EL COMERCIO SEXUAL

CONCEPTOS GENERALES

" Todas las ciudades y aldeas tienen sus prostitutas. Su presencia desafía los siglos a pesar de
los obstáculos puestos a su oficio. La presencia indefectible de las prostitutas y su
sorprendente número demuestran el éxito general y su papel en la apertura a todos los
niveles sociales, de las barreras de lo privado y lo estricto" (Duby G.1988).

El fenómeno de la prostitución tiene larga data, por tanto cabe preguntarse por qué, como
sociedad, hemos llegado a aceptar como natural (pero a la vez repudiable) que en cualquier
periodo histórico, en cualquier estructura o régimen social, un sector de mujeres deba hacer
intercambio de sexo por dinero, o que algunos hombres tengan a través de su dinero el poder
de pagar por obtener fantasías, placer, goce o compañía. Parece más bien una construcción
social que una ley natural. Para abordar el tema del comercio sexual es preciso conceptualizar
y caracterizar a sus actores.

El comercio sexual es un fenómeno que viene definido como la relación contractual ocurrida
entre un hombre/mujer demandante de un servicio sexual y una mujer u hombre oferente
de dicho servicio (Lastra, 1997). Tal relación se da en un mercado establecido previamente y
en un lugar determinado. Lo que se comercia es el cuerpo, el placer, la fantasía como
mercancía de cambio por un tiempo determinado y con tarifa prefijada o acordada por
ambas partes, en el caso de que sean dos los del contrato, o bien mediante la participación
de terceras personas, como el dueño o la regenta del local. De lo anterior se desprende que
es posible distinguir fundamentalmente tres actores: el cliente la regenta y la prostituta.

Con relación al cliente, se carece de estudios al respecto, pero las propias mujeres establecen
categorías como el ansioso (que busca con urgencia satisfacer su deseo sexual), el cuentero
(que regatea las tarifas pero lo que persigue es la gratuidad del servicio), el especial (aquel
que es "bueno", que la considera como persona), los agresivos o degenerados (aquellos que
por el hecho de pagar sienten el derecho de imponer sus propias conductas desviadas) y el
novedoso (que es aquel joven que busca novedad, experiencia y/o iniciación sexual).

En cuanto a la regenta, está encargada de organizar el comercio sexual. Pueden haber sido
del ambiente o estar vinculadas sólo en la actualidad. Las mujeres las perciben con
admiración o rechazo aunque con frecuencia es lo primero.

Con relación a las prostitutas, estas pueden caracterizarse según el lugar donde practican el
intercambio sexual. Tenemos así:

Los prostíbulos: En muchos de estos lugares se albergan chicas en calidad de asiladas. Ésta
es una modalidad antigua, en la cual se asume la actividad a tiempo completo bajo un estricto
régimen (no pueden salir a menos que la regenta autorice). En su mayoría las asiladas vienen
de regiones pobres. Estos lugares se caracterizan porque las mujeres se ofrecen en las
puertas o en las ventanas, o bien salen a la calle y llevan los clientes al local.
El sauna, conocido actualmente como el prostíbulo moderno. Se supone que allí no hay
expendio de bebidas alcohólicas y que se brinda atención de masaje, sin embargo se sabe
que quien va a uno de estos lugares va abiertamente en búsqueda de contacto sexual.

El top-less son locales pequeños que ofrecen espectáculos de baile de desnudo total o parcial
al compás de la música y compañía para clientes que se dedican a conversar y beber alcohol.
Las acompañantes de este tipo de clientes son las azafatas y las bailarinas.

El cabaret o night club son lugares amplios y con salas bien decoradas. El contacto sexual se
realiza fuera del local.

Las anfitrionas prestan sus servicios de compañía, se contactan mediante avisaje publicitario.
No es un ámbito al que la mujer de nivel socioeconómico bajo acceda.

La calle: En ella trabaja la prostituta. Para ellas la elección del sector y el lugar exacto de
contacto con el cliente es uno de los temas más importantes de resolver, pues debe confluir
el flujo de peatones y vehículos. Pueden pasearse solas o en grupos, fijas en un lugar o
desplazándose. Su permanencia en las calles puede durar 3 a 4 horas a no ser que salgan más
de una vez al día que es poco frecuente. Este segmento por su situación de pobreza y
exclusión es discriminado por las propias mujeres del ambiente y por el público que las
observa. Además son las más desprotegidas y expuestas a toda clase de peligros, dado que
ninguna tiene seguridad ni control sobre el cliente. El comercio sexual callejero es el que
menos se controla sanitariamente y el más fiscalizado por los servicios policiales. Es en estos
casos, frecuente la presencia del proxeneta, rufián o cafiche, quien supuestamente cuida de
la mujer pero más bien abusa de ella y la explota por cuanto se queda con casi la totalidad
de las ganancias.

El privado: se trata de un departamento o casa ubicada en lugar céntrico, donde trabajan

pocas mujeres y la clientela es conocida.

La chopería y el café: las prostitutas atienden los clientes y establecen conversación, y si surge
un acuerdo explícito o tácito de contacto sexual lo realizan fuera del local.

FACTORES ASOCIADOS AL FENOMENO DEL COMERCIO SEXUAL

¿Qué pasa con la mujer que ingresa al ambiente?, indudable que se produce un cambio
insospechado en sus vidas. No se trata de cambiar o comenzar cualquier oficio, se trata de
tomar una actividad completa con todos sus componentes y estigmas. Al ingresar al
ambiente, cada vez se margina más de su entorno social cerrando las posibilidades de
sentirse y percibirse como persona. Se va anidando en ellas el sentimiento de no ser aptas
para vivir socialmente. Se produce una especie de ruptura entre el yo y la sociedad, se
produce una especie de división esquizoide entre el yo dueña de casa y madre y el yo
prostituta, en una especie de lucha entre el bien y el mal; la señalada situación de tensión
disminuye significativamente cuando se trata de replicar la actividad de la propia madre que
ya era del ambiente.

Hay varios enfoques que tratan de explicar el ingreso de la mujer al comercio sexual, algunos
van desde lo económico, basándose en las desigualdades sociales, lo interaccionista, que
señala que es una realidad construida, hasta el enfoque de género que indica que el comercio
sexual no es más que otra expresión de dominación culturalmente construida por el hombre
hacia y sobre la mujer. Al parecer de la autora los tres enfoques anteriores entregan
elementos que permiten aproximarse a una comprensión de los factores asociados.
La pregunta central que se debe responder es por qué una mujer sometida a una situación
de extrema necesidad recurre al comercio sexual como estrategia de sobrevivencia.
Las respuestas que tratan ser exhaustivas pero no exclusivas, se encuentran en el ámbito de
lo familiar, lo comunitario y lo social.

En el ámbito social, tenemos un constructo androcéntrico moderno que valora las conductas
hedonistas del hombre y les pone precio a ellas. En ese contexto, el cuerpo que proporciona
el placer es susceptible de ser tasado entonces como un bien transable en el mercado. De lo
anterior no debe pensarse siquiera que la prostitución es una actividad propia de la sociedad
moderna, sino más bien que en cada época o etapa ha jugado un rol distinto y que en la
actualidad es el que se ha descrito.

En el aspecto comunitario, la prostitución tiene sus nidos más fértiles en los sectores de
mayor pobreza En ellos se conjugan la necesidad extrema de conseguir recursos para la
subsistencia, con las condiciones de hacinamiento y de mala calidad de vida que lo producen.
Se pasa en forma imperceptible, del juego sexual en la infancia, a la caricia inocente en
agradecimiento por el kilo de pan o el traslado gratuito en la locomoción colectiva,
posteriormente se pasa a la definición de las primeras tarifas a cambio de un contacto sexual.
La niña joven y bonita del barrio " baja al plan", porque allá tiene amigos que le ayudan,
situación que se reviste de una especie de complicidad local. Muy ligado al tema de la
pobreza, está el deseo de las mujeres periurbanas y rurales de emigrar a los centros urbanos
en busca de trabajo. La panacea de la ciudad llena de oportunidades se rompe rápidamente
y a cambio le ofrece la posibilidad de asilarse en un prostíbulo y ejercer un oficio en el
ambiente.

En el ámbito de lo familiar, tenemos que la mujer del ambiente, proviene de hogares pobres,
en los cuales la figura paterna ha estado muy ausente y/o la madre ha jugado un rol muy
fuerte y dominante. Su infancia con frecuencia está marcada por una ausencia de relación
materno-infantil, lo que lleva a la aparición de otras figuras de socialización como la abuela
y las tías. Ello le significa en ocasiones asumir funciones de cuidado y crianza con sus
hermanos y/o parientes más pequeños. Esta parentalización temprana, hace que el
constructo androcéntrico " la mujer es para otros y por otros" cobre significancia superlativa
en la adultez donde muchas veces adoptarán conductas maternas hacia sus clientes
especiales.
Siguiendo con el tema familiar, las relaciones al interior del propio núcleo son violentas desde
el punto de vista psicológico, físico y sexual. En otros casos asume características de
explotación en la medida que se le asigna a la niña la obligatoriedad de salir a trabajar y lograr
un pequeño ingreso económico. De ello derivan dos consecuencias asociadas: primero, la
deserción escolar, que trae a su vez aparejada la baja escolaridad y calificación técnica que
les permita posteriormente acceder a trabajos formales bien remunerados; y segundo, se
producen para la niña las primeras oportunidades de contacto sexual y de prostitución
propiamente tal.
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Fuente: Urquieta, Ma. Comercio Sexual en mujeres adultas de la comuna de Valparaíso.

http://www.ubiobio.cl/cps/ponencia/doc/p15.5.htm

PREGUNTAS DE REFLEXION

1. ¿QUÉ ENTIENDES POR COMERCIO SEXUAL?

2. ¿CUÁLES SON SUS CAUSAS?
3. ¿POR QUÉ UNA MUJER SOMETIDA A UNA SITUACIÓN DE EXTREMA NECESIDAD
RECURRE AL COMERCIO SEXUAL COMO ESTRATEGIA DE SOBREVIVENCIA?
4. ¿CUÁLES SON LOS RIESGOS QUE TRAE EN SI EL COMERCIO SEXUAL?
5. ¿ES LO MISMO COMERCIO SEXUAL Y TRATA DE PERSONAS?