Sei sulla pagina 1di 6

TEORÍA Y MÉTODO DE LA HISTORIA Y LA GEOGRAFÍA

EJERCICIO

Buen trabajo -. 70

Profesor: Víctor Montre.


Estudiantes: Ismael Cáceres Correa, Jaime Cifuentes, Martín Sepúlveda.
Fecha: 9 de abril de 2018.

Analice la realidad educativo-laboral, a través de los modelos IO1-IO2. Describe cada


modelo, luego aplica a tres situaciones de nuestro país (utiliza teoría y empiria).

Introducción

Se nos ha solicitado analizar la realidad educativo-laboral de Chile para la asignatura


“Teoría y método de la Historia y Geografía” en la Universidad de Concepción. Siguiendo
como pauta el enunciado del ejercicio hemos querido asumir esta intervención no solo
como parte de nuestra responsabilidad en calidad de estudiantes, sino como dialogantes
dentro de un foro que presta al sometimiento de otras partes. Es por ello que quisimos
incluir para cada parte la tabla de referencias que justifiquen nuestras posiciones.
La organización de este ejercicio sigue la estructura solicitada por el profesor (Víctor
Montre) y solo hemos presentado apartados diferenciados para cada situación dada.
Entonces en la primera parte se encuentra una definición de los modelos de igualdad de
posiciones e igualdad de oportunidades referenciados en el texto base de Françoise Dubet
para seguir a las situaciones que hemos buscado.
La primera situación que queremos colocar a discusión está pensada desde el modelo de
igualdad de oportunidades, no sin una fuerte crítica. Hemos propuesto la situación de la
educación chilena desde la perspectiva de la inclusión y para ello nos basamos en artículos
que tratan el tema de los programas PIE en escuelas de las regiones de Los Ríos y de
Valparaíso. La discusión la hicimos no solo reproduciendo lo que dicen sus autoras sino
también en la perspectiva de qué es lo que suponen o no advierten sus ideas.
La segunda situación que presentamos hace referencia a un giro que ha tenido la sociedad
en las últimas décadas: las oportunidades laborales de las mujeres. Lo que hicimos fue
pensar en esta realidad que cada día exige mayor atención y buscamos situaciones más allá
de lo declarativo. En aspectos concretos pudimos estudiar algunas políticas tendientes a la
incorporación de las mujeres en el mundo laboral sobre todo en la generación de empleos
como emprendedoras.
Por último una situación pensada desde el modelo de la igualdad de posiciones que coloca
al movimiento estudiantil dentro de esta lógica. Para ello pensamos cómo reproducen ideas
que tienden a la protección como grupo y la manera en que esto desempeña una función
social que trabaja sobre estructuras sociales. Todo con el fin de generar el necesario
intercambio de ideas.
Al finalizar el trabajo también recogemos algunas reflexiones sobre lo trabajado.
Definiciones:

Modelo de igualdad de posiciones: Es un modelo que piensa en la organización de la


estructura social en razón de las posiciones (ocupaciones) de los individuos. Dubet dice que
esto no discrimina si el individuo es “mujer, hombre, más o menos educados, blancos o
negros, jóvenes o ancianos, etc.” (Dubet, 2011: 11). En este modelo se protege el trabajo de
la persona por lo que puede ser considerado conservador. No obstante, la igualdad de
posiciones se basa en la protección del trabajo y que estos conlleven a que las estructuras
sociales estén cada vez más próximas las unas con las otras.
Modelo de igualdad de oportunidades: Este modelo se centra en el postulado de que toda
persona debe tener la posibilidad de optar al puesto de trabajo que desee, pues “consiste en
ofrecer a todos la posibilidad de ocupar las mejores posiciones en función de un principio
democrático” (Dubet, 2011: 12). Está centrado en luchar contra las discriminaciones que
afectan a la competencia de individuos.

Situaciones:

1. Igualdad de oportunidades de educación en la escuela


El modelo educativo basado en “competencias” se fundamenta en la lógica de la igualdad
de oportunidades en la que se considera, en la instancia de formación, que debe ofrecerse lo
mismo a todas las personas con el fin de que una vez integrados al mundo laboral puedan
desenvolverse de la mejor manera (siempre priorizando el esfuerzo personal). Esta igualdad
de oportunidades se traduce, entre otras cosas, en la llamada “educación inclusiva” que
piensa en responder a la totalidad del estudiantado sin centrarse exclusivamente en quienes
tienen discapacidades físicas. La relación entre el modelo utilizado (competencias) y la
igualdad de oportunidades a veces pareciera alejarse el uno respecto del otro, pero si
privilegia las competencias, en última instancia termina por ser una cuestión de
meritocracia.
Para ejemplificar tómese de referencia la experiencia de los programas de integración
escolar (PIE) que existen en Chile. Si tomamos a la escuela como garante de la igualdad de
oportunidades, entonces en sus políticas podemos confirmar el modelo que las sustenta.
Magdalena Jiménez Ramírez (2008) sostiene que el sistema educativo es un subsistema
dentro de la sociedad y junto con la escuela son los medios más importantes para potenciar
la integración e inclusión, por ello, revísese la experiencia presentada por María Elena
Mellado Hernández (2017) sobre un estudio realizado en una escuela de la región de Los
Ríos. Siguiendo a la UNESCO, Mellado Hernández sostiene que “el estudiantado tiene
derecho a una educación inclusiva que respete las diferencias o dificultades individuales y
sociales” (Mellado Hernández et al., 2017: 2) y confirma su postura con la igualdad de
oportunidades al decir que “la inclusión debería reconocer el derecho que tiene la totalidad
de estudiantes a una educación de calidad, cualquiera que sea su medio social, su cultura
de origen, su ideología, su etnia, su sexo o su capacidad diferente, ya sea física, intelectual
y sensorial, entre otras” (Mellado Hernández et al., 2017: 4).Si bien la experiencia se
presenta para fomentar la inclusión de todas las personas en el aula, en última instancia lo
que se presenta es una sugerencia para que todo estudiante esté en las mismas condiciones.
Cuando dice que crear escuelas inclusivas permite romper barreras de aprendizaje y
participación, lo hace pensando en la igualdad dentro del aula, pero no repara en que a
pesar de que sus resultados, se está fomentando la competencia (en este caso en
condiciones ideales.Otro artículo que aborda la misma temática, pero desde la experiencia
en la región de Valparaíso, se considera que “en Chile, la política educativa y las prácticas
escolares y pedagógicas crean barreras para la inclusión, en la medida en que tienden a la
individualización, segregación”(López et al., 2014: 16). No obstante a la crítica, el modelo
de igualdad de oportunidades necesita esa “igualdad en el aula” para sostener su propuesta
de éxito por esfuerzo individual (incluso desde el trabajo colectivo).Este modelo de
igualdad de oportunidades pensado desde la educación inclusiva hace llegar a la conclusión
de que “cuando tenemos en cuenta las diferentes necesidades y ofrecemos a todas las
personas lo mismo, no hacemos más que ignorar la diversidad y generamos aún más
desigualdad. Esto nos lleva, necesariamente, a buscar las herramientas que den la
oportunidad de participar a todos los individuos” (Mellado Hernández et al., 2017: 12).
En síntesis, el modelo de igualdad de oportunidades está instalado en la racionalidad de la
política educativa chilena que piensa que esta oferta de oportunidades contribuye a que
cada persona tenga la opción de aspirar a lo mejor según sus propios méritos. La literatura
al respecto considera que en educación se debe pensar desde una perspectiva inclusiva que
aborde la totalidad del estudiantado sin excluir a nadie. No obstante se sigue potenciando
una educación basada en competencias que tienen como fin que la persona sea capaz de
competir en el mercado laboral y poder optar a los mejores puestos de trabajo posibles, es
decir, la base del modelo de igualdad de oportunidades.

Referencias

Dubet, F. (2011). Repensar la justicia social. Contra el mito de la igualdad de


oportunidades. Buenos Aires: Siglo veintiuno editores. 127 p.
Jiménez Ramírez, M. (2008). Aproximación teórica de la exclusión social: complejidad e
imprecisión del término. Consecuencias para el ámbito educativo. Estudios
pedagógicos(Valdivia), 34(1), 173-186. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-
07052008000100010
López, V., Julio, C., Morales, C., Rojas, C. &Pérez, M . (2014). Barreras culturales para la
inclusión: políticas y prácticas de integración en Chile. Revista de Educación [Versión pre
print], 363, 1-17. Recuperado de
http://www.revistaeducacion.educacion.es/doi/363_180.pdf.
Mellado Hernández, M., ChauconoCatrinao, J., Hueche Oñate, M., & Aravena Kennigs, O.
(2016). Percepciones sobre la educación inclusiva del profesorado de una escuela con
Programa de Integración Escolar. Revista Educación, 41(1), 1-14.
doi:http://dx.doi.org/10.15517/revedu.v41i1.21597
2. Igualdad de oportunidades de las mujeres

En el plano de la igualdad de oportunidades y focalizado en el ámbito educativo laboral, en


Chile se ha venido propiciando una creciente igualdad de género en pos de desarrollar la
plena igualdad de oportunidades en todos los sentidos.Sobretodo en el plano laboral sin
importar alguna determinante que no depende del individuo, como en este caso es el
género.
Un ejemplo claro de esto ha sido el plan de igualdad de oportunidades implementado en
chile entre los años 2000-2010 cuyo objetivo fue para mejorar la igualdad de oportunidades
entre hombres y mujeres. En este sentido la política estuvo orientada hacia varios ámbitos
tales como la promoción de una cultura de la igualdad, promoción de los derechos de las
mujeres, participación en las estructuras de poder y en la adopción de decisiones, bienestar
en la vida cotidiana y calidad de vida y autonomía económica de las mujeres y superación
de la pobreza. Es especialmente en el último punto mencionado y enfocado hacia el ámbito
laboral donde esta iniciativa buscó generar una efectiva igualdad en el mercado laboral,
materializado en aspectos como “Garantizar en la legislación y estimular prácticas que
aseguren el ejercicio de los derechos de las mujeres en el empleo” (Escobar, 2003), como
además mejorar y potenciar el acceso y participación de las mujeres en instancias
relacionadas a toma de decisiones, tales como “organizaciones sindicales y gremiales, en
las instancias tripartitas, en los foros de debate económico y laboral y en los distintos
ámbitos de toma de decisiones” (Escobar, 2003). Todo esto con el objetivo de generar una
verdadera igualdad de oportunidades entre ambos sexos y además de disminuir los niveles
de pobreza de las mujeres.
Tomando en consideración lo dicho anteriormente, uno de los casos donde estas política de
igualdad de oportunidades se vio materializada fue en el programa “pro empresaria” que
tenía como finalidad entregar herramientas técnicas y teóricas para promover la plena
inserción de las mujeres microempresarias al desarrollo económico y social del país. Esto
se ve reflejado “beneficiando a 60 mujeres de las comunas de Alto Hospicio en la línea de
territorialidad, específicamente, en el rubro de mueblería; en Arica, en las líneas de servicio
y comercio; y en la ciudad de Iquique, en turismo” (SERNAM, 2005). Sumado a lo antes
dicho, entre los principales logros del programa pro-empresaria del año 2004, destacan” la
constitución de una sociedad de hecho en Alto Hospicio, una feria regional de mujeres
microempresarias y la coordinación de la asistencia de mujeres microempresarias de la
región al encuentro de Mujeres de la APEC, realizado en la ciudad de La
Serena”(SERNAM,2005).

Referencias

Escobar, A. (diciembre de 2003). monografias.com. Recuperado el 09 de abril de 2018, de


monografias.com: http://www.monografias.com/trabajos18/politica-publica-chile/politica-
publica-chile.shtml

mujer, S. n.(2005). Plan de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres 2000-


2010. Santiago: Rosa Varas.
3. Movimiento Estudiantil

El actual conflicto por la educación en nuestro país, si bien tiene su punto más álgido en el
2011, da sus primeros indicios en el año 2001. Este conflicto no puede entenderse
solamente como algo institucional, sino como un proceso de político y teórico que
entenderemos desde una racionalidad del modelo de igualdad de posiciones.
La reproducción al interior de la escuela se da mediante la violencia simbólica explicarán
Bourdieu y Passeron (2001) de modo tal que afirmarán que toda acción pedagógica implica
una violencia simbólica. Esta violencia no solo hace referencia a elementos formales, sino
que también a la condición arbitraria de la reproducción de ciertos saberes que responden a
una clase dominante.
“Las reducciones de la desigualdad económica pueden tener repercusiones beneficiosas en
los sectores de la salud y la educación, así como en el bienestar social y el desarrollo
sostenible” (ICS/IED/UNESCO, 2016). El movimiento estudiantil demanda mejoras para
la educación por medio de marchas y otras formas de movilización. Entre sus peticiones se
encuentran aumentar el financiamiento, tener un sistema gratuito y una democratización en
la educación superior.
Las reformas educacionales de los últimos años han permitido que el 60% de la población
más vulnerada que accede a la universidad estudie gratis, reduciendo la lógica elitista del
espacio universitario. Por ello, consideramos que el movimiento estudiantil puede
representar un ejemplo de igualdad de posiciones en razón de que busca la mejora
estructural de la sociedad a través de la mejora de este grupo diferenciado como
“estudiantes” en el que no importan las diferencias raciales, sexuales u otras sino que lo que
importa es la protección y garantías del grupo en tanto que estructura.

Referencias

Bourdieu, P., &Passeron, J.-C. (2001). La reproducción. Madrid: Editorial popular

ICS/IED/UNESCO (2016). Informe Mundial sobre Ciencias Sociales 2016 – Afrontar el


reto de las desigualdades y trazar vías hacia un mundo justo. Ediciones UNESCO, París
(Francia).

Conclusión

Como se ha visto en este breve ejercicio definimos los modelos de igualdad de posiciones y
de igualdad de oportunidades. Para poder comprender cómo se visualizan en la realidad
tomamos tres situaciones ocurridas en Chile que fueron la educación inclusiva e igualdad
de las mujeres en el trabajo (desde la igualdad de oportunidades) y el movimiento
estudiantil (desde la igualdad de posiciones). De lo trabajado pudimos constatar que el
modelo que siguen estas situaciones se condice con lo presentado teóricamente, no obstante
también pudimos detectar que algunos discursos podrían llegar a ser contradictorios con sus
resultados. Por colocar ejemplos la inclusión educativa genera igualdad de oportunidades
desde lo colectivo para luego continuar con una lógica de la meritocracia individual, los
programas para mejorar las condiciones de trabajo de las mujeres tienden a generar
espacios en los que se reproducen “trabajos para mujeres” dentro de nuevos espacios
destinados para ello y el movimiento estudiantil que se supone referente de cambios puede
llegar a interpretarse como conservador en el sentido de que procura proteger el status que
posee como grupo diferenciado. Desde luego, algo que aún debe seguir discutiéndose.
En términos generales podemos concluir que actualmente en Chile existe una
predominancia del modelo de oportunidades por sobre el modelo de posiciones en razón de
que en la cotidianeidad en el modelo neoliberal, sobre la base de un modelo democrático a
través de la meritocracia o el esfuerzo propio, el individuo puede optar las mejores
posiciones. En este sentido el modelo de oportunidades lucha contra las discriminaciones
por razón de sexo, etnia, etc., por lo que trata de entregar las mismas oportunidades a todas
las personas bajo un sentido de competencia legitima a pesar de que en muchas ocasiones
no atiende a las particularidades que puedan existir en los individuos.
Con el retorno de la democracia se profundizó el neoliberalismo. En el ámbito educativo
esto se refleja con el sentido mercantil impuesto al sistema educativo que tiene como
objetivo sacar el máximo de provecho a las “competencias” de las personas, por lo que las
políticas públicas se amparan bajo los planteamientos del capital humano y de lógica
funcionalista con la ampliación de la matrícula. La educación es como un motor para la
movilidad social y su combustible es la meritocracia.
Por último, reconocemos la brevedad de esta reflexión que debiese seguir creciendo no solo
en texto escrito sino también en el diálogo entre las distintas partes con el fin de dar sentido
a lo teorizado y poder aprender/educar en el proceso. Desde ya se puede proponer una
extensión de la discusión en el sentido crítico y ahora visualizar si lo teorizada termina
confundiéndose con sus contrapartes como lo pudimos ver en algunos casos.

Potrebbero piacerti anche