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UNIVERSIDAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES Y SOCIALES

Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas

LICENCIATURA EN CIENCIA POLÍTICA Y DE GOBIERNO

Trabajo Práctico – 2do Parcial

LA DIPLOMACIA DESARROLLISTA
El gobierno de Arturo Frondizi frente a un complejo
escenario internacional.

Autor: Juan Pablo Menchón Hoffmann


Matricula: 24311
Buenos Aires, Argentina - 05/11/2018
Contenido
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 3
EL IDEAL DESARROLLISTA .............................................................................................................. 4
ARGENTINA FOR EXPORT .......................................................................................................... 5
UNA AMBIGÜEDAD INQUIETANTE ............................................................................................ 8
EL CASO EICHMANN ................................................................................................................ 10
EL TRATADO ANTÁRTICO......................................................................................................... 10
LA POTENCIA QUE MIRABA HACIA LA ISLA. ............................................................................ 11
EL OCASO DE UN ESTADISTA SOLO ............................................................................................. 13
Bibliografía .................................................................................................................................. 15
INTRODUCCIÓN
El primero de mayo de 1958, Arturo Frondizi realizaba su discurso de asunción
ante la cámara de diputados de la nación. Políticamente era un momento
sumamente complejo. El retorno de la democracia presentaba un escenario
experimental en el que se planteaba el desafío de avanzar hacia un nuevo
estadio en el que un gobierno radical moderado de alguna manera lograra domar
a los movimientos populares que respondían al líder exiliado de un movimiento
proscripto.

El mismo partido del que provenía el flamante presidente de la nación, había


nacido de un quiebre interno del radicalismo que había culminado en la escisión
de dos bandos: La Unión Cívica Radical Intransigente y la Unión Cívica Radical
del Pueblo, liderada por el carismático Ricardo Balbín.

La relación con la cúpula de las fuerzas armadas era frágil. El contexto


internacional marcado por la división entre el Capitalismo, con Estados Unidos
como principal exponente y el Comunismo, con la Unión Soviética expandiendo
su influencia hacia Latinoamérica daba poco margen a proyectos que pudieran
favorece a grupos de poder que simpatizaran con el frente soviético.

En la elección nacional, Arturo Frondizi triunfó con 4.090.840 de votos contra


2.640.454 de Balbín. La diferencia de votos se valió en gran parte a un pacto
secreto entre el presidente y el líder el Justicialismo, Juan Domingo Perón, el
cual brindó su sutil apoyo a cambio del compromiso asumido por el líder radical
de levantar la proscripción que pesaba sobre el Peronismo.

Analizando el contexto, podemos afirmar que Frondizi llegó al poder no


solamente con un escenario desfavorable, sino también habiendo realizado una
serie de concesiones y pactos con grupos de poder diametralmente opuestos,
elemento que tendría como resultado directo la frustración de la gran mayoría de
sus medidas tanto en el plano nacional como en el terreno internacional.
A pesar de su breve paso por la presidencia, el análisis de la política internacional
durante el gobierno de Frondizi resulta sumamente importante para comprender
el potencial que proponía la visión desarrollista, mediante la conexión de un
modelo de país que solo podía triunfar insertándose en el mundo de manera
estratégica.

En este trabajo, analizaremos esta relación con el mundo recorriendo los


momentos más destacables de la presidencia de Frondizi, mencionando
brevemente elementos constitutivos de su política interior, los conflictos
coyunturales que se presentaron, los primeros lazos relevantes con el continente
asiático, la frustración generada por los planteos militares y la ambigüedad
respecto a la posición de la nación en un escenario de conflicto mundial que
atenuó una ya compleja relación con el mando de las fuerzas armadas,
culminando en la destitución y encarcelación del primer presidente Desarrollista
de la Nación.

EL IDEAL DESARROLLISTA

Aun antes de llegar al poder, Arturo Frondizi se posicionaba dentro de los grupos
intelectuales de la política radical. En parte se debió a su formación como
abogado y en parte a su interés por las relaciones de intercambio de la nación,
las cuales pudieron verse reflejadas de manera determinante en su libro
“Petróleo y Política” publicado el 2 de Mayo de 1956. En este, Frondizi abogada
por el monopolio de Yacimientos Petrolíferos Fiscales en política de extracción
de combustibles, en oposición a las políticas planteadas por el gobierno
peronista con la empresa Standard Oil.

A pesar de su capacidad de acción y su peso en el partido radical, fue solo


mediante la estrecha relación con su principal colaborador, Rogelio Frigerio, que
Frondizi culminó la creación de su plataforma política, comprendiendo la
necesidad de abrir la nación al mundo en busca de financiamiento para
emprender un camino a un desarrollo agroindustrial que pudiera cambiar el
modelo de producción nacional.
El capital extranjero era el elemento que permitiría la dinamización de la
economía debiendo ser tarea del estado la captación de dicho capital y su
orientación a los sectores claves como la industria metalúrgica, petrolera,
petroquímica, de energía eléctrica, celulosa, de maquinaria y tecnología agraria.
Si el país presentaba, como se podía verificar, insuficiencias en tasas de ahorro
e inversión ya no serían antinómicos los conceptos de capital foráneo y
nacionalismo económico. Esto se pone en evidencia con el impulso de la ley
14780 de inversiones extranjeras que permite la libre remisión de ganancias y la
ley 14781 de promoción industrial que promueve trato preferencial en compras
del estado y aduanas.

El modelo colisionaba con un problema que aquejaba al país desde hacía


décadas: el proceso de estrangulamiento del sector externo. Por sus ataduras a
la exportación de bienes primarios, la importación de insumos manufactureros y,
la poca capacidad generadora de divisas de los bienes industriales, el país
desembocaba en un "cuello de botella" que le obstruía la posibilidad de continuar
con un crecimiento sostenido. De esta situación tampoco escapó el
desarrollismo. Con ellos, se ligaban problemas inflacionarios, de nivel de
producción y demanda, de creación de empleo.

Quedaba claro tanto para Frondizi como para Frigerio que, si realmente se
buscaba un cambio paradigmático del modelo socioeconómico nacional,
Argentina no podía mantener su esquema internacional como estaba planteado
anteriormente. Sería necesario entonces comenzar a proyectar una nueva
imagen al exterior mediante demostraciones de compromiso contundentes.

ARGENTINA FOR EXPORT


Las relaciones diplomáticas entre Argentina y Estados Unidos como punto de
partida.

Frondizi comprendía que, para encarar una transformación real del modelo
socioeconómico nacional era necesario incluir a toda la región latinoamericana
en el proceso de cambio. Esta propuesta es abordada en detalle en su primer
discurso presidencial.
“América Latina es mucho más que un conjunto de naciones unidas por la
geografía, por la historia, por las instituciones y por la fé. América latina es un
destino común y una empresa común de redención humana. (…) Solo entonces
cuando la comunidad de la geografía, de la historia y del ideal se integren con la
similitud del progreso económico, social y desarrollo espiritual, solo entonces
cabrá afirmar la existencia de una cabal unidad continental” (Frondizi,1958)

La reinserción de la República Argentina demostraría no ser una tarea simple


para el flamante mandatario radical. La proscripción del partido justicialista, el
peso de las fuerzas armadas en los asuntos internos, la crisis económica, la
ascendiente tensión social y la falta de una postura firme en medio de un
escenario de guerra fría demostraban ser barreras difíciles de cruzar en el
camino hacia la instauración de un aparato diplomático que reflejara una
democracia sana hacia el exterior.

Un día antes de su asunción, Frondizi se reunió con el vicepresidente de los


Estados Unidos, Richard Nixon, quien asistió en nombre del presidente
Eisenhower para presenciar su instauración y el embajador Williard Beaulac, en
un esfuerzo por comenzar a reestablecer relaciones con el país del norte. En
esta reunión Frondizi manifestó su necesidad de conseguir financiación para
proyectos de desarrollo en materia de infraestructura, comenzando una serie de
negociaciones que culminarían con su visita a Estados Unidos.

De la asunción de Frondizi también participó el vicepresidente de la Unión


Soviética, Mijaíl Tarásov, teniendo como resultado el envío de una comitiva
argentina liderada por José V. Liceaga a la unión soviética, consiguiendo un
crédito para adquirió de maquinara para el desarrollo de la industria del petróleo
y el establecimiento de lazos para eventualmente trabajar en la composición de
la cámara de comercio Argentino – Soviética.

Este estilo de jugada a dos bandas, que veremos más adelante, sería una
constante durante el gobierno Desarrollista, con consecuencias que lo llevarían
hacia un apresurado final de gestión.
En enero de 1959, Frondizi viajó a Estados Unidos en lo que fue la primera visita
de un presidente Argentino a la capital del país del norte, en un intento de
comenzar a estrechar vínculos estratégicos con países desarrollados y ampliar
la oferta de préstamos monetarios y mercados. Fue recibido por el presidente
Dwight D. Eisenhower en un acto que luego fue transmitido por los medios
nacionales. En el mismo, Frondizi pronunció un discurso en el cual dice, por
medio de su visita, renovar el afecto de los argentinos por el gran pueblo
norteamericano. Eisenhower, al mismo tiempo, remarca esta primera visita y la
califica como “un gran halago” hacia el país del norte. Sin embargo, el momento
más significativo de ese encuentro sería el discurso de Frondizi frente al
congreso de los Estados Unidos. En aquel discurso, Frondizi deja en claro la
visión desarrollista y propone el fin de la economía de materias primas de la
región:

“América Latina deberá dejar de ser productora exclusiva de materias primas.


Deberá alzar su propia industria pesada, su industria petroquímica y sus fábricas
de equipo. Deberá construir centrales hidroeléctricas y reactores nucleares.
Tendrá que mecanizar y electrificar las explotaciones rurales para multiplicar la
producción y elevar el nivel de vida de la familia campesina (…) deberá realizar,
en suma, el mismo proceso de expansión y complementación económica interna
que condujo a los Estados Unidos a su ostentoso grado de desarrollo nacional”

Discurso de Arturo Frondizi en el capitolio - 1959


En ese mismo viaje, Frondizi visitó Chicago, Detroit y New York, participando en
reuniones con representantes de Ford, General Motors, International Packers
Company, miembros de la comisión directiva del First National Bank de Nueva
York, Chase Manhattan, funcionarios locales y funcionarios locales de cada
ciudad. El viaje constituyo el primer esfuerzo del mandatario para transmitir
tranquilidad respecto a la estabilidad de su mandato y el nuevo rumbo de la
nación con el objetivo de conseguir apoyo financiero y traer nuevas inversiones.

El éxito de su primera visita trajo como resultado la visita del presidente


Eisenhower en el mes de febrero de 1960, año en el cual realizó una gira por
Brasil, Chile y Uruguay. La visita del mandatario estadounidense, si bien tuvo
como objetivo asistir a la inauguración de la nueva capital Brasilera, obedecía a
una necesidad de comenzar a reafirmar la presencia norteamericana en la región
por el temor al avance del comunismo. En el caso de Argentina, la visita culminó
en el acuerdo de la Declaración de Bariloche, negociaciones respecto a
inversiones en el sector agroexportador en el cual los Estados Unidos habían
alcanzado un nivel de producción complejo y la solicitud de modificar las
disposiciones nacionales que restringían el ingreso de compañías aéreas
foráneas al mercado nacional. Esta visita sería la primera y única del presidente
Eisenhower al país.

UNA AMBIGÜEDAD INQUIETANTE


El estilo moderado de la política exterior desarrollista.

Si algo caracterizó la política exterior durante el gobierno de Arturo Frondizi fue


la constante ambigüedad a la hora de tomar posición en temas relevantes de la
agenda mundial. Frondizi creía, por sobre todas las cosas, en el fortalecimiento
de la región latinoamericana por medio del desarrollo agroindustrial,
simpatizando con la visión del presidente brasilero Juscelino Kubitschek, con el
cual compartía una afinidad ideológica que los llevó a intentar reposicionar a la
región, ambos, con finales muy diferentes.

El escenario nacional no favorecía el modelo propuesto por Frondizi. La cúpula


militar no veía con buenos ojos el acercamiento de la gestión a regímenes
comunistas como Cuba, aun si fuera por razones comerciales. Por otro lado, el
Partido Peronista, a la espera del levantamiento de su proscripción, exigía poner
el foco en los asuntos domésticos y veía, en contraposición con la cúpula militar,
el acercamiento al gobierno del norte como una sumisión inaceptable, así como
la inserción de capitales extranjeros como una amenaza a los beneficios
sindicales que querían alcanzar por medio de la vuelta al poder y la militancia
fabril. Internamente, el Radicalismo había quedado debilitado y Frondizi
encontraba el obstáculo de carecer del completo apoyo de su propia base.

En 1959, a pocos meses de la victoria de la revolución cubana, Fidel Castro visitó


Argentina, con la esperanza de que el cambio ideológico cubano no afectara su
pertenencia a la OEA. En ese momento el régimen cubano aun no habia
pronunciado su adhesión al socialismo de manera abierta. Sin embargo, esta
visita fue mal recibida por el mando militar argentino, comenzando una serie de
recriminaciones al gobierno de Frondizi que luego se conocieron como
“planteos”, los cuales serían una constante en la relación entre el mandatario y
las fuerzas armadas.

Ese mismo año, tensiones internas supuestamente vinculadas a actividad


comunista dentro del país dieron como resultado la prohibición de actividades
por parte del Partido Comunista Argentino, la cancelación de parte del préstamo
acordado durante la visita comercial de Argentina a la Unión Soviética
(ejecutando menos de un tercio de lo pactado) y la afectación directa de los
canales diplomáticos entre las embajadas, hecho que en 1960, tras la visita del
vicepresidente del Consejo de Ministros, Alexei Kosiguin, parecieron mejorar
durante un breve lapso de tiempo, pero luego volvieron a distanciarse debido a
la imposibilidad de aplicar maquinaria rusa para el uso de la industria de
hidrocarburos nacional y una serie de ataques menores a la embajada soviética.

Las relaciones diplomáticas entre la URSS y Argentina, si bien nunca terminaron


de romper completamente, mantuvieron una considerable tensión que perduraría
durante toda la gestión de Frondizi y gobiernos venideros.
EL CASO EICHMANN
Incursión Israelí en territorio nacional.

El primero de mayo de 1960, un grupo de fuerzas especiales israelíes arribaron


a Buenos Aires por vía aérea, dirigidos por los agentes israelíes Rafael Eitan y
Peter Malkin en lo que luego se conoció como la “Operación Garibaldi”.

En 11 de mayo de 1960, el grupo procedió al secuestro del criminal nazi Adolf


Eichmann en suelo argentino, capturando al objetivo y escapando en un avión
privado falsificando la identidad del sujeto en lo que constituyó una violación
directa a la soberanía nacional argentina.

Siguiendo las instrucciones del presidente, el embajador Mario Amadeo, reclamó


ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por la violación de la
soberanía y la incursión ilegal del gobierno israelí. Este acto llevo a que, a pesar
de la intervención de Estados Unidos y Gran Bretaña para organizar una cumbre
entre el presidente argentino y su par israelí, las relaciones diplomáticas entre
ambos países quedaran dañadas, rompiendo vínculos con Israel, los cuales
luego tuvieron una leve restitución para preservar las formalidades.

EL TRATADO ANTÁRTICO
La posición pacifica

El 15 de Octubre de 1959, tuvo lugar la Conferencia Antártica en Washington


D.C. Participaron doce estados, de los cuales siete reclamaban su soberanía
sobre alguna fracción del continente antártico, entre los cuales estaban:
Argentina, Australia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelanda y Reino Unido.

Fue una negociación que sentaría las bases para las futuras relaciones entre
naciones en un continente sin banderas, en el cual debían delimitarse fronteras,
permisos, derechos y por sobre todas las cosas, mecanismos para evitar
conflictos bélicos.
Argentina adoptó una postura a favor de la pacificación del continente y un eje
de desarrollo científico. La pronunciación a favor de delimitar fronteras de
investigación para proteger los recursos naturales generó polémica incluso
dentro del gabinete del presidente, aunque su trascendencia tuvo poco impacto,
ya que el tratado culmino por aprobarse con el visto bueno de las naciones
involucradas 45 después de su tratamiento y firmado el 1 de Diciembre de 1959.
Un año más tarde, Frondizi consideraría la postura argentina como uno de los
éxitos de su gestión hacia el exterior.

Frondizi visitó la Antártida el 6 de Marzo de 1961, en la primera visita de un


presidente a la región, generando una importante cobertura mediática nacional
en un esfuerzo de poder mover el eje de las tensiones sociales internas hacia un
panorama macro.

Visita del presidente Arturo Frondizi a la Antártida – A bordo del Bahía Aguirre –
Marzo de 1961.

LA POTENCIA QUE MIRABA HACIA LA ISLA.


La particular relación entre Frondizi, John Kennedy y Ernesto Guevara.

Si bien la relación de Arturo Frondizi con Dwight Eisenhower había sido positiva,
la evidencia indica que había sido una relación diplomática fría, con intereses
apuntados a la inversión económica y distante en términos ideológicos. En ese
sentido, la relación con el presidente Kennedy resultó significativamente más
productiva para el mandatario argentino.
Kennedy tenía una visión de desarrollo para américa latina ligada a lo comercial,
comprendiendo que, de alcanzar un estándar de vida considerable y una
estabilidad económica aceptable, Latinoamérica sería menos proclive a optar por
la opción comunista. Esto dio impulso a la Alianza para el Progreso, cuyos
objetivos específicos eran el incremento anual de 2.5 % en el ingreso del capital
en la región, el establecimiento de gobiernos democráticos, la eliminación del
analfabetismo de adultos para 1970, la estabilidad de precios, eliminación de la
inflación o deflación, una equitativa distribución del ingreso, reforma agraria y
planificación económica y social regional.

Las propuestas de la Alianza para el Progreso se alineaban con la visión


desarrollista de establecer un esquema de desarrollo económico en la región
para alcanzar cambios políticos estructurales. Sin embargo, las políticas de
seguridad de la alianza promovían la intervención de los Estados Unidos en
asuntos de índole doméstica, lo cual la administración de Frondizi critico debido
a que, a su consideración, vulneraba el principio de autodeterminación de los
pueblos. Estados Unidos respondió a esta crítica flexibilizando algunos puntos
de su propuesta inicial, lo cual generó el apoyo de Argentina, Brasil, Chile y
Venezuela a varias propuesta de desarrollo industrial.

Kennedy y Frondizi mantuvieron una relación cálida, por sus perfiles intelectuales
y el interés de mantener democracias capitalistas en la región. Si bien hubo dos
visitas oficiales, Kennedy y Frondizi mantuvieron diálogos cercanos e incluso se
consultaban mutuamente en varios temas relativos al avance de la alianza y la
estrategia para la región.

Estados Unidos colaboró en la firma del tratado de Montevideo que creó la


ALALC. Asociación afín a los intereses de la Alianza para el Progreso que sería
el punto de partida para sentar las bases del futuro Mercosur.

En 1961, la relación encontraría sus dificultades durante la conferencia de Punta


del Este, en la que Cuba, por medio de la presentación de Ernesto Guevara, se
pronunciara en contra de la Alianza para el Progreso en la que la propuesta
cubana para coexistir en la región fuera rechazada por el enviado del presidente
Kennedy, Richard Goodwin.

Luego de esta reunión, en lo que tal vez fue el mayor error diplomático de la
gestión de Frondizi, el presidente accede a una reunión secreta con Ernesto
Guevara, llevada adelante mediante un complejo operativo de seguridad llevado
adelante por el asesor presidencial Jorge Carrettoni, la cual culminó en una
reunión secreta en Olivos en donde se trató el endurecimiento de la postura
cubana, el potencial ingreso de Cuba al pacto de Varsovia y la preocupación por
la posibilidad de comenzar a exportar la ideología comunista a la región. A todas
luces, la reunión tuvo poco impacto concreto en la relación argentino-cubana,
pero en el terreno local, marcó el inicio del fin del gobierno de Frondizi.

La reunión secreta trascendió en los medio públicos poco después de que


Guevara dejara el país rumbo a Brasil, lo cual generó la renuncia del Ministro de
Relaciones Exteriores, Adolfo Mugica. Frondizi debió explicar por cadena
nacional las intenciones de la reunión, pero ya era demasiado tarde para
recomponer una relación que no tenía vuelta atrás.

EL OCASO DE UN ESTADISTA SOLO


Fin del gobierno de Arturo Frondizi y la herencia desarrollista.

Es difícil establecer un motivo particular por el cual el gobierno de Frondizi no


puedo establecerse. Podríamos decir que fue un hombre con una visión ingenua
a la realidad que le tocó vivir, también podríamos decir que, tal como el gobierno
de Yrigoyen, se planteó una postura exterior que jamás terminó de satisfacer a
ninguno de los agentes que podían apoyar su consolidación. Es imposible
analizar la política exterior el gobierno de Frondizi desconociendo la realidad de
su política doméstica y la incompatibilidad de sus alianzas coyunturales, las
cuales, más temprano que tarde, demostraron ser imposibles de balancear.

La renuncia de su Ministro de Relaciones Exteriores, consecuencia directa de su


reunión con Ernesto Guevara, la renuncia de Alsogaray en 1961, la crisis
económica, el triunfo y posterior anulación de las bases peronistas, la brutal
represión generada por el plan CONINTES y, por sobre todas las cosas, la
incapacidad de poder generar un acuerdo real con la cúpula militar, resultaron
en el llamado de Gastón Clement, secretario de Marina, a la quinta presidencial,
comunicándole su destitución y posterior arresto.

El desarrollismo fue un ideal triunfante en la teoría, pero complejo en la práctica.


Podemos decir que, aun hoy en dia, Argentina continua buscando un camino
hacia el desarrollo agroindustrial, sin poder concluir en un acuerdo que
establezca políticas de estado de largo plazo.

Su política exterior nos deja una lección importante respecto a la coherencia de


un representante para lograr confianza, siendo disonante el estado de Argentina
hacia el interior con las proyecciones que se tuvieron hacia el exterior. Sin
embargo, también fue un ejemplo de una visión diferente de país, una que aun
hoy muchos políticos a nivel nacional y provincial intentan rescatar y asimilar,
con mayor o menor grado de éxito.
Bibliografía
Casas, N. (1973). Frondizi: una historia de política y soledad. Ediciones La Bastilla.

Ezquerro, M. (2006). "La Guerra Fría y la caída de Arturo Frondizi.". Centro d Estudios
Avanzados, 83-97.

Frondizi, A. (1-04-1958). Discurso Presidencial.

Frondizi, A. (s.f.). Mensajes presidenciales: 1958-1962.

Morgenfeld, L. (2012). Desarrollismo, Alianza para el Progreso y Revolución Cubana: Frondizi,


Kennedy y el Che en Punta del Este . Ciclos en la Historia, la Economía y la Sociedad,.

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