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Precio: El concepto es muy claro y sencillo: se trata de la cantidad de dinero que el consumidor
debe pagar para tener acceso al producto o servicio. Sin embargo, la fijación del precio
adecuado, siguiendo criterios de marketing, es una de las cuestiones más complejas e
importantes de una campaña.
Producto: Se trata de un concepto muy amplio, puesto que el producto abarca todo aquello que
se coloca en un mercado para su adquisición y que, de alguna forma, puede llegar a satisfacer
una necesidad o un deseo del consumidor. Por otro lado, el producto no tiene por qué ser algo
tangible, puesto que también engloba ideas y valores.
Promoción: En la promoción se incluyen todos aquellos medios, canales y técnicas que van a dar
a conocer nuestro producto. Con la eclosión del universo online, las posibilidades de realizar una
buena promoción son muchas, asequibles para cualquier presupuesto y muy distintas en
concepto y filosofía. En la actualidad, a los medios tradicionales (outbound), como pueden ser
vallas publicitarias o anuncios en radio o televisión, debemos sumar estrategias de inbound
marketing. Estas son mucho más amables y menos intrusivas, basadas en contenidos elaborados
y bien argumentados y, sobre todo, con valor añadido para los posibles clientes.
En cualquier caso, es preciso valorar todas las posibilidades y, finalmente, seleccionar cuál es la
mejor forma (normalmente se trata de una combinación de varias) de llegar a nuestro público
objetivo, estudiando aspectos como: edad, población, sexo, necesidades y hábitos.
Plaza: esta ha sido a la que menos importancia se le ha otorgado. Sin embargo, los
consumidores cada vez reclaman más y mejores canales donde recibir los productos. Buena
prueba de ello es el esfuerzo que está haciendo Amazon por reducir el tiempo de los envíos. No
dejar de ser una forma de destacar frente a la competencia.
Pude aprender muchas cosas de los otros grupos, tanto en la comunicación verbal y no verbal.
Pude aprender a como llegar mas al publico y formas de ser mas convincente, también es muy
importante tener bien en claro y conocer al 100% el producto a ofrecer, ya que los consumidores
pueden tener muchas dudas, que por mas mínimas que sean van a influenciar en la decisión de
compra de nuestro publico.
¿Cuáles son los productos por los que votaste y por qué fueron insteresantes para ti? Escribe
dos ejemplos.
Me gusto interesante el cargador móvil para bicicleta ya que es altamente interesante para las
personas que van de viaje en bicicleta, ya que nos permite tener a nuestra disposición una fuente
de energía que puede ser imprescindible en ruta, especialmente, para recargar el GPS y el móvil,
pero también las baterías de la cámara fotográfica, etc. Gracias a la fuente energética de nuestra
musculatura transformada en electricidad por la dinamo de buje mientras vamos pedaleando
en ruta durante el día, nos podemos aprovechar de este excedente energético
Otro producto que me llamo la atención fue el de las infusiones, ya que desde hace milenios
son conocidas las propiedades medicinales de las infusiones. Estas han sido elaboradas tanto
para tratar distintas enfermedades como para prevenirlas, y en la actualidad se consumen en
la gran mayoría de países principalmente por su sabor y aroma, más que por los beneficios
terapéuticos que se les atribuyen. Infusiones reconocidas como el té verde han sido
consumidas desde hace 5 milenios en países asiáticos como China e India. El café, otra infusión
proveniente de Etiopía, se ha convertido durante los últimos siglos en una de las bebidas más
populares del mundo.
– Lo que el cliente esperaría obtener del nuevo producto, cómo, cuándo y a qué precio
(prestaciones, envase, servicios postventa, etc.)
Acerca del producto en sí, lo primero que debemos hacer es elaborar conceptos que hagan
énfasis en lo que se determinó como relevante para los posibles clientes. ¿Un detergente que
quite rápidamente la grasa, sea muy rendidor y cuide las manos, por ejemplo?
Luego volcaremos esto en el diseño de las características y prestaciones, que será sometido al
juicio de un conjunto de potenciales clientes; éstos le compararán con las prestaciones de
productos similares de la competencia, y se analizará también si el concepto de producto que
pensamos producir satisface las quejas y reclamos habituales que no cubren hasta ahora los
competidores.
Llegados a este punto, estamos a las puertas de poder lanzarlo controladamente al mercado.
Pero no a todo el mercado (un país, por ejemplo), sino a una población representativa. Este
“banco de pruebas”, totalmente real, nos permite predecir cuál será la suerte de nuestro
producto en la totalidad del mercado, a la par de corregir aquellas deficiencias que se observen.
Pero probarle de esta manera también conlleva un cierto riesgo: estamos alertando a la
competencia sobre su inminente lanzamiento masivo, y con esto le damos tiempo para
contraatacar las ventajas diferenciales.
Una vez puesto de lleno en el mercado, con el soporte publicitario y promocional previamente
definido, resta instrumentar los mecanismos de control y seguimiento pertinentes para
adecuarlo a cambios e innovaciones a lo largo de su ciclo de vida.