Sei sulla pagina 1di 630

Universidad de Valladolid

La asistencia a los enfermos en Castilla


en la Baja Edad Media

Magdalena Santo Tomás Pérez

Tesis de Doctorado

Facultad de Filosofía y Letras

Directora: Dr. Dña Mª Isabel del Val Valdivieso

2002
UNIVERSIDAD DE VALLADOLID
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
DEPARTAMENTO DE HISTORIA MEDIEVAL

LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS EN


CASTILLA EN LA BAJA EDAD MEDIA

Tesis Doctoral de
Magdalena Santo Tomás Pérez

Dirigida por la Dra.


Dña Mª Isabel del Val Valdivieso

Valladolid Abril 2002


INDICE
La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

INDICE

PAG

I.-INTRODUCCIÓN.................................................................................. 5

♦ Fuentes y Metodología................................................................ 10
♦ Fuentes documentales inéditas..................................................... 11
♦ Fuentes publicadas....................................................................... 16
♦ Fuentes iconográficas .................................................................. 18
♦ Metodología ................................................................................ 19

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA ..................................... 23

♦ Hacia una Historia de la Sanidad ................................................ 30

III .- LA SALUD–ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA...... 41

III1 .- Planteamiento Religioso........................................................ 49

♦ La naturaleza humana desde la visión teológica medieval.... 63

III2 .- Planteamiento Médico. ......................................................... 70

♦ El saber médico griego.......................................................... 71


! El conocimiento anatomo-fisiológico.............................. 76
! El conocimiento embriológico......................................... 85
! La dinámica de la naturaleza humana.............................. 88
! La patología..................................................................... 98
! La sistematización de Galeno......................................... 106

♦ El saber médico en la Edad Media........................................ 114


! Proceso de arabización................................................... 122
! Del empirismo a la ciencia médica................................ 129

III3 .- La medicina en la Peninsula Ibérica


a finales de la Edad Media.................................................. 141

♦ A modo de síntesis................................................................ 150

INDICE
La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

1V.- FUENTES ICONOGRÁFICAS

IV1- La Iconografía como fuente para


la investigación histórica....................................................... 154

IV2.- La Iconografía como método ................................................. 158

IV3.-La Iconografía y la investigación de los cuidados.................. 161

IV3A) Representación iconográfica de los enfermos,


la enfermedad y su curación. ................................... 165

IV3B) Representación iconográfica de los cuidados ........... 209

IV3B1.- Los cuidados durante el embarazo y el parto.... 212


IV3B2.- La asistencia a los enfermos....................... 285

IV3C) Representación iconográfica de la actividad


médica y quirúrgica.................................................. 371

IV4.-Conclusión................................................................................. 400

V.- FUENTES ESCRITAS PARA EL CONOCIMIENTO


DE LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS.................................... 407

V1.- Algunas fuentes escritas para el estudio de la asistencia a


los enfermos en sus casas .......................................................... 409

V2.- Fuentes escritas para el estudio de la asistencia a los


enfermos en centros hospitalarios............................................ 413

V3.- La asistencia a los enfermos en el hospital de


San Antolín de Palencia............................................................. 428

! Dependencias....................................................................... 431
! Personal............................................................................... 433
! Salarios................................................................................ 477

♦ Conclusión.............................................................................. 480

INDICE
La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

V4.- La asistencia a los enfermos en el hospital de pobres


de Santa María Magdalena de Cuéllar (Segovia)..................... 489

♦ Conclusión........................................................................... 509

V5.- La asistencia a los enfermos en el Hospital de la


Piedad de Medina del Campo.................................................... 511

♦ Conclusión.......................................................................... 518

V6.-Conclusiones del capítulo y otros datos que


completan la visión de la asistencia........................................... 521

VI.- CONCLUSIONES............................................................................. 537

VII.- APÉNDICE DOCUMENTAL......................................................... 552

VIII.- BIBLIOGRAFÍA............................................................................ 581

INDICE
La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

I.- INTRODUCCIÓN

Argumentar que la enfermedad y la muerte son tan antiguas


como la humanidad y que ambas situaciones han sido objeto de
preocupación y estudio para los hombres y mujeres de las
sociedades que nos han precedido, es cuando menos obvio; de
hecho es un tema que ha sido estudiado y analizado desde distintas
disciplinas: Medicina, Filosofía, Teología..., no se trata por tanto de
centrar este estudio en algo que ya ha sido investigado desde
diferentes planteamientos, sino de tratar de ver cómo a esos
enfermos, fuesen hombres o mujeres, niños o viejos, se les atendía
cuando estaban enfermos, mucho o poco, con una enfermedad
“leve” o con una “grave” que los acercaba al desenlace final; pero
no solo de ver cómo, sino de entender quién o quienes y dónde.

Sé que es un tema ambicioso y difícil y lo se porque para el


periodo en el que quiero centrar esta investigación, la Baja Edad
Media, he podido comprobar que no abundan, o yo al menos no las
he encontrado, fuentes directas que proporcionen una información
precisa y concisa de estas cuestiones. Ello hace que la búsqueda de
datos sea dispersa y larga y la mayoría de las veces infructuosa, pero
poco a poco, al ir acercándome a distinto tipo de fuentes, tanto
documentales como iconográficas e ir cotejando datos, me ha
permitido ir planteándome una hipótesis acerca de estas cuestiones;
unas opiniones, que en forma de hipótesis son las que trataré de
demostrar a lo largo de este trabajo.
Aunque algunos de los planteamientos de partida, como los
conocimientos médicos acerca de las enfermedades y la
consideración social hacia los enfermos, pueden ser extrapolables a
ámbitos muy variados, este estudio se centra en Castilla y en la Baja
Edad Media.

I.- INTRODUCCIÓN 5
La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

A pesar de que el ámbito geográfico sigue siendo extenso, no


es eso, a mi modo de ver, lo que marcaría diferencias en el terreno
en el que intento moverme, las diferencias vendrían más bien
plasmadas por la situación social del propio enfermo/a, que incidiría
como veremos, en tener más o menos comodidades, más personas
que les cuidasen, más atención médica y espiritual y más recursos
económicos para acceder a una mejor alimentación y a una más
amplia farmacopea. Aparte de estas cuestiones, que en algunos
casos pueden ser decisivas o cuando menos importantes para la
comodidad del enfermo/a o para disminuir sus preocupaciones, el
nivel teórico del conocimiento de las enfermedades, los
conocimientos técnicos y los recursos materiales y humanos puestos
a disposición de los enfermos, no parecen variar demasiado. Desde
luego, desde el punto de vista religioso - moral, la concepción de la
enfermedad como algo “así dispuesto por Dios”, que debe de ser
aceptado por los creyentes con resignación cristiana e incluso con
una cierta dosis de alegría, ya que en sí misma es una prueba a la
que se somete a los hombres y que en caso de ser superada abre de
par en par las puertas de la gloria, abarca a todos y cada uno de los
hombres y mujeres; bien es verdad que aún en esto, que es un
planteamiento doctrinal y por tanto general, parece que existían
mecanismos al alcance de los poderosos que ayudaban a que esas
puertas se abriesen con más facilidad y permaneciesen así
dispuestas en situación de esperar el alma de la persona que más
contribuía con sus bienes a mejorar los de la Iglesia o a contribuir a
que otros se salvasen, para lo cual se dejaba constancia escrita en los
testamentos.
Es por todas estas cuestiones, un tema lleno de dificultades,
que sin duda requerirá de esfuerzo, concentración e incluso a veces
muchos ánimos, para ir poco a poco salvando las cuestiones que
podrían llegar a parecer insalvables, pero que estoy segura de que
contaré con la ayuda necesaria, en el momento oportuno, para seguir
adelante y poco a poco ir contrastando las hipótesis planteadas.

I.- INTRODUCCIÓN 6
La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Y es que hasta ahora este tema no ha sido motivo de atención


para los investigadores. Los historiadores, han realizado
investigaciones muy importantes acerca de diferentes hospitales de
la corona de Castilla, y también de otros ámbitos geográficos, pero
centrados principalmente en el estudio de esas instituciones como
elementos de poder feudal y señorial, analizando por ello sus
posesiones territoriales, agrícolas, ganaderas, su estructura y su
funcionamiento y en definitiva su economía, no centrándose en la
manera en que en ellos se atendía a los protagonistas de su
existencia, los enfermos. También ha sido motivo de atención de los
medievalistas y especialistas de la época Moderna el estudio de la
muerte y de los ritos que acompañan a este episodio de la vida, pero
creo no equivocarme al decir que el periodo de la enfermedad, la
forma de ser vivida por el enfermo y sus allegados, los recursos
humanos y materiales a los que las gentes tenían acceso en
situaciones en las que la salud, y por lo tanto la forma de vida
habitual se quebraban, no ha despertado un especial interés en los
historiadores.

Tampoco los historiadores de la Medicina han dedicado su


atención a conocer aspectos concretos de la situación en que se
encontraban los enfermos en las instituciones hospitalarias, ni a
saber si las prescripciones que realizaban para aquellos enfermos
que debían de seguir un tratamiento médico en sus casas era
administrado adecuadamente y por quién y cómo; las
investigaciones médicas se han centrado de forma preferente en el
estudio de las enfermedades, en comprender los planteamientos de
la Medicina medieval y sus relaciones con la Medicina griega y
árabe, en la vida de algunos médicos destacados y en algún caso
aislado en conocer los hospitales que había en una ciudad concreta
para hablar de la red asistencial de una época dada.
Si nos permitimos la libertad de pensar en lo que hoy nos
sucede cuando en nuestros hogares o en nuestra familia más
allegada se produce una situación de enfermedad, apreciamos que

I.- INTRODUCCIÓN 7
La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

en muchos de los casos ello rompe la dinámica de nuestras vidas,


altera la marcha de todos los aspectos de ella, no solo los del propio
enfermo, en ocasiones, dependiendo de quien sea la persona
enferma y de su papel en el núcleo familiar, desbarata proyectos y
cambia radicalmente el futuro de toda la familia.
Si esto es así ahora, ¿por qué no pensar que en otras épocas
fue similar? Salvando las distancias y a pesar de los distintos tipos
de vida entre hoy y ayer parece bastante plausible pensar que
también hace 500 o 600 años la enfermedad y lo que lleva
aparejado, dejase su huella en las familias y parece por tanto que
puede resultar importante estudiar esas situaciones que acontecen a
todos, pobres y ricos y en todas las épocas, para conocer más y
mejor cuales eran los comportamientos sociales en esas situaciones.
Lo que hoy si nos parece más difícil de entender es el escaso
interés que parece que despertaban los enfermos para los sectores
de poder y nos cuesta comprender cómo solamente la caridad y
hospitalidad como virtudes cristianas eran los elementos
desencadenantes de la ayuda a los enfermos.
Por todo ello, este aspecto de la vida medieval que afecta tan
directamente a hombres, mujeres y niños y en ocasiones al conjunto
de la sociedad, como es el caso de las epidemias, merece, en mi
opinión, un estudio que intente desvelar algunas de estas cuestiones
y de ahí que mis dudas al iniciar este estudio se centren en
responder a las preguntas:
! ¿Qué idea existía en la sociedad castellana de la Baja Edad
Media acerca de la salud y las enfermedades?

! ¿Qué hacía una persona ante la enfermedad?


! ¿Eran atendidos todos los enfermos en los hospitales o
había diferencias en función de diversos criterios, y en ese
caso de cuáles?

I.- INTRODUCCIÓN 8
La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

! ¿Cómo eran atendidos los enfermos en Castilla en la Baja


Edad Media?

! ¿Quién los cuidaba?


! ¿Es cierta la idea de que solo los hombres eran cuidados
por hombres y las mujeres solamente cuidaban a mujeres?

! ¿Había diferencias entre la forma de asistir a los hombres


y a las mujeres?
! ¿Dónde eran asistidos en sus enfermedades?

! La higiene, ¿se tenía en cuenta en el cuidado de los


enfermos, o por el contrario esa imagen de suciedad y
despreocupación por la limpieza es cierta?
! Y, los responsables sociales, reyes, nobles, Iglesia,
Concejos..., ¿qué papel desempeñan en la asistencia a los
enfermos?

Como puede apreciarse son numerosas las preguntas que me


gustaría responder y no se si seré capaz de encontrar soluciones a
tantos interrogantes, pero en mi ánimo al iniciar esta investigación
está el poder contestarme a algunas de ellas, si no a todas y en ese
caso allanar el camino a futuros investigadores interesados en
abordar estos temas.

El camino recorrido para realizar este estudio ha sido largo,


más de lo que hubiese querido, y no exento de dificultades, y
también de retos que solo el tesón y las ganas de encontrar

I.- INTRODUCCIÓN 9
La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

1
respuestas han hecho que los momentos difíciles y de “depresión”
los pudiese superar para seguir adelante.

Una vez que tuve claro las preguntas que debía responder, me
planteé hacia dónde debía encaminar mis pasos, cómo llegar a
encontrar las respuestas, es decir, me estaba situando ante lo que
cualquier investigador debe de resolver con claridad para que su
proyecto encuentre la luz: LAS FUENTES Y LA
METODOLOGÍA.

Localizar fuentes que contuviesen los aspectos que yo quería


estudiar fue más difícil de lo que había imaginado y para hacerme
una idea de por donde me tenía que mover, lo primero que hice fue
revisar los catálogos del Registro General del Sello del Archivo
General de Simancas. Después de haber revisado los 16 volúmenes
comprobé que había alguna noticia acerca de profesionales de la
salud, de algún médico y algún barbero, que hacía alusión a su
actividad; también se recogen datos sobre el tribunal del
Protomedicato (el tribunal examinador de los profesionales de la
salud) y un litigio con una mujer –una partera-, que habiendo
asistido un parto y habiéndose producido una serie de
complicaciones que habían acabado con la muerte de la parturienta,
la familia de ésta, había demandado a la partera y lo que aparece
recogido en Simancas es la documentación referente al pleito, que
una vez revisada aportaba escasos datos para lo que yo intentaba
conocer, aunque evidentemente interesante desde otros puntos de
vista.
Revisada esta documentación inicial, simultaneé mi visita a
diferentes archivos con la lectura de bibliografía para conocer lo que
del tema en cuestión se había escrito hasta entonces.

1
Y los ánimos constantes de la directora de esta T esis, la profesora Dª Mª Isabel del Val
Valdivieso.

I.- INTRODUCCIÓN 10
La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Para acceder a las FUENTES DOCUMENTALES


INÉDITAS, los archivos que visité fueron los siguientes:

# Archivo General de Simancas (Valladolid),


Revisé principalmente la documentación del fondo de
hospitales y la ya mencionada del Registro general de Sello.
Del fondo del Patronato Eclesiástico resultaron especialmente
interesantes dos documentos.
Uno, referido a un litigio entre la Iglesia y el Concejo de
Madrigal de las Altas Torres (Avila), sobre la administración del
hospital de Nuestra Señora de la Concepción de Madrigal. A pesar
del interés del documento, su fecha es de 1615 y se aleja en el
tiempo del periodo de estudio en que está centrada esta tesis.
El segundo, de las mismas características y prácticamente de
igual época (1604), es un requerimiento efectuado en Valladolid por
un pleito entre el fiscal del Consejo Real y el doctor Pedro Iñiguez,
presentado por el rey a la “abadía del hospital Real de Nájera” y el
Prior y cofrades del dicho hospital, sobre el desembargo de los
frutos que le mantienen. Su interés se evidencia porque pone de
manifiesto la existencia en Nájera de un hospital, al parecer desde
la Baja Edad Media, dedicado solamente a atender a mujeres. La
documentación sin embargo, aunque proporciona datos abundantes
ya que se trata de un interrogatorio al que se somete a los testigos de
ambas partes, y por tanto las respuestas dan luz acerca de los
acontecimientos que se suceden en la villa y en el hospital, al igual
que en el caso anterior se aparta al menos en un siglo de la época
elegida para este estudio.

I.- INTRODUCCIÓN 11
La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

En este archivo también pude revisar los 16 volúmenes


publicados del Registro General del Sello.

# Archivo de la Real Chancillería de Valladolid.


Como había podido comprobar que, a veces, los pleitos entre
instituciones o entre personas, aportaban información que podía ser
útil para el tema de estudio, revisé en este archivo la documentación
existente de finales de la Edad Media y comienzos del siglo XVI, el
Catálogo de Ejecutorias y los fondos catalogados que figuran
informatizados; una documentación escasa para esta época que nos
ocupa, y no encontré en ella nada que diese luz sobre este tema.

# Archivo de El Monasterio de El Escorial


De la sección de Manuscritos Castellanos, tuve ocasión de
estudiar un documento que recogía un inventario de los bienes del
hospital del Rey de Burgos con motivo de una visita “de
inspección” que hizo al Monasterio de las Huelgas de Burgos y al
hospital, el prior de la iglesia de Osma, nombrado visitador por los
2
reyes Católicos en 1500 .
Este documento aporta una interesante información acerca del
hospital, de sus instalaciones, de sus posesiones, de las mujeres que
trabajaban como freiras cuidando a las enfermas, y sobre todo de los
gastos que tenía el hospital: en qué gastaba su dinero, qué era lo que
se gastaba en dar de comer a los enfermos, y cuales eran los
alimentos que se consumían en la institución. Esta información me
fue de la máxima utilidad para conocer aspectos muy significativos
2
El documento contiene las respuestas a una serie de preguntas que el visitador va realizando a
todos los entrevistados, principalmente mujeres, y permite conocer bastantes aspectos del
funcionamiento de este hospital.

I.- INTRODUCCIÓN 12
La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

de los cuidados a los enfermos, y consecuentemente para descifrar


algunas de las incógnitas planteadas, y poder así ir contrastando las
hipótesis iniciales de esta investigación.
Como en los casos anteriores, el fondo de hospitales contiene
documentos muy interesantes, por ejemplo del hospital de los
Cartujos en el Monasterio de Guadalupe, pero se refieren a épocas
posteriores.
En este archivo, intenté la posibilidad de acceder al
3
Manuscrito de Las Cantigas , pero las dificultades eran tales que
desistí.
También de época posterior a la de esta investigación, del año
1560, es un documento muy interesante para el estudio de la
4
evolución de los hospitales en España ; se trata de un discurso sobre
los pobres y los hospitales que contiene un interesante reglamento
para evitar la mendicidad pública y distinguir a los pobres
verdaderos de los falsos, sobre la base de que cada pueblo y cada
ciudad se encargue del sustento de sus pobres, sea por caridad, por
necesidad, o imponiendo un tributo proporcionado por las
autoridades.
Referente a los hospitales, se dice en este documento, que los
hospitales Generales son un buen medio para el remedio de los
pobres, “si la república en común se encargaba de su sustento”.
Parece evidente que al gobierno de Felipe II le preocupaban en gran
medida los pobres, más que nada por lo que de gasto suponían para
las arcas del reino.

3
T engo que decir que no es fácil acceder a algunos documentos y por supuesto imposible
fotografiarlos, me refiero concretamente a la obra de Alfonso X Las Cantigas y por ello, las
imágenes que presento corresponden a una obra ya publicada.
4
A. Monasterio de El Escorial: Manuscrito L.-I-12, fº, 196 -199

I.- INTRODUCCIÓN 13
La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

# Archivo Histórico Provincial de Valladolid


Existe en este archivo documentación sobre hospitales, tanto
de Valladolid como de la provincia, y algunos documentos me han
sido especialmente útiles para conocer detalles, acerca del
emplazamiento dentro del casco urbano, de algún lugar concreto que
permitía identificar el emplazamiento de un determinado hospital.

Sin embargo, vuelve a pasar lo mismo que en el caso anterior,


es la época Moderna la que acapara la mayoría de los documentos,
concretamente en este archivo es el hospital de Simón Ruiz de
Medina del Campo el protagonista de la documentación.

# Archivo Municipal de Valladolid

A pesar de la amabilidad y disposición del personal de este


archivo, no fue posible encontrar documentación en la que se
hiciese alusión al tema tan puntual de cómo eran asistidos los
enfermos. No obstante, tengo que comentar que la abundante
documentación del Hospital de Santa María de Esgueva de
Valladolid, que no solo en este archivo, también en otros existe, no
5
fue revisada .

# Archivo Diocesano de Valladolid


Este archivo, dispondrá seguramente de documentos sobre
hospitales medievales vallisoletanos y quizás también de otros
lugares, pero resulta bastante difícil, por no decir imposible, acceder

5
Una compañera del Departamento se encontraba entonces haciendo su tesis sobre este hospital
de Esgueva de Valladolid y no parecía adecuado adentrarme en una documentación con la que
ella estaba trabajando, habiendo empezado incluso antes que yo. Este es el motivo por el que no
he estudiado este hospital de mi ciudad y lo haya hecho sin embargo de otros próximos: Medina
del Campo, T ordesilla, Palencia y Cuéllar.

I.- INTRODUCCIÓN 14
La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

a ellos. Es una instalación peculiar tanto por su emplazamiento


como por otras características que lo adornan, por ello, mis visitas a
esta institución fueron totalmente infructuosas.

# Archivo de la Catedral de Palencia

Las visitas a este archivo palentino iban encaminadas a


consultar la documentación del hospital de San Antolín, no
solamente las constituciones del hospital, que ya estaban transcritas
y publicadas en una revista de Historia de la Enfermería, sino a
revisar algunas cuestiones de esas constituciones, verificar si existía
en el archivo más documentación de esta institución y
especialmente consultar los libros del hospital de los que se habla en
las constituciones si es que aún existían.
Las constituciones pude consultarlas sin ningún problema,
pero al parecer no existe ningún otro documento relacionado con
este establecimiento de la ciudad de Palencia.

# Archivos Municipales de Simancas yArévalo

Las visitas a estos archivos, a pesar de las facilidades para


acceder a la documentación que contienen, no dieron los frutos
esperados, y eso que ambas localidades tuvieron un gran
protagonismo en la época medieval, pero desgraciadamente para mí,
no cuentan entre sus fondos con documentos que permitan estudiar
la Edad Media, a pesar de que ninguno de los dos son precisamente
escasos en material.

I.- INTRODUCCIÓN 15
La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

# Archivo Municipal de Medina del Campo (Valladolid)

Además de la documentación obtenida en los archivos


mencionados, he contado con otro documento inédito, procedente
del archivo Municipal de Medina del Campo cuya localización me
fue facilitada por Antonio Sánchez del Barrio, a quién agradezco la
gentileza de habérmelo proporcionado desinteresadamente.
Se trata del documento fundacional del hospital llamado de
La Piedad, fundado por el obispo D. Lope de Barrientos. La
transcripción de este documento se adjuntan al final de esta tesis
como apéndice documental.

LAS FUENTES PUBLICADAS, tanto las fuentes


bibliográficas como los estudios, todas ellas referenciadas en la
bibliografía, me han proporcionado importante información. Son
esencialmente las siguientes:

# Colecciones Diplomáticas que recogen la documentación de


diversos monasterios, principalmente de Burgos y León:
Monasterio de Las Huelgas de Burgos; Monasterio de la
Trinidad de Burgos; Monasterio de San Juan de Burgos;
Monasterio de San Salvador de Oña; Monasterio de Santo
Domingo de Silos; Monasterio de San Zoilo de Carrión;;
Documentación de la Catedral de Burgos; Monasterio de
Sahagún; Monasterio de Santa María de Benevívere y también
de algunos hospitales como el del Rey de Burgos. Colecciones
Diplomáticas de núcleos urbanos: la colección calceatense,
correspondiente al archivo de la Catedral y del Hospital de

I.- INTRODUCCIÓN 16
La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Logroño. La colección Diplomática de Cuéllar y la de


Tordesillas.

# Fuentes relacionadas con Sínodos celebrados en Castilla:


Synódicum Hispanum III: Astorga, León y Oviedo; VI: Avila y
Segovia; VII: Burgos y Palencia.
# Fuentes episcopales: Documentación de la Iglesia Colegial de
Santa María la Mayor de Valladolid
# Obras que recogen fuentes para el estudio del trabajo de las
mujeres.
# Documentos publicados en obras diversas. El documento de las
constituciones del Hospital de San Antolín de Palencia está
publicado en una revista de Historia de la Enfermería.
# Manuscritos “cuasi originales” publicados por diferentes
editoriales, como el Theatrun Sanitatis; De Natura Rerum;
Biblia Moralizada; Speculum humanae Salvationis; Libro de
Horas de María de Borgoña; Miscelánea Medieval.
# Otras publicaciones de obras de la época estudiada transcritas y
que frecuentemente aportan un estudio acerca de ellas: Tratado
de Constantino el Africano; Tratado de muchas medicinas o
curiosidades de las mujeres; La regola sanitaria salernitana; El
Libro del Arte de las Comadres o Madrinas y del regimiento de
las preñadas y paridas y de los niños.
# Publicaciones de series de catálogos y manuscritos: Catálogo de
los pergaminos españoles; y, Los manuscritos españoles.

I.- INTRODUCCIÓN 17
La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

FUENTES ICONOGRÁFICAS

Para acceder a estas fuentes iconográficas y localizar muchas de


las obras de arte que están recogidas en el capítulo V de esta tesis,
necesariamente tuve que acudir a dos tipos: fuentes publicadas y
fuentes inéditas. Todas estas obras están también referenciadas en el
capítulo dedicado a la bibliografía.

Entre las FUENTES PUBLICADAS, están:


# Obras de distintas editoriales, que genéricamente responden al
nombre de Historia del Arte y que recogen numerosas y
variadas obras de diversos museos repartidos por todo el
mundo.
# Obras que estudian con detalle algunos aspectos concretos del
arte o las manifestaciones artísticas de una ciudad, por
ejemplo: La talla ornamental en madera; Sillerías de Coro;
La ciudad de León. El gótico; o, El Arte en los hospitales de
Valladolid
# Obras que recogen imágenes de manuscritos españoles, por
ejemplo la obra de Menendez Pidal en la que se estudian las
cantigas y en la que hay fotografías de estas obras.
# Obras médicas que recogen imágenes que hacen alusión a la
asistencia médica y que se citan convenientemente en las
láminas que hacen referencia a ellas.

I.- INTRODUCCIÓN 18
La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

FUENTES INÉDITAS

La iconografía en Castilla y León es rica y variada y


afortunadamente muchas obras de arte pueden contemplarse e
incluso, con los permisos oportunos, pueden ser fotografiadas.

Además, las obras artísticas de época medieval son numerosas


en esta región, tanto, que con toda seguridad existen muchas más de
las que he podido contemplar. Tratar de identificar en ellas aspectos
relacionados con la asistencia a los enfermos, hace que nuestra
mente se vuelva selectiva y crítica al contemplarlas, pero no solo la
nuestra, también la de aquellas personas que están siempre cercanas
a ellas y que pueden ayudar en su identificación e interpretación es
el caso por ejemplo del Retablo de San Babilés.
Son numerosas las obras identificadas y fotografiadas para ser
estudiadas, que contienen aspectos relacionados con la asistencia a
los enfermos, o con la asistencia a las parturientas y a sus hijos, por
ejemplo: Las imágenes de la puerta de San Juan de la Catedral de
León; el capitel del monasterio de San Juan de Ortega de Burgos, la
vidriera de la Catedral de León, el nacimiento de San Juan de la
iglesia del Salvador de Valladolid, las obras de Berruguete, etcétera.

METODOLOGÍA
Toda la información recogida de estas fuentes que acabo de
reseñar, y la bibliografía consultada, mucha de la cual iré citando a
pié de página, siempre que el texto así lo requiera, me permitieron ir
dando forma al contenido de las páginas que componen esta tesis
doctoral.

I.- INTRODUCCIÓN 19
La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Después de comprobar cuál era el estado de la cuestión


referido al tema de la asistencia a los enfermos en la Baja Edad
Media, lo cual está recogido en el capítulo que lleva por título
Aproximación Historiográfica, era necesario abordar el estudio de
aspectos relacionados con la salud y la enfermedad, es decir, qué se
pensaba de estas dos cuestiones en la Baja Edad Media en Castilla,
qué suponía para la sociedad estar enfermo, qué criterio tenían los
médicos acerca de la salud como de la enfermedad y cual era el
conocimiento que se tenía sobre las enfermedades; también por
supuesto, qué pensaba la Iglesia sobre estos temas, cómo actuaba la
jerarquía eclesiástica en relación con estas cuestiones de la
asistencia a los enfermos, y cómo ponía en práctica sus criterios. La
mayoría de estas cuestiones están recogidas en el capítulo III el cual
está dedicado a analizar los diferentes aspectos teóricos de la salud y
la enfermedad en la Baja Edad Media.
Solo cuando estos aspectos conceptuales del conocimiento
acerca de la salud y la enfermedad estuviesen concluidos, se podría
iniciar el estudio de las fuentes iconográficas, que me permitirían
acceder al conocimiento de cuestiones sumamente interesantes
acerca de la asistencia tanto a las mujeres durante el parto, como a
los enfermos en los hospitales, y sobre todo a los enfermos en sus
casas. Aspectos éstos muy difíciles de llegar a conocer mediante las
fuentes documentales, lo mismo que algunos muy puntuales de la
asistencia, por ejemplo el constatar que se encamaba a tres enfermos
en una misma cama, una comprobación mediante las fuentes
iconográficas que también es difícil de encontrar en las fuentes
escritas.
Sin embargo, y a pesar de la importancia que a mi juicio
tenían las fuentes iconográficas, era necesario constatar en las
fuentes documentales, a ser posible, todos los aspectos recogidos en
las obras de arte, y por ello, mis pasos debían de encaminarse al
estudio de documentos. No fue fácil encontrar lo que buscaba, no se
trataba de localizar documentos de hospitales simplemente, sino de

I.- INTRODUCCIÓN 20
La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

buscar aquella documentación que permitiese estudiar no solamente


la institución, sino su funcionamiento en relación con la asistencia a
los enfermos. Esto a priori era una limitación, pero fue más sencillo
de lo que pensaba, aunque la información era más escasa de los que
hubiese querido.
Basándome en estos planteamientos, elegí tres hospitales;
primero porque la documentación aportaba información que me
permitía estudiar cómo eran asistidos los enfermos, y segundo
porque ya que no iba a estudiar un hospital vallisoletano, eran
hospitales de poblaciones similares en importancia, de
características demográficas y climáticas parejas, y de lugares
cercanos: Medina del Campo, Palencia y Cuéllar, pero a pesar de las
similitudes, las tres tenían características propias que las dotaban de
peculiaridades y de individualidad: una, Palencia, era un señorío de
la Iglesia; otra, Medina del campo, era un centro económico-
mercantil importante; y la tercera, Cuéllar, era un centro donde
parece que el Concejo tenía un peso especial y dónde la cultura
también parece que jugaba un papel importante.
El estudio de todo ello me ha permitido desarrollar las
hipótesis iniciales y a medida que iba avanzando el trabajo, las
respuestas a las preguntas planteadas se iban desvelando y solo
entonces me pareció que podía dar por concluida esta tesis, por ello
abordé la redacción de las conclusiones en las que he intentado
plasmar sucintamente los resultados obtenidos en la investigación
realizada.

I.- INTRODUCCIÓN 21
La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA

Las investigaciones acerca de temas relacionados con la


salud-enfermedad, es decir, de los aspectos que abarca la sanidad,
no solo en la Edad Media sino también de otros periodos históricos,
han sido abordados tradicionalmente por los historiadores de la
Medicina.

Los historiadores, tanto medievalistas como de otras épocas,


parece que han sido remisos a emprender el estudio de los aspectos
sanitarios y esto es posible que se haya debido a dos circunstancias
concretas:

1. por entender que la carencia de conocimientos acerca de


cuestiones médicas suponía un impedimento insalvable
para plantearse el estudio de estos temas, y
2. por considerar los temas sanitarios objeto del estudio de la
disciplina médica.

Esto es a todas luces un planteamiento generalista que


excluye casos puntuales y por supuesto las investigaciones, cada
vez más numerosas, realizadas por los historiadores en los últimos
años.

El caso, por ejemplo, de Foucault con su “Historia de la


locura” o “El nacimiento de la Clínica” son bien conocidos, pero en
general ha sido el estudio de otros temas: la pobreza, las cofradías o

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA 23


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

1
incluso las instituciones hospitalarias , lo que ha movido a los
historiadores a plantearse la necesidad de investigar acerca de los
aspectos sanitarios, al considerar las conexiones entre la Historia de
la Sanidad y la Historia Social, entendida ésta en su más amplio
sentido.

La comprobación de estas conexiones ha sido posible al


verificar cómo los aspectos de salud-enfermedad influyen en la vida
de un grupo social y de un momento concreto, tanto como pueden
influir los aspectos económicos, religioso-morales, políticos y las
decisiones que los hombres y las mujeres tomasen en relación tanto
con normativas y disposiciones que afectasen a su salud, como a
1
Son numerosas las aportaciones de los historiadores sobre estos temas y sobradamente
conocidas, basten como ejemplos algunas de las consideradas como clásicas: Mollat: Les
pouvres au Moyen Âge, París 1978; Riu y Riu: La pobreza y la asistencia a los pobres en la
Cataluña medieval (2 vol.) Barcelona 1980 y 1982; Zaragoza Rubira: “Los hospitales
españoles medievales según los relatos de viajeros extranjeros” en: Medicina Española, LIII.
Valencia 1965; Maza Zorrilla: Pobreza y asistencia social en España, Siglos XVI al XX.
Valladolid 1987; Broard Uriarte: “Hospitales, casas de San Lázaro, de San Antón y de
Inocentes en la España del siglo XV” en: ASCLEPIO, Madrid 1972; López Alonso: La
pobreza en la España medieval. Madrid 1986; Maravall: Pobres y pobreza del medievo a la
primera modernidad. Para un estudio histórico social de la pobreza, en: CHE. Madrid 1977;
Valdeón Baruque: ”Problemática para un estudio de los pobres y la pobreza en Castilla a
fines de la Edad Media” en: A pobreza e a assistencia aos pobres na Península Ibérica durante
a Idade Media. (Tomo II). Lisboa 1973; Martínez García: La asistencia a los pobres en Burgos
en la Baja Edad Media. El Hospital de Santa María la Real, 1341-1500. Burgos 1981; Carasa
Soto: El sistema hospitalario español en el siglo XIX. De la asistencia benéfica al modelo
sanitario actual. Valladolid 1985; Palomares Ibañez: La asistencia social en Valladolid: el
hospicio de pobres y la Real Casa de Misericordia. Valladolid 1975; Egido López:
Religiosidad popular y asistencia social en Valladolid. Las cofradías marianas del siglo XVI.
Salamanca 1980; Linage Conde: “Asistencia a enfermos en los monasterios medievales
hispanos” en: Cuadernos de Historia de la Medicina Española, X. Salamanca 1971. A todas
estas obras, que como he dicho son un ejemplo, hay que añadir algunas actas de congresos
realizados sobre estos temas, es el caso de las Actas de las primeras jornadas luso-españolas de
Historia Medieval que sobre la pobreza y la asistencia se celebraron en Lisboa y que llevan por
título: “A pobreza e a assistencia aos pobres na Península Ibérica durante a Idade Media” ;
Las actas del 97 Congreso Nacional de las sociedades científicas, celebrado en Nantes (Francia)
en 1972 y que las aportaciones al congreso bajo el título “Assistance et assistés. Jusqu’a 1610”
y que fue publicado en París en 1979 ; también las actas del Congreso de esta misma sociedad
científica celebrado en Niza en 1996 y publicado en París en 1999 y que lleva por título
Fondations et ouvres charitables au Moyen Âge.

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA 24


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

procedimientos concretos para remediar las consecuencias


inmediatas de las enfermedades.

En cuanto a los historiadores de la Medicina, cabría


decir que los estudios históricos de la Medicina, en su sentido
moderno, tal como hoy los conocemos, se remontan a mediados del
siglo XIX y se inician en torno a la creación de una revista médica,
que aún hoy se edita y que goza de un gran prestigio, llamada
JANUS. Zeitschrift für Geschichte und Literatur der Medizin
(1846-48; 1851-53) y en la que se defendía de forma explícita “el
acercamiento a la realidad histórica con la máxima objetividad
2
posible, mediante un cuidadoso análisis de las fuentes” ; editada en
la ciudad de Breslau y posteriormente en Gotha bajo la dirección de
August W.E.T. Henschel, se constituyó en su entorno un grupo de
investigadores alemanes encabezado por Ludwing Choulant y
Heinrich Haeser, que junto con el francés Charles Daremberg, los
holandeses Zacharias Franz Ermerins y Ulco C. Bussemaker, y los
italianos Salvatore de Renzi y Francesco Puccinoti, configuraron el
punto de arranque de los estudios histórico- médicos.

Fruto de sus investigaciones fueron las obras acerca de


autores médicos clásicos: Galeno, Hipócrates, Oribasio..., así
como los cinco volúmenes dedicados a la escuela de Salerno
(Collectio Salernitana, 1852-1859), con manuscritos y
documentación importante de la Edad Media relacionada con esa
escuela italiana de Medicina. También cabe destacar por su relación
con la historiografía la obra de Haeser (los dos primeros volúmenes
de su tratado se dedican a este tema, editándose por tercera vez en
1875-82).
2
Citado por López Piñero en la Conferencia dada en la Universidad de Valladolid en el curso
académico 1997-98 con motivo de la creación del Instituto de Historia de la Ciencia y la
T écnica de Valladolid.

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA 25


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

En lo que se refiere al contexto universitario, la Universidad


de Viena fue la pionera en la institucionalización de los estudios
histórico-médicos, creándose en 1869 la primera cátedra dedicada a
ellos; esto supuso la configuración de los estudios históricos de la
Medicina como una disciplina autónoma dentro de este campo de
conocimiento.

A partir de entonces estos estudios irán adquiriendo prestigio;


diversos acontecimientos dan fe de su importancia creciente, por
ejemplo, la fundación en 1905, en la ciudad de Leipzig, del primer
Instituto de investigación histórico-médica, que tendrá sus réplicas
en otros países como Italia, donde en 1907 se constituyó la
Sociedad Nacional de la disciplina y su revista, que se denominará
“Di Storia delle Scienze Mediche e Naturali”, (igual que se había
denominado la de la asociación alemana que se había constituido
con anterioridad, -1901-), además se creará el Instituto Storico
dell’Arte Sanitaria y el Instituto de Historia de la Medicina de la
ciudad de Roma; a partir de estos primeros años del siglo XX, la
progresión de los estudios histórico-médicos es creciente y
constante, contabilizándose en el periodo de entreguerras seis
institutos en Alemania y en otros países europeos como Polonia,
Rumanía, Holanda, etc.

Hasta el periodo de entreguerras del siglo XX, los estudios


histórico-médicos se inscribieron en la escuela del positivismo, pero
a partir de ese momento surgieron, principalmente en centro Europa,
una serie de corrientes epistemológicas contrarias al positivismo,
que influyeron de forma decisiva en los fundamentos de la
disciplina histórica médica, originándose una muy profunda
renovación de la misma.

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA 26


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

En este proceso de consolidación de los estudios historico-


médicos, tiene importancia la incorporación de Estados Unidos, en
lo que influyeron los acontecimientos europeos vividos como
consecuencia de las dos guerras mundiales, ya que ello propició, por
ejemplo, que en 1914 emigrase a ese país el alemán Sarton, el cual
contagió a los americanos de su entusiasmo por los aspectos de la
bibliografía histórico-médica; este prestigioso investigador influyó
en la creación del Instituto de Historia de la Medicina de Baltimore,
que se constituyó con arreglo a los planteamientos del modelo de los
institutos alemanes, siendo nombrado para dirigirlo en 1932
Sigerist; también tuvieron gran incidencia en este país los cursos
que impartió en varios centros académicos norteamericanos, a partir
del año 1945, Alexandre Koyré.

En lo que respecta a nuestro país y a pesar del retraso en la


adscripción a las corrientes europeas, en los años centrales del siglo
XIX se hicieron esfuerzos por avanzar en el estudio del pasado
histórico médico. Cabe destacar en este sentido los estudios
realizados por A. CHINCHILLA que en 1841-46 publicó: “Análes
históricos de la Medicina en general y bibliográfico-bibliográficos
de la española en particular” y por HERNÁNDEZ MOREJÓN,
quién entre 1842 y 1852 publicó: “La historia bibliográfica de la
Medicina española”.

A pesar de que en España, en los finales del siglo XIX y


principios del XX, hay grandes investigadores en el campo de la
Medicina, (Ramón y Cajal: 1852-1934 y Marañón: 1887-1960), los
estudios histórico-médico siguen las pautas del positivismo y la
mayoría de la producción científica en este campo se limita a
estudiar estrictamente la vida de los médicos más notables y sus
obras así como las enfermedades en distintos periodos históricos.

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA 27


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

No obstante esta circunstancia, existe una relación de obras a


considerar, dada la importante recopilación sistemática de fuentes
que se aporta en ellas; es el caso de los estudios realizados por
PESET Y VIDAL sobre “Bosquejo de Historia de la Medicina
valenciana” en 1876 y “Topografía médica de Valencia y su zona
o apuntes para una medicina práctica valenciana” en 1878; LUIS
COMENGE del que podemos destacar su obra “La medicina en el
reino de Aragón (siglo XIV)” (1897); RODRIGO PERTEGÁS, con
una producción importante entre la que hay que destacar: “El mal
de sement” (1892),“Sobre la higiene pública en Valencia durante
los siglos XIV y XV” (1900), “Hospitales de Valencia en el siglo
XV. Su administración, régimen interior y condiciones higiénicas”
(1927); PESET Y CERVERA a cuya pluma se debe “Antología
médica valenciana” (1939); y PESET LLORCA con su obra
“Terminología psiquiátrica usada en los estados de la Corona de
Aragón en la Baja Edad Media” (1954-59). Como puede
comprobarse, la mayoría de estas obras están referidas a la Corona
de Aragón.

Hasta bien superada la mitad del siglo XX, España no se


adscribe a las corrientes europeas que en este campo están marcando
la pauta de actuación, y lo hará de la mano de un prestigioso
historiador de la Medicina: PEDRO LAÍN ENTRALGO. Este autor
marcará un camino a seguir en el estudio de la Historia de la
Medicina y consolidará una escuela en la que se integran los más
prestigiosos historiadores médicos españoles como García Ballester,
Sánchez Granjel, López Piñero y Riera Palmero, entre otros.

La aportación de los historiadores de esta escuela radica en la


visión que, siguiendo a Laín, e influenciados por la escuela de
Annales, dan de la historia de la Medicina, ofreciendo en sus

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA 28


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

estudios una visión global de la sanidad, entendida ésta como un


factor más a considerar en el análisis de la sociedad.

No podemos dejar de hablar de un historiador médico, que no


puede ser inscrito en esta escuela pero que realizó una importante
aportación a este campo de estudio, y cuyas obras incorporan ya
una visión de la disciplina médica con unas implicaciones
importantes tanto en el campo de la economía cómo en los aspectos
sociales y militares, principalmente en relación con la historia de
Cataluña, me refiero a ANTONIO CARDONER Y PLANAS
(1902-1984), considerado el continuador de la obra de Luis
Comenge y que dedicó gran parte de su vida, 35 años, a recoger
bibliografía; esto le permitió escribir numerosas obras, unas de
carácter biográfico, como las dedicadas a Letamendi, Calleja, Turró
y Gener, y otras que tratan de aspectos más generales, pero siempre,
por supuesto, relacionadas con la Medicina, como “Los estudios
sobre la Cirugía y los cirujanos de Barcelona en el siglo XVIII”,
“La Medicina militar y naval del siglo XVI”, “Creación e historia
del Real Colegio de Cirugía de Barcelona” (1936), “Estudio crítico
de la obra científica de Ramón Turró” (1950), “La Medicina
Astrológica durante el siglo XIV en la Corona de Aragón” (1959),
“La enseñanza de la Medicina en Barcelona” (1960), “Historia de
la Medicina a la Corona d’Aragó. (1162-1479)” (1973).

El último de los trabajos mencionados fue presentado en el I


Congreso Internacional de Historia de la Medicina Catalana y puede
considerarse un compendio de toda su obra, en ella se plasman las
ideas del autor acerca de las implicaciones de la Medicina y Cirugía
con la evolución económica y militar de Cataluña, así como su
incidencia en la especificidad cultural catalana.

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA 29


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Además, la obra de Cardoner y Planas, contiene una


importante aportación documental sobre el periodo medieval
catalán, dado que diversos manuscritos se reproducen en sus obras,
por ejemplo, la documentación del Monasterio de Ripoll, en la que
se encuentran obras de cirujanos italianos del siglo XIII de
influencia marcadamente árabe.

♦ Hacia una Historia de la SANIDAD

Hecha esta aproximación a lo que ha constituido el


nacimiento y consolidación de las investigaciones histórico-
médicas, y planteado cómo la historiografía médica pone de relieve
que sus investigaciones se han llevado a cabo principalmente
siguiendo un esquema que podríamos denominar Internalista,
podemos comprobar cómo en la actualidad se camina hacia la
construcción de la Historia de la Sanidad.

3
Una Historia de la Sanidad que como plantea Gallent Marco ,
debería ser entendida como ”una parcela del espacio histórico y no
solo médico, que se ubica en el ámbito de la denominada Historia
Total y, que siguiendo a P. Vilar, intentaría tener en cuenta todos
los factores del proceso global de transformación que anima a las
sociedades humanas, debiendo intentar explicar desde la
demografía y las relaciones entre el hombre y la naturaleza, hasta

3
En la IV Semana de Estudios Medievales celebrada en Nájera en el año 1993, Mercedes
Gallent Marco, de la Universidad de Valencia, presentó una comunicación muy interesante
acerca de este tema titulada: “Problemas fundamentales en torno a la Historia de la Sanidad
Medieval en la Península Ibérica” y que se encuentra recogida en el Libro de Actas de este
Congreso publicado por el Instituto de Estudios Riojanos en 1994. En este estudio se da una
visión amplia de los problemas historiográficos sobre este tema y hace una propuesta de
solución y de cómo debe abordarse el estudio de la Historia de la Sanidad medieval, y aunque
ella lo especifica para Valencia, es desde luego aplicable a cualquier otro ámbito.

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA 30


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

las condiciones de realización de las más modernas tecnologías, y


hasta la supervivencia de creencias individuales y colectivas”

Este nuevo enfoque debe de plantearse desde la


pluridisciplinaridad ya que su objetivo es amplio y variado al
buscar las conexiones que se establecen entre la salud-enfermedad-
sociedad, lo que conforma a la Historia de la Sanidad como un
elemento determinante de la Historia de las Sociedades. Un campo
de investigación que supondrá plantear nuevos enfoques en el
análisis de la salud-enfermedad individual y epidémica, el estudio
de los centros asistenciales no sólo centrado en su número y
funcionamiento económico y administrativo, sino como centros de
asistencia sanitaria y, el trabajo desarrollado por los profesionales
de la sanidad, su formación y consolidación como grupo social y el
papel desempeñado por las personas que, sin la consideración
profesional necesaria, generalmente debido a su condición
femenina, desempeñaron una labor importante en relación con el
cuidados de las personas enfermas.

La autora que acabamos de mencionar, plantea cómo para el


estudio del País Valenciano, las investigaciones deben centrarse en
los siguientes planteamientos de análisis de: la estructura
socioeconómica, las enfermedades, la ideología, tanto de los
profesionales como de las autoridades y del pueblo, acerca de la
enfermedad, sus causas, su desarrollo y su erradicación, la
legislación sanitaria, la actitud de la población frente a las
enfermedades, las relaciones clase social/ enfermedad, la situación
de la ciencia médica, los hospitales, la higiene pública, etcétera., y
buscar las relaciones entre todos los elementos señalados; todo ello
como es lógico contextualizado en un momento y un ámbito
concreto de estudio.

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA 31


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

En consecuencia y basándonos en estos planteamientos, en la


actualidad parece que se estarían siguiendo dos modelos
diferenciados a la hora de abordar los estudios acerca de la Historia
de la Sanidad:

El primero que podríamos denominar Tradicional o


Internalista, abordado de forma exclusiva desde la Historia de la
Medicina y que se ha venido centrando exclusivamente en
cuestiones del saber médico.

Dentro de este modelo estarían todos los estudios dedicados a


conocer la vida de distintas personalidades del campo de la
Medicina así como sus obras, y comprendería investigaciones
dedicadas a médicos, como Hipócrates, Galeno, Dioscórides, Arnau
de Villanova, Avicenas, Andrés Laguna, Marañón y un larguísimo
etcétera, así como al conocimiento de las enfermedades y la
actuación médica ante ellas.

En España, siguiendo este modelo, pero con una perspectiva


más novedosa, aunque ecléctica, encontraríamos a un importante
grupo de historiadores de la Medicina –la llamada Escuela de Laín
Entralgo- seguidora de la escuela alemana de Jetter, Ackernecht,
Schipperges, y otros, en la que se incluyen notables historiadores de
la Medicina como: Sánchez Granjel, López Piñero, García Ballester,
etc.,

Los seguidores de esta escuela se plantean el estudio de la


Historia de la Medicina ampliando su perspectiva estrictamente
médica en dos sentidos:

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA 32


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

incorporando al análisis de la enfermedad y su tratamiento un


enfoque humanista, al considerar al enfermo desde un triple aspecto,
biológico, psicológico y social, lo que supone tener en cuenta el
contexto real en que se encuentra el enfermo y la enfermedad
estudiada, y analizando el estudio de la disciplina médica y su
evolución, así como el papel que los médicos y la Medicina han
desempeñado en cada sociedad y en cada momento histórico.

El segundo de los modelos ha sido desarrollado recientemente


y tiene como objetivo el estudio de la Sanidad como uno de los
factores condicionantes y determinantes para la comprensión de la
Historia Social, la Historia Económica o la Historia de las
Mentalidades, es decir, el nuevo enfoque que se intenta dar, tiene
como objeto de estudio al ser humano visto desde su situación de
salud y/o enfermedad, lo que implica una nueva perspectiva de
4
análisis al proporcionar una visión más integral de la sociedad.

El mayor problema al que se enfrentan los integrantes de esta


corriente viene determinado por la utilización de las fuentes. No
solamente es necesaria una revisión de las fuentes tradicionales sino
que es imprescindible acudir a otro tipo de fuentes, más dispersas y
por tanto más difíciles de localizar, pero que ofrecen una visión más
globalizadora de los problemas sanitarios, y que por tanto permiten
ir configurando lo que se ha dado en llamar Historia de la Sanidad.

Esta tendencia nueva a la que se enfrentan los


historiadores de la Medicina, que requiere un conocimiento amplio
4
Ejemplos de estos planteamientos pueden ser las siguientes obras: Sendrail, M.- Historia
cultural de la enfermedad. Ed Espasa-Calpe, Madrid 1983. Levy, J. P.- Le pouvoir de guérir.
Une histoire de l’ideé de maladie. Ed. Odile Jacob, Paris 1991. Bulst, N; Delort, R.- Maladies
et société (XII-XVIII siècles). En: Actas del Coloquio de Bielefeld. Ed. C.N.R.S. Paris 1989.

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA 33


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

del periodo de estudio, así como las dificultades añadidas que en


algunas situaciones puede significar la lectura de los documentos, ha
potenciado en muchos casos, un aumento de las relaciones entre
departamentos y personas que pretenden un objetivo común. Pero a
pesar de todo, los historiadores se han visto motivados a abordar el
estudio de la Sanidad desde una perspectiva más globalizadora sin
tener la necesidad de adentrarse en los planteamientos estrictamente
médicos de los problemas sanitarios.

Esta circunstancia que aúna los intereses de historiadores


sociales e historiadores de la medicina, está configurando como
objeto de estudio el trinomio salud-enfermedad-sociedad y aportará
sin duda una visión más amplia y novedosa acerca del ser humano
como protagonista de su mundo. De hecho en los últimos años
algunos temas con nuevos enfoques están siendo motivo de estudio,
por ejemplo cuestiones sobre la alimentación o la higiene pública.

En definitiva, nos encontramos con un nuevo campo a


abordar tanto por los historiadores en general como por los
historiadores de la medicina, que permite integrar dentro de una
única visión, cómo era la vida de las personas en un periodo
concreto, analizando tanto las situaciones de salud como las de
enfermedad, y comprobando cómo las enfermedades pueden
modificar la forma de vivir de toda una sociedad.

Hecho este planteamiento que nos permite obtener una idea


general de cual es la situación actual en cuanto a las investigaciones
que se plantean en este campo, es conveniente centrarse en la Edad
Media para comprobar cual es el estado de la cuestión para este
periodo concreto.

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA 34


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Los investigadores franceses e italianos parece que son los


que han iniciado el camino hacia el estudio de los aspectos
sanitarios en este periodo (y en la época Moderna). En los últimos
años una gran producción de obras pone de manifiesto esta
tendencia, lo que puede apreciarse en autores como:

5
CIPOLLA : “Public health and the medical Profession in the
Renaissance”. “Cristofano e la peste”. “¿Quién rompió las rejas de
Monte Lupo?”. “Contra un enemigo mortal e invisible”
DEL PANTA: “Le epidemie nella storia demografica italiana
(secoli XIV-XIX)”

MAZZI: “Salute e societá nel medioevo”

AGRIMI, CRISCIANI: “ Malato, medico e medicina nel


Medioevo”

NASO, IRMA: “Medici e estrutture sanitaire nella societá


tardomedievale. Il Piamonti dei secoli XIV e XV”
SOURNIA: “Storia e Medicina. Problemi metodologici e dibattito
storiografico”
JACQUART / THOMASSET: “Sexualité et savoir médicale au
Moyen Âge”
SHATZMILLER: “Médicine et Justice en Provence Médiévale”
BERIAC: “Le vocabulaire de la lépre dans l’ouest des pays de
langue d’oc”. “Histoire des lépreux au Moyen Âge”

5
T odos los autores y textos que se citan a lo largo de todo este trabajo, serán referenciados en
la Bibliografía que acompaña a esta tesis.

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA 35


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

SCHIPPERGES: “El jardín de la salud. Medicina en la Edad


Media”

A esta corriente se han ido incorporando recientemente los


historiadores, también los historiadores de la medicina, de nuestro
país. A los trabajos de Vernet, Samso y Millás Villacrosa a
quienes se puede considerar pioneros en el estudio de la sanidad
medieval en la península Ibérica, se pueden añadir los trabajos que
vienen publicándose en los últimos tiempos; una importante
cantidad de obras sobre la sanidad en la época medieval que ponen
de manifiesto la importancia que los investigadores están dando a
estos temas. Las siguientes obras que se citan dan testimonio de
estos planteamientos:

AMASUNO SARREGA: “Contribución al estudio del fenómeno


epidémico en la Castilla de la primera mitad del siglo XV: El
Regimiento contra la pestilencia del bachiller Alfonso López de
Valladolid”; “Medicina Castellano-Leonesa Bajomedieval”
GALLENT MARCO: “La enfermedad, el personal médico y la
asistencia”; “Elements de modernització sanitaria: el cas
valenciá” ; “La asistencia sanitaria en Valencia (1400-1512)”
Tesis doctoral (1980)

RUIZ MORENO: “La Medicina en la legislación medieval


española”
TORRES FONTES: “De historia médica Murciana”
RUBIO VELA: “Peste negra, crísis y comportamientos sociales en
la España del siglo XIV. La ciudad de Valencia (1348-1401)”;
“Pobreza, enfermedad y asistencia hospitalaria en la Valencia del
siglo XIV”; “Una fundación burguesa en la Valencia medieval: el

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA 36


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

hospital de En Clapers (1311)”; “La asistencia hospitalaria infantil


en la Valencia del siglo XIV: pobres, huérfanos, y expósitos”

NOGALES ESPERT: “La Sanidad Municipal en la Valencia Foral


6
Moderna 1479-1707” Tesis doctoral.
LÓPEZ PIÑERO: “Historia de la Medicina Valenciana”;
“Elements de modernizació sanitária: el cas valenciá”
LABEAGA MENDIOLA: “Nuestra Señora de Gracia, Viana
(Navarra) hospital civil de peregrinos”
OLASO SENDRA: “L’hospital de San Marc de Gandía, una
institució per a pobres malats (segles XIII-XX)”
MARTÍNEZ GARCÍA: “La asistencia a los pobres en Burgos en la
Baja Edad Media. El hospital de Santa María la Real (1341-1500);
“La alimentación en el Hospital del Rey de Burgos. Contribución a
la Historia del consumo en la Baja Edad Media”; “La asistencia
material en los hospitales de Burgos a fines de la Edad Media”
GARCÍA MANSILLA: “La jerarquía de la mesa. Los sistemas
alimentarios en la Valencia bajomedieval”
MARTÍNEZ MARTÍNEZ: “Hacia la configuración del modelo
alimentario feudal en la Murcia bajomedieval: transformaciones y
nuevas realidades”
RIERA PALMERO: “El influjo greco-árabe en la Medicina latina
medieval”

GONZÁLEZ DE FAUVE: “Idealidad del discurso médico y


contexto de la realidad en España (siglos XIV-XVI)”; “Medicina y
sociedad: curar y sanar en la España de los siglos XIII al XVI”

6
Esta autora, Amparo Nogales, aunque básicamente se refiere en su tesis a la época Moderna,
aporta información a tener en cuenta para los últimos tiempos de la Baja Edad Media.

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA 37


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

CABRERA: “Médicos, cirujanos y curanderos en Córdoba durante


la segunda mitad del siglo XV”

DÍAZ PÉREZ: “Práctica y enseñanza de la Medicina en los siglos


XII al XIV”
DE CASTRO MARTÍNEZ: “La alimentación en las crónicas
7
castellanas bajomedievales”
GARCÍA BALLESTER: “Historia social de la Medicina en la
España de los siglos XIII al XVI”; “La medicina a la València
medieval. Medicina i societat en in país medieval mediterrani”;
“The Construction of a New Form of Learning and Practicing
Medicine in Medieval Latin Europe”

Hay que reseñar que últimamente (noviembre de 2001), se ha


publicado de este autor, lo que podría considerarse su obra cumbre,
ya que reúne en ella muchos de sus trabajos anteriores, sin embargo
no se trata de una simple compilación de trabajos ya que el
enfoque que dio a la obra está en la más clara línea de dotarla de una
visión sociológica. Me refiero a la obra póstuma de García Ballester
que lleva por título La búsqueda de la salud. Sanadores y enfermos
en la España medieval.

Aunque este listado de autores y obras puede parecer


riguroso y demasiado amplio, no lo es, es simplemente una muestra,
significativa eso sí, de cómo en los últimos años este tema ha ido
adquiriendo importancia, y de cómo son numerosos, tanto los
investigadores que centran su interés en estos aspectos, cómo las
aportaciones realizadas al conocimiento de la Historia de la
Sanidad; de hecho los propios títulos de las obras ponen de relieve
la diversidad y amplitud con que se abordan esta temática, aunque,
7
El capítulo V de esta obra reviste especial interés para el tema que nos ocupa, lleva por título:
Alimentación y Enfermedad.

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA 38


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

como antes comenté, a todos les une una característica: la visión


que se intenta recoger del impacto que en la sociedad producen los
8
temas relacionados con la salud-enfermedad

En definitiva y para concluir este apartado, parece que


los estudios sobre la Historia de la Sanidad, concretamente en la
época medieval, están en marcha y esto hace suponer que a la vuelta
de unos años podremos expresarnos en otros términos acerca de
algunos aspectos sociales en los que tanto la salud como la
enfermedad pudieron influir.

8
Yo misma tengo algunos trabajos publicados que se ciñen a estos planteamientos, sirvan como
ejemplo: “ La vida familiar y el cuidado” en: El cuidado, pilar de la asistencia sanitaria a
través de la historia. Diputación de Badajoz 1999 (pp.44-64); “ La asistencia en el hospital de
Santa Isabel de Soria” en: Revista de Soria, Soria 1999 (pp. 71-97); “ Le soins donnés aux
malades dans la Castille du Bas Moyen Âge: l’hôpital royal de Burgos, prototype de l’hôpital
castillan” en: Fondations et ouvres charitables au Moyen Âge. Paris 1999 (pp. 281-292)

II.- APROXIMACIÓN HISTORIOGRÁFICA 39


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD


MEDIA

Tanto la salud como la enfermedad han sido motivo de


atención y preocupación a lo largo de la historia.

Las civilizaciones más antiguas han dejado constancia de


esa preocupación, así como de sus interpretaciones acerca de los
procesos de salud-enfermedad.
Una necesidad de dar explicación a los hechos que el
hombre no podía controlar hizo que muchos de esos hechos se
relacionasen con elementos sobrenaturales, siendo así cómo se
diviniza la salud y cómo los procesos morbosos se recubren de
una aureola de misterio otorgándoseles un carácter mágico-
simbólico e incluso diabólico.

Magia y religión son, por ello, cuestiones íntimamente


relacionadas con los procesos de salud-enfermedad, tanto en lo
que concierne al propio concepto y a su evolución en el tiempo
como a las prácticas que se realizan en las distintas
civilizaciones, no solamente para mantener la salud, sino también
para curar las enfermedades.

Desde las culturas primitivas se ha relacionado a las


enfermedades con castigos de los dioses y a la salud con los
premios por buenos comportamientos de los humanos o por la
benevolencia de las distintas divinidades; una concepción
religioso-moral de la salud y la enfermedad que ha estado vigente

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 41


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

en la Edad Media pero que no ha sido exclusiva de esos siglos ya


que en la época Moderna y a pesar de los avances en el
conocimiento médico que se producen, pervivirá en la
mentalidad de hombres y mujeres –llegando incluso hasta
nuestros días- la relación entre salud – curación – gracia y
enfermedad – pecado – castigo.

Y es que este binomio salud-enfermedad ha sido poco


diferenciado a lo largo de la historia y ello ha supuesto que fuese
interpretado y definido desde las carencias que conlleva uno de
los términos, la enfermedad como falta de salud. Hoy
conocemos que para las ciencias sociales este tipo de
definiciones no tiene validez; la paz por ejemplo dicen los
sociólogos, no debe ser definida como la ausencia de guerra; pero
durante siglos y hasta que el avance en el conocimiento de la
ciencia médica no permitió contemplar la enfermedad como
“algo científicamente vencible”, la salud-enfermedad han sido
consideradas desde el punto de vista teórico, como cuestiones
inseparables e interrelacionadas entre si. Ya lo decía Galeno:
“...la salud es algo que no augura nada bueno...”

Pero no solamente ha existido una dificultad en cuanto a su


diferenciación, cuestión básica para poder ser definida de forma
individualizada, sino que la consideración o no de una dolencia
como enfermedad, ha sufrido modificaciones importantes en el
tiempo.

En opinión de Erwin H. Ackerknecht (considerado el


creador de la Medicina antropológica), la diferenciación entre
salud y enfermedad no puede ser entendida con arreglo a criterios

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 42


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

actuales; dice este autor que la enfermedad, igual que la


Medicina, son funciones de la cultura, siendo por tanto necesario
que la sociedad sancione a la enfermedad como tal.

“La presencia de enfermedad, dice, no se decide por


la presencia de un cambio biológico, aunque
evidentemente éste siempre exista, solo cuando la sociedad
decida que este cambio biológico es enfermedad, es
1
considerada enfermedad”

Para explicar esto refiere una serie de casos y cuenta, cómo


por ejemplo el eczema infantil no fue considerado enfermedad
hasta el siglo XVIII, ya que como lo habitual era que todos los
niños lo padeciesen, se pensaba que era éste un medio para que
los malos humores saliesen del organismo; como puede
apreciarse se buscó incluso una explicación razonable para la
existencia del eczema, considerándolo así saludable.

Pero no parece necesario remontarse al pasado para


encontrar situaciones similares; una enfermedad habitual entre
los actuales habitantes del alto Misisipi, es el paludismo, dolencia
no considerada enfermedad en ese contexto social; dicen: “ese
hombre no está enfermo, solo tiene paludismo”

Son por lo tanto, diversas cuestiones las que inciden en las


distintas maneras de entender la enfermedad y la salud.

1
Erwin H. Ackernecht.- Medicina y Antropología social Madrid 1971.p. 132

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 43


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

En relación con el concepto de SALUD, algunas de sus


definiciones ponen de manifiesto la diversidad de criterios que
han existido para su valoración.

Como primera referencia, las fuentes documentales hablan


de los planteamientos que desde el siglo V a.C. tenían los chinos
acerca de este tema, un saber fundamentado intelectualmente en
la “doctrina cosmológica” y para los que la salud suponía, en
contraposición con la enfermedad, el equilibrio entre el Yang
(fuerza activa o masculina) y el Yim (fuerza pasiva o femenina),
los dos grandes principios cósmicos del orden natural llamado
Tao; este equilibrio era el responsable directo de que se
mantuviesen en orden los cinco elementos constitutivos de la
vida (agua, tierra, fuego, madera y metal).

Los pensadores griegos dejaron a la civilización occidental


sus criterios en relación con la salud a la que veían como “el
equilibrio entre los humores que componen el cuerpo humano”,
estableciendo una perfecta relación entre salud y belleza, lo que a
su vez intentaron transmitir en sus numerosas obras de arte.

Los romanos, que como es sabido adoptaron los


planteamientos de los griegos en prácticamente todos los
aspectos del conocimiento y de las artes, también en relación con
la salud mantuvieron los criterios griegos e incluso llegaron a
divinizar a la salud –diosa de la salud- a la que rendían culto y le
hacían ofrendas para que mantuviese sanos a emperadores,
soldados y en general a todo el ejército, con el fin de obtener la
victoria en las batallas y acrecentar la grandeza del imperio,
llegando a ser sinónimos salud y éxito.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 44


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Durante la Edad Media y parte de la Moderna, “la salud


del cuerpo estuvo directamente relacionada con la salud del
alma”, de aquí que las “buenas obras” permitiesen conservar
una salud perfecta tanto del cuerpo como del espíritu, lo que a su
vez ayudaba a alcanzar la vida eterna.

Será ya en el siglo XIX cuando la influencia en la salud,


individual y colectiva, de aspectos como la higiene y el medio
ambiente, entren a formar parte de la consideración que se tiene
de la salud, siendo en el siglo XX cuando se la empieza a
contemplar como algo positivo en sí misma y alcanzable, de aquí
que la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la década de
los años cuarenta del siglo XX (1948) la defina como: “el estado
de completo bienestar físico, social y mental y no sólo la
ausencia de enfermedad”, definición que por otra parte, ya ha
sido cuestionada y matizada con una serie de observaciones
acerca del significado del “completo bienestar” y sus
implicaciones.

De igual manera el concepto de ENFERMEDAD ha


evolucionado en el tiempo.

El hombre primitivo parece que pensaba en ella como si de


un cuerpo extraño se tratase, siendo debida su penetración en el
organismo a la acción de fuerzas misteriosas o mágicas, lo cual
llevaba implícita una forma de curación relacionada con una serie
de prácticas basadas en ritos y magia, que lógicamente eran
realizadas por aquellas personas de la tribu (hechicero, curandero

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 45


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

o curandera) que se suponía tenían poderes sobrenaturales para


conseguir expulsar al espíritu causante del mal.

Es decir que para los hombres primitivos, la enfermedad y


también la muerte, no eran explicadas por causas naturales, sino
por la acción de fuerzas sobrenaturales; por eso, en general, los
mecanismos de producción de la enfermedad podían ser:
a) la intrusión de un cuerpo o espíritu extraño, o
b) la pérdida de una de las almas que podía ser raptada o
devorada,
Pero estos mecanismos necesitaban la presencia de “algo”
que actuase como desencadenante de la enfermedad, pudiendo
ese algo ser:
! un agente sobrenatural (dioses, espíritus...), que se
sintiesen ofendidos, o
! un ser humano que deseaba vengarse, en cuyo caso, o se
valía de un hechicero o actuaba el mismo como tal.

Entender la enfermedad, y también la muerte, como el


castigo que inflige lo sobrenatural por violar las normas sociales,
parece que está presente en la mentalidad de los pueblos
primitivos; por tanto, dado que las causas sobrenaturales pueden
descubrirse por medios sobrenaturales, implica que los tipos de
diagnósticos consisten en distintos procedimientos de
adivinación como arrojar huesos, contemplar cristales, entrar en
situación de trance, etcétera. Consecuentemente, los remedios
que se buscan a tales situaciones también intentan ser
sobrenaturales y permanecen en el secreto de quien los posee y

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 46


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

los practica, convirtiendo prácticas como masajes y baños unidas


a encantamientos mágicos y oraciones, en un saber que se
transmitirá de padres a hijos o de madres a hijas, haciendo de sus
poseedores/as un ser mágico relacionado con lo sobrenatural.

Otra forma de concebir la enfermedad está basada


principalmente en la idea religiosa de la misma, creyéndose que
se producía, bien por el castigo de algún dios a la persona que no
había cumplido los preceptos, es decir al pecador, o bien porque
el sujeto era poseído por los malos espíritus de algún dios
maligno.

Esta idea de la enfermedad como un castigo divino


traspasará las fronteras de la antigüedad, y durante muchos siglos
la humanidad vivirá las enfermedades como el efecto del castigo
de Dios; la curación en estos casos estará encomendada a los
sacerdotes primero y a religiosos y religiosas después, que,
mediante la “imposición de manos” y las “oraciones”, serán los
que intercedan ante Dios para conseguir la salvación, tanto del
cuerpo como del alma.

Hay que señalar, sin embargo, que las primitivas prácticas


mágicas relacionadas con la curación de las enfermedades, no
desaparecerán, sino que se unirán a los nuevos criterios religiosos
y, aunque unos y otros irán sufriendo transformaciones con el
paso del tiempo, durante siglos seguirán estando presentes en la
mente de los humanos; así, la Astrología será a lo largo de gran
parte de la Edad Media y aún de la Moderna, la base del
tratamiento de las enfermedades, hasta el punto de que el filósofo

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 47


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

2
Bacon llega a decir de la Medicina que “es una cosa fortuita que
se convierte en racional con la ayuda de la Astrología”.

No es raro reconocer hoy día reminiscencias de esas


creencias, en algunas prácticas relacionadas con la curación de
determinados males, aunque evidentemente la ciencia ha
permitido conocer muchas de las causas de las enfermedades y
por consiguiente, los métodos de tratamiento y diagnóstico
difieren sustancialmente de lo que a lo largo de muchos siglos ha
sido utilizado para estos fines y, por tanto el concepto de
enfermedad ha cambiado también de una forma trascendente,
hasta ser considerada en el siglo XX como una dolencia
cintíficamente vencible, lo que lleva a que su curación se plantee
desde el enfoque de la profesionalidad y se halle estrechamente
relacionada con la tecnificación y con los avances del
conocimiento científico.

2
Rogerio Bacon (aproximadamente 1210-1292), franciscano inglés, filósofo y teólogo, fue
discípulo de Grosseteste, y ejerció como obispo de Lincoln y maestro en Oxford y París. Es
considerado el iniciador del conocimiento matemático experimental. Sus principales obras
son: Opus maius, Opus minus y Opus tertium. Sufrió persecuciones y prisión y en ello
debió de influir considerablemente su peculiar forma de ser: sincero, independiente y
extraordinariamente crítico; algunas frases suyas, tan lapidarias como la ya mencionada,
son: “sin saber matemáticas, no pueden ser conocidas las cosas de este mundo” o “el
razonamiento no prueba nada, todo depende de la experiencia”

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 48


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

III 1.- PLANTEAMIENTO RELIGIOSO

En general se podría decir que hablar de salud en la Edad


Media es referirse a la salud del alma, mientras que hablar de
enfermedad es sinónimo de los males que afectan al cuerpo
como consecuencia del pecado. Dos términos por lo tanto
relacionados entre sí y ambos con amplias connotaciones morales
y religiosas.

Es preciso sin embargo, hacer algunas matizaciones a la


visión de la enfermedad como castigo, ya que la idea cristiana
que se tendrá en la Edad Media no se corresponderá exactamente
con el planteamiento arcaico de la enfermedad, como castigo sin
más de la divinidad, ni tampoco en el sentido hipocrático de la
enfermedad como azar o necesidad de la dinámica del cosmos,
sino que la orientación que desde los escritos de los primeros
cristianos: (Clemente de Alejandría, Tertuliano, Cipriano de
Cartago, Lactancio, Gregorio de Nisa, Basilio de Cesárea..., que
utilizaron el pensamiento de Platón y de Galeno para elaborar
una teoría antropológica del pecado y de la penitencia, es decir,
una teología moral y una antropología cristiana), la idea que se
transmitió es la de enfermedad como una prueba a la que todos
los cristianos estarían sometidos con la finalidad de poder expiar
los pecados; pero claro, en principio y a causa del pecado
original, todos los cristianos son pecadores y por eso algunas
enfermedades concretas como por ejemplo la lepra o las pestes,
son consideradas “castigo divino” que no conllevan un suplicio
en abstracto sino una expiación concreta, el apartamiento social y
la muerte inmediata, de ahí la concepción de algunas
enfermedades como “morales”; es por tanto una nueva relación:
enfermedad-pecado-castigo-prueba, una variante y una
adaptación cristiana del planteamiento antiguo.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 49


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Aunque esta idea general se mantiene a lo largo de la Edad


Media, es este un periodo demasiado amplio y consecuentemente
a lo largo de estos siglos se producen cambios que afectan
directamente a su interpretación y por tanto a las actitudes que se
generan en la sociedad ante las situaciones de enfermedad y en
cómo se actúa ante los enfermos, tanto por los profesionales
encargados de atenderles e interpretar sus dolencias, como por el
resto de la sociedad, que los margina o los ayuda dependiendo de
múltiples variables.

Para la sociedad cristiana, el origen de esta concepción de


enfermedad como pecado, se encuentra en el pueblo judío y en
los escritos de la Biblia. En Judea, la enfermedad era considerada
un castigo que recibía una o varias personas que habían
cometido “un pecado”, una falta más o menos grave y por ello
merecían la desaprobación divina y el consiguiente castigo
individual o colectivo.

En la Biblia, principalmente en el Antiguo Testamento, se


hacen abundantes referencias a los castigos que recibirán los
hombres por los pecados cometidos por ellos o incluso por sus
progenitores y las enfermedades, plagas, inundaciones, fuego y
muerte, son los más abundantes.

Entre las enfermedades, las pestes y la lepra ocupan el


primer lugar, por ejemplo: Levítico. 26, 1-45: “...Y si os
refugiareis a las ciudades muradas, os enviaré peste...”;
Deuteronomio. 24, 5-22: “...Guardate bien de incurrir o de
merecer la plaga o azote de la lepra...”; Deuteronomio. 28, 1-68:
“...Hará el Señor que se te pegue la peste...”; Ezequiel. 14, 19-

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 50


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

20: “Y si también enviaré Yo pestilencia sobre aquella tierra, y


derramaré sobre ella mi indignación causando gran
mortandad...”; Jeremías. 44, 11-14: “...Y castigaré a los judíos
que habitan en Egipto, como he castigado a los que habitan en
Jerusalén, con la espada, con el hambre y con la peste...”.

La Iglesia cristiana, lejos de desmentir este planteamiento


lo asumió plenamente y desde los primeros tiempos del
cristianismo enfermedad y pecado estuvieron relacionados y
fueron interpretados como causa y efecto, de tal manera que el
sufrimiento que produce la enfermedad en el individuo o en el
grupo social, es solo la respuesta adecuada que “debe” existir por
las faltas cometidas –del propio individuo o incluso de sus
antepasados- y la curación de la enfermedad es por el contrario
una gracia que se recibe “inmerecidamente” por la intervención
de Dios.

El primero en desarrollar esta tesis fue Gregorio de Tours


3
en el siglo VI , aunque con anterioridad algunos de los Padres de
la Iglesia ya habían sentado las bases para su establecimiento.

Así, San Jerónimo (346-420) al revisar la antigua versión


4
latina del Nuevo Testamento e incluir múltiples comentarios de

3
San Gregorio de T ours (538-594), historiador de los francos y nombrado obispo de T ours
en el año 573, sanó de una grave enfermedad en una peregrinación a la tumba de San
Martín de T ours, lo que parece que fue el motivo de que escribiese sobre las causas de la
enfermedad y su curación. Él, en cualquier caso, no parece que tuviese una especial fe en la
Medicina ni en los médicos, dice de ellos: ”...cuando abren de par en par el ojo del
enfermo y cortan con sus afiladas lancetas, más que ayudarle a ver, lo que hacen es
presentarle los tormentos de la muerte”

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 51


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

los Libros Sagrados, incidió en la importancia que había tenido


en algunos de los personajes por él estudiados 5 y en su vida
misma como asceta, el sufrimiento necesario en esta vida para
obtener el perdón y la misericordia de Dios; igualmente San
Agustín (354-430), con su tesis sobre la salvación, en la que
plantea que el hombre es incapaz por si solo de desear el bien y
por tanto necesita la divina gracia para todo acto conducente a la
salvación, influyó en el planteamiento de San Gregorio para
hacerlo extensivo a su tesis sobre la causa y curación de las
enfermedades.

San Isidoro (hacia 570-636), el erudito escritor e


historiador de los visigodos y obispo de Sevilla, que se encargó
de recopilar las obras de los autores que le precedieron en Las
6
Etimologías , dedicó algunos de sus libros, el IV (a
enfermedades y remedios) y el XI (a las descripciones
anatómicas), a la Medicina a la que consideraba como “filosofía
segunda”; esta obra junto con otra titulada “De natura rerum”,
influirán de forma decisiva en la consideración medieval del arte
de curar, así como en el planteamiento de los clérigos europeos
que durante la Alta Edad Media fueron los protagonistas de la
llamada Medicina clerical.

En estas obras, San Isidoro pone de relieve la importancia


que debe darse al conocimiento de lo que son las enfermedades, y

4
Biblia conocida con el nombre de Vulgata y versión oficial de la Iglesia desde el Concilio
de T rento
5
Por Ejemplo en varias de sus obras como: Crónica de Eusebio, Cartas a Heliodoro, Cartas
a San Dámaso, Cartas a Santa Paula, De Viris Ilustribus,... etc.
6
Esta obra “Originum sive etimologyarum libri. ( XX)”, puede ser considerada como la
primera enciclopedia y está dedicada a las 7 artes liberales entre las que se encuentra la
Medicina.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 52


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

de hecho lo que él hace es recopilarlas y definirlas desde el punto


de vista etimológico, pero referido estrictamente al significado
de las palabras y no a la causa de las enfermedades, ni tampoco a
su tratamiento; por ejemplo, cuando habla del frenesí dice: “el
frenesí es llamado así por el impedimento de la mente, o porque
en él rechinan los dientes, pues rechinar (frendere) es
entrechocar los dientes”. A pesar de estas carencias médicas que
hoy se aprecian en la obra, como expresa J. Fontaine: “la
adopción sistemática del “diccionario” isidoriano ha podido
ejercer una influencia determinante sobre el pensamiento
medieval”. 7

Además hay que tener en cuenta que para los primeros


cristianos, convencidos de la inminencia de la segunda venida de
Cristo y por tanto de la proximidad del juicio final, las
enfermedades y lo que conllevan de penalidades físicas o lo que
es lo mismo, la preocupación por el momento presente, parece
que carecía de la trascendencia que desde nuestra mentalidad
otorgamos a lo que supone de pérdida vivir una enfermedad; esto
puede parecer escasamente trascendente, pero desde el punto de
vista de lo que es un sistema de atención a los enfermos, tiene su
importancia ya que supone el punto de partida de todo sistema
sanitario.

Seguramente este punto de vista también incidió en esta


relación de enfermedad – pecado y curación – acto
sobrenatural.

7
J. Fontaine.- Isidore de Sévilla et la culture clasíque dans l’Espagne visigothique. p. 20.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 53


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Verdaderamente son muchos los casos que aparecen en las


Sagradas Escrituras y que sirven para argumentar estos
planteamientos; probablemente el mejor ejemplo en que se
muestran las virtudes cristianas deseables ante las aflicciones y
los padecimientos, se encuentra en el libro de Job, y los doctores
de la Iglesia se hacen eco de ello y ensalzan la postura del santo
ante las enfermedades, como ejemplo a seguir por todos los
cristianos.

De igual forma son numerosos los casos en los que se


8
muestra a Cristo como sanador ; todos los evangelistas dedican
en sus obras un espacio importante a desarrollar la “misión
sanadora de Cristo”.

Esto, desde el planteamiento de la salud-enfermedad puede


analizarse desde diferentes perspectivas:

! En la Biblia está presente la preocupación de hombres


y mujeres por las enfermedades y la muerte y muchos
de los milagros que se le piden a Cristo que realice
tienen relación con casos de sufrimiento ante
situaciones de enfermedad y muerte.

! La imagen de Cristo como sanador siempre es


ensalzada y siempre se muestra su condición

8
Por ejemplo: Jeremías. 33, 1-23; y en el Nuevo T estamento: Mt. 20, 29-34; Mr. 10, 26-52;
SL. 19, 35-36; SL. 17, 11-19; SL. 14, 1-6; SL. 13, 10-17; Mt. 9, 18-26; SL. 9, 40-56; SL. 9,
26-39; Mt. 8, 28-34; Mr. 5, 1-20; SL. 7, 1-10; Mt. 8, 5-13;... y un largo etcétera.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 54


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

benevolente y condescendiente. Se le presenta en las


Escrituras como sanador por excelencia , igual cura a
hombres o mujeres, ancianos, jóvenes o niños, ricos o
pobres, amigos, seguidores o incluso enemigos
acérrimos de su persona o de su obra.

! Cura cualquier tipo de enfermedades (que hoy


llamaríamos físicas y psíquicas), sin diferenciar entre
ningún tipo de mal; cura a cojos, paralíticos, mudos,
ciegos, leprosos, un enfermo con fiebres, una mujer
9
con hemorragias, expulsa demonios y resucita a
muertos.

! Aunque su sola presencia se presenta como suficiente


para realizar la curación, generalmente esta presencia
va acompañada de un contacto físico al que en las
Escrituras se le concede una importancia decisiva, y
este simple contacto se describe como suficiente para
curar cualquier tipo de enfermedad, física o psíquica, lo
que concede al acto de la curación una connotación
sobrenatural que no establece diferencias entre los
métodos de la curación: por fe, exorcismos o milagros.

Todos estos aspectos que se recogen en la Biblia,


formarán parte para los cristianos, durante siglos, de la forma de
entender la vida y vivirla, dando un sentido a la enfermedad y a
la muerte, al sufrimiento y al dolor; unos planteamientos que
contribuyen a la pérdida de confianza en el propio individuo y a
9
La primera referencia de San Marcos –médico- a una curación realizada por Cristo, 1:23-
27, es la expulsión de un espíritu impuro.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 55


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

que solo la fe sea un valor a considerar, cuestiones que en la vida


medieval alcanzan unas connotaciones trascendentes.

La creencia sobrenatural acerca de la curación de las


enfermedades, que en la Edad Media se llamó “Praeter Natura”
(más allá de la naturaleza) y que implicaba la supresión de todas
las normas del aquí y ahora, marcó una forma de entender el
tratamiento de los enfermos, confiriendo una orientación concreta
a la actuación de los médicos e incluso una limitación para el
desarrollo de la Medicina, así como una pauta a seguir en las
actitudes de las personas que los cuidaban.

Esta tesis, presente en la vida medieval, regirá la atención a


los enfermos haciendo de las oraciones y la imposición de manos
–el contacto físico, unos elementos imprescindibles en su
cuidado.

“La curación de las enferm edades será posible con la


oración y mediante la intervención divina”

Tan arraigada está esta actitud en la vida medieval que la


Iglesia se valdrá de estos signos no solamente como elemento de
veneración sino que incluso serán utilizados para probar la
santidad de alguna persona.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 56


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Pero aunque las bases teóricas que fundamentan desde el


punto de vista religioso-moral las actitudes a seguir por los
cristianos ante las enfermedades y su desenlace, se gestan en los
primeros siglos del cristianismo, algunos acontecimientos que
tienen lugar a lo largo de la Edad Media irán perfilando la forma
de pensar de hombres y mujeres, el modo de enfrentarse a las
enfermedades, y desde luego la actitud de la sociedad ante los
enfermos, lo que tendrá su proyección en la manera de
atenderles, tanto institucional como personalmente.
Algunos de esos acontecimientos, que a mi entender
refuerzan esa tesis y ayudan a que esas ideas vayan asentando en
la sociedad, son por ejemplo: las invasiones de los pueblos
germánicos (ostrogodos, lombardos, francos, visigodos...),
conquistadores de gran parte del imperio romano, que influirán
en la concepción que en occidente se tenga a partir de entonces
(siglos V, VI), tanto de la salud como de la enfermedad y de la
atención a los enfermos.

Esta circunstancia puso de manifiesto que la creencia en el


fin del mundo y en el juicio final como algo inminente, no lo era
tanto, pasando a ocupar un primer lugar los problemas de la vida
diaria y consecuentemente de todo lo relacionado con la salud y
la enfermedad.

Los pueblos germánicos, mantuvieron sus creencias en la


causa sobrenatural de las enfermedades y en sus planteamientos
acerca del uso de plantas medicinales, exorcismos y actos
sobrenaturales para su curación, y al asimilar el derecho romano
y desarrollar un derecho práctico que regulaba las relaciones

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 57


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

interpersonales dentro de sus comunidades, también influyeron


en el establecimiento de normas relativas a las cuestiones de
salud pública e incluso a la relación que los médicos y
sanadores/as debían de mantener dentro de la comunidad,
estableciéndose en las ordenanzas aspectos tales como salarios,
sanciones y castigos para las personas que atendían a los
10
enfermos.
La implantación, cada vez más importante, de la religión
cristiana en estos pueblos germánicos, aunque no modificó estas
creencias en las causas y curación de las enfermedades, si supuso
cambios para los enfermos, que serán acogidos en hospitales, que
en los primeros siglos de la época medieval, tendrán unas
características que no volverán a darse hasta bien entrada la
época Moderna.

Por ejemplo en la Península Ibérica, en el Gran Hospital de


Mérida (el más importante del que existe constancia documental
para la Alta Edad Media), eran atendidos sin ninguna distinción
enfermos/as de cualquier religión, siendo la única condición

10
Las leyes Wisigotorum hacen referencia a la asistencia médica y basándose en ellas el
Fuero Juzgo dice: “si algún fisico sangrase algún ome libre, si enflaqueciere por la
sangría, el físico debe pechar CCL sueldos , e si muriere, metan al físico en poder de los
parientes, que fagan del lo que quisieren. E si el siervo enflaqueciere por sangría, entregue
el médico otro tal siervo a su seños” T ambién en la VII Partida, T ítulo VIII, Ley VI, se
establecen unas leyes similares.
Carlomagno estableció la enseñanza regular de la Medicina: (Capitular de T hionville, 805)
En la segunda mitad del siglo VI, la reina Anstriquilla, esposa del rey franco Gontrau,
encontrándose muy enferma, y como los médicos que la atendían no conseguían curarla,
pidió al rey que ordenase decapitarlos “para que no entrase sola en el reino de la muerte”
y así parece que se cumplió.
Varios autores tratan estos temas, por ejemplo: Sendrail, M.- Historia cultural de la
enfermedad. Madrid 1983; Schipperges.- El jardín de la salud. Medicina en la Edad Media.
Barcelona 1987; Collière, M.F.- Promouvoir la vie: de la pratique des femmes soignantes
aux soins infirmiers. París 1982; Kenny, M.; de Miguel, J.- La Antropología médica en
España. Barcelona 1980

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 58


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

exigida para ser internado en el hospital y asistido en él, estar


enfermo/a. 11

Estas ideas religioso-morales acerca de la salud y la


enfermedad, fueron asentándose y consolidando en el mundo
altomedieval y muy probablemente el sistema feudal en que vive
la sociedad (jurídicamente ordenada en tres estamentos: los que
luchan, los que rezan y los que trabajan), constituye un buen
sustrato para que esas ideas consolidasen. Si el orden social
establecido era considerado “natural”, es decir establecido por la
naturaleza, o lo que es lo mismo por Dios, este orden que
sujetaba a las personas a otros hombres y las hacía dependientes
(servidumbre y vasallaje), podría esgrimir muy probablemente,
los mismos principios para argumentar los por qué de la salud, de
las enfermedades y de la muerte, confiriendo un afianzamiento en
los planteamientos de disminución del valor individual de la vida
en este mundo y un aumento del valor de la vida en el más allá.

La invasión de los pueblos árabes en los reinos hispánicos


también constituyó un hecho decisivo en la consideración acerca
de la salud-enfermedad y es que en el mundo árabe, tan
estrechamente ligado a la vida de los hombres y mujeres
medievales de la península Ibérica, existían aspectos comunes
con las ideas judeocristianas acerca de la salud y la enfermedad.

Los musulmanes otorgaban a Alá poderes para provocar


enfermedades, desde luego como castigo por los pecados

11
Orlandis, José.- “La asistencia a los pobres en la iglesia visigótica” A pobreza e
assistência aos pobres na península ibérica durante a idade média. Actas das primeras
Jornadas Luso-espaholas de História medieval. Lisboa 1972. Pp.700-715

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 59


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

cometidos por los hombres; sin embargo su concepto de


enfermedad parece que estaba desligado de todo estigma moral.

Los musulmanes también utilizaban el recurso de la


oración como un medio para conseguir la ayuda divina y por
tanto merecer un milagro y sanar de la enfermedad, pero a
diferencia de los cristianos, para los musulmanes la ayuda de Alá
se manifestaba por medio de la actuación del médico, de tal
manera que éstos alcanzaban la redención de sus pecados al
realizar una buena obra, concediendo así a la compasión, un
poder redentor. El determinismo, que constituye una idea
constante del pensamiento de los musulmanes “siempre se
realizará el destino concreto prefijado desde siempre”, tenía su
proyección, tanto en la aceptación de las enfermedades por los
musulmanes como en la consideración que la medicina y los
12
médicos alcanzaron en la sociedad. . El criterio médico acerca
de la sociedad no será cuestionado y se aceptará sin que su
decisión tenga consecuencias negativas para el médico, como el
contrario ocurría en la cristiandad. Avicena decía: “ El médico
juzgará apoyado en su ciencia de los signos; sabrá si el enfermo
debe morir y se abstendrá de tratarlo”. Algacel decía: “Si no
hay curación posible, la prudencia del médico consiste en
13
explicar la incurabilidad”

12
Una sentencia atribuida a Mahoma, dice: “Sólo hay dos ciencias: la teología –salvación
del alma-, y la medicina –salvación del cuerpo-“. En distintas fuentes árabes, por ejemplo
Los Consejos médicos, “decires o hadices” de Mahoma y sus primeros compañeros y
basándose en esos consejos se elaboró muy pronto una “ Medicina del Profeta o Profética”.
Esta medicina llevó a la consideración positiva de los médicos, que fueron equiparados a
los jueces, al recitador de las preces y al emir o jefe militar.
Varios historiadores de la Medicina tratan estos temas, por ejemplo, García Ballester, Luis.-
Historia social de la Medicina en la España de los siglos XIII al XVI. Madrid 1976; y Laín
Entralgo, P.- Historia de la Medicina. Madrid 1979
13
Citado por Laín Entralgo pp175. Op. Cit. 12

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 60


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Esta necesidad de intermediarios conocedores de temas


relacionados con las enfermedades hizo que se desarrollase en
esta cultura un interés especial por el conocimiento médico y por
eso la cultura médica entró en Europa de la mano de los médicos
árabes.

Sin embargo en occidente en la época medieval, y a pesar


de todos los cambios que la influencia árabe produjo en el
conocimiento médico, siguió en gran medida vigente la tesis de
Gregorio de Tours, e incluso la Medicina (igual que otras
ciencias) se vio influenciada de una forma importante y creciente
por planteamientos relacionados con las fuerzas ocultas de la
naturaleza, la astrología y la magia, lo que dio lugar a una
concepción estática de las ciencias. En cualquier ciencia se parte
de una relación de causa – efecto, pero no sujeta a la influencia
de fuerzas sobrenaturales ni ocultas, pero esto si se produjo en la
Edad Media, con la consiguiente ralentización en el avance del
conocimiento y desde luego del saber médico.

El ejercicio de la Medicina, a lo largo de la Alta Edad


Media, fue desempeñado en occidente, habitualmente por
religiosos, de aquí su nombre de Medicina clerical, pero tras el
Concilio de Clermont (1130) fue prohibido repetidas veces a los
religiosos ejercer “el arte de curar”, originando la paulatina
profesionalización de los médicos, es decir el paso de la
14
Medicina vocacional a la profesional .

14
Riera, Juan.- Historia, Medicina y Sociedad. Madrid 1985

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 61


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Esto parece que ocasionó que surgiera el afán de lucro en


los médicos, lo que dio origen a múltiples críticas lanzadas desde
diversos sectores de la sociedad, hacia ellos y hacia su actitud;
por ejemplo, Juan de Salisbury en su obra Metalogicus dice:
“ostentan a Hipócrates y a Galeno, profieren palabras nunca
oidas y consternan las mentes, como inflándoles con truenos, con
15
los más extraños nombres...”

Esta falta de confianza en los médicos y la Medicina


también hay que tenerla en cuenta, ya que probablemente incidió
en la pervivencia de los postulados de Gregorio de Tours,
aunque también es posible que esa situación sirviese de acicate al
propio desarrollo de la disciplina médica que se llevará a cabo
desde Salerno, Monpellier y París, principalmente.

Por su parte los teólogos bajomedievales, no modificaron


sustancialmente estos planteamientos de base, acerca de las
actitudes a seguir ante la enfermedad y la muerte. El desprecio y
rechazo al cuerpo humano, planteado en muchas de las obras de
los autores religiosos de los siglos centrales de la Edad Media,
lejos de modificar las creencias existentes, las afianzaron,
asentándose de forma definitiva la creencia en las oraciones y el
contacto físico, entendido éste como “la imposición de manos”,
como los mejores medios de que podía disponerse para ser
sanado, en el caso de ser merecedor de ello.

San Buenaventura, Santo Tomás de Aquino y San


Francisco de Asís, entre otros, hacen manifestaciones acerca de
los peligros que entraña el cuerpo. Por ejemplo para San
Francisco de Asís, el cuerpo es objeto de sospecha o recelo, “...la
15
P.Laín Entralgo.- Historia de la Medicina. Madrid 1979. (Especialmente el capítulo 5
dedicado a la Ética médica)

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 62


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

carne debe ser mortificada y despreciada, tenida por vil y


abyecta...” (Regla 1, XVII, 15); “...odiemos el cuerpo con sus
vicios y pecados porque el diablo quiere que vivamos
carnalmente...” (Regla 1, XXII, 5); “...hagamos de nuestros
cuerpos objeto de oprobio y desprecio...” (Carta a todos los
frailes 2, 46); “...es el enemigo mediante el cual se cometen
pecados...” (Admoniciones, 10, 2)

♦ La Naturaleza humana desde la visión teológica medieval

Pero, ¿cuál fue la aportación teólogo-filosófica a partir del


siglo XI, acerca de la naturaleza humana? ¿qué sabían y qué
aportaron al conocimiento científico sobre el hombre los
pensadores de los siglos centrales de la Edad Media?
Todo un mundo de contradicciones; por una parte la
imposición de manos como medio sanador, y por otra el rechazo
del cuerpo humano por ser causa de pecado y condena. Unas
contradicciones que llevan a planteamientos acerca del
significado que realmente tenía para los hombres y mujeres del
medievo, la condición humana. Unas reflexiones presentes en el
pensamiento de filósofos y teólogos medievales 16 .

En general se podría resumir este pensamiento en cuatro


puntos:

16
Laín Entralgo en su obra Historia de la Medicina, hace un estudio bastante amplio acerca
de este tema

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 63


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

1).- Adaptación cristiana de la concepción del hombre


como microcosmos.

El universo o “macrocosmos”, creado por Dios, está


representado simbólicamente por Él y como el hombre fue
creado a su imagen y semejanza y teniendo en cuenta que el
mismo Dios se encarnó en Hombre en la segunda persona de la
Trinidad, el hombre simboliza como “microcosmos” la realidad
del universo o macrocosmos.

Así, la idea cristiana y microcósmica de la


naturaleza humana estaría representada por cuatro elementos
esenciales: Dios como creador, el macrocosmos, Jesucristo y el
hombre como microcosmos.

Para que el hombre realice la condición


microcósmica de su naturaleza, debería hacerlo por medio de tres
circunstancias: 1) mediante la condición exclusivamente propia
de su entidad como hombre, ya que en la realidad humana se
combinan todas las formas de vida, tanto activas como pasivas,
que existen en el cosmos: animal, vegetal, mineral y astral; 2) de
una forma rítmica, teniendo en cuenta que todos los movimientos
del hombre están en conexión con los ciclos del mundo natural:
animales, estacionales y lunares; y 3) teniendo en cuenta que el
hombre sigue un proceso a lo largo de su existencia, desde el
nacimiento hasta la muerte, al igual que el mismo universo.

No obstante, en esta correlación entre macrocosmos


y microcosmos, no existiría un paralelismo total ya que podría
existir un momento causal que ejercería como determinante,

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 64


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

momento causal en el que la acción de los astros sería


determinante –fundamento de la Astrología- cuestión de
importancia creciente y decisiva en muchos aspectos de la vida
bajomedieval y muy especialmente en todo lo relacionado con la
salud y la enfermedad. Sin embargo, este determinismo causal
originó controversias en el seno de la Iglesia ya que entraba en
contraposición con la libertad de cada individuo.

2).- La naturaleza humana como proceso


El hombre, desde su nacimiento hasta la muerte es
un caminante, un “viator”, que solo está en la tierra de paso. Su
vida es un camino hacia el más allá y mediante las buenas obras
que realice alcanzará la gloria eterna, la salvación, o será
merecedor del castigo y la condena si sus obras no son
merecedoras de recompensa; pero además su estancia sobre la
tierra sirve para cumplir con los designios que ya fueron
apuntados en una sentencia del seudo-Areopagita y asumidos
por los pensadores de la Baja Edad Media y que hacían
referencia a la función entre cósmica y sacra a desempeñar por
los hombres; así, “las cosas inferiores pertenecientes a la
naturaleza –piedras, animales, vegetales- son elevadas hacia las
supremas –Dios-, a través de las medias –el hombre-, cumpliendo
éste así una misión trascendental en la naturaleza y ocupando “su
sitio” en ella”.

Este “estar de paso” en este mundo, moduló las


actitudes ante la enfermedad y los enfermos; la Iglesia marcó la
pauta de actuación de médicos y cuidadores llegando a indicar el
orden preferencial en su atención, imponiendo castigos a los
profesionales que no cumpliesen esas normas y recordando a los
enfermos cual sería su destino. No importa lo que le suceda al

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 65


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

cuerpo humano, lo importante es que cumpla con el fin para el


que fue creado. Por eso, en numerosos Sínodos 17 de la Iglesia se
hace mención expresa a que lo que hay que hacer ante un
enfermo es conminarle a que cumpla con los mandamientos de
la Iglesia y confiese sus pecados, cuestión que si el enfermo o la
familia de éste no cumplen será suficiente motivo para no ser
cuidado y atendido médicamente en su enfermedad.

3).- El hombre, imagen y semejanza de Dios


Es ésta una sentencia que está presente en las
Sagradas Escrituras y asumida por todos los cristianos, pero,
¿qué quiere decir esto? ¿cual es esa semejanza de la naturaleza
humana respecto a la infinita, omnipotente y misteriosa
naturaleza divina?

Para los teólogos clásicos del siglo XIII, lo que hace


al hombre semejante a Dios, son la inteligencia y la razón
humana.

17
Son numerosos los Sínodos de la Iglesia en los que se hace referencia a cual debe ser la
actitud a seguir ante los enfermos; por ejemplo: Sínodo de Juan Arias Dávila,
(Aguilafuente 3-6 de junio 1478), capítulo 12:”que los físicos sean tenidos dentro del
terçero día de amonestar al enfermo que curaren que confiese e resçiba sus sacramentos”.
En el mismo Sínodo, capítulo 18: “que los médicos hagan confesar los enfermos” .Las
amonestaciones no solo se dirigen a los médicos, también a los enfermos, por ejemplo en
las Constituciones de D. Pedro, Obispo de Palencia y conde de Pernia, en el Sínodo del año
1500, Palencia se dice en el apartado 64:”que los fieles no llamen a los físicos infieles en
sus enfermedades”. Por último y solo a manera de ejemplo, en el Sínodo de Luis Cabeza de
Vaca de 1545, Burgos, se sigue insistiendo en estas cuestiones, así en el capítulo XI, 6 se
dice: “que los médicos no visiten tercera vez a los enfermos, hasta que estén confesados y
comulgados”

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 66


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

El hombre, que es libre para elegir el camino que le


conduce al fin y por lo tanto responsable, dice Tomás de
Aquino, es precisamente esa libertad lo que le proporciona su
inalienable dignidad como persona; el hombre tiende a su
perfección en la posesión de la verdad y la bondad por una
irrefrenable exigencia de su naturaleza y no, como dicen estoicos
y deterministas, por la necesidad extrínseca de la naturaleza
cósmica.

Pero estos postulados tomistas también tuvieron sus


oponentes; las tesis de San Buenaventura (1221-74) por ejemplo
y sobre todo las de Juan Duns Escoto (1266-1308) (ambas
reflejan fielmente las diferencias entre el pensamiento de
dominicos y franciscanos), se apartan de los planteamientos de
Santo Tomás.

Para Duns Escoto18, lo que le hace al hombre ser imagen y


semejanza de Dios, infinitamente libre y poderoso antes que su
infinito entendimiento, es primero, la libre voluntad de su alma y
sólo en segundo lugar su inteligencia. Este paralelismo, que sitúa
en primer lugar la libertad y en segundo término la inteligencia,
es lo que hace al hombre “a imagen y semejanza”, situándole por
encima de todo lo creado y en eso precisamente radica su
dignidad.
Para el voluntarismo de Duns Escoto es la recta
voluntad, no la recta razón, el artífice de la vida moral. Las tesis
de este autor influirán decisivamente en la elaboración de la
ciencia y la tecnología modernas ya que a partir de sus
planteamientos, toda necesidad natural del mundo creado será

18
Bujosa Homar.- Filosofía e historiografía médica en España. Madrid 1989

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 67


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

para el espíritu humano, a priori, una necesidad de


“supossitione”.

4).- Las consecuencias del pecado original


Para los teólogos platonizantes del cristianismo
primitivo el pecado original, aunque redimido por Jesucristo,
supuso una herida importante y trascendente de la naturaleza
humana.

Así, para San Agustín, “el mal es una corrupción de


la naturaleza que se produce por el ejercicio de la voluntad del
hombre” y en definitiva las consecuencias del pecado original
son tan negativas que influyen en la predestinación de los
hombres, de hecho esas consecuencias se plasman
irrefutablemente en el primer pecador, Adán; las diferencias son
substanciales entre el Adán del Antiguo Testamento al que se
describe como longevo (930 años) y con buena salud (se diría
que sin sufrir enfermedades) y el Adán que nos ofrece el Nuevo
Testamento donde se le muestra longevo pero con los achaques y
las características que confiere al hombre no solo la edad sino
también las enfermedades, unas condiciones físicas que como
consecuencia del pecado son apreciables y ostensibles.

Siglos después, otro pensador de gran influencia en


el misticismo medieval, Juan Escoto Ericena (nacido hacia el
810-825), que tomó parte en la controversia sobre la
predestinación, ideas por las que fue condenado en sucesivos
concilios de la Iglesia, añadió que solo puede haber una

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 68


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

predestinación para el bien pues el mal no tiene realidad última y


Dios no puede preverlo ni predestinarlo.

Influidos por este pensamiento, para los teólogos


bajomedievales, aunque desde luego el pecado original sigue
existiendo, sus consecuencias son menos negativas, menos
trascendentes para la naturaleza humana. Sobre este punto las
diferencias entre San Agustín y Santo Tomás son abismales.

El hombre, en su condición masculina, como


descendiente de Adán, es un ser pecador, pero ese pecado, al que
fue conminado por la mujer, solo implica una falta de su
voluntad, una falta cometida en el ejercicio de su libertad y no
supondría, a priori, más que una flaqueza de su inteligencia y su
razón. La verdaderamente culpable sería la mujer, quien habría
demostrado mediante este acto de incitación al pecado, su
debilidad, una naturaleza afín con la carencia de inteligencia y
razón.

Los teólogos bajomedievales, fieles a los postulados


19
cristianos y aristotélicos acerca de la inferioridad femenina , se
afianzan en esas creencias misóginas e inciden en ellas, teniendo
esta postura un amplio reflejo en el cuidado y la atención a los
enfermos, e incluso en la atención que las mujeres reciban
cuando sean ellas las necesitadas de ayuda.

19
Es cada vez más numerosa, la literatura sobre estos temas, por ejemplo: Mª Angeles
Durán.- Si Aristóteles levantara la cabeza. Madrid 2000; Robert Archer.- Misoginia y
defensa de las mujeres. Madrid 2001

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 69


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

En definitiva, el conocimiento científico sobre el


hombre se va configurando durante la Edad Media, pero no
debemos de olvidar que este que hemos expuesto es el
pensamiento de los filósofos y teólogos y desde luego el
pensamiento que influirá en la sociedad, pero lo que el hombre
piensa acerca de la condición humana depende en buena medida
de lo que realmente es.

III 2 .- PLANTEAMIENTO MÉDICO

Los médicos, como miembros de la sociedad, están


influenciados por el pensamiento de los filósofos y teólogos y no
solo influenciados sino sujetos, igual que los demás, a los
designios de la Iglesia.

Por eso, es importante tener en cuenta cómo la Iglesia fue


gestando su idea acerca del ser humano y las implicaciones con
los procesos de salud-enfermedad, así como los planteamientos
vigentes en cada época, ante la causa de las enfermedades y su
curación, ya que son determinantes a la hora de atender a los
enfermos.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 70


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Por lo tanto y en principio, los planteamientos de base en


que se fundamentan los postulados médicos, son los aceptados y
establecidos por los filósofos y además por los teólogos cuando
nos referimos a la época medieval.

Se trata ahora de analizar, por supuesto teniendo en cuenta


estos principios, cual era el conocimiento estrictamente médico
acerca del hombre, del funcionamiento de su organismo, de la
conservación de su salud y de cómo influían las enfermedades en
el organismo humano; es decir, qué era la enfermedad, para
poder entender cómo solucionarla, o lo que es lo mismo, cual era
el marco teórico que guiaba la actuación médica, y plantearnos
después el por qué de unas pautas concretas de actuación a seguir
para el cuidado de los enfermos.

Así como los planteamientos que se hacen en las Escrituras


acerca de la enfermedad, enfermos y sanadores, sirven de punto
de partida para la elaboración de la filosofía cristiana medieval en
relación con estos temas, el saber médico se apoya en los
postulados de los griegos.

Y no se trata de remontarnos a esta cultura por el mero


hecho de hacerlo, sino porque en este campo del conocimiento
médico, serán los paradigmas griegos los que estén vigentes
durante toda la Edad Media (también en gran parte de la
Moderna) y por tanto, la base del saber y de la actuación médica
y también la guía de actuación de todas las personas no
profesionales, que se encargaban del cuidado y atención a los
enfermos.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 71


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

♦ El saber médico griego

Cabría preguntarnos por qué el conocimiento médico que


se tiene en occidente en la Edad Media acerca de la salud y la
enfermedad, se basa en la aportación hecha por los pensadores
griegos, pero en realidad no existe una gran diferencia con otras
parcelas del saber.

Lo que parece claro, es que los griegos desarrollaron una


gran cualidad: la capacidad de observación y se valieron de ella
para aplicarla al conocimiento de las enfermedades y su solución
posible.

Desde los presocráticos esta cualidad se pone de


manifiesto; en las obras de Homero, tanto en La Iliada como en
La Odisea, se describen no solamente viajes y guerras, también
se habla de enfermos, de enfermedades, de viejos, de muertos y
de jóvenes, y del valor que suponía para el pueblo griego tanto la
juventud como la vejez y la muerte, y la equiparación de estas
etapas de la vida con la salud y la enfermedad; recordemos cómo
el regalo que Calipso quiso dar a Ulises para retenerle fue
precisamente el elisir de la eterna juventud, el mismo regalo que
hizo Zeus a Gamínedes, y que el sortilegio de Medea a Eson,
regalo que implicaba no solo ser siempre joven, sino estar
siempre sano y siempre bello, las bases de los postulados griegos
sobre la salud.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 72


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Hesiodo en su obra “Los trabajos y los días” cuenta cómo


Zeus para castigar y vengarse de los hombres a los que Prometeo
había concedido el fuego, les envió a Pandora que esparció entre
ellos “las crueles enfermedades que la vejez acarrea a los
hombres”

Estos testimonios ponen de relieve la consideración que les


merecía a los griegos la salud y la enfermedad y su equiparación
con etapas de la vida: juventud y vejez.

20
Por tanto y siguiendo a Laín Entralgo , se podría decir que
fueron tres los recursos que sirvieron de base a los griegos
homéricos para desarrollar el conocimiento acerca del cuerpo
humano:
1. Su observación directa
2. La experiencia sobre las heridas recibidas en las
batallas
Probablemente también, la visión de los cadáveres,
abandonados por no ser merecedores de ser sometidos a los ritos
religiosos del enterramiento o incineración.

Y también parece que fueron tres las causas a que


atribuyeron las enfermedades:
1. causas traumáticas
2. causas ambientales, y
20
. Op. Cit. 12

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 73


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

3. castigos de los dioses

Las primeras, las heridas, son las causas más frecuentes


descritas en las obras de Homero; por ejemplo en la Iliada, se
describen heridas en varias partes del cuerpo y producidas por
distinto tipo de armas. Homero narra con precisión la actitud que
mantiene el herido y su reacción en función del lugar del cuerpo
donde se haya producido la lesión, así como la relación entre la
gravedad de la herida basándose en el lugar donde ésta asiente.

La influencia del medio ambiente, es decir de los


fenómenos ambientales, calor, frío..., también es mencionada en
las obras homéricas y no se relacionan estos fenómenos y su
acción sobre la salud con los fenómenos mágicos.

Pero sí es patente en la mentalidad homérica que existen


enfermedades directamente producidas por las divinidades como
se pone de manifiesto en la peste que Apolo lanza contra los
Aqueos (Il. I)

En función de estos criterios, las actividades que estos


griegos de los siglos IX y VIII parece que realizaban para tratar
sus dolencias eran de dos tipos: unas basadas en planteamientos
empíricos y que eran utilizadas para combatir la enfermedades
que estarían producidas por causas “naturales”, recurriendo en
estas situaciones a hierbas y alimentos utilizados como pócimas,
así como baños y el lavado de las heridas y actuaciones más o
menos quirúrgicas como es el caso de los vendajes que aparecen
en algunas de las obras de arte de estos siglos, por ejemplo en un

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 74


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

vaso se representa a Aquiles curando el brazo de Patroclo; otro


tipo de actuaciones estarían relacionados con actividades mágicas
como se pone de manifiesto en ambas obras homéricas en
las que se describe cómo los enfermos beben las mezclas hechas
con hierbas y alimentos refiriéndose a ellas como hechizos o
bebedizos; de hecho en estas obras se hace referencia a mujeres
que gozan de prestigio por ser precisamente hechiceras, es el
caso de Agamede, Polidamna, Helena y Circe.

Se preguntan los historiadores de la Medicina qué fue lo


que pasó en el mundo griego entre los siglos VIII y VI, para que
se produjese el salto cualitativo de la Medicina empírico-mágica
que describe Homero en sus obras, al nacimiento de la Medicina
“técnica”, es decir, una Medicina basada en la ciencia de la
21
Naturaleza. Laín Entralgo se responde que básicamente es el
desarrollo de dos conceptos: el de phisis o naturaleza, principio
de todas las cosas, argumentado racionalmente por los filósofos
presocráticos y el de tek hne o arte, no considerado simplemente
como un oficio, sino elevado a la plena dignidad intelectual y
social mediante dos procesos, uno de purificación, que excluye
cualquier tipo de maniobra relacionada con la magia, y otro de
racionalización, infiriendo al quehacer técnico –u oficio
artesanal-, una categoría distinta, al ser realizado aquello que se
hace, basándose en el conocimiento racional y no solo empírico.

El desarrollo de estos dos conceptos, phisis y tekhne,


parece que será determinante para que alrededor del año 500 a.C.
surja la Medicina “reflexivamente basada sobre la idea de la
22
phisis y el conocimiento científico de ésta” .

21
Op.Cit.14
22
Citado por Laín Entralgo en Historia de la Medicina, p.59

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 75


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Este autor, Laín Entralgo, establece ocho periodos


diferenciados en la evolución de la Medicina greco-romana, pero,
no por falta de interés, sino más bien porque este tema se escapa
del propósito de este trabajo, me limitaré a describir cual era, en
síntesis, el conocimiento que sobre el saber médico acerca de la
enfermedad legaron al mundo occidental los griegos y que
perduró a lo largo de tantos siglos.

Desde las escuelas médicas de Cos, Crotona y Cnidos, el


saber médico se fundamenta en el conocimiento de la phisiología
o ciencia natural enunciada por los presocráticos y desde
Hipócrates de Cos, el “padre” de la Medicina, (de aquí el término
de “Medicina Hipocrática”), hasta la medicina de Galeno, se irá
configurando un saber en el que por primera vez se cumplan las
tres condiciones que lo configuran como tal: a) exigencia
sistémica u ordenamiento basado en principios ciertos y
racionales; b) exigencia metódica o elaboración e incremento de
ese saber mediante la utilización de un método que garantice la
veracidad de ese saber, y c) exigencia teorética o apoyo doctrinal
o teórico en que fundamentar la acción y que permite dar
respuestas desde el conocimiento científico y no solamente desde
el conocimiento práctico o empírico y que por tanto capacita
responderse de una forma más o menos satisfactoria a preguntas
tales como ¿qué es en si mismo aquello que estudio?, pregunta
que aplicada estrictamente al saber médico se transformaría en
¿qué es el hombre, cómo funciona su organismo y qué es la
enfermedad?

Es evidente que el conocimiento acerca del hombre, de su


constitución ósea y orgánica y de su funcionamiento, precede al

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 76


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

desarrollo mismo del conocimiento acerca de las enfermedades,


complementándose ambos tipos de saberes y configurando en
uno solo lo que llamamos saber médico.

! El conocimiento anatomo-fisiológico

Será a lo largo de los ocho siglos que transcurren desde


Tales de Mileto a la muerte de Galeno, cuando este saber se vaya
construyendo en base al progresivo conocimiento acerca de la
phisyología, entendida ésta con un sentido mucho más amplio
que el que hoy le otorgamos (estudio de las funciones del cuerpo
humano) y que incluía tanto la actividad mental -de la psyquis- ,
como la forma o morfología –hoy anatomía-. Para los griegos, la
forma anatómica y la función biológica no eran más que dos
momentos “esencialmente inconexos de la adecuada realización
23
visible de la physis humana” .

La physiología así entendida, constituye por tanto la base


del conocimiento médico y el objeto de estudio de los médicos de
la antigüedad clásica.

En relación con el conocimiento de la Anatomía (estudio


del número, estructura, situación y relaciones de las distintas
partes del cuerpo), habría que distinguir dos momentos, uno
anterior y otro posterior a la Escuela de Alejandría; esta división
se debe a que los integrantes de esta escuela basaron su
conocimiento anatómico en la disección de cadáveres humanos lo

23
Op. Cit 12, p. 72

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 77


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

que confirió veracidad a sus aportaciones; la búsqueda de


similitudes entre el organismo humano y el de algunos animales,
fue la causa de errores importantes, unos subsanados y otros no,
por médicos pertenecientes a esta escuela de Alejandría, como
24 25
Herófilo y Erasístrato , errores que pervivieron en Europa
hasta los siglos XVI y XVII.

Pero los planteamientos renovadores de estos dos


anatómicos, no tuvieron la continuidad que hubiese sido
deseable; el movimiento empírico, reaccionó de forma decidida
contra la fundamentación científiconatural de la Medicina, que
había sido propuesta por Herófilo y Erasístrato, y los empíricos
rechazaron toda explicación casual y el estudio de cadáveres
24
Herófilo (285 a.C.), médico griego que contribuyó a la creación de la Escuela de
Medicina de Alejandría y considerado el primer gran anatomista de esta escuela. A él se
deben importantes aportaciones al conocimiento de la estructura del cuerpo humano, como
son: sobre el cerebro: descripción de las meninges; del ojo: descripción de tres membranas:
cornea, coroides y “ retina” palabra que incorporó al léxico médico, igual que el término
“ duodeno” con el que designó a la primera porción del intestino delgado; aparato
reproductor, principalmente útero y ovarios; sobre la próstata; denominó vena arteriosa a la
que hoy se conoce como arteria pulmonar y a él se debe el concepto de que las arterias
contenían sangre y neuma mientras que las venas solamente sangre; hizo un análisis del
pulso tanto desde el punto de vista cualitativo: duro, tembloroso..., como cuantitativo, e
ideó un método de tomar el pulso con un reloj de agua –clepsidra- (inventado por Hero o
Herón de Alejandría).
25
Erasístrato (320?-257 a.C.), aunque perteneciente a esta escuela de Alejandría, fundó su
propia escuela de Medicina en Esmirna. Las numerosas disecciones que realizó le
permitieron ser el primero en describir y mencionar la tráquea, pero cometió el error de
creer que el fin de la respiración era llenar de aire las arterias. Fue el primero en establecer
diferencias entre los nervios sensitivos y motores; dio nombre a la válvula tricúspide;
inventó un catéter; elaboró su doctrina acerca del parénkhyma o porción no fibrosa de las
vísceras, concebida como el resultado del proceso de efusión, coagulación y transformación
que sufría la sangre al llegar a las vísceras; concibió la digestión como un proceso mecánico
afirmando que el exceso de alimentos llevaba a la plétora venosa lo cual era el origen de la
inflamación a la que consideró un trastorno mecánico vascular considerándole a su vez la
base de la fiebre y de la aceleración del pulso. Otro de sus errores fue creer que el bazo no
servía para nada, decía: “ la physis funciona adecuadamente pero a veces hace cosas
inútiles”.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 78


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

desterrando esas prácticas de sus estudios, argumentando que


suponían algo repugnante y envilecedor y por ello tampoco eran
válidas como método de estudio ya que las condiciones entre los
cadáveres y los seres vivos eran totalmente distintas.
Estos postulados se mantuvieron vigentes hasta los
tiempos modernos y de hecho Galeno no se valió de esas
prácticas para sus investigaciones a pesar de lo cual la
sistematización del conocimiento anatómico antiguo culmina con
26
su obra.
Galeno de Pérgamo (130 d.C.), uno de los más grandes
médicos del mundo clásico, no se basó en el estudio de
cadáveres, al contrario que sus maestros, sino en la búsqueda de
analogías con los cadáveres de animales que estudió, lo que fue
el origen de sus errores en este campo, que se mantendrán hasta
la época Moderna. Algunos de sus principales errores fueron por
ejemplo: su descripción del cartílago tiroides semejante al del
cerdo; la descripción del hígado con cuatro lóbulos y su visión de
este órgano como centro del sistema venoso; su descripción del
sistema musculo-esquelético de la mano semejante al del mono;
la existencia de canales o poros que perforarían el tabique
interventricular del corazón comunicando funcionalmente sus dos
ventrículos; el sistema de ramificación de las carótidas en la base
del cerebro que formarían lo que llamó “rete mirabile”, red
admirable; etcétera.

No obstante estos errores, las aportaciones de Galeno son


trascendentales. Asumió la anatomía general propuesta por
Aristóteles y su distinción entre partes similares y disimilares y

26
Prácticamente todos los historiadores de la Medicina han estudiado la influencia de
Galeno en la Medicina occidental, sirva como ejemplo, García Ballester en Historia social
de la Medicina en la España de los siglos XII al XVI; Laín Entralgo enHistoria de la
Medicina; y Riera Palmero en Historia, Medicina y Sociedad.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 79


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

transformó en un canon médico la doctrina hipocrática


establecida en “Sobre la naturaleza del hombre”, asociando los
cuatro elementos de Empédocles, los cuatro humores cardinales y
los cuatro pares de cualidades opuestas.

Lo más trascendente de la obra de Galeno es la visión


unitaria de la morfología (anatomía) y la función (fisiología)
consideradas ambas, así unidas entre sí, solo manifestaciones de
la physis del hombre y a través de ellas solo una manifestación
de la physis universal.

Por ello, en la obra anatómica de Galeno se conciben tres


momentos principales de un sistema morfológico: la idea
descriptiva o punto de vista teórico desde el que describe cada
parte; el concepto de parte y el método de las descripciones
particulares. En definitiva, infunde a su obra un carácter
sistémico y descriptivo que se mantendrá plenamente vigente
hasta la Edad Moderna.

García Ballester 27 , señala cuatro elementos que integran la


obra de Galeno:
- la tradición hipocrática

- el pensamiento de Platón y Aristóteles asimilado a


través del sincretismo estoico de Posidonio
- los enfoques enfrentados de las distintas escuelas de
Medicina

27
Op. Cit nº 12

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 80


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

- sus contribuciones originales a la Medicina.

Las aportaciones de los griegos acerca del conocimiento


del ser humano no se ajustarían a la realidad si nos detuviésemos
exclusivamente en examinar su legado desde el punto de vista
anatómico; sus preocupaciones fueron más allá de saber cuantos
músculos, órganos o huesos tenía el hombre y donde estaban
situados; su interés estuvo también centrado en conocer cómo
funcionaba cada parte del cuerpo, qué misión desempeñaba cada
órgano en el mantenimiento de la vida e incluso cómo y por qué
se producía la vida, además, claro está, de entender por qué y
cómo el ser humano enfermaba y moría.

Por eso es necesario revisar que es lo que los griegos


pensaron acerca de cómo y por qué se producía la vida, es
decir, cómo fueron construyendo sus teorías acerca de la vida
misma.

Los presocráticos, partiendo de la composición de los


cuerpos naturales, por tanto también de la composición del
hombre, llegaron a elaborar una de las principales doctrinas de
28
toda la antigüedad: el neumatismo .

28
Neumatismo: doctrina fisiopatológica clásica que combina el neuma o principio vital con
los elementos y atribuía todas las enfermedades a la alteración de la constitución de aquel
principio.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 81


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

El punto de partida fueron los planteamientos de Alcmeón


de Crotona29 (último tercio del siglo VI a.C.) que concibió la vida
(y por tanto la salud) como el equilibrio o mezcla proporcional de
las cualidades o potencias, distinguiendo una serie de
contraposiciones entre los elementos: “lo húmedo-lo seco, lo
frío-lo cálido, lo amargo-lo dulce...”, estableciendo a partir de
estos postulados cómo y por qué se producía la enfermedad, que
no era otra cosa que el predominio de cada opuesto que
provocaba la corrupción; la enfermedad por consiguiente podía
producirse por distintas causas: 1) por razón de la causa eficiente,
o lo que es lo mismo por un exceso de lo caliente o lo frío; 2) por
razón de la ocasión, es decir, por un exceso o defecto de la
alimentación; 3) por razón del lugar, pudiendo ser por la sangre,
la médula o el cerebro; 4) por razón de causas externas, que
incluían diversas posibilidades: cualidades de las aguas, el lugar,
los trabajos, la violencia, etcétera.

A partir de aquí, distintos estudiosos pusieron el énfasis en


algún elemento concreto; por ejemplo Heráclito junto a Pitágoras
y Parménides se inclinaron por destacar lo cálido debido a una
superioridad cosmo-biológica del fuego y establecieron que la
vida era el resultado de un calor innato.

Fue Diógenes de Apolonia el que sostuvo que el elemento


principal que desencadenaba la vida era el aire, que se convertía
en pneuma en el interior de los seres vivos; este planteamiento
fue el origen de la doctrina fisiopatológica sobre el neumatismo.

29
Alcmeón, perteneciente a la escuela de Crotona, hizo importantes aportaciones al
conocimiento médico: descubrió el nervio óptico, la trompa de Eustaquio, las conexiones
entre el cerebro, los órganos de los sentidos y la médula y fue el primero en diferenciar las
venas de las arterias.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 82


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Los médicos hipocráticos, basándose en la doctrina de


Empédocles acerca de los cuatro primeros elementos
constitutivos del cosmos: aire, agua, tierra y fuego y apoyándose
en la importancia de la doctrina del pneuma, configuraron una
idea nueva basada en el humor (Khymós) entendido como: “un
fluido más o menos viscoso que permanece inmutable en todas
30
las transformaciones normales de la physis del hombre”.

Este planteamiento dio lugar a una nueva teoría que se


mantendrá vigente en la Edad Media, la doctrina humoral.

En los escritos hipocráticos se constatan diverso número de


humores fundamentales, pero llegará a imponerse el criterio que
Pólibo establecía en su obra “Sobre la naturaleza del hombre”,
en la que define que los humores básicos son cuatro: sangre,
flema o pituita, bilis amarilla y bilis negra o melancolía. Cada
uno de estos humores era entendido como un agente y soporte de
las cualidades elementales, así:
- lo frío y lo húmedo-------------- la flema

- lo caliente y lo húmedo--------- la sangre


- lo caliente y lo seco------------- la bilis amarilla

- lo frío y lo seco------------------ la bilis negra

30
Op. Cit nº 14. P 96

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 83


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Galeno, que denominó a estos últimos, humores


secundarios, estableció que resultaban de la mezcla, en cuatro
proporciones diversas, de los elementos primarios o
cosmológicos de Empédocles y los distintos tipos de mezcla
darían lugar a las distintas partes del cuerpo.

Pero como ya comenté que Galeno es el que sistematiza


todo el conocimiento médico antiguo; parece conveniente antes
de ver cómo realiza esta sistematización, plantearnos cual es la
aportación de Aristóteles respecto a estas cuestiones, ya que su
pensamiento también es recogido y asimilado por Galeno.
31
Aristóteles perfecciona y sistematiza la estequiología
cosmológica y biológica de los presocráticos y de los
hipocráticos. Admite los cuatro elementos fundamentales de
Empédocles asignando a cada uno de ellos un par de cualidades
complementarias:
- caliente y húmedo----------- aire

- fría y húmeda---------------- agua


- fría y seca-------------------- tierra
- caliente y seco--------------- fuego
Para Aristóteles, tiene una importancia vital la sangre ya
que la considera como el principio de la vida, lo mismo que al
pneuma al que considera un agente vivificante o animador que
todo lo traspasa.

31
Estequiología: Ciencia de los elementos en cualquier rama del saber: química, anatomía,
fisiología y fisiología celular.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 84


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

También se debe a este pensador el concepto de parte


similar y disimilar, que será asumido por Galeno y que influirá
en la visión del funcionamiento del cuerpo humano; en síntesis
estos conceptos planteaban que los animales, y también el
hombre, estaba compuesto por partes similares, como los huesos
y la carne, y partes semejantes, que estaban constituidas por las
sustancias primarias, mientras que las secundarias son las que
constituyen las partes disimilares como el rostro, la mano, el ojo,
las ventanas de la nariz, los dedos, el brazo etcétera; lo
específico de esta diferenciación es que las partes similares
existen a causa de las secundariasya que las funciones y
operaciones activas del cuerpo se realizan gracias a la acción de
las partes disimilares; en otras palabras, entra el aire en el
organismo y éste funciona, gracias a que lo inhalamos por la
nariz.
Con arreglo a estos planteamientos, Galeno elabora su
canon acerca de la estequiología, que está constituido por los
siguientes postulados:

- los cuatro elementos de Empédocles, cada uno con el


par de cualidades elementales que le corresponden
- los cuatro humores, o elementos secundarios, formados
por mezcla desigual de los elementos de Empédocles y
que además están dotados de unas cualidades que serán
las que impriman en ellos los elementos primarios
dominantes

- los pneumas o espíritus, que serán: natural o vegetativo,


vital y psíquico
- las partes similares (mezcla de los humores): sangre,
piel, grasa, carne, tendones, huesos, etcétera.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 85


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Es basándose en estos planteamientos, que Galeno


establece una tipología biológica por la que clasifica a los
individuos en: sanguíneos, flemáticos, coléricos y
melancólicos, una tipología que será básica en la consideración
de la enfermedad y en el tratamiento de los enfermos.

! El conocimiento embriológico
Otro de los aspectos del conocimiento médico que es
necesario destacar del saber griego, son sus planteamientos
acerca de la embriología, es decir, cómo pensaban que se
originaba la vida de los hombres.

En general, parece que los pensadores griegos mantienen a


este respecto un planteamiento evolucionista; establecen que
tanto la semilla masculina como la femenina colaboran en la
formación del embrión; pero lo interesante es comprobar cuál es
su pensar acerca de la procedencia del embrión.
32
Según Laín Entralgo , se pueden diferenciar en este tema
tres orientaciones, que por orden de antigüedad son las
siguientes:

- teoría encéfalo-mielógena, según la cual el origen de la


semilla estaría en el cerebro y la médula espinal

32
Op. Cit. Nº 12. p. 82

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 86


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

33
- teoría de la pangénesis , por la que la semilla podría
proceder de todas las partes del cuerpo

- teoría hematógena, siendo de la sangre de donde


procedería el esperma

En función de estos planteamientos se pueden diferenciar


tres etapas principales en el desarrollo de la embriología.

Etapa Hipocrática: en el útero (órgano caliente) se


condensaría la mezcla de las semillas dando lugar a la formación
del embrión, que se desarrollaría al alimentarse con la sangre
materna proveniente de la menstruación y con el aire respirado
por la madre que se transformaría en pneuma dentro de la masa
embrionaria, hasta que en el embrión se formase un conducto que
le permitiese respirar por sí solo. El sexo estaría determinado por
el predominio de una determinada semilla, la materna dando
origen al sexo femenino o la paterna originando el sexo
masculino.

Etapa Aristotélica: la semilla masculina aportaría la forma


y de ella dependería lo caliente, lo activo; mientras que la semilla
femenina sería la responsable de aportar la materia del embrión,
o sea, lo frío, lo pasivo. Para este autor la parte más importante
34
del cuerpo era el corazón (órgano caliente y activo) , que sería el
primero en formarse y moverse, y el último en dejar de hacerlo,

33
Según esta teoría, todas las células del organismo están representadas por una partícula
en la reproducción y transmisión de los caracteres hereditarios.
34
Por estos planteamientos, a los que Aristóteles llegó con sus estudios sobre el desarrollo
de los huevos de las aves, se le considera el creador de la Embriología comparada.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 87


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

de ello se desprende que no confiere el mismo valor a la semilla


femenina –que solo aporta lo pasivo- que a la masculina que en
definitiva considera la máxima responsable de la vida.

Etapa Galénica: sus planteamientos a este respecto se


apoyan más en los de Aristóteles que en los de Hipócretes y la
escuela médica de Alejandría.
- de Aristóteles, asume su planteamiento del papel que en
la fecundación desempeñan el macho y la hembra, lo
que es tanto como decir que asume el papel secundario
de la mujer en la formación de la vida.

- de Erasístrato, toma su planteamiento acerca de la


diferencia entre las partes seminales y parenquimatosas
Pero a diferencia de lo que Aristóteles había planteado
sobre la primacía del corazón, Galeno pensaba que el primer
órgano en formarse y por tanto el principal, era el hígado,
mientras que el último en morir era la aurícula derecha a la que
consideraba una especie de expansión del hígado constituida por
una dilatación de la vena cava.

! La dinámica de la naturaleza del hombre


Después de este pequeño análisis de lo que fue el
pensamiento griego en algunas parcelas del saber médico, nos
queda por analizar cual fue la aportación de estos pensadores
acerca de la dinámica de la naturaleza del hombre, es decir de
su funcionamiento, del funcionamiento de sus sistemas y órganos
o lo que es lo mismo, lo que hoy entendemos como fisiología.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 88


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

El conocimiento del movimiento vital, somático y psíquico


del hombre, se apoya en cuatro conceptos básicos:

- Kímesis----------------- cambio, movimiento


- Dynamis---------------- potencia
- Aitía--------------------- causa
- Ergon, enérgeia-------- acción

Se debe a Alcmeón de Crotona el planteamiento de que el


funcionamiento del hombre es, fundamentalmente distinto, que el
de los animales debido a que el hombre posee una condición que
no está presente en los animales, su inteligencia, y por lo tanto el
cerebro constituye el centro de la vida tanto sensorial como
psíquica.
El resultado de la aplicación de este principio a la
fisiología, se traduce en distintos planteamientos médicos, que
también vamos a analizar teniendo en cuenta la aportación que se
fue realizando en sucesivos momentos del desarrollo del saber
médico realizado en la antigüedad clásica.

Así, los presocráticos aportaron distintas visiones:

- Heráclito junto con Pitágoras y Parménides,


establecieron el calor como principio y causa de la
vida.
- Heráclito, mantuvo el carácter intrínsecamente racional
de los movimientos de la naturaleza y por consiguiente
el radical logos de ésta.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 89


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

- Diógenes, planteó el papel vivificante del pneuma.


- Alcmeón, Empédocles, Diógenes y Demócrito,
disertaron sobre el movimiento de la sangre en los
vasos. De hecho, Demócrito fue el primero en valorar la
importancia del pulso.
- Empédocles, diferenció entre la respiración torácica y
cutánea.

En general, todos los médicos presocráticos, apoyándose


en estos planteamientos, aludieron en sus obras a la percepción
sensorial y a los mecanismos de la generación. Para ellos la vida
tenía un carácter cíclico y rítmico, pensaban que el alma crecía a
lo largo de toda la vida y sus misiones eran: la estimativa, el
pensamiento, la conciencia y la afectividad .

Hipócrates, para quien el cuerpo humano fue concebido


como un todo (microcosmos) compuesto por una serie de partes a
las que relacionó, bien con un criterio de orden funcional (por
ejemplo el estómago equivalía a la tierra), o bien con un criterio
de orden numeral (por ejemplo estableciendo las
correspondencias entre los ritmos estacionales y los humorales),
la vida exigía:

- buena mezcla de los humores (eukrasia)


- buen flujo del pneuma por los canales del cuerpo
- buena relación y armonía dinámica entre las partes
- armonía dinámica entre el organismo y el cosmos

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 90


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Todo esto, debía de estar mantenido por el calor innato, el


corazón, (parece que los médicos hipocráticos no conocían la
circulación de la sangre) y por los alimentos, tanto sólidos como
líquidos o gaseosos, que hacían que funcionasen los distintos
órganos del cuerpo.

El proceso era: el aire entraba en el cuerpo a través de la


nariz, la boca y la piel convirtiéndose en pneuma y de allí iba, a
través del etmoides, directamente al encéfalo donde se creaba la
inteligencia; después el pneuma iba a los pulmones, al corazón,
al vientre y al resto del organismo, donde realizaba una doble
misión de refrescar unas partes y de vivificar otras.

Los líquidos iban directamente de la traquea a los


pulmones donde cumplían la misión de humedecer y refrigerar
esos órganos. Uno de los errores que cometieron los médicos
hipocráticos, fue considerar que el tubo digestivo conectaba
directamente con la vejiga urinaria por la que se eliminaba
directamente el agua que se ingería.

Los alimentos sólidos pasaban hasta el tubo digestivo


donde tenía lugar un proceso de cocción, y si el funcionamiento
era el adecuado se convertían en materia semejante; es decir, que
en el tubo digestivo mediante ese proceso de cocción la materia
se dividía en digerible y no digerible, ésta era expulsada y la
digerible, una vez transformada en materia semejante era atraída
por cada humor a “su sitio”: la pituita a la cabeza, la sangre al
corazón, la bilis amarilla al hígado y la bilis negra al bazo.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 91


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Estos postulados que pervivirán a lo largo de tantos siglos,


son la base de que la alimentación tenga una importancia
decisiva en el tratamiento de las enfermedades.

Aristóteles realizó en este campo de la dinámica, de la


naturaleza en general y del hombre en particular, una importante
aportación. Incorporó la idea de la physis como principio del
movimiento y del reposo; consideró al corazón, centro de la vida
psíquica ya que en él asentaba el alma y por ello era fuente de
vida y del movimiento, diferenció en el alma tres formas
distintas: material o vegetativa, sensible y neumática y le otorgó
cinco cualidades: nutritiva, sensitiva, concupiscible, intelectiva y
motiva. Al cerebro sin embargo lo consideró una especie de
glándula que se encargaba de regular lo frío y lo húmedo, es
decir regula la pituita.

Aristóteles, que sistematizó y perfeccionó las aportaciones


realizadas por los presocráticos e hipocráticos acerca del
funcionamiento del cuerpo humano, partiendo de la importancia
que para la vida tenía el corazón, describió con más acierto que
los hipocráticos, la distribución de los vasos sanguíneos y los
movimientos de la sangre, diferenciando entre arterial y venosa,
y considerándola alimento del cuerpo y agente material del
pensamiento.

Consideró que tanto el pneuma como el calor innatos eran


los que mantenían la vida, (ya comentamos que ambos consideró

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 92


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

que existían en el embrión y que procedían del esperma paterno).


La misión del neuma era refrigerar el calor vital.

En cuanto a la función de los alimentos, éstos eran


trasformados en jugo alimenticio y posteriormente el corazón los
transformaba en sangre que a través de los vasos se encargaba de
nutrir a todo el organismo.

Galeno, que como ya se ha dicho, heredó todo el saber y la


ciencia griegas, principalmente hipocrática, platónica,
aristotélica y estoica y que por el contrario rechazó gran parte del
conocimiento de Asclepiades y Erasístrato, elaboró el paradigma
fisiológico que fue asumido por todos los médicos tanto
cristianos como judíos y musulmanes hasta el siglo XVII, y en
algunos aspectos concretos hasta el XVIII.

Este carácter unificador de su obra, hace que en ella se


puedan diferenciar los planteamientos de lo que podemos
denominar fisiología general y fisiología especial.
En relación con la fisiología general, García Ballester,
diferencia en la obra de Galeno cuatro conceptos fundamentales:

- alma (psykhé)
- potencia o facultad (dynamis)
- espíritu (pneuma)

- calor innato o implantado (émphyton thermón)

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 93


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

En su acepción del alma, sigue a Aristóteles, que la


consideraba “una especificación viviente del principio que da
35
forma a la materia” , pero asume a Platón cuando en ella
diferencia tres partes: concupiscible en el hígado, irascible en el
corazón y racional en el cerebro, sin embargo le da su propio
enfoque ya que reduce “la sustancia del alma” a la mezcla de las
cuatro cualidades básicas (lo húmedo, lo seco, lo frío, lo caliente)
renunciando a lo incorpóreo de ella al poner en duda que en el
hombre exista algo incorpóreo.

En cuanto a su fisiología especial, se plantea fundamentada


en la función de la alimentación para la vida. Cuando los
alimentos se ingieren se desencadenan en el organismo una
serie de procesos: -primera, segunda y tercera digestión-, que
constituyen en sí mismo todo el proceso de la actividad vital del
hombre.
Aunque implica una cierta complejidad, es preciso
describirlo y tenerlo en cuenta ya que constituye el fundamento
del saber y de la práxis médica de la época que nos ocupa, la
Baja Edad Media; más aún, es el marco teórico de la Medicina a
lo largo de quince siglos.

Los alimentos una vez ingeridos se convierten en el tubo


digestivo en quilo y antes de llegar al hígado a través de la vena
porta, la porción no digerible del quilo se convierte en heces para
ser eliminada; hasta aquí se ha realizado la primera digestión.

35
Op. Cit. Nº 12

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 94


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

La segunda digestión se inicia cuando la sangre llega al


hígado, el órgano fisiológico más importante, que la distribuye y
convierte el quilo en sangre venosa; una porción de esta sangre
va al riñón donde el excedente se transforma en orina para ser
eliminada y al bazo donde se transforma en bilis negra; otra
porción, a través de la vena cava se dirige a la aurícula derecha
de donde pasa al ventrículo derecho, allí a través del tabique
interventricular pasa al ventrículo izquierdo y a la aurícula
izquierda donde se mezcla con el aire procedente de los
pulmones y se oxigena –se neumatiza-, los productos de
deshecho –hollines- vuelven a los pulmones a través de la
aurícula izquierda para ser expulsados por las vías respiratorias,
mientras que el resto de la sangre, a través del ventrículo
izquierdo y convertida en sangre arterial va por la aorta al
cerebro donde se forma el neuma psíquico o espíritu animal y de
allí a la médula espinal y a los nervios para irrigar las partes
sensibles y motoras. Del ventrículo derecho hay una porción de
sangre –venosa- que va directamente al pulmón a través de la
vena arteriosa. Desde el hígado una porción de sangre se va a
encargar a través de las venas periféricas de irrigar gran parte del
organismo llevando a esas partes la alimentación necesaria para
que la vida se mantenga.

La tercera digestión tiene lugar cuando esta sangre


transportada por las venas periféricas se mezcla con la sangre
arterial, que a través de la aorta, una porción de ella había sido
conducida al cerebro, mientras que esta porción que se va a
mezclar con la sangre venosa y convertida en sangre arterializada
se distribuirá por las partes periféricas y formará los llamados
residuos: pelo, uñas, sudor, grasa..., etcétera. (Figura 1)

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 95


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Figura 1
Como puede apreciarse es un sistema complejo, pero
imprescindible que sea tenido en cuenta para poder entender por
qué la alimentación jugó un papel básico en el tratamiento de los
enfermos, así como para explicar la vigencia que tuvieron
algunas técnicas médicas como la sangría o el diagnóstico de las
enfermedades a través de la observación de la orina.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 96


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

! La patología
Para completar la visión que de la salud-enfermedad tenían
los pensadores clásicos, es preciso plantear, aunque sea de una
forma breve, cómo en función de esas ideas expuestas, los
médicos de la antigüedad entendieron la patología.

Hoy entendemos por Patología, el estudio de las


enfermedades y parece ser que es con Alcmeón (siglos VI-V
a.C.) cuando por primera vez, alejándose del empirismo y la
magia, se plantea una forma de pensamiento racional y
“fisiológico” acerca de lo que en sí misma es la enfermedad.

Para este Alcmeón, la salud se debería al “equilibrio de las


potencias: lo húmedo y lo seco, lo frío y lo caliente, lo amargo y
lo dulce y las demás”, siendo por contraposición la enfermedad,
el desequilibrio producido en el organismo por el predominio de
una de las potencias, el cual se produciría por un exceso de calor
o frío que se originaba en el organismo como consecuencia del
exceso o defecto de la alimentación. Este exceso de calor o frío
se concentraba en la sangre, la médula o el encéfalo, produciendo
distinto tipo de enfermedades, unas internas y otras externas,
éstas debidas a las características de las aguas, los esfuerzos
excesivos o las “forzosidades” (necesidad fatal y por tanto
ineludible o invencible).

También para completar este apartado y comprobar cual


fue la visión del mundo clásico acerca del proceso de enfermar,
vamos a seguir el esquema precedente para ver cómo se fue
configurando esta materia en la antigüedad clásica y por

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 97


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

consiguiente cual fue la aportación de los hipocráticos a este


respecto.

Los hipocráticos, asumiendo los planteamientos de


Alcmeón, plantearon una patología compuesta por distintas
partes:
a).- nosología general
b).- etiología

c).- doctrina patogenética


d).- semiología
e).- patología especial

36
a) Nosología general.- A pesar de que no establecen una
definición estricta de enfermedad, en general la presentan
refiriéndose a un desorden o desajuste del equilibrio de la physis,
siempre relacionado con el orden cósmico.
Otorgaron un carácter aflictivo y amenazador a la
enfermedad a la que veían como un accidente en la vida
biológica (zoe) y en la vida psicosocial (bios), una especie de
suceso indeseable y afectivo tanto para el enfermo como para el
médico (si éste era honesto) y que estaba determinada unas veces
por la invencible “forzosidad” de la physis universal y otras por
lo que ésta es azar y contingencia.

36
Nosología: clasificación sistemática de las enfermedades.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 98


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

La terminología que utilizaron para referirse a la


enfermedad, pone de manifiesto estos planteamientos:

- Impureza: entendida desde el punto de vista físico y no


moral y que constituirá un preludio de la presencia de
una “materia pecans” en la enfermedad.
- Deformación: en contraposición al concepto de salud
como belleza
- Debilidad: o falta de vigor para hacer algo
- Desproporción: entendida de distinta manera según el
punto de vista de los humoralistas, para los que era un
trastorno de la buena mezcla de los humores y, para los
neumatistas para quienes era una alteración en el buen
flujo del neuma por los canales del cuerpo. Tanto para
humoralistas como para neumatistas, la enfermedad
supondrá desordenes de la physis –de lo divino- por lo
que todas las enfermedades serán igualmente divinas y
humanas.

37
b) Etiología .- Para los autores que componen el corpus
hipocráticum, las causas de la enfermedad pueden ser: causa en
general (aitia) y causa inmediata (prófasis); siempre ven en la
causa última o inmediata que desencadena la enfermedad, una
especie de úlcera (visión anatomo-clínica del enfermar).

En los escritos de estos autores no aparece una


clasificación etiológica de las enfermedades pero las referencias a
numerosas enfermedades que aparecen en sus obras, le ha

37
Etiología: estudio de las causas de las enfermedades

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 99


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

permitido al profesor Laín Entralgo establecer una clasificación,


ordenándolas así de la siguiente manera:

# Externas, debidas a:
- alimentación
- aire corrompido
- traumatismos

- venenos
- parásitos animales
- emociones violentas
# Internas: en función de la raza, el temperamento, el
sexo y la edad.

Para estos autores, el proceso de la enfermedad siempre es


el mismo y se basaban en el “principio del predominio” mediante
el cual la fuerza de la situación nociva puede más que la fuerza
de la physis individual; pero es necesario tener en cuenta que
para estos autores, la acción nosogénica de una causa de
enfermedad podía adoptar dos modos diferenciados: la
forzosidad o necesidad fatal, por tanto ineludible o invencible, y
el azar o determinación contingente, en este caso con posibilidad
de ser reducida y por consiguiente contra las que los médicos y la
Medicina podían luchar de forma eficaz.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 100


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

38
c) Doctrina patogenética .- La visión de los humoralistas
para explicar qué es lo que pasa en la physis que enferma,
representa lo que podríamos llamar doctrina hipocrática.

Para estos autores, cuando se desencadena una


enfermedad, el humor se separa de la mezcla a la que pertenece
constituyéndose en depósito anómalo (apóstasis o apostema), el
cual puede desplazarse a otra parte del cuerpo metástasis que
supone una “fluxión” (rheuma) del humor separado; tanto si se
desplaza o no, puede sufrir un proceso de cocción (pepsis) y
transformarse para seguir tres posibles vías: una originando una
acción sanadora de la physis, dos, convirtiéndose en pus
(ekpyema) y tres, originando una putrefacción corrupta (sepsis).

Se forme o no pus, la cocción puede ser: oportuna -


inoportuna, rápida – lenta, completa – incompleta. En cualquier
caso, si el curso de la enfermedad es favorable, el humor puede
ser reabsorbido o expulsado y los órganos pueden sufrir rupturas
(régmata) o padecer una plenitud morbosa (plétora).

En función de esta doctrina acerca de cómo se produce la


enfermedad, los médicos deben de actuar observando los
caracteres de la orina, la fiebre, el sueño, la intensidad de la
sudoración, el aspecto de las heces y la expectoración.

38
Patogenia o patogénesis: origen y desarrollo de las enfermedades; especialmente modo
como obra una causa morbosa sobre el organismo.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 101


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Para estos autores es fundamental tener en cuenta la crisis,


una modificación más o menos súbita del estado de la
enfermedad, ya que es reveladora de la existencia de cocción, la
cual puede ser perfecta, con una total cocción de la materia
pecante, o imperfecta en cuyo caso puede desencadenar una
recidiva o la muerte.

Los mecanismos fisiopatológicos, la fiebre y la


inflamación, son vistos como exacerbaciones generales o locales
del calor innato.

La aparición de la crisis es planteada en la “doctrina de los


días críticos” por los que atraviesa toda enfermedad, aunque en
este terreno hay diferencias significativas según los autores sean
más o menos dogmáticos, llegando a plantear en algunos casos,
que esos días críticos se producirían en los días impares, semanas
impares, etcétera.

Para los seguidores de la corriente neumática, los


conceptos de “separación” y “depósito” son sustituidos por el de
“flato anormal”, entendiendo por tanto la enfermedad, como
“una corrupción flatulenta de los residuos de la alimentación o
perissómata”.

d) Semiología39.- Se debe a los hipocráticos la


introducción del término signo (semeion) para referirse a “todo
dato de observación capaz de ofrecer una indicación

39
Semiología o sintomatología: estudio de los síntomas de las enfermedades.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 102


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

diagnóstica, pronóstica o terapeútica acerca de la enfermedad


observada”. Para ellos, los signos podían ser: locales y
generales.

e) Patología especial.- En cuanto a la distinción,


descripción y clasificación de los distintos modos de enfermar,
pueden apreciarse diferencias importantes entre los componentes
de la escuela de Cos, con una visión más integral ya que tienen
en cuenta no solo la enfermedad sino a la totalidad del enfermo, y
los componentes de la escuela de Cnido para los que lo único a
tener en cuenta es la enfermedad en sí misma.

En cualquier caso, las enfermedades podían ser:


# internas:

- agudas: consideradas mortales


- crónicas: en este caso, podían serlo, bien por la
propia naturaleza de la enfermedad, por ejemplo
la hidropesía, o bien por haberse cronificado una
enfermedad aguda, por ejemplo el empiema.
Fueron estas últimas las que conservaron entre el
vulgo la condición de mancha moral que los
presocráticos habían descrito para referirse a las
enfermedades internas.
# externas: llamadas así porque tanto los signos
como las causas pueden ser observadas.

Los autores hipocráticos prestaron especial atención a dos


grupos de enfermedades:

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 103


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

# las traumáticas.- referidas en diversos tratados de


cirugía traumatológica como: “Heridas de la cabeza”,
“Fracturas” y ”Luxaciones” y cuyos planteamientos
acerca de este tipo de lesiones pervivieron hasta el siglo
XIX.
# Las ginecológicas.- siendo de destacar respecto a estas
enfermedades su concepción de lo que es y cómo se
trata la histeria, considerada un desplazamiento del
útero (hystéra) en el interior del cuerpo de la enferma..

Los sucesores de las escuelas de Cos y Cnido mantienen


distintas posturas en cuanto a la adopción o no de las doctrinas
hipocráticas, con mayor o menor aceptación según las distintas
corrientes: empíricos; estoicos; atomistas–materialistas (con
Epicuro a la cabeza); metódicos (Tesalo), eclécticos (con dos
representantes ilustres: en la época de Trajano Arquigenes de
Apamea, a quien se debe la descripción del curso de las
enfermedades en: principio, acmé, declinación y resolución; y
Rufo de Éfeso, contemporáneo del anterior, a quien se debe la
clasificación esfigmológica del pulso: según la frecuencia:
frecuente y raro, según la rapidez de las pulsaciones: celéreo y
tardo, según la intensidad: fuerte y débil, y según la dureza de las
arterias: duro y blando); la escuela de los neumáticos, en la que
destaca Areteo de Capadocia (ecléctico-neumático), que con sus
obras: “Sobre las causas y los signos de las enfermedades
agudas y crónicas” y “Sobre el tratamiento de las
enfermedades” ejercieron una gran influencia en la época
Moderna.

Una especial atención merece Celso (finales del siglo I)


porque su obra, una especie de recopilación de Medicina fiel a

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 104


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Hipócrates, ejerció una gran influencia en todo el Renacimiento


(desde 1478 y gracias a la imprenta fue reproducida y muy
divulgada); a él se debe la enumeración de los signos de la
inflamación que hoy manejamos: tumor, rubor, calor y dolor.

En general, los planteamientos de todos estos autores


tendrán un gran predicamento a lo largo de toda la época
medieval latina.

! La sistematización de Galeno

Igual que en las cuestiones tratadas anteriormente, también


en relación con la patología, Galeno compendia y sistematiza
toda la patología anterior. También para ver su visión seguiremos
el mismo esquema.

A).- Concepto y estructura del enfermar

En su obra aparecen distintas definiciones de la


enfermedad que según Laín Entralgo la que integra todas es:
“enfermedad (nosos) es una disposición preternatural del
cuerpo, por obra de la cual padecen inmediatamente las
funciones vitales”.
Establece diferencias entre: pathos = afección ( una
especie de alteración instantánea de la physis del hombre) y
nosos = enfermedad.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 105


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

La enfermedad tiene una estructura ternaria:


- causas que la determinan

- padecimiento de las funciones vitales

- síntomas de la enfermedad

B) Doctrina etiológica
Para que se produzca la enfermedad, deben de entrar en
conjunción tres momentos:
1.- causa externa o mediata
2.- causa interna o dispositiva
3.- causa conjunta o inmediata

1.- Causa externa o mediata (planteamiento en el que sigue


a Aristóteles), se producen desórdenes por las siguientes
circunstancias:
- alimentarios o sexuales
- emociones o trabajos desmedidos

- calor o frío
- sueño y/o vigilia
- venenos
- baños inconvenientes (asumido de la corriente
neumática)

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 106


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

En la Edad Media estos planteamientos son sistematizados


como las “sex res non naturales”, seis cosas no naturales que
solo actuarán sobre el individuo causando enfermedad, cuando su
constitución sea morbosamente sensible a ella; por tanto, la causa
verdadera de la enfermedad es la constitución del paciente ya que
desde dentro del organismo es la que colabora a que se produzca
la enfermedad.

Galeno menciona de forma especial esta necesidad de que


exista en el ser humano una disposición interna a verse afectado
por las causas externas y esto constituye para él lo que llama:
causa conjunta o continente “sinéctica”, en definitiva:

la causa externa + la disposición interna individual


= enfermedad

En cuanto a los tipos de enfermedades, considera que


existen:
- Generales, por ejemplo un estado febril
- Locales, por ejemplo una inflamación secundaria a una
quemadura

2.- Causa interna o dispositiva (reelaboración de la tesis de


Hipócrates)
Su doctrina acerca de los temperamentos desempeña un
importantísimo papel en toda la obra galénica, tanto en la

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 107


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

patología, como en la clínica, en la dietética, en la higiene, en la


psicología y en la terapéutica.

En síntesis, establece cuatro tipos de temperamentos que se


corresponderían con el predominio de los cuatro humores
correspondientes:
- sanguíneo
- flemático

- bilioso
- melancólico o atrabilario

3.- Causa conjunta o inmediata


La causa externa unida a la causa interna actúan
sobre el individuo originando una alteración de las funciones
vitales del cuerpo y dando lugar a los síntomas -symtom a- (caída
o descenso): “conjunto de los hechos en que la afección morbosa
de las actividades vitales se precipita hacia la concreta realidad
40
somática de ésta” . Cuando el síntoma se hace patente se
considera signo.

La Sintomatología, es decir el estudio de los síntomas, le


permite a Galeno establecer una clasificación:

40
Op.Cit. nº 14, pp. 97-98

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 108


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

# Según su situación en la génesis de la enfermedad:

- Síntomas en que la alteración vital es inmediata, por


ejemplo: disnea, dispepsia, anestesia...
- Síntomas secundarios a ella, por ejemplo: la fiebre
- Síntomas terminales, que son pertinentes a las
secreciones y excreciones
# Según el tipo de las funciones que están afectadas:
- Vegetativos

- Vitales
- Psíquicos o animales
- Hegemónicos (relativos al psiquismo superior)

# Según su relación con la especie morbosa de que se trate:


- Esenciales o patognómicos, los que por necesidad o
esencia pertenecen a esa especie morbosa concreta
- No esenciales, es decir que dependen de la intensidad
del proceso morboso, de su forma clínica, de la edad del
sujeto, de su temperamento y del ambiente concreto en
el que la enfermedad se haya producido.

C).- Modos específicos del enfermar

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 109


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Acerca de la forma en que se producen las enfermedades,


Galeno concreta y perfila los postulados que había formulado
Hipócrates y los sistematiza estableciendo que la enfermedad se
realiza en el individuo de distintas maneras que se pueden
clasificar teniendo en cuenta:
- el aspecto material de la clasificación (lo que en sí
misma es la enfermedad)
- el aspecto formal de la clasificación (los conceptos
acuñados por Aristóteles para entender racionalmente la
diversidad de las cosas, el género y la especie)

Con arreglo a estos planteamientos establece cuatro


géneros distintos y principales:
1.- Alteraciones en la normalidad de la complexión
humoral, que podría deberse a: la mezcla de los
humores (dyskrasia) o a la corrupción de algún humor.
2.- Desórdenes de las “partes similares”: arterias, venas,
huesos, nervios, cartílagos, ligamentos y membranas,
originándose una tensión, relajación o trastorno de sus
cualidades elementales.

3.- Enfermedades de las partes orgánicas, describiendo


cuatro especies distintas según afecte el desorden a la
estructura del órgano, a su número, a su tamaño o a su
posición.
4.- Las enfermedades secundarias a la solución de
continuidad de varias partes del cuerpo o solo a laguna
de ellas.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 110


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Además de esta clasificación principal, establece otros


tipos de enfermedades como:

- afecciones: idiopáticas o simpáticas, según la


importancia del primer órgano afectado
- enfermedades: sobreagudas, agudas y crónicas, según el
curso clínico que presenten.

Sea cual sea el tipo de enfermedad, Galeno establece


cuatro etapas principales en su desarrollo: principio, ascenso,
acmé y declinación.

Este saber médico que se fue configurando en la época


clásica hasta ser sistematizado en el siglo II por Galeno, tendrá
plena vigencia durante la Baja Edad Media.

Sin embargo, las ideas de Galeno, a pesar de su


importancia y del reconocimiento que él alcanzó en vida, que se
había convertido en el médico más famoso y admirado, no
tendrán una continuidad inmediata, su obra se parcelará y sólo
parte de ella será asumida por los médicos de épocas posteriores
41
y es que, como dice García Ballester , en la obra de Galeno
puede distinguirse al Galeno médico, al filósofo de la naturaleza
y al pensador metodológico y lógico; por ello algunos de los
planteamientos galénicos no serán aceptados ni por los médicos
que se convierten al cristianismo, ni por los musulmanes, ni por
los judíos, y solo cuando pasen varios siglos su obra será

41
“Galeno” en: Historia Universal de la Medicina, dirigida por P. Laín Entralgo, Vol II,
pp 209-267; Barcelona 1972

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 111


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

“descubierta” y puesta en práctica; para entonces ya será la Edad


Media.

Por tanto, como algunos de los postulados de Galeno


“atentaban” contra la visión nueva que empezaba a imperar en el
mundo occidental, desde la muerte de Galeno, los médicos del
mundo mediterráneo, tanto de la escuela de Alejandría como
después la de Constantinopla, se limitaron a escribir pequeños
tratados en los que generalmente comentaban, compilaban y/o
traducían las obras de sus predecesores, tratados que serán los
que se conozca y en los que se apoye la Medicina altomedieval.

♦ El saber médico en la Edad Media

A lo largo de los muchos siglos que configuran esta época


histórica, en el terreno del saber y el hacer médico se pueden
distinguir dos periodos bien diferenciados, uno, que abarca la
Alta Edad Media, hasta los siglos XI-XII y otro, que a partir de
esos siglos y hasta el XVI-XVII irá evolucionando y atravesando
por distintas circunstancias, hasta que las nuevas aportaciones
realizadas en la época Moderna por anatomistas y fisiólogos, de
paso a una nueva forma de entender la ciencia médica, con
repercusiones directas en la atención a los enfermos.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 112


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Ese aceptar “a medias” el conocimiento médico que a lo


largo de tantos siglos se había ido fraguando y que Galeno había
completado, hizo que en este campo de la Medicina se produjese
una especie de “vuelta a empezar” e incluso en ocasiones con
importantes pasos hacia atrás al adquirir una vigencia nueva y
vigorosa algunas prácticas, que subyacían junto con las médicas,
pero que hicieron que la medicina popular y supersticiosa
adquiriese un nuevo protagonismo. Técnicas basadas en la cábala
(doctrina secreta que se apoyaba en las letras del alfabeto hebreo
y en los primeros números), uso de amuletos variados,
libaciones, imposición de manos con fines terapéuticos,
influencia de la astrología, etcétera, alcanzarán un nuevo
protagonismo que perdurará en el tiempo y que se convertirá en
prácticas habituales en el mundo tanto oriental como occidental.

Con la caída del Imperio romano y desde que en el año 330


se constituye el Imperio de Oriente, las provincias occidentales
sufren un proceso de deshelenización que en el campo del saber
médico se traduce en una pérdida del saber griego; esto unido a
las múltiples transformaciones sociales, políticas y económicas
que atraviesa el mundo occidental –invasiones germánicas,
configuración y consolidación progresiva del cristianismo,
estructura feudal de la sociedad...-, hacen de la Alta Edad Media
una época de aclimatación a las nuevas ideas y a una nueva
forma de entender la vida y de vivirla.

Los médicos europeos de los siglos altomedievales parece


que disponían de escasos libros –tanto griegos como latinos- en
los que apoyar su conocimiento. El profesor Laín Entralgo cita
42
algunos de ellos y no pasan de una veintena de obras, la

42
Historia de la Medicina..., p.182

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 113


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

mayoría tratados breves y atribuidos a autores clásicos, aunque


algunos si eran traducciones al latín de algunos textos de
Hipócrates como en el caso de “Sobre la dieta en las
enfermedades agudas” y los libros I y II de ”Sobre la dieta”.
San Isidoro de Sevilla, como ya comenté en páginas
anteriores, se encargó de recopilar lo que acerca del saber médico
43
estaba vigente en su época y lo plasmó en Las Etimologías,
sirviendo de apoyo a los clérigos que a lo largo de la Alta Edad
Media se encargaron de practicar la disciplina médica.

Desde luego no fue el único pensador de la Alta Edad


Media que dedicó esfuerzos al saber médico, por ejemplo el
obispo de Milán Benedicto Crispo (muerto en el año 725),
escribió un libro titulado “Comentarium medicinale” que
alcanzó gran difusión en los siglos posteriores; también la obra
de Beda el Venerable (673-735) influyó de una forma decisiva en
la creación en Aquisgrán de un centro de enseñanza médica
dirigido por Alcuino (733-804) y que bajo los auspicios de
Carlomagno alcanzó un notable prestigio; en la obra de este
médico se pone de manifiesto cuáles eran las principales
actividades realizadas para curar a los enfermos: sangrías,

43
San Isidoro de Sevilla lo que pretende con sus obras, que abarcan prácticamente la
totalidad de la ciencia de su tiempo: gramática, retórica, dialéctica, aritmética, música,
geometría, astronomía, medicina, derecho, historia de la Iglesia, agricultura..., etcétera, es
cumplir el deseo que San Agustín había formulado acerca de la importancia que tenía
escribir “enciclopedias” acerca del saber de cada una de las ciencias. San Agustín , con una
visión platonizante y siguiendo la epístola de San Pablo (Ep. Sant, 1, 17) que dice: “toda
dádiva preciosa y todo don perfecto de arriba viene, como que desciende del Padre de las
luces”, cree que el saber cierto y verdadero solo existe en Dios y en aquellos a los que les
ha sido revelado por EL. Como la revelación de Dios contenida en las Escrituras hay que
interpretarla y entenderla, es necesario conocer la otra obra de Dios: la naturaleza y por
consiguiente es necesario no solamente poseer todos los conocimientos existentes sino
reunir todo ese saber en obras escritas que ayuden a interpretar la obra de Dios. De hecho
otros autores siguen estos criterios, es el caso por ejemplo de Juan Gil de Zamora cuando
escribió su gran obra: “Historia naturalis”

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 114


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

cataplasmas y bebidas medicinales. Otros autores que en los


momentos finales de la Alta Edad Media alcanzaron una cierta
relevancia fueron: el médico- fraile Notker, que se hizo famoso
más que por lo que escribió por los tratamientos que aplicaba en
el monasterio donde vivía y actuaba de médico. En el monastrio
44
de San Gall ; también hay que destacar al clérigo Heribrando
(muerto hacia 1028) y que ejerció como maestro de Medicina en
la escuela catedralicia de Chartres, una escuela que alcanzaría
gran importancia en la difusión del conocimiento médico y a la
que perteneció un médico famoso, Juan de Salisbury. En
definitiva, en la Europa de la Alta Edad Media, fueron los
monasterios y las escuelas catedralicias las que se encargaron de
conservar y cultivar el saber médico.

Pero serán los médicos árabes los que asuman la labor,


45
primero de traducir y conocer la medicina griega y tras un
proceso de asimilación y adaptación a sus propios criterios, de
trasladarla a occidente.

Un número importante de médicos árabes influirán


decisivamente en la Medicina europea, bien directamente o a
través de sus obras; es el caso de Hunayn ben Ishaq, siglo IX,
(conocido en occidente por su nombre latinizado, Ioannitius), que
fue director del hospital de Bagdad y traductor de la obra de
Platón, Aristóteles, Dioscórides, Euclides, Ptolomeo y Galeno

44
Saint Gall fue un famoso monasterio altomedieval, situado en Suiza, del que se han
conservado planos de su forma y de la ubicación que en él tenían las dependencias médicas,
de enfermería, la huerta donde se cultivaban las plantas medicinales, la iglesia de los
enfermos, los baños que eran utilizados para su terapia, etc., por todo lo cual merece ser
señalado.
45
Algunas sentencias atribuidas a Mahoma decían: “buscad el saber aunque tengáis que ir
hasta China”, o, “ Quien deja su casa para dedicarse a la ciencia, sigue los caminos de Alá”

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 115


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

entre otros, además escribió sus propias obras, pequeños tratados


sobre dietética, baños, pulso, orina, medicamentos, fiebres...
46
etcétera; de entre ellas, o al menos atribuida a él , se encuentra
una conocida por el nombre de “Isagoge ad Tegni Galeni o
Isagoge in artem parvam Galeni” cuya versión latinizada, será
un texto de lectura obligatoria para la formación de los médicos
en las Universidades europeas a lo largo de toda la Baja Edad
Media y por tanto, se editará en repetidas ocasiones a lo largo de
los siglos XV y XVI, convirtiéndose en una introducción escolar
a la medicina de Galeno y contribuyendo de forma decisiva al
conocimiento y la expansión de los postulados galénicos sobre la
ciencia médica.

Durante los siglos X y XI, la medicina árabe alcanza su


máximo esplendor y una serie de médicos musulmanes pasarán a
la posteridad. Es el caso de los persas: Rhazes (Abu Bakr
Muhammad ben Zakaryya al-Rhazí, (865-932), llamado “el
Galeno árabe”, autor de importantes obras que pasarán a
occidente traducidas al latín por Gerardo de Cremona, como es el
caso de la obra traducida en 1170 “Liber de medicina ad
Almansorem”; y Avicena (Abu Alí al-Husayn ben Abd Allah Ibn
Sina, 980-1037), uno de los más grandes médicos árabes de todos
los tiempos y autor del “Qanum” o “Canon” la obra médica más
importante de toda la Medicina medieval; al igual que hiciera
Galeno, Avicena recopila todo el saber médico de su tiempo en
esta obra y añade su propio saber al planteamiento que hiciera
Galeno en su Canon.

46
Según plantea D. Gracia Guillén, Hunayn lo que hizo, más que componer él esta obra,
fue adaptar al árabe un texto anterior de la escuela de Alejandría. Ver: Gracia Guillén y
Peset,J.L “ La medicina en la Baja Edad Media latina” en Historia Universal de la
Medicina Dirección Laín Entralgo. Vol III. Barcelona 1972-75)

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 116


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Igualmente médicos de al-Andalus, como Abu l-Qasim ben


al-Abbas az-Zahrawí, más conocido como Abulcasis o
Abulqasim, con obras como el “Altasasrif, el saber médico
puesto a disposición del que no ha podido reunirlo”, con
importantes aportaciones a la Cirugía que gozarán de gran
prestigio e influencia en todo occidente hasta el siglo XVIII y
que contribuirá a la mejora del instrumental que se utilice para la
realización de técnicas quirúrgicas.

Entre los médicos de al-Andalus, cabe destacar por su


aportación e influencia en la Edad Media latina a Averroes (Ibn
Rushd, 1126-1198) autor de una obra extraordinariamente
importante en todo el occidente medieval y titulada “el Kitab al
Kulliyat al-Tibb, o Liber universalis de medicina, o Colliget”, un
tratado que como el Canon de Avicena recoge y sistematiza el
saber médico, pero que contiene una particularidad que lo hace
distinto y es que trata de aunar en él, el pensamiento de Galeno y
de Aristóteles.

Sin embargo no solamente los médicos árabes influyeron


en la Medicina medieval europea, también algunos médicos
judíos dejaron su impronta y ejercieron una influencia importante
aunque a través del mundo musulmán; es el caso del judío
cordobés Maimónides (Musa ben Maimun, 1135-1204) que en
una de sus obras, la titulada “Aforismos”, reflexiona sobre el
pensamiento de Galeno centrando su interés en aspectos como la
dietética y la terapéutica. A él se debe la que puede considerarse
una de las primeras obras dedicadas a la Higiene, en el sentido
árabe, y precedente de lo que en la Edad Media serán los
Regímenes Sanitatis, se trata de una especie de carta dirigida al
sultán al-Afdad de Damasco y titulada “Recomendación de la
salud”.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 117


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

El pensamiento árabe, al menos en lo fundamental y


referido a la Medicina, es fiel a los postulados griegos, por
ejemplo, los cuatro elementos descritos por Empédocles: tierra,
aire, agua y fuego y los dos pares de cualidades básicas, seguirán
formando parte de sus planteamientos esenciales, de hecho, todos
los tratados médicos árabes se inician con una exposición
sistemática basada en la physiología de Galeno y por tanto
referida a la anatomía, la estequeología y la fisiología del cuerpo
humano.
Sin embargo, aunque la fidelidad de los médicos árabes a
Galeno es patente, hay que resaltar su especial visión y
aportación, acerca del concepto sobre las “sex res non naturales”
o las “seis cosas no naturales”, (recordemos que son: el aire, la
comida y la bebida, el movimiento y el reposo, el sueño y la
vigilia, la vacuidad y la repleción y los afectos del alma),
llamadas así en los escritos árabes, no por no ser parte de la
naturaleza en general, sino por no pertenecer a la naturaleza
individual, lo que no impide que sean necesarias para el
mantenimiento de la vida, (Avicena les llama “Factores
necesarios”).

También en lo referente al tratamiento de las


enfermedades, los árabes incorporaron su propia visión y
experiencia, a pesar de que en sí mismo el concepto de
enfermedad no sufrió ninguna modificación; sin embargo el
conocimiento de los musulmanes acerca de las plantas y su uso,
es decir, de lo que hoy llamaríamos Farmacología, junto con la
incorporación a la dieta de nuevos alimentos, supuso unos
cambios bastante considerables y que pasarán a la Medicina
occidental de la Baja Edad Media. Aunque la base fundamental
del conocimiento árabe sobre farmacoterapia se encuentra en los

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 118


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

tratados de Dioscórides, hay que señalar que en esta materia


también tuvieron una gran influencia de la India, de hecho, el
primer tratado árabe sobre esta materia procede de Gundishapur
y se remonta al siglo IX (“Antidotario” de Sabur ben Sahl).

Para los árabes, muy pragmáticos, la Medicina se dividía


en teórica y práctica y ésta comprendía la higiene y la terapeútica
la cual abarcaba la dietética, la materia médica o farmacoterapia
y la cirugía, es decir, el saber médico puesto a disposición de la
práxis.

Es de destacar en relación con la aportación árabe, su


concepción acerca de lo que para ellos suponía la dietética.
Veían en esta parcela del saber médico la base para la realización
del acto de sanar; apoyados en una concepción antropológico-
religiosa del concepto coránico de la sari`a o “recta vida”, la
dietética suponía la adopción de una forma especial de vida que
condujese a la total perfección de la persona, de ahí que la
dietética se convirtiese en el fundamento y la base de toda norma
de salud, constituyendo a la vez un procedimiento preventivo de
la enfermedad y un medio eficaz, -el medio- para su curación. En
la dietética estaba incluida la higiene, que debía ser específica
para cada persona, según la edad, la conplexión, la actividad
desarrollada por el sujeto y según la época del año.

Resumiendo, la Medicina griega así arabizada, pasará a


occidente a través principalmente de las escuelas de Salerno y
Toledo, sin olvidar por supuesto el papel desempeñado en esta
difusión por otros centros como Sicilia, Bolonia, Montpellier,
Paris, Oxford, o incluso el monasterio de Ripoll; pero siguiendo

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 119


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

al profesor Laín Entralgo, señalaremos que en esta medicina


galénica arabizada hay que destacar: 1º) que resultó de una
restricción crítica y una elaboración conceptual, 2º) que esa
restricción crítica se realizó principalmente sobre los aspectos
filosóficos de la obra de Galeno, y 3º) la elaboración conceptual
que realizaron los árabes tuvo un aspecto formal o metódico y
otro filosófico-natural, que se ponen de manifiesto de una manera
especial en el “recorte” del saber anatómico-fisiológico de
Galeno y en contraposición en su ordenamiento de una forma
más sistemática y accesible.
Algunos historiadores de la Medicina, como López Piñero
y García Ballester, señalan que la contribución de la Edad Media
fue ordenar de nuevo los descubrimientos galénicos, pero insiste
en hacer ver cómo el galenismo medieval no coincide con el
galenismo auténtico; en sus estudios este autor pone de
manifiesto, cómo una primera desviación se produce en la
escuela de Alejandría y hasta el siglo XV se irán superponiendo
los errores, que se hacen particularmente visibles en la anatomía.
De igual forma la persistencia de influencias sucesivas
explicarían el carácter inestable y heterogéneo del vocabulario,
con una gran profusión de sinónimos, que hace que según los
autores que interpreten a Galeno se denomine de diferente
manera a una misma cuestión.

! Proceso de arabización

El siglo XI parece que marca el punto de inflexión entre la


Alta Edad Media y los siglos siguientes en el campo de la
Medicina europea y también española, es decir, es el punto de

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 120


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

partida para lo que en el XII y XIII se convertirá en una línea


divisoria en relación con la práctica y el conocimiento médico.

Cuatro son, en líneas generales, los motivos señalados por


los historiadores de la Medicina, para atribuir al siglo XI ese
carácter de iniciación al cambio en la tecnificación de la
Medicina: 1) la autoexigencia, es decir, la necesidad de conocer
más y mejor la Medicina, puesta de relieve por los médicos de la
época; 2) la arabización, la influencia que en los médicos
europeos empiezan a ejercer los tratados de los médicos árabes
y a través de ellos el saber médico de los autores clásicos; 3)
la secularización, con el desarrollo de la Academia Carnotensis
(Escuela capitular de Chartres) y con el nacimiento de la Escuela
de Salerno; y, 4) la racionalización o necesidad imperante de
buscar el “cómo” y “por qué” de las situaciones y
47
acontecimientos .

La Escuela de Salerno, en el sur de Italia, parece que fue el


primer centro laico europeo dedicado a la enseñanza y la práctica
de la Medicina al estilo de las antiguas escuelas médicas griegas;
para esta escuela trabajó durante diez años Constantino el
48
Africano dedicado a traducir al latín un total de treinta obras de
médicos árabes entre las que destacan: “el Liber regius” de Alí

47
Sobre esta necesidad de racionalizar el conocimiento, en el Concilio de Letrán de 1216 se
prohiben formalmente las ordalías y pocos años después Federico II Hohenstaufen
escribirá: ¿cómo puede creerse que el calor natural del hierro candente se enfríe sin causa
adecuada, ni que por obra de una conciencia culpable el elemento agua rehuse sumergir al
acusado?. Laín Entralgo. en Historia de la Medicina..., p. 193.
48
Constantino el Africano (muerto en 1085) fue un comerciante del norte de Africa que a
instancias de uno de los médicos que fundó la escuela de Salerno, viajó por el mundo árabe
para conocer en profundidad la medicina árabe y luego, de vuelta a Italia y una vez que se
convirtió al cristianismo y ya como hermano lego del monasterio de Monte Casino se
dedicó a poner en latín las obras médica árabes.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 121


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Abbas, más conocido como “Liber Pantegni”; el “Liber de


urinis”, el “Liber febrium” y los “Libri universalium et
particularium diaetarum” de Isaac Iudaeus; la “Isagoge” de
Ioannitius; la “Mikrotekhne” de Galeno; y los “Aforismos” de
Hipócrates entre otras.

Una vez enriquecidos con estos tratados, la producción


propia de esta escuela también tendrá influencia en la Medicina
europea posterior y obras como “Ars medendi” un manual
sistemático sobre el arte de curar; “De aegritudinum curatione”
el mejor tratado de patología y terapeútica de esta escuela; y
seguramente la obra más famosa y conocida “El Regimen
sanitatis Salernitanum” un poema dedicado íntegramente a la
dieta y en el que en uno de sus primeros versos dice:

“Si te faltan médicos, sean tus médicos estas tres cosas:


mente alegre, descanso y dieta moderada”

A pesar de que esta escuela empezó a declinar hacia finales


del siglo XII y comienzos del XIII, sus obras perdurarán en las
escuelas posteriores y en las Universidades europeas donde se
enseñará a partir de entonces la Medicina.

Aunque esta escuela de Salerno alcanzó gran prestigio, hay


que tener en cuenta que el proceso de arabización de la Medicina
occidental se produce por la acción, podríamos decir que
simultánea, de diferentes personas en distintos lugares.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 122


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

A finales del siglo X en el monasterio de Santa María de


Ripoll (un cenobio benedictino situado en plena marca hispánica,
al pié de los Pirineos y donde se encuentra el panteón de los
Condes de Barcelona), también se empiezan a leer y traducir
obras árabes, no específicamente médicas pero sí influyentes en
su época y en las posteriores; parece que Gerberto de Aurillac
(hacia 930-1003) elegido posteriormente Papa como Silvestre II,
fue un asiduo lector de los manuscritos árabes que se guardaban
en el scriptorium del monasterio y probablemente, en opinión de
J. M. Millás Villacrosa, uno de los primeros traductores de obras
árabes al latín.

Otro de los centros, que junto con Salerno, ocupa plaza de


privilegio en esa tarea ingente de dar a conocer la obra árabe, es
la Escuela de traductores de Toledo en la que a lo largo de
unos ciento cincuenta años, desde que por iniciativa del
arzobispo Raimundo de Sauvetat (hacia 1130-1140) se constituyó
un grupo de traductores, hasta la muerte del rey castellano
Alfonso X (1284), diferentes personas se encargaron de traducir
al latín o incluso primero al hebreo y luego al latín, una
importante cantidad de obras escritas en árabe.

49
Según señala Schipperges , en la escuela toledana se
pueden distinguir tres fases bien diferenciadas:

La primera fase o lo que llama el Toledo temprano, se


corresponde con una escuela de traductores improvisada e
integrada por el primer grupo que se creó a instancias de
49
“La medicina en la Edad Media Latina” en Historia Universal de la Medicina. Dirigida
por P. Laín. Vol. III. Barcelona 1972-75

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 123


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Raimundo en torno a la figura del arcediano de Segovia


Domingo Gundisalvo y estuvo formado por los judíos Salomón
y Avendaut (identificado éste como Juan de Sevilla o Juan
Hispaniense o Juan Hispano), y por Roberto Ketenense y
Hermann el Dálmata. Este grupo se encargó principalmente de
traducir la obra completa de Aristóteles que según Haskins se
convertirá en el modelo metodológico de la Medicina y en el
fundamento de lo que llamó “el renacimiento científico de la
Edad Media”.

La segunda etapa de esta escuela o Toledo central,


(primera mitad del siglo XII) estuvo presidida por Gerardo de
Cremona (1114-1187) y con él trabajaron el mozárabe Galippo,
el canónigo Marcos de Toledo, Alfredo Anglico y Daniel de
Morley. Tuvieron un programa de trabajo muy definido y fueron
muy numerosas las obras que se tradujeron, solo a Gerardo de
Cremona se le atribuyen más de setenta obras traducidas y
muchas de ellas decisivas para la evolución y configuración del
pensamiento médico de la Baja Edad Media. En el campo
estricto del saber médico, obras tan importantes como: escritos
de Hipócrates, de Galeno, de Rhazes, de Isaac Iudeus, la Cirugía
de Abulqasim y la obra cumbre y quizás más influyente en toda
la Baja Edad Media y en la Moderna, el Canon de Avicena.

La tercera fase o Toledo tardío, cabe mencionar como


traductores a Miguel Escoto y Hermann el Alemán. Parece que,
al menos desde el punto de vista de la traducción de obras de
Medicina, esta fase reviste menor importancia; otras materias se
convierten en el foco de interés de los traductores y el ocultismo
y la Astrología arraigan, según Schipperges “como elementos
extraños”. En esta etapa van cobrando importancia las

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 124


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

traducciones al castellano hasta que a finales del siglo XII


prácticamente ya dejan de hacerse traducciones al latín.

50
En opinión de Diego Gracia , todas las traducciones
realizadas en Toledo tienen en común una importante
característica y es que están realizadas sobre textos árabes
orientales lo que implica que son textos griegos interpretados
desde una orientación platonizante.

Desde el punto de vista de las obras de Filosofía, aunque


al principal autor que se introduce desde Toledo es a Aristóteles,
también sus obras presentan un sesgo platonizante,
principalmente la visión de Avicena, siendo esta cuestión
decisiva en la orientación que seguirán todos los filósofos
españoles de la Baja Edad Media.

Lo mismo sucederá con las obras de Medicina, que a pesar


de ser a Galeno al que se introduce, es a partir de la versión que
Avicena realiza en el Canon y presenta igualmente un platonismo
arabizado que será la orientación de la mayor parte de los
médicos españoles de la Baja Edad Media. Solamente aquellos
médicos bajomedievales que se formen en Universidades
europeas: París, Montpellier..., tendrán una orientación
aristotélica más pura por haberse formado principalmente en los
textos de Averroes que fueron traducidos al latín por Miguel
Escoto a mediados del siglo XIII; es el caso por ejemplo de
Alfonso de Chirino, médico del rey castellano Juan II, que
escribió su famosa obra “Menor daño de Medicina”, que ejerció
50
Gracia Guillén y Peset, L.- “La medicina en la Baja Edad Media Latina”, Historia
Universal de la Medicna. Bajo la dirección de p. Laín. Vol. III. Barcelona 1972-75

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 125


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

una enorme influencia en toda Europa y que junto a obras de las


mismas características pero de otras materias, supuso “la crítica
del orden científico hasta entonces vigente” y con una
significación muy clara, tanto la culminación del pensamiento
médico medieval, como el comienzo del desmoronamiento del
escolasticismo.

Desde luego estos fueron los centros principales


donde se realizó la labor traductora más abundante, pero no
fueron los únicos, ni esta tarea terminó con el ocaso de esas
escuelas traductoras.

En la península Ibérica perviven algunos núcleos donde se


siguen traduciendo obras, por ejemplo en Murcia durante la
segunda mitad del siglo XIII, parece que se fundó un studium
siendo allí donde en 1271 se tradujo del árabe al latín la obra
oftalmológica de Ali Ibn ‘Isa y un libro sobre enfermedades de
los ojos escrito por el médico árabe Hunain Ibn Ishäq; en
Montpellier a finales del siglo XIII y comienzos del XIV, Arnau
de Vilanova junto con su sobrino el médico Armengol Blasi,
tradujeron del árabe al latín numerosas obras clásicas de
Medicina. Pero posterior a esta fecha parece que las traducciones
solamente se realizan a lenguas romances (por ejemplo castellano
y catalán) y siempre dependientes de comunidades judías y a
pequeña escala; así, en Guadalajara, en el primer tercio del siglo
XV, la actividad traductora se limitaba a la realizada por la
familia del judío Banü Wakkär y en Barcelona en el siglo XV
hay constancia de cómo el judío León José de Casasona, de las
Universidades de Monpellier y Avignon, compraba obras en latín
y las traducía para los médicos de las Universidades catalanas;
también otros autores catalanes tradujeron obras al hebreo, por
ejemplo de Tomás de Aquino y de Alberto Magno. Es decir,

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 126


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

aunque de forma esporádica, existe constancia de cómo en otros


lugares y en épocas posteriores al auge traductor de Toledo, se
sigue desarrollando esa labor.

Una obra ingente la realizada por una serie de hombres de


las tres culturas que convivían en el occidente medieval,
cristianos, musulmanes y judíos, y absolutamente trascendente
para el conocimiento y el avance del saber médico en occidente.
La tarea iniciada por los médicos musulmanes, de asimilación
primero y traducción después del saber griego al árabe, fue el
inicio del cambio de la Medicina empírica a la ciencia médica.

! Del empirismo a la ciencia médica

La gran labor “técnica” ya estaba prácticamente hecha,


Europa comenzaba de nuevo a helenizarse y ahora era cuestión
de asimilar el nuevo conocimiento y de llevar a la práctica las
enseñanzas que de él se desprendían. Del saber que en el siglo X
estaba depositado en los monjes, se había dado paso en el siglo
XI al saber de las escuelas capitulares y en la transición del XII
al XIII a unas nuevas instituciones que se convertirán en
depositarias y transmisoras del saber en general y también del
saber médico: los Estudios Generales, primero, que darán paso en
el XIII a las Universidades.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 127


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Pero la labor no era tan simple, ni todos los médicos


europeos pasaron por las escuelas de Medicina: Salerno, Bolonia,
París, Montpellier..., ni los que fueron a ellas parece que contaron
con una formación filosófica estricta (los historiadores de la
Medicina hablan del carácter improvisado de la formación
51
filosófica, “sin alguna filosofía aristotélica-platónica” ); es decir,
que los médicos parece que no dispusieron de un marco teórico
adecuado a los requerimientos necesarios para convertir en
ciencia su disciplina y ello influyó en la dificultad que
encontraron en adecuar el nuevo saber médico a los
planteamientos del método escolástico, labor que llevará a cabo
junto a Jean Fernel el vallisoletano Luis de Mercado, pero ya en
el siglo XVI, (un poco tarde si tenemos en cuenta que la máxima
vigencia de este método se produce en el siglo XIII y primera
mitad del XIV); un saber por tanto que sin disponer de un marco
conceptual ni de una metodología adecuada, no pasó de la
compilación y el catálogo, lo que impidió el avance de la
disciplina médica como ciencia.

Pero a pesar de estas dificultades en el desarrollo de la


ciencia médica, ¿cuáles fueron los planteamientos médicos en la
Edad Media, es decir cómo asumieron la doctrina galénica y de
Avicena? y ¿cómo la pusieron en práctica?

En síntesis, los postulados de la Medicina medieval eran:

51
En el Concilio de París de 1210 se prohibió enseñar en las Universidades la filosofía de
Aristóteles así como sus comentarios.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 128


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

El cuerpo humano está compuesto de: elementos


primarios, cualidades y humores (la base de este planteamiento
está en los postulados de Empédocles que ya comenté que fueron
asumidos primero por Galeno y después por Avicena: cuatro
elementos, tierra, agua, aire y fuego y cada uno con un par de
cualidades o potencias elementales que le caracterizan).

Este planteamiento conduce al concepto de complexio o


complexión, una cualidad secundaria y empíricamente
perceptible en cada persona y resultante de la mezcla o
combinación de las cuatro cualidades elementales o de los
humores; las complexiones pueden ser: 1) templadas, normales
hígidas y 2) destempladas, anormales o patológicas.

La concreción orgánica de las cualidades o potencias


elementales, da lugar a dos conceptos fisiológicos que por su
importancia perdurarán en el tiempo:

- -calidum innatum o calor ingénito, se refiere al calor que


tiene al nacer el animal de sangre caliente y que es diferente
del calor sobreañadido o influens (las raíces de este
planteamiento se encuentran en los presocráticos y en
Aristóteles), y

- humidum radicale o humedad radical, sin la cual no es


posible la vida.
La complexión de los humores da lugar a las partes
similares y éstas conjuntándose entre sí forman los órganos o
miembros: hígado, ojo..., etcétera; la complexio se ha elevado a
compositio. Es una latinización de los planteamientos de Galeno
y Aristóteles y una conjunción entre la anatomía y la fisiología.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 129


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Pero esta visión unitaria de la anatomía y la fisiología no


impide que se sigan manteniendo en el terreno anatómico y
fisiológico los mismos errores que describió Galeno, el número
de huesos seguía considerándose el mismo, la formación de la
sangre seguía teniendo lugar en el hígado y siguió existiendo un
total desconocimiento de la circulación sanguínea.

En el campo de la embriología, ésta sigue siendo


rudimentaria y la doctrina de Aristóteles acerca de la fecundación
se mantiene vigente, de tal manera que para los médicos
bajomedievales también el papel que desempeña el semen
masculino –formal e incitante- es más importante que el
femenino –material y nutritivo. Pero los médicos de este periodo
se plantearon dudas acerca de cual era el órgano motor de la vida,
si el corazón como planteaba Aristóteles o el hígado como decía
Galeno y especularon sobre en qué momento el embrión está
humanamente animado (debate aún no resuelto).

Donde sí se aprecian importantes diferencias con los


postulados griegos, es en la distinta concepción que tienen los
médicos de la Baja Edad Media acerca de la psicología; ahora el
alma es vista como una naturaleza inmaterial, es decir que tienen
una concepción distinta del término spiritus, más en la línea de
los planteamientos que hicieron los primitivos cristianos
helenizantes al término pneuma. Sin embargo si hay semejanzas
en la visión de la dinámica de la actividad del alma a la que
adjudican las mismas cualidades que la dieron los griegos, igual
localización cerebral de la imaginación, de la memoria, del
raciocinio y del intelecto. Pero también acerca de este tema se
desencadenó un amplio debate en la Baja Edad Media, las

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 130


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

cuestiones fundamentales a estudiar se centraban en preguntas


como: ¿por qué los hombres tienen distinta inteligencia?, ¿de qué
depende, que los espíritus de cada persona sean diferentes o que
lo sean los cuerpos?; unas cuestiones difíciles de responder
cuando la genética aún no se conocía.

Basándose en esta doctrina y por supuesto teniendo en


cuenta los planteamientos religiosos acerca de lo que para los
cristianos suponía la enfermedad y el “estar enfermo”, -el
carácter de prueba moral de la afección morbosa, y el mérito o
demérito en la forma de padecerla-, en general los médicos
medievales entendieron la enfermedad como una alteración más
o menos fortuita en la dinámica vital de las “res naturales o
cosas naturales”, desde el equilibrio de las complexiones hasta
las actividades de los “membra”. Hildegarda de Bingen (1098-
52
1179) , una monja famosa por sus escritos médicos, dijo acerca
de lo que era la enfermedad: “ un déficit ontológico o status
deficiens en la escala cósmico-sacral de las posibilidades de
nuestra existencia”; años después, el médico aragonés Arnau de
Vilanova la definió como: “una disposición innatural de un
miembro o del cuerpo, por la que sensible e inmediatamente son
dañadas en él las acciones naturales, esto es, las que le
53
convienen por su naturaleza específica”

52
Hildegarda de Bingen fue una abadesa alemana, predicadora, santa y considerada por sus
biógrafos como “la primera médica escritora”; de entre sus numerosas obras podemos citar:
“La teoría sobre la naturaleza” en la que describe un recetario médico, “El libro de la
Medicina combinada” que versa sobre las causas, síntomas y posibilidades de tratamiento
de las enfermedades, y “La terapeútica” en la que habla sobre el cuerpo humano sano y
enfermo y las enfermedades más importantes, la alimentación, la digestión y sus
alteraciones, afecciones del ánimo, clases de medicamentos y su aplicación y preceptos
para una vida saludable. Hay que destacar que en sus obras dedica una especial atención a
los temas relacionados con la salud y la enfermedad de las mujeres.

53
Arnaldi de Villanova.- Opera Médica Omnia X.1. Estudio introductorio de Gil Sotres y
Paniagua. Regimen Sanitatis ad regem Aragonum. Universidad de Barcelona 1996

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 131


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Con arreglo a este concepto, y para poner en práctica los


postulados de la nueva Medicina, en bastantes obras se encuentra
recogida cuál debe ser la actuación que deben de llevar a cabo
los médicos bajomedievales cuando se enfrentan a un enfermo,
así por ejemplo en varias obras salernitanas como: “Quomodo
visitare debes infirmum”, “De instructione medici”, “De
aegritudinum curatione”, “Summa conservationis et curationis”;
también en la obra de Mauro “Reguale urinarum”, en el “Liber
de urinis” y “De pulsibus” de Gilles de Corbeil, y por supuesto
en los tratados del aragonés Arnau de Vilanova, quien escribe:
“el médico llega al conocimiento de la enfermedad mediante el
doble instrumento con que el arte opera. Ante todo, con la
experiencia, esto es, considerando lo primariamente sensible... y
una vez recogidos estos datos..., hácese necesario juzgar en ellos
54
bajo la dirección de la razón”

En líneas generales, la práxis médica se desarrollaba de la


siguiente manera:

Cuando el médico se encontraba ante el enfermo lo


primero que debía de hacer era informarse acerca de su dolencia
para lo cual le hacía preguntas sobre el sueño y las funciones
excretivas. Dependiendo del tipo de dolencia que se sospechase,
se exploraba el cuerpo mediante la inspección y en algunos casos
la palpación y percusión de algunas zonas (en algunos tratados se
especifica cómo son los sonidos que pueden percibirse: el
abdomen, como un odre en la ascitis, o como un tambor en el
meteorismo, y en las fracturas óseas se aprecia una crepitación).

54
Op. Cit. Nº 53

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 132


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Una vez recogida la información que se desprendía de estas


actuaciones, el médico pasaba a explorar el pulso y a examinar
la orina, los dos procedimientos que más información
proporcionaban para establecer el diagnóstico y el pronóstico de
la enfermedad.

Al examinar la orina el médico buscaba información para


conocer de qué enfermedad se trataba, es decir, el diagnóstico, y
por ello miraba: el circulus o circunferencia de la superficie
libre, que proporcionaba indicaciones diagnósticas acerca del
cerebro y los órganos de los sentidos, la superficies, que
proporcionaba datos sobre el corazón y los pulmones, la
substancia o cuerpo de la orina, de donde se obtenían datos sobre
el hígado y el aparato digestivo, y el fundus o sedimento, del que
se obtenía información del riñón y de las extremidades inferiores.

En relación con el pulso, que ayudaba principalmente a


establecer el pronóstico, lo que observaba era: el movimiento de
la arteria (pulsos magnus o parvus, fortis o debilis, velox o
tardux), la sustancia (pulsos durus o mollis, plenus o vacuus,
calidus o frigidus), el mora inter arses o lapso entre dos
pulsaciones (pulso frecuens o rarus), su incremento o decremento
(pulso incidens o decidens), y su constancia y orden (pulsos
aequalis o inaequalis, ordinatus o inordinatus)
Una vez realizados estos procedimientos, el médico tenía
la posibilidad de identificar la enfermedad, que podía pertenecer
a uno de estos tipos: a) regionales, b) contagiosas, c)
hereditarias, d) varias desiguales (que dependían de la mala
constitución de cada sujeto), y e) epidémicas (originadas bien por
la corrupción del aire o de las aguas o por la influencia de los
astros).

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 133


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Arnau de Vilanoba establece una clasificación que J. A.


55
Paniagua (uno de los historiadores de la Medicina que más ha
estudiado la obra de Arnau), resume de la siguiente manera: 1)
enfermedades simples, que pueden ser: a) de la complexión
(morbi consimiles) y estas a su vez dependían de la malicia de la
complexión, del sujeto, de la causa y de la cualidad dominante;
b) de la composición (morbi officiales), dependiendo de la
forma, del tamaño, del número o de la posición del órgano y c)
de la solución de continuidad (morbi communes) que podían ser
en los miembros consímiles o en los oficiales y 2)
enfermedades compuestas que a su vez eran: consímiles con
consímiles (humorales), oficiales con oficiales, comunes con
comunes, consímiles con oficiales, consímiles con comunes y
oficiales con comunes.

Estos eran los mecanismos más avanzados que se esperaba


que siguiesen los médicos que tenían una formación más
completa y “de vanguardia”, por tanto no todos los médicos
debían de estar al corriente de todo lo que a través de la orina y el
pulso se podía observar y mucho menos de establecer las
relaciones adecuadas entre la información obtenida y las posibles
consecuencias que para la salud del enfermo se desprendían de
ella; de ahí que los médicos “prácticos” representasen para los
“academicistas” una opción poco recomendada para el enfermo y
que fuesen despreciados y tenidos en escasa estima y
consideración.

55
Op. Cit. Nº 53

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 134


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Una vez realizados estos procedimientos, en función de la


enfermedad identificada, el pronóstico de la misma y el tipo de
complexión que tuviese la persona enferma, el médico debía
establecer el tratamiento adecuado para solucionar el problema
identificado, sin embargo, ¿hasta qué punto era capaz de curar las
enfermedades?, porque para el médico de la Baja Edad Media,
igual que lo habían sido para los griegos, ciertas enfermedades
tenían consecuencias irreversibles y suponían una “necesidad
absoluta” de la naturaleza humana, es decir, que había dolencias
mortales o incurables “por necesidad” ante las que los médicos
no podían hacer nada. A finales del siglo XIV, el médico
humanista italiano Coluccio Salutati, lo expresaba así: “Hay que
reconocer que sólo en las enfermedades curables es útil y
necesaria la medicina. O si queremos juzgar más rectamente,
que sólo hay necesidad de la medicina en aquellas enfermedades
56
que difícilmente podría vencer por sí sola la naturaleza” .

Según este criterio, las enfermedades que sí podían ser


curadas por los médicos, requerían el siguiente tratamiento que
implicaba tres líneas de actuación distintas: la dietética, la
farmacoterapia y la cirugía.

A) La dietética medieval se llevó a la práctica con


arreglo a cinco criterios:
1.- Tratados dedicados genéricamente a la conservación de
la salud o regímenes de salud, que en la Baja Edad Media
alcanzaron una gran difusión. Del análisis de estas obras se
pueden extraer algunas consideraciones: por una parte, expresan
con claridad la discriminación de la atención médica a la que

56
Op. Cit. Nº 14, pp 230

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 135


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

estaban sometidos los enfermos, ya que son obras especialmente


dedicadas a personajes de las oligarquías sociales; pero a la vez
reflejan una atención individualizada y personalizada que es de
suponer que en la práctica médica habitual también se aplicaría.

2.- Recomendaciones específicas a una persona concreta.


Desde el escrito de Maimónedes al Sultán de Damasco, pasando
por la traducción latina de una carta seudoaristotélica a Alejandro
Magno que Avendaut de Toledo dedicó a la infanta Teresa, hija
del rey castellano Alfonso VI, el Regimen Sanitatis salernitanum,
hasta llegar al Regimen Sanitatis: “De conservanda iuventute et
retardanda senectute” que Arnau de Vilanova dedicó al rey de
Aragón Jaime II; este tipo de obras tuvieron en el siglo XIII una
enorme profusión que se mantendrá con plena vigencia en los
siglos posteriores.

3.- Normas higiénicas de vida, dedicadas a una


determinada actividad profesional, un estado de vida, etcétera. A
medida que se avanza en el tiempo, los regímenes sanitarios, en
ocasiones, también se establecen para situaciones concretas:
embarazos, viajes bien por mar o por tierra, vida militar, vida
monástica, etcétera,

4.- Las pautas de vida que los enfermos en general debían


de seguir como base del tratamiento médico.
5.- Las prescripciones y normas de vida que toda persona
debía de conocer para evitar contraer determinadas
enfermedades; en este caso los regímenes estarán planteados
para prevenir enfermedades graves y contagiosas que

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 136


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ocasionaban una elevada mortandad o que suponían una


disgregación de la vida social, es el caso de los tratados contra la
lepra, muy abundantes en los siglos XIII y XIV y los tratados
laimológicos (contra la peste) que empezaron a aparecer tras la
peste de 1348 y que además de escribirse muchos en toda
Europa, alcanzaron una enorme difusión.

B) En relación con la Farmacoterápia, las dos obras más


importantes y de mayor difusión durante la Baja Edad Media
fueron: “El Antidotarium” una obra clásica en la que se describía
una colección de 139 recetas, electuarios, pócimas, jarabes,
píldoras, pociones..., así como su utilidad en la clínica y la forma
de administrarlas; esta obra fue copiada en varias ocasiones, a
veces en verso, y de Salerno la llevó a París Gilles de Corbeil;
tras otras actualizaciones, mantuvo plena vigencia hasta que los
planteamientos farmacológicos fueron replanteados en el siglo
XVI por los médicos Andrés Laguna y Pietro Andrea Mattioli.
La segunda obra en importancia debido a la difusión que alcanzó,
al menos 22 ediciones impresas, fue “El Macer floridus”.

C) La tercera de las formas de aplicar la terapeútica, la


cirugía, se apoyaba principalmente en la Baja Edad Media en
dos versiones, una estrictamente griega desarrollada por Guy de
Chauliac, y otra árabe basada en los escritos de Abulqasim. Lo
más destacado a señalar en la práctica bajomedieval de esta
disciplina fue la aplicación de la llamada “esponja soporífera”
con la que se anestesiaba a los enfermos y que estaba impregnada
de una mezcla de las siguientes sustancias: una mezcla líquida
de opio, jugo de moras amargas, beleño, euforbio, mandrágora,
hiedra y semillas de lechuga, con todo ello se aplicaba a la nariz
del enfermo hasta que se dormía.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 137


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

El tratamiento quirúrgico de las heridas también tuvo dos


orientaciones distintas, una representada por los partidarios de
provocar “el pus loable”; la mayoría de los médicos adoptarán
esta forma de tratamiento ya que era la recomendada por Guy de
Chauliac y éste ejerció una gran influencia, por lo que este
método supuratorio se mantuvo hasta que Ambrosio Paré (1517-
1590), en el siglo XVI, logró desterrarlo. La otra orientación
consistía en aplicar a las heridas una cura no purulenta
consistente en limpiar la herida con vino caliente, coserla si era
necesario y vendarla; una técnica más en la línea de lo que hoy se
hace, pero que en la Edad Media no parece que fuese muy
aceptada. En cuanto al tratamiento de las fracturas parece que fue
simplificándose a medida que fue avanzando la Edad Media, y
las férulas con las que se inmovilizaba el miembro fracturado
fueron cada vez menos complicadas. También en este campo se
describieron procedimientos para suturar los intestinos tras un
traumatismo e incluso se precisó la técnica para realizar una
trepanación craneal.

Por último y para concluir este apartado de la terapeútica,


es preciso hablar de una de las técnicas más utilizadas en la Edad
Media, igual que lo fue antes y que lo seguirá siendo después,
hasta bien entrado el siglo XIX: la sangría. Fue el procedimiento
médico más generalizado ya que mediante esta técnica se
conseguía eliminar los humores sobrantes y por tanto estaba
orientada a recuperar el equilibrio perdido. Los médicos
bajomedievales no se plantearon ninguna duda acerca de su
conveniencia, los debates que surgieron sobre este tema
estuvieron centrados sobre dos aspectos: qué vena era más o
menos adecuada para poder evacuar los humores; y acerca de
especulaciones astrológicas sobre cuando realizarlas, cuestión

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 138


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

que se plasmó en las leyes civiles con prohibiciones de realizar


sangrías en determinados meses y días del año. Su utilización fue
tan importante y estuvo tan extendida que como se trataba de un
procedimiento manual y “práctico”, había profesionales que de
forma especial se dedicaban a realizarla: los practicantes de
57
cirugía.

Esta es en síntesis, la manera que tuvieron los médicos


durante la Baja Edad Media de hacer frente tanto a la
identificación de las enfermedades como a su solución. Sin
embargo, cuando se trataba de enfermos que no podían hacer
frente a los honorarios de un médico, o que por otras cualquiera
circunstancias no podían contar con sus servicios, se hacía
necesario subsanar la falta de esos profesionales y en muchos
casos fueron las mujeres, las madres de familia, las que
asumieron esa responsabilidad, que como veremos hasta los
propios médicos potenciaban, y por ello dedicaron muchas de las
obras que escribieron a las amas de casa, a las mujeres.

57
Había practicantes de cirugía, de medicina y de farmacia y hasta 1857 en que se unirán
en una sola clase: practicantes, permanecerán vigentes estos tres tipos.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 139


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

III 3 .- La medicina en la Península Ibérica a finales de la


Edad Media

He intentado hasta aquí dar una visión general de la


evolución, desde su origen griego a su asunción por parte de los
médicos medievales, pasando por el crisol de los médicos árabes,
del conocimiento acerca de la salud y la enfermedad, pero parece
conveniente situarnos en Castilla para ver cómo se asumen aquí
las nuevas ideas médicas.

La situación social en la Península es diferente a la del


resto de Europa y la existencia en ella de una población
musulmana a lo largo de tantos siglos, con fronteras internas y
luchas continuas, razias musulmanas y reconquistas cristianas de
territorio con las consiguientes repoblaciones, confieren a la
Península unas peculiaridades que no se dan en el contexto
europeo.

58
Ya en 1967 G. Beaujouan señalaba que la evolución de la
Medicina en Castilla y Aragón había seguido unos caminos
distintos que en el resto de Europa y habla de cuatro factores
como condicionantes de esta diferenciación que a su juicio se
produce en España:
- La presencia musulmana

- El papel excepcional desempeñado por los judíos

58
La science en Espagne aux XIVe et XVe siècles . París 1967

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 140


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

- La debilidad de las Universidades


- La madurez precoz de las lenguas peninsulares

En su opinión, en Castilla desde comienzos del siglo XIV


se aprecia una disminución importante, tanto en cantidad como
en calidad, de la producción científica, lo cual considera que es
consecuencia de la desaparición progresiva y a veces brusca, del
saber judeo-árabe, que se origina por causas sociales, esto es, por
los pogroms llevados a cabo contra judíos y que dan lugar a una
población nueva: los cristianos nuevos.

Sin embargo la población y situación judía podría


considerarse similar a la del resto del continente y persecuciones
contra los judíos se produjeron también en otras latitudes; a
priori, da la impresión de que no tendría por qué ser éste un
problema para el desarrollo de la Medicina cuando no lo fue en
otros países, quizás más bien al contrario, como los judíos eran
buenos médicos y las mujeres judías eran buenas y afamadas
parteras, la ausencia de la elite intelectual judía debería de haber
supuesto un estímulo para el desarrollo del saber médico.

En cuanto a la población musulmana ya hemos visto cómo


los planteamientos fundamentales filosófico-religiosos en que se
apoya la ciencia médica difieren poco de los cristianos, luego si
esto es así y en la península Ibérica hubo más musulmanes que
en el resto de Europa, parece que debería de haber sido una
situación favorable al desarrollo de la Medicina, sin embargo no
parece que fuese así sino más bien todo lo contrario, ¿por qué
existen esas diferencias tan significativas, en opinión de los
expertos?.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 141


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

59
Para García Ballester , la reconquista y repoblación de los
territorios fronterizos, tanto en Castilla como en Aragón,
constituye un elemento determinante en las características de la
práctica de la Medicina a lo largo de los siglos XIII al XV, y
siguiendo a Beaujouan, señala los siguientes factores a tener en
cuenta:
- existencia de un elemento musulmán
- presencia de una comunidad judía

- introducción en ambas del nuevo factor cristiano-


escolástico

Todos estos factores serían los causantes de una serie de


tensiones sociales, siendo su resolución lo que habría moldeado
las distintas sociedades peninsulares, trascendiendo sus efectos a
la práctica de la Medicina. Es en este tránsito cuando sufre un
proceso de desintegración la Medicina judeo-árabe.

Y es que cada vez más, a medida que avanza la Edad


Media, las restricciones a musulmanes, y también a judíos, son
más manifiestas y esto se hace especialmente patente en el
terreno de la Medicina. En Valencia por ejemplo, en 1338, se
dictan ordenanzas prohibiendo a los musulmanes la práctica de
su actividad médica entre los cristianos, prohibición extensiva a
las mujeres musulmanas que también practicaban este arte.

59
La búsqueda de la salud. Sanadores y enfermos en la España medieval. Barcelona 2001

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 142


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

“El Batlle general, ordena que ninguna mujer mora,


que ejerza la medicina entre las mujeres, acoja en su
casa a cualquier mujer cristiana para asistirla
60
médicamente, bajo multa de 20 sueldos”

Pero esta situación no fue exclusiva del reino de Aragón,


en Castilla también existen muestras de la intolerancia hacia los
sanadores musulmanes y judíos, una oposición férrea que por
parte de la Iglesia se llevó a cabo a través de diversos
procedimientos, desde los sermones que en sus incursiones por
Castilla pronunció el valenciano Vicente Ferrer, hasta las
disposiciones oficiales que hizo la Iglesia; basten dos ejemplos
para atestiguarlo. El primero está reflejado en un texto del
Concilio celebrado en Valladolid en el año 1322, mediante el que
se ordena a los obispos castellanos que hagan uso de las penas
eclesiásticas para obligar a los cristianos a no acudir a los
médicos, judíos ni mudéjares, cuando estén enfermos; dice así:

“Adversus Judaeorum et Sarracenorum induratam


malitiam, qui sub velamine medicinae, chirurgiae, et
apothecariae, calliede insidiantur, et nocent populo
christiano, dum eis medicinas propinant, ex quibus
nonnunquam pericule mortis incurrunt, Sanctorum Patrum
Canones salubriter providere, prohibentes, ne Christiani
in infirmitatibus suis vocent, aut ab eis recipiant
medicinam. Quia vero praedicti Canones propter
Praelatorum negligentiam non Servantur, in virtute
sanctae obedientiae praecipiendo mandamus, ut Praelati...

60
Op. Cit. Nº 99

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 143


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

per Censuram Ecclesiasticam faciant inviolabiliter


observari” 61

Los obispos debieron ser consecuentes con este mandato y


posiblemente prestarían una especial atención a las situaciones
que se daban entre sus feligreses cuando estaban enfermos, pero
los fieles no debieron de serlo tanto, y parece que seguían
utilizando los servicios de los médicos árabes y judíos, ya que
trece años después, en 1335, reunidos los obispos en el Concilio
de Salamanca, volvieron a insistir en imponer los mismos
castigos, es decir, la excomunión, la pena máxima que podía
imponer la Iglesia; con este segundo ejemplo vemos cuáles
fueron los argumentos utilizados en esta ocasión:

“... debido al mucho escándalo y al gran peligro en el que


ponen sus almas, es por lo que consideramos como un
abuso detestable la costumbre de ciertos cristianos que,
durante sus enfermedades y convalecencia, llaman para
curar a sus cuerpos a médicos hebreos y sarracenos, y
aceptan de ellos medicinas, no teniendo en cuenta la
malicia de esos médicos, los cuales, so capa de la
medicina y la cirugía, se insinúan y castigan al pueblo
cristiano, al que desean debilitar cada vez más. Por ello,
mandamos que ningún cristiano, clérigo o laico, enfermo o
convaleciente, llame a ningún sarraceno o hebreo para
recibir de él cuidado médico”

Dos cuestiones a reseñar de estos textos: en los castellanos


las referencias que se hacen son exclusivamente a los médicos
61

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 144


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

varones, mientras que en el de Valencia se incluye tanto a


hombres como a mujeres; no creo que fuese un olvido de los
obispos castellanos, más bien o las mujeres no eran tenidas en
cuenta para nada, ni siquiera en situación de enfermedad ni
cuando parían, o en estas tierras no ejercía funciones sanadoras
ninguna mujer ni judía ni mora, lo cual parece bastante
improbable. La segunda de las ideas que se desprende de los
textos, es referente a la confirmación de que la población, tanto
laica como religiosa, demandaba los servicios médicos de
musulmanes y judíos cuando estaba enferma, de no ser así los
obispos no insistirían en prohibirlo y en imponer unos castigos
máximos que suponían la pérdida de la personalidad social.

Por su parte el profesor Riera Palmero62 , señala que


la imagen que ofrece la Medicina castellana en la Baja Edad
Media, no se corresponde con el auge traductor llevado a cabo
por la escuela de Toledo; en su opinión, esto es debido a que las
obras médicas que aquí se traducen no se quedan en España y por
lo tanto los médicos castellanos ni siquiera llegan a conocerlas
hasta que no son traídas de nuevo, aunque de forma esporádica y
fragmentaria, desde otros lugares de Europa, como ocurrió por
ejemplo con las obras que trajo desde París y Bolonia el
franciscano Juan Gil de Zamora. Es por ello que los médicos
castellanos no varían sus planteamientos a la par que lo hicieron
fuera de la Península, y por lo tanto continuaron anclados en los
postulados arcaicos sin asumir la nueva ciencia greco-árabe.
Aunque esta ausencia de obras no explicaría por sí sola la
situación de la Medicina castellana, si habría contribuido a su
falta de adecuación a la corriente vanguardista que existía en
otras zonas europeas.

62
Historia, Medicina y Sociedad. Madrid 1985

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 145


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lo que sí parece que existió en los reinos hispánicos


hasta bien entrado el siglo XVI, fue una literatura médica escrita
en árabe, que por supuesto contenía todo el saber médico greco-
árabe, pero que al parecer solo circulaba por las aljamas y las
morerías; los médicos cristianos castellanos, aunque fuesen
médicos de formación universitaria y escolástica, no tuvieron
acceso a los textos de lengua árabe y parece que solo manejaron
las obras escritas en latín, y éstas parece que no eran demasiado
abundantes.

Debió de existir también un problema de


competencia profesional entre la clase médica; los médicos
“oficiales” es decir los médicos cristianos que habían recibido
una formación científica universitaria y que estaban muy
relacionados socialmente con la clase dominante, realizaron una
labor constante de desprestigio, tanto de los médicos como del
saber médico de árabes y judíos, intentando incluso forzarles a
que abandonasen sus esquemas socio-científicos; en realidad
estos médicos cristianos solo debían atender a una minoría social
muy concreta, las clases más privilegiadas, pero el prestigio y la
fama alcanzada por los médicos árabes y judíos debía de ser
importante por lo que en situaciones de crisis sociales, políticas,
económicas y también religiosa como fue habitual en el siglo
XIV, las actitudes mantenidas por los médicos cristianos para
hacer valer su condición social y científica debieron de ser
63
bastante intransigentes. Alfonso de Chirino , un médico
castellano y cristiano, que reúne estas características, y que
ejerció su profesión a comienzos del siglo XV, hizo en sus
escritos alusiones a esta situación de intransigencia esgrimiendo
durísimas críticas tanto contra médicos judíos como mudéjares,

63
Alonso de Chirino. Menor daño de la medicina. Espejo de medicina. Ed. Angel González
Palencia y Luis Contreras Poza. Madrid 1945

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 146


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

por ejemplo en relación con su culpabilidad en las epidemias de


peste.

Es probablemente por esta circunstancia, por lo que


la situación social señalada por García Ballester y Boujouan
acerca de los pogroms, incide de una forma tan decisiva sobre la
Medicina castellana, ya que al parecer los nuevos postulados
médicos solo estaban en posesión de los judíos y árabes que
vivían en suelo castellano, y al sufrir éstos persecuciones y verse
obligados a convertirse al cristianismo y con ello a renegar de sus
creencias y también de sus conocimientos y formas de vida, se
les impedía poner en práctica sus saberes médicos.

La intransigencia adquirió pautas formales al


impedirles el acceso a la formación en las Universidades y lo que
es más drástico, al tratar de evitar que trabajasen como médicos
obligándoles a realizar un examen ante un tribunal de médicos
cristianos que juzgase sus conocimientos

De hecho, los médicos musulmanes se vieron


abocados a ejercer como curanderos; el tribunal del
Protomedicato realizaba los exámenes con arreglo a las normas
cristiano-escolásticas y en latín o castellano y los sanadores
moriscos no tenían posibilidades de ser aprobados. Después de la
diáspora de 1572, los moriscos eran prácticamente todos
labradores y ni siquiera sabían leer (salvo que además es alfaquí)
y solo mediante la tradición oral en el seno de la familia
adquirían conocimientos. El ejemplo del morisco Román

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 147


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

64
Ramírez , de comienzos del siglo XVI, confirma estos
planteamientos; era nieto de Juan de Luna y se había criado con
él “el cual era gran médico” y le había enseñado a su hija María
de Luna todos sus conocimientos médicos llegando a ser “una
mujer muy entendida en cosas de Medicina y çonocimiento de
yerbas y era muy buena comadre, que venían de cincuenta
leguas por ella para que curase algunas enfermedades”, ella le
enseñó a su hijo Román todo lo que “este confesante sabe de
herbolario y de çurar enfermedades...”

♦ A modo de síntesis

Para concluir y a modo de resumen de este capítulo, hemos


visto cómo el conocimiento y la práxis médica se fue
transformando desde el saber depositado en los monjes-médicos
de los monasterios altomedievales hasta el que poseyeron los
médicos laicos de la Baja Edad Media.

Este largo proceso de transformación científco-técnica


requirió una adaptación tanto a nivel filosófico-teológico como
social de la disciplina médica y de los propios médicos.

64
Comentado por García Ballester en Historia social de la Medicina... (p. 133)

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 148


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Los médicos de la Baja Edad Media tuvieron, primero que


conocer y luego asimilar y adaptar la doctrina greco-árabe a los
planteamientos cristianos para que el pensamiento filosófico-
natural de Galeno pudiese ser aceptado y se superase el conflicto
dogmático que en un principio se había suscitado, lo cual exigió
la creación de un sistema de conceptos: “potencia ordenada” de
Dios, “causa segunda” y necesidad ex suppositione” de los entes
y los procesos cósmicos, para así dar una visión acorde con la fe
cristiana y el método escolástico, a la nueva forma de entender la
Medicina.

Desde el punto de vista social y a medida que se va


consolidando el nuevo saber entre la clase médica, la Medicina
va adquiriendo un estatus propio y los médicos cristianos un rol
social independiente y con unas determinadas características de
privilegio que serán visibles y patentes en los que acudan a
formarse a las Universidades. Uno de los más importantes
médicos (cirujano) castellanos renacentistas, Daza Chacón,
65
cuenta de forma convincente este proceso evolutivo:
“Y los médicos que allí leían (dice refiriéndose a los
médicos judíos que estaban en Salamanca en la época de Alfonso
X) habían procuradorestituir el arte de la medicina, que en
aquellos tiempos casi en toda Europa estaba perdida, si no era
entre los árabes que en España moraban, que las demás gentes,
o se morían antes de tiempo por no saber dar renedios a sus
males, o se curaban sólo con experiencias, las cuales sin
discreción aplicaban a todas edades y a todas complexiónes y a
todos tiempos.

65
Citado por L. Comenge en Historia de la Medicina en Cataluña (p.132) y por García
Ballester en Historia social de la Medicina en la España de los siglos XIII al XVI (p. 79)

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 149


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Pues los médicos dichos, que por el mucho trato que


tenían con los moros, sus vecinos, sabían la lengua
arábiga y de ellos habían aprendido parte de aquesta
ciencia, trasladaron en latín a Avicena y los demás libros
que les parescieron útiles, así para leer en las escuelas
como para practicar en las enfermedades, y comenzaron a
tratar esta facultad por método y por arte, fundándola en
principios de filosofía y pintando el conocimiento de las
causas de las enfermedades con el remedio de ellas, y de
allí se fue extendiendo este modo por otras gentes; pero
los del estudio de Salamanca fueron los primeros que con
grandes dificultades abrieron un ancho portillo, por do
después entró, sin embargo, el tropel de los muchos
médicos que hasta ahora ha habido. Desde entonces quedó
allí estatuido que la principal cátedra de esta ciencia fuese
Avicena...”

El galenismo, (así llamada la doctrina de Galeno


arabizada), como se desprende de este texto, tenía plena vigencia
en España en los siglos XV y XVI y se había establecido como
paradigma médico, siendo por tanto el único patrón por el que se
interpretaban las enfermedades. En las Universidades castellanas,
y también en las europeas, en Medicina seguía estudiándose el
Canon de Avicena en lengua latina como el máximo exponente
del saber médico.

Con la llegada del humanismo “científico”, se desplegará


por toda Europa una necesidad de buscar en las fuentes originales
y por lo tanto griegas, una información médica más precisa y
auténtica que la transmitida por los médicos árabes y cristiano-

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 150


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

escolásticos, y esto supondrá una recuperación de los


planteamientos griegos con un galenismo, como lo llama García
Ballester, “más hondo y más firmemente construido”, pero para
entonces ya será el siglo XVI.

III.- LA SALUD-ENFERMEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA 151


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

IV1.- LA ICONOGRAFÍA COMO FUENTE PARA LA


INVESTIGACIÓN HISTÓRICA

Una de las constantes de los seres humanos parece que ha


sido querer contar lo que veían, lo que formaba parte de su vida, de
sus experiencias vitales, de su mundo -real o imaginario-, de sus
preocupaciones más íntimas (Matisse decía: “dedicarse al arte es
un medio de expresión de sentimientos íntimos”) y de las
experiencias más comunes, de la vida habitual, de sus creencias y
valores..., es decir, todo lo que directa o indirectamente ha formado
parte de su mundo.

Esto, muy posiblemente haya sucedido siempre y en todas las


culturas, aunque desconozcamos hoy muchas de esas
manifestaciones, bien porque la forma de plasmarlo símplemente no
ha llegado hasta nosotros, pues los rigores del tiempo lo han
impedido, o porque no hemos sido capaces de comprender e
interpretar el legado que se nos dejó.

La variedad de formas que nuestros antepasados encontraron


para relatar “su vida” y “su mundo” es extensa y es justo ahí, en
esa pluralidad de elementos, donde los historiadores e historiadoras
buceamos para poder encontrar alguna de las “pistas” que nos
permitan interpretar y comprender el pasado.

Para ello, para comprender el pasado, los historiadores han


utilizado tradicional y preferentemente las fuentes escritas, ya
fuesen narrativas o documentales, que siempre han gozado de mayor
prestigio y reconocimiento por ser consideradas más fiables, al
creerse que están menos sujetas a interpretaciones equívocas; esto es
seguramente así en el caso de las fuentes documentales: por
ejemplo, un acta notarial de compra venta; un certificado de
defunción o de nacimiento y otros documentos muy puntuales,

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 154


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

reflejan seguramente una información precisa y concreta que en


general no ofrece dudas y por tanto admite una escasa
interpretación.
No es el caso de otros muchos documentos escritos que
pueden estar sujetos a la interpretación personal de quien relata los
hechos, o a los intereses concretos del relator, o de quién le paga, o
de las autoridades de turno; por ejemplo, no es lo mismo intentar
conocer la Historia de los Países Bajos contada por los cronistas de
Carlos I (o V) y de Felipe II, que por los holandeses que desde allí
fueron testigos directos de la actuación del tribunal de la
Inquisición. Lo mismo puede aplicarse a cuestiones mucho más
puntuales, como puede ser denominar un acontecimiento concreto y
vemos cómo el propio nombre varía según los intereses de quien lo
utilice, por ejemplo, la gripe que a comienzos del siglo XX, en
1918, asoló a muchos países europeos, es denominada de distintas
maneras según quien se refiera a ella, así esa gripe es conocida en
Francia como “la española”, en Italia como “la portuguesa” y en
España como “la francesa”.
Como vemos, intereses concretos, imaginación más o menos
desbordada, errores o aciertos intencionados o no, por parte de quién
relató los hechos o de quién los interpreta, parece que es también
una constante a considerar y por eso, porque la memoria escrita es
sesgada e incompleta, parece conveniente, cada vez más, valorar
otras fuentes que bien por sí mismas ofrezcan información o que
simplemente corroboren o nieguen datos que fueron contados por
escrito.
Esa es precisamente la riqueza de la Historia, porque al ser “la
historia de hombres y mujeres, hecha por hombres y mujeres y
contada por hombres y mujeres”, puede ser interpretada porque no
existe solo una verdad.
Y es que en la forma de contar cada uno la verdad, “su
verdad”, no siempre los hombres y mujeres han acudido

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 155


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

exclusivamente a la escritura, extendida ésta como hoy lo hacemos


en la plasmación gráfica de palabras y signos, sino que desde épocas
remotas, prehistóricas (precisamente llamadas así por carecer de
escritura), los hombres y mujeres utilizaron la representación de
imágenes (icono en griego) para describir lo que veían, y por qué
no, aquello que era motivo de su preocupación por consistir en el
elemento de su vida –la alimentación, la caza- y también de su
muerte –el peligro, el riesgo, la escasez...-; el ejemplo de las
pinturas de la cueva de Altamira, entre otras, pone de relieve la
capacidad de los seres de la prehistoria para contar aspectos de su
mundo.
Por tanto, y en función de estos criterios, la escritura mediante
imágenes, es decir, lo que los griegos llamaron ICONOGRAFÍA
(icono = imagen; grafía = dibujo, escritura), término que ya Platón
y Estrabón utilizaron para referirse al lenguaje figurado y que hoy
los historiadores del Arte consideran una parte de la Historia del
Arte, debe de ser tenida en cuenta por los historiadores como una
fuente más que contribuye a descubrir y corroborar aspectos
concretos de la vida de nuestros antepasados.

La Iconografía permite estudiar el asunto o significado de las


obras de arte, prescindiendo de la forma, y establecer fechas,
procedencias, autenticidades e incluso proporciona la base necesaria
para una posterior interpretación; el análisis iconográfico no solo se
ocupa de los motivos, sino que estudia las imágenes, narraciones y
alegorías, presuponiendo por tanto, un conocimiento de lo que se
representa en todo su conjunto, desde el punto de vista temporal,
social, etcétera, y es que la obra de arte, es en si misma un
documento histórico, capaz como tal, de transmitir información
sobre las relaciones sociales, los medios de producción, de trabajo, e
incluso los contenidos ideológicos que rigen en un grupo social.

Constituye por ello la iconografía, una importante fuente a ser


tenida en cuenta por los historiadores/as ya que puede aportar una

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 156


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

información extraordinaria que nos ayude a entender importantes y


numerosos aspectos del pasado.
El análisis iconográfico, o lo que es lo mismo, la utilización
de la Iconografía por parte de los historiadores/as como instrumento
para interpretar un acontecimiento histórico, también ha pasado por
diferentes momentos.
Así, en un principio parece que solamente se le dio una
acepción de “retratística” que intentaba identificar las imágenes de
los personajes que se representaban. Sin embargo, desde finales del
siglo XVI -1593-, un italiano, Cesare Ripa, publicó un libro que
bajo el nombre de Iconología planteaba una especie de repertorio o
catálogo de alegorías (personificación de un concepto abstracto), en
el que se describían una serie de imágenes y lo que representaban;
se trataba de una serie de figuras femeninas con distintos ropajes y
que llevaban unos objetos en las manos que aludían a su condición.
Este tipo de diccionario fue utilizado tanto por los artistas para
componer escenas de carácter simbólico en sus obras, como por los
aficionados al arte para ayudarse a interpretar y comprender las
imágenes y lo que significaban.

A lo largo del Renacimiento proliferarán esas obras,


denominadas por Alciato1 como literatura Emblemática, en las que
aparecen grabados que presentan imágenes extrañas donde se
combinan figuras humanas, animales, vegetales, etcétera, que están
acompañadas de un texto donde se explica el significado de las
imágenes misteriosas.

Durante el siglo XVIII, la preocupación existente por las


obras de arte de la antigüedad, tiene como resultado una
clasificación o reagrupación de las obras por sujetos o aspectos

1
Alciato. Emblemática. 1531

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 157


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

iconográficos y que plasmó Caylus en una obra que describe el arte


de periodos de Egipto hasta Roma2.
Desde el siglo XVIII las manifestaciones artísticas de la
religión cristiana, constituirán el centro de atención de los estudios
iconográficos, pero a lo largo del siglo XIX los acontecimientos
sociales, políticos y religiosos, con desamortizaciones,
sublevaciones anticlericales, etcétera, que tienen lugar en Europa,
llevaron a un proceso de olvido del simbolismo, que se agudizará
durante las primeras décadas del siglo XX; poco a poco, a partir de
los años treinta de ese siglo, y principalmente en Alemania3,
diversos grupos de artistas y estudiosos intentaron recuperar esas
imágenes artísticas del pasado fijándose principalmente en su
contenido.

IV2.- LA ICONOGRAFÍA COMO MÉTODO

La identificación, clasificación y estudio de las imágenes


acudiendo a las fuentes para organizarlas en tipos, ha producido una
abundante bibliografía sobre Iconografía, que ha hecho de esta
disciplina mucho más que una subsidiaria instrumental del Arte,
pasando a ser un método crítico, con una cierta independencia, útil
para la historia de la cultura en imágenes.

2
Caylus, Ph.- Recueil d’antiquités égyptiennes, étrusques, grecques et romaines. París 1761-67
3
La figura más representativa de la escuela alemana de Warburg (1937) fue Panofsky. También
debe ser mencionado Saxl como representante del Instituto Courtahld de Londres.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 158


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

La necesidad de utilizar la ICONOGRAFÍA como método,


surge cuando en una obra de arte la forma no puede separarse del
contenido, la distribución del color y las líneas, la luz y la sombra,
los volúmenes y los planos, por delicados que sean como
espectáculo visual, deben entenderse también como algo que
comporta un significado que sobrepasa lo visual4.

La interpretación iconográfica se realiza, según Panofsky, en


tres etapas:

• En primer lugar, debe realizarse una descripción


preiconográfica; esto es, captar el sentido del fenómeno.
Dicho con otras palabras, esto supondría que cuando nos
acercamos a una obra de arte, necesitamos una
determinada experiencia, aunque mínima, para examinar
formalmente los objetos que en ella se presentan y
hacernos una idea somera de su significado.

• A continuación es preciso realizar un análisis


iconográfico. Es un paso más avanzado y preciso que la
descripción ya que permite ahondar en motivos y
significados de la obra; las imágenes que contemplamos
nos dan información acerca de su historia y de su
significado, pero para ello tenemos que apoyarnos en una
identificación correcta de los motivos, lo cual requiere un
cierto conocimiento de las fuentes literarias ya que éstas
son las que nos proporcionan los temas y los conceptos
específicos que deseamos identificar.

• En tercer lugar, la interpretación iconográfica supone la


captación del significado más profundo de la obra de arte y
con ello se nos revela la actitud básica de una sociedad, de
una época y de sus gentes, de sus costumbres, de sus

4
Panofsky, Erwin.- El significado de las artes visuales. Argentina 1960. Ideas. Madrid 1985.
Arquitectura gótica y pensamiento escolástico. Madrid 1986

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 159


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

hábitos e incluso de su mentalidad y sus ideas y creencias.


Para poder realizar una interpretación se requiere un
conocimiento más profundo acerca no solo de los
momentos históricos que se representan sino también de
las tendencias esenciales de la mente humana.

La necesidad de aunar conocimientos diversos para hacer una


interpretación iconológica pone de manifiesto la posibilidad de
conjuntar este método con otros más sociológicos, superándose con
ello algunos problemas específicos del saber de los historiadores del
Arte, como es el caso del análisis del fondo y la forma.
Y es que desde mediados del siglo XX y como consecuencia
del cambio de vida que se pone de manifiesto con la
industrialización, la socialización, la división social del trabajo y la
lucha de clases, ni la obra de arte ni el artista pueden analizarse y
estudiarse de forma aislada por entender que el Arte es el resultado
de una serie de factores colectivos muy complejos, tanto desde el
punto de vista del creador de la obra como desde el que la
contempla.

El análisis de una obra de arte desde un planteamiento


sociológico consiste en la descripción sumaria de los elementos
lingüisticos, temáticos, técnicos y formales, lo que supone tanto la
descripción formal y técnica de la obra de arte como el
reconocimiento de los símbolos y su interpretación. Este método
supone buscar de forma rigurosa la especificidad del contenido que
se expresa en el signo mediante la determinación de la forma
simbólica. Se puede decir que con este método se ponen las bases
para una verdadera investigación científica, hasta entonces
descuidada por puro formalismo.
Según estos planteamientos, el análisis y estudio de las
imágenes para la investigación de diversos aspectos de la vida del
pasado, no solo es posible sino que a todas luces parece necesario.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 160


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Cuando lo que se pretende desde la investigación es descubrir


y conocer un mundo que en muchos aspectos ha estado marginado:
-la enfermedad y los enfermos y las mujeres como sus cuidadoras y
encargadas de mantener la salud del grupo social básico, es decir, de
la familia, para preservar con ello el orden social establecido-, las
fuentes documentales suelen ser tan escasas, que en general la
batalla del investigador/a no es la lectura de esas fuentes ni su
interpretación, sino mas bien dónde buscar y encontrar noticias.

Por ello, rastrear todas las fuentes a nuestro alcance se


convierte en una tarea minuciosa y lenta, aunque no exenta de placer
si entre esas fuentes se encuentran las obras de arte. Unas obras de
arte variadas en cuanto al tipo: pintura, escultura, grabados,
cerámicas..., y en cuanto a la época, desde obras prehistóricas hasta
las más actuales, pasando como es lógico por las de los más
destacados y conocidos artistas.

IV3.- LA ICONOGRAFÍA Y LA INVESTIGACIÓN DE


LOS CUIDADOS

Para dejar constancia de cómo la iconografía es una fuente a


tener en cuenta para investigar desde el punto de vista histórico,
acerca de lo que nuestros antepasados hicieron y pensaron en
relación con la enfermedad y la consideración social de los
enfermos, los cuidados que recibieron y por parte de quién y el
mantenimiento de la salud, voy a analizar una serie de obras de arte
que se encuentran en diferentes contextos: libros, iglesias,

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 161


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

conventos, museos..., y que fueron realizadas con diferentes


materiales y con distintas técnicas, pintura, escultura, etc., y que a
mi entender, demuestran cómo si que es factible encontrar datos
acerca de los cuidados, utilizando las fuentes iconográficas.

La técnica utilizada y el soporte en que se encuentran las


obras de arte que voy a analizar es variado, y desde luego
sobradamente conocido, pero parece conveniente hacer algunas
puntualizaciones previas referidas a un soporte concreto ya que
aunque la pintura y la escultura son las artes dominantes en las obras
analizadas, trato en una ocasión de la plasmación del mundo de la
salud en una vidriera de una iglesia y parece conveniente hacer por
ello algunas consideraciones al respecto.

Las vidrieras5, formadas por vidrios de dibujos coloreados


ensamblados por un emplomado o red de plomo, de sección en H
para que encajen los vidrios, y que siluetea los contornos y distornos
de las figuras, para cerrar ventanales no se conoce bien en que
momento de la Edad Media comienzan a utilizarse ya que apenas se
conservan algunos restos anteriores al siglo XI, debido a lo frágil de
la estructura y del vidrio, lo que hace que sea un arte poco
perdurable (el gran arte perdido, según Sowers)

Sabemos que debieron de surgir por motivos prácticos: cerrar


ventanales para impedir el paso de la luz (hay que recordar el valor
simbólico que tiene la luz, sobre todo en el románico: oscuridad-
introspección, mientras que en el gótico la claridad supone una
apertura al mundo), pasando a ser posteriormente un soporte que
configurará al espacio arquitectónico donde se ensambla.

5
Son muy numerosas las obras que tratan el estudio y evolución de las vidrieras y desde luego
muchos autores tratan en sus estudios de la Catedral de León dada la importancia que en esta
iglesia adquieren las vidrieras. Solamente por citar algunas y a modo de ejemplo, sobre
cuestiones generales acerca de las vidrieras, ver dos obras de V. Nieto Alcaide: Las vidrieras y
su evolución. Madrid 1974, y La luz simbolismo y sistema, Madrid 1989; específicamente para
las vidrieras de la catedral de León, ver: Fernández Arenas, J. y Fernández Espino, C.J.- Las
vidrieras de la Catedral de León. León 1982.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 162


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

El tratado del monje alemán Teófilo, en torno al año 1100


“Schedula Diversarum Artiumk”, supone las bases de esta técnica
que ha perdurado hasta nuestros días.
El paso del románico al gótico y la descarga de muros a los
arbotantes, permite a los arquitectos elevar naves y ampliar
ventanales y lo que se pretende con la vidriera es modular la luz
natural y transformarla en una no natural, cromática y físicamente
diferenciada de la externa; los paños de los muros se traducen en
muros traslúcidos, calados y leves; estas formas arquitectónicas
alcanzan su máximo esplendor en las catedrales de Toledo, Burgos,
León, Chartres y Sainte Chapelle en París.

No menos importante que la modulación de la luz, van a ser


las representaciones de las imágenes que corresponden a programas
iconográficos que coinciden con los programas desarrollados en las
esculturas de las portadas, pinturas y miniaturas.
En general, puede decirse que el programa oriundo de las
catedrales góticas sería el siguiente:

• en las capillas: escenas menores, y

• en los ventanales altos, de crucero y nave central:


profetas, santos y personajes reales, intercalando siempre
temas evangélicos; algo similar a lo que ocurría en las
portadas.
Probablemente una de las iglesias castellanas en que las
vidrieras han alcanzado un altísimo protagonismo es la catedral de
León; el programa de vidrieras se inició en esta iglesia por las de las
capillas de la cabecera, que es la primera parte del edificio que se
construyó y de la que quedan muy pocos restos. Es precisamente
una vidriera de esta iglesia la que será analizada en este trabajo.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 163


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Aunque este estudio está centrado en Castilla, las imágenes


seleccionadas no son exclusivamente castellanas, aunque la mayoría
si lo sean, sino que proceden de diversos ámbitos geográficos y ello,
a mi juicio, sirve para enmarcar, comparar y comprender mejor lo
que sucede en Castilla, tanto en el terreno de la conceptualización
de la salud y la enfermedad, cómo en el del tratamiento médico y
curación de las enfermedades y la asistencia a los enfermos y
enfermas; es posible que la plasmación artística de unas ideas
cargadas de sentido religioso den “universalidad” al mensaje y
aunque exista cierto localismo en las obras y en los artistas, puedan
estas obras ser exportadas e interpretadas desde ámbitos bien
diferenciados.
Para facilitar su estudio voy a agrupar las obras artísticas por
temas de tal manera que presentaré en primer lugar las obras en las
que se representan los aspectos conceptuales de la salud y la
enfermedad y las connotaciones milagrosas atribuidas a la curación.
En segundo término analizaré aquellas imágenes en las que se
representa a unas personas cuidando a otras, bien en el ámbito
doméstico como en ambientes hospitalarios; por último presentaré
un grupo de obras en las que se pone de relieve cómo cuando lo que
se quiere representar es una intervención “técnica” siempre los
artistas recurren a la figura de un varón como protagonista de la
escena. A mi modo de ver, los artistas “cuentan” fielmente muchos
aspectos de la sociedad que conocen y en la que viven y reflejan
claramente en sus obras las ideas conceptuales que rigen esa
sociedad en la que se mueven; por poner un ejemplo concreto, no he
encontrado ninguna obra en la que se represente a un varón como
protagonista de una escena en la que se representa un nacimiento y
ello me lleva a deducir que es que los hombres no tenían todavía
ningún protagonismo en esos acontecimientos como si lo empezarán
a tener a partir de finales de la época Moderna.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 164


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

IV3 A).- REPRESENTACIÓN ICONOGRÁFICA DE


LA ENFERMEDAD, LOS ENFERMOS Y
SU CURACIÓN MILAGROSA.

Los artistas de distintas épocas han puesto de manifiesto a


través de sus obras no solamente la existencia de enfermos, sino
cómo eran vistos esos enfermos por la sociedad en la que vivían,
que tratamientos médicos recibían, cómo era considerada su
enfermedad y dónde eran cuidados y por quién; a veces también
dejaron constancia de la consideración que algunos enfermos de
enfermedades concretas merecían y desde luego en ocasiones
también los artistas se hacen eco de los aspectos milagrosos que se
atribuye a la curación de los enfermos.

Muchas de las imágenes que he seleccionado y que hacen


referencia a estos aspectos que ahora voy a tratar, pertenecen a una
obra española de gran importancia, Las Cantigas.
Se trata seguramente de la obra más importante de la
miniatura gótica española. Fue elaborada bajo el reinado y
mecenazgo del rey castellano Alfonso X (1252-1284) y su
contenido es de carácter poético-religioso.
El contenido religioso y por lo tanto, moral de la obra tiene su
trascendencia en relación con los temas que se representan ya que
permite atribuirle las connotaciones formativas a las que se
destinaban estas obras, lo cual se pone de relieve al constatar cómo
fue concebida para ser exhibida, ya que según consta, el libro estaba
abierto y colocado en un atril en la capilla palaciega.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 165


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Esta circunstancia fue quizá la que hizo que los artistas


preparasen las miniaturas dotándolas, desde el punto de vista
técnico, de unas características que las hacen únicas; están pintadas
directamente sobre el fondo blanquecino del pergamino lo que es
aprovechado por el artista para conseguir las distintas tonalidades
del conjunto, además no usan nunca colores planos sino muy
matizados lo que influye en los efectos volumétricos de los
contornos6.

Son de gran tamaño, probablemente también por la misma


razón, ocupando una página del códice y a veces dos (en forma de
díptico). Cada lámina está compuesta de diversas escenas
“historiadas”, una especie de viñetas que narran cada una un aspecto
de lo que en la lámina se quiere contar; en general cada lámina está
dividida en seis viñetas, contando la mayoría de ellas los milagros
realizados por María.
Es un proyecto inacabado ya que no llegaron a pintarse las
400 cantigas de aproximadamente seis viñetas cada una (unas 2.400
miniaturas en total) que estaban previstas. Existen dos versiones, la
primera parte, conocida como “códice rico” se encuentra en el
Monasterio de El Escorial, mientras que la parte inacabada se
conserva en Florencia.
Las siguientes cantigas responden a las características que he
señalado y su contenido hace referencia a diversos aspectos de la
enfermedad y de los enfermos.

6
Ana Domínguez Rodríguez hace un bonito estudio de los manuscritos y sus características en
“La ilustración en los manuscritos”. Madrid 1993 (pp 275-364)

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 166


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

CANTIGA 209. CURACIÓN DEL REY ALFONSO X


EN VITORIA. (Lámina 1)7

El motivo de que sea ésta y no otra la primera de las imágenes


a analizar se debe a que es la única cantiga que puedo mostrar con el
colorido que estas imágenes poseen8.

Se trata de unas miniaturas en las que el propio rey Alfonso


cuenta en primera persona cómo cuando en 1276 estando en Vitoria:
“me cogió un tal dolor que pensé era mortal... los físicos me
mandaron poner paños calientes, pero no lo quise hacer sino que
mandé traer el libro (de las Cantigas)... y lo pusieron sobre el
dolor, inmediatamente el dolor cesó”

Las que aparecen en esta escena son dos imágenes


secuenciadas de un total de seis que componen la cantiga, en la que
el protagonista es el propio rey, -algo que no es extraño en las obras
de carácter cortesano, y que con la disculpa de contar y enseñar los
milagros de María, aparece el rey representado con mucha
frecuencia, siendo posible su identificación por estar presente
siempre los escudos de León y Castilla-, aparece representado
acostado sobre una cama que está cubierta con un cobertor que se
adorna con los escudos de Castilla y León. La estancia da la
sensación de ser lujosa y seguramente pertenece a su propia
vivienda.

7
Biblioteca Nazionale, Florencia. Ms. B.R.20,f. 119v, quinta viñeta.
8
Es una pena no haber podido incluir en este trabajo las demás imágenes de esta serie
“cantigas” con su colorido original, pero la posibilidad de fotografiar esos dibujos llevaba
aparejado el riesgo de que con el flax se dañase la obra, de ahí que analice esta imagen la
primera de todas para que pueda apreciarse la belleza de estas miniaturas coloreadas.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 167


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

A la cabecera de la cama aparece un servidor que para


espantar las moscas abanica al rey con un abanico de plumas de
pavo real, (un rasgo este de características islámicas), y alrededor de
la cama aparecen una serie de personajes varones que según el texto
de la cantiga, serían los médicos que le habían tratado y
recomendado una serie de remedios que el rey consideró que eran
inútiles negándose a aplicárselos y los frailes que le habían llevado
el “libro de las Cantigas de Santa María” que el rey mantienen en
las manos y que había obrado el milagro de su curación.

El rey, aunque está encamado, tiene puesta la corona y sus


ropajes son probablemente los mismos que llevaría si estuviese de
pie. Está besando el libro que le ha salvado la vida mientras los que
contemplan la escena tienen las manos juntas en posición de orar
para dar gracias por el milagro o abiertas en señal de admiración.

Claramente se atribuye a la curación de la enfermedad, en este


caso la padecida por el rey, unas connotaciones milagrosas que se
recogen y se plasma en las escenas de la cantiga; la actitud a seguir
por los subditos del rey parece bastante obvia y la devoción a la
Virgen María se presenta como la mejor recomendación posible a
seguir ante las enfermedades.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 168


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 1

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 169


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

NIÑO ENFERMO DE PARÁLISIS. (Lámina 2)


La originalidad de esta obra radica en que es un dibujo
realizado por Henry Pearson a partir del fresco “Cristo curando a un
paralítico” procedente de la iglesia cristiana de Dura-Europos, Siria;
y es la primera representación conocida de las curaciones
milagrosas de Jesús.

La obra se encuentra en Yale University Art Galery en New


Haven.

Se representa a un niño, (según el texto), que está tumbado en


una cama, parece que bastante inmóvil y al fondo se ve a Jesucristo
que se está dirigiendo a él con el gesto y parece que también con la
palabra; a la izquierda de la escena se ve al mismo niño que va
caminando y lleva a hombros lo que parece ser su propia cama.

Es una plasmación bien clara de la visión de la curación de las


enfermedades por medio de obras milagrosas.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 170


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 2

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 171


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

CANTIGA 275 e. RABIOSOS

El texto que acompaña a la imagen dice: “dos frailes


hospitalarios han intentado morder a otros y son llevados a Santa
María de Terena”. (Lámina 3)
Efectivamente la escena está representada al aire libre y
pueden apreciarse las flores y hojas a los pies de los caminantes y
un árbol a la derecha de la imagen.

Los frailes que padecen rabia son conducidos por una persona
laica que tira de ellos mediante una gruesa cuerda que está sujeta al
cepo que les han puesto en el cuello, también les han sujetado las
manos con lo que parecen unas cuerdas.

Les acompañan cuatro frailes hospitalarios que llevan las


vestimentas que permiten identificarlos, una capa con capucha en la
que está representada la cruz de los frailes hospitalarios.
Es de destacar la caracterización de los frailes enfermos que
se les ha representado con unos rasgos físicos algo caricaturescos,
especialmente el pelo que aparece “alborotado” y despeinado
queriendo dar la impresión de “locos” con que se identificaba a
estos enfermos9. A pesar de que la etiología de la enfermedad era
desconocida si se intentaba su curación mediante procedimientos

9
La rabia es una enfermedad infecciosa propia de los mamíferos, causada por un virus
neurotropo (que una vez en el interior del organismo infecta las terminaciones nerviosas
periféricas y utilizando ese conducto llega al sistema nervioso central) eliminado con la saliva y
de ahí que se transmita por mordedura. Es una enfermedad tan antigua como la humanidad, sin
embargo, su origen y tratamiento fueron descubiertos en 1903. Los hombres solamente es
posible que se infecten por la mordedura o el contacto con la saliva de animales infectados,
preferentemente el perro: El periodo de incubación es muy variable pero una vez que se
manifiesta la gravedad es máxima con una mortandad del 100%. Curiosamente y entre otros
síntomas, suelen acompañar a la fase de hiperexcitabilidad general (en la que los enfermos
también pueden atacar mordiendo) unos fenómenos de aerofobia e hidrofobia que harían muy
difícil la permanencia de estos enfermos en el lugar donde se representa la escena.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 172


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

considerados ya entonces “antiguos” y que consistía en administrar


al paciente una especie de bebedizo elaborado con la sangre del
animal degollado que había producido el contagio. En una miniatura
del siglo XIII10 que es una copia de un manuscrito del siglo IV, se
representa la forma de curar la rabia consistente en la administración
de un bebedizo a base de la sangre del animal causante de la
enfermedad. (Lámina 3b)

Lámina 3

10
Miniatura del siglo XIII, copia de un manuscrito del siglo IV que se encuentra en Viena,
Biblioteca de Austria y que se cita en El gran Larousse de la Medicina. Vol 4. (p. 91)

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 173


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 3b

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 174


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

CANTIGA 65 f. LOCO EN LA CALLE (Lámina 4)


La escena tiene lugar fuera de las murallas de una ciudad, la
cual se representa por medio de una serie de viviendas que se
plasman dentro de las murallas y en el fondo de la imagen, en la
zona más alta y más alejada de la miniatura.

A la derecha de la escena puede verse una de las puertas de


entrada a la ciudad, por la que parece que acaban de salir algunas de
las personas que componen el grupo de personajes de la derecha el
cual está constituido principalmente por niños, concretamente
cuatro, que están representados en actitud de agredir al enfermo,
mientras que los dos hombres adultos que aparecen detrás de ellos,
parecen disfrutar con la actitud de los niños a la vez que la aprueban
y se mofan del enfermo.

El enfermo ocupa la parte central de la miniatura y es un


adulto varón, está representado más alto que los niños y tiene barba;
llama la atención su vestimenta, podría decirse que “andrajosa” y la
falta de calzado lo que da idea de su condición de mendigo o “pobre
enfermo”, término generalmente utilizado para referirse a los
enfermos. La mirada vuelta hacia los niños que parecen insultarle,
refleja algo de miedo confiriendo a su rostro una cierta
intranquilidad.

La persona que aparece a la izquierda de la escena, con la


cabeza cubierta y ropajes largos, podría estar recriminando a los
niños y los adultos de la derecha de la imagen.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 175


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

La locura era vista más que como una enfermedad en sí


misma, como un castigo por los pecados cometidos, de hecho en
muchas fuentes se denomina a estos enfermos “endemoniados”,
siendo generalmente apartados de la sociedad y vagando por los
pueblos y ciudades donde eran objeto de las burlas de los
ciudadanos; desde luego hasta el siglo XV no se empezaron a
construir centros especiales donde alojarlos y apartarlos así de la
sociedad y controlarlos.11

Parece que fue una escena similar a la que se describe en esta


cantiga, la que presenció fray Juan Gilabert Jofré el día 24 de
febrero de 1409 cuando se dirigía a la catedral de Valencia y como
consecuencia de esa vivencia dijo en un sermón: “En esta ciudad
hay muchas obras piadosas... pero falta una de gran necesidad: es
un hospital o casa donde los pobres faltos o furiosos fuesen
acogidos, pues muchos pobres inocentes van por esta ciudad
sufriendo desaires de hambre, frío e injurias... y estas son cosas
notorias a toda ciudad”12

11
En la ciudad de Valencia parece que se construyó el primer hospital especial para locos
dementes. Fue edificado en 1409 a instancias de la orden de la Merced recibiendo un año
después la bula del Papa Benedicto XII y el privilegio real de Martín el Humano. Este primer
nosocomio se puso bajo la protección de la cofradía de los “Santos Inocentes”. A este hospital
especial, nosocomio, le siguieron el de Sevilla en 1436, el de Toledo en 1483 y el de Valladolid
en 1489.
12
Citado por G. Menéndez Pidal en La España del siglo XIII en imágenes...

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 176


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 4

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 177


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

DOS ENFERMOS DE LEPRA. CANTO XXIX. DIVINA


COMEDIA. Dante Alighieri. Escuela veneciana. Siglo XIV.
Venecia, Biblioteca nacional Marciana. (Lámina 5)
El texto que acompaña a esta imagen dice: “Vi dos, sentados,
apoyados entre si como sartén contra sartén sobre las brasas, de
costras salpicados de cabeza a pies... y cómo se rascaban con las
uñas el impiadoso escozor que su piel sufría”.
Dante Alighieri (1265-1321) escribió esta obra que
originalmente solo recibió el nombre de “Comedia”, añadiéndosele
más tarde el calificativo de “Divina”13. Es un poema simbólico
cristiano que parece que fue escrito con la intención, entre otras, de
que los hombres fuesen rectos de voluntad, justos, sanos y libres.
La escena representa a dos enfermos (probablemente de lo
que entonces se identificaba como lepra), de diferentes edades, uno
con barba y otro sin ella, que aparecen sentados sobre una montaña,
es decir, en el purgatorio, en la obra se dice que “la esperanza
sostiene a las almas en la montaña del purgatorio14” y están
cubiertos de un sarpullido (costras según el texto) que podrían
deberse a un variado tipo de enfermedades.

Los enfermos aparecen desnudos y arrascándose con


intensidad aunque la expresión de su rostro es diferente de la que
presentaba el enfermo loco de la imagen anterior; sin embargo por
su origen desconocido le mereció a Dante la consideración de una
enfermedad que suponía para el enfermo tantos dolores e
incomodidades que le hace situarlos en el purgatorio, posiblemente
no solo por la propia enfermedad sino porque ese mal hace que los

13
Es un poema simbólico cristiano que consta de 100 cantos con más de 14000 versos
organizados en tercetos y dividida la obra en tres partes: la primera el infierno, con 34 cantos, la
segunda el purgatorio con 33 cantos y la tercera el paraíso con 33 cantos.

14
El purgatorio se interpretó por Dante como un paisaje al aire libre en una montaña bañada por
el mar y alumbrada sucesivamente por el sol y las estrellas.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 178


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

enfermos se rasquen “su cuerpo” por cualquier parte, lo que resulta


indecoroso y de ahí el presentarlos desnudos y en el purgatorio.
Se representa a dos enfermos, hombre y mujer, seguramente
porque en el purgatorio Dante presenta a la gente agrupada, donde
“juntos” escuchan las almas el canto esperanzador y permanecen en
ese lugar que es visto como un estadío ascendente que conduce al
cielo. Evidentemente este planteamiento entronca con la idea
imperante de que los enfermos que aceptan su enfermedad con
resignación y sacrificio pueden obtener el perdón por sus pecados y
alcanzar así el reino de los cielos, un reino en el que Dante da
cabida por igual a hombres y mujeres.

Seguramente las dos personas representadas a la izquierda de


la imagen y que hacen indicaciones a los enfermos, serían el propio
Dante y su amigo Sordelo que son los que en la obra viajan por el
purgatorio.
Al autor de esta magnífica obra, le sorprendió la muerte en
Rávena (ese fue el motivo de que le enterrasen en el convento de los
franciscanos de esa ciudad) cuando regresaba de Venecia y la causa
fue haber contraído una enfermedad que entonces se conocía como
fiebres pero que en realidad se trataba de malaria o paludismo.
Es una enfermedad conocida desde antiguo, Hipócrates ya
hablaba de ella, de las fiebres, en sus textos e incluso se
recomendaba que las ciudades no estuviesen en los valles sino en las
laderas de las montañas o en zonas altas donde las humedades no se
concentraban y no se producían “las fiebres”; desde luego se sabe
que fue la causa de una mortandad elevada en muchas zonas,
principalmente las pantanosas y húmedas15.

15
En los países del norte de Europa, por ejemplo Inglaterra y Países Bajos, causó esta
enfermedad una gran mortandad. Otro personaje famoso que se sabe murió de malaria fue
Oliver Cronwel, el 3 de septiembre de 1658.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 179


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 5

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 180


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

LÁZARO ENFERMO DE LEPRA (Lámina 6)


Fresco de la iglesia de Sant Climent de Taül en Lleida, Siglo
XII.

En el siglo XII, el maestro de Taül plasmó este fresco en la


iglesia de San Climent de Lérida en el que se representa una de las
enfermedades más temidas de la época, por lo que llevaba aparejado
de apartamiento del mundo y del entorno social del enfermo16.

En la escena se representan los estragos de esa enfermedad en


Lázaro y un perro, como dice la Biblia, lamiéndole las heridas de
sus piernas; las huellas de la enfermedad son visibles en el cuerpo
del enfermo y su actitud resignada constituye probablemente el
mensaje que se desea transmitir de aceptación de la enfermedad
como medio de salvación de las almas de los afectados por ese mal,
una enfermedad que probablemente preocupase a las gentes de esa
época en la que se apartaba a los enfermos en los lazaretos
(llamados así por ser la enfermedad padecida por Lázaro) o
leproserías y de hecho, la soledad de Lázaro, con la sola compañía
del perro, se pone de manifiesto en esta pintura.

16
En todos los tiempos ha habido enfermedades consideradas “benignas” cuando el grupo
social no se veía afectado por ellas, generándose entonces actitudes caritativas y de aceptación
de los enfermos y la enfermedad y enfermedades “malignas” cuando el grupo social se sentía
amenazado siendo entonces generadas actitudes de rechazo, abandono e incluso exterminio de
los enfermos que las padecían. A lo largo de la historia lo que ha cambiado no han sido tanto las
actitudes, pensemos hoy mismo en los enfermos de SIDA y hace poco en los enfermos de la
Colza, sino el conocimiento acerca de las enfermedades y su curación.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 181


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 6

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 182


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

CURACIÓN DE LOS LEPROSOS. (Lámina 7)


Es una ilustración del Libro de los Evangelios de la
Abadia de Echternach que se encuentra en el Museo Nacional
Germánico de Nuremberg17.

En la escena se representa a un grupo de enfermos de lepra,


que se hace evidente en todo su cuerpo y que por si quedan dudas se
pone de relieve en un letrero encima de sus cabezas; están en actitud
implorante hacia Jesucristo quien se dispone a bendecirles y
curarles. Jesucristo es el único que les mira con una sonrisa porque
su acompañante, lo mismo que la persona que está a la derecha de la
imagen, parecen demostrar miedo. La escena está teniendo lugar
fuera de la ciudad, cosa lógica ya que estos enfermos eran apartados
del resto de la sociedad y abandonados fuera de las murallas.

La idea sobrenatural de la curación de esta enfermedad queda


bien patente en estas imágenes.

17
Tomado de Heinz Goerke, 3000 años de Historia...

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 183


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 7

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 184


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

CANTIGA 67 a. UN HOSPITAL (Lámina 8)


El texto que acompaña a esta miniatura dice: “Un hombre
muy caritativo montó un hospital fuera de la villa donde él vivía.
Para que le ayuden contrata a unos mancebos buenos”

En esta escena se representa a los enfermos, se supone que de


diversas dolencias, aunque no se especifica cuales, lo que hace
suponer que eso carece de importancia; ya no están vagando por las
calles sino recogidos en un hospital que fruto de la caridad, ha sido
fundado por un hombre, que precisamente no vive en la misma
ciudad, pero que con este acto pone de relieve su muy caritativa
condición.

Aparecen representadas varias estancias diferenciadas, una a


la derecha de la imagen y dos a la izquierda, en las que hay una serie
de enfermos varones encamados, de diferentes edades, unos con
barba y otros imberbes; la mayoría llevan en su cabeza una especie
de cinta, probablemente para sujetarse el cabello.

Los jóvenes que aparecen en las estancias de la izquierda


están atendiendo a los enfermos, parece que el que ocupa el centro
de la imagen lleva algo en la mano, quizás una copa con la que les
está dando de beber. La figura representada a la derecha y que está
dando de comer a un enfermo, debe de ser el fundador del hospital y
aparece con unos ropajes más ricos que los otros dos cuidadores
(lleva un “trascol” de pieles, una especie de adorno en el cuello del
vestido).

Es una de las escasas imágenes en las que se representa a


varones asistiendo a los enfermos y ello me lleva a pensar si la idea
que quiere transmitirse, dadas las características de esta obra, es
precisamente que los hombres deben de ser cuidados
exclusivamente por hombres.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 185


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 8

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 186


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

CANTIGA 163 d. ENFERMO TRANSPORTADO EN


MULO. (Lámina 9)
Dice el testo: “Un juglar descreído se hace transportar al
santuario de Santa María de Salas. Para llevarlo, han puesto un
costal sobre la albarda del mulo; allí va tumbado el enfermo”

En primer lugar quiero señalar cómo se hace referencia


especial a la condición de “descreído” y “juglar” que se atribuye al
enfermo.

Se trata de un varón joven, no tiene barba, y la escena está


representada al aire libre, probablemente en un camino, por donde
llevan al enfermo al santuario para que la Virgen haga allí un
milagro y le cure de su enfermedad.
La peligrosidad de los caminos y los riesgos de los
caminantes se ponen de manifiesto por las armas (unas azconas) que
llevan los acompañantes para defenderse.
El enfermo lleva a mano una especie de cantimplora,
probablemente con agua y vino o agua y miel, que le serviría para
calmar la sed y como medicamento.

En esta escena se representa la condición de la enfermedad


como una dolencia que necesita de la intervención divina para
poder ser solucionada y más cuando la persona probablemente se
considere que está enferma por su condición de incrédulo lo que
probablemente se considerase relacionado con la actividad de juglar
a la que se dedicaba.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 187


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 9

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 188


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

CANTIGA 91 b. TRANSPORTE DE ENFERMOS.


(Lámina 10)
La enfermedad que ha originado que se traslade a estos
enfermos es, según se especifica, el fuego de San Marcial.

El texto dice que “el fuego de San Marcial se ha extendido


por el norte de Francia y los enfermos aquejados de dolores
insufribles, se hacen llevar de todas partes al santuario de
Soissons”

También el objetivo de esta miniatura parece que es transmitir


la idea de “milagro” que se da a la curación de algunas
enfermedades.
En la escena aparecen representados dos grupos de enfermos.
Los primeros son transportados en una cama y curiosamente se
aprecia como los que llevan la cama, los que están situados a la
cabecera, están representados de tal forma que parece que
caminarían hacia atrás. La cama está siendo llevada por tres
personas delante y otras tres detrás, y se diría que “vigilando” el
camino está otra persona que podría ser un joven, puede que se
tratase del hijo de los que van en la cama que bien podrían ser un
hombre y una mujer.

Su actitud es tranquila y su rostro no denota la intranquilidad


que se comenta en el texto.
En la parte de la izquierda de la escena se representa a otros
dos enfermos, probablemente un enfermo y una enferma, que son
trasladados en un carro que tiene unas ruedas ferradas y que podría
tratarse de un carro de los utilizados en la agricultura. Esos
enfermos podrían ir sentados y tampoco parece por su postura ni por
la expresión de su rostro que su estado sea muy grave.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 189


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

La enfermedad que se menciona con el nombre de fuego de


San Marcial, en realidad podría tratarse del fuego de San Antón o
fuego sagrado, o cinturón sacro, una enfermedad conocida y descrita
por los médicos griegos y que se caracteriza por unos intensos
dolores de sensación ardiente, de ahí su nombre de “fuego...”, y que
en forma de cinturón sufren los enfermos que la padecen en la zona
concreta que ha sido afectada18.

Lámina 10

18
El nombre por el que en la actualidad se conoce esta enfermedad infecciosa de naturaleza
vírica es zoster (herpes zoster), (en realidad se trata del nombre griego) y se describe con él
una afección de los ganglios de las raíces nerviosas que se manifiesta con unas vesículas
cutáneas a lo largo del trayecto del nervio afectado y por eso precisamente los agudos dolores
que se producen.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 190


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

LA CURACIÓN DE UNA MONJA POR UN SANTO.


(Lámina 11).
Es un fragmento de una predela19 de P. Lorenzetti fechada a
comienzos del siglo XIV y que se encuentra en el Museo Nacional
de Prusia. Berlín20.

El texto que acompaña a la escena dice que la monja ha sido


curada por un santo, lo que sin duda es una visión milagrosa de la
curación de las enfermedades, recogiéndose en la escena la
intervención del “santo” mediador, en mi opinión una “santa” y la
incredulidad del médico ante esa curación.

La escena tiene lugar en un monasterio, obsérvese la cruz que


hay en la puerta y la campana, en el que el patio central está
representado por un árbol de gran altura que asoma por el centro de
la imagen consiguiéndose así una cierta perspectiva.

En la imagen de la derecha, de las dos que se representan,


hay una monja en la cama a la que se ve con el mismo hábito que
visten las que la acompañan de pié y que está señalando a la santa
que ha intervenido en su curación y que probablemente fuese de la
misma orden religiosa que la enferma ya que el hábito que lleva
debajo de la capa y el tocado de la cabeza parece que son iguales a
las de las otras monjas.

La pobreza de la vida religiosa está representada por la


simplicidad de la cama y de las ropas con las que ésta está vestida
así como la ausencia de cualquier tipo de decoración en las paredes
y en el suelo. La manta con la que se cubre la enferma parece
bastante burda y solamente las rayas que la adornan rompen la
monotonía cromática de la escena.

19
Una predela es la parte inferior horizontal de un banco o banca de retablo.
20
Imagen tomada de: Heinz Goerke.- 3000 años de la Historia de la Medicina. Barcelona 1986

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 191


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

La expresión de los rostros de las cuatro mujeres es diferente,


apreciándose en el de la que está orando una actitud entre de susto y
sorpresa al ver a la autora del milagro.
En la imagen de la izquierda se representa al único varón de
la escena que es el médico y su expresión de incredulidad que
parece estar explicando que no alcanza a entender cómo se ha
producido la curación; dos monjas acompañan al médico a la salida
y la que parece más joven y, además lleva un tocado blanco en la
cabeza, está sosteniendo en sus manos un recipiente que contiene
“algo” que probablemente forme parte, bien de una secreción de la
enferma o de un compuesto medicamentoso elaborado para su
tratamiento y que ni siquiera hubiese sido empleado. Yo me inclino
más por la primera opción, principalmente por dos cuestiones: una
por el tipo de recipiente en el que está depositado y lo lejos y
apartado que intenta mantenerlo y porque parece que es
precisamente la vista de esa sustancia lo que provoca la incredulidad
del médico que parece estar pensando cómo es posible que con esos
humores se haya curado la enferma.
Como puede comprobarse se trata de mujeres que cuidan y
asisten a las necesidades de una mujer enferma, dentro del ámbito
donde ésta vive y por las que parece que son sus compañeras de
vida y de orden religiosa.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 192


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 11

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 193


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

LA CURACIÓN DEL CIEGO DE NACIMIENTO.


(Lámina 12)
Es una obra anónima realizada a mediados del siglo XIV en
piedra policromada y que se encuentra en la crujía de poniente de la
iglesia catedral de Burgos.

Se representa una escena milagrosa que se relata en la Biblia21


y en la que Jesucristo cura con su el contacto de sus manos a un
hombre ciego de nacimiento; en el texto de la Biblia se dice que
Jesucristo tocó dos veces al ciego con sus manos y la segunda vez
poniendo su saliva en los dedos y apoyando éstos en los párpados
del ciego, se obró el milagro.

En la imagen se representa a quien se supone que es


Jesucristo de pie y con una mano sobre la cabeza del ciego, el cual
está apoyado sobre unas piedras y tendiendo sus manos hacia
Jesucristo, probablemente en un gesto habitual de los ciegos que
utilizan sus manos para ver, como si fuesen sus ojos.

Se trata de una escena ejemplarizante en la que se transmite la


idea de que en la curación de las enfermedades intervienen la fe y el
perdón de los pecados.

21
San Marcos 8, 22-27

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 194


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 12

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 195


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

EXPULSIÓN DE LOS DEMONIOS. (Lámina 13)


Es un cuadro anónimo del año 1503 del retablo de la capilla
de San Wendelin que se encuentra en Butzbach (Hessen) y en el que
se representa al santo expulsando al demonio que se había
apoderado de una mujer22.

La creencia en la causa mágico-religiosa de algunas


enfermedades se pone de manifiesto en esta obra, de marcado
carácter renacentista, pero que pertenece a una sociedad que sigue
utilizando a santos y sus milagros para curar algunas dolencias.

La salida del demonio por la boca de la mujer se representa


con toda nitidez y no hay duda de que ha sido así debido a las
indicaciones que el santo le ha dado. La locura era generalmente la
enfermedad que se asociaba con los demonios y ya en los
Evangelios se describe a Jesucristo expulsándolos de unos enfermos
y haciéndoles entrar en una piara de cerdos.

La actitud del santo utilizando las manos y orando con lo que


parece ser un rosario que lleva en su mano izquierda, es la misma
que a lo largo de los siglos anteriores se ha tenido para con los
enfermos y a pesar de la entrada en el siglo XVI y tratarse de un
país de otras latitudes europeas, el conocimiento médico, las
creencias acerca de la curación de las enfermedades y la fuerte
impronta religiosa se ponen de relieve en esta obra

22
Tomado de Heinz Goerke, en 3000 años de Historia de la medicina. (p.155)

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 196


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 13

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 197


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

SAN PEDRO CURA Y RESUCITA ENFERMOS.


(Lámina 14)
Masaccio junto con Masolino, pintaron al fresco esta obra
hacia el año 1427, para la capilla Brancacci de Santa María del
Carmine de Florencia.

Es una visión milagrosa de la curación de las enfermedades e


incluso de la resurrección de los muertos; ambos actos “milagrosos”
se deben a la intercesión de un sano taumaturgo, San Pedro, que a
imitación de Jesucristo realiza las mismas obras e iguales milagros.

La representación tiene lugar en una ciudad, probablemente


Roma, en la que San Pedro, representado dos veces en la escena, a
la izquierda y a la derecha, está en cada una de ellas realizando un
milagro; a la izquierda cura a un enfermo simplemente con la
imposición de manos, y a la derecha resucita a Tabita quién se
incorpora de la cama ante el asombro de los que contemplan la
escena.

La gran capacidad de Masaccio para utilizar los colores, dar


profundidad a la escena y tratar los volúmenes, dotan a esta imagen
de un realismo perfeccionista que confiere a la escena gran belleza.

Siguiendo con este planteamiento de mostrar cómo las fuentes


iconográficas presentan temas relacionados con la salud, la
enfermedad, los enfermos, sus cuidados y su curación, voy a
analizar ahora unas escenas representadas en otro medio, en las
vidrieras que tantos templos adornan y que podemos contemplar con
admiración.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 198


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 14

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 199


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

CURACIÓN DE LOS ENFERMOS. VIDRIERA


CATEDRAL DE LEÓN. Capilla absidial, lado norte. Siglo XIII.
(Juan Bautista Lázaro, 1859-1901).. (Lámina 15)
Es posible que las primeras vidrieras puestas en la catedral
fueran las de las capillas absidiales y los maestros vidrieros
pudieron ser Adam, Fernán Arnol y Pedro Guillelmo, dirigidos por
el constructor Juan Pérez. Se sabe que dado el mal estado en que se
encontraban las vidrieras en el siglo XIX, fue necesario restaurarlas
y se aprovechó para ello los vidrios del siglo XIII.

La restauración llevada a cabo por Juan Bautista Lázaro a


finales del siglo XIX, permitió que la mayoría de las vidrieras de la
catedral pudieran salvarse, pero sin un criterio riguroso, además se
hicieron nuevas vidrieras reutilizando vidrios antiguos, como es el
caso de la que se estudia a continuación.

Se encuentra esta rosa, coronando la segunda ventana en la


que figura el Cenáculo, Ascensión, Aparición de Santo Tomás y la
Magdalena. Es una rosa de seis lóbulos en la que aparece
representado un obispo (seguramente don Martín Rodríguez) que
sostiene en su mano izquierda un báculo, mientras que con la
derecha está impartiendo la bendición. Ocupa el centro de la imagen
lo que indica claramente su lugar jerárquico, no solo en la sociedad
sino también dentro de la Iglesia.
A su izquierda aparece un fraile franciscano que representa a
las ordenes mendicantes, tiende su mano, en símbolo de ayuda y
recuerda la obligación de cumplir con las Obras de Misericordia y la
relación directa de estas ordenes con la caridad.
A su derecha está representado un hombre, seguramente un
sacerdote (tiene tonsura), que lleva un libro en las manos y que
probablemente hace alusión a la misión del clero de interpretar los
libros sagrados y adoctrinar al pueblo.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 200


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

A los pies del obispo aparece todo un cortejo del pueblo llano,
hombres, mujeres, niños, ancianos y enfermos. En ellos está
representada la pobreza y la enfermedad. Se trata con toda
probabilidad de peregrinos que van camino de Santiago y a los que
el obispo está impartiendo su bendición.

El que sean peregrinos a Compostela se pone de manifiesto


por el personaje que aparece arrodillado y que tiene un jubón en el
que podemos ver la concha representativa del peregrinaje a
Compostela.

La bendición del obispo supone la aprobación de la Iglesia a


este peregrinaje, un peregrinar realizado por todo tipo de personas y
en el que están presentes los enfermos, no en balde el Camino de
Santiago era conocido como “Camino de enfermos” y es que al
santo que supone el motivo de la peregrinación, a Santiago, se le
atribuían poderes curativos, de ahí que en ocasiones los que
emprendían el camino estuviesen afectados de algún mal que
esperaban fuese sanado al llegar a Santiago y arrodillarse delante del
Santo.

Las autoridades, tanto civiles como eclesiásticas, eran


conocedoras de esas circunstancias y también de cómo durante el
camino podían agravarse las dolencias y/o adquirir otras nuevas, por
eso al llegar a Santiago y antes de entrar en el templo, los peregrinos
debían de someterse a un ritual conocido como “la cruz dos
Farrapos” (la cruz de los harapos).

Este ritual consistía en que los peregrinos se despojasen de las


ropas que habían utilizado durante el viaje, las cuales eran llevadas a
lo más alto de la cúpula de la catedral donde se colocaban en la base
de la cruz griega y en el exterior de los laterales de las vidrieras de
la cúpula, para que perdiesen los “miasmas” del camino. El objetivo
de este procedimiento era que el viento y el agua de la lluvia
limpiasen las ropas y las dejasen útiles para su uso. A los
peregrinos, el cabildo les entregaba ropas “nuevas” y una vez

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 201


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

limpios, higiénicamente limpios de cuerpo, podían penetrar en el


templo para que mediante las oraciones, el Santo les otorgase la
gracia de limpiarles el alma y por tanto recibir el don que les
permitía recuperar su salud.

Son unas prácticas higiénicas que entroncan con lo que hoy


llamaríamos Salud Pública y vienen en cierto modo a desmentir la
idea tan arraigada de que la higiene individual y colectiva no se
practicaba en la Edad Media.
En cuanto a la técnica de realización de la vidriera, las
sombras, los plegados de los paños y las facciones de las figuras, se
hacen acentuando el trazo firme de grisalla (composición pintada
exclusivamente a bese de la gama gris, del blanco y del negro,
imitando el efecto del bajorrelieve), aplicada sobre una paleta de
color reducida de vidrios rojos, azules, amarillos y verdes. Con la
grisalla aplicada sobre los vidrios se trazan sombras y rasgos
plegados y las otras partes del dibujo como contorno y dintorno, se
subrayan por la red de plomo. En la vidriera estudiada se observa
como ha desaparecido la rígida monumentalidad de las vidrieras
iniciales, dando paso a un modelado más ligero, un cierto sentido
espacial y libertad en las actitudes de los personajes.

En cuanto a los personajes representados en la vidriera, el


artista, Juan Bautista Lázaro, en un alarde de recuperar formas y
composiciones del medievo, lo que ha hecho es copiar estas figuras
de un sepulcro que se encuentra en la misma catedral, el sepulcro
del obispo Don Martín Rodríguez, (Lámina 15a) situado en el
crucero norte de la catedral de León. Es un sepulcro que perteneció
a un templo anterior a la catedral gótica pues D. Martín murió en
1250. Esta circunstancia es la que me lleva a pensar que el obispo
representado en la vidriera sea este personaje del siglo XIII.

En su conjunto, estas figuras representan un tema típicamente


castellano-leonés y medieval, la caridad con los pobres y de forma

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 202


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

muy especial con los “pobres enfermos” y en ellas se resalta la idea


sobrenatural de la curación.

Lámina 15

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 203


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 15a

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 204


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

CANTIGA 168c. NIÑO MUERTO (Lámina 16)


El texto que acompaña a esta cantiga dice: Una mujer que ha
perdido a su hijo parte con él muerto a rogar a Santa María en
Salas que lo resucite.

Es una representación, llevada al extremo, de la creencia


milagrosa de la curación de las enfermedades y a imitación de lo
que cuentan algunos pasajes evangélicos, se plasma una escena en
la que una madre “creyente” lleva a su hijo ya muerto, a que la
Virgen haga un milagro y le cure. Es el poder de la Virgen como
mediadora entre Dios y los hombres para interceder, no solo ante las
enfermedades, sino ante la vida y la muerte.

La escena está representada en medio del camino, entre


árboles y animales (aparece una lechuza en la copa de un árbol) y
dos personas, la madre y un acompañante, llevan al niño en una
cuna encima de una mula a la que va sujeta.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 205


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 16

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 206


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

AUTORRETRATO DE ALBERTO DURERO. (1455-


1528) (Lámina 17)

Es un dibujo realizado a pluma y coloreado con acuarelas en


el que aparece representado el propio artista, que está desnudo,
solamente lleva un taparrabos, y se ha hecho un círculo que señala
además, con su dedo índice de la mano derecha para indicar la zona
donde le duele y el foco de su enfermedad. Para que no quedasen
dudas, él mismo escribió:

“Me duele en la parte coloreada de amarillo,


exactamente allí donde señalo con el dedo”

El gesto del artista es serio, difícil de identificar si es de


preocupación, de dolor o simplemente de enfado y ha decidido
dibujarlo porque nadie le hace caso y acierta con su dolencia; en
cuanto al dolor por el que parece estar preocupado, claramente
parece que se está señalando el bazo y podría deberse a una
inflamación de este órgano y que supone una de las manifestaciones
de la malaria.

Fuese la enfermedad que fuese y desde el punto de vista que


nos ocupa, es una manifestación iconográfica de la enfermedad pero
podría decirse que en este caso la enfermedad es vista con mayor
realismo, como si se tratase “solamente” de una dolencia humana
alejada de cualquier connotación moral o religiosa.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 207


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 17

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 208


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

IV3B).- REPRESENTACIÓN ICONOGRÁFICA


DE LOS CUIDADOS

Dada la abundancia de obras que representan la asistencia a


los enfermos y enfermas y los cuidados de salud, voy a hacer en este
apartado un agrupamiento de obras en función de los temas que se
tratan, independientemente del soporte en el que se encuentren, que
puede ser y es muy variado: miniaturas que están ilustrando códices
escritos, esculturas, pinturas e incluso representaciones en las artes
plásticas.
Todos y cada uno de los medios utilizados por los artistas
merece nuestra atención y despiertan interés, tanto por su belleza
como por la técnica utilizada, pero lo más significativo desde el
objeto de este estudio es el tratamiento del tema y la representación
de la asistencia y los cuidados en las situaciones de enfermedad.
En relación con las miniaturas que ilustran los textos, hay
numerosas y muy variadas obras escritas que cuentan con imágenes
para ilustrar los textos a los que se refieren; desde obras de carácter
variado: historia, leyes, juegos, milagros..., como pueden ser los
manuscritos alfonsíes, hasta textos de contenido médico, como es el
caso del Teatro de Medicina y los tratados galénicos y de Avicenas,
o los libros de horas, tan frecuentes en la Edad Media y destinados a
personajes influyentes –hombres y mujeres- para que les sirviesen
de guía para sus rezos y su buena y recta forma de vivir, como es el
caso del Libro de Horas de Turín-Milán.
Tanto la escultura (el arte de modelar, tallar, o esculpir en
barro, piedra, madera, etc., figuras de bulto23), como la pintura
(representación o figuración de un objeto en una superficie con las
líneas y los colores convenientes, es decir, tabla, lámina o lienzo en

23
Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española. Vigésima Primera Edición

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 209


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

que está pintada una cosa24), son medios muy utilizados durante la
Baja Edad Media para representar ideas y figurar acontecimientos
religiosos que sirvan para enseñar y adoctrinar a la población, de
ahí que la temática religiosa y las iglesias sean los temas y los
lugares preferentes de desarrollo de estas dos manifestaciones
artísticas. Sin embargo, es preciso tener en cuenta que tanto los
escultores como los pintores cuando tratan de representar un tema
religioso, como por ejemplo el nacimiento de la Virgen, plasman la
idea y lo que la Iglesia dice acerca de ese nacimiento, pero es obvio
que los artistas no estuvieron presentes en ese acontecimiento y por
tanto, los modelos, tanto de personas como de ambientes, que
utilizan para plasmar esa idea son recogidos en su gran mayoría de
la realidad conocida, aprendida y vivida por los artistas.
Por todo ello, la carga de simbolismo de la iconografía
bajomedieval es tan elevada y las fuentes iconográficas de este
periodo son tan ricas para estudiar, no solamente la evolución del
arte en sí mismo, sino muchos aspectos sociales de interés, entre
ellos cómo la sociedad asistia a los enfermos y enfermas.
Son numerosas las obras de arte de la Edad Media que sirven
para ilustrar este planteamiento, pero sirva de ejemplo esta escultura
que se encuentra en la Colegiata de Toro (Zamora) en la que se
representa en una escultura a una bellísima mujer embarazada que
pretende no ser cualquier mujer sino la Virgen, pero que está
representada en la típica postura adoptada por cualquier mujer que
se encuentra en un avanzado estado de gestación y que seguramente
el artista había podido observar en muchas mujeres de su época.
(Lámina 18)

En este intento de agrupar las imágenes para facilitar su


estudio y comprensión, en primer término voy a referirme a las
imágenes que tratan los aspectos de la maternidad, principalmente
por su abundancia y por la rica información que aportan y en
24
Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española. Vigésima Primera Edición

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 210


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

segundo lugar analizaré las imágenes que representen directamente


a personas realizando cuidados a enfermos.

Lámina 18

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 211


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

IV3B1.- LOS CUIDADOS DURANTE EL EMBARAZO


Y EL PARTO.

El tema de los nacimientos, tanto de Jesucristo, como de San


Juan y de la Virgen, son repetitivos en el arte y se plasman en
diferentes medios, tanto en escultura como en pintura, pero siempre,
como puede comprobarse, las obras se adaptan a las costumbres y
características de cada época. Las siguientes obras ponen de relieve
estos planteamientos
Para dejar constancia de cómo las imágenes que ilustran
algunas obras escritas pueden representar fielmente lo que se
realizaba en la sociedad para atender a los enfermos y enfermas, voy
a estudiar en primer término una imagen de los manuscritos
alfonsíes que se corresponde con la obra que lleva por título:

CANTIGA 115 b. PARTO. (Lámina 19)


Como ya antes he comentado, Las Cantigas son unas
miniaturas que ilustran un códice de la época del rey castellano
Alfonso X, y en general en ellas se representan diversas cuestiones
que aluden a lo tratado en los textos y que de forma singular
informan sobre aspectos extraordinariamente diversos de la vida en
Castilla en el siglo XIII25; la información que proporcionan es tan

25
Hay varios autores que han profundizado en el estudio de estos manuscritos, pero me parece
de especial mención la obra de Gonzalo Menéndez Pidal: La España del siglo XIII leida en
imágenes, que fue publicada por la Real Academia de la Historia en el año 1986. En esta obra
se hace un estudio pormenorizado comparándolo con otros estudios realizados con anterioridad
y con otros manuscritos atribuidos a esta época y a la misma escuela de traductores, igualmente
se detallan variados aspectos estilísticos y sociológicos de las imágenes que confieren a esta

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 212


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

variada y pormenorizada que permite conocer cuestiones tales como


la construcción de las viviendas, los muebles que se utilizaban, lo
que se comía, los vestidos, las enfermedades, lo que hacían los
médicos y cómo, qué se utilizaba para trasladar a un enfermo a un
hospital, cómo eran éstos y también cómo cuidaban las mujeres a
los enfermos y a otras mujeres como es el caso de la imagen que se
representa en la cantiga que lleva por título PARTO y a la que
acompaña una leyenda que dice: “En Roma, una mujer ha dado a
luz un hijo varón. La partera, con las mangas anudadas al hombro,
presenta el niño a la madre”

Efectivamente la imagen representa una escena compuesta


por tres mujeres y según el texto un niño, por lo que parece la
escena inmediatamente posterior a un parto.

Se trata de una vivienda situada en una ciudad la cual se


representa en la parte superior de la escena, que aparece así dividida
en dos partes diferenciadas: a) lo que aparece como “fuera de la
vivienda” y que está representado en la parte más alta intentando
con ello alejarla del espectador y, b) lo que está sucediendo “dentro
de la vivienda” y que ocupa la mayor parte de la escena lo cual crea
la ilusión óptica de estar sucediendo dentro de la casa.

La ciudad se representa principalmente haciendo visibles los


tejados que conforman la totalidad de la línea superior de la imagen,
para en las inmediatamente inferiores verse las torres y cúpulas de
las viviendas que están colocadas de tal forma que simulan las calles
de la ciudad.

obra una gran importancia para ahondar en el conocimiento de muchos aspectos de la Edad
Media.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 213


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Dentro de la vivienda se representa una habitación privada


que está aislada y protegida en la parte posterior por una cortina y
por delante tres columnas que parece que intentan dar intimidad a la
escena a la vez que nos alejan de ella. Es una pintura arcaizante que
utiliza técnicas muy primitivas tanto para representar los volúmenes
como para situar a las figuras en la escena, lo cual puede apreciarse
en la postura en que se ha plasmado a la madre que da la sensación
de estarse cayendo de la cama y en la mano que muestra por entre el
cobertor, que aparece “plana” y de un tamaño excesivamente
grande.

La habitación carece de ventanas y tampoco se representan


puertas de ningún tipo lo cual podría querer transmitir una mayor
intimidad. La cortina que se ve al fondo de la imagen, (muy
utilizadas en Castilla en la Edad Media para separar unas estancias
de otras), está colgada mediante anillas, de una barra que
probablemente iría de columna a columna, siendo esta una de las
distintas formas que se empleaban para colgarlas, y nos indica que
se trata de una casa importante ya que en la zona superior tiene unos
dibujos que hacen que parezca más rica26.

La parturienta está acostada, lo que supone que ya ha parido,


y aparece envuelta en lo que se denominaba manto o cobertor;
debajo de la cabeza puede apreciarse que se han colocado al menos
dos almohadas, denominadas en la época cabezal o travesero, que
aunque generalmente eran de tela “bordada”, al menos en las casas
de un determinado estatus social, la forma en la que aparecen
colocadas en la escena, que parecen “bandejas” también es

26
Las casas más ricas no solo podían parecerlo por fuera, sino que las ropas, muebles,
alfombras y utensilios era lo que verdaderamente diferenciaba unas casas de otras y el estatus y
poder de las gentes que en ellas vivían.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 214


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

indicador de cómo la perspectiva aún estaba por plasmarse en las


obras de arte utilizándose por ello recursos que intentan conseguir
ese efecto.

La partera es sin duda la mujer que sostiene al niño, que está


más próxima a la parturienta y cuyo vestido aún aparece con las
mangas recogidas en los hombros, tanto para conseguir mayor
libertad de movimientos como para evitar mancharse o hacerlo lo
menos posible; el niño aparece totalmente fajado, ésta era la forma
habitual de colocar la ropa a los recién nacidos y durante los
primeros meses de vida y es lógico que sea la partera la que tuviese
al niño en brazos para entregárselo a la madre, ya que su trabajo
también incluía hacerse cargo de los cuidados de los recién nacidos
durante los primeros días de vida.

La otra mujer que aparece representada habría estado


ayudando tanto a la madre como a la partera y lo que en conjunto
podría indicar la escena es que eran las mujeres las encargadas de
atender a otras mujeres durante los partos y que era necesaria la
presencia de más de una mujer para poder actuar en estas ocasiones.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 215


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 19

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 216


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

NACIMIENTO DE SAN JUAN BAUTISTA. (Lámina 20)

Fragmento del retablo de la capilla de San Juan Bautista,


iglesia del Salvador de Valladolid y que en la actualidad se
encuentra en el Museo de la Catedral vallisoletana.
Se trata de una obra realizada por los artistas de los talleres de
Amberes y que se considera anterior a 1504.

La escena se representa en una estancia dentro de un ambiente


gótico y en ella aparece la madre de San Juan acostada en una cama,
con la espalda recostada sobre una almohada grande que a su vez se
apoya en un alto cabecero, recibiendo al niño perfectamente fajado
de manos de la partera, mientras las otras mujeres contemplan la
escena o están en actitud de ayudar, como es el caso de las que están
a los pies de la cama que llevan en sus manos una jarra y un
recipiente que podría contener algún alimento para la parturienta.
Los ropajes de la matrona son diferentes que los de las otras
mujeres, lleva manguitos y la falda recogida en la cintura, mientras
que de su brazo izquierdo cuelga un paño, una especie de toalla que
habría utilizado para la higiene del niño.

La figura del varón que aparece a la derecha de la imagen y


que sin duda representa al padre de la criatura, está colocada de tal
forma que parece que estuviese fuera de la escena o ajeno a ella,
parece como si estuviese plácidamente dormido o no queriendo ver
lo que sucede en la estancia; es posible que la falta física de espacio
obligase al artista a situar dentro de la estancia la figura del varón y
que con esa actitud se pretenda dar la impresión de que estuviese
situado fuera de esa habitación.

El que con tanta frecuencia este tipo de escenas sean


realizadas para ser colocadas en una iglesia y vistas por todos los

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 217


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

fieles, pone de relieve que son fácilmente identificables por quienes


las contemplan, por tanto serían una representación de lo que ocurre
en la sociedad a la vez que una orientación de lo que debe de ser y
de cómo actuar en estas ocasiones.

Lámina 20

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 218


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

EL NACIMIENTO DEL BAUTISTA. Detalle de una


página miniada del Libro de Horas Turín –Milán. Jan van Eyck
(1422-25?27). Museo Cívico de Turín. (Láminas 21 y 21a)

Se trata en este caso de una representación muy rica en


información acerca de la casa en la que tiene lugar la escena y que el
pintor recrea con todo detalle, posiblemente para que no quede
ninguna duda acerca de donde tiene lugar el acontecimiento y
quiénes son las protagonistas de la escena, a la vez que queda claro
el papel desempeñado por el varón, que parece vigilar desde la
distancia lo que las mujeres están realizando.

La estancia es amplia y contiene muchos de los elementos que


se describen en las fuentes escritas como integrantes de muchas
viviendas a finales de la Edad Media; la cama ocupa un amplio
espacio y parece responder a las características con las que se define
estrictamente la llamada “cama” en los textos alfonsíes del siglo
XIII28: “un tipo de lecho formado por un bastidor y cuatro postes”
y que en esta imagen podría suponerse que son cortinajes que a
modo de dosel supondría la forma en que habría evolucionado ese
tipo de camas en las viviendas ricas. Se trata de una cama ancha
ocupada por la madre que está vestida y con la cabeza cubierta y en

27
Existen dudas acerca de la fecha de realización de esta obra y mientras algunos autores la
sitúan en fecha anterior a 1417, para otros tuvo lugar entre 1422 y 1425. Las Biografías sobre
los artistas flamencos escasearon, por ello suelen existir bastantes dudas acerca de la realización
de sus obras e incluso sobre la fecha de su nacimiento; es el caso por ejemplo de Jan van Eyck
que se cree que nació en Maaseik o en Maastrich hacia 1390 y se sabe con certeza que murió en
Brujas en 1441.
28
Gonzalo Menéndez Pidal en su obra La España del siglo XIII en imágenes, hace un estudio
amplio sobre lo que había en las casas según los manuscritos alfonsíes y describe los distintos
tipos de camas y sus características. (pp 121-122). Comenta que el nombre de “cama” es
exclusivo de España y tiene ascendencia prerromana y que solo se daba ese nombre a los lechos
que respondían a esas características de tener cuatro postes, los cuales eran los lechos utilizados
en todas las viviendas, fuese cual fuese la clase social y parece que lo que diferenciaba el
estatus de los propietarios no era la forma sino el tipo de madera con la que estaba construida y
las ropas con las que se vestía.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 219


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

disposición de recibir a la criatura siendo la partera la que se la


entrega.
La parturienta está sentada en el lecho y para mantener su
comodidad le han colocado detrás una serie de almohadas, lo mismo
que hoy se hace con cualquier enfermo. El niño está ya “fajado”, es
decir, envuelto totalmente en unas telas, como era la costumbre y
con la cabeza cubierta con una especie de gorro.
El color rojo rodea completamente a la madre y al hijo y es
que en el arte cristiano tradicional, esa tonalidad suponía el color del
sacrificio de los mártires y también del amor fervoroso, por eso, se
suele representar a San Juan, el discípulo predilecto de Jesús, con
vestiduras rojas y de hecho esta obra lleva por título “El nacimiento
del bautista”.
La partera, que está entregando el niño a su madre, lleva
todavía puesto el delantal blanco y tiene las mangas recogidas; su
vestido parece más modesto, con menos adornos que los de las otras
mujeres que completan la escena. Una de ellas, la que aparece de
espaldas y sentada en una especie de banqueta, parece más joven,
seguramente por su tipo de ropa y su color verde, el tono de la
alegría, la belleza y la salud y por la actitud en la que se la
representa y que está cuidando a un niño; la otra mujer lleva una
capa que parece reversible (de color rojo por dentro, el color al que
simbólicamente se le atribuye “un ansia ardiente de virtud” y el
azul, el color de la constancia, la lealtad y la “ciencia”) y con
adornos y tiene la cabeza cubierta con una especie de capucha que
cubre a su vez otro tocado de tela blanca; podría interpretarse como
que acabase de entrar en la estancia procedente de otro lugar de la
casa más frío, o incluso de la calle, donde habría ido a por lo que
lleva en la mano derecha en una jarra más pequeña que las otras que
aparecen en la habitación, quizás se tratase de una medicina para la
parturienta que hasta es posible que hubiese elaborado ella misma y
de ahí el color azul y su significado.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 220


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

A la izquierda de la imagen, y también fuera de la habitación,


próximo a donde se encuentra sentado el varón, aparece
representado un arca, el mueble más típico de las viviendas
medievales ya que parece que existía en todas las casas y servía,
como sustituto del armario, para guardar de todo, desde ropas a todo
tipo de útiles; en la imagen se aprecia que está lleno de diversas
cosas y se ve que posee una especie de repisa en un lateral donde
hay depositadas algunas cosas.

En la mesita que ocupa el centro de la escena y que también,


igual que el arca, parece que tiene una cerradura por donde se abre y
cierra, aparecen depositados diversos utensilios de la casa: jarras y
platos, parece que de diverso material y tamaño, vasos, un cesto y
parece que un candelabro. Las jarras debían de utilizarse mucho, en
esta escena se representan un total de seis de diversos tamaños y
características.
Es curioso comprobar cómo la ventana superior tiene
contraventanas mientras que la inferior y de mayor tamaño no
parece tenerlas29 y debajo se representa una especie de banco
cubierto con una tela, también de color rojo y con unos cojines de
color azulado.

En la escena no aparece, sin embargo, ningún recipiente


grande que hubiese sido utilizado durante el parto y para lavar al
niño y que si aparece en otras imágenes, esto podría indicar que el
parto había ocurrido con la anterioridad suficiente para que la
habitación ya hubiese sido limpiada y recuperado así su aspecto
habitual y a esta sensación contribuye la presencia en primer
término de un perro y un gato que confieren a la escena un aire
intimista y hogareño, propio del realismo flamenco, y que pone de

29
Dice Menéndez Pidal que en las ventanas del siglo XIII no solían figurar cerramientos paro
que en algunos casos aparece postigos de dos hojas para cerrarlas. La España del siglo XIII...
(p.116)

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 221


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

manifiesto que estos acontecimientos tenían lugar en las casas


privadas siendo las mujeres las únicas protagonistas.

Lámina 21

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 222


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 21a

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 223


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

La siguiente obra trata un parto pero tiene la particularidad de


representar una escena directa del parto, lo que hace de ella una
pieza bastante excepcional, su título es:

“LA EXPULSIÓN DE LA PLACENTA” (Lámina 22)


Es una ilustración de una versión latina del siglo XIV30 del
manual de Cirugía del médico árabe Abulkasin, el cual vivió en
España aproximadamente hacia el año 1000 d.C. y que se encuentra
en la Biblioteca Nacional de Austria, Viena.

Es seguramente esta circunstancia, el formar parte de una


obra médica, lo que justifica que la escena recoja ese momento que
podría considerarse “técnico”. Así pues, se trata de una obra médica
escrita por un médico árabe y se ilustran con imágenes aspectos
técnicos del parto.

La escena se representa en una vivienda compuesta por varias


estancias que aparecen determinadas por las puertas que aparecen a
ambos lados de la imagen central. Llaman la atención las tres
ventanas representadas en la parte superior de la pared frontal, unas
ventanas enrejadas que no parecen comunicar con el exterior de la
vivienda sino con otro habitáculo, pero que tampoco sitúan a la
habitación donde se representa la escena fuera de la vivienda ya que
el parto está teniendo lugar en una habitación que está enmarcada
por un techo que podría incluso ser de madera, una pared a la
izquierda de la imagen que está flanqueada por un hueco a forma de
puerta y una pared en el lado derecho que parece ser la continuidad
quizás, de la entrada de la vivienda; además, el recuadro que
enmarca la escena por la parte inferior, más ancho que en los
laterales y en la parte superior, tiene la función de elevar la escena y
30
Es una imagen que aparece en la obra de Heinz Goerke.- 3000 años de Historia de la
medicina. De Hipócrates a la medicina bioquímica. Editada por Gustavo Gili en 1986 y donde
se señala que corresponde al Cod. Ser. Nov. 2641 fol 43. ( pp55)

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 224


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

con ello simular el alejamiento del espectador y conferir a la escena


una cierta intimidad.
La imagen es muy ilustrativa para demostrar cómo se paría y
cómo eran atendidas las mujeres durante este acto. La parturienta
está sentada sobre lo que podría ser una silla especial o en el borde
de un banco o cama pero con espacio suficiente para tener el
recipiente donde se recoge, en este caso, la placenta, es lo que hoy
se conoce como “posición ginecológica”. La mujer situada por
detrás de la parturienta la está sujetando con las manos
entrecruzadas por delante del tórax; en su rostro se detecta el
esfuerzo que está realizando y que contrasta con el de la parturienta
que refleja el cansancio lógico posterior al parto; la partera está aún
agachada de rodillas delante de la parturienta y en actitud de
explicar a la mujer lo que está pasando y lo que debe de hacer.

A diferencia de la imagen de las cantigas, no se representa a


la partera con las mangas subidas y los brazos al aire, pero en mi
opinión creo que se trataría más bien de que se representa a esta
mujer vestida como habitualmente vestían las mujeres, con el recato
que la época y quizás la costumbre árabe, querían para las mujeres.
No creo sin embargo que las parteras, ni cristianas, ni árabes, ni
judías, atendiesen a las mujeres parturientas sin tener los brazos
libres de ataduras, aunque solo fuese por comodidad; el motivo de
estar así representada en esta imagen bien puede estar debido a que
es una obra escrita, y seguramente también ilustrada, por un hombre
y los hombres no eran partícipes de estos acontecimientos, ya fuesen
los maridos o los médicos. Creo que al ser una obra médica, lo que
se indica es cómo hay que actuar, cómo debe colocarse la
parturienta, cómo hay que atenderla y en definitiva, los aspectos que
podríamos llamar técnicos y profesionales del parto. Eso no quita
que se represente, como parece lógico, la forma de vestirse como
era la habitual y seguramente por ello se representa a las tres
mujeres con la cabeza cubierta.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 225


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 22

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 226


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

EL NACIMIENTO DE JACOB (Lámina 23)


Es una ilustración de una Biblia medieval en la que se
representa el nacimiento de Jacob según se relata en el Libro del
Génesis (Gen. 25).

Es una imagen muy original ya que la mujer está pariendo en


cuclillas, una postura bastante común, al menos en algunos
momentos históricos, pero en la que no suele representarse a las
mujeres; en realidad muy pocas veces se plasmaba en las obras de
arte a las mujeres en actitud de parir, de ahí la originalidad de esta
obra que, además, no se encuentra en un texto médico sino en un
libro religioso.

A la izquierda de la imagen aparecen Isaac y su mujer


Rebeca, a la que según se relata en el texto, se puede ver
embarazada. A la derecha de la escena está Rebeca dando a luz a
Jacob, su segundo hijo, mientras Esaú, su hijo mayor, está en el
suelo.

La parturienta está siendo atendida por la partera que está


sentada en el suelo y cogiendo al niño, en una actitud parece que
bastante diestra. La parturienta tiene una mano apoyada en la cabeza
de la partera, a la que seguramente recurrían las mujeres no solo en
el momento del parto, sino también durante el embarazo.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 227


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 23

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 228


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

NACIMIENTO. (Lámina 24)


Es una escena del tríptico de San Juan Bautista realizado en
óleo sobre tabla con una dimensiones de o,77 x o,48m cada panel,
realizada por Van der Weyden entre 1448-1453. Se encuentra en
Berlín, en los Museos Nacionales.

Se trata de un fragmento del panel inferior, de las tres


imágenes la situada a la izquierda.
Este autor flamenco que fue contratado por la ciudad de
Bruselas, tiene entre sus características más destacadas la capacidad
de realizar la pintura como si de una escultura se tratase.
La escena, representada como si se desarrollase en una
vivienda situada en el interior de una iglesia con unas esculturas en
su fachada, representa el nacimiento de San Juan que aparece en
primer término en brazos de una mujer que le presenta al niño a su
padre que parece que va a cogerlo en sus brazos, mientras dentro de
la habitación la parturienta está siendo tapada y atendida por otra
mujer. La cama donde está acostada la madre es una cama “rica”
con dosel, y al igual que en otras escenas analizadas sobre este tema,
tiene los cortinajes sujetos para permitir maniobrar a las mujeres que
han atendido a la parturienta.

Al fondo de la imagen se percibe a tres mujeres que se dirigen


a la habitación donde está la madre. Una especie de mesa con unos
recipientes encima parece estar situada junto a una chimenea. El
colorido que predomina en la estancia, especialmente en torno a la
madre, es el rojo, color que como ya he señalado indica sacrificio y
amor.
Al igual que en otras obras analizadas sobre esta temática, se
representa el trabajo realizado por las mujeres en estas situaciones
concretas y parece que de forma exclusiva por ellas, al menos hasta
estos momentos estudiados de mediados del siglo XVI y como

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 229


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

puede comprobarse, las mujeres son asistidas en sus casas, es decir,


en el ámbito de lo privado.

Lámina 24

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 230


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

NACIMIENTO. (Lámina 25)


Es un detalle del relieve de la fachada de la catedral de
Orvieto realizado entre los años 1310-1330 por Lorenzo Maitani.

Este artista fue discípulo de Giovani Pisano y se nota en su


obra su influencia directa, que se puede apreciar en la delicada
sensibilidad con que trata la escena, que se diría está en transición
entre un gótico refinado y un modelado claramente renacentista.

La Virgen está encamada y al igual que en otras


representaciones está medio sentada y con almohadas que la
permiten tener comodidad en esa posición; con un gesto de
curiosidad contempla a su hijo que está acostado en lo que podría
ser una cuna y como puede apreciarse está fajado como parece que
era habitual.

A los pies de la cama se encuentran dos mujeres, una todavía


echando agua en un recipiente y que seguramente son las matronas
que han asistido a la parturienta.

San José, adormilado, se diría que simplemente forma parte


de la escena, igual que los ángeles y los animales que figuran en la
derecha de la imagen.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 231


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 25

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 232


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

NACIMIENTO. (Lámina 26)


El pintor Masaccio realizó esta obra hacia 1426 y se
encuentra en el Staaliche Museem de Berlin.

La originalidad de esta pintura radica en cómo el artista trata


el tema del nacimiento, ofreciendo una visión social del
acontecimiento en el que se representa a las mujeres que van a ver a
la madre y al recién nacido y a darle la enhorabuena.

Parece tratarse de una mujer de relevancia social tanto por la


riqueza escultórica donde tiene lugar la escena como por la alfombra
y los músicos que anuncian la llegada de las visitas.

A la escena de la imagen se representa el dormitorio donde


está acostada la parturienta mientras cuatro mujeres atienden a la
madre y al niño que aún está en brazos de la que seguramente es la
partera y que ha fajado al niño como parece que era habitual

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 233


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 26

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 234


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

NACIMIENTO. (Lámina 27)


Es una obra realizada en 1480 procedente del Uttenheimer
Altar y que se encuentra en el Germanisches Nationalmuseum de
Nuremberg.

Es una obra original en tanto que muestra cómo la partera faja


al niño bajo la mirada de la madre mientras otra mujer calienta en
un fuego la ropa con la que probablemente va a ser tapado el niño.
El ambiente hogareño que rezuma la imagen no puede ser más
realista, no dejando ninguna duda sobre dónde ha tenido lugar el
alumbramiento y quiénes son las que han atendido a la parturienta y
quién está realizando los cuidados al recién nacido.

Lámina 27

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 235


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

EL NACIMIENTO DE LA VIRGEN. (Lámina 28)


Es una obra realizada por Hernando de Llanos entre los años
1507 y 1510 y que se encuentra en un compartimento del retablo
mayor de la catedral de Valencia.

Es una obra muy colorista que refleja las costumbres de la


época, cosa que se aprecia muy bien en la vestimenta de los
personajes representados y en el trasfondo clásico que se deja ver a
través de la ventana del fondo de la imagen.
En primer plano están representadas cinco mujeres que se
dedican a atender a la niña a la que parece que van a envolver en
una ropa que está siendo calentada en el brasero que aparece en
primer término.

La madre, que aparece acostada y reclinada (igual que


aparecía en la imagen de la puerta de San Juan de la catedral de
León), mira a la niña sonriente mientras otra mujer, podría
representar a su madre pues parece una mujer mayor, se dispone a
darle algo de comer.

Tres varones están representados en la escena, uno cerca de la


madre y por ello más directamente implicado en la imagen y con
mayor protagonismo y dos más alejados, fuera de la escena
principal y conversando entre ellos.

Las mujeres también reciben en la obra un trato preferente,


como seguramente correspondía a su protagonismo en la asistencia
a los nacimientos en la vida real.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 236


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 28

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 237


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

NATIVIDAD DE LA VIRGEN. (Lámina 29)

La obra, un óleo sobre lienzo, de grandes dimensiones (2,50m


x 1,50m) fue realizada por el pintor Orazio Borgianni para ser
colocada en el santuario de la Misericordia de Savona (Italia).
Se trata de una obra de gran belleza y gran calidad técnica que
aúna elementos de El Greco y de Caravaggio.

La madre, encamada en una cama de grandes dimensiones,


baja para la época aunque colocada en alto para aprovechar mejor el
espacio y dar profundidad a la imagen, está rodeada de tres mujeres
que se afanan en atenderla.
Otra mujer, probablemente la matrona, presenta a la recién
nacida al padre y a otro hombre que miran atentamente a la niña,
mientras un grupo de mujeres, cinco en total, se encargan de recoger
las ropas y los utensilios que se han utilizado durante el parto y una
pone a secar o posiblemente a calentar, la ropa que va a ser utilizada
en el cuidado de la niña.

La presencia del fuego y el agua como elementos necesarios


en esa situación y ambos con un gran contenido simbólico, dotan a
la escena de unas características muy interesantes que permiten
analizar las costumbres y usos vigentes en esa época.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 238


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 29

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 239


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

NACIMIENTO DEL BAUTISTA (Lámina 30), de Jacopo


Benci, más conocido como Antonio del Pollaiuolo, esculpió este
altar de plata en 1478 y se encuentra en el Museo dell’Opera del
Duomo, en Florencia (Italia)

Pollaiuolo (1432-1498) es un importante representante del


arte del renacimiento italiano heredando su técnica y realismo del
propio Donatello, aunque según Martín González31 Pollaiuolo pone
más expresividad en sus personajes. Dice Martín González, que es
representativo de este artista, a la vez pintor y orfebre, el tratamiento
que hace de la “línea funcional dinámica o de contorno, que
consiste en cifrar el movimiento de la figura en la agitación de la
línea de perfil, sin que para ello hayan de movilizarse los recursos
de la musculatura”

La escena representada que lleva por título Nacimiento del


Bautista y que es motivo de este estudio, parece ajustarse
perfectamente a esta característica señalada: volúmenes y perfiles de
las figuras aparecen claramente marcados, pareciendo en ocasiones
que se adivinan los contornos del cuerpo y las formas anatómicas,
detrás de unos ropajes que a veces parecen ser transparentes, y
confiriendo a la imagen una perfecta unidad de líneas curvas y
resaltándose de forma muy marcada el efecto escultórico.

31
Martín González, J.J.- Historia del Arte. Tomo II (pp 69 y 113)

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 240


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Como en el caso de la escena estudiada de la portada de San


Juan de la catedral de León, la representación tiene lugar dentro de
lo que podría ser una habitación de una casa en la que aparecen
claramente identificadas la cama y las ventanas, todo ello se
encuentra enmarcado por unas construcciones de estilo gótico
situadas a ambos lados de la escena y en la parte superior, situadas
en un primer plano y que simulan lo que sería una iglesia,
colocando así toda la escena dentro de ella.

La escena está compuesta por grupos de personas repartidas


de tres en tres, componiendo un total de nueve, el número que,
basándose en el tres, designa los coros de ángeles y las nueve
esferas cósmicas de la imagen medieval del mundo.

La parturienta ocupa el centro de uno de esos tres grupos y es


la protagonista de ese conjunto, a la que claramente están sirviendo
las otras dos mujeres, que le ofrecen, una, algo que lleva en un
recipiente tapado y la otra lo que lleva en una bandeja; seguramente
se trate de los alimentos que se solían dar a las mujeres después de
parir y que en los tratados médicos se consideraba adecuados para
recuperar la salud después de ese acontecimiento y que consistía en
caldos hechos a base de verduras y gallina; la parturienta está en
una posición similar a la que tenía la de la fachada de la catedral de
León, en una posición que en términos técnicos se denomina “de
Sims”. La cama es de un gran tamaño, ancha y con un cabecero de
madera muy alto y parece que también dispone a los pies de una
estructura de madera semejante.

El trío de la derecha está compuesto por unas mujeres que


parece que entran en la escena y que probablemente se trate de

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 241


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

sirvientas, una lleva una jarra y una especie de cesto con ropa a la
cabeza, mientras que las otras dos se sujetan la ropa como si la
llevasen manchada o si sujetasen algo con ella; parece además que
las dos más jóvenes no llevan la cabeza cubierta y las tres van
descalzas.

Los personajes situados en primer plano y a la izquierda de la


escena representan un motivo distinto que está protagonizado por
tres personajes diferentes; la mujer de la izquierda está sentada y
sujeta en sus brazos al recién nacido al que están dispuestas a
sumergir en el recipiente que está en el suelo y que están echando
agua de una jarra; posiblemente esta mujer sea también una sirvienta
que parece estar descalza e igual que las anteriores sin tocado en la
cabeza; la mujer que aparece en primer término y agachada debe de
ser la partera, que lleva todavía las mangas remangadas y una
especie de delantal puesto que sujeta en la espalda a la altura de la
cintura; lleva la cabeza cubierta y los pies calzados; está echando
agua en el recipiente a la vez que comprueba con su mano izquierda
que la temperatura del agua sea la adecuada antes de meter en ella al
recién nacido.

Una vez más y plasmando el arte en un medio diferente,


aparece representada la forma en que las mujeres parían y cómo
eran ayudadas y atendidas por otras mujeres sin que en ningún
momento se represente a nadie más asumiendo el protagonismo de
la asistencia, ni a las madres ni tampoco a los recién nacidos.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 242


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 30

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 243


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

LA ASISTENCIA AL PARTO (Lámina 31) Según un


grabado del Rosengarten (La Rosaleda) de Eucharius Röslin, 1513.
La particularidad de esta escena radica en que se recoge en
ella un momento del parto completamente distinto que en el resto de
las imágenes analizadas, representándose los momentos previos al
alumbramiento en los que se aprecian las posturas, gestos y
actitudes que permiten valorar la situación en sí misma, así como el
trabajo realizado por las mujeres que asisten a la parturienta.
La embarazada está sentada en la silla especial para parir, que
tiene las patas de atrás de una forma muy característica, y se sujeta
con una mano al borde de la silla mientras que con la otra parece
sujetarse el abdomen; curiosamente lleva un traje ceñido por arriba
y se le aprecia el busto exuberante propio del embarazo; su rostro,
enmarcado por el velo con que se cubre la cabeza, refleja el dolor y
el nerviosismo propios del momento que está viviendo, que se
ponen de manifiesto por la mirada extraviada con la que el artista la
ha representado.

La mujer que está detrás de ella, claramente la está sujetando


y en su rostro se adivina la confianza de la persona dispuesta a
ayudar para que todo salga bien y que parece estárselo transmitiendo
a la parturienta. La tercera mujer de la escena es la partera a la que
vemos sentada en una silla baja que parece que tiene el asiento de
paja y está con la mano izquierda haciendo “un tacto” a la
parturienta para conocer la proximidad del parto mientras le levanta
las ropas con la mano derecha; su rostro está como “abstraído”
pensando más en los que está observando con sus dedos que en lo
que ocurre alrededor de ella, podría decirse que es una actitud
“profesional”, sabiendo lo que hace, por qué, para qué y cómo.
La escena se representa en una estancia cerrada donde los
únicos adornos que aparecen son los dibujos de la decoración del
techo y una especie de celosías que aparecen en la pared de la
izquierda, que por cierto parece ser de ladrillos, y en la que no hay

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 244


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ningún otro adorno ni pintura, tampoco se representa ningún otro


tipo de mobiliario que permita identificar el lugar donde tiene lugar
la escena.

Lámina 31

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 245


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ASISTENCIA AL PARTO. (Lámina 32)


Es un grabado realizado en Zurich en 1554 por Jacobus Rueff,
de Ein Schoen Lustig Trostbuechle von den Empfengknussen und
Geburten der Menschen, que se encuentra en The Wellcome
Institute for the History of Medicine de Londres.

Es una escena muy similar a la anterior, aunque realizada 41


años después; en ella se representa un parto en condiciones
semejantes: la parturienta sentada en la silla especial para parir, en
esta ocasión algo más recostada que en la imagen precedente, la
partera sentada a sus pies y comprobando cómo se va desarrollando
el parto y detrás de la parturienta una mujer que la sujeta; se ha
añadido otra mujer que ayuda a la parturienta.

Las actitudes de todas ellas son similares, así como los


ropajes e incluso la especie de “pinzas” que cuelgan de la cintura de
la matrona. Se han añadido algunos elementos a la estancia, como
las tijeras y los recipientes que se ven al fondo y las ventanas de la
pared de la derecha. En realidad se diría que la escena en su
conjunto y en los aspectos principales hubiese sido “copiada” de la
anterior.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 246


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 32

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 247


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

PARTO. (Lámina 33)

Grabado en madera realizado por Jost Amman en 1554 y que


ilustra el: “De conceptu et Generatione Hominis”, de Jacob Rueff,
un manual para comadronas.

Como en las imágenes anteriores se representa a una mujer de


parto que está siendo atendida por otras mujeres. Hay algunas
diferencias con las imágenes anteriores que conviene reseñar.

Aunque el año de realización es el mismo que el de la obra


anterior, los ropajes y la tipología de las mujeres es completamente
distinta lo que simplemente podría indicar que la escena tiene lugar
en otra zona distinta de la anterior, donde existe otra moda distinta,
o simplemente se trate de una clase social diferente; sin embargo no
hay que olvidar que es un grabado destinado a un manual dirigido a
las comadronas a las que los médicos empezaban a acusar de
realizar “malas prácticas higiénicas” y de ser la causa de
mortalidad, tanto de la madre como de los hijos, que acontecía
durante el parto o inmediatamente después; seguramente por ello se
intenta dar una visión didáctica y se sitúa a la parturienta de frente,
también sentada en la tradicional silla de parir y en lo que se supone
se consideraba la postura más adecuada, de ella y de las mujeres que
la atienden.

La jarra y el recipiente para contener el agua necesaria para la


asistencia al parto ocupan un primer plano de la escena y encima de
la mesa se distinguen pinzas y otros útiles necesarios para la
asistencia al parto.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 248


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

La cama se ve en segundo plano preparada ya para acoger a la


madre y tiene las almohadas preparadas para que la parturienta
tenga en la cama la postura que se considera adecuada.

La presencia del astrólogo, posiblemente acompañado por el


padre de la criatura, los cuales están claramente fuera de la escena, y
que al parecer consultan la carta astral del niño o niña que está
naciendo, pone de relieve la importancia e influencia creciente de la
astrología en las cuestiones relacionadas con la salud y la
enfermedad32.

Salvando estas diferencias puntuales, la escena es similar a las


anteriores y se comprueba que los partos y la asistencia a las
mujeres e hijos sigue estando realizada por mujeres, siendo
solamente el interés de los hombres lo que lleva a escribir sobre
cómo las mujeres deben de hacer lo que venían haciendo desde
hacía siglos.

32
La cultura occidental bajomedieval incorpora tratados de carácter astronómico (que aportan
hechos ciertos) y astrológicos (que acumulan una enorme fantasía) y por ello adquirirán una
gran preponderancia los aspectos astrológicos en relación con la salud y la enfermedad,
cuestión que se verá perpetuada por la inclinación que los reyes y algunas jerarquías
eclesiásticas manifestaron por los aspectos astrológicos, tal es el caso de Alfonso X, Pedro el
Ceremonioso, Juan I de Aragón, el Papa Bonifacio VIII y Alfonso Carrillo, arzobispo de
Toledo. Esta influencia se hace patente en la aparición de gran número de obras que, tras la
peste de 1348, trataban de establecer las causas y relaciones de esta enfermedad con la
influencia de astros y planetas y que los médicos tienen bien en cuenta para establecer el
diagnóstico y tratamiento de las enfermedades, y ello puede comprobarse en la obra de dos de
los médicos más importantes de la Baja Edad Media como es el caso de Arnau de Vilanova y
Bernat de Granollachs.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 249


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 33

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 250


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

CUIDADOS MATERNALES. (Lámina 34 y 34a)

Es un díptico de marfil del siglo XIV en el que se representan


escenas de la vida de Jesús y que se encuentra en el Museo del
Louvre de París.

Como puede comprobarse en la (lámina 34a), la escena


representa a la Virgen alimentando al Niño recién nacido. La madre
está tumbada con la cabeza apoyada sobre varias almohadas y tiene
al Niño cogido en con un brazo mientras con su mano se sujeta el
pecho.

El Niño está perfectamente fajado y junto a la cama de la


madre aparece una mujer que la está ayudando, seguramente se trate
de la matrona, un ángel que situado tras la cabecera de la cama
parece que está también ayudando y un varón, el padre sin duda,
contempla a la Madre y al Hijo.

Es una de las pocas representaciones en que se muestra a una


mujer dando el pecho a un niño recién nacido, por eso también su
interés en comentar esta obra.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 251


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 34

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 252


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 34a

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 253


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Voy ahora a tratar de analizar y comparar dos


representaciones de un nacimiento que se realizan en escultura en
dos monumentos artísticos bien diferenciados en el espacio y en el
tiempo. Se trata de un capitel, seguramente uno de los más bellos y
característicos de los capiteles del arte español, el capitel del ábside
norte del monasterio de San Juan de Ortega de Burgos realizado en
el siglo XII, y el nacimiento representado en la portada de la puerta
de San Juan de la catedral de León, más o menos un siglo después
que el anterior.

NACIMIENTO DE CRISTO. CAPITEL DEL ABSIDE


NORTE DEL MONASTERIO DE SAN JUAN DE ORTEGA,
DE BURGOS. (Láminas 35, 35a, 35b)
San Juan de Ortega es paso obligado en la ruta Jacobea desde
Atapuerca a Villafranca de Oca. El peregrino alemán Arnold que
pasó por San Juan de Ortega en 1496 escribía en su crónica que de
Villafranca a Burgos hay dos caminos “el de la mano izquierda es
mejor y el más cuidado, pero los peregrinos siguen el de la derecha
para recibir limosnas en el monasterio de San Juan de Ortega”
Burgos aporta los personajes más significativos que la historia
ha dado a la peregrinación compostelana: San Lesmes, San Amaro,
San Juan de Ortega..., y es que Burgos era paso obligado, por eso
sólo en esa ciudad, en el siglo XV, había 35 hospitales que atendían
a los peregrinos.

Juan de Quintanaortuño nació en el año 1080 d.C. Este santo


del siglo XI-XII fue afamado arquitecto de Castilla; junto con su
maestro Santo Domingo de la Calzada levantó templos, construyó

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 254


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

puentes, trazó calzadas, y tras la muerte del santo riojano edificaría


y dirigiría hospitales, todo siempre al servicio del peregrino. Fue
ayudado en su labor por reyes, papas, obispos y nobles. A lo largo
de su vida estaría vinculado con seis reyes Castellano-Leoneses:
Alfonso VI, Dª Urraca, Alfonso I el Batallador, Alfonso VII,
Fernando I de León y Galicia, Sancho III el Deseado y Alfonso
VIII.

Viajó a los santos lugares y recogió diversas reliquias, entre


ellas la de San Nicolás; tras un viaje en barco bastante azaroso
prometió dedicarle una capilla si llegaba a salvarse y ello fue el
origen del monasterio.

En la zona más áspera de los Montes de Oca, guarida de


ladrones de peregrinos, en un despoblado montañoso llamado
Ortega, del que tomó después el nombre, edificaría la capilla de San
Nicolás de Bari en el año 1120. Fundó la comunidad de Canónigos
Regulares adoptando la regla de San Agustín. Primero edificó el
albergue autorizado por Dª Urraca y que sirvió de abrigo a sus
compañeros mientras se edificaba la capilla, luego se construirían
algunas celdas y aposentos para atender a los numerosos visitantes
que acudían al lugar y después se construiría el hospital para atender
a pobres y peregrinos, terminándolo hacia 1130.
En 1138 la Casa se pondrá bajo la protección de la Santa
Sede, asegurándose así San Juan, que no debería rendir cuentas a
cabildos y obispados de las tierras adyacentes. En 1142, Alfonso
VII, mediante donación regia, le otorga el título de “Señorío” bajo el
realengo de Montes de Oca. Con las donaciones sucesivas de
Sancho III y Alfonso VIII comienza la catedral románica pero solo
le da tiempo a realizar la cabecera y el crucero pues muere en 1163
a los ochenta y tres años. A finales del siglo XII el monasterio deja
de llamarse de San Nicolás de Ortega para tomar el nombre de San
Juan de Ortega.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 255


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

El edificio más antiguo, el más noble del Real Monasterio, es


la capilla de San Nicolás o la “capilla del santo”; la reina Isabel la
Católica tras una visita para rogar al santo que intercediera para
tener un hijo varón, mandaría ampliarla, siendo además enriquecida
en 1477 por lo que podemos ver como las bóvedas de crucería
rematan en claves que contienen los escudos de los Reyes Católicos.
Será declarado monumento histórico artístico el 3 de junio de 1931.

En el archivo del monasterio se encuentra un libro llamado


Costumbrero; este libro manuscrito se titula en realidad “Usos y
Costumbres” y servía de regla para el monasterio. En 1570 se
dispusieron una serie de normas que sirvieron de actualización a las
primitivas; estas normas fueron modificándose y adaptándose a las
necesidades de los tiempos hasta que en 1771 fueron ratificadas por
el General de la Orden.

Es un libro importante, por sí mismo como objeto y por su


contenido. Consta de 47 capítulos.
En la comunidad, los cargos estaban al servicio de pobres y
peregrinos y en función de ello en el costumbrero se establece el
comportamiento que debían de tener para con ellos. Al limosnero se
le pide: “afabilidad y paciencia, dé con caridad, blandura y
mansedumbre, no sea el caso que los zoquetes que da, por su dureza
se conviertan en piedras que esterilizan tan preciosa sementera”33 ;
al hospedero se le pide: “tener siempre limpia la hospedería,
aireada y provista de buena y limpia ropa”. También había una
hospitalera para atender a las mujeres; al monje que se encargaba
del hospital y de sus enfermos, es decir, al hospitalero se le dice:
“procurará que no les falte cosa para su comodidad, regalo y
recuperar la salud”; al enfermero se le pide: “lleve con mucha
paciencia el trabajo e impertinencia de los enfermos y se esmerará
en su asistencia, aseo, limpieza... de mandar en la cocina que se le
haga puchero aparte y se echen en él cuando están de purga
33
cap. 30, pp 168

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 256


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

sangría, y siempre que la calentura fuere continua, un cuarto de


gallina”.
Seguramente en consonancia con este ideario se realizaron las
esculturas que adornan los capiteles de las columnas del monasterio.

Aunque los motivos arquitectónicos no abundan en el


conjunto arquitectónico, son de destacada importancia los que se
conservan. De 76 capiteles labrados, seis son de temas historiados,
el resto se desarrollan a base de temas vegetales, mitológicos y de
entrelazado. El programa iconográfico que se desarrolla es el
siguiente: Visitación, Anunciación, Sueño de San José, Nacimiento,
Anuncio a los Pastores y Lucha de Roldán y Fervagut. (Lámina 35)

El más importante es el triple capitel del arco del triunfo del


ábside norte. En las siete caras se desarrolla el ciclo completo de la
Navidad. Esta escultura única en el románico español, no solo por el
tema desarrollado en conjunto y de continuo, sino por la concepción
de unidad, de expresividad y composición, es importante por su talla
y organización y se le añade un detalle único en el arte occidental
que tiene lugar dos veces al año: en los equinocios del 21 de marzo
y el 23 de septiembre a las 17 horas y 7 minutos el sol de poniente
se posa sobre la Anunciación y va recorriendo todo el grupo
escultórico; (Lámina 35a) es un efecto verdaderamente místico y
simbólico ya utilizado desde la antigüedad; los ejemplos más
conocidos se encuentran en el arte egipcio.

Apoyándonos en la imagen del capitel, vemos como en una de


las caras se desarrolla el tema del Nacimiento, franqueado a cada
lado por el tema del Sueño de San José y el Anuncio a los
Pastores.(Lámina 35b)

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 257


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Es interesante comprobar cómo el escultor desarrolla el tema


en un espacio tan reducido. En el siglo XII todavía la organización
compositiva de una o varias imágenes adaptadas a un marco no era
del todo dominada y así, aparece en primer término el lecho de la
Virgen visto desde arriba pero las sábanas están representadas vistas
de frente. Al ocupar esta imagen tanto espacio, recurre el artista a
colocar el pesebre y al recién nacido en un plano superior, como si
en el aire estuviera flotando con el buey y la mula; escoltándolo
estaría el Angel y la estrella coronaría la escena.

Acompañan a la escena otros útiles que hay en las casas y que


son necesarios en los alumbramientos, se trata de tres calderos que
se representan colgados; son calderos para el agua hirviendo que
necesita la parturienta, el símbolo inequívoco de la limpieza, de
cuerpo y de espíritu.

Hay representado un personaje que atiende a María, se trataría


como es lógico de una mujer y lo es en función de lo que estamos
viendo a través de estas fuentes iconográficas y que ponen de
manifiesto que en todos los nacimientos hay mujeres que se
encargan de cuidar y atender tanto a la madre como al recién
nacido. Por tanto, esta mujer bien podría ser una partera que habría
atendido a que naciese el niño.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 258


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 35

Lámina 35ª

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 259


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 35b

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 260


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

PORTADA DE LA PUERTA DE SAN JUAN. Maestro de


la Virgen Blanca. Catedral de León. Siglo XIII (1255) (Láminas 36,
36a y 36b)

Se trata de una fachada (Lámina 36) dedicada al ciclo de la


infancia de Cristo; es de carácter narrativo, con secuencias
encadenadas, inspirada, al igual que el capitel de San Juan de
Ortega, en el Apócrifo de la Natividad del Señor. Las esculturas son
de expresiones más flexibles, unas figuras en las que se aprecia la
desaparición de la rigidez de los paños y las posturas estáticas del
románico; son las primeras manifestaciones del arte gótico.

Sobre el arco se desarrollan escenas de ángeles músicos, en el


tímpano se narra la infancia de Cristo y en las arquivoltas aparecen
reyes músicos, temas neotestamentarios y escenas de la vida de San
Juan Bautista.

Puede apreciarse cómo la composición y el tallaje de las


figuras no es igual que en el capitel de San Juan. El maestro de la
Virgen Blanca le da un aire compositivo novedoso, simplemente
hay que fijarse en la postura que muestra María recién parida
(Lámina 36a), que podría decirse que más parece la maja vestida de
Goya que la Madre de Dios; la misma postura en la que se
encuentra representada Santa Isabel, la madre del Bautista, que
aparece en la tercera composición de la segunda arquivolta del lado
izquierdo de la puerta donde está representado el nacimiento de San
Juan Bautista (Lámina 36b). Podría deducirse que quizá para este
artista parir no representa dolor ni cansancio o que simplemente
refleja en su obra “lo sobrenatural” del alumbramiento debido al
valor místico de las dos figuras femeninas representadas.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 261


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Son dos formas muy diferentes de representar la Natividad,


como lo será si se compara con la ternura con la que en el arte del
renacimiento se representa esta escena; en los siglos XII y XIII
plasman a María tendida en su lecho apartando la mirada de Cristo y
a la vez mirando algo invisible.

En las dos escenas de esta puerta, aparece otra vez esa figura
que ayuda a la parturienta, ataviada en estos casos con tocados
típicos de esta época; la que cuida de María lleva un tocado de
noble o princesa dada la importancia del personaje al que atiende y
la segunda con un tocado más rústico, un sombrero de paja; pero
ambas aparecen representadas realizando la misma tarea: cuidar de
las mujeres y de los niños recién nacidos.

En la escena del tímpano aparecen varias mujeres, una que


probablemente represente a la partera, aún tiene las mangas del
vestido subidas y parece que va a entregarle el niño a María,
mientras que otra situada en la cabecera de la cama está colocándole
las almohadas. La cama se corresponde perfectamente con el tipo de
lecho que se describe en los manuscritos alfonsíes y que recoge
Menéndez Pidal: “un bastidor sostenido por cuatro postes” y que
en el siglo XIII eran torneados34.

La tercera persona representada en la escena e involucrada


directamente en ella, parece que es un ángel que lleva en su mano lo
que se asemeja a una lámpara con la que se habría iluminado la
escena.

34
La España en imágenes... (p.121)

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 262


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

En las tres escenas analizadas, la de San Juan de Ortega, la


arquivolta y el tímpano de la catedral de León, aparece representada
la cuidadora y según el evangelio Apócrifo de la Natividad y de la
infancia del Salvador, se narra cómo San José fue en busca de dos
comadronas para ayudar en el parto a María; una vez que llegaron a
la cueva, una de las comadronas llamada Zelomí entró dentro, y la
otra, Salomé, quedó fuera. Será Zelomí, o Zebel según la leyenda
dorada, quien aparezca representada cuidando a María35.

San José aparece en esta escena representado a la derecha de


la imagen en actitud de espera mientras sujeta una especie de bastón
con sus manos, un ángel se interpone entre él y la escena del parto y
parece que le está consolando mientras le acaricia su barba con la
mano.

A la izquierda de la escena principal aparece representado el


Niño Jesús que ha sido colocado por el artista encima de lo que
podría ser un pozo, pilar, columna o elemento sustentante; una
composición muy interesante que podría ser debida a dos
cuestiones: una meramente técnica y que estaría en función de la
necesidad de ajustar el espacio disponible a la inclusión en la escena
de todos los elementos previstos, y dos, la necesidad de demostrar
mediante un planteamiento simbólico la importancia que tiene en la
escena el Recién Nacido y de ahí la necesidad de elevarlo por
encima de los demás personajes representados36.

35
En el pseudo Mateo (capítulo XIII), no se les da el nombre de parteras ni de matronas, se les
denomina vientreras cuando se narra el mismo pasaje.
36
En el siglo XIII aún no se empleaba la isocefalia (cabezas a la misma altura) ya que en esa
época los estamentos estaban muy claramente definidos y siempre el personaje principal o de
mayor cargo aparece representado como más alto (canon de más cabezas); el tamaño en la
escena podríamos decir que es directamente proporcional al rango, cargo o estamento. En esta
escena podemos apreciar esto viendo cómo a San José se le representa de tamaño mucho mayor

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 263


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Pero realmente, el significado iconográfico de la composición


viene supeditado a hacernos entender cómo desde el primer instante
Cristo aparece como víctima; la ofrenda (su cuerpo y su sangre) está
sobre el altar de sacrificio, porque ese “elemento sustentante” no es
otra cosa que un ara donde aparecen como elementos
arquitectónicos unos ventanales góticos que nos refieren a la imagen
de una iglesia en cuyo interior estaría escenificada la entrega del
Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Eucaristía. Así mismo el
sacrificio del Hijo, queda ratificado por Dios, al representar “la
imagen” del ángel “cuidador” que es la personificación de la
voluntad de Dios Padre.

Por último, se distinguen tres objetos que se describen en


ambas escenas: un jarro (se aprecia bien por el asa) que contendría
agua, probablemente para lavarse, y un puchero, olla o caldero (por
la cadena y el asidero así lo parece), y cuyo contenido podría variar
desde agua hirviendo para el alumbramiento, hasta un cocimiento de
verduras y gallina que tradicionalmente se daba a las mujeres recién
paridas para su fortalecimiento. Sobre el suelo hay una lámpara de
aceite para iluminar o perfumar la sala donde se ha parido. Estos
tres objetos vienen determinados por el mensaje implícito que
conlleva el nacimiento de Cristo: Cristo como fuente de Verdad y
Luz del mundo –lámpara de aceite-, Cristo como fuente de Vida
eterna –caldero que simboliza transformación, regeneración y
resurrección- y Cristo como fuente de Agua Viva –simbolizada por
la jarra.

En estas tres escenas de dos autores diferentes y de épocas y


sociedades distintas, se plasma una manera diferente de entender la

que al ángel que está a su lado y claro, es de suponer que para no representar al Niño más
grande que a San José, el artista recurriese a colocarle en un espacio más elevado.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 264


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

expresividad y composición de las formas y personajes. A pesar de


estas transformaciones en la expresividad artística hay una figura
que no cambia con el tiempo y que se la representa siempre en
actitudes semejantes, me refiero a la mujer que cuida a la madre y al
niño durante el parto e inmediatamente después, la partera; sigue
siendo una mujer y continúa utilizando los mismos principios para
sus cuidados: la higiene, el reposo y la alimentación y en base a ello
sigue empleando iguales recursos: varias almohadas para colocar a
la parturienta en la posición adecuada y varios recipientes que junto
con el fuego y el agua sirven para calentar el agua y los alimentos y
para purificar, desinfectar y dar los cuidados higiénicos necesarios.

Al margen de la interpretación apócrifa de la Natividad,


donde la escena parece tener lugar en una iglesia, representando
como ya he comentado, a Cristo como víctima, si tenemos en cuenta
que los artistas son reproductores de los hábitos sociales, en la
escena analizada se hace una clara alusión al espacio donde tiene
lugar el nacimiento, representando este espacio una casa,
probablemente una cocina; la alusión a la chimenea con los
cacharros colgados indicaría que probablemente ese era el lugar
donde las mujeres parirían, siendo por tanto los propios domicilios
donde las mujeres serían atendidas, bien por las parteras “oficiales”
o por cualquier otra mujer de la familia o de la vecindad, que
desempeñaba en estos casos el papel de cuidadora.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 265


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 36

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 266


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 36a

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 267


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 36b

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 268


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Siguiendo con este planteamiento de analizar


comparativamente algunas obras de arte y dado que estudiar de
forma comparativa dos imágenes permite contrastar no solo cómo
eran tratados algunos temas, como evoluciona la técnica y cómo hay
un continuismo, o no, en algunos planteamientos acerca de los
cuidados a los enfermos, voy a tratar ahora dos obras que
interpretan el mismo tema El nacimiento de la Virgen, (Láminas
37 y 38) y que pertenecen a una época muy interesante ya que es
momento de cambios importantes, tanto en las mentalidades como
en la expresión artística.
Se trata de una pintura y de una escultura. La primera se debe
a Pedro Berruguete que nació, vivió y trabajó en Castilla en la
segunda mitad del siglo XV y es probablemente el pintor castellano
más importante de su época. La segunda obra, la escultura, es obra
de Alonso Berruguete, hijo del anterior, que igualmente nació, vivió
y trabajó en España y que alcanzó un enorme prestigio y fama como
escultor.
Analizar estas obras de forma simultánea nos va a permitir no
solo contrastar las diferencias a la hora de plasmar artísticamente
una actividad humana, sino contrastar cómo las mujeres siguen
teniendo un papel protagonista en los cuidados.

EL NACIMIENTO DE LA VIRGEN, (Lámina 37) es una


pintura realizada por Pedro Berruguete y se encuentra en el Museo
Diocesano de Palencia37
La vida y la obra de este artista38 ha sido muy estudiada por
los historiadores del Arte, conociéndose bien sus años en Italia

37
Es una representación muy del gusto del artista puesto que no es la única sobre este tema y
tiene otras muy similares como por ejemplo la que con el mismo nombre se encuentra en la
iglesia de San Martín de Becerril de campos, Palencia.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 269


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

donde aprendió de Fray Angélico, entre otros, la forma de tratar la


luz y los espacios. Se dice de él que es el artista Castellano-Leonés
que “mejor representó, en la época de los Reyes Católicos, la
síntesis pictórica de lo hispano-flamenco y las novedades del
Renacimiento italiano39”

Desde el punto de vista estilístico se aprecia un realismo


gótico, pero se detectan las dotes narrativas del autor, que plasma en
la obra una visión hogareña y cotidiana, llena de realismo y
naturalidad.

La obra, trata como su título indica, el Nacimiento de la


Virgen, y en ella se representa una escena que tiene lugar en un
dormitorio de una vivienda privada en la que cuatro mujeres y una
niña son las protagonistas, mientras un varón que está de espaldas a
la escena, ocupa un lugar secundario en la representación;
probablemente se trate de San Joaquín, el padre de la criatura, que
una vez terminado el parto habría entrado en la estancia a visitar a
su mujer y a su hija y que podría estar demostrando con su gesto la
desilusión por haber tenido una hija y no un varón.40

La parturienta está encamada, acostada en posición de


decúbito lateral y parece que desnuda, al menos por la parte
superior, esto podría indicar que el parto acababa de tener lugar, lo
cual parece ser así al corroborarse por la desnudez de la recién
nacida. Hay que tener en cuenta que en esta época las mujeres
38
Pedro Berruguete nació en Paredes de Nava (Palencia), hacia 1450 y murió en los primeros
años del siglo XVI, se desconoce con exactitud la fecha de su muerte, pero se sabe que su hijo
Alonso presentó en 1505 una documentación en Paredes de Nava en la que se decía que su
padre había muerto.
39
Ver: Historia del Arte de Castilla y León. Tomo V. Renacimiento y Clasicismo. Ed. Ambito
1994 (p.258)
40
María del Carmen Carlé en su obra La sociedad hispanomedieval III. Grupos periféricos: Las
mujeres y los pobres, Barcelona 2000, señala en las páginas 14 a 18 cómo se recibe en las
familias, tanto acomodadas como del común, de una forma muy distinta el nacimiento de
varones y de mujeres, bien por la continuidad del nombre y la herencia o por la fuerza de
trabajo de los varones.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 270


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

parían sentadas lo cual indicaría que la parturienta ya había sido


acostada y la habían quitado la ropa que se habría manchado durante
el parto. En el rostro de la madre se aprecia el cansancio propio de
después de un acontecimiento semejante y se la nota una mirada un
tanto extraviada que indicaría también esa lasitud que se la aprecia.
En cualquier caso, se aprecia la diferencia de color entre el blanco
de las sábanas y su cuerpo, de un sonrosado que indica que no está
enferma, sino solamente cansada.

Las otras tres mujeres, de distintas edades, están en diferente


actitud y realizando actividades diversas; la que está sentada parece
la mayor de las tres y debe de tratarse de la partera, su actitud
también es de descansar, parece que está esperando a coger en sus
brazos a la niña; tiene una capa echada por encima de los hombros
que la cubre la falda y aún tiene puestos los manguitos de color
blanco que la habrían protegido su ropa durante la asistencia al
parto.
La mujer que mantiene en sus brazos a la recién nacida podría
representar a la madre de la parturienta, es mayor y sus ropajes
llevan un adorno dorado en la parte inferior de la falda que realza su
posición social y sobre ella recae la responsabilidad de sujetar a la
niña y parece que se dirige a entregársela a la partera. La mujer
joven, posiblemente también de la familia ya que lleva el mismo
adorno en la falda, está claramente en actitud de hacer alguna cosa
concreta, parece que está en movimiento y se dirige a la matrona,
lleva en la mano un recipiente que podría contener alguna sustancia
para dársela a la niña con lo que parece una cuchara que lleva en
la mano derecha, o la sopa que tradicionalmente se daba a las recién
paridas, en cuyo caso se dirigiría a dársela a la mujer encamada y
quizás deseara antes la aprobación de la partera; colgado al hombro
lleva una toalla lo que indicaría que está todavía en actitud de
ayudar; podría caminar hacia la partera, la cual se encargaría de
hacer los cuidados pertinentes a la recién nacida.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 271


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

En primer plano se aprecia una palangana grande, parece que


ya vacía y que habría sido utilizada para contener el agua necesaria
durante el parto.
La escena se desarrolla en un dormitorio de una vivienda
acomodada lo que se pone de manifiesto en el dosel de la cama que
parece de terciopelo (obsérvese que tiene una parte recogida para
facilitar las maniobras de las que han atendido a la parturienta), en
la pintura de las paredes, que siguiendo la moda italiana parece
estucada con dorado, en el suelo que representa unas baldosas
decoradas y en la ropa de la cama, especialmente en la colcha que
tiene unos dibujos también en dorado.

Los colores que predominan en la escena son el rojo, el


marrón y el dorado y en menor medida el blanco y muy escasamente
el verde. Como ya comenté antes, los colores dotan a la escena de
un simbolismo importante y solamente añadiré a los comentarios
anteriores, que el dorado que se empieza a emplear en esta época
con profusión, debido a la influencia italiana, se utiliza para dar
mayor profundidad, viveza y luminosidad a la escena.

La forma de tratar la profundidad es notablemente distinta que


en las obras anteriores; el banco de madera que divide
longitudinalmente la escena y que parece que está en parte situado
debajo de la cama, ayuda a alejar ésta de la visión del espectador, a
la vez provoca la impresión de que la cama está flotando y da
profundidad a la escena alargando la habitación; ya no se pinta esa
especie de hendidura en el suelo para alejar la escena, pero aún hay
una línea que sin ser como la de un siglo antes, intenta alejar al
espectador, dotando la escena de intimidad y recordándonos que el
tema de la pintura tiene lugar en el ámbito privado.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 272


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 37

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 273


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

EL NACIMIENTO DE LA VIRGEN (Lámina 38) de


Alonso Berruguete, es una escultura realizada en la primera mitad
del siglo XVI, unos cincuenta años después que la anterior y ya en
plena época renacentista.

Alonso de Berruguete, hijo de Pedro, nació en Paredes de


Nava (Palencia) en 1490 y murió en 1561. Fue el escultor castellano
más importante de su época y a él se debe la difusión en España del
manierismo italiano.

Igual que su padre pasó unos años en Italia de donde procede


su manera de tratar los volúmenes, la pureza de las formas que
plasma en sus obras y un claro simbolismo humanista; es notable la
influencia en sus obras de personajes que Miguel Angel plasmó en
la Capilla Sistina o en la tumba de Julio II.

No obstante los nuevos planteamientos al realizar las obras de


arte, pervive en Berruguete, y en el resto de los artistas castellanos,
el gusto gótico por tratar temas religiosos y por tanto a enseñar las
normas de vida que la Iglesia consideraba más adecuadas y eso lleva
a representar ambientes próximos al espectador y los aspectos más
dramáticos de la existencia y los valores sentimentales lo que
confiere a la imagen un cierto expresionismo simbólico.

El gusto por la escultura es patente en esta época y tiene su


razón de ser porque en ella se pueden emplear técnicas que permiten
el uso masivo de colores dorados y panes de oro que ponen de
manifiesto el lujo como expresión del poder.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 274


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

La escena está compuesta por cinco mujeres y una niña y lo


primero que llama nuestra atención es la importancia de los
volúmenes, la postura y los gestos tan expresivos y tan marcados
que confieren a la escena un ritmo dinámico que hace que parezca
que las figuras estén en movimiento.

La figura representada a más altura es la protagonista de la


escena, no solo está más arriba sino que es la madre, la que acaba de
parir y la causa de que las demás mujeres estén allí. Está
representada sentada y vestida, tal y como entonces parían las
mujeres y con la criatura en brazos, lo que era y es habitual hacer
inmediatamente después del parto, darle a la madre a la criatura.

Las tres mujeres que se encuentran en la parte inferior de la


obra deben de ser las que han atendido en el parto; la figura central
debe de representar a la partera o matrona que aún tiene las mangas
remangadas; las otras dos es posible que hayan actuado ayudando a
la partera, de hecho, puede apreciarse a la figura de la izquierda que
lleva un paño en sus manos y que se lo está ofreciendo a la
matrona, es posible que se trate de un paño mojado, dada la forma
en la que caen los pliegues, y que lo esté sacando del recipiente de
agua que hay a sus pies; la mujer de la derecha, a la cual no se ve el
rostro, es posible que también haya ayudado en el parto ya que
aparece en actitud de ayudar y lleva una especie de delantal que
protege su vestido. La figura que se encuentra la derecha de la
escena y por encima de ellas, parece que representa a una mujer más
joven, no lleva tocado en la cabeza y sus ropajes son más vistosos,
es posible que se haya ocupado de sostener a la parturienta durante
el parto y de ahí su expresión de cansancio y el pelo que parece
sudoroso.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 275


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

La expresividad de los rostros alargados, con los rasgos


extremadamente marcados, bocas entreabiertas y cejas inclinadas,
que transmiten una sensación de cansancio y de dolor físico, junto a
la postura retorcida de los personajes, típica del manierismo, dan a
la escena una nueva expresividad apasionada y dinámica que no
estaba presente en las obras de épocas anteriores.

La escena está enmarcada por una especie de reborde en la


parte superior que representa una habitación de una vivienda en la
que hay un banco de madera, igual que en la escena anterior, y lo
que parece una cama con su colcha. El hueco que existe en la parte
inferior, aleja la representación del observador, dando profundidad e
intimidad a la escena.

La técnica para aplicar los colores es muy depurada y se


pretende dotar a las imágenes del brillo y la policromía propias del
gusto de la época. Como puede apreciarse, aunque abundan las
tonalidades rojas, los dorados y las filigranas decorativas tienen un
marcado protagonismo en la escena.

El realismo del tema que se representa, con todo el


sufrimiento y el dolor del acto de parir, pone de manifiesto el papel
de las mujeres en este acontecimiento de la vida, que sigue siendo
el mismo que hasta entonces había sido, traer hijos al mundo y
ayudarlos a nacer y que desde el punto de vista de la moral cristiana
seguía adjudicándose exclusivamente a las mujeres; de hecho, en
esta imagen no aparece representado ningún hombre, a diferencia de
la escena anterior, puesto que aquí se representa el momento del
parto. Podríamos decir que la imagen que estamos contemplando es
un reflejo de las ideas de la sociedad castellana del siglo XVI.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 276


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 38

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 277


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Voy a comentar dos obras de arte, que aunque son de una


gran belleza, no es ese el motivo de haberlas elegido sino que son de
épocas posteriores, una del siglo XVI y la otra del XVII. Ambas
tratan el Nacimiento de la Virgen, son de autores y ámbitos
diferentes, pero en las dos se trata el tema exactamente igual que en
las ya estudiadas de la Edad Media.

NACIMIENTO DE LA VIRGEN. (Láminas 39 y 39a),


Maestro del retablo de la Catedral de Evora (Portugal); primer
tercio del siglo XVI.
La escena representa un postparto inmediato y aparecen en
ellas tres mujeres que junto con la madre y la niña se encuentran en
posiciones y actitudes totalmente semejantes a las representadas por
Pedro Berruguete (Lámina 37) mientras que el varón que está al
fondo de la imagen y al que se ve en otra estancia está situado en la
escena en una posición semejante a la de la obra de Jan van Eyck
del Libro de Horas de Turín-Milán (Láminas 21 y 21a), semejanzas
que también pueden ser establecidas con las esculturas del capitel de
San Juan de Ortega (Lámina 35b) y la puerta de San Juan de la
catedral de León (Láminas 36 y 36a)

La distancia cronológica entre las cuatro imágenes es de


aproximadamente cuatro siglos y, sin embargo, los papeles
desempeñados por cada mujer representada en la escena siguen
siendo los mismos con idénticas posturas y actitudes; los cambios
vienen determinados por la técnica utilizada y sobre todo por los
ropajes que diferencian de manera notable unas imágenes de otras
marcando las diferencias en el tiempo justo por esos detalles.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 278


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 39

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 279


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 39ª (detalle)

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 280


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

NACIMIENTO DE LA VIRGEN. Escuela española del


siglo XVII. (Lámina 40)
Se trata de un óleo sobre lienzo de 290x239 cm y que se
encuentra en el Convento de Santa Clara de Tordesillas
(Valladolid).

La técnica utilizada es completamente distinta a las anteriores,


se representa un ambiente neoclásico y los colores, la perspectiva,
los volúmenes y los rostros, ropajes, luces y sombras son los propios
de la de la escuela española de la época moderna en la que se realiza
la obra. Sin embargo estas diferencias existen semejanzas
apreciables en las actitudes de las mujeres que ayudan a la
parturienta.
La escena está dividida básicamente en dos ambientes
separados por la tarima sobre la que se apoya la estancia donde se
representa el dormitorio y en ella sigue apareciendo la parturienta
con las almohadas para apoyar la espalda y tomando el alimento que
le está dando una de las cuidadoras; pero una de las novedades de la
obra estriba en que hay un hombre que no está en actitud pasiva sino
que está sujetando una copa que parece que contiene una bebida que
es para la encamada. En el mismo plano pero más alejada se
vislumbra a una mujer, posiblemente se trate de una sirvienta y se
encuentra de rodillas, delante de una chimenea y parece que
manipulando un recipiente con ropas y agua.

En un primer plano están representadas cuatro mujeres y la


niña que es sostenida por la que parece ser la partera o matrona, que
aparece aún con las mangas recogidas y en actitud de bañar a la
niña, mientras que las otras tres mujeres sujetan en sus manos unos
paños para secar y envolver a la recién nacida.
Los recipientes que aparecen son semejantes a los de escenas
similares de épocas anteriores y las novedades son: los dos grupos
de ángeles que aparecen en la escena y que son tan del gusto del

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 281


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

barroco español y la presencia del varón en actitud participativa,


sujeta una copa que parece que va a entregar a la parturienta.

Lámina 40

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 282


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

NACIMIENTO. (Lámina 41)

Se trata de una cubierta de marfil de un libro (siglos X-XI)


que se encuentra en el Museo Vaticano en Roma.

Una preciosa imagen de corte oriental en la que la Virgen


aparece tumbada en lo que simula ser una cama y el Niño,
perfectamente fajado, aparece tumbado en una cuna y está
acompañado por la tradicional idea de el buey y la mula; la estrella
señala dónde se encuentra mientras los ángeles le vigilan y los
pastores acuden a visitarle.

Un San José meditando completa la escena mientras junto a él


dos mujeres se encargan de bañar al Niño. Es curioso que en esta
escena que representa un pasaje tan tradicional, se haya incluido a
las dos mujeres lavando al Niño cuando éste ya se encuentra en la
escena en su cuna; parece como si se tratase de identificar sin
ninguna duda un acto habitual y, además se quisiese con ello dejar
constancia de la importancia de la higiene de los recién nacidos.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 283


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 41

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 284


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

IV3B 2.- LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS

Pero no solamente se representa en las obras de arte a mujeres


pariendo o recién paridas, también en numerosas ocasiones los
artistas plasman en sus obras cómo otro tipo de situaciones
relacionadas con la enfermedad es abordado por la sociedad; en
algunas ocasiones se elige a hombres o mujeres que sirvan de
ejemplo a la sociedad, mientras que en otras ocasiones se eligen
como protagonistas a mujeres anónimas que ayudan y cuidan a los
enfermos, también anónimos.
También en este apartado analizaré diversas obras que inciden
en estos planteamientos.

CANTIGA 114 c: CURA DE UN HERIDO (Lámina 42)

Esta imagen va acompañada de un texto en el que se dice:


“Un hombre ha topado con sus enemigos en el monte, lo han dejado
muy mal herido. Su madre lo está vendando con paños de hilo y
cendal41”

Simplemente la leyenda pone de manifiesto que es la madre la


que se encarga de curar las heridas de su hijo y que no sólo conoce
la práctica de los vendajes sino que es a ella a la que han acudido a
llevarle al hijo herido y no a ninguna otra persona ni institución.
El herido está tumbado y parece que es en el pecho donde
tiene la herida o heridas; tiene por ello el torso desnudo y el resto
del cuerpo lo tiene cubierto con lo que podría ser un manto o
cobertor. Da la impresión de que el herido está acostado en una
41
El “cendal”, dice la RAEL que es una tela de seda o lino muy delgada y transparente y parece
que en épocas pasadas se utilizaba en los vestidos.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 285


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

“cama” o quizás un “escaño” que va cubierto, incluidos los postes


torneados que se aprecian en primer plano, por un paño o alhamar42.
La mirada del herido se posa en su madre y parece que deposita en
ella toda la confianza y la esperanza de salvarse.

La escena tiene lugar dentro de la habitación de una vivienda


que aparece enmarcada por las dos columnas que se representan a
ambos lados de la imagen.
La madre está representada en un primer plano y es junto con
el hijo los protagonistas de la escena. Mira al hijo sonriente para
quitar importancia a la situación y ofrecer seguridad en lo que está
realizando que parece que domina sin ningún problema, de hecho,
solo uno de los personajes sujeta al herido, mientras que los demás
están simplemente observando la escena. La herida la está cubriendo
con unas telas blancas y finas que probablemente serían utilizadas
en estas situaciones.
Las manos son bien visibles en prácticamente todos los
personajes y uno de los acompañantes las tiene en actitud de rezar,
una actividad sumamente importante si tenemos en cuenta que la
intervención de Dios en la curación de los enfermos se consideraba
imprescindible.
La escena que se representa, es a mi modo de ver, una
demostración objetiva y realista que cómo las mujeres y en este caso
las madres, eran las encargadas de atender a sus familiares, fuesen
hombres o mujeres, cuando estaban en situación precaria de salud.

42
G. Menéndez Pidal.- La España del siglo XIII... (p. 122)

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 286


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 42

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 287


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

A continuación analizaré dos láminas que forman parte de un


total de 208 que componen un códice miniado datado a finales del
siglo XIV que lleva por título:

“THEATRUM SANITATIS”, se trata de las identificadas


con los números LXXXII y CXCII. (Láminas 43 y 44)

El Theatrum Sanitatis es un manuscrito en pergamino, de


carácter médico divulgativo y que “solo desde la primera mitad del
siglo XIX” (según Pirani), se encuentra en la Biblioteca Casanatense
de Roma, donde está catalogado con el número 4182 de la serie Ms.

Se trata de una obra ilustrada en la que están representados


diferentes aspectos de la vida de las personas, aspectos que están
orientados a conservar la salud y prevenir las enfermedades; es
decir, una obra de las conocidas genéricamente con el nombre de
“Regímenes Sanitatis” o lo que es lo mismo, obras sobre lo que los
médicos denominaban “la Dietética” y que se refiere a las normas
de vida a seguir por cualquier persona para mantener la salud y
prevenir las enfermedades. Este tipo de escritos alcanzó un enorme
éxito desde finales de la Edad Media europea43. En estos tratados y
concretamente en el que nos ocupa, “El Teatro de la Salud”, se
describen y ejemplifican con imágenes las denominadas “seis cosas

43
Los Regímenes Sanitatis alcanzaron gran difusión desde que se escribió el de la escuela de
Salerno aunque en muchos casos se trataba de recomendaciones de vida a una persona concreta.
Por ejemplo, el escrito de Maimónides al Sultán de Damasco, la traducción latina de una carta
seudoaristotélica a Alejandro Magno que Avendaut de Toledo dedicó a la infanta Teresa, hija
del rey castellano Alfonso VI, el Régimen Sanitatis “De conservanda iuventute et retardanda
senectute” que el médico Arnau de Vilanova dedicó al rey de Aragón Jaime II, etc.,En
cualquier caso, el número de obras de estas características tendrán prestigio, influencia y
difusión.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 288


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

que necesita cualquier hombre para el mantenimiento cotidiano de


su salud, con sus normas y acciones”44; estas 6 cosas son:
1) disposición del aire que cada día nos rodea; 2) disposición
de la comida y la bebida; 3) la norma del movimiento y el reposo;
4) preservación del cuerpo de un exceso de sueño o de vigilia;
5) norma de la retención y expulsión de los humores;
6) reglamentación de la alegría, el temor y la angustia de la persona.
Este contenido es precisamente lo que me ha llevado a
seleccionar estas dos obras, ya que su origen médico pone de
manifiesto la aprobación de “la ciencia médica” no solamente de lo
que contiene el texto sino también del contenido de las imágenes y
lo que en ellas se representa.
Se trata de dos pinturas de unas dimensiones aproximadas de
190 x 173mm y que están enmarcadas de forma irregular por un
recuadro rojo. Aunque ambas imágenes se representan en el interior
de unas viviendas y a simple vista comprobamos que se trata de
mujeres cuidando a otras personas, hay diferencias y semejanzas
muy significativas entre ambas imágenes que conviene señalar.

La imagen identificada con el nº LXXXII, (Lámina 43) lleva


por título en la parte superior y fuera del recuadro: “GACHAS DE
CEBADA”. En el inferior y también fuera de la imagen se
describen, según las indicaciones de la obra médica “Liber Magistri
Ububchasym, de Baldach”, las características de este alimento con
sus indicaciones, perjuicios y remedios; dice así: “Naturaleza: Fría
y seca en segundo grado, las mejores: las que están un poco
tostadas, beneficio: para el flujo de la bilis amarilla, perjuicio:
genera hinchazón, remedio del perjuicio: con azúcar”.

44
Theatrum Sanitatis. Biblioteca Casanatense. Moleiro Editor. 1999 (p. 147)

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 289


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lo que la imagen nos describe son tres mujeres, una


encamada, de mayor edad y enferma, lo que se pone de manifiesto
no solo por estar en la cama, sino por la falta de coloración con que
la imagen está tratada que la confiere una tez pálida y enfermiza que
contrasta con la tonalidad de las otras dos figuras; se diría que tiene
una dolencia hepática y que está siguiendo el tratamiento prescrito
para ese tipo de males y que consiste en comer precisamente las
gachas de cebada. Para que la enferma pueda comer cómodamente,
sus cuidadoras, que posiblemente sean las hijas, le han colocado en
posición de sentada con unas almohadas en la espalda que le
permitan una cierta comodidad y ambas la vigilan mientras come,
aunque se diría que no con mucho apetito dada la actitud de las otras
dos mujeres, que parece que tratan de animarla mientras le
comentan los beneficios de ese alimento.

La enferma está acostada seguramente en su propia cama, es


mucho más ancha de las camas que se representan normalmente,
tiene una colcha de color rojo lo cual es también significativo ya que
ese color se considera vital y cargado de energía y sugiere la lucha
entre la vida y la muerte. La cama está adornada con una especie de
repisa situada en el cabecero, decorado con casetones y arcos y que
se utilizaba para depositar objetos, como por ejemplo la jarra que
figura en la imagen y que es difícil aventurar su contenido, aunque
se supone que sería algo que la enferma necesitase con frecuencia,
por ejemplo aguamiel, vino, o simplemente agua para la higiene.

Las mujeres que atienden a la enferma no llevan tocado en el


pelo, lo que si tiene la enferma, llevan diferente peinado lo cual
podría indicar diferencias en la edad siendo la más joven la que
lleva el pelo suelto, además, está situada más próxima a la pared de
color verde que junto con el color rojizo de su vestimenta podría
aludir de forma simbólica a la “audacia de la juventud”; y lo que es

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 290


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

más significativo, tienen unos vestidos de diferente color y ambos


escotados lo cual es indicador de una determinada posición social; el
colorido que se representa es rojo oscuro y azul; el azul es de entre
todos los colores el símbolo por excelencia de todo lo espiritual,
significa constancia, ciencia, es el color destinado a neutralizar el
mal de ojo (causa de algunas enfermedades)45 y además se le
considera el símbolo de la verdad y de la eternidad de Dios. El
vestido de la mujer situada en el fondo de la imagen, es entre rojizo
y marrón, dos colores con un amplio simbolismo; el marrón está
relacionado de forma positiva con la “madre Tierra” una excepción
femenina muy profunda y ancestral, mientras que el color rojizo se
considera vital y sugiere la lucha entre la vida y la muerte.

La escena se desenvuelve en un dormitorio bastante


espectacular, amplio y decorado en verde, un color en la simbología

45
La medicina medieval, y los textos médicos así lo recogen, está llena de alusiones a
cuestiones relacionadas con la fantasía e incluso con la magia, tanto en relación con la causa de
las enfermedades como con su tratamiento. Solamente a modo de ejemplo voy a citar el caso de
los enfermos del baile de San Vito, conocidos también por otros nombres: de San Juan,
tarantistas, enfermos de la danza sagrada, o incluso la enfermedad fue conocida como la
plaga de la danza. Como consecuencia de los efectos de la peste de 1348, la población europea
quedó tan dañada y tan susceptible, que según parece ante el riesgo de una nueva epidemia
podían producirse reacciones colectivas anormales, las cuales encontraron no solo justificación
entre la clase médica sino que fueron descritas y analizadas y se les buscaron los santos
correspondientes para que intercediesen por los enfermos y éstos tuviesen a quién acudir y rezar
en el caso de enfermar de ese mal, (San Vito fue el santo elegido). Así, en el año 1374 se
desencadenó en la ciudad de Aquisgrán, desde donde se extendió a Lieja y Maastricht, una
“epidemia de baile” que consistía en que las gentes medio desnudas y en grupos bailaban y
cantaban por las calles. A pesar de que la enfermedad como tal existe y hoy se conoce
perfectamente que se trata del mal conocido como COREA (en griego danza), que consiste
precisamente en una serie de movimientos exagerados e incontrolados de los músculos de todo
el cuerpo, pero principalmente de las extremidades y cara, y aunque existen diversos tipos, el
llamado corea común está relacionado directamente con el reumatismo y al tener un elevado
componente infeccioso hace bastante probable que un número importante de personas
padeciesen esta enfermedad en la Edad Media, por lo tanto lo llamativo no es su aparición en
épocas de desgracia, sino la interpretación y justificación que le dieron los médicos y los
“adornos” mágicos y religiosos que acompañaron al mal hasta bien entrado el siglo XVII.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 291


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

cristiana que representa la esperanza y es visto como mediador; el


techo y paredes presentan dibujos lineales en negro, lo cual es
indicador social de la riqueza de la casa; parece que tiene una
ventana por donde entra la luz, lo cual desde el simbolismo es
indicador de “dejar entrar la luz sobrenatural” lo que tendría sentido
si tenemos en cuenta que en esa época las enfermedades del cuerpo
eran el espejo de las enfermedades del alma y por ello solo se
curaban por la gracia de Dios; el dormitorio pertenece a un edificio
de varios pisos con un recio balcón en la fachada y que denota la
importancia social de las personas que lo habitan.
Para dotar a la imagen de profundidad, se ha situado la casa
sobre un terreno que presenta una especie de hendiduras en la parte
frontal que crean la ilusión de elevar el terreno46 y distanciar las
imágenes del observador lo cual hace que nos situemos fuera de la
casa y solamente seamos simples espectadores de la escena que se
representa, es decir, es una imagen que tiene lugar en el ámbito de
lo privado, el lugar de dominio de las mujeres, independientemente
de la clase social a la que perteneciesen. En definitiva, lo que se está
transmitiendo en esta obra de arte, no solamente es el conocimiento
estricto de lo que hay que hacer desde el punto de vista médico ante
una determinada dolencia, sino quién tiene que hacer y cómo debe
de ser hecho. En esta obra se pone de manifiesto que deben de ser
las mujeres, y en sus casas las que atiendan a sus enfermas.

46
Más de un siglo antes y con la misma finalidad, el pintor Giotto empleó una técnica
semejante en los frescos de San Francisco de Asís.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 292


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 43

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 293


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

La obra señalada con el nº CXCII, (Lámina 44) lleva por


título “VÓMITO” y en la parte inferior se especifica: naturaleza:
expulsión de humores junto con comida; el mejor: el fácil para los
que tienen el pecho grande; beneficio: para el estómago y las
extremidades inferiores; perjuicio: para el cerebro y el pecho
estrecho; remedio del perjuicio: tapando los ojos con un medio
adecuado.

Tres personas son las protagonistas de la escena, pero en este


caso son dos mujeres y un hombre. A simple vista se aprecia que el
hombre es el que está enfermo mientras una mujer, la más joven, le
sujeta la cabeza y le ayuda mientras vomita y la otra mujer, más
mayor, parece que está dando instrucciones acerca de algo concreto,
posiblemente relacionado con la ayuda que la otra mujer presta; no
es raro si tenemos en cuenta que el aprendizaje lo realizaban las
mujeres a través de lo que sus madres y abuelas les enseñaban.

El que sea un hombre el enfermo y unas mujeres las


cuidadoras, es uno de los motivos que me ha llevado a seleccionar
esta miniatura ya que esta representación va en contra de lo que
normalmente se acepta para la época medieval y es que las mujeres
debían cuidar a las mujeres y los hombres a los hombres, al menos
en ese planteamiento insistía la Iglesia; evidentemente esas
exigencias serían así para los establecimientos públicos, pero en las
casas particulares serían las mujeres las que cuidarían tanto a
mujeres como a hombres y en la imagen anterior hemos visto
representada a una mujer que es cuidada por otras mujeres mientras
está encamada en su propia casa.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 294


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Al igual que en la escena anterior son tres personas las


protagonistas de la imagen y es que en la simbología el tres es el
número perfecto, todas las cosas buenas son tres (padre, madre,
hijo) y tres incluso, son las misiones de los héroes en los cuentos, lo
que trasladado a esta escena supondría que a las mujeres se las está
concediendo el protagonismo en el cuidado de los enfermos.

La vestimenta de los protagonistas presenta diferencias con la


imagen anterior. El colorido de los vestidos es diferente, siendo el
verde el que tiene la mujer que está ayudando al enfermo y que
como en el caso anterior tendría relación con el “reverdecer” de la
esperanza y para infundir tranquilidad al enfermo; la mujer más
mayor tiene un vestido de un color más indefinido, entre marrón y
morado lo que hace difícil identificarlo desde el punto de vista de la
simbología, pero hay que tener en cuenta que desde este
planteamiento, la mezcla de los colores básicos se considera en la
simbología que unen a partes iguales la sabiduría y el amor. Hay
que destacar cómo las dos mujeres llevan la cabeza cubierta; la más
mayor con un tocado semejante al de la mujer encamada de la
pintura LXXXII, pero la más joven lleva una especie de tocado que
tapa su cabello, que como el de las mujeres anteriores se aprecia que
es rubio; parece que es el tocado de la cabeza lo que cubre
totalmente su escote ofreciendo una imagen “más pudorosa”; en
cualquier caso parece que lleva alguna prenda blanca por debajo del
vestido y que le asoma por la manga y ello puede atribuirse a varias
cosas: una estación del año más fría, encontrarse en un habitáculo
más frío o también la pertenencia a diferente estatus social.

En cuanto a la vestimenta del hombre, lleva una túnica hasta


medio muslo, unas medias de color rojo y unos zapatos negros
bajos, sin tacón; todo ello podría considerarse que corresponde a
una vestimenta de un habitante de la ciudad; lleva el pelo cubierto

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 295


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

con un turbante y usa barba, un signo de virilidad indiscutible.


Tanto las vestimentas del hombre como las de las mujeres están
representadas con pliegues rectos realizados mediante un marcado
contraste de negros y blancos sobre el color del tejido, una técnica
utilizada por los artistas, a falta de relieve, para dar vitalidad a la
representación.

En el calzado se aprecian diferencias entre los personajes de


ambas escenas, pero a parte de permitir identificar la época y la
moda vigente, no suponía diferencia de estatus social, al contrario
que los ropajes que eran un indicador claro de la clase social.

La escena se representa en una sala de características


completamente distintas de la anterior; carece de mobiliario, tiene
dos ventanas que semejan celdas situadas en la parte superior de la
pared frontal y lo que es más llamativo, tiene un techo abovedado.

En primer lugar, llama la atención que en esta pintura no está


ocupado todo el espacio enmarcado, lo que podría indicar que se
trata de un habitáculo destinado a usos muy especiales y que la vida
no se desarrollaba en esa habitación, aunque desde luego no resulta
fácil identificar su uso. La falta de decoración de las paredes, sin
dibujos, pone de relieve que podría tratarse de un recinto de
características diferentes al anterior, en este caso más humilde. El
colorido predominante, tanto del suelo como de las paredes e
incluso de las puertas, está basado en el rojo, un color que como ya
comenté se considera cargado de energía y sugiere la lucha entre la
vida y la muerte, el color de la sangre y de los mártires para la
simbología cristiana.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 296


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Pero lo más llamativo es la forma abovedada del techo que sin


duda trata de identificar la escena en un edificio especial; las
viviendas no se construían con techos de estas características, ni
siquiera en las viviendas más ricas como se aprecia en la imagen
anterior; luego si no es una vivienda, en mi opinión solo podrían ser
dos tipos de edificios: unos baños públicos, que sí tenían
habitaciones con los techos abovedados, y que al menos en algunos
casos eran regentados por mujeres47, lo que justificaría su presencia
en la escena y que estuviesen ayudando a un hombre; si es así y la
escena se representa en unos baños públicos, se trataría de uno de
los cuartos que componían los baños, generalmente cuatro
habitáculos, y que como puede apreciarse en la pintura, no hay duda
de que existen distintas habitaciones en la casa que se representa.
Como las imágenes sitúan la escena en la transición del siglo XIV al
XV, los baños públicos están funcionando en las ciudades y como es
sabido a los baños acudían también personas, que según las
prescripciones de la dietética, debían de realizar prácticas higiénicas
para mantener su salud.

La segunda opción es que se tratase de un hospital, es decir,


un edificio público en el que lógicamente había enfermos y no es de
extrañar que hubiese personas que vomitasen; sin embargo, si la
opción fuese ésta, cabría preguntarse el tipo de habitación que se
representa con qué sala se correspondería y lo que es más llamativo,
el que unas mujeres estén atendiendo a un hombre. Si tenemos
presente que la escena está integrada en una obra de divulgación
médica, y como han demostrado los que han estudiado en
profundidad esta obra comparándola con las que existen de

47
Es el caso de los baños públicos de Valladolid en los que a lo largo de dos siglos hay
constancia de que pertenecían a mujeres; así, en 1333 fecha en la que son adquiridos por el
Cabildo, se los compran a María Días (ACV. Legajo III nº 40), en 1449 el Cabildo se los
arrienda a Catalina Ferrandes (ACV. 3/403) y en 1537 se los alquila a Catalina Alonso (AHPV,
Protocolos, Leg. 3 fº 527r 529v)

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 297


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

semejantes características en París y Viena (Unterkircher,1967;


Salmi, 1970; Pirani, 1970), la idea sería la de poner al alcance de
determinadas personas los conocimientos adecuados para abordar la
solución de algunas situaciones de salud concretas así como los
remedios y las actitudes a seguir, lo que se pretendería con las
imágenes sería favorecer el entendimiento del texto y ejemplificar
con quién debía de abordar esas acciones y quién estaba
realizándolas. Desde luego la idea de que las mujeres atendían a los
hombres en los ámbitos públicos, rompe la idea que existe de que
eso era posible solo en la familia y en lo privado.

A mi entender, la escena se desarrolla en un edificio público,


no solo porque el techo de la habitación sea abovedado, sino que se
da otra circunstancia que parece incidir en esa idea. A diferencia de
la otra imagen de esta obra médica analizada previamente, no
existen en esta las hendiduras que en la parte inferior y en primer
plano de la otra pintura intentaban dar profundidad a la imagen a la
vez que dotaban a la escena de un cierto distanciamiento e
intimidad; en este caso, la forma de presentar la escena nos
introduce en ella y nos hace partícipes de lo que en ella sucede; es
decir, no se está preservando la escena de la mirada de nadie, no es
una escena privada, sino que parece que está teniendo lugar en el
ámbito de “lo público”, un espacio a priori destinado a los hombres,
salvo que se tratase en si mismo de un edificio público compartido
por hombres y mujeres como es el caso de los señalados: un hospital
o unos baños públicos.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 298


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 44

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 299


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

DE LA MUY ACTIVA VIDA DE LAS MONJAS DEL


HÔTEL DIEU DE PARÍS. (Lámina 45).
Se trata de una conocida miniatura correspondiente a la obra
De la muy activa vida de las monjas del Hôtel Dieu de París. (siglo
XV), que se conserva en el Musée de l’Assistence Publique de
París. Realizada en acuarela o pintura aguada sobre pergamino,
correspondiente a un códice o manuscrito francés; se acompaña una
numeración romana en cada extremo, que se corresponde con la
paginación del mismo, en este caso la página cuarenta y siete (47).

Lo aquí representado queda enmarcado en un arco campanel


decorado en su borde inferior interno por un fino angrelado y en su
exterior rematado por una cruz. Rodea a todo el dibujo un borde
dorado típico de la iluminación de este tipo de libros. En el interior
aparece representado un habitáculo que parece ser alargado, como si
se tratase de una sala corrida, con vanos cerrados por rejas o
celosías al modo de monasterios y conventos. Las celosías permitían
que no se viese desde el exterior y además preservaban algo del frío,
(recordemos que en esa época los edificios no tenían cristales). Las
ventanas también tenían un significado simbólico ya que eran
consideradas aberturas para dejar entrar “la luz” sobrenatural;
cuando la luz entraba desde arriba, como parece suceder en este
caso, corresponde al espíritu de Dios. La ventana en sí misma se
consideraba símbolo de María, no luce por sí misma, sino mediante
la luz divina. Las ventanas representadas son cinco, número que
simboliza un importante principio de orden; el número cinco
también representa los cinco sentidos del ser humano.

Tres líneas de horizonte dividen el dibujo en tres tipos de


personajes, cada uno con su función: el enfermo/a, la que asiste, la
que aprende.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 300


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

• El enfermo/a:

Se representa a varias personas en una misma cama48, con un


aprovechamiento intenso del espacio, como lo demuestra que las
camas estén extremadamente juntas. El artista también intenta
aprovechar el espacio representando el último de estos lechos por la
derecha montado sobre el anterior49 ; todas las figuras encamadas
tienen la cabeza cubierta, pudiendo barajarse distintas hipótesis
respecto a este hecho:

1. podría considerarse habitual que las mujeres, todas, se


cubriesen siempre la cabeza para meterse en la cama
2. podría tratarse de monjas

3. debido a la abundancia de piojos que parece que había en


esa época, el tener la cabeza cubierta podría ser una norma
hospitalaria para evitar la propagación de esos insectos.
Estos personajes, los enfermos y enfermas, aparecen
encamados y representados en color ocre amarillo, respecto al
blanco de las otras figuras50; el artista con esta manifestación, puede
que pretenda representar la teoría Hipocrático-Galénica de los

48
Acostarse varias personas en una cama ha sido una costumbre habitual durante gran parte de
la historia y concretamente en la Edad Media debía de ser lo normal; esto permitía un mejor
aprovechamiento del espacio y permitía combatir el frío; hay que tener en cuenta además, que
la ropa de cama, por las características del tejido y su precio, no debía ser un producto asequible
a gran parte de la población, por eso seguramente en los hospitales se seguía manteniendo esa
costumbre de acostarse tres en el mismo lecho, ya que permitía economizar en ese artículo, que
generalmente era donado por los benefactores del centro.
49
Este detalle también puede corresponder a una mala representación espacial por parte del
artista que posiblemente desconocía aún la técnica de la perspectiva lineal, que desde luego en
el renacimiento ya es utilizada.
50
La mezcla de todos los colores nos da el blanco, pero si uno sobresales en defecto o exceso,
la mezcla ya no es pura.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 301


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

humores: “si éstos no están en equilibrio, la salud se rompe y


aparece la enfermedad”.
El tono blanco con que están representadas dos de las
enfermas y dado que a los colores se les atribuye una influencia
directa sobre la psique, podría simbolizar:

1. el que estas dos mujeres padeciesen enfermedades


psicosomáticas (valoradas generalmente en el medievo
como enfermedades morales)

2. dado que, el color blanco también tiene simbológicamente


aspectos negativos a causa de “la palidez de la muerte”,
podría interpretarse como que a estas dos enfermas se las
consideraba más graves y por tanto más cercanas a la
muerte que a las restantes.
Son personajes representados con cierta expresividad en sus
facciones, respecto a lo inexpresivo de los otros; aparecen con
actitudes de reflexión, de espera, de atención, de confianza, de
búsqueda de contacto, incluso encerradas en sí mismas como ocurre
en el tercer lecho, pero siempre como en actitud de comunicarse.
El número de enfermas representadas en la obra son siete,
número considerado sagrado en muchas culturas: en la Biblia se
hace referencia en varias ocasiones al número siete, tanto en el
Antiguo Testamento como en el Apocalipsis de San Juan. En la
Europa medieval se observan series de siete: siete dones del Espíritu
Santo, siete artes, siete ciencias, siete sacramentos, siete peticiones
en el Padre Nuestro...; en este caso podría simbolizar la relación con
la enfermedad como medio para alcanzar la “Vida Eterna”.
En relación con los cobertores de las camas, también pueden
ser analizados desde el punto de vista simbólico. Ningún cobertor
está representado en un único color, sino que todos son mezcla de
varios. Así, las camas de los extremos son más azuladas, lo que

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 302


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

podría indicar un efecto de expresión moderada en relación con la


vida afectiva (las enfermas demandan afecto y comprensión); el
cobertor blanco y negro incidiría en la situación de gravedad de esa
enferma y su proximidad a la muerte; el rojo anaranjado con que se
representa el del tercer lecho, podría indicar la capacidad de recibir
afecto por parte de las enfermas.

• La que asiste, la que cuida:


Personajes que corresponden a una orden religiosa. Figuras
femeninas con toca negra y hábito azul51 nos permite barajar
distintas hipótesis ya que es considerado de entre todos los colores
el símbolo de todo lo espiritual y siempre ha estado relacionado con
las divinidades y con lo celestial. Es el color del cielo; en el antiguo
Egipto, Amón era el dios del cielo; Zeus y Yahvé ponen sus pies
sobre azul; Vishnú y Krihsna se representan en azul; el manto de
Odín es azul, igual que el de la Virgen María a la que poéticamente
se llama “lirio azul”. En el cristianismo tanto la Virgen como Jesús,
son representados en ocasiones en color azul y concretamente
cuando Jesús enseña a sus discípulos lleva vestiduras azules, lo que
podría explicar por qué las monjas, que suponemos están
enseñando, van vestidas de ese color.
El azul es símbolo de la verdad y de la eternidad de Dios,
porque lo que es verdadero es eterno, y lo que las monjas podrían
estar enseñando está directamente relacionado con “la Verdad”,
porque es el signo de la inmortalidad humana; de hecho, también los
amuletos utilizados para prevenir el mal de ojo (el órgano de la
visión, el sentido por el que primero se detecta la verdad), son de
color azul.

51
Considerado el color más profundo y menos material, el medio de la verdad, la transparencia
del futuro vacío; está en el aire, el agua, el cristal y el diamante, por eso es azul el firmamento.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 303


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Están representadas a modo de alegorías portando cada una


un atributo (objeto que hace referencia a lo que representan). El
artista las acompaña con la transcripción correspondiente en francés
medieval:

*Prudence: Prudencia (del latín Prudentia), prevenir y evitar


los peligros, la que hace conocer y practicar aquello que es
conveniente en la conducta de la vida. Objeto que porta: una
columna de madera o travesaño.
En la antigüedad se la representaba con dos rostros, indicando
su conocimiento simultáneo del pasado y del futuro. Su atributo más
constante es una serpiente, debido a la advertencia evangélica “sed
prudentes como serpientes” (Mateo 10,16). La acompaña a veces un
cofrecillo y saco de monedas. También se nos describe como una
matrona venerable con una serpiente enroscada en su brazo derecho
y una calavera en la mano izquierda (así representaban los griegos a
Higeia, la diosa de la salud).
Sin embargo, el objeto que porta en este caso, no se recoge en
otras fuentes y parece que se le está intentando dar un significado
relacionado con la imagen, el término y el espacio, como si fuese
una especie de bastón de apoyo para pisar con prudencia o para no
tropezar aquellas personas invidentes, que además se acompañaban
de un lazarillo; podría tener otras posibles interpretaciones:
1. Prudencia ante el contagio,

2. Dado el contexto hospitalario en que parece desarrollarse


la escena, la altura de las camas y la proximidad entre
ellas, utilizado para estirar las sábanas y cobertores,
3. También ha sido durante años el atributo de quién enseña.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 304


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

*Adrempence: templanza, que origina la palabra medieval


Atrempance (del latín Temperantia). Objeto que porta: tortuga y
bocado de caballo (freno).
Suele representarse como una mujer con tortuga, a veces en la
cabeza, que sostiene un freno y un talego de monedas; también
aparece descrita en algunas fuentes como una mujer templando un
hierro al rojo, introduciéndole en un recipiente de agua mediante
unas tenazas. Otros atributos que suele portar son: la cítara, el velo,
la copa y el elefante. Es el decimocuarto arcano del tarot y significa
regeneración y purificación. Los enfermos/as quieren y deben
purificar su alma y su cuerpo y la cuidadora debe ayudarles a ello.

*Forse: fortaleza (del latín forse), adjetivo: fuerte (no


proviene del sustantivo vis que significaría vigor). Vencer el temor y
huir de la temeridad. Objeto que porta: torre.

Esta iconografía se heredó de una divinidad antigua honrada


bajo el mismo nombre; se trata de una mujer armada por lo que se
asemeja a Atenea (griega) o Minerva (romana), o a una amazona a
veces abrazada a una columna o próxima a ella, aludiendo a los
aspectos de solidez y firmeza o blandiendo una rama de encina.
Posteriormente, por su semejanza con la palabra el objeto se
representó en forma de torre, haciendo referencia a la torre de una
fortaleza.

*Justico: Justicia (del latín justitia). Objeto que porta: la


balanza. Su objeto más frecuente y desde antiguo ha sido la balanza,
que indica objetividad; a veces complementada por la espada,
alusiva a la fuerza material para imponer sus decisiones.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 305


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Como puede deducirse, estos cuatro personajes alegóricos,


hacen referencia a las cuatro Virtudes Cardinales. Las Virtudes son
espíritus celestiales caracterizados por su fuerza viril para llevar a
cabo las operaciones divinas que forman el Quinto Coro de Ángeles.
Son atribuidas a Séneca, pero tanto la Prudencia, como Fortaleza y
Templanza, son formuladas por Platón en su obra la República.
Entendiendo la Virtud como la capacidad de una persona para
producir cualquier efecto, generalmente beneficioso (Virtud: hábito
o disposición del alma para obras de conformidad con la ley moral),
el que el artista las plasme en este contexto, puede atribuirse a la
eficacia para curar enfermedades o defectos fisiológicos.
Las mujeres representadas son cuatro (número que tiene
cualidades arquetípicas ya que no se limita a duplicar el sistema
dual, sino que lo hace par; el cuatro forma “el retículo de nuestro
entendimiento”) damas llenas de virtudes: bondad, caridad,
humildad, templanza, sobriedad..., etcétera, además, cualidades
deseables e incluso consideradas imprescindibles para cuidar a los
enfermos, de aquí que no solo las posean sino que las enseñen a las
futuras cuidadoras.

• Las que aprenden:

Cuatro grupos acompañan a las alegorías. En el segundo, la


Virtud le hace partícipe al donar su atributo, la tortuga, y en el
tercer grupo una de ellas está presta a ofrecer cuidados con un vaso
y un paño. Presentan todas diferentes actitudes, como sucedía en las
enfermas, de diálogo, de ayuda, de oración.

Todas están representadas en blanco, símbolo de la inocencia


que aún no ha recibido ninguna influencia. Las vestiduras blancas, o

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 306


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

sin color52 que llevan, representan el valor simbólico de la pureza y


la verdad53
La composición pictórica de estas figuras que están en actitud
de aprender, es también significativa ya que componen esquemas a
base de tres y dos personas. El dos y el tres son considerados
también números sagrados: el Dios creador, el “uno primario” se
enajena y revela entregándose a la dualidad; de la tesis y antítesis
surge la síntesis de la triada y toda triada es perfecta, todas las cosas
buenas son tres54.

El número total de las “alumnas” representadas es de diez.


También tiene connotaciones simbólicas ya que el diez es el
número de la plenitud y de la perfección (diez son los
mandamientos de Dios), que sin duda es lo que tienen que alcanzar
en su trabajo de cuidar enfermos las personas que están
aprendiendo.
Por último, se puede extraer un significado intrínseco tras
observar la obra: podemos fijarnos en cómo las Virtudes comunican
dos planos entre si, el superior, el del que está enfermo, el de las
enfermas y el inferior, el del que aprende, el de las que cuidan. Es
como si las enfermas deseasen comunicarse con las que las cuidan,
las piden su atención y éstas las ponen en contacto con un tercer
nivel, que a su vez también desea comunicarse.
La comunicación se plasma mediante los gestos de la cara y
también mediante las manos levantadas; el tocar con la mano es

52
El blanco, todavía ningún color, puede ser también la unión completa de todos los colores del
espectro de la luz.
53
Las vestiduras blancas son vestiduras sacerdotales. Los cristianos recién bautizados van de
blanco y también se representan blancas las almas de los perdonados en el juicio final.
54
En el arte occidental, los esquemas a base de composiciones de triángulos que hacen
referencia a la Triada divina, se utilizaban con frecuencia, tanto en arquitectura como en
pintura, especialmente cuando se querían referir a esquemas trinitarios.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 307


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

considerada una expresión de magia, de contacto55. Las manos nos


alimentan, nos visten y nos consuelan, (en todas las actividades
humanas intervienen las manos y a las manos del rey y de algunos
santos y santas se les atribuía la virtud de curar enfermos),
actividades todas ellas que están directamente relacionadas con el
cuidado y la atención a los enfermos.

Obviamente no se puede desligar esta obra del momento en


que se realiza y por lo tanto de la marcada temática religiosa que
impregna la vida medieval y ello induce a preguntarse: ¿a quién se
le pide tener prudencia, fortaleza, templanza y justicia, a las
enfermas o a las que van a cuidarlas?, ¿a las enfermas con su propia
enfermedad o como preparación para el más allá?, o, ¿se trata de
una advertencia: “si somos virtuosos no enfermaremos...”?

Todas las alegorías aparecen levantando un brazo y asiendo a


alguna de las enfermas, se podría pensar que son actitudes a tener en
cuenta a la hora de enfermar: “tengo que tener fortaleza frente al
futuro que me espera”. Sin embargo para la figura que cuida o
aprende a cuidar, son actitudes a tomar en consideración en el
ejercicio de su trabajo (y más teniendo en cuenta que el tipo de
cuidados que básicamente eran prestados en la época se limitaban a
lo que hoy llamaríamos cuidados paliativos), se necesita ser
prudente en la comunicación y actuación, tener y dar fortaleza ante
su fin irremediable, ser justos ante su situación y tener templanza en
el trato.

55
En iconografía cristiana se denomina a Cristo como “la mano diestra de Dios”, por eso, lo
derecho, posee también de forma predominante un significado positivo

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 308


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 45

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 309


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

RECEPCIÓN DE PACIENTES EN EL HÔTEL DIEU.


(Lámina 46)

Es una imagen del Libro de la Muy Activa Vida de las


Monjas del Hôtel Dieu de París, realizada en el siglo XV y que se
encuentra en el Musée de l’Assistance Publique de París.
Se representa a las monjas del hospital parisino, a todas
luces situado en las orillas de un río, sin duda el Sena, ocupando el
hospital el centro de la escena en la que las monjas se afanan en
recoger a los enfermos y enfermas que acuden a él; el acceso al
hospital se realiza mediante barcas y bien en camilla o andando, los
enfermos son recibidos por las monjas.
El hospital es de dos plantas y a la derecha de la imagen
puede apreciarse cómo unas mujeres, probablemente las novicias, se
encargan de la limpieza de las ropas.
Un detalle que merece ser destacado es que mientras por la
puerta de la izquierda entra en el hospital una mujer enferma, por la
puerta de la derecha estan trasladando a un enfermo varon al interior
del hospital y también es una monja la que le recibe para atenderle.
Es otra manifestación de cómo las mujeres también se encargaban
de asistir a los varones en los establecimientos públicos.
Las monjas de la izquierda de la imagen, llevan sobre su
cabeza el nombre que las identifica y las relaciona con las virtudes
que representan.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 310


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 46

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 311


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

SALA DEL HÔTEL DIEU DE PARÍS. (Lámina 47)

Es un grabado en madera realizado hacia el año 1500 y que


se encuentra en Bibliothèque Natinale de París.

Se representan distintas salas del hospital con la iglesia en el


centro presidida por un gran crucifijo y en la que aparece arrodillado
y en actitud de rezar el rey fundador del hospital. Dos monjas con
dos enfermas también parecen estar en la iglesia y están siendo
atendidas por las cuidadoras.

A ambos lados de la capilla se encuentran las salas de


hospitalización donde las enfermas encamadas son atendidas por las
religiosas; en la sala de la derecha se representa a una enferma en la
primera cama y dos juntas en la más alejada y tres monjas se
encargan de darles la comida mientras otra lleva una jarra con la
bebida.
En la sala de la izquierda hay dos enfermas en una misma
cama y mientras una monja atiende a una enferma, un médico mira
la orina y se dispone a dar su opinión que la enferma espera
anhelante.

A la izquierda y en primer término, aparecen dos monjas


cosiendo unas mortajas lo que pone de manifiesto que no solo
asistían a los moribundos sino que también después de la muerte se
encargaban de amortajarlos y preparar los cadáveres para ser
enterrados.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 312


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 47

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 313


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ASISTENCIA A UN MORIBUNDO. (Lámina 48)

Es una representación de la muerte realizada en el siglo XV y


perteneciente al Libro de Heures de Catherine de Cleves. (Pierpont
Morgan Library. New York).

La escena tiene lugar en el dormitorio de una vivienda


privada en la que se representa al moribundo en su cama siendo
atendido por diversas personas: un religioso y una religiosa que
situados en primer término leen y rezan, seguramente por el alma
del enfermo; la mesa que separa a ambos tiene encima los
recipientes y utensilios necesarios para los últimos sacramentos.

Junto al enfermo y en actitud de asistir están dos mujeres,


parece que una religiosa y una laica que asisten directamente al
enfermo; la religiosa le toca con sus manos, parece que dándole
ánimos y la seglar se dispone a darle la vara que se supone tiene la
virtud de poder curarle. Dos personajes varones, podría tratarse de
los hijos del moribundo, se encuentran presentes en la escena y un
médico examina la orina para emitir su conclusión.

La cara y la actitud del enfermo denotan su situación de


extrema gravedad y en la escena se pone de relieve que aunque el
enfermo está rodeado de diversas personas, las dos mujeres que
están próximas a él son las que le están cuidando.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 314


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 48

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 315


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

TRATAMIENTO DE UN ENFERMO INDIGENTE.


(Láminas 49 y 49a)
Ilustración de un manuscrito del siglo XIII56 que se encuentra
en la Bibliothèque Nationale de París.

Se representa a dos enfermos en trance de muerte; es una


imagen historiada en la que en la parte inferior se ve a un enfermo
que acaba de morir y su alma está siendo recogida por un diablo
mientras el enfermo le mira asustado y las mujeres que le rodean en
ese trance rezan y se encuentran afligidas ante la situación. Parece
que la mujer que se encuentra a la derecha en primer término, está
embarazada y posiblemente la que se encuentra detrás de la cama
del moribundo pudiera ser una religiosa.

En la escena superior se ve al que parece el mismo enfermo


pero en una representación bien distinta ya que en este caso la
muerte parece que ha sucedido cuando el enfermo había cumplido
con los requisitos religiosos y su alma es por ello recogida por los
ángeles y llevada hacia el cielo donde está Dios esperándola. La
placidez del enfermo pone de manifiesto la diferencia en que se
afronta la muerte en un caso y en otro.

Como puede apreciarse se trata de unas imágenes con un


claro mensaje religioso y que intentan moralizar acerca de la
enfermedad y la muerte.

56
Ms. En latín 8846. Fº 106. Tomado de Lyons Petrucelli.- Historia de la Medicina. Barcelona
1984 (p. 426-427 )

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 316


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 49

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 317


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 49a (Detalle)

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 318


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

SAN LUIS ALIMENTANDO A LOS ENFERMOS.


(Lámina 50)

Es una ilustración sobre pergamino realizada por Jean Pucelle


en 1325-28, del Libro de Horas de Jeanne D’Evreux y que
perteneciente a la colección Cloisters, 1954, se encuentra en el
Metropolitan Museum of Art.
Se representa a San Luis en primer término, arrodillado y con
corona, que sujeta con su mano derecha un plato mientras con la
izquierda da de comer con una cuchara a un enfermo
El enfermo está medio sentado en una cama, desnudo y puede
apreciarse su delgadez extrema; en otra cama a la izquierda de la
imagen otro enfermo con turbante y barba y también desnudo,
espera para ser alimentado por el rey.

Dos personas están situadas a las espaldas del rey y mientras


una sujeta en sus manos un recipiente con comida, la otra la
contempla dispuesta a ayudar, posiblemente limpiando a los
enfermos después de haber comido ya que parece llevar una especie
de toalla situada sobre su hombro. Probablemente se trate de
mujeres, parecen jóvenes (no llevan tocado en la cabeza) y el tipo de
vestido, algo escotado, parece que sería más del estilo de los que
usaban las mujeres.
La escena parece que se representa en un hospital, lo cual
viene determinado por que en la escena se represente más de un
enfermo, y en ese caso el rey habría acudido al hospital a cumplir
con varias de las obras de Misericordia.

Es una obra ejemplarizante que intenta recordar a los que la


lean la importancia de asistir a los enfermos y el ejemplo que el
propio rey santo da con su actuación.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 319


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 50

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 320


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

LA SEXTA OBRA DE MISERICORDIA. (Lámina 51)

Se trata de una obra de un manuscrito alsaciano de 1450 que


se encuentra en la Academia de Medicina de la ciudad de New
York.

Aunque su nombre indica que se refiere a la sexta obra de


Misericordia, la escena que se representa no responde al contenido
de esa sexta obra, ni en el caso de las espirituales ni el de las
corporales, que literalmente dicen: en el caso de las espirituales
“sufrir con paciencia las adversidades y flaquezas de nuestros
prójimos” y cuando se refiere a las corporales “dar posada al
peregrino”.

Podría tratarse simplemente de una confusión del artista,


aunque es lógico suponer que el conocimiento de los preceptos
religiosos sería riguroso en la época en que se realizó la obra, por
ello podría tratarse de aunar ambas y representarlas en una escena
considerada habitual por el artista y reconocible para los que
observasen la escena.

En cualquier caso, se hace alusión a una mujer dando de


comer a un hombre que parece estar enfermo, en definitiva, una
mujer asistiendo a un enfermo.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 321


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 51

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 322


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

SANTA ISABEL LAVANDO A LOS LEPROSOS.


(Lámina 52)

Se trata del fragmento de un retablo de la parroquia de


Kosice, Eslovaquia, y que fue realizada por el maestro de la leyenda
de Santa Isabel de Kosice (1474)57
Es una obra de contenido ejemplarizante en la que la santa
aparece representada en primer plano, ocupada en la tarea de lavar a
un enfermo varón, el cual está sumergido en una tina y recibiendo
los cuidados de la santa quién es ayudada por otra mujer.
La escena está compuesta por ocho personajes, cuatro mujeres
y cuatro hombres; desde el punto de vista simbólico, el ocho, “el
octavo día de la Creación” hace referencia a la resurrección de
Jesucristo y al comienzo de la nueva era, pero a su vez es un número
que está compuesto de dos veces el número cuatro, el cual tiene en
si mismo cualidades arquetípicas, no limitándose a duplicar el
sistema dual sino “haciéndolo par”58; de las cuatro mujeres dos son
cuidadoras y las otras dos enfermas, las cuales están encamadas
reflejándose en sus rostros la expresión de cansancio y decaimiento
propios de la enfermedad; ambas están en la cama desnudas y
solamente tienen cubierta la cabeza; se supone que la enfermedad
que padecen es la lepra puesto que el título que acompaña a la
escena hace referencia explícita a esa dolencia, y eso seguramente
suponía un mayor mérito para santa Isabel y su acompañante en los
cuidados ya que los enfermos de lepra eran apartados de la sociedad
y la lepra vista como una enfermedad maldita, un castigo de Dios.

57
Imagen tomada de Heinz Goerke.- 3000 años de Historia de la Medicina...
58
C.G. Jung veía en el dogma de la “asunción corporal de María al cielo”, la expresión del
esfuerzo por redondear armónicamente la triada “de signo masculino” acogiendo el elemento
femenino en la estructura de la trinidad, para conducir a la totalidad y a la regularidad del
cuadrado. Ver: Hans Biedermann.- Diccionario de Símbolos. Barcelona 1989

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 323


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Para aprovechar el espacio, las camas en las que están las


enfermas se encuentran en diferente posición, aunque también
podría quererse indicar que están en dos habitaciones distintas y que
la escena del baño está teniendo lugar en otra estancia, estando en
ese caso separados los hombres y las mujeres. Los hombres parecen
ser todos enfermos, el representado en último lugar lleva un bastón
en la mano y el que está en primer término está quitándose la
especie de vendas con las que lleva tapadas las piernas (también
tiene el bastón apoyado en el suelo, lo que parece ser indicativo de
la enfermedad que padecían) y puede que esté descubriéndose las
piernas para a continuación ser bañado.

Los rostros de todos los personajes representados tienen un


rictus de tristeza bastante significativo y podría querer hacerse
alusión a la resignación con la que se establecía que debe ser
aceptada la enfermedad para conseguir entrar en el reino de los
cielos.

Al enfermo que está siendo bañado se le aprecian en el tórax


y los brazos las huellas de la enfermedad y parece que sobre la
banqueta que hay en primer lugar se han depositado unas pinzas que
debían de usarse para quitar las costras de las heridas.

La escena está representada en un espacio amplio,


arquitectónicamente de estilo gótico, con ventanas con celosías y un
crucifijo a la izquierda de la escena en el que a sus pies está rezando
otra mujer, representada en tamaño muy pequeño, seguramente para
indicar la lejanía de este ambiente del de la escena principal; la
amplitud de la estancia y este detalle del crucifijo, podrían indicar
que la escena estaría teniendo lugar en un hospital.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 324


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Este tema de Santa Isabel bañando a los leprosos, será


representadoen otros momentos y por otros artistas, así, al siglo
XIII corresponde la vidriera del coro de la iglesia de Santa Isabel en
Marburgo y que lleva por título “Santa Isabel de Hungría
atendiendo a un apestado” (Lámina 52a), en ella se representa a la
santa cuidando a un enfermo de otra enfermedad diferente, lo que
indicaría que la santa cuidaba a cualquier tipo de enfermos,
especialmente a aquellos que más rechazo originaban en la
sociedad. En el siglo XVII el pintor Murillo representará a Santa
Isabel de Hungría en una escena bastante parecida, pero en ella baña
a los tiñosos en vez de a los leprosos (Lámina 52b); a pesar del
tiempo que separa estas imágenes siguen representándose escenas
ejemplarizantes que incitan a la caridad para atender a los enfermos
y que buscan en las buenas obras, en las obras de misericordia, la
idea de salvación del alma de quién las practica; de hecho esta obra
de Murillo fue realizada para ser colocada en el Hospital de la
Caridad de Sevilla.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 325


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 52

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 326


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 52a

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 327


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 52b

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 328


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

LAS SIETE OBRAS DE CARIDAD. (Lámina 53)


Se trata de una pintura de un maestro anónimo que está
titulada: “Las siete obras de caridad”59, representada en la sala de
un hospital holandés y que se encuentra en el Rijsmuseum Twenthe
de Enschede, Países Bajos.

Para dar respuesta al título de la obra, están representadas


siete camas distribuidas paralelamente a las paredes de lo que con
toda probabilidad es la sala de un hospital y en ellas están
encamados siete enfermos, uno por cama, todos con la cabeza
cubierta menos uno y que tienen un recipiente a los pies de la cama,
probablemente una jarra o un orinal (parece igual que lo que lleva
en su mano la mujer que está en el centro de la escena); esta mujer
puede que no esté de visita como las otras dos personas que
simplemente parecen visitar a los enfermos, no lleva ropa de abrigo
encima del vestido y parece llevar una especie de manguitos en los
brazos que se utilizaban para sujetarse las mangas y preservarse así
su ropa y no mancharla.

La alusión a las siete obras de misericordia con que se titula la


obra, debe de referirse solamente a las siete obras corporales (las
otras siete son espirituales) y que tanto se relacionaron en la Edad
Media con la asistencia caritativa a enfermos y necesitados, de
hecho, la primera de ellas es “visitar a los enfermos” que sin duda
es lo que están haciendo dos de los personajes de la escena; muy
posiblemente el artista querría recordar a los que viesen la obra
59
Tomada de Heinz Goerke.- 3000 años de Historia de la Medicina...

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 329


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

cuales eran cada una de esas obras de misericordia y representó a


cada enfermo con una necesidad bien concreta, simulándose así que
“había que darles de comer”, “de beber”, “redimirles de su
cautiverio” o lo que es lo mismo de sus pecados, “vestirles”,
contribuir a “darles posada”, es decir, contribuir a mantener el
hospital, y “enterrarles cuando muriesen”.

Si esto es así y la pintura debía de servir para recordar a


quienes la viesen cuáles eran los preceptos religiosos relacionados
con la caridad, seria igualmente un planteamiento a considerar la
presencia de la mujer situada en el centro de la escena y que parece
su protagonista, como única cuidadora y responsable de asistir a los
enfermos que se encuentran representados.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 330


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 53

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 331


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

IMPACIENCIA. (Lámina 54)


Grabado en madera perteneciente a un Ars Moriendi holandés
de fecha aproximada de 1450 y que se encuentra en el British
Museum de Londres.

En la obra se representa a un enfermo encamado que está


bastante enfadado y le pega una patada al médico que le atiende
mientras dos mujeres se encargan de cuidarle.

La mujer que aparece en primer plano lleva en las manos un


plato con comida y un vaso mientras que por el suelo aparecen otros
vasos y recipientes que seguramente también han sido tirados por el
enfermo.

La otra mujer parece reprender al enfermo quién parece que


su enfado solamente es con el médico

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 332


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 54

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 333


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ASISTIENDO A UNA ENFERMA (Lámina 55)

Es un detalle de la sillería de la catedral de Plasencia


(Cáceres), que fue realizado a finales del siglo XV por el artista
Rodrigo Alemán.

Esta sillería fue construida para ser colocada en el coro de la


catedral vieja60 y en la actualidad se conserva en la catedral nueva.
El conjunto de las 37 sillas del coro alto y de las 25 del bajo
representan un importantísimo trabajo escultórico que está dedicado
a temas religiosos del Antiguo y Nuevo Testamento y a
representaciones satíricas provenientes de la literatura y de la
tradición oral.

La presente imagen recoge una escena en la que se representa


a una mujer encamada que está siendo atendida por otras dos
mientras un hombre se calienta las manos en la chimenea.

Es claramente una escena hogareña que hace referencia a una


casa en la que existe un hogar –un fuego o chimenea- que tiene una
gran campana y que serviría tanto para calentar la estancia como
para otros menesteres habituales como hervir agua y guisar. La
existencia de una fuente de calor de estas características hace pensar

60
La catedral de Plasencia parece que comenzó a construirse a finales del siglo XII y ha ido
sufriendo a través de los tiempos interrupciones y nuevo arranque de las obras que han
conducido a que la catedral actual sea el resultado de la yustaposición de dos catedrales: la
antigua (la comenzada a finales del siglo XII) y la nueva que comenzó a construirse a finales
del XV. Ver: Andrés Ordáx, S (director) y col.- Monumentos artísticos de Extremadura. Mérida
1995. 2ª edición. (pp. 505-512)

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 334


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

que pudiera tratarse de la cocina y en ese caso lo que se estaría


representando sería a la enferma situada en la cama precisamente en
esa estancia. El mueble que aparece a la izquierda de la escena
pudiera encontrarse en otra habitación o bien por cuestiones de
aprovechamiento del espacio –de la silla- se habría colocado
“aparentemente” fuera de la estancia, en realidad parece una especie
de “mesilla” (similar al que se representa en el nacimiento del
Bautista del Libro de Horas de Turín-Milán) en la que hay varios
espacios diferentes y en ellos se encuentran precisamente desde las
almohadas o cojines en la parte inferior hasta platos, jarra, una
especie de palmatoria y posiblemente una caja o arca de pequeño
tamaño y frecuente en las casas.

La enferma, como en todos los casos estudiados, tiene la


cabeza ligeramente levantada con la ayuda de unas almohadas y está
bien tapada con el cobertor. A cada lado de la cama hay dos mujeres
que se están encargando de cuidarla y de darle los alimentos que
posibilitarán su curación

Una de las mujeres sostiene en su mano una vara que parace


va a entregársela a la encamada, podría tratarse por ello de una
moribunda quién al recoger en sus manos dicha vara se esperaría
conseguir con ello su curación como comento en la lámina 57.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 335


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 55

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 336


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

LA VISITA DEL MÉDICO. GRABADO ESPAÑOL DEL


SIGLO XVI.61 (Lámina 56)
Se trata de una escena representada en una vivienda en la que
pueden apreciarse diversos detalles de interés.

En primer término y casi de espaldas, en actitud de


marcharse, se representa al médico con lo que parecen unos ropajes
bastante ostentosos que contrastan con los de los otros dos
personajes.

El enfermo aparece sentado en la cama y parece que acaba de


ser visto por el médico pues aún tiene sus ropas a medio quitar y
parece mirar al médico con expresión triste y preocupada.
La mujer que le atiende, que probablemente sea la “esposa”
del enfermo, lleva en sus manos un recipiente que puede que
contuviese los alimentos recomendados por el médico para mejorar
de la enfermedad y que es su mujer es no solo quién los prepara sino
también quién se los da, como se representa en la imagen.
La cama es alta y se dispone de un banco para poder acceder a
ella con una cierta facilidad; debajo de la cama y bien ordenado, se
encuentran un orinal y unas zapatillas y en la mesa que hay junto a
la cabecera de la cama hay varios objetos entre los que se encuentra
lo que parece un cuchillo.
En esta escena se pone de relieve cómo los enfermos son
cuidados por las mujeres de la casa, quienes asumen la
responsabilidad de su atención y de cumplir, como se demuestra en
este caso, las recomendaciones médicas en relación con lo que se
consideraba más importante para la recuperación de la salud que era
la alimentación.

61
Tomado de: Heinz Goerke.- 3000 años de Historia...

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 337


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 56

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 338


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ASISTENCIA HOSPITALARIA. (Lámina 57)


Es un grabado en madera realizado en el año 1500 en Francia
y que se encuentra en el Museo de Arte de Filadelfia
(Pensilvania)62.

Se representa un hospital medieval, es posible que francés, en


el que hay diversos enfermos encamados, uno en cada cama,
seguramente situadas en distintas salas del hospital.
En primer plano hay dos mujeres que probablemente sean
monjas y que están cosiendo la mortaja de un difunto. En segundo
plano aparecen dos hombres, uno sin lugar a dudas médico y
examina la orina para comprobar la evolución de la enfermedad o
establecer el diagnóstico de la misma y el otro, que podría tratarse
de un fraile, pone su mano en la frente del enfermo para observar su
estado, podría ser también un médico aunque en esta época los
frailes no solían dedicarse a la medicina como si lo hacían en la Alta
Edad Media y podría tratarse de un fraile que estaría cuidando a los
enfermos que parecen ser todos varones y además llevan una cruz
en sus ropas lo que podría indicar que se trataría de un hospital de
una orden hospitalaria o un hospital de religiosos, llamados
hospitales de “venerables”; también podría tratarse de dos médicos
las figuras que se representan en la escena hablando entre ellos o
simplemente dos caballeros de la orden de caballeros hospitalarios
que habrían acudido a visitar a los enfermos.

En cualquier caso, lo destacable es que se representa en la


escena un hospital en el que aunque los enfermos son varones hay
mujeres encargándose de actividades de cuidados, lo que se
denomina “cuidados postmorten” y hombres también seguramente
encargándose de actividades asistenciales.

62
Tomado de Heinz Goerke, 300 años de Historia...

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 339


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 57

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 340


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ESCENA DE HOSPITAL. (Lámina 58)


Se trata de una obra de Pontormo realizada en el siglo XV que
representa una escena hospitalaria, de un hospital de la ciudad de
Florencia, en la que se observa a una serie de mujeres que están
siendo asistidas por otras mujeres que se encargan de cuidarlas.
Academia, Florencia. (Scala/Art Resource, Nueva York)
Se representan distintos ambientes en los que se observa solo
una cama en la escena de la izquierda que debía de estar reservada
para personas de mayor relevancia, en este caso una santa, a la que
acompaña una mujer situada a los pies de la cama, una cama con
dosel y más alta y ornamentada que las demás; en el centro y
separando las dos estancias parece que se ha querido representar un
espacio religioso en el que hay una mujer, también una santa, que
está arrodillada e implorando a una imagen, puede que una Virgen
con un Niño, que está situada en alto. La estancia representada a la
derecha consta de tres camas individuales en las que hay una mujer
en cada una y en diferentes actitudes y posturas lo que también
podría representar distinto estado de enfermedad de las pacientes.

En primer término a la derecha se representan cuatro mujeres,


de ellas una es con seguridad una enferma, la que se encuentra
sentada y que está siendo asistida en la higiene por otra mujer, la
cuidadora, que la lava los pies mientras mira a la mujer que tira de
sus ropas; la cuarta de las mujeres está situada detrás de la enferma
y es posible que se trate de otra enferma que está esperando para ser
atendida; una jarra para llenar de agua la palangana y las zapatillas
de la enferma están colocadas en primer término.

Otras cuatro mujeres completan la escena y debe de tratarse


de cuidadoras que están en actitud de asistir a las enfermas; la figura
de pequeño tamaño que está situada en el centro y próxima a la sala
de las enfermas, puede que represente a una niña o que simplemente
esté así representada por cuestión de perspectiva de la imagen. Sea
como sea, no hay duda de que las mujeres, al menos algunas

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 341


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

seglares, están atendiendo a otras mujeres, en este caso enfermas y


necesitadas de ayuda y asistencia.

Lámina 58

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 342


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

VISITA A LOS ENFERMOS. (Lámina 59)


Se trata de una pintura al fresco de la iglesia de San Martino
de Florencia que se encuentra en el Archivi Alinari de Florencia.

En esta pintura se representa una cama, no necesariamente de


un hospital, muy bien podría tratarse de una vivienda privada, en la
que está encamada una mujer que ha sido colocada semisentada, con
unas almohadas sobre las que apoya su espalda, y que está siendo
visitada por un hombre y una mujer; el hombre sujeta un plato en
sus manos y la mujer parece acabar de limpiar la cara a la enferma
después de que ha comido.

En el centro de la imagen se representa a una mujer la cual no


parece estar de visita ya que sus ropajes parecen “de estar en casa”,
sin capa de abrigo como en el caso de los personajes anteriores y
además está recogiendo con sus manos lo que parece un ave que le
está entregando el hombre que entra en la escena por la derecha y
que lleva en su mano izquierda una botella probablemente con vino
de buena calidad (que era el que se recomendaba tomar a los
enfermos) o algún otro producto beneficioso para la enferma.
Con toda probabilidad se trata de una representación de las
obras de Misericordia, en la que se destaca el dar de comer, de beber
y visitar a los enfermos como obras caritativas mediante las cuales
se consigue ganar el cielo; en definitiva una obra ejemplarizante que
pretende conseguir que quienes la contemplen vean lo que deben
hacer para cumplir con los preceptos caritativos y acumular méritos
para entrar en el reino de Dios. Los enfermos y enfermas y su
asistencia son vistos como una actividad caritativa, no profesional,
que debe desarrollarse por indicación religiosa no con el fín de curar
su cuerpo sino para que ambos, enfermo/a y cuidadora o cuidador
alcancen la vida eterna.

Pero en cualquier caso y sea cual sea la finalidad perseguida,


los enfermos y enfermas parece que fueron asistidos, bien en sus

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 343


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

propias casas o en instituciones asistenciales, por mujeres y hombres


que ponían en ello voluntad y fe y en muchas ocasiones un saber
empírico que ayudaba a que la asistencia prestada fuese la mejor
posible.

Lámina 59

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 344


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

MUERTE DE SANTA CLARA. (Lámina 60)

Maestre de Heiligenkreuz, hacia 1410, realizado en madera


con unas dimensiones aproximadas de 66 x 54,6 cm. y que se
encuentra en la National Gallery of Art, Washington DC (colección
Samuel H. Kress, 1952)
Esta obra fue pintada por un artista desconocido y para
colocarla en un convento austriaco; el primer nombre que se la dio
fue “muerte de una monja”, pero con posterioridad y al ser
estudiada la obra y comprobar que se trataba de santa Clara empezó
a denominársela con el nombre con que se la conoce en la
actualidad: “muerte de Santa Clara”.
La técnica con que está elaborada es, en opinión de los
expertos, muy original, igual que las figuras extremadamente
alargadas que están representadas en la escena; las figuras de los
ángeles están grabadas al aguafuerte sobre un fondo dorado,
mientras que el resto está pintado en esmaltado relieve.
Santa Clara (que murió a los 60 años), está representada
moribunda en la cama y rodeada de mujeres que la asisten y la
acompañan en esos momentos de la muerte.

Es una imagen cargada de simbolismo en la que la moribunda


está acompañada por santa Catalina de Alejandría con su rueda,
santa Cecilia que sostiene en sus manos una corona de flores, santa
Bárbara que sostiene una torre, santa Dorotea con un cesto de rosas
y santa Margarita con un dragón; se ha representado acompañando a
santa Clara a otras Vírgenes que tantas veces aparecen en las obras
de arte, plasmándose así la idea de “una Virgen entre otras
Vírgenes”; hay unos ángeles que manejan recipientes de incienso,
una sustancia que supone desde el punto de vista simbólico, el
“buen olor” supraterrenal de la santidad; hay unas monjas que leen

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 345


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

libros de oración y rezan por la moribunda, mientras otra monja,


posiblemente santa Inés, hermana de santa Clara, la ayuda y le
coloca la almohada que tiene detrás de la espalda y una mujer seglar
está presente en primer plano y también le coloca las ropas de la
cama, es la única mujer vestida enteramente de color violeta lo que
simboliza tradicionalmente espiritualidad unida a la sangre del
sacrificio (en el uso litúrgico, este color se vincula a la penitencia,
expiación y conversión siendo un color con el que en muchas
ocasiones se representa la capa que lleva puesta el Redentor
indicando con ello sabiduría y amor); a los pies de ésta está
representado un cordero, animal que en la iconografía cristiana
simboliza la Resurrección y es a su vez el símbolo de los mártires,
(este detalle de tener un cordero a sus pies y de relacionarse con una
mártir, podría indicar que la persona a la que se representa fuese
santa Inés de Roma); un friso de angeles cantando coronan la escena
por la parte superior por la que se deja ver el cielo con los ángeles
que rodean a Dios Padre e Hijo.

Dos colores predominan en el entorno inmediato de la


enferma, el blanco o color de la inocencia y el negro, el color de la
muerte.

La asistencia a los enfermos y enfermas durante la muerte se


pone de relieve en esta obra sin duda también ejemplarizante y en la
que las mujeres ocupan un papel destacado.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 346


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 60

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 347


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ASISTIENDO A LOS ENFERMOS. RETABLO DE SAN


BABILÉS. Quintanilla del Olmo. (Zamora). (Láminas 61, 61a, 61b
y 61c).
Quintanilla del Olmo es un pequeño pueblo de la provincia de
Zamora que se encuentra a pocos Km de Villalpando, en el límite de
las provincias de Zamora, Valladolid y Palencia.
Tiene una iglesia parroquial del siglo XVII (Lámina 61b) y a
su entrada, en la pared de la izquierda, hay una lápida (Lámina 61c)
con una inscripción gótica del siglo XV que dice:

“Aquí yaze sepultado el que fundó y dotó el Espital


de Santa María deste lugar, qi de gratia Dei
dispossuit atque dispersit dedit pauperibus justitiam
magnam”
Las imágenes motivo de este estudio forman parte del retablo
de esta iglesia atribuido a Juan Rodríguez Solís de finales del siglo
XV. En la actualidad, recién restaurado, se encuentra en la iglesia
catedral de León.
El retablo está dedicado a San Babilés, un santo del que la
información no es muy abundante y además algo difusa63,
especialmente en su relación con esta zona de Castilla; parece que
existieron dos santos con este nombre: uno que procedente de
Antioquia llegó a España en los primeros siglos del cristianismo (s.
III-IV) y se quedó a vivir aquí aunque no está demasiado claro
dónde ni cómo; el segundo San Babilés nació en Navarra y vivió en
Villaviciosa (seguramente de Asturias) durante la reconquista (¿?)
donde se dedicó a enseñar la doctrina cristiana a los niños siendo
degollado junto con ochenta de sus seguidores; es problemático
relacionar “a priori” a cualquiera de estos santos, de época tan poco

63
Agradezco al profesor Palomares de la Universidad de Valladolid, esta información acerca
del santo.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 348


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

definida, con este pueblo zamorano y con la asistencia a los


enfermos. Sin embargo, una conversación con el párroco de
Quintanilla parece confirmar que se trata de San Babilés, el obispo
que procedente de Navarra fundó, según él, en el siglo XII un
hospital en la iglesia o anexo a ella, en este pueblo de Quintanilla
del Olmo, desde donde al parecer marcharía a Asturias64

En cualquier caso, el retablo65 está dedicado a este santo, San


Babilés; es un retablo de gran tamaño y de estructura y
características góticas, (Lámina 61) tiene un pasillo central dedicado
a la Virgen con el Niño y está franqueado a cada lado por tres
columnas de imágenes, nueve a la izquierda que narran la vida de
san Babilés y nueve a la derecha que narran la vida de san Roque;
en la base del retablo y a los lados del Sagrario, se encuentran
representados a cada lado cuatro imágenes que representan a los
apóstoles.
La escena que nos ocupa está situada en la tabla del recuadro
superior derecho más próximo al pasillo central. En ella (Lámina
61a), se representa una o posiblemente dos salas de un hospital,
seguramente se trate del hospital de Santa María que se menciona en
la inscripción, unas salas de características góticas que se
encuentran separadas entre si por la figura del santo, sin duda se
trata de san Roque ya que aparece acompañado del perro que adorna
la vida de este santo, y que parece implorar el perdón de los pecados
de los enfermos para conseguir así la curación de sus enfermedades.

64
Según el cura párroco de Quintanilla del Olmo, no existe, al menos eso cree, ningún
documento donde figure la vida del santo, pero él afirma que se trata sin duda de este santo.
65
El retablo de finales del siglo XV que es motivo de este estudio y el que en la actualidad
existe en la iglesia, un retablo de finales del siglo XVII y comienzos del XVIII, de
características neoclásicas, está presidido por una imagen del santo, San Babilés, que lleva los
atributos de obispo, luego es de suponer que realmente el anterior retablo de esta iglesia
estuviese dedicado al mismo san Babilés, el que fue obispo y vivió durante la época de la
reconquista.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 349


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Es posible que las salas del hospital representen estar situadas


en dos pisos distintos lo que vendría indicado por el distinto nivel en
que están situadas las camas las cuales son diferentes y vestidas de
distinto color lo que significaría diferente tipo de estímulos para los
enfermos que están bajo los cobertores, amor y esperanza
respectivamente.

A la cabecera de cada cama hay una repisa que contiene unos


recipientes seguramente para cubrir diferentes necesidades de los
enfermos.

El motivo de analizar estas imágenes no es descubrir cómo se


asistía a los enfermos, ni siquiera por quién eran atendidos, ya que
en este sentido lo que se desprende de la escena es la visión
caritativa de la asistencia a los enfermos, es decir, cumplir con las
obras de misericordia; sin embargo se representa en esta escena una
visión de los hospitales castellanos que es prácticamente
desconocida y que ha llevado a algunos investigadores a comentar
que no había ninguna constancia de que en los hospitales castellanos
se acostase a tres enfermos juntos en una misma cama; a menos que
se tratase de un recurso del artista para poder representar el
ambiente de hospital, no hay duda de que hay tres enfermos y/o
enfermas en cada cama; en cualquier caso yo no creo que se trate de
un recurso artístico para mejor aprovechar el espacio, se puede
observar en otras escenas del retablo cómo los recursos del artista
para ocupar el espacio no han supuesto problema y en los casos en
los que se ha representado una cama con una sola persona, la cama
se adecua al tamaño individual sin ningún problema; dotar a la
escena de mayor realismo es posiblemente lo que se pretendió al
representar de esta manera el hospital y es muy posible que, al
menos en situaciones de necesidad, en las camas de hospitales se
acostasen tres personas, igual que sucedía en otros hospitales
europeos.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 350


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Por ello, lo más curioso de esta representación es que en cada


cama se encuentran encamados tres enfermos, en mi opinión
varones los de la cama de la derecha y posiblemente mujeres las de
la cama de la izquierda (obsérvese que una de las enfermas de esta
cama parece que tiene pecho); todos, enfermos y enfermas están
desnudos, menos el situado en el medio en la cama de la derecha.
Podría estar representándose un hospital en el que había dos salas
distintas, una de hombres y otra de mujeres, lo que parece que
tampoco era tan raro como se había creído.

Las únicas noticias que he podido encontrar acerca de este


hospital (aparte de la información del Sr. cura párroco que afirma
que el hospital fue fundado en el siglo XII por san Babilés), son la
que se refieren en este trabajo, es decir, una fuente escrita: la lápida
de la puerta de la iglesia que informa acerca del nombre del hospital
(Santa María), de su ubicación y de que fue fundado por un hombre
que estaba enterrado en la iglesia primitiva (aquí yace sepultado el
que fundó...), cuestión que podría hacer suponer que su fundador no
debió de ser san Babilés ya que al parecer éste fue martirizado en
Villaviciosa y es probable que fuese enterrado allí. La otra vía de
información es una fuente iconográfica: el retablo del siglo XV en el
que se describe un hospital de época gótica y donde están presentes
otros aspectos también descritos en otros hospitales (por ejemplo la
alacena de la cabecera de la cama y los recipientes colocados en
ella). Las ropas de las camas, los contornos de madera que las
adornan y las baldosas del suelo, dan idea de un hospital con unos
ciertos “recursos” que parece no encajaría demasiado con las
dimensiones del pueblo (al menos las actuales, hoy tiene 70
vecinos), y sería un hospital que para una zona rural parecería
demasiado ostentoso; sin embargo esto no dejan de ser conjeturas a
las que me lleva el hacer una comparación con lo que algunas
fuentes refieren para los hospitales de otras zonas rurales. De lo que
parece que no debemos dudar es de la existencia de un hospital y de
que en él eran atendidos enfermos y enfermas.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 351


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 61

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 352


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 61a

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 353


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 61b

Lámina 61c

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 354


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

LA ASISTENCIA EN EL TRANCE DE LA MUERTE


(Lámina 62)

Es un dibujo del siglo XV que se encuentra en la Bibliothèque


National de París.
La escena que se representa es la muerte de un personaje
importante, probablemente se trate de un rey, que está representado
en la cama y rodeado de distintas personas e incluso los ángeles y la
Virgen esperan para recibir su alma y llevarla hasta el cielo.

Sentada junto a la cama se encuentra una mujer, posiblemente


su esposa, que está sujetando en sus manos y ofreciéndosela al
moribundo, una vara, que aunque no tenga enroscada una serpiente,
podría relacionarse con la que simbólicamente representa la vara de
Esculapio y que aún hoy se considera representativa de las
profesiones de medicina y de farmacia, y a la que se atribuye el
poder de curar cuando se levantan los ojos hacia ella, al relacionarla
con la vara mágica mencionada en el Éxodo y que llevaba Moisés
en las manos cuando provocó con ella las plagas de Egipto y que se
convertiría en serpiente para curar las mordeduras de esos animales.

Otros personajes acompañan al moribundo y le ayudan de


forma solícita habiéndole colocado unas almohadas detrás de la
espalda para ponerle en posición de sentado para conseguir mayor
comodidad y facilitar su respiración; a los pies de la cama otra
mujer arrodillada reza por el alma del enfermo.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 355


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Los personajes que se encuentran a su cabecera parecen los


“consejeros” del moribundo, lo que incide en la importancia del
enfermo.

Una jarra próxima a la cabecera de la cama, denota que no se


ha descuidado ninguna de las necesidades del enfermo en este trance
de la enfermedad y de la muerte.

Buscando cucharas o utensilios para el enfermo, aparece otra


mujer que está agachada en primer término y buscando en un arcón
situado a los pies de la cama. Más alejados de la escena aparecen
unos hombres, dos de los cuales serían médicos y parecen conversar
entre sí mientras uno examina la orina del enfermo para comprobar
su situación de enfermedad. También el hecho de que haya dos o
tres médicos presentes confirma la idea de que se trate de un
personaje de mucha importancia.

Otro mueble situado junto a la pared y en el que están


depositadas una jarra y una copa, completan la escena y la dotan de
una ambientación hogareña que hace que pensemos en que la escena
se representa dentro del domicilio habitual de la persona que está en
trance de muerte.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 356


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 62

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 357


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

SAN ANTONIO CURANDO EL PIE DE UN JOVEN.


(Lámina 63)

Es un detalle de un relieve en bronce dorado de 0, 57 x


1,23m, realizado por Donatello entre 1446 y 1450. Se encuentra en
la Basílica de San Antonio de Padua.

La escena, dotada de una gran profundidad y de un gran


realismo, representa en primer término, al santo de Padua realizando
una curación milagrosa solamente mediante la imposición de las
manos.

El enfermo es ayudado por una persona que se inclina para


sujetarle la cabeza y la pierna enferma; un grupo de personas
parecen esperar los favores y la asistencia del santo.

Es una representación en la que, a diferencia de las estudiadas


hasta ahora, los cuidados están siendo prestados por un hombre; no
abundan estas escenas, sin duda debe de quererse representar el
papel que las ordenes mendicantes jugaban en la asistencia social.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 358


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 63

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 359


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

EL TRATAMIENTO DE LAS ENFERMEDADES.


(Láminas 64 y 64a)

Grabado en madera realizado en el siglo XV que se encuentra


en Staatliche Graphische Sammlung. Munich.

En la imagen central se representan los puntos donde debe


realizarse una sangría y su relación con el zodiaco y a ambos lados
de esta imagen hay escenas de la asistencia a los enfermos.

En todas las imágenes, salvo en la situada en la parte inferior


izquierda, se representan diversas escenas de la realización de
sangrías. En todas ellas hay un enfermo varón al que otro varón,
seguramente un “barbero cirujano” está realizando esa técnica en
diversas partes y el enfermo en diversa posición.

Sin embargo, la escena inferior izquierda (lámina 64a) es


completamente distinta; claramente se representa en ella a un
enfermo encamado al que sin duda se le ha practicado una sangría y
que está siendo asistido por una mujer que parece estarle dando algo
a beber.

Es una lámina muy curiosa en su conjunto no solo porque


permite conocer cómo la astrología influía a finales de la Edad
Media en el tratamiento de las enfermedades, sino que también
diferencia claramente las actividades que hombres y mujeres
realizaban en relación con la asistencia a los enfermos y los distintos
roles que desempeñaban unos y otros. También hay que reseñar,
cómo se representa a una mujer atendiendo a un varón.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 360


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 64

Lámina 64a

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 361


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ASISTIENDO A UN ENFERMO EN SU CASA. (Lámina


65)

Grabado en madera realizado por Hans Weiditz a comienzos


del siglo XVI y que se encuentra en New York Academy of
Medicine66.

El texto que acompaña a la obra dice que se trata de un


médico asistiendo a un enfermo en su casa.

La escena representa a un enfermo encamado al que un varón,


sin duda un médico, le está dando algo de beber y una mujer detrás
sostiene una jarra en sus manos para rellenar el vaso del enfermo.

Junto a la cama, en primer término, se encuentra lo que parece


un orinal y al otro lado de la cama una mesa con distintos
recipientes y alimentos para el uso del enfermo.

Es llamativa la escena representada al fondo de la imagen en


la se puede contemplar distintos aspectos de la vida laboral, desde el
trabajo en el campo, hasta la caza, pasando por la construcción que
está representada al fondo de la escena. Si en estas cuestiones se
representan escenas de la vida cotidiana de los hombres, es
presumible que también en relación con la asistencia a los enfermos
se esté plasmando la realidad existente en esa época. Por ello me
parece que es un documento valiosos para valorar cómo se asistía a
los enfermos.

66
Tomado de : Lyons Petrucelli.- Historia de la Medicina . Barcelona 1984

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 362


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 65

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 363


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

EL SOCORRO AL ENFERMO. (Lámina 66)

Es un grabado realizado por Crispin de Passe el Viejo


(comienzo del siglo XVI) titulado “El socorro al enfermo”, de la
colección de Smith, Kline y French y que se encuentra en
Philadelphia Museum of Art.

Se representa la sala de un hospital de características


renacentistas, de salas amplias y grandes ventanales con una
arquitectura también de estilo renacentista en el que una gran
variedad de personas, hombres, mujeres y niños, se encuentran
repartidos por la escena dando la sensación de estar completa.

Hay camas aisladas en una especie de cubículos que aislaban


a los enfermos y una especie de tienda a la izquierda de la escena
que simula las que a especie de hospital se habilitaban en las
batallas para recibir a los soldados enfermos o heridos, pero en esta
parece que se encuentran encamados un hombre y una mujer que
están siendo atendidos por una mujer; podría tratarse de una forma
de representar salas diferentes para el aislamiento de enfermos
“incurables”.

A la derecha de la imagen se ve a un médico que está


examinando la orina mientras pone una mano sobre la frente del
enfermo al que está tratando, que como puede observarse está en la
cama junto a otro enfermo, parecen ser enfermas las dos.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 364


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

En primer término, una mujer está asistiendo a un varón


encamado, parece que le está dando algo de comer y un hombre y
una mujer ayudan a un enfermo que parece un varón y que está en el
suelo; parece que le están trasladando de lugar, pudiera incluso
tratarse de una persona que hubiese fallecido y se dispusiesen a
ponerle un sudario.

En primer término se representa a una mujer con dos niños


pequeños que es atendida por un hombre que la está diciendo algo a
la vez que le ofrece algo que lleva en un recipiente.

Un anciano está representado también en la escena y una serie


de utensilios y de alimentos que parecen ser de uso frecuente en el
hospital.

Da la sensación de que se quiso representar un hospital de


pobres reuniendo en la escena juntas a todas las personas que solían
frecuentar los hospitales y al tipo de personas que los cuidaban,
podría decirse que parece demasiado densa la escena y quizás poco
realista en el sentido de que todas las imágenes juntas tuviesen lugar
en un mismo hospital.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 365


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 66

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 366


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ASISTENCIA HOSPITALARIA. (Lámina 67)


Antes de cerrar este apartado voy a hablar de un grabado de
madera que ilustra la portada de la obra de Paracelso: Opus
Chirurgicum del año 1565. Se encuentra en la National Library of
Medicine. Bethesda.

La escena muestra el interior de un hospital renacentista en el


que algunos enfermos están encamados en unas camas dispuestas de
forma paralela a las paredes que tienen unos grandes ventanales,
propios de los hospitales renacentistas, mientras que en primer
término aparecen cirujanos curando heridas y cortando una pierna
con varios útiles a su alrededor y tres médicos en primer plano que
dialogan entre ellos mientras uno sostiene en alto un frasco con
orina como era tradicional.
Es una ilustración de un libro de cirugía además de la “nueva
doctrina médica de Paracelso” pero en el grabado se representan
escenas “tradicionales” tanto del saber médico como de la asistencia
a los enfermos.

El enfermo situado en la cama de la derecha está recibiendo la


asistencia de Jesucristo o de algún santo lo que significa el
continuismo en la visión milagrosa de la curación de las
enfermedades y entrando por la puerta del fondo se representa a una
mujer que lleva en sus manos algo, que podría ser comida, y que
parece dirigirse hacia el enfermo que se encuentra en la cama del
lado izquierdo de la estancia. Por otra parte la creencia en el
equilibrio de los humores y su relación con la salud y la enfermedad
es patente ya que los médicos parecen discutir sobre ello; sus
vestimentas y su trabajo parecen diferenciados del de los que están
realizando las actividades quirúrgicas lo que parece refrendar la idea
de la distancia social y profesional que existía entre esos dos grupos.

Es una obra interesante porque pone de relieve todas estas


cuestiones que en el siglo XVI se estaban debatiendo, en cuanto a la

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 367


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

medicina y la cirugía, pero que a la vez también demuestran el


continuismo en la asistencia a los enfermos.

Lámina 67

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 368


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Por último, quiero dejar constancia en este apartado de cómo


en el arte se representa el papel de las mujeres como responsables
del bienestar y la salud del grupo familiar.

Para ello he elegido una obra en la que bajo el título de


SAGRADA FAMILIA CON SANTA ANA (Lámina 68) se
representa una escena familiar que podría ser bien representativa de
lo que las mujeres hacían en sus casas, o en su caso de lo que se
esperaba que hiciesen. Es un retablo realizado por Cranach en el año
1509 y que se encuentra en Torgan, Francfort. La escena está
representada en tres espacios que simulan tres ambientes distintos
de una misma habitación. Las tres composiciones recrean el
ambiente privado del que nos sentimos alejados por los marcos de
madera que a modo de ventana, con visagras, están en primer plano
consiguiendo el efecto de alejar las escenas, igual que las ventanas
situadas en los ambientes de los extremos y que consiguen dar
profundidad a las imágenes a la vez que les confieren intimidad.

Son escenas que podrían considerarse habituales de una casa


y lo que en ella hacen hombres, mujeres y niños. Las mujeres,
directamente vigiladas por los hombres, entretienen, vigilan,
alimentan y limpian a los niños, unas actividades todas ellas
destinadas a conseguir no solo el bienestar de la familia y con ello el
mantenimiento del orden social establecido, sino a conservar la
salud y a preservar al grupo social de las enfermedades.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 369


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 68

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 370


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

IV3C).- REPRESENTACIÓN ICONOGRÁFICA DE


LA ACTIVIDAD MÉDICA Y QUIRURGICA

Para terminar este capítulo de fuentes iconográficas quiero


dejar constancia de cómo en obras de arte de épocas similares a las
estudiadas y en medios similares, cuando lo que se quiere transmitir
es una actividad también relacionada con la salud y la enfermedad y
desempeñada por hombres y médicos, se plasma así en las
imágenes, pero dejando constancia gráfica de cual es exactamente
su papel.

CANTIGA 173 a. EXÁMEN DE LA ORINA

(Lámina 69)
Al igual que ocurría con otros temas, en las Cantigas también
se trata el papel a desempeñar por los médicos y en varias imágenes
se representa a éstos realizando alguna actividad específica.
En esta imagen se representa a un médico, sentado al estilo
árabe, y que parece estar sobre una especie de mostrador de una
tienda, analizando un frasco con orina que parece que le acabara de
llevar la otra persona que está representada en la escena y a quién el
médico le estaría dando su impresión. Se diría, según la imagen, que
el médico solo necesita ver la orina para dictar un diagnóstico
acerca de la enfermedad.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 371


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 69

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 372


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

CANTIGA 88 a EL MÉDICO ANTE SU CLIENTELA


(Lámina 70)
En esta cantiga se representa a un médico ante un grupo de
personas, hombres y mujeres, a quienes está mostrando una bolsa,
se diría que les está diciendo cual es el precio que deben de pagar
por sus servicios.
En esta imagen no se hace alusión a lo que el médico hace
sino a lo que cobra por su saber y los rostros de los que le escuchan
reflejan desde risa hasta lo que puede parecer enfado.

Lámina 70

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 373


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

LA CIRCUNCISIÓN. (Lámina 71)


Juan de Borgoña realizó esta obra pictórica en su periodo
activo que se estima entre los años 1495-1536 y se encuentra en el
convento de las Ursulas de Salamanca.

El tema de la obra responde a su nombre y claramente los


protagonistas son los hombres encargados de ello. Están realizando
la técnica de la circuncisión, probablemente un rabino es el
“técnico” y se encuentra rodeado de otros varones que supervisan la
escena mientras uno de ellos ayuda a sujetar al niño y la madre está
en actitud de esperar a que hayan terminado la operación.

Según estas escenas podríamos deducir que los aspectos


técnicos de la asistencia sanitaria eran desempeñados por hombres
que manejaban la técnica y que serían médicos o prácticos.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 374


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 71

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 375


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

FRAGMENTO DE UNA PORTADA DE UNA VERSIÓN


HEBREA DEL CANON MEDICINAE DE AVICENA.67
(Láminas 72 y 72a)

Es una obra narrativa escrita por un médico (finales del XIV-


comienzos del XV), de contenido médico y dirigida a los médicos,
representándose en estas escenas diversos actos de la actuación
médica.

En la escena central se representa la celebración de un


consejo médico en un ambiente anexo a una farmacia en la que
están siendo elaborados los fármacos para ser distribuidos; en las
escenas laterales están representadas diversas modalidades de baños
dando a entender la importancia que estas actividades tenían para la
medicina de Avicena, mientras que en las escenas inferiores están
representadas tres escenas en las que los médicos están realizando
una serie de actividades que en opinión del autor de la obra deberían
de ser realizadas por los médicos, así a la izquierda aparece un
médico poniendo unas ventosas, en la imagen del centro se está
realizando una sangría y en la escena de la derecha se está
extrayendo una flecha.

67
Cod. 2197. Biblioteca Universitaria de Bolonia. Tomado de Heinz Goerke.- 3000 años de
Historia...

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 376


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 72

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 377


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

L´amina 72a

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 378


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

MÉDICO VISITANDO A LOS ENFERMOS. CANON


MEDICINAE DE AVICENA68. (Lámina 73)

Se trata de una ilustración de la obra médica de Avicena (la


misma versión hebrea de la lámina anterior, final del s. XIV-
comienzo del XV) y en ella se representan dos escenas en las que
aparece el médico realizando dos actos típicamente médicos, a la
izquierda está tomando el pulso a la enferma mientras que a la
derecha aparece comprobando la orina.

Los restantes personajes representados miran al médico y lo


que hace y esperan expectantes sus decisiones.

Es curioso comprobar la diferencia de los dos ambientes


representados, aparentando el de la izquierda menor riqueza que el
de la derecha, pudiendo ello querer decir que el médico debe de
atender a todos los enfermos por igual a pesar de su estatus,
obsérvese que en las dos escenas aparece representado el que sería
el sirviente del médico y a la izquierda incluso se representa su
caballo.

En ambas escenas aparece próxima al médico y mirándole


con atención, una mujer que se diría que está atenta para poder
seguir sus indicaciones para cuidar a la que parece ser una enferma.

68
Ca. 1440. Ms. 2197, fol 402r. Biblioteca Universitaria de Bolonia. Tomado de Heinz
Goerke.- 3000 años de Historia...

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 379


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 73

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 380


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ASISTENCIA MÉDICA Y ESPIRITUAL A LOS


LEPROSOS69 (Lámina 74)

La presente imagen (finales del siglo XV) representa cómo


los vecinos de la ciudad alemana de Nuremberg ofrecían una vez al
año, diversos regalos y un banquete a los enfermos de lepra.

Las imágenes van acompañadas de unos textos en los que se


narra lo que en ellas se representa y el motivo de que se realicen
esos actos.
En la imagen central y superior está un sacerdote que desde
un púlpito imparte un sermón a los asistentes al acto, entre los que
hay enfermos y sanos, los cuales se protegen la boca con una tela
para protegerse del contagio. Otro sacerdote, representado en la
viñeta de la derecha les está dando la comunión; es decir, los
enfermos están siendo asistidos espiritualmente.
La asistencia médica también está representada en la escena y
en ella se ve a un médico situado en el centro de la imagen, sentado
en una silla y tapando su boca con un paño para evitar el contagio
mientras atiende a un enfermo que arrodillado y en actitud sumisa
ante él parece esperar ser perdonado por el médico en vez de ser
curado por él.
La función del médico y su actitud ante los enfermos de lepra
queda bien patente en estas imágenes, pero ello no es más que una
forma de expresar la opinión que la medicina y la sociedad tenían
acerca de esa enfermedad y esos enfermos y cómo actuaban los
médicos ante ella.

69
Tomado de Heinz Goerke.- 3000 años de Historia...

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 381


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 74

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 382


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

EXAMEN DE LEPROSOS70. (Lámina 75)

Es un grabado realizado en madera por H. Wachtlin en 1517


en Estrasburgo.

En la escena se representa a un enfermo, que parece, (por el


texto y por las heridas que se adivinan en sus piernas, rostro y
tórax), estar afectado de lepra, y que está en actitud paciente
mientras tres médicos le examinan; uno palpa su frente y su cabeza,
probablemente para comprobar si tiene la temperatura elevada y
cómo son las heridas cutáneas, este médico lleva un delantal
colgado del brazo, probablemente para proteger su ropa y no
mancharse, otro médico comprueba la orina mientras parecen hablar
con un tercero y deliberan sobre si el paciente debe ser declarado
sano o enfermo, con lo que esa decisión podía suponer para el futuro
del propio enfermo e incluso de su familia.

A la izquierda de la imagen aparece representado un hombre


que seguramente no es médico, su vestimenta parece señalarlo y
además está realizando uno trabajo con las manos, parece que está
mojando unos paños en una sustancia para curar con ello las heridas
del enfermo o cubrírselas como debía de ser habitual.

La actividad de cada personaje aparece bien definida y en


base a ella parece que cada personaje ocupa su sitio en la escena.

70
Tomado de Heinz Goerke.- 3000 años de Historia...

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 383


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 75

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 384


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

TRES MÉDICOS ATENDIENDO A LOS ENFERMOS71


( Lámina 76)

Miniatura de un manuscrito72 del siglo XV perteneciente al


libro IV del Canon de Avicena que se encuentra en la Biblioteca
médica Laurenziana de Florencia (Italia).

Como en los casos citados anteriormente y referidos al Canon


de Avicena, aunque se trataba de otra versión, la escena hace
referencia a cual debe de ser la actuación médica ante diversas
situaciones que son descritas en la obra.

En esta escena se representa cual debe ser la actuación


médica ante diversos enfermos que se encuentran en la sala de un
hospital; así, en primer término aparece un hombre que tiene un
brazo inmovilizado y que está consultando con un médico quién le
asesora sobre su lesión, según parece por las indicaciones de las
manos del médico.

En primer plano aparece otro médico que está curando una


herida en la pierna de otro enfermo para lo cual está empleando unas
pinzas que son las que introduce en la herida, el enfermo también
lleva un bastón en el que apoyarse.

71
Canon de Avicena. Ms. Gaddianus 24. Italia. Siglo XV. Tomado de Heinz Goerke.- 3000
años de Historia...
72
Ms. 24, fº 247v. Biblioteca Laurenziana Gadiano, Florencia.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 385


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

El tercero de los médicos representado está situado a la


cabecera de un enfermo encamado y parece estarle preguntando
acerca de su situación mientras el paciente le escucha con
resignación; hay que señalar cómo el médico toca con su mano
izquierda al enfermo recordando la importancia que se atribuía al
contacto físico en la curación de las enfermedades.

En la imagen está representada otra persona que no se


menciona en el texto, lo que hace suponer que no se trata de un
médico, y que hace su aparición en la escena entrando en la estancia
desde la derecha; claramente lleva en sus manos una especie de
bandeja con alimentos para alguno de los enfermos que aparecen en
la cama, quizás podría ser para el que está siendo visitado por el
médico y lo que éste está señalando con su dedo es la comida que ha
prescrito para conseguir la curación del enfermo.

Aparecen identificadas tres actividades médicas bien


definidas, lo mismo que se identifica claramente el papel
desempeñado por otra persona que actúa asistiendo y cuidando a los
enfermos.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 386


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 76

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 387


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

AMPUTACIÓN DE UNA PIERNA73 (Lámina 77)


Se trata de un grabado coloreado en madera realizado por H.
Wachtlin en Estrasburgo en 1517.

En la imagen se representa cómo un cirujano barbero, con la


ayuda de otro hombre que sujeta la pierna que va a ser amputada, se
dispone a cortar con una sierra la pierna de una enferma que aparece
sentada en una silla y a la que han aplicado un torniquete por
encima de donde va a realizarse la amputación y que a pesar de ello
está sangrando, algo que debía de estar previsto ya que se había
situado un recipiente de gran tamaño para recogerla.

Otro enfermo, con su mano izquierda vendada, parece estar


esperando a ser intervenido.

También en esta escena aparece bien definido el papel a


realizar por cada persona e incluso se pone por escrito en la imagen
lo que se está representando.

73
Tomado de Heinz Goerke.- 3000 años de Historia...

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 388


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 77

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 389


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

MORIBUNDO DICTANDO TESTAMENTO Y VIUDA.


(Lámina 78)

Es un manuscrito latino, “Justiniani in fortiatum”, del siglo


XIV (fº 56r) que se encuentra en la Biblioteca del Monasterio de El
Escorial.
En la escena se representa a un enfermo que está siendo
visitado por el médico quien con una mano parece auscultar al
enfermo mientras con la otra mantiene en alto el recipiente que
contiene la orina el cual está observando con atención.
Una mujer, seguramente la esposa, sujeta con sus manos la
del enfermo mientras parece consolarle y un fraile está ordenando al
escribano lo que debe de anotar en el testamento.

Un grupo de personas, parece que hombres y mujeres,


contemplan la escena de lejos.
En la imagen inferior y según el texto, está representada la
viuda, lo que quiere decir que el enfermo ya ha muerto, con unos
ropajes y una actitud diferente de la que presenta en la escena
superior.

Se trata también de una imagen ejemplarizante en la que se


representa lo que debe de hacerse en relación con lo que la Iglesia
consideraba “la obligación de hacer testamento antes de morir” y en
la que todos los personajes parecen ocupar “su sitio” exacto en la
escena y cada uno hace lo que se supone que debe de hacerse en la
vida real.
Como puede apreciarse, el papel del médico está claramente
representado al igual que el rol de cuidadora que juega la esposa del
moribundo.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 390


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 78

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 391


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ENEMA. (Lámina 79)

Es una obra realizada en la segunda mitad del siglo XV en


una misericordia de la sillería de la iglesia catedral de Zamora.

La sillería de esta iglesia, igual que la de la catedral de


Oviedo, es una copia de la de la catedral de León y muchos de los
temas tratados y la forma de abordarlos tiene bastante relación entre
ellos. También hay una relación entre esta sillería de Zamora y la de
Plasencia en relación con los temas tratados representándose
principalmente en ambas los vicios censurables.
En este caso no se aborda un vicio censurable sino que lo que
se representa es un remedio médico (un remedio proctoscópico74)
que en algunos casos muy especiales también tenían cabida en
alguna parte de las sillerías de las iglesias. Claramente se está
poniendo un enema a un enfermo y parece que es un varón,
probablemente sea un médico o un barbero practicante el que está
realizando la técnica.
La representación de este tipo de temas, podría interpretarse
como una especie de llamada de atención a los que constantemente
veían esas escenas y una advertencia velada que recordaba que esas
posturas y esas prácticas solo debían de relacionarse con las
actuaciones médicas y el tratamiento de determinadas
enfermedades.
Lo que no hay duda es que en este caso se representa a un
hombre realizando la técnica; podría decirse que está muy claro que
se representan varones en aquellos casos que la práctica es realizada
por ellos y a mujeres cuando son ellas las que se encargan de la
actividad realizada.
74
La proctología es el conjunto de conocimientos y prácticas relativas al recto y sus
enfermedades.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 392


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 79

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 393


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

EL MILAGRO DE SAN COSME Y SAN DAMIÁN.


(Lámina 80)
Es un óleo pintado por Pedro Berruguete a finales del siglo
XV que se encuentra en el Museo de la Colegiata de San Cosme y
San Damián, en Covarrubias (Burgos).

En la escena se representa a los santos Cosme Y Damián


realizando lo que se consideraba un milagro y que no es otra cosa
que un trasplante de pierna a un enfermo blanco al que intentan
colocar una pierna negra.

El estilo característico de este autor se pone de manifiesto por


el gusto gótico que rezuma la obra y que tan parecido es a la escena
que se representa en la lámina 37 comentada anteriormente.
El enfermo está siendo intervenido quirúrgicamente sobre una
mesa tapada con un paño blanco y los médicos, cada uno a un lado
del enfermo, se encargan de colocarle al paciente su nueva pierna
mientras son observados por otro hombre desde la cabecera del
enfermo y que podría tratarse de un ayudante, un barbero cirujano.
Dos mujeres situadas a los pies de la mesa contemplan la
escena y están en disposición de ayudar ya que llevan una especie
de manguitos puestos y tienen sujeta a la cintura la falda del vestido
para no mancharse; se diría que están más preparadas para actuar
ellas que los propios médicos santos, que aparecen representados
con sus lujosos trajes como si el milagro también consistiese en no
mancharse las ropas. La actitud de estas mujeres es de sumisión,
recato y obediencia, como corresponde a su condición femenina y la
que se espera que tengan las mujeres cuando se encarguen de ayudar
a los médicos y de asistir a los enfermos.

Este tema, aunque no siempre el milagro ha sido adjudicado a


San Cosme y San Damian, ha sido muy del gusto de los artistas y
por ello reproducido en muy variadas ocasiones. Es el caso por

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 394


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ejemplo, del retablo de los santos Abdón y Senén (Lámina 80a), una
tabla pintada al temple realizada por Huguet entre 1459-1460 y que
se encuentra en la iglesia de Santa María de Tarrasa y en la que se
representa a estos santos realizando un trasplante de pierna, también
negra, a un enfermo blanco

Lámina 80

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 395


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 80a

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 396


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

EXTRACCIÓN QUIRÚRGICA DE LA “PIEDRA DE LA


LOCURA”. (Lámina 81)
Es una pintura del siglo XVI realizada por Jan Sanders van
Hemesen y que se encuentra en el Museo del Prado, Madrid.

El estado del conocimiento médico, de las técnicas


quirúrgicas y de los procedimientos higiénicos, se ponen de relieve
en este cuadro, al igual que los cambios en la moda del vestir; donde
sin embargo no se evidencian cambios es en la situación del
“paciente” (utilizando la palabra en el más amplio sentido del que
“sufre con paciencia”), así como en las dos mujeres que ayudan en
la intervención quirúrgica, una sujetando al enfermo, la más mayor
y probablemente la de mayor experiencia o incluso la mujer del
enfermo, y otra más joven en clara disposición de ayudar y asistir en
la operación. Se diría incluso que la intervención está teniendo lugar
en plena calle, en lo que parece un “puesto” callejero donde se
ofrecerían los servicios del cirujano.

Alrededor de 400 años separan la escena representada en esta


imagen de las que podemos apreciar en esta otra, identificada como
lámina 82, que procedente de un manuscrito ingles del siglo XII y
con un texto acompañando a la imagen que dice: “Excisión de
hemorroides, extirpación de cataratas y extracción quirúrgica de
pólipos nasales”, refleja las prácticas quirúrgicas al uso y, aunque
el sufrimiento no se hace patente, sin duda no nos cuesta imaginarlo
y entender el verdadero sentido que la palabra paciente podía llegar
a alcanzar

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 397


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 81

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 398


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Lámina 82

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 399


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

IV4.- CONCLUSIÓN

Dar por finalizado este capítulo me lleva a realizar algunas


consideraciones, que a mi modo de ver se han ido poniendo de
manifiesto a lo largo de estas páginas.

En primer lugar, parece conveniente constatar cómo las


fuentes iconográficas ofrecen grandes posibilidades para el estudio
de diversos aspectos de la vida de otras sociedades y de otros
momentos históricos y su aportación me parece especialmente
importante en este campo del conocimiento de la asistencia a los
enfermos y enfermas; desde luego las imágenes aquí presentadas
son solo una muestra de lo que las fuentes iconográficas pueden
aportar al estudio de esta parcela del saber, pero creo que la
información que nos aportan es altamente interesante.
El conjunto de las imágenes analizadas nos permite constatar
cómo los artistas, sean de la latitud que sean e independientemente
del medio en que plasmen su arte, parecen responder a iguales o
muy parecidos criterios en relación con este tema de la salud y la
enfermedad y la atención a los enfermos. Se evidencian como es
lógico, diferencias importantes en la técnica a medida que se avanza
en el tiempo, pero también se pone de relieve cómo los avances
técnicos son asumidos por los artistas de las diferentes regiones
europeas.
Sin entrar en este aspecto de cómo el avance en la técnica se
va produciendo en toda Europa, (que es motivo de estudio por parte
de los historiadores del Arte), si se puede constatar con el análisis de
estas imágenes, cómo en la sociedad medieval, el conocimiento, la
técnica y los artistas, viajan de unos lugares a otros y van llevando
su saber y difundiendo sus costumbres por aquellas zonas por donde
pasan y donde habitan.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 400


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Así, parece que en gran parte de Europa, el concepto de


enfermedad y las connotaciones religioso-morales atribuidas a su
aparición y consecuentemente el carácter milagroso que conlleva su
curación, parece bastante uniforme, incluso se podría decir que en
este tema al menos, la religión está por encima de otros criterios y
de hecho hemos visto una imagen que representa un dibujo recogido
de un fresco de una iglesia de Siria.

Si el carácter mágico-religioso de la enfermedad y su curación


está patente en la iconografía, también parece estarlo el “modo” de
hacer medicina por parte de los médicos y por ello, el análisis de la
orina y el pulso es una de las formas preferidas por los artistas para
representar a los médicos, a los “físicos” que no a los cirujanos,
barberos o prácticos75; una actuación médica que se basa sin
ninguna duda, y así lo plasman los artistas, en el saber de los
clásicos que veían en el análisis del pulso y la orina la forma de
interpretar el equilibrio o desequilibrio de los humores y
consecuentemente la salud o la enfermedad. De hecho, este saber
identificar las enfermedades a partir del pulso y la orina y partiendo
de ahí establecer un tratamiento para sanar al enfermo, era lo que se
ensañaba en las universidades que desde el siglo XIII proliferaron
por Europa y los médicos que en ellas se formaban y que eran
“contratados” por las clases dominantes, eran los que
menospreciaban a los médicos que habían aprendido su saber
mediante el conocimiento empírico y también a aquellos que
practican la medicina con sus manos.
Ciertamente, en este terreno de la práctica médica, la
iconografía recoge claramente cómo existe una diferencia que
incluso se evidencia en las ropas con que se representa a “médicos”
y “prácticos” plasmándose así en las obras de arte las diferencias
que subyacen entre esos profesionales de la salud y la enfermedad.

75
Denominación utilizada indistintamente para referirse a aquellos hombres que aplicaban su
saber sobre medicina utilizando sus manos, es decir mediante la técnica y por ello considerados
una “clase inferior”

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 401


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

También los artistas recogen en muchas ocasiones las actitudes con


que se atendía a los enfermos y buen ejemplo de ello se recoge en la
lámina 74, esa especie de “comic” en que se plasma con “cruel
realismo” cómo el médico se tapa la boca y “medio se oculta” tras
sus ropas mientras el enfermo adopta una actitud sumisa y casi de
pedir disculpas por acercarse.

Probablemente los artistas no solo estén dejando constancia


de la actitud de algunos médicos, también estarán plasmando la
actitud de la sociedad hacia los enfermos y la enfermedad, o al
menos hacia algunos enfermos que padecen algún tipo concreto de
enfermedad, o lo que es lo mismo, la consideración social hacia los
enfermos, el enfermar y la enfermedad.

Es necesario destacar cómo los artistas representan a varones


realizando actividades de tipo médico, tanto la de los médicos como
la llevada a cabo por “cirujanos” “barberos” o “prácticos”; yo al
menos, a pesar de haberlo intentado, no he encontrado ninguna obra
en la que se represente a una mujer realizando ninguna de estas
actividades, ni las propias con las que se representaba a los médicos,
ni las variadas actividades prácticas realizadas por los cirujanos-
barberos. En algunas obras si aparecen mujeres que comparten la
escena con los profesionales de la medicina y la cirugía, pero esas
mujeres, bien figuran como posibles familiares de los enfermos o
enfermas, o están representadas en actitud de ayudar a los
profesionales y recibir sus indicaciones en relación con el enfermo o
la enfermedad, o en actitud de asistir directamente al enfermo como
es el caso de la lámina 81 en la que se aprecia claramente cuál es el
papel de la mujer en la escena. Sin duda debía de ser el que en este
terreno desempeñaban en la sociedad y por ello fue captado así por
los artistas.

Sin embargo, si hay obras en las que a las mujeres se las


otorga pleno protagonismo y digo que “se las otorga” porque los
autores de las obras fueron hombres.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 402


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Desde luego, puede apreciarse cómo en todas las imágenes en


las que se representa un nacimiento, la escena está ocupada por
mujeres; solamente en el caso de que la representación recoja el
momento en que la parturienta ya esté acostada aparece en la escena
un varón, pero siempre como si acabase de entrar “de visita” o
estuviese marchándose y no en actitud de asistir a la parturienta ni al
recién nacido. Es decir, que las imágenes confirman la tesis
existente de que los partos no eran atendidos por varones y era ésta
una actividad realizada exclusivamente por mujeres. También aquí
coinciden las fuentes escritas con las fuentes iconográficas y al
parecer los artistas plasmaron en sus obras lo que sucedía en la
realidad de la sociedad en la que vivían.
Si esto es así, y tal como parece las fuentes iconográficas
informan de lo que sucedía en la sociedad que conocían los artistas,
las imágenes en las que aparecen mujeres como protagonistas de las
escenas y en las que están directamente asistiendo a enfermos y
enfermas, deberíamos de entender que responden a los mismos
criterios, siendo así que confirmarían la tesis de que las mujeres eran
las que se encargaban de asistir a los enfermos, es más, nos estarían
informando de que en los hospitales medievales las mujeres no
solamente cuidaban a las mujeres y los hombres a los hombres,
según se desprende de las imágenes las mujeres habrían atendido
indistintamente a hombres y mujeres.

De las 26 imágenes incluidas en el apartado de asistencia a los


enfermos, solamente en una, en la lámina 63, se representa a un
hombre asistiendo a los enfermos y se trata de San Antonio de
Padua; podría muy bien ser una obra en la que el santo estuviese
“predicando con el ejemplo” para animar a los hombres a que
realizasen este tipo de trabajo con los enfermos y también con los
pobres.

En relación con estas escenas en las que aparecen mujeres


asistiendo a enfermos y enfermas, hay que señalar que las imágenes

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 403


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

representan escenas desarrolladas tanto en el ámbito privado como


en el público, es decir, en casas y en hospitales.
Ciertamente, las fuentes escritas aluden con alguna frecuencia
a que las mujeres deben de asistir a las mujeres e incluso que no
deben de asistir a los hombres enfermos; en la península hay
constancia escrita de cómo la Iglesia desde el siglo VI hace
recomendaciones a la sociedad y prohibiciones a las mujeres para
que atiendan a los enfermos, así, en los capítulos 15 al 18 de la
Regula Comunis de San Fructuoso (el fundador del monasterio de
Compludo, en León) se decía: “Mandamos que todos los enfermos
varones sean atendidos en la enfermería masculina, y establecemos
que ninguna mujer les preste cuidados de ningún género, aunque se
trate de la madre, hermana o mujer, hija, de parientes, de extrañas
o esclavas. Si ocurriese que alguna de estas mujeres fuera enviada
por la Abadesa a la enfermería, no se le permita visitar al enfermo,
ni permanecer junto a él sin la presencia del enfermero. Aplíquese
la misma regla cuando se trate del sexo contrario”76. Sin embargo,
es sobradamente conocido cómo cuando las recomendaciones o
prohibiciones, ya sean de la iglesia o de las autoridades civiles, se
repiten en el tiempo, es que la sociedad no atiende esas
recomendaciones y suele seguir haciéndose aquello que es motivo
de prohibición o censura.

Es decir, si cuando los concejos prohiben tirar las basuras a


las calles y multan a los vecinos si esas órdenes no se cumplen,
necesitan insistir reiteradamente con esas normativas y deducimos
que es que las reglamentaciones no eran plenamente aceptadas y
cumplidas, de igual forma seria posible deducir que estas reglas de
la Iglesia tampoco se cumplían y de ahí que las mujeres siguiesen
atendiendo a los enfermos no solamente en sus casas sino también
en los hospitales.

76
Todas estas normas están recogidas en las Reglas monásticas de la España visigoda. Los tres
libros de las sentencias. BAC Madrid 1971

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 404


La Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Como es lógico, no solamente se ofrece información acerca


de las personas que atendían a los enfermos, también las fuentes
iconográficas informan de cómo se les atendía y en este sentido
parece que la alimentación y la higiene son los protagonistas de las
escenas, una cuestión que por otra parte solo corrobora la
información de las fuentes médicas escritas que basan el
mantenimiento de la salud y la recuperación de las enfermedades,
tanto en la dietética como en la alimentación.

Otro elemento que se hace visible en las fuentes iconográficas


es la forma y el ambiente de los hospitales y también en este tema
los artistas plasmaron con fidelidad lo que las fuentes escritas
narran, por tanto, también parece que a este respecto la iconografía
complementa lo que las fuentes escritas dicen y nos evita tener que
“imaginar” aquello que leemos ya que los artistas dejaron plasmado
en sus obras aquello que vieron o que conocían más directamente, o
al menos tan directamente como los que utilizaron la escritura para
dejar constancia de algo concreto.
En definitiva, en las imágenes analizadas se pone de relieve
cómo y dónde eran asistidos los enfermos y enfermas, cuál era el
papel desarrollado por los diferentes profesionales en la atención de
los enfermos, y desde luego la presencia de la mujer como
cuidadora y ello en ámbitos privados y públicos. Todo ha quedado
plasmado en diferentes medios: pintura, arquitectura, miniaturas y
artes plásticas, o sea, en obras realizadas por artistas que plasmaron
aquellos criterios vigentes en la sociedad de su tiempo y que
sirvieron y sirven para adornar las iglesias, por dentro y por fuera y
los libros tanto de carácter religiosos como aquellos de contenido
estrictamente médico. Unas obras iconográficas, todas, que esperan
ser interpretadas y leídas para informar de lo que pasaba en el
tiempo en que fueron realizadas.

IV.- FUENTES ICONOGRÁFICAS 405


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

V.- FUENTES ESCRITAS PARA EL CONOCIMIENTO DE


LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS

Así como las fuentes iconográficas ponen de manifiensto


cómo los enfermos y enfermas son atendidos tanto en sus casas
como en instituciones fundadas para ese fín, las fuentes escritas
nos dan a conocer aspectos muy concretos sobre la fundación de
hospitales, y en algunos casos permiten también conocer las
normas que para atender a los enfermos y enfermas regían en
esos centros, o al menos cuáles fueron los deseos de sus
fundadores o fundadoras en relación con esa asistencia
hospitalaria.

Alguna documentación escrita, los testamentos por


ejemplo, manifiestan cómo se produce la muerte de una persona
y cómo la familia la atiende en esos momentos, pero sin embargo
no suelen detallarse aspectos relacionados con la asistencia
específica durante su enfermedad; solo en algunos casos muy
concretos y desde luego en las familias relevantes, se menciona
la presencia de algún médico y sus decisiones, generalmente
sobre la enfermedad, más que sobre el enfermo.

De todas formas, en documentación que, en principio, no


habría imaginado que podría contener datos acerca de estos
temas, aparecen detalles que confirman estos aspectos de la
asistencia a los enfermos; en este sentido y a modo de ejemplo,
en la obra de Martí y Monsó1, (p. 223), al tratar del convento de
Santa Catalina se dan noticias del año 1483 sobre dos mujeres,
Dª María Manrique, viuda, y su hija Elvira de Benavides, y se
relata que al ser maltratada la madre por sus hijos varones, fue
cuidada y asistida por su hija: “El 1483 Dª María Manrique mug.
Que fue de D. Man. de Benavides otorgó su testamento ... por
1
Martí y Monsó, José.- Estudios Histórico-Artísticos relativos principalmente a Valladolid.
Basado en la investigación de diversos archivos. 1ª Ed. Valladolid 1898-1901. 2ª Ed.
facsimil, Valladolid diciembre 1992.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 407


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

quanto Dª Elvira de Benavides su hija siempre la fue muy


obediente sirviendola en sus enfermedades destierros y pobreza
la mejora ... Por quanto el Mariscal Gomez de Benavides y Juan
de Benavides su hermano ... pusieron en ella las manos y ...la
pusieron presa... en la fortaleza de su villa de la Mota...
robandola todo quanto en su casa tenía...y la dejaban morir de
hambre... los desereda... por ingratos...” Parece que la madre
murió a los pocos días y cinco años después la hija fundó el
convento de santa Catalina de Valladolid y fue nombrada priora
perpetua.

Sin duda, es un problema importante el que las fuentes


escritas no recojan de forma directa cómo se atendía a los
enfermos y enfermas en sus casas, ya que eso dificulta en gran
medida el conocimiento de esas situaciones, máxime cuando
parece que las enfermedades e incluso su desenlace, lo padecían
las gentes en sus hogares, al menos las personas que disponían de
una vivienda más o menos adecuada, y tenían a alguien que se
encargase de su asistencia. Es precisamente esta dificultad de
encontrar estas cuestiones en las fuentes escritas, lo que hace que
valoremos más las fuentes iconográficas.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 408


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

V1.- ALGUNAS FUENTES ESCRITAS PARA


EL ESTUDIO DE LA ASISTENCIA A
LOS ENFERMOS/AS EN SUS CASAS

Algunas fuentes escritas procuran información muy


puntual, que permite deducir que los enfermos estaban en sus
casas2, así, en algunos Sínodos Episcopales se establecen
disposiciones sobre la forma de asistir a los enfermos en sus
últimos momentos; en este sentido valga como ejemplo el Sínodo
de Cristobal de Rojas y Sandoval3 de fecha 4 de mayo de 1553 y
que tiene especial relevancia por representar en España la puesta
en práctica de las decisiones tomadas en la reforma tridentina; en
este Sínodo, en el Liber Tertius, XII, 7, se establece: “Que no se
diga missa en casa privada, si no fuere de enfermo, prelado o
persona de título, y en tal caso sea en lugar decente... que ningun
presbytero celebre ni diga missa en casa de privado, sin tener
para ello sufficiente licencia, y, aviendola, sea en lugar decente
do aya capilla, o lugar comodo donde no aya cama, si no fuere
de enfermo que no se pueda levantar della...”

En numerosos Sínodos se establecen sanciones a los


médicos, ya sean judíos, musulmanes o cristianos, que acudan a
las casas a visitar a los enfermos; por ejemplo, las constituciones
2
El 28 de marzo de 1245 es la fecha del testamento de Gonzalo Moriel “...enfermo en su
casa y que ofrece su alma y cuerpo a Dios... y pide obtener sepultura en el monasterio (de
las Huelgas de Burgos) y que la abadesa reparta sus bienes...” Lizoain Garrido,
Documentación del Monasterio de las Huelgas de Burgos (354)
Javier Peña Pérez recoge en la documentación del monasterio de San Juan de Burgos (131)
un documento por el que “Martín Pérez, hijo de Juan Pérez de Cotar, Por estar enfermos en
casa y no poder atender sus bienes y hacienda, hace donación de todo cuanto tiene en el
lugar de Cótar y en la ciudad de Burgos al monasterio de San Juan, comprometiéndose
éste a alimentarlo durante toda su vida y a entregarle cada año 40 mrvs para vestido y
otras necesidades.” AMB 3-5-13
3
Synodicon Hispanum III, Astorga, León, Oviedo. Edición crítica dirigida por Antonio
García y García. Biblioteca de autores cristianos. Universidad Pontificia de Salamanca.
Madris 1984

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 409


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

de don Pedro, obispo de Palencia y conde de Pernia en su Sínodo


del año 1500, art. 64 dice: “que los fieles no llamen a los físicos
infieles en sus enfermedades...”; igualmente en el Sínodo de Fray
Diego de Deza de 20 de X de 1500: “que los médicos hagan
luego recibir los sacramentos a los enfermos”; sínodos
posteriores a éste le mencionan para referirse al mismo tema, por
ejemplo el de Luis Cabeza de Vaca de 17 de mayo de 15454: “...
por cuanto por esperiencia vemos que muchos enfermos
olvidados de sus enfermedades de llamar a Dios e hazer
penitencia de sus pecados... tienen gran diligencia de llamar
luego a los medicos corporales, los cuales medicos, aunque
amonesten a los tales enfermos que se confiesen e comulguen
ante todas cosas, como el derecho lo dispone y la constitución
supra proxima de don Fray Diego de Deza... lo manda... los tales
enfermos... mandamos so pena de excomunion e de un ducado, a
los medicos que visitaren los tales enfermos, e no lo haziendo,
que no visiten segunda vez al tal enfermo que no hallaren estar
confesado y comulgado..., e que no los buelvan a visitar tercera
vez ni les receuten cosa alguna para su salud hasta que
realmente e con efecto se confiesen e comulguen, sino en
enfermedades agudas que fuere necesaria la presencia del
medico... y el enfermo que fuese negligente y no cumpliere lo que
le fuere mandado cerca de su confesion y comunion, por su
rebeldia incurra en pena de medio ducado, aplicado para la
obra de la yglesia donde el tal enfermo fuese parrochiano”.

También los sínodos de otras regiones castellanas


establecen normas acerca de situaciones similares y de los
comportamientos a seguir por los médicos, es el caso por ejemplo
del sínodo de Juan Árias Dávila, obispo de Segovia, celebrado en
junio de 1478 que en su capítulo 12 dice: “que los físicos sean
tenidos dentro terçero dia de amonestar al enfermo que curaren
que confiese e resçiba sus sacramentos... e porque en el tiempo
de las enfermedades se debe mas temer la muerte, e asy commo
en caso de mayor peligro se deve dar mayor remedio,
4
Ambos Sínodos en: Synodicon Hispanum, VII, Burgos y Palencia. Edición crítica dirigida
por Antonio García y garcía. Biblioteca de autores cristianos. Madrid 1997

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 410


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

mayormente que la enfermedad corporal proviene algunas vezes


a causa del pecado... establesçemos y ordenamos que los fisicos
que de aquí delante fueren llamados que vayan a visitar algunt
enfermo o en otra manera lo visiten e curaren en esta nuestra
dioçisis, seyendo enfermedad de que se aya de curar e cure el tal
enfermo en cama, que sean tenidos los dichos fisicos que asi
curaren, pasados a lo menos tres dias despues que curare e
visitare, de amonestar al tal enfermo que curare que se confiese
e resçiba sus sacramentos de manera que el tal enfermo lo faga.
Lo cual establesçemos que asy faga, so pena que el tal fisico que
lo non fiziere, por cada vez caya en pena de 10 reales, la cual
pena se reparta en esta manera, la tercia parte para el acusador
e las otras dos partes para los pobres de la parrochia de tal
çibdad, villa o lugar do acaesçiere”.

En este mismo sínodo se decretan normas que


cumplimentan aspectos relacionados con las visitas a los
enfermos y su asistencia, y que permiten deducir que son
decretadas para aquellos casos en los que los enfermos están en
sus casas, ya que cuando las normas se establecen para enfermos
hospitalizados se hace referencia puntual a ello.

En el sínodo salmantino de 1497 se establece


taxativamente: “Si el enfermo no cumple con sus deberes
religiosos en un plazo de dos días, no será atendido por el
médico” y se hace referencia a un mandato de Pio V en el que se
establece que se da un plazo de tres días para la confesión del
enfermo bajo amenaza de negarle el auxilio médico.

El sínodo de Diego de Ribera de 1529, en su artículo 6.4 y


refiriéndose a cómo se han de visitar los enfermos, dice: “Otrosi,
que cuando alguna persona estoviere enferma en cualquier
parrochia, el cura de su parrocha o su teniente, sea obligado de
lo visitar a lo menos de tercero en tercero dia, para ver si se ha
confesado o rescibido los Santos Sacramentos y amonestarle las
otras cosas que para la salud de su anima convengan y para ver

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 411


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

si tiene aparejo de curarse o esta proveyendo de las cosas


necesarias, so pena de dos reales... para los pobres de tal
parrochia”; poco más adelante, en el artículo 18 referido a que
los médicos hagan confesar a los enfermos, se especifica:
“...amonesten a cualesquier enfermos a que curaren que se
confiesen e resciban los Santos Sacramentos al principio que
empeçaren a curar al enfermo, so pena de descomunion a
qualquier medico que lo contrario hiziere, si el enfermo no lo
hiziere, que el medico lo dexe de curar, so la misma pena. E
porque los enfermos, al tiempo que los medicos los amonestaren
lo arriba dicho, no se alteren pensando que la gravedad de su
enfermedad se lo hace hacer, fue acordado que esta constitucion
se publique por las curas en todas las yglesias dentro de ocho
dias”

Estos textos parecen hacer referencia a los enfermos y


enfermas que se encontraban en sus casas ya que los hospitales,
por muy pequeños que fuesen, disponían de sacerdotes que se
encargaban de la atención directa a los enfermos; la figura del
capellán, como personal específico del hospital, contratado y
pagado con los fondos de la institución, está prevista en los
documentos fundacionales de los hospitales y además ocupa, tras
el mayordomo, un puesto importante entre el personal del
hospital con la posibilidad de decidir si un enfermo es acogido o
si sigue, o no, ingresado en el centro asistencial.

A juzgar por lo que se establece en los documentos


sinodales de finales del siglo XV y primera mitad del XVI, los
enfermos eran atendidos en sus casas, si bien no sabemos cómo
se realizaban los cuidados, ya que las fuentes son muy poco
expresivas al respecto.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 412


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

V2.- FUENTES ESCRITAS PARA EL ESTUDIO DE


LA ASISTENCIA A ENFERMOS Y ENFERMAS
EN CENTROS HOSPITALARIOS

La preocupación de las gentes del medievo por recoger en


lugares adecuados a pobres, peregrinos y enfermos y cumplir así
con los preceptos de la caridad y la hospitalidad, propició que a
medida que avanzaban los siglos medievales, se fuesen creando
un número importante de establecimientos hospitalarios, que en
todos los núcleos urbanos proliferaron para cumplir con estos
postulados cristianos y también sociales.

En el mundo cristiano occidental, los predecesores de los


hospitales medievales fueron los monasterios, que disponían en
sus instalaciones de un habitáculo –enfermerías- destinado a
acoger y atender en él a los enfermos. En el año 425, san Benito
de Nursia elaboró una regla que marcaba y posibilitaba la
convivencia de los frailes que se acogiesen al monasterio,
estableciéndose en esa regla la hospitalidad y asistencia a los
necesitados como norma de la vida monástica; al extenderse esa
orden por occidente, se propició la existencia de enfermerías en
los monasterios benedictinos y la asistencia a los enfermos como
uno de los medios de conseguir la vida eterna.

Esa regla, imitada por otras ordenes religiosas, marcaría la


pauta de actuación para muchos de los hospitales que se fundaron
cuando las ciudades fueron desarrollándose y que vendrán a
relevar a las enfermerías de los monasterios.

Y es que la concentración de la población en zonas urbanas


tuvo consecuencias en relación con la atención a los enfermos y
en general es a partir de esos momentos cuando van a surgir una
serie de hospitales dedicados a cubrir las necesidades de

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 413


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

asistencia que los monasterios ya no cubrían y que sin embargo


la piedad cristiana requería que se siguiese cumpliendo de igual
forma.

Dentro de las ciudades, serán primero las instituciones


eclesiásticas, los cabildos catedralicios, y las oligarquías sociales,
es decir, los reyes y señores, los que se encarguen de fundar
hospitales, pero a medida que se avanza en el tiempo, concejos,
personas de las oligarquías urbanas y asociaciones urbanas
religiosas –cofradias-, serán las que continúen con esta tarea de
fundar centros en los que llevar a la práctica las Obras de
Misericordia.

Esos hospitales urbanos, fundados entre las postrimerías


del siglo XI y comienzos del XIII, aunque la mayoría se deben a
fundaciones del siglo XII, serán más abundantes en los burgos de
la ruta Jacobea, a la entrada y salida de las ciudades. Pero no
serán exclusivos de esas urbes, y posiblemente por la necesidad
de cumplir con los preceptos religiosos y sociales, se fueron
fundando hospitales en todas las ciudades.

Son muy numerosos los hospitales medievales a los que


podemos referirnos y se podría decir que no hay ciudad del
camino (de los caminos) que no dispusiese, dentro de sus
murallas o en sus inmediaciones, de uno o varios hospitales.
Incluso a veces, en zonas algo aisladas de un núcleo urbano y que
entrañaba ciertas dificultades para los caminantes también podía
encontrarse un hospital, es el caso por ejemplo del hospital
construido en plenos montes de Oca5, cerca del monasterio de
San Juan de Ortega.

5
El 18 de julio de 1283, Fray Fernando, obispo de Burgos, dio licencia a Dª Violante, la
reina, para que para que durante dos años fundase las capellanías que estimase oportuno en
el hospital que se está construyendo cerca de Villafranca Montes de Oca, pero quedando
a salvo los derechos catedralicios y parroquiales sobre diezmos, primicias y oblaciones.
Rcogido por Javier Pereda Llanera en la Documentación de la Catedral de Burgos (179).
Es posible que con anterioridad hubiese un hospital en esta localidad ya que una
documentación de 1180 alude a una concesión que hizo el rey Alfonso VIII a Fernando
Pardo, Sr. Del Hospital de Valdefuentes, situado en los Montes de Oca. Recogido por
Carmen Palacín y Luis Martínez en la Documentación del Hospital del Rey de Burgos.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 414


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Hospital de Villafranca de Montes de Oca

En general, los hospitales que se construyeron en esa época


y que tenían como objetivo cubrir una necesidad social que hasta
entonces había sido cubierta por los monasterios, respondían a
los mismos objetivos religiosos que con anterioridad habían
tenido las enfermerías y las hospederías y hospitales de los
monasterios y por lo tanto no hay que pensar que los hospitales
medievales tenían similitudes con lo que hoy entendemos por
hospital.

En el mundo latino clásico y por supuesto también en la


Edad Media, los términos hospitium y hospitale, que derivan del

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 415


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

sustantivo hospes, huesped 6 carecían del significado que hoy se


les puede atribuir al traducir e interpretar hospitale por hospital7
y otorgarle las connotaciones médicas que hoy posee ese
término, muy al contrario, hospitale y hospitium era el acto de la
hospitalidad y no el lugar donde se hospedaba al huesped.

El concepto de hospital en la Edad Media, se corresponde


por tanto, con el de un lugar de carácter ambiguo donde se acogía
indistintamente a pobres, peregrinos o viajeros y gentes que
estaban de paso y además a personas enfermas.

Pero aunque los hospitales no eran selectivos en acoger


exclusivamente enfermos, si lo eran en la selección del tipo de
enfermos que acogían y por ello, en general, en los hospitales de
dentro de las ciudades se acogía a enfermos que padecían
enfermedades que “a priori” no suponían un riesgo para el resto
de la población, mientras que los enfermos de males que si eran
considerados perjudiciales y peligrosos para la sociedad eran
excluidos y aislados en centros apartados de la ciudad.

Relativamente apartados de los burgos y generalmente


fuera de sus murallas se edificaron hospitales destinados a acoger
a aquellos enfermos que padecían enfermedades concretas que se
creía que suponían una amenaza contra la integridad del grupo
social, o que simplemente habían sido acusados de padecerlas y
consecuentemente por ello, apartados forzosamente de la
sociedad y recluidos en esas instalaciones, se trata de:

6
Hospes (huesped), significa: “el que está o biene de fuera, que no pertenece a la casa, el
peregrino que todas las civilizaciones antiguas y tribales acostumbraban a acoger y
albergar, por su condición y por su inferioridad social de forastero”. Ver: Oursel,
Raimond.- Peregrinos, Hospitalarios y Templarios. Madrid 1986 (p.230)
7
El Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia, define el término hospital de
la siguiente manera: “(del latín hospitalis) adj., afable y caritativo con los huéspedes”. En
su tercera acepción indica: “Establecimiento destinado al diagnóstico y tratamiento de
enfermos, donde se practican también la investigación y la enseñanza”. En la 4ª acepción:
“Casa que sirve para recoger pobres y peregrinos por tiempo limitado”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 416


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

• lazaretos o leproserias8 donde se acogía a los


enfermos que padecían lepra –o enfermedades
confundidas con ella y consideradas lepra, como el caso
de muchas enfermedades de piel o incluso algunas
enfermedades infecciosas como la escarlatina-; se suele
atribuir al lazareto de Palencia, fundado según el cantar
de Mio Cid, por el Cid Campeador, ser el primer
lazareto de Europa. En las inmediaciones de los
caminos de Santiago parece que abundaban estos
hospitales, por ejemplo en las proximidades de Carrión
de los Condes había otro hospital de “malatos”9

• hospitales de los Antonianos, unos centros destinados


a acoger enfermos que padeciesen el “mal de los
ardientes” o “fuego sagrado” o “fuego de San
Antonio”10, una enfermedad que se convirtió en

8
La lepra fue una enfermedad padecida en occidente a lo largo de la Alta Edad Media igual
que debió padecerse en la antigüedad, pero no hay constancia de que en los primeros siglos
del medievo los leprosos fuesen apartados de la sociedad y por el contrario si la hay de que
enfermos leprosos abordaron a los taumaturgos sin ningún problema –como se relata en la
vida de San Martín de Tours o de los santos Odilón y Hugo- para ser curados por ellos; si
parece que a partir del siglo X se produjo un recrudecimiento de la enfermedad, en gran
parte debido a los movimientos de población de las cruzadas, aumentando su incidencia
considerablemente y siendo desde entonces sistemáticamente apartados los enfermos, en lo
que podría considerarse una política de evacuación y relegación de los leprosos –desde
luego no por causas terapeúticas- a los lazaretos o leproserías rurales, unos lugares
absolutamente abyectos y malditos que suponían la muerte social para las personas allí
recluidas.
9
Había un hospital de San Lázaro que dependía del monasterio de San Zoilo de Carrión. En
el año 1321 se firmó una carta de acuerdo entre el prior del monasterio, D. Juan, y los
malatos racioneros del hospital de San Lázaro, dependiente de dicha institución, por la
que éstos reconocen que habiendo recibido permiso del prior para instalar un altar y un
oratorio en el hospital, los oficios religiosos y los beneficios de ellos derivados pertenecen
al monasterio de san Zoilo y a los clérigos de la capellanía del mismo. Citado por Pérez
Celada en Documentación del Monasterios de San Zoilo de Carrión.
10
Esta enfermedad, conocida inicialmente como mal de los ardientes, se la empezó a
denominar mal de San Antonio después de que se produjese en el año 1070 el traslado del
cuerpo de San Antonio, el patrón de los eremitas, desde Tierra Santa al sudeste de Francia,
a Viennois, donde existía ya una capilla dedicada al santo eremita y tras producirse allí la
curación de un enfermo que se atribuyó a las reliquias del santo, se cambió el nombre de la
enfermedad y pasó a denominarse fuego de san Antonio. En realidad se trata de la
enfermedad del Herpes zóster, una enfermedad infecciosa de naturaleza vírica que cursa
con dolores agudos a lo largo del trayecto de los nervios afectados y con la presentación

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 417


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

endémica en occidente a partir del siglo XI y que tras


iniciarse con trastornos digestivos acompañados de
dolores agudos y convulsiones (debidas a la alta fiebre
que acompañaba a la enfermedad), pasaba a producir
enormes quemaduras (de ahí el nombre de fuego de...)
que llegaban a ocasionar lesiones en la zona donde
asentaban las ampollas que caracterizaban la dolencia y
que como consecuencia de infecciones secundarias
podía suponer la pérdida del miembro lesionado y en la
mayoría de las ocasiones terminaba inevitablemente
con la vida del enfermo.

A los restos de San Antonio, rescatados y


trasladados por un peregrino desde Tierra Santa a La
Valloire (Francia), se les atribuyó la curación de un
muchacho de esa zona11 y desde entonces esa
enfermedad pasó a llamarse “mal de San Antonio”;
cuando el hijo del señor de La Valloire, aquejado del
mal de los ardientes, curó de la enfermedad, él y su
padre hicieron un voto para consagrar sus vidas y
bienes al servicio de los enfermos de ese mal; fundaron
en el año 1095 un hospital en La Montre-Saint-Didier y
junto con otras seis personas constituyeron la orden
primitiva de los Antoninos, aprobada primero por el
Papa Urbano II bajo la regla de san Benito y años
después por Bonifacio VIII quién colocó la orden bajo
la regla de san Agustín. El hospital, anexionado al
priorato (constituido allí por la abadía provenzal de
Montmajour), se dividió en tres establecimientos
asociados: a) el hospital de inválidos, llamado también
“de los desmembrados” y dedicado a los enfermos que

más o menos repentina de una serie de vesículas dispuestas linealmente a lo largo del
trayecto de los nervios inflamados y que acaban transformándose en costras que suelen
dejar numerosas cicatrices; el mayor peligro de las vesículas radica en su posible infección
secundaria, cuestión que con toda probabilidad constituía la causa de las deformaciones y
amputaciones sufridas por los enfermos que la padecían en la época medieval.
11
Es un ejemplo claro de cómo se le atribuye a la enfermedad y a su curación
connotaciones mágico-religiosas.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 418


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

padecían el mal de san Antonio; b) el hospital de


mujeres pobres, atendido por una comunidad femenina
–las Antoninas- de las que existen referencias desde el
siglo XII; y c) el gran hospital, dedicado a toda clase de
peregrinos, pobres y enfermos. Los hospitalarios de San
Antonio, la primera congregación hospitalaria de este
género, se diseminó por toda Europa y también como es
lógico por la península Ibérica, pero en nuestro país
existen escasos datos acerca de la obra desempeñada
por esa orden hospitalaria, parece que el hospital de
Castrojeriz (Burgos) habría sido de esta orden y para
este tipo de enfermos; La orden, que tomó como
emblema la letra griega T mayúscula y que era
conocida como “La Cruz de San Antonio”, inició su
decadencia a finales de la Edad Media y en el año 1774
fue absorbida por la orden de Malta.

Además de estos hospitales “de apestados” situados fuera


de los núcleos urbanos, dentro de ellos se fundaron
establecimientos destinados a acoger enfermos, y además pobres
y peregrinos.

El número de estos hospitales urbanos llegó a ser muy


numeroso en cada ciudad y sin embargo, su tamaño era muy
reducido; en Castilla parece que lo normal era que tuviesen,
como máximo, entre 12 y 13 camas12, menos que los hospitales
de la misma época en otras regiones europeas, que según
Mollat13 disponían en general de entre 20 y 30 camas.

12
El profesor Martínez García, amplio conocedor de la realidad hospitalaria medieval,
especialmente en la ciudad de Burgos, establece un promedio de 12-13 camas para los
hospitales medievales españoles, una cifra basada en el mandatum evangélico que
recordaba el Colegio Apostólico.
13
M. Mollat, un historiador francés que centró sus investigaciones sobre el mundo de los
pobres, iniciando los estudios en este campo de la pobreza, establece en su obra Les
pauvres au Moyen Âge, una media de 25-30 camas para los hospitales medievales europeos,
aunque señala que en la Península Ibérica debieron ser más pequeños.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 419


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Incluso en algunos casos, parece que los hospitales


castellanos podían ser más pequeños ya que bastaba que tuvieran
dos o tres camas para que fuesen considerados como tales centros
asistenciales; parece que en las ciudades no se establecía ninguna
normativa que regulase las características que debía de reunir un
hospital de ahí que podían darse diversas circunstancias:

• hospitales situados en nuevas construcciones


destinadas especialmente para ese fin, es el caso por
ejemplo del hospital de Esgueva de Valladolid14, del
hospital del Rey de Burgos15, etcétera;

• hospitales situados en una vivienda donada para


convertirse en hospital; en este caso, el edificio podía
ser mínimamente retocado y tras ello empezaba a
funcionar como tal institución16.

Lógicamente, esta situación hacía necesaria su


identificación exterior, por lo que en muchos casos unas simples
tablas pintadas y colocadas en la puerta servían para este
propósito, aunque parece que, en general, en la puerta principal
del edificio se solía poner una imagen de la Virgen o del santo o
santa bajo cuya advocación se colocaba el hospital, así como un
letrero, o en su caso un escudo, que perpetuaba la memoria de
sus fundadores y dejaba constancia de sus buenas obras.

En la fachada de los hospitales de Simancas, Valladolid y


Burgos, pueden apreciarse algunos de estos detalles.

14
Fundado en Valladolid por el Conde Ansúrez y junto a su palacio, es decir en todo el
centro de la ciudad.
15
Fundado hacia 1212 a las afueras de Burgos por el rey Alfonso VIII para dejar constancia
de su agradecimiento por haber vencido a los musulmanes en la batalla de las Navas de
Tolosa.
16
El hospital de Santa Isabel de Soria fundado en la vivienda en la que había vivido Isabel
Rebollo y que donó en su testamento (1510) para convertirla en hospital de pobres, un
hospital que empezó a funcionar en 1514, fecha en la que el obispo D. Alonso Enríquez
aprobó sus ordenanzas.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 420


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Hospital de Simancas (Valladolid)

Hospital de Esgueva (Valladolid)

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 421


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Hospital del Rey (Burgos)

Hospital del Rey (Detalle)

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 422


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Para acceder al hospital había unas puertas que tenían


cerraduras y, además estaban dotadas de cadenas17 que se
echaban por las noches impidiendo así la entrada y salida del
centro hospitalario.

Otro de los ornamentos imprescindible de la parte exterior


de los hospitales eran las campanas, que al parecer servían para
orientar a los viandantes, a los pobres y a todas las personas que
acudían al hospital, de lo que estaba próximo a producirse dentro
de ellos, desde servirse la comida o la cena, al cierre de sus
puertas que de producirse impediría a los que aún estaban fuera
ser acogidos por la institución.

A pesar de que en principio los hospitales parece que


estaban destinados acoger a los pobres, hay algunas excepciones
que conviene señalar; es el caso de algunos centros, que a pesar
de que inicialmente lo eran para pobres, las fuentes escritas
ponen de manifiesto que en algunas ocasiones estuvieron
destinados a acoger a personas que no se ajustaban a esa
condición.

En este sentido, el rey castellano Alfonso XI respondió a


unas quejas que el estamento clerical le formuló en las Cortes de
Valladolid de 132618: “...Otrosí, a lo que me pidieron por merçet
que non posen los cavalleros en los hospitales que fueron
fechos para los pobres e para los enfermos que cuando vienen
posar echan los pobres fuera e mueren en las calles, porque non

17
Según L. Martínez García en su obra La asistencia a los pobres en Burgos en la Baja
Edad Media, el hospital de Santa María la Real, 1341-1500, señala cómo en el testamento
de la fundadora, Elvira González, se establece expresamente: “mando que fagan la puerta
de ancho de yeso e que pongan en travieso de la puerta una cadena, así como pertenesçe a
ospital...”
18
Isabel Oceja Gonzalo.- Documentación del Monasterio de San Salvador de Oña (1319-
1350). Burgos 1986 (610)
Es posible que esta queja sólo se refiera a que los pobres eran expulsados de los hospitales
porque los caballeros utilizaban la institución a modo de “hotel” o posada, pero dada la
ambigüedad del concepto de hospital también podría entenderse que se quedaban allí
cuando estaban enfermos.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 423


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

an do entrar, tengo por bien e defiendo que esto non sea daqui
adelante...”

Existieron otros hospitales que tuvieron unas


connotaciones especiales ya que acogían a personas que se
apartaban de esa tipología de “pobres, peregrinos y enfermos”,
me refiero a:
• los que pertenecían a algún gremio como por ejemplo
el hospital de tejedores (texedores) de Burgos, conocido
también como hospital de San Eloy y que al parecer se
encontraba dentro de la puerta de la villa19
• los destinados a acoger a sacerdotes, parece que el
hospital de Todos los Santos de Valladolid estaba
dedicado a este fin
• los dedicados a acoger a caballeros, parece que el
hospital de San Miguel de Valladolid fue fundado con
ese fin, posiblemente también por el conde Ansúrez y
su mujer y situado muy próximo a la Colegiata, en la
calle de la Solana Alta, hoy Marqués del Duero (nº 43);
también parece que el hospital de San Torcuato parece
que perteneciente al monasterio de Benevívere, un
hospital conocido también por hospital blanco, (al
parecer como referencia al hábito blanco de los
Agustinos).
• los destinados a acoger a mujeres, no parece que
fuesen numerosos pero si hay constancia de su
existencia, es el caso del llamado hospital de la Abadía
de Nájera20

19
Citado por Javier Peña Pérez en la Documentación del monasterio de San Juan de
Burgos. Burgos 1983. (150) El nombre de este hospital de texedores aparece reseñado
juntamente con otros hospitales, casas, tierras y huertas burgalesas que debían de pagar
censo al monasterio de San Juan de Burgos en el mes de septiembre.
20
En un requerimiento efectuado en Valladolid en 1604, con motivo de un pleito entre el
fiscal del Consejo Real y el Doctor Pedro Iñiguez, presentado por el rey a la “abadía del
hospital real de Nájera” y el prior y cofrades, sobre el desembargo de los frutos que
mantiene al dicho hospital, en una serie de preguntas y respuestas realizadas a varios
testigos, uno de ellos, concretamente Martín Cerezo, vecino de Nájera y testigo del prior y
de los cofrades, se refirió a una casa en esa ciudad que desde antiguo era conocida y
llamada “hospital de la Abadía, hospital donde se recogían y hacía hospitalidad a todas

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 424


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

En un intento de hacer una clasificación aproximada de los


diversos tipos de hospitales castellanos bajomedievales, se puede
establecer:

Según su localización
• Dentro de las ciudades o urbanos21
• A las afueras de las ciudades y alejados de ellas22

Según el tipo de enfermedad padecida


• Hospitales de enfermos curables23
• Hospitales de enfermos incurables24

Según el tipo de construcción


• En edificios nuevos para ese fin
• En edificios adaptados para convertirse en hospital

Según su dependencia
• De la Iglesia
o Del Cabildo25
o De Ordenes religiosas26

las mujeres que en el se recogían ansi de paso como de enfermedad, pasajeras y


residentes en esta ciudad y naturales della y a las tales enfermas les daban todo lo
necesario de mantenimientos médicos y botica y barbero y persona que la sanasen y
limpiasen hasta tanto que estaban convalecientes para las poder enviar a sus casas o que
muriesen en el dicho hospital...” Esta documentación se encuentra en el Archivo General
de Simancas, Patronato Eclesiástico, 183, juntamente con la relativa al litigio entre la
Iglesia y el Concejo sobre la administración del hospital de Nuestra Señora de la Caridad de
Madrigal de las Altas Torres.
21
Desde finales del siglo XV serán denominados hospitales Generales
22
También a partir del siglo XVI se llamarán de apestados
23
Son los urbanos
24
Solían estar fuera de las ciudades y a ser posible bastante apartados de ellas
25
Por ejemplo el de San Antolín de Palencia
26
Son numerosos, por ejemplo el del rey de Burgos que era de las Huelgas Reales; el del
Monasterio de Oña; el de San Zoilo de Carrión; el hospital de la Trinidad de Burgos (esta
orden, ante las presiones que recibió, tuvo que renunciar a la tutela del hospital de san
Lucas de Burgos, un hospital que había sido fundado por Pedro Sarracín, deán del cabildo

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 425


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

• De cofradías o Hermandades 27
• De Gremios28
• De Ordenes de Caballería29

Según sus fundadores


• De religiosos
o Sacerdotes
o Ordenes monásticas
• De religiosas
• De Laicos
o Reyes y Reinas
o Nobles
o Élites urbanas30

burgalés, en las afueras de Burgos, frente al monasterio de san Juan. Recogido por Javier
Pereda en Documentación de la Catedral de Burgos. Burgos 1984 (8)
27
Por ejemplo, el hospital de san Cosme de Valladolid, que es de la Cofradía de Nuestra
Señora del Rosario, fundada en el mismo hospital y situado en la plazuela de la Peñolería
(en épocas posteriores Plazuela del Rosarillo), según Antolinez de Burgos (p 135) un
hospital importante de la ciudad.
Mª Luisa Bueno Domínguez, en su obra Dejando hablar a la Edad Media. Entre lo real y
lo imaginado. Zamora. Zamora 1997, dice refiriéndose a las cofradías (p.88) que
teóricamente eran “asociaciones de hombres y mujeres que tienen un mismo oficio”, pero
que en la práctica “deben y tienen que surgir con una finalidad religiosa, o con carácter
penitencial benéfico” y por ello, dice, existe una sacralización de las cofradías, siendo así
que debían de tener un carácter asistencial e incluso hospitalario.
Este carácter de las cofradías es sin duda lo que hace que la tendencia a finales del medievo
sea que los hospitales fundados por laicos se sometan a la organización de una cofradía,
recayendo en los cofrades la responsabilidad de su funcionamiento. Así parece que ocurre
en el hospital de Nuestra Señora de la Concepción de Madrigal de las Altas Torres, un
hospital fundado por la reina Dª María, hija del rey D. Fernando de Aragón y primera mujer
del rey D. Juan II de Castilla y madre del rey D. Enrique, en el año de 1443; una institución
de patrimonio real administrada por la Junta y regimiento de la villa y por los cofrades de la
cofradía de la Concepción, una cofradía de la que solo pueden ser cofrades los regidores e
hijosdalgo y que en realidad es la que organiza el hospital ya que de ella depende el
nombrar todos los oficios y además goza de los patronazgos anexos al hospital. Archivo
General de Simancas, Patronato eclesiástico, 183
28
No parece que en Castilla fuesen muy numerosos, pero el citado de texedores da fe de
que sí los había.
29
Parece que tuvieron escasa incidencia en Castilla y solamente en algunas zonas muy
concretas del camino de Santiago hubo hospitales de alguna Orden de Caballería.
30
A medida que se avanza en la Edad Media, cada vez son más numerosos. los hospitales
fundados por laicos. Por su peculiaridad voy a citar solamente un hospital fundado por la

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 426


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Según el sexo de los enfermos acogidos


• De Hombres
o De Caballeros
o De sacerdotes
• De mujeres

En cuanto a su interior, el formato, la capacidad y el


contenido de las salas donde eran acogidos los enfermos y
enfermas, se describen en algunas fuentes escritas y como hemos
podido comprobar, también en algunas fuentes iconográficas se
plasman estos detalles del interior de algunos hospitales, a veces
hospitales anónimos lo que podría significar una cierta
uniformidad en cuanto a su forma interior.

En este sentido, en algunos de los documentos estudiados


se detallan estas cuestiones por lo que iremos viendo en cada uno
de ellos cómo se describe el interior de un hospital. Igualmente
veremos cómo se cuidaba a los enfermos y enfermas, quién los
cuidaba y en base a qué criterios.

emparedada de Santo Domingo. Recogido por Miguel Vivancos en la Documentación del


Monasterio de Silos. Burgos 1988 (94/ 116/ 124/ )

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 427


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

V3.- LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS EN EL


HOSPITAL DE SAN ANTOLÍN DE PALENCIA

El hospital de San Antolín de Palencia31 parece que fue el


más importante de esta ciudad durante la Edad Media, una ciudad
de la que se dice que tuvo la primera leprosería de Europa,
fundada hacia 1075-1090, si hacemos caso de los relatos de el
cantar de Mio Cid, concretamente en el tema de (“el Gafo y el
Cid”), una leyenda que sitúa ese lazareto en lo que hoy es la
iglesia de San Lázaro.

La documentación del hospital de San Antolín se encuentra


en el archivo de la iglesia Catedral de Palencia32 y según traslado
documental33 correspondiente al año 1560, se dice que D. Pedro
Pérez, obispo de Palencia, (parece que en 1183) edificó “toda la
casa” del dicho hospital34 y le dejó todos sus bienes antes de
morir en Almería.

31
Palencia es una ciudad que ha sido estudiada en profundidad, y para la Baja Edad Media
conviene ver las obras de Esteban Recio, Asunción.- Palencia a fines de la Edad Media:
una ciudad de señorío episcopal. Universidad de Valladolid 1989; y la obra de Mª Jesús
Fuente Pérez.- Palencia 100 años de vida y gobierno de la ciudad (1421-1521) a través de
las actas municipales. Diputación Provincial de Palencia 1987.
32
AHCP, armario III, Leg. 15, Hosp nº 68, fº 17r/31v. La transcripción de este documento
ha sido publicada por C. Eseverri Chávarri.- “La enfermería medieval. Un documento
histórico” en: Hiades, Revista de Historia de la Enfermería. N 34, 1996/1997, (pp 229-
252)
33
Dice el documento: “Es un traslado bien y fielmente sacado del libro de las
constituciones antiguas de esta Santa Iglesia de San Antolín de Palencia, en que trata de la
fundación y fundadores y dotación de este hospital de San Antolín en que declara en que se
han de gastar las rentas del dicho hospital”
34
Parece que el hospital ya existía desde 1148 y lo que hace este obispo es reformarlo.
Op.Cit. 32

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 428


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

El hospital fue recibiendo bienes y llegó a tener grandes


posesiones, por ejemplo los pueblos de Pedrosa y Villamuriel y
la tercia de los diezmos del barrio de Alba y Tordavia, donación
hecha al hospital por el obispo de Palencia Raimundo segundo:
“... dio el Señor Raimundo 2º, obispo de Palencia la tercia de los
diezmos del barrio de Alba y de Tordavia al mismo hospital y fue
hecha la (...) de la dicha donación en 27 de febrero año de la era
de mil y doscientos veinte y uno reinando en Toledo y en Castilla
el rey don Alonso y su mujer doña Leonor35.

Las constituciones del hospital se establecen en 1398


“...año de 1398, en la (...) indicio y once dias de el mes de enero
en el año cuarto del sumo pontificado (...) en sede vacante de su
obispo Juan de Castromocho...”36. Estas constituciones están
escritas en latín (De ordinatione hospitalis beatisimi patris...) y
el presente documento es una “reimpresión” en lengua castellana
en un manuscrito del año 1560 que sigue fielmente el del año
1398 (Instruçion para la governaçion deste ospital de Sanct
Antolin y lo que cada uno es obligado haçer en su ofiçio. Que se
hiço siendo provisor el canonigo Francisco de Villadiego y
Arcipreste de Dueñas este año de 1560).

En estas ordenanzas se describen las obligaciones y los


trabajos a realizar por cada persona que desempeña su trabajo en
esta institución y consecuentemente la manera de asistir a los
enfermos y/o enfermas que son ingresados en el hospital.

35
D. Raimundo el 2º, obispo de Palencia, era tío abuelo del rey Alfonso VIII y parece que
es a él a quién se hace referencia y a su mujer Dª Leonor, hija de Enrique II de Inglaterra;
sin embargo este rey murió en 1214 (1555-1214) y por tanto no podía reinar en 1221, año
en el que era rey de Castilla (desde 1217 en que murió Enrique I, el hijo de Alfonso VIII),
Fernando III el Santo, hijo de Alfonso IX de León (de quien heredó el reino en 1230) y de
Dª Berenguela (hija de Alfonso VIII) y de quién heredó Castilla en 1217; Fernando III se
casó con Dª Beatriz de Suabia en el año 1220. Debe de tratarse, por tanto, de un error en la
fecha del documento ya que los datos relativos a los reyes no dejan lugar a dudas.
36
Cecilio Eseverri señala que las Ordenaciones de este hospital serían del año 1397 (un año
antes de lo que se indica en el documento) ya que el obispo D. Juan de Castromocho,
(Jhoan IV) obispo de Palencia entre 1394-1397, murió en 1397 dejando su sede vacante por
unos meses hasta que toma posesión de la silla episcopal palentina D. Sancho de Rojas
(1397-1415).

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 429


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

En primer lugar hay que señalar que es este un hospital que


se define De Pobres y que está a cargo del Cabildo y del obispo
de Palencia. Estaba situado en las proximidades de la catedral, en
un edificio situado en la calle Hospital en la parte posterior de la
iglesia, aún se conserva una lápida, en lo que presumiblemente
sería el edificio del hospital, en la que se señala cómo en el siglo
XVI una mujer de la familia Mendoza hace donaciones al
hospital, dice así: “Doña Mariana de Mendoza, hija de los
marqueses de Cañete, muger de don Sancho de Castilla, mandó
a este hospital mil ducados para cuidar en este cuarto de mal
contagioso y a la capilla de san Lázaro donde está enterrada mil
y seiscientos y a la cofradía de la charidad donde cura los
envergonzantes cuatrocientos ducados, todos de renta cada año
y otros muchos legatos”37

37
La familia Mendoza fue benefactora de este hospital y de hecho existe gran relación entre
esta familia y las tierras de Palencia, por ejemplo, el Marqués de Santillana nacido en
Carrión de los Condes (Palencia) en 1398, (año en el que están fechadas estas Ordenanzas
del hospital), era hijo del Almirante Mayor de Castilla Don Diego Hurtado de Mendoza y
Dª Leonor de la Vega, quienes parece que fueron los primeros mecenas del hospital. En
relación con la protagonista de la donación que se describe en la lápida situada en la
fachada del hospital, la información es confusa, algunos detalles llevan a pensar en la
posibilidad de que se tratase de la reina Dª María de Molina, hija del infante Alfonso, (hijo
de Alfonso IX de León) y señor de Molina y de su tercera mujer Dª Mayor Alfonso Tellez,
ya que en el texto de dicha lápida se hace referencia a ella como mujer de D. Sancho de
Castilla y esta reina efectivamente contrajo matrimonio con el infante heredero de Castilla
en Toledo en 1282 y éste sería conocido como Sancho IV de Castilla. Se da además la
circunstancia de que esta reina, aunque nacida en Molina de Aragón, tuvo mucha relación
con Palencia, tanto como reina como durante las regencias de su hijo Fernando IV y de su
nieto Alfonso XI. Sin embargo y a pesar de esta relación de Mª de Molina con Palencia, no
me parece del todo seguro que la lápida se refiera a ella, en primer lugar el nombre dice
claramente Mariana, pero sobre todo se hace referencia a que está enterrada en la capilla de
San Lázaro y el cuerpo de Mª de Molina reposa en el monasterio de las Claras de
Valladolid. En cualquier caso, lo que no ofrece dudas es que se trata de una mujer de la
familia de los Mendoza que sigue vinculada a este hospital palentino
Para este tema, además de las obras tradicionales de Layna Serrano, sobre “Guadalajara y
sus Mendoza”, se puede consultar la obra recientemente publicada por Ana Belén Sánchez
Prieto, La casa de Mendoza hasta el tercer duque del Infantado (1350-1531): el ejercicio y
el alcance del poder señorial en la Castilla bajomedieval. Madrid 2001

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 430


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Edificio del hospital de San Antolín de Palencia

• Dependencias

Este hospital, podría considerarse que era un centro


“grande”, seguramente de dos plantas38 y con diversas
dependencias: capilla, que al parecer se encontraba en la planta
superior, en el mismo piso donde estaban ubicados los enfermos
y enfermas, un granero donde se almacenaba el grano: trigo,
cebada y centeno39; un patio donde al parecer existía una puerta
que por las noches permanecía cerrada con llave, igual que la

38
Es posible que el hospital tuviese dos plantas, en el apartado 15 del capítulo dedicado a
las obligaciones del capellán, se dice: “Después de muerto y amortaxado el pobre, antes
que le baxen abaxo, le digan en la capilla un responso alta boce...”
39
En el nº 3 del capítulo dedicado a las obligaciones del provisor, se dice: “Item, a de tener
las llabes del granero del dicho ospital, e reçevir todo el pan, trigo, çevada, centeno que
se deba al dicho ospital, e el mesmo por su personao otra de quien se fie, a de reçevir todo
el dicho pan y lo a de sacar del granero, agorasea para venderloo para dar al panadero o
a otras personas que lo ayan de aver por salario de la dicha casa, de manera que conste el
crez del trigo que comunmente suele aver y se bea la merma de la çevada y çenteno,
aunque muy pocas beçes o nenguna la suele aver teniendo la quenta y recaudo que
conbiene.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 431


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

puerta de la calle40 y un portal donde debía de mantenerse


siempre de noche una lámpara encendida41.

En relación con las salas de enfermos, posiblemente el


hospital acogía tanto a enfermos como a enfermas y por ello
podría haber habitaciones destinadas a hombres y otras a
mujeres; desde luego en algunas partes del documento se hace
referencia expresa a las habitaciones de los hombres enfermos42,
en concreto parece que en el hospital había43: cuarto de los
males y cuartos de calenturas en el que al parecer se asistía a
los enfermos de sarna44; en el documento se menciona también
el cuarto de bubas45. En relación con esta última estancia se me

40
En el capítulo dedicado a enumerar las obligaciones del Portero del hospital, en el
apartado nº 12 se dice: “Yten, que de noche, a la ora que el señor provisor le mandare o
fuere oras, cierre las puertas de la calle y escalera y no dé las llaves ni abra asta que sea
de dia”
41
También entre las obligaciones del portero estaba la de mantener encendida una lámpara
en el portal y ello se establece en el nº 10 de las obligaciones del portero: “Yten, que en
anocheçiendo avise que haçiendan la lámpara del portal de la casa y procure que siempre
arda de noche”
42
El el apartado nº 1 del capítulo dedicado a las obligaciones del enfermero, se dice:
“Primeramente, que tenga quenta con el quarto de los hombres enfermos y de los del
quarto de los males...”
43
En los apartados 16 y 17 del capítulo dedicado a describir las obligaciones de la
enfermera mayor se dice: “Procure de tener señalada y apartada la ropa del quarto de los
males y que en ninguna manera se labe ni junte con la ropa de los quartos de calenturas,
ansi...”; “Tenga algunas sábanas viejas a parte, depositadas para los sarnosos que se an
de curar en los quartos de calenturas, porque no conbiene que duerma en la ropa común
ni en la del quarto de los males.
44
La sarna o roña es una enfermedad parasitaria producida por un ácaro que penetra en la
piel donde excava minúsculas galerías donde pone sus huevos; se transmite fácilmente por
contacto indirecto: sábanas, vestidos, etc., del enfermo sarnoso; la enfermedad se localiza
con más facilidad en las partes del cuerpo más expuestas al calor, al sudor y a la suciedad
en general como espacios interdigitales, escroto, pezones, axilas, etc.; produce una intensa
picazón que provoca que el enfermo se arrasque lo que a su vez suele producir lesiones que
complican la enfermedad. Dado que en el medievo las enfermedades de piel eran
escasamente discriminadas entre si y con frecuencia a todas se las solía ver como si de lepra
se tratase, quizás este hecho era lo que hacía que se tomasen medidas para que la
enfermedad no se contagiase.
45
En el capítulo dedicado a señalar las obligaciones del mayordomo, en el apatado nº 24 se
señala: “...dadas las cuentas a los señores Obispo y Cabildo, dará quenta con pago del

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 432


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

plantean algunas dudas: 1) podría tratarse del cuarto que en otras


partes del documento se cita como cuarto de calenturas y
simplemente se le ha dado otro nombre distinto por la relación
entre las fiebres, las calenturas y las bubas; o, 2) es un cuarto
especial destinado a alojar a los posibles enfermos de peste en el
caso de producirse una epidemia de esta enfermedad, de ser así,
significaría una importante provisión por parte del hospital que
añadiría una característica más a tener en cuenta en relación con
la importancia tanto de esta institución como de la que se atribuía
a la peste; el hecho de que esta sala se mencione solamente en
este apartado de las obligaciones del mayordomo hay que
tomarlo en consideración porque supone que el cuarto existía y
además se tenía en cuenta a la hora de contabilizar los gastos,
pero que seguramente no solía utilizarse al menos con la
frecuencia con la que se utilizaban las otras salas.

• Personal

En la documentación se describe la relación de personas


que directamente se encuentran relacionadas con el hospital y
que trabajan en él, así como las obligaciones y responsabilidades
de cada una de ellas; esta relación, tal y cómo se establece y
posiblemente en orden jerárquico y de importancia por la
responsabilidad asumida en el hospital, es:
1) Provisor
2) Capellán
3) Mayordomo
4) Médico y Cirujano (Zurujano)
5) Boticario
6) Barbero
7) Escribano
8) Portero
9) Enfermera Mayor
alcançe que se hiciere al dicho probisor, así del dinero como del trigo, cebada y centeno y
acienda de los conbalecientes y quarto de bubas, el qual pago...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 433


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

10) Enfermeras menores


11) Madre de niños
12) Cocinera
13) Labanderas
14) Enfermero
15) Aguadero
16) Despensero

A las obligaciones y responsabilidades que debe asumir el


Provisor, se le dedican un total de 11 artículos. Sin duda es el
máximo responsable de la institución46 y así se hace constar en el
texto de estos 11 artículos. En el primero de ellos se glosa de
forma amplia la gracia que supone haber sido elegido para llevar
a cabo esa empresa: “Amado hermano: grand merced os a echo
Nuetsro Señor de tomaros por instrumento para haçer
misericordia con vuestros próximos o, o por mejor deçir, con El
mesmo, pues es tanto su amor con ellos que toma por echo a El
lo que a ellos se haçe. Sabed hermano agradecer esta merced y
conoçeos por indigno della, pues no es a todos dado del todo
emplearse en las obras de Nuestro Señor, y goçaos de la merced
mirando que Dios quiere de vos reçevir serviçio por tener
ocasión de galardonaros...”

Es el que guarda las llaves del granero, el que administra


los bienes, el último responsable de que no dejen de decirse las
misas, el encargado de contratar a los trabajadores y pagarles, de
supervisar las ventas que se hacen desde el hospital, de tomar
decisiones adecuadas y convenientes a los intereses de la
institución y por supuesto, si fuese necesario, de administrar los
sacramentos a los pobres47.

46
Punto 2: “El Provisor que es o fuere del dicho ospital a de tener cuidado de ver como
haçen y cumplen todos los servidores desta casa, cada uno lo que es su cargo sin aber
descuido”
47
Punto nº 11: “Que tenga el provisor, siendo clérigo de misa, un manual para el tiempo
de neçesidad administre los sacramentos a los pobres”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 434


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

A las obligaciones del Capellán se le dedican 17 artículos


y de ellos se desprende que es la persona más importante en
cuanto a su relación directa con los enfermos y a sus
responsabilidades para con ellos y por eso se le insta a que viva
en el hospital48 para que constantemente pueda velar porque se
cumplan adecuadamente todas las normas morales y religiosas,
siendo su deber hacer que los enfermos se confiesen y
comulguen49 y les imparta el sacramento de la Extremaunción50
ayudándoles así a bien morir.

Seguramente teniendo en cuenta que los sacerdotes sabían


leer, se le adjudica la tarea de recibir a los enfermos que acuden
al centro y anotar en el libro de entradas todos sus datos, que
consistían en51:

• Nombre
• Edad
• Procedencia
• Estado civil: clérigo/ casado/ soltero/ casada/ soltera
• Todo lo que trae
48
Punto 1: “... el fin que le ade mover a residir en este ospital a de ser solo el serviçio de
Nuestro Señor y el aprobechamineto de su ánima y bien de los pobres que al dicho ospital
se bienen a curar...”
49
Punto 3: “... le a de consolar en sus trabajos y animándole a los sufrir por el Señor que
se los dá y le avise que, por quanto Dios da muchas veçes enfermedad en los cuerpos por
los pecados del ánima, procure de se confesar y reçevir el Sancto Sacramento que es
verdadera salud, y si biere que está dispuesto para ello y aperçebido y la gravedad de la
enfermedad lo pide, luego le confiese, y si no estubiere aperçebido le avise como se a de
aparejar pensando sus pecados para la tarde o si fuere tarde para la mañana, y sin más
dilación le confiese y dé el Santísimo Sacramento, porque los semejantes enfermos no
conviene dilatarlo más”
50
Punto 4: “... que tenga cargo de administrar el sacramento de la Extremaunçión cuando
sea tiempo y ayude a los enfermos a bien morir, y en ninguna manera les dexe solos
cuando están en agonía, por la gran neçesidad que dello tienen y procure que ayan echo
testamento y ordenado su ánima, pues este es el prinçipal bien que en esta casa se a de
pretender”
51
Punto 2: “... que luego que sepan que se a reçebido enfermo en la dicha casa para ser
curado, asiente en el libro del reçibo de los pobres como se llama y de donde es y la hedad
que tiene, si es clérigo, o casado, o casada, o soltero, o soltera, y poner por memoria todo
lo que tray”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 435


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Estos datos que se especifica deben de ser completados por


escrito, ponen de relieve que el hospital acogía indistintamente
hombres y mujeres, tanto solteros y solteras como casados y
casadas y solamente se plantea una duda y es que no se menciona
el caso de mujeres religiosas por lo que posiblemente no
estuviese previsto que las religiosas fuesen acogidas en el
hospital. En cualquier caso es este un dato muy a tener en cuenta
ya que la idea más extendida hasta ahora ha sido pensar que en
los hospitales solamente se acogía a hombres o mujeres y en este
documento está bien claro que ambos son admitidos en este
centro.

También el capellán era el responsable de hacer que los


enfermos, trabajadores del hospital y niños, aprendiesen la
doctrina cristiana y adoptasen las buenas costumbres de rezar
antes de las comidas52, así como de que a los enfermos les
leyesen libros religiosos y educativos, y de permitir que
recibiesen visitas de personas que apoyasen este
adoctrinamiento53.

Desde luego, el capellán es el responsable de todas las


cosas de la capilla, tanto ropas como ornamentos, vino, cera y
agua; también de bendecir ésta cada domingo para que siempre
hubiera agua bendita54, y de mantener limpia cada cosa.

Es evidente que todas estas cuestiones son indicadoras de


la importancia que el capellán tiene en el centro, pero su papel

52
Punto 6: “... aga enseñar la doctrina christiana a los enfermos y niños y servidores de
casa, y bendiçir la mesa siempre que comen y çenan los enfermos...”
53
Punto 7: ” procure que a los enfermos se lean libros de buena doctrina y les visiten
personas de buena vida y enxemplo, para que salgan sanctos y aprobechados en las
ánimas como salen en los cuerpos”
54
Puntos 12,13,14: “... que reçiba por inbentario toda la ropa que estubiere en su aposento
y todos los hornamentos de la capilla del hospital ..., probea que los hornamentos y
corporales de la capilla esten limpios ... probeyendo la zera, vino, y hostias..., que cada
domingo bendiga el agua en la capilla y haga que nunca falte agua bendicta en ella”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 436


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

trascendente con los enfermos se pone de relieve cuando se le


ordena que siempre debe de estar presente en las comidas de los
enfermos, debiendo vigilar qué comen, cuándo y cuánto55, para
lo cual debe estar igualmente presente siempre que el médico
visite a los enfermos56 para asi saber de primera mano lo que ha
ordenado respecto al tratamiento; igualmente debe vigilar que
cuando el enfermo muera todo esté controlado y en orden,
comprobando que se le amortaje57 y se le digan los responsos
correspondientes antes de que le “bajen abajo”, es decir, de que
le saquen de la sala de hospitalización y le lleven al depósito de
cadáveres.

El Mayordomo es la siguiente persona en importancia de


los trabajadores del hospital y a él se le dedican 24 artículos en
los que se describen sus obligaciones y responsabilidades. De
hecho, podría decirse que se trataba del director y del
administrador, todo en una misma persona, y por lo tanto era el
máximo responsable de administrar los bienes materiales58 y

55
Punto 9: “... que siempre se alle presente a dar de comer y çenar a los enfermos,
probeyendo que se haga con limpieça y sosiego y conçierto y en el tiempo y ora
competente, llebando el mesmo la comida, espeçialmente a los más caidos para alegrarles
y consolarles, y discurra por los quartos mientras se da la comida para ver si falta alguno
alguna cosa de lo que a menester”
56
Punto 11: “... se alle presente a la visita del medico cada día para que sepa lo que el
medico manda y vea después si se a probeido y si no, haga que se cumpla con toda
diligençia”
57
Punto 15: “...que en muriendo el pobre le aga amortajar y poner en sus andas y a ora
conpetente avise a los capellanes que le sepulten, tengan aparejadas las andas y çera y aga
tañer por el”
58
Puntos 2, 3 y 4: “ ... tenga cargo de cobrar todas las rentas de dineros y pan y todo lo
demas que tiene el dicho ospital...””... procure de poner en la villa de Empudia coxedor de
pan de la terçia que el ospital tiene, que sea fiel y diligente, y haçerlo traer a Palençia ello
y lo de Pedraça...” “...se encargue de todo el dicho pan y dineros que el ospital tiene de
renta...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 437


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

personales59 de la institución, aunque compartía con el capellán


la responsabilidad de velar y preservar las buenas costumbres60.

Es el responsable de tener el hospital en buen estado y de


hecho debe de preocuparse de mandar reparar todos los
desperfectos61 y del aprovisionamiento62 de todo lo necesario,
tanto víveres como ropas, limpieza, etc. Para controlar lo que
hay debe hacer un inventario63, cada dos años, de todas y cada
una de las cosas que posee el hospital, y dar cuenta de ello al
provisor quien también será el que de el visto bueno a algunas de
las transaciones económicas64 que tenga que realizar el
mayordomo, quién deberá tener dedicación exclusiva a la
institución y vivir en la ciudad, teniendo que dar cuenta al
provisor siempre que necesite ausentarse de Palencia65.

Su relación con los trabajadores que asisten directamente a


los enfermos es claramente jerárquica, siendo quien se encarga de

59
Punto 1: “... castigando las faltas que los servidores hiçieren, y execute las penas en que
cayeren el zurujano y barbero y los demás ofiçiales y servidores.
60
Punto 1: “...sea beedor de todos los ministros de la casa, juntamente con el capellán,
para no consentir viçios ni deshonestidades en dichos ni en echos, reprendiendo y, si
neçesario fuere, castigando las faltas que los servidores hiçieren...”
61
Punto 5: “... procure que las casas del dicho ospital y el mesmo ospital estén retexadas y
bien reparadas...”
62
Puntos 7, 10: “... que tenga probeida la casa, ansí de ropa y alhajas, mantenimientos
neçesarios y regalos para los enfermos...” “...probea al boticario de todas las drogas y
provisiones neçesarias y bea como se gastan en la botica y que no se esperdiçien”
63
Punto 11: “... que echo inbentario de todos los bienes muebles que estan dentro del
ospital, el que se a de haçer de dos a dos años... para dar cuenta al señor Provisor de
todos los bienes muebles y pan y dineros de la dicha casa”
64
Puntos 6 y 22: “... que no pueda vender ni prestar pan de la dicha casa si no fuere en los
tiempos que al señor Provisor le pareçiere, y para ello le pida liçençia” ...” que no pueda
comprar ganado ni otra mantenimiento cantioso de diez ducados arriba sin comunicarlo
con el provisor, ny vender pan sin su licencia”
65
Punto 23: “... que no pueda salir de la ciudad sin licencia del provisor aunque sea a
negocios del dicho ospital, ni en la ciudad encargarse de... (roto) ... ni negocio de ningún
particular sinó el del dicho ospital”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 438


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

contratarlos y de reprenderlos, castigarlos66 e incluso echarlos67


cuando a su juicio son merecedores de ello. Es el que delega las
responsabilidades a otros trabajadores y les entrega lo necesario
para que cumplan con sus obligaciones y desde luego quién les
exige cuentas de lo que han hecho y cómo68. Él también debe de
rendir cuentas, cada año, de todo lo que gasta y cómo, al señor
Obispo y al Cabildo antes de entregárselas al provisor69 y
posiblemente de pagarle.

En relación con los enfermos que acoge el hospital,


también al mayordomo se le exige tener una responsabilidad
directa para con ellos, aunque son el provisor y el médico
quiénes determinan quién es ingresado en el centro y quién no70;
debe el mayordomo vigilar si se cumplen las órdenes del médico,
si se administran bien los medicamentos71 y, estando presente
durante las comidas, si puede, debe comprobar que comen bien, a
sus horas y lo prescrito por el médico72. También debe controlar
la higiene, y responsabilizarse de que los niños expósitos que
lleguen al hospital tengan todo lo necesario, anotando todos los
datos posibles y circunstancias de su llegada, proporcionándoles
una buena ama de cría, y en el caso de que permanezcan en el
66
Punto 1: “... castigando las faltas que los servidores hiçieren...”
67
Punto 19: “... que tenga quenta con todos los servidores de la casa, ansí en reçevirlos
como en despedirlos no haçiendo lo que deven”
68
Punto 12: “... entregue a los ofiçiales de la dicha casa a cada uno los que tocan a su
ofiçio; ansí mesmo por inventario para que tengan cuenta con ellos”
69
Punto 24: “...que en fin del año, dadas las quentas a los señores Obispo y Cabildo, dará
quenta con pago del alcançe que se hiçiere al dicho provisor, asi del dinero del trigo,
cebada y centeno y acienda de los conbalecientes y quarto de bubas, el qual pago ha de
hacer en dineros, pan o en las deudas que estubieren por cobrar sin culpa suya”
70
Punto 16: “... que no pueda reçevir enfermos sin liçençia del señor provisor y médico”
71
Punto 15: “...mire si se da con diligencia el agua del palo con ropa limpia y bien seca y a
las horas y tiempo que manda el medico, ansí mismo las purgas y jarabes con todo lo
demas neçesario”
72
Punto 13: “... si fuere posible se halle presente a las comidas y çenas de los enfermos
cortando la comida, y mire no aya falta alguna preguntando a los mesmos enfermos lo que
querrían y con todo amor se lo aga dar y probeer”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 439


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

hospital por un largo espacio de tiempo, intentando que aprendan


un oficio73.

Ser el máximo responsable del hospital hacía que sus


decisiones fuesen determinantes en relación con la adopción de
los niños expósitos que eran depositados en el centro y se pueden
apreciar responsabilidades en relación con el desarrollo de esos
niños al adjudicársele el seguimiento y control del aprendizaje de
los oficios.

El Médico y el Cirujano constituyen dos personas


importantes en la atención de los enfermos del hospital y su
actuación se regula mediante 10 puntos.

Ambos son trabajadores contratados, posiblemente por el


propio hospital74, y debían visitar a los enfermos dos veces al día,
de 8 a 9 por las mañanas y de 3 a 4 por las tardes, con
penalizaciones en sus respectivos sueldos de no ajustarse a estas

73
Puntos 17 y 21: “... que en reçibiendo el niño expósito en la dicha casa, asiente el lugar
do se allo, con el día, mes e año y mantillas en que vino y zédula que traxo, y procure con
toda diligençia de que sea probeido de buena ama y la crie linpia y charitatibamente... y
avise a la madre de los niños que tengan muy gran cuidado de visitar a todas las amas y
miren como se aian las sobredichas criaturas... y sobre todo tenga quenta con ver si trae
cédula y sino biniera bautiçado lo diga al ama para que tenga cargo de que se bautiçe” ...
“que quando algun muchacho de los que se crian en esta casa, como los que se curan,
fuere de hedad que pueda servir o aprender ofiçio, que con diligençia se lo procure...”
74
En ocasiones son los Concejos los contratadores de médicos, cirujanos y barberos y una
de sus obligaciones consiste en atender a los enfermos de algún hospital de la ciudad; en
este documento que estamos estudiando no se hace ninguna referencia a quien es el
contratador, pero algunas obligaciones que se les adjudican hacen sospechar que es el
propio hospital quien se ancarga de contratarles y pagarles; así, en el punto 6 dedicado a
establecer sus obligaciones se dice: “... que cada uno dellos cure por su persona sin inbiar
sustituto, si no fuere en caso de enfermedad o absençia de la çibdad o notable ocupaçion,
en tal caso ponga quien lo aga bien y sufiçientemente a su costa y mision; y quando faltare
y no pusiere quien lo aga, el mayordomo lo busque a costa de su salario del medico o
zurujano” y de lo establecido en el punto 4 también se desprende que podría ser el
hospital quién les pagase: “... que de ningun enfermo que curaren dentro en el ospital
reçiban salario ni presente ni cosa alguna y si es neçesario lo juren, y de no les llebar cosa
alguna por haçerles reçebir en el ospital” y parece concluyente el contenido del punto 8:
“... se obliguen que habiendo de haçer mudança o asiento en otra parte dexando el
partido del ospital, avisarán quatro o a lo menos dos meses antes para que se probea con
tiempo la casa de quien lo aga, so pena de perder el partido todo el año”.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 440


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

normas. El cumplimiento de este horario debía ser más estricto


por las mañanas ya que se argumenta la importancia que ello
tiene para dar lugar a que se puedan hacer las medicinas que se
prescriban. En cualquier caso, sus ordenes deben figurar por
escrito en el libro correspondiente, no en otro lugar, ya se trate de
medicinas, dietas o sangrías.

Ambos son responsables de no mandar que se admita en el


hospital a enfermos de enfermedades incurables y, cuando se
trate de admitir a enfermos de enfermedades contagiosas deben
de comunicar el caso (es de suponer que al mayordomo) para que
se les adjudique la cama adecuada75. Es un dato muy a considerar
ya que pone de manifiesto que en el hospital de ninguna manera
se acogía a enfermos de enfermedades incurables, lo que en base
al conocimiento de la época suponía no admitir a enfermos
“locos”, o con procesos dermatológicos generalmente
catalogados como “lepra”, y un número indefinido de
enfermedades infectocontagiosas como el sarampión, tifus,
escarlatina, etcétera, y que eran catalogadas como enfermedades
incurables. También de estos datos se desprende que en el
hospital había partes bien diferenciadas en función de las
patologías.

Aunque cada uno de estos trabajadores tenía adjudicados


unos trabajos bien diferenciados, había actividades que debían
realizar en común, es el caso de la comprobación que debían de
realizar, dos veces por semana, del estado de las llagas de los
enfermos y aunque era el cirujano quien tenía que curarlas, si su
estado era preocupante debía de hacerlo después de haberlo
consensuado con el médico76. Da la impresión, tal y como se
redacta este punto, que era habitual que los enfermos tuviesen
llagas; desde luego no parece lógico atribuir las llagas a enfermos
75
Se trata del punto nº 7 en el que se establece: “... que no mande reçebir a nadie si no le
paresçiere que su mal tiene cura y avise si es de mal contaxioso o no por que se eche en la
cama que conbenga conforme a su enfermedad, ...”
76
En el punto 5 se establece: “...que dos beçes en la semana el medico juntamente con el
zurujano bea las llagas de los enfermos, y en los casos grabes y dificultosos en ninguna
manera el zurujano cure sin comunicarlo con el medico”.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 441


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

con heridas varicosas o a enfermos con heridas traumáticas, más


bien parece que los enfermos encamados tenían lo que hoy se
denomina escaras o úlceras por presión, (antes se aludía a ellas
como úlceras por decúbito), unas heridas en determinadas zonas
del cuerpo con protuberancias óseas (sacro, talones, codos,
rodillas omóplatos e incluso en las mamas) que se producen por
estar esa zona presionada y con falta de riego y por lo tanto de
oxigeno lo que hace que se necrose el tejido, y que están
directamente relacionadas con la inmovilidad, las carencias
nutricionales y las deficiencias higiénicas. Aunque parece lógico
deducir que los enfermos encamados sufrirían de estas dolencias
añadidas a sus enfermedades es interesante constatarlo ya que
ello permite, a cualquiera que haya podido observar ese tipo de
heridas, hacerse una idea del estado de los enfermos y de sus
cuidados, desde luego deficientes en cuanto a higiene y
movilización; es una lástima que no se detalle cómo debían de
tratarse esas llagas, aunque da la impresión de que al menos se
curaban a diario, por el cirujano dos veces al día77, aunque no
sabemos como.

Es decir, el cirujano debía de curar a los enfermos con


heridas todos los días mañana y tarde y dos veces a la semana, el
médico junto con el cirujano comprobarían el estado de esas
heridas.

El Boticario es también un destacado trabajador del


hospital a quien se le atribuyen importantes responsabilidades en
relación con los enfermos, las cuales se recogen a través de 23
puntos.

En ausencia del capellán es el encargado de recibir a los


enfermos y anotar en el libro correspondiente todos los datos que
se especifican en los artículos dedicados a señalar las

77
Así se establece en el punto númro 2:”... que el çurujano cure dos beçes cada dia a los
enfermos y bea las aguas del palo y çarçaparrilla si estan bien echas y si son frescas y bien
echas”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 442


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

obligaciones del capellán; una cuestión diferencia su


responsabilidad de la del capellán y es que al boticario se le pide
que sepa identificar la enfermedad que padece el enfermo y
discernir el estado en que se encuentra78; este conocimiento
sobre medicina se evidencia también en la responsabilidad que
se le atribuye al tener que decidir cuándo debe de ser avisado el
barbero e incluso éste debe de realizar las sangrías según las
indicaciones del boticario, quien señala el brazo y la vena en que
debe de realizarse la sangría79.

Su directa responsabilidad sobre los enfermos se refleja


también en el papel que se le otorga al lado del médico en las
visitas diarias que éste realiza a los enfermos del hospital; debe
de conocer todos los detalles del proceso de la enfermedad, o una
gran parte de ellos ya que entre sus obligaciones se encuentra la
de visitar a todos los enfermos hospitalizados y curarles “si
sabe”80, y hacer que cada enfermo tenga su propio orinal81, donde
se recoja la orina para podérsela mostrar al médico (la
observación de la orina era el principal medio de diagnóstico y
comprobación de la evolución de la enfermedad), también debía
anotar todas las ordenes del médico en relación con la
medicación, la alimentación prescrita para cada enfermo y demás
tratamientos que se establezcan82, y debe así mismo de
78
Punto nº 2: “... Que si el capellán no estubiere en casa y biniere algun enfermo al
ospital, le consuele y le reçiba luego mandándolo al señor provisor, con alegria; y en el
libro para esto depositado luego asiente el nombre y tierra y hedad y aspecto que tiene y
estado y enfermedad que trae, y los bestidos y dineros que trajere lo asiente con día, mes y
año para en sanando bolbérselo; y si Dios fuere servido de llebarle, se quede en casa, lo
qual se a de dar al mayordomo para que dé quenta dello, asiente el día que murió y si
reçibió los sacramentos”.
79
En el punto nº 7 se especifica: “...y envíe a llamar al barbero y le avise de que vena y
braço a de sangrar...”
80
Punto nº 21: “... que cure del ixado si lo supiere y visite muchas beçes a los enfermos de
calenturas y males y a los de zurujía”
81
Punto nº 6: “... que aga poner orinales a los enfermos para que tomen la orina y la
muestre al médico”
82
Punto nº 5: “... que visitando el médico ande con él acompañándole para ver lo que
manda dar a los enfermos, avisándole quándo vino y quántos jarabes a tomado y si a
purgado, y las mediçinas que mandare dar las asiente en el libro dellas; y lo demás que

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 443


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

encargarse de avisar a las enfermeras83 para que administren las


medicinas y el resto de tratamientos prescritos.

Parece conveniente hacer una reflexión acerca de dónde se


anotaban las ordenes de tratamiento a seguir para cada enfermo:
por una parte, la medicación se anotaba directamente en el libro
de medicamentos donde se especificaban las ordenes médicas a
seguir en cada momento y con cada enfermo; pero según se
desprende del texto, parece que había una especie de tablilla
(probablemente depositada a la vista de los trabajadores y
cercana a la cama de cada enfermo) donde se especificaba la
actuación a seguir con cada enfermo, tanto sobre la medicación
prescrita, como el tipo de dieta a seguir, el agua a beber y las
técnicas que había que realizarle.

Es probable que esta responsabilidad que se le otorga al


boticario esté en relación con su conocimiento de la escritura, y
de ahí que actúe un poco de intermediario entre el médico, el
enfermo y otros trabajadores del hospital, por ejemplo las
enfermeras, a las que se responsabiliza en el documento de la
asistencia directa a los enfermos, pero que probablemente su
condición femenina y sus carencias en cuanto a la lectura y
escritura habrían condicionado su responsabilidad, recayendo
ésta sobre el boticario por ser un trabajador que parece que
residía en el hospital o al menos debía de trabajar a tiempo
completo en la institución, que le pagaba con un sueldo que
incluía la manutención suya, de su mujer y de una criada y las
medicinas para todos ellos en el caso de necesitarlas84.

mandare, dietas o sangrías o que beba agua coçida o si a de reçebir mediçinas, lo asiente
con una tabla de memoria para ver y dar lo que está mandado”
83
En el punto nº 7 se especifica: “...y avise a las enfermeras para que hechen las
mediçinas y agan todo lo neçesario...”
84
En diversos puntos se establecen detalles acerca del salario, así, en el nº 20 se especifica:
“...le penen en medio real de su salario...”; en el punto nº 22 se lee: “...que la casa le dé
raçión para él y su muger y una moça, y las mediçinas que fueren menester cayendo
malos a ellos y a todos los servidores de casa a bien de su salario”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 444


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Como es lógico, se le considera el responsable de la botica,


y se especifica que debe de ser el “único” que se encargue del
trabajo en ella, ya que consta que no debe de tener ayudantes85; el
trabajo consistía no solo en fabricar las medicinas y llevárselas a
los enfermos86, sino también en tener la botica límpia y
ordenada87 .

Parece que uno de los productos habituales que debía de


fabricarse en la botica eran los distintos tipos de aguas que debía
de administrárseles a los enfermos88: agua cocida (debía de
referirse agua hervida), aguas de palo (debía de referirse al agua
en que se cocía el guayaco o palo de las indias, también conocido
como palo santo, que es utilizado para curar las enfermedades
venéreas), zarzaparrilla (llamada así el agua donde se cocía la
raíz del arbusto conocido por ese nombre, y que era utilizada en
medicina como depurativa y sudorífica)89.
85
Punto nº 12: “... no tenga moço ni le pida ni muchaho, sinó que por su persona lo aga”;
punto nº 7: “... que luego que el médico se vaya por su mano, aga las mediçinas...”
86
Punto nº 7: “... aga las mediçinas y las llebe a los enfermos en sus basos señalados y se
los llebe a los quartos de los males con toda paçiençia y charidad...”; punto nº 10: “... que
por su persona aga todas las mediçinas y compuestos, saque zumos, aguas, jarabes, con
todo lo demás tocante a su botica sin faltar en cosa alguna, teniendo en ella siempre buen
recaudo”
87
Punto nº 13: “... que tenga todos los instrumentos de la botica muy limpios y aparejados
y la botica siempre muy limpia”
88
Punto nº 11: “... que cueça todas las aguas de palo y çarçaparrilla con todas las demas
aguas neçesarias para beber los enfermos...”; En el apartado dedicado a las obligaciones
del enfermero, en el nº 3 se habla de las aguas cocidas de regaliz y çevada.
89
Aunque en este documento solamente se especifican estas aguas y se dice “y todas las
demas...” el número de aguas que se detallan en los textos de medicina clásica y de época
medieval son muy numerosas, por ejemplo, agua de ángeles o agua rosada, caracterizada
por su fragancia al estar hecha con diversas flores y con indicaciones muy variadas, desde
el dolor de cabeza hasta la prevención de las pestilencias si se mezclaba con vinagre; agua
angélica o agua de la vida, era agua “ordinaria” según se especifica, cocida con canela y
usada para beber y con efectos purgantes y vomitivos, de uso especial para las fiebres
tercianas y cuartanas; agua de remedio, una infusión de hierbas y/o vegetales variados a la
que se atribuyen diversos efectos medicinales; agua compuesta, la que se mezcla con el
zumo de alguna fruta o las frutas hechas infusión, una bebida que según a la fruta que
contenga es considerada estimulante o sedante; aguamiel, se trata de agua mezclada con
miel y a la que se atribuye características estimulantes; agua de azederas, de uso especial
contra la peste; y un largo etcétera, lo que supone un amplio catálogo de aguas el ofrecida
en la literatura médica.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 445


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Sin duda una de las mayores responsabilidades que se


atribuía al boticario en relación con los enfermos, radicaba en ser
el responsable de vigilar y controlar absolutamente todo lo que
comían y bebían90 lo que le obligaba a tener un control estricto
sobre ellos, cuantos estaban ingresados en el centro, cuándo se
les daba el alta, e incluso quién los visitaba.

Su control sobre la dieta, aunque con destacadas


intenciones económicas91, permite conocer la alimentación de
los enfermos, lo que hay que destacar dada la importancia que
ello tenía en la concepción de la salud y la curación de las
enfermedades.

La primera diferenciación clara se establece entre el tipo de


carne que se destina a los enfermos, un hecho que parece que los
divide en dos grandes grupos:

• los que comen aves


• los que comen carnero

Según parece, estas carnes las podían tomar asadas o


cocidas y el boticario era el encargado de informar a la enfermera
mayor y a la cocinera del número de aves que eran necesarias y
de cuántas libras de carnero había que cocinar.

Los otros alimentos mencionados y que al parecer


constituían la dieta de los enfermos, eran:

• huevos
• lechugas y/o acelgas

90
Punto nº 9: “... que se halle siempre presente al dar de comer y zenar con la tabla de lo
que el médico dexo ordenado, para que conforme a ella aga distribuir la comida y vea si lo
tiene bien probeido y saçonado la coçinera; y avise a las enfermeras a qién an de dar agua
coçida y aquién vino, o lo que fuere menester”.
91
Punto nº 8: “... porque no se gaste sinó lo necesario...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 446


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

• manzanas
• pasas y almendras92

Según se especifica, la dieta ordinaria de un enfermo debía


de ser:

• una tercera parte de una libra de carnero, y


• un ave para cada cuatro o cinco enfermos

En esta dieta ordinaria no estarían incluidas las verduras, ni


el pan, ni el vino o agua (de diverso tipo) que posiblemente todos
los enfermos consumían. Esta pormenorización de la
alimentación de los enfermos nos ayuda a entender una parte
importante de sus cuidados.93

En principio y salvo que el provisor ordene “por escrito” lo


contrario, las medicinas que se elaboran en la botica del hospital,
son solo para los enfermos del hospital, para los niños del
hospital y para sus trabajadores cuando lo necesiten; en cualquier
caso, todas las medicinas deben ser ordenadas por el médico94, y
es obligación del boticario apuntar en el libro correspondiente
todo lo que dispensa y lo que gasta con el fin de llevar un estricto
control de esta parcela95.

92
De estos alimentos se habla en el capítulo dedicado a establecer las obligaciones de la
enfermera mayor, concretamente en apartado el nº 22 cuando se dice: “... y luego sacar las
pasas y almendras neçesarias, y por su mano aga los paltos dellas y los dé a los enfermos
o los mande llebar a las enfermeras...”
93
Un amplio punto 8 está enteramente dedicado a detallar los pormenores de la comida de
los enfermos, así: “... que sepa cada día el número de enfermos que ay en la casa y lo que
cada uno a de comer y cenar, si abe o dieta y qué dieta, o carnero, y avise a la enfermera
mayor y a la coçinera cuántas libras de carnero se an de coçer o asar y cuántas abes y lo
que será menester de lechugas o azelgas o quantos huebos o camuesas, según el número
de los que cada una cosa destas o otras an menester porque no se gaste sinó lo necesario;
y sepa que la hordinaria comida para un enfermo a de ser terçia parte de una libra de
acrnero y un abe entre quatro o cinco.”
94
Punto nº 15: “...que no dé ninguna mediçina dentro de casa sinó lo mandare el médico, y
a muy gran neçesidad poder alguna bez darla”
95
Distintos puntos hacen referencia al control de gastos de la botica; así, punto nº 14:

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 447


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

La obligación de cumplir todas estas ordenes no se da por


supuesto y está prevista la pena a cumplir, medio real de su
salario, y quién debe de ejecutarla, el mayordomo, según
determine el provisor, en el caso de que el boticario cometiere
alguna falta96.

Por último, el boticario también tiene su papel en el caso


del posible óbito, esperándose de él que facilite a los enfermos
hacer testamento97, una práctica que cada vez se pondrá mas en
boga y que la Iglesia favorecerá que se realice.

• El Barbero es un técnico con conocimientos empíricos


sobre medicina, que desempeña un papel importante en el
hospital, y al parecer imprescindible para los enfermos, como se
pone de relieve en los tres puntos que se dedican a establecer sus
obligaciones.

Al igual que el médico, era un trabajador que no vivía en el


hospital, y que seguramente estaba contratado por él mismo, no

“... que tome por imbentario todo lo de la botica, con botes y cajas, redomas, almireçes,
espátulas y mediçinas, de las quales dé quenta cómo las reçibe y cómo se gastan y para
todo dé fianças abonadas y seguridad bastante”. Punto nº 17: “... que si por mandado del
señor provisor hubiere de dar mediçinas algun señor benefiçiado de la yglesia, no lo dé si
no biniere la reçeuta por el mesmo rubricadas, para que le pague en plana y guarde todas
las çédulas para que en fin del año el médico las tase y se cobren”. Punto nº 18: “... que si
algún capellán de la yglesia u otro particular de la çibdad quisiere gastar mediçinas del
ospital, no las dé sin liçençia del señor provisor, y todo lo que diere lo asiente en el libro
de las mediçinas para que se cobre por el mayordomo, y lo que se pagare de contado lo
eche en la caja del depósito que ay para esto y jure de haçer esto y lo demás con toda
fidelidad”. Punto nº 19: “... que todo lo que diere dentro y fuera del ospital lo asiente
porque al fin del año se sepa a quanto llega lo que se gasta en la botica”
96
Punto nº 20: “... que por cada cosa destas que faltare dos días a reo, le penen en medio
real de su salario, y si hiçiere más faltas se le multiplique la pena a la boluntad del señor
provisor, y el executor della sea el mayordomo”.
97
Punto nº 4: “... si algún enfermo quisiere haçer testamento, le avise como le aga y enbíe
a llamar al escribano de casa, y desto tenga espeçial cuidado pues tanto cumple a las
ánimas de los tales enfermos”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 448


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

hay duda de que cobraba un sueldo por su trabajo, ya que se


establece que será multado con parte de él si se ausenta y no deja
a quién pueda sustituirle98.

Su trabajo consistía en realizar las sangrías prescritas por


el médico, tanto a los enfermos hospitalizados como a los
servidores del hospital y a los llamados “hijos de la casa”, que
eran los niños que habiendo sido expósitos habían crecido pero
seguían teniendo su residencia en el centro aunque saliesen por el
motivo que fuese99; también debían de sajar (se trata de un corte
hecho en un tejido, o el propio corte en la vena para realizar la
sangría, aunque también puede tratarse del corte que
generalmente se realiza en una herida y que sirve para drenarla,
para eliminar así el exudado o producto de la infección); se
esperaba que fuese diligente en su trabajo, que no delegase en
terceras personas y que a poder ser acudiese al centro por las
mañanas, y a la mayor brevedad cuando era requerido para su
trabajo100.

• La Enfermera Mayor parece que era una trabajadora


con una extraordinaria responsabilidad en la institución, al menos
eso se desprende de los 27 puntos que se dedican a establecer sus
obligaciones, el último de los cuales tiene una especie de
apostilla que hace referencia expresa a su mucho trabajo, dice:
“Tiene tanto que haçer que no se puede comprender en

98
En el punto nº 3 se dice:”...que se obligue estando ausente de poner quien aga por él el
ofiçio siendo llamado y que no le dexan dos abiendo falta llamen a su costa quien lo aga y
le den por cada sangría medio real de su salario”
99
En el punto 1 se establece: “Primeramente, que sangre a todos los servidores y enfermos
de la casa y sangre y saje a los niños hijos de la casa dentro o fuera della, y esto por su
persona y no por otra”
100
Punto nº 2: “... que luego en siendo llamado para sangrar o sajar, venga con mucha
diligençia y amor y no difiera la benida para la atrde o para mañana, por peligro que ay
en ello”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 449


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

capítulos. Nuestro Señor la enseñe haçer su boluntad y servir


con charidad a éstos sus pobres, nuestros amos”

El primero de los puntos deja bien claro que es una


trabajadora que debe de reunir unas cualidades especiales de
abnegación, paciencia, amor al prójimo y desde luego resistencia
y amor al trabajo para desempeñar su “oficio”,101 es decir un
trabajo que debía de ser habitual en los hospitales si hacemos
caso de la acepción que a esta palabra dedica la Real Academia
Española de la Lengua en su diccionario102. “Ocupación
habitual. Cargo, ministerio”.

Ella, junto con la enfermera que trabaje en la sala donde va


a ser ingresado el enfermo, debe de encargarse de recibirle y tras
comprobar que la cama está hecha, limpia y en orden, tiene que
adjudicarle la cama, ponerle la ropa de dormir y acostarle,
dándole les instrucciones que el enfermo precise para que su
estancia en el centro le resulte lo más agradable posible103.

Como en el hospital hay un control riguroso, tanto de los


enfermos que ingresan, como de si se les da el alta o si fallecen
(es una lástima que no se hayan conservado esos libros), y por
supuesto de todo lo que se gasta, cuando el enfermo ingresa se

101
En el punto 1 se dice:” Sepa que está puesta en ofiçio de madre para con hijos y ansí de
tratar a todos los enfermos con gran amor, sufriendo sus inportunidades que la enfermedad
les hace tener, y mire que le cabe el nombre de huespeda de Iesuchristo, pues lo a de ser
de sus miembros los pobres, Preciese del ofiçio y no la canse el trabajo, pues con él se
alcança tanto premio”
102
Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española. Vigésima Primera
Edición. Madrid 1992. El Tesoro de la Lengua Castellana o Española de Sebastián de
Covarrubias, dice al respecto: “vulgarmente significa la ocupación que cada uno tiene en
su estado, y por eso solemos decir del ocioso y desacreditado, que ni tiene oficio ni
beneficio”
103
Punto nº 2: “... que en siendo reçebido el enfermo ella mesma por su persona,
juntamente con la enfermera de aquel quarto do a de ser curado, le lleben a la cama do le
pareçiere que estará más abrigado, la cual esté echa y adreçada con su almuada y sábanas
linpias y le acuesten en ella con todo amor; y si tiene camisa linpia se la vistan,
animándole Nuestro Señor le dará salud y ofreciéndose que le ará todo serviçio y que no
dexe de pedir como en su propia casa lo que quisiere”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 450


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

debe anotar en el libro correspondiente sus datos y su estado de


salud-enfermedad, así como sus pertenencias, pero a pesar de la
importancia de esta trabajadora y de su obligación de recibir y
alojar a los enfermos, entre sus muchas obligaciones no se
encuentra la de anotar en el libro todos los datos del enfermo y
debe de avisar al capellán o al boticario104 para que ellos realicen
esa actividad, aunque luego ella se haga cargo de guardar todas
las pertenencias que llevaba el enfermo.

Sin duda esto se refleja así porque lo habitual debía de ser


que las mujeres no supiesen leer; téngase en cuenta que este texto
es un documento donde se recogen las obligaciones de todos y
cada uno de los trabajadores y responsables del hospital, que está
hecho para ser aplicado durante un tiempo indefinido y por tanto
ninguno de los cargos que se detallan están referidos a ninguna
persona en concreto, por ello deberíamos de dar por supuesto que
al igual que a los capellanes y boticarios, cargos a desempeñar
por hombres, se les da por hecho que saben escribir, a la
enfermera mayor, cargo a ser desempeñado por una mujer, se
entiende que no sabría escribir105.

Su responsabilidad directa en el bienestar de los enfermos


es manifiesta y por ello su trabajo se puede estructurar en varios
apartados:

1) Visitar a todos y cada uno de los enfermos106

104
En el punto nº 3 se dice: “... que aga al capellán o voticario que asiente y ponga por
memoria los vastidos y dineros que traxere el enfermo y lo guarde para que en sanando se
le buelban, o si muriere se queden a la casa”
105
Sobre este asunto: VV.AA.- De leer a escribir I. La educación de las mujeres:
¿Libertad o subordinación?. Madrid, Laya, 1996
VV.AA.- Las sabias mujeres. Educación, saber y autoría (siglos XIII- XVII). Madrid Laya
1994
VV.AA.- Las sabias mujeres (siglos III-XVI) Homenaje a Lola Luna. Madrid Laya 1995
106
Punto nº 4: “... que visite muy a menudo los quartos preguntando a acda enfermo si les
falta alguna cosa”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 451


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

2) Pasar visita con el médico, enterarse del tratamiento


que prescribe y hacer que se cumpla107

Dado que se incluye la obligación de la enfermera mayor


de avisar al boticario y trasmitirle las ordenes médicas: “... que
aconpañe al médico siempre que biniere a visitar... y avise al
boticario...” , parece que existiese una contradicción con lo que
se dice en el punto nº 5 de los dedicados a establecer las
obligaciones del boticario, ya que se especifica que éste debe de
acompañar al médico cuando pase visita: “... que visitando el
médico ande con él aconpañándole para ver lo que manda dar a
los enfermos...”.

En el punto nº 20 de los dedicados a la enfermera mayor se


insiste en que ésta debe de conocer, por medio del boticario, lo
que ha de comer cada enfermo: “que sepa del boticario que se a
de dar a cada enfermo...”.

Es algo contradictoria esta serie de ordenes y


contraórdenes y llevan a confusión acerca de quién debía de
acompañar al médico cuando pasaba visita ya que si eran ambos,
enfermera mayor y boticario, no parece lógico que uno al otro
tengan que repetirse lo que ambos habían escuchado
directamente; parece que el redactor de estas ordenanzas
quisiese asegurarse de que uno de los dos trabajadores, la
enfermera mayor o el boticario, estuviese siempre presente en la
visita del médico y se hiciesen responsables de que se
cumpliesen sus ordenes.

3) Encargarse de que se cumplan los tratamientos


prescritos108
107
En el punto nº 6 se dice: “... que aconpañe al médico siempre que biniere a visitar los
enfermos porque bea lo que manda dar a cada uno dellos y se lo dé sin faltar ninguna
cosa, y no exçeda un punto dello; y avise al boticario la ora y quando se an de dar las
mediçinas a los enfermos que dexó ordenadas el médico”
108
Punto nº 7: “... mande a las enfermeras menores luego hechen las mediçinas y den las
aguas coçidas a los enfermos y vea como lo haçen esto y lo demás que toca a sus ofiçcios”.
Punto nº 8: “...tenga cuenta con las oras en que mandaron dar de comer a los enfermos,
..., y no consienta a los deudos que les bienen a visitar les den cosas dañosas”.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 452


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

4) Responsabilizarse de la higiene, tanto de los


enfermos, como de las instalaciones del hospital; de los
recipientes en los que comen los enfermos y de los
utensilios que maneja la cocinera; de las ropas, tanto de
los enfermos como de las camas; un total de 11
artículos se dedican a establecer obligaciones en
relación con esta cuestión lo que indica la importancia
que se daba a este aspecto.

No se detalla de forma expresa cómo debe de realizarse la


higiene de los enfermos, pero si se alude a que en momentos
concretos ha de prestarse especial atención a este aspecto, por
ejemplo cuando los niños van a ser bautizados, aunque en
realidad se establece que los niños siempre deben de estar
limpios109; en general, deben ponerse los medios para que los
enfermos no se manchen y puedan limpiarse110.

Con el mantenimiento de la higiene de la ropa de cama se


es más estricto en el documento, y se detalla cómo deben de
mudarse las camas al menos cada ocho días, y cómo cada 15
debe de entregárseles ropas limpias111; el mantener las ropas de
cama limpias es una preocupación constante, por lo que se
especifica que debe de evitarse que se manchen cuando los
enfermos coman en la cama, cuestión por la que se insiste en que
no se olvide darles una servilleta para que se la pongan112.

109
Punto nº 11: “... y ellos estén limpios ... y cuando les an de baptiçar les limpie por su
persona y adreçe con todo lo neçesario”
110
Punto nº 23: “... ponga o aga poner a cada enfermo un pañiçuelo en que se limpie a ora
de comer y çenar en la cama”
111
Punto nº 14: “Procure que cada ocho días se muden las sábanas y almuadas a los
enfermos, echándoles ropa limpia a lo menos de quinçe días y mucho más a menudo a los
que hubieren menester...”
112
Punto 23: “... ponga o aga poner a cada enfermo un pañiçuelo en que se limpie a ora de
comer y çenar en la cama”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 453


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

El miedo a la contaminación de las enfermedades parece


bastante ostensible, lo que explica que se establezcan en cuatro
artículos, 10, 15, 16 y 17, cuestiones relacionadas con esta tema;
se especifica que toda la ropa y utensilios de los enfermos, que
previsiblemente padecen enfermedades “contagiosas”, debe de
guardarse y lavarse separada del resto113, e incluso se ordena que
se destine a los enfermos de sarna las sabanas viejas114; en esta
línea también se especifica que las ropas utilizadas por los
enfermos y que llevan puestas cuando mueren, deben de sacarse
al aire para que se ventilen115. En cualquier caso, todos los años
debe de deshacerse, lavarse y volverse a hacer los colchones y
dos veces por año la enfermera mayor tiene que encargarse de
que se laven todas las mantas y ropas de lana que hay en el
hospital con el fin de que desaparezcan los malos olores.

La higiene de todo lo que rodea a los enfermos, desde la


habitación hasta los utensilios que han de ser usados por ellos,
parece que también constituye un tema de preocupación, al
menos para el redactor de este documento y es de suponer que
sería lo habitual en este tipo de establecimientos. Esta
preocupación se refleja en la responsabilidad que se deposita en
la enfermera mayor para que compruebe cómo las enfermeras
menores que trabajan en turno de mañana, realizan la limpieza
de la habitación y de los vasos y demás recipientes a utilizar por
los enfermos116.

113
Punto nº 16: “ Procure de tener señalada y apartada la ropa del quarto de los males y
que en ninguna manera se labe ni junte con la ropa de los quartos de calenturas, así
mantas como sábanas como todo lo demás basijas en que an de comer y beber por enbitar
el daño que dello podría benir”
114
Punto nº 17: “ Tenga algunas sábanas viejas a parte, depositadas para los sarnosos que
se an de curar en los quartos de calenturas, porque no conbiene que duerma en la ropa
común ni en la del quarto de los males”
115
Punto 10: “... y la ropa en que murió se saque al ayre...
116
Punto nº 18: “ ... que tenga cuenta que las enfermeras menores de mañana limpien los
quartos, laben los serviçios y las vasijas en que han de beber los enfermos...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 454


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Esta atención con la higiene se establece también para con


la manipulación de los alimentos y los recipientes que se utilizan
para cocinar, encargándose a la enfermera mayor que supervise
el trabajo de la cocinera117.

En realidad todos los procedimientos relacionados con las


comidas constituyen un motivo de preocupación y por ello se
establece que debe de mantenerse una higiene adecuada, tanto en
lo que concierne a los enfermos, como en relación con la comida
de todos los trabajadores del hospital, y por ello se establecen
normas de actuación para poner la mesa, colocar los platos en su
sitio, utilizar manteles limpios, e incluso la enfermera mayor
debe de supervisar que a los servidores también se les laven
todas sus ropas118

5) Es responsable de la comida de los enfermos. En este


sentido, es bastante amplia la relación de las actividades que
tiene que realizar y supervisar.

En primer lugar, se le pide rigor y prudencia en la


administración y supervisión de qué, cómo, cuánto y cuándo
comen los enfermos, ya que de no ser estricta con este
cumplimiento podrían derivarse daños para la salud de los
pacientes119; no hay duda de que se valora, y mucho, todas las

117
Punto nº 20: “...que sepa del boticario qué se a de dar a cada enfermo y el que a de
almorçar o no, y quántas aves o libras de carnero son menester para que lo de a la
cocinera, y bea cómo la haçe limpiamente y bien saçonada, y las escudillas y platos con lo
demás tenga limpio”.
118
Punto nº 21: “ Ponga o aga poner en el aparador a la hora de comer y çenar manteles
limpios y en la mesa de los enfermos y un paño limpio para el que cortare la comida...”
Punto nº 24: “... que dé a la coçinera la carne y mantenimientos neçesarios que se an de
adrçar para los enfermos y servidores de casa y procure que se les limpie su ropa blanca,
camisas, sábanas y manteles...”
119
Punto nº 5: “... que sea prudente en dar los almuerços y comidas, porque no sea
engañada con neçia charidad en darles cosas contrarias y no probechosas a su salud,
mobida a lástima. Es crueldad darles lo que dañe su salud”. Nota nº 8: “...tenga cuenta
con las oras en que mandaron dar de comer a los enfermos, que es cuando se les quita la
calentura...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 455


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

cuestiones relacionadas con la alimentación120 y se hacen


alusiones constantes a las repercusiones en la salud de no
cumplirse con lo establecido.

Se da mucha importancia a la alimentación de los


enfermos y por ello, teniendo en cuenta la inapetencia a que
puede someterles su enfermedad, se responsabiliza a la enfermera
mayor de supervisar la elaboración de las comidas121 e incluso de
que se elaboren panes especiales, (seguramente de pan blanco
que estaba considerado bueno para la salud) que les resulten más
apetitosos122.

Hay que señalar de forma especial su responsabilidad con


la alimentación de los lactantes, ya que se le pide que vigile que
ninguna noche se acuesten sin que se les dé la leche123.

6) Máxima responsable de los niños expósitos. Aunque


el hospital dispone de una trabajadora: la Madre de Niños, como
encargada y responsable directa de atender a los niños expósitos
acogidos en el hospital, se prevé que sea la enfermera mayor la
última a quién se pedirán responsabilidades ante la asistencia y
cuidados que reciban estos niños124. A pesar de que el hospital

120
Punto nº 8: “A los muy caídos regale con toda diligençia y busque los apetitos que
puedan comer... y no consienta a los deudos que les bienen a visitar les den cosas
dañosas”
121
Punto nº 20: “... para que se lo dé a la cocinera y bea como la haçe limpiamente y bien
saçonada...”; nota 24: “...que dé a la cocinera la carne y mantenimientos neçesarios que se
an de adreçar para los enfermos y servidores...”
122
Punto nº 19: “... que reçiba el pan del panadero y aga algunos paneçillos de muy buen
pan para los muy caidos, y que todo sea bien saçonado y bien coçido sin aber en ello
falta”
123
Punto nº 11: “... y no consienta que ninguna noche quede la criatura en el hospital sin
aber quien las dé leche...”
124
Punto nº 11: “ A los niños expósitos en el hospital bea como la madre dellos tiene
quenta con ellos en buscarles amas limpias, y ellos estén limpios y no consienta que
ninguna noche ...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 456


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

asiste y dispensa buenos cuidados a los niños que son


abandonados en el centro, no parece sin embargo que se desee
que este hecho se produzca, y por ello en otro apartado de estas
constituciones, concretamente en las obligaciones que se le
atribuyen al portero se establece que éste debe de tener buen
cuidado de que no se abandonen niños en el centro y que incluso
tiene la obligación de perseguir a quién vea en esa actitud125.

7) Responsable de la buena muerte del enfermo.


También en estos momentos de la vida de los enfermos, a la
enfermera mayor se la adjudican responsabilidades. Debe de
estar presente cuando ese hecho se produzca ya que tiene que
darles ánimos para que tengan una buena muerte 126 y debe de
mantener todo límpio y en orden, tanto la cama del enfermo
como las demás cosas necesarias para cuando llegue el capellán a
administrar los últimos sacramentos127. Cuando se produce el
fallecimiento deben amortajarle, juntamente con la enfermera
menor y deben poner sus ropas a airear128.

8) Mantenimiento y abastecimiento de todo lo


necesario para la asistencia a los enfermos.
En realidad es a ella a quién el mayordomo hace entrega
mediante inventario de todo lo que hay en el hospital, tanto
muebles como ropas y demás utensilios, y es ella la que debe de

125
Punto nº 6 de las que se dedican a establecer las obligaciones del portero: “... que jure
de no consentir echar en el ospital ningun niño, ni lo encubrirá, y guardará con toda
diligençia que no le achen, y si le biere echar detendrá a quien le echare”
126
Punto nº 10: “Procure de allarse presente a la muerte de los enfermos para animarles a
bien morir
127
Punto nº 9: “ Quando se hubiere de dar el Santísimo Sacramento y la Extremaunción a
algún enfermo, tenga adreçada la cama y mesa con toda limpieza u lo demás que fuere
neçesario con todo cuidado”
128
Punto nº 10: “... en fallesçiendo, ella o la enfermera menor, le amortajen, y la ropa en
que murió se saque al ayre...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 457


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

responder a esa confianza que se le hace 129; además, cuando sea


necesario reponer algún artículo, debe de ser ella quién se lo pida
al mayordomo, insistiendo todo lo necesario, hasta que éste
reponga lo que falte130.

9) Responsable de guardar las normas morales dentro


del hospital.
La conducta y la vida de la enfermera mayor debe de ser el
ejemplo a seguir para todos los trabajadores de la casa -hombres
y mujeres-131, pero es también la responsable de vigilar y
reprender los comportamientos y actitudes de las trabajadoras del
centro132, teniendo incluso que vigilar el sueño de las servidoras
del hospital para lo cual está dispuesto que éstas duerman
dentro de la alcoba donde duerme la enfermera mayor133.

10) Responsable directa del trabajo de las


enfermeras menores
De forma muy clara se especifica en el reglamento que ella es la
responsable de mandar hacer, vigilar cómo se hace y reprender
en el caso de que algo no esté hecho de acuerdo con las normas y

129
Punto nº 12: “Reçiba por inbentario toda la ropa de lana y lino, con todos los otros
muebles del hospital, de mano del mayordomo y se tenga cuidado para guardarlo”
130
Punto nº 13: Quando biere que ay falta, ansí de ropa como de otra qualquier provisión,
avise al mayordomo una y muchas veçes hasta que lo probea”
131
Punto nº 27: “... que sea tal su vida que todos tengan que deprender della y dé buen
exemplo y procure de haçer todos los sobredichos ofiçios por solo Dios y no por otro
interés...”
132
Punto nº 25: “... que tenga gran vigilancia en que todas las servidoras de la casa sean
honestas, piadosas y limpias y que traten bien a los enfermos reprendiéndoles si fueren
desgraçiadas con ellos, no les consienta deshonestidades ni tratos con los hombres de casa
ni de fuera, quitando en quanto pudiere las ocasiones y bele con gran didligençia en esto,
pues las obras buenas echas en pecado no son meritorias”
133
Punto nº 26: “... que no se vaya a acostar sin llebar delante de sí todas las servidoras de
casa, las quales duerman una puerta dentro de donde ella durmiere”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 458


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

con lo ordenado en las constituciones del hospital y así se pone


de relieve en tres artículos134

• Enfermeras Menores

Un total de 12 artículos ponen de relieve las obligaciones y


cualidades que deben reunir estas mujeres que el hospital
contrata para realizar un trabajo; un “oficio” según el documento,
nombre que denota una “ocupación habitual” o “profesión de
algún arte mecánico” según señala la Real Academia Española
de la Lengua, cuestión que lleva a pensar que debía de ser éste un
oficio habitual que las mujeres realizaban directamente en las
enfermerías de los hospitales y probablemente de ahí su nombre:
enfermeras, que haría referencia exclusiva a aquellas mujeres que
desempeñaban su trabajo directamente con los enfermos135.

La primera preocupación que parecen tener los redactores


de estas constituciones estriba en las cualidades que se considera
que deben de reunir las mujeres que vayan a realizar este trabajo;
un trabajo que les parece duro por lo que se les exige tener “celo”
y ser “sufridas” para cumplir bien con sus obligaciones, pero
además deben de ser “honestas” y “piadosas”.136

134
Punto 7: “Mande a las enfermeras menores luego hechen las mediçinas y den las aguas
cocidas a los enfermos y vea como lo haçen y lo demás que toca a sus ofiçios”; nota nº 18:
“... que tenga cuenta que las enfermeras menores de mañana linpien los cuartos, laben
los serviçios y las vasijas en que an de beber los enfermos y les agan las camas con todo
cuidado cada día, lo qual ella ver por vista de ojos haçer”; nota nº 22: “...o los mande
llevar a las enfermeras...”
135
La antigua acepción latina Infirmor era utilizada para designar a los enfermos. El
término latino Infirmitas-atis significa debilidad (del cuerpo), complexión débil, es decir
enfermedad; el nombre enfermería parece que se empezó a utilizar para referirse a un
espacio físico de los monasterios cristianos de la Alta Edad Media donde eran acogidos los
enfermos; posiblemente se empezaría a utilizar el nombre enfermera-o para referirse a las
personas que desarrollaban su trabajo en estos espacios, en las enfermerías, y en ellos se
dedicaban a cuidar y asistir a los enfermos.
136
Punto nº 1: “Primeramente, que sean mugeres honestas y piadosas y sufridas, pues an
de servir a tantos y tan diversos, en condiçiones que sólo el serviçio de Nuestro Señor y
zelo les a de haçer exerçitar bien su ofiçio”.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 459


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Hay que destacar el hecho de que solamente a estas


mujeres, a las enfermeras menores, de todas las que se
mencionan en estas constituciones: enfermera mayor, madre de
niños, cocinera y lavanderas, y desde luego a ninguno de los
hombres para los que se establecen obligaciones y
responsabilidades, ni siquiera al enfermero, se les exige ninguna
cualidad específica para desempeñar su trabajo; solamente a la
cocinera se le pide que sea “mujer cuerda y sufrida, limpia y
diligente”, pero ninguna cualidad relacionada con la moral.
Seguramente el hecho de que las enfermeras tuvieran que estar
directamente con los enfermos varones levantaría “recelos” y
“miedos” ante esa idea perpetuada por la Iglesia acerca no solo
de la inferioridad de las mujeres sino también de su maldad y de
su capacidad para hacer caer a los hombres en el pecado.

Creo que puede afirmarse que había una enfermera para


cada sala de enfermos; pero en realidad me surgen muchas dudas
en relación con este tema. En todo el documento ni una sola vez
se habla de enfermas y solamente se refiere a los enfermos
utilizando el género masculino, de hecho parece claro que se trata
de varones cuando por ejemplo se dice: “... a reçibir al
enfermo...”, “... y para que tenga quenta con sus manos los
enfermos, cumple que duerma en el quarto donde ellos
estubieren...”; “... sirva a comer a sus enfermos...”; así pues,
creo que estas enfermeras atendían a los enfermos varones a
pesar de que había un enfermero que al parecer atendía a los
hombres enfermos al menos de dos salas: “el quarto de los
hombres enfermos” y “el quarto de los males”.

De lo que no hay duda es que se les exigía que durmiesen


en las salas de los enfermos137, las cuales, al anochecer debían de
iluminar con unas lámparas, seguramente para que pudiesen estar

137
Punto nº 3: “... Y para que tenga quenta con sus manos los enfermos, cumple que
duerma en el quarto donde ellos estubieren”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 460


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

atentas a cualquier cosa que necesitasen de noche los enfermos y


poder atenderles138.

Esta obligatoriedad de dormir en la misma habitación de


los enfermos confirmaría que las enfermeras menores estarían
trabajando “a turnos”, ya que como se ha mencionado en el
apartado 9 de las obligaciones de la enfermera mayor, ésta debía
de supervisar que las enfermeras menores, y las demás servidoras
de la casa, fueran honestas y por ello debían de acostarse en una
habitación que debía de estar dentro de la suya: “... las quales
duerman una puerta dentro de donde ella durmiere” (Nota nº
26).

Parece que una jornada completa de trabajo podría


consistir en lo siguiente: tras levantarse por la mañana y antes de
que llegase el médico a pasar visita, es decir, antes de las 9h,
tenían que tener la sala en orden, limpia, con los servicios y las
vasijas de los enfermos limpias y con las camas de los enfermos
hechas139; cuando llegaba el médico, la enfermera de la sala tenía
que informarle, mientras pasaba visita con él, del estado del
paciente: qué y cuánto había comido y bebido, si había tomado o
no las medicinas, cómo había pasado la noche y por supuesto
debía de enseñarle las orinas de los enfermos140 para que el
médico pudiese establecer el diagnóstico en el caso de ser un
enfermo nuevo, aún no visitado, o de valorar su estado y
modificar si fuese preciso algún detalle de su tratamiento141.
138
Punto nº 7: “... en anocheçiendo haçiendan las lámparas de sus quartos y en dándoles
la çena ... y de noche tenga espeçial cuidado de darle lo que pidieren”
139
Punto nº 5: “... que en lebántándose saque los servicios de lso quartos que tengan alrgo,
y agan las camas; y todo sea echo cuando benga el médico”; En el nº 18 de los dedicados
a las obligaciones de la enfermera mayor se dice: “... que las enfermeras menores de
mañana limpien los quartos, laben los serviçios y las vasijas en que an de beber los
enfermos y les agan las camas con todo cuidado cada día...”
140
Punto nº 3: “... que siempre se halle presente quando el médico visitare el quarto que
tubiere a cargo, y le muestre las orinas y infórmele quándo vino y qué jarabes a tomado y
cómo le fue la noche pasada...”
141
Punto nº 3: “... y le muestre las orinas y infórmele... porque el médico sin informaçión
no puede curar...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 461


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Terminada la visita y una vez que se había marchado el


médico, tenía que encargarse de hacer todo lo que éste había
mandado en relación con el tratamiento142, y para ello debía de
avisar al boticario, informarle de lo que el médico había
dispuesto para los enfermos de su sala y después de que el
boticario le llevase las medicinas y productos a administrar a
“sus” enfermos tenía que encargarse de administrarlas143;
también debía de pedirle a la enfermera mayor aquellos
productos que necesitasen los enfermos y que dependiese de ella
el proporcionarlos144. Llegada la hora de la comida debe de
encargarse de dar de comer a cada enfermo y tras haber
cumplido esta obligación tenía que informar a la enfermera
mayor de cómo se había desarrollado este proceso de la
alimentación en relación con cada paciente145. Seguramente por
la tarde tendrían que encargarse de las meriendas y las cenas y de
preparar a los enfermos para hacer frente a la nueva noche.

En este sentido, las primeras veces que leí el documento


se me plantearon algunas dudas, ya que en él se hace referencia
expresa a las enfermeras de “turno de mañana”146 y ello podría
significar que solo dormían en el hospital aquellas enfermeras
que trabajaban de noche; sin embargo me parece más lógica la
hipótesis de que las mujeres contratadas para trabajar de
enfermeras menores fuesen destinadas cada una a una sala de
enfermos viviendo en esa sala, donde se ocupaban mañana, tarde

142
Punto nº 4: “... que luego como se fuere el médico, ponga en efecto las meleçinas que
dexó mandadas con todo lo demás”
143
Punto nº 6: “... que tenga cargo de avisar al boticario que llebe los jarabes y purgas con
todo lo demás que mandó el médico para sus enfermos, y pídale las aguas coçidas...”
144
Punto nº 6: “... y a la enfermera mayor acuerde lo que para cada uno de sus enfermos
fue mandado dar y inportúnela asta que se lo dé...”
145
Punto nº 6: “... Sirba al comer a sus enfermos y avise a la enfermera mayor qual ha
comido y qual no...”
146
Punto nº 18 de las dedicadas a la enfermera mayor: “... que tenga quenta que las
enfermeras menores de mañana...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 462


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

y noche, de atender a los enfermos, como si de una vivienda se


tratase y ella fuese “la mujer de esa casa” realizando allí todos los
trabajos que habitualmente haría si estuviese en su propia casa y
por eso se establece que tenían que ocuparse incluso de lavar las
ropas de esa sala, en ausencia de las lavanderas147; como es
lógico, no estarían trabajando 24 horas al día, por ello, habría
más mujeres trabajando como enfermeras menores y de ahí que
algunas de ellas durmiesen bajo la estricta vigilancia de la
enfermera mayor.

La enfermera de cada sala, debía de recibir, junto con la


enfermera mayor, al enfermo que llegaba al hospital y que iba a
ocupar una cama de la sala donde la enfermera realizaba su
trabajo, es decir la que estaba directamente a su cargo y en la que
precisamente por ello, era la responsable de que la cama
estuviese hecha y con las ropas limpias, tanto de la cama como
las que se iba a poner al enfermo, igual que los recipientes que se
le adjudicaban a ese nuevo enfermo.148

Una responsabilidad atribuida a estas enfermeras menores


consistía en encargarse de amortajar a los enfermos de sus salas
cuando fallecían, encomendándoseles también que aireasen las
ropas de ese enfermo,149 una costumbre ésta, estrechamente
relacionada con la teoría del contagio, y que también se ponía en
práctica con los peregrinos que llegaban a Santiago de
Compostela, y que debían subir a la “cruz de Farrapos” (cruz de
los harapos) a airear sus ropas antes de entrar en el templo.150

147
Punto nº 9: “... que en defecto de las labanderas, cada qual labe la ropa de su quarto y
varran los corredores y patio y portal con lo demás de casa”
148
Punto nº 2: “... que cada una dellas se halle presente con la enfermera mayor a reçebir
al enfermo que se hubiere de curar en sus quartos, para el qual tenga la cama echa con
almuada y sábanas linpias y luego le ponga un orinal con su çesta para que tome la orina”
149
Punto nº 8: “... que amortajen los defuntos y saquen la ropa en que murió al ayre”
150
Cuando los peregrinos llegaban a Santiago de Compostela, un “Camino de enfermos” ya
que Santiago era un santo con poderes de taumaturgo, antes de netrar en el templo debían

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 463


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

En relación con este tema de los contagios de las


enfermedades y la preocupación que parece existir en este
sentido, se establece que otra de sus responsabilidades consiste
en mantener siempre separadas del resto, aquellas ropas y
utensilios utilizados por los enfermos diagnosticados de
enfermedades consideradas contagiosas.151 Igualmente, también
deben de responsabilizarse de guardar aparte las escudillas que se
utilizan para las sangrías.152

Parece que el hospital tiene especial preocupación con la


higiene y la alimentación de los enfermos ya que constantemente
se insiste en aspectos relacionados con estos temas y a veces
incluso se da a entender que deben de insistir y ser hasta
“pesadas” pidiendo a los responsables de suministrar las bebidas
o las ropas limpias, es decir, al boticario o la enfermera mayor,
todo lo que los enfermos precisan respecto a estas cuestiones153

de someterse al ritual de la Cruz de Farrapos, un ritual que consistía en despojarse de las


ropas que había utilizado durante el viaje, las cuales eran llevadas a lo más alto de la cúpula
de la catedral donde se colocaban en la base de la cruz griega y en el exterior de los
laterales de las vidrieras de la cúpula, para que perdiesen las miasmas del camino. El
objetivo de este procedimiento era que el viento y el agua de la lluvia limpiasen las ropas y
las dejasen útiles para para su uso. A los peregrinos el cabildo les entregaba ropas “nuevas”
y, una vez límpios, higiénicamente límpios de cuerpo, podían penetrar en el templo para
que mediante las oraciones, el Santo les otorgase la gracia de limpiarles el alma y por tanto
recibir el don que les permitía recuperar la salud. Ver: Atienza, Juan G.- Los peregrinos del
Camino de Santiago: historia, leyenda y símbolo. Madrid 1993.
151
Punto nº 12: “... que tengan a parte la ropa porque no se junte con lo demás, ansí
mesmo los jarros y platos, los quales ellas laben y suban al aparador al tiempo de dar de
comer, sin consentir que se junten con los otros”
152
Punto nº 5 de las dedicadas a establecer las obligaciones de la cocinera: “... que las
enfermeras tengan aparte las escudillas que fueren menester para sangrar...”
153
En repetidas ocasiones ya comentadas, se alude a que las enfermeras menores deben de
insistir para que les den aquellas cosas necesarias para los enfermos, así, en la nota nº 11 se
establece: “... que sean inportunas con el boticario que les dé el agua segundas en
abundançias y nunca les den agua cruda. Pidan a la enfermera mayor les dé ropa, la que
fuera menester”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 464


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Se establece también otro aspecto importante a considerar


y es que estas enfermeras menores no solo deben de encargarse
de la higiene y la alimentación sino que aquellas destinadas a
trabajar en “los cuartos de los males”, seguramente donde
estaban hospitalizados los enfermos con enfermedades
“contagiosas” o consideradas entonces como tales, tenían que
encargarse del tratamiento específico de estos enfermos,
consistente según parece, en hacerles sudar posiblemente con
algún procedimiento que permitiese simular los baños de vapor,
manteniéndoles tranquilos y el tiempo específico prescrito para
ese tratamiento. No parece que este tratamiento fuese muy del
agrado de los enfermos, puesto que se insiste en que les
mantengan tranquilos y sin “ceder” en la cantidad de agua; una
vez que se ha cumplido el tiempo indicado y el enfermo ha
sudado lo necesario, debe encargarse la enfermera de cambiarle
las ropas, tanto las suyas como las de la cama.154 Parece que
sería un tratamiento a seguir en la propia cama de cada enfermo,
de ahí que se establezca “y les agan las camas”, y puede que se
trate de un procedimiento como el que se describe en esta imagen
en la que una mujer está procediendo a bañar a un enfermo en
una especie de tina de cuero que como puede comprobarse se
coloca en la cama del enfermo, y en la que se va echando agua;
desde luego si el procedimiento era este no es de extrañar que a
los enfermos no les agradase demasiado el tratamiento.

154
Punto nº 10: “... que las enfermeras de los quartos de los males metan a sudor a la hora
que el médico les señalare y áganles estar quedos todo el tiempo neçesario sin açeder en la
cantidad del agua; y nunca saquen de sudor sin mudarles camisas y escofias y sábanas y
les agan las camas”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 465


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 466


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

• El Enfermero es otro de los trabajadores del hospital


cuyo trabajo se realiza directamente con los enfermos. Del texto
se desprende que solamente se contrataba a una persona, un
varón155 para realizar este trabajo el cual era llevado a cabo en
“el quarto de hombres enfermos” y en “el quarto de los males”.

Según estos datos cabría pensar que en el hospital había


una especie de ala para hombres y otra para mujeres y por ello se
mencionarían cuartos de males donde trabajarían las enfermeras
y cuartos de males donde trabajaban enfermeros, sin embargo
hay datos que resultan desconcertantes y que dificultan la lectura
e interpretación del documento; si esto era así y el hospital era
“doble” y tenía una parte dedicada a acoger a mujeres y otra a
hospitalizar a hombres, ¿por qué entonces solamente se refiere el
documento a un enfermero mientras que al hablar de las
enfermeras menores se hace en plural?, acaso es, ¿porque había
más mujeres enfermas que hombres enfermos y las necesidades
del hospital estaban cubiertas con un enfermero mientras que
enfermeras eran necesarias más?, desde luego, interpretar la
posibilidad de esta segunda opción como viable y creer que la
intención del fundador era que estuviesen más atendidas las
mujeres que los hombres, es a todas luces una falacia ya que ni es
lógico que así fuese, ni la consideración social, ni de la Iglesia,
no olvidemos que el fundador del hospital era el obispo, acerca
de las mujeres, hace pensar en ello como una posibilidad aunque
sea remota.

A pesar de que solamente se dedican cuatro apartados para


establecer sus obligaciones, éstas parece que difieren poco de las
señaladas para las enfermeras menores y de hecho se especifica
que debía de barrer, limpiar, hacer las camas,156 ocuparse de
155
El enunciado de este apartado dice claramente enfermero y no cabe poner en duda
cuándo la referencia se hace para una o para varias personas y ello referido a todo el
personal del hospital al que se alude en las constituciones por ejemplo, como cocinera en
singular o lavanderas en plural.
156
Punto nº 1: “... que cada día aga las camas a sus enfermos y limpie los servidores, y si
fuere menester barra las enfermerías”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 467


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

darles las medicinas prescritas, levantarles y movilizarles,


guardarles la ropa, que vigile estrechamente cuales son sus
necesidades y las provea, y tenga precaución con lo que comen
para evitar el riesgo que se atribuía la ingestión de alimentos
contrarios a la salud de los enfermos.157

También las referencias a su trabajo se hacen


denominándolo oficio158, lo que al igual que en el caso de las
enfermeras menores podríamos señalar cómo un trabajo habitual;
¿podría ser que hubiese menos hombres dispuestos a realizar este
trabajo y por ello solamente se contrataba a un enfermero en el
hospital?, podría ser, pero ello no justificaría que en las
constituciones se aludiese a este trabajador en singular, ya que la
posibilidad de encontrar trabajadores, sea del oficio que sea, es
variable y las constituciones no se elaboraban para durar un
periodo de tiempo pequeño sino que por el contrario se pretendía
que permaneciesen en el tiempo, y de hecho así parece que era ya
que es factible encontrar constituciones de hospitales, por
ejemplo del siglo XVIII, que son una copia, a veces solo
modificada muy ligeramente, de las elaboradas en el siglo XIV o
XV.159

157
Punto nº 2: “... que tenga diligençia en que eche las meleçinas que el médico mandare a
los enfermos de sus quartos con todo amor y caridad, sufriendo las inportunidades y
desabrimientos que los enfermos suelen tener, y menearles y gualarles la ropa y darles lo
que pidieren no siendo contrario a su salud”. Nota nº 3: “... que tenga su agua coçida de
regaliz y çevada o otra que el médico mandare y se dé a cada enfermo como fuere
mandado, y que contino asista en los quartos porque oya y vea las neçesidades de sus
enfermos y las probea christianamente dándoles lo neçesario y negando lo dañoso”
158
Punto nº 4: “... que ará todo lo demás que fuere neçesario en su ofiçio y al serviçio de
Nuestro Señor y desta su casa”
159
Es el caso por ejemplo de las constituciones del hospital del monasterio benedictino de
Santa María de Arbás, un hospital situado en el puerto de Pajares y que daba cobijo a los
peregrinos de la ruta Jacobea durante la Baja Edad Media y que con motivo de su reforma
en 1797, volvieron a retomarse las antiguas constituciones para adecuarlas a los nuevos
tiempos y con unos ligerísimos retoques sirvieron para que el hospital siguiese
funcionando. Así lo relata el médico e historiador de la medicina, ya fallecido, Cesar
Fernández Ruíz en su obra Historia Médica del Principado de Asturias.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 468


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Así como el trabajo de las enfermeras se detalla en relación


con los cuidados a prestar a los enfermos ingresados en el cuarto
de los males y que deben de ser sometidos a esos “baños de
sudor” prescritos por los médicos, en el caso del trabajo del
enfermero, aunque se especifica que debe de realizarlo en el
cuarto de los males, no se hace ninguna alusión a este tipo de
cuidado “específico” aunque si se refiere su obligación de hacer
las camas, barrer y fregar. No deja de ser curioso o al menos
digno de ser señalado; no creo que se trate de un olvido, ni de
algo que por obvio pudiese haber dejado de indicarse ya que
parece que en este documento no quiso dejarse nada al azar y
todo estaba previsto y bien señalado; cabe entonces preguntarse
por qué en este caso tan específico de cuidados, eran las
enfermeras las que lo llevaban a cabo y los enfermeros no,
porque parece que las demás cuestiones realizadas para asistir a
los enfermos, como alimentación, medicación e higiene, si era
establecida igual o en muy similares términos para ambos
trabajadores.

¿Acaso era ese un tratamiento solo para mujeres?, no creo


que ese fuese el motivo si hacemos caso a lo que Cervantes
cuenta en su obra El coloquio de los perros, del tratamiento a que
eran sometidos aquellos hombres enfermos a los que conocía y
veía pasar desde su casa, que al parecer padecían sífilis, y que
acudían a curarse al hospital de la Resurrección de Valladolid,
muy próximo a su casa, a los que se trataba con esa especie de
baños para que sudasen, un tratamiento que realizaban tanto
enfermeros como enfermeras, y de ambos señala Cervantes que
morían más que los propios enfermos a causa precisamente del
tratamiento con productos mercuriales que manejaban para
cuidar a ese tipo de enfermos.

Además, provocar el sudor era un tratamiento habitual para


eliminar humores en muchas enfermedades y por lo tanto no
parece lógico suponer que a los hombres no se les sometiese a
ese tratamiento; entonces ¿por qué?, solamente se me ocurre
suponer que en este terreno se podía considerar más capaces a las
enfermeras o que fuese un trabajo más desagradable que los

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 469


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

demás y por ello se les adjudicase a las mujeres, sin embargo esta
segunda opción no resulta muy lógica porque contemplar el
barrer y limpiar como unas tareas poco desagradables para los
hombres medievales me parece bastante infantil, así que me
inclino por la primera hipótesis y quiero suponer que a las
mujeres se las consideraba más cualificadas para realizar ese
tratamiento.

También hay que señalar que a este trabajador no se le


exige poseer las cualidades que necesitan las enfermeras para
realizar su trabajo, esas actitudes que han llegado a considerarse
“inherentes a las mujeres” y desde luego a las enfermeras y que
llegaron a conformar el prototipo de enfermera: bondadosa,
caritativa, paciente, obediente, amable, cariñosa, sumisa..., todo
menos profesional.

En estas constituciones se establecen las obligaciones de


otros trabajadores como el portero, el aguadero, el despensero,
el escribano, la cocinera, la madre de niños y las lavanderas.
No por ser menos importante para la marcha del hospital, sino
por su menor relación con los enfermos, es por lo que no voy a
detallar con tanta precisión las obligaciones de cada uno, pero sí
indicaré algunas cuestiones muy puntuales de su trabajo que
tienen mayor incidencia sobre los enfermos o sobre alguna
cuestión concreta del hospital no mencionada hasta ahora.

La preocupación por el bienestar de los niños se hace


patente en estas constituciones y de hecho parece que hay una
persona, la denominada madre de niños, encargada solo de que
a los expósitos del hospital no les falte nada, estén bien
atendidos, limpios y bien alimentados160 e incluso se estipula que
de no haber nadie que se encargue de darles la leche durante la

160
En el nº 3, de los tres dedicados a la Madre de Niños, se establece: “... que los más días
visite a sus niños y mire si las amas los crían bien y con limpieça, y las que no lo hiçieren
bien dé aviso al señor provisor o al mayordomo para que se les dé buena ama”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 470


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

noche, debido al peligro que ello entraña161, que los niños sean
llevados fuera del hospital.

El trabajo de la cocinera está detallado de forma


meticulosa a lo largo de 10 puntos. Se trata de una mujer a la que
se pide que sea “cuerda, sufrida, limpia, diligente y con mucha
paciencia”162; es responsable de la cocina y de lo que en ella se
hace; parece que debía de vivir en el hospital ya que se le pide
que madrugue y que deje los platos limpios por la noche163,
limpie, encienda la lumbre y se informe a través del boticario de
lo que tiene que cocinar, avisando después a la enfermera mayor
para que le dé lo necesario para empezar a guisar;164 ¿era la
enfermera mayor una especie de ama de llaves que controlaba
“casi” todo?

Acerca de qué y cómo debe de realizar la cocinera su


trabajo, se insiste en varios artículos, acerca de la necesidad de
ser extremadamente cuidadosa con la higiene tanto de los
utensilios de guisar, como de los platos y con el agua. Se insiste
en que mantenga siempre separados los recipientes de los
diferentes cuartos sin mezclar platos ni ninguna vasija de los
enfermos de cada sala y tampoco con los de los trabajadores del
hospital165; se le pide también a la cocinera que no permita

161
En el nº 2 se dice: “...que luego les procure ama limpia con toda diligençia y en
ninguna manera quede de noche ningún niño en casa si no hubiere quién les dé leche,
porque en esto ay peligro”
162
Punto nº 1: “... sea muger cuerda y sufrida, limpia y diligente porque a la que a pobres
enfermos a de servir a de aparejar paçiençia para sus importunidades, y haçerlo tan linpio
que les conbide a comer y no suçio que les de más astio del que ellos tienen y se pierda.
Esto a de açer con toda cordura”
163
Punto nº 2: “... que siempre madrugue de mañana...”; Nota nº 4: “... que los platos y
escudillas an de quedar limpios de la noche antes...”
164
Punto nº 2: “... y limpie su cocina y haçienda (¿encienda?) lumbre y pregunte al
boticario lo que a de adreçar yavise y inportune a la enfermera mayor que luego se lo dé y
lo adreçe”
165
Punto nº 4: “... que los platos y escudillas an de quedar limpios... y los ponga en el
aparador media ora antes de que se de la comida, apartados de los del quarto de los

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 471


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

utilizar ningún recipiente de la cocina para hacer medicinas ni


sangrías.166

En relación con el uso del agua, que parece que estaba


almacenada en tinajas grandes en la cocina, se hace responsable a
la cocinera de que se utilice bien, y para ello no debe permitir
que los enfermos, salvo que tengan permiso expreso para ello,
beban el agua directamente de esas tinajas ni la saquen en
jarras167, probablemente para beber de ellas, ya que de hacerlo
contaminarían el agua de todo el hospital.

Parece que en el hospital no escaseaba el agua, o al menos


así se hace constar al establecer como obligación del aguadero
“traer toda el agua que fuere necesaria...”168

Es posible que las comidas se sirviesen alrededor del


mediodía ya que a las dos de la tarde la cocinera debía de
empezar a preparar las cenas169 y lógicamente se supone que no
lo haría sin haber recogido antes todo lo de las comidas; con toda
probabilidad comerían primero los enfermos y a continuación el
personal del hospital; entre los enfermos, algunos, seguramente
los más graves, debían de comer en sus propias camas, mientras
que el resto comería en estancias habilitadas para ese fin170 donde
males, y los unos que an de ser de los males se señalen porque no anden con los del
quarto de las calenturas; en ésta aya buena quenta pues ba mucho en ello”
166
Punto nº 5: “... que no consienta que en el plato y escudilla de la coçina se aga sangría
ni éleçina ninguna...” ; Nota nº 8: “... que los platos y los serviçios de servidores esté a
parte ...”
167
Punto nº 7: “... que tenga cuenta con las tinaxas del agua no beban los enfermos dellas
sin liçençia ni anden jarreando”
168
Punto nº 1 de las tres dedicadas al aguadero: “Este aguadero a de tener mucho cuidado
de traer toda el agua que fuere menester en casa....”
169
Punto nº 9 de las dedicadas a la cocinera: “...que en dando las dos, pida a la
enfermera mayor lo que a de aparejar de çenar, ansí para enfermos como para servidores,
y lo tenga a punto para cuando se hubiere de dar”
170
Punto nº 12 de las dedicadas a las enfermeras menores: “...ansí mesmo los jarros y
paltos... y suban al aparador al tiempo de dar de domer...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 472


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

como es lógico habría muebles destinados a guardar las vajillas y


demás utensilios necesarios para la comida.171

Parece que el inspirador de estas constituciones


consideraba de suma importancia todas las responsabilidades
atribuidas a las mujeres que trabajaban en el hospital (o
desconfiaba de su capacidad para llevarlas a cabo) puesto que se
especifica que deben ser castigadas si no cumplen con sus
obligaciones; unos castigos que debían ser decididos por el
máximo responsable de la institución, el provisor, quién podía
llegar a expulsar a quién no acatase su decisión y se revelase
contra ella.172 Parece que la desconfianza estribaba en que
abusasen de la confianza depositada en ellas y se apoderasen de
alguna cosa del hospital, de ahí posiblemente que el mayordomo
tuviese que hacer frente al valor de lo que sustraído con su propio
salario.

La insistencia en la limpieza y la higiene también se pone


de relieve en las obligaciones que se atribuyen a las lavanderas,
dos mujeres que dependían directamente de la enfermera mayor o
del mayordomo;173 se les exigía que lavasen toda la ropa del
hospital, parece que una vez a la semana174 y seguramente solo
en el río que es donde el aguadero, en un mulo, les llevaba la
171
Punto nº 4 de los dedicados a la cocinera: “... que los platos y escudillas an de quedar
limpios... y los ponga en el aparador media ora antes que dé la comida...”
El término aparador me generó algunas dudas respecto a si se refería a una especie de
armario donde colocaban las vajillas o si se trataba de la propia mesa donde comían y por
ello consulté el Tesoro de la Lengua Castellana de Covarrubias y efectivamente esta palabra
se refiere a “la credencia o mesa donde están las vajillas para el servicio”, es decir no a la
mesa donde se comía, sino al armario donde se guardaban las vajillas.
172
Punto nº 10 de las dedicadas a establecer las obligaciones de la cocinera: “... que todo lo
sobre dicho cumplan ansí la enfermera mayor como las menores y coçinera, con la pena,
cada bez que hubiera falta, que al señor provisor le pareçiere, y al mayordomo que se le
quite luego de su salario, los quales apunte el boticario; y si rebeldes fueren crezca la
pena despedirles si no açen lo que deben”
173
Punto nº 3 de las tres dedicadas a establecer sus obligaciones: “... que an de haçer todo
lo que fuere neçesario en casa y más lo que les mandare la enfermera mayor o
mayordomo, pues será lo que conbiene al servicio de los pobres”
174
Punto nº 2: “ An de labar cada semana...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 473


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ropa para que la lavasen175 debían mantener esa ropa separada


en tres bloques bien diferenciados, cuidando de no juntarla: la de
los cuartos de males por un lado, la de los cuartos de calenturas
por otro y la de los trabajadores de la casa por otro176. Desde
luego, debían ser cuidadosas con la ropa y si perdían alguna se
les descontaba de su salario.177

Cinco puntos detallan las obligaciones del despensero, el


cual es responsable de realizar las compras de todo lo que de
forma ordinaria se precisa para la asistencia a los enfermos, es
decir, lo que ha prescrito el médico, y también los demás
artículos necesarios para la casa (es de suponer que se refiere a
productos alimenticios y quizás alguna cosa de limpieza178) y que
previamente debe autorizar el previsor o en su ausencia el
mayordomo179; a ellos debe de rendirles cuentas cada noche,
tanto de lo gastado como de la custodia que ha hecho de lo que

175
Punto nº 2 de las dedicadas al aguadero: “... que porque son muchos los paños que de
ordinario se laban en casa, que con la mula o macho que hubiere en casa los llebe y
traiga del río cuando las labanderas se lo mandaren”
176
Punto nº 2 de las lavanderas: “... y procurando en todos los paños que se les diere toda
limpieça, apartando lo de los quartos de los males por sí y lo de los quartos de calenturas
por sí, y lo de los servidores de casa por sí, que no se junten uno con otro por el daño que
dello se sigue”
177
Punto nº 1 de las lavanderas: “Estas dos mugeres an de tener mucha cuenta con la ropa
blanca o otra que la enfermera mayor les diere, y lo reçiban por cuanta y lo den, y quando
alguna sábana o camisa se perdiere, lo paguen del salario que ganan o otra qualquier
cosa que perdieren”
178
Según comenta Oronzo Giordano en su obra Higiene y buenas maneras en la Alta Edad
Media, en algunas reglas monásticas como la de san Fructuoso, era el despensero el
encargado de la limpieza de los niños expósitos y de sus ropas, cosa que hacía en los
lavaderos que generalmente estaban al lado de la cocina y para ello se utilizaba lejía en
abundancia y agua caliente aunque el jabón también podía utilizarse además de la lejía y
por ello no faltaban nunca ni lejía ni jabón. (p. 59)
179
Punto nº 2 de las dedicadas a las obligaciones del despensero: “... que tenga cargo de
comprar todas las cosas neçesarias y hordinarias que fueren menester para la casa,
procurando lo mejor que pudiere para los enfermos”. Nota nº 3: “... y les pregunte lo que a
de tener para el día siguiente, que será conforme a lo que dexó mandado el médico y lo que
al señor Provisor más le pareçiere conforme a la gente que hubiere en casa”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 474


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ha comprado, exigiéndosele que no diese nada a nadie sin la


autorización previa180.

El análisis de las obligaciones del portero permite


aproximarse a algunos aspectos concretos del hospital, desde
cómo eran las instalaciones a qué normas regían en la institución
y cual era su funcionamiento. Mediante doce artículos se
describen sus responsabilidades.

En realidad es una especie de “espía” del provisor ya que


se le pide que vigile todo y a todos y que le informe de todo lo
que pasa181, de quién entra y de quién sale182, de lo que cada uno
trae o lleva183 y se le da capacidad para prohibir la entrada o la
salida184 e incluso para perseguir a quien intente dejar a un niño
en la institución.185

También se detecta en estos artículos la preocupación por


la alimentación de los enfermos y lo que ello supone en relación
180
Punto nº 3 del despensero: “... que cada noche dé quenta al señor provisor o al
mayordomo y les pregunte lo que a de tener para el día siguiente... “. Nota nº 4: “... que no
dé ninguna cosa fuera de las hordinarias a ninguno de casa ni fuera sin liçençia del señor
provisor y, en su ausençia, del mayordomo”
181
Punto nº 7 de las obligaciones del portero: “ ... que no consienta cosa mal echa en la
casa y lo que viere avisará al señor provisor”
182
Punto nº 2 de las dedicadas a establecer las obligaciones del portero: “... que no falte
estar siempre a la puerta de casa para ver quién entra o quién sale y a qué”
183
Punto nº 4: “... que no consienta a ninguna persona sacar ningunos bienes del ospital,
ni de los enfermos sin liçençia del señor provisor, porque no aya menos la casa alguna
cosa”
184
Punto nº 5: “... que no reçiba ningún enfermo ni le dexe dormir en la casa si no supiere
que el señor provisor le a reçebido, y si le trajeren de fuera no le consienta apear asta que
dello dé relaçión al señor provisor”. Nota nº 8: “... que después que fuere reçebido el
enfermo no le consienta salir de casa asta saber si ba despedido, y si saliere sin deçirselo
no le consienta entrar sin deçírselo al señor provisor”. Nota nº 11: “...que no dexe salir
de casa, espeçialmente de noche, a ninguna servidora de casa, sin liçençia de la enfermera
mayor”
185
Punto nº 6: “ que jure de no consentir echar en el ospital ningún niño, ni lo encubrirá,
y guardará con toda diligençia que no le echen, y si le biere echar detendrá a quién le
echare”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 475


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

con la curación de las enfermedades y por eso al portero se le


atribuye la responsabilidad de no permitir que nadie introduzca
ningún alimento para los enfermos186.

Al hospital parece que se accedía por unas puertas que de


noche permanecían cerradas con llave y no se abrían hasta que
era de día187, unas puertas que daban acceso a un portal que
permanecía iluminado por las noches188 y que debía de
comunicar con la escalera que daba acceso al piso superior,
aunque muy posiblemente para acceder a la escalera fuese
necesario franquear otra puerta189; seguramente por el portal
también se accedería a un patio al que también se entraría
mediante una puerta que se cerraba con llave y que el portero
abría solo cuando era necesario190.

Por último, el escribano estaba encargado de actuar como


“notario” de la institución y por ello en los cuatro artículos
dedicados a señalar sus obligaciones se detalla cómo debe de
hacer todas las escrituras de las posesiones del hospital que bajo
la dirección del secretario del Cabildo se determinen191,
aludiéndose de forma especial a las negociaciones llevadas a
cabo en la villa de Pedraza (un lugar donde al parecer tenía
posesiones el hospital); hay que destacar que se hace referencia

186
Punto nº 9: “... que no consienta meter vino ni ninguna golosina a los enfermos, y a
qualquiera que viniere a verles pregunte qué quieren y les mire qué traen y no les
consienta entrar asta avisar a la enfermera mayor”
187
Punto nº 12: “... que de noche, a la ora que el señor provisor le mandare o fuere oras,
cierre las puertas de la calle y escalera y no dé las llaves ni abra asta que sea de día”
188
Punto nº 10: “... que en anocheçiendo avise que haçiendan la lámpara del portal de la
casa y procure que siempre arda de noche”
189
Punto nº 12: “... cierre las puerta de la calle y escalera...”
190
Punto nº 3: “ que siempre tenga çerrada la puerta del patio con llabe si no fuere
quando viere ser neçesario estar avierta”
191
Punto nº 1 de los dedicados a establecer las obligaciones del escribano: “... que aga
todas las escripturas de casas, viñas, tierras y huertas, pisones, conforme y con las
condiçiones que dixere el secretario del Cavildo”.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 476


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

expresa a su honradez.192 Las obligaciones del escribano


relacionadas directamente con los enfermos son: hacer
testamentos y escrituras193 y registrar la prohijación de los
niños194.

• Salarios

En la documentación se presentan datos relacionados con


los gastos que tiene el hospital y los salarios que paga a los
distintos trabajadores y que están distribuidos en tres apartados:

• Salarios ordinarios
• Salarios en pan
• Acostamiento de servidores

En la relación de salarios ordinarios, el más elevado


corresponde al que recibe el médico: 10.000 (se supone que se
refiere a maravedís, aunque figura tachado en el documento); el
capellán es el siguiente sueldo más alto ya que cobra 7.000 mrs.;
el cirujano cobra 4.500 mrs, junto con otro trabajador cuyo
nombre está tachado y por lo tanto no se sabe a quién
corresponde, lo mismo que pasa con el salario de la enfermera
mayor que también figura tachado; el barbero y los capellanes
del Número cobran 2.500 mrs., unos capellanes de número a
quienes se les da también 375 mrs por la procesión de San
Bernabé, y 1.250 mrs al secretario.

192
Punto nº 2: “... que haga todas las escripturas que fueren menester y suçedieren en los
negoçios de la villa de Pedraça, y a los negoçiantes no les llebe más de los que fuere
justo”
193
Punto nº 3: “... que aga todos los testamentos y escripturas que fueren menester dentro
de casa”
194
Punto nº 4: “... que haga la prohijaçión de los niños en el libro de reçibo dellos”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 477


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

En esta relación de sueldos ordinarios figuran dos personas


no mencionadas hasta ahora en el documento, se trata del
catedrático (podría tratarse del provisor o quizás de alguien que
se dedicase exclusivamente a enseñar) al que se le pagan
2000mrs y el procurador al que se le pagan 500mrs.

La suma total de lo gastado en este apartado de salarios


ordinarios se dice que asciende a un total de 33.625mrs. dando a
entender que solamente esos eran los sueldos ordinarios del
hospital.

En cuanto a los salarios en pan, la relación es muy


variada. Se paga en pan, en trigo y en cebada.

El que más cobra en especie es el llamado catedrático


(seguramente el provisor) que recibe 16 cargas de pan y a
continuación los capellanes del número que reciben un
complemento a los 2.250mrs, de 12 cargas195 de trigo, por las dos
misas diarias que dicen en el hospital; al médico se le entregan
cuatro cargas de cebada; al cirujano 2 de cebada y 1 de trigo y el
barbero ( de quién se cita su nombre: Juan de Madril) recibe 1
carga de trigo ad nutum; en esta relación de sueldos en especie
están incluidos el “coxedor” de Pedraza a quién se le pagan 6
cargas de pan ad nutum y el procurador que recibe 1 carga de
trigo.

Como puede apreciarse, la cantidad es mayor en función


de la categoría de la ocupación desempeñada, pero también
parece que el tipo de producto difiere siendo el trigo y el pan
(seguramente de trigo), los que señalan las diferencias.

El establecimiento del sueldo de los servidores no solo


nos sirve para conocer lo que cada uno tenía estipulado cobrar
por su trabajo, sino también para conocer la categoría social de

195
Una carga parece que se utilizaba como unidad de medida para referirse al peso que
llevaba sobre sí la bestia o el hombre (S. De Covarrubias). En las notas de edición de la
obra escrita en 1782 por Domingo Largo y dedicada a describir la ciudad de Palencia se
establece que una carga de trigo equivalía aproximadamente a 166,5 Kgrs.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 478


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

esos trabajadores al estar o no incluidos en esta relación de


servidores.

El que más cobra es el boticario que recibe 15.000mrs en


caso de ser soltero y 12.000 más la ración para el y su mujer si
está casado; el mayordomo cobra 12.000mrs; el enfermero
4.500mrs; el despensero 3.750mrs; el pastor 3.000mrs; un total
de 6000mrs se destina a los mozos, es decir cada uno 3000mrs; y
por fin el sueldo de las mujeres que trabajan en el hospital que es
inferior al de cualquier hombre aunque se describa para unos y
otros prácticamente las mismas obligaciones como en el caso del
enfermero y de las enfermeras menores quienes cobran 4.500mrs
entre las dos, es decir 2.225mrs cada una mientras que el
enfermero como acabamos de ver cobra 4.500mrs. Las dos
lavanderas también cobran 2.225mrs cada una, mientras que a la
cocinera se la pagan 2.250mrs y a la moza que la ayudaba
1.225mrs, lo mismo que cobraba la madre de los niños.

Un total de 58.750mrs suman los sueldos de estos


trabajadores, a los que hay que añadir la comida y la ropa de
vestir con que se paga al portero.

Todos estos salarios, como los trabajadores que los


reciben, se establecen a criterio del provisor que es quien decide
a quien contratar en función de sus estimaciones y de lo que él
cree necesario, lo mismo que a quién echar por no cumplir las
obligaciones de su puesto de trabajo, y si en él desempeñan una
labor adecuada o no es valorado por el provisor quien aumenta o
disminuye el sueldo a su criterio.

También se especifican en el documento los censos que


paga el hospital que parece que en total ascienden a 2.740mrs196.

196
“...A Francisca Martínez, donada por su vida cada año de censo nueveçientos
maravedís por la concordia de los que dio su marido (entre renglones: 12.500) a este
hospital y después de sus días da al hospital los setenta mil contenidos en esta plana
siguiente 900mrs.”
“que se da a los flaires de San Pablo cada año de çenso perpetuo, mil y quatroçientos
maravedís por el canónigo Açitores que dio una viña de quinçe alançadas que es agora

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 479


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

• A modo de CONCLUSIÓN, podríamos decir que el


análisis de este documento nos ha permitido aproximarnos con
bastante detalle, aunque con lagunas importantes que también
habría querido rellenar, a conocer cómo era el hospital de San
Antolín de Palencia y cuál era su funcionamiento, es decir cómo
se atendía a los enfermos, (evidentemente cómo se disponía que
fuesen atendidos los enfermos), quién los atendía y que tipos de
cuidados recibían.

En cualquier caso y a pesar de las limitaciones, es preciso


destacar los muchos datos que se aportan y que hacen de esta
documentación una “pequeña joya” para el conocimiento de
detalles en relación con la asistencia a los enfermos que son
mucho más difíciles de conocer analizando otras constituciones.

En relación con las características del hospital, era un


centro con variadas dependencias, seguramente considerado
grande por los palentinos, no demasiado numerosos si nos
guiamos por los datos que al respecto se incluyen en la obra de
Domingo Largo escrita en 1782 y titulada Descripción de la
ciudad de Palencia, 1782. Su autoridad, Templos, Frutos y
Manufacturas, en la que se atribuyen 2.073 vecinos197 para la

tierra, y ocho cargas de pan de renta cada año, y quatro gallinas. Esta tierra y otras
posesiones dio al hospital por lo qual se dan los dichos 1.400 maravedís de çenso”
“Más se dan al maestro de capilla quatroçientos maravedís cada año por el obispillo, esto
es por mandarlo el cabildo ...”
“Más se da de çenso perpetuo sobre unas casas que están al trompadero quarenta
maravedís...”.
197
En el punto señalado con el número 8 (p. 12) se dice: “Todo el vencindario, que se
compone de 2.073 vecinos, está repartido en cinco Parroquias, à saber, la Cathedral, San
Miguel, San Lazaro, Santa Marina, y Nuestra Señora de Allen-de-el Río... Y en todas estas
Parroquias los Curatos son de provisión del cabildo, en quien reside la cura habitual de
todo el pueblo... También es de Patronato del Cabildo, y Obispo el celebre Hospital de San
Antolín, que tiene de renta annual mas de 22.000 ducados, que gaftados con mucho zelo, y
caridad con los pobres enfermos y niños expositos, redunda en grande utilidad de todo el
País. La Cofradia de la Caridad ayuda à tan Santo inftituto asistiendo en sus casas à los
enfermos pobres con todo lo necesario; en lo que emplea cada año mas de 9.000 reales...”.
Esta obra de Domingo Largo ha sido estudiada por el profesor de la Universidad de
Valladolid Pablo García Colmenares y publicada en edición facsímil en 1985.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 480


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ciudad en esos años del siglo XVIII y es de suponer que en los


siglos XIV y XV no serían más habitantes.

La ubicación del hospital, propiedad del Cabildo, estaba


muy próxima a la iglesia Catedral, posiblemente en el mismo
lugar donde actualmente se encuentra la puerta de piedra encima
de la que está situada la lápida de piedra con la inscripción de
donación de bienes hecha por una mujer de la familia de los
Mendoza (y que se incluye al comienzo del estudio de este
hospital), en una calle que aún hoy se denomina del Hospital; en
el plano de Palencia que se incluye en la obra de 1782, se señala
la ubicación del hospital en el mismo lugar en que hoy se
encuentra la fachada y aunque no se menciona la calle, si se hace
referencia a la plaza del Hospital en la fachada lateral del
edificio.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 481


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

A pesar de que el arco de la puerta existe, es difícil saber


cómo era arquitectónicamente este hospital; si nos atenemos a la
clasificación arquitectónica que hace Lampérez y Romea198, en
función de la época de constitución de este hospital, (parece que
existía desde 1148 y que su deficiente funcionamiento hizo que
se reformase totalmente en 1398) encajaría en la tipología de
hospital basilical, sin embargo solo la piedra de la puerta
respondería a las características señaladas por Lampérez y es
posible que esa reforma llevada a cabo en el siglo XIV incluyese
no solo el establecimiento de las Constituciones sino que
respondiendo a los nuevos planteamientos de la época, se
procediese a reformar las instalaciones con criterios modernos y
de ahí que la lectura de las constituciones permitan encajar más
este hospital con la tipología palaciana a pesar de no responder a
los criterios iniciales que llevan a esta clasificación.

198
Lampérez y Romea en su obra Arquitectura Civil Española establece tres tipos
arquitectónicos de edificios hospitalarios: basilical, palaciano y cruciforme. El basilical
alcanzó su máximo esplendor entre los siglos XII y XIII y fue el prototipo de los hospitales
cluniacenses, eran edificios de piedra con grandes naves alargadas sostenidas por macizas
columnas, con techos abovedados , con ventanas estrechas, con una capilla en un extremo
de la estancia y con una chimenea en el otro extremo, con nichos en las paredes al lado de
cada cama que servían de mesas de noche y para las lámparas; en España algunos de los
hospitales del Camino de Santiago debían de responder a estas características, por ejemplo
el de Cacabelos en el Bierzo. Los hospitales que responden al tipo denominado palaciano
reciben este nombre porque el hospital era instalado en casas palaciegas cedidas para ese
fin y tuvieron que ser adaptadas para que sirviesen para acoger enfermos, esta
circunstancia configuraba un edificio con bastantes estancias que permitía que los enfermos
fuesen separados tanto por sexos como por tipo de dolencias y además la institución
disponía de variadas dependencias accesorias: graneros, patios, cuadras, cocina, distintos
comedores e incluso huerta; este tipo de edificios hospitalarios son propios de la Baja Edad
Media y de comienzos de la época Moderna, en Castilla por ejemplo respondería a este
modelo el hospital de Santa Isabel de Soria construido en unas casas cedidas por su dueña
para ese fin según consta en su testamento de fecha de 1510 (La asistencia en el hospital de
Santa Isabel de Soria, siglos XVI-XIX). El hospital de tipo cruciforme es típico
renacentista, el prototipo es el Ospedale Maggiore de Milán (influido por los criterios
renacentistas de los arquitectos italianos Alberti y Averlino) y en España en gran medida
son producto del impulso de la realeza como por ejemplo el de los Reyes de Santiago de
Compostela y el Real de Granada, o de los poderosos nuevos burgueses como el de Simón
Ruíz de Medina del Campo; tenían planta de cruz griega con cuatro patios en los extremos
y con la iglesia en el crucero para que todos los enfermos pudiesen asistir con facilidad a
todos los oficios religiosos; estaban mejor ventilados y con mayor luminosidad.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 482


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

En cuanto a su configuración interior, la confrontación de


todos los datos que se aportan en relación con las salas de
enfermos que se señalan y los trabajadores que deben de
ocuparse del trabajo en ellas, me ha llevado a considerar la
posibilidad de que en el hospital hubiese un total de seis salas
destinadas a acoger enfermos y enfermas y serían:

• 1 cuarto para hombres enfermos de enfermedades “no


consideradas contagiosas”
• 2 cuartos para mujeres enfermas de enfermedades “no
consideradas contagiosas”
• 1 cuarto de males
• 1 cuarto de calenturas
• 1 cuarto de bubas

Es difícil diferenciar entre sí, estos tres últimos cuartos que


se señalan con los nombres de males, calenturas y bubas. Es
posible que se quiera indicar un cuarto para cirugía puesto que el
trabajo del cirujano parece bien consolidado en la institución,
(aunque las actividades del cirujano no tuviesen mucho que ver
con las que hoy realizan estos profesionales) y que se instalase
en este cuarto a aquellas personas que necesitasen de forma
específica los cuidados que el cirujano realizaba, principalmente
cura de heridas, fuese cual fuese su origen, tanto traumáticas
como médicas, siendo en este caso el cuarto de bubas el que
podría utilizarse con este fin; sin embargo el nombre de bubas se
atribuía en la Baja Edad Media no al “mal francés” con que se
designa a la sífilis a partir del siglo XVI, sino a los “bultos o
bubones”, es decir las adenopatías propias de los enfermos con
peste y ello podría indicar que este cuarto de bubas era una
estancia dedicada a instalar en ella a los enfermos de peste en
caso de epidemias. También es posible que de no haber
epidemias, en ese cuarto se instalase a los enfermos quirúrgicos.

Si esto es así, posiblemente el cuarto de males sería el


dedicado a acoger a los enfermos graves y con males
posiblemente no bien conocidos y a los que se atribuía una

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 483


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

connotación dudosa en cuanto al contagio; en cualquier caso,


debían de estar allí instalados aquellos enfermos que tenían
enfermedades consideradas incurables.

Desde el conocimiento actual, parece extraño que a los


enfermos de sarna se les instalase en el cuarto de las calenturas,
una estancia dedicada, en principio y según se desprende del
propio nombre, a acoger a enfermos de “calenturas” o fiebres, de
las cuales se consideraba que había cuatro tipos199; lo lógico sería
pensar que si los enfermos de fiebres estaban en este cuarto,
debería ser a éstos y en esa estancia, a los que se sometiese a
esas técnicas para hacerlos sudar que se describen en el texto y
de las cuales debe de hacerse cargo la enfermera menor, a no ser
que se tratase de un tratamiento exclusivo para los enfermos de
sarna y de ahí que se llevase a cabo en el cuarto donde estaban
hospitalizados los enfermos diagnosticados de ese mal.

Fuese como fuese, el hecho incuestionable parece ser la


existencia de cinco cuartos destinados a acoger enfermos y en mi
opinión creo que habría: 1 cuarto para hombres y 2 para mujeres
donde estarían instalados los enfermos y enfermas
respectivamente de enfermedades no contagiosas y que en
principio se pensaría que podrían curarse. Los otros tres cuartos
“especiales” podrían estar ocupados indistintamente por hombres
o mujeres, según la demanda y las necesidades de cada momento
y que presentasen dolencias que respondiesen a esas
características antes mencionadas (quirúrgicas, incurables y
sarna); ello podría ser la causa de que el cuarto de males, al igual
que los otros dos, fuese atendido por una enfermera y no por un
enfermero, dado que, en principio, las mujeres tendrían más
práctica en atender a enfermos de esas características, bien
porque eran quienes en sus casas atendían a los enfermos, o bien
por esas cualidades que se les atribuían y que se creía dotaban a

199
Según Sebastián de Covarrubias en el Tesoro de la Lengua Castellana o Española
(Madrid 1995), dice de la calentura: “La fiebre, en cuanto es calurosa y ardiente. Ésta es
en muchas maneras: calentura cotidiana, febris cotidiana; calentura continua, febris
perpetua; calentura terciana, cuartana, febris quartana; calentura de India (sic: un día),
efímera”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 484


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

las mujeres de unas cualidades especiales para realizar ese


trabajo; cabe otra opción que tampoco hay que desechar y es que
las características de esos enfermos, con sarna, con bubas y/o con
enfermedades contagiosas e incurables, fuese tan calamitosa e
incluso desagradable, que se considerase que un hombre no debía
de realizar tal trabajo, que tenía que ser una mujer a la que se
colocase en ese trance con riesgo y “poco deseable” para nadie.

Fuese cual fuese el motivo, parece claro que la enfermera


era la encargada del cuarto de males y en mi opinión también de
los otros dos cuartos especiales.

En relación con el término que se utiliza para designar los


aposentos de los enfermos, “cuartos”, parece poderse deducir
que eran estancias no demasiado grandes200 o al menos no tan
grandes como las referidas con el término “salas” que se emplea
para designar espacios muy amplios y tradicionalmente situados
en la planta baja de los edificios201. Posiblemente esta visión
etimológica permita establecer que la disposición de las estancias
de los enfermos se correspondería con la tipología del hospital
palacial más que con el tipo llamado basilical.

Parece que en el hospital se quería que hubiese un régimen


bastante estricto, no dejándose prácticamente nada al azar. La
institución estaba guardada y bien custodiada, resultando
bastante difícil que nadie escapase al estrecho control que ejercía
el portero y por lo tanto al control del provisor. Los enfermos y
enfermas eran controlados desde que llegaban a la casa y
seguramente resultaría difícil saltarse todos los controles que
existían, desde el propio ingreso que debía de estar debidamente
autorizado, hasta la salida del centro, lo mismo que las visitas,
que también debían de someterse al control del portero.
200
El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua atribuye a este termino la
acepción de estancia, habitación, aposento o “parte de una casa destinada para una familia”
201
El Diccionario de Covarrubias dice que una sala “es una pieza grande y donde el señor
sale a negociar, y díjose así porque se sale a ella de las cuadras y cuarto secreto”; en una
segunda acepción se dice: “ se llaman unas piezas grandes de palacio, en lo bajo dél, donde
se juntan los consejeros de Su Majestad...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 485


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

La vida en el hospital parece que se iniciaba a muy


temprana hora, sin duda en una gran parte del año antes de que se
hiciese de día ya que antes de las ocho de la mañana, cuando el
médico debía de llegar a pasar visita a los enfermos, éstos y las
estancias del centro debían de estar higiénicamente limpias; en
consonancia con este horario para iniciar la jornada, parece que
la comida se repartía a media mañana ya que a las dos de la tarde
debían de iniciarse los preparativos de las cenas, las cuales
parece que se daban a media tarde, y además de tres a cuatro el
médico debía otra vez de visitar a los enfermos. Parece un
horario en la línea de los establecidos para los monjes y monjas
de los monasterios donde las horas canónicas regían la vida.

La jornada dentro de la institución parece bien distribuida


y bastante aquilatada y no da la impresión de que los trabajadores
dispusiesen de mucho tiempo para el ocio. Unas jornadas de
trabajo tan intensas resultan hoy llamativas, pero sería importante
para valorar ese trabajo conocer el número de pacientes que
acogía el hospital o al menos saber cuantas camas tenía cada
cuarto; a esto sin embargo no se alude en ninguna parte del
documento y ello dificulta enormemente valorar tanto el trabajo
como la calidad de la asistencia (establecida normalmente hoy
desde la relación existente entre el número de enfermos y el
número de personas que les atienden) De todas formas, la
posibilidad de que en cada cama estuviese más de un enfermo no
hay que desecharla ya que parece que era bastante habitual que
esto se produjese, al menos en situaciones de gran demanda de
asistencia como en época de frío intenso y/o de epidemias.

Da la impresión de que las necesidades básicas de los


enfermos estaban cubiertas, en este sentido llama la atención la
constante preocupación que se pone de manifiesto a lo largo de
las constituciones de este hospital acerca del mantenimiento de la
higiene. No podemos olvidar que estas constituciones están
redactadas a finales del siglo XIV, un tiempo en el que debía
permanecer viva en la mente de los palentinos los estragos de las
repetidas epidemias de pestes, a la vez que las advertencias de los

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 486


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

médicos sobre los riesgos de las contaminaciones y su incidencia


en la propagación de las epidemias se hacía cada vez con mayor
contundencia; por ello la insistencia en la higiene podría tener
unas connotaciones preventivas de la enfermedad que estaría por
encima de los planteamientos seguidos en los siglos
inmediatamente anteriores, en los que la higiene parece que
estaba más en relación con la idea voluptuosa y pecaminosa de la
desnudez del cuerpo, lo que hizo que muchas de las ordenes
monásticas altomedievales recogieran en sus reglas las reservas
con que contemplan determinadas prácticas, tanto higiénicas
como de descanso y relajación, por su relación directa con la
desnudez del cuerpo, que suponía una idea terrible y pecaminosa.

De todas formas, parece que se insiste más en la higiene de


las estancias, de los utensilios de los enfermos, de las ropas y de
los alimentos, (dándose instrucciones concretas sobre los riesgos
que conlleva mezclar los de unos enfermos con los de otros, y los
de los enfermos con los sanos), que en la higiene personal e
individual de cada enfermo, que solamente se señala como
necesaria para antes y después de las comidas, imprimiendo a
estas prácticas unas connotaciones sociales contempladas ya en
épocas anteriores, que hacían del lavado de manos y cara un
signo de respeto hacia los demás.

Por lo que se refiere a la alimentación de los enfermos, se


trata claramente de uno de los principales objetivos de la
asistencia llevada a cabo en el hospital; la relación de los
alimentos con la salud y la enfermedad se hace evidente, y hace
bueno el planteamiento de San Ambrosio202: “para la salud del
cuerpo es suficiente solo la comida porque los alimentos son el
único fármaco natural concedido al hombre: cibus nobis sola
naturalis medicina est”. La rigidez de las normas hospitalarias
para con los visitantes de los enfermos se apoya sin duda en estas
ideas que mantienen la bondad o el perjuicio de un alimento para
la evolución de la enfermedad y su curación, por eso, el mismo
202
Citado por Oronzo Giordano en Higiene y buenas maneras en la Alta Edad Media,
(p.26)

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 487


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

previsor debe de vigilar las comidas, y prácticamente todo el


personal está presente cuando el médico pasa visita, ya que es el
momento en el que se especifica la dieta a seguir para cada uno
de los enfermos.

En relación con los tratamientos “técnicos”, el hospital


dispone, a priori, del personal adecuado ya que el cirujano y el
barbero parecen tener que encargarse de ese tipo de cuidados,
sangrías, emplastos, etc., y posiblemente dos personas podrían
ser suficientes para abordar esos tratamientos; pero para hacer
una valoración aproximada de si se cubrían o no esas
necesidades, tendríamos que conocer la edad de los enfermos, sus
características físicas y nutricionales, el diagnóstico médico, el
tipo de higiene que realizaban y su grado de movilidad, todo ello
permitiría aproximarse al estudio de las posibles complicaciones
y el tipo de cuidados necesarios y recibidos. Por desgracia no
contamos con esa información, lo que impide realizar ningún tipo
de valoración, de manera que solo por lo establecido en las
constituciones podemos aproximar una opinión.

En cualquier caso, estas constituciones son especialmente


interesantes ya que recogen una información muy pormenorizada
acerca de los cuidados a los enfermos, y aun en el supuesto de
que algunos sapectos se quedasen en un listado de buenas
intenciones, nos permiten acercarnos a conocer qué es lo que se
quería hacer y qué es lo que se veía correcto acerca de la
asistencia a los enfermos.

Así pues, hemos visto un hospital propiedad de la Iglesia


de Palencia, en el que parece que están presentes una serie de
características que podrían romper con la idea tradicional de
separación estricta entre enfermos y enfermas, hospitales solo
para hombres o solo para mujeres y cuidadores para enfermos
varones y cuidadoras solo para enfermas; una cuestión no trivial
si tenemos en cuenta que el fundador del hospital y quien
establecía las normas era el señor Obispo de Palencia y que el
Cabildo era su propietario.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 488


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

V4.- LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS EN EL


HOSPITAL DE POBRES DE SANTA MARÍA
MAGDALENA DE CUELLAR (SEGOVIA)

Este hospital203 de pobres de santa Mª Magdalena fue


fundado por el arcediano, oriundo de Cuéllar, D. Gómez
González204 en el año de 1424.

Las constituciones tienen un total de catorce capítulos que


se dedican a establecer las normas que deben regir dicho
establecimiento.

Se establece que el hospital debe ponerse bajo la


advocación de Santa María Magdalena,205 una santa muy de
moda desde el siglo XIII, lo que explica la abundancia de los
hospitales puestos bajo su advocación, ya que se la toma como
ejemplo de mujer “convertida” y sumisa por lo que debe servir de
ejemplo y ser imitada.

Este nuevo hospital que se construye en Cuéllar, debía de


hacerse en unas casas donde había estado ubicado el hospital de

203
Antonio Ubieto Arteta. Colección Diplomática de Cuéllar.. A.M.Cuéllar, nº 9, cajón 2,
páginas 1-5.
204
“... el honrado e discreto varón don Gómez González, doctor en Decretos, arçediano de
Cuéllar en la iglesia de Segovia, capellán de nuestro señor el Papa, clérigo de la cámara
apostólica, dixo que establesçía e ordenava e fazía, orden, estableçió e fizo en la mejor
forma e manera que pudo estas ordenaçiones que se siguen”
205
“... espeçialmente a honor e reverençia de la gloriosa Santa María Magdalena e so
nonbre e invocaçion...”
Según señala Gómez Manpaso en su obra La unificación hospitalaria en Castilla, a los
hospitales de leprosos también se les denominó casas de Santa Mª Magdalena , entre otros
muchos nombres que recibieron, aunque habitualmente se llamarían casas de San Lázaro.
Curiosamente junto a este hospital de Santa Mª Magdalena de Cuéllar, aparece una
leprosería.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 489


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Pesquera y llamadas por eso “casas del hospital”, situadas en la


parroquia de San Esteban.206

El argumento que se utiliza para ordenar la construcción de


este nuevo hospital es que en una villa con tanta gente
destacada207, existe sin embargo una carencia importante de
establecimientos donde puedan ser atendidos los pobres,
principalmente los pobres vergonzantes208, y por ello decide el
arcediano fundar el hospital en las parroquias de san Esteban y
santo Thomé, donde estaban enterrados sus padres y otros
familiares209 y por supuesto para conseguir con ello méritos para
él y sus familiares difuntos210.

Se establece que se reformen las casas donde había estado


el antiguo hospital de Pesquera211, señalándose cómo debe de
estar construido y las características arquitectónicas que tiene que
reunir. Deben de hacerse tres casas grandes y largas con un patio
en medio, con unos corredores alrededor tanto en el piso bajo
como en el alto y con una capacidad de hasta doce camas para
hombres pobres.212 Se ordena construir una capilla, cerca de la
206
II.- “...Ordeno e mando que las casas que comunmente son dichas del Hospital de
Pesquera, las quales son en la dicha parrochia de señor Sant Estevan, e las quales fueron
mandadas e deputadas para el Hospital en otro tiempo...”
207
I: “...en la dicha villa de Cuéllar del obispado de Segovia, maguer sea notable e
populosa e de muchos nobles, clerezía, cavalleros, escuderos e otros devotos servidores de
Dios, así clérigos como legos...”
208
I: “... pero tienen mengua a las vegadas çerca del acogimiento de los pobres, e por
mayor sustentación e proveymiento e refrigerio de los dichos pobres, en especial de los
envergonçados...”
209
I: “...en remisión de mis pecados e de los defuntos por quien yo so obligado,
espeçialmente de mis padre e madre e otros parientes mios, que yazen especialmente
sepultados en las iglesias perrochiales de señor Sant Estevan e de Santo Thomé...”
210
I: “... por serviçio de Dios e en remisión de mis pecados e de los defuntos por quien yo
so obligado...”
211
II: “... que las casas que comunmente son dichas del Hospital de Pesquera...que sean
reformadas e fecho de cal e canto e obra firme e en esta manera”
212
II: “Primeramente que sean fechos tres palaçioc grandes e largos, e una quadra en
medio con una ¿caustra? (¿claustro?) e con sus corredores en derredor a manera de

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 490


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

calle, dedicada a Santa María Magdalena, y donde los capellanes,


-uno, dos o más- pagados con las rentas del hospital, puedan
decir misa cada día, y también que se construya una sacristía en
la que puedan depositarse los ornamentos de la iglesia.213

En las siguientes imágenes tomadas de la tesis doctoral de


D. Emilio Olmos Herguedas214, se pueden apreciar la fachada del
hospital y su ubicación en la villa.

proçesión, así por de yuso commo por encima, bien labrados. E en el un palaçio mayor
ençima e en entre estos dos palaçios prinçipales, a la cabeca, puedan estar fasta doze
camas para los omes pobres”
213
II: “Çerca de la calle sea fecha una buena capilla, con su altar honesto prinçipal so
nombre e invocaçión de Santa María Magdalena, en el qual se puedan çelebrar e celebren
misas e los otros divinales ofiçios comunmente por un capellán e dos o más, salariados de
las rentas del dicho Hospital o de otros, a ordenança de los regidores e administradores
del ... que se faga una sacristanía en que esté sienpre el thesoro e ornamentos de los
dichos Hospital e capilla .”
214
La tesis doctoral de Emilio Olmos fue presentada y leida en la Universidad de
Valladolid en 1997 y lleva por título La Comunidad de villa y tierra de Cuellar a finales de
la Edad Media: relaciones entre un núcleo urbano y el entorno rural de su alfoz.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 491


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 492


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Esta construcción era el centro donde debía de acogerse a


los hombres215 pobres, y debería edificarse el hospital de
mujeres, del que se dice ha de estar separado del edificio anterior
por la capilla216. Parece que en este segundo edificio estarían
ubicadas una especie de “servicios centrales”, como unas salas
donde pudiesen ser recibidos los pobres, la bodega217 y la
panera218.

Si seguimos la clasificación arquitectónica realizada por


Lampérez, este hospital podría estar más en la línea del tipo
basilical, aunque la época no se corresponda con la establecida
por este autor para esta tipología hospitalaria (de hecho estamos
ante unas constituciones realizadas bien entrado el siglo XV
–1424-, y según este autor los hospitales basilicales serían
preferentemente de los siglos XII y XIII), además en este año aún
no estaba edificado el hospital y lo que se están dando son
instrucciones para su construcción lo que hace suponer que
pasarían algunos años antes de que estuviese funcionando; en
cualquier caso, estaríamos otra vez ante un modelo de hospital
peculiar, quizás de transición entre el modelo basilical y el
palaciano, ya que aparecen descritos elementos que podrían
corresponder a cada uno de ellos pero con peculiaridades que los
harían diferentes; por ejemplo, la galería claustral circundante y
las salas alargadas que se pide se construyan en este hospital de
Cuellar, son uno de los elementos característicos de la tipología
basilical, sin embargo, no se mencionan en ningún momento ni
215
II: “... E en el un palaçio mayor ençima e entre estos dos palaçios prinçipales, a la
cabeca, puedan estar fasta doze camas para los omnes pobres”
216
II: “ ... que se fagan otros dos palaçios, en espeçial otro así grande, apartado, a la otra
parte de la dicha capilla e enfruente della, para donde se resçiban e estén las mugeres por
sí apartadas...”
217
II: “... e más otras cámaras así para resçebir, do estén los dichos capellanes e otras
personas, así para omes commo para mugeres dolientes, con una sala e su bodega, alfoli,
cozina e otros cumplimientos e cosas neçesarias a los dichos hospital e pobres e para
sostentaçión e mantenimiento suyo commo es suso dicho.”
218
El término utilizado es alfolí y el diccionario de Covarrubias remite al término alholí al
que atribuye los siguientes significados: “El granero público donde se recoge el trigo y la
cebada...”; “También significa la panera y granero del particular”. Creo que esta segunda
acepción es la que debería aplicarse a este artículo del documento.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 493


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

columnas ni techos abovedados, ¿por qué? ¿era más caras esas


construcciones?, ¿las salas son grandes pero no tanto como para
necesitar poner columnas sustentantes y por tanto techos
abovedados?.

Aunque una primera impresión me llevó a pensar que


estaba delante de las constituciones de un hospital grande, puede
que demasiado grande, donde habría unos edificios para
hospitalizar a los hombres enfermos y otros, separados de los
anteriores, donde estarían las mujeres enfermas, una detenida y
minuciosa lectura del documento pone de relieve que quizás se
esté planteando hacer una especie de “grupo asistencial” con
edificios separados y bien definidos: unos edificios para pobres,
parece que solo para hombres, y otros edificios bien apartados de
los anteriores donde estarían las dependencias “generales” del
hospital: cocina, comedor, despensa, bodega, etc., así como las
salas para los enfermos: tanto para hombres como para
mujeres y seguramente otros dormitorios para mujeres pobres y
no enfermas; es decir, este segundo edificio estaría en la línea de
un hospital “tradicional”, y posiblemente lo novedoso sería
edificar una vivienda similar a un hospital y por eso con algunas
de sus características, para albergar solo a los pobres.

Es posible por tanto, que la transición esté también


presente en la propia institución que se está diseñando y lo que se
pretenda es aunar algunos elementos de los hospitales existentes,
desde los más modernos hasta los clásicos, con una idea que
podría estar empezando a fraguar en la sociedad castellana y que
estaría en la línea de “recoger y apartar” a los pobres del resto
de la sociedad, en lo que al final del siglo XV y en los siguientes
serían las “Casas de Misericordia o de Beneficencia: asilos,
orfanatos, casas de expósitos...” y que supondría una incipiente
diferenciación y especialización: el sistema sanitario con
instituciones solo para acoger enfermos y un sistema benéfico-
asistencial para recoger pobres de cualquier edad, todo
encaminado a ejercer un control más activo de la sociedad y
evitar con ello la ruptura del orden social establecido.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 494


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Si este planteamiento fuese válido, y podría serlo pues en


diversas partes del documento se menciona separado el hospital y
los pobres: “...a los dichos hospital y pobres..”219. estaríamos
ante la plasmación de una idea que siempre se ha tenido como
propia del humanismo y que como tal se pensaba que se iniciaba
en Castilla de la mano de la reina Isabel I, es decir a finales del
siglo XV; esto supondría un adelanto en el tiempo de este tipo de
instituciones benéficas destinadas solo a acoger a los pobres,
diferentes de los tradicionales hospitales medievales que acogían
indistintamente enfermos y pobres, y en los que, aunque
estuviesen ubicados en salas diferentes, no parece que existiese
ese interés tan decidido, como en este caso de Cuéllar, por
instalar a unos y otros incluso en edificios independientes.

Aunque las instalaciones, sobre el papel parecen grandes,


no así la capacidad para acoger enfermos puesto que se encarga
que se hagan veinte camas de madera grandes, para que quepan
dos personas en cada una,220 lo que posibilitaría que en caso de
necesidad cuarenta personas pudiesen dormir en la institución; si
tenemos en cuenta que hasta doce camas podían estar destinadas
al primer edificio221, es decir donde estarían los hombres pobres
no enfermos, solamente ocho camas serían para el hospital, y
suponiendo que no durmiese en el centro ninguna otra persona
(enfermeras, cocinera, portero..., etc.), significaría que habría
quizás cuatro camas para hombres y cuatro para mujeres
enfermas, con la posibilidad de que estuviesen hospitalizados
ocho hombres y ocho mujeres.

219
IV: “... que sean anexos para siempre a los dichos Hospital e pobres...”. V: “...siempre
a su provecho e multiplicación de los dichos Hospital e pobres vala...”VI: “... e fuesen
más duraderos los dichos Hospital e pobres...” En esta última nota parece más evidente
que se está refiriendo a dos espacios diferenciados, a dos edificios distintos, parece poco
lógico si no que se quiera que los pobres sean duraderos. También en el capítulo VII se
incluye una frase bastante rotunda: “...caso que los dichos cofrades non quisieren regir e
administrar... los dichos Hospital, pobres, capellanellanes e sus bienes...”
220
III: “...ordeno e mando que luego sean fechas en el dicho Hospital veinte camas de
madera, labradas, bien rezias, encaxadas, con sus espalderas de tabla a la cabeçera, tan
grandes que en cada una puedan si fuere nesçesario dormir dos personas...”
221
II: “...puedan estar fasta doze camas...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 495


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Unas cifras que no responden a la idea que hoy tenemos de


grande y amplio222, pero tampoco estamos hablando de un
hospital del siglo XX; estas dimensiones corroboran los
planteamientos de que en Castilla en la Edad Media los
hospitales eran más pequeños (hasta 12 o 13 camas dice el
profesor Martínez García) que en otros países de Europa (una
media de 24 o 25 camas según Mollat); de hecho, en el hospital
de la Concepción de Madrigal de las Altas Torres (fundado en
1443) que tenía dos salas de enfermos, una para hombres y otra
para mujeres, había tres camas en cada sala, y otras dos en
aposentos diferentes para viandantes y pasajeros223

En cualquier caso, el que en el hospital hubiese camas era


un signo que posiblemente prestigiaba a la institución ya que al
parecer no en todos los hospitales las había, en cuyo caso la paja
se extendía directamente sobre el suelo o sobre una base de
adobe o en el mejor de los casos sobre un jergón. No era el caso
de este hospital en el que las camas debían reunir unas
características concretas224: de madera, labradas, resistentes, con
cabeceros también de madera y seguramente debían de ir
encajadas en una especie de hueco en la pared, puede que para
dar una cierta independencia a cada persona, un signo éste propio
de los hospitales de tipología basilical y por tanto anteriores en el
tiempo, ya que la tendencia parece que iba encaminada a poner
una especie de cortinas para separar unas camas de otras y dar así
mayor intimidad a los enfermos.

222
II: “...tres palaçios grandes e largos...”
223
Se mencionan estos datos en una documentación que se encuentra en el Archivo
General de Simancas, Patronato Eclesiástico, 183., y que se refiere a un pleito entre la
Iglesia y el Concejo acerca de la administración del hospital de Madrigal de las Altas
Torres. Su fecha es 1614
224
Cita nº 211

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 496


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Se establece que en cada cama se ponga un jergón de


cáñamo con su correspondiente paja y demás ropas, almohada,
sabanas, mantas, etc., necesarios para cada cama.225

La administración y organización del hospital se pone bajo


la supervisión de una cofradía de Cuellar226 y se cita como
ejemplo de buen funcionamiento el hospital de Esgueva de
Valladolid227 que igualmente está regido por una cofradía.
Aunque el hospital se coloca bajo la tutela de personas laicas, se
pide que los cofrades posean unas cualidades bien definidas:
buenas personas, de buena vida y virtuosas.228

A los cofrades se les otorga la potestad de redactar


estatutos, reglas y ordenanzas con la finalidad de adecuar a los
tiempos toda la normativa del hospital, así como de remover al
mayordomo, escribano y a los demás trabajadores del hospital
que a su juicio no cumpliesen adecuadamente con la normativa, y
por lo tanto no contribuyesen al buen funcionamiento de la
institución.229

225
III: “... E a medida e forma dellas, en cada una, sean puestos un xergón de cáñamo, con
su paja, e un almadra que con su lana convenible, e un cabeçal e un par de lençuelos, dos
mantas benas de suso; esto todo nuevo e rezio e fornidas por esta manera...”
226
VI: “...mando e ordeno que en los dichos Hospital capilla sea una cofradía de buenas e
notables personas de la dicha villa de Cuellar...”
En páginas anteriores hacía referencia a cómo la tendencia parece ser a colocar los
hospitales bajo la administración y supervisión de cofradías, que aunque pudiesen tener
estrechas relaciones con la Iglesia, no dejan de estar constituidas por personas laicas y por
tanto parece que hay una clara tendencia a la laicización de la asistencia.
227
VI: “...e sus bienes multiplicados, en las quales cosas la esperiençia es madre de las
cosas, las quales paresçe de presente por el regimiento del Hospital de Esgueva, de la
villa de Valladolid...”
228
VI: “...e que los cofrades que en ella fueren por sus tienpos sean buenas personas, de
buena vida, virtuosas, e que sin pleitos e contiendas en este regimiento deste dicho
Hospital para el pongan toda buena diligençia”
229
VI: “E que estos cofrades puedan regir, governar e administrar los dichos Hospital,
pobres e capilla e capellanes della ... por los tales cofrades se puedan fazer estatutos,
reglas e ordenanças, segund así en poner e quitar mayordomos, ascrivanos e otras
personas que cumplan a serviçio e provecho de los dichos Hospital e sus bienes...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 497


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Si se diese la circunstancia de que los cofrades dejasen de


cumplir con su obligación, bien por no saber o por no querer, se
ordena que el hospital se ponga bajo autoridad del arcipreste de
la villa y que sean los parroquianos y clérigo de San Esteban,
bajo la dirección y consejo del guardián de San Francisco y del
prior de Santa María de Armedillo, quienes se encarguen de su
administración para que el hospital se perpetúe en el tiempo y
continúe funcionando.230

Sean quienes sean los administradores del centro, se deja


claro que los cargos: regidores, mayordomos..., deben ser fieles
a los principios de estas ordenanzas, debiendo reunirse tres veces
al año231, el día de San Juan y en las octavas de Navidad para
leer232 las ordenanzas y tenerlas siempre presentes y bien claras,
y el día santa María Magdalena para hacer los pagos y todas las
cuentas e inventario de bienes de la institución.233

Se insiste en que este hospital está exento de cualquier tipo


de tributo, algo que parece que era lo habitual, pero llama la

230
VII: “... caso de que los dichos cofrades non quisieren regir e administrar, según suso
dicho es, ... ordeno e mando que el arçipreste de la villa, con los clérigos e perrochianos
de la dicha iglesia de sant Esteban, e con consejo e determinaçión del guardián de Sant
Françisco de la dicha villa, e del prior de Santa María del Armedilla, con los cofrades que
quedaren en esto quisieren permanesçer...”
231
VIII: En realidad en el documento dice que se reunan dos veces “...que cada año se
ayunten dos vezes...”, pero luego se especifica que el día de San Juan, en las octavas de
Navidad y el de Santa Mª Magdalena: “...la una, día de sant Johan, e en las ochavas de
Nabidat de nuestro salvador Jjesu Christo ... e el otro siguiente, otro día de santa María
Magdalena...”
232
Parece evidente que se da por supuesto que estos cargos no sabrían leer ya que se
establece en el punto VIII: “... sean tenudos los dichos regidores así ayuntados de fazer
leer delant sí todas estas dichas ordenanças, porque mejor las entiendan e las trayan a
devida execuçión...”
233
VIII:”... para tomar e fenesçer todas las cuentas e todas las rentas e bienes de los suso
dichos Hospital e pobres, e de todo lo que fuere despendido por ellos, e fazer luego pagar
todo lo que se fallare dever por todas qualesquier personas, por tal manera que non quede
debda ninguna de un año para otro, que luego se pague al dicho Hospital lo que le fuere
devido...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 498


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

atención la insistencia que se hace sobre esta cuestión,


dedicándose un capítulo entero a argumentar esta exención.234

La preocupación del fundador por el cumplimiento de las


ordenanzas, y desde luego porque este hospital se perpetúe en el
tiempo, es manifiesta, estableciéndose penas para aquellos que
las contravengan; la importancia que el fundador da a los asuntos
morales y religiosos se evidencia en los castigos, que estipulan
para los transgresores la expulsión de la cofradía e incluso la
excomunión, hasta que el obispo tenga a bien conceder el
perdón235.

Ese interés de perpetuar estas ordenanzas y darlas a


conocer, explica que ordene recogerlas en un libro de pergamino
para que puedan así ser leídas236; pero además establece que debe
de haber en el hospital otros dos libros, uno donde figuren las
rentas de la institución y otro para consignar los gastos237. Hay
234
IX: “... non obstante que las iglesias e hospitales sean privilegiados de derecho, libres e
esentos, pero en espeçial mando que este dicho Hospital sea libre, esento de todo tributo,
contribuçión, e de toda visitación, e paga de procuraçión, nin de otros pechos e derramas
que en qualquier manera e por qualquier persona e razón podiese ser puesto. ... que de
toda morada e estada de manera por posada, por qualquier seños o persona de qualquier
estado o condiçión que sean, que pudiesen ser dada o asignada en danpno o perjuizio del
dicho Hospital, sea libre e esenta, e ninguno non se atreva a lo quebrantar e contradezir,
so las dichas penas de yuso escriptas.”
235
X: “... que quebrantaren los dichos libertades e privillejos del dicho Hospital e contra
ella o alguna dellas, en daño e perjuizio suyo vinieren, o procurasen o tomaren a
sabiendas algunos de los sus bienes, rentas,o frutos o otra qualquier cosa que sea del
dicho hospital fasta un mes, ... si fuere cofrade, sea privado de la dicha cofradía e
hermandat, por siempre, e de todos los provechos spirituales e temporales que por
ocasión della avía o podría aver; e de más. Que mientras non lo restituyere, que sea avido
por perjuro. E de más, que todos los otros que así non guardaren lo suso dicho, e
quebrantasen los dichos privillegios e libertades, o dieren lugar e favor a ello, ... que sean
malditos, descomulgados e por tales avidos; pero la absoluçión destas cosas puedan fazer
los obispos ordinarios con satisfacçión a carta”
236
XI: “... por quanto estas dichas ordenanças del dicho Hospital sean mejor guardadas, e
siempre estén en memoria de los dichos regidores e governadores... ordeno que luego sea
fecho un libro de pergamino en el qual sean trasladadas por escrivano público e
conçertadas todas estas ordenaçiones e las bullas e proçesosapostólicos.. “
237
XI: “... que sea fecho un otro libro, en que sean escriptas todas las rentas del dicho
hospital, e las dichas camas e ropas e otros qualesquier cosas, bienes así muebles como
raizes...”; “mando que sea fecho otro libro aparte, en que se escriva en cada año todas las

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 499


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

que señalar que no se menciona en ninguna parte del documento


los libros, que parece que existían en otros hospitales, para anotar
las entradas de los enfermos, sus pertenencias, sus males e
incluso en algunos casos su tratamiento y su curación, o muerte.
Sin embargo el interés en los libros que manda hacer es evidente
y por ello estipula que se construya un arca con dos llaves, en
poder de distintas personas, colocada en el lugar más seguro del
hospital, en la sacristía, con el fin de que sean bien custodiados y
no sea alterado su contenido238.

Estas constituciones, redactadas en ocho hojas, fueron


firmadas en la ciudad de Palestrina el 23 de julio del año 1424 y
se incluye en el documento la serie de testigos que dan fe de la
legalidad, autentificada por la firma del notario apostólico239.

Entre los años 1425-1431, parece que se realizó un


inventario de los bienes que habían sido dejados por el arcediano
de Cuéllar en la fundación de su hospital240 y que permite
completar algunas cuestiones de esta institución.

En este documento se describe con extraordinaria precisión


las dependencias del hospital, hasta el punto de que quizás podría
servir de base para elaborar una propuesta de plano del mismo.

cuentas e sumas de las espensas que dellas se fezieren en los dichos Hospital e pobres e de
cada un año, e de lo que dellas remanesçiere para adelante, el qual quaderno sea cada año
renovado, acabado de tomar la cuenta del año pasado, e luego se faga otro tal e por todos
los años se continúe por esta forma”
238
XII: “... que luego sea fecha una buena e rezia arca, con dos çerraduras e dos llaves
diversas, o más, en la qual se pongan los dichos libros. La qual arca esté ne la sacristanía
del dicho Hospital,... e las llaves de la dicha arca tengan dos buenos omes dellos,...”
239
XIII: “... yo el dicho notario público... rogado e requerido por el dicho don Gómez
González..., fuy presente e escribir fize este público instrumento de los dichos
establecimientos e ordenaçiones ...las quales van escriptas en ocho fojas... Dada en la
çibdad de Palestrina, veinte e tres días del mes de julio, año de la natividad de nuestro
señor Jhesu Christo de mille e quatroçientos e veinte quatro años, del pontificado de
nuestro señor el papa Martino, por la divinal providençia papa quinto, año septimo...”
240
A.M. Cuéllar, nº 9, cajón 2, pp 41-44v. Documentación recogida por Antonio Ubieto
Arteta y publicada en la Documentación Diplomática de Cuéllar

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 500


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Según esta documentación, parece que en el centro de


todas las instalaciones se encontraba la capilla, dedicada como
era lógico suponer a Santa Mª Magdalena “con sus gradas e
altar alto e la ymagen de Santa María Magdalena en medio, con
su chapitel, e a los pies ... todo de piedrapuesta, e pintado el
çielo e el fastial de la pared por frontal de la salutaçión de
santa María e otros santos, e toda la capilla bien pintada, con su
escabello e armarios e redes alrrededor, con sus çerraduras e
llaves, encima de la viga un cruçifixo delante el altar de
madero...” y bajo ella la sacristia a la que se accedía por una
escalera de piedra, con ventanas con rejas de hierro y donde se
guardaban cuatro arcas grandes, (tres más de las que figuraban
en el documento fundacional) y con dos puertas para que todo
estuviese bien guardado241.

Se describen dos casas llamadas “mayores”,


“Primeramente son más dos palaçios prinçipales mayores...” al
parecer situadas a ambos lados de la capilla “...que responden a
la dicha capilla e altar...” y parece que en cada una de ellas
había distintas estancias “...con sus redes e puertas de
apartamientos...”; una estaba destinada a acoger a los hombres
enfermos“... es uno en fruente del altar luengo e pintado, que es
para los omes...”, describiéndose la disposición del contenido de
la habitación, en la que había una gran chimenea y las camas de
madera colocadas junto a la pared, parece que en huecos
destinados a ese fin “... camas de madera encaxadas, con sus
respaldares242, fornidas de ropa,...”, y cada cama tenía un jergón
con paja, un colchón, una almohada, dos mantas, almohadas de

241
“...esta capilla tiene cabe sí abaxo una sacristanía, con sus ventanas e redes de fierro; e
desçienden a ella por una escalera de piedra; en la qual sacristanía están quatro arcas
grandes, con cada dos cerraduras, e la una con tres, e sus llaves; en que están los dineros
e otras cosas del dicho ospital; e alderredor esta guarnida de armarios, con sus llaves,
para poner los ornamentos e cosas del hospital, todo bien cerrado, con dos portadas e
puertas e acabado”
242
Según el Tesoro de la lengua Castellana, el espaldar se refería a ciertas colgaduras de
tapicería, angostas y largas, llamadas así porque se colgaban en las paredes para arrimar a
ellas las espaldas.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 501


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

lino para cada cama...243; Se especifica que las camas de esta


estancia están colocadas sobre un estrado alto de madera debido
a la humedad de la tierra “... e estas dichas camas en este palaçio
están puestas sobre estrado alto de madera, por la umedat de la
tierra...”, luego hay que deducir que estarían situadas en la
planta baja; se añade que en medio de la habitación había una
lámpara que se encendía siempre que había enfermos y además
en las paredes estaban las bases de hierro donde se colocaban las
candelas o velas de sebo o cera “...e en medio deste palaçio está
una lámpara con su baçín de latón, que arde de noche quando
ay enfermos, e con sus candeleros de fierro por las paredes...”

En la otra casa, la destinada a acoger a las mujeres,


también con una chimenea en medio, había ocho camas, más
otras dos para mujeres pobres “avergoñantes” situadas en una
habitación encima de esta estancia “...el otro palaçio con su
chimenea es para las mugeres pobres, con ocho camas, e ençima
deste palaçio está una cámara con dos camas para mugeres
avergoñantes...”. Una escalera comunicaba esta habitación con el
piso superior donde estaba la alcoba de la hospitalera y parece
que también se accedía a una puerta que comunicaba
directamente al muro donde estaban las privadas de los hombres,
apartadas de las de las mujeres “...E por este palaçio se manda la
dicha cámara que está sobre él con su escalera. E por su puerta
se manda la cámara do está la hospitalera, e sale dicha puerta al
muro, a las privadas apartadas de las otras para las
mugeres...”; al parecer, desde esta casa, todas las mugeres
podían oir misa desde sus propias camas “... en tal manera que
pueden oyr misa desde este palaçio todos de sus camas”

243
Y otras cosas que no está muy claro lo que son: “...dos lençuelos e un repostero
colorado con un escudo de las armas del dicho arçediano encima de la cama...”; la
primera de ellas lençuelos no he sido capaz de encontrar ningún término parecido y tengo
dudas de si existirá algún tipo de error; en relación con el segundo repostero, Covarrubias
señala que se trata bien de un paño cuadrado con las armas del señor, que se pone sobre las
acémilas. Parece lógico pensar que podría tratarse de un paño, una especie de colcha para
colocar encima de la cama y que en algunas imágenes hemos visto que sí se representan y
cómo en ocasiones son de color rojo y contienen adornos que parecen enriquecer la cama.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 502


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Parece que debajo de esta sala de las mujeres se encontraba


una bodega a la que se describe como larga y en la que había
cubas “...de yuso desde palaçio está una bodega larga con
cubas...” y separada por un tabique estaría la panera “...çerca
desta bodega, la pared en medio, es el alfoli e troxes244 de
madera bien rezias...”.

Es posible que fuese en otra estancia contigua a la panera,


y por tanto situada en la planta baja de ese edificio, donde se
encontraría la cocina “mayor”245 y la botica246 “...E çerca dellas
es otro palaçio. E cabe la cozina mayor con su cámara botica,
para poner cosas diversas de guarda, e con sus armarios en
ellas”. Cercana a la cocina estaba una habitación cuadrada donde
comían los pobres y alrededor habría una especie de “galería”
exterior que daba a un patio empedrado donde había un pozo
“...fuera de la dicha coçina está una salera quadrada, a donde
comen los pobres; e siguese la claustra de dentro en derredor,
con un pozo en medio, do caben las aguas, enpedrado...”. Parece
que todas estas dependencias constituían el hospital propiamente
dicho y muy posiblemente estaban situadas en la planta baja del
edificio “...E esto es todo de partes de ayuso del dicho hospital”

En la parte superior parece que había unos corredores por


los que se accedía a dos habitaciones principales con su
chimenea y a través de una puerta a los corredores llamados
“mayores”, que daban a la parte exterior del edificio “Síguense
en él por de suso luego los corredores, e por ellos a la mano
derecha son dos cámaras prinçipales, con una chimenea, e su
¿caquicami?, e por ellas sale una puerta a los corredores
mayores, sobre el vergel e el muro”

244
Según Covarrubias, se dice también al granero trox, particularmente cuando se recoge
el trigo. La utilización en el documento de la palabra troxes de madera.... podría significar
que el granero o panera estaba sólidamente construido.
245
Utilizar ese calificativo parece que estaría indicando que habría más de una cocina
246
Parece que el sentido que aquí se da a la palabra botica se asemeja más a la idea de
“despensa” que a lo que realmente significa el término botica de tienda del boticario, o
incluso la idea de lugar donde se hacen y guardan las drogas y medicinas.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 503


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Estos corredores llamados mayores debían de circundar


todo el edificio del hospital, ya que al parecer se accedía por una
parte a la capilla y por otra a las habitaciones de la hospitalera
(situada según parece encima de la panera), las dos destinadas a
las pobres vergonzantes, otra destinada a guardar las ropas del
hospital, a través de esos corredores se salía a la zona donde los
hombres hacían sus necesidades “...por estos corredores
primeros se manda la tribuna para ofiçiar que sale sobre la
capilla ... por la otra parte de los dichos corredores son e se
mandan quatro cámaras, conviene saber, la qual es paraguardar
la ropa del suso dicho Hospital e otras cosas, guarnesçida con
sus armarios, e otra cabe ella donde duerme la hospitalera, que
es sobre las dichas troxes ... otras dos cámaras cabe ellas, para
donde duermen personas avergonzantes; e cabe ellas, pasa otra
puerta por do salgan los omes a las sus neçesarias, sobre el
dicho muro, a su parte”; se insiste en que cada habitación tiene
su cama de madera con su correspondiente paja y ropa “En cada
una destas dichas cámaras está su cámara de madera encaxada
e fornida de paja e ropa...”

Toda esta descripción corresponde al hospital llamado


“principal” “ Esto que dicho es está todo de dentro del dicho
hospital principal...” el cual se identifica con la imagen que se
recoge al comienzo del estudio de este hospital y que como se
plasma en el texto tiene “sus portadas de arco de piedra
labrada, con sus puertas, çerraduras e llaves se çierra todo por
sy”.

Parece que no hay ninguna duda sobre las diferentes


edificaciones que configuran este hospital de Cuellar y sus usos
bien diferenciados.

Otro edificio aparte estaba destinado a acoger a pobres, no


enfermos, también con dos plantas y un patio con un pozo, un
corral, un establo, una cuadra, un gallinero, un pajar y en la parte

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 504


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

superior las habitaciones donde dormían los pobres, parece que


eran diez en total247.

En este documento se describen todos los bienes con que el


fundador dotó al hospital, se detallan las rentas más todo lo que
compró para la capilla, las ropas, y cabe destacar por su relación
con directa con el hospital y los enfermos, un brasero mediano
“...dexó un brasero de red de fierro, mediano, para poner brasas
a los pobres enfermos”; en relación con los utensilios de la
cocina se mencionan entre otras cosas, las cadenas para colgar
los calderos y calentar el agua, un recipiente para cocer carnes,
dos asadores largos, dos cucharas largas de hierro, dos fuentes
hondas grandes y dos medianas, y una serie de recipientes de
estaño que se señala que están sanos, como un aguamanil de boca
ancha, una caldera, una sartén, dos bacines “de latón morisco”,
seis orinales, etc.

Hay que destacar que se especifican las rentas que dejó


establecidas el arcediano para pagar al “maestro, bachiller e
repetidor que leyeren, e sostentación del estudio de Cuellar” y
además se detallan unas casas que compró junto a la iglesia de
San Gil para las escuelas, las cuales hizo nuevas y allí parece que
estaba ubicado el estudio de Cuéllar248 .
247
Yetn a fuera del cuerpo del dicho hospital, para otros pobres comunes... por parte de
yuso, entrando por la puerta mayor: el portal con la claustra que se sigue con él, con sus
portadas en medio y sus puertas e pasa al muro, e a la mano esquerda es el establo para
poner las bestias, con otras dos casas servidores cabal por deyuso e con su corral para
aves, e lusgo cabe él un vergelçerrado, e con su pozo e fornido de árboles e parras... por
parte de suso, subiendo por tras la puerta mayor, por la escalera, son luego cabe una
saleta dos cámaras, que son entre dos sobrados; e está una puerta que sale a los otros
corredores comunes sobre el vergel e el corral. E aquí son dos cámaras para do está la
paja, e de aquesta saleta sube otra escalera a ocho cámaras, que son de suso. Con sus
corredores, que salen sobre la puerta mayor, a la calle; e cada una destas cámaras dexó
cerradas con sus puertas e llaves e cada una, una cama de madera e con paja para donde
estén los dichos pobres e sean proveydos de la ropa e cosas del dicho Hospital. E todos los
palaçios, cámaras, corredores, nesçesarias, alto e baxo, tienen sus puertas e çerraduras e
llaves e armarios, así lo del dicho hospital principal, commo lo al de fuera suso
declarado...”
248
“E dexó más el dicho arçediano para les escuelas unas casas que compró cabe la
iglesia de Sant Gil, que fueron de Gil Ferrández, clérigo, las quales fizo después de sacar e
fazer de nuevo e las dexó bien reparadas, en que de presente leen e leerán de gramática
en Cuellar...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 505


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

El arcediano don Gómez González que llegó a ser doctor


en decretos y miembro de la curia pontificia romana como
capellán de los Papas Benedicto XIII y Martín V, fue el fundador
no solo del hospital sino también del estudio de Cuellar, ambos al
parecer en el mismo año de 1424. Según señala Olmos
Herguedas249 y debido a los problemas existentes que
amenazaban con la paralización de ambas instituciones, las dos, y
por decisión del propio arcediano, pasaron a manos del concejo
de Cuéllar en 1438.

Entre los años 1430 y 1434, la cofradía del Hospital


estableció unos estatutos250 que regirían su funcionamiento y al
parecer no con el beneplácito del arcediano lo que provocó su
intervención con la consiguiente cesión tanto del hospital como
del estudio al concejo.

Parece que el hospital funcionó con arreglo a esos


estatutos, los cuales permiten aproximarse algo más a la forma en
que los enfermos eran asistidos en él.

Un total de 47 artículos componen estos estatutos en los


que en primer lugar se establece que el número total de cofrades
debe ser de 20, especificándose que de ellos, solamente cuatro
deben ser eclesiásticos; es decir, una cofradía de laicos, aunque
eso si, personas de “buena vida, fama e honor”.

Los cofrades parece que pueden ser tanto hombres como


mujeres “...qualquier cofrade o cofrada, ansí casada como
viuda...”, aunque da la sensación de que las mujeres son, o
viudas o esposas de cofrade, aunque ciertamente no parece que el
hecho de estar casada o viuda de un cofrade supusiera acceder

249
Emilio Olmos Herguedas (Op. Cit. 213) alude al arcediano como el clérigo más
importante de la villa
250
. Op. Cit. 240

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 506


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

directamente a esa condición de cofrade, sino que debía de ser


aceptada como tal.

El hospital es un centro de enfermos “curables” y se


establece que no sean admitidos los enfermos251:
• Leprosos
• Mal de San Antón
• Heridos de hierro o llagados
• Enfermos crónicos

Previo a ser admitidos en el hospital debían de confesarse,


a poder ser con el cura de la iglesia de San Esteban252, y solo
después eran acogidos en la enfermería del hospital
adjudicándoseles una cama de acuerdo con su situación253 y la
enfermedad que padeciesen; en las enfermerías, parece que tanto
los hombres como las mujeres enfermas, debían ser asistidos en
su enfermedad por las enfermeras254; un médico y un cirujano
debían visitar a los enfermos y encargarse de disponer las
medicinas y demás cosas necesarias para cada enfermo, todo ello,
por cuenta de la cofradía255. Una vez curados no podían
permanecer en el hospital y si por el contrario se morían estando

251
XL: “... por no dar ocasiones de escándalos e males por los quitar, ordenamos que
ninguna persona que sea ferida de fierro e llagada que non sea resçibida en el dicho
Hospital, e asimesmo leprosos de mal de Sant Lázaro, e de Sant Antón, e que tengan
enfermedat perpetua”
252
XXIII: “... e que estos tales enfermos non sean resçebidos en la cofradía del dicho
hospital sin que prinçipalmente se confiesen con el cura de la iglesia de Sant Estevan, o
con otro confesor suficiente...”
253
XXIII: “... e después que así fueren confesados, que sean resçibidos en la dicha
enfermería; e estos pobres ansí resçebidos, mandamos que les sean dadas camas
pertenesçientes, a cada uno en su estado, e segúnd la enfermedat que tovieren...”
254
XXIII: “... e que sean servidos e visitados en todas las cosas que ovieren menester para
sus enfermedades por las mugeres servidoras de la dicha enfermería...”
255
XXIII: “... E que les den de los bienes de los dichos hospital e cofradía físicos,
cirujanos, xaropes e todas las otras melezinas que menester les fueren; a cada un doliente,
que les sean dado mantenimiento en quanto fuere doliente; e los guarençieren, que se
vayan luego fuera de la dicha casa e cofradía...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 507


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ingresados, salvo disposiciones en contra, debían ser enterrados


en el cementerio de San Esteban256.

Con el fin de poder asistir a los enfermos por las noches,


se establece que en las enfermerías, siempre que estén ocupadas,
haya una lámpara de aceite encendida toda la noche257.

Se establece que en el hospital haya una o dos personas


“de buena vida y confianza” que se encarguen de supervisar y
controlar la vida en el hospital, un poco como si se tratase de
“amas de llaves” (semejante a la enfermera mayor del hospital de
San Antolín de Palencia) que bajo la dependencia directa del
mayordomo, debían de vivir en el hospital, de ahí su nombre de
hospitaleras, y por su trabajo reciben honorarios de los bienes de
la institución258. Aunque la referencia a estas personas se hace en
masculino, parece que se trataba de mujeres ya que, como hemos
podido comprobar en otras partes de la documentación, las
referencias directas se hacen a las hospitaleras. Precisamente en
el capítulo que se refiere las responsabilidades de las
hospitaleras, se pone de manifiesto que estas trabajadoras son
elegidas y nombradas para realizar este trabajo, siendo
contratadas cada año y permaneciendo en el trabajo aunque
cambie el mayordomo; este último cargo, es elegido y nombrado
anualmente por los cofrades.

Se pide que las hospitaleras y hospitaleros, den cuenta cada


año al mayordomo, de todas las cosas del hospital de las que se
256
XXIII: “... e los que finaren en la dicha enfermería, que los entierren en el cementerio
de San Estevan, si otros lugares no nombraren...”
257
XXVI: “... ordenamos que en cada uno destos palaçios que arda una lámpara de azeite
toda la noche, quando nesçesario fuere, aviendo enfermos...”
258
XXXVIII: “... ordenamos que en el dicho Hospital sea una persona o dos de buena
vida e confiança nombrados hospitaleros, los quales sean mantenidos e proveydos de
todas las cosas neçesarias de los frutos e bienes del dicho hospital. E estos hospitaleros
sean tenudos de poner recabdo en las ropas e otras cosas que son para uso e servicio del
Hospital, e las tengan limpias e guardadas e de visitar, servir e regir a los dichos pobres
de las cosas neçesarias a espensas del dicho hospital. E estas cosas todas que las tengan
por mano e mandado del mayordomo que fuere, e tengan las llaves del dicho Hospital...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 508


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

les ha hecho responsables, y esta cuenta deben de darla por


escrito259.

Para mantener vigente los deseos del fundador, tanto del


Hospital como del Estudio, se establecen en estas ordenanzas que
los bachilleres y los escolares acudan a Misa y a cantar a la
capilla del hospital, todos los sábados y los días de las fiestas de
la Virgen y de Santa María Magdalena260.

Como CONCLUSIÓN del estudio de este hospital de


Cuéllar, que hemos podido realizar gracias a estos documentos
que se han conservado: de fundación, de inventario y estatutos de
funcionamiento, podemos constatar las marcadas diferencias que
existen, entre lo que aporta al conocimiento de la asistencia a los
enfermos las ordenanzas anteriormente estudiadas del hospital de
San Antolín de Palencia, y estas del hospital de Cuéllar.

Solamente 26 años separan unas constituciones de otras


(1398/1424) aunque hay una ligera diferencia entre ambas, las de
Palencia se elaboran después de años de estar construido el
hospital, mientras que las de Cuéllar se hacen antes de
construirse el hospital; ambas se deben a hombres de Iglesia y
desde luego importantes, pero quizás hay un matiz diferenciador
que posiblemente sea la causa de las diferencias entre ambas
constituciones; en Palencia, el obispo tiene sin duda una
autoridad total sobre la ciudad y sus gentes y eso parece
traslucirse en las constituciones que señalan con claridad las
decisiones del obispo; en Cuéllar por el contrario, el arcediano
no tiene autoridad directa sobre la villa, ni siquiera vive en ella, y
259
XXXVIII: “... E que sea tenudo de les dar cuenta cada año al dicho mayordomo, por
escripto, de toda la ropa e cosas que le así encomendaren...”
260
XLVI: “... faremos guardar la ordenança e buena costumbre quel dicho señor
arçediano fundador dexó, conviene saber, que los dichos bachiller e repetidor con sus
escolares vengan a la capilla del dicho Hospital todos los días del sábado e fiestas de
Santa María e de santa María Magdalena a Misa cantada...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 509


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

parece que la presión de los laicos por acceder a parcelas de


poder es notoria; probablemente eso se traduce en unas
constituciones más centradas en establecer las responsabilidades
de la Cofradía y los cofrades, en delimitar como deben acceder a
pertenecer a ella, cuanto deben pagar para entrar, cual debe ser
su organización, su funcionamiento, la responsabilidad de cada
cofrade, y la descripción tan pormenorizada que se hace de las
instalaciones, al contrario de la escasa atención que se presta a
cómo debe ser la asistencia directa a los enfermos.

Ambas poblaciones parece que no tenían grandes


diferencias entre ellas, tanto por las condiciones climatológicas,
como por el número aproximado261 y los modos de vida de sus
habitantes, la alimentación, etc., y ello hace pensar que las
condiciones de vida de sus gentes, su longevidad, el número de
pobres de ambas poblaciones, la posibilidad de que hubiese más
o menos gentes de paso, y en definitiva las condiciones de salud-
enfermedad de sus habitantes, fuesen bastante similares y por
ello la asistencia sanitaria bastante pareja; esas posibles
semejanzas nos llevarían a pensar que ambas ordenanzas podrían
completar la visión de lo que era un hospital castellano en la Baja
Edad Media, ya que por una parte se nos permite acceder al
conocimiento detallado de las instalaciones de Cuéllar y por otro
a los detalles pormenorizados de la asistencia a los enfermos y
quienes los asisten en Palencia.

Lo que desde luego es digno de ser destacado es el carácter


“renovador” del arcediano, tanto por la insistencia en todas las
cuestiones relacionadas con la educación, la escritura y la lectura
como por el diseño de su hospital, que como antes comenté, se
encuentra en la línea de los nuevos centros benéfico-asistenciales
que, típicos del Renacimiento, se impondrán a partir de la época
Moderna, con una separación clara entre hospitales y centros
benéficos, y que en Castilla se impondrán a partir del reinado de
los Reyes Católicos, siguiendo una clara influencia italiana.

261
Según señala E. Olmos, Cuéllar tenía 2000 habitantes a comienzo del siglo XVI

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 510


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

V.5.- LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS EN EL


HOSPITAL DE LA PIEDAD DE MEDINA DEL
CAMPO

Un núcleo urbano tan importante durante la Baja Edad


Media como lo fue Medina del Campo262, no podía dejar de tener
algún hospital importante. Desde luego para la época Moderna
destacaba el hospital de Simón Ruiz y por ello el reto se centraba
en conocer cómo fue de importante el hospital de la Piedad y
cual era su funcionamiento y la asistencia que en él se dispensaba
a los enfermos y/o enfermas.

La documentación existente en el Archivo Municipal de la


villa me permitió abordar el estudio de este hospital de la
Piedad263; una documentación, que transcrita, se incluye como
anexo al final de esta tesis264, después de las conclusiones.

En el año 1468, el obispo de Cuenca, confesor del rey y


oidor de su audiencia y del Consejo, Don Lope de Barrientos,
redactó e hizo públicas las constituciones del hospital que había
fundado y financiado en Medina del Campo cerca del monasterio
de San Andrés.

262
Precisamente esa importancia ha llevado a numerosos investigadores a hacer
investigaciones sobre diversos aspectos de esa villa, entre ellos se puede consultar:
Mª Isabel del Val Valdivieso.- “Medina del Campo en la época de los Reyes Católicos” en:
Historia de Medina del Campo, dirigida por E. Lorenzo Sanz. Tomo I, pp 231-314.
Valladolid, Junta de Castilla y León, 1986
Alberto Marcos Martín.- Auge y declive de un centro núcleo mercantil y financiero de
Castilla la vieja: evolución demográfica de Medina del Campo durante los siglos XVI y
XVII. Universidad de Valladolid 1978.
Antonio Sánchez del Barrio.- Estructura urbana de Medina del Campo. Valladolid 1991
263
A.M.M.C., Caja 33,3
264
Como ya he comentado al tratar las fuentes consultadas, agradezco a Antonio Sánchez
del Barrio el haberme facilitado esta documentación.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 511


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Fuente: A. Sánchez del Barrio

Estas constituciones constan de un total de 61 capítulos en


los que se establecen las normas de funcionamiento del hospital y
se facilitan algunos detalles sobre quiénes y cómo deben ser
asistidos los enfermos.

Según se desprende del documento, se trata de un hospital


destinado a acoger a pobres, “... y a consolación de los pobres
enfermos y las otras personas que en el dicho nuestro hospital
fueren recibidos y proveidas y escogidas”, tanto a hombres
como a mujeres.

Es posible que también se acogiese a personas que


estuviesen de paso en la villa, o quizás a un tipo especial de
pobres, lo mismo que se hacía en el hospital de Palencia, pero al
no especificarse en la documentación, sólo podemos hacer
hipótesis, ya que es lo único que nos permite la alusión a “otras
personas” que se recoge en el texto del párrafo superior.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 512


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

El hospital solo acogía a enfermos de enfermedades


curables, no era un centro asilar265, y por ello se ordena que una
vez restablecidos los enfermos de la enfermedad, solamente
puedan permanecer en la institución como convalecientes entre 8
y 15 días máximo, aunque debía de ser a juicio del físico (es
decir, del médico), del cirujano o incluso del rector, el que se les
considerase curados de su enfermedad para darles el alta266.

Cuando el enfermo llegaba al hospital, y en el caso de que


cumpliese con el requisito de no padecer una enfermedad
incurable, era admitido o admitida, (ya que igual se hospitalizaba
a hombres o a mujeres), y allí empezaba a ser atendido, pero aún
debía de cumplir con otro requisito antes de ser aceptado en el
centro: los capellanes de la institución tenían que confesarle y
darle la comunión; en el caso de que el enfermo no desease
cumplir con esos sacramentos, no debía ser acogido en el
hospital.
:
La asistencia a los pobres enfermos y enfermas debía
hacerse por las personas y en la forma que se detalla en estas
constituciones. A pesar de que los máximos responsables de la
institución eran los Visitadores, quién de verdad dirigía el
hospital era el Rector

! El Rector era el encargado de recoger y guardar las


ropas que llevaban los enfermos a su ingreso en el centro (parece
lógico pensar que también estaría presente cuando llegase), y
entregarles las que debían de utilizar mientras estuviesen
ingresados: una prenda de cama, una camisa, “paños menores”
(que según Covarrubias eran las bragas llamadas así cuando eran

265
Una clara diferencia con las constituciones del hospital de Cuéllar.
266
El que el rector también pudiese decidir sobre la curación, lleva a pensar que, o los
síntomas de las enfermedades estaban bien claros y definidos, o se procedía con criterios
poco rigurosos, al menos desde el punto de vista científico-médico.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 513


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

usadas por los religiosos267), y una “caperuza”268, de lana si era


invierno o de lienzo en verano; debe de tratase del gorro, que en
algunas imágenes hemos podido ver que llevan algunos
enfermos, y que debería de utilizarse con claras intenciones
higiénicas, no podemos dejar de considerar que la presencia de
parásitos parece que era habitual, por lo que el uso de esa prenda
parece que tendría esas connotaciones higiénicas; ambas prendas,
tanto la camisa como la caperuza, debían de ser cambiadas y
puestas limpias cada 15 días.

Desde luego la preocupación por la higiene se pone de


relieve en estas constituciones y se hace énfasis en la necesidad
de lavar a los enfermos, de que estén limpios en las camas y de
que se laven o lavarles antes de las comidas. Se diría que los
planteamientos acerca del contagio de las enfermedades, que se
desarrollan tras las epidemias de peste de 1348, tuvieron éxito y
existiría una conciencia más sensible para intentar evitar la
propagación de las enfermedades.

Una vez que los enfermos son admitidos en el hospital, se


les adjudica una cama, la cual se establece debía de ser de
madera “de pino recio”, al parecer de la misma largura y anchura
de las que ya existían en el hospital, y en cada cama tenía que
haber:
♦ Un almadraque y un colchón de lienzo y lana
♦ Dos pares de sábanas de lienzo
♦ Dos mantas blancas

267
El Tesoro de la Lengua Castellana dice refiriéndose a Bragas: “cierto género de
zaragüelles justos que se ciñen por los lomos y cubren las partes vergonzosas por delante y
por detrás, y un pedazo de los muslos. Usan dellas los pescadores y los tintoreros que
andan en el agua, los que lavan la lana, los tintoreros, los curtidores; también las usan los
religiosos y llámanlas paños menores”.
268
Debe de tratarse del gorro que en varias imágenes llevan puesto los enfermos y que
serviría tanto para preservar del frío en invierno, cómo de medida higiénica en todo tiempo,
de ahí que en verano también tengan que ponerse uno, aunque El Tesoro de la Lengua
Castellana, al definir este término, remite a la palabra Tarasca la cual refiere cómo “sierpe
contrahecha”; evidentemente nada que ver con un gorro, el Diccionario de la Lengua
Española si recoge este término y alude a él como “bonete que remata en punta inclinada
hacia atrás”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 514


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

♦ Una colcha de verano


♦ Un cobertor de invierno
♦ Dos almohadas de lienzo con lana

Se establece que entre cama y cama debe ponerse una


especie de cortina para separarlas y aislarlas unas de otras,
seguramente para conferir intimidad a los enfermos, “...queremos
y ordenamos que de ahora y de aquí en adelante, entre cama y
cama se ponga un destajo de lienzo labrado, cárdeno y amarillo,
que se pueda correr sobre dos palos y una verja de hierro, según
que ahora están...”269; unas cortinas bordadas y de color que
otorgarían a las estancias no solo colorido sino también un cierto
aire de “lujo”.

El rector, era el responsable de la administración del


centro, de contratar a los trabajadores y vigilar el cumplimiento
de sus obligaciones, y del mantenimiento de la institución, todo
ello sin olvidar que debía rendir cuentas ante los Visitadores y
explicarles detalladamente sus decisiones una vez al mes, de
hecho, se limitan a 1000mrs. los gastos que puede realizar sin
autorización. Por todas estas responsabilidades se le adjudica un
sueldo anual de 4000mrs., más el pan, el vino y la comida,
autorizándosele a tener un mozo, al cual también se le alimentará
a cuenta del hospital.

Aunque se establece que el cargo de rector no deberá ser


vitalicio, y que podrá ser nombrado por los visitadores tanto si se
trata de un religioso como de un seglar, en estas constituciones se
nombra rector perpetuo a Juan González de la Calleja, un
capellán y camarero del hospital.

El Médico y Cirujano, parece que eran contratados por el


rector para acudir cada día al hospital a curar a los enfermos y
enfermas y visitarlos a media mañana, recetándoles todo lo
necesario para su estado y sus heridas, tanto medicinas como
emplastos.

269
Capítulo 1

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 515


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

El sueldo que recibían estos trabajadores por su trabajo no


era el mismo y mientras el médico cobraba 2000mrs., al cirujano
se le pagaban 1000mrs.

En relación con su trabajo, hay que señalar que debían de


escribir las prescripciones en recetas270 (puede que solamente el
médico), y el rector tenía que encargarse de mandar hacer las
medicinas y controlar cuándo y cómo se tomaban, tanto las
medicinas como las comidas. Es de suponer que habría un
boticario para hacerlas y algún otro trabajador o trabajadora
encargado de administrar las medicinas y las comidas a los
enfermos, sin embargo, en la documentación no se especifica
nada a este respecto.

El hospital contrataba a un Sangrador, “el mejor que se


pudiese encontrar”271, siendo sus obligaciones sangrar y sajar, es
decir, hacer sangrías, según indicación médica. Por su trabajo
recibía anualmente 500mrs.

También se establecen las obligaciones de los Capellanes


y otros trabajadores de la institución: Sacristán, Procurador,
Administrador, y desde luego los Visitadores, sobre los que
recae la responsabilidad de tomar las últimas decisiones. Los
visitadores tenían que ser tres: el prior del monasterio de san
Andrés de Medina del Campo, el prior de la Orden de los
Predicadores y un Beneficiado del Cabildo de Medina del
Campo.

Estos visitadores tenían que contratar, cada año, a seis


trabajadores para asistir a los enfermos, hombres o mujeres,
“personas honestas y de buena fama, según dicho es”272
270
Capítulo 17
271
Capítulo 19
272
Capítulo 50

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 516


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Aunque se establece que el trabajo de estas personas es atender


a los enfermos o enfermas, no se detallan sus obligaciones, como
sí ocurría en el hospital de Palencia, y lo único que podemos
deducir es que en este centro contrataban a hombres o mujeres
en función de los enfermos a los que hubiese que cuidar.273

En este sentido, se establece que permanezca en su trabajo


de forma vitalicia, la mujer que desempeña el cargo de Dueña,
Inés Martínez, porque lleva muchos años trabajando en el
hospital y había desempeñando bien su trabajo, y por ello se
establece que a su muerte, sea elegida y nombrada otra mujer
para desempeñar el trabajo de dueña, que posea las mismas
cualidades que ésta: “honesta y buena”274

Posiblemente se tratase de una mujer con las mismas o


similares obligaciones que desempeñaba en el hospital de San
Antolín de Palencia la Enfermera Mayor, pero es una lástima que
en estas constituciones se describan con más detalle otros
aspectos más “administrativos” en detrimento de otros
relacionados más directamente con la asistencia a los enfermos.

Los visitadores también tienen que contratar a un boticario


para que se encargue de hacer y administrar las curas y emplastos
ordenados por el médico o el cirujano, pero lo destacable de este
capítulo, es que se especifica que el boticario debe de ser
cristiano275 ; las medicinas debían conservarse en un cuarto
destinado especialmente para ese fin, (sería en la botica), siendo
obligación del rector controlar el uso de todo lo que allí se
guardaba.276
273
Capítulo 50: “Las cuales entendieren que son necesarias para el servicio de los
enfermos y enfermas, según que las dificiere el Rector del dicho nuestro Hospital , en los
servicios que cada uno ha de hacer...”
274
Capítulo 51
275
Capítulo 52
276
Capítulo 52

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 517


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Se menciona de forma especial la asistencia a los enfermos


después de su muerte. El rector es el encargado de avisar a la
Cofradía del Hospital para que acompañe al finado, el cual debe
ser enterrado en el propio hospital pero sólo en el caso de que el
enfermo fuese pobre; de no ser así, y si él mismo disponía ser
enterrado en otro lugar, tenía que asumir los gastos el propio
enfermo y los capellanes solamente tenían que decirle las
exequias ordinarias en el portal del hospital “como se hace en sus
casas”277. Al parecer, este hospital de la Piedad tenía concedida
una Indulgencia Plenaria, que a juicio del redactor de estas
constituciones, era el motivo de que algunos enfermos fuesen
trasladados desde otros lugares a este hospital y por ello morían
muchos en él, originándose unos gastos que no siempre el
hospital podía o quería asumir278.

Otro de los aspectos que se establecen en estas


constituciones, es el referido a los castigos que podían recibir los
trabajadores del hospital si no cumplían adecuadamente con sus
obligaciones o si delinquían. De hecho, tenían que jurar
obediencia al rector, eso sí, “en las cosas lícitas y honestas”279;
desde luego el trabajador podía ser expulsado del hospital, pero
sin llegar a ese extremo, toda una serie de castigos físicos podían
ser establecidos por el rector, como encarcelarlos o incluso
ponerlos el cepo y mantener al culpable a pan y agua280.

A modo de CONCLUSIÓN del estudio realizado de este


hospital de la Piedad de Medina del Campo, hay que decir que es
una información algo escasa acerca de la asistencia a los

277
Esta frase es otro testimonio de cómo muchos enfermos que se morían en sus casas,
significaría que habían pasado sus enfermedades en ellas.
278
Capítulo 4
279
Capítulo 6
280
Capítulo 6

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 518


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

enfermos e incluso sobre el edificio y sus instalaciones. No


hemos conseguido saber cuantas salas había, aunque podríamos
deducir que al menos una para enfermas y otra para enfermos,
tampoco cuantas camas en cada sala y consecuentemente no
podemos establecer una aproximación acerca de las dimensiones
del hospital; en realidad sólo sabemos que había un portal, una
capilla y una habitación donde se guardaban los medicamentos;
sin embargo, parece evidenciarse una preocupación importante
sobre las finanzas del hospital ya que en diversas partes del
documento se alude a los gastos que se generan en el centro, por
ejemplo cuando se dice en el Capítulo 53: “...Porque nuestra
intención es de excusar los gastos superfluos en el dicho
Hospital, por ende queremos y ordenamos que no haya en el
dicho nuestro Hospital, bestias ningunas de sillar, salvo dos
mulas de carreta y de albarda, con que se traiga la provisión al
dicho nuestro Hospital, según que bien visto fuere a nuestros
Procuradores”.

Es difícil entender por qué en el caso de estas constituciones


se hace tan poco énfasis en la asistencia de los enfermos, y sin
embargo, en las del hospital de Palencia se detallan mucho más
estos aspectos y se pormenorizan muchos detalles de la asistencia
sanitaria.
Con el fin de conocer si en algún otro documento del autor
de estas constituciones se contenía algún otro detalle acerca del
hospital, revisé el testamento281 que el obispo Barrientos había
redactado 14 años antes de estas constituciones (17-XI-1454).
Efectivamente, las referencias al hospital son constantes y de
hecho es el heredero de numerosas pertenencias del obispo,
incluidos 20000mrs para hacer reparaciones.

Solamente los datos relativos a su enterramiento aportan


alguna luz sobre las instalaciones del hospital y ello se refiere
concretamente a la capilla “mayor” del hospital donde pide ser
enterrado. En este sentido, parece que la capilla del hospital sería
lo suficientemente importante como para que un personaje de esa
281
El testamento me fue facilitado por mi directora de tesis la profesora Dª Mª Isabel del
Val Valdivieso.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 519


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

dignidad se mandase enterrar en ella; pero no parece que fuese


demasiado grande ya que en otra parte del testamento, y con
motivo de un novenario, oficiado por 30 sacerdotes, que pide se
le diga a su muerte, dice que tendrá que realizarse en el
monasterio de San Andrés al no poder ser celebrado en el
hospital, ¿sería por no ser la capilla lo suficientemente grande
como para celebrar un acto con tantas personas?

Otro detalle que se especifica en el testamento es que los


albaceas se encargarán de nombrar a dos mujeres “honestas” para
que lleven, una al monasterio de san Andrés y otra al hospital,
todos los días durante un año, ofrendas de pan, vino y cera.

Solamente voy a comentar una curiosidad de este


testamento, no aclara ningún detalle acerca del hospital ni de la
asistencia a los enfermos, pero sí de las características de su
fundador y de su mentalidad, (probablemente la de las gentes de
su tiempo); manda que a su muerte se libere a los esclavos y
esclavas cristianos que tiene en su casa y a los moros y moras
establece que sean vendidos o utilizados para redimir cristianos
cautivos.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 520


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

V6.- CONCLUSIONES DEL CAPÍTULO y OTROS


DATOS QUE COMPLETAN LA VISIÓN DE LA
ASISTENCIA

A modo de CONCLUSIÓN, y si hacemos una


comparación con los anteriores hospitales estudiados, nos
encontramos con tres instituciones fundadas por gentes de
Iglesia, por hombres de la Oligarquía eclesiástica, con unas
constituciones bien diferentes. Dos de ellos, parece que ya en
funcionamiento cuando se redactan las constituciones, San
Antolín en Palencia y La Piedad en Medina del Campo, ambos
fundados respectivamente por un obispo en ejercicio y
posiblemente con más semejanzas de las que constan en los
documentos. ¿Podríamos, basándonos en estos planteamientos,
establecer que la asistencia en los dos era cómo en el hospital de
Palencia?, así que quizás se podría decir, que las diferencias tan
señaladas en la forma de redactar las constituciones, sería debida
simplemente a la diferente manera de ser entendida, por cada
obispo, la forma en que había que plasmar esas cuestiones que
posiblemente por obvias o por ser lo habitual, no habría sido
considerado suficientemente importante por el obispo de Cuenca,
y plasmando sin embargo lo que si era su mayor preocupación: la
administración del centro y su control para perpetuar su
existencia.

Con la intención de aclarar estas dudas comprobé la


redacción de otras constituciones, las de otro hospital próximo a
Valladolid, las del HOSPITAL DE MATER DEI DE
282
TORDESILLAS , y fueron las de este hospital por varios
motivos:
1) por ser una población muy cercana a Valladolid, a
medio camino entre Valladolid y Medina del Campo,
282
Estas constituciones fueron publicadas por D. Jonás Castro Toledo en la Colección
Diplomática de Tordesillas.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 521


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

provincia de Valladolid y sin embargo perteneciente a


la diócesis de Palencia,
2) porque las constituciones son de la misma época que
las de Medina del Campo, 1467 las de Tordesillas y
1468 las de Medina del Campo,
3) a diferencia de los hospitales anteriormente estudiados,
la fundación de éste no se debía a un hombre de iglesia,
ni siquiera a un hombre, este hospital de Tordesillas era
fundado por una mujer: la infanta Dª Beatriz de
Portugal, (hija del rey don Donis y de su mujer doña
Juana)
4) porque a semejanza del hospital de Cuéllar, el de
Tordesillas tampoco existía con anterioridad y por lo
tanto las constituciones se elaboran, como en Cuéllar,
antes de que el hospital fuese construido.

Existe la posibilidad de que el Obispo de Cuenca


(recordemos su papel junto al rey, era su confesor) influyese
directamente sobre la infanta portuguesa, ya que si no es así, no
se explicaría la forma idéntica de plasmar en las constituciones
algunos de los artículos283. No obstante estas similitudes, que
hacen que a primera vista se consideren dos documentos
prácticamente iguales, hay algunas cuestiones que la lectura
detallada saca a la luz y que, o bien por la visión femenina
presente en le documento, o simplemente por el hecho de que el
hospital sea nuevo, especifican algunos temas que sí arrojan algo
de luz sobre el tema de esta tesis.

Son pequeños datos que permiten hacerse una idea más


aproximada para conocer cómo era el hospital de Mater Dei, y
puede que también el de Medina del Campo.

En otro documento, también incluido en esta colección


diplomática de Tordesillas, de fecha algo posterior, abril 1470

283
Son exactamente iguales, por ejemplo la redacción del capítulo dedicado a la obediencia
debida al rector y los castigos a imponer; las dedicadas a las obligaciones del médico,
cirujano y sangrador, así como sus salarios; las referidas a los visitadores, etcétera.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 522


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

(tres años después del de las constituciones) y en el que figura el


testamento de la infanta, se especifica con todo detalle dónde
debe hacerse el hospital, lo cual indica que aún no estaba
construido, estableciéndose que se construya en las casas que
poseía la infanta, y al parecer en las que vivía, y situadas cerca de
la muralla, entre el monasterio de la Espina y el del Santo
Sepulcro284.

Centrándonos en las constituciones, y después de


manifestar que funda su hospital en las casas en las que vive
“...en las mis casas de morada...”, y en el capítulo primero,
inmediatamente después de la introducción, plasma su deseo de
que en el hospital haya 12 camas de madera y dos salas; de esas
camas, 8 deben colocarse en la sala de hombres y 4 en la de
mujeres285; también se especifican las dotaciones para cada cama,
pero en este sentido no hay ninguna diferencia con el hospital de
la Piedad286, como tampoco la hay con la cortina que pide se
ponga para separar unas camas de otras287.

En relación con los enfermos que deben ser acogidos por el


hospital, y aunque el planteamiento general es el mismo que para
el hospital de Medina, solo se acogen enfermos curables, hay un
pequeño matiz diferenciador consistente en la forma en que está

284
“...al dicho mi ospital de Mater Dey, el qual dicho mi ospital fago y mando façer en
estas mis casas de morada dentro d’ esta dicha villa de Otordesillas, que an por linderos
de la una parte casas y corral de Gomez de Taborda y casas y corral del monasterio del
Espina e de la otra parte casas y corral del monasterio del Santo Sepulcro de la çiudad de
Toro e de la otra parte la calle que sale a la çerca y muro desta dicha villa e de la otra
parte calle pública que ba para la yglesia de señor San Pedro, el qual dicho mi ospital de
Mater Dey....”
285
“Primeramente quiero e constituyo y hordeno que en este dicho mio ospital aya doçe
camas de madera e dos apartamientos, las ocho camas en un apartamiento para los
hombres y las otras quatro camas en otro apartamiento para las mugeres...”
286
“... qu’estas camas tengan cada una un almadraque y un colchón y sus mantas, sabanas
y colchas e otras coberturas para ençima, que sean buenas, y qu’esten en el dicho ospital
diez o doçe almoadas de lino para quando fueren menester en las camas...”
287
“... quiero y hordeno que entre cama y cama se ponga un destajo de lienço que se pueda
correr sobre dos palos y una berga de fierro...”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 523


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

redactado el capítulo, que deja a la buena conciencia del


visitador, del médico y del cirujano, la decisión de admitir o no
a los enfermos en el hospital o decidir el tipo de ayuda que se le
presta288.

Todo lo referente al ingreso de los enfermos es


exactamente igual que en el hospital de la Piedad, y por lo tanto
los enfermos deben recibir los sacramentos para ser admitidos en
la institución; el rector se encarga igual de recoger sus ropas, el
mismo tipo de ropa, y darles las del hospital, , y de igual manera
se establece que se les laven cada 8 días, pero aquí se especifica
que no sólo deben lavarse las que lleva puestas el enfermo o
enferma sino también las de las cama que ocupa289.

También lo relativo al procedimiento del alta es igual,


aunque en este hospital no se establece el tope de 15 días para
permanecer en el centro, que sí se indica para el hospital de
Medina del Campo. De igual forma, se hace responsable al
rector de que a los enfermos se les den, tanto las medicinas como
los alimentos prescritos por el médico y cirujano, para la
curación de las enfermedades.

Igualmente son dos los capellanes que se dispone se


encarguen de asistir a los enfermos en sus necesidades
espirituales, y desde luego también en esta redacción se insiste en
que deben cumplir sus obligaciones para con ellos, pero se hace
referencia explícita a una cuestión no establecida en las

288
“...quiero y hordeno que en este dicho ospital se resçiba a pobres enfermos, omes y
mugeres, de dexo a la conçiençia del bisitador e acuerdo del fisico y çorujano o de
qualquier d’ellos que según bieren e calidad de las personas e de las enfermedades
yncurables, que a los tales fagan alguna caridad como ellos entendieren que se puede
conportar”
289
“... que los dichos enfermos, porqu’esten bien limpiamente, que las sábanas que les
sean labadas de sus camas y las de camisas de ocho en ocho dias”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 524


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ordenanzas de Medina, y es que se pide expresamente que no


tengan concubina290.

Por otra parte, el boticario también debe ser cristiano, y se


establece una ligera diferencia en cuanto al nombre del visitador
al que se le antepone el término de patrón, es decir, en el hospital
Mater Dei, hay un Patrón Visitador.

Pero donde si hay alguna diferencia es en las personas que


para atender a los enfermos y enfermas contrata el hospital. Así
como en el de Medina se establece que se deben contratar hasta
seis personas con unas cualidades concretas para atender a los
enfermos, en este de Tordesillas se dice que se pongan mujeres,
sin especificar el número, honestas y de buena fama para atender
a los pobres.291.

Las demás cuestiones que se establecen en estas


constituciones, siguen estando en la línea de las previstas para el
hospital de Medina del Campo, aunque como es lógico, con las
diferencias propias de ser un hospital distinto, con distinto
nombre y en distinto lugar; por ejemplo el nombre de la cofradía
que controlará el gobierno del hospital Mater Dei, se llama de La
Anunciación de Santa María., seguramente por fundarse el
hospital en la parroquia de Santa María de Tordesillas.

Sí parece que la información de este hospital de


Tordesillas rellena algunas lagunas, y puede que con lo estudiado
sobre estas instituciones, la visión sobre los hospitales castellanos
bajomedievales sea más completa. En cualquier caso, parece
poder constatarse que el tamaño de los hospitales castellanos era,

290
“... quiero y ordeno que los dichos capellanes del dicho ospital, al tiempo que fueren
nombrados y puestos, que sean / escoxidos que sean buenas personas y que no sean
publicos concubinarios...”
291
“... quèl dicho visitador ponga en comienzo de cada un año o quando él biere y
entendiere que cunple mugeres, y personas onestas y de buena fama en le dicho ospital,
para que sirban e administren los pobres, según que lo rrijiere e mandare el rretor, y las
pueda quitar cada y quando biere que cumple, y poner otras”

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 525


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

en términos generales, pequeño, doce camas, lo que sin duda


llevaría a la reina Isabel a iniciar la reforma de los hospitales
castellanos y proponer la creación de hospitales mayores, o la
agregación de varios en uno sólo, dentro de las ciudades
castellanas, los que serán conocidos como hospitales generales.

Como la documentación estudiada sobre los hospitales,


aporta datos insuficientes para llegar a conocer con precisión
detalles más concretos y numerosos acerca de la asistencia
sanitaria, parece conveniente intentar localizar otras fuentes
escritas que nos ayuden con más datos sobre estos aspectos y
poder precisar mejor cuestiones que aparecen solamente
perfiladas en las constituciones de hospitales estudiadas.

En este sentido, debo referirme a un documento que se


encuentra en el archivo del Monasterio de El Escorial292, adonde
fue trasladado desde Granada. Se trata de una “visita del
monasterio de las Huelgas de Burgos y sus filiaciones en que
fue visitador D. Fernando Vázquez de Arce, prior de la iglesia
de Osma en tiempos de los Reyes Católicos, año de 1500”

Consta de 191 folios escritos a doble página. En el


preámbulo se insertan varios documentos, entre ellos el Breve
apostólico que faculta a los reyes para designar visitador y la
carta de los Reyes Católicos nombrando al prior de Osma para
tal cargo. También una carta del rey D. Fernando mandando
hacer la pesquisa sobre las posesiones del hospital del Rey, con
el beneplácito de la abadesa de las Huelgas de Burgos Dª Blanca,
hermana del rey, y para ello se dice que “se llamó para saber la
verdad a hombres buenos y con buenas ordenanzas del mismo
hospital y que hicieron de ello padrón hombres letrados de todas
las heredades y bienes que fallaron y que pertenecen a los
reyes”. Se encuentran también en este documento los privilegios

292
A. El Escorial. Manuscritos Castellanos. V-II-13

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 526


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

de la sujeción del hospital del Rey a la abadía de las Huelgas, de


los reyes D. Fernando, D. Enrique, D. Juan y D. Enrique293.

Trata el documento de una inspección hecha en el hospital


del Rey de Burgos para averiguar si era verdad, como se
aseguraba, que habían robado en distintas ocasiones.

Dado el objetivo de la visita, en el documento se describen


con precisión todos los bienes y posesiones del hospital y se
incluyen las respuestas a un catálogo de preguntas que hacen
aquellas personas que son entrevistadas por el visitador, entre
ellas dos freiras enfermeras, así como los gastos que a lo largo de
diversos años realiza el hospital en productos alimenticios.

Me parece importante que esta documentación se refiera al


hospital del Rey de Burgos, no sólo porque ha sido motivo de
estudio para los medievalistas294, sino también porque parece
reunir unas connotaciones muy especiales, infraestructura,
posesiones, ubicación en pleno Camino de Santiago, y por si
fuera poco, fundado por un rey castellano, Alfonso VIII.

En la documentación se hace referencia a las dependencias


de la institución y parece que se trata de un gran complejo en el
que hay varios edificios, con dependencias diferentes para

293
Tengo dudas en cuanto a la identidad de los reyes mencionados. Podría tratarse de
Fernando IV (1295-1312) y posiblemente de Enrique II, Juan II y Enrique IV. Estos tres
reyes son de la casa de Trastámara y, dadas las características de conflictividad social y
política por la que se atraviesa en Castilla en este periodo y los abusos de la nobleza, es
posible que se pidiese desde el Monasterio de las Huelgas la confirmación de estos lugares
como posesión real. Por otra parte, el Monasterio de las Huelgas fue fundado en 1187 por
Alfonso VIII (el hospital también lo fundó este rey hacia 1212, para conmemorar la victoria
de las Navas de Tolosa), y en él fueron armados caballeros Fernando III, Alfonso XI,
Enrique II, Pedro I y Juan II, lo que también relaciona de una forma especial a estos
monarcas con el Monasterio y posiblemente también con el hospital y pone de manifiesto la
relación que siempre tuvieron estas dos instituciones con la monarquía castellana.
294
El profesor de la Universidad de Burgos, Luis Martínez García ha estudiado este
hospital del Rey,

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 527


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

hospitalizar a los enfermos y enfermas, y otras para que duerman


y coman los peregrino y también los pobres.

Las constantes referencias al hospital de las mujeres295


hace pensar que fundamentalmente era un hospital en el que se
atendía a mujeres (y quizás sólo ocasionalmente se hospitalizaría
a hombres, se habla también de la enfermería de pobres). En el
hospital de mujeres existían al parecer distintos aposentos, entre
ellos el dedicado a las “huéspedas ilustres”, todos perfectamente
equipados y dentro de este hospital se refiere que estaba la
enfermería de las mujeres enfermas, una sala muy alargada con
suelo de maderas, con 39 camas (de mejor calidad que las de los
pobres) con bancos y banquillos para los pies y “delante de la
cama, colgada, una barra de hierro con mesín a la cabecera
para comer desde la cama”, y con una lámpara en cada cama
“un candelero viejo”; desde allí se accedía a la botica, grande y
bien provista de utensilios de farmacia y medicamentos :“bien
dotada, proveída de todas las medicinas que son mejor para la
cura de los enfermos, que en dicha enfermería están
continuamente demandando botes, cajas que tienen muchos
ungüentos, medicinas...”, y dos reboticas , una donde se elaboran
las medicinas y para ello tenían una cocina y una chimenea
provistas de utensilios de cobre, hierro y barro y la otra donde se
encontraban los libros (nueve) que el boticario utilizaba para
hacer las pócimas: “los libros del arte del boticario” y muchos
utensilios de vidrio, orinales y productos para hacer las
medicinas: “almendras, dátiles y otras muchas medicinas”

Parece que bastante apartado de estas dependencias se


encontraba el dormitorio de pobres sanos, al parecer situado en la
parte más antigua del hospital, y con 29 camas; en una nave
apartada de este ala del hospital, había 8 camas destinadas a los
leprosos “en las dos naves a los lados de ...(ilegible)... atrás que
están apartadas con 8 leprosos...”296

295
Libro de visitas, pp 11 a 26
296
La estancia de enfermos leprosos en este hospital, da idea de las característica peculiares
de esta institución, que debía de tratarse más bien de un gran complejo asistencial y que por

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 528


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Hay varias cocinas, todas ellas bien provistas de enseres


para hacer las comidas y servirlas, una enorme bodega,
despensas, comedores, y otras dependencias variadas.

De las respuestas a las preguntas del cuestionario, se puede


establecer la importancia que las diferentes personas
entrevistadas, especialmente aquellas que tienen una relación
más directa con los enfermos, como las freiras, otorgan a los
alimentos. Es el caso de la respuesta de la freira María García
Mata, que dice refiriéndose a la enfermería de mujeres, que
aunque siempre había funcionado bien, mejoró ostensiblemente
desde que se mejoró la alimentación y que las enfermas son
curadas y cuidadas “lo ha visto siempre y va mejorando y todo lo
remedió mandarles aves, almendras, y bien de medicinas, dijo
que los enfermos son bien visitados y las enfermas curadas
siempre, velando los enfermos y a las enfermas, mujeres que son
fieles y comulgan con buena forma”

Una interesante información que juntamente con la que a


continuación se detalla, sirve para conocer la idea que existía a
finales del siglo XV en relación con la asistencia a los enfermos.
Así, preguntada la freira297 María Cuevas, y de quien se
especifica que es enfermera en el hospital, , ella afirma que:
“lleva 20 años de enfermera y por tanto conoce bien a todos los
freires y freiras y que continuamente los médicos y cirujanos
visitaban a los enfermos y estaban proveídos de todas las
medicinas necesarias para curarlos y que los velaban por la
noche”. Otra freira enfermera entrevistada , María Moneo,
añade: Los enfermos son bien cuidados e incluso se sepulta a los
difuntos honradamente”.

ello precisamente puede servir de referencia para establecer comparaciones con los
hospitales estudiados de Palencia, Cuéllar y Medina del Campo.
297
Las freiras y los freires eran los religiosos/as legos del Cister, colectivo que desde los
tiempos de la fundación del hospital tenía a su cargo su administración general. Dado el
poder y prestigio que el cargo de administrador fue adquiriendo se reservó para personas
hidalgas, pero los freires y freiras permanecieron como oficiales mayores del hospital.
Véase: Martínez García, L.- El Hospital del Rey de Burgos..., pp. 58 a 74, 240 a 242, y 455
a 458.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 529


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Otras entrevistas realizadas a otras personas relacionadas


con el hospital, Juan Nuñez y Diego Villareal, hacen referencia a
las aves (conejos, perdices y palomas) que tenía el hospital para
su uso y que al parecer se las quedaban los arrendadores.

En el capítulo de gastos y rentas que se mencionan en el


documento, hay que reseñar la importancia que reciben todos los
productos alimenticios: cereales, pescado, frutas, verduras, carne
(ganado y aves), vino, aceite, huevos, etcétera. Mencionándose
que el aprovisionamiento de las enfermerías y de la botica, tiene
una especial importancia en los gastos del hospital.

Según se deduce de ellos, la carne junto con el pan, el vino


los huevos y el aceite, son los alimentos que con más abundancia
se consumen. La carne298 constituye la comida por excelencia de
todas las personas que se alimentan en el complejo Huelgas-
Hospital, aunque a los enfermos preferentemente se les daban
gallinas y pollos, que eran comprados en el mercado de Burgos
para ese fin junto con los huevos, que constituían el alimento
básico de los enfermos todos los días de vigilia y eran el sustituto
del pescado299, ya que parece que los enfermos no lo tomaban.
Los huevos eran más fáciles de adquirir y además los propios
freires decían no tomar el pescado por ser dañoso para la salud300.

298
La abadesa de las Huelgas tenía potestad para dispensar, a título individual, las
abstinencias y ayunos. En la pregunta que hace el visitador sobre si se guardan los ayunos,
responden que la abadesa les dispensaba a los freires, según su conciencia, en Adviento y
en la Cuaresma y comían carne, por ser el pescado dañoso para la salud.
299
El pescado era catalogado en dos tipos: pescado cecial: seco y en salazón, del que se
mencionan el arenque y la merluza, y pescado fresco: sardinas y truchas. Menos las
truchas que procedían de los ríos burgaleses y que se compraban para alguna visita
importante, el resto del pescado era adquirido en los mercados de Burgos. Las sardinas eran
consideradas alimento de pobres, según señala Adeline Rucquoi en: “Alimentation des
riches, alimentation des pauvres dans une ville castillane au XVe” en Actas del Coloquio
de Niza , p.302. Sobre este tema, también: Martínez García, L. En: “La asistencia material
en los hospitales de Burgos a fines de la Edad Media”, Actas de Niza, p355
300
Contestaciones a la pregunta nº 19 del formulario

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 530


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Las legumbres constituyen un alimento básico de las


enfermerías , como se desprende de las compras que hace el
hospital y éstas debían ser la comida básica durante la cuaresma,
generalmente condimentada como potaje.

Las frutas parecen recibir una consideración especial en la


dieta de los enfermos; en muchas ocasiones algunas frutas son
adquiridas por la botica, lo que puede ser tomado como un
indicador de los criterios que a este respecto sostenía la ciencia
médica y la mentalidad de la época respecto a la alimentación.
Las frutas que consumen los enfermos son variadas. Manzanas (a
lo largo de todo el año), granadas, ciruelas, guindas, peras y
almendras. Otras frutas como las naranjas eran adquiridas por la
botica, al igual que otros productos que eran utilizados para hacer
ungüentos y emplastos como es el caso del arroz, regaliz,
vinagre, anís, azúcar y miel.

Es el médico el que prescribía la comida de los enfermos


cuando pasaba visita, por eso iba acompañado del boticario (que
iba tomando nota de las medicinas que debían hacerse) y del
enfermero, o un criado, que tomaba notas de la comida que
debían tomar los enfermos301.

En este hospital de Burgos, cuando los médicos visitaban a


los enfermos, debían ir acompañados de un enfermero, varón, ya
que en el propio Libro de Visitas se especifica que cuando se
trate de visitar a mujeres, vayan acompañados de parientes de las
enfermas o del comendador: “el comendador y en su lugar
padres, hermanos u otros parientes, irá con el médico, cirujano,
boticario, cuando alguna freira esté enferma y tenga que
ponérsele medicinas y a las otras enfermas”

No es esta toda la información que contienen la


documentación que hace referencia a esta especie de “auditoria”

301
Contestaciones a la pregunta nº 48 del cuestionario

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 531


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

que se realiza en este hospital del rey de Burgos302, sin embargo


puede constatarse que ésta que se detalla, ofrece datos
interesantes para el estudio de la asistencia a los enfermos.

Para intentar completar esta información y conseguir tener


una visión más amplia de lo que a los enfermos se les daba de
comer, y dada la importancia que se otorgaba a la alimentación,
tanto para prevenir enfermedades como para curarlas, voy a
referirme a lo que en este sentido se establece en una
documentación que especialmente se refiere a este tema

Se trata de dos referencias concretas303:


# Una, lo que al parecer en relación con la alimentación,
tenía instituida la regla que dejó el fundador (Diego
Martínez de Villamayor) del hospital Blanco o de San
Torcuato del Monasterio de Benevívere (cercano a
Carrión de los Condes, Palencia) y que lleva por título:
“Esta es la Institución de la limosna del hospital del
Monasterio de Benevívere tal como la instituyó nuestro
padre D. Diego”
# Dos, los estatutos del siglo XII del Monasterio de
Sahagún (León), al parecer totalmente de acuerdo con
los establecidos por el monje Ulrico de Cluni y para
todos los centros de esta orden304.

En cuanto al hospital de San Torcuato, un hospital para


peregrinos, se establece: “Dése una libra de pan y guisado a

302
Un estudio más extenso de esta documentación lo realicé con anterioridad y está
publicado con el título “Alimentación en la Edad Media, Base de los cuidados”, en la
Revista de Enfermería ROL, año XIX. Junio 1996, nº 214, pp 56-67. Otra parte de ese
estudio la presenté en el ¡”! Congrès National des Societés Historiques et Scienttifiques,
celebrado en Niza en 1996 con el título “Les soins donnés aux malades dans la Castille du
Bas Moyen Âge. L’hôpital royal de Burgos prototype de l`hôpital castillan”, estando
publicado en el libro de Actas del Congreso, París 1999
303
Esta información se encuentra publicada por Luis Fernández, S.I..- La abadía de Santa
María de Benevívere durante la Edad media. Su historia y su regla. Miscelánea Comillas.
Universidad Pontificia Comillas. Santander 1962

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 532


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

todos los peregrinos que lleguen al hospital durante el día. A los


que viven de ordinario en el hospital de hombres, de mujeres o
de leprosos se darán dos libras de pan y guisado y vino. A los
enfermos, tanto hombres como mujeres y leprosos se da
suficiente pan y vino en la misma medida que a los monjes, esto
es: media cuarta de Carrión por día...”, sigue diciendo

COMIDAS DE MEDIODÍA

- Lunes: huevos más el guiso de los monjes


- Martes: carne
- Miércoles: huevos más el guiso de los monjes
- Jueves: carne
- Viernes
- Sábado: huevos más el guiso de los monjes
- Domingo: carne

Si la carne era de cerdo, la cantidad para cada uno era de


una libra, pero si se trataba de carnero, un cuarto se repartía
entre seis.
Los huevos, cuatro por persona (supongo que serían a la
semana, no al día, pero no queda claro en la documentación)

CENAS

- Lunes: guiso
- Martes: cebollas cocidas con lechuga
- Miércoles: guiso
- Jueves_ 1 onza de queso
- Viernes: guiso
- Sábado: cebollas cocidas con lechuga
- Domingos: 1 onza de queso

A todos los enfermos parece que les daban fruta, aunque


no se precisan las cantidades: manzanas, uvas, nueces, castañas
y avellanas.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 533


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Durante la Cuaresma se daba pescado tres días a la


semana (no se especifican) pero sí el tipo de pescado y las
cantidades:
- Caballa: 1 para 4 personas
- Ballena: 1 onza por persona

Hay que señalar que los viernes no se establece ningún tipo


de comida, posiblemente por el tema religioso de los ayunos y
abstinencias, y es probable que fuesen estos los días dedicados a
comer pescado.

Hay que recordar que además de todos estos alimentos, a


los enfermos se les daba media cuarta de Carrión de vino al día y
pan.

En cuanto a la información que se refiere al monasterio de


Sahagún, parece que es una dieta igual para los frailes y para los
enfermos, se establece:

Diariamente, excepto los viernes y en cuaresma, se servían


tres platos, dos de la cocina, es decir, calientes, y uno de la
despensa; los viernes y en cuaresma debía de ser al contrario, dos
de la despensa y uno sólo de la cocina.

Esos tres platos eran de: sopas, berzas, legumbres (o cosas


similares).

Los martes, jueves, sábados y domingos, sólo los enfermos


podían comer carne, pero no podían acercarse a comulgar; esos
días, los frailes comían pescado: “dará el celerario un general de
peces”.

Estos datos amplían la información obtenida de las


constituciones de los hospitales y ahora es posible hacerse una
idea más amplia acerca de cómo eran asistidos los enfermos en
esas instituciones.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 534


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

A pesar del estado de malestar originado por la


enfermedad, es posible que muchos de los enfermos y enfermas
acogidos en los hospitales, disfrutasen en ellos de más
comodidades que en sus propias casas y seguramente de mejor
comida.

Podemos concretar que los enfermos y enfermas que


asistían a un hospital y eran admitidos en él, se les adjudicaba
una cama con ropa limpia, una ropa también limpia para el
propio enfermo o enferma, una estancia en una habitación que
estaba caliente, medicamentos, una alimentación, algo variada,
adecuada a su enfermedad y a su situación de salud,
condimentada y caliente, y personas que durante el día y la noche
atendían sus necesidades.

V.- LAS FUENTES ESCRITAS PARA LA ASISTENCIA A LOS ENFERMOS 535


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

VI.- CONCLUSIONES

Una serie de preguntas sin respuesta fueron el origen de


esta investigación.
Muchos de esos interrogantes se han ido disipando tras las
averiguaciones realizadas; otras veces, las preguntas se han
multiplicado al encontrar algunos datos que irrevocablemente me
llevaron a plantear nuevas cuestiones.

No hay duda de que este es el camino del investigador y


por ello la investigación suele ser siempre apasionante y larga en
el tiempo; es, desenredar una madeja para lo que a veces
encontramos demasiados hilos que dificultan y enmarañan el
camino, es más, se nos ofrecen posibilidades nuevas, distintas, no
previstas en un comienzo y dudamos ante el camino a elegir;
otras veces por el contrario, no somos capaces de encontrar el
hilo que nos sirva de guía y nos permita iniciar nuestro camino
para poder ver la luz de algún final.

En parte, esto último es lo que a mi me pasó al


cuestionarme una hipótesis de partida cuya contrastación
entrañaba serias dificultades ya que la búsqueda de fuentes era
dificultosa y sobre todo ineficaz ya que pude comprobar que los
enfermos no estaban en las fuentes, que directamente nadie
escribía acerca de ellos y por lo tanto parecía que las vidas de los
seres humanos durante sus enfermedades permanecían en una
sombra total.

Como el primer mandamiento para el investigador parece


ser no desfallecer y no rendirse, tuve que buscar otras fuentes que
me permitiesen ir dando algunas respuestas lógicas a algunas de
las preguntas formuladas.

537
VI. CONCLUSIONES
La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

En cualquier caso, el paso previo a iniciar una exhaustiva


búsqueda de fuentes, fue realizar una revisión bibliográfica
profunda y pormenorizada que me permitió constatar que el hilo
de la madeja del que yo pretendía tirar, no había sido utilizado y
por lo tanto a mí me tocaba buscarlo, encontrarlo y desenredarlo.

Dos aspectos bien diferentes habían sido abordados en


relación con la sanidad. Si los investigadores procedían del
mundo de la Historia, sus investigaciones, en general, se habían
desarrollado estudiando los centros asistenciales desde su
vertiente economicista y el estudio de algunos grandes hospitales,
como por ejemplo el del Rey de Burgos, y también otros,
permitió conocer su funcionamiento como si de un señorío se
tratase y estudiar su área de influencia, sus posesiones, sus
dominios y algunas de las características de sus instalaciones.

Aunque la tónica dominante de este tipo de estudios se


centraba en estos aspectos, es cierto que se hacía referencia a
cuestiones que podían ser investigadas desde distinto ángulo,
pero que por las razones que fuese no habían sido de interés del
investigador y por ello solo se citaban; es el caso por ejemplo de
algunos documentos en los que se detallan las cuentas de algún
hospital, y a pesar de figurar en ellas los gastos en medicinas y
alimentos para los enfermos de determinadas enfermedades, o los
gastos en personal cuidador, no se llega a plantear la visión de la
asistencia a esos enfermos en relación directa con su situación de
enfermedad y su tratamiento.
El estudio de este tipo de documentos desde la perspectiva
de buscar en ellos datos que permitiesen identificar la asistencia
y los cuidados prestados a los enfermos, es decir, lo que se les
daba de comer y por qué y cuándo, o qué productos se
elaboraban en la botica, o que gastos tenía el centro en pagar a
los trabajadores, cuánto les pagaban, las diferencias de sueldos,
etc., permitía ir perfilando algunas cuestiones muy puntuales de
los cuidados que en esos centros recibían los enfermos.

538
VI. CONCLUSIONES
La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Cuando la investigación era abordada por los historiadores


de la Medicina, tampoco se centraba la investigación en buscar
cómo se cuidaba a los enfermos, si no era desde la perspectiva
exclusiva del estudio de la enfermedad en si misma, o de la vida
y obra del médico como protagonista de la situación, sin tener en
cuenta lo que la enfermedad suponía para quién la padecía. Estas
deficiencias que no han permitido durante tanto tiempo conocer
cuestiones tan fundamentales para la vida de las personas, ha
empezado a ser estudiada muy recientemente en la obra de
García Ballester en la que se trata con minuciosidad cómo era la
asistencia médica en Castilla en la Baja Edad Media, qué
pensaban los médicos, qué escribían, cómo actuaban, pero
también, qué significaba la enfermedad para la sociedad
castellana medieval. Una gran obra que compila de alguna
manera toda la trayectoria investigadora de este autor y que
aporta una nueva visión, más social de lo que hasta ahora habían
planteado los historiadores de la Medicina, pero truncada por la
fatalidad del fallecimiento prematuro de su autor, que
seguramente habría seguido profundizando en ese campo.

Fueron precisamente esas carencias en el conocimiento


acerca de cómo vivían las gentes del medievo sus enfermedades,
qué cuidados recibían cuando estaban enfermos, quién se los
prestaba y dónde, lo que me llevó a iniciar una búsqueda de datos
que me permitiese ir contestando a algunas de estas cuestiones.

Estaba claro que había diferencias importantes con lo que


hoy conocemos por sistema sanitario. Sí, en Castilla en la Baja
Edad Media, había hospitales; en la mayoría de los archivos
parece que hay una sección dedicada a conservar la
documentación de uno o varios hospitales. Una visión de estos
documentos permite constatar que en general se trata de centros
que fueron edificados con una clarísima intención, que fue la de
hacer “una buena obra”, una “obra caritativa” para con aquellas
personas que poco o nada tenían, ni siquiera salud y por ello
ninguna posibilidad de ganarse la vida y vivirla.

539
VI. CONCLUSIONES
La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Fuese cual fuese el interés que movía a los que fundaron


los hospitales, intereses religiosos, morales, sociales, o todos
juntos, los hospitales, tanto si eran grandes o muy pequeños,
parece que fueron hospitales para pobres.

Esta coyuntura diferenciaba radicalmente el concepto de


nuestros hospitales de hoy con el que al parecer tenían las gentes
de la Baja Edad Media, ya que todos aquellos que no eran
pobres, desde los nobles a los vasallos que cada día ganaban para
comer, no estaban incluidos en esta categoría y por lo tanto, y a
priori, los hospitales no estaban pensados para ellos. Y, ¿qué
pasaba entonces cuando los miembros de esa parte
mayoritaria de la población enfermaba, si no iba a un
hospital?.

Cuando buscaba la respuesta a esta pregunta me vinieron a


la memoria las imágenes que todos hemos visto alguna vez sobre
la muerte de algún rey o reina, o de alguna santa o santo, en su
lecho de muerte, rodeados de más o menos gente, en función del
rango social del moribundo o moribunda, escenas en las que
generalmente está siempre representado un médico analizando
visualmente un recipiente con la orina del enfermo y alguna
mujer que cerca de la cama, o coloca sus almohadas o da algún
alimento al enfermo.

Este pensamiento fue el punto de partida de la búsqueda en


las fuentes iconográficas, porque quería comprobar si los artistas
también habían plasmado en sus obras otros aspectos del
enfermar y de la asistencia que fuesen más allá de lo que yo
recordaba, la muerte y de personas muy relevantes.

Indagar en estas fuentes fue decisivo, ya que me permitía


conocer toda una realidad plasmada en diferentes lugares y por
distintas personas que representaban, mediante imágenes, una
realidad vivida y sentida alrededor de la vida, la enfermedad y la
muerte, que ponía de manifiesto muchos aspectos antes sólo
imaginados y ahora ampliamente corroborados. Así, el
nacimiento claramente tenía lugar en las casas y eran las mujeres

540
VI. CONCLUSIONES
La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

las que atendían y cuidaban tanto a la madre como al hijo o la


hija; en todas las imágenes que aluden a esta realidad, los
cuidados acerca de la higiene, la alimentación y lo que hoy
llamamos movilización y descanso, están presentes y son las
mujeres las que se encargan de prodigarlos.

Pero no sólo eso, también a través de la iconografía, pude


comprobar que los artistas habían plasmado con bastante
frecuencia, escenas de enfermos y enfermas postrados en sus
camas, en sus casas, donde eran atendidos por mujeres, e incluso
en algunos casos, el artista había dejado plasmado que el enfermo
estaba siendo atendido por “su mujer”.

¿Era esto una casualidad?. La lógica me decía que no. Por


una parte, un número importante de gentes parece que no iba a
los hospitales y por otro, ¿por qué los artistas se iban a imaginar
esas escenas?, ¿por qué, al igual que las otras, -las de
nacimientos y muertes-, no iban éstas a responder a momentos de
la realidad?.

Como digo, la lógica, mi pensamiento lógico, me hacía


creer que estaba en el buen camino y que no tenía ningún motivo
para la duda.

Al fin, y tras insistir en la búsqueda, llegué al


convencimiento de que la información que brindaban esas
fuentes era tan buena y objetiva, -o subjetiva-, como la de las
fuentes escritas y mi conclusión fue que las gentes que no iban a
los hospitales: bien cuando estaban enfermas o incluso cuando
sufrían algún accidente, eran cuidadas y atendidas en sus
casas, siendo las mujeres de su propia familia quienes se
encargaban de ello, aplicando el tratamiento médico y
siguiendo sus indicaciones, como así quedó plasmado en
numerosas obras de arte.

Estas fuentes iconográficas no permitían, sin embargo,


pormenorizar algunos aspectos de los cuidados; al fin y al cabo
no dejan de ser como una fotografía, una instantánea que

541
VI. CONCLUSIONES
La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

inmortaliza un momento concreto y aunque eso sí, el momento


varía según los gustos del artista, y por eso precisamente la
visión conjunta de todos ellos permite reconstruir un
acontecimiento, algunos detalles concretos se nos escapan y por
ello se hacía necesario completar la información; me refiero por
ejemplo a muchas escenas en las que se representa a una mujer
dando de comer a una persona encamada. Sin duda, la
alimentación de los enfermos era una parte muy importante de su
tratamiento y eso lo representa el artista perfectamente, pero las
imágenes no nos permitían conocer qué es lo que se les estaba
dando de comer, solo vemos el plato, la cuchara, el vaso, la
taza..., ¿y dentro qué había?

Contestar esta pregunta solo parecía posible si acudía a las


fuentes escritas y tuve la gran suerte de encontrarme con
documentos que hacían especificaciones importantes acerca de
las comidas de los enfermos.

Son fundamentalmente dos estos documentos; a ambos he


hecho referencia en el capítulo de fuentes escritas sobre
hospitales y de su estudio he podido perfilar aspectos muy
concretos y relevantes acerca de la alimentación y de la asistencia
general de los enfermos y enfermas ingresados en los hospitales.

En el documento que se refiere al hospital del Rey de


Burgos, que trata de una inspección (lo que hoy llamaríamos
una auditoría) que se mandó realizar en el hospital del Rey de
Burgos y en el que se detallan todos y cada uno de los gastos del
hospital y cómo y para qué se gastaron incluyéndose las
respuestas a un catálogo de preguntas hecho a las personas
entrevistadas por el visitador, entre ellas a dos freiras enfermeras;
la información que aporta esta documentación permite conocer
los gastos que, a lo largo de diversos años, realiza el hospital en
productos alimenticios, y específicamente qué comían los
enfermos y lo que se administraba desde la botica, imprimiendo a
ese alimento la categoría de medicamento, por ejemplo el zumo
de naranja; en definitiva, a través de su contenido fue posible

542
VI. CONCLUSIONES
La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

recomponer más o menos la dieta de un enfermo, al menos la de


un enfermo de ese hospital.

Mis dudas no tenían fin y la pregunta ahora era: ¿solo de


ese hospital? o, ¿esa dieta podía ser más o menos generalizable a
otros enfermos de otros hospitales?

La respuesta a esta cuestión llegó de la mano del segundo


de los documentos que antes he mencionado, el que trata de la
abadía de Santa María de Benevívere en la que se refiere cual era
la alimentación que había que dar a los enfermos que estaban
hospitalizados en el hospital del monasterio, y que al parecer era
el establecido para cualquier enfermo hospitalizado en una
institución de la orden benedictina. El documento me pareció tan
importante que mi alegría se desbordó al comprobar que me
permitía conocer un aspecto tan trascendente del cuidado de los
enfermos y no en uno, sino en numerosos hospitales y no sólo en
Castilla, también en otros lugares de Europa y aunque las
variantes lógicas de la facilidad o no, de acceder mejor a unos
alimentos que a otros en según que lugares, imprimiesen ligeras
modificaciones a la dieta, esa especie de “guión” o protocolo de
comidas y cenas que tenía en mis manos, permitía reconstruir una
parte importante de los cuidados a los enfermos y llenar los
platos y tazas que aparecían en las imágenes.

Poco a poco iba encontrando respuesta para algunas


preguntas, aunque desgraciadamente no parecía que las fuentes
escritas me aportasen más datos sobre el cuidado de los enfermos
en sus casas, aunque eso sí, pequeños detalles parecían
corroborar lo que ya sabía a través de las fuentes iconográficas;
por ejemplo, en algunos Sínodos se insistía en que los médicos
no visitasen “por segunda vez” a los enfermos “en sus casas” si
éstos no recibían antes los Santos Sacramentos.1 Desde luego

1
Son numerosos los Sínodos en los que se trata el comportamiento que deben seguir los
médicos cuando visitan a los enfermos en sus casas; sirvan como ejemplo, el Sínodo de
Juan Arias Dávila celebrado entre el 3-6 de junio de 1478 que en su artículo nº 12 se refiere
a: “Que los fisicos sean tenidos dentro del terçero día de amonestar al enfermo que
curaren que confiese e resçiba sus sacramentos”, y el Sínodo de Fray Diego de Deça de

543
VI. CONCLUSIONES
La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

una fuente que, a priori, parece bastante indirecta, pero donde se


insiste, y ello es prueba fehaciente de que se seguía haciendo, en
que los médicos no visitasen en sus casas a los enfermos.

¡Así que las mujeres sabían cuidar... y cuidaban!. A pesar


de esa visión negativa que parece que envolvía a las mujeres y
que las frases lapidarias que algunos teólogos lanzaron contra
ellas intentaron perpetuar, resulta que en los momentos decisivos
de la vida, el nacer, el enfermar y el morir, eran las mujeres las
encargadas de ayudar, consolar, limpiar, vendar, alimentar..., es
decir, de cuidar.

Y, ¿dentro de los hospitales también cuidaban ellas?

Ya he dicho que los hospitales lo eran de pobres. Al


parecer esto era así salvo que se tratase de enfermos afectados de
ciertas dolencias las cuales se consideraba que eran contagiosas,
que no se curaban, y que por lo tanto originaban un terrible
perjuicio en el grupo social; en ese caso las actitudes que se
generaban en ese grupo social eran de exclusión y apartamiento
de esos enfermos, los cuales parece que vivían confinados hasta
el resto de sus días.

Surgen por ello y para ellos, lugares apartados donde


recogerlos, centros donde practicar el “hospitium”, la
hospitalidad, más que hospitales en sí mismos donde curar, por
eso, en muchos de ellos la asistencia parece que era sumamente
precaria; hablo de los llamados hospitales de apestados como las
leproserías o lazaretos, los hospitales de San Antón (aunque
quizás en estos últimos los frailes Antoninos atendieron mejor a
los enfermos) y los nosocomios o hospitales para locos o
dementes. De hecho, no solamente el desconocimiento médico
acerca de algunas enfermedades, sino los abusos, parece que
sirvieron para apartar socialmente a algunas personas acusadas
de padecer alguno de estos males.

20-X-1500 que en el apartado 46 se refiere a: “Que los médicos hagan luego recibir los
sacramentos a los enfermos”

544
VI. CONCLUSIONES
La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

El resto de los hospitales, los orientados a acoger enfermos


pobres afectos de males en principio curables, ya fuesen grandes
o pequeños, parece que sí tenían entre su personal trabajador a
mujeres “enfermeras” dedicadas a asistir y cuidar a esos
enfermos, ya fuesen hombres o mujeres.

Al parecer un número muy pequeño de hospitales estuvo


destinado a acoger a personas muy concretas de la sociedad, no
necesariamente pobres, como es el caso de los destinados a
trabajadores de algún gremio o a sacerdotes.

Es coherente la información que se proporciona desde la


documentación de constitución de hospitales, por ejemplo en el
caso de San Antolín de Palencia, en relación con la importancia
que se confiere en ese hospital a la alimentación de los enfermos
y lo que se plasma en las obras de arte.

Y digo del hospital de San Antolín, porque es el que más


datos aporta y más detallados; aunque en este tema de la
alimentación, las demás constituciones lo mencionan, y no en
cualquier parte de ellas, sino incluso dentro del tratamiento
médico, como si de medicinas se tratase, y es que ésta parece que
era la idea vigente entre la clase médica, y también en el resto de
la sociedad: que los alimentos contribuían a la salud o en su caso
a la enfermedad, y por ello era necesario saber qué, cuanto y
cuándo había que comer y era el médico quien oficialmente
disponía de ese conocimiento , aunque de forma empírica y a
través de la práctica, las mujeres llegasen a dominar ese saber.

En este terreno de la alimentación, sí puede afirmarse que


los enfermos gozaban de privilegios, y de los .150 días al año que
la Iglesia disponía que se ayunase o se mantuviese abstinencia, es
decir, días en los que no se podían ingerir alimentos, o no se
podía comer carne2, se establecieron mecanismos que

2
Los fieles cristianos debían seguir unas normas dietéticas establecidas por la Iglesia, que
basa su reglamentación principalmente en tres aspectos: 1) la prevención de los pecados,
por ejemplo la gula; 2) la observancia de los periodos de ayuno y abstinencia; 3) la
concepción jerarquizante de la alimentación. En cuanto al primer punto, la Iglesia

545
VI. CONCLUSIONES
La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

condonaban esas normas, permitiéndose que los enfermos


pudiesen tomar cualquier alimento, fuese el día que fuese.

Pero no solamente los alimentos eran motivo de atención,


también se recoge información acerca de las bebidas que debían
administrarse a los enfermos, y parece que el agua, simple y
llanamente agua como hoy recomiendan los médicos, no gozaba

argumentaba la pecaminosidad de la gula apoyándose en distintos planteamientos: unos, en


relación con aspectos puramente dogmáticos: “a gula aparta a los fieles del cumplimiento
del culto religioso, ya que existe una relación directa entre este pecado mortal , el
incumplimiento de las normas de ayuno y abstinencia y la lujuria” .Otro argumento estaba
basado en la salud, ya que los excesos en el comer acortan la vida y atentar contra la vida es
pecado mortal: “la gula ocasiona todo tipo de enfermedades, especialmente la apoplejía y
la gota, y al hombre gordo la sangre se le vuelve grasa”. Según planteaban los
eclesiásticos en sus sermones: “la comida debía contemplarse simplemente como una
medicina necesaria para el cuerpo, por lo que nunca debería de saciarse totalmente el
apetito, siendo el ideal tomar una comida austera, la de los pobres debía de ser el ejemplo
a imitar”. El tercer tipo de argumentos era social, ya que los abusos en el comer, producto
de la ostentación, impedían al rico acordarse de los pobres y realizar las donaciones y
limosnas que le ayudarían a salvar su alma y la del pobre; además la gula y la ebriedad
perjudica la imagen del que la padece, ya que al perder sus sentidos y la vergüenza puede
perder el respeto de sus subordinados, poniéndose en peligro la armonía y el orden social.
San Vicente Ferrer en sus sermones condenaba a los que cometían el pecado de gula “a
quemarse perpetuamente en cal viva, para que así recordasen eternamente los ardores de
su estómago”. En relación con el segundo punto, la Iglesia estableció un riguroso
calendario litúrgico en el que se dividían los días del año en grasos y magros. Los días
grasos estaba permitido comer de todo, mientras que en los días magros era preceptivo:
tener moderación en las cantidades de alimentos, moderación en la frecuencia de las
comidas y prohibición de determinados alimentos. Así, los ayunos y abstinencias se
convierten en normas religiosas que es preciso seguir para salvarse y como 150 días al año
que totalizaban estas normas, eran impopulares, los predicadores las adornaron de virtudes,
se decía: “la abstinencia prolonga la vida, purifica el cuerpo de malos pensamientos
especialmente de la lujuria y además eleva el entendimiento”. La Iglesia, y en su nombre
los predicadores, establecían una relación de personas y situaciones en las que se estaba
exento de cumplir las normas de ayuno. Así, San Vicente Ferrer exime de su cumplimiento
a: “mujeres embarazadas y criando, mendigos, enfermos, peregrinos que van a pie, niños
en edad de crecer, labradores pobres y trabajadores en cosas pesadas.” Otros
predicadores añadían a esta relación a: “ los correos de los grandes señores, los sirvientes
y los médicos”, en base estos últimos a que tenían que probar la medicina antes de
administrarla.
Ver: San Vicente Ferrer, Sermons, Vol V, pp 117-118.; también: Sermón, Sociedad y
Literatura en la Edad Media. Sermones de San Vicente Ferrer en Castilla (1411-1412)
Junta de Castilla-León . 1994
En relación con el tema de la alimentación, últimamente se están editando numerosas obras
sobre estas cuestiones; en este sentido son ya clásicas las de Rubio Vela que lleva por título
Pobreza, enfermedad y asistencia hospitalaria en la Valencia del siglo XIV, y la de García
Mansilla, La jerarquía de la mesa. Los sistemas sanitarios en la Valencia del siglo XIV.
Las dos editadas en 1984. Otros autores, Ladero, Martínez García, Bennassar, han tratado
este tema y sus obras se referencian en la bibliografía.

546
VI. CONCLUSIONES
La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

del beneplácito de los médicos medievales, lo cual parece


comprensible conociendo su procedencia y sobre todo teniendo
en cuenta el protagonismo que se le atribuía en todas las
situaciones de contagio. De ahí que a los enfermos se prohiba
darles “agua cruda” y se ponga más énfasis en recomendarles
agua mezclada con vino, con miel, o con otras muchas sustancias
propias de la época.

Entroncando con estos criterios sobre el agua, la higiene es


el otro gran tema a tratar acerca de la asistencia a los enfermos,
ya que no pasa desapercibida en muchas de las imágenes
estudiadas y ocupa su espacio como protagonista en la
documentación estudiada: Los temas higiénicos aparecen como
una preocupación constante y o bien se identifican visualmente
utensilios para el agua y la higiene, o bien se describe que hay
que lavar las ropas, ponerlas limpias cada equis días o incluso
asear a los enfermos antes de las comidas.

Es este sin embrago un tema que se presta, quizás más que


otros, a ser comparado con los usos y costumbres actuales y en
esta comparación no hay duda de que salen perdiendo las gentes
medievales. Pero ellos tenían unos prejuicios religioso-morales
que nosotros no tenemos y desde luego, nosotros gozamos de
unos medios que no fueron, ni de lejos, los de las gentes del
medievo.

Pero es una sorpresa, al menos para mi lo ha sido, el


constatar esa preocupación que se manifiesta en las fuentes, tanto
por la higiene de las personas (ésta relativa), como por la higiene
de los procedimientos en la condimentación de las comidas, en
los recipientes, en las ropas y en las estancias.

También parece poder constatarse que las camas de los


hospitales, eran en principio sólo para una persona, pero que en
general, se hacían “sólidas” pensando que en casos de necesidad
podían ser ocupadas por más de un enfermo o enferma.

547
VI. CONCLUSIONES
La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Y desde luego, en los hospitales había estancias para


hombres y para mujeres, separadas y en términos generales con
una dotación similar, aunque evidentemente si el hospital estaba
destinado a acoger fundamentalmente mujeres, como parece que
lo era el del hospital del Rey de Burgos, el número de camas era
mucho mayor para la enfermería de mujeres, al contrario de lo
que se establece para el hospital Mater Dei de Tordesillas, que
haciéndose referencia sólo a hospital de pobres, se destinan ocho
camas para los hombres y cuatro para las mujeres (puede que la
tasa de mortalidad femenina fuese mayor, embarazos y partos,
etc., y por eso al haber más varones adultos en la villa, el hospital
dedicase más camas para acogerles, o, ¿acaso las mujeres es que
iban menos a los hospitales?).

Lo que parece evidente según las fuentes estudiadas, es


que las mujeres eran las protagonistas (bien es verdad que
anónimas) de la asistencia a los enfermos, y lo eran tanto en sus
casas como en los hospitales.

Ellas eran las encargadas de sus cuidados básicos, higiene,


alimentación, reposo, y de vigilar su sueño, para lo cual
permanecían de noche próximas a sus lechos, con una luz
iluminando la estancia para poder acudir ante un enfermo
siempre que fuese necesario. Se trata de mujeres laicas, aunque
con unas cualidades morales determinadas, que son
recompensadas por su trabajo con un salario establecido a criterio
de quien las contrata, generalmente el rector del hospital, y por
unas cantidades que en la documentación no constan ,
posiblemente porque sólo fuese en especie (seguramente cuando
vivían en la institución), pero que en cualquier caso, esa
circunstancia pone de relieve su trascendencia social, más bien su
intrascendencia, ya que posiblemente , podemos achacar a eso su
ausencia en las fuentes documentales, cosa que no ocurre con el
médico, el cirujano, el boticario, el sangrador, (todos varones), es
decir, con los que hipotéticamente podemos considerar
trabajadores del “sistema sanitario”

548
VI. CONCLUSIONES
La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

No podemos dejar de mencionar la existencia de pobres en


los hospitales medievales y en este sentido parece que habría que
reseñar de forma especial, el diseño de edificio propuesto para el
hospital de Cuéllar, que parece novedoso y en la línea que
caracterizará los centros renacentistas.

En definitiva y como conclusión final, podría decirse que


algunas de las hipótesis planteadas al inicio de este estudio,
tendrían una respuesta que se habría contrastado a medida que
me adentraba en la investigación y que he ido plasmando a lo
largo de las páginas que preceden a esta conclusión final.

549
VI. CONCLUSIONES
La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

(A.M.M.C., Caja 33-3)

In Dei nomine, Amen.


Sepan cuantos este público instrumento
vieren, cómo en la muy noble y muy leal
ciudad de Cuenca, a diecinueve días del mes
de octubre, año del nacimiento de Nuestro
Señor Jesucristo de mil cuatrocientos
sesenta y ocho años, dentro de los Palacios
Episcopales, estando presente el muy
reverendo en Cristo Padre el Señor don Lope
de Barrientos, obispo de Cuenca, Confesor
del Rey Nuestro Señor y Oidor de la Su
Audiencia y del Consejo y en presencia de
mí, Alfonso García de Santa Fe, licenciado
Maestre Escuela de Calahorra y Canónigo en
la Iglesia de Cuenca, Provisor del Señor
Obispo, notario público por autoridad
Apostólica, y de los testigos de
susoescritos, otorgo y ordeno estas
Constituciones y Ordenanzas hechas y
ordenadas por el dicho señor obispo, su
Señor de las cuales son éstas que siguen.
Éstas son las Constituciones y Ordenanzas
que nos, don Lope de Barrientos, por la
Gracia de Dios y de la Santa Iglesia de
Roma, Obispo de Cuenca, confesor del Rey
Nuestro Señor y Oidor en la Su Audiencia y
del Consejo por la Autoridad Apostólica y
por el Poder que de su Santidad para ello

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 552


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

habemos, hacemos y ordenamos y constituimos


para generación y provisión y buena
administración de nuestro Hospital de la
Piedad que Nos constituimos y dotamos en la
villa de Medina del Campo, cerca del
monasterio de San Andrés de la dicha villa,
las cuales por la dicha Autoridad
Apostólica mandamos, queremos y ordenamos
que perpetuamente sean firmes y estables a
servicio de Nuestro Señor y de la Virgen
Gloriosa Nuestra Señora Santa María, y a
consolación de los pobres enfermos y de las
otras personas que en el dicho nuestro
hospital fueren recibidos y proveídas y
escogidas.
Orden de camas y cómo
han de ser tratados y
servidos los Enfermos

1..... Primeramente, queremos y


constituimos y ordenamos que en el dicho
nuestro Hospital hayan las camas que hoy
están hechas y por la forma y manera que
ahora están, así en la madera como en los
almadraques y colchones y colchas y
cobertor y sábanas y mantas y almohadas.
Conviene a saber: camas de madera y de pino
recio y fuerte con su anchura y largura
como hoy están, y en cada cama un buen
almadraque y buen colchón de lienzo, llenos
de buena lana y dos pares de sábanas de
lienzo buenas y dos mantas blancas y su
colcha para verano y su cobertor para

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 553


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

invierno, y dos almohadas de lienzo llenas


de lana. Y queremos y ordenamos que ahora y
de aquí en adelante, entre cama y cama se
ponga un destajo de lienzo labrado, cárdeno
y amarillo, que se pueda correr sobre dos
palos y una verja de hierro, según que
ahora están y queremos y ordenamos que en
éste nuestro Hospital reciban pobres,
enfermos de tales enfermedades que sean y
puedan ser curables y en todo dejamos a la
conciencia y discreción del Señor y del
físico y cirujano de nuestro Hospital. La
nuestra voluntad es que no se reciba en él
personas que andan hostiatim a demandar, ni
otras personas que perpetuamente estén en
el dicho Hospital, salvo aquellos que están
enfermos de curables enfermedades, según
dicho es, porque los tales no empachen la
cura de los enfermos que cada día vienen,
que es más necesario. Otrosí, queremos y
constituimos y ordenamos, que los tales
enfermos y que fueren recibidos en el dicho
nuestro Hospital sean bien caritativamente
tratados por el Rector y Senadores (sic)
del dicho nuestro Hospital en esta manera
2..... Primeramente, que los dichos
enfermos como fueren recibidos en el dicho
nuestro Hospital sea tomada la ropa de
vestir que traen, que sea puesta en escrito
y les sea guardada y puesta a buen recaudo
por el dicho Rector, y le sea dada una
camisa lavada con sus paños menores y una
caperuza de lienzo para verano, o de lana

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 554


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

si fuere tiempo de invierno, limpia y


puesta en su cama, y luego le sea
administrado el Sacramento de la Confesión
por uno de los Capellanes del dicho nuestro
Hospital, o si quisiere o debiere recibir
el Cuerpo de Nuestro Señor, le sea
administrado bien y debidamente y si no
quisiere recibir los Santos Sacramentos, es
nuestra intención que no sea recibido el
tal enfermo en el dicho nuestro Hospital,
pues parece estar en mala disposición al
servicio de Dios. Y queremos y ordenamos
que luego y después de recibidos los Santos
Sacramentos sean curados por el médico o
Cirujano del dicho nuestro Hospital para
que ordene y mande aquellas cosas que deben
ser administradas al enfermo o enfermos,
según la orden que diere el dicho médico o
Cirujano, así en las medicinas como en las
viandas, como en hacer y ordenar su
testamento, por la forma y manera que
entendiere que cumple al servicio de Dios y
del Cargo de su conciencia. Otrosí, porque
los dichos enfermos estén bien y
limpiamente en las camas, les sean dadas
lavadas y limpias las dichas camisas y
paños de lienzo y caperuzas de ocho a ocho
días.
3..... Otrosí, queremos y ordenamos que los
dichos enfermos que fueren curados en sus
enfermedades, según su discreción del
médico o Cirujano o Rector, puedan estar en
el dicho Hospital por espacio de ocho días,

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 555


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

y más para convalecer según la discreción


del dicho Rector, según la condición de la
enfermedad del enfermo, pero que no pase
término de quince días. Después de dicho
término de convalecencia, que le sea dada
la dicha ropa que el dicho enfermo trajo al
dicho Hospital, y en el tiempo de
convalecimiento queremos que sean
administradas las viandas y cosas que el
dicho médico ordenare para los dichos
enfermos.
4..... Otrosí, queremos y ordenamos que
cuando aconteciere fallecimiento de algún
enfermo que en el dicho nuestro Hospital
falleciere, que el dicho Rector de dicho
nuestro Hospital tenga cuidado de los hacer
enterrar con su cerco y las otras cosas
necesarias al dicho enterramiento y hacer
llamar a la Cofradía de nuestro Hospital
para acompañar y honrar el cuerpo del dicho
enfermo, y que los Capellanes del dicho
nuestro Hospital y Cofradía de él, le digan
una Vigilia y Misa de Réquiem; esto todo se
entiende cuando el enfermo fuere pobre y no
tuviere facultad para cumplir sus exequias;
y así mismo se entienda cuando el enfermo
se mandase sepultar en el dicho nuestro
Hospital. Pero si en otra Iglesia o
monasterio se mandare llevar, sean tenidos
de cumplir sus exequias aquéllos a quienes
él mandare llamar y satisfacer por ello; y
si alguno de los enfermos que fallecieren
en el dicho nuestro Hospital quisiere

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 556


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

mandar llamar otros Clérigos y Capellanes o


Religiosos de más de los del dicho nuestro
Hospital, no sea tenido de hacer ni pagar
más de lo suso contenido. Y si por ventura
alguna o algunas personas de más manera o
de más facultad de las que hubiere y se
hicieren traer enfermos al nuestro Hospital
por intención de ganar la Indulgencia
Plenaria otorgada al dicho nuestro Hospital
quisieren o se mandaren sepultar en otras
Iglesias o monasterios, quede ésta a su
libre disposición, contando que el dicho
nuestro Hospital y Capellanes y Servidores
de él no sean venidos de cumplir más de los
susodicho, salvo que los Clérigos o
Religiosos que el dicho enfermo mandare
llamar puedan llevar y lleven el cuerpo del
dicho enfermo a la Iglesia o monasterio
donde se mandare sepultar, contando que
primero le digan en el Portal del dicho
Hospital las exequias y oficios que se
acostumbran hacer a los difuntos en sus
casas cuando en ellas fallecen; por tal
manera que el dicho nuestro Hospital y
Capellanes y Servidores de él no sean
tenidos de hacer oficios ni ofrendas salvo
de los Pobres que se sepultasen en el dicho
nuestro Hospital; y si algunos más oficios
u ofrendas mandaren hacer pos su Almas,
esto sea a su disposición según la facultad
que para ello tuvieren, y para satisfacer
al que hubiere hacer dichos oficios u
ofrendas y de él decir las exequias en el

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 557


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Portal, se entienda a la voluntad del


Difunto o de un Pariente.

Oficio del Rector

5..... Otrosí, queremos y ordenamos se


constituya una Persona, eclesiástica o
seglar, honesta, de buena fama y conciencia
y loable vida para que sea Rector del dicho
nuestro Hospital, el cual se pueda remover
y quitar según que bien visto fuere a los
Visitadores del dicho nuestro Hospital, que
de suso se hará mención. Y queremos y
ordenamos que la dicha rectoría no se pueda
dar no dé en título de beneficio según que
los Santos Cánones disponen, mas que sean
ad nutum el oficio y cargo del dicho Rector
sea lo siguiente
6..... Primeramente, que tenga cuidado del
Regimiento y Administración de los Pobres
enfermos que en el dicho nuestro Hospital
fueren recibidos en la forma susodicha, y
lo mismo de procurar y solicitar los
servidores y ministros del dicho Hospital,
de tal manera que cada uno haga su oficio,
según que le fuere encomendado bien y
diligentemente. Al cual Rector queremos y
ordenamos que todos los ministros y
servidores y Capellanes del Hospital sean
obedientes y cumplan sus mandamientos. Y
porque mejor se hagan y cumplan, mandamos

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 558


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

que al tiempo que fueren recibidos por


servidores en el dicho nuestro Hospital
juren que obedecerán al dicho rector en las
cosas lícitas y honestas tocantes al buen
servicio de nuestro Hospital. Y los que no
fueren obedientes ni cumplieren lo que el
dicho Rector les mandare, que les pueda
penar, en poco o en mucho, o quitar con
consejo de los visitadores, según que los
hubieren hecho o hicieren en alguno de los
servidores y Capellanes y ministros del
dicho nuestro Hospital, vivieren
deshonestamente y cometieren algunos
delitos y excesos de que venga escándalo e
infamia al dicho Hospital, que el dicho
Rector les pueda quitar y expeler de los
dichos oficios al tiempo o como a él bien
visto le fuere, con consejo de los dichos
Visitadores, y los pueda corregir o
castigar paternalmente poniéndolos en
Cámara, reclusos o en el cepo por algunos
días, dándoles penitencia de pan y agua y
otra semejante pena corporal, según y a la
calidad del delito o excesos contante, que
no exceda otra pena corporal. El cual dicho
Rector sea obligado, cuando lo instituyeren
por Rector del dicho nuestro Hospital, de
hacer juramento en manos de los dichos
Visitadores, que bien y fielmente
administrará los dichos nuestros enfermos y
las cosas todas que para ello están
dispuestas, y que no ocultará ni tomará
cosa alguna para sí, ni enajenará bienes
alguno del dicho nuestro Hospital, muebles

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 559


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

y raíces, y que será contento de la porción


y salario que nos en estas nuestras
constituciones le asignaremos, y que no
será en Consejo ni a favor, ni en ayuda, y
que los bienes muebles y raíces de nuestro
Hospital se vendan ni enajenen ni maltraten
directa ni indirecta, más antes cuanto en
él fuere, será el mejorar los dichos bienes
muebles y raíces del dicho nuestro
Hospital.
7..... Item, queremos y ordenamos que cada
y cuando que el dicho Rector fuere gusto en
el dicho nuestro Hospital, ponga inventario
público por ante uno de los escribanos de
nuestro linaje de la dicha villa de Medina
y que ponga y escriba todos los bienes
muebles y raíces del dicho nuestro Hospital
ante dichos nuestros visitadores y les sea
hecho cargo de los dichos bienes y se
pongan en el dicho Libro del dicho nuestro
Hospital, que estén allí para cuando le
fuera tomada la cuenta de ellos en los
tiempos que nos ordenamos, porque los
dichos visitadores sepan y vean siempre la
cuenta y razón de ellos.
8..... Item, queremos y ordenamos que el
dicho Rector sea obligado a dar razón,
cuenta buena y fielmente a los dichos
visitadores de tres en tres jueves con el
dicho inventario de todas las cosas y
bienes muebles, según que las recibió. Y
asimismo sea obligado de dar cuenta y razón
de la expensa que se hizo para los dichos

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 560


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

enfermos en el dicho tiempo, así de las que


se gastaron en medicinas y viandas y otras
cosas, como en reparos de ropa de cama del
dicho Hospital.
9..... Item, queremos y ordenamos que el
dicho Rector tenga cuenta de reparar el
dicho nuestro Hospital, así en las
techumbres y paredes, como en los otros
edificios de él; pero esto se entienda con
consejo de los Visitadores y así mismo
entienda cuando el reparo excediere suma de
cien maravedís, por cuanto puede acaecer
que sean reparos de poca suma, así de
edificios como en los otros bienes muebles
del dicho Hospital, que si no se reparasen
por defecto de no poder haber los dichos
visitadores, podría haber mayor daño a los
bienes del dicho Hospital.
10..... Item, queremos y ordenamos que
todos los bienes, así muebles como raíces,
que los enfermos que al dicho nuestro
Hospital vinieren y en él murieren, u otros
cuales quienes personas mandaren al dicho
nuestro Hospital, que el dicho Rector los
reciba luego y haga de ellos inventario y
lo haga saber a los Visitadores, a los
cuales dichos visitadores con el dicho
Rector usen los dichos bienes y si fueren
necesarios o útiles para el servicio del
dicho Hospital, que los recauden y pongan
los dichos bienes muebles en el dicho
nuestro Hospital y de los bienes raíces
tomen la posesión para el dicho nuestro

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 561


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Hospital y los pongan y escriban en el


Libro de Becerro, en donde los bienes del
dicho nuestro Hospital han de estar
escritos, y los bienes que así los dichos
enfermos dejaren o mandaren que no fueren
necesarios y provechosos para el dicho
nuestro Hospital, que los vendan en
almoneda pública los dichos Visitadores y
Rector en los días que están diputados,
cuando los dichos Visitadores han de tomar
cuanta al dicho Rector, y los maravedís que
batieren, queremos y ordenamos que se
distribuyan y gasten en renovar las ropas
de las camas y las otras Preseas al dicho
nuestro Hospital, lo que fuere necesario y
los maravedís que restasen en otenedad y
juros rentuosos para el dicho nuestro
Hospital.
11..... Item queremos y ordenamos que el
dicho Rector tenga cuidado de solicitar los
dichos Capellanes del dicho nuestro
Hospital para que cada uno de ellos celebre
bien y devotamente su semana, según que nos
ordenamos y está en el escrito de los
Capellanes, el cual dicho Rector tenga
cargo o requiera mandar al sacristán del
dicho nuestro Hospital que provea a los
dichos capellanes de vino y hostias y todas
las otras cosas necesarias para la dicha
celebración, y mandarle requerir todos los
otros ornamentos sacerdotales y los
Altares, en tal manera que esté, bien y

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 562


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

limpiamente como requiriese para tan alto y


tanto sacrificio.
12..... Item. Queremos y ordenamos que el
dicho Rector tenga cuidado, pos sí o por
otro, al médico o cirujano que ha de ver a
los enfermos referidos y todas las otras
medicinas necesarias, en tal manera que no
haya falta, según que de suso se contiene
en el título de médico y cirujano.
13..... Item. Queremos y ordenamos que el
dicho Rector que será nombrado y elegido
por los dichos Visitadores, según que
adelante se dirá, tenga cargo principal de
todos lo bienes muebles y raíces del dicho
nuestro Hospital, así de las posesiones y
reparo y administración de ellas, como
recaudar todas las rentas; y otrosí los
ornamentos y joyas de la iglesia y ropa de
camas y todas las Preseas de casa, pan y
vino y todas las medicinas que están y
estuvieren en el dicho nuestro Hospital
para provisión de mantenimientos de los
Servidores y todas las otras cosas del
dicho Hospital pertenecientes, las cuales
queremos y ordenamos que le sean encargadas
al tiempo que fuere elegido y nombrado por
los dichos Visitadores, sea tenido de dar
buena cuenta, fiel y verdaderamente al
tiempo que le fuera tomada, pero que esto
se entienda que él pueda de su mano
encomendar algún cargo o cargos de los
susodichos, o alguno o algunas personas de
los servidores de dicho Hospital, según y

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 563


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

de la manera que bien visto fuere, las


cuales personas le hayan de dar a él cuenta
y razón de las cosas que él les encargare y
que dicho Rector sea tenido de dar cuenta y
razón de todo ello a los dichos
Visitadores, por tal manera que el dicho
Rector tenga cargo principal del dicho
nuestro Hospital y de todas las cosas a él
pertenecientes. Pero porque el dicho Rector
no podrá así libremente recaudar los dichos
maravedís y rentas del dicho Hospital,
queremos y ordenamos que pueda enviar uno
de los servidores del dicho nuestro
Hospital, cualquier ser más perteneciente
para ello con acuerdo y consejo de los
dichos Visitadores, para que recaude las
rentas del dicho nuestro Hospital y provea
las posesiones de él, dándole para su
mantenimiento el salario contenido en el
título de Procurador y queremos y ordenamos
que por estos trabajos que el dicho Rector
ha de tener se le dé por el su trabajo del
dicho cargo de las rentas del dicho nuestro
Hospital lo siguiente
14..... Primeramente que le sea contado y
recibido en cuenta el pan y vino y manjar
para él y para un mozo que le sirva según a
vista de los dichos Visitadores y además de
ello que le sea dado y pagado para su
vestuario cuatro mil maravedís, los cuales
le sean recibidos en cuenta por los tercios
del año y si aconteciese, por culpa del
Rector, o en otra manera, no sirviere el

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 564


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

año, todo será prorrata temporis lo que


menos sirviere.
15..... Item queremos y ordenamos que Juan
González de la Calleja, nuestro Capellán y
Camarero en el dicho nuestro Hospital,
desde luego sea Rector perpetuo por su vida
y después de él sea elegido Rector según
suso se contiene.

Título de Médico y Cirujano

16..... Item. Queremos y ordenamos para


cura de dichos enfermos del dicho nuestro
Hospital se cojan y diputen un Médico y
Cirujano para que curen de los dichos
enfermos y bien diligentemente en la manera
siguiente
17..... Primeramente que los dichos Médico
y Cirujano sean obligados a venir cada
mañana una hora, poco más o menos, andando
el día ad vitam a los dichos enfermos y
ordenar las medicinas y emplastos y las
otras cosas que vieren ser necesarias,
según la condición y calidad de las
enfermedades y heridas de los enfermos
heridos, y dar las recetas al Rector del
dicho Hospital para que haga hacer las
dichas medicinas y la orden y tiempo y
manera como se deben tomar en este día o en
otro, según la calidad de las enfermedades
y condición de los enfermos.

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 565


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

18..... Y queremos y ordenamos que los


dichos Médico y Cirujano por las curas y
trabajos que hayan por su salario, el
médico dos mil maravedís y el cirujano mil
maravedís cada año, los cuales les sean
pagados por el dicho Rector por los tercios
del año.
19.... Item. Queremos y ordenamos que para
sangrar o sajar los enfermos o heridos que
tuvieren en dicho nuestro Hospital, los
cuales dichos Médico y Cirujano vieren que
es necesario, se escoja e dipute un buen
sangrador, el mejor que se pudiere hallar,
el cual tendrá cargo de venir cada y cuando
que fuere llamado o mandado llamar por el
Rector del dicho nuestro Hospital para
hacer las dichas sangrías e que le den por
su trabajo en cada un año quinientos
maravedís y pagados por los tercios del
año.

Título de los Capellanes

20..... Queremos y ordenamos y constituimos


capellanes en la Capilla e Iglesia del
dicho nuestro Hospital para dos
Capellanías, que celebraren el dicho
nuestro Hospital cada día por semana cada
año, que el uno pueda suplir la semana del
otro, cuando fuere ocupado de enfermedad u
otra ocupación legítima, y que estos dichos

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 566


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

capellanes de oir y oigan de Penitencia a


los dichos enfermos y administren los otros
eclesiásticos Sacramentos y cada noche de
cada un día, antes que se vayan a dormir, y
requieran a los dichos enfermos si por
ventura alguno quisiere, ser oído de
penitencia.
21..... Y queremos y ordenamos que las
ofrendas de pan y vino, cera y dinero que
se ofrecieren a los dichos capellanes de
las personas e por las personas que
hubieren devoción de ofrecer, que se partan
en esta manera: la mitad del pan cocho
queremos que lo hayan y lleven y hayan el
monasterio e Prior e frailes de San Andrés
y la otra mitad de los dichos nuestros
capellanes del dicho nuestro Hospital
queremos e mandamos que si algún trigo en
grano se ofreciere que lo haya el dicho
nuestro Hospital y los frailes del dicho
monasterio de San Andrés, y lo partan por
medio; y todas las demás ofrendas de vino y
dinero queremos que lo hayan e lleven los
dichos nuestros capellanes del dicho
nuestro Hospital. Pero mandamos que los
dichos Capellanes hagan parte al Sacristán
según costumbre de las otras iglesias de
esta villa y las ofrendas de pan y vino que
se ofrecieren de los bienes del dicho
nuestro Hospital, que esto haya y se
retorne para el dicho nuestro Hospital para
su provisión y no la hayan lo dichos
Capellanes ni el dicho monasterio y las

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 567


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ofrendas que se ofrecieren, los que


estuvieren o murieren en el dicho nuestro
Hospital que sea asimismo de por medio del
dicho monasterio y de los dichos capellanes
por la manera susodicha, pero que las
ofrendas de cera sean todas para el
servicio de altar del dicho nuestro
Hospital y las recaude el dicho Rector como
bienes del dicho nuestro Hospital.
22..... Otrosí. Queremos y ordenamos que
los dichos Capellanes que estuvieren en el
dicho nuestro Hospital hagan en cada un año
un Libro bien y fielmente, así de las
ofrendas que fueren hechas al dicho nuestro
Hospital como de todas las otras cosas y
bienes muebles y raíces que en cualquiera
manera fuere mandado al dicho nuestro
Hospital, y lo pongan y asienten
distintamente en el dicho Libro, el cual
dicho Libro hayan de dar, de entregar a los
dichos Visitadores al tiempo que hubieren
de tomar las cuentas al dicho Rector y
Procurador del dicho nuestro Hospital, para
que por el dicho Libro puedan tomar cuenta
de todas las cosas que así fueren ofrecidas
y mandadas al dicho Hospital, y hacer de
ellas cargo al dicho Rector; y si acaeciese
que alguno o algunos enfermos que
estuvieren en el dicho Hospital fallecieren
de esta presente vida e hicieren su
testamento y dejase por sus testamentarios
alguno o algunos de dichos Capellanes, que
en tal caso los dichos capellanes muestren

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 568


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

los dichos testamentos que así hicieren a


los dichos Visitadores y Rector, porque si
los tales enfermo o enfermos mandaren
alguna cosa al dicho nuestro Hospital, el
dicho Rector pueda y haga cobrar de los
dichos bienes, que así dejaren el enfermo
que falleciere y los dichos Visitadores
hagan cargo de ello al dicho Rector y tomen
cuenta de ello.
23..... Otrosí. Queremos y ordenamos que si
alguno o algunos enfermos de los que
fallecieren en el dicho nuestro Hospital
mandaren distribuir sus bienes o parte de
ellos en él algunas cosas pías por la salud
de sus Almas, que los tales bienes sean
puestos en alguna arca con dos llaves, de
las cuales tenga el Capellán más antiguo
del dicho nuestro Hospital y la otra el
dicho rector; y los dichos Capellanes con
el dicho rector hagan la distribución
juntamente, según la voluntad del testador
y no en otra manera, porque en tal
distribución no haya colusión ni encubierta
alguna; esto se entienda de los bienes que
se han de distribuir fuera del dicho
Hospital; con los que son mandados al dicho
Hospital, hase de hacer encargo de ellos al
dicho Rector, según la disposición de
nuestras contribuciones.
24..... Item. Queremos y ordenamos que los
dichos capellanes del dicho nuestro
Hospital, al tiempo que fueren nombrados y
puestos por Capellanes dende en adelante,

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 569


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

en principio de cada un año para siempre


jamás, sean tenidos de hacer y hagan
juramento en forma debida en manos de los
dichos Visitadores y del dicho Rector, que
a los enfermos que al dicho Hospital
vinieren y ellos confesaren, que les dirán
y aconsejaran a todo su saber y entender
aquello que les sea salud de sus Almas; y
que acerca de los bienes de dichos enfermos
no los inducirán ni atraerán todos, o parte
de los que ellos dejaren en su libre poder
para que o a quien los dichos enfermos
quisieren; y si lo contrario pareciere y se
aprobare que alguno o algunos de los dichos
Capellanes hicieren induciendo, que los
manden a ellos, que por eso y lo mismo
hecho, el tal capellán y capellanes sean
penados y privados de la Capellanía o
Capellanías, que en el dicho nuestro
Hospital tuvieren y en su lugar sean
puestos otros, de quien se reciba el dicho
juramento cuando los pusieren en cada un
año como dicho es.
25..... Item. Queremos y ordenamos que los
dichos Capellanes hayan lugar y Cámara
donde habiten y moren bien y honestamente
en el dicho nuestro Hospital y el dicho
Rector les dé a cada uno de los dichos
Capellanes de salario por su trabajo cada
año tres mil maravedís para tercios.
26..... Item. Queremos y ordenamos que los
dichos Capellanes tengan cargo de decir
todos los Domingos y Fiestas de guardar las

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 570


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

misas cantadas de Santa María en esta


manera: que el Capellán que fuere Semanero
diga la misa y el otro Capellán y Sacristán
la oficien solamente según el día de la
Fiesta o Domingo o Sábado.
27..... Item. Queremos y ordenamos que los
dichos Capellanes tengan cargo de decir y
digan continuamente en el dicho nuestro
Hospital luego de mañana de la misa mayor
Prima y Tercia a media voz, honesta y
Devotamente, y después de dicha la misa
mayor digan Sexta y Nona en la dicha Orden,
y después a la hora acostumbrada digan
Vísperas y Completas.
28..... Item. Queremos y ordenamos que en
el dicho nuestro Hospital haya un Sacristán
que limpie los Altares y ornamentos
continuos, y las otras cosas a ellos
pertenecientes y que ayude a los Capellanes
a decir las dichas misas y horas y que haga
las Hostias y que tenga el Vino presto para
las dichas misas y ayude y Sirva a dar los
sacramentos a los enfermos, haga las Cosas
que el Rector le mandare y barra la Capilla
mayor del dicho nuestro Hospital; y que
haya por su trabajo mil maravedís, el cual
dicho Sacristán ad nutum removible por el
Rector y Visitador como los dichos
Capellanes.
29..... Item. Queremos y ordenamos que si
algunos de los enfermos, hombres o mujeres,
que al dicho Hospital vinieren y se
murieren, quisieren y escogieren ser

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 571


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

enterrados en el dicho nuestro hospital,


que porque cada uno de ellos sea guardado
su estado y prerrogativa y preeminencia,
así en la Vida como en la muerte y debe ser
Sepultado y hoyado en lugar que le conviene
y honesto. Y por ende mandamos que el tal
hombre o mujer si fuere de linaje noble y
de grande estado, que estos tales sean
enterrados en cualquiera Cuerpo de la dicha
Iglesia, desde la mitad de la dicha Iglesia
contra la capilla del Hospital, hasta las
rejas de hierro de la dicha Capilla, y que
los Caballeros y Escuderos y Hombres que
viven limpiamente o las mujeres de éstos,
que son exentos de pechar con los Pecheros,
que estos tales sean enterrados en los
otros dos medios cuerpos de la dicha
Iglesia; esto se entienda siendo los
escuderos a manera, estado y hacienda, y
los otros que no fueren tales queremos que
se entierren en los portales del dicho
nuestro Hospital; y que los oficiales y
labradores de manera o caudal o sus
mujeres, que estos tales sean enterrados en
la claustra y portales del dicho nuestro
Hospital; esta sepultura de la claustra se
entienda en el lienzo de la claustra que
está en la parte de la bodega y del
granero, y los otros tres lienzos deben ser
y sean para los escuderos de estado y
manera según la declaración de los
susodichos; y los otros hombres de poca
manera y pobres y viandantes, que sean
enterrados en el cementerio de fuera de la

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 572


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

dicha iglesia y portales de nuestro


Hospital.

Oficio de Procurador
y Administrador

30..... Queremos y ordenamos que se escoja


un hombre entre los Servidores del dicho
nuestro Hospital, un Procurador que sea
persona idónea y fiable para que procure y
recaude las Rentas del dicho nuestro
Hospital, y provean y reparen las
posesiones. El cual Procurador queremos que
sea elegido por los Visitadores que
adelante se dirá con acuerdo y
consentimiento del Rector, por cuanto a de
ser a su cargo del dicho Rector el dar
cuenta y razón de todo ello, y que al dicho
Procurador así elegido para procurar y
reparar y recaudar sea tenido de dar cuenta
y razón de todo lo que recaudare y reparare
al dicho Rector y asimismo a los
Visitadores, a los tiempos que tomaren la
dicha visita y cuentas al dicho rector; y
que asimismo, el dicho Procurador procure
los pleitos y negocios y causas tocantes a
dicho nuestro Hospital o cualquiera de
ellos, el dicho procurador trate ante los
conservadores del dicho nuestro Hospital.

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 573


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

31..... Item. Queremos y ordenamos que


dicho Procurador cuando fuere puesto por
los dichos Visitadores le fuere dada y
encomendada la administración del dicho
nuestro Hospital, que jure en manos de los
dichos Visitadores que bien y fielmente
administrará y procurará y recaudará los
bienes muebles y raíces y otras cosas y
rentas del dicho nuestro Hospital, y no
impropiará ni enajenará así ni otra cosa
alguna de los dichos bienes y rentas, ni
hará otro engaño ni encubierta ni colusión
ni daño ni menoscabo de los dichos bienes y
rentas del dicho nuestro Hospital, antes
que procurara cuanto en él fuere todo
aumento y provecho de los dichos bienes y
rentas del dicho nuestro Hospital a pleitos
y negocios del dicho Hospital y que sea
contento del salario a él asignado.
32..... Item. Queremos y ordenamos que el
dicho Procurador responda con todas las
cosas y rentas pertenecientes al dicho
Hospital, al dicho Rector y de aquello que
él diere reciba de ello vale de pago que
con ella pueda dar cuenta y razón a los
dichos Visitadores y al dicho rector, y en
otra manera no le sea recibido en cuenta lo
que en otra manera se pagare.
33..... Item. Queremos y ordenamos que
cuando el dicho rector hubiere de hacer las
rentas o arrendamientos de los bienes y
raíces del dicho nuestro Hospital, que las
haga y arriende delante de escribano

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 574


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

público o en almoneda pública, según fuere


bien visto por los Visitadores que por
tiempo fueren del dicho nuestro Hospital, o
la mayor parte de ellos y lo haga así
pregonar públicamente un día antes en la
Plaza de esta dicha villa.
34..... Item. Queremos y ordenamos que el
dicho Procurador sea tenido y obligado de
dar cuenta a los dichos Visitadores de todo
lo que recaudare y gastare en reparo de
las dichas provisiones, al tiempo que el
Rector diere cuenta a los dichos
Visitadores para que juntamente todos ellos
juntos mejor puedan hacer aprovechar en la
dicha hacienda del dicho nuestro Hospital.
35..... Item. Queremos y ordenamos cuando
fuere dada y cometida la dicha procuración
al dicho Procurador, que el dicho sea
tenido y obligado de dar fianzas idóneas y
eficientes de tener, y guardar todo lo
sobredicho y responder enteramente con
todas las dichas rentas del dicho nuestro
Hospital a dicho Rector, y en los tiempos
asignados por los dichos Visitadores o la
mayor parte de ellos.
36..... Item. Queremos y ordenamos que el
dicho Procurador sea tenido y obligado cada
un Año, en el mes de marzo, de requerir
todos los términos y mejoramientos de las
dichas heredades y posesiones del dicho
Hospital, y mojonarlas y aseñarlas en tal
manera que no se puedan enajenar ni tomar
ni perder término ni tierra ni otra heredad

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 575


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

alguna del dicho nuestro Hospital; y si


necesario fuere y se presumiere contienda
alguna sobre los dichos confines y límites
y términos de dichas posesiones y heredades
se escriban y tomen y aprendan por
escribano público, y señalen ut supra.
37..... Item. Queremos y ordenamos que el
dicho Procurador después de dada la dicha
cuenta, reciba su carta de pago de los
dichos Visitadores y Rector, de todo lo por
él dado y gastado.
38..... Item. Queremos y ordenamos que si
el dicho Procurador entendiere o sintiere
que alguna cosa se ocupa o se toma de los
dichos bienes muebles o raíces del dicho
Hospital, que luego cuan cuya buenamente
pudiere, los denuncie y notifique a los
dichos Visitadores y Rector, o a la mayor
parte de ellos, parco que se provea en
ello, y se recauden los dichos bienes
tomados y ocupados y recurran sobre ello a
los Visitadores del dicho nuestro Hospital,
y que haga sobre ello y se provea según
fuere razón o derecho, por tal manera que
el dicho nuestro Hospital haíto y cobre sus
bienes.
39..... Item. Queremos y ordenamos que por
los trabajos sobredichos el dicho
Procurador ha de haber por la
administración cada año mil maravedís, y si
el Año no cumpliere por muerte u otra causa
legítima, le sea pagado a él o a quien por
él lo hubiese de haber prorrata, según el

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 576


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

tiempo que los hubiere administrado y que


sea este Procurador removible por los
dichos Visitadores y Rector.
40..... Otrosí, ordenamos y mandamos que de
a quince a quince días, a lo menos una vez
en cada mes, el Rector y Administrador
practiquen y hagan tratado de las cosas que
dicho Procurador y Administrador ha tratado
y hecho de las cosas que tuviere
pendientes, para que en ello den y pongan
el remedio que cumpliere; y si la cosa
fuere de tal calidad en que deben entrar
los Visitadores, luego otro día los hagan
llamar y junten en el dicho nuestro
Hospital, y lo consulten y practiquen y lo
remedien como cumpla al dicho nuestro
Hospital.

Título del Letrado

41..... Item. Queremos y ordenamos que los


dichos Visitadores tomen en cada un año
Letrado, que entendieren que cumple según
su ciencia y fama y conciencia, con cuyo
consejo ayude al dicho Visitador y Rector
y Procurador, hagan, traten y procuren las
cosas sobredichas que a sus oficios
pertenecen, según en estas nuestras
Constituciones se contienen, y les ayude a
ello de hecho y de consejo, y que el dicho
Letrado sea removible ad nutum por los

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 577


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

dichos Visitadores y Rector, que haya por


su trabajo en un año mil y quinientos
maravedís.

Título del Oficio de


los Visitadores

42..... Ordenamos que sean tres Visitadores


perpetuos del dicho nuestro Hospital en
esta manera, el Prior y Priores que fueren
por tiempo del monasterio de San Andrés de
la villa de Medina, de la Orden de los
Predicadores, y un Beneficiado de los del
Cabildo de esta dicha villa, que presentes
estuvieren en la dicha villa, tanto que sea
potente para ejercer el oficio de
Visitador; el cual queremos y mandamos que
después de nuestra vida sea escogido y
nombrado por el Arcipreste o Abad mayor y
Cabildo de esta villa en cada un año en su
Ayuntamiento y Cabildo. En esta manera que
en fin del mes de Diciembre, estando así en
su Ayuntamiento, hagan juramento en forma
de que elegirán Visitador para el dicho
nuestro Hospital, el que entendiere que es
más suficiente, hábil e idóneo y hombre de
conciencia y fiable para Visitador del
dicho nuestro Hospital, y sea de los
Beneficiados residentes en esta dicha
villa. Y hecho el dicho juramento, este día
u otro siguiente, hagan la dicha elección,

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 578


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

sobre lo cual los encargamos las


conciencias y si no fueren concordes en la
elección, valga la elección de la mayor
parte, y si fueren iguales en votos,
queremos que valga la elección del que
tuviere el voto del Arcipreste. Y Pedro de
Barrientos, nuestro sobrino, hijo de Alonso
de Barrientos, hijos o nietos colaterales
de los mayores por línea masculina. En tal
manera que sean y queden por Visitadores
del dicho nuestro Hospital el Prior y
Priores de San Andrés, después el dicho
Beneficiado de la dicha villa que para ello
fuere escogido según dicho es y el dicho
Pedro de Barrientos, nuestro sobrino, e
hijo o hijos de nuestros descendientes y
colaterales de tal manera que sea y se lo
ame de mi linaje, y more en la dicha villa
por manera que puedan ejercer el oficio de
Visitador, y si falleciese y no hubiere
descendientes y colaterales al dicho Pedro
de Barrientos, o sus hijos o descendientes
no residiesen y tuviesen asiento en la
dicha villa de Medina, como dicho es, en
tal caso queremos y mandamos que sea Diego
de Barrientos, si fuere vivo a la sazón, y
si no fuere vivo que lo sean su hijo o
hijos y colaterales por la orden y
condiciones susodichas.
43..... Primeramente queremos y ordenamos
que los dichos Visitadores se ayunten en el
dicho nuestro Hospital, primero o segundo o
tercero día del Año, cuando de estos tres

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 579


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

días mejor visto les fuere. Primeramente,


oigan misa de Espíritu Santo en la Capilla
o en la Iglesia del dicho nuestro Hospital,
y acabada la misa hagan todos tres
juramento en manos del Capellán que la misa
dijere, que bien y fielmente procurarán y
administrarán y visitarán los bienes del
dicho nuestro Hospital, siguiendo las
ordenanzas de estas nuestras Constituciones
por Nos ordenadas. Y esto así hecho
mandamos que hagan leer antes de
públicamente estas dichas nuestras
constituciones, porque las sepan todos (que
poco aprovecha la Ley y ser hechas si no se
lee y sabe) y esto hecho mediante la gracia
del Espíritu Santo, nombren y elijan
Rector, el cual pueda todo aquel año tenga
cargo de procurar y aprovechar y
administrar los enfermos y bienes del dicho
nuestro Hospital, haciendo cargo de todos
los bienes, así muebles como raíces del
dicho nuestro Hospital, y descargando de
todo ello el Rector que hubiere pasado el
año; antes cerca de lo cual encargamos
estrechamente sus consciencias, que en el
dicho nombramiento y elección escojan tal
Persona que sea idónea y perteneciente y
abonada y devota, que sea persona
eclesiástica o seglar, si tal fallare,
conviene a saber que sea devota y abonada y
de buena fama y conciencia según dicho y
tomado de él fianzas, para que fielmente
tratara y procurara y administrara los
bienes del dicho nuestro Hospital, según la

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 580


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

orden y tenor de estas nuestras


constituciones. Y sea entendido que si tal
Persona se faltare fiable y devota y segura
que la cumple la tal administración, que la
pueda nombrar otro año, dos o más, según a
ellos bien visto fuere, sobre lo cual
encargamos sus conciencias. Pero si en él
vieren algunas faltas porque dentro del año
se deban mover, queremos y ordenamos que le
puedan remover dentro en la forma
susodicha. Y queremos y ordenamos que si
alguno de los Visitadores faltare de venir
aquel día por algún legítimo impedimento
que los otros dos puedan hacer el dicho
nombramiento y elección, tomando por
tercero el Capellán más antiguo del dicho
nuestro Hospital, el cual tomen en lugar
del Visitador que faltare. Item queremos y
ordenamos que los dichos Visitadores
visiten el dicho nuestro Hospital cada y
cuando vieren ser cumplido, acatando con
toda diligencia cómo y en qué manera son
proveídos los enfermos del dicho nuestro
Hospital por el Rector y Capellanes y
Servidores de él por la forma y manera que
está ordenado por estas nuestras ordenanzas
y constituciones de los oficios de Rector y
Capellanes y Servidores, en los cuales
asimismo queremos que entienda Fray Diego
de Medina, nuestro Criado, según en nuestro
testamento se contiene.
44..... Item. Queremos y ordenamos que los
dichos Visitadores tengan poderío de poner

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 581


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

y pongan el dicho Rector del dicho nuestro


Hospital, eligiéndole todos los dos de
ellos si no fuere concorde en elegir y
nombrar Persona de buena fama y opinión y
abonada según de suso se contiene en el
oficio de Rector, y que sea elegido y
puesto en primero día o segundo o tercero
del Año. Y si el dicho Rector fuere tal que
administrare el dicho nuestro Hospital y
diere buena cuenta de sí guardando las
constituciones y ordenanzas hechas por Nos,
que hablan del oficio que deben hacer y
tener el dicho Rector, que lo puedan
nombrar en el Año siguiente, así
sucesivamente, en tal manera que el dicho
Rector sea ad nutum removible de los dichos
Visitadores, según que a ellos bien visto
fuere y el dicho Rector lo mereciere.
45..... Item. Queremos y ordenamos que los
dichos Visitadores, o los dos de ellos con
el Capellán más antiguo, si el tercero
Visitador no se pudiere haber buenamente,
tomen cuentas y razón tres veces en el Año
de en cuatro meses al dicho Rector y
Procurador de toda la despensa y todas las
otras cosas que pertenecen a la
administración del dicho Rector y
Procurador según nuestras constituciones y
ordenanzas que hablan del dicho Rector y
Procurador, así de la despensa como de las
otras cosas que se perdieren y fallecieren
por su culpa o mala administración que
sobes hagan pagar, y el dicho Rector y

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 582


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Procurador sean obligados a las pagar


dentro de treinta días de lo cual se
obligará el dicho Rector y Procurador al
tiempo que le fueren dados y entregados los
oficios de la dicha Rectoría y Procuración.
46..... Item. Queremos y ordenamos que los
dichos Visitadores pongan en comienzo del
dicho año dos Capellanes que celebren en la
Capilla o Iglesia del dicho nuestro
Hospital en la forma y manera que se
contiene suso en las constituciones y
dichas ordenanzas que hablan del oficio de
los dichos Capellanes y asimismo que pongan
en cada un año Sacristán que haga las cosas
que a su oficio pertenecen, según se
contiene en nuestras constituciones en el
capítulo que de él dispusimos, y si las
tales personas fueren que bien y
honestamente hagan sus oficios y aquellos
que les fuere encomendado, que les puedan
confirmar por el Año o años siguientes
sucesive, y en comienzo de los dichos años,
en tal manera que siempre sean removibles
ad nutum de los dichos Visitadores.

Capellanía fundada
en San Andrés

47..... Item. Por cuanto Nos notamos y


asignamos una Capellanía perpetua por
nuestra Alma y por las demás de nuestro

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 583


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Padre y Madre y de nuestros difuntos y de


aquellos de quien tenemos cargo en el dicho
monasterio de San Andrés para que por
siempre jamás se diga y cante una misa en
el Altar de nuestra Capilla que se llama de
las Once Mil Vírgenes, cada día en el dicho
monasterio; y para ello le dimos suficiente
dote de pan y asimismo le compramos ciertas
heredades en la villa de Paradinas y Fresno
y Fuente la Peña, en que montan tres mil y
seiscientos maravedís con cargo de ciertas
Capellanías que han de cantar a vuelta de
la nuestra. Queremos y mandamos que los
dichos Visitadores y Rector del dicho
nuestro Hospital tengan cargo de requerir y
requieran cómo se dice y canta la dicha
nuestra Capellanía, y de la hacer decir y
cantar según y la forma de nuestro
testamento y de la Dote que de ellos le
fiamos y que si el Prior y Frailes del
dicho monasterio requeridos por ellos no lo
hicieren cumplir según por Nos así está
ordenado y no dijeren la dicha misa según
que la han de decir, mandamos que los
dichos Visitadores en tal caso puedan
encargar las rentas y secuestrar las dichas
heredades y maravedís y renta de pan y
hacer decir las dichas misas, para lo cual
les damos poder cumplido.
48..... Item. Queremos y ordenamos que los
dichos Visitadores tengan cargo de visitar
la dicha nuestra Capellanía del dicho
nuestro monasterio de San Andrés, y

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 584


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

requerir si está mal reparada, si estuviere


de trastejar hacerla retejar de los bienes
del dicho nuestro Hospital.
49..... Item. Por cuanto Nos hubimos donado
al monasterio de San Andrés nuestros y
solemnes Libros, eso mismo las dichas
treinta y dos cargas, una fanega y tres
celemines de trigo, que con los dichos tres
mil y trescientos maravedís les dimos. Por
ende queremos y ordenamos que los dichos
Prior y Frailes del dicho monasterio de San
Andrés digan por toda nuestra vida en fin
de la colecta postrímera, así de todas las
horas como de todas las misas mayores et
Famutum tuum Pontificem ab omni at
advervitate custodi, eso mismo digan por
toda nuestra vida de los maitines y misa
mayor, y de las Vísperas re memineris
Domine, y con las colectas que se siguen
Ominipotem sempiterne Deus y después de
nuestra vida en lugar de ne reminiscaris
con los dichos Versos y colectas digan un
responso de Réquiem después de las dichas
misas y Vísperas según más largamente se
contiene en la escritura que entre ellos y
Nos pasó.
Item. Queremos y ordenamos que el dicho
Fray Diego de Medina nuestro Criado, tenga
una Capellanía en el dicho nuestro Hospital
a ende del monasterio de los dichos dos
Capellanes por toda su vida no movible y
que sirva la dicha Capellanía o ponga que
la sirva por sí, y que no se entienda el

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 585


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

poderío de los dichos Visitadores sobre el


dicho Fray Diego para lo remover, salvo si
el dicho Fray Diego hiciere o cometiere
alguna cosa contra el tenor y forma de las
dichas nuestras constituciones, y haya de
salario en cada un año cuatro mil
maravedís.
50..... Item. Queremos y ordenamos que los
dichos Visitadores puedan poner y pongan en
comienzo de cada año, según dicho es, seis
hombres o mujeres, personas honestas y de
buena fama, según dicho es, las cuales
entendieren que son necesarias para el
servicio de los enfermos y enfermas, según
que las dificiere el Rector del dicho
nuestro Hospital, en los servicios que cada
uno ha de hacer según nuestras ordenanzas
que tratan del oficio del Rector y
Servidores.
51..... Y por cuanto Inés Martínez a mucho
que sirve en el nuestro Hospital y ha
tenido y tiene el cargo principal de él
como Dueña, mandamos y queremos que la
dicha Inés Martínez tenga el dicho cargo
por toda su vida y no pueda ser quitada y
removida de él, y después de su vida sea
puesta otra Dueña honesta y buena, que
tenga el dicho cargo principal como ella
que ahora tiene, cual entendieren los
dichos Visitadores y el Rector, que cumple
a honra de la Casa, al cual mandamos que
sea dado el salario según de la facultad
del dicho nuestro Hospital y calidad de tal

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 586


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Dueña, que a los Visitadores y Rector bien


visto les fuere.
52..... Item. Queremos y ordenamos que los
dichos Visitadores puedan disfrutar y
disfruten y asignen un boticario que sea
Cristiano y que sea reanso por el Rector
del dicho Hospital, el cual Boticario
tendrá cura de dar y administrar todas las
curas y emplastos que fueren ordenados por
el dicho Médico y Cirujano, las cuales
dichas medicinas, o la mayor parte, estarán
y se conservarán y guardarán en el dicho
nuestro Hospital, en la Cámara y lugar que
para ello está diputado, la cual Cámara
tenga el dicho Rector en guarda con las
dichas medicinas a su cargo, y dé cuenta a
los dichos Visitadores.
53..... Item. Porque nuestra intención es
de excusar los gastos superfluos en el
dicho nuestro Hospital, por ende queremos y
ordenamos que no haya en el dicho nuestro
Hospital bestias ningunas de sillar, salvo
dos mulas de carreta y de albarda, con que
se traiga la provisión al dicho nuestro
Hospital, según que bien visto fuere a los
dichos Procuradores.
54..... Item. Queremos y ordenamos y
constituimos y damos nuestro poder cumplido
con plena y liberal potestad a los dichos
Visitadores para que todos tres, o los dos
de ellos en el caso que el tercero
buenamente no se pueda haber con ellos,
entre el dicho Fray Diego, para que en todo

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 587


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

lo susodicho y cada una cosa y parte de


ello de hacer todas las cosas sobredichas
en las nuestras constituciones y
ordenanzas, y en cada una de ellas,
reservando siempre en Nos en toda nuestra
vida la superioridad y administración y
poder, y así sobre los dichos Visitadores,
el Rector y Procurador y todos los
oficiales y bienes muebles como raíces y
cosas pertenecientes al dicho nuestro
Hospital, como Patrón constituidor y
dotador del dicho nuestro Hospital, y
asimismo reservamos en Nos en toda nuestra
vida que podamos acrecentar o menguar o
enmendar en todas dichas nuestras
constituciones, según los tiempos y cosas
lo requieren.
55..... Item. Queremos y ordenamos que cada
uno de los dichos Visitadores, por el cargo
y trabajo que hubieren en la dicha
visitación y en las cuentas y otras cosas
que a su oficio pertenecen según nuestras
constituciones y ordenanzas, hayan de cada
día de estar tres veces que fueren a tomar
dichas cuentas, que se les dé de comer
suficientemente y trescientos maravedís a
cada uno, por tal manera que aquel día que
comenzaren las cuentas las acaben, y si
más días estuvieren en las dichas cuentas
que en aquel día no las pudieren acabar,
que no les den por ellas más salario de
comer el segundo día.

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 588


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

56..... Item. Queremos y ordenamos que las


dichas visitaciones y cuentas que se han de
tomar en los días asignados por las dichas
nuestras constituciones y ordenanzas de
Rector y Oficiales, se pongan y hagan en el
dicho nuestro Hospital, en lugar decente,
conviene a saber, en la Cámara y lugar que
para ello tenemos diputado.
57..... Otrosí, cerca del oficio de los
dichos Visitadores, porque según son
convenientes de necesidad que los tiempos
traen, no podemos especificar y
particularmente proveer por constituciones
y ordenanzas, sean más los hechos que las
leyes y constituciones. Rogamos y
exhortamos a los dichos Visitadores por
Nuestro Señor Jesucristo y por el cargo,
que tiene de saber cada uno bien y
caritativamente y en todas las cosas y en
cada una de ellas tenga aquella advertencia
y den aquella diligencia y procedencia que
pertenece dar a obra tan Santa y piadosa
como es ésta, a la cual todo fiel Cristiano
es obligado, según más o menos, y todos de
la Religión Cristiana, pues que a los
dichos Visitadores damos cargo de buen
regimiento y gobernación del dicho nuestro
Hospital, bienes de él. Y si por el
contrario, el mayor daño de sus Almas y
conciencias de favor mundanos consintieren
o hiciesen cosas contrarias a la
hospitalidad, o si por su negligencia o

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 589


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

pereza se perdiese tanto, que el dicho


nuestro Hospital es constituido.
58..... Item. Queremos y ordenamos que
afuera de Nos y de los dichos Visitadores,
rector y Procurador y Oficiales, que
ninguna otra persona de cualquier estado,
condición, preeminencia o dignidad que sea,
no pueda visitar al dicho nuestro Hospital,
ni corregir ni enmendar estas nuestras
ordenanzas por autoridad ordinaria ni otra
autoridad que no sea autoridad Apostólica y
disposición de nuestro Señor el Papa,
hechas y confirmadas y aprobadas las dichas
constituciones.

Que sea Teología en el Hospital

59..... Item. Queremos y ordenamos que


asimismo se lea Teología en el dicho
nuestro Hospital en la forma siguiente: que
los dichos Visitadores y Rector elijan y
nombren Persona, la mejor que se pudiere
haber, para que lea en la Capilla del dicho
nuestro Hospital hasta el día de Santa
María de Septiembre a los que la quisieren
oir, y le sea dado por su salario en cada
un año cinco mil maravedís por sus tercios,
sacando las fiestas de guardar, en las
cuales no debe la dicha elección queremos
que se lea cada día que hubiere de dar
lección de ella, acabadas las misas que han

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 590


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

de decir en el dicho nuestro Hospital, y


queremos que si el día que hubiere de leer
no leyese que lo multen en veinte
maravedís.
60..... Item. Queremos y ordenamos que
acaeciere que algunos Legos vinieren a la
Lección del que tuviere cargo de la dicha
Cátedra, sea obligado a les decir la
sentencia en romance no embargante, que lea
a aquellos a quien entendieren y supieren
latín.

Título de los Niños que se han de


criar en nuestro Hospital, que se echaren
a las Puertas de él

61..... Item. Queremos y ordenamos que en


lugar que para ello tenemos diputado dentro
del dicho nuestro Hospital, que por señorío
de Dios Nuestro Señor sean recibidos los
Niños que en él fueren echados a las
Puertas de la Iglesia, no tienen padres ni
madres conocidos, y sean proveídos de las
demás cosas que fueren necesarias, que el
dicho Rector tenga cargo de oficiales para
que los muestren oficios, con que sean
recién nacidos de ocho días, esta esperanza
según somos informados algunos haber, que
sean sus hijos a las Puertas del dicho
nuestro Hospital, al fin que se los críen,

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 591


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

y los padres críen a otros y a unas veces


procuraran sus hijos y lleven salario por
ello del dicho Hospital. Y queriendo obviar
y remediar esto, mandamos que de aquí no
sean recibidos ni reciban en el dicho
nuestro Hospital siendo de las calidades
susodichas criaturas.

Estas constituciones y ordenanzas así


leídas por dicho Señor Obispo, dijo que por
cuanto él tenía facultad para hacer
edificar el dicho Hospital que edifica en
Medina, por ende dijo el dicho Señor Obispo
que por la facultad que hacía y ordenaba
las dichas constituciones, asiento perpetuo
del dicho Hospital, las cuales dijo que
sean perpetuas y valan para siempre jamás.
Y los Visitadores y Rector de él que ahora
son y serán de aquí adelante de dicho
Hospital, por cuanto aquestas que dijo que
hacía e hizo de añadir o menguar como mejor
le diese a entender y le administrare
otras ordenanzas y constituciones para que
mejor y más cumplidamente el dicho Hospital
fuese; son perpetuamente a servicio de Dios
y provecho del dicho Señor Obispo. Dijo que
pedía y pidió a mí el dicho Notario por
testimonio signado y que diese de las
dichas ordenanzas suso incorporadas un
instrumento, y tantos cuantos menester
fueren y me fueren cada y cuando
demandados, signados de mi signo para su

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 592


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

gobernación y administración. Y dijo que


rogaba u rogó a los presentes fuesen
testigos, los cuales son estos: los
honrados don Gonzalo de Bad, don Juan de
Guzmán, abad, y el Bachiller Visaescusa,
canónigos en la Iglesia, y Fray Diego de
Medina, criado del Señor Obispo; y yo
Alfonso García de San Felices, Maestre
Canónigo en la Iglesia de Cuenca, Notario a
todo lo cual dicho y cada cosa con todos
dichos testigos presentes, fui y lo escribí
a la letra este público instrumento e hice
escribir rogado, e hice este mi signo
acostumbrado en este escrito, en este
Cuaderno de Pergamino con esta en que va mi
signo por mandado del dicho Señor Obispo,
mi Señor: Alfonso García Apostolicus
Notarius.

VII.- APENDICE DOCUMENTAL 593


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

VIII.- BIBLIOGRAFÍA

AGAPITO Y REVILLA, J.- “Los coros de la catedral palentina” Boletín de


la Sociedad castellana de Excursiones, 1905-1906. (pp. 65-70)

AGAPITO Y REVILLA, J.- “La capilla real de Valladolid” Boletín de la


sociedad española de Excursiones, 1944, pp115-161

AGUADO, A.Mª Y COL.- Textos para la Historia de las mujeres en España.


Madrid, 1994
ALBEROLA ROMÁ, A.- “Notas acerca de la agricultura valenciana”. 1490
en el umbral de la modernidad. El mediterraneo europeo y las
ciudades en el tránsito de los siglos XV-XVI. Vol I. Valencia
1994
ALONSO R.; MARCIAL J.A.; RODRÍGUEZ MC.- “El monacato en Galicia
enfermerías, boticas y su proyección social” en: Libro de
Ponencias y Comunicaciones III Congreso Nacional de Historia
de Enfermería. Badajoz 1999 (pp199-204)

ALVAREZ BEZOS, S; CARRERAS ZALAMA, A.- Valladolid en época de


los Reyes Católicos según el alarde de 1503. Valladolid 1998
ACKERKNECHT, E.H.- Medicina y Antropología social Madrid 1985.

AMASUNO SÁRREGA, M.- Medicina Castellano – Leonesa Bajomedieval.


Acta Histórico-Médica Vallisoletana XXXII. Valladolid 1991
AMASUNO SÁRREGA, M.- Alfonso Chirino, un médico de monarcas
castellanos. Ed. Junata de Castilla y León
AMASUNO SÁRREGA, M.- La peste en la corona de Castilla durante la
segunda mitad del siglo XIV. Junta de Castilla y León 1996

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 581


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

AMASUNO SÁRREGA, M.- El recetario contra la pestilencia del doctor


Gómez García de Salamanca. Medicina Castellano-Leonesa
Bajo Medieval. Actas Hitórico-Médica Vallisoletana XXXII.
Universidad de Valladolid. 1991

ANGULO ÍÑIGUEZ, DIEGO.- Murillo. Sevilla 1999


ANTOLÍNEZ DE BURGOS, J.- Historia de Valladolid (1887). Edic.
Facsimil. Ed. Grupo Pinciano. Valladolid 1987

ANTONIO LÓPEZ, A; Mª C. SÁNCHEZ; ANTONIO LÓPEZ, N.- El


entorno sanitario Vía de la Plata (norte de Zamora) durante la
Edad Media. Alcalá 2001
ARCHERT, ROBERT.- Misoginia y defensa de las mujeres. Antología de
textos Medievales. Valencia 2001

ARIES, PH.; DUBY, G.- Historia de la vida privada De la Europa feudal al


renacimiento Madrid 1988

ARNAU DE VILANOVA.- El maravilloso regimiento y orden de vivir.


Cuadernos Aragoneses de Historia de la Medicina y de la
Ciencia. Universidad de Zaragoza. Zaragoza 1980

ARJONA CASTRO, ANTONIO.- Introducción a la medicina arabigo


andaluza (ss. VIII-XV) Córdoba 1989

ARQUIOLA, E.- “Hospitales geriátricos” El Médico. Noviembre 1993. Nº


506, pp389-394
ATIENZA, JUAN G.- Monjes y monasterios españoles en la Edad Media.
(Historia de la España sorprendente) Temas de hoy. Madrid
1992

AVRIL JOSEPH.- “Les statut des maisons-Dieu dans l’organisation


ecclésiatique médiévale”. Santé, Médicine et assistance au
Moyen Âge. París 1987, pp285-297

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 582


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

AYUSO LÓPEZ, T.- Fuentes documentales sobre el trabajo de las mujeres.


Madrid 1997
BALLESTER, ROSA.- “Las maternidades y los hospitales infantiles” El
Médico. Junio 1993. Nº 494. Pp273-278

BARCELÓ CRESPI, M.- La dieta alimentaria en la Cartuja de Valldemosa


(s.XV) (La dieta alimentària a la Cartixa de Valldemossa). XIV
Jornades d’estudis històrics locals. Separata La Mediterrània,
área de convergència de sistemes alimentaris (Segles V-XVIII).
Palma de Mallorca 1995

BATAILLÓN, M.- Les idées du XVI siècle espagnol sur l’asistence. Annuaire
de Collège de France. 1982
BEAUJOUAN, GUY.- La Science hispano-árabe et les modalités de son
influence. Moscú 1971

BEAUJOUAN, GUY “Manuscrits mèdicaux de Moyen Âge conservés en


Espagne”, Mélages de la Casa de Velázquez VIII (1972), pp.
160 – 222
BENNASSAR, BARTOLOMÉ.- Valladolid en el siglo de oro. Una ciudad de
Castilla y su entorno agrario en el siglo XVI. Valladolid 1983
BERNAL DE LA CUESTA, P.; SÁNCHEZ-ROJAS, MªC.- “La Virgen de la
Caridad de Cartagena”, en: Miscelanea Medieval Murciana.
Vol. XIX XX. Años 1995-96 (pp45-54)

BERNARDO DE GORDONIO.- Lilio de Medicina. Estudio y edición de


Brian Dutton y Mª Nieves Sánchez. Colección “Fuentes de la
Medicina Española”. Vol. II. Madrid 1990

BÉRIAC, FRANÇOISE.- “Maladies et sociétè” Actes du colloque de


Bielefeld. París 1989

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 583


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

BERLAND, JEAN-MARIE.- “Hospices et alimentation monastiques à Saint-


Benoit-sur-Loire du Xe au XIIIe siecle”. Santé, éedicien et
assistence au Moyen Âge. 110ª Congrès national des Sociétés
savantes, Montpellier, 1985 París 1987, pp145-190

BERNABÉU MESTRE.- Enfermedad y población. Introducción a los


problemas y los métodos de la epidemiología histórica. Valencia
1995
BERNIS, C; GARCÍA, I; ROBLES, F.- “Patrones de salud y enfermedad en
una población medieval hispanomusulmana de asentamuiento
urbano (Murcia)” III Congreso de Arqueología Medieval
española. Oviedo 1989, pp 46-51

BIEDERMANN, HANS.- Diccionario de Símbolos. Barcelona 1989


BLANCO MJ.; ARCAY MC.- “Ruta Jacobea: camino de fe y artes
curativas” en: Libro de Ponencias y Comunicaciones II
Congreso Nacional de Historia de Enfermería. Jaen 1998
(pp107-112)
BOYD, ANNE.- La vida en un monasterio medieval. Madrid 1990

BUENO DOMÍNGUEZ, MªL.- Dejando hablar a la Edad Media. Entre lo


real y lo imaginado. Zamora. Zamora 1997

BUJOSA HOMAR.- Filosofía e Historiografía médica en España. Madrid


1989

BURNS, I.- “Los hospitales de Valencia en el siglo XIII”, en: Anuario de


Estudios Medievales, II, 1965 (pp 135-154)
BURNS, R.- “Un monasterio hospital del siglo XIII: San Vicente de
Valencia” . Anuario de Estudios Medievales, IV, 1967 (pp75-
108)

BURNS, ROBERT I.- “El regne croat de València. Un país de frontera al


segle XIII”. Biblioteca d’estudis i investigacions, nº 17, Tres i
Quatre, 1993

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 584


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

BURCKHARDT, JACOB.- Del paganismo al cristianismo. La época de


Constantino el Grande. México 1945
CABRÉ, MONSERRAT Y ORTIZ, TERESA.- Sanadoras, matronas y
médicas Europa. Siglos XII-XX. Barcelona 2001

CABRERA, M.- “Médicos, cirujanos y curanderos en Córdoba durante la


segunda mitad del siglo XV” Anuario de Estudios Medievales.
Cons. Sup. De Inv. C. 26/1. Barcelona 1996. pp 329-363

CAMPOS S-B, MD; TEIJEIRA,MD; GONZÁLEZ-VARAS, I.- Arte, Función


y Símbolo. El coro de la catedral de León. León 2000

CANALS, J.- “Cuidar y curar: funciones femeninas y saberes masculinos”.


JANO, 1985: 660; 365-372

CANTERA MONTENEGRO, M.- “Asistencia a los pobres y enfermos en el


Logroño medieval (s. XIII-XV)” Cuadernos de Inv. Hca.
Diciembre 1986, nº 12. Pp 207-212

CARASA SOTO, P.- El sistema hospitalario español en el siglo XIX. De la


asistencia benéfica al modelo sanitario actual. Valladolid 1985

CARDINI, FRANCO.- Magia, brujería y superstición en el occidente


medieval. Barcelona 1982
CARDONER Y PLANAS, A.- Història de la Medicina a la Corona d’Aragó.
(1162-1479) Barcelona 1973

CARDONER Y PLANAS, A.- “Seis mujeres hebreas practicando la


Medicina en el reino de Aragó” n. Sefarad, 9, (1949) pp. 441-
445

CARLÉ, Mª DEL CARMEN.- La sociedad hispanomedieval III. Grupos


Periféricos : Las mujeres y los pobres. Barcelona 2000
CARMONA GARCÍA, J.I.- El sistema de la hospitalidad pública en la Sevilla
del A.R. . Sevilla 1979

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 585


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

CARO BAROJA, J.- Inquisición, Brujería y Criptojudaismo. Barcelona


1970Vidas mágicas e Inquisición. 2 vols. Madrid 1967
CARRERAS ARTAU, J.- La llibreria d’Arnau de Vilanova. A.S.T., 11 63-84
(1935) Arnau de Vialnova y las culturas orientales, en:
Homeneje a Millás Villacrosa. Barcelona 1954, vol. I, pp. 309-
321
CARRERAS ARTAU, T/ CARRERAS ARTAU, J.- Historia de la Filosofía
española. 2 vols. Madrid 1939

CARRILLO, MªP.; FERRÍN, JR.- “La figura de la mujer con serpientes y el


castigo de la lujuria en el arte románico” en: Vida cotidiana en
la España Medieval. Madrid 1998 (pp189-408)
CASSINA, G.- “Anatomie et construction des stalles” Stalles de la Savoie
Médiévale. Catálogo de la Exposición. Ginebra 1991 (pp.49-56)

CASTÁN LANASPA, GUILLERMO.- San Nicolás del Real Camino un


hospital de leprosos Castellano-Leoneses en la Edad Media
(Siglos XII-XV) Palencia 1984
CASTRO GARRIDO, A.- Documentación del monasterio de las Huelgas de
Burgos (1322-1328)Indices (1284-1328). Fuentes medievales
Castellano-Leonesas. 35 Burgos

CASTRO TOLEDO, J.- Colección diplomática de Tordesillas. Instituto de


Historia Simancas. Valladolid 1981

CÁTEDRA, PEDRO M.- Sermón, Sociedad y Literatura en la Edad media.


San Vicente Ferrer en Castilla (1411-1412) Junta de Castilla y
León 1994

CAVERO DOMÍNGUEZ, G.- Cofradías y Beneficencia en la Edad Media,


Aproximación a sus fuentes en los archivos de la Iglesia. Oviedo
1997
CERVANTES DE SAAVEDRA, M.- Novelas Ejemplares I. Ed. Prólogo y
Notas de Francisco Rodríguez Marín. Madrid 1969

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 586


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

CIA, J.; BLASCO, M.; RODRIGO, C.; MONZÓN, P.- “El Camino de
Santiago y los hospitales de Zaragoza en los siglo XIII al XV”
en Hiades nº 8, octubre 2001 (pp 291-297)
CIPOLLA,, CARLO M.- Contra un enemigo mortal e invisible. Ed. Grijalbo
1993
CLARAMUNT RODRÍGUEZ, SALVADOR.- “La sanidad en la Baja Edad
Media en Cataluña. Sus fuentes documentales” en: Libro de
Ponencias y Comunicaciones I Congreso Nacional de Historia
de Enfermería. Barcelona 1996 (pp. 175- 181

CLARAMUNT RODRÍGUEZ, SALVADOR “La asistencia social en la Baja


Edad Media” en: Legados del mundo medieval para la sociedad
actual. Pp 47-56. Zaragoza 1987
CLARET A.; GARCÍA M.J.; VALLE J.I.- “Imagen de la matrona en la Edad
Media:entre la superstición y la profesión” en: Libro de
Ponencias y Comunicaciones II Congreso Nacional de Historia
de Enfermería. Jaén 1998 (pp 203-212)
CLARET A.; GARCÍA M.J.; VALLE J.I. “Releer las fuentes para la Historia
de la Enfermería. De los tratados de medicina medievales a los
manuales españoles de enfermería del siglo XVII” en: El
cuidado pilar de la asistencia sanitaria a través de la historia.
Badajoz 1999 (pp 81-85)
COLLIÈRE, M.F.- Promouvoir La vie: de la pratique des femmes soignantes
aux soins infirmiers. París 1982

COMELLES, J.M.- “Salud, sociedad y enfermedad: los procesos


asistenciales”.JANO. 1985: 665; 71-83
CONDE PARRADO, P./ MONTERO, E / HERRERO, M. C.- Tractatus de
Conceptu Tractatus de Sterilitate Mulierum. Valladolid 1999

COPLESTON, FREDERICK CH.- El pensamiento de Santo Tomás. México


1960

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 587


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

CORDERO RIVERA, JUAN.- “Asociacionismo popular: gremios, cofradías,


hermandades y hospitales” . La vida cotidiana en la Edad
Media. Logroño 1998, pp 387-399
CORDOBA DE LA LLAVE, R.- “Higiene urbana y doméstica en las
poblaciones castellanas del siglo XV”. Vida cotidiana en la
España medieval. Madrid 1998
CORPAS MAULEÓN, J.R.- La enfermedad y el arte de curar en el Camino
de Santiago entre los siglos X y XVI. Santiago de Compostela
1998

COVARRUBIAS, S. de.- Tesoro de la Lengua Castellana o Española.


Barcelona 1993 (Madrid 1611)
CRISCIANI.- Malato, medico e medicina nel Mediaevo. Turin 1980

CRISTIANI, RICARDO.- “infirmus sum, et non possum sequi conventum” .


L’esperienza della malattia nelle consuetudine cluniacensi
dell’XI secolo”. Studi Medievali. 3ª serie. Anno XLI. Fasc. II.
Diciembre 2000. Pp 777-807
CHERLI, FULVIO.- La regola sanitaria Salernitana. Newton Compton,
Roma 1993
CHICO PICAZA, Mª V.- “Valoración del protagonismo femenino en la
miniatura de las Cantigas de Santa María” en: La condición de
la mujer en la Edad Media. Actas del Coloquio Hispano-
Francés. Casa de Velazquez, nov. 1984. Madrid 1986

CHIRINO, A.- Espejo de Medicina. Ed. Por Angel González Palencia y Luis
Contreras Pozas. Madrid 1945

CHIRINO, A.- Menor daño de la Medicina de Alonso de Chirino. Edición


crítica y glosario por Mª Teresa Herrera. Salamanca 1973

DALARUN, JACQUES.- “Robert d’Arbrissel et le salut des femmes”, en:


Moines et religieux au Moyen Âge. París 1994 pp 31-43

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 588


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

DAMIAN CARBÓN.- Libro del arte de las comadres o madrinas y del


regimiento de las preñadas y paridas y de los niños. Ed. Daniel
García Gutiérrez. Zaragoza 2000
DAZA CHACÓN, D.- La práctica y teórica de cirugía. 2ª parte Valencia
1673
DE CASTRO MARTÍNEZ, T.- La alimentación en las crónicas castellanas
Bajomedievales. Granada 1996

DE CASTRO ,TERESA.- “Alimentación bajomedieval” Estudios de Historia


y de Arqueología medievales. Universidad de Cádiz 1996. Nº
XI, pp 33-65
DE ESCALLADA GONZÁLEZ, L.- La casa de las ballenas y El Camino de
Santiago en Isla. Santander 1999

DE LAS HERAS HERNÁNDEZ, DAVID.- Catálogo Artístico-Monumental y


Arqueológico de la Diócesis de Zamora. Zamora 1973

DE TIEDRA, JOSÉ.- Fundación gloriosa y secular del conde Don Pedro


Ansurez y Dª Eylo su mujer. El Hospital de Santa María de
Esgueva, de Valladolid. Valladolid 1937

DELGADO CRIADO, BUENAVENTURA.- Historia de la infancia.


Barcelona 1998

DERENBOURG, H/ RENAUD, H.-P.-J.- Les manuscrits arabes de


L’Escorial. Tomo II, fasc. 2 Medicine et Histoire Naturelle.
París 1941
DHERENT, CATHERINE.- “Maladies Et mortalités à Douai au XIVe siècle”
. Santé, Médicine et assistance au Moyen Âge. París 1987, pp
81-92

DÍAZ Y DÍAZ, MANUEL.- “Notas de Bibliotecas de Castilla en el siglo


XIII”, en: Livre et lecture en Espagne et en France sous
l’Ancien Régimen. Colloque de la Casa de Velázquez. París
1981

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 589


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

DÍAZ PÉRZ, A.- “Práctica y enseñanza de la Medicina en los siglos XII al


XIV” . La vida cotidiana en la Edad Media. Logroño 1998
DIEGO EL COVO.- Tratado de las apostemas. Ed. Mª Teresa Herrera.
Salamanca 1983. (Acta Salmanticensia. Serie varia, 44) (Ed.
García Serrano y M. R. Solomon en el CME, Madison, 1997)
DIEGO DE TORRES.- Eclipse de sol. Ed. por M. Amasuno: Un texto
médico-astrológico del siglo XV.

DÍEZ BEDMAR, Mª DEL C.- El raudal de la Magdalena y el crecimiento


urbano de Jaén. Jaén 1999

DOMINGUEZ SÁNCHEZ, SANTIAGO.- San Isidoro y la hospitalidad. El


hospital de San Froilán en los siglos XV y XVI”, en: El Camino
de Santiago, la hospitalidad monástica y las peregrinaciones.
Salamanca 1992 pp 71- 89

DONAHUE, M. PATRICIA.- Historia de la Enfermería. Barcelona 1985

DOSI, M.W.- Medieval islamic Medicine, Berkeley 1984

DUBOIS, J.- Les martyrologes du Moyen Âge (latin). Turnhout, 1978


DURÁN, MARÍA ÁNGELES.- Si Aristóteles levantara la cabeza. Quince
ensayos sobre las ciencias y las letras. Madrid 2000

DYER, J.- “Monastic psalmody of the Middle Ages”, Revue bénédictine,


991989. (pp.41-74)
EBERHARD, KÖNIG.- Las muy Bellas Horas del duque de Berry. Madrid
2001

ECHÁNIZ SANS, M.- Las mujeres de la Orden militar de Santiago en la


Edad Media. Junta de Castilla y León

EDELSTEIN, L.- “The Hippocratic Physician” en Ancient Medicine. Ed. By


O. Temkin and C. Lilian Temkin. Baltimore 1967 (pp. 87-110)

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 590


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

EGIDO LÓPEZ, T.- “Religiosidad popular y asistencia social en Valladolid.


Las Cofradías Marianas del siglo XVI”. Estudios Marianos: V.
XLV, (pp 198-217) Salamanca 1980
EGIDO, T; LADERO, M.A.- Pobreza y sociedad en España. Siglos XV-XVII.
Algunos aspectos generales e investigaciones recientes.
Florencia 1980 (mecanografiado)
EHRENREICH, B; ENGLISH, D.- Brujas, comadronas y enefermeras.
Historia de las sanadoras. Barcelona 1981

ERLANDE-BRANDEBURG, A.- La catedral. Madrid 1993

ESCOTA LOSTRES, C.- “Enfermería asistencial en el siglo XV en Málaga”


en: Libro de Ponencias y Comunicaciones II Congreso Nacional
de Historia de Enfermería. Jaen 1998 (pp 187-190)

ESTEBAN RECIO, A.- Palencia a finales de la Edad Media: una ciudad de


señorío Episcopal. Valladolid 1989

FALCÓN PÉREZ, M.I.- “Paz, Orden y Moralidad en Zaragoza en el siglo


XV. Estatutos dictados al efecto por los jurados” en: Aragón en
la Edad Media: XVI. Zaragoza 2000 pp. 307-323

FARGUES I.; TEY R.- “La enfermería en el hospital de Santa Creu de


Barcelona. Siglo XV. En: Libro de Ponencias y Comunicaciones
II Congreso Nacional de Historia de Enfermería. Jaen 1998. pp
77-84

FEBVRE, LUCIEN.- Combates por la historia. Barcelona 1986


FERY-HUE, FRANÇOISE.- “Le Régime du corps d?Aldebrandin de Sienne:
Tradition manuscrite et diffusion” Santé, médicine et assistence
au Moyen Âge. París 1987

FERNÁNDEZ CONDE, F.J.- La religiosidad medieval en España. I. Alta


Edad Media (s.VII-X). Oviedo 2001

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 591


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

FERNÁNDEZ, LUIS, S.I.- La abadía de Santa María de Benevívere durante


la Edad Media. Su Historia y su regla. Miscelanea Comillas
XXXVII. Universidad Pontificia de Comillas. Santander 1962
FERNÁNDEZ ARENAS, J.- FERNÁNDEZ ESPINO, C.J.- Las vidrieras de
la Catedral de León. León 1982
FERNÁNDEZ FLOREZ, J.A.- Colección Diplomática del Monasterio de
Sahagún (857-1300) V. (1200-1300) León 1994

FERNÁNDEZ FLOREZ, J.A Colección diplomática del Monasterio de


Sahagún IV (1110-1199) León 1991

FERNÁNDEZ MAJOLERO, J.- Cisneros y su sentido de la justicia: La


concordia del hospital de Nuestra Señora de la Misericordia.
Alcalá de Henares 2001

FERNÁNDEZ RUÍZ, C.- Historia médica del Principado de Asturias.


Instituto de Estudios Asturianos del Patronato José María
Cuadrado (CSIC). Oviedo 1965
FERNÁNDEZ TORRES, ELEUTERIO.- Historia de Tordesillas.
Ed.Facscimil. Institución Cultural Simancas. Valladolid 1982

FERRATER MORA, J.- El ser y la muerte. Barcelona 1988


FOCCILON, H.- L’Art d’Occident. Le Moyen Âge roman et gothique. París
1938

FRANCÉS, Mª M.- La prevención y la lucha contra la lepra en España en el


siglo XV. Madrid 1994
FRANCO SILVA, A.- “Un testimonio de la crisis de la sociedad feudal en el
siglo XIV: El “Rimado de Palacio” de Pedro López de Ayala”
en: En la Baja Edad Media. Jaén 2000. pp. 445-476
FRANCO SILVA, A “La asistencia Hospitalaria en los estados de los
Velasco” en: En la Baja Edad Media. Jaén 2000 pp. 19-48

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 592


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

FRANCISCO BLANCO, J.- Brujería y otros oficios populares de la magia.


Valladolid 1992
FUENTE PÉREZ, MªJ.- Palencia, cien años de vida y gobierno de la ciudad
(1421-1521) a través de las actas municipales. Palencia 1987

GALLENT MARCO, M.- La asistencia sanitaria en Valencia (1400-1512)


Universidad de Valencia. Tésis Doctoral. Valencia 1980
GALLENT MARCO, M.- “El proceso de unificación de los hospitales
valencianos. 1482-1512” en: Estudios dedicados a Juan Peset
Aleixandre. Valencia 1982

GALLENT MARCO, M..- “Problemas fundamentales en torno a la historia


de la Sanidad Medieval en la Península Ibérica”. IV Semana de
Estudios Medievales. Nájera. Logroño 1994. Pp189-206

GARCÍA ARAGÓN, L.- Documentación del Monasterio de la Trinidad de


Burgos (1198-1400) Fuentes medievales Castellano-Leonesas
28. Burgos 1985
GARCÍA BALLESTER, L.- “Evolución y problemática de las
investigaciones sobre Historia de la Medicina Bajomedieval en
España” Asclepio XXX – XXXI, pp.121-156
GARCÍA BALLESTER, L.- Historia social de la Medicina en la España de
los siglos XIII al XVI. Madrid 1976

GARCÍA BALLESTER, L “The construction of a New Form of Learning and


Practicing Medicine in Medieval Latin Europe” en: Science in
Context 8,1 . 1995 pp75-102
GARCÍA BALLESTER, L “Los orígenes del Renacimiento médico europeo:
cultura médica escolástica y minoría judía”, Manuscripts, 10
(1992), pp. 119 – 155.

GARCÍA BALLESTER, L. “Yewish Appretiation of Fourteenth-Century


Scholastic Medicine”, Osiris VI (1990), pp. 85 – 117

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 593


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

GARCÍA BALLESTER, L.. La Medicina a la Valencia Medieval. Valencia


1988
GARCÍA BALLESTER, L La búsqueda de la salud. Sanadores y enfermos
en la España medieval. Barcelona 2001

GARCÍA BALLESTER, L “La dieta o régimen de vida” en la colección


Hipocrática y las obras de Galeno. Valencia 1993
GARCÍA BALLESTER, L “Nota sobre el control de la actividad médica y
quirúrgica de los barberos en los Furs de Valencia de 1329” en:
Homenaje al Dr. Sebastià García Martínez. Valencia 1988, vol
I, pp73-88
GARCÍA CASTAÑO, ISABEL Y COL.- “Historia del antiguo Real Hospital
de San Marcos” en: Libro de Ponencias y Comunicaciones II
Congreso Nacional de Historia de Enfermería. Jaén 1998 pp141-
148

GARCÍA DURÁN, R.- “Notas históricas sobre el culto en Valladolid a los


santos Cosme y Damián” 5ª Asamblea de la federación de
Hermandades de San Cosme y San Damián. Madrid 1947

GARCÍA GARCÍA, Mª E.- La hospitalidad y el hospedaje: Fundaciones


hospitalarias en Asturias"Las peregrinaciones a Santiago de
compostela y San Salvador de Oviedo en la Edad Media.
Oviedo 1993. Pp 211-246
GARCÍA HERRERO, Mª DEL C.- “Elementos para una historia de la
infancia y de la juventud a finales de la Edad Media”. La vida
cotidiana en la Edad Media. La Rioja 1998. Pp223-252

GARCÍA MANSILLA, J.V.- La jerarquía de la mesa. Los sistemas


alimentarios en la Valencia bajomedieval. Valencia 1993

GARCÍA ORO, J.; PORTELA, Mª J.- “El Hospital del Rey de Burgos y sus
freyles” en: JACUBUS. Revista de Estudios Jacobeos y
Medievales. Centro Estudios Camino de Santiago. Sahagún 9-
10. Sahagún (León) 2000 pp. 121-255

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 594


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

GARRIDO GARRIDO, J.M.- Documentación de la Catedral de Burgos


(1184-1222). Fuentes madievales Castellano-Leonesas 14.
Burgos 1983
GARZÓN, Mª J.- El Real Hospital de Madrigal. Institución Gran Duque de
Alba. Diputación de Avila . Avila 1985
GHERLI, FULVIO.- La regola sanitaria salernitana. Roma 1993
GIL SACALUGA, ROSARIO.- “Magas, Sanadoras, Curanderas... aquellas
“brujas” tan sabias” en: Libro de Ponencias y Comunicaciones
II Congreso Nacional de Historia de Enfermería. Jaen 1998 (pp
159-164)
GIL, L.- Terapheia. La medicina popular del mundo clásico. Madrid 1969

GIL, JOSÉ S.- La Escuela de Traductores de Toledo y sus colaboradores


Judíos. Toledo 1985
GIL SOTRES, P.- “Los Regimina Sanitatis” Introducción a Arnaldi de
Villanova Regimen Sanitatisad regem Aragonum. Ed. García
Ballester y Mc Vaugh. Barcelona 1996, pp 471-904

GIL DE ZAMORA, JUAN.- Historia Naturalis, 3 vols, Valladolid 1994


GY, P.M.- Le Pontifical romain au Moyen Âge. Vaticano 1938-1941

GY, P.M.- “La bible dans la liturgie au Moyen Âge” en: Le Moyen Âge et la
Bible. París 1984 pp. 19-40
GIRÓN IRUESTE,F.- “El maristán de Granada” El Médico. Abril 1994. Nº
526, pp569-574

GÓMEZ GÓMEZ, AGUSTÍN.- “La iconografía de la sociedad en el beato de


San Andrés de Arroyo”, en: La vida cotidiana en la España
medieval. Madrid 1998 pp 457- 472
GÓMEZ MAMPASO, VALENTINA.- La unificación hospitalaria en
Castilla. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid 1996

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 595


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

GÓMEZ MORENO, M.E.- Catálogo Monumental de España. Provincia de


LE. Madrid 1925
GÓMEZ MORENO, M.E.- La Catedral de León. León 1973

GÓMEZ RASCÓN, M.- La Catedral de León. Cristal y fe. León 1998

GONZÁLEZ, JULIO.- Historia de Palencia. Vol. I. Edades Antigua y Media.


Palencia 1995

GONZÁLEZ BUENO, A.- El entorno sanitario del Camino de Santiago.


Madrid 1993
GONZÁLEZ DE FAUVE, Mª E. (coord.).- Ciencia, poder e ideología. El
saber y el hacer en la evolución de la medicina española (siglos
XIV-XVIII). Buenos Aires 2001

GONZÁLEZ DE FAUVE, Mª E Medicina y sociedad: curar y sanar en la


España de los siglos XIII al XVI. Instituto de Historia de España
“Claudio Sánchez Albornoz”. Buenos Aires 1996

GONZÁLEZ DE FAUVE, Mª E; FORTEZA DE, P.- “Idealidad del discurso


médico y contexto de la realidad en España (Siglos XIV-XV)”.
Medicina y sociedad: curar y sanar en la España de los siglos
XIII al XVI. Buenos Aires 1996, pp 47-80
GONZÁLEZ DE PABLO, A.- “Historia de los Hospitales. El Hospital en la
Edad Media. 1993. Revista El Médico. 83-94

GONZÁLEZ QUINTANA, C.- Dos siglos de lucha por la vida: XIII-XIV.


Una contribución a la historia de la bioética. Oviedo 1995
GONZÁLEZ-VARAS IBAÑEZ, I.- Restauración monumental en España en
el siglo XIX. Valladolid 1996

GRACIA, DIEGO.- “El desajuste medieval”. Historia 16. Marzo 1977

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 596


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

GRAÑA CID, Mª DEL MAR.- “Religión y política femenina en el


renacimiento castellano. Lecturas simbólicas de Teresa
Enriquez”, en: De los símbolos al orden simbólico femenino (ss
IV-XVII). Madrid 1998 pp 145-172

GRAÑA CID, Mª M.; SEGURA GRAIÑO, C.- “Simbología del cuerpo y


saber de las mujeres en el discurso masculino clerical. Dos
ejemplos bajomedievales”, en: De los símbolos al orden
simbólico femenino (ssIV-XVII). Madrid 1998 pp105-12
GRAÑA CID, Mª M.; MUÑOZ, A; SEGURA, C.- Mujeres y no ciudadanía.
La relación de las mujeres con los espacios públicos en el bajo
medievo castellano. Madrid 1995

GRMEK, M.D.- “La medécin au service de l’hôpital médievale en Europe


Occidentale”. XIV Settimana di studio, Prato, 1982
GREEN H. MÓNICA.- Women’s Healthcare in the Medieval West. Hardback
2000
GUIRAL HADZIIOSSIF, JACQUELINE.- “La diffusión et la production de
la canne à sucre (XIIIe-XVIe siècles)”. Anuario de Estudios
Medievales, 24 1994; pp225-245

GWYNETH, MORGAN.- La vida en un pueblo medieval. Madrid 1996

HAYWARD, J.A.- Historia de la Medicina. Buenos Aires 1945

HEINZ GOERKE.- 3000 años de Historia de la Medicina. De Hipócrates a la


medicina Bioquímica. Barcelona 1986
HERNÁNDEZ CONESA, J.- Historia de la Enfermería. Un análisis histórico
de los cuidados de Enfermería. Madrid 1995

HERNÁNDEZ MARTÍN, F.- “El cuidado, pilar de la asistencia sanitaria a


través de la historia: la higiene, la dieta, el calor y el descanso
sueño” en: Libro de Ponencias y Comunicaciones III Congreso
Nacional de Historia de Enfermería. Badajoz 1999 pp11-22

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 597


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

HERNÁNDEZ, F.; PINAR, Mª E.- “Acerca de la salud. Orientaciones para


una vida saludable en un texto del siglo XIII” en: Libro de actas
y comunicaciones del III Congreso Nacional de Historia de
Enfermería. Badajoz 1999 pp133-141

HERNÁNDEZ, F.; MORENO A.; PINAR, MªE.- “Las escrituras


fundacionales: pilares de la asistencia en la Baja Edad Media”
en: Libro de Ponencias y Comunicaciones II Congreso Nacional
Historia de Enfermería. Jaen 1998 pp63-76
HERRERO DE LA FUENTE, M.- Colección Diplomática del Monasterio de
Sahagún (857-1230) III (1073-1109). León 1988

HOLDEN, P; LITTEL, WOD.- Anthropology and Nursing.Londres 1991


HOMERO.- Odisea. Madrid 1979

HUERTAS,RAFAEL.- “El hospita psiquiátrico” El Médico. Octubre 1993


Nº 503, pp353-359

IANCU-AGOU, DANIÈLE.- “Documents sur les juifs aixois et la Médicine


au Xve siècle: médications et ouvrages”. Santé, Médicine et
assistance au Moyen Âge. París 1987, pp251-262

IBAÑEZ RODRÍGUEZ, S.- “Hospitales del Camino de Santiago en la


diócesis de Calahorra y la Calzada” IV Semana de Estudios
Medievales. Nájera. Logroño 1994. Pp 309-321

IGLESIAS, M; REAL, R.M.- “Las constituciones del gran hospital Real de


Santiago”. Revista ROL de Enfermería, 1993: 187; 67-72
IMBERT, J (Dir).- Histoires des hôpitaux. Tolouse 1982

JACME D’AGROMONT.- Regiment de preservació de la pestilència. Segle


XIV. Ed. Enciclopedia Catalana 1998
JACQUART, D.; THOMASSET, C.- Sexualité et savoir medicale au Moyen
Âge. París 1985

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 598


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

JACQUART, D Y MICHEAU, FR.- La médicine árabe et l’Occident


médieval. París 1990
JEAN-NOËL BIRABEN.- “Essai sur les r’eactions des sociétés éprouvées
par de grands fléaux épidémiques” en: Maladie et société. Actes
du colloque de Bielefeld. París 1989
JIMÉNEZ RODRÍGUEZ, I.- “Los cuidados en los hospitales medievales de
Navarra” en: Libro de Ponencias y Comunicaciones II
Congreso Nacional de Historia de Enfermería. Jaén 1998 pp237-
247

JOHANNES DE KETHAM.- Compendio de Humana Salud. Estudio y


edición de Mª Teresa Herrera. Colección “Fuentes de la
Medicina Española”. Madrid 1990
KENNY, M.; DE MIGUEL, J.- La antropología médica en España. Barcelona
1980

KIRBE, PEARL.- Hippocrates latinus: repertorium of Hippocratic Writings


in The Latin Middle Ages, New York 1985
KRAUS, DOROTHY Y HENRY.- Las sillerías góticas españolas. Madrid
1984
LADERO QUESADA, M.A.- “Los mudéjares de Castilla en la Baja Edad
Media” Historia, Instituciones, Documentos, 5 (1978), 257-304

LADERO QUESADA, M.A “Las ordenanzas locales. Siglos XIII- XVIII”.


España Medieval, 21 (1988), 293-337
LAMBERT, E.- El arte gótico en España. Madrid 1928

LAMPÉREZ Y ROMEA, V.- Arquitectura Civil Española. Instituto de Arte


Diego Velázquez. Madrid 1922
LAHOZ GUTIÉRREZ, Mª LUCÍA.- “La vida cotidiana en el ámbito de la
escultura funeraria gótica”, en: La vida cotidiana en la España
Medieval. Madrid 1998 pp409-426

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 599


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

LAÍN ENTRALGO, P.- Historia de la Medicina. Barcelona 1979.


LAÍN ENTRALGO, P - Enfermedad y pecado. Barcelona 1961

LAÍN ENTRALGO, P -La relación médico - enfermo. Madrid 1964


LAÍN ENTRALGO, P .-La medicina hipocrática. Madrid 1970

LAUWERS, MICHEL.- “Saintes et anorexiques: le mysticisme en question”


en: Moines et religieux au Moyen Âge. París 1994 pp221-225
LEANDRO DE SEVILLA, SANTO; ISIDORO, SANTO; FRUCTUOSO,
SANTO.- Reglas monásticas de la España visigoda. Los tres
libros de las “Sentencias”. Bibliotece de Autores Cristianos,
Madrid, 1971. Introducción, Versión y notas de Julio Campos
Ruiz e Ismael Roca Melia.

LE ROY LADURIE, E.; FALTER L. Y M.; HERRIN, J.- Miscelanea


Medieval. Barcelona 2000
LINAGE CONDE, A.- San Benito y los Benedictinos. León. (CSIC). 1973, 3
vol.
LINAGE CONDE, A.- “Asistencia a enfermos en los monasterios alto-
medievales hispanos” Cuadernos de Historia de la Medicina
Española. 1971

LINAGE CONDE, A “Monasterios altomedievales españoles de los santos


Cosme y Damián” Cuadernos de Historia de la Medicina
Española, 9 (1970) 15-74
LINAGE CONDE, A.- “La enfermedad, el alimento y el sueño en algunas
reglas monásticas” . Cuadernos de historia de la Medicina
Española, VI, (1967), pp 61-86

LINAGE CONDE, A.- “La hospitalidad en la tradición benedictina”. El


camino de Santiago, la hospitalidad monástica y las
peregrinaciones. Salamanca 1992, pp263-271

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 600


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

LYONS/PETRUCELLI.- Historia de la Medicina. Barcelona 1984


LOMBA, J.- “La ciencia musulmana y judía en el valle del Ebro medieval”
en: Aragón en la Edad Media: XVI. Homenaje al profesor
emérito Angel Sanvicente Pino. Zaragoza 2000 pp. 477-493

LÓPEZ ALONSO, C.- La pobreza en la España medieval. Estudio Historico-


Social. Madrid 1986
LÓPEZ DE BAEZA.- Dichos de los Santos Padres. Ed. D.W. Lomax.
Barcelona 1972
LÓPEZ PIÑERO, J. Mª.- Medicina, Historia y Sociedad. Barcelona 1969

LÓPEZ PIÑERO, J. Mª.-“La medicina en la Antigüedad” Cuadernos de


Historia 16. Nº 256

LÓPEZ DE SILANES; SÁINZ RIPA.- Colección diplomática calceatense.


Archivo Catedral (1451-1499) y Archivo del Hospital (1431-
1497). Instituto de Estudios Riojanos 1992

LORENZO PINAR, F.J.- Muerte y ritual en la Edad Moderna. El caso de


Zamora (1500-1800). Salamanca 1991
LLAMAS, J. (ed).- Ishac Israeli. Tratado de las fiebres. Edición de la versión
Castellana y estudio..., Madrid 1945

LLORCA, FERNANDO.- San Juan del hospital de Valencia. Fundación del


siglo XIII. Librería París-Valencia. Copia facsímil 1995
MALE, E.- El gótico. Iconografía de la Edad Media y sus fuentes. Madrid
1986

MANFRED PAWLIK.- (Recopilación) El arte de sanar de Santa Hildegarda.


Compendio del saber médico de la Edad Media Ediciones
TIKAL. Susaeta, SA (revisión castellana) Girona

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 601


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

MAÑUECO VILLALOBOS, M; ZURITA NIETO, J.- Documentos de la


iglesia colegial deSanta María la Mayor (Catedral) de
Valladolid. Tomos I y II. Valladolid 1917
MAY, MARGARET.- “On traslating Galen”, J. His. Med. 25 (1970), pp. 168
–176
MARAÑÓN, GREGORIO.- Ensayo Biológico sobre Enrique IV de Castilla y
su tiempo. Prólogo: Julio Valdeón. Decimocuarta edición.
Madrid 1997

MARAVALL, J.A.- “Pobres y pobreza del medievo a la primera


modernidad” En: Cuadernos Hispanoamericanos 367-368
(1981) 1899-241
MARCOS MARTÍN, A.- Auge y declive de un núcleo mercantil y financiero
de Castilla la Vieja: evolución demográfica de Medina del
Campo durante los siglos XVI y XVII. Universidad de Valladolid
1978
MARCOS MARTÍN, A.- “El sistema hospitalario de Medina del Campo en
el siglo XVI” Cuadernos de Investigación Histórica . Nº 2.
Madrid 1978 pp341-362

MARTÍ Y MONSÓ, J.- Estudios Histórico-Artísticos relativos principalmente


a Valladolid. Valladolid 1992
MARTÍN, JOSÉ-LUIS.- “El adoctrinamiento de la comunidad: juglares,
predicadores, científicos e historiadores” . La vida cotidiana en
la España medieval. La Rioja 1998. Pp 201-222

MARTÍN, J.L; LINAJE CONDE, A.- Religión y sociedad medieval. El


catecismo de Pedro de Cuellar (1325) Ed. Estudios de Historia.
Junta de Castilla y León

MARTÍN BENITO, J. y col.- Los caminos de Santiago y la iconografía


jacobea en el Norte de Zamora. Zamora 1994

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 602


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

MARTÍN CEA, J.C.- El mundo rural castellano a fines de la Edad Media. El


ejemplo de Paredes de Nava en el siglo XV. Valladolid 1991
MARTÍN FERREIRA, ANA ISABEL.- Constantini Liber de Elephancia.
Tratado médico de Constantino el Africano. Valladolid 1996

MARTÍN GONZÁLEZ, J.J.- Historia del Arte. 2 Vol. (4ª Ed.) Madrid 1986
MARTÍN GONZÁLEZ, J.J.- Sillerias de Coro. Cuadernos de Arte Gallego.
Vigo 1964

MARTÍN GONZÁLEZ, J.J.- “El arte en los hospitales de Valladolid” Anales


de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Valladolid. Vol.
Extraordinario del 25º aniversario de su fundación. Valladolid
1982

MARTÍN GONZÁLEZ, JJ; URREA FERNÁNDEZ, J.- Catálogo monumental


de la provincia de Valladolid. Tomo XIV, parte primera,
Mpnumentos religiosos de la ciudad de Valladoldid (Catedral,
parroquias, cofradías y santuarios). Valladolid 1985
MARTÍNEZ CRESPO, ALICIA.- “Mujer y Medicina en la Baja Edad
Media” Hispania, vol.LIV/1 enero-abril 1994 pp 44- 62

MARTÍNEZ FLOREZ, J.- “El mundo sanitario en la Rioja medieval” IV


Semana de estudios medievales. Nájera. Logroño 1994, pp 351-
363

MARTÍNEZ GARCÍA, L.- La asistencia a los pobres en Burgos en la Baja


Edad Media. El hospital de Santa María la Real, 1341-1500.
Burgos 1981
MARTÍNEZ GARCÍA, L - El hospital del Rey de Burgos. Un señorío
medieval en la expansión y en la crisis (s. XIII- XIV). Burgos
1986

MARTÍNEZ GARCÍA, L -“La asistencia material en los hospitales de


Burgos a fines de la Edad Media” en: Manger et boire au
Moyen Âge. París 1984. 349-360

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 603


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M.- “Hacia la configuración del modelo


alimentario feudal en la Murcia bajomedieval:
transformaciones y nuevas realidades” en: La Mediterrània,
àrea de convergència de sistemes alimentaris (segles V-XVIII)
Palma de Mallorca 1996

MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M -“Comer en Murcia (s.XV) Imagen y realidad


del régimen alimentario” en: Miscelanea medieval murciana.
Vol. XIX-XX, años 1995-96. pp. 189-200
MARTÍNEZ MOLINA, ANA.- “La imagen de la matrona medieval en la
obra de Jaume Roig” en: Libro de Ponencias y Comunicaciones
II Congreso Nacional de Historia de Enfermería. Jaen 1998 (pp
85-88)
MARTÍNEZ MORELLA, V.- “El hospital de los Peregrinos y Enfermos de
Alicante a cargo de los Canónigos Antonianos”, en: VIII
Congreso Historia Corona de Aragón, II, Vol. I pp 85-94

MARTÍNEZ PÉREZ, J.- “Hospitales relevantes en Francia.” El Médico.m


noviembre 1993. Nº 507 pp 401-406 y 425-430
MARTÍNEZ SOPENA, P.- El Camino de Santiago en Castilla y León.
Valladolid 1990

MARTÍNEZ SOPENA, P.- “El Camino de Santiago en Castilla y León y la


Historiografía reciente”, Las peregrinaciones a Santiago de
Compostela y San Salvador de Oviedo en la Edad Media.
Oviedo 1993. Pp 171-190

MAZA ZORRILLA, E.- Pobreza y asistencia social en España. Siglos XVI al


XX. Valladolid 1987
MC. VAUGH, MICHAEL.- Medicine before the plague. Practitioners and
their patients in the Crown of Aragon. 1285-1345. Cambridge
1993

MELERO, Mª I.- “El Hospital de Santiago de Toledo a fines del siglo XV”,
Anales Toledanos, IX 1974 pp 3-116

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 604


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

MENÉNDEZ, E.L.- Poder, estratificación y Salud. México 1981


MENÉNDEZ PIDAL, R.- España como eslabón entre la Cristiandad y el
Islám. Madrid 1972

MENÉNDEZ PIDAL, G.- La España del siglo XIII leída en imágenes. Real
Academia de la Historia. Madrid 1986
MILLÁS VILLACROSA, J. Mª.- - La vidriera y su evolución. Madrid 1974

MILLÁS VILLACROSA, J. Mª.- La luz, simbolismo y sistema. Madrid 1989


MILLÁS VILLACROSA, J. Mª.- Las traducciones orientales en los
manuscritos de la Biblioteca catedral de Toledo. Madrid 1942

MILLÁS VILLACROSA, J. Mª.- Nuevos estudios sobre historia de la


Ciencia española, Barcelona 1960
MOGOLLÓN CANO-CORTÉS, P; PIZARRO, F.J.- La sillería de coro de la
catedral de Plasencia. Cáceres 1992

MOLLAT, M.- Les pauvres au Moyen Âge. París 1978

MOORE, R.I.- La formación de una sociedad represora. Poder y disidencia


en la Europa occidental, 950-1250. Barcelona 1989

MONTERO, E.; CARRERA DE LA RED, A.- “El dictionarium Medicum de


E.A. de Nebrija” en: C. Codoñer; González Iglesias, J.A.
Antonio de Nebrija: Edad Media y Renacimiento. (Acta
Salmanticensia. Estudios filosóficos 257) Salamanca 1994, 399-
413

MORGADO GARCÍA, A.- Demonios, magos y brujas en la España moderna.


Cádiz1999
MORLANS L. Mª J.; ALVARO M.P.; DE LA PEÑA, E.- “Baja Edad Media:
Hospitales Extremeños” en: Libro de Ponencias y
Comunicaciones II Congreso Nacional de Historia de
Enfermería. Jaen 1998. pp 55-62

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 605


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

MUÑOZ GARRIDO, R y MUÑIZ FERNÁNDEZ, C.- Fuentes legales de la


medicina española (siglos XIII-XIX) Salamanca 1969
MUÑOZ MANCHADO, J.- La sanidad pública en España: evolución
histórica y situación actual. Madrid 1975

NAVARRO ESPINACH, G.- “El hospital de Santa María de Villaespesa y de


San Juan Bautista en la ciudad de Teruel a través de los actos
Notariales de Alfonso Jiménez (1481-1518)” en: Aragón en la
Edad Media: XVI. Zaragoza 2000. pp. 565-591

NEITHARD BULST.- “Maladies et Société (XII-XVIII siècles)” en: Actes du


colloque de Bielefeld. París 1986
NICOUD, MARILYN.- “Expérience de la maladie et áchange épistolaire: les
Derniers moments de Blanca María Visconti. (Mai-Octobre
1468) en: Mélanges de l’école française de Rome. Moyen Âge.
Tome 112-1-2000. Roma 2000. pp. 311-458

NOGALES ESPERT, A.- “La enfermería medieval de Valencia a través de


los Hospitales: el hospital de la Reyna” en: Libro dePonencias
y Comunicaciones II Congreso Nacional de Historia de
Enfermería. Jaén 1998 pp43-54

NUÑEZ RODRÍGUEZ, MANUEL.- Casa, calle, convento. Iconografía de la


mujer Bajomedieval. Santiago de Compostela 1997
OCEJA GONZALO, I.- Documentación del Monasterio de San Salvador de
Oña (1319-1350). Fuentes medievales Castellano-Leonesas. 6.
Burgos 1986

OLMOS HERGUEDAS, E.- La Comunidad de Villa y Tierra de Cuellar a


finales de la Edad Media: Relaciones entre un núcleo urbano y
el entorno rural de su alfoz. . Universidad de Valladolid
Valladolid 1998

ORDAX, S.- Iconografía Jacobea en Castilla y León. Discurso de entrada en


la Real Academia de la Purísima Concepción. Valladolid 1993

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 606


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ORDUÑA, E.- La talla ornamental en madera. Madrid 1930


ORLANDIS, J.- “La asistencia a los pobres en la España visigótica” en: A
Pobreza e a assistencia aos pobres na Península Ibérica
durante a Idade Media, Vol II. Lisboa 1973

ORONZO, GIORDANO.- Higiene y buenas maneras en la Alta Edad Media.


Madrid 2001
ORTIZ DÍAZ, J.- Evolución del concepto de hospital. en: Homenaje al
profesor Giménez Fernández, 2 vol. Sevilla 1967
OSTOLAZA ELIZONDO,M.I.- “La ORDEN DE Roncesvalles y su función
hospitalaria en el Reino de León”. El pasado histórico de
Castlla y León. I. Edad Media. Burgos 1983

OTTOSON, P. G.- Scholastic Medicine and Philosophy, Nápoles 1984


OURSEL, RAYMOND.- Peregrinos, Hospitalarios y Templarios. Madrid
1986

PALACÍN, C; MARTÍNEZ, L.- Documentación del Hospital del Rey de


Burgos (1136-1277) Fuentes medievales Castellano-Leonesas.
43. Burgos 1990
PALAZZO, E.- Histoire des livres liturgiques. Le Moyen Âge. Des origines au
XIII siècle. París 1993

PALOMARES IBAÑEZ, J.- La asistencia social en Valladolid: el hospicio de


pobres y la Real casa de Misericordia. Valladolid 1975
PANIAGUA, J. A.- El maestro Arnau de Vilanova, médico. Valencia 1969

PANOFSKY, ERWIN.- Idea. Madrid 1985


PANOFSKY, ERWIN.- Arquitectura gótica y pensamiento escolástico.
Madrid 1986

PANOFSKY, ERWIN “El abad Suger de Saint-Denis”, en: El significado de


las artes visuales. Madrid 1979 pp.105-136

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 607


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

PARRILLA J.; SÁNCHEZ A.- “Los hospitales en la Sevilla de la Baja Edad


Media” en: Libro de Ponencias y Comunicaciones II Congreso
Nacional de Historia de Enfermería. Jaén 1998 pp 191-202
PASCUAL, PEDRO.-“La VIDA COTIDIana del peregrino medieval”. Vida
cotidiana en la España medieval . Madrid 1998. Pp 193-216
PEÑA PÉREZ, F.J.- Documentación del Monasterio de las Huelgas de
Burgos (1380-1400) Fuentes Medievales Castellano-Leonesas.
39 Burgos 1991

PEÑA PÉREZ, F.J Documentación del Monasterio de San Juan de Burgos


(1091-1400) Fuentes medievales Castellano-Leonesas. 1.
Burgos 1983
PEÑA PÉREZ, F.J.- Documentación del Monasterio de las Huelgas de
Burgos (1377-1379) Indices (1329-1379). Fuentes medievales
Castellano – Leonesas. 38. Burgos 1991

PEÑA PÉREZ, F.J.-Documentación del Monasterio de las Huelgas de Burgos


(1380-1400). Fuentes Medievales Castellano-Leonesas. Burgos
1991

PERDIGUERO GIL, E; BERNABEU I MESTR, J.- “Los hospitales ingleses


en la Edad Media”. El Médico. Diciembre 1993. Nº 510, pp
437-442
PERDIGUERO GIL, E; BERNABEU I MESTR, J.- “ De la disolución a los
“voluntary” hospitals” . El Médico. Diciembre 1993. Nº 511,
pp 449-45478

PÉREZ ESCOHOTADO, J.- “Economía y dieta de salvación en la Rioja


medieval” IV Semana de Estudios medievales. Nájera 1993.
Logroño 1994, pp 207-224

PÉREZ PASTOR, P.- “L’hospital de pobres de la villa de Soller els primers


anys d’existencia (1322-1450)” Bolletí de la Societat
Arqueológica Lul-liana nº 52 1996. pp 21-43

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 608


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

PÉRNOUD, RÉGINE.- Hildegarda de Bingen. Una conciencia inspirada en


el siglo XII. Barcelona 1998
PETISCO, JOSÉ MIGUEL. P.- Sagrada Biblia (8ª Ed.) Madrid 1961

PEUSNER, CLAUS.- Edificios hospitalarios en Europa durante 10 siglos .


Dankwart Leisttikow. 1967
PEUSNER, NIKOLAUS.- Historia de las tipologías arquitectónicas.
Barcelona 1979

PIÑEYRÚA, ALEJANDRA.- “La mujer y la medicina en la España Medieval


e inicios de la Moderna”, en: Medicina y sociedad: curar y
sanar en la España de los siglos XIII al XVI. Buenos Aires 1996
pp137-165

PORTILLA SILVA, E.- La colonización cisterciense en Galicia (1142-1250)


Santiago de Compostela 1981
POWER, EILEEN.- Mujeres medievales. 4ª reimpresión. Madrid 1999

PRADO M.C.; PRADO L.; PINILLA J.; MUÑOZ M.- “Control sanitario
durante la peste medieval” en: Libro de Ponencias y
Comunicaciones II Congreso Nacional de Historia de
Enfermería. Jaen 1998 pp 233-236
RIBERA, J.- La enseñanza entre los musulmanes españoles ,en: Disertaciones
y Opúsculos. Madrid 1928, vol. II pp. 229- 360

RICO, F.- El pequeño mundo del hombre. Varia fortuna de una idea en la
cultura española. Edición corregida y aumentada, Madrid, 1988
RICO AVELLÓ, A.- Evolución histórica de la asistencia hospitalaria en
España. Revista de la Universidad de Madrid. 1954: III

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 609


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

RIERA MELIS, A.- “Las resticciones alimentarias como recurso expiatorio


en algunas reglas monásticas de los siglos VI y VII” Aragón en
la Edad Media XIV-XV. Homenaje a la profesora Carmen
Orcástegui Gros. Vol II Universidad de Zaragoza. Zaragoza
1999, pp 1303-1316

RIERA MELIS, A.-“Jerarquía social y desigualdad alimentaria en el


mediterráneo noroccidental en la Baja Edad Media. La cocina y
la mesa de los estamentos populares”. Anuario de Estudios
Medievales, 24. 1994, pp 857-885

RIERA MELIS, A.- “Panem nostrum quotidianum da nobis hodie. Los


sistemas alimenticios de los estamentos populares en el
mediterráneo noroccidental en la Baja Edad Media” La vida
cotidiana en la Edad Media. La Rioja 1998, pp 25-47
RIERA PALMERO, J.- Historia, Medicina y Sociedad. Madrid 1985

RIERA PALMERO, J “El influjo greco-árabe en la Medicina latina


medieval”, en: La vida cotidiana en la Edad Media. Madrid
1998
RIERA PALMERO, J “La transmisión del saber médico greco-árabe a la
Europa latina medieval”, en: Ciencia y Técnica en la Edad
Media. Valladolid 1985, pp. 31-42

RIERA PALMERO, J “Dos parteras sevillanas. Siglo XV”. Actas IV


Congreso Nacional de Historia de la Medicina. Granada 1973,
vol. I, 63-68 (1975)

RIVERA BLANCO, J.- Historia de las restauraciones de la catedral de León.


Valladolid 1993
ROJO VEGA, A.- Enfermos y sanadores en la Castilla del siglo XVI.
Valladolid 1993

ROJO VEGA, A.-Materiales vallisoletanos para la Historia de la Ciencia.


Universidad de Valladolid . Valladolid 1995

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 610


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

ROJO VEGA, A.- Segundo anecdotario vallisoletano. Universidad de


Valladolid , Valladolid 2001
ROLDÁN Y GUERRERO, R.- “Los orígenes del tribunal del real
protomedicato de Castilla”. Arch. Iber: Historia Med., 12
(1960), 149-254
ROMANS, H. DE (1269).- Libri de officciis de Orden praedicaturum. Roma
1889

ROMERO, A; VILLEGAS, L.R.- “Pobreza y beneficencia en Ciudad Real: el


hospital de la Hermandad Vieja (1491-1525). Cuadernos de
estudios medievales y Ciencias y Técnicas Historiográficas.
Vol. 17. Granada 1992, pp 173-204
ROSENDE VALDÉS, A.A.- El grande y real hospital de Santiago de
Compostela. Madrid 1999

ROVER, V.- Love, morals and the feminist. Londres 1970

RUBIO VELA, A.- Pobreza, enfermedad y asistencia hospitalaria en la


Valencia del siglo XIV. Valencia 1984

RUCQUOI, ADELINE.- Valladolid en la Edad Media. Génesis de un poder. 2


Vol. Valladolid 1997
RUCQUOI, ADELINE.-“Alimentation des riches, alimentation des pauvres
dans une ville castillane au Xve” . Actas del Coloquio de Niza.
París 1978
RUIZ ASENCIO, J. M.- Colección documental del archivo de la Catedral de
León (775-1230) . León 1990

RUIZ CAPELLÁN, A; LASTRES MENDIOLA, JC.- Hospital de peregrinos


y pobres de Santo Domingo de la Calzada. Siglos XI al XIX.
Aspectos Sanitario-Administrativos. La Rioja 1995

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 611


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

RUIZ CAPELLÁN, A.; LASTRES MEDIOLA, JC.- Hospital de Peregrinos y


Pobres de Santo Domingo de la Calzada. Siglos XI al XIX.
Aspectos sanitarios y administrativos. Gobierno de La Rioja
1995

RUIZ MORENO, A.- La Medicina en la legislación medieval española. El


Ateneo. Buenos Aires 1946
RUIZ SOMAVILLA, Mª JOSEFA.- “La Construcción social de la salud y la
Enfermedad” en: Libro de pOnencias y Comunicaciones II
Congreso Nacional de Historia de Enfermería. Jaén 1998 pp
11-18

SÁENZ TERREROS, MªA.- El hospital de peregrinos y la cofradía de santo


Domingo de la Calzada. Logroño 1986
SAINZ RIPA, E.- “La atención a los hombres del Camino en la Rioja”. IV
Semana de Estudios Medievales. Nájera 1993. Logroño 1994.
Pp 135-167
SALMÓN MUÑIZ, FERNANDO.- “La historia de las mujeres en la práctica
de la Historia de la medicina”, en: La historia de las mujeres en
el nuevo paradigma de la historia. Madrid 1997 pp37-53

SALVADORES, P.; ULIARTE, MªR.; CAMPOS L.- “Prácticas y discursos


de exclusión social en la atención al leproso en la Edad Media”
en: Libro de Ponencias y Comunicaciones II Congreso Nacional
de Historia de Enfermería. Jaén 1998 pp. 37-42
SANCHEZ DEL BARRIO, A.- Estructura urbana de Medina del Campo
Junta de Castilla y León 1991

SÁNCHEZ GRANJEL, L.- La medicina española antigua y medieval.


Salamanca 1981

SÁNCHEZ GRANJEL Bibliografía Histórica de la Medicina española II


(2001-4000) Salamanca 1966
SÁNCHEZ GRANJEL Historia de la Medicina Española. Barcelona 1962

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 612


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

SÁNCHEZ HERRERO, J.- Cofradías, hospitales y beneficencia en algunas


Diócesis del valle del Duero, siglos XIV y XV. Hispania , 34, 5-
51, 1978
SÁNCHEZ HERRERO, J.- “Las cofradías alicantinas y valencianas y su
evolución durante los siglos XIII al XVI”. En el umbral de la
modernidad . El mediterráneo europeo y las ciudades en el
tránsito de los s.XV-XVI. . Vol. I. Valencia 1994 pp 301-363
SÁNCHEZ HERRERO, J.-Las Diócesis del reino de León. Colección Fuentes
y estudios de Historia Leonesa. León 1978

SÁNCHEZ PRIETO, A.B.- La casa de Mendoza primer duque del infantado


(1350-1531): el ejercicio al alcance del poder señorial en la
Castilla Bajomedieval. Madrid 2001
SANTANDER, TERESA.- Escolares médicos en Salamanca (Siglo XVI)
Salamanca 1984

SANTIAGO OTERO, H. (Coord).- El camino de Santiago, la hospitalidad y


las Peregrinaciones. Ed. Junta de Castilla y León
SANTO TOMÁS PÉREZ, M.- “La asistencia en el hospital de Santa Isabel
de Soria (Siglos XVI-XIX)” en: Revista de Soria. Revista
Cultural e informativa de la Diputación Provincial. Nº 24
Segunda época. Soria 1999 pp. 71-98
SANTO TOMÁS PÉREZ, M.- “Historia de la Enfermería” en: Enfermería
Fundamental. Barcelona 1994. Reedicción 1997. pp 3-131

SANTO TOMÁS PÉREZ, M “Alimentación en la Baja Edad Media, base de


los cuidados” en: Revista de Enfermería ROL. Año XIX, Junio
1996, nº 214, pp56-67
SANTO TOMÁS PÉREZ, M “Les soins donnés aux malades dens la Castlle
du Bas Moyen Âge: l’hôpital royal de Burgos, prototype de
l’hôpital castillan” en: Fondations et ouvres charitables au
Moyen Âge. París 1999, pp281-292

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 613


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

SANTO TOMÁS PÉREZ, M “De la muy activa vida de las monjas del Hôtel
Dieu de París. Análisis Iconográfico de la miniatura del siglo
XV”, INDEX de Enfermería. Invierno 1997, Año VI, N 19, 45-
48

SANTO TOMÁS PÉREZ, M “Santa Isabel bañando a los tiñosos. Análisis


iconográfico” INDEX de Enfermería. Otoño 1998, Año VII, N
22, 46-49
SANTO TOMÁS PÉREZ, M “La vida familiar y el cuidado” en: El cuidado,
pilar de la asistencia sanitaria a través de la Historia. Badajoz
1999 pp71-98

SANZ FUENTES, Mª JOSEFA.- “Papel de la mujer como cuidadora en el


Camino de Santiago” en: Híades, nº 8, Año VI, Octubre 2001
Alcalá de Guadaíra (Sevilla) 2001 pp27-38
SAUNIER, ANNIE.- “Le visiteur, les femmes et les <obstetrices> des
paroisses de l’archidiaconé de Josas de 1458 à 1470”, en:
Santé, medicine et assistance au Moyen Âge. París 1987
SCHIPPERGES, H.- El jardín de la salud. Barcelona 1987

SHAYKH AL-SULAMÎ.- Las enfermedades del alma y sus remedios.


Tratado de Psicología sufí (s. X). Traducido del árabe por Abdul
Karim Zein. (Versión española de Francesc Gutiérrez).
Barcelona 2001
SEBASTIÁN, S.- Iconografía medieval. San Sebastian. 1988

SEBASTIÁN, S.- “Visión simbólica del hombre valenciano entre el gótico y


el renacimiento” 1490: En el umbral de la modernidad. El
mediterráneo europeo y las ciudades en el tránsito de los siglos
XV-XVII. Vol I. Valencia 1994, pp 527-542

SEGURA GRAIÑO, C. (Coord)- La historia de las mujeres en el nuevo


paradigma de la Historia. Madrid 1997

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 614


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

SEGURA GRAIÑO, C “Actividades remuneradas y no remuneradas de las


mujeres en la Edad Media Hispana” en: Aragón en la Edad
Media. Rentas, producción y consumo en España en la Baja
Edad Media. Pp109-120. Universidad de Zaragoza 2001

SEGURA GRAIÑO, C “Las mujeres en la organización familiar” en: La


familia en la Edad Media. Pp 209-219. XI Semana de Estudios
Medievales. Nájera 2000
SERRANO DURBÁ, A.- Higiene y Salud Pública en el Camino de Santiago
Santiago de Compostela 1993

SERRANO LARRÁYOZ, F.- “La alimentación de la realeza navarra en el


siglo XV: las cuentas del hospital de la reina Blanca durante
una romería a Zaragoza (1433). La vida cotidiana en la Edad
Media. La Rioja 1998
SEUDRAIL, MARCEL.- Histoire culturelle de la maladie. Toulouse 1980

SIGUENZA PELARDA, C.- “La VIDA Cotidiana en la Edad Media: La


moda en el vestir en la pintura gótica”. La vida cotidiana en la
Edad Media. Logroño 1998. Pp 353-368

SILES G, J.; GARCÍA H. E.- “Fuentes en la Historia de los Hospitales de


Alicante (Siglos XII-XVIII)” en: Libro de Ponencias y
Comunicaciones del I Congreso Nacional de Historia de la
Enfermería. Barcelona 1996 pp.39-44
SYNODICON HISPANUM, VII. Burgos y Palencia. Edición crítica dirigida
por Antonio García y García. Biblioteca de Autores cristianos.
Madrid 1997

SYNODICON HISPANUM. VI Avila y Segovia. Edición crítica dirigida por


Antonio García y García. Madrid MCMXCIII (1993)

SYNODICON HISPANUM. III Oviedo y León. Edición crítica dirigida por


Antonio García y García. Madrid 1995

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 615


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

SCHIPPERGES, H.- Die Assimilation der Medizin durch das lateinische


Mittelalter. Biesbaden, 1964
SCHIPPERGES, H.- El jardín de la salud. Barcelona 1987

SOLÁ, S.- Algunas ideas sobre la beneficencia en general y en particular


sobre los hospitales. Periódico de laSociedad Médico-
Quirúrgica de Cádiz. Vol II. Cádiz 1821
SOURNIA, J. CH.- Storia e Medicina. Problemi metodologici e dibattito
storiografica. Roma 1987
SUAREZ, LUIS.- El siglo de Santo Tomás. Santander 1955

SULLEROT, E.- Historia y Sociología del trabajo femenino. Barcelona 1986

TEMKIN, O.- Galenism. Rise and decline of a medical philosophy.


Ithaca/Londres 1973
THORNDIKE, L./ KIBRE, P.- A catalogue of Incipits of Mediaeval Scientific
Writings in Latin. London. 1963

TORRES PALOMO, Mª PAZ.- “EL ejercicio de la medicina en al-Andalus:


atención médica y asistencia sanitaria” en: Libro de Ponencias
y Comunicaciones II Congreso Nacional de Historia de
Enfermería. Jaén 1998 pp165-178

TORRES BALLESTEROS, NURIA.- “La muerte como aspecto de la vida


cotidiana medieval: los sepulcros de Villasirga”, en: La vida
cotidiana en la España medieval. Madrid 1998 pp427-456
TOWNSON, DUNCAN.- La España musulmana. Madrid 1990

TROPÉ, HÉLÈNE.- “Poder real, locura y sociedad: la concepción de los


locos en los privilegios fundacionales otorgados al hospital de
inocentes de Valencia por los monarcas aragoneses (1409-
1427)” en: Actas dl Congreso de Historia de la Corona de
Aragón. Tomo I y vol 5º. Zaragoza 1996

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 616


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

TUDELA VILLALONGA, L.- “La alimentación como reflejo social del


poder del infante Juan” en: Actas del Congreso de Historia de
la Corona de Aragón. Tomo I y vol 5º (pp 319-329). Zaragoza
1996

UBIETO ARTETA, A.-(Ed.lit) pr Marín Pérez, Pascual. Colección


Diplomática de Cuellar. Segovia 1961
ULLMAN, M.- Islamic Medicine. Edimburgo 1978

URRACA MARTÍNEZ, S.- “Problemas actuales sobre la muerte y el


morir”Revista de Occidente 48, abril 1985

URQUIJO URQUIJO, MªJ.- Archivo Universitario e Histórico Provincial.


Guia del investigador. Valladolid 1994

VAL VALDIVIESO, DEL, Mª I.- Las mujeres en la Edad Media. Conferencia


Impartida en la Universidad de Valladolid. Curso académico
1996-97

VAL VALDIVIESO, DEL, Mª I.- “Medina del Campo en la época de los


Reyes Católicos”, en: Historia de Medina del Campo. Dirigida
por E. Lorenzo Sanz, T. I. pp231-314, Valladolid 1986

VAL VALDIVIESO, DEL, Mª I.- Isabel la Católica Princesa (1468-1474).


Instituto “Isabel la Católica” de Historia Eclesiástica. Valladolid
1974

VAL VALDIVIESO, DEL, Mª I.- “Dinámica social en las ciudades


castellanas en torno a 149”. El Tratado de Tordesillas y su
época. Universidad de Valladolid pp 112-130
VAL VALDIVIESO, DEL, Mª I.-“La intervención real en las ciudades
castellanas bajomedievales” Miscelánea Medieval Murciana.
Vol XIX-XX. Años 1995-1996- Pp. 67-78

VAL VALDIVIESO, DEL, Mª I.-“El abastecimiento de agua en las ciudades


castellanas del siglo XV” Historia 16. Año XXII. Nº 281 pp 46-
53

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 617


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

VALDEÓN BARUQUE, J.- Los conflictos sociales en el reino de Castilla en


los siglos XIV y XV. Madrid 1975
VALDEÓN BARUQUE, J.- El chivo espiatorio. Valladolid 2000

VALDEÓN BARUQUE, J “La Historia de los Hospitales de la Beneficencia


de Castilla. Sus fuentes documentales” en: Libro de Ponencias y
Comunicaciones I Congreso Nacional de Historia de la
Enfermería. Barcelona 1996 pp. 79-84

VALDEÓN BARUQUE, J “La crisis del siglo XIV en Castilla: revisión del
problema” Revista de la Universidad de Madrid, XX-79 (1972)

VALDEÓN BARUQUE, J.- “Aspectos de la vida cotidiana en la Castilla de


fines de la Edad Media”. Vida cotidiana en la España medieval.
. Madrid 1998. Pp11-20

VALDEÓN BARUQUE, J.- “Problemática para un estudio de los pobres y


de la pobreza en Castilla a fines de la Edad Media”. A pobreza
e a assistencia aos pobres na Península Ibérica durante a Idade
Media.. Lisboa 1973, pp 889-918
VALIÑA SAMPEDRO, E.- El Camino de Santiago. Estudio histórico-
jurídico. Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Madrid 1971

VAUCHEZ, A.- La espiritualité du Moyen Âge occidental, VIII-XIII siècle.


París , Ed. Du Seuil, 1994

VAUCHEZ, A “Saint Benoît et la révolution des monastères”, en: Moines et


religieux au Moyen Âge. París 1994 pp 15-27
VÁZQUEZ DE PARGA, L.; LACARRA, J.M.; URÍA RIU, J.- Las
peregrinaciones a Santiago de Compostela. Edición facsímil de
la realizada en 1948. Gobierno de Navarra, Pamplona 1992

VENTOSA ESQUINALDO, F.- Cuidados psiquiátricos de Enfermería en


España. Siglos XV al XX. Madrid 2000

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 618


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

VERGER, JACQUES.- “Thomas d’Aquin, un universitaire au Moyen Âge”


en: Moines et religieux au Moyen Âge. París 1994 pp 289-301
VIGARELLO, GEORGES.- Le propre et le sale. L’hygiène du corps depuis
de Moyen Âge. París 1985

VILLANUEVA LÁZARO, J.M.- La ciudad de León, el gótico. León 1986


VIVANCOS GÓMEZ, M. O.SB.- Documentación del Monasterio de Santo
Domingo de Silos (954-1254) Fuentes medievales Castellano-
Leonesas. 50. Burgos 1988
VIVIANO, BRUNO.- “La condizione giuridica degli enti assistenziali”. La
carità a Milano nei secoli XII-XV. Milano 1989, pp 261-272
VOGÜE, A, DE.- “Le sens de l’Office divin d’après la règle de Saint-Benoît”.
Revue d’ascetique et de mystique, 42-43. 1966-67 pp.37-45
WADE LABARGE, M.- La mujer en la Edad Media. Madrid 1986
WALKER BYNUM (C). “El cuerpo femenino y la práctica religiosa”.
Fragmentos para una historia del cuerpo humano. Parte 1ª .
Madrid 1970
ZALAMA, MIGUEL ÁNGEL.- Vida cotidiana y arte en el palacio de la
reina Juana I en Tordesillas. Valladolid 2001

ZARDIN, DANILO.- “Carità e mutua assistenza nelle confraternite milanesi


agli inizi dell’età moderna”. La carità a Milano nei secoli XII-
XV. Milano 1989, pp 281-301
ZUMTHOR, PAUL.- La letra y la voz de la “Literatura Medieval”. Madrid
1989

VV.AA.- Vida cotidiana en la España medieval. Actas del VI Curso de


Cultura Medieval. Aguilar de Campoo (Palencia), septiembre
1994. Madrid 1998

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 619


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

VV.AA.- Actas del III Congreso Internacional de Asociaciones Jacobeas.


Oviedo 1993
VV.AA.- La condición de la mujer en la Edad Media. Actas del Coloquio
celebrado en la Casa de Velazquez del 5 al 7 de noviembre de
1984. Madrid 1986
VV.AA.- El Camino de Santiago. La hospitalidad monástica y las
peregrinaciones. Actas del Congreso celebrado en León. León
1993

VV.AA.- IV Semana de Estudios Medievales. Instituto de Estudios Riojanos.


1994
VV. AA.- A pobreza e a assistencia aos pobres na Península Ibérica durante
a Idade Media. Actas de las Primeras Jornadas Hispano-Lusas
de Historia Medieval, sep. 1972:, 2 vol. Lisboa 1973

VV. AA.- Cahiers Pauvrete, IX: Recherches sur les pauvres et la pauvreté.
Centre de Recherches d’Histoire du Moyen Âge. París 1972-74
(bajo la dirección de M. Mollat)
VV. AA.- Actes du Quatre-Vingt- Treizième Congrès National des Sociétés
Savantes. L’alimentation et ses problèmes. París 1971
VV.AA.- Assistance et Assistés jusqu’a 1610. Actes du 97º Congrés National
des Sociétés Savantes. (Nantes 1972). París 1979

VV.AA.- Santé, medicine et assistance au Moyen Âge. 110e Congrès National


des Sociétés savantes. Montpellier 1985. Historia Médiévale et
Philologie. Tome I. París, editions du C.T.H.S. 1987
VV.AA.- Alimentazione e nutrizione Secc. XIII-XVIII. Instituto Internazionale
di Storia Economica “F. Datini” Prato. Serie II –Atti delle
“Settimane di Studi” e altri Convegni. 28. Firenze 1997

VV.AA.- La Enfermería en las Rutas Jacobeas: Perspectiva Histórica Actas


del IV Congreso Nacional de Historia de la Enfermería.. Híades,
Año VI, nº 8, 2001. Alcalá de Guadaíra (Sevilla)

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 620


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

VV.AA.- Crónica de la Medicina. Ed. Plaza-Janés. Barcelona 1995


VV.AA.- Medievalismo y neomedievalismo en la arquitectura española: Las
catedrales de Castilla y León I. Actas de los Congresos de 1992
y 1993. Avila 1994

VV.AA.- Pensée, image et communication en Europe médievale. A propos des


stalles de Saint Claude. Actas del coloquio internacional.
Besançon 1993

VV.AA.- El Camino de Santiago. Cuadernos Historia 16. Nº 88


VV.AA.- Juan Manuel y su época. Cuadernos Historia 16. Nº 62

VV.AA.- Pobreza y asistencia social, Historia Social. Nº 13. 1992

VV.AA.- Historia de Valladolid. II Valladolid Medieval. Valladolid 1980


VV.AA.- La Medicina en al-Andalus. Coordinación: Camilo Alvarez de
Morales y Emilio Molina. Granada 1999

VV.AA.- Actas del Congrso de Estudios Jacobeos. Santiago de Compostela


1995
VV.AA.- Moines et religieux au Moyen Âge. Présenté par Jacques Berlioz.
Éditions du seuil. Société d’éditions scientifiques. París 1994

VV.AA.- Pautas Históricas de sociabilidad femenina. Rituales y modelos de


representación. Eds. Mary Nash; Mª J. De la Pascua; Gloria
Espigado. Universidad de Cádiz 1999

VV.AA.- Historia Universal del Arte. Ed. Planeta. Barcelona 1988


VV.AA.- Historia del Arte. Salvat Ed. Barcelona 1970
VV.AA.- Actes du Colloque de Bielefekd. Paría 1989

VV.AA.- Historia del Arte en Castilla y León. Vol. I a VIII. Valladolid 1994 a
2000

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 621


La asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media

Tratado de muchas medicinas o curiosidades de las mujeres. Introducción de


Teresa Mª Vinyoles. Prólogo de Josefina Roma. Traducción de
Oriol Comas. Palma de Mallorca 1993
Libro de Horas de María de Borgoña. Ed. Casariego. Madrid 1993

Speculum humanae Salvationis. Ed. Casariego. Madrid 1998


Theatrum Sanitatis. Biblioteca Casanatense. Moleiro Ed. Barcelona 1999

Biblia moralizada. ED. Casariego. Madrid 1992


De Natura Rerum. Códice C-67, manuscrito miniado de la Universidad de
Granada. Edición numerada en el Instituto Histórico
Dominicano. Salamanca 1974

De Propietatibus Rerum. Bartolomé de Anglico de mediados del siglo XIII.


Conocido por el libro de Getino. Incunable de 1494. Instituto
Histórico Dominicano. Salamanca
Catálogo de los pergaminos de la Edad Media (1191-1393) Publicaciones del
Archivo Municipal de Valladolid. Direc. Fernando Pino
Rebolledo. Valladolid 1988
Los manuscritos españoles. Dirección: Hipólito Escolar. Fundación Germán
Sánchez Ruipérez. Madrid 1993

La regola sanitaria salernitana. Versione di Fulvio Gherli. Edizione

El Fisiólogo. Bestiario medieval. Ed. Obelisco, febrero 2000. Prólogo de Juli


Peradejordi

Reglas monásticas de la España Visigodas. Los tres libros de las sentencias.


BAC. Madrid 1971

VIII. –BIBLIOGRAFÍA 622

Potrebbero piacerti anche