se des- te E.P. Thompson (1966). Este tipo de concep-
envuelven las generaciones jóvenes. Quiero ha- tos sirven como engranajes para conjuntar los
cer algunas aclaraciones para terminar. Prime- tres planos (o más) presentes en la cotidianei-
ro, con este esquema de tres planos no me re- dad escolar.
fiero a diferencias de escala. Es decir, no estoy El análisis de la cotidianeidad actual debe
planteando la necesidad, válida en sí misma, hacerse desde luego a la luz de estudios de
de estudiar el “contexto cultural” externo de la la historia social de la escuela. Es necesario
escuela, ni de reconstruir los orígenes históri- explorar aquellos elementos del pasado que
cos de las prácticas escolares actuales, como han dejado huellas en la cultura escolar ac-
un estudio aparte. Estoy proponiendo mirar tual, incluyendo los registros gráficos y foto-
la cotidianeidad escolar actual como cultura gráficos los diferentes portadores y géneros
acumulada y en creación. Estoy proponiendo de texto, los instrumentos materiales de la
abordar la dimensión histórica de la compleja cultura escolar, los discursos que se reprodu-
vida escolar actual. cen a diario acerca del oficio de enseñar y la
Para construir los puentes conceptuales práctica de aprender. La historia no se queda
necesarios para elaborar esta mirada, es ne- en el pasado, es la substancia misma con la
cesario fortalecer la interdisciplinariedad. En que se construye el presente y la fuente de
Tres planos para el estudio de las culturas escolares 185

ideas y fuerzas para trazar caminos futuros. Chaiklin, S.; Lave, J. (eds.) 1993
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