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26 .S tt marzo 2001
<A las cinco de la mañana, eI cumpleaños d.e ni nad::e, l-legaron los gend,armes y
sacaron a los honbres de }a casa. ¡Tos netieion en un tien de me:¡cancías lara el .
ganado. lln un cartel ponía: ocho cabal1os, 40 peisonas. Pero metían a nás d.e
cien en cad.a vagón. I)1 viaje duró nás de un día. lTo nos d.ieron d.e co¡rer ni
beber". Ticente 3arona, nad.rileño, 78 años. Istuvo en el canpo d.e Een¡ebont.
lo que les e\perdod: Fsrabamo,, desr trabajar). Efectivamente, el ex m¡n¡s- ber hasta 50.000 reclusos, entr€ pri
nados a desaparecer romo desaparece lro de Cu lurd e\pd:o Jorge Semp'Lr1 sioneros políticos, presos comunes, ho
la espuma de mar). En la ficha tam- estuvo en Buchenwald. En su ibro La es mosexuales... Según explica Enrique de
b én se lee su nombre, la fecha de na- cr¡tura a la vlda lo cuenta en párrafos es- la Jara, Buchenwa d estaba compuesto
cimiento, su antigua dirección de Ma pplL/nJ.tre,: lr BJ(l^e1ud d. derpuer de varios círculos concéntricos. (En uno
dtid (Avenue Reina Victoria, está es- de las cortas noches en Las cuales nues- de estos círculos, pefo separados del
rrito), y en la parte superior derecha tros cuerpos y nuestras almas se afe- resto, estaban las personalidades polí-
hay un triángulo hacia abajo de co or rraban a retomar la vida, estas dos pa- ticas y dirigentes, corno el soc¡alista
rojo con una '5'. labras,'Krematorium, ausrnachen' (cre- 'r,rrces Leon Blum {efe de Cobierno
matorio, apaguen) que estallallan enrre I93b \ l9a6'. a los q.]e 'erenian
Los círculos del ¡nfierno, l-l tnán l.rrga-erte en nLp.t-o\ sueños, los le para hacer intercarnbios. En e círculo
qulo rojo signifi(dbd qJe era un pri naban de ecos, nos traían en seguida a concéntrico más cercano a las afueras
sioneto polit ro y la 5 es de \pJnle/ re5- la rea idad de la muerte, nos arrancaban del campo estaban as fábricas, allí era
pañol). Conseguimos estas fichas gra del sueño de a vida>. donde trabajábamos sin ninguna com
cias al amigo Semprún, a qu en por su Los campos de concentración como el pensac ón. Era el trabajo forzado en es-
facilidad para los idiomas le metieron en de Brrhenlrald Lon\irtieron en ciu pera de la exterminac¡ón), dice De laJa-
'e
las ofic nas en vez de ir a las fábricas a d¿de. nuy ¡ srplejas dorde podia ha- ra sin rastro de emoción. )
I marzo 2001 S 27
"Antes de trabajar desfilábamos con la música clásica de una or
) En unos pocos años este hombre, aún hambre atroz, recibían de las SS un va- tropas a¡emanas y alguna película de
en plena juventud, pasó de republicano so de agua caliente y un trozo de pan l\¡arlene D¡etrich; la enfermería, a la que
exiliado a esclavo de los naz¡s. (Yo tra- negro. Tras pasar lista, marchaban a casi era mejor no ir, y un prostíbulo, en
bajé en una empresa de mobiliario, de sus trabajos, Un detalle: <A la puerta del el que había prostitutas para el servicto
carp¡ntería. Los jefes alemanes venían de campo una orquesta de prisioneros to- de los oficiales. Y para mayor horror, es-
Weimar lodas las mañanas y por la tar- caba música clásica. Wagner, Beetho- taba el crematorio>.
de se marchaban.> ven, marchas fúnebres... Bajo aquel rit- Cuando terminó Ia guerra se supo que
mo desfilábamos con los guardras de- debajo del crematorio de Buchenwald
La 'jornada laboral' en Buchenwald. lante. Pero eso era bueno, si ibas a había una sala en la que los oficiales na-
Descrita por este hombre, la vida en trabajar es que estabas vivo...). zis se jugaban a las cartas la vida de los
Buchenwald parece peor que la narrada La jorn¿da laboral se extendÍa de las presos. Tras la liberación tamb¡én se
en tantas películas sobre el holocausto. ocho de la mañana a las seis de la tarde descubrió que durante I5 días del mes
A las seis de la rnañana los levantaban: sin interrupción. Al volver les daban la de marzo, el crematorio de Buchenwald
nlmagínese quince o veinte mil personas única comida del día: una sopa estilo ale- se había quedado sin carbón. Como
mal vestidas, descalzas o con zuecos de mán, <Y a esas horas ya te quedabas en ( onsecuencia se acumularon 1.800 ca-
madera, concentrados en una plaza con tu barracón.> En el campo de concen- dáveres. Presos escogidos al azar fueron
temperaturas bajís¡mas. Allí cada ma- lración de Burhenwald, cuenta De la obligados a transportar a los muertos
ñana pasaban lista, Tenías que decir tu Jara, había de todo: un barracón para las hasta unos camiones. En un bosque a
número en alemán y era un momento atrocidades de los médicos, <en el que las afueras del campo, los presos tu-
dlfícil, porque siempre había recién lle- hacían todo tipo de experimentos ho- vieron que cavar una gigantesca fosa co-
gados que no sabían su número de ma- rribles, como la extracción de huesos a mún en la que echaron los cuerpos.
trícula), dice con ironía. A esas horas de personas vivas y otras muchas cosas; el Cuando terminaron, los guardias de la
la mañana, casi desnudos y con un cine, en donde ponían los éxitos de las SS los fusilaron y los enterraron en la fo-
tero en b¡cicleta gritando: ila guerra nes>, explica. Pintores, albañ¡les, car- cuanto antes de la enfermería porque a
mundial. la guerra mundial: Dios |.1:o. pinteros, mecánicos, electricistas... El los que quedaban impedidos los llevaban
otra guerra, pensé...). primer día les dividieron según las es, a l\.4athausen para exterminarlos. Al rna-
El 25 de marzo de 1942 a las cinco de la pecialidades. Era el reclutamiento de drileño le habían extraído metralla de la
mañana, llegaron los gendarmes y sa esclavos. Vicente Barona se convirtió pierna y apenas podía andar, peto no se
caron a los hombres de la casa. El des- en un carpintero improvisado, de la lo pensó dos veces: al día siguiente fue
tino final era el campo de concentra mano de un republicano madrileño que a trabajar.
ción de Hennebont, en el noroeste oel dominaba muy bien el oficio y al que co' Vicenre Barona estüvo 26 meses escla-
pais, El transporte fue en el habitual nocló en Hen nebont. vizado er los campos de concerrración
medio nazi: trenes de mercancías para nazis de la Francia ocupada. Logró con-
ganado. <En un cartel ponía ocho ca- Pintor de submar¡nos. Días despues servar la vida, pero sus penurias no
ballos,40 personas. pero nos mettan a le reclutaron como pintor de la base de acabaron cuando llegó la liberac¡ón.
más de cien en cada vagón.) En el via_je, Lo'ienl. Alliestuvo u1a temporadd pin- Desde hace años una persiana de la ca-
que duró más de 24 horas, no les dieron tando submarinos. Después estuvo ca- sa madrileña donde vive no se levanta
nada de comer ni de beber. Así eran vando zanjas en la arena de una playa. runca. Por esa ventana se trró su pfl-
los viajes con las SS. Los prisioneros hacían los agujeros, los mera mujer y la que fue madre de sus
En Hennebont los nazis concentraron a soldados alemanes metían cables y una dos hijos: <Ella también estuvo en los
más de tres mil españoles. <Todos eran cinta roja, y finalmente ellos los tapaban. campos de concentración. Estuvo en
mayores que nosotros, yo tenía enton, Er¿ el min¿do de la costa oeste de lr¿n Arlés, pero quedó muy tocada...), dice ú
ces l8 años. Eran soldados, tenientes y cia. En 1943, a Barona le hirieron en un por todo comentario. a
capitanes republicanos. En cada barra, bombardeo y le llevaron a un hospital de .3
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cón cabían unos I00 hombres, y en to- campaña alemán. Allí otro español le El test¡mon¡o de Anton¡o Ro¡g Ll¡v¡ ha s¡do
do el campo habría más de 30 barraco, dió un consejo vital. Le dijo que saliera rp.^ni/1^ nñr Tara.r B;ort
32 S ll marzo 20Ol
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