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El poema describe una noche de pasión entre el poeta y su amante. Expresa la felicidad que siente en la cama con su amante y los diversos besos y abrazos que comparten. Reconoce que la noche de amor debe terminar y que el destino los separará de nuevo. Concluye diciendo que si su amante le da más noches como esa, se sentirá como un dios cada vez que caiga la noche.
El poema describe una noche de pasión entre el poeta y su amante. Expresa la felicidad que siente en la cama con su amante y los diversos besos y abrazos que comparten. Reconoce que la noche de amor debe terminar y que el destino los separará de nuevo. Concluye diciendo que si su amante le da más noches como esa, se sentirá como un dios cada vez que caiga la noche.
El poema describe una noche de pasión entre el poeta y su amante. Expresa la felicidad que siente en la cama con su amante y los diversos besos y abrazos que comparten. Reconoce que la noche de amor debe terminar y que el destino los separará de nuevo. Concluye diciendo que si su amante le da más noches como esa, se sentirá como un dios cada vez que caiga la noche.
cama, tú misma, por mi largo deleite venturosa, cuántas palabras dichas entre tantas velas y un asedio que aumenta ya sin luz; ahora, con sus senos desnudos sobre mí –la túnica abierta con tardanza–, ella combate. Luego, sus labios separan mis párpados casi dormidos y dice, encima, ¿estás cansado?
Qué diversos abrazos de los cuerpos enlazados,
sus besos –cuántos– demorándose en mis labios. “No conviertas a Venus en una ciega que anda –los ojos son guías del amor–, Paris tomó desnuda a Helena al salir de la cama del marido y Diana mordió el anzuelo: el cuerpo desnudo de Endimión.” –así es el cuento.
Mientras nuestros destinos se cruzan: llenemos con amor los ojos,
viene sobre ti una larga noche y un día en que el día ya no llega. Que los dioses nos aten con cadenas irrompibles para el día.
Loco es quien a la locura de amor pone término,
el sol guiará un corcel de sombras, la tierra dará trigo en campo de cebada, las aguas volverán hacia la fuente antes que amor escuche a la prudencia –el pez nadará en un río desierto. No, mientras sea, no dejemos caer el fruto de la vida.
Ya seca, la guirnalda suelta pétalos
y con sus tallos tejen cestas. Hoy respiramos otro hálito, el aliento de los amantes, mañana, cada quien en su celda, habrá de encerrarnos el destino.
Diste todos tus besos
y tan pocos besos diste.
No puedo pasar a otro mis penas
–las que ella me causa traen la muerte, si me regala noches como ésta hace de mis días años, y si me diera otras seré Dios mientras la noche dure.