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LA CUBIERTA

PARA LA CABEZA DE
LA MUJER
POR EL PASTOR JULIO J. ARGÜELLES
Iglesia Bautista Independiente
Residencial La Gran Villa
Apartado Postal 1880
San Pedro Sula, Honduras

El tema de la cubierta para la cabeza de la mujer se registra en la Biblia en 1 Corintios 11:1-


16. Es interesante que esta enseñanza se encuentre precisamente en este libro, donde el
Apóstol Pablo estaba tratando de corregir errores doctrinales que cometía la Iglesia en
Corinto. En varias misivas, Pablo les reprende por sus desórdenes, orgullo, inmoralidades,
abusos en la Cena del Señor, mala interpretación de lo que son los dones espirituales,
incredulidad ante el hecho innegable de la resurrección y desde luego, la renuencia de algunas
mujeres de la congregación a usar la cubierta o velo en señal de sujeción al hombre. Las
amonestaciones de Pablo en esta carta son válidas aún en nuestros días; es decir, debemos
obedecerlas hoy también. Lo que Pablo escribió no fue su propia opinión, sino los mandatos
del Señor. 1 Corintios 14:37
No hay muchas iglesias ni predicadores que enseñen acerca de la posición de la mujer en la
iglesia, mucho menos del uso del velo en los cultos. Pero la Biblia dice que la mujer debe
hacerlo (1 Corintios 11:10, “la mujer debe tener…”) y cuando la Palabra de Dios dice que
hay algo que debemos hacer, debe ser de nuestro interés obedecer sin retraso. Los mandatos
del Señor deben aceptarse por la iluminación del Espíritu Santo, que es quien convence de la
verdad al corazón de los creyentes.
Al principio, el uso del velo fue aceptado y practicado por “las iglesias de Dios” sin
costumbre de ser contencioso (1 Corintios 11:16), pero ahora se ha abandonado casi por
completo con el movimiento de la “liberación de la mujer”.
1 Corintios 11:1-16
Iremos analizando poco a poco lo que Dios quiere decirnos sobre este tema.
 1 Corintios 11:1 dice: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo”. Es el Señor el
ejemplo de cada cristiano, y cada cristiano debe seguir al Señor como le sigue su
pastor. No es correcto pensar que sólo el pastor debe obedecer a Dios; pero que
quienes no están en ese puesto tienen la concesión de seguir a Cristo como a ellos les
guste o desobligadamente. Es un privilegio para los pastores y miembros de las
iglesias obedecer los mandatos del Señor así como están en la Biblia.
 1 Corintios 11:2 se refiere a que la iglesia de Corinto había recibido, al igual que las
demás iglesias, “instrucciones” que eran doctrinas esenciales. (2 Tesalonicenses
2:15) Lo que resalta aquí es que las iglesias de Cristo deben tener el cuidado de
guardar y resguardar las enseñanzas apostólicas. En este capítulo sólo hay dos cosas
que se están considerando: a) La cubierta para la cabeza de la mujer y b) La Cena del
Señor. Pablo corregía dos errores en este capítulo; el primero era que había
desobediencia al no cubrirse las mujeres con un velo sus cabezas y el segundo era que
había abusos en la Cena del Señor. La palabra “instrucciones” se refiere a transmitir
mandatos para las reuniones de los creyentes. Estas instrucciones eran las de fe y
práctica que debían observar. La misma palabra se traduce en 2 Tesalonicenses 2:15 y
3:6.Estas “instrucciones” no eran costumbres temporales u opiniones de Pablo: eran
los “mandamientos de Dios”. (1 Corintios 14:37) Algunos predicadores dicen que el
asunto de la cubierta es sólo una costumbre y que no tiene aplicación hoy, o que sólo
era para la iglesia de Corinto. Si eso fuera correcto, tampoco serían para nuestros días
las demás enseñanzas de que trata el capítulo, como la oración, la sujeción de la mujer
al hombre y la Cena del Señor. Sabemos que no puede ser eso así. Pero si seguimos
adelante, hallamos aquí dos símbolos: a) La cubierta para la cabeza de la mujer que
simboliza su sometimiento al hombre y b) La Cena del Señor que simboliza la muerte
de Cristo. Podemos entonces preguntarnos, ¿Hay alguna justificación para aceptar el
uno y el otro, no? Los dos son instrucciones para cumplir. Es inconsistente darle
aplicación universal a uno de ellos (la Cena del Señor) diciendo que es para todas las
iglesias en todos los tiempos, y ponerle límite al otro (el velo o cubierta) diciendo que
sólo es para una iglesia en particular. (2 Corintios 4:2)
 1 Corintios 11:3 Este texto habla de la doctrina de la autoridad del hombre sobre la
mujer. No está diciendo que la mujer es inferior al hombre o que Cristo es inferior a
Dios el Padre. Lo que enseña es la sumisión y subordinación respecto a la posición.
Jesús siempre tomó una posición de subordinación al Padre y era obediente a él. Cristo
es literalmente la cabeza o autoridad de cada hombre, no importa si es o no es
creyente, porque su señorío es sobre todos y sobre todas las cosas.
Esta verdad responde a las objeciones que muchos hacen sobre el hecho de que la iglesia es
estrictamente un cuerpo local, visible y con Cristo como cabeza. Aunque ellos se burlen y se
pregunten cómo puede ser Cristo la cabeza de cada iglesia local, la respuesta es sencilla. Si él
puede ser la cabeza de cada hombre, no será difícil para él ser la cabeza de cada Iglesia
Bautista.
La mujer tiene una posición subordinada al hombre en la sociedad y en la iglesia, y este fue el
orden que Dios puso desde la creación. (Génesis 3:16) Esto en ninguna manera implica
inferioridad, sino una sumisión al orden divino para cada sexo.
 1 Corintios 11:4 dice: “Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta,
afrenta su cabeza”. Preguntamos: ¿Se hace mención al pelo en este texto?
Definitivamente, no. A lo que se refiere es al hecho de que un hombre ore o profetice
en la iglesia con un sombrero, velo, gorra, turbante, etc. La cabeza del hombre no debe
estar cubierta artificialmente en una asamblea de santos. Si alguno practicara esto en
nuestros tiempos, deshonraría a Cristo, según este texto. Note bien lo que dice: “Todo
varón…”, es decir, que la prohibición es para todos los hombres de la congregación,
no sólo para el que está hablando en el púlpito porque, tanto él como toda la iglesia
está orando y profetizando, uno en voz alta y los demás están de acuerdo.
Si este texto se refiriera al pelo, entonces, solamente los que son calvos o se han rapado
completamente podrían orar y profetizar, pues al no tener pelo estarían realmente sin cubierta,
y sólo ellos honrarían al Señor en la iglesia. Sigue forzosamente una pregunta: ¿Por qué se
imagina la gente hoy que el pelo es la cubierta apropiada para la mujer en el culto? En el caso
del hombre, el pelo no tiene nada que ver porque a lo que se refiere el texto es a una cubierta
artificial; para la mujer es entonces la misma cosa.
 1 Corintios 11:5 Así como es impropio que el hombre use cualquier tipo de cubierta
en la adoración pública, es entonces igualmente impropio que la mujer participe de la
adoración pública sin velo. Si así lo hace, deshonra a su cabeza, o sea al hombre. Pero,
debemos aclarar un hecho: este texto no está diciendo que la mujer puede orar y hablar
públicamente en el culto si está cubierta; a lo que se refiere es a su presencia en el
culto. Cuando la iglesia, dirigida por un hombre, ora o profetiza, las mujeres que
pertenecen a esa iglesia, participan también, aunque lo hacen en silencio como lo
manda la Biblia.
Pero también, el hecho de que estén en silencio, no significa que no tomen parte en el culto o
que se les releve del requisito de la cabeza cubierta. Ellas participan en el culto de la forma y
en el papel que Dios les ha dado (es seguro que ellas oran silenciosamente) y profetizan al
decir “amén” a la Palabra de Dios en sus corazones y en su sumisión a ella. Testifican con su
ejemplo y práctica. En las Escrituras, una mujer con la cabeza descubierta, era señalada como
infiel o ramera. (Números 5:18) El pelo largo, así como el velo, es símbolo de la sumisión de
la mujer y de una mujer verdadera. Su pelo largo, el cual es su gloria, le enseña un símbolo de
sumisión a Dios quien dispuso que su cabeza fuera el hombre. Si se niega a usar una cubierta
en la cabeza, para Dios es “lo mismo que si se hubiese rapado”, según el texto.
 1 Corintios 11:6 refuerza lo dicho en el texto anterior. O la mujer se cubre para estar
en la casa de Dios, o mejor se rapa… así de sencillo. La palabra griega traducida por
“cubierta” en el verso 6, se refiere a una cubierta que voluntariamente pueda ser puesta
o removida de la cabeza, la cual no puede ser el pelo de la mujer. Si está hablando
Pablo del pelo, el texto dijera cosas sin sentido, algo como: “Si la mujer no se
cubre con el pelo, que se corte también el pelo”. Es ilógico porque una mujer que no
tiene pelo, no puede cortárselo.
 1 Corintios 11:7-9 El apóstol Pablo sigue reforzando la enseñanza de que el hombre
no debe cubrirse en el culto, refiriéndose a la cubierta artificial; esta vez el argumento
es que “el hombre es imagen de Dios” (Génesis 1:26), y trata con Dios por medio de
Cristo. Dios creó a uno, que a su imagen, señorease sobre la creación; y cuando el
hombre puso alguna cosa de la creación como igual o superior que él, en ese momento
se hizo necio, porque Dios lo puso a él por sobre todas las cosas de la creación. Es
gloria de Dios que el hombre señoree. Si vemos Romanos 1:22-25, notamos que Dios
quiere que el hombre lo vea como su única cabeza, y muestra lo vergonzoso que es
que el hombre rinda culto y considere con más autoridad a las cosas que Dios puso
para que él gobernase sobre ellas.
En el caso de la mujer, ocurre lo siguiente: en el verso 8 dice que “la mujer fue creada por
causa del varón”. Esto según Pablo, es determinante para que la mujer sea sujeta a la
autoridad del varón. Dios la creó a ella para ser ayuda al hombre; jamás la creó para señorear
o hacerse igual que él… pero recalcamos el hecho de que no estamos diciendo que es menos
capaz que el varón, sino que nos referimos al lugar en que Dios la ubicó. Alguien podría
preguntar: “Si la mujer señoreara, ¿las cosas no serían mejores, acaso?” Tampoco estamos
discutiendo eso. Se trata del orden que Dios puso; la mujer debe respetar aunque las cosas no
vayan tan bien, o vayan mal con el hombre al frente. Hay casos como el de Débora y Barac;
ella sabía que el responsable de ir a la guerra y pelear por el pueblo era él, por eso le dijo lo
que Dios mandaba que hiciera; jamás se le ocurrió a ella tomar la iniciativa de ir en vez de él.
Pero si el hombre hace mal su trabajo de señorío, Dios lo juzgará a él. Una mujer que
desconoce este mandato de Dios, no está en una buena relación con Dios, aunque
aparentemente, se muestre lo contrario. En la iglesia, ella no debe pasarse sobre la autoridad
del hombre para adorar a Dios, sino debe estar sujeta para agradarle. Y para mostrar que está
dispuesta a eso, es necesario que use su cabellera larga y el velo en los cultos. Con ello
testificará que está de acuerdo con lo que Dios ha mandado para ella.
 1 Corintios 11:10 Esto que dijimos del velo, vemos en este texto que es necesario que
la mujer lo tenga como señal de autoridad sobre su cabeza, algo que la muestre como
sujeta al hombre; esa es la función de la cubierta artificial. Pero aquí añade que
es “por causa de los ángeles”.¿Por qué por causa de ellos? Bueno, la Biblia sugiere
que ángeles de Dios se encuentran en los cultos de la iglesia y se enteran de todos sus
asuntos. (1 Corintios 4:9) Por otro lado, hay muchas cosas de Dios que la iglesia
revela porque Dios así lo quiere, y de ellas aprenden y conocen los ángeles, estando
pendientes de la iglesia. (Efesios 3:10) Pablo en una ocasión puso a los ángeles como
testigos de cosas que encargó a Timoteo. (1 Timoteo 5:21) Un símbolo que sirve para
enseñar a los ángeles que el hombre tiene autoridad sobre la mujer es el velo en la
cabeza de ellas en el culto; no lo conocen de otra manera, porque esta enseñanza Dios
la dio a la iglesia para mostrarla a principados y potestades en las regiones celestes.
Preguntémonos ahora: ¿Le diría Pablo a una mujer que debe tener el pelo largo por
causa de los ángeles? Claro que no, porque el pelo largo siempre lo ha tenido la mujer
en todas las sociedades. El texto dice que “debe tener señal de autoridad”, es decir,
una cubierta artificial para enseñar a los ángeles; esto debe hacerlo toda mujer
creyente aun en contra de su deseo.
 1 Corintios 11:11-12 Según leemos aquí, el hombre no debe creerse superior o
envanecerse delante de las mujeres, jactándose de la autoridad que le ha sido
conferida, porque no es por ningún mérito suyo que la tiene, sino porque es el plan de
Dios solamente. Pablo les recuerda a los hombres que tanto el hombre como la mujer
son importantes porque, uno no está completo sin el otro. La raza humana no existiera
sin el hombre y la mujer; uno sólo de ellos no la habría reproducido. Es claro entonces
que Dios no hizo al hombre para ser independiente de la mujer; él la necesita. Sin ella,
no tiene razón de ser. Dios así lo hizo y no puede ser de otra manera. Es una necedad
que el hombre se crea superior o más importante; no hay “más importante” porque los
dos lo son. El hecho de que tenga autoridad sobre la mujer, él debe tomarlo con
humildad.
 1 Corintios 11:13 Pablo enseñó este asunto en todas las iglesias, no sólo en Corinto.
Pero a ellos que recibieron la instrucción les dice que juzguen si es propio que, siendo
el hombre designado como cabeza de la mujer, ella quiera participar en el culto
desconociendo la autoridad sobre ella, y no usando lo que Dios le dice que se ponga
que es su velo. Si ella no lo hace, está rebelándose contra Dios y Pablo les dice a ellos
que lo razonen, que lo piensen y luego le respondan.
 1 Corintios 11:14-15 Seguidamente, Pablo apela a lo que la naturaleza misma enseña
sobre el asunto, que es algo que está a la vista y que siempre ha distinguido a los
hombres de las mujeres: el pelo corto para ellos y el pelo largo para ellas. Que el
hombre se deje largo el pelo, igual que las mujeres, es deshonroso para él. Claro que
ahora el mundo ha torcido lo que Dios hizo correcto, y ahora, los hombres andan
como mujeres (con pelo largo) y muchas mujeres se rapan como los hombres. Pero
para quienes han sido instruidos en la Palabra de Dios y la creen, el hombre debe tener
el pelo corto, porque es lo natural. Por esta enseñanza, podemos estar seguros de que
el Señor Jesús no tuvo nunca el pelo largo; decir que lo tenía es una gran mentira.
Y si seguimos adelante, vemos que a la mujer en cambio, le es honroso tener cabello largo; es
agradable a Dios que lo haga, aunque a veces por razones de salud o de algunos otros
problemas de su misma cabellera, algunas no puedan usarlo tan largo. Pero hay que recordar
que quien le puso el pelo largo fue Dios y no fue la mujer quien decidió si lo puede tener así o
no. Dios le puso a cada mujer todos los detalles que tiene en su cabellera (forma, color y
grosor) y creemos que las mujeres que deciden cambiarse el color de su cabello o su forma, en
cierto modo están diciendo al Señor que no les gusta como él les hizo su pelo y por eso se lo
cambian. Vemos pues, que la naturaleza misma hace distinción entre hombres y mujeres, y
que en la iglesia la distinción adicional está establecida por el uso del velo.
 1 Corintios 11:16 Pablo dice que no es costumbre de las iglesias del Señor que las
mujeres estén en los cultos sin su cubierta pero que la costumbre, sí, era que tuvieran
puesto su velo. Algunos erróneamente piensan que lo que Pablo dice es que, “si el
asunto de la cubierta de la mujer provoca contienda, entonces que lo olviden, que no
es tan importante”. Preguntamos: ¿gastaría Pablo tanto tiempo y tendría la paciencia
de explicar tantos detalles sobre la sujeción de la mujer y el velo, para luego decir que
“no es tan importante?” Definitivamente que no puede ser. Los que han desechado
esta doctrina deben arrepentirse y obedecer al Señor; deben permanecer en ella no
importando cuántas generaciones pasen, porque el Señor dijo: “…mis palabras no
pasarán”.

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