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Mi Primera Comunión

Basilica 2017

Juan 6, 51
“Dice el Señor: Yo soy el pan vivo bajado del cielo.
El que coma de este pan vivirá eternamente,
Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo”.
ORACIÓN PARA ANTES DE LA MISA

¡Oh dulcísimo Jesús Sacramentado! Cuando te recibo en mi


corazón siento que mi fe me aumenta, mi esperanza se
fortalece y mi vida se alarga, porque, recibiendo tu
Sacratísimo cuerpo, vivo contigo y Tú vives conmigo, y el
que vive unido a Ti no morirá, porque eres camino, verdad
y vida eterna. Tú eres la vid; yo, el sarmiento, que no puede
dar fruto si no permanece unido a Ti. Tú eres el pan que
bajó del cielo, no como el maná que en el desierto
comieron nuestros padres y murieron. El que coma este
Pan vivirá eternamente. ¡Oh alma mía, recibe ese Pan
celestial, que es vida, esperanza y caridad! Haz, Jesús mío,
que contigo viva, sufra y padezca en este mundo con tal de
recibirte en mi corazón, porque la Comunión es mi vida.
Amén.

Misal de la
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA PARA LA
PRIMERA COMUNIÓN BASÍLICA 2017
Estando el sacerdote, en la procesión de entrada, comienza la MONICIÓN
AMBIENTAL.

Buenos días, bienvenidos a la Basílica de Nuestra Señora de


Chiquinquirá y San Juan de Dios, la casa de la Reina y Patrona del Zulia.

Gracias a Dios, hoy es el día que tanto esperábamos, el día de nuestra


Primera Comunión. Estamos, de verdad, muy contentos porque Jesús
nos invita a participar junto a todos ustedes en su banquete de fiesta,
que es la Santa Misa; Él va a venir a nuestro corazón cuando nos
acerquemos a comulgar y quiere estar siempre con nosotros.

Y estamos también muy alegres porque ustedes, nuestros padres y


familiares, están aquí con nosotros. Una cosa les tenemos que pedir y es
que les necesitamos, para que con su ejemplo nos ayuden a vivir como
verdaderos cristianos; que nos hablen de Dios, que recen con nosotros,
que nos acompañen aquí, para que juntos celebremos la Eucaristía y
aprendamos a amar a Dios y al prójimo.

Estamos seguros que Dios les ayudará en esta tarea.


¡Muchas gracias a todos por venir y bienvenidos a la Casa de Dios!

De pie por favor, para dar inicio a esta hermosa celebración.

RITOS INICIALES
Sacerdote: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.

Sacerdote: La gracia de Nuestro Jesucristo, el amor del Padre y la


Comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes.
Todos: Y con tu espíritu.

Sacerdote: Queridos niños y niñas que están hoy con trajes de fiesta y
con caras rebosantes de alegría, díganme, ¿A qué vienen hoy a la
Iglesia?
Niños: Queremos recibir el Pan Eucarístico.

Sacerdote: Al pedir el Pan Eucarístico


¿Saben quién es Jesucristo?
Niños: Sí, Jesucristo es el Hijo de Dios hecho hombre, que nació de la
Virgen María.

Sacerdote: ¿Y Dónde está ahora Jesucristo?

3
Niños: Jesucristo está ahora glorioso en el cielo y en el Santísimo
Sacramento del Altar.

Sacerdote: ¿Y Cómo está Jesucristo en el Santísimo Sacramento del


Altar?
Niños: Jesucristo está en la Eucaristía verdadera y realmente
presente, todo entero en todas y cada una de las partes de las sagradas
especies.

Sacerdote: Finalmente les pregunto ¿Qué ha prometido Jesús


a los que comulgan?
Niños: A los que comulgan Jesús les ha prometido la vida eterna,
porque dijo: «El que come mi Carne y bebe mi Sangre tiene la vida
eterna y Yo le resucitaré en el último día».

Sacerdote: Pues bien, puesto que así lo desean yo mismo, en


nombre de la Iglesia, les concederé lo que piden. Y en adelante
podrán recibir a Jesús en la Comunión, como lo hacen las personas
mayores. Dispongan pues sus corazones, para participar
activamente de esta Eucaristía.

ACTO PENITENCIAL
Sacerdote: Hermanos: Para celebrar dignamente estos sagrados
misterios, reconozcamos nuestros pecados.

Se hace una breve pausa de silencio. Después el sacerdote dice:

Sacerdote: Señor, ten misericordia de nosotros.


El pueblo responde: Porque hemos pecado contra ti.

El sacerdote prosigue: Muéstranos, Señor, tu misericordia.


El pueblo responde: Y danos tu salvación.

Sacerdote:
Dios Todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.

Todos: Amén.

4
A continuación se canta:
Señor, ten piedad. R/. Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad. R/. Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. R/. Señor, ten piedad.

A continuación, se entona el himno del Gloria.

Gloria a Dios en el cielo, ten piedad de nosotros;


y en la tierra paz a los hombres tú que quitas el pecado del
que ama el Señor. mundo,
Por tu inmensa gloria atiende nuestra súplica;
te alabamos, tú que estás sentado a la derecha
te bendecimos, del Padre,
te adoramos, ten piedad de nosotros;
te glorificamos, porque sólo tú eres santo,
te damos gracias, sólo tú Señor,
Señor Dios, Rey celestial, sólo tú Altísimo, Jesucristo,
Dios Padre todopoderoso. con el Espíritu Santo
Señor, Hijo único, Jesucristo. en la Gloria de Dios Padre.
Señor Dios, Cordero de Dios, Amén.
Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del
mundo,

Antífona de Entrada Mt. 28,20


Yo estaré con ustedes todos los días
hasta el fin del mundo, dice el Señor.

El Presidente, con las manos juntas, dice:


Oremos
Y todos, junto con el Presidente, oran en silencio durante unos momentos.
Después el Presidente, con las manos extendidas, dice la oración colecta.

Dios todopoderoso y eterno,


lleva a su plenitud el sacramento pascual
en quienes hoy reciben su Primera Comunión, concédeles
el auxilio de tu protección,
abundar en frutos buenos,
y alcanzar los gozos de la vida eterna.

Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,


que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
5
Al final de la oración el pueblo aclama:
Amén.

Seguidamente tiene lugar la proclamación de las lecturas.

LITURGIA DE LA PALABRA
(Sentados)

Monitor: Escucharemos en la Primera lectura como Josué se despide de


su pueblo. De manera solemne se reúne el pueblo en Siquem para
escuchar las últimas palabras de Josué. Llama la atención la insistencia
con que se repite la palabra «servir», catorce veces en total, de las
cuales siete se encuentran en los dos primeros versículos del capítulo
24 que hoy escucharemos. «Servir» en sentido bíblico implica: fidelidad
a la fe, servicio cultual y respuesta positiva a las exigencias de los
mandamientos. Nosotros, niños y niñas al optar por el Señor hemos de
dedicarnos a servirle solo a él. Escuchemos.

PRIMERA LECTURA
“Serviremos al Señor, ya que él es nuestro Dios”

Lectura del libro de Josué 24, 1-2a. 15-17. 18b-25a

Josué reunió en Siquém a todas las tribus de Israel, y convocó a los


ancianos de Israel, a sus jefes, a sus jueces y a sus escribas, y ellos se
presentaron delante del Señor. Entonces Josué dijo a todo el pueblo:
«Si no están dispuestos a servir al Señor, elijan hoy a quién quieren
servir: si a los dioses a quienes sirvieron sus antepasados al otro lado
del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país ustedes ahora
habitan. Yo y mi familia serviremos al Señor.»

El pueblo respondió: «Lejos de nosotros abandonar al Señor para


servir a otros dioses. Porque el Señor, nuestro Dios, es el que nos hizo
salir de Egipto, de ese lugar de esclavitud, a nosotros y a nuestros
padres, y el que realizó ante nuestros ojos aquellos grandes prodigios.
Él nos protegió en todo el camino que recorrimos y en todos los
pueblos por donde pasamos. Por eso, también nosotros serviremos al
Señor, ya que él es nuestro Dios.»

6
Entonces Josué dijo al pueblo: «Ustedes no podrán servir al Señor,
porque él es un Dios santo, un Dios celoso, que no soportará ni las
rebeldías ni los pecados de ustedes. Si abandonan al Señor para servir
a dioses extraños, él, a su vez, los maltratará y los aniquilará, después
de haberles hecho tanto bien.»

Pero el pueblo respondió a Josué: «No; nosotros serviremos al Señor.»

Josué dijo al pueblo: «Son testigos contra ustedes mismos, de que han
elegido al Señor para servirlo.»

«Somos testigos», respondieron ellos.

«Entonces dejen de lado los dioses extraños que hay en medio de


ustedes, e inclinen sus corazones al Señor, el Dios de Israel.»

El pueblo respondió a Josué: «Nosotros serviremos al Señor, nuestro


Dios y escucharemos su voz.»

Aquel día Josué estableció una alianza para el pueblo.

Palabra de Dios.

Todos aclaman:

Te alabamos, Señor.

7
SALMO RESPONSORIAL
(77)

LECTOR: El Señor les dio pan del cielo.

TODOS: El Señor les dio pan del cielo.

LECTOR: Cuanto hemos escuchado y aprendido


y nos han transmitido nuestros padres,
no vamos a ocultarlo a nuestros hijos,
para que en Dios coloquen su esperanza
y no echen sus hazañas al olvido.

TODOS: El Señor les dio pan del cielo.

LECTOR: El ordenó a las nubes


que abrieran las
compuertas de los cielos;
hizo llover maná sobre su pueblo;
trigo celeste envió como alimento.

TODOS: El Señor les dio pan del cielo.

LECTOR: Así el hombre comió


pan de los ángeles,
Dios les dio de comer hasta saciarlos.
Hasta la tierra santa los condujo,
hasta el monte adquirido por su mano.

TODOS: El Señor les dio pan del cielo.

Monitor: San Pablo desarrolla la idea del hombre nuevo creado en Cristo.
Mientras el hombre viejo es un egoísta, esclavizado por sus pasiones, el
hombre nuevo se caracteriza por su actitud comunitaria, siempre
preocupado por los demás. Y vive con el corazón agradecido. Nosotros
niños y niñas somos ya Personas nuevas en Cristo Jesús. Escuchemos

8
SEGUNDA LECTURA
“Como elegidos de Dios, revistanse del hombre nuevo”

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los


Colosenses 3, 9b-17
H ermanos:
Ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus obras, y se revistieron
del hombre nuevo, aquel que avanza hacia el conocimiento perfecto,
renovándose constantemente según la imagen de su Creador. Por eso,
ya no hay pagano ni judío, circunciso ni incircunciso, bárbaro ni
extranjero, esclavo ni hombre libre, sino sólo Cristo, que es todo y está
en todos.
Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de
sentimientos de profunda compasión. Practiquen la benevolencia, la
humildad, la dulzura, la paciencia. Sopórtense los unos a los otros, y
perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja
contra otro. El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo. Sobre
todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección.
Que la paz de Cristo reine en sus corazones: esa paz a la que han sido
llamados, porque formamos un solo Cuerpo. Y vivan en la acción de
gracias.
Que la Palabra de Cristo resida en ustedes con toda su riqueza.
Instrúyanse en la verdadera sabiduría, corrigiéndose los unos a los
otros. Canten a Dios con gratitud y de todo corazón salmos, himnos y
cantos inspirados.
Todo lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del
Señor Jesús, dando gracias por él a Dios Padre.

Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor

Monitor: La unión y comunión de todos nosotros, niños y niñas, con Jesús


es indispensable para poder dar fruto. Esta unión o permanencia con Él
tiene lugar a través de su amor y es fuente de la plenitud de su alegría.
Jesús quiere que seamos seguidores alegres que vivan el amor y lo gocen.
El "gozo" de Jesús consiste en ser amado por el Padre y en corresponder a
ese amor, cumpliendo su voluntad. De pie para la proclamación del Santo
evangelio.

9
SANTO EVANGELIO
(Jn 15,9-17) (De pie)

Sacerdote: El Señor este con ustedes.


Todos: Y con tu espíritu.

Sacerdote: Lectura del santo Evangelio según san Juan.

Todos: Gloria a ti, Señor


(Se hacen la señal de la cruz: Por la señal…)

Sacerdote:

+En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Como el Padre me


ama, así, yo los he amado, permanezcan en mi amor. Si cumplen mis
mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los
mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho
esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena. Este es
mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he
amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida
por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no
los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a
ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le
he oído a mi Padre. No son ustedes los que me han elegido, soy yo
quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su
fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en
mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros”.

Palabra del Señor.


Todos Aclaman:
Gloria a ti, Señor Jesús.

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Profesión de fe
Acabada la homilía se hace la profesión de fe:
Creo en Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
En las palabras que siguen, hasta María Virgen, todos se inclinan.
Creo en Jesucristo su único Hijo, nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de
Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los
muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de
Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a
vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el
perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida
eterna.
Amén.

ENTREGA DEL CIRIO ENCENDIDO.

Sacerdote: Queridos niños y niñas que tienen en sus manos esta vela
encendida: Reciban la Luz de Cristo.
Un día a sus padres y padrinos se les confió el cuidado de esta luz. Hoy
ustedes son responsables del cuidado de esta luz, para que viviendo
iluminados por Cristo, y perseverando en la fe, puedan salir al
encuentro del Señor, con todos los Santos, cuando él vuelva.

Todos: Amén.

11
ORACIÓN DE LOS FIELES
(De pie)

Sacerdote: Presentamos ahora nuestras oraciones a Dios por las


necesidades de la Iglesia, de todos los hombres y también por nosotros.
1.- Por la Iglesia, el grupo de los amigos de Jesús, para que anuncie por
todo el mundo el mensaje de AMOR de Dios a los hombres. Roguemos
al Señor.
2.- Por los niños y niñas que participamos hoy por primera vez de la
Eucaristía, para que permanezcamos siempre unidos a Jesús.
Roguemos al Señor.
3.- Para que todos nosotros continuemos participando en las
actividades de la Basílica y así conozcamos más y mejor a Jesús y
seamos verdaderos discípulos suyos. Roguemos al Señor.
4.- Por todos los padres de familia, para que tomen cada vez mayor
conciencia de la responsabilidad que han contraído en la educación de
sus hijos. Roguemos al Señor.
5.- Por todos los catequistas, para que, con su entusiasmo y alegría,
ayuden a todos, y en especial a los niños, a conocer y amar más a Jesús.
Roguemos al Señor.
6.- Por los niños y niñas que no tienen hogar, por los padres que no
tienen trabajo, para que todos colaboremos con nuestro esfuerzo a
solucionar estos problemas. Roguemos al Señor.
7.- Por los pobres, los enfermos, los que están solos, para que estemos
siempre dispuestos a ayudarles como hizo Jesús. Roguemos al Señor.
8.- Por las personas que gobiernan los países de la Tierra, para que
trabajen siempre por la Paz y la Justicia. Roguemos al Señor.
9.- Por los que han muerto, para que estén ya en tu Casa junto a Dios y
puedan vivir la gran fiesta del Cielo. Roguemos al Señor.
10.- Por todos los que estamos aquí reunidos, para que vivamos
siempre en el Amor como verdaderos hijos de Dios. Roguemos al
Señor.

Sacerdote: Acoge, Señor, nuestras oraciones


y concédenos lo que te pedimos con fe
en un día tan gozoso como el de hoy.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

12
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
(sentados)

1. CIRIO: “Yo soy la luz del mundo, dice el Señor”…Te ofrecemos,


Padre, este cirio que se van a consumir en el altar. Significan
que te amamos mucho y queremos llenarnos de tu amor para
seguirte a Ti, que eres la Luz verdadera. Te prometemos
mantener siempre encendido en el corazón, la llama de
nuestro amor a ti.

2. BIBLIA: “Lámpara es tu Palabra para mis pasos, luz en mi


sendero”…Te presentamos Señor esta Biblia, libro sagrado que
contiene las enseñanzas necesarias para alcanzar la perfección
de vida. Haz que leyendo y meditando en su corazón tu Palabra
estos niños puedan comportarse como verdaderos hijos tuyos.

3. PAN: Te ofrecemos, Señor, el pan fruto del esfuerzo y del


trabajo del hombre que consagrado en la Misa se convertirá en
el Cuerpo de Jesús. Él es alimento de nuestras almas para la
vida eterna y con él te ofrecemos nuestra vida y la ilusión de
este día.

4. VINO y UVAS: Te ofrecemos, Señor, las uvas, de donde se


extrae el vino que consagrado en la Santa Misa, y por la acción
del Espíritu Santo se convertirá en la Sangre de Cristo. Te
prometemos ser cada día mejores y no ofenderte con nuestras
faltas.

13
LITURGIA EUCARÍSTICA
Después, en el centro del altar y de cara al pueblo, extendiendo y
juntando las manos, dice la siguiente fórmula:

Oren, hermanos,
para que este sacrificio, mío y de ustedes,
sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.

El pueblo responde:

El Señor reciba de tus manos este


sacrificio, para alabanza y gloria de
su nombre, para nuestro bien y el
de toda su santa Iglesia.

Luego el Presidente, con las manos extendidas, dice la oración sobre las
ofrendas.

Oración sobre las ofrendas


Concédenos, Dios misericordioso,
que nuestra ofrenda resulte aceptable ante ti
y que por ella quede abierta para nosotros
la fuente de toda bendición.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Al final de la oración el pueblo aclama:


Amén.

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PREFACIO
DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA I
EL SACRIFICIO Y EL SACRAMENTO DE CRISTO
El sacerdote comienza la plegaria eucarística. Con las manos extendidas
dice:

V.- El Señor esté con ustedes


R. Y con tu espíritu
V. Levantemos el corazón
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

n verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.

Él mismo, verdadero y único Sacerdote,


al instituir el sacrificio de la eterna alianza
se entregó primero a sí mismo
como víctima de la salvación,
y nos mandó ofrecerlo en su memoria.
Cuando comemos su Carne, inmolada por nosotros,
somos fortalecidos;
cuando bebemos su Sangre, derramada por nosotros,
somos purificados.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles,


y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo…

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PLEGARIA EUCARÍSTICA II

Esta plegaria eucarística tiene un prefacio propio que forma parte de su


misma estructura. Con todo, se pueden usar también con esta plegaria
otros prefacios, especialmente aquellos que presentan una breve síntesis
del misterio de la salvación.

El sacerdote, con las manos extendidas, dice:


Santo eres en verdad, Señor,
fuente de toda santidad;

Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:


por eso te pedimos que santifiques estos dones
con la efusión de tu Espíritu,

Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz


conjuntamente, diciendo:
de manera que sean para nosotros
Cuerpo y  Sangre
de Jesucristo, nuestro Señor.

Junta las manos.


En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse
con claridad, como lo requiere la naturaleza de éstas.
El cual,
cuando iba a ser entregado a su Pasión,
voluntariamente aceptada,

Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:


Tomó pan,
dándote gracias,
lo partió
y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Se inclina un poco.

«Tomen y coman todos de él,


porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por ustedes».

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Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
Tomó el cáliz,
y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

«Tomen y beban todos de él,


porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por ustedes
y por muchos
para el perdón de los pecados.

Hagan esto en conmemoración mía ».


Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora
haciendo genuflexión.
Luego dice la siguiente fórmula:

I Éste es el Sacramento de nuestra fe.

O bien:
Éste es el Misterio de la fe.

Y el pueblo prosigue, aclamando:


Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!

Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CC Así, pues, Padre,


al celebrar ahora el memorial
de la muerte y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación,
y te damos gracias
porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y Sangre de Cristo.

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C1
Acuérdate, Señor,
de tu Iglesia extendida por toda la tierra;

y con el Papa N.,


con nuestro Obispo N.,

y todos los pastores que cuidan de tu pueblo,


llévala a su perfección por la caridad.

C2

En la Misa de Primera Comunión:


Acuérdate de estos tus hijos
que por vez primera invitas en este día
a participar del pan de vida y del cáliz de salvación,
en la mesa de tu familia;
concédeles crecer siempre en tu amistad
y en la comunión con tu Iglesia.

Acuérdate también de nuestros hermanos


que se durmieron en la esperanza
de la resurrección,
y de todos los que han muerto en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.

Ten misericordia de todos nosotros,


y así, con María, la Virgen Madre de Dios,
en la advocación de Nuestra Señora de Chiquinquirá
reina y patrona de los zulianos,
su esposo San José, los apóstoles,
y cuantos vivieron en tu amistad
a través de los tiempos,
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.

Junta las manos.

Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos


elevados, dice:

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Por Cristo, con él y en él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.

El pueblo aclama:
Amén.

RITO DE COMUNIÓN
Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el Presidente con las manos
juntas, dice:

Antes de participar en el banquete de la Eucaristía,


signo de reconciliación
y vínculo de unión fraterna,
oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:

Extiende las manos y, junto al pueblo, dice:

adre nuestro, que estás en el cielo,


santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra
como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y
líbranos del mal.
El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue él solo:
Líbranos de todos los males, Señor
y concédenos la paz en nuestros días,
para que ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro salvador Jesucristo.

19
Junta las manos. El pueblo concluye la oración, aclamando:
Tuyo es el reino,
tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.

Después el presidente, con las manos extendidas, dice en voz alta:


Señor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
"La paz les dejo, mi paz les doy",
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.

Junta las manos


Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.

El pueblo responde:
Amén.

El Presidente, extendiendo y juntando las manos, añade:


La paz del Señor esté siempre con ustedes,

El pueblo responde:
Y con tu espíritu.

Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el Presidente, añade:


Como Hijos de Dios
intercambiemos el abrazo de la paz.

Todos, según la costumbre del lugar, se dan la paz.

Mientras tanto se canta el “Cordero de Dios”.

El Presidente hace una genuflexión, toma el pan consagrado y,


sosteniéndolo un poco elevado sobre la Patena, lo muestra al pueblo,
diciendo:

ste es el Cordero de Dios,


que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.

Y, juntamente con el pueblo, añade:

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eñor, no soy digno
de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya
bastará para sanarme.

El sacerdote comulga y dice en secreto:

El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.


Y comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo. Después toma el cáliz y
dice en secreto:

La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna.


Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo.

ACCIÓN DE GRACIAS
(De pie)

¡Gracias, Señor!
Muchas gracias, porque nos amas de verdad,
porque te quedas con nosotros,
porque ya te tenemos en nuestro corazón.

Papás, familiares, amigos,


den gracias con nosotros a Dios
por este día tan importante para nosotros.
Queremos ser siempre tan felices como hoy;
se lo pedimos a la Virgen María,
nuestra Madre del Cielo
y le prometemos quererla cada día más.

¡Gracias, Jesús!
¡Gracias, María!
¡Muchas gracias a todos!

21
Consagración a la Santísima Virgen María
No resulta fácil, María de Chiquinquirá
expresar todo lo que el corazón
siente en estos momentos:
JESÚS llena, con su presencia,
la vida de todos los que, con oración y emoción,
le hemos recibido por primera vez en este día.

Quisiéramos, Virgen Chinita,


ofrecerte uno de los momentos
más brillantes y esperados de nuestra fe.

Una de las horas más inolvidables de nuestra vida.


El instante donde, por dentro, nos sentimos fuertes
porque Jesús ha decidido salir a nuestro encuentro
y convertirnos en sus AMIGOS E INVITADOS.

Te ofrecemos Chinita, nuestro deseo de seguir adelante.


Te ofrecemos, María, nuestra promesa de no olvidar a Jesús.
Te ofrecemos, María, la alegría que nos ha dado
el alimentarnos del Cuerpo y la Sangre del Señor.

No nos dejes de tu mano, María del Rosario de Chiquinquirá,


cuando nos apartemos de Dios,
recupéranos para que volvamos a Él.

Cuando nuestras almas se enfríen,


acarícialas con tu mano para que sean más cálidas.

Cuando nos alejemos de la Mesa Santa, de la Iglesia…


recuérdanos que, sin ella, seremos más débiles y menos fuertes.

Querida Chinita:

Aquí, a tus pies, dejamos todo lo que somos y tenemos.


Gracias por ayudarnos a descubrir a Jesús.
Gracias por enseñarnos a amar a Dios.
Gracias por estar junto a nosotros.
Hoy, porque nuestro corazón está lleno de alegría
de paz, de amor y de Dios
te consagramos toda nuestra vida
para que en, todos los años que vivamos en la tierra,
Dios nos acompañe y seamos felices.
Amén.
22
Antífona de comunión Lc. 24,35

Los discípulos reconocieron al Señor Jesús

cuando partió el pan.


Luego, de pie en la sede o en el altar, el Presidente dice:

Oremos
Y todos juntos con el Presidente; oran en silencio durante un momento, a
no ser que el silencio ya se haya hecho antes. Después el Presidente, con
las manos extendidas, dice la oración después de la comunión.

Acompaña, Señor, con tu permanente auxilio,


aestos niños y niñas,
a quienes renuevas con el don celestial,
y a quienes no dejas de proteger,
concédeles ser cada vez más dignos
de la eterna redención.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

El pueblo responde:
Amén.

RITO DE CONCLUSIÓN
BENDICIÓN FINAL

Sacerdote: El Señor esté con ustedes.


Todos: Y con tu espíritu.

Sacerdote:

Y LA BENDICIÓN DE DIOS TODOPODEROSO, + PADRE, HIJO Y


ESPÍRITU SANTO, DESCIENDA SOBRE TODOS USTEDES.

En el nombre del Señor, pueden ir en paz.

Todos: Demos gracias a Dios.

23
HIMNO DE NUESTRA SEÑORA DE CHIQUINQUIRÁ
MUSICA: Adolfo de Pool
LETRA: Graciela Rincón Calcaño

CORO

Gloria a ti, casta señora


de mi pueblo bravo y fuerte
que en la vida y en la muerte
ama y lucha, canta y ora.

I
Autóctona virgen de rostro bronceado,
mi lago encantado te exorne los pies
con rizos y ondas de armónico halago,
y reina del lago te digan doquier.

II
Bruñeron tus sienes con lirios plasmadas,
ígneas llamaradas de eterno brillar,
por eso mi tierra que el trópico inflama
del sol te proclama la reina inmortal.

III
La entraña fecunda del pueblo nativo
por ti fluye un vivo tesoro sin fin,
riberas y llanos, lagunas y sierras,
reina de mi tierra te llamen a ti.

IV
Y porque mi casta florezca en virtudes,
tus excelsitudes proclame la grey,
reina de mi tribu llamándote en tanto
la dicha o el llanto nos colmen Amen.

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