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Castellano
Exposición
PRÍNCIPE FELIPE
con la colaboración de
INTRODUCCIÓN 2
ANTES DE LA VISITA
Contenidos de la exposición 3
• Australopitecos
• Australopithecus afarensis
• Australopithecus africanus
• Australopithecus robustus
• Australopithecus boisei
El género Homo
• Homo habilis
• Homo erectus
• Homo sapiens
• Homo sapiens neanderthalensis
• Homo sapiens sapiens
DESPUÉS DE LA VISITA
El recorrido en preguntas 17
Actividades 19
Glosario 23
Hace unos cuatro millones de años, en el este de África, nuestros antepasados más remotos iniciaron el largo
camino hacia la familia humana que actualmente conocemos. La historia de nuestros orígenes está repleta de
misterio, de aventura y de una labor minuciosa de investigación llevada a cabo durante los últimos 150 años
por muchos equipos y personas trabajando a lo largo y ancho del mundo.
“Nuestros Antepasados Perdidos. Missing Links Alive!” es una oportunidad de participar en la exploración
de nuestro pasado. A través de los descubrimientos y de las opiniones de algunos de los más prestigiosos
investigadores del origen de los humanos, podemos participar en la búsqueda de nuestros antepasados. Desde
los más primitivos fabricantes de herramientas, hasta el arte rupestre del hombre de Cromagnon, la evolución
humana ha sido testigo de numerosos imprevistos y sorpresas, muchas de las cuales no se han aclarado todavía.
Hace 100.000 años, los humanos modernos salieron por primera vez de África y, acompañados de una serie de
herramientas y de la comprensión de su entorno, se extendieron por todo el mundo. Esta historia es común a
todos los europeos. Durante décadas se pensaba que los primeros humanos llegaron a Europa hace menos de
700.000 años. Sin embargo, los fósiles encontrados en Atapuerca (Burgos), de 780.000 años de antigüedad, nos
indican que, en la Península Ibérica, ya había poblaciones humanas con anterioridad.
Hoy día podemos mirar atrás y, mediante las técnicas de la ciencia moderna, intentar descifrar las complejidades
de nuestro pasado. En estos tiempos, en los que podemos utilizar el telescopio Hubble para adentrarnos en los
rincones más recónditos del espacio, caminar sobre la superficie lunar o bajar a las profundidades del océano,
esta exposición nos da la posibilidad de explorar el mundo de nuestros antepasados más primitivos.
“Nuestros Antepasados Perdidos. Missing Links Alive!” abarca la apasionante historia de la evolución humana.
La exposición se centra en los yacimientos donde se han encontrado los restos de nuestros antepasados más
antiguos. Queremos que compartas la sensación de los científicos cuando descubren un yacimiento así.
La muestra cuenta con escenas robotizadas que presentan cómo se movían y respiraban diferentes tipos de
homínidos primitivos, y zonas donde se pueden tocar y experimentar algunos de los elementos que ayudaban
a nuestros antepasados a sobrevivir. Hay muchas preguntas acerca de la evolución humana que aún no tienen
respuesta, pero, poco a poco, el marco general está siendo construido mediante la exploración y la investigación.
La Dra. Meave Leakey, paleontóloga, y Kamoya Kimeu, el hombre que más fósiles ha
encontrado en África, explican su trabajo y describen cómo se forman los fósiles y
cómo se buscan.
UN LABORATORIO DE CAMPO
DIORAMAS ANIMADOS
Los australopitecos
Edad aproximada: de cuatro a tres millones de años.
Neandertal
Edad aproximada: de 100.000 a 50.000 años.
Cromagnon
Edad aproximada: de 40.000 a 20.000 años.
PANELES EXPLICATIVOS
A lo largo de la exposición, podemos encontrar un conjunto de paneles explicativos donde se describe cuál ha
sido todo el proceso evolutivo de los homínidos, desde los australopitecos hasta el hombre moderno actual,
cómo vivían, cómo fue su expansión por África y Europa, qué herramientas utilizaban y construían y cuáles eran
sus hábitos alimentarios.
• Australopithecus anamensis
• Australopithecus afarensis
• La vida Neanderthal
• El cráneo y la masticación
• La locomoción humana
MÓDULOS Y VITRINAS
Conjunto de elementos expositivos donde el visitante puede comprobar y reforzar, de manera visual y táctil,
algunos de los contenidos que se desarrollan en los paneles explicativos. Éstos son los siguientes:
• El árbol de la evolución
• Convertirse en bípedo
• Núcleo de sílex
• Comparar herramientas
Junto a estos módulos, por la exposición se encuentran repartidas una serie de vitrinas con todo tipo de restos
fósiles de homínidos, unos originales y otros réplicas, donde se puede ver desde la reproducción del esqueleto
reconstruido de un Australopithecus afarensis, hasta distintos tipos de cráneos de homínidos, herramientas
líticas y muestras artísticas.
Actualmente, se piensa que los humanos, o individuos similares a los humanos, existen en la Tierra desde hace
cinco millones y medio de años. Esta idea tiene su base en el estudio de los fósiles. Los fósiles más primitivos
de seres con aspecto humano se han encontrado en África, lo que nos ha llevado a pensar que en este continente
se encuentra la cuna de la humanidad. Todos los individuos de la familia humana se conocen como homínidos.
Los homínidos primitivos se parecían a nosotros en ciertos aspectos. Caminaban erguidos, y las manos, los pies
y el cuerpo se diferenciaban muy poco de los nuestros. No sabemos cuándo apareció el primer homínido en la
Tierra, ya que los fósiles de éstos son muy escasos.
Al igual que la policía reúne pruebas en el lugar del crimen, los paleontólogos
recogen toda la información posible en una excavación. Los dientes nos informan
de lo que comían nuestros antepasados primitivos, además de la edad a la que
fallecieron. Las herramientas de piedra nos muestran su estilo de vida. Los huesos
de otros animales encontrados junto a los fósiles de homínidos dan pistas sobre
el clima de la zona, mientras que el polen indica el tipo de plantas que existían
entonces.
Los científicos pasan mucho tiempo recomponiendo los esqueletos y los cráneos a partir de diferentes fragmentos.
Se fabrican moldes de los fósiles, a los que se fijan músculos realizados con barro en las zonas óseas con marcas
que indican dónde se encontraban los músculos. Luego, se añade barro a los lugares donde se ubicaban los
depósitos de grasa. Por último, el molde se cubre con una fina capa de barro que representa la piel, a la que
se añaden labios, orejas y nariz. Y tenemos la cabeza de un homínido. Se trata de un trabajo muy complicado
que requiere de complejos conocimientos de anatomía, pero el resultado es, como poco, sorprendente.
Nuestra historia comienza con el australopiteco, el homínido más antiguo conocido hasta ahora. Después,
avanzaremos en el tiempo viendo las diferentes especies de Homo, sus formas de vida, alimentación y relación
con el medio que le rodea, hasta llegar al Homo sapiens sapiens, el hombre moderno actual, ¡nosotros mismos!
AUSTRALOPITECUS
El homínido conocido más primitivo es el Australopithecus. Vivió en África hace entre 4.400.000 y 1.000.000
de años. Era pequeño, con una estatura de 1,2 a 1,5 metros, y un peso de 17 a 50 kilogramos; aproximadamente,
como un niño de 7 a 12 años de hoy en día. Los machos eran más corpulentos que las hembras.
Las huellas de pie fosilizadas que se encontraron de australopitecos en Tanzania muestran que estos homínidos
caminaban erguidos como nosotros. Principalmente, eran nómadas y se trasladaban constantemente en busca
de comida. Lo más probable es que compartiesen los alimentos. Sabemos que los grupos familiares vivían juntos
en campamentos provisionales, ya que se han encontrado fósiles de familias enteras.
El polen que hay junto a estos homínidos indica que vivían en bosques de enebros y
olivos. Subían a los árboles para alimentarse y dormir, aunque también se adentraban
en la sabana y se acercaban a las orillas de los ríos y lagos en busca de comida.
AUSTRALOPITHECUS AFARENSIS
Se ha encontrado un rastro de 20 metros de longitud de huellas fosilizadas que dejó un grupo de Australopithecus
afarensis, hace unos 3.700.000 años, al andar sobre ceniza volcánica húmeda. Este hallazgo informa de aspectos
importantes que no se pueden deducir de los huesos fósiles: el movimiento. Es el ejemplo fosilizado más antiguo
del comportamiento de un homínido primitivo.
No existen pruebas de que el Australopithecus afarensis fabricara ni utilizara herramientas, aunque, como todos
los homínidos primitivos, seguramente usaba palos y huesos para cavar en busca de tubérculos.
AUSTRALOPITHECUS AFRICANUS
El Australopithecus africanus prosperó como especie adaptándose muy bien al entorno. Se extendió por una
zona muy amplia y perduró durante más de un millón de años. Los científicos no se ponen de acuerdo sobre si
el Australopithecus africanus fue o no un antepasado directo de los humanos modernos.
AUSTRALOPITHECUS ROBUSTUS
En muchos sentidos, el Australopithecus robustus tenía un parentesco muy cercano con el Australopithecus
africanus, aunque resaltan algunas diferencias importantes. Por ejemplo, sus huesos eran mucho más gruesos;
la cabeza era diferente, con una mandíbula bastante grande y un reborde superciliar muy pronunciado. Poseía
una cresta en la parte superior del cráneo y pómulos muy anchos, donde se piensa que iban fijados los fuertes
músculos necesarios para hacer funcionar su enorme mandíbula y los grandes dientes.
El Australopithecus robustus desapareció hace, aproximadamente, un millón y medio de años, pero, al igual
que de los otros australopitecos, no sabemos exactamente las razones.
AUSTRALOPITHECUS BOISEI
El primer cráneo de Australopithecus boisei se encontró fragmentado en más de 400 trozos, incluidos los 16
dientes superiores. Quienes lo encontraron le dieron el nombre de Querido Niño, pero la prensa lo bautizó como
El Hombre Cascanueces, debido a sus enormes dientes, algunos de los cuales eran cuatro veces más grandes
que los del humano moderno. Al principio, se creía que podía pertenecer a una especie gigante, pero, a pesar
de tener la cabeza muy grande, el Australopithecus boisei era del mismo tamaño que el Australopithecus
robustus.
EL GÉNERO HOMO
En algún momento, hace entre dos millones y medio y dos millones de años, un grupo de homínidos desarrolló
la técnica para fabricar herramientas a partir de piedras. Con estas herramientas simples, los homínidos podían
recolectar y preparar sus alimentos vegetales de forma más eficaz. Eran capaces, asimismo, de despellejar y
cortar grandes trozos de carne de cadáveres de animales. El incremento de la inteligencia trajo consigo la
capacidad de fabricar y utilizar herramientas, características que marcan la gran diferencia entre estos homínidos
y los australopitecos. Los científicos clasifican en otro género a estos homínidos fabricantes de herramientas:
el género Homo.
Los miembros del género Homo son los únicos animales que alteran objetos naturales para un uso concreto y
que fabrican herramientas con la misma forma o que siguen el mismo patrón. Además, son los únicos que utilizan
una herramienta para fabricar otra. No hay otro animal cuya supervivencia dependa, precisamente, de esta
habilidad.
Aunque el Homo sapiens primitivo tenía cosas en común con los australopitecos más pequeños, también mostraba
bastantes diferencias. La más importante era el mayor volumen cerebral. El cráneo más pequeño de Homo tenía
una capacidad de 750 centímetros cúbicos. El cerebro más grande de australopiteco no pasaba de 624 centímetros
cúbicos. Con el aumento del cerebro del Homo, el cráneo se volvió más fino y redondeado. El reborde óseo
encima de las cejas de las especies más primitivas continuaba siendo pronunciado, pero la frente y las mandíbulas
se aplanaron. Además, las mandíbulas se ensancharon, dejando sitio para los grandes músculos de la lengua,
lo que favorecía el desarrollo del lenguaje.
Al principio, las herramientas eran muy rudimentarias: piedras afiladas o lascas. Se obtenían de rocas volcánicas
más grandes que se usaban para cortar plantas o despedazar carne. Los materiales para su fabricación a veces
se llevaban hasta el lugar de la cacería y se preparaban allí mismo.
Con el aumento del volumen cerebral del Homo, los fabricantes se hicieron cada vez más diestros. Las
herramientas líticas eran más complejas y de mayor variedad.
Estas réplicas las ha realizado Dodi Ben Ami, en Israel. Ha aprendido, tras varios años de práctica y de formación,
a fabricarlas de la misma manera que lo hacían nuestros ancestros hace millones de años. Muchas personas han
intentado aprender las técnicas, pero han abandonado después de comprobar su dificultad. De todas formas,
tuvieron que pasar millones de años para que a nuestros antepasados se les ocurriera fabricar una herramienta.
Las especies más primitivas de Homo vivían en África, normalmente en las orillas de enormes lagos o en las
proximidades de ríos y arroyos. Formaban comunidades muy unidas, para protegerse y cazar, pero seguían
siendo nómadas. Más tarde, establecieron campamentos base y descubrieron el fuego. Empezaron a vivir en
refugios; bien construidos por ellos, bien naturales, como cuevas. Hace unos dos millones de años, algunas de
las especies de Homo empezaron a abandonar África y se trasladaron a Oriente Próximo y Asia. Posteriormente,
otro grupo se trasladó a Europa y, al final, colonizaron el resto del mundo.
HOMO HABILIS
La especie más antigua de Homo es el Homo habilis, que quiere decir “hombre
hábil”. Puede que esta especie fuera la primera en fabricar herramientas
líticas. Vivió hace entre dos millones y medio y un millón y medio de años,
junto con el Austrolopithecus robustus y el Australopithecus boisei, y quizás
durante un periodo, con el Australopithecus africanus. Se han encontrado
fósiles de Homo habilis en África del Sur, Tanzania, Kenia y Etiopía. Este
“hombre hábil” estaba más desarrollado física y mentalmente que los
australopitecos más pequeños. Si es cierto que el Homo habilis fabricó las
primeras herramientas líticas, también es cierto que no había sido capaz de
matar un animal grande, como el elefante o el rinoceronte. Es posible que
cazara y despedazara animales débiles o ya muertos, dado que algunos huesos encontrados muestran marcas
de cortes. Después de existir junto con los australopitecos durante cerca de un millón de años, el Homo habilis
desapareció hace alrededor de 1.600.000 años, justo después de la aparición de un homínido de cerebro grande:
el Homo erectus.
HOMO ERECTUS
El Homo erectus apareció hace unos dos millones de años y existió hasta hace 250.000 años. Durante este
periodo, cambió considerablemente tanto en apariencia como en estilo de vida. Según todos los indicios, el
Homo erectus surgió por primera vez en África, donde coexistió con el Australopithecus robustus y el
Australopithecus boisei durante varios miles de años. Los primeros fósiles de Homo erectus se hallaron en Java
(Asia).
Los fósiles africanos de Homo erectus son más completos y, además, más antiguos que los de Asia. El más famoso
corresponde al esqueleto casi entero de un muchacho de 12 años, el Niño de Turkana, descubierto cerca del
lago Turkana, en Kenia. Es uno de los hallazgos de homínidos más importantes. El fósil del Niño de Turkana
tiene 1.600.000 años, y muestra la estatura y apariencia de los homínidos. Este Homo erectus, al que más tarde
se dio la clasificación de Homo ergaster, era mucho más alto de lo que se podía esperar. Medía aproximadamente
1 metro 60 centímetros, pero si hubiera llegado a adulto, habría alcanzado 1 metro 80 centímetros.
A pesar de su estatura, el cerebro del Homo ergaster era todavía pequeño y los huesos del cráneo gruesos.
Tenía una frente corta y oblicua donde la cresta ósea sobresalía por encima de los ojos.
El Homo erectus se extendió por una zona tan amplia que vivió en casi todos los ambientes de África, Europa
y Asia. Parece que el Homo erectus ocupaba los campamentos durante periodos más largos que el Homo habilis,
y llegó a construir refugios rudimentarios a partir de ramas jóvenes que se sujetaban en el centro mediante
postes. Cada choza tenía un lugar excavado en el suelo para cocinar. Los científicos creen que todos los Homo
erectus cocinaban su comida, lo que podría explicar el hecho de que se redujera el tamaño de los dientes.
La estatura del Niño de Turkana demuestra que la comida era abundante y que tenía una dieta equilibrada.
Había muchos alimentos y eran fáciles de encontrar. Las herramientas líticas nos revelan que el Homo erectus
vestía con pieles y que era un cazador consumado. Sus herramientas estaban hechas con destreza y eran muy
variadas: yunques, cuchillas, cinceles, percutores, tajaderas, picos y raspadores.
Puedes ver estas herramientas en el módulo “Comparar herramientas”, donde se encuentra expuesto uno de
los mejores inventos del Homo erectus: el hacha de mano.
El Homo erectus prosperó durante más de un millón de años. La mayoría de los científicos creen que estos
homínidos fueron los antepasados directos del Homo sapiens. Los últimos Homo erectus, de hace 300.000 a
250.000 años, se parecían mucho al Homo sapiens.
HOMO SAPIENS
Puedes contemplar a un
grupo de cromagnones en
la escena robotizada nº 4.
Una de las aportaciones más importantes del cromagnon fueron sus magníficas creaciones artísticas. Su arte
más famoso son los preciosos dibujos pintados en las paredes de cuevas en España y Francia. Estos dibujos
representan a los animales salvajes que existían entonces y que ahora han desaparecido, como el rinoceronte
lanoso, el mamut, el alce gigante, el uro, el bisonte y un tipo de caballo salvaje, entre otros. A veces, reproducían
la sensación de correr, ya que el artista utilizaba la técnica de animación de dibujos repetidos, para mostrar
la imagen en movimiento. Muchas veces las pinturas se hacían en el fondo de las cuevas, en lugares de difícil
acceso. Se han encontrado estarcidos de manos infantiles, lo que demuestra que se permitía el acceso a los
niños junto a los adultos.
Aunque los cromagnon vivían en una gran variedad de refugios, el hallazgo más
interesante hasta la fecha es el de una choza construida con huesos de mamut.
Las paredes se formaban colocando cráneos, mandíbulas y tibias en un círculo,
y apilando otros huesos encima. Los arcos del techo eran de costillas o de
colmillos. Después se cubría todo con pieles de mamut.
El centro de la evolución humana se trasladó de Europa a Oriente Próximo, donde el hombre aprendió a
domesticar a los animales y a plantar cosechas, abandonando su vida nómada y estableciéndose en poblados
permanentes. Pero esa realidad corresponde a una historia completamente diferente...
Pregunta 1:
Pregunta 2:
Pregunta 3:
Pregunta 4:
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Pregunta 6:
Pregunta 7:
Pregunta 8:
Pregunta 9:
Pregunta 10:
Pregunta 11:
Pregunta 12:
Pregunta 13:
Pregunta 14:
Pregunta 15:
Pregunta 16:
Pregunta 17:
Neandertal Cromagnon
Arco supraciliar
Capacidad craneal
Altura
Potencia muscular
Herramientas
Vida social
Vida en cuevas
Dominan el fuego
2. Homínidos.
Señala los lugares donde vivieron estos homínidos:
3. Mandíbulas.
Fíjate en estas mandíbulas, su forma y tamaño de los dientes, y averigua el tipo de alimentación que tienen
estos animales.
GORILA CABALLO
Mandíbula: Mandíbula:
LEÓN HUMANO
Mandíbula: Mandíbula:
4. Como habrás podido comprobar en la exposición, la evolución de la capacidad craneal de los diferentes
homínidos ha sido gradual a lo largo de su historia. Pero, ¿cuándo se produjo realmente el mayor aumento
de la capacidad craneal que dio paso al desarrollo del hombre actual? Fíjate en esta tabla y en el aumento
de la capacidad craneal de estos individuos. Puedes superponer los cráneos tomando como referencia el eje
señalado en los dibujos. ¿Qué conclusiones extraes?
Cromagnon
5. Completa el cuadro con algunas características que consideres importantes de la cultura de cada grupo
de homínido.
· Utilizaba guijarros.
· No conocía el fuego.
· Utilizaba herramientas
Cultura naturales: piedras, ramas,
etc., para conseguir
alimento.
· Vegetarianos y fructívoros.
1. BASURA
Los restos de basura nos indican los hábitos alimenticios y de vida de sus habitantes, por eso te proponemos
que imagines que eres un arqueólogo espacial. Vives en el año 250.000, cuando el hombre ya ha conquistado
otros planetas, y desconoce lo que ocurrió en la Tierra en el año 2003. En tu excavación, has encontrado
un yacimiento repleto de objetos y restos fosilizados de lo que parecen alimentos. Describe cómo podría
haber sido nuestra sociedad a partir de esos objetos que diariamente depositamos en la basura.
2. RECONSTRUYE
Lo primero, y siempre supervisado por un adulto, rompe la hucha de barro, procurando que los pedazos no
sean muy pequeños.
Llena el macetero de arena e introduce algunos fragmentos de la hucha entre la arena. Pide al adulto que
esté contigo que remueva la arena con los fragmentos para que éstos se entremezclen. De esta manera,
será un poco más difícil la posterior ordenación y reconstrucción.
Una vez realizado, comienza a buscar –¡eso sí, poniéndote antes los guantes!- los fragmentos de barro, y
conforme los vayas extrayendo, ve limpiándolos de arena y numerándolos para que, una vez extraídos todos,
comiences a reconstruir esa pieza pegando los trozos con el pegamento.
De forma sencilla y amena, podrás comprender cuál es el trabajo de campo de un arqueólogo en una
excavación.
Arqueología: ciencia que estudia a los individuos y los lugares del pasado a través de los objetos que se
conservan.
Ecología: ciencia que estudia la relación entre los seres vivos y su entorno.
Géneros: los grupos en los que se dividen las familias de animales o plantas.
Homínidos: grupo de primates que incluye a los monos antropomorfos (monos de aspecto humano) y a los
humanos. Son bípedos, con pulgares de las manos oponibles para agarrar objetos y con grandes cráneos.
Lezna: herramienta puntiaguda utilizada para agujerear madera, pieles de animales, etcétera.
Paleontología: ciencia que estudia los fósiles con el objetivo de reconstruir sus formas de vida.
Potasio-Argón: un método para datar la edad de las rocas. Los átomos de potasio se desintegran a lo largo del
tiempo en un gas que se llama argón. La cantidad de argón en una roca volcánica es una medida del tiempo
pasado desde la erupción volcánica. Este método es muy útil para medir la edad de rocas con una antigüedad
de varios millones de años, como las rocas volcánicas.
Tajadera: cuchilla, a modo de media luna, con que se corta o raspa algo.
Yunque: bloque de hierro sobre el que el herrero golpea los metales para darles forma.