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MARCO NORMATIVO:
I. INTRODUCCIÓN
El Derecho Penal es, de todas las ramas de ordenamiento jurídico, el que más
estrechamente se encuentra ligado a la Constitución. Su función es la tutela de valores
e intereses con relevancia constitucional (2) . Ciertamente, no todos los bienes
jurídicos protegidos por el Derecho Penal se encuentran expresamente consagrados
en la Constitución. Sin embargo, lo importante es que los bienes jurídicos protegidos
por esta rama del derecho tengan relevancia constitucional, es decir, que tengan por lo
menos un fundamento directo o indirecto en una disposición constitucional.
Esta postura sobre la necesaria constitucionalidad de los objetos que van ser
protegidos por el Derecho Penal fue planteada inicialmente en la doctrina italiana (4) .
Según Franco Brícola, “la sanción penal puede ser adoptada, solamente, en presencia
de la violación de un bien, el cual si no puede ser de igual grado del valor sacrificado
(libertad personal), esté al menos dotado de relevancia constitucional. Es decir, el ilícito
penal puede concretarse exclusivamente en una significativa lesión de un valor
constitucional relevante” (5) .
Es claro que tal ámbito es demasiado amplio. Por ello, para continuar con el
proceso de concreción, se ha propuesto acudir a los principios político-criminales que
inspiran con carácter general el ejercicio del ius puniendi , y en particular, a
consideraciones de merecimiento y necesidad de pena. El merecimiento de pena se
refiere a la significación del bien y a la gravedad del ataque al bien jurídico. La
necesidad de la pena deriva de la ineficacia de otros medios menos gravosos que los
penales (8) .
1. Posición del TC
Sobre el particular, cabe mencionar que son muy escasos los pronunciamientos de
nuestro tribunal en cuanto al control del legislador en materia penal. No obstante, de la
revisión de uno de ellos, el caso del Código de Justicia Militar (Exp. 0012-2006-PI/TC),
podemos asumir que el TC asume la segunda postura. En efecto, en este caso, el
Colegio de Abogados de Lima interpuso una demanda de inconstitucionalidad contra
numerosos artículos del Código de Justicia Militar aprobado mediante Decreto
Legislativo Nº 961. Un grupo de ellos (artículos 148, 115, 116, 117 y 125) (10) fueron
sometidos al test de proporcionalidad y al no superarlo fueron declarados
inconstitucionales. El fundamento de tal declaratoria radicó en la excesiva puniblidad
de las respectivas conductas (no supero la prueba de “necesidad”), pues los bienes
jurídicos protegidos por tales tipos penales pudieron ser protegidos por otras medidas
menos aflictivas como son aquellas que se encuentran en el Derecho Administrativo
disciplinario.
Este paso exige que toda intervención en los derechos fundamentales debe ser
adecuada para contribuir a la obtención de un fin constitucionalmente legítimo (11) .
Como tal, esta prueba plantea dos exigencias: en primer lugar, la identificación de un
bien jurídico constitucionalmente relevante; y, en segundo lugar, que la medida
legislativa bajo examen se constituya en un medio adecuado para lograr el fin de
relevancia constitucional ya identificado.
Casi siempre será superada esta prueba pues existe toda una gama de bienes de
relevancia constitucional que pueden servir como fines de la medida legislativa penal.
De no existir tales fines entonces el test concluirá y tal medida legislativa deberá ser
declarada inconstitucional.
En este punto no se exige que la medida legislativa sea la más adecuada o no para
conseguir el fin propuesto –pues ello será el resultado final del test–, sino tan solo si la
medida legislativa sirve para conseguir el fin propuesto que no es otro que la
protección de un bien jurídico constitucionalmente relevante. Consiste, si se quiere, en
una simple verificación de si un medio sirve para un fin.
b) La prueba de “necesidad”
En otros términos, la medida legislativa penal objeto de control debe ser necesaria
para conseguir el fin propuesto, el mismo que ya fue determinado en el punto anterior.
De existir una medida menos gravosa para el derecho fundamental comprometido y
que cumpla el mismo fin, entonces la medida legislativa resultará inconstitucional.
Según este subprincipio, “la importancia del objetivo que persigue la intervención en
el derecho fundamental debe estar en una relación adecuada con el significado del
derecho intervenido. En otras palabras, las ventajas que se obtengan mediante la
intervención en el derecho fundamental deben compensar los sacrificios que ello
implica para su titular y para la sociedad en general” (18) .
Ejemplo: siguiendo con la referida sentencia, pero ahora refiriéndonos a otro tipo
penal, el TC sostuvo que en el caso del artículo 108 del Código [El militar o policía que,
en conflicto armado, cumple funciones de centinela o vigía designado para
desempeñar algún servicio de seguridad, y que omite dar aviso o dar la alarma
inmediata de aproximación del enemigo, o cualquier anomalía o no usar sus armas en
caso de ataque para repeler el peligro, será sancionado con pena privativa de la
libertad no mayor de diez años y noventa a ciento veinte días-multa], el grado de
realización del fin de relevancia constitucional de esta medida (prevenir respecto de
aquellas conductas que afecten o pretendan afectar el correcto funcionamiento del
servicio de seguridad en conflicto armado ), es, por lo menos, equivalente al grado de
afectación de la libertad personal (afectada mediante la imposición de una pena
privativa de libertad)” (19) .
IV. CONCLUSIONES
Tal concepción, sin lugar a dudas, debe cambiar, sobretodo en estos tiempos, en los
que los Parlamentos se vienen caracterizando por una cada vez mayor producción de
leyes penales, las que vienen acompañadas en muchos casos de elevadas penas. Es
aquí donde se hace necesaria la utilización de mecanismos como el principio de
proporcionalidad, ya sea para controlar aquellas leyes penales en las que se
manifiestan los excesos en los que incurre el legislador o para controlar aquellas leyes
que despenalizando ciertas conductas evidencian la desprotección de derechos
fundamentales o bienes constitucionales cuya protección es exigida por la
Constitución.
NOTAS
(4) Según Hernán Hormazabal “habría de ser en Italia donde con mayor
intensidad y, por lo mismo, con mayor riqueza, se habría de replantear la discusión
sobre el bien jurídico desde una perspectiva jurídico-constitucional. Quizá el porqué de
la preocupación por vincular al Derecho Penal con la Constitución se encuentre en el
hecho de que aún esté vigente el Código Rocco en el marco de una Constitución
republicana avanzada”. HORMAZÁBAL MALARÉE, Hernán. “Bien jurídico y Estado
Social y Democrático de Derecho”. Idemsa. Lima, 2005. Pág. 140.
(5) BRÍCOLA, Franco. “Scritti di Diritto Penale” . Giuffré. 1997. Milano. Pág. 565.
Esta obra reproduce el artículo sobre “Teoría Generale del Reato” publicado en el En:
Novísimo Digesto Italiano. Tomo XIX, Turín, Utet.
(6) STCE 105/1998.
(8) SILVA SÁNCHEZ, Jesús María. “Aproximación al Derecho (...)” Pág. 275.
Citado por AGUADO CORREA, Teresa. “El principio de proporcionalidad en Derecho
Penal. Edersa. Madrid, 1999. Pág. 187.
(10) Artículo 148.- El militar o policía que en beneficio propio o de terceros, haga
uso indebido de insignias o distintivos de identificación de uso exclusivo de las Fuerzas
Armadas o Policía Nacional, será sancionado con pena privativa de libertad no menor
a tres ni mayor a seis años.
Artículo 116. - El militar o policía que simula una enfermedad o defecto físico
con el fin de ser eximido definitivamente del servicio u obtener el pase a otra situación
militar policial, será reprimido con pena privativa de la libertad, no menor de seis
meses ni mayor de dos años.
(14) Ídem.
[1]