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la División de Poderes.
Desde siempre el ser humano a sufrido abusos de personas consideradas con mayor poder politico lo
cual esta mal y atraves de generaciones y generaciones las diferentes sociedades han propuesto la idea
de que una persona o un grupo de personas no es conveniente que tengan el poder, hubieron muchos
ilustrados que trataron sobre este tema como Jhon Locke y Montesquieu que fue el que hizo una obra
en la que manifesto las ideas de Jhon Locke acerca de la division de poderes llamada "El espiritu de las
leyes" este ilustrado fue el que hizo la teoria de la "Separacion de poderes"
El Poder Legislativo tiene a su cargo proponer y elaborar las leyes, que luego de ser aprobadas las envía
al Poder Ejecutivo, a los fines de promulgarlas. Asimismo, se encarga de nombrar a los jueces de la Junta
Central Electoral y a los miembros de la Cámara de Cuentas
3) El Judicial: El tercer poder del Estado es, de acuerdo a la Constitución y las leyes, la institución
encargada de administrar justicia, a través de sus órganos especiales y jerárquicos llamados tribunales.
Su función es asegurar el amparo, protección o tutela de los derechos que se hallan establecidos en las
normas o leyes. El conjunto de todos estos tribunales constituye el Poder Judicial.
El Poder Judicial es independiente de los demás Poderes del Estado. Goza de autonomía administrativa y
presupuestaria, pero el monto de su presupuesto es asignado anualmente por el Poder Legislativo
mediante la Ley de Gastos Públicos.
Los debates posteriores que dieron vida a las constituciones modernas -debates
reconocidamente deudores de la teoría de Montesquieu- se centraron exclusivamente en el
principio de distribución jurídica, transformándolo en un pilar fundamental en la
organización de los Estados. Por más de dos siglos los expertos del derecho polemizaron
sobre los alcances de este principio, en un debate en el que se enfrentaron los defensores
de la autonomía absoluta de cada poder con aquellos que abogaban por su separación
relativa.1 En uno y otro caso se trataba de interpretar adecuadamente lo que Madison llamó
"El oráculo de Montesquieu" (1994: 205).2
Una suerte muy distinta corrió el principio de distribución social: bajo el supuesto de que
este principio sólo es apropiado para un modelo de la sociedad estamental, se pensó que
superando las jerarquías del antiguo régimen se superaba también el principio. Sólo faltaba
encontrar las razones que hicieran comprensible el "error" de su autor. Los más suspicaces
creyeron estar en presencia de un pensador interesado -el Barón de La Bréde y
Montesquieu- que promovía la repartición social del poder político para devolver a la
nobleza a la que pertenecía sus antiguas prerrogativas de clase (Althusser, 1968: 91-101).
Para otros, en tanto, Montesquieu sería un autor de transición en cuya teoría se confunden
estrategias modernas y premodernas de "frenos y contrapesos" del poder. El principio de
distribución jurídica correspondería a una forma de organización moderna en la que las
funciones del Estado se relacionan con instituciones y no con clases sociales. El principio de
distribución social, en tanto, representaría el momento de "lo antiguo", basado en el modelo
de gobierno mixto de la tradición republicana3(Solozabal, 1981: 221-224).4
5.3 El Poder Legislativo.
El poder legislativo es aquel que crea las leyes y también las modifica, la facultad que implica la
posibilidad de regular en nombre del pueblo, los derechos y las obligaciones de sus habitantes en
consonancia con las disposiciones constitucionales.[cita requerida] Para ejercer dicha facultad está
investida de una incuestionable autoridad que le otorga la representación de la voluntad.
Las figuras presentes más importantes son el senado y los diputados. Montesquieu propuso, en su
célebre libro El espíritu de las leyes, que era necesario que las funciones del Estado se dividieran
entre distintos poderes (legislativo, ejecutivo y judicial), para que mediante los arreglos de las
características el poder se autocontrole, a fin de evitar la tiranía.
5.4 La Legislatura.
Una legislatura1 es el periodo de funcionamiento de los órganos legislativos –
Parlamento o Congreso– o de sus respectivas cámaras –Senado, Cámara de Diputados, de
Representantes, etc.–, es decir, es el lapso durante el cual sesionan dichas instituciones.
Corresponde, asimismo, al periodo en que los miembros del Congreso o Parlamento pueden ejercer
las funciones o atribuciones que les otorga la Constitución, hasta la siguiente elección general.
Por lo anterior, una legislatura corresponde al periodo de vida de las cámaras parlamentarias, cuya
duración –regular o especial– fijan los textos constitucionales, y que se extiende desde el momento
de su formal constitución o instalación hasta el de su efectiva disolución. En otros términos, equivale
al mandato de un Parlamento o Congreso, e igualmente corresponde a la duración de ese mandato,
que abarca desde la instalación de una determinada asamblea legislativa, y hasta la disolución
definitiva de la misma junto con la expiración de todos sus poderes.
En ocasiones, también, esta denominación es utilizada para referirse de modo general al órgano en
que se deposita o que ejerce el poder legislativo, esto es, a los Congresos o Parlamentos, o para
designar a los cuerpos legislativos de forma conjunta.
Uno. La independencia del poder ejecutivo caracterizaría al Antiguo Régimen, si los otros dos poderes
le quedasen subordinados. Contra esta independencia se edifica la idea de un Estado de Derecho.
Dos. La independencia del poder legislativo representaría una limitación al absolutismo del Antiguo
Régimen, sobre todo cuando el legislativo independiente se haga caer sobre el pueblo, o el estado
llano (frente a la nobleza, la aristocracia o la iglesia).
Tres. Pero también la independencia del poder judicial puede llevarse, en el límite, a un megarismo (al
que se aproximan algunos teóricos como Gustavo Radbruch, que consideraba a la corporación de los
jueces como auténtico tutor de los valores de la libertad) en el que los jueces aparecen como los
verdaderos guardianes y actores del Estado de Derecho. Esto ocurrirá cuando el ordenamiento
jurídico se considere, si no definitivo, si cuasi sagrado, sea porque procede de lo alto, sea porque se
considera como una revelación, aunque sea dada históricamente, de la misma naturaleza (del derecho
natural histórico). El Estado de Derecho o el Estado legal se convertirá ahora en un Estado de Jueces,
en un Estado judicial. El carácter conservador de esta concepción ha sido muchas veces señalado.
Cuatro. Habrá que considerar también, por último, la situación en la que pueda hablarse de
independencia de dos poderes con dependencia del tercero: ya sea, en primer lugar, la independencia
del judicial y legislativo frente al ejecutivo, ya sea, en segundo lugar, la independencia del judicial y el
ejecutivo frente al legislativo, ya sea, en tercer lugar, la independencia del legislativo y del ejecutivo
frente al judicial. {BS22 27-28}
Por consiguiente, la interpretación de la ley siempre será necesaria cuando ella sea
insuficiente, oscura o contradictoria. Todos los legisladores están consientes de que la
ley no está en capacidad de prever la diversidad de situaciones que la vida en sociedad es
creadora.
Concepto
Interpretar es desentrañar el sentido de una expresión para descubrir un
significado. Se interpretan sueños, expresiones, símbolos, etc. La interpretación es una
labor de todos, pero la calidad de la misma puede variar dependiendo del sujeto que la
realice.
Se denomina libre porque sustrae de toda autoridad positiva. Se denomina científica porque
acudimos a las ciencias para respaldar de manera objetiva un argumento.
Hans, dice que el derecho vigente es siempre aplicable a cualquier litigio y permite resolverlo,
que no hay un caso que un juez jamás haya conocido. Entonces la laguna consistiría, en que
el órgano que aplica la norma, sea oportuna o justa, o podría darse la situación de llegar a
pensar que el legislador no tuvo en cuenta ese caso en particular, pero que hubiera decidido
de manera diferente. De acuerdo a las condiciones para uno es buena y para otros es malo
según el espacio y el marco en que se esté ubicado. Vista de este modo no hay tal laguna.
Si existiera laguna no sería llenada por la interpretación, sino se procedería eliminar la norma
y remplazarla por otra norma nueva, juzgada de mejor manera por el encargado de aplicar el
derecho.
Hans; nos plantea que sí puede existir una laguna técnica: cuando el legislador omite dictar
una norma, ye esta es indispensable para la aplicación técnica de la ley, y tal laguna podría ser
llenada por vía de interpretación. Ante lo anterior Hans, plantea que cuando una norma está
desprovista de sentido, la interpretación no la puede encontrar, porque no se puede extraer lo
que no está contenido en la norma.
Aunque no existen lagunas en el derecho, él legislador puede estar orientado de manera
equivocada y admitir que existen una laguna lógica, el juez está autorizado para resolver
libremente un acto, el legislador se encuentra incapacitado para determinar previamente los
casos en que el juez debe sustituirlo, ya que si pudiera este último hacer esas veces, crearía
el mismo las normas que le parecieron apropiadas. Entonces el juez no puede reemplazar al
legislador sólo se encarga de aplicar la ley conforme a la norma teniendo en cuenta los
principios de jurisdicción.