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DOCUMENTO DE APOYO
INTRODUCCIÓN A
LA LÓGICA JURÍDICA
Sololá 2018
Documento transcrito por el Lic. Wilmer Martín Quim C. Catedrático del curso Lógica Jurídica de la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Sociales de la Tricentenaria Universidad de San Carlos de Guatemala, Centro Universitario del Norte CUNOR.
Retomado de Introducción a la Lógica Jurídica de Aqueche Juárez, Héctor y Padilla M. Luis Alberto. Talleres de la Editorial
Universitaria, Guatemala 1984.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN iii
CAPÍTULO I
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
1. La lógica jurídica: campo de aplicación 01
2. El método científico y su aplicación a la ciencia jurídica 01
a) Deducción e inducción 02
b) La investigación científica en el campo del derecho 02
c) El método dialéctico 02
3. Relaciones de la lógica con otras ciencias 03
a) El pensamiento y sus factores 04
b) Funciones del lenguaje 04
CAPÍTULO II
1. El Principio de identidad 05
2. El principio de no-contradicción 06
3. El principio de tercero excluido 07
4. El principio de razón suficiente 08
CAPÍTULO III
1. Explicación inicial 11
2. Determinación de su contenido y conexión con otros conceptos……………………………….. 11
3. Clasificación de los conceptos jurídicos 12
A. Desde el punto de vista de los objetos a que se refieren 12
1) Conceptos lógico-jurídicos 12
2) Conceptos ontológicos jurídicos 12
B. Desde el punto de vista de su extensión. 13
1) Singulares 13
2) Plurales 13
3) Universales 13
C. Desde el punto de vista de su contenido 13
D. Desde el punto de vista de sus relaciones recíprocas 13
1) Compatibles e incompatibles 13
2) Relaciones de coordinación y de supra-subordinación entre conceptos jurídicos 14
3) Teoría de las definiciones jurídicas 14
CAPITULO IV
CAPÍTULO V
TEORÍA DEL RACIOCINIO JURÍDICO
El curso de Lógica Jurídica ha carecido por mucho tiempo de un texto ajustado al programa que
pueda proporcionar a los estudiantes una información elemental que les permita orientar sus
estudios de una manera adecuada y coherente.
El presente trabajo tiene sobre todo esa finalidad: dotar a los estudiantes de un ―pequeño
manual‖ que les sirva para ordenar sus conocimientos y complementar así las exposiciones orales
de los catedráticos del curso y los apuntes que sobre ellas generalmente elaboran los alumnos.
El mismo se encuentra basado en el programa oficial vigente en 2010, así en la primera parte
del mismo se enfocan las cuestiones relacionadas con los principios fundamentales de la lógica
jurídica: su campo de aplicación, relaciones con otras ciencias, funciones del lenguaje, y, sobre
todo, lo relativo a los nexos y diferencias entre la lógica formal y la lógica material o científica
(dialéctica) aplicada al Derecho, poniendo especial cuidado en subrayar la complementariedad
y no oposición entre ambas.
En seguida, en la primera parte del texto, se trata lo relativo a la lógica formal aplicada al
derecho. Se ha tratado de seguir en la medida de lo posible las directrices del profesor Eduardo
García Maynez, expuestas en sus libros de lógica jurídica1 y que, -desafortunadamente-, se
encuentran agotados.
La exposición que los estudiantes encontrarán a continuación debe situarse también dentro del
marco de los objetivos generales y específicos del curso, es decir, la adquisición de
conocimientos básicos de lógica formal aplicada al derecho para mejorar su capacidad de
interpretación y análisis de la legalidad estatal vigente, así como la adquisición de una
información elemental acerca de las modalidades de aplicación de la metodología científica al
1Cf. García Maynez, Eduardo. Introducción a la Lógica Jurídica, Lógica del Concepto Jurídico, Lógica del Juicio Jurídico, Lógica
del Raciocinio Jurídico. DIANOIA, Fondo de Cultura Económica, México, D.F.
campo del derecho, único procedimiento capaz de proporcionar a los alumnos los instrumentos
para establecer la verdad o falsedad de los juicios y razonamientos jurídicos, así como las causas
de la ingente problemática de la legalidad y la justicia en Guatemala.
Finalmente, en la medida que los objetivos generales se cumplan de manera adecuada, los
cursantes estarán mejor preparados, tanto para demostrar mayor destreza y habilidad en el
manejo e interpretación de códigos, leyes y reglamentos, como para el ejercicio constante de
su sentido crítico, el cual los debe llevar necesariamente a cobrar conciencia de la determinación
de los fenómenos jurídicos por la instancia económica, así como por los moldes ideológicos que
responden también a la estructura económico-social del país.
CAPÍTULO I
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
7
formulación a través del pensamiento de descripciones, explicaciones o predicciones acerca de
un determinado objeto que ha sido sometido a la atención del sujeto cognoscente (o científico).
a) Deducción e inducción.
Deducción es el razonamiento lógico formal que se basa en premisas de carácter general (juicios
universales) para obtener –inferir- conclusiones de naturaleza particular. La inducción, por el
contrario, se apoya en observaciones, experimentos o estudios de casos, para, a partir de éstos,
obtener conclusiones de tipo general, o sea que sigue el camino inverso al de la deducción al ir
de lo particular a lo general. Ambos procedimientos son de naturaleza lógica y por ende,
científicos. Ambos se emplean constantemente en la ciencia jurídica, aunque el primero de ellos
se utiliza normalmente en el estudio de las leyes y procesos jurídicos, y el segundo en la
investigación de problemas de relevancia jurídica. El capítulo segundo de este trabajo se ocupará
así de la deducción en materia de derecho (la silogística, el estudio del concepto y del juicio)
mientras que el tercero enfoca lo concerniente a la inducción como método idóneo para resolver
problemas jurídicos, entre otros temas relativos a la lógica dialéctica.
c) El método dialéctico.
Este método es inherente a la lógica dialéctica, esto es que debe entenderse que la lógica
dialéctica opera siempre con el método dialéctico. El término ―dialéctica‖ proviene del griego
antiguo, y su significado original nos remite al concepto de ―dialogo‖, ya que los griegos lo
usaban como instrumento de la argumentación y la discusión. La idea de movimiento está así
implícita ya en la concepción primitiva del concepto, desde luego que toda discusión requiere el
planteamiento de tesis y de antítesis, las cuales eventualmente se resuelven en una síntesis.
Además de la idea de cambio y movimiento, en dicha concepción se percibe ya el carácter
contradictorio de este tipo de razonamiento, distinto –por ese motivo- del razonamiento lógico
formal. Todas estas nociones fueron tomadas por Hegel2 para construir su formidable sistema
filosófico, en el cual la dialéctica es la piedra angular. Hegel concibe así la dialéctica no sólo
como un método del discurso lógico, sino también, y de manera esencial, como un reflejo o
expresión del movimiento de lo real, es decir, de las cosas y los objetos del mundo material,
tanto como de los procesos y fenómenos del mundo social. Así tenemos el espíritu subjetivo,
base de su construcción, y que en Hegel se identifica con la psicología individual y la razón
lógica. Este espíritu subjetivo “encarna” por así decirlo, en lo físico natural (espíritu objetivo), y
en un sucesivo paso de la triada (tesis – antítesis síntesis), el mismo se manifiesta como espíritu
absoluto, dando lugar a la creación de la ciencia, del arte y de la filosofía. Las concepciones
filosóficas del Hegel influyeron notablemente en el desarrollo posterior de la filosofía materialista
de Marx y Engels, quienes, sin embargo, consideraron necesario modificar el postulado central
hegeliano acerca del espíritu subjetivo como principio generador de lo real, substituyéndolo por
una concepción materialista, según la cual el mundo exterior existe con independencia de
nuestra conciencia y el ser social es quien determina la conciencia social. Por ende, en la
concepción materialista las categorías y conceptos genéricos de la ciencia existen realmente,
esto es, con realidades objetivos que poseen una naturaleza inherente a las cosas mismas y a
la dinámica de lo real.
De aquí se infiere que el método dialéctico está íntimamente ligado al desarrollo de las
ciencias y que estas últimas no pueden prescindir del mismo, así como tampoco pueden
prescindir de la lógica formal. Así, las categorías dialécticas (contenido-forma; causa-efecto;
universal-singular; azar-necesidad; esencia-fenómeno) se utiliza constantemente en toda
investigación científica, y los principios o leyes dialécticos son inherentes también a la misma.
Como ejemplo de lo que acabamos de señalar, si en una investigación acerca de las causas del
aumento de la criminalidad en materia de hurtos y robos se plantease una hipótesis que atribuye
la causa esencial de dicho fenómeno a la elevada tasa de desempleo y subempleo que afecta
los principales centros urbanos de Guatemala, y si dicha hipótesis fuere verificada técnicamente,
necesariamente tendríamos que investigar a continuación las causas de estos últimos
fenómenos. Lógicamente, investigar las causas del desempleo y del subempleo (con finalidades
profilácticas) significa ineludiblemente plantearse el problema de las contradicciones sociales y
2 Jorge Federico Guillermo HEGEL (1974-1831), filósofo alemán, enseñó en la Universidad de Berlín y fue uno de los teóricos
más importantes del Estado Prusiano. Es autor de obras como la fenomenología del espíritu. Filosofía del Derecho, y posee
también un importante tratado de lógica. Todas traducidas al español, pueden consultarse en bibliotecas especializadas o
adquirirse en librerías.
9
de los factores que determinan que no exista suficiente acumulación de capital o bien que los
propietarios de industrias y comercios no inviertan sus ganancias (fruto de la plusvalía generada
por el sector laboral) creando nuevas industrias, esto es, generando nuevas fuentes de trabajo.
Como se observa, a partir de un problema concreto (aumento de la delincuencia que ataca la
propiedad) es factible elaborar un diagnóstico que nos remita de inmediato (gracias al empleo
de los principios de acción recíproca y de unidad y lucha de contrarios) al examen de la estructura
socioeconómica, todo lo cual puede eventualmente incidir en una transformación cualitativa de
esta última.
3
Esto es fácil de comprender cuando pensamos en que el concepto, como unidad de significación lógica, es el mismo en
cualquier idioma o lengua, siendo lo que varía de país a país únicamente el envoltorio fonético –gráfico del mismo-. Así el
concepto ―derecho‖ es universal, variando únicamente los distintos vocablos mediante los cuales el mismo se expresa en otros
idiomas, así, vrg.: droit en francés, right o taw en inglés, rechts en alemán, diritto en italiano, etc. etc.
10
educativa que ha recibido el sujeto cognoscente, lo cual equivale a señalar como factor del
pensamiento también a la ideología de éste. Es claro, sabemos que la ideología está íntimamente
vinculada con la posición y la situación de clase social de una persona, lo cual equivale a señalar
también a los aspectos económicos sociales como factores del pensamiento.
Estos factores operan como contenidos del pensamiento, razón por la cual es a nivel
lógico dialéctico que se impone una constante tarea de descubrimientos de los mismo, a fin de
que no falseen o deformen las investigaciones científicas, cuyo determinante central es social
también, pero deber ser de naturaleza objetiva (verdadera) y no subjetiva (ideológica,
deformante).4
Por otra parte, es también importante aclarar que en la distinción aludida se ha hecho
una abstracción a fin de presentar las funciones tal y como serían “químicamente puras” pero
en la realidad los discursos lógicos mezclan constantemente las diferentes funciones, lo cual es
algo que por lo general sucede en las exposiciones orales. Así, una conferencia política puede
servirse de un lenguaje expresivo a fin de influenciar mejor el auditorio, apelando a sus
sentimientos para trazar directrices o consignas de acción y conducta militante, todo lo cual
puede ir acompañado de informaciones acerca de sucesos o acontecimientos de relevancia
política.
CAPÍTULO II
1. El principio de identidad.
Cada concepto que nosotros conocemos requiere una definición para precisar su significado.
Esta última equivale a la identificación del concepto ya conocido, y el juicio en el cual se formula
4
La ideología es un conjunto de representaciones, ideas, concepciones, etc., cuya función esencial consiste en expresar intereses
de clase, motivo por el cual su efecto característico no es el conocimiento sino por el contrario, el desconocimiento o
encubrimiento de la realidad. Se opone así a la ciencia, cuyo efecto característico es la producción de conocimientos. La ideología
al operar de este modo proporciona seguridad psicológica al individuo (al permitir insertarse en la estructura social) y cohesión
a las relaciones sociales, pero incide negativamente como factor de deformación de nuestros pensamientos (juicios,
razonamientos).
5
Así por ejemplo, sería absurdo decir que un mandato, tal como ―¡pongan atención!‖ o ―¡cierren esa puesta!‖ es verdadero
o falso, y lo mismo puede decirse acerca de quién pretendiera que un poema puede ser verdadero, ya que este tipo de
lenguaje, por ser esencialmente expresivo, únicamente puede enjuiciarse con cánones estéticos.
11
es una expresión del principio de identidad, desde luego que establece una equivalencia entre
el concepto a definir y los atributos que le atribuye el predicado.
También es posible afirmar que, en última instancia, todo objeto de conocimientos es igual a sí
mismo, con lo cual se establece una tautología identificatoria aparentemente inútil pero en
realidad operatoria para los fines de cualquier razonamiento lógico.
Así, el principio de identidad puede formularse indicando que el juicio que afirma la identidad de
un objeto consigo mismo es necesariamente verdades, A = A, o puesto en términos concretos,
las tautologías: ―el Derecho es igual al Derecho‖, o ―las normas jurídicas con iguales a las
normas jurídicas‖, son juicios necesariamente verdaderos.
El juicio de equivalencia, o definitorio, si bien implica también una aplicación del principio de
identidad, será verdadero sólo en la medida que los atributos predicados del sujeto le convengan
efectivamente, y referido a un tiempo preciso.
Aplicado al campo del derecho, este principio puede enunciarse indicando que todo objeto del
conocimiento jurídico es idéntico a sí mismo, lo cual a nivel abstracto (lógico formal) aplicado a
los fenómenos jurídicos puede enunciarse a su vez señalando que la norma que permite lo que
no está jurídicamente prohibido o prohíbe lo que no está jurídicamente permitido es
necesariamente válida.
Es claro que la aplicación de este principio al campo jurídico tiene una utilidad bastante limitada,
ya que toda identificación constituye una abstracción, ya que ningún proceso o concepto (u
objeto jurídico, una norma) puede ser considerado como absolutamente idéntico a sí mismo, es
decir como absolutamente constante en medio de la mutabilidad de los demás. De ahí que sea
necesario aclarar que si bien en lógica formal se utiliza este principio, es únicamente en función
de las necesidades prácticas del razonamiento y la argumentación, pero su naturaleza abstracta
lo hace valedero únicamente para el momento y las condiciones en que dicho razonamiento o
argumentaciones estén siendo empleados. Así, la identidad dialéctica complementa la identidad
formal abstracta, ya que es concreta y no excluye el cambio ni la diferencia, ni tampoco el
conflicto continuo que existe internamente entre los elementos opuestos que constituyen todo
proceso u objeto concreto. Por lo tanto, toda autoidentificación concreta de un objeto consigo
mismo es siempre limitada, relativa y transitoria, porque representa al objeto en el trance de
existir en una forma y estar llegando a existir en forma diversa.
Una cita de Eli de Gortari6 puede ilustrar mejor nuestro punto de vista:
6
Gortari, Eli de: Introducción a la Lógica Dialéctica, publicaciones del Centro de Estudios Filosóficos de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), Fondo de Cultura Económica, México, 3ª. Edición, 1965, p. 126.
12
relativamente como establece, es empleado por el conocimiento científico para evitar
confusiones en la deducción y para destacar, en la exposición, las relaciones entre las
diversas manifestaciones de un proceso (u objeto de conocimiento)”.
En consecuencia de lo anterior, en el campo jurídico afirmar que una norma que permite lo que
no está prohibido es una norma necesariamente válida, es algo correcto si hacemos abstracción
del movimiento y consideramos esa determinada norma en un tiempo y un especio precisos, ya
que en una fecha ulterior la situación puede modificarse radicalmente por derogatoria de la
norma cuya identificación realizamos.
2. El principio de no-contradicción.
A este principio también se le pueden aplicar las observaciones que formulamos para explicar el
principio de identidad, que ampliaremos más adelante, sin embargo, para los fines de tipo
didáctico de este apartado señalaremos que este principio está referido al contenido concreto
de dos juicios, ya que en el supuesto de contradicción la lógica indica que no pueden ambos ser
verdaderos. En otras palabras, ―si el juicio A en un sistema de juicios que forman el
razonamiento es verdadero, no podrá ser verdadero en ese sistema de juicios, un juicio que
contradiga al juicio A… no puede ser verdadero el juicio A y el juicio que le contradice”7 (A no
es no A).
Aplicado al campo del derecho este principio puede reformularse así en el nivel ontológico:
“ninguna conducta puede hallarse, al mismo tiempo, jurídicamente prohibida y jurídicamente
permitida” y en el nivel lógico (abstracto): “dos normas de derecho contradictorias entre sí no
pueden ser ambas válidas”.
Los lectores habrán notado la utilización del concepto de validez en substitución del
concepto de verdad. Esto es así porque si bien las dos proposiciones refiéranse a juicios, los
juicios jurídicos se diferencian de los juicios lógicos-formales en que los primeros son normativos
(prescriben una conducta) mientras que los últimos son enunciativos (describen o atribuyen,
declaran, etc.). por consiguiente, validez y carencia de validez son a las normas lo que las
nociones de verdad y falsedad son a los juicios existenciales (ontológicos, que en dicho plano se
enuncian con la fórmula “S no puede ser, al mismo tiempo P y no P”).
Así pues, dos preceptos jurídicos se contradicen cuando –en iguales circunstancias-, uno
prohíbe y el otro permite a un sujeto la misma conducta, lo cual es un derivado del principio
ontológico que ya señalamos, en el sentido que un acto no puede encontrarse, a la vez,
jurídicamente permitido y jurídicamente prohibido. Una vez establecido en qué consiste el
principio general de contradicción, indiquemos brevemente algunos criterios para distinguir los
casos en que hay contradicciones y criterios que se refieren a los ámbitos personal, espacial,
temporal y material de validez de las normas.
En efecto, las normas poseen un ámbito personal de validez, integrado por aquellos
sujetos a quienes éstas se dirigen, un ámbito espacial determinado por el lugar en que éstas se
aplican (el territorio de un Estado, de una provincia o departamento, etc.), un ámbito temporal,
que se refiere al tiempo de vigencia de las normas y finalmente un ámbito material que concierne
a la conducta que prescribe, prohíbe o permite la norma. Tales ámbitos pueden identificarse
recurriendo a las preguntas: “¿a quiénes se dirige la norma?”, “¿en dónde rige el precepto?”;
“¿cuándo se inicia y cuándo termina su fuerza obligatoria?” y finalmente “¿qué ordena la
7 Valenzuela, Wilfredo. Elementos de Lógica Jurídica, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, USAC, 1977. P. 10.
13
norma?”, “¿qué prohíbe?”, con lo cual el principio de no contradicción jurídico puede
concretamente enunciarse así:
“dos normas jurídicas son contradictorias cuando una prohíbe y la otra permite, a los
mismos sujetos (ámbito personal) una misma conducta (ámbito material) en condiciones
iguales a tiempo (ámbito temporal) y de espacio (ámbito espacial)”.
O bien para los casos especiales en que hay falta de concordancia material aparente:
“Si una norma prohíbe y la otra ordena a un sujeto el mismo acto, en iguales condiciones
de espacio y tiempo, esas normas se oponen contradictoriamente, porque la segunda
permite en forma tácita lo que la primera prohíbe de modo expreso”.
Así pues, hay que tener presente que cuando la coincidencia de los ámbitos de validez no
es completa, los preceptos no son contradictorios, por ejemplo, si dos normas poseen ámbitos
comunes de validez material, espacial y temporal, pero una prohíbe y la otra permite a personas
distintas la misma conducta, no puede decirse que se opongan contradictoriamente. La ley que
prohíbe a los extranjeros lo que otra permite a los nacionales no se opone contradictoriamente
a ésta, por cuanto el ámbito personal de aplicación es diferente. Si se permite una conducta
determinada en un sitio o lugar y se prohíben en otro, tampoco hay contradicción, dado que no
coinciden los ámbitos especiales de validez, así este sería el caso de una norma que prohibiese
la tala de árboles en los departamentos de Guatemala y Chimaltenango, pero no indicase nada
con respecto a El Petén, con lo cual implícitamente se permite el corte de este departamento.
Cosa parecida puede decirse respecto a normas que implican distintos ámbitos temporales de
validez, como sucedería en el supuesto de suspensión de garantías constitucionales con toque
de queda, caso en el cual se suspende (durante el lapso de treinta días normalmente) el derecho
de libre locomoción a partir de ciertas horas, y lo mismo en lo concerniente a las libertades de
reunión, manifestación, emisión del pensamiento, etc.
En el campo jurídico dicho principio se aplica estableciendo que de dos normas contradictorias,
una necesariamente tiene que ser válida, en el nivel lógico, y que la conducta jurídicamente
regulada sólo puede hallarse prohibida o permitida, en el nivel ontológico. O sea que el principio
de exclusión de tercero lo que hace es complementar el principio de no-contradicción (ningún
objeto puede ser al mismo tiempo P y no P), ya que si dos normas opuestas contradictoriamente
no pueden ambas carecer de validez esto equivale al indicar que forzosamente, desde el punto
14
de vista lógico formal, se debe buscar una solución al problema que significa la existencia de la
dicha contradicción (todo objeto tiene necesariamente que ser P o NO-P).
Como los casos de conflictos de oposición contradictoria se examinarán más adelante (como ya
quedó indicado), tanto en su modalidad intrasistemática como extrasistemática, por de pronto
nos concretamos a enunciar únicamente la naturaleza de estos principios.
Sin embargo, y a manera de nota aclaratoria por relación a los puntos de lógica dialéctica que
se exponen también en este trabajo, es necesario aclarar que la función esencial, tanto del
principio de no-contradicción como del principio de tercero excluido es de carácter formal, ya
que contribuye a evitar confusiones entre el proceso en curso de investigación y los otros
procesos existentes, siendo su principal función la de “poner de relieve la compatibilidad o la
incompatibilidad entre los juicios, lo mismo que entre los conceptos que figuran en un juicio. En
esas condiciones el criterio es bien simple: los juicos contradictorios y los conceptos opuestos
son formalmente incompatibles”, pero ello no significa que estos principios constituyan “…en
modo alguno, un criterio para decidir en definitiva acerca de la validez de un juicio, ni tampoco
sobre cuál de los juicios que constituyen una pareja de opuestos contradictorios es verdadero y
cuál es falso. En rigor, el único criterio necesario y suficiente para decidir sobre la validez de un
conocimiento consiste en su correspondencia con los procesos existentes, la cual se comprueba
indefectiblemente por medio de la práctica (o) del experimento”.8
En el campo del derecho el principio de razón suficiente establece que toda norma jurídica, para
ser válida, ha menester de un fundamento suficiente, puesto que todo objeto del conocimiento
jurídico posee una razón suficiente11. Así, en el caso de las normas jurídicas de derecho estatal
se demuestra su ―razón suficiente‖ de manera directa, recurriendo a las normas de jerarquía
8 Gortari, Eli de: Lógica General, Editorial Grijalbo, S.A., México, D.F., 1970, pp. 124-126. Gortari señala en su texto algunos
ejemplos de juicios científicos contradictorios pero verdaderos, desde el punto de vista lógico dialéctico: Todo movimiento es
continuo y discontinuo a la vez; la luz es simultáneamente corpuscular y ondulatoria, que es tanto como decir no-corpuscular;
Algunas substancias cristalizan en forma regular y amorfa a la vez. Dichos juicios, según de Gortari, han sido comprobados
experimentalmente por la ciencia física a pesar de que violan la exigencia formal de la falta de contradicción.
9 Postulado es una aseveración aceptada sin prueba, que, sin embargo, en el transcurso de toda investigación científica se
comprueba constantemente. Es claro que mientras tal prueba no se haya dado, el postulado es realmente una hipótesis por
verificar, y así debe plantearse.
10 De Gortari, Op. Cit., p. 237
11 García Maynez, Eduardo: Introducción a la Lógica Jurídica, F.C.E., México, p. 82.
15
superior o bien al conjunto o sistema legal que ha fundamentado la promulgación de tales
normas, es decir, que el fundamento suficiente de la validez de una norma es resuelto en
realidad por el derecho positivo. Ahora bien, dado que en términos generales podemos afirmar
que el fundamento de validez de los preceptos estatales es el de haber sido promulgados de
acuerdo con lo establecido en la norma fundamental12, es también claro que esta norma
fundamental tiene a su vez un fundamento, que en el caso del derecho será económico, social
y material, esto es, la adecuación de la conducta de los individuos a las prescripciones
normativas. Esto último significa que, como afirman Romero y Pucciarelli, “el principio lógico de
razón suficiente no es por completo un principio lógico: se refiere demasiado concretamente a
la verdad del juicio para que lo sea, y el problema de la verdad es gnoseológico y no lógico.
Nótese cómo difiere de los otros tres principios, que constituyen un grupo perfectamente unitario
mientras que el de razón queda aparte. Aquellos tres principios estatuyen algo sobre la verdad
del juicio, pero constantemente, según sus relaciones puramente lógicas: nunca aluden a los
objetos a los que los juicios se refieren. En el principio de razón suficiente entra en juego la
correspondencia entre el juicio y la situación a que el juicio se refiere…”13. Estas aseveraciones
llevaron a García Maynez a expresarse en los siguientes términos respecto a este problema:
Sin embargo, el mismo García Maynez reconoce que, en ocasiones pueden presentarse conflictos
intersistemáticos (entre dos sistemas normativos) en cuyo caso se trata más bien de establecer
qué norma posee mayor validez, lo cual únicamente puede hacerse en función de criterios
valorativos y pautas exiológicas, como serían en aquellos casos en los cuales una norma de
derecho se opone a otra de carácter moral o es contraria a los principios de la justicia:
CAPÍTULO III
TEORÍA DEL CONCEPTO JURÍDICO
1. Explicación Inicial.
Antes de precisar la significación del término “concepto” resulta importante distinguirlo de otros
términos emparentados con él. Primeramente es importante distinguir conceptos y palabras. El
12
Véanse los artículos 171 al 178 de la Constitución Política de la República de Guatemala: “Formación y sanción de la ley”.
13
Romero y Pucciarelli: Lógica, 4ª. ed. Espasa-Calpe, Buenos Aires, 1942, p. 35.
14
García Maynez, Eduardo: Lógica del Raciocinio Jurídico, DIANOIA, Fondo de Cultura Económica, México, 1964, p. 122.
16
nexo entre el concepto y su expresión verbal es análogo al que existe entre juicios y oraciones,
pero no debe confundirse unos de otros. Así, la oración es el envoltorio lingüístico de un juicio,
el medio que usamos para transmitir un pensamiento. La palabra es también, por lo tanto, el
molde verbal del concepto. Esto quiere decir que los conceptos se expresan normalmente a
través de las voces de un idioma, pero puede darse el caso que se piense en un concepto sin
auxilio de la lengua. Por otra parte, los conceptos deben distinguirse también de los objetos a
los cuales estos se refieren ya que si bien toda noción posee eso que en lógica se denomina
“correlato objetivo”, es claro que una cosa es siempre distinta del término con el cual la
designamos, ya que se encuentra en un plano distinto, el plano de la realidad material que
se diferencia claramente del plano de la realidad mental en el cual se desenvuelve el
pensamiento lógico. Así, en el caso del derecho, el concepto “sujeto de derecho” no debe
confundirse con la persona física objeto de la imputación. Tampoco sería correcto confundir el
plano de la prescripción normativa (predicado relacional de un juicio jurídico) con la conducta
objeto de ese juicio, que se ubica en el plano de la realidad material. También resulta importante
distinguir el concepto, en tanto que tal, del acto psicológico de pensar. Es decir, el acto de
pensar no se confunde con lo pensado, ni lo pensado es algo que exista en virtud del
pensamiento, dado que, inclusive, los conceptos abstractos pueden considerarse como
independiente del pensamiento (un triángulo, por ejemplo). Por lo tanto, un juicio como “el todo
es mayor que sus partes” no se identifica con el acto de quien lo piensa, ni es creación o producto
de su espíritu. Esto se demuestra fácilmente si consideramos que, tanto el concepto como el
juicio pueden ser objeto de un número indefinido de procesos mentales sin perder por ello su
unicidad. Así, si pensamos diez veces el concepto “pentágono”, la noción, diez veces pensada
por un apersona, no deja por ello de ser una, ni de permanecer idéntica a sí misma, lo que no
podemos decir de los correspondientes actos. Por lo tanto, la prueba de que los conceptos
difieren de los actos por medio de los cuales los pensamos, radica en que la reiteración del acto
no multiplica el concepto “precisamente porque éste no es engendro del pensar, sino entidad
independiente”15. Así pues, el concepto se distingue claramente también de la representación
psicológica, subjetiva, que necesariamente se produce cada vez que una persona piensa en
algo.
15
García Maynez, Eduardo: Lógica del concepto Jurídico, Fondo de Cultura Económica, México, 1959, p. 23.
16
16 García Maynez, Op. cit., p.31.
17
una norma”. Es claro, el progreso de la ciencia jurídica puede enriquecer la definición de norma
(abarcar normas sociales y consuetudinarias, al igual que las estatales, por ejemplo) con lo cual
el concepto de derecho subjetivo podría eventualmente modificarse, incrementando su
comprensión. El contenido de un concepto tiene que ver, por lo tanto, con lo que en lógica
general se denomina la “intención” o comprensión de un concepto, y que por nuestros
conocimientos de esta disciplina sabemos que se encuentra en íntima relación con su extensión
(o número de objetos a los que se refiere). Así también debido a ello es que sabemos que a
mayor contenido o comprensión menor será su extensión y viceversa. Otra característica
importante de los conceptos es su conexión con otros conceptos, lo cual se deriva del carácter
elemental de los mismos, ya que para precisarlos o definirlos estamos obligados a recurrir a
otras nociones, por lo cual el juicio definitorio implica siempre la recurrencia a otros conceptos,
ya que sería imposible dejar de hacerlo. Así para definir el concepto “derecho” (determinando
su contenido) tenemos que recurrir a otros conceptos tales como “vínculo económico jurídico”,
“patrono”, “trabajador”, “prestación de servicios”, “subordinación”, “dependencia continuada”,
“remuneración”, etc.
1) Singulares: son aquéllos referidos a un objeto único, esto es, ni general ni particular.
Ejemplo: "delito de cohecho cometido el día 11 de Enero de 1980 por el funcionario Felipe X.",
"contrato de arrendamiento de la casa situada en 12 Avenida 1-24 zona 7 autorizado por el
Notario Julio L.", "artículo 90 del Código de Trabajo", "Carta de las Naciones Unidas",
"Constitución de la República", "Comité Nacional de Unidad Sindical", etc., etc.
2) Plurales: son aquellos conceptos que designan varios objetos, cuando la reunión de
éstos es de carácter numérico, o sea, independiente de consideraciones de tipo cualitativo.
Ejemplo: el artículo 1339 del Código Civil preceptúa que en el caso de obligaciones alternativas,
cuando la elección deba ser echa por "varias personas" el juez concederá un plazo para que se
pongan de acuerdo, y si este no se produce decidirá "la mayoría". "Varias personas" y
"mayoría" constituyen ejemplos de conceptos plurales en el campo del derecho, y lo mismo
puede decirse del concepto "diversas prestaciones" que aparece en el artículo 1334 del citado
código, o bien el concepto "obligación mancomunada" (artículo 1347: hay mancomunidad
cuando en la misma obligación son varios los acreedores o varios los deudores) que se refiere
al aspecto netamente cuantitativo de una obligación.
3) Universales: son aquéllos que están referidos a todos los miembros de una clase.
Así, en el juicio jurídico: "el comprador debe pagar el precio de ¡a cosa al vendedor", tanto la
noción de "comprador" como la de "vendedor" están tomadas en un sentido genérico, universal,
dado que se incluye en ellas a todos los compradores o vendedores posibles. El mismo carácter
poseen conceptos, tales como el de tutor (artículo 343 del Código Civil: el tutor deberá rendir
cuentas anualmente y al concluirse la tutela o cesar el cargo), desde luego que se refiere a todas
las personas que ocupen en este cargo; trabajador (artículo 131 del Código de Trabajo: "Para
que el trabajador tenga derecho a vacaciones. . . deberá tener un mínimo de 150 días trabajados
en el año"); escritura pública de testamento (artículo 42 del Código de Notariado: "La escritura
pública de testamento, además de las formalidades generales, contendrá las especiales
siguientes: . . ."); inimputable (artículo 89 del Código Penal: "cuando un inimputable de los
17
García Maynez, Eduardo: Lógica del Concepto Jurídico, F.C.E., México, 1959, p. 105.
19
comprendidos en el inciso 2o. del artículo 23.. .), etc., ya que a pesar de estar referidos
aparentemente a objetos singulares en realidad se refieren a todos los objetos de su clase (todos
los trabajadores, todos los tutores, todas las escrituras públicas de testamento, todos los
inimputables), razón por la cual el juicio lógico correcto es siempre de naturaleza universal
—dado que son normas genéricas a las cuales se adscriben— y deben ser clasificados como
conceptos universales.
En el campo del derecho se utilizan todos estos procedimientos para definir conceptos
jurídicos,18 ya que las definiciones doctrinales por lo general son de carácter explicativo (por
género próximo y diferencia específica) y buscan establecer en qué consiste la esencia de un
objeto de conocimiento jurídico (vrg., la definición del concepto "derecho": conjunto de normas
imperativo-atributivas de carácter coercitivo, o bien del concepto "delito": acción típica,
antijurídica y culpable) siendo que con relativa frecuencia también se emplean definiciones
descriptivas (juicio penal es la comparecencia ante un tribunal del orden penal de una persona
—o varias— acusada de un delito, pudiendo proponer un defensor judicial, encontrándose
sometida a la acción acusadora del Estado a través del Ministerio Público y/o de un acusador
particular, y el cual después de transcurridas distintas fases o etapas, dentro de las cuales el
período de prueba es fundamental, culmina con una sentencia de naturaleza condenatoria o
absolutoria) y de manera mucho más constante —sobre todo en los códigos y leyes— se emplean
las definiciones prescriptivas.
Estas últimas consisten, como ya se dijo, en una orden, mandato o prescripción acerca
de la forma en que un conjunto jurídico debe ser empleado por los jueces, abogados y en
general por aquellas personas que aplican o se encuentran sometidas a la aplicación de las
leyes. Como ejemplo de ellas tenemos la definición que da el artículo 18 del Código de Trabajo
del concepto "contrato individual de trabajo", según la cual éste debe entenderse como "el
vínculo económico jurídico por el cual una persona (trabajador) queda obligada a prestar a oirá
(patrono) sus servicios personales, o a ejecutarle una obra personalmente, bajo la dependencia
continuada y dirección inmediata o delegada de ésta última, a cambio de una retribución de
18
García Maynez se refiere a este problema en los siguientes términos: ". . . nada impide el nombre de
definición ya al procedimiento que consiste en descubrir la esencia de un objeto, ya al que estriba en hacer el análisis del
contenido de un concepto, ya, por último, al que tiende a fijar el sentido en que un signo (verbal o de otra especie), deba
emplearse; lo único importante, en cualquiera de estos casos, es precisar lo que por definición se entiende y a cual de los tres
planos es referido el procedimiento definitorio (plano de los objetos, de los conceptos o de hs signos). Tan licitó es
proponerse investigar la esencia de un objeto, como analizar el contenido de una noción ó prescribir en qué .forma deberá
emplearse una palabra..." García Maynez: Op. cit., p. 69.
21
cualquier clase o forma". O bien la definición que establece el artículo 822 del Código Civil del
concepto "hipoteca" como "un derecho real que grava un bien inmueble para garantizar el
cumplimiento de una obligación", o bien las múltiples definiciones de tipos delictivos que
estipula el Código Penal (vrg.: el artículo 123 que define el concepto de "homicidio" como la
acción que comete quien diere muerte a alguna persona). Es importante recordar en estos casos
que las definiciones prescriptivas se caracterizan por no ser susceptibles de enjuiciarse
desde el punto de vista de su verdad o falsedad, desde luego que por tratarse de juicios
normativos únicamente pueden calificarse de válidas o inválidas, y además que
fundamentalmente se encuentran dirigidas a funcionarios estatales, abogados o juristas
encargados de interpretar y aplicar el derecho vigente, como ya se indicó anteriormente.
Reglas de definición.
Hay dos tipos de reglas, aquellas que conciernen a la naturaleza de la definición y aquellas
que se refieren a su fin. Las primeras establecen lo siguiente:
Dicho en otras palabras, se trata de la vieja regla que establece que las definiciones no deben
ser ni demasiado amplias ni demasiado estrechas, o sea que su comprensión debe ser
equivalente o su extensión.
Ejemplo del vicio opuesto lo constituye en cambio una definición del concepto "derecho subjetivo
público" que lo definiese como la "facultad de hacer o no hacer derivada de las normas
constitucionales que garantizan la libertad individual", ya que en este caso se soslayan los
derechos políticos, de petición, de acción, sociales, etc., que sin embargo, también poseen el
carácter de derechos subjetivos públicos, con lo cual la definición resulta demasiado estrecha,
esto es, el definiens abarca menos que el definiendum.
En lo que se refiere a las reglas relativas al propósito de definición podemos mencionar las
siguientes:
CAPÍTULO IV
TEORIA DEL JUICIO JURIDÍCO
O sea que en juicio lógico formal simple, tal como ―el libro esta en la gaveta del
escritorio‖ podemos siempre distinguir la proposición (vehículo a través del cual se expresa el
juicio en un idioma determinado), el juicio lógico que expresan las palabras (afirmación
situacional –predicado- acerca de algo –sujeto-), y finalmente, el hecho real que sería la
situación del libro en el lugar indicado.
En el terreno jurídico es posible también distinguir tales planos, ya que el análisis de las
normas nos revela distintas maneras de proposición gramatical de las mismas, que al traducirlas
lógicamente asumen la forma de juicios hipotético-relacionales, desde luego que poseen ese
carácter imperativo-atributivo que se ha estudiado ampliamente en el curso introductorio al
derecho. Finalmente, siempre es posible distinguir un tercer plano, en el cual se analizan los
contenidos objetivos del juicio, y que en el caso del derecho se refieren a la conducta
jurídicamente regulada, es decir, al hecho real de que los sujetos cumplan o no efectivamente
con las prescripciones normativas.
23
que toda norma consiste esencialmente en una hipótesis (supuesto jurídico) de cuya realización
depende el nacimiento de la disposición o consecuencia, cuya esencia radica en ser una
conexión de juicios –relación- de tipo bilateral, imperativo-atributivo como ya quedo expuesto.
Esto condiciona, entonces, que los juicios jurídicos se distingan de los juicios comunes y
corrientes por no expresar inherencias (como en el juicio común del tipo S es P, ―el sol es una
estrella‖, por ejemplo) sino relaciones ( x R y, Guatemala está al norte de Escuintla, por ejemplo,
o el comprador debe pagar el precio de la cosa al vendedor) las cuales están condicionadas por
la hipótesis normativa, trasladado a una formula algebraica la estructura de un juicio jurídico se
puede expresar así: s ----------- (x F y) ------------ (y D x), lo cual significa que de la realización
del supuesto condicional (s) depende el surgimiento de las consecuencias que poseen la
característica de facultar (F) a x por relación a y, quien a su vez posee el deber (D) de actuar
por relación a x. Si tomamos como ejemplo el artículo 1942 del Código Civil que establece que
―por el contrato de mutuo una persona entrega a otra dinero u otras cosas fungibles, con el
cargo de que se le devuelva igual cantidad de la misma especie y calidad”, al analizar dicha
norma descubrimos un supuesto que es la realización del contrato de mutuo, la afectiva
convención o escrituración del mismo, del cual depende el nacimiento de las consecuencias que
lógicamente se formularían de la siguiente manera:
El mutuante (SP) tiene el derecho subjetivo (F) de exigir que se le devuelva el dinero o cosa
fungible en la misma cantidad, de igual especie y calidad.
El mutuario (SO) tiene el deber jurídico (D) de devolver el dinero o cosa fungible en igual
cantidad, de la misma especie y calidad.
La validez de un juicio jurídico (o, lo que es lo mismo, de una norma jurídica se basa en el hecho
de haber sido creada de acuerdo con la forma prescrita por el ordenamiento jurídico, y asimismo
en no haber sido derogada, sea por otras leyes posteriores, o porque el orden jurídico,
considerado como un tanto, haya dejado de ser eficaz. Asimismo, es un criterio de validez de
una norma la ausencia de contradicciones en sentido lógico formal esto es la congruencia
interna –con preceptos de otras leyes-. Como ejemplo de normas contradictorias en forma
externa, y por consiguiente inválidas, podemos citar el artículo 4º. De la ley de defensa de las
24
instituciones democráticas que preceptúa que serán penados con dos años de prisión
correccional “los individuos que hagan circular folletos, panfletos, carteles, grabaciones, etc.,
que propugnen en Guatemala el establecimiento de entidades comunistas”, ya que el mismo se
opone al artículo 65 constitucional que garantiza la libertad de emisión del pensamiento sin
previa censura. Como ejemplo de contradicciones internas podemos citar el artículo 111
constitucional, el cual establece que “el trabajo es una obligación social y toda persona tiene
derecho a él. La vagancia es punible…”. En efecto, si el trabajo es una obligación queda afuera
del ámbito de la libertad jurídica, razón por la cual no es congruente calificarlo como derecho,
ya que la definición de este concepto implica la posibilidad de actuar o no de conformidad con
los lineamientos normativos. Por ende, si el trabajo es obligatorio queda afuera del ámbito de lo
optativo, con lo cual no puede definirse como derecho sino como deber. Por esto mismo, penar
la vagancia resulta congruente en un régimen jurídico que defina al trabajo como obligación
social, pero incongruente en un régimen de libertad de trabajo, ya que en este último supuesto
es claro que aquellas personas que no deseen trabajar tienen la libertad jurídica para ello, es
decir, tienen la libertad jurídica de dedicarse a la vagancia. Claro está, el origen de estas
contradicciones no puede juzgarse con los cánones de la lógica formal, motivo por el cual será
en la última parte de este trabajo que examinaremos las causas socioeconómicas de la existencia
de este tipo de contradicciones lógicoformales entre o en el interior de las normas jurídicas.
Si aplicamos esta clasificación al campo del derecho y especialmente al análisis de las normas
jurídicas obtendremos resultados útiles para la mejor comprensión de su naturaleza formal.
a) Normas permisivas: son aquellas que permiten, sea la ejecución, sea la omisión de
un acto que no está ordenado ni prohibido, tal y como lo establece el artículo 45 constitucional
al preceptuar “toda persona tiene derecho (y a omitir, lógicamente) lo que la ley no prohíbe (ni
ordena)”. Ejemplo: el artículo 621 del Código Procesal Civil y Mercantil, que establece que habrá
lugar a la casación de fondo: “1º. Cuando la sentencia o auto recurrido contenga violación,
aplicación indebida o interpretación errónea de las leyes o doctrinas legales aplicables..”, ya que
en este caso no hay conducta ordenada ni prohibida, siendo la norma por lo tanto, positiva por
permitir también la omisión del acto (la interposición del recurso), con lo cual la misma parece
enmarcada dentro del ámbito de la liberad jurídica, ya que deja a las personas en la posibilidad
20Los estudiantes pueden consultar de nuevo, al respecto, el texto de introducción a la Filosofía, publicado por los profesores
del curso en 1979, Editorial Universitaria de Guatemala, pp. 82-87.
25
de optar entre su ejecución o su omisión. Otra modalidad de norma permisiva es aquella que
permite -implícitamente- la ejecución de un acto ordenado (ejemplo: articulo 17 del Código de
Comercio: “testimonio de la escritura constitutiva de sociedad, de su ampliación y de sus
modificaciones, deberá presentarse al Registro Mercantil dentro del mes siguiente a la fecha de
la escritura”), o bien las de aquellas que prescriben (e implícitamente permiten) la omisión de
un acto prohibido (ejemplo: artículo 45 constitucional: “ninguno está obligado a cumplir ni acatar
órdenes o mandatos que no estén basados en ley”)
En resumen, puede decirse que la conducta jurídica desde el ángulo cualitativo puede clasificarse
en:
26
Se considera que una sentencia posee el carácter de norma individualizada por cuanto la misma
siempre establece una conducta a seguir pro una persona determinada, así en una demanda
laboral planteada por tres cuadrilleros de una finca, en el supuesto que la parte patronal alegase
que los mismos no poseían el carácter de ―trabajadores campesinos‖. Una aplicación correcta
al caso concreto por parte del juez de trabajo de la norma contenida en el artículo 138
mencionado obligaría al patrono a darle ese carácter, con lo cual se establecería también la
procedencia de la demanda y la consiguiente indemnización. De la misma manera, un contrato
de arrendamiento supone siempre una serie de estipulaciones (pago de una determinada
cantidad en concepto de renta, obligación del arrendatario de mantener el inmueble en las
mismas condiciones en que le fuere entregado, obligación del arrendante de hacerse cargo de
reparaciones mayores, del pago del agua o la luz eléctrica, etc., etc.) que en realidad suponen
normas de conducta individualizadas, esto es, que regulan las relaciones entre las dos partes
contratantes, al extremo que, en caso de incumplimiento de cualquiera de ellas, se puede
recurrir a un juez de lo civil a fin de que se impongan sanciones o bien se obligue al cumplimiento
forzoso.
Esta es la categoría más importante de clasificación de los juicios jurídicos, desde luego que
todo juicio en el campo normativo supone el establecimiento de una relación entre dos sujetos,
uno pretensor y otro obligado, en función del carácter Imperativo atributivo de toda norma. Por
lo tanto, como ya hemos visto, los juicios jurídicos normativos poseen ese carácter relaciona!
como inherente a su naturaleza misma, y el mismo se expresa, obviamente, en las diversas
manifestaciones de las normas. Así, en lo concerniente a los juicios disyuntivos (S es P1 ó P2) y
a nivel de la lógica general el planteamiento de alternativas es inherente a todo proceso judicial
de conocimiento, ya que al inicio de la demanda los jueces se encuentran siempre frente a
numerosas alternativas. Existen también normas que plantean alternativas, con lo cual se daría
un fenómeno de complejidad de las mismas, ya que tendrían carácter hipotético-alternativo,
como en el caso del artículo 1334 del Código Civil, el cual partiendo del supuesto de un contrato
que estipule obligaciones alternativas (ejemplo: fabricar un mueble o entregar un mueble ya
hecho, de características diversas, si el mueble de la alternativa No. 1 no se fabrica en
determinado plazo) preceptúa que el sujeto obligado "cumple ejecutando íntegramente una de
ellas..."
Los juicios categóricos, en el campo jurídico, se expresan sobre todo en el caso de normas
individualizadas, como ocurre con las sentencias o resoluciones de los tribunales, ya que las
mismas imponen una conducta (y otorgan correlativamente un derecho) pero de manera
incondicional, esto es que la relación entre los sujetos obligado y pretensor es de tipo categórico,
27
dado que no está sujeta a hipótesis o condición alguna. En gran medida, este mismo fenómeno
ocurre en el caso de normas individualizadas de naturaleza contractual, ya que por lo general
en los contratos se establecen deberes y derechos de las partes sin sujetarlos a condiciones
especiales. En aquellos casos en los cuales, no obstante, se estipularan condiciones en un
contrato, estaríamos ante una norma individualizada mixta, es decir, categórica en laguna de
sus cláusulas e hipotética en otras.
Juicios hipotéticos. Obviamente, este tipo de juicios son los mas empleados en el análisis
normativo lógico formal, abarcando una serie de manifestaciones que pueden a su vez
clasificarse según su naturaleza positiva o negativa, los cuales a su vez se agrupan en las
modalidades: a) ponendo pnens; b) tollendo ponens; c) ponendo tollens; y d) tollendo,
tollens. Veamos a continuación algunos ejemplos de estas últimas modalidades:
1. Supuestos:
Que se haya registrado un título de posesión inmobiliario.
Que hay transcurrido el termino de diez años.
2. Consecuencias:
El poseedor (SP) tiene derecho subjetivo a trasformar su inscripción de posesión e
inscripción de dominio.
El registrador (SO) está obligado a acceder a la petición del poseedor.
b) Tollendo ponens. En este caso el supuesto es negativo, o sea que la formula lógica
se expresaría así: si s no es h; SP tiene derecho subjetivo conducta F y SO tiene el deber jurídico
de conducta D, un ejemplo de ello lo tenemos en el artículo 43 del Código Civil que establece
que "toda persona que tenga derechos qué ejercitar u obligaciones qué cumplir en la República,
y se ausente de ella, deberá dejar mandatario legalmente constituido... y si no lo hiciere, se le
declarará ausente a petición de parte". Nos interesa acá el segundo supuesto que consiste en
que una persona que tenga derechos a ejercitar y obligaciones pendientes de cumplimiento en
Guatemala se ausente del país sin dejar un apoderado o mandatario, esto es, omitiendo la
conducta ordenada por la ley (no haciendo). El esquema se redactaría así:
El juez que conozca del asunto (SO) tiene el deber jurídico de acceder a la petición de la persona
interesada.
Supuesto: Si S no es H
Consecuencias:
SO no debe ejecutar conducta D
Ejemplo: artículo 593 del Código Civil: "Nadie puede buscar tesoro en terreno ajeno sin
permiso escrito del dueño".
Consecuencias:
El buscador de tesoros (SO) está obligado á abstenerse (a no hacer) de
buscar tesoro en terreno ajeno
El dueño del terreno (SP) tiene derecho a impedir la búsqueda de tesoros en sus
tierras (a no permitir la búsqueda).
Con lo cual queda claro cómo de una hipótesis negativa (que alguien interesado en buscar
un tesoro en terrenos ajenos no pida permiso escrito al dueño de éstos) da resultados negativos
(el interesado no puede seguir buscando, el dueño tiene derecho a no permitirlo).
Este tipo de modalidades judicativas se utiliza en forma corriente en lógica formal y en el campo
jurídico son frecuentes en los trámites procesales de las normas, ya que los jueces y abogados
29
constantemente formulan expresiones de tipo problemático y asertórico en sus memoriales y
escritos. También se ha sostenido que todo proceso de conocimiento en los tribunales consiste
en un punto de partida problemático (el acusado probablemente es el autor del delito X, por
ejemplo) que al final se transforma en una declaración de tipo asertórico (el acusado es
efectivamente autor responsable del delito),
Los juicios de naturaleza apodíctica, en cambio, son poco aplicables al campo jurídico, ya que
las ciencias jurídicas no estudian leyes naturales, de cumplimiento forzoso e ineluctable, sino
comportamientos humanos que son siempre aleatorias y contingentes, es decir, que no ocurren
—o discurren— de manera necesaria, conforme a pautas preestablecidas, sino que están sujetas
a múltiples determinantes y variables. Es decir, la regulación jurídica de la conducta, las leyes
del Estado, por ser de carácter social pertenecen al campo del deber-ser y no al dominio del ser,
como sucede en el campo de las ciencias físiconaturales.
No obstante lo anterior, García Maynez considera21 que los juicios jurídicos apodícticos sí pueden
manifestarse en el campo de la abstracción lógico formal.
Es decir que, en el plano puramente abstracto, cada vez que se verifica o realiza una hipótesis
normativa, necesariamente aparecen o surgen las consecuencias de derecho. En otros términos,
si un homicidio se produce, necesariamente los jueces penales deben instruir el sumario
correspondiente, detener al delincuente y aplicarle las sanciones previstas en la ley, siendo esto
algo que a nivel lógico formal es absolutamente verídico. Ahora bien, en el plano de los hechos
reales, de la conducta concreta, puede suceder que los jueces ni siquiera instruyan la
averiguación sumaria, menos aún que capturen al delincuente y lo condenen a la pena de prisión
que debería aplicársele. Esto es así porque una cosa es el nivel lógico abstracto de la judicación
lógica (y el análisis lógico del derecho) y otra cosa es la eficacia real de un orden jurídico, eficacia
que depende de factores de diversa índole, tales como el grado de preparación técnica de las
policías encargadas de las pesquisas criminales, la diligencia y eficiencia de los tribunales y
jueces e incluso, la voluntad política del Estado como ente que puede (o no puede, según los
casos) coadyuvar efectivamente en la aplicación de las leyes penales.
CAPÍTULO V
TEORÍA DEL RACIOCINIO JURÍDICO
21
21 Cf. García Maynez, Eduardo: Lógica del Juicio Jurídico, DIANOIA, Centro de Estudios Filosóficos, UNAM, Fondo de
Cultura Económica, México, la. edición.
30
conclusión. Los razonamientos deductivos pueden ser también inmediatos. Y son aquéllos que
se apoyan en una sola proposición categórica universal como premisa, obteniendo una
proposición universal o particular como conclusión (ejemplo: el razonamiento por subalternación
o por inversión contraria, estudiado en lógica formal ordinaria).
En resumen, podemos afirmar que, así como el concepto es una idea o síntesis mental –elemento
simple-, así el juicio es una cadena de conceptos y el raciocinio una cadena de juicios. En el
campo del derecho el razonamiento más aplicado, en lo que concierne a la labor de aplicación
de normas genéricas (juicios universales) a los casos concretos (para obtener normas
individualizadas) es el razonamiento de tipo deductivo, tanto en su modalidad inmediata como
silogística y analógica. Veremos en seguida algunos de estos tipos de razonamiento.
a) El razonamiento silogístico
En el campo jurídico es este el razonamiento más utilizado por jueces y juristas en general a
fin de aplicar normas genéricas a casos concretos. Normalmente el mismo emplea modos
compatibles con la primera figura, así es muy corriente que se hagan razonamientos del tipo
A- “Todas las perronas que cometen el delito de asesinato deben sufrir una pena que oscila
entre 20 y 30 años de prisión”
Que pertenece al modo DARII y es la de la primera figura, dado que aparece ordenado en forma
M-P, S-M, S-P, siendo el término mayor “pena de prisión”, el término menor “X” y el término
medio “delito de asesinato”, aunque también se pueden elaborar con otros modos y figuras
(ejemplos: todas las personas obran en estado de necesidad no deben ser penadas, A obró en
estado de necesidad, A no debe ser penado; los inimputables no deben penarse, A es
inimputable, A no debe ser penado, etc., etc).
La premisa mayor.
Dado que la lógica únicamente indica cómo hay que inferir, es decir, cómo hay que proceder
con proposiciones o juicios ya establecidos, es importante determinar cómo se establecen o
crean originalmente los juicios que se emplean como premisas. En el campo del derecho este
problema es relativamente simple, dado que la premisa mayor debe estar siempre constituida
por una norma genérica, o, lo que es lo mismo, la premisa mayor se obtiene la ley. Es claro que
los razonamientos legales muchas veces son de una extremada complejidad y las premisas
mayores se integran no por una sola, sino por varias normas jurídicas. Así también,
frecuentemente, resulta indispensable interpretar previamente las normas determinar si se
encuentran o no vigentes, llenar lagunas y construir normas vía interpretación analógica, etc.,
pero lo que se debe recordar de manera fundamental es que siempre la premisa mayor se apoya
en la ley. Así, una premisa mayor compleja podría redactarse así: "Todas las personas
penalmente imputables (conforme al artículo 23 del Código penal), que sin que medie ninguna
causa de justificación (conforme a lo establecido por el artículo 24 del citado Código, como
legítima defensa, vrg.) y en consecuencia de circunstancias excluyentes de la culpabilidad
(artículo 25 del Código Penal: miedo invencible, fuerza exterior, error, obediencia debida u
omisión justificada) da muerte a alguna persona (artículo 123 del Código Penal), debe, como
responsable del delito de homicidio, sufrir la pena de prisión 8de 8 a 20 años)”.
La premisa menor.
31
El problema más difícil en los razonamientos silogísticos aplicados al derecho es siempre la
formulación de la premisa menor, que fundamentalmente debe subsumir el caso concreto bajo
el supuesto jurídico de la norma genérica. En lo que se refiere a la subsunción propiamente
dicha, es necesario distinguir tres fases o elementos: 1. La representación del hecho jurídico: 2.
La comprobación que efectivamente se ha realizado; y 3. La calificación de que exhibe (el hecho)
las notas constitutivas del supuesto jurídico (“término medio”), siendo esto último en lo que
consiste propiamente la subsunción, que es la “subordinación del hecho jurídico a las notas
conceptuales del supuesto legal o, expresado en otra forma, la inclusión el caso en la clase de
los designados por el mismo supuesto…”
Conclusión.
La conclusión es, en todo silogismo jurídico aplicador de normas genéricas a casos concretos, el
juicio que establece la llamada ―norma individualizada‖ e impone una sanción, concede un
derecho, impone una pena, establece una obligación de conducta etc. Es claro que estos
silogismos, así en forma ―lógicamente pura‖ no se presentan nunca en la realidad, ya que las
modalidades expuestas obedecen a las necesidades del análisis. Por lo tanto, es necesario
realizar una labor análoga a la del análisis normativo –la disección de los juicios jurídicos en sus
22
22 Precisamente uno de los motivos que permiten interponer el recurso extraordinario de casación de fondo son los
llamados -por el legislador- errores de hecho (quaestio facti) y e derecho en la apreciación de la prueba, que a su vez puedan
determinar aplicación indebida o interpretación errónea de las leyes.
32
partes simples, el descubrimiento de los supuestos, sujetos, copulas y predicados de las
correspondientes normas atributivas e imperativas- para encontrar en las resoluciones judiciales
(autos y sentencias) así como otra clase de actos jurídicos (dictámenes como en otra clase de
actos jurídicos (dictámenes administrativos, contratos, etc.) estos esquemas de razonamiento
lógico. Así, en las sentencias judiciales los llamados ―considerandos‖ son en realidad el
establecimiento de las premisas de la aplicación del derecho, equiparándose los primeros de
ellos a la premisa mayor (“considerando que el articulo 198 del Código Penal preceptúa que…)
y los segundos a la premisa menor ( “considerando que del estudio de los autos se infiere que
el procesado ZX si cometió el delito de cohecho, ya que la prueba aportada por el Ministerio
Público…), mientras que el llamado. ―Por tanto‖ y la parte declarativa constituyen la conclusión,
la cual determina la pena o sanción a imponérsele a una determinada persona, o bien otorga
determinados derechos.
"En dicho razonamiento, 'de que un objeto A ' coincide con otro objeto A ' en ciertas notas a.
b. c. que son comunes a ambos, se concluye que A' poseerá, también la nota p. que sabemos
posee A '. Es un razonamiento de lo particular a lo particular análogo o de lo singular a lo singular
análogo. Por su forma el razonamiento analógico reviste la apariencia de un silogismo: 'la
tierra está poblada de seres vivos; Marte es análogo a la Tierra (tiene de común con ella las
propiedades a, b, c, etc.), luego Marte debe estar poblado por seres vivos'. Pero el
razonamiento analógico no posee la fuerza probante del silogismo legitimo, del cual, por
otra parte, difiere fundamentalmente. . .”23
Pfander afirma que el esquema del razonamiento analógico es posible expresarlo así: "Q es P,
S es análogo a Q, S es P", y debe poseer las siguientes condiciones: 1. La semejanza que existe
entre S y Q debe descansar sobre un elemento común M que por sí sólo sirva de razón suficiente
del ser P de Q; 2. La analogía de S con Q debe derivar igualmente del ser M de S. En lógica
jurídica este razonamiento suele aplicarse cuando la norma que prevé cierto hecho es aplicada
a otro distinto, que coincide en los aspectos esenciales o fundamentales con el primero. En estos
23
García Maynez, Eduardo: Op. clt., pp. 1 6&-166.
33
casos es posible decir también que hay una aplicación o interpretación extensiva de la ley. El
razonamiento analógico se puede hacer pues, por lo tanto, entre hechos como entre
disposiciones normativas propiamente dichas, entre supuestos jurídicos y consecuencias de
derecho. Así, cuando un tribunal se halla ante dos situaciones, una prevista y la otra no prevista
por normas vigentes, debiendo el juez resolver esta última; la semejanza entre dos preceptos
jurídicos, que descansa en elementos comunes a ambas normas permite la aplicación del
argumento a simili, cuyo esquema es el siguiente:
"Si un hecho A' cumple los supuestos a. b. c. d. su realización produce la consecuencia jurídica
C;
En el hecho imprevisto A' se dan las notas a. b. c. e., análogas a las del previsto A ' y hay la
misma razón jurídica para resolverlos de la misma manera;
Luego, se enlaza el hecho A' a la consecuencia jurídica C".24 La analogía consiste pues, como
dice García Maynez en "atribuir a situaciones parcialmente iguales (una prevista y la otra no
prevista) las consecuencias que señala la norma aplicable al caso previsto. Ello equivale a
formular una nueva norma cuyo supuesto expresa en abstracto las características de ambos
casos, si bien entre uno y otro sólo hay igualdad parcial"25, por ello mismo se infiere que en
realidad no existe una aplicación analógica de una norma a un caso no previsto, "sino que de
creación o formulación analógica de una norma nueva, cuya disposición es idéntica a la de aquel
precepto, pero cuyos supuestos son sólo semejantes"26. Un ejemplo concreto de este argumento
en el campo del derecho guatemalteco lo tenemos en el caso del artículo 1623 del Código Civil,
que preceptúa que el saneamiento tiene lugar por evicción o por vicios ocultos. En el caso de
que un terremoto provocase el derrumbamiento de un terreno situado en una ladera, es factible
considerar que el comprador del terreno en fecha reciente fue víctima de un "vicio oculto" del
mismo, esto es, de la falta de consistencia o solidez del suelo, pero sólo de manera analógica,
ya que el concepto de "vicio oculto" se refiere esencialmente a bienes muebles de naturaleza
mecánica o animales, pero normalmente no se aplica a inmuebles. Por lo tanto, la aplicación
analógica del artículo 1623 a un caso concreto que tuviese esas características (derrumbe o
deslave de un terreno recientemente adquirido a consecuencia de un terremoto) y que facultara
a una persona X a presentar una demanda contra otra (el vendedor del terreno) reclamando
rescisión contractual o daños y perjuicios, supone en realidad la formulación de una norma
nueva que considera a los suelos deleznables como "vicio oculto" de los bienes raíces.
24
García Maynez, Eduardo: Oo. clt., p. 157.
25
Ibid..p. 158.
26
Ibidem.
34
puede aplicarse también, ya que si en los procesos penales es prohibido extender certificaciones
durante la fase sumarial, o bien permitir la inspección ocular del expediente por personas
particulares, obviamente también se encuentra prohibido proporcionar informaciones verbales o
conceder entrevistas periodísticas.
d) Argumento a contrario.
Cuando de manera tácita o expresa un precepto jurídico limita la aplicabilidad de su
disposición solamente a determinada clase de sujetos, de tal precepto puede inferirse
interpretándolo a contrario, la existencia de otro cuya disposición se opone
contradictoriamente al primero, y cuyo ámbito personal de validez está formado por
los no comprendidos en el ámbito personal de la otra norma. Un ejemplo práctico de este
argumento !o tenemos analizando el artículo 20 de la Constitución de la República que establece
que "son electores los guatemaltecos que se encuentren en el Ubre ejercicio de sus derechos
de ciudadano e inscritos en el Registro Electoral", que nos permite inferir por analogía "a
contrario" que no son electores aquéllos que no se encuentran inscritos en el Registro
Electoral, los no-guatemaltecos y quienes no estén en el libre ejercicio de sus
derechos ciudadanos. Dicho en otras palabras, aquellas personas que no tengan cédula de
ciudadanía, quienes estén inhabilitados políticamente —por estar cumpliendo alguna
condena de prisión en las cárceles del país— o los extranjeros que no poseen la condición
de electores y por lo tanto no pueden (tienen prohibido) participar en los eventos electorales
que se realicen en Guatemala. Así pues, la norma explícita tiene un ámbito personal de
validez formado por los ciudadanos guatemaltecos e inscritos en el Registro Electoral
(norma permisiva), mientras que el ámbito personal de la norma implícita prohibitiva
está formado por los extranjeros y no ciudadanos. Otro ejemplo adecuado lo
obtenemos • examinando el artículo 23 del Código Civil que estipula que "toda persona que
tenga derechos qué ejercitar y obligaciones qué cumplir en la República, y se ausente de ella,
deberá dejar mandatario legalmente constituido. . .", que en virtud del razonamiento "a
contrario" nos permite inferir que aquellas personas que no tengan derechos qué ejercitar ni
obligaciones qué cumplir pueden ausentarse de Guatemala sin dejar mandatario, ya que no
están jurídicamente obligadas a hacerlo.
Por consiguiente, en el caso concreto de ciertas normas legales vigentes en Guatemala, que por
ser contradictorias podríamos considerarlas inválidas, hemos mencionado el ejemplo de
preceptos constitucionales que permiten y prohíben a la vez la libre asociación, o bien le
adjudican el carácter de derecho y obligación (a la vez) al trabajo, con lo cual se oponen al
principio de libertad jurídica. Dicho en otras palabras, lógicamente es contradictorio que se
establezca un régimen de libertad de trabajo en el país cuando al mismo tiempo se decreta la
punibilidad de la vagancia y se preceptúa la "obligación social" de todos al trabajo. Así, en el ya
mencionado artículo 111 de la Constitución la norma correlativa del juicio imperativo "el trabajo
es una obligación social" (que debe leerse lógicamente: "Todas las personas están obligadas a
trabajar") es la atribución de derechos al Estado que queda facultado para exigir a todos los
ciudadanos trabajar, o de lo contrario aplicarles las sanciones correspondientes (previstas en el
Decreto 118 del Congreso de la República, "Ley de persecución de la vagancia"). Es mas, la
citada ley persecutoria de la vagancia tiene su origen en tal imperativo jurídico, por consiguiente,
es absurdo considerar que la norma correlativa —de índole atributiva— al precepto imperativo
contenido en el artículo 111 constitucional fuese — como lo pretende el segundo párrafo,
contradictorio— "todas las personas tienen derecho al trabajo". Por lo tanto, para hacer
congruente dicha norma sería necesario suprimir el calificativo del trabajo como "obligación
social" y, por supuesto, derogar la ley de persecución de la vagancia, de tal suerte que la norma
correlativa de "todas las personas tienen derecho al trabajo" se tradujera en "el Estado está
obligado a proporcionar trabajo o a garantizar la creación y existencia de fuentes de trabajo".
Este último sería además el precepto adecuado a nuestra realidad económicosocial, la cual
evidencia un alto porcentaje de población desocupada o sub-ocupada, dadas las deficiencias de
nuestro sistema económico y la escasez de fuentes de trabajo,
27
García Maynez, Eduardo: Introducción a la Lógica Jurídica, Fondo de Cultura Económica, México, 1968, p. 43
36
perspectiva inversa resultan normas condicionantes de los actos que las aplican. Los tratadistas
señalan que la regla según la cual cada escalón de la pirámide es a un tiempo (en perspectiva
dialéctica) acto de aplicación y norma condicionante de ciertos actos, sufre dos excepciones: en
lo concerniente a la norma fundamental, que no deriva de otra de mayor rango, y los
denominados "actos postreros" de aplicación (un secuestro judicial, un remate) que no poseen
carácter normativo sino que representan la definitiva realización de una obligación o deber
jurídico. Por otra parte, en lo relativo a la jerarquía, este concepto hace referencia a las
relaciones de supraordinación subordinación y coordinación entre las distintas normas jurídicas.
Así se dice que entre aquellas normas que no dependen unas de otras (dos normas
constitucionales, dos cláusulas de un contrato, dos artículos del Código Penal) hay una relación
de coordinación, mientras que, por el contrario, entre las leyes comunes y la Constitución existe
una relación de subordinación de las primeras por relación a las segundas, del mismo modo que
se da entre preceptos reglamentarios y leyes orgánicas, o entre disposiciones estatutarias de
una sociedad y el Código de Comercio, por ejemplo. El criterio central en la resolución de este
tipo de conflictos es el que establece que debe siempre prevalecer la norma de mayor jerarquía,
lo cual significa que la Constitución de la República prevalece siempre sobre las leyes ordinarias,
y que éstas últimas prevalecen sobre reglamentos, leyes orgánicas, acuerdos gubernativos, etc.
Este principio es recogido por la Constitución de la República, que preceptúa en el artículo 172
que "ninguna ley podrá contrariar las disposiciones de la Constitución. Las leyes que violen o
tergiversen los mandatos constitucionales son nulas ipso jure", lo cual significa que, sin
necesidad de declaratoria oficial, los jueces deben considerar nulas aquellas normas legales que
se opongan a los mandatos constitucionales. (33 bis28). En caso de que así no lo hicieren (es
decir, en el caso de que un juez no aplicara este principio al conocer en un asunto concreto) las
personas particulares tienen a su alcance el recurso de amparo, que según lo estipulado por el
artículo 80 del texto constitucional está instituido para mantener o restituir a las personas en el
goce de los derechos y garantías que la Constitución establece, o bien para que se declare en
casos concretos que un reglamento, resolución o acto de autoridad no obliga al -recurrente por
contravenir o restringir cualesquiera de los derechos garantizados por la Constitución. Dicho
recurso puede también interponerse contra las llamadas disposiciones o resoluciones "no
meramente legislativas" del Congreso de la República, permitiendo a los particulares recurrir
contra ellas —en casos concretos— de amparo, a fin de obtener una declaración de no
aplicabilidad por tratarse de disposiciones violatorias de derechos constitucionales. El calificativo
de "no meramente legislativas" relativo a las disposiciones del Congreso significa que las leyes
emanadas de dicho órgano no pueden ser motivo del recurso de amparo sino únicamente
disposiciones o resoluciones específicas. Las normas genéricas, contenidas en leyes, decretos o
acuerdos gubernativos pueden a su vez ser atacadas de inconstitucionalidad, cuando tengan
vicio parcial o total de esta índole, según lo establecido por el artículo 263 constitucional. Para
ello es necesario que se integre una Corte de Constitucionalidad compuesta por las más altas
autoridades del Organismo Judicial: el presidente y cuatro magistrados de la Corte Suprema de
Justicia, designados por la misma, y siete miembros electos por sorteo global entre los
magistrados de la Corte de Apelaciones y de lo Contencioso Administrativo. Los efectos del
recurso son (si prospera), en una primera fase la suspensión de la ley o disposición gubernativa
atacada, y en caso de declararse con lugar el recurso, la declaratoria de inconstitucionalidad
deja sin vigor la ley si se hubiese recurrido en su totalidad o bien parcialmente, en caso de que
el vicio que la afecta sea de esta índole.
28
28 Debe entenderse aquí, desde el punto de vista doctrinario, que este precepto constitucional recoge el principio lógico
de razón suficiente, ya que el fundamento de toda norma sólo puede estar en otra de superior jerarquía, por una parte, y por
la otra, que se aplica acá el principio lex prior derogat posterior, o sea que en este caso, la ley constitucional, normalmente
anterior a las leyes ordinarias prevalece sobre estas últimas (posteriores).
37
En resumen, la prevalencia de las normas constitucionales sobre las leyes ordinarias o sobre los
acuerdos y decretos del organismo ejecutivo se garantiza a través de los siguientes mecanismos:
lo. La nulidad ipso jure, aplicada de oficio por los Tribunales; 2o. El recurso de amparo, que
utilizan las personas particulares en contra de jueces y autoridades administrativas del Estado
en general, para que se declare en cada caso concreto que una ley o resolución no es aplicable
por contravenir preceptos constitucionales o bien para que se le mantenga o restituya en el goce
de las garantías constitucionales; y 3o. El recurso de inconstitucionalidad que puede promover
el Estado (a través del Ministerio Público), el Colegio de Abogados o cualquier persona y entidad
—con el auxilio de 10 abogados por lo menos— en contra de leyes o disposiciones gubernativas
de carácter general que se opongan contradictoriamente, en forma total o parcial a los preceptos
constitucionales (véase el capítulo V, artículos 262 al 265 de la Constitución y la Ley de Amparo,
Habeas corpus y Constitucionalidad, Decreto No. 8 de la Asamblea Constituyente de la República,
artículos 105 al 111).
29
El artículo 8. de la ley del Organismo Judicial (Dto. No. 2-89 del Congreso de la República de Guatemala, establece que "Las
leyes se derogan por leyes posteriores: a) Por declaratoria expresa de las nuevas leyes; b) Parcialmente, por incompatibilidad
de disposiciones contenidas en las leyes nuevas con las precedentes; c) Totalmente, porque la nueva ley regule, por completo,
la materia considerada por la ley anterior; y d) Total o parcialmente, por declaración de inconstitucionalidad,
dictada en sentencia firme por la Corte de Constitucionalidad "
30
García Maynez: Op. cit., p. 79.
38
Kelsin, estribaría en declarar que los preceptos incompatibles se derogan o anulan
recíprocamente, sin embargo, esta solución se opone al principio de tercero excluido y
debe por lo tanto descartarse, ya que en forma implícita la misma consiste en considerar válida
la norma permisiva, por consiguiente, cada vez que dos normas opuestas de la misma jerarquía
deben aplicarse a un caso concreto el funcionario encargado de hacerlo (juez o
funcionario administrativo) se ve ante la disyuntiva de, haciendo uso del principio de
tercero excluido, considerar válida una de ellas e inválida la otra. Así, en el caso citado del
artículo 18 del Código Municipal que prohíbe implícitamente conceder el avencidamiento a
personas que carezcan de residencia en un municipio determinado durante más de un año
(y no posean en él "el asiento principal de sus negocios") y permite a la vez considerar como
vecino a aquél "que se halle" en el territorio de un municipio, cada ocasión que debe aplicarse
dicha norma el funcionario soluciona el conflicto discrecionalmente, dándole validez a una u otra
según que el criterio interpretativo sea restrictivo o extensivo.
Finalmente, en aquellos casos en que dos normas provenientes de la misma fuente y de igual
jerarquía se oponen, encontrándose las dos con igual tiempo de vigencia y dentro de un mismo
cuerpo legal, el criterio general de solución del conflicto está estipulado en el artículo 4o. de la
mencionada ley del Organismo Judicial que preceptúa que las disposiciones especiales de una
ley prevalecen sobre las disposiciones generales de la misma. Así, por ejemplo, el artículo 1673
del Código Civil establece que el término de prescripción especial de la acción para pedir
reparación de daños y perjuicios es de un año a partir de la fecha en que se produjo el daño o
en que el ofendido tuvo conocimiento del mismo, por lo cual, ante la hipótesis que en el mismo
código existiese otra norma que preceptuase en general un término mayor de prescripción, sin
referirse específicamente a las acciones por daños, lógicamente prevalece la disposición especial.
Otro ejemplo posible puede señalarse a propósito de la jornada de trabajo que en forma general
no puede exceder de 8 horas diarias y 48 a la semana (artículo 116 del Código de Trabajo) que
por relación a los menores de edad es de 7 horas diarias y 42 a la semana, ó 6 horas diarias y
36 a la semana según los casos, según lo establece la disposición especial contenida en el
artículo 149 del Código de Trabajo.
31
García Maynez: Op. cit., p. 87.
39
legal, la parte interesada puede recurrir en casación por infracción de una norma jurisprudencial
o, lo que es lo mismo, para que el Tribunal Supremo (Corte Suprema de Justicia) resuelva el
conflicto haciendo prevalecer (dándole validez) a la norma proveniente de la doctrina legal que
se opone a la resolución de segunda instancia pronunciada por alguna sala de apelaciones. Esto
implica la posibilidad también de que un tribunal de segunda instancia revoque la sentencia de
un juez de primer grado que sea contraria a la norma jurisprudencial establecida por una doctrina
legal.
a) Oposición jurisprudencia-legislación.
Dado que nuestro sistema jurídico es eminentemente legal y no de tipo jurisprudencial, como
sucede en los países anglosajones cuyo sistema denominado del "common-law" está basado
fundamentalmente en los precedentes judiciales, podemos afirmar que este tipo de conflictos
no deben suscitarse en nuestro medio, o bien, que en caso de suscitarse, los jueces deben darle
preeminencia a la ley por encima de la jurisprudencia común que exista. Un ejemplo concreto
32
García Maynez: Op. cit., p 87.
40
de este tipo de conflictos que eventualmente puede suscitarse lo tenemos en los Tribunales
de Trabajo en los cuales normalmente se apercibe a las personas jurídicas o
instituciones demandadas para que comparezcan a las audiencias por medio de su
representante legal nato (lo cual significa el designado por los estatutos, escritura
constitutiva de sociedad o ley orgánica, y no por medio de un mandatario judicial con
facultades especiales) cuando se va a rendir la prueba de confesión judicial, y es
jurisprudencia aceptada (hay una amplia repetición de precedentes) que los tribunales no
aceptan la presencia de personas que no posean esa calidad, y por lo tanto, han
declarado la confesión ficta de personas jurídicas que han comparecido por medio de
apoderados judiciales especiales, que usualmente son los abogados de las empresas
o instituciones demandadas. Así, con el fin de modificar esta situación se promulgó
recientemente un precepto legal, incluido dentro de la ley orgánica de una
institución descentralizada y autónoma del Estado, que preceptúa que —para el caso
específico de dicha institución— el gerente general posee facultades para designar al
funcionario que deba prestar declaración o confesión judicial o reconocer documentos,
". . . y cuando se haya hecho esta designación, los tribunales no podrán exigir la presencia
personal de ningún otro funcionario de la institución para dichas diligencias"33. Claramente se
trata aquí pues, de una disposición legal que pretende modificar una norma jurisprudencial
ampliamente aceptada en el ramo laboral, al menos en lo que concierne directamente a la
institución interesada en este asunto.34
b) Oposición costumbre-legislación.
Algunos autores han citado en lo relativo a este tipo de conflictos la norma contenida en el
artículo 2o. de la ley del Organismo Judicial que establece que contra la observancia de la ley
no puede alegarse ignorancia, desuso, costumbre o práctica en contrario como base para
argumentar que este tipo de conflictos, a nivel lógico formal no pueden presentarse en nuestro
sistema jurídico, ya que el principio legal citado impide la manifestación de este tipo de
contradicciones35. Sin embargo, creemos que esta opinión es válida para la hipotética oposición
entre dos normas consuetudinarias, que ya hemos indicado que a nuestro juicio no puede existir,
así' como también para aquellos casos en los cuales se pretendiera justificar el incumplimiento
o transgresión de una norma expresa alegando la existencia de una costumbre contraria. Así, a
pesar de que es una práctica común y casi una norma consuetudinaria en materia de notariado
el autenticar las firmas de personas que no lo han hecho en presencia del Notario, resulta claro
que en el supuesto de que se iniciase un juicio de nulidad de un acta de legalización por este
vicio, el Notario demandado no podría alegar la costumbre o práctica en contrario como
justificación de su acción, ya que en ese caso se le estaría dando preeminencia a una norma
consuetudinaria contra legem que es precisamente lo que el referido artículo de la ley del
Organismo Judicial pretende evitar. No obstante, en lo relativo a aquellos casos en los cuales es
la propia ley la que preceptúa que la costumbre sí es fuente de derecho, como sucede en el
derecho del trabajo36 crecemos que el conflicto entre una disposición legal y una costumbre sí
puede producirse, lo cual ocurriría en la hipótesis, por ejemplo, de que en una determinada
localidad del país se acostumbrase una jornada de trabajo inferior a la prevista por el Código de
Trabajo, o bien el pago del salario en modalidades distintas a las establecidas en el ordenamiento
33
Se trata del artículo 39 inciso 1 del Decreto No. 25-79 del Congreso de la República.
34
El mecanismo procesal para resolver estos conflictos es el del recurso de nulidad por infracción de ley, ya que al optar por
aplicar la norma jurisprudencial los tribunales invalidarían (infringen) la disposición legal específica.
35
Cf. Valenzuela, Wilfredo: Elementos de Lógica Jurídica, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, USAC, 1977, p.
59.
36
Es el artículo 15 del Código de Trabajo que establece que en los casos no previstos por el Código, reglamentos o leyes
relativas al trabajo se deben resolver de acuerdo con los principios del derecho del trabajo, la equidad, la
costumbre o uso local en armonía con dichos principios y Por último, de acuerdo con los principios y leyes de derecho común.
41
laboral substantivo, como sucede en las zonas rurales del país en donde es acostumbrado pagar
el salario en porcentajes superiores al treinta por ciento preceptuado por el Código. Así, en el
supuesto de que dichas costumbres beneficien a los trabajadores y que, incluso los sindicatos y
organizaciones laborales se pronunciaren a favor de ellas, creemos que no sólo se manifestaría
un conflicto evidente entre costumbre y ley, sino que además nos parece que los tribunales
deberían solucionar el mismo, dándole validez a la norma consuetudinaria37.
El licenciado Valenzuela cita al licenciado Alfonso Bauer Paiz en el mismo texto, aunque sin
embargo, nos parece que la referencia del licenciado Bauer Paiz es a aquellos casos de oposición
entre dos normas consuetudinarias (provenientes de la misma fuente), mientras que en este
punto examinamos el caso de oposición entre normas provenientes de fuentes distintas
(legislación - costumbre) que a nuestro juicio sí puede plantearse jurídicamente.
37Este ejemplo es absolutamente imaginario y difícil de manifestación real Sin embargo, dado los altos
índices inflacionarios y la devaluación del poder adquisitivo de la moneda, no es fantástico suponer que algún buen
patrono en una empresa agrícola o plantación pudiese pagar mejor a sus trabajadores (en alimentos, proporcionándoles
vivienda, energía eléctrica, escuela, vestido, etc.) con ventajas económicas superiores al 30o/o y, en este supuesto,
tampoco sería favorable a tal costumbre. Dada esta situación hipotética, tampoco resultaría inverosímil que los Tribunales de
Trabajo, apoyándose en el artículo 17 del Código y sobre todo en los principios del derecho laboral, le diere preeminencia a la
norma consuetudinaria sobre la legal Es claro que, en tales circunstancias, se impondría la necesidad de formalizar un pacto
colectivo de condiciones de trabajo a fin de darle-rango legal a las conquistas laborales..
42
Sin embargo, desde el punto de vista doctrinario no existe unanimidad en cuanto a esta
situación, ya que hay autores que sostienen que el orden jurídico es uno solo (nacional e
internacional) y que, dado que el orden jurídico nacional deriva su validez de una norma
fundamental de naturaleza internacional, no puede existir un verdadero conflicto
intersistemático sino que en realidad existe un problema al cual se aplica el principio de no-
contradicción a fin de resolverlo. El criterio de solución es, como bien puede suponerse ya, el de
la prevalecencia o preeminencia de la norma jurídica superior, que para autores como Kelsen no
ofrecen ninguna duda que se trata del derecho internacional:
"Algunos juristas y tribunales, especialmente en Inglaterra y Estados Unidos, pretenden aún hoy
que un Estado solamente está ligado por las normas de derecho internacional si ese Estado ha
reconocido la validez de tales normas de modo directo o indirecto, expreso o tácito. Estos juristas
están guiados por una filosofía del Estado análoga al individualismo del siglo XVIII, pero no
pueden fundarse en ninguna norma del derecho internacional positivo. Este no exige ni puede
exigir ser reconocido por los Estados y su validez es independiente de tal reconocimiento.
Aparece así como un orden jurídico al cual los derechos nacionales están subordinados, de tal
manera que tenemos un sistema jurídico universal fundado sobre la primacía del derecho
internacional. La razón de validez de este derecho ya no debe buscarse en un orden jurídico
nacional; por el contrario, es la validez de los órdenes jurídicos nacionales la que tiene su
fundamento en el derecho internacional"38
Más adelante Kelsen indica que las contradicciones entre normas de derecho interno y normas
internacionales es parecida a la contradicción entre normas de diferente jerarquía en el derecho
positivo interno: así', a pesar de que la Constitución preceptúa que son nulas ipso jure las normas
que se oponen a los preceptos constitucionales, o que son anulables las leyes inconstitucionales
(a través del procedimiento fijado en los capítulos relativos al recurso de inconstitucionalidad),
es claro que, mientras una Corte Internacional de Justicia u otro tipo de organismo internacional
superior no disponga del poder suficiente como para verificar dicha anulación, o bien para
imponer sanciones efectivas a un Estado transgresor de la ley internacional, las normas
contradictorias permanecen válidas o las transgresiones al derecho internacional no podrán ser
sancionadas efectivamente. Estaríamos así ante una contradicción lógica39 irresoluble en el plano
formal, ya que se hace imprescindible previamente no sólo "eliminar el dogma de la soberanía
(estatal), principal instrumento de la ideología imperialista dirigida contra el derecho
internacional"40 como señala Kelsen, sino, sobre todo, en el plano lógico dialéctico (real) superar
las contradicciones entre sistemas socioeconómicos mundiales y avanzar hacia la creación de
organizaciones internacionales centralizadas, dotadas de un poder político efectivo como ya se
indicó.41
38 Kelsen, Hans: Teoría Pura del Derecho, EUDEBA, Buenos Aires, 5a. ed., 1967, pp. 212-213
39 Kelsen afirma que no hay contradicción lógica entre normas internacionales y nacionales porque en realidad se trata de
"casos especiales de oposición que puede existir entre una norma superior y una norma inferior. Así, cuando la ley de un
Estado está en desacuerdo con un tratado concluido por este Estado, ello no afecta la validez de la ley ni la del trabajo. .."
(Kelsen: Op. cit., p. 214). Sin embargo, en este punto sí participamos del criterio de García Maynez, que acertadamente ve
contradicciones lógicas en ese tipo de oposiciones, ya que por el principio de tercero excluido no se pueden considerar como
inválidas las dos normas. En realidad el Estado que opta por una u otra inválida (anula) una de ellas, en ejercicio casi
siempre, de criterios políticos.
40 Kelsen: Op. cit., p. 223.
41 Un ejemplo concreto de transgresión del derecho internacional lo constituye la violación (acto ilícito) del articulo 22 incisos
lo. Y 2o., del Convenio de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, firmado el 18 de abril de 1961, que preceptúa
textualmente: "Los locales de la misión son inviolables. Los agentes del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin
consentimiento del Jefe de la misión. El Estado receptor tiene la obligación de proteger los locales de la misión contra toda
intrusión o daño y evitar que se turbe la tranquilidad de la misión, o se atente contra su dignidad", por parte del
Estado guatemalteco, a raíz de la ocupación de la sede de la embajada española por un grupo de campesinos el 31 de
enero de 1980. En este caso, primeramente se trató de justificar 'a acción policíaca aduciendo que se había intervenido a
43
CUADRO DE OPOSICIONES CONTRADICTORIAS POSIBLES
solicitud de "un funcionario de la embajada". Dada la supervivencia del embajador —jefe de la misión y única persona que
podía haber solicitado la intervención de la fuerza pública— se adujo que quienes habían violación la
extraterritorialidad de la sede eran los campesinos, por lo cual la misma ya no existía cuando intervino la policía. Esto último
es absurdo, pues los campesinos no pueden ser equiparados a "agentes del Estado" y, en todo caso — llevando el
razonamiento jurídico a un extremo— puede decirse que se produjo una doble violación de la norma citada, ya que los
agentes del Estado guatemalteco no protegieron debidamente la sede diplomática contra la "intrusión" campesina. La
única sanción que aplicó España a Guatemala por este acto ilícito fue la rotura de relaciones.
44
Documento transcrito por el Lic. Wilmer Martín Quim C. Catedrático del curso Lógica Jurídica de la Facultad de
Ciencias Jurídicas y Sociales de la Tricentenaria Universidad de San Carlos de Guatemala, Centro Universitario del
Norte CUNOR. Retomado de Introducción a la Lógica Jurídica de Aqueche Juárez, Héctor y Padilla M. Luis
Alberto. Talleres de la Editorial Universitaria, Guatemala 1984.
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