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CI Y SUS IMPLICACIONES

Profundo Retraso importante; capacidad mínima para funcionar en áreas


sensoriomotoras; necesita cuidados básicos; requiere ayuda y supervisión
constantes. Desarrollo motor mínimo; puede responder a un aprendizaje
limitado de autocuidados.
En el desarrollo motor y del lenguaje; puede conseguir algunos autocuidados
necesita soporte.

Grave Desarrollo motor escaso; lenguaje mínimo; generalmente incapaz de


progresar en el aprendizaje; poca o ninguna capacidad de comunicación.
Puede hablar o aprender a comunicarse; puede aprender los hábitos de
higiene elementales; incapaz de aprender un oficio. Puede contribuir
parcialmente a su mantenimiento bajo supervisión completa; puede
desarrollar habilidades de autoprotección en un nivel mínimo pero útil en un
entorno controlado.

Moderado: Puede hablar o aprender a comunicarse; conciencia social;


desarrollo motor; progresa en el entrenamiento de autocuidados; puede
manejarse con supervisión moderada. Puede progresar en el aprendizaje de
habilidades ocupacionales y sociales; improbable que progrese más allá del
4° curso de primaria; puede aprender a viajar solo en lugares
familiares. Puede conseguir mantenerse en un trabajo no especializado o
semi-especializado bajo condiciones de protección; necesita supervisión y
guía para hacer frente a un estrés social o económico.

Leve: Puede desarrollar habilidades de comunicación y sociales; retraso en


áreas sensoriomotoras; a menudo pasan desapercibidos hasta edades mas
tardías. Pueden lograr un desarrollo académico hasta el 6° curso de primaria
a los 18 o 19 años; puede lograr integrarse en la sociedad. Normalmente
puede conseguir habilidades sociales y laborales adecuadas para
mantenerse, pero puede necesitar ayuda y consejo cuando se encuentre en
situaciones de estrés económico y social fuera de lo normal.

Las recomendaciones más comunes para los padres y profesores son, en


primer lugar, el control médico; enseñar a los padres a entender los retrasos
en el desarrollo de sus hijos, para que ellos puedan utilizar estrategias para
estructurar el entorno, para motivar a sus pequeños, y prevenir la
sobreestimulación, pues, generalmente, traer al mundo a un niño con
discapacidad genera culpa y rechazo, que posteriormente puede
transformarse en un exceso de consentimiento o protección que a la larga
perjudica al niño, principalmente en su trato con los demás.

Su discapacidad hace que nos volvamos excesivamente indulgentes y no le


exigimos una actitud reciproca en la medida de sus posibilidades, dañándolo
así para el futuro, futuro en el que probablemente no estemos para
defenderlo, y entonces el tendrá que vérselas con sus impulsos, y si no se le
ha enseñado que se pueden dominar, quedará a merced de su ira o
frustración por no obtener inmediatamente lo
que desea.
Excluir a un niño con discapacidad del castigo por algún acto que amerite
corrección, es marginarlo, haciéndolo sentir que es débil.

Debido a que las personas con retraso mental presentan un lenguaje


acelerado, con ritmo desordenado, dispraxia, articulación pobre, y habla
tangencial, es recomendable acudir a una terapia tanto para el habla como
para el lenguaje, así como terapia para desarrollar el vocabulario y el
lenguaje social.

Transmitirle al niño frases cortas y simples.


Proporcionarle espacios para que participe en actividades de pequeños
grupos e incluirlo en un entorno educativo de apoyo.

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