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Santiago, Chile.
27 de Octubre de 2018
1.- ¿Cuáles son las luchas comunes y cómo podemos articularlas?
Es el espíritu de la corriente avanzar en la Unidad de los sectores Anticapitalistas,
que en la actualidad se encuentran organizados en diversas formas político-sociales, y
presentes en distintos frentes de Lucha. Así las cosas, se identifica la relevancia de
avanzar en todas las luchas, reconociendo que la realidad de las y los oprimidos acerca
nuestros procesos. La lucha por la Vivienda y el Derecho a la Ciudad, por la recuperación
de los Recursos Naturales, la lucha por el NO+AFP, por la Salud, por la Educación, la
lucha Antipatriarcal y por los Derechos Sexuales y Reproductivos de las Mujeres, la lucha
de los Pueblos Originarios, por los Derechos Humanos y la lucha por el Derecho a Migrar,
son identificadas como sustantivas en el avance de los sectores populares en el actual
contexto nacional.
Ahora bien, el avance de aquellas demandas requiere de una corriente que se
caracterice por el matiz anticapitalista, popular y socialista de su política y su práctica.
Lo anterior requiere tanto de un proceso Constituyente que genera una nueva
Constitución como proceso de soberanía popular, como de un periodo de articulación
que sea capaz de producir prácticas y políticas que expresen nuestros sueños, de manera
democrática, con vocación de mayorías y con énfasis en la lucha territorial.
¿Cómo podemos articular aquellas Luchas? Consideramos relevante una
coordinación de los sectores de la clase trabajadora y popular que hoy creen en la vida
digna y la solidaridad como horizontes de construcción. Para lo anterior es central
identificar dos procesos: a) Uno de articulación de cada frente de lucha de nuestro
pueblo a nivel nacional, con énfasis en la generosidad de las organizaciones sociales y
populares, el respeto a los territorios, y en base a objetivos comunes; b) Un proceso
paralelo de coordinación territorial de las organizaciones convocantes del encuentro y
de organizaciones sociales y populares honestas que tengan presencia en cada barrio o
población, y en la ciudad o en el campo. Este proceso hace emerger la necesidad de un
mapeo organizacional a nivel territorial que nos permita reconocernos como corriente.