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Todo lo que el hombre sabe y espera del universo, todo lo que el hombre cree, depende de la
manera como se ve a si mismo. El hombre no ouede concebir nada sino a traves de su propia
concepcion.
Max Scheler, libro “El puesto del hombre en el cosmos” 1928, presente 3 ideas clásicas acerca del
hombre:
La diferencia entre el animal superior y el hombre no radica en que éste posea una inteligencia
y una capacidad de elección más desarrolladas que aquél.
La esencia del hombre no está dada por algo que constituya un nuevo grado en el desarrollo
biopsíquico perteneciente a la esfera vital.
Existe, por lo tanto, una diferencia cualitativa y no puramente cuantitativa entre el hombre y
el animal. Hay en el hombre un principio radicalmente distinto.
“Hombre“ es , por lo tanto, sinónimo de “ser espiritual”. Podemos, asimismo llamarlo “persona”, si
entendemos por este término el centro de todos los actos por los que se manifiesta el espíritu.
En el animal, lo mismo si tiene una organización superior que si la tiene inferior, toda acción, toda
reacción llevada a cabo, incluso la inteligencia, procede de un estado fisiológico (orgánico) de su
sistema nervioso, al cual están coordinados, en el lado psíquico, los impulsos y la percepción
sensible”
Características: La libertad, la objetividad y la conciencia de si el ser espiritual puede objetivar su
propia constitución orgánica y sus vivencias psíquicas. Así, el recogimiento (meditación,
abstracción) y la reflexión son prerrogativas (privilegios, ventajas) del hombre.
Parte del hecho de que todo organismo posee un sistema “receptor”, por el cual recibe estímulos
del medio, y un sistema “efector”, por el cual reacciona ante los mismos, constituyendo ambos
sistemas un “círculo funcional”. En este sistema hallamos como eslabón intermedio el sistema
simbólico: el hombre se contacta con la realidad a través de una red de símbolos.
El arte, el mito, la religión y el lenguaje son las formas simbólicas que constituyen ese universo,
entendiéndose por lenguaje no sólo el emotivo sino también el científico. Este mundo simbólico
diferencia al hombre de los demás animales. En lugar de ser un animal racional, es un animal
simbólico. Ya que la razón no abarca todas las formas de vida cultural humana.
El hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo y después se define. No hay
naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no solo es tal
como él se conciba, sino tal como él se quiere, y solo se concibe después de la existencia, como se
quiere después de este impulso hacia la existencia, el hombre no es otra cosa que lo que él se
hace. El hombre es ante todo un proyecto que se vive subjetivamente. El hombre será lo que
habrá proyectado ser.
No es lo mismo proyectar algo que querer algo. Querer es una decisión consciente y posterior.
Implica una elección, un proyecto mucho más radical, que supone un modelo de vida que está
dado en la acción.
La existencia precede a la esencia, el hombre es responsable de lo que es. El primer paso del
existencialismo es poner a todo hombre en posesión de lo que es.
Elegir ser esto o aquello es afirmar el valor de lo que elegimos, porque nunca podemos elegir mal,
lo que elegimos es siempre el bien, y nada es bueno para nosotros sin serlo para todos.
Cundo un hombre se casa no incide sólo en su vida, sino en la de todos porque pone la
monogamia como modelo para toda la humanidad.
Estar obligados a elegir constantemente y saber que con esa elección comprometemos a toda la
humanidad, nos provoca angustia, propia de todo aquel que asume responsabilidades, propia del
que debe elegir y que al hacerlo, sabe que compromete a la humanidad, pero aun así elige y actúa.
El hombre está condenado porque no se dio la existencia a sí mismo, pero es libre porque es el
único responsable de lo que hace.
Situación de desamparo porque Dios no existe y no tiene certeza de que los otros hombres
apoyarán y continuarán lo que ha emprendido.
De este modo y dado que Dios no existe, el hombre carece de una esencia que lo determine, y
carece de valores o pautas morales que lo guíen, encontrándose desamparado, desesperanzado y
obligado a elegir por toda la humanidad: “El hombre, sin ningún apoyo ni socorro, está condenado
a cada instante a inventar al hombre”