Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
En esta presentación vamos a compartir las ideas centrales en torno a la propuesta que
sobre educación ciudadana para las nuevas formas de democracia llevamos a cabo por
medio del Encuentro Internacional de Educación y Pensamiento y la Red
Hispanoamérica de Colaboración Educativa con apoyo del Proyecto Atlantea, todos de la
Universidad de Puerto Rico, y la Organización para el Fomento del Desarrollo del
Pensamiento Internacional. En la misma vamos a atender tres asuntos:
Nuestro interés emancipatorio es, en primer lugar, generar teoría que contribuya a la
construcción de una nueva cultura educativa política-ciudadana y con ello a una nueva
sociedad. Esta cultura es una respuesta a las necesidades de desarrollo personal y
colectivo pleno de nuestros pueblos, enraizada en nuestras raíces históricas. Es parte de
la agenda de una tradición humanista crítica y emancipadora que tiene su inicio en
Eugenio Maria de Hostos y su culminación en Pablo Freire y que buscamos actualizar en
nuestro trabajo con los haberes en torno al desarrollo humano aportados por corrientes
como la constructivista, la histórico-cultural y las neurociencias, y que se enriquece con
la experiencia de la practica de los educadores, tanto formales como populares.
1
Este trabajo incorpora algunas de las ideas presentadas por Matías Bosch, de la Fundación Juan
Bosch, y el autor en el Foro Social celebrado en Caracas, Venezuela en octubre de 2006.
2
El Dr. Ángel R. Villarini Jusino es Catedrático de la Universidad de Puerto Rico y Profesor Honorario de la
Universidad Autónoma de Santo Domingo, es Director del Proyecto para el Desarrollo de Destrezas de
Pensamiento y Presidente Internacional de la Organización para el Fomento del Desarrollo del
Pensamiento Se puede obtener información sobre nuestro trabajo visitando www.pddpupr.org o por
medio de nuestra revista Crecemos.
1
diálogos, proyectos, conferencias, talleres, revistas y boletines. Finalmente, hemos
comenzado a implantarla e institucionalizarla por medio de proyectos y de programa
académicos. Todo lo anterior por medio de una estructura de trabajo de base, de
educadores líderes dispuestos a la autoformación (tenemos que comenzar por nosotros
mismos), al servicio social y a la reforma educativa desde la base.
Hoy día se quiebran las ilusiones del Estado liberal y neoliberal. Ese sistema se muestra
incapaz de atender las necesidades y los reclamos de vida digna de derechos de los
ciudadanos. Como alternativa, emergen de la sociedad civil movimientos sociales y
nuevas formas de los pueblos de organizarse y construir plataformas políticas.
2
de conducta y racionalidad que llevan a instrumentalizar al pueblo, o a corromperse, o a
desconfiar de la democracia. Las grandes mayorías y los cuadros que trabajan en las
bases sociales se encuentran bastante desprovistos de paradigmas para revertir ese
orden de cosas, esa forma de hacer política.
Como resultado de un diálogo de varios años que ha tenido lugar por medio del
Encuentro Internacional de Educación y Pensamiento, un grupo de educadores de
varios países, hemos elaborado un consenso de carácter general sobre los propósitos y
la naturaleza de la educación cívica: la formación de subjetividades democráticas en
una cultura política democrática radical, comprometida con los valores ético y políticos
inherentes a tal concepción y con las competencias humanas que les permitan
insertarse protagónicamente en la crítica y la transformación de la sociedad.
Hoy día parece haberse generado, tanto en la teoría de los académicos como en la
práctica de los movimientos sociales, el consenso de que lo que ha hecho crisis es la
forma limitada en que se ha querido entender la democracia como ejercicio partidista
electoral controlado desde los mecanicismos del Estado. Se multiplican pues las
propuestas e iniciativas de nuevas formas de entender y practicar la democracia que
expresan más adecuadamente su verdadero contenido ideal y sentido utópico.
La democracia es:
3
•Un espacio público de comunicación con un método racional para solucionar conflictos
y disputas de cultura, valores y metas, a través del inquirir, el diálogo y la deliberación,
que conduce a la construcción de un proyecto colectivo de vida.
La distribución igualitaria del poder es la característica fundamental de la democracia.
De modo que toda lucha por la democracia entraña una denuncia de monopolio o
distribución no igualitaria del poder y un reclamo de su redistribución de modo que todo
el mundo pueda vivir una vida digna y plena.
Pero la posibilidad de que se reclame y logre esa distribución igualitaria del poder
descansa en la existencia de individuos z comunidades soberanas, es decir capaces,
tanto intelectual como colectivamente, de reclamar su cuota de poder, tanto en su
carácter personal como en cuanto miembros de diversos colectivos. La soberanía del
pueblo nace de la soberanía de cada persona que lo integra, es decir de su autonomía o
capacidad de mando, y ésta de su conciencia. Por ello sólo hay verdadera voluntad
popular si existe un cierto grado de desarrollo de la conciencia política, en todas las
personas que componen el pueblo. En ausencia de la persona soberana la democracia
degenera en nuevas formas monopolísticas de distribución de poder.
La lucha por la democracia es hoy día, más que nada, la lucha por la redistribución del
poder a través de la formación de personas sobernas, es decir de conciencia
democrática, por medio de la educación. La lucha por la democracia es la lucha por la
construcción de una particular forma de subjetividad: la subjetividad democrática.
4
construcción de la subjetividad democrática; de formar la conciencia democrática del
pueblo y apoyar el desarrollo de sus competencias ciudadanas.
La educación ciudadana implica por ello el desarrollo de los conceptos, las actitudes y
las destrezas que se requieren para ser un miembro activo, reflexivo, crítico y
responsable de un pueblo que busca organizarse permanentemente como comunidad
política democrática. Esto requiere, por un lado, del estudio del carácter histórico y
estructural de dicha comunidad, de los principios políticos que la animan, de las fuerzas
sociales que la sostienen, de la distribución del poder en a la misma, etc. y su
identificación afectiva con la misma, es decir, el desarrollo de un sentido de identidad
nacional o patriotismo.
6
La conciencia y las competencias para la vida democrática se desarrollan en general,
mediante la participación en comunidades de práctica democráticas (“la vivencia de una
convivencia”) en las cuales se vive las siguientes condiciones:
Para agravar más la situación las personas la mayor parte de las veces no se percatan
de ello porque viven desde las ideologías. Es decir desde formas de conciencia
distorsionadoras de la realidad y del ideal. Cuando la democracia se trasforma en
ideología creemos que vivimos el ideal cuando en realidad nos alejamos del mismo al
negarlo en nuestras prácticas. En la ideología democrática la discrepancia entre el ideal
democrático y las prácticas llamadas democráticas se borra, eliminando con ello el
poder crítico del ideal. Esto puede llegar al extremo de invadir y masacrar pueblos en
nombre del establecimiento de la democracia.
De aquí que resulte necesario para el educador que busca promover el desarrollo
humano de la conciencia ciudadana democrática del educando: