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Una publicación acerca de la ansiedad, la depresión y el trastorno por estrés

postraumático (TEPT) de un estudiante en Aprender a aprender

Sé que muchos no querrían hablar acerca de estos temas. Mi familia y mis amigos,
definitivamente, no desean hablar conmigo al respecto.

Padezco de un trauma y de depresión severa, ansiedad y TEPT. Poco tiempo atrás, trabajaba
a tiempo completo (actualmente, tengo licencia por enfermedad) y muchos me consideraban
absolutamente sano y muy capaz, y en cierto sentido, desde ciertas perspectivas, lo era. En
contextos sociales, en situaciones de evaluación por parte de colegas y gerentes dentro del
ámbito laboral y en reuniones familiares, hacía todo lo que se esperaba de mí además de lo
que, según entendía, conducía al “éxito” conforme a la concepción del mundo corporativo y
académico. Me destacaba la universidad, mi rendimiento en el trabajo era el máximo, y
TODOS mis amigos me describían como alguien divertido, sociable, inteligente y esforzado en
el trabajo. Pero he padecido estas aflicciones graves durante la mayor parte de mi adultez y
realmente no he podido lograr mejoras contundentes a pesar de las investigaciones, los
médicos, la medicación, los programas de concientización, los años de meditación, los
estudios y los experimentos que probé y encaré.

A través del curso de Barbara Oakley y Terrence Sejnowski, aprendí que la procrastinación
tiene un vínculo estrecho con mis aflicciones. A mi entender, la procrastinación está vinculada
con la “evitación experiencial” y con una fuerte crítica interna que, en muchas ocasiones, no
puede ser flexible ni contemplativa ante los resultados. Definirme como perfeccionista es un
eufemismo, y el perfeccionismo es un rótulo desafortunadamente injusto para los humanos. La
palabra “perfeccionista”, en mi opinión, es celebrada con excesiva facilidad por algunos y, con
demasiada frecuencia, considerada como “linda y neurótica” por otros. En mi caso,
“perfeccionismo” es un rótulo que abarca una profunda necesidad subyacente de seguridad,
comprensión, y evitación de la vergüenza y otras experiencias desagradables.

A través de Aprender a aprender, encontré algunos conceptos abarcados en este curso tan
inmensamente útiles y aplicables a mis síntomas, como por ejemplo: información sobre los
hábitos, el enfoque en el proceso en comparación con el producto, el uso de la fuerza de
voluntad EXCLUSIVAMENTE para sobreponerse al inicio de la respuesta ante una señal
emocional, la técnica Pomodoro, las recompensas, el modo difuso y la importancia del sueño,
por nombrar algunos. Cada uno de estos conceptos permite que me apoye en una teoría en la
que se evitan rótulos relacionados con la salud mental y, por el contrario, se valoran los
procesos de trabajo accesibles y los pasos para llevarlos adelante.

Desde el inicio de este curso, cancelé varios compromisos para poder quedarme en casa,
tomar notas de videolecciones y hacer mis Pomodoros (en mi lista de tareas, escribo el
número de Pomodoros que aplicaré en cada tema en lugar de la extensión en minutos u
horas; simplemente me gusta anotar, por ejemplo, “2 Pomodoros”). ¡Me siento de maravilla!
En verdad, lo único que me ayudó en aspectos como el estado anímico, el sueño, la
alimentación, la ansiedad, los sentimientos de culpa y la vergüenza, entre otros, fue hacer
listas pequeñas de tareas “orientadas a procesos” y llevarlas a cabo sin concentrarme en el
producto real. Después de hacer dos Pomodoros con un descanso en el medio, siento que
puedo continuar, que deseo más tareas (a decir verdad, me llevó unos días alcanzar este nivel
de entusiasmo, pero lo logré).

Depresión/ansiedad/trauma/TEPT (no los comparo ni los ubico en un grupo, simplemente me


resulta más sencillo escribir las palabras de esta manera); afectan enormemente la capacidad
de concentrarse, leer y afianzar conceptos en la memoria. El hecho de retener y comprender
conceptos, y de establecer vínculos a través de mi trabajo en este curso simplemente me
fascina. Es testimonio de la evidencia y los hechos presentados, y de las técnicas promovidas
en él.

Una de las razones por las cuales este curso y la información presentada tuvieron en mí un
impacto tan grande y profundo, efecto que otros métodos con libros o terapia grupal no
lograron, es el carácter tan amable, risueño y cortés de la Dra. Oakley, que me transmitió una
enorme seguridad. Con esto, quiero decir que fue literalmente un placer escuchar su voz, verla
y percibir su presencia en los videos. Sentí que estaba trabajando con una profesora amable
y, en mi caso, la experiencia me llevó de regreso a los días de la escuela primaria, un tiempo
en el que sentía que tenía libertad absoluta para trabajar y los profesores realmente creían en
mí, y no les temía. El tono de voz, las expresiones faciales y los gestos corporales de la Dra.
Oakley contribuyeron a una sensación de seguridad y autenticidad que valoré y validé al
escuchar y ver sus videolecciones.

En este curso, aprendí varias ideas acerca de la manera en que los hábitos, la evitación del
dolor y la procrastinación empeoraron mi depresión y ansiedad. Por supuesto, conocía estos
aspectos de manera “intuitiva”. Pero el hecho de que los presentara una profesora de una
institución de gran prestigio que se desempeña en un ámbito no relacionado con la salud
mental, de que al mismo tiempo nos proporcionara enlaces a numerosos artículos de
investigación, y de que hiciera todo esto con una voz gentil y alentadora, marcó, junto con el
enfoque, una diferencia fundamental en mi caso. (Tampoco subestimo el valor de los
“momentos propicios”, y con ello me refiero a que fueron afortunados, en esta etapa de mi
vida, el momento y las circunstancias en que me encontré con este curso y con el enfoque que
presenta en relación con las estrategias de aprendizaje). Saber que la Dra. Oakley enfrentó
desafíos y desasosiegos propios cuando aprendió matemática, cometido al que dedicó
autocompasión y amabilidad además de conceptos científicos y teóricos, da credibilidad a los
mensajes y conceptos de sus lecciones. La Dra. Oakley se manifiesta como alguien que
practica lo que pregona y eso marca una enorme diferencia a los ojos de quienes han probado
todo un espectro de técnicas y, de alguna manera, sienten que siempre les venden “gato por
liebre”.

Me siento enormemente conmovido por este curso y por la manera en que se presentó el
material en él. Las lecciones y entrevistas adicionales con terceros y profesores de otras
instituciones han fortalecido mi confianza en la Dra. Oakley y el Dr. Sejnowski. También han
hecho que creyera en el material y que, por lo tanto, lo aplicara realmente a mi vida. Tener el
deseo de invocar “la fuerza de voluntad” para optar por un camino diferente cuando se
presenta una señal emocional es algo muy desafiante al luchar, entre otros problemas, contra
una depresión grave, pero esto no es imposible y siento una inmensa gratitud hacia los
instructores, los asistentes de enseñanza y todos aquellos que participaron de este curso.

(Realizo esta publicación de manera anónima debido al estigma que suponen los temas
citados. Si mi propia familia y mis amigos no desean hablar de ellos, podrán comprender
bastante bien lo que un estigma puede hacer. Sepan, entonces, disculparme por la necesidad
de realizar esta publicación de manera anónima. Estoy seguro de que hay otras personas en
mi situación y no es mi intención faltarles el respeto al elegir esta alternativa. Espero que me
comprendan).

Para concluir, en mi opinión este curso puede cambiar, en una forma realmente sustancial, la
vida de quien lo realice. No volveré a ver de la misma manera el diagnóstico de “depresión,
ansiedad y TEPT”. Veo y siento en mi interior toda clase de conexiones entre la evitación
experiencial, la tolerancia al dolor y la reacción ante las señales emocionales, y me pregunto
cuántos otros luchan, como yo, contra el sistema médico y el sistema de servicios de salud
mental y no han encontrado en su camino el mensaje de una manera que puedan interpretar.
Siento que muchos de nosotros podemos beneficiarnos con un curso como este, que se
centra en los hábitos, los modos de concentración, la memoria, la respuesta ante señales
emocionales y la tolerancia al dolor, entre otros aspectos, desde el punto de vista del
“aprendizaje general” más que el de la “salud mental”, para comprender y establecer
conexiones con nuestra propia experiencia. Al presentarse estos mensajes de una manera
diferente, un contexto diferente tuvo sentido en mi caso. GRACIAS, más de las que podría
expresar en esta publicación.

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